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REVOCACIÓN DE DONACIONES

Este post es un complemento de otro que escribí hace ya


unos cuantos meses, “Donaciones de padres a hijos”, y que
sigue siendo muy consultado. Una preocupación lógica de los
padres cuando hacen regalos -donaciones- es saber si hay
algún mecanismo legal por medio del cual pudieran en algún
caso recuperar lo donado, o dicho más castizamente,
deshacer el regalo si el hijo se porta mal, si se arrepienten
por cualquier otra causa o simplemente si les vendría bien lo
que han donado para vivir y desearían recuperarlo. Pues bien,
ese mecanismo existe pero no para todos los casos. No vale
simplemente que el donante se arrepienta (que se lo hubiera
pensado antes, dirá el que se ha beneficiado). Hace falta que
se produzcan una serie de circunstancias.

El Código Civil –nos vamos a referir siempre al Derecho


Común- prevé tres causas de revocación de las donaciones. 

La primera y quizá más interésante es que el donatario


(receptor de la donación) incurra en lo que legalmente
se denomina causa de ingratitud. 

Así, el artículo 648 del Código Civil dice que podrá ser


revocada la donación, a instancia del donante, por causa de
ingratitud en los casos siguientes:  
Si el donatario cometiere algún delito contra la persona, el
honor o los bienes del donante.

Si el donatario imputare al donante alguno de los delitos que


dan lugar a procedimientos de oficio o acusación pública,
aunque lo pruebe; a menos que el delito se hubiese cometido
contra el mismo donatario, su cónyuge o los hijos constituidos
bajo su autoridad. Y también si le niega indebidamente los
alimentos.
 
Puede observarse de la simple lectura de este artículo que las
causas de revocación por ingratitud del receptor de la
donación son muy pocas y están tasadas. 
Llama mucho la atención la idea de que una de las
causas de revocación sea que el donatario impute algún
delito al donante ¡incluso aunque lo pruebe!  Puede
parecer verdaderamente extraño, dado que aparentemente
choca de manera frontal contra el deber cívico de todo
ciudadano de poner en conocimiento de las autoridades
aquellas actuaciones que podrían ser constitutivas de delito.
Interpretado de manera literal, si mi padre me dona una plaza
de garaje pero se dedica a maltratar a mi hermana y yo lo
denuncio, parece que tendría derecho a revocarme la
donación, por la causa, atención, de no haber sido agradecido
con él (?). En general se entiende que el deber cívico de
denunciar está por encima, y que solamente podrá revocarse
cuando, además de denunciar, el donatario interpusiera él
mismo la acción penal.
 
La  última causa de revocación por ingratitud, como hemos
visto, es que se le niegue al donante alimentos, de manera
indebida. La expresión “alimentos” tiene un significado
jurídico preciso: cuando una persona se encuentra en estado
de necesidad, puede pedir legalmente a ciertos familiares
cercanos que le ayuden para sustentarse, tener un sitio donde
vivir, vestido y asistencia médica. A esa institución se le llama
genéricamente “alimentos”. Si el donante tiene esa necesidad
y el donatario le niega esa prestación, puede revocar la
donación que le hubiera hecho (y con toda la razón, añado
yo).
 
No hay más causas de revocación por ingratitud, y esto
conviene tenerlo en cuenta. Si nuestro hijo es un maleducado,
no nos visita o  llama por teléfono, no nos invita a su casa o
le cae mal nuestro cónyuge actual y no se esfuerza mucho por
disimularlo, eso no es ingratitud legal ni causa de revocación. 
Si no quiere llevarse un disgusto al comprobar que un familiar
es desagradecido, lo mejor es que no le ofrezca esa
oportunidad…
 
La segunda causa de revocación también depende,
como la primera, del comportamiento del donatario,
beneficiario de la donación y se produce cuando este
donatario no cumpliera alguna condición que le hubiera
impuesto el donante (art. 647). Por ejemplo, un padre dona
a un hijo la casa del pueblo del abuelo, con la condición de
que la restaure para que en el plazo de dos años sea
habitable.  La obligación no tiene por qué referirse a lo
donado: donación de un piso con la obligación de destinar
todos los meses una determinada cantidad a una ONG. En
este tipo de disposiciones condicionadas no hay más límites
que la ley y las necesidades particulares de cada cual.
 
Hay una tercera causa de revocación que ya no depende
del comportamiento del donatario, y se refiere a
circunstancias del donante: Que el donante tenga, después de
la donación, hijos, aunque sean póstumos o que resulte vivo
el hijo del donante que éste reputaba muerto cuando hizo la
donación (art. 644)
 
Las donaciones se revocan por medio de demanda judicial en
la que se alega la causa de revocación, a menos naturalmente
que el donatario reconozca la existencia de dicha causa y
acepte voluntariamente prestar su consentimiento a la
revocación. En este caso simplemente se otorgará el
correspondiente documento, que habitualmente será una
escritura pública notarial.

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