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¿Sabías que, por ejemplo, nuestra luna de nacimiento (donde estaba la

luna cuando nacimos) devela numerosos misterios acerca de quiénes


somos? ... Nuestra identidad femenina o en los varones su lado femenino, y
para mujeres y varones los aprendizajes espirituales que hemos venido a
experimentar, la relación con nuestra madre biológica, a qué tribu venimos a
apoyar y experimentar sus enseñanzas en este tiempo, ¡cuál es nuestra
tribu ancestral de origen!

Para derivar los aprendizajes que aportarán a nuestra evolución y a nuestro


crecimiento espiritual, más allá del signo solar, las mujeres específicamente
requerimos conocer nuestra Tribu Lunar, explorarla, sentirla, reconocerla.

La Abuela Luna además de acompañarnos, guiarnos y abrazarnos con su


paso diario por el cielo, con su rayo plateado toca nuestra vida en el momento
de nacer… Y esta memoria interna la llevamos y develamos a través del signo
lunar.

Usualmente, hemos aprendido a “conocernos” a través del signo solar -lo


masculino en nosotras- (el signo en el cual se encontraba el sol en el
momento exacto de nuestro nacimiento),pero pocas veces hemos sido
invitadas a conocer el signo lunar o nuestra luna de nacimiento -lo
femenino- (el signo y casa en donde la Abuela Luna se encontraba en el
momento exacto de nuestro nacimiento).

¿Y qué podemos descubrir de nosotras a través de nuestra luna de


nacimiento? :: Nuestra esencia femenina (hombres y mujeres):: Infancia y
los dones que nos toca cultivar para evolucionar.

:: El hogar que nuestro corazón anhela habitar (eso que llamamos


“hogar”).

:: La relación con nuestra madre biológica y espiritual.

:: Los hábitos que nos estabilizan.

:: El linaje ancestral al cual pertenecemos y del cual venimos.

:: Nuestra manera de conectar con lo Sagrado Femenino.


:: El sentido profundo de nuestra vida, los grandes aprendizajes
espirituales.

Acercarnos y conocer nuestra Tribu Lunar significa tener una radiografía


exacta de nuestro corazón y el sentido profundo de vida que en alma y
espíritu hemos elegido para vivir aquí y ahora, en esta experiencia humana.
Si conocemos nuestra Tribu y cultivamos sus dones, hábitos y energía,
tenemos vitalidad para ir con presencia y belleza hacia otras áreas de nuestra
vida.

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