Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Contra lo que a priori pueda creerse, una teoría general referida a un determinado tema
constituido en objeto de estudio dentro de la ciencia del derecho, encierra un aspecto teleológico
eminentemente pragmático, pues su finalidad radica esencialmente en el aprovechamiento
práctico que de ella se haga. En consecuencia, una teoría general deberá conformar una
construcción sistemática referida aun determinado campo de estudio, y desarrollada sobre la
base de determinadas proposiciones básicas.
Respecto del derecho del transporte, su reconocimiento como rama jurídica especial,
con principios propios sistémicos y demandante de normas unificadoras y hasta de eventuales
tribunales especiales que diriman las controversias que se deriven de las relaciones de
transporte, tanto en su vertiente meramente fáctica (p. ej., transporte benévolo) como
contractual, aparece enfrentado a las barreras que imponen las autonomías científicas declaradas
sobre todo por el derecho de la navegación, el derecho aeronáutico y el derecho espacial. La
causa de esta aparente confrontación radica en que tanto el transporte por agua como el aéreo,
constituyen instituciones medulares en estas disciplinas. El propio Malvagni, reconocido como
el mayor exponente del derecho de la navegación a nivel nacional, ha sostenido: “Todo el
derecho comercial de la navegación puede definirse como el derecho del transporte por agua”.
Este derecho de la navegación, ya cuando su contenido normativo estaba aglutinado en el
antiguo Libro III del Código de Comercio, y aún ahora que habita – en su aspecto privatístico –
en la ley 20.094 (Ley de la Navegación), obtuvo el reconocimiento de su autonomía científica,
legislativa, jurisdiccional y didáctica, constituyendo así un microsistema desprendido – con los
alcances que señalaremos – del derecho común. El derecho aeronáutico, por su parte, obtuvo el
mismo reconocimiento de tales autonomías, sin perjuicio de destacar que el Código Aeronáutico
argentino alumbró con originalidad, en cuanto a plexo normativo sustantivo regulatorio de todos
los aspectos referidos a la actividad aeronáutica.
En nuestra opinión, creemos que reconocerle al derecho del transporte la categoría de
disciplina jurídica, no implica desconocer las autonomías declaradas en las otras ramas del
derecho (de las que oportuna y armoniosamente se servirá) y que tienen al transporte dentro del
contenido de sus particulares sistemas.
2. Autonomías y plurimodalismo
Así ha titulado el por siempre recordado Alfredo Mohorade un trabajo que por su
categoría y simpleza, no admite ser desmerecido con síntesis. Es por ello que lo hacemos
propio, toda vez que expresa las ideas que – aunque en estado embrionario – fundamentan esta
propuesta.
El citado jurista advertía – en 1989 – que la irrupción del contenedor en el transporte
fue interpretada y calificada como revolucionaria. Mohorade, entonces, lo que hizo fue proponer
que se deje de lado la idea – que ya consideraba superada – de las autonomías de cada modo de
transporte.
La obra que comentamos recuerda, además, cómo Scialoja le reconocía al “derecho
viviente” (concepto éste que Malvagni hizo propio) haber impuesto, por su propio peso, la
autonomía del derecho de la navegación. Por nuestra parte, creemos que ese derecho viviente es
ahora el mismo que se impone con toda su fuerza renovadora y al cual debe quedar supeditada
toda construcción jurídica que sea producto de un teorizante racionalismo.
También advertía Mohorade que la figura del porteador (transportista) clásico, sea
aéreo, marítimo o terrestre se iba esfumando, “siendo a ojos vista sustituida por la silueta, de
aún no muy definidos contornos, conocida comúnmente como operador”.
Entonces, recuerda el autor aquí presente, los abogados deben jugar el papel que señaló
el profesor Kurt Grönfors en el III Congreso de Derecho Privado organizado por el Instituto
Internacional para la Unificación del Derecho Privado (Unidroit): “Cada modo de transporte
1
proclama que es altamente especializado y diferente de los otros modos de transporte. Esto por
supuesto no es cierto en nuestros días con el expandido uso del transporte multimodal y los
sistemas integrados (…) Una razón de porqué se originan las dificultades legales es, por
ejemplo, la de que el abogado maritimista, tradicionalmente sabe muy poco acerca del derecho
de transporte terrestre y el abogado es más o menos un ignorante en materia de derecho
aeronáutico (…) Lo que hoy necesitamos son abogados de transporte no abogados para cada
modo de transporte, es decir, personas que tengan una visión panorámica del transporte como
un todo – transporte integrado – y que domine todas las diferencias. Debemos, para el futuro,
tender a un sistema unificado del derecho del transporte. Ello vendrá, estoy seguro, pero tomará
su tiempo”.
En suma, Mohorade desafió en su trabajo a los defensores acérrimos de las autonomías
de cada modo de transporte, los provocó y les mostró que esas ideas habían envejecido y que
fueron encontrando su freno en una realidad incontenible y apabullante. Aquellas “islas
solitarias”, en el decir del autor, representativas de lo aeronáutico, ferroviario o acuático, se
transformaron en “archipiélagos, con sostenida tendencia a convertirse en tierra firme”.
No ha sido, entonces casualidad, que en el año 1990, la comunidad jurídica conociera el
ejemplar n° 1 de la revista Ateneo del Transporte, en el cual se expresó: “Sin dejar de reconocer
los empeños concretados con relación a ramas específicas del transporte por parte de
prestigiosas entidades actuales en nuestro medio, se intenta – en esta oportunidad – superar los
enfoques parciales, para alcanzar una visión totalizadora del sistema en su integridad. En
función de ello, se estima apropiado y sin dejar de reconocer los particularismos propios de cada
rama, otorgar a cada una de ellas un tratamiento equivalente, teniendo en cuenta los desarrollos
logrados por la cada vez mayor integración de los diversos modos: rutero, ferroviario, acuático,
aéreo y por ductos”.
2
identidad expositiva y didáctica. En verdad, la necesidad – instalada espontáneamente en el
ámbito académico – de tomar como objeto de estudio al transporte integralmente considerado,
lejos de provocar el surgimiento de escuelas separatistas de las ramas jurídicas en donde se
encuentran insertos, se nos presenta como el desafío de lograr el objetivo unificador aquí
propuesto en plena armonía con las ramas jurídicas que pugnan por afianzar sus autonomías
científicas.
Ello nos obligará a extraer del transporte los principios y elementos que afirman su
unicidad conceptual, para separarlos de aquellos otros que no pueden desprenderse de la
particularidad signada por el ámbito espacial y el vehículo utilizado. Todo, en un marco
expositivo integrado y no meramente yuxtapuesto.
Aun en el reconocimiento expreso de esa diversidad moral y operativa, el transporte es
siempre y fundamentalmente lo mismo y mismas son, en lo esencial, las relaciones jurídicas de
él derivadas. Por lo tanto, existen elementos y principios comunes a todos los transportes que
fluyen de su naturaleza. Luego, la unicidad esencial del transporte que constituye el núcleo
central de esta propuesta, tiende inexorablemente a la demanda de una normativa uniforme
respecto de sus aspectos sustanciales que, por tales, resultan comunes a todas las formas que el
transporte adopte.
Sin dudas no hay transporte sin desplazamiento, sin traslado de personas o cosas de un
punto a otro en el espacio. Consecuentemente, creemos encontrar esta simple observación, el
fundamento primario de la idea que aquí se expone. El desplazamiento (transporte en sentido
técnico) hace a la unicidad del transporte, porque es el elemento común buscado. Entonces,
podemos reconocer el hecho del transporte (cualquiera sea el modo en que se realice y el
vehículo utilizado) elementos que coadyuvan a reforzar la unidad conceptual sostenida. Así, de
toda relación de transporte (contractual o extracontractual) se puede extraer lo siguiente:
a) todo transporte produce un cambio en el espacio;
b) todo transporte supone un ámbito espacial en el que se desarrolla;
c) todo transporte supone una infraestructura y una logística necesarias para su eficaz
consecución;
d) todo transporte requiere de un vehículo conductor;
e) todo transporte supone un sujeto responsable de una obligación de resultado;
f) todo transporte supone bienes o personas transportables, y
g) todo transporte puede generar responsabilidad.
Estos elementos unificantes son las proposiciones básicas en las que se funda la teoría
general del transporte y las que, de alguna manera, delimitan el contenido de esta disciplina
jurídica.
Por consiguiente, los presupuestos básicos señalados irán dando forma a la manera en
que se expondrá todo aquello que consideramos pertinente respecto a esta disciplina jurídica.
Luego, todo transporte refiere al ámbito espacial, a la infraestructura y a la logística, a los
sujetos, a los bienes, a las relaciones jurídicas e instituciones que requieren de principios y
normas que los rijan y a las responsabilidades que de aquél puedan derivarse.
3
todo orgánico y sistemático de la materia. Son juicios de valor fundantes y propios del
ordenamiento. Los principios así entendidos “preceden a la propia norma positiva vigente, la
enmarcan y resguardan en preceptos de cientificidad y determinan pautas concretas de
interpretación de la ley”. De lo dicho se extrae que el principio puede estar expresado en una
norma positiva, pero aunque no lo estuviese, regiría su postulado sobre el propio texto legal.
En el derecho del transporte podemos reconocer los siguientes principios:
1. El ámbito espacial y el vehículo admiten previsiones y soluciones jurídicas especiales
para cada sistema o modo de transporte, sin comprometer su unicidad conceptual.
2. El transporte puede comprometer, en algún grado, el orden público. Por lo tanto la
autonomía de la voluntad de las partes puede estar limitada en aspectos determinados.
3. Aun en el caso en que el ordenamiento jurídico establezca responsabilidad ilimitada
respecto del quantum indemnizatorio, el transportista podrá asumir responsabilidades
mayores a las que impone la ley.
4. Las obligaciones del transportista sobre lo transportado son siempre de naturaleza ex
recepta. En virtud de este tipo de vínculo obligacional, al dueño de la carga le asiste el
derecho de que el transportista se la entregue en el mismo estado en que le fue
entregada para el transporte. Mismo derecho tiene el pasajero de ser llevado a destino
sano y salvo y en las mismas condiciones en que se embarcó. Esta responsabilidad es el
fundamento de la obligación de resultado que asume el transportista, según lo señalara
el propio Ulpiano.
5. Si el transportista no ha formulado observaciones, se presume que la carga, al ser
recibida por él, se encontraba en buen estado. Siendo el fundamento de su
responsabilidad el receptum, es en el momento de recibir la carga cuando debe formular
todas las observaciones que considere pertinentes. Por eso, en el sistema de
responsabilidad subjetiva, su culpa por todo daño, pérdida o avería verificados en el
momento de la entrega, se presume y le corresponderá demostrar las causales
exonerativas de responsabilidad que admita la ley.
En cuanto a las normas a las que aludimos en el concepto vertido no son sólo los
preceptos positivos de derecho público o privado y de orden nacional o internacional, sino
también quedan incluidas la jurisprudencia y la costumbre por la fuerza jurígena que expresan.
4
c)”… el ámbito espacial”: El medio físico en el que se ejecuta el desplazamiento resulta
un elemento esencial de la materia. Nos referimos a la superficie terrestre transitable que no
constituya espejo de agua, incluyendo las subterráneas (caminos, carreteras, vías férreas); al
espacio acuático y subacuático navegable (lacustre, fluvial y marítimo); al espacio aéreo; y al
espacio ultraterrestre. Es en un determinado ámbito espacial donde se desplazan o instalan los
vehículos de transporte y donde se produce el cambio en el espacio que todo transporte
ocasiona.
e)”… los sujetos”: En todo transporte el recurso humano constituye otro elemento
trascendente. Los sujetos de transporte más característicos son: el empresario del transporte o
transportista (incluido el propio Estado que asuma tal calidad); el cargador o expedidor, el
pasajero; el destinatario, consignatario o recibidor de la mercadería; el comisionista; el agente
transitario o de cargas (forwarder), el agente marítimo; el capitán del buque; el comandante de
la aeronave; las aseguradoras; etc. Todos estos sujetos, de un modo o de otro, interactúan como
centros de imputación de derechos y obligaciones en las diferentes relaciones jurídicas que el
transporte genera.
f)”…y las relaciones jurídicas surgidas del hecho técnico del desplazamiento de un
punto a otro en el espacio de las cosas o personas”: Estas relaciones jurídicas pueden ser de
naturaleza contractual (contrato de transporte) o extracontractual (delitos, cuasidelitos, voluntad
legal). Como relación jurídica obligacional que puede surgir de la voluntad legal, se cita a la
avería gruesa (arts. 403 y ss. De la Ley de la Navegación y art. 154 del Cód. Aeronáutico). Este
instituto descansa en la obligación de contribuir que tiene todo interesado en una expedición
marítima o aeronáutica, cuando el capitán del buque o el comandante de la aeronave han
decidido – voluntaria y razonablemente – producir un daño, gasto o sacrificio extraordinario a
los fines de salvar dicha expedición o vuelo, ante una situación de peligro real.
i)”…y de las responsabilidades que emanen de todos ellos”: Lógicamente, cada uno de
los elementos que conforman el contenido de esta disciplina jurídica pueden ser generadores de
5
responsabilidad que deben ser tratadas – sea de lege data o de lege ferenda – en forma armónica
y considerando las particularidades reconocidas.
Sostuvimos en los párrafos precedentes que esta disciplina jurídica goza de una
unicidad conceptual, al punto tal que, y en virtud de ella, hemos propuesto el concepto de
derecho del transporte que ha sido desarrollado.
De esta manera, el transporte constituido en campo de estudio ha adquirido una
innegable y manifiesta “identidad didáctica” y se ha transformado en una especialidad dentro
del ejercicio de la profesión de abogado. El Poder Ejecutivo nacional se sirve de un órgano al
que llaman Secretaría de Transporte con un solo titular que unifica lo que resulta unificable de
los campos de incumbencia de las subsecretarías de Transporte Marítimo y Fluvial; Transporte
Aéreo y Transporte terrestre. A vez, el Poder Legislativo cuenta con una Comisión de
Transporte en ambas cámaras y dentro del Poder Judicial, se le asigna competencia especial a
las causas vinculadas al transporte interjurisdiccional, sea éste interprovincial o internacional.
No encontramos incompatibilidad alguna en la aplicación o tratamiento único de sus
aspectos sustanciales y en la aplicación de los sistemas especiales autónomos cuando sus
principios se erijan como más razonables y justos en el caso particular.
Por lo tanto, en la enseñanza de esta disciplina jurídica llamada derecho del transporte,
que propiciamos, quien la asuma deberá ineludiblemente conocer los principios que informan a
los sistemas reputados autónomos, dado que ellos son los que aportan las soluciones que
corresponden a las particularidades derivadas de los ámbitos espaciales y de los vehículos
utilizados en el transporte.
Los difundidos transportes intermodales abonan nuestra tesis en este sentido, pues el
análisis de un transporte en el que se utilizaron distintos modos y vehículos bajo un solo
instrumento contractual, obligan a conocer los aspectos destacados de cada una de las ramas
jurídicas que el caso convoque.
6.2. El dinamismo
Este carácter refiere a la capacidad de adaptación que esta disciplina tiene a los fines de
dar rápida respuesta a las necesidad humanas que requieren del hecho técnico del transporte.
Consecuentemente, el dinamismo no alude – en modo alguno – a que las instituciones propias
del derecho del transporte carezcan de solidez, sino a que su normativa se encuentra en
permanente evolución.
6.3. Internacionalidad
6
Los avances tecnológicos aplicados al transporte hicieron que todos los vehículos
utilizados en él, tengan la potencialidad de traspasar fronteras políticas. Consecuentemente esta
característica se funda en que el transporte – en cuanto a que se desarrolle entre un punto de
origen situado en un Estado y un punto de destino ubicado en otro; o entre dos puntos de un
mismo Estado pero con puntos intermedios que se encuentren en otro país – determina que los
ordenamientos jurídicos nacionales o locales sean incapaces, por sí solos, de resolver los
eventuales conflictos que pudieren suscitarse en la celebración, instrumentación, interpretación
o ejecución de los transportes internacionales. Esta dificultad ha persuadido a los Estados a
suscribir un gran número de convenios y acuerdos, tendientes a lograr la unificación necesaria.
En nuestro tema, la internacionalidad destacada como carácter de esta disciplina, ha fomentado
los acuerdos internacionales necesarios para evitar conflictos de leyes y de jurisdicciones que,
en su fructífera labor, han derivado en la tendencia a la uniformidad reflejada en la admisión e
incorporación a las legislaciones internas de los principios consensuados por la comunidad
internacional.
6.4. Integralidad
Cuando dimos nuestro concepto de derecho del transporte, aludimos a las normas y
principios que regulan su contenido, sin excluir a ninguna clase de ellos. Quiere ello afirmar que
nuestra disciplina contiene tanto principios y normas de derecho privado como de derecho
público; del derecho nacional y del derecho internacional. En los transportes que, además,
constituyen un servicio público, la intervención estatal resulta evidente.
Por ejemplo, en los transportes espaciales, siempre se vinculan los Estados participantes
en los lanzamientos. En todos los casos deben ser necesariamente compatibilizados.
El factor seguridad de la vida humana amenazada potencialmente en cada transporte de
personas o de sustancias peligrosas o por la eventualidad de que los vehículos sean productores
de daños a terceros ajenos al transporte, el interés del Estado por su comercio exterior y su
actividad de fomento, etc., impregnan al derecho del transporte y a sus instituciones de
elementos privatísticos y publicísticos que se exhiben entremezclados.
6.6. Politicidad
Toda la materia relacionada con el transporte constituye, o debe constituir, una cuestión
de Estado. En efecto, siendo el transporte, en el sentido económico que le hemos atribuido, una
herramienta indispensable en la circulación de bienes y servicios, resulta un elemento esencial –
y por ello necesario – en la cadena de abastecimiento y distribución de aquellos.
Así, todo Estado tiene una determinada política en materia de transportes, existiendo –
por lo general – en el organigrama de la Administración pública nacional una cartera política
con rango ministerial o de secretaría de Estado, con incumbencia exclusiva en todos los temas
relacionados con el transporte.
7
Consecuentemente, no se puede negar la incidencia y preponderancia del factor político
en las leyes, de orden nacional o internacional que regulan el transporte, pues la producción y la
distribución de los bienes de un país requieren siempre de él, de manera ininterrumpida.
1. Concepto y clasificación
Las fuentes del derecho constituyen un aspecto de su estudio que ocupa un lugar
primario y determinante, en razón de que refieren a los medios a través de los cuales el derecho
genéticamente se expresa.
Gény distinguió entre fuentes formales y fuentes científicas. Estas últimas, luego
recibieron la denominación de materiales. Las fuentes formales se caracterizan por provenir de
agentes externos al intérprete y son hechos sociales imperativos con suficiente entidad para
dirigir su juicio. Son tales la ley, la costumbre, la jurisprudencia y la doctrina. Por otra parte, las
fuentes científicas o materiales, cómo contrapartida de las formales, resultan de la libre
actividad científica de los jueces, los cuales, una vez agotadas las fuentes formales, deben
encontrar la regla adecuada al caso traído a su conocimiento.
Si bien se ha mantenido la división de las fuentes del derecho en formales y materiales,
actualmente se consideran fuentes formales a la ley y a la costumbre, y materiales a la
jurisprudencia y a la doctrina.
La internacionalidad que hemos atribuido a nuestra disciplina como uno de sus
caracteres, nos obligará a destacar entre sus fuentes formales a las convenciones y estatutos
internacionales. Además, aludiremos al derecho nacional, a los usos y costumbres, a la
jurisprudencia y a la doctrina.
2. Derecho nacional
8
como interior de la Confederación y del río Uruguay como común a ésta y a la República
Oriental del Uruguay.
9
transporte están establecidos y regulados – principalmente – en los arts. 471, 472, 473, 475, 476,
478, 479, 480, 482, 483, 484, 485, 487, 494, 495, 496, 497, y 498.
La Ley de la Navegación regula plenamente al buque desde su construcción (arts. 59 y
ss.) hasta su desaparición física sea ésta producida por naufragio (arts. 387 y ss.) o desguace
(arts. 67 y ss.). Además la ley lo define (art. 2°), lo clasifica (arts. 3° y 4°), establece su régimen
administrativo (arts. 43 y ss.), de seguridad (arts. 74 y ss.) y de documentación a bordo (arts. 83
y ss.).
Por último, y en principio, las disposiciones de la Ley de la Navegación no son
aplicables a los transportes a realizarse en pequeñas embarcaciones, estableciéndose que, hasta
tanto no se dicte una ley especial, estos transportes se rigen por las disposiciones del transporte
terrestre (art. 316).
En cuanto a todo lo relacionado con la infraestructura portuaria; habilitación,
administración y operatoria de puertos; jurisdicción y control; y autoridad de aplicación, rige la
ley 24.093 (Ley de Actividades Portuarias).
El marco legal del transporte aéreo en el derecho nacional está plasmado en el Código
Aeronáutico de 1967 (ley 17.285).
Este cuerpo normativo de fondo regula, en lo sustancial y en todo lo relacionado a
nuestra materia, los siguientes aspectos: la infraestructura (Título III) referida a la regulación de
los aeródromos y a las limitaciones al dominio a través de la delimitación de la superficie de
despeje de obstáculos y obligación de señalizar estos últimos; las aeronaves (Título IV); la
aeronáutica comercial (Título VI); Concretamente, la responsabilidad en el transporte está
tratada en los arts. 139 a 153.
El transporte aéreo comercial fue reglamentado por el dec. 326/82 del 10 de noviembre
de 1982.
10
3. Convenciones y estatutos internacionales
En el marco del Mercosur, se han logrado acuerdos parciales, siendo los más
trascendentes el Acuerdo sobre Transporte Internacional Terrestre de Montevideo de 1990 y el
Acuerdo sobre Transporte de Mercancías Peligrosas de 1994.
11
Se reconoce como fuente legislativa internacional en este tema al Convenio de las
Naciones Unidas Sobre Transporte Multimodal Internacional de Mercaderías (Convenio de
Ginebra de 1980); y al Acuerdo de Transporte Multimodal del Mercosur del año 1994.
Regulan este singularísimo modo de transporte el “Tratado sobre los principios que
deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio
extraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes” de 1967. También deben citarse el
“Acuerdo sobre el salvamento y devolución de astronautas y la restitución de objetos lanzados
al espacio ultraterrestre” de 1968; el “Acuerdo que debe regir las actividades de los Estados en
la Luna y otros cuerpos celestes” de 1969; el “Convenio sobre la responsabilidad internacional
por daños causados por objetos espaciales” de 1972; el “Convenio sobre el Registro de objetos
lanzados al espacio ultraterrestre” de 1975; y el Acuerdo que debe regir las actividades de los
Estados en la Luna y otros cuerpos celestes” de 1979.
4. La costumbre
Conforme ha sido señalado, la costumbre es considerada una de las fuentes formales del
derecho. En tal carácter, ha jugado un papel trascendente en el desarrollo y evolución del
derecho todo y de nuestra disciplina en particular.
Hacemos esta afirmación convencidos de que la costumbre no sólo ha sido el primer
modo de expresión del derecho, sino que lo fue en exclusividad. Por lo tanto, y en su condición
de fuente primaria, la costumbre es la manifestación espontánea del sentimiento jurídico
popular.
La espontaneidad que tipifica a la costumbre como expresión del derecho se contrapone
a la forma reflexiva y consciente que distingue a la ley. Así, se advierte que la costumbre nace y
actúa a la par de la ley.
El derecho consuetudinario resultó, en gran medida, sustituido por el derecho escrito,
principalmente a partir de la codificación; no obstante lo cual, ha conservado su valor como
fuente formal del derecho ya sea de rango protagónico como en el derecho mercantil (donde van
surgiendo nuevas situaciones y negocios jurídicos que imponen nuevos comportamientos
humanos que, en algún momento, serán receptados por la legislación positiva); ya sea como
reconocimiento más limitado en el campo del derecho civil. Lógicamente, cuando ante la
ausencia de regulación escrita sobre alguna determinada actividad, los interesados se
manifiesten constantemente respecto de ella, mediante una conducta regular y uniforme,
estaremos en presencia de la costumbre con fuerza jurígena.
En suma, desde el momento en que el Estado ha asumido el rol de legislador,
disponiendo de la fuerza para hacer respetar su voluntad, la costumbre como fuente del derecho,
sólo existirá con su consentimiento.
12
El elemento subjetivo lo conforma el aspecto psicológico – colectivo por el cual el
cuerpo social se comporta objetivamente de una determinada manera, con la convicción de que
tal conducta da una respuesta adecuada a una necesidad jurídica (opinio juris et necessitatis).
Ello implica que cada miembro de la comunidad considere que de no respetar la práctica
difundida de la manera expuesta, se expone a una sanción.
En el desarrollo expuesto queda en evidencia que la norma consuetudinaria surge sin
intervención del poder estatal.
En materia comercial, nuestro ordenamiento jurídico les asigna a los usos, prácticas y
costumbres del comercio, la doble función de ser elementos de interpretación en algunos casos y
de integración de la voluntad de las partes, en otros.
Su capacidad jurígena, o su calidad de fuente formal del derecho, queda aún abierta a
debate, no obstante encontrar consenso en que, con fuerza creadora per se de normas jurídicas o
sin ella, la costumbre siempre suministra contenido a la ley. No es poca cosa.
13
transporte aéreo de pasajeros. Esta práctica no podrá constituirse en costumbre con fuerza
jurígena, toda vez que se caracteriza por su ilicitud.
Por otra parte, consideramos que el transporte terrestre admite el reconocimiento de
usos y costumbres también forjados en el tiempo y en las conductas uniformes realizadas con la
convicción de que se responde a una exigencia jurídica.
En el transporte espacial, la cuestión aquí analizada es aún irrelevante.
Pero con todo, bien se ha señalado que, reconociéndole al transporte naturaleza
mercantil cuando es realizado por empresa, la importancia de la costumbre en la materia
comercial radica en el rol integrador que desempeña ante el silencio o ambigüedad de la ley y,
además, en la interpretación de expresiones, términos o frases propias de la actividad.
En suma, la costumbre tiene distinta importancia práctica en cada uno de los modos de
transporte; pero, en todos, está presente ya sea en acto o en potencia.
6. La jurisprudencia
Es la fuente del derecho que resulta, como afirma Llambías, de la fuerza de convicción
que emana de las decisiones judiciales concordantes sobre un mismo punto. Es, en definitiva, la
valoración de los precedentes.
Al carácter estático de la norma positiva, se suma la función dinámica de quien la
interpreta, adecua o integra al caso “vivo” que requiere el servicio de justicia, aun cuando se
trate de salvar una “laguna” de la norma de la que se trate.
7. La doctrina
Es la fuente inspiradora de las otras, en razón de que la forma está dada por la opinión
de los más calificados autores de la materia. Ello nos lleva a concluir que, en realidad, no es una
fuente con fuerza creadora del derecho en forma directa; su función consiste en “informar” a las
leyes que se dicten, a las convenciones internacionales que se suscriban y a los fallos judiciales
que se pronuncien.
La importancia de la doctrina deviene manifiesta, pues se ocupa de proponer y criticar
soluciones y conceptos, provocando, de esta manera, la permanente evolución del derecho.
Ciencia jurídica que estudia hechos y las relaciones que surgen del hecho técnico y
económico de la navegación por el agua. Según Chami, es el conjunto de normas que regulan
los hechos, instituciones y relaciones jurídicas derivadas del ejercicio de la navegación por agua
o que son modificadas por ésta.
14
encuentran controlados por el Estado en un conjunto de normas de naturaleza
reglamentaria, vinculadas con la construcción, las condiciones de navegabilidad, las
inspecciones y las certificaciones, entre otros aspectos.
15
específicas, entendiendo Chami al respecto que no habría impedimento para el
dictado de un Código de la navegación. La autonomía didáctica hace referencia al
modo de enseñanza de la materia en las Universidades del país.
Propietario: Es aquel titular del dominio del buque. Tiene la disponibilidad jurídica y la
disponibilidad comercial para su explotación, el uso y goce del buque. Puede haber varios
propietarios, lo que generaría un condominio.
Armador (art. 170 LN): Armador es quien utiliza un buque, del cual tiene la disponibilidad
en 1 o más viajes o expediciones, bajo la dirección y el gobierno de un capitán por él designado,
en forma expresa o tácita. Cuando realice actos de comercio debe reunir las calidades requeridas
para ser comerciante.
Las modalidades básicas del contrato de locación de buque son dos: locación de buque a casco
desnudo y de buque armado y tripulado. En el primer caso se pone a disposición el buque en
estado de navegabilidad, sin su tripulación, y en el segundo, el buque se entrega debidamente
tripulado. En este último caso, si los tripulantes hubieran estado previamente en relación de
dependencia con el propietario o con un tercero, se cederán los contratos de ajuste a favor del
nuevo armador.
El contrato de ajuste es un verdadero contrato laboral " que se incluye entre lo que en derecho
laboral se denominan "estatutos especiales", es decir, contratos de trabajo sometidos, por sus
particula1idades, a un régimen jurídico distinto al regulado en la LCT. Cabe destacar las notas
características que diferencian el régimen jurídico del contrato de ajuste del sistema del contrato
de trabajo. Así, si bien se trata de una vinculación de derecho privado entre el armador como
empleador y el tripulante como trabajador, esa relación se superpone con un aspecto de derecho
público, como es la obediencia y el respeto que los tripulantes deben al capitán como delegado
de la autoridad pública, como lo imponen los arts. 121, último párrafo, y 138, párr.. 1 º, de la
Ley de la Navegación.
Nosotros lo definimos corno "el contrato en virtud del cual el tripulante se compromete a prestar
servicios de su especialidad a bordo de un buque y el armador, a pagar el salario convenido y a
cumplir con las demás obligaciones que impongan las normas vigentes y el acuerdo de partes".
Son los dependientes del armador.
16
3.3 Capitán
El riesgo de la navegación por agua y el aislamiento que presenta moldean las características de
la figura como institución típica, sin parangón con otras en el derecho. Se trata de un comando
singular. Esto es impuesto por la necesidad de que se adopten decisiones urgentes en situaciones
de riesgo sin la deliberación propia de las figuras colegiadas. El cúmulo de atribuciones del
capitán, tanto de carácter público como privado, da a sus facultades el carácter extraordinario y
exorbitante al derecho común.
Funciones
a) Mantener el orden interior del buque, reprimir faltas cometidas a bordo por
tripulantes o pasajeros e imponer a bordo las sanciones establecidas por las leyes
y reglamentos respectivos;
Testamentos
17
Art. 124. - El capitán otorga el testamento marítimo y recibe el testamento
cerrado con las formalidades dispuestas por la ley respectiva, dejando constancia
de ello en el diario de navegación. También hace constar en el mismo libro la
entrega del testamento ológrafo.
Fallecimientos a bordo
Art. 126. - Los bienes inventariados y el respectivo inventario, así como la copia
autenticada de las actas de nacimiento, defunción, matrimonio o desaparición de
personas, y los testamentos otorgados o recibidos a bordo, deben ser entregados
por el capitán a la autoridad marítima o consular, según corresponda, del primer
puerto de escala, haciendo mención de ello en la exposición que en tal
oportunidad debe levantar de acuerdo con lo dispuesto en el art. 131, inciso m) y
con expresa referencia a la anotación pertinente del diario de navegación.
Consejo de oficiales
Art. 128. - En caso de muerte o impedimento del capitán, asumirá el mando del
buque el oficial de cubierta de mayor jerarquía, quien a su vez es reemplazado
por los oficiales del mismo cuerpo que le siguen en orden de cargo. En última
instancia el mando del buque es asumido por el hombre de la tripulación que
ejerza las funciones de contramaestre.
La persona que asume el mando del buque lo hace con todas las prerrogativas,
facultades, obligaciones y responsabilidades inherentes a la función del capitán,
hasta que se disponga su sustitución por el armador o la autoridad marítima o
consular.
Rechazo de tripulante
Art. 129 - En ningún caso el capitán está obligado a aceptar tripulantes con cuya
permanencia a bordo no esté de acuerdo.
18
Art. 130. - Compete especialmente al capitán:
c) Disponer sobre la organización de los servicios del buque, de acuerdo con las
normas legales o reglamentarias vigentes;
e) Ejercitar toda otra facultad que le otorguen las leyes o reglamentos vigentes.
a) Verificar que el buque sea idóneo para el viaje a emprender y que esté armado
y tripulado reglamentariamente;
c) Rechazar la carga que considere peligrosa para la seguridad del buque u otras
cargas que, teniendo tal característica, no estén acondicionadas de acuerdo con
las reglamentaciones nacionales o internacionales, y arrojar al agua la que se
vuelva peligrosa durante el viaje;
f) Adoptar en caso de peligro, todas las medidas que estén a su alcance para la
salvación del buque, de las personas y de la carga que se encuentren a bordo,
realizando, si fuera necesario, una arribada forzosa o pidiendo auxilio;
19
i) Velar por el cumplimiento de las disposiciones legales y reglamentarias
referentes al alojamiento y alimentación de la tripulación y de los pasajeros y por
el buen estado sanitario e higiénico del buque;
Art. 132 - En caso de necesidad durante el viaje, el capitán, previa reunión del
consejo de oficiales, puede obligar a los que tienen víveres de su propiedad
particular, a que los entreguen para el consumo común de todos los que se hallen
a bordo, abonando el importe en el acto o, a más tardar, en el primer puerto. En
las mismas circunstancias puede tomarlos de la carga, abonando el valor
correspondiente en su respectivo puerto de destino.
Deber de obediencia
20
en un puerto extranjero donde no exista cónsul argentino, dentro de lo que
permitan las leyes del lugar y las normas del derecho internacional público de la
navegación.
Responsabilidad
Art. 134 - El capitán, aun cuando esté obligado a utilizar los servicios de un
práctico, es el directo responsable de la conducción, maniobra y gobierno del
buque, sin perjuicio de la responsabilidad que corresponde al práctico por su
defectuoso asesoramiento. La autoridad del capitán no se subroga a la del
práctico.
Deber de servicio
Aplicación extensiva
Art. 174 - El armador es responsable de las obligaciones contractuales contraídas por el capitán
en todo lo relativo al buque y a la expedición, y por las indemnizaciones a favor de terceros a
que haya dado lugar por hecho suyo o de los tripulantes. (El armador responde por los hechos
de sus dependientes)
No responde en el caso de que el capitán haya tenido noticia o prestado su anuencia a hechos
ilícitos cometidos en fraude de las leyes por los cargadores, salvo la responsabilidad personal de
aquél. (No responde en caso de dolo del capitán)
Limitación de la responsabilidad
Art. 175 - El armador puede limitar su responsabilidad, salvo que exista culpa de su parte con
relación a los hechos que den origen al crédito reclamado al valor que tenga el buque al final del
viaje en que tales hechos hayan ocurrido, más el de los fletes brutos, el de los pasajes percibidos
o al percibir por ese viaje y el de los créditos a su favor que hayan nacido durante el mismo.
Esta limitación de responsabilidad al valor del buque es optativa con el derecho del propietario
de poner aquél a disposición de los acreedores, por intermedio del juez competente, adicionando
21
los otros valores y solicitando la apertura del juicio de limitación, dentro de los tres (3) meses
contados a partir de la terminación de la expedición.
Daños personales: No hay limitación en daños personales (lesiones o muerte) en el caso en que
no se alcance a cubrir el monto determinado de 13 argentinos oro por tonelada, por lo que el
armador deberá responder personalmente hasta concurrir con la cantidad necesaria para
cubrir ese monto.
No está comprendida en el valor del buque ni en los créditos a favor del armador referidos en el
primer párrafo de este artículo la acción contra el asegurador y su indemnización. Pero esta
última responde, como cualquier otro bien del armador, por las sumas acrecidas a que se refiere
el tercer párrafo.
Si el armador tuviere un crédito contra un acreedor suyo por perjuicios resultantes del mismo
hecho, se compensarán los respectivos créditos, y las disposiciones de esta sección relativas a
limitación de responsabilidad sólo se aplicarán a la diferencia que resultare.
Compensación: Cuando hay crédito por parte del armador con un acreedor, los créditos se
compensan y la limitación se aplica a la diferencia no compensada
Prácticos
Art. 145 - El práctico es un consejero de ruta y maniobra del capitán. En ejercicio de sus
funciones a bordo de buque extranjero es delegado de la autoridad marítima.
Obligaciones
a) Embarcarse a bordo del buque que debe pilotear y permanecer en él hasta la salida de su zona
de practicaje, o hasta que sea amarrado o fondeado en el lugar asignado;
b) Sugerir la ruta y las maniobras necesarias para la debida y segura conducción del buque;
22
c) Asesorar al capitán en todo cuanto le sea requerido a los efectos de la navegación, ruta,
gobierno, maniobra y seguridad de buque en su zona;
d) Dar directamente órdenes referentes a la conducción y maniobra, cuando sea autorizado por
el capitán y bajo su inmediata vigilancia o la de su reemplazante reglamentario;
g) Dar cuenta de inmediato y por el conducto más rápido a la autoridad marítima más cercana,
de todo acaecimiento extraordinario y de toda infracción a las leyes y reglamentos vigentes que
se cometan a bordo del buque que pilotea o por otros que naveguen en la zona.
Baqueanos
Se utiliza en lagos o lugares menos complejos. Art. 147 - Los baqueanos, cuando fueren
contratados para pilotear un buque de cuya tripulación no forman parte, se regirán por las
disposiciones precedentes.
Practicaje
Art. 100. - La autoridad marítima impondrá la obligación de utilizar prácticos por los buques
argentinos y extranjeros, en toda zona donde sea necesario.
Art. 101. - La reglamentación fijará la forma en que será prestado el servicio de practicaje, así
como las tarifas correspondientes.
Uso de remolcadores
Art. 102. - La autoridad marítima debe disponer el uso obligatorio de remolcadores en todo
puerto donde sea necesario.
Necesidad de patente
Art. 103. - En aguas de jurisdicción nacional, ningún buque puede prestar servicios de remolque
si no tiene patente de remolcador o permiso otorgado por la autoridad marítima, salvo caso
fortuito o de fuerza mayor.
3.6 Abordaje
Es el choque o colisión entre dos o más buques, específicamente entre sus bordas. Debe haber
un contacto material entre dos o más buques: teniendo en cuenta la universalidad de cosas
comprendidas en la expresión “buque”, de acuerdo a lo establecido en la ley de navegación. El
buque es considerado una universalidad de hecho, adquiriendo, en relación al abordaje,
23
significativa importancia. Es menester para que se apliquen las reglas del abordaje que la
colisión tenga lugar entre dos o más buque. Por tanto, si cualquiera de ellos no se encuentra ya
destinado o habilitado para navegar (caso de construcción flotante sustraída a la navegación y
destinada a mero asiento de confitería, estacionario de prácticos, etc.; o casco hundido en el
segundo caso) el choque o contacto material no será jurídicamente abordaje, quedando sujeto a
las reglas del derecho común.
3.6.1 Elementos
24
su graduación, las consecuencias del accidente deberán ser soportadas por partes
iguales y con independencia de los daños que haya sufrido cada uno de los buques.
Ahora bien, mediando muerte o lesiones personales, el art. 360, 2° párr. establece
una solución específica: ambos buques deben responder solidariamente, sin
perjuicio del derecho de repetición que le asistirá a quien se haya visto forzado a
abonar un importe superior al que le correspondía soportar de acuerdo con la regla
de la proporcionalidad expuesta.
- Culpa del práctico: aún cuando el abordaje fuese imputable al práctico, las
responsabilidades establecidas por la ley subsisten. Por tanto, el armador o
propietario del o de los buques responsables no podrán oponer la culpabilidad del
práctico frente a las reclamaciones por daños emergentes de un abordaje. La
solución que en tal caso prevé el art. 361 guarda coherencia con el principio sentado
en el art. 134, según el cual, a pesar de hallarse el práctico a bordo, el capitán es el
único responsable de la conducción, maniobra y gobierno del buque. Es también
congruente con el art. 145, el cual define al práctico como un consejero de ruta y
maniobra del capitán.
- Abordaje causado por culpa de un tercero: si un buque aborda o choca a otro,
expresa el art. 362, por culpa exclusiva de un tercero, éste será el único responsable
por las consecuencias derivadas del accidente.
- Abordaje con un tren o convoy de remolque: la solución al respecto está consagrada
en el art. 363, según se trate de remolque-maniobra o de remolque-transporte. En
consecuencia, el convoy constituido por el remolcador y el remolcado se considera
como un solo buque a los efectos de la responsabilidad hacia terceros, cuando la
dirección la tenga el remolcador, sin perjuicio del derecho de repetición entre sí, de
acuerdo con la culpa de cada uno. La responsabilidad hacia terceros recae sobre el
remolcado, cuando tenga a su cargo la dirección del convoy o de la maniobra, sin
perjuicio del derecho de repetición entre los buques.
Art. 358. - Cuando un abordaje entre dos (2) o más buques se origine por causa de fuerza mayor
o caso fortuito, o cuando existan dudas sobre sus causas, los daños deberán ser soportados por
quienes los hubieren sufrido.
Culpa
Art. 359. - Si el abordaje es causado por culpa de uno de los buques, el culpable debe
indemnizar todos los daños producidos.
Culpa concurrente
Art. 360. - Cuando exista culpa concurrente en un abordaje, cada buque es responsable en
proporción a la gravedad de su culpa. Si la proporcionalidad no puede establecerse, la
responsabilidad será soportada por partes iguales.
Sin embargo, respecto de las indemnizaciones por daños derivados de muerte o lesiones
personales, los buques responden solidariamente, salvo el derecho regresivo del que pague una
suma superior a la que le corresponde soportar, conforme a aquella proporcionalidad.
Art. 361. - Las responsabilidades establecidas en esta sección subsisten cuando el abordaje es
imputable al práctico, aunque su servicio sea obligatorio.
25
Culpa de un tercero
Art. 362. - Cuando un buque aborde a otro por culpa exclusiva de un tercero, éste es el único
responsable. Si más de un buque es culpable, la responsabilidad se distribuirá de acuerdo con lo
dispuesto en el art. 360.
Art. 363. - En caso de abordaje con otro buque, el convoy constituido por el remolcador y el
remolcado se considera como un solo buque, a los efectos de la responsabilidad hacia terceros,
cuando la dirección la tenga el remolcador, sin perjuicio del derecho de repetición entre sí, de
acuerdo con la culpa de cada uno.
La responsabilidad hacia terceros recae sobre el remolcado, cuando tenga a su cargo la dirección
del convoy o de la maniobra, sin perjuicio del derecho de repetición entre los buques.
Perjuicios resarcibles
Art. 364. - La indemnización que el responsable o responsables sean condenados a pagar, debe
resarcir los perjuicios que puedan ser considerados, normal o razonablemente, una consecuencia
del abordaje, excluyéndose todo enriquecimiento injustificado.
Art. 365. - Es obligación de los armadores de los buques o de sus representantes, disminuir en
todo lo que sea posible, las consecuencias del abordaje, evitando perjuicios eludibles.
Monto de la indemnización
Art. 366. - La indemnización, dentro de los límites de causalidad establecidos en el art. 364,
debe ser plena, colocando al damnificado o damnificados, en tanto sea posible, en la misma
situación en que se encontrarían si el accidente no se hubiese producido.
Art. 367. - El armador y el propietario del buque no son responsables del incumplimiento de las
obligaciones del capitán, después de un abordaje, previstas en el art. 131, inc. 1).
Art. 369. - Las disposiciones de esta sección son aplicables a los daños que un buque cause a
otro o a las personas u objetos que se encuentren a su bordo, aunque no haya existido contacto
material.
Prescripción
Art. 370. - Las acciones emergentes de un abordaje prescriben por el transcurso de dos (2) años
contados a partir de la fecha del hecho.
26
En el caso de culpa concurrente entre los buques, o entre los integrantes de un (1) convoy o de
un (1) tren de remolque, las acciones de repetición en razón de haberse pagado una suma
superior a la que corresponda, prescriben al cabo de un (1) año contado a partir de la fecha del
pago.
Asistencia: Todo auxilio que presta un buque en peligro a las personas y bienes a bordo de ese
buque, o a restos de una aventura marítima, que ha sido sometida a un peligro. Es una instancia
de potencial peligro, aun no ha ocurrido el siniestro.
Se trata del mismo instituto, pero se trata de dos instancias diferentes. Es un contrato de
locación de obra.
3.7.1 Requisitos
- Peligro: para el buque, para las personas, la tripulación o la mercadería. Debe ser
serio, próximo y posible, lo que determina al Capitán a tomar la decisión.
- No debe existir una relación entre buque asistido y buque asistidor.
- El consentimiento para aceptar el auxilio debe ser inequívoco y anterior al
maniobrar y accionar del auxiliador. A partir del inicio de esas acciones, el
auxiliador tiene derecho al salario de asistencia y salvamento. El resultado debe ser
útil.
El consentimiento para aceptar el auxilio debe ser inequívoco y anterior al maniobrar y accionar
del auxiliador. A partir del inicio de esas acciones, el auxiliador tiene derecho al salario de
asistencia y salvamento. El resultado debe ser útil.
Art. 371. - Todo hecho de asistencia o de salvamento que no se haya prestado contra la voluntad
expresa y razonable del capitán del buque en peligro y que haya obtenido un resultado útil, da
derecho a percibir una equitativa remuneración denominada salario de asistencia o de
salvamento, y que no puede exceder del valor de los bienes auxiliares.
Monto de la remuneración
Art. 379. - El tribunal competente, que en su caso fije el monto de la remuneración que integra
el salario de asistencia o de salvamento, entre otras circunstancias, debe tener en cuenta las
siguientes:
a) Éxito obtenido;
b) Esfuerzo y mérito de los que presten el auxilio;
c) Peligro corrido por las personas y cosas auxiliadas;
d) Peligro corrido por los que presten auxilio y por los medios empleados;
e) Tiempo empleado;
f) Daños, gastos y riesgos de responsabilidad u otros, incurridos por los que presten auxilio, y el
valor y adaptación del material empleado;
g) Valor de las cosas salvadas.
27
Auxilio a personas
Salvamento de vidas
Art. 373. - Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo precedente, los salvadores de vidas
humanas tienen derecho a una parte equitativa del salario de asistencia o de salvamento
acordado a los que hayan salvado bienes en la misma operación.
Art. 374. - Se debe el salario de asistencia o de salvamento aun cuando el auxilio se preste entre
buques pertenecientes a un mismo propietario o explotados por un mismo armador o
transportador.
Art. 375. - Cuando el auxilio sea prestado por varios buques, cada uno de los respectivos
armadores, capitanes y tripulantes y las otras personas que hayan cooperado al mismo, tienen
derecho a ser remunerados.
Contrato de remolque
Art. 376. - Cuando medie un contrato de remolque, el remolcador sólo tiene derecho a un salario
de asistencia o de salvamento cuando los peligros corridos por el remolcado le hayan exigido
servicios extraordinarios no comprendidos en las obligaciones que el contrato le impone.
Art. 377. - Todo convenio celebrado en presencia y bajo la influencia del peligro, puede ser
anulado o modificado por tribunal competente a requerimiento de una de las partes, si estima
que las condiciones convenidas no son equitativas. Asimismo, el tribunal puede reducir,
suprimir o negar el derecho al salario de asistencia o de salvamento, si los auxiliadores, por su
culpa, han hecho necesario el auxilio, o cuando hayan incurrido en robos, hurtos, ocultaciones u
otros actos fraudulentos.
Ejercicio de la acción
Art. 378. - Compete al armador del buque auxiliador y, en su caso, a las personas que cooperen
en el auxilio, la acción por cobro de salarios de asistencia o de salvamento. La acción debe
entablarse contra el armador del buque auxiliado, si éste se hubiere salvado y, en su caso
contrario, contra los destinatarios de la carga salvada.
El armador tiene en el juicio la representación de estos últimos, salvo que tomen intervención
personalmente o por apoderado.
Monto de la remuneración
28
Art. 379. - El tribunal competente, que en su caso fije el monto de la remuneración que integra
el salario de asistencia o de salvamento, entre otras circunstancias, debe tener en cuenta las
siguientes:
a) Éxito obtenido;
d) Peligro corrido por los que presten auxilio y por los medios empleados;
e) Tiempo empleado;
f) Daños, gastos y riesgos de responsabilidad u otros, incurridos por los que presten auxilio, y el
valor y adaptación del material empleado;
Derechos de la tripulación
Art. 380. - Previa deducción de todos los gastos y daños causados por el auxilio, corresponde a
la tripulación una parte del salario de asistencia o de salvamento que, en caso de controversia,
fijará el tribunal competente de acuerdo con los esfuerzos realizados por aquélla. Esta parte se
distribuirá entre los tripulantes en proporción a los respectivos sueldos o salarios básicos, salvo
la del capitán que debe ser el doble de la que le correspondería en proporción a su sueldo o
salario básico. Si están ajustados a la parte, la distribución se hará en la proporción respectiva,
duplicando la del capitán.
Si los gastos y daños insumen la totalidad del salario de asistencia o de salvamento, se debe
apartar del mismo una suma razonable para retribuir al capitán y tripulantes.
Prohibición de renunciar
Art. 381. - Salvo que se trate de buques de empresas especialmente constituidas para
operaciones de asistencia o de salvamento, es nula toda renuncia total o parcial del capitán o
tripulantes a la porción que les corresponde en el respectivo salario, de acuerdo con esta ley.
Buque abandonado
Art. 382. - Toda persona que penetre en un buque abandonado con el propósito de salvarlo, debe
devolverlo a su capitán y tripulantes cuando regresen a bordo, so pena de perder la retribución a
que se haya hecho acreedora y de responder por los daños y perjuicios.
Art. 383. - El armador y el propietario del buque no son responsables del incumplimiento de la
obligación de auxilio a las vidas humanas en peligro, impuesta al capitán en el art. 131, inc. k).
Ambito de aplicación
29
Art. 384. - Las disposiciones de esta sección rigen al auxilio prestado a buques y artefactos
navales entre sí o por aeronaves, así como los que se presten desde la costa.
Prescripción
Art. 385. - Las acciones derivadas de la asistencia o del salvamento, prescriben por el transcurso
de dos (2) años contados desde que la operación haya concluido.
Buques públicos
Art. 386. - Las disposiciones de esta sección se aplican a los servicios prestados por buques
públicos o a los que a ellos se prestaren.
Una primera parte agrupa los elementos del Derecho Aeronáutico y comprende, además, la
consideración de sus fuentes, el ambiente en el que se produce la actividad: espacio e
infraestructura; el instrumento de esa actividad: la aeronave; los sujetos y la regulación de la
circulación aérea
Una segunda contempla las relaciones nacidas de la actividad aeronáutica; la construcción,
adquisición y utilización de aeronaves; la aeronáutica comercial, transporte y trabajo aéreos; la
responsabilidad civil; el infortunio aeronáutico; los seguros, etc.
3.1 Dinamismo
30
3.2 Internacionalidad
En primer término, es una consecuencia del medio donde se desarrollan las actividades
reguladas por esta disciplina: el espacio aéreo, por esencia, es uno solo para todos los países.
Por otra parte, considerado como medio de comunicación, el espacio aéreo presenta una
modalidad específica: une a todos y cada uno de los Estados del globo
Considerado el aspecto del espacio, debe contemplarse también que la aeronave atraviesa el
espacio por encima del territorio de numerosos Estados. En tales circunstancias, son necesarios,
en primer término, principios internacionales que solucionen los problemas de jurisdicción que
puedan plantearse y también una cierta uniformidad entre las distintas legislaciones, pues sería
muy inconveniente el choque entre principios o doctrinas opuestas, que trabarían la circulación
aérea internacional.
Para lograr la concreción de la internacionalidad se utilizan dos procedimientos
complementarios: la uniformidad y la unificación legislativas. El primero se manifiesta en la
sanción de leyes internas que reproducen los preceptos de los convenios internacionales
vigentes, de manera tal que los diversos países alcanzan soluciones análogas entre sí y con las
consagradas en aquellos. La unificación señala la adopción de una solución única entre varios
Estados, mediante la concreción de acuerdos que la estructuren.
3.3 Reglamentarismo
Éste aparece como consecuencia del carácter dinámico. Proviene de una necesidad de
adaptación permanente a las exigencias de la técnica, de manera tal que no basta la simple
sanción de leyes generales, sino que los textos deben acumularse hasta el detalle, circunstancia
que exige al legislador delegar, en buena medida, sus facultades al poder administrador, para
que proceda por vía de reglamentaciones complementarias.
3.4 Integralidad
3.5 Autonomía
El Derecho constituye una realidad, tiene unidad sustancial y se basa sobre una estructura única,
el derecho común, lo que impide una emancipación total de los diversos temas que lo integran,
los cuales sólo significan una especificación científica originada en la adaptación a necesidades
especiales impuestas por una actividad también singular
La autonomía es enfocada desde 3 puntos de vista:
- Legislativa: es la más claramente concretada, casi todos los países la respaldan con leyes
positivas, orgánicas e integrales. En el nuestro, la autonomía fue afirmada con la sanción del
Código Aeronáutico, cuyo ART 2 establece que “Si una cuestión no estuviese prevista en este
código, se resolverá por los principios generales del derecho aeronáutico y por los usos y
costumbres de la actividad aérea; y si aún la solución fuese dudosa, por las leyes análogas o por
los principios generales del derecho común, teniendo en consideración las circunstancias del
caso…”
- Didáctica: no ha alcanzado la misma consagración; son muchas las universidades del mundo
en que el Derecho Aeronáutico no se enseña por separado, como un todo completo en sí mismo,
sino que se lo une, bien sea a la materia de transporte en general, bien sea al Derecho Marítimo.
31
- Científica: posee un método de estudio, un objeto y distintos tipos de elementos que no existen
en otra rama de la ciencia jurídica, y que los jueces deben observar cuando dictan sentencia.
3.6 Politicidad
Para algunos autores constituye un carácter distintivo de la materia, aunque para otros no.
En este campo del Derecho, la política, especialmente entendida como política militar y como
política de las relaciones internacionales, ejerce a veces una influencia de naturaleza
predominante y decisiva. El Estado siempre controla la actividad, para asegurar la seguridad de
la comunidad aeronavegante
Además, no hay duda que desde los comienzos, el Derecho Aeronáutico tuvo como objetivo
puntos relacionados con la actividad bélica, y las consideraciones políticas asumían una
fundamental importancia. Sin embargo, con la evolución de esta disciplina jurídica, el carácter
político se ha reducido.
El conjunto de legislación de diversos países, como así también, los convenios internacionales
han negado la existencia de este carácter.
La relación entre la política y el Derecho aparece en todo el orden jurídico; sólo puede decirse
que en algunos sectores esa vinculación es más o menos intensa, pero no debe asignarse por ello
a una materia un estricto carácter político.
4.2 Explotador
Art 65 CA: Este código denomina explotador de la aeronave, a la persona que la utiliza
legítimamente por cuenta propia, aun sin fines de lucro.
Del artículo surge que esta facultad presenta dos elementos constitutivos: la utilización de la
aeronave por cuenta propia y la dirección de su navegación aérea, que comprende la operación
de aquella y su control técnico (Utiliza la aeronave en propio interés y a su propio riesgo,
asumiendo la gestión técnica y comercial de la máquina)
Es decir, que el derecho del explotador se concreta en la facultad de emplear la aeronave en sus
funciones específicas, realizando actividades onerosas o gratuitas, bastando con que sean lícitas.
Quiénes pueden revestir esa calidad: en primer término, puede serlo el propietario. Por su parte,
el dueño de la aeronave puede desprenderse de su derecho de explotador, con consecuencias
diferentes, según se inscriba o no la transferencia del mismo.
Así surge del ART 67: La inscripción del contrato mencionado en el artículo anterior, libera al
propietario de las responsabilidades inherentes al explotador, las cuales quedarán a cargo
exclusivo de la otra parte contratante.
32
En caso de no haberse inscripto el contrato, el propietario y el explotador serán responsables
solidariamente de cualquier infracción o daños que se produjesen por causa de la aeronave.
EXPLOTADOR
ARTICULO 65. – Este código denomina explotador de la aeronave, a la persona que la utiliza
legítimamente por cuenta propia, aun sin fines de lucro.
LOCACION DE AERONAVES
El contrato deber constar por escrito y ser inscripto en el Registro Nacional de Aeronaves, a los
fines de los artículos 66 y 67 de este código.
Comprende a todas aquellas personas que cumplen sus funciones a bordo de la aeronave, bajo
las órdenes de un comandante, quien forma parte del mismo.
A bordo de la aeronave existe una comunidad formada por todos aquellos que forman parte del
personal de vuelo y hay una relación de dependencia que los une directamente frente al
comandante, que es quien gobierna y dirige dicha comunidad
Otro elemento digno de consideración es el referido al riesgo propio del vuelo, las
características propias de la aeronavegación requieren una permanente atención del personal
para alcanzar ese nivel tan elevado de seguridad que se necesita.
Otras notas comunes son la irregularidad de los horarios de trabajo y la duración menor de su
vida útil frente a quienes desarrollan tareas de otra índole.
La situación del personal de vuelo puede ser permanente y, asimismo puede perder sus
condiciones, lo que exige la periódica actualización de sus habilitaciones y, por ende, lo sujeta
33
al riesgo de verse privado de seguir cumpliendo sus tareas específicas como consecuencia de
una decisión de la autoridad administrativa.
No hay convenciones internacionales sobre la materia laboral y por eso se aplican las leyes
internas de cada Estado.
Son Personal de Vuelo o Aeronavegante:
- Personal de Dirección o Gobierno:
♦ Comandante
♦ Copiloto
♦ 1er. Oficial
- Tripulación de Cabina de Pasajeros:
♦ Comisario de a bordo
♦ Auxiliar de a bordo
4.3.1 Comandante
Funciones técnicas:
- Se refieren directamente a la conducción de la aeronave, ya que el comandante es el jefe
técnico de ella.
Su esencia consiste en velar por la seguridad del viaje, a cuyo efecto tiene particular relevancia
el cumplimiento de las normas de circulación aérea y la verificación de la preparación de la
aeronave para la operación que debe cumplir
- ART 84: El comandante tiene la obligación de asegurarse antes de la partida, de la eficiencia
de la aeronave y de las condiciones de seguridad del vuelo a realizar pudiendo disponer su
suspensión bajo su responsabilidad. Durante el vuelo y en caso de necesidad el comandante
podrá adoptar toda medida tendiente a dará mayor seguridad al mismo.
- Las funciones técnicas del comandante comienzan antes del viaje: en este período de su
actividad, debe sujetar la máquina al control de las autoridades, cumplir los requisitos aduaneros
y sanitarios, tener en orden los documentos de vuelo, revisar los partes meteorológicos, vigilar
la distribución de la carga, obtener la autorización para despegar y, en general, ajustarse a las
indicaciones de los organismos de protección al vuelo.
- Comenzado el vuelo, le corresponde dirigir la maniobra de la aeronave, desde el despegue
hasta el aterrizaje, inclusive con la determinación de la ruta a seguir, dentro de los límites
establecidos por las normas.
- También debe mantener actualizados los libros de a bordo, adoptar todas las medidas
necesarias para la seguridad de los pasajeros y carga, secuestrar y guardar para que sean
destruidas y no causen daños las cosas transportadas contra la prohibición de llevarlas, custodiar
las pertenencias de las personas fallecidas durante el viaje y agotar los medios de salvar la
aeronave antes de abandonarla.
34
- Tiene también la facultad para resolver los casos de echazón
- ART 81. – El comandante de la aeronave tiene, durante el viaje, poder de disciplina sobre la
tripulación y de autoridad sobre los pasajeros. Debe velar por la seguridad de los mismos, no
pudiendo ausentarse de la aeronave sin tomar las medidas correspondientes para su seguridad.
- ART 82. – En caso de peligro el comandante de la aeronave está obligado a permanecer en su
puesto hasta tanto haya tomado las medidas útiles para salvar a los pasajeros, la tripulación y los
bienes que se encuentran a bordo y para evitar daños en la superficie.
- ART 83. – El comandante de la aeronave tiene derecho, aun sin mandato especial, a ejecutar
compras y hacer los gastos necesarios para el viaje y para salvaguardar los pasajeros, equipajes,
mercancías y carga postal transportados.
- ART 84. – El comandante tiene la obligación de asegurarse antes de la partida, de la eficiencia
de la aeronave y de las condiciones de seguridad del vuelo a realizar pudiendo disponer su
suspensión bajo su responsabilidad. Durante el vuelo y en caso de necesidad el comandante
podrá adoptar toda medida tendiente a dará mayor seguridad al mismo.
- ART 86. – El comandante de la aeronave tiene el derecho de arrojar durante el vuelo, las
mercancías o equipajes si lo considerara indispensable para la seguridad de la aeronave.
- Aun después de finalizar el viaje, debe cumplir con las normas aduaneras y sanitarias, entregar
a la autoridad los elementos que deban ser custodiados y poner en conocimiento de aquella la
circunstancia de haber aterrizado fuera del aeródromo
Funciones disciplinarias:
- ARTICULO 81. – El comandante de la aeronave tiene, durante el viaje, poder de disciplina
sobre la tripulación y de autoridad sobre los pasajeros. Debe velar por la seguridad de los
mismos, no pudiendo ausentarse de la aeronave sin tomar las medidas correspondientes para su
seguridad.
- El poder del comandante frente a los tripulantes comprende la potestad de impartir órdenes,
que deben ser obedecidas, y de aplicar las sanciones previstas en las disposiciones laborales;
mientras que la autoridad sobre los pasajeros lo habilita para impedir que ellos perturben el
orden a bordo.
- Su autoridad comprende, respecto de unos y otros, el poder de desembarcarlos cuando sea
necesario, por motivos de seguridad.
Funciones privadas:
- Tiene la calidad de representante del explotador. Esta representación no es general, sino que
comprende únicamente los actos necesarios para el buen éxito de la operación aérea de que se
trate, y obviamente se ejerce en aquellos lugares donde el explotador no está presente ni tiene
otro representante.
- ARTICULO 83. – El comandante de la aeronave tiene derecho, aun sin mandato especial, a
ejecutar compras y hacer los gastos necesarios para el viaje y para salvaguardar los pasajeros,
equipajes, mercancías y carga postal transportados.
Funciones públicas:
- ARTICULO 85. – El comandante de la aeronave registrar en los libros correspondientes los
nacimientos, defunciones, matrimonios y testamentos, ocurridos, celebrados o extendidos a
bordo y remitir copia autenticada a la autoridad competente.
En caso de muerte de un pasajero o miembro de la tripulación, deberá tomar medidas de
seguridad con respecto a los efectos que pertenezcan al fallecido, entregándolos bajo inventario
a la autoridad competente en la primera escala. Si dicha escala fuese realizada en el exterior del
país dará intervención al cónsul argentino.
- Estas funciones han sido calificadas como funciones administrativas, en razón de actuar el
comandante como órgano del Estado, es decir, que aun cuando no tiene calidad de funcionario
público, obra como tal.
- Las manifestaciones de este tipo de facultades son variadas, en un primer grupo aparecen las
funciones del comandante en materia migratoria, sanitaria y aduanera. En otra división se
ubican las funciones de policía judicial, vinculadas con la comisión de delitos. Finalmente, en el
35
campo referido a las funciones del comandante como oficial de estado civil, debe registrar los
nacimientos y defunciones ocurridos a bordo, así como también los testamentos y matrimonios
in extremis.
Comandante de a bordo
- Firma la lista de pasajeros
- Realiza del manifiesto de carga
- Custodia los bienes declarados
- Verifica que todo esté listo para realizar el despegue
- Funciones De seguridad: Es delegado por el comandante, en cuanto a cuestiones de seguridad,
verificación del oxígeno, etc.
Auxiliares de a bordo
Hay uno cada veinte pasajeros
Son aquellos que cumplen funciones directamente vinculadas a la navegación aérea, pero que
son ejercidas sobre la superficie.
La infraestructura es uno de los elementos indispensables para el Derecho Aeronáutico, ya que
la aeronave para operar, requiere desde tierra de ciertos servicios y actividades indispensables
para el desarrollo normal de la aeronavegación.
Son Personal de Superficie:
♦ Despachante de Aeronave
♦ Controlador de Tránsito Aéreo
♦ Jefe de Aeródromo Público
♦ Encargado o Administrador de Aeródromo Privado
El Código Aeronáutico regula dos figuras: El Jefe de Aeródromo Público y Privado y el
Administrador de Aeropuerto.
Es la autoridad superior del aeródromo público, debe estar necesariamente en cada uno de ellos,
tiene a su cargo la acción de coordinación y régimen interno del mismo, es designado por la
autoridad aeronáutica (Comando de Regiones Aéreas, dependiente de la Fuerza Aérea), le
incumbe lo referido a la seguridad de la infraestructura.
El REGUFA dice: El Jefe del aeropuerto es designado por la Fuerza Aérea Argentina y
constituye la Autoridad Aeronáutica del aeropuerto para la dirección, coordinación y régimen
interno aplicable a las funciones que le competen a dicha Fuerza. Ejerce funciones operativas,
de fiscalización y de seguridad de competencia de la Fuerza Aérea Argentina en el ámbito del
aeropuerto y presta colaboración al ORSNA, a los Organismos y Dependencias Estatales, que
cumplen funciones en el ámbito del aeropuerto y al Explotador del aeropuerto, para lograr el
cumplimiento de las normas y disposiciones vigentes.
Corresponde al Jefe del aeropuerto, asegurar el mantenimiento de la capacidad operativa del
aeropuerto y coordinar todas las actividades bajo su dirección que contribuyan a la seguridad y
regularidad de las operaciones Aeronáuticas.
Funciones:
♦ asegura la capacidad operativa del aeródromo, coordina todas las actividades, la seguridad,
regularidad y eficiencia aeronáutica
♦ da cumplimiento al despeje de obstáculos peligrosos (antenas, edificios, etc.)
♦ controla las autorizaciones para las aeronaves
♦ suspende actividades y operaciones, en caso de incidentes, por accidentes, inclemencias del
tiempo
36
♦ inspecciona los libros de a bordo
♦ cumple con las normas para los festivales aéreos
♦ controla todos los certificados de idoneidad de todo el personal aeronáutico
♦ actúa en caso de emergencias y accidentes
♦ aplica infracciones
♦ emite el plan de emergencias y seguridad
♦ fiscaliza el trabajo aéreo y capacita al personal
En todo Aeródromo Privado debe haber un encargado, quien puede ser el propietario o tenedor
del campo o de la persona designada por éste para ejercer dicha función. El nombre, domicilio y
fecha de designación del encargado debe ser comunicada a la autoridad aeronáutica.
Es aquel designado por el Explotador del aeropuerto y tiene injerencia sobre el aspecto
comercial. El Estado no va a ser responsable, es el representante del Explotador.
REGUFA: Los Explotadores de los aeropuertos integrantes del Sistema Nacional de
Aeropuertos, designarán a los Administradores de los mismos, los que actuarán en carácter de
representantes, a fin de atender la explotación, administración y funcionamiento del aeropuerto,
cumpliendo con todas las normas del presente Reglamento y las disposiciones que emita el
Explotador del aeropuerto.
Funciones:
♦ cumple con las disposiciones del REGUFA y el Explotador
♦ controla el ingreso, tránsito y permanencia de pasajeros y vehículos, pudiendo requerir a quien
infrinja las disposiciones el retiro de los mismos
♦ toma medidas de seguridad para salvaguardar pasajeros o cosas que transiten en su ámbito
♦ coordina el uso de las instalaciones
♦ brinda atención al pasajero y usuario según los estándares de calidad
♦ vela porque la actividad comercial se desarrolle en el marco de la Ley del Consumidor
♦ presenta proyectos de ejecución de obras
Accidente aéreo: Acontecimiento que genera daños a personas, a la aeronave o a las cosas que
transporta, y que derivan del empleo de la aeronave. Para que exista un accidente aéreo, basta
que haya un daño originado por el uso de una aeronave en su actividad específica, sin que
interese distinguir según quién o qué haya experimentado el perjuicio ni tampoco según la
mayor o menor magnitud de este alcance. (Videla Escalada)
SECCION A: Concepto
ARTICULO 165. – Abordaje aéreo es toda colisión entre dos o más aeronaves en movimiento.
37
La aeronave se halla en vuelo desde que se aplica la fuerza motriz para despegar hasta que
termina el recorrido de aterrizaje. Se consideran también abordajes los casos en que se causen
daños a aeronaves en movimiento o a personas o bienes a bordo de las mismas por otra
aeronave en movimiento, aunque no haya verdadera colisión.
ARTICULO 166. – En caso de daños causados a aeronaves o a personas y bienes a bordo de las
mismas por abordaje de dos o más aeronaves en movimiento, si el abordaje se produjese por
culpa de una de las aeronaves, la responsabilidad por los daños es a cargo del explotador de
ésta.
El explotador no será responsable si prueba que él y sus dependientes han tomado todas las
medidas necesarias para evitar el daño o les fue imposible tomarlas.
El explotador no tendrá derecho a ampararse en las prescripciones de este título que limitan su
responsabilidad, cuando el daño provenga de su dolo, o del dolo de algunas de las personas bajo
su dependencia, actuando en ejercicio de sus funciones.
ARTICULO 169. – La responsabilidad del explotador alcanza a los límites determinados en los
artículos 144, 145 y 163 según se trate.
ARTICULO 170. – En caso de daños causados a terceros en la superficie por abordaje de dos o
más aeronaves en vuelo, los explotadores de éstas responden solidariamente en los términos de
la sección precedente.
ARTICULO 171. – Si el abordaje se produjo por culpa de una de las aeronaves, el explotador de
la aeronave inocente tiene derecho a repetir el importe de las indemnizaciones que se hubiese
visto obligado a abonar a causa de la solidaridad. Si hubiese concurrencia de culpa, quien como
consecuencia de la solidaridad hubiese abonado una suma mayor que la debida, tiene derecho a
repetir el excedente.
ARTICULO 173. – El explotador demandado por reparación del daño causado por el abordaje
debe, dentro del término de seis meses contados desde la fecha de la notificación, hacerlo saber
al explotador contra el cual pretende ejercer el derecho que le acuerdan los artículos
precedentes. Vencido dicho plazo no podrá ejercitar esta acción.
38
ARTICULO 174. – La responsabilidad del explotador alcanza a los límites determinados en el
artículo 160.
El simple sentido común indica que el socorro aeronáutico puede prestarse en caso de aeronaves
extraviadas o simplemente en peligro de perderse. Naturalmente, la búsqueda solo funciona en
el primer supuesto, pero cuando ello sucede es, sin duda, el paso inicial para el desarrollo de las
operaciones de auxilio, circunstancia que nos lleva a iniciar con ella el estudio de las diversas
figuras. Consiste, en definitiva, en una operación o un conjunto de operaciones destinadas a
averiguar la situación en que se encuentra una aeronave y el lugar dónde está, cuando los
correspondientes servicios de infraestructura no tienen noticia de la misma.
Dentro del campo general del socorro aeronáutico, la asistencia comprende las operaciones
destinadas a evitar un riesgo inminente que amenaza a una aeronave y a sus pasajeros y
tripulantes. Tiene, por consiguiente, una finalidad primordialmente preventiva, ya que tiende a
prevenir un siniestro inminente. Cuando se presta auxilio a un aparato en estas condiciones, esa
cooperación solidaria cabe dentro de la noción de asistencia. Implica acudir en ayuda de quien
se encuentra enfrentado con un peligro que lo amenaza directamente y ha requerido la
colaboración
del asistente, el cual, ante ese requerimiento, aporta sus medios para auxiliar a quien se
encuentra en situación precaria. Se señalan como elementos propios, además del peligro
inminente, el pedido efectuado por la aeronave en peligro y la circunstancia de encontrarse la
tripulación de la misma en condiciones de contribuir a su propia salvación.
Las nociones de asistencia y salvamento, que venimos a exponer, nos proveen un instrumento
adecuado para distinguir sin mayores dificultades ambas figuras, distinción que parece más fácil
en el ámbito aeronáutico que en el marítimo y que no reviste gran importancia desde el punto de
vista jurídico, debido a que, tanto para una cuanto para otro, existen reglas comunes en cuanto a
la obligación de prestarlos y la indemnización de daños y la retribución que pudieren
corresponder. De acuerdo con lo expuesto, la clave de la distinción reside en una cuestión de
hecho: la posibilidad o imposibilidad en que se encuentra la aeronave auxiliada para proseguir
su viaje.
39
ARTICULO 176. – El comandante de una aeronave está obligado a prestar los siguientes
socorros:
ARTICULO 177. – No habrá obligación de prestar socorro cuando esté asegurado en mejores
condiciones, o su prestación significase riesgos para las personas a bordo, o no hubiesen
posibilidades de prestar un socorro útil.
ARTICULO 178. – En los casos del artículo anterior, quien prestase el socorro sólo tendrá
derecho a ser retribuido si ha salvado o contribuido a salvar alguna persona.
ARTICULO 179. – Los explotadores de las aeronaves que hayan prestado asistencia a otra, o
que hayan colaborado en la búsqueda de que trata el artículo 175, o que hayan salvado a alguna
persona, tendrá n derecho a ser indemnizados por los gastos y daños emergentes de la operación
o producidos como consecuencia directa de ésta.
ARTICULO 180. – Los explotadores de las aeronaves que hayan salvado bienes tendrán
derecho a una remuneración que será pagada teniendo en cuenta los riesgos corridos, los gastos
y las averías sufridas por el salvador, las dificultades del salvamento, el peligro corrido por el
socorrido y el valor de los bienes salvados.
La remuneración, que en ningún caso podrá ser superior al valor de los bienes salvados estará a
cargo de los propietarios de éstos en proporción al valor de los mismos y el salvador podrá
reclamarla directamente al explotador de la aeronave socorrida o a cada uno de los propietarios
de los bienes salvados.
ARTICULO 181. – Si han sido salvados al mismo tiempo personas y bienes, el que ha salvado
las personas tiene derecho a una parte equitativa de la remuneración acordada al que ha salvado
los bienes, sin perjuicio de la indemnización que le corresponda.
ARTICULO 183. – Las obligaciones establecidas en los artículos 175 y 176 alcanzan también a
las aeronaves públicas. En estos casos, queda a cargo del explotador de la aeronave socorrida el
pago de las indemnizaciones por los gastos y daños emergentes de la operación o producidos
como consecuencia directa de la misma, con la limitación establecida en el segundo párrafo del
artículo 179.
ARTICULO 184. – Las disposiciones del presente título serán de aplicación en los casos de
búsqueda, asistencia y salvamento de aeronaves realizados por medios terrestres o marítimos.
Desde largo tiempo atrás se tiene en cuenta a nivel internacional la importancia de este tema,
que fue motivo de atención en la Conferencia de Chicago de 1944. En el Convenio se incluyó,
por eso, el art. 26, que dispone que todo Estado en cuyo territorio se produzca un accidente de
40
aviación procederá a abrir una encuesta destinada a investigar sus causas y las características del
hecho.
ARTICULO 185. – Todo accidente de aviación será investigado por la autoridad aeronáutica
para determinar sus causas y establecer las medidas tendientes a evitar su repetición.
ARTICULO 186. – Toda persona que tomase conocimiento de cualquier accidente de aviación
o de la existencia de restos o despojos de una aeronave, deberá comunicarlo a la autoridad más
próxima por el medio más rápido y en el tiempo mínimo que las circunstancias permitan.
La autoridad que tenga conocimiento del hecho o intervenga en él, lo comunicará de inmediato
a la autoridad aeronáutica más próxima al lugar, debiendo destacar o gestionar una guardia hasta
el arribo de ésta.
ARTICULO 188. – Toda persona está obligada a declarar ante la autoridad aeronáutica, en todo
cuanto se relacione con la investigación de accidentes de aviación.
ARTICULO 189. – Las autoridades, personas e instituciones tendrán obligación de producir los
informes que les requiera la autoridad aeronáutica, así como permitir a ésta el examen de la
documentación y de los antecedentes necesarios a los fines de la investigación de accidentes de
aviación.
ARTICULO 190. – Las aeronaves privadas extranjeras que sufran accidentes en el territorio
argentino y sus aguas jurisdiccionales y las aeronaves privadas argentinas que sufran accidentes
en territorio extranjero, quedarán sujetas a la investigación técnica prevista en los convenios
internacionales.
41
5. Derecho espacial
Es el conjunto de normas que regulan la circulación por espacio exterior y las actividades
vinculadas a ella. Para Ferrer es la rama de la ciencia jurídica que estudia los principios y
normas públicas o privadas, nacionales o internacionales, relativas a la navegación por el
espacio superior y las relaciones consiguientes, así como el régimen jurídico de dicho espacio
superior y de los cuerpos celestes. Son distintas las formas en que se lo identifica: Derecho
Astronáutico, Interplanetario, del Espacio, Sideral, de la Navegación de los Espacios Celestes,
etc. Los especialistas creen que lo exacto y mayoritariamente utilizado es hablar de Derecho
Espacial.
5.1 Principios
42
8. Todo Estado que lance u ocasione el lanzamiento de un objeto al espacio ultraterrestre, y todo
Estado desde cuyo territorio o cuyas instalaciones se lance un objeto, serán responsables
internacionalmente de los daños causados a otro Estado extranjero o a sus personas naturales o
jurídicas por dicho objeto o sus partes componentes en tierra, en el espacio aéreo o en el espacio
ultraterrestre.
9. Los Estados considerarán a todos los astronautas como enviados de la humanidad en el
espacio ultraterrestre, y les prestarán toda la ayuda posible en caso de accidente, peligro o
aterrizaje forzoso en el territorio de un Estado extranjero o en alta mar. Los astronautas que
hagan dicho aterrizaje serán devueltos por medio seguro y sin tardanza al Estado de registro de
su vehículo espacial.
5.2 Caracteres
Siguiendo lo apuntado para los Derechos Marítimos y Aeronáutico, se trata de una rama del
derecho que posee:
- INTERNACIONALIDAD
- INTEGRALIDAD
- PREVISIBILIDAD: la ciencia va elaborando sus principios en base a previsiones (y
no amoldándose a lo que va ocurriendo –dinamismo-), adelantándose a la
evolución.
- POLITICIDAD: la injerencia de los Estados como entes de Derecho Público hace
ver muchos autores el carácter politicista de la rama; quienes niegan este carácter,
creen que la injerencia del Estado no torna a la rama en publicitas.
- AUTONOMIA: no se puede hablar de independencia de una rama con respecto al
derecho común. Cuando una materia no puede ser simplemente gobernada por el
derecho común, comienza a especializarse y nace entonces la autonomía.
43