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Mucho antes de Jung, tanto en Roma, como en la antigua Grecia nos encontramos con diversas
historias mitológicas que relatan cuentos sobre distintos personajes.
Estas historias que a su vez fueron tomadas de civilizaciones más antiguas, como la celta, tienen un
propósito más profundo que el de un cuento místico. Las leyendas se cuentan y pasan de una
civilización a otra (con los retoques propios de cada cultura) con el fin de descubrir la conexión del
hombre con la divinidad, de entender “el viaje del alma”a travès de las leyendas de los personajes.
Si conocemos las historias mitológicas, no podemos evitar cuestionarnos qué personaje estamos
interpretando. La mitología nos cuenta la historia de la creación, nos encontramos con personajes
como “Caos” “Urano” “Venus” “Cosmos” “Gaia”, entre muchísimos otros. Hay Mitología de la
India, Nórdica, Romana, Egipcia...etc. Todas son lecturas, interpretaciones arquetìpicas de ese viaje
evolutivo que hacemos los seres humanos.
La mitología utiliza la metáfora y la poesía, como recurso narrativo, al igual que lo hace cualquier
libro sagrado (La Biblia, La Torà, etc). Este método permite que cada cual haga una lectura distinta
y construya su propia mitología, a través de la interpretación. Por eso son tan difìciles de interpretar
y no se pueden dar por entendidos sòlo con leerlos. Según el estado de consciencia de cada quien, la
interpretación de un mismo texto, toma un signficado absolutamente distinto. Por tanto, si desde las
civilizaciones más antiguas hasta las más actuales, se ha hecho uso de cuentos,metàforas, mitos,
leyendas, dioses y arquetipos; debemos detenernos a pensar la sabiduría que existe en este recurso
de autoconocimiento.
Es importante que cada cual tome el arquetipo como una energía y que ponga el nombre que más
resuene en su cultura. Tengan en cuenta que al ser un material que se destina a diferentes paìses voy
a referirme a Diosas de diferentes mitologìas. En cierto punto, es lo mismo trabajar con Demeter,
Kuan Yin, Gaia o con la Pachamama en tanto tomemos el concepto más amplio de “Energía
Materna”; asì mismo cada una tiene sus peculiaridades y representa distintas caras de la energìa
materna.
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La madre es el arquetipo de la mujer madura, ya ha sido doncella inocente, ya se ha visto envuelta
en el néctar del amor y la pasión como Afrodita. Ahora su energía es el elemento tierra, trae vida al
mundo, plasma sus proyectos y sus ideas en la materia, manifiesta sus creaciones.
En cada Luna llena se puede trabajar una “Nueva cara” de esa energía, influenciada por la estación
y el mes en cuestión; que también tienen su impronta propia.
El Sendero de la Luna
Lo que vamos a recorrer juntas es un método de sanación que es de mi autoría y se llama “El
sendero de la Luna” Este método nos permite sanarnos, conocernos y alinearnos con la tierra. De
aquí saldran brujas, alquimistas y chamanas. Este sendero como método de sanación se dictará de
esta forma (a distancia) y a través de referentes, sólo por este año.
A partir de aquí el material será cada vez más complejo y comprometido; por lo que sólo va a
llegar a quien el universo disponga. Está guiado desde otros planos, como cada uno de mis escritos
y tengo absoluta certeza en que llegará a quien deba y que producirá una metamorfosis profunda.
Es tiempo de unificarnos internamente y externamente. Internamente, implica reconocer la verdad
de quienes somos y no quedarnos en una polaridad del ser, o en una ilusión. Una chamana es una
mujer mágica que escucha la voz del viento y de la tierra; pero también es la madre que le grita a su
hijo y pierde el control de sus emociones de tanto en tanto, esto es parte de la eterna evoluciòn. Es
tiempo de desterrar la idea de “la mujer espiritual no terrenal” Esta creencia nos lleva a crear una
ilusión y a vivir incompletas. El costo de vivir esta ilusión, será una caída épica y dolorosa de
nuestro ego que creìa tener “superadas” ciertas cuestiones, que lejos de superarse se incorporan.
Una chamana, sabia o sacerdotisa sabe que parte de su fuerza viene de su sombra, de su deseo
sexual, de sus emociones, de su poder de destruir, de sus miedos.
Y por “unificarnos externamente” me refiero a que hecho èsto, cada vez podremos reconocer màs la
sacralidad de las demás mujeres, con sus luces y sombras. Este proceso se recorre cada año
infinitamente. Porque no se puede develar por completo al alma o al espíritu, creer eso es no
entender en absoluto su propósito, que debe ser misterioso, debe ser inabarcable, insondable, para
que la búsqueda no acabe. “El Sendero de la Luna” està explicado en mi primer libro, para las que
lo han leìdo. Es un recorrido anual por las distintas lunas y arquetipos, pero tambièn es iniciarse en
el camino de la magia. Iremos viendo poco a poco propiedades medicinales de plantas, de piedras,
como preparar velas, aceites; asì como tambièn conceptos de varias terapias medicinales, entre otras
cuestiones màs complejas.
Dicho esto, volvamos a la Luna llena de este encuentro. Si viven en el Hemisferio Sur, la energía
de la madre se verá influenciada por el arquetipo La Doncella que es la que corresponde a la
estación del año Primavera y si viven en el Hemisferio Norte el arquetipo de la madre propio de la
Luna llena se verá afectado por la energía de la Hechicera que se corresponde al otoño. La madre se
corresponde al número cuatro. La geometría sagrada de este número es maravillosa, pero vamos a
abarcarla en la luna llena de Verano. Sin embargo pueden empezar a buscar este nùmero en la
naturales de algunas plantas.
Tengan en cuenta que la rueda anual tiene cuatro estaciones, compuestas por tres meses,
compuestos a su vez por cuatro fases lunares cada uno. A cada estación le corresponde un elemento,
un arquetipo, un color, una energía y una Luna. Pero a su vez, a cada mes le corresponde una Diosa
que es un aspecto del arquetipo principal. Cada mes recorremos las cuatro fases de esa Diosa, su
aspecto juvenil en Luna creciente, su aspecto maduro en Luna llena, su aspecto alquímico en Luna
Menguante y su sabiduría en Luna Nueva. A continuaciòn les dejo unos cuadros que resumen èsto.
Luna Menguante
Luna Creciente
Una vez hecho esto dirigen su atenciòn y sus manos hacia el elemento Aire diciendo
“Pido permiso a los guardianes del aire, invoco a mis hermanas del Este para que me asistan con su
sabidurìa”
A continuación giramos hacia el elemento Fuego diciendo
“Pido permiso a los guardianes que custodian el Fuego, invoco a mis hemanas del Sur para que me
asistan con su luz”
Nos dirigimos a continuaciòn al Agua diciendo
“Pido permiso a los guardianes del Agua, invoco a mis hermanas del Oeste para que me asistan con
su amor”
y finalmente miramos al elemento Tierra diciendo “Pido permiso a los guardianes de la Tierra,
invoco a mis hermanas del Norte para que me asistan con su oscuridad”
En este encuentro, vamos a conocer la energìa de la Luna Llena que representa como arquetipo la
energìa de la madre. La luna llena està asociada al verano.
En esta fase los brotes de nuestros proyectos comienzan a plasmarse, a abrirse al mundo. Nosotras
nos sentimos plenas por momentos, así como también frustradas; ya que poner en marcha esta
nueva energía nos implica autoexigencia y expactativas. Tal como la luna, mostramos al mundo una
cara lumínica, pero detrás se oculta nuestra cara oscura, nuestros miedos. Por lo tanto, mostramos
nuestra luz absoluta y escondemos nuestra sombra. Toda madre posee una cara lumìnica y una
oscura.
La luna llena es la mujer en toda su plenitud e iluminaciòn, momento de extroversiòn, de
concreciòn de proyectos, de arriesgarse. Es poderosa y asertiva. Se asocia a la luna llena con el
color blanco, azul y plata.
La marea està alta, asì como nuestras emociones exacerbadas. Si hemos hecho una buena
desintoxicaciòn en luna menguante encontaremos que tenemos mayor energìa fìsica. Tambièn se
asocia al embarazo y la reproducciòn.
Podemos realizar rituales de abundancia (afectiva, econòmica o de salud).
Diosas: Demèter (diosa griega del cultivo y de la tierra) Kuan yin (diosa asiàtica del amor
incondicional y la compaciòn), Pachamama (Diosa Inca que representa la madre tierra).
La relaciòn con la madre, es nuestro vìnculo con nuestro amor propio y tambièn se relaciona con la
abudancia.
La madre es la primer encargada de nutrirnos y protegernos. Cuando somos bebès dependemos de
nuestra madre completamente, no caminamos, no sabemos buscar nuestra comida como otras
especies, somos completamente vulnerables. En tèrminos de energìa, nuestra campo energètico no
termina de independizarse hasta cumplidos los seis años. “Casualmente” esos primeros seis años
son los màs suceptibles para nuestro psiquismo. Un trauma ocurrido antes de los seis años tiene un
impacto mucho mayor en la estructura psìquica.
Nuestro cerebro establece relaciones y patrones de comporatamiento, en base a nuestros primeros
vìnculos. El vìnculo materno serà el que decodificarà nuestro amor propio. Para comprender esto es
necesario entender como funciona el cerebro.
Cada neurona va a representar un concepto y se va a relacionar con otra neurona a travès de un
proceso llamado “sinapsis”. Esto permite plasmar cierta emociòn o pensamiento en nuestro
organismo.
Por ejemplo; una neurona serà “Amor” y otra serà “Abandono”, entre ambas se producirà una
sinapsis neuronal si me he sentido abandonado en mis primeros vìnculos afectivos o he observado
el abandono como forma de amor.
Cuando esta sinàpsis se produce en nuestro cerebro (En el hipotàlamo especìficamente) se liberan
neurotrasmisores (neuro-pèptidos). Estos trasmisores son compuestos quìmicos que decodificaron la
informaciòn que enviaron nuestras neuronas. Cada emociòn y cada pensamiento se manifiestan en
nuestro cerebro como un quìmico y desde allì, va por el torrente sanguìneo a nuestras cèlulas.
Cuando generamos una y otra vez el mismo componente quìmico, para el cuerpo es similar a
consumir una droga, se vuelve adicto a determinada emociòn que emite ese quìmico.
Todo esto significa que los vìnculos emocionales que tenemos, a nivel biològico,son una repeticiòn
de los conceptos que desarrollamos durante nuestros primeros años de vida y tambièn significa que
son adictivos.
Las cèlulas piden el quìmico que siempre les hemos dado, por lo que cambiar el comportamiento
aprendido es similar a dejar una droga.
El vìnculo con nuestra madre estarà intimamente ligado al desarrollo de nuestro amor propio, a
nuestra capacidad de ser autosustentables, a entablar vìnculos desde la necesidad o desde la
elecciòn. Por eso es tan importante y suele ser tan complejo. Por eso los adolescentes luchan para
desarmar este vìnculo y poder descubrir quienes son como individuos y por eso dicho proceso es
sanador. Esta ruptura del “cordòn umbilical emocional” con la figura materna puede no producirse
nunca, o producirse a diario, incluso con hijs adultos. Pero lo màs probable es que se trate de
romper una conexiòn neuronal y desarrollar una sinàpsis màs saludable. Es decir, asociar a nivel
neuronal al “Amor” con “Respeto” por dar un ejemplo. Si bien el proceso de sinàpsis es mucho màs
complejo, intento simplificarlo en dos neuronas para que se entienda como funciona.
Cuando somos adultos, nos convertimos en nuestros propios padres y madres de nuestro niño
interior. Podemos ser abuelas y sin embargo, una niña interior sigue viviendo dentro nuestro, sigue
siendo una hija buscando amor y aprobaciòn de su madre. Esa niña busca el arquetipo de la madre,
la idea ilusoria de la madre que hubiese querido tener. Cuando en una sesiòn una paciente me dice
“mis padres son maravillosos, no tengo conflictos con ellos” internamente me agarro la cabeza, sè
que tenemos un largo camino por delante y que esa persona està amordazando a su niña interior.
Enfrentar la verdad es doloroso porque implica enfrentar la carencia, pero sòlo desde la verdad
existe el amor propio.
El trabajo de la madre de esta Luna llena, lo atravesaremos desde nuestra niña interna.
Es una energìa muy movilizadora y nos lleva a sanar muchos aspectos de nuestra vida, por lo que
debemos ser muy amorosas y pacientes con nosotras mismas durante este proceso.
Etapa 5: Colocaciòn de los objetos personales y prendida de velas con una intenciòn personal
Etapa 8: Actividad sugerida (Podemos traer algo para compartir o dejarlo para el final)
Disponemos hojas papeles, lapiceras y làpices en el cìrculo. A continuaciòn invitamos a todas a
escribirle una carta a sus madres con todo lo que sienten. Aclaramos que esta carta no se leerà en
voz alta, es absolutamente personal.
Etapa 9: Damos cierre con un sonido y volvemos a tomar el bastòn de la palabra para que cada una
comparta como se siente.
Etapa 10: Cada participante toma su objeto personal y lo guarda junto con su carta. Esta carta la
quemaremos dentro de algunos encuentros y esparciremos las cenizas en un lugar natural. Pero es
necesario procesar internamente lo que hemos trabajado y la carta es el sìmbolo de eso.
“Agradezco al sagrado espìritu que habita en cada una de nosotras, a los seres estelares y a los
guardianes de la tierra, agradezco al poder de los cuatro elementos. Que todo lo que aquì dijimos,
aquì se guarde hasta la pròxima Luna”
Etapa 13: Producimos un ùltimo sonido dando cierre al encuentro e invitamos a las participantes a
decirse “Saludo y bendigo a la niña que vive en tì”