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El Pastor de Hermas

en el siglo II:
de la apocalíptica a la historia

José Pablo Martín [Universidad Nacional de General Sarmiento, CONICET]

Resumen: El Pastor de Hermas, uno de los

E
libros más difundidos entre los cristianos l Pastor de Hermas
después del Nuevo Testamento, olvidado y ilustra con claridad la
recuperado en su edición griega recién en el
siglo XIX, se presenta como un apocalipsis. transición de la apoca-
El contenido de la revelación no es sin embargo
la victoria cósmica del fin de los tiempos sino líptica cristiana desde
la prolongación de la historia de salvación la predicación original
en la construcción de una sociedad interior
a la sociedad del imperio romano: la “torre hacia la doctrina ecle-
amurallada con una sola puerta de entrada”, que
salvaguardará el bien político de la concordia y la siástica posterior. La
equidad frente a la codicia y el placer atribuidos apocalíptica cristiana
a la sociedad pagana. El concepto de iglesia
entonces es relacionado con la meta de la anterior anunciaba la destrucción del
historia, y no tanto con la ruptura cósmica de una
intervención celestial. imperio reinante y la instauración del
nuevo reinado –de Dios– tras un com-
Palabras clave: Hermas - apocalipsis - ciudad de
Dios - virginidad. bate cósmico y universal; El Pastor,
en cambio, acentúa los valores cons-
The Shepherd of Hermas in the tructivos de una sociedad nueva que
second century:
from Apocalypses to History no supone la aniquilación del orden
Abstract: The Shepherd of Hermas is one of político reinante, más bien supone su
the most widely known Chistian books after the continuidad. El hecho de que esta obra
New Testament. Forgotten by centuries until its
Greek edition was recovered in the 19th century, haya desaparecido paulatinamente de
it reveals itself as an apocalypsis. The content
of the revelation is not presented as the cosmic la atención de la biblioteca cristiana no
victory at the end of times but as the continuity debe atribuirse tanto a la desordena-
of the salvation story in the heart of the Roman
Empire: the Church is the “fortified tower with da frondosidad de su factura literaria,
only one entrance door” which will protect the
political value of goodwill and the equity from cuanto a su carácter de propuesta atada
the greed and pleasure of pagan society. The a una transición. Los grupos cristianos
concept of church is, then, more related to the
aim of the history itself than to the cosmic rupture que editan y leen este libro modifican
brought about by a heavenly intervention.
paulatinamente su posición frente al
Keywords: Hermas - apocalypse - imperio romano, y al mismo tiempo
city of God - virginity

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adquieren una nueva autoconciencia lítica en la conducción de los asuntos
como grupo social. públicos. La percepción social gene-
Los críticos ubican la redacción de ralizada es de estabilidad, progreso,
este documento hacia el 140, en algún filantropía. La comunidad cristiana se
lugar cercano a Roma. Su contextura extiende capilarmente, mientras pesa
literaria está compuesta de tres subgé- sobre ella una legislación persecutoria
neros en secuencia: cinco Visiones (= que las autoridades romanas ni apli-
Vis), doce Mandamientos (= Mand) can coherentemente ni se resuelven a
y diez Comparaciones (= Comp). Su anular. Aunque probablemente era un
lengua original, el griego, es la lengua tema menor para la administración
franca del imperio romano del siglo romana, esta situación contenía una
II y de la mayoría de los cristianos, de paradoja irresuelta que tocaba el centro
origen judeo helenista. Algunos han mismo de la legitimación del imperio
querido negar su unidad literaria y ha- ante la conciencia social.
cerlo fruto de una compilación poste- La respuesta de nuestro libro se
rior, pero el texto, aunque complejo y viste con los ropajes del género apo-
desigual, muestra la unidad de redac- calíptico. En efecto, las tres partes de
tor y de intereses. ¶ la obra se presentan como revelaciones
hechas al autor por personajes celes-
La tardanza del fin. tes. Pero esta apocalíptica no anuncia
La ética y el tiempo catástrofes político militares, sino un
tiempo de espera para la construcción
de la comunidad de los elegidos. Los

L
a situación que refleja el texto es
la de crecimiento social, unido a acentos no están puestos en la mal-
cierta impaciencia y relajamien- dad del imperio o en la oposición del
to de algunas costumbres. El texto adversario satánico, sino en los pro-
contiene reiteradas admoniciones blemas internos de la comunidad. El
contra el espíritu de tristeza y contra problema dominante es el de la ética
el espíritu de duda: “El hombre triste cristiana en una sociedad civil que le
obra mal en todo momento” (Mand 10. es extraña, mientras se espera que el
3. 2). El Reino de Dios, esperado por Señor regrese para instaurar su reino.
la primera generación de cristianos, Más aún, el documento afirma que el
tarda en llegar. La ética heroica de los Señor de los Cielos no regresará, es
primeros creyentes ha dejado su lugar decir, no clausurará este período de la
a conductas mediocres y rutinarias. historia, mientras no esté construida
La experiencia fuerte del martirio se la Iglesia. El tiempo de la espera de
combina con abandonos de la fe o con una intervención de Dios, se convier-
mimetizaciones sociales. te en el tiempo de la planificación y
El emperador reinante es Antonino construcción de una sociedad sagra-
Pío, considerado un modelo de piedad da dentro de la sociedad civil. Para
por la sociedad romana y de ética po- la estrategia de nuestra lectura es im-

176 José Pablo Martín / El Pastor de Hermas en el siglo II: de la apocalíptica a la historia
portante considerar la posición del Pero si vuelve a pecar y quiere hacer
escrito en la tradición apocalíptica del penitencia otra vez, no le servirá a tal
cristianismo. Brox (1991: 505-512) en hombre. Difícilmente vivirá (Mand
un comentario insuperado del Pastor, 4. 3. 3-6).1
advierte justamente que se trata de una Es decir, se modifica la estructura
forma apocalíptica que ha perdido el del tiempo de salvación, y con ello se
contenido apocalíptico. Existe una introduce una variante en el concepto
desarmonía literaria en esa fuerza que que los primitivos cristianos tenían
hace que algo de la apocalíptica deba sobre la historia. Se ha agregado al
permanecer cuando se está perdiendo esquema anterior otro tiempo fuerte,
su contexto inicial. un kairós más. Antes, los que habían
En este tiempo de construcción apa- sido bautizados en el nombre de Jesús
rece el tema del pecado de los cristianos habían recibido el perdón y estaban li-
como obstáculo para la maduración de berados del pecado, asegura Romanos
la historia. El pecado de los cristianos 6. 18. Según una interpretación fuerte,
consiste en asemejarse en conducta a reflejada en Carta a los Hebreos 6. 6, no
los grecorromanos. Algunos cristianos era posible el perdón para un pecado
hacen las mismas cosas que los que no posterior al bautismo. Los cristianos
tienen fe ni han recibido el bautismo. primitivos vivieron una ética de los
Entonces el libro anuncia su mensaje últimos tiempos. Pero, por otra parte,
central: Dios ha decidido dar todavía varios textos tardíos del Nuevo Testa-
una oportunidad más para hacer peni- mento contienen exhortaciones a la
tencia. Pero solamente una oportuni- penitencia dirigidos a los que ya han
dad. El revelador dice a Hermas: sido bautizados, por ejemplo en 2 Ti-
Ya que todo lo quieres saber en de- moteo 2. 25. Se puede advertir, enton-
talle, voy a revelarte también una ces, un rigor decreciente en el tema del
cosa, aunque sin querer dar con ello perdón de los pecados, a medida que
pretexto para pecar a quienes han de nos alejamos de los tiempos origina-
creer en el futuro o a los que hace poco les. Se advierte un pasaje de la ética de
tiempo creyeron en el Señor. Porque los últimos tiempos a una ética de los
los que creyeron hace poco o los que tiempos intermedios. El entusiasmo
han de creer en el futuro, no tienen primigenio no admitía traiciones ni
oportunidad para arrepentirse de sus perdones sucesivos dentro de la con-
pecados, pues ya tuvieron remisión de fraternidad que esperaba el reinado de
sus pecados anteriores. Sin embargo, Dios. La marcha del tiempo cotidiano,
para los que fueron llamados antes de sin embargo, trajo a la comunidad la
estos días, el Señor ha establecido una experiencia de la rutina moral. Las
penitencia. [...] Si alguien, después de persecuciones crearon el problema
aquel llamado grande y santo, pecare
tentado por el diablo, tiene todavía 1 La traducción es mía y directa del griego
según Whittaker (1967); señalo la notación
una (oportunidad de) penitencia. extendida –tradicional– de los párrafos.

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institucional de los que habían sido dé- minada. Hasta tanto, hay posibilidad
biles frente a la presión oficial romana, de convertirse y recibir la fe. Toda la
pero, arrepentidos, querían tener una vida del creyente está marcada por este
segunda oportunidad para pertenecer nuevo período que se instaura por la
a la iglesia. La prosa de Hermas revela posibilidad de penitencia. Tomemos
además la novedad de una situación el caso de un marido que ha debido
institucional: en gran medida la co- separarse de su mujer por causa del
munidad se formaba ya por los ‘hijos’ adulterio de ésta. El marido está obli-
de cristianos, no ya por los bautizados gado a separarse porque no puede ser
que habían decidido personalmente el cómplice de una pecadora, pero tam-
asunto de la fe. El cristianismo hereda- poco puede unirse a otra mujer porque
do tenía que tener otras características la anterior tiene todavía posibilidad de
en comparación con el cristianismo penitencia:
elegido. Hay que recibir a quienquiera que
Es notable la división del tiempo pecare, sólo si hace penitencia. Y no
que establece nuestro texto.2 Los que por muchas veces. Pues para los sier-
habían pecado después del bautismo vos de Dios hay una sola penitencia.
hasta la promulgación de este texto, Por si se acoge a la penitencia (la mu-
podían ser perdonados y reingresar a jer), no debe casarse el varón. Y esta
la iglesia. Pero en un futuro que se abre conducta corresponde tanto al varón
a partir del anuncio del texto, ya no hay como a la mujer (Mand 4. 1. 8).
compasión ni posibilidad. Según los
primeros apóstoles y Pablo, el tiempo Así, toda conducta está enmarcada
humano había sido dividido en dos por en el tiempo de la espera.
el llamado de Jesús, con las dos posibi- El término “consumación” o synté-
lidades de salvación o condena. Ahora, leia es técnico en la apocalíptica judía
el texto de Hermas vuelve a dividir el de la época,3 y en el Nuevo Testamen-
tiempo en dos, prolongando la tensión to.4 El término denota el momento en
entre conversión y fin de la historia. que Dios se hará presente para dar por
Mediante alegorías, el texto iden- terminado el período preparatorio de
tifica la historia humana con la cons- la historia humana, para dar comienzo
trucción de una torre, en la que cada a la era del Reino definitivo. Nuestro
hombre fiel es representado por una texto recoge la preocupación de la
piedra colocada en la torre por el cons- comunidad cristiana en torno de este
tructor. Todavía la torre no está ter- concepto:
Le pregunté (a la Anciana que apare-
2 “Porque el Señor ha jurado por su Hijo, que ce ante Hermas) sobre los tiempos, a
quienes negaren a su Señor perderán la vida. ver si ya es la consumación. Y ella gri-
Se trata aquí de los que lo negaren en los días
por venir. Sin embargo, a los que lo negaron
en los días pasados, les ha mostrado la in-
3 Cfr. Testamento de Zabulón 9. 9 (Charles 1908).
mensa misericordia de sus entrañas de com-
pasión.” (Vis 2, 2, 8). 4 Cfr. Mat. 13. 39.

178 José Pablo Martín / El Pastor de Hermas en el siglo II: de la apocalíptica a la historia
tó fuertemente diciéndome: “Hombre táneamente rechazadas por alguna
necio, ¿no ves que la torre se está to- imperfección) de todas maneras
davía edificando? Ahora pues, cuan- sean ajustadas e incorporadas a la
do la torre, que se está edificando, se construcción, pues son sobremanera
terminare, entonces es el fin. Sin em-
brillantes (Comp 9. 94).
bargo, pronto se terminará la cons-
trucción. Y ya no me preguntes nada El texto compite con la Sibila, que
más. Baste, para ti y para los santos, fuera la literatura adivinatoria más ex-
recordar estas cosas y renovar vuestros tendida en el helenismo y fuertemente
espíritus” (Vis 3. 8. 9). asumida por grupos judíos y cristia-
nos. Hermas tiene su segunda visión en
El párrafo contiene una de las llaves
Cumas (Vis 2. 1. 1), patria de la Sibila
del libro. En él se produce la transfe-
homónima, y desde allí recibe una in-
rencia de la idea apocalíptica del cam-
formación, considerada más confiable
bio político cósmico inminente, hacia
todavía.
la idea de una sociedad que por sus
características es realización definiti- Mientras dormía, hermanos, esta re-
va de la historia humana. Se oscurece velación me es hecha por un hermosí-
la forma de la ruptura y se acentúa la simo joven que me dice: -¿Quién crees
forma de la continuidad de los pro- tú que es la anciana de quien reci-
cesos históricos. Estos procesos , sin biste el primer librito? (Se trata de la
embargo, contienen el cambio hacia Visión 1). -La Sibila, le contesté. -Te
lo perfecto y último, y en este sentido, equivocas, me dijo, no lo es. -¿Quién
siguen siendo apocalípticos o revela- es, entonces, pregunté. -Es la Iglesia,
torios del final. me contestó. -¿Por qué entonces se me
La ética de la espera de lo inminen- apareció vieja? -Porque fue creada,
te, que caracterizó a la primera comu- me contestó, antes que todas las cosas.
nidad cristiana, es mantenida y recrea- Por eso aparece vieja y por causa de
da mediante este singular llamado a ella fue ordenado el mundo (Vis 2.
la penitencia, bajo el que se analizan 4. 2).
las demás cuestiones. La misma fuerza Más adelante, en la Visión 4, esta
del anuncio cristiano original, sobre la misma “vieja” –la Iglesia– es recono-
inminente segunda venida del Señor cida por Hermas como “una doncella
con poder desde el cielo, es desplaza- engalanada como si saliera de la cá-
da aquí hacia otro anuncio, el del fin mara nupcial” (Vis 4. 2. 1). Con esta
de la historia “cuando se termine de superposición de juventud y vejez en
construir” la torre. la misma figura el autor quiere hacer
Pues todavía, me dijo, tiene que de la Iglesia cristiana la llave de la crea-
ser la torre edificada por un poco ción, es decir, del tiempo. El fin de la
historia está relacionado con el prin-
de tiempo. Y el dueño de la torre
cipio, es decir, con la misma creación
quiere que estas piedras (momen- del mundo.

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Existe pues una inclusión de todas En nuestro texto, el concepto de
las cosas en el proyecto divino sobre Ciudad de Dios está representado por
la Iglesia, que está en desarrollo. Es- la alegoría de la torre. La arquitec-
tamos en la última etapa, cuando se tura ofrece las metáforas y alegorías
construye de hecho la Iglesia, la torre, más contundentes. Jesús es la roca
es decir, la arquitectura que dio origen o el cimiento, la Iglesia es el edificio
al movimiento del cosmos. Estamos –o la torre o el recinto amurallado;
cercanos al final. La dilación soportada hay también desarrollo alegórico so-
por la primera generación de cristianos bre la puerta, el dueño del edificio, el
se explica por el plan de construcción constructor, los capataces, los ángeles
de la comunidad, y la impaciencia o ingenieros, las vírgenes albañiles, las
la pérdida de fe, deben ser corregidas piedras y su tallado. La alegoría de la
por una intelección más adecuada de construcción atraviesa constantemente
los plazos. ¶ el texto de cada una de las tres partes
de la obra.
La construcción La construcción de la torre permite
de la Ciudad de Dios. discernir las diversas clases de piedras.
El mundo es una cantera desde donde
Las piedras y el castillo salen diversos tipos de hombres, por
tanto, existe una tipología de las piedras
Porque si quisieras entrar en una ciu- (pe/trai). Unas eran blancas y perfec-
dad toda amurallada y que sólo tiene tamente cuadradas, que se ajustaban sin
una puerta ¿podrás acaso entrar en cesura en la construcción. Representan
la ciudad por otra puerta que por la a los ministros de la iglesia. Las piedras
única que tiene? (Comp 9. 12. 5). sacadas del fondo del mar representan a
los hombres que fueron fieles a las aguas

L
a “ciudad amurallada”, según
Hermas, es la realidad humana del bautismo hasta el martirio. Otras
que otorga sentido a la historia. piedras eran colocadas directamente en
Es el único sentido de la historia. El la torre sin tratamiento. Son aquellos de
lenguaje apocalíptico abandona en- conducta intachable. Otras representan
tonces el tópico de la ‘destrucción’ a los neófitos que siguen llegando a la
de la etapa mundana en guerras o iglesia. Otras son rechazadas pero depo-
cataclismos, y prefiere el lenguaje de sitadas en el ámbito de la torre, son los
la ‘construcción’ de la ciudad en esta que están dispuestos a hacer penitencia.5
misma etapa mundana. La victoria Luego continúa el texto con varios tipos
no está dada en un combate cósmico, de piedras que han sido rechazadas de
sino en la edificación progresiva de la construcción, que representan a los
una ciudad, cifra de la creación ente- creyentes hipócritas, a los inmorales, a
ra, cuyas murallas van separando lo los enemigos de la concordia, a los que
que va a quedar adentro y lo que va a aman sus riquezas, a los que reniegan
quedar afuera. Las piedras de la cons-
trucción, son los hombres. 5 Cfr. Vis 3. 5. 1-4

180 José Pablo Martín / El Pastor de Hermas en el siglo II: de la apocalíptica a la historia
de la fe, a los indecisos ante el anuncio En la Visión 3 se habla solamente
de la fe.6 de los hombres que estuvieron en con-
El juicio final –apocalíptico– ya tacto con la iglesia o con la predicación
no está referido a una instancia ex- del bautismo. El texto supone que los
tramundana, sino que se lo muestra lectores son cristianos. Olvida aquí
en desarrollo durante la construcción a los demás hombres. En otros luga-
de la torre, durante esta historia. La res, como en Comp 4. 4, leemos que
historia misma es el juicio. Aparece también los gentiles o paganos serán
incluso una figura de ‘purgatorio’ en abrasados por el fuego. La ciudad que
el siguiente pasaje: se construye en la historia humana es
única, exclusiva, es la Iglesia de los que
Pregunté si a todas aquellas pie-
llevan el nombre del Señor. La idea de
dras rechazadas se les daría oca- iglesia es universalista, en cuanto todas
sión (...) Tendrán, me contestó las etnias y pueblos pueden ingresar a
posibilidad de penitencia, pero ya ella. Pero su significación religiosa es
no pueden encajar en la torre. Se- exclusiva, ninguna otra realización hu-
rán colocadas en un lugar menos mana cuenta para la consumación de
elevado, y recién después de haber la historia, sólo “la ciudad amurallada
recibido tormentos y haber cum- con una sola puerta”.
plido los días de expiación por sus La universalidad del llamado a to-
pecados” (Vis 3. 7. 5-6). dos los hombres está implícita en los
plazos para hacer penitencia. Podría-
No existe gran coherencia entre mos dividir el tiempo en tres segmen-
este anuncio y la tesis general del libro, tos, según los plazos para acogerse al
tendiente a negar otra posibilidad de llamado: a) los cristianos viejos tienen
penitencia después de la actual. Tam- sólo una ocasión más para arrepentirse
poco existe claridad en la idea de que si han pecado después del bautismo;
algunas piedras van a ser colocadas en b) los neófitos o cristianos convertidos
un lugar menos elevado. ¿Dentro de recientemente o a partir del anuncio
la torre? ¿Existe un lugar de salvación contenido en el texto, tendrán que
de segunda categoría? Los pasajes de mantener su fidelidad al bautismo por-
nuestro texto no permiten respuestas que ya no hay otra penitencia; c) sin
exactas. Pero algo es evidente. La in- embargo –y esto escapa a la coherencia
tención del autor es someter a juicio del texto– los gentiles tienen tiempo de
definitivo a los hombres antes del fin, convertirse hasta el último día de la his-
en esta historia. El juicio es el discerni- toria, cuando venga el “dueño de la To-
miento que hacen los albañiles de cada rre” para inaugurar la construcción.7
una de las piedras, para decidir el lugar
que ocuparán en la construcción, o el 7 “Si después de fijado este día, todavía se co-
lugar que les cabe en el descarte. metiere pecado, no tendrán salvación. Por-
que la penitencia para los justos tiene un
límite. Para los santos ya se han cumplido
6 Cfr. Vis 3. 6-7. los días de penitencia. Para los gentiles, en

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No hay combate de ciudad contra tierra” y “tu propia ciudad”, que en otro
ciudad. Esta negación vale sólo si por pasaje se llama “edad futura”. Podría-
“combate” se entiende enfrentamientos mos apurar la contraposición y ver en
de ejércitos o potencias cósmicas. Hay estos dos señores el enfrentamiento
sí una lucha sin cuartel entre las dos entre el Emperador y Dios. El texto
legislaciones de ciudades opuestas. El da motivos más que suficientes para
campo de este combate es el espíritu esta extensión, aunque sin llegar a un
de cada hombre. En la Comparación enfrentamiento directo, sino indirec-
1 están esbozados los componentes to: el enfrentamiento ocurre siempre
centrales de la doctrina de las dos ciu- en el corazón del creyente, sometido
dades, como se verá mucho después en a la atracción de dos leyes en pugna.
la obra de San Agustín: El agonismo de los apocalipsis perma-
nece, aunque desplazado en el tiem-
Sabéis que vosotros, los siervos de
po y en el espacio. El tiempo es esta
Dios, vivís en tierra extranjera, pues historia en la que cada hombre se va
vuestra ciudad está muy lejos de ésta aplicando a sí mismo su propia defini-
en que ahora habitáis. Si pues, ya ción mediante su fe y su conducta. El
sabéis cuál es la ciudad en que defi- espacio del combate es la conciencia
nitivamente habéis de habitar, ¿con de cada hombre. Del agonismo de la
qué fin acaparáis aquí campos y lu- destrucción bélica que habíamos en-
josas instalaciones, casas y moradas contrado en otros apocalipsis se pasa
perecederas?” (Comp 1. 1). aquí a un agonismo de la construcción
simultánea de dos ciudades opuestas.
Hay en este pasaje dos temas im- Es decir, del modelo de una lucha mi-
portantes: uno, la recomendación ha- litar se transita decididamente hacia un
cia el desapego de los bienes raíces, y modelo de confrontación cultural.
otro, las dos legislaciones opuestas, es Encontramos términos e ideas
decir, las dos pertenencias políticas del propios de la tradición estoica, como
cristiano. la pertenencia a dos ciudades, es de-
La muerte del hombre es concebi- cir, una particular y otra universal.
da implícitamente como “volver a su También encontramos algunos otros
propia ciudad” (Comp 1. 2). De alguna términos como el de autárcheia, en-
manera se asiste en este texto a un diá- tendido como “lo suficiente para el
logo indirecto en dos registros diferen- mantenimiento personal”. La moral
tes: el del “Señor de esta ciudad” y el estoica de la época –la teoría moral
del “Señor de tu ciudad”. La ciudad del pública dominante en la sociedad ro-
mundo y la de Dios. Ambos señores mana aunque no necesariamente prac-
pueden decirle al hombre: si no cum- ticada– enseñaba también el desapego
ples las leyes de mi ciudad, apártate de de los bienes pecuniarios y raíces, el
ella. Hay incompatibilidad entre “esta control de las pasiones, la virtud como
ideal de los actos humanos. También
cambio, hay lugar a penitencia hasta el día
postrero” Vis 2. 2. 5. filósofos opuestos al estoicismo de

182 José Pablo Martín / El Pastor de Hermas en el siglo II: de la apocalíptica a la historia
escuela, como Plutarco, sostenían Vivid en paz unos con otros. Cuidad
ideales morales de desprendimiento y los unos de los otros.(...). ¡Atención al
autocontrol. Ya en los escritos de los juicio que se avecina! Los que tenéis en
judíos helenizados, como en el cuarto abundancia, buscad a los hambrien-
libro Macabeos, en Filón y en muchos tos, mientras no se termine todavía la
otros, hay una absorción avanzada de torre. Una vez terminada la construc-
tópicos difundidos por las corrientes ción, buscaréis hacer el bien y no ten-
de pensamiento estoicas. La origina- dréis ya tiempo (Vis 3. 9. 2-5).
lidad de Hermas no consiste en haber En el pasaje citado encontramos
introducido el estoicismo en el campo ecos de la predicación evangélica del
cristiano, sino en haber combinado es- estilo de Mateo 19- 21: “vende lo que
tos conceptos con aquellos propios de tienes y dáselo a los pobres”. Sin em-
la literatura apocalíptica, modificando bargo no existe ya la radicalidad de los
tanto la intelección del cosmopolitis- Evangelios sobre la negatividad hacia
mo estoico, como la intelección de los las riquezas. Hermas no exhorta a des-
anuncios apocalípticos de la inminen- pojarse de las riquezas, propone más
cia de una intervención divina extraor- bien una concertación, una colabora-
dinaria en la historia. ción entre ricos y pobres. Se busca la
El momento de la consumación “paz social”.8
apocalíptica –syntéleia– ya no está La filantropía y las leyes de los
completamente oculto tras la voluntad alimentaria practicadas por el poder
inaccesible de Dios, sino que tiene una romano en épocas de Adriano o de
lógica inmanente, auque siempre en Antonino Pío, especialmente en Ita-
las manos de Dios. Esta lógica consiste lia, tenían fundamentos semejantes a
en la finalidad de la edificación de la los de Hermas. Lo novedoso es aquí la
Torre, de la Iglesia. Hemos asistido a ambientación apocalíptica: la concor-
un desplazamiento de los tiempos apo- dia social debe practicarse porque el
calípticos, para adaptarlos a una nueva juicio de Dios se avecina y el tiempo
situación de la comunidad cristiana. El para la decisión ética está por acabarse.
entusiasmo de la primera generación Sin embargo, el resultado de este en-
debe ser convertido, por la segunda, foque no es apocalíptico: el énfasis de
en ética. ¶ la recomendación no tiene su blanco
en una espera de mutaciones globales
La convivencia social de la historia, sino en el compromiso
por la concordia social. Nos estamos

E
l Pastor de Hermas es un apoca- acercando paulatinamente a la sen-
lipsis que se ocupa de argumen- sibilidad religiosa que dominaría los
tos explícitamente mundanos, siglos siguientes del cristianismo: se
sobre la organización social de la his- mantiene la esperanza del retorno de
toria presente.
8 Cfr. Vis 3. 6. 3.

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Jesús para cerrar el tiempo mundano Algunos problemas prácticos de-
de la Iglesia, pero se desplaza la pre- ben haberse presentado en las comu-
ocupación de saber cómo y cuándo, nidades de las que el autor de nuestro
a favor de un empeño por construir texto tenía conocimiento. Una obser-
la historia mundana según el modelo vación sobre la práctica de la limosna
teológico de sociedad. nos alerta sobre este asunto. “Los que
Estamos lejos de algunos textos que recibieron (limosna) por hallarse atri-
recuerdan el ideal del primitivo cristia- bulados, no serán juzgados; pero los
nismo, es decir, el ideal de la posesión que recibieron fingiendo necesidad,
común de todos los bienes, al estilo de serán castigados” (Mand 2. 5). La reco-
Hechos de los Apóstoles 2. 44, y lejos mendación de ganarse el sustento con
también del abandono de todas las el propio trabajo (Comp 1. 11), tradi-
riquezas recomendado repetidamente cional desde II Tesalonicenses 3,10, va
por las palabras de Jesús. Ahora se trata en la misma dirección, es decir, evitar
de manejar una situación social que el el impacto de la vagancia en la comu-
crecimiento de la comunidad ha pro- nidad so pretexto de que ya se acaba la
ducido. Las comunidades se compo- historia y de que todos vivimos con los
nen de ricos y pobres. Este es el hecho. bienes de todos.
Este hecho crea no una diferencia sino No están ausentes tampoco las im-
una analogía entre sociedad romana y plicaciones de la corrupción interna de
comunidad cristiana. El imperio roma- la comunidad, precisamente en aque-
no también se compone de inmensas llos que manejaban la administración
diferencias entre ricos y pobres, y no del dinero. Se trata de algunos diáco-
está ausente de su conciencia política nos que “saquearon la vida de las viu-
la cuestión sobre la responsabilidad das y huérfanos e hicieron una fortuna
social. El fuerte llamado a desafectar- de lo que recibieron para administrar”
se de las riquezas y propiedades que (Comp 9. 26. 2). Hermas asimila estas
encontramos en Hermas, no está diri- conductas al paganismo. Los cristia-
gido a paganos, sino a cristianos. Sin nos corruptos son imitadores de los
embargo, los cristianos deben distin- paganos (Comp 8. 9. 3). Pero una co-
guirse por lujos éticos, no catastrales. munidad, si es tal, debe tener finanzas,
El énfasis de estas recomendaciones y toda finanza debe ser administrada.
en repetidos pasajes de Hermas, seña- La administración de moneda es el pro-
la que los cristianos de mitad del siglo blema real, porque las leyes de la admi-
segundo en la península itálica a me- nistración no son las leyes de la ética de
nudo incumplían este ideal. La enorme los evangelios. ¿Se trata de un choque
difusión de Hermas en todo el imperio estructural de las dos legislaciones de
romano durante el siglo tercero, señala las que habla Hermas? ¿Podemos re-
que este problema, y otros semejantes, solver este problema diciendo que las
continuaron en el tapete. inconductas de los cristianos consisten
en la práctica de la ética pagana?

184 José Pablo Martín / El Pastor de Hermas en el siglo II: de la apocalíptica a la historia
Hermas presentaría este esquema: ‘regresar al futuro’. Mientras tanto, la
la ética pagana permite apegarse a las comunidad Iglesia tiene sus leyes in-
riquezas materiales porque las consi- termedias, es decir, debe vivir según las
dera verdaderas riquezas; la ética cris- leyes de la otra, mientras permanece
tiana impide aferrarse a este tipo falso en esta ciudad. Tiene su propia estruc-
de riquezas, porque sus riquezas son tura de conducción, pero el texto no
las personas, según la ley de la ciudad acentúa tanto la obediencia respecto de
a la que el cristiano tiene que regresar los conductores, cuanto la capacidad
(la ciudad futura). Lo que Hermas no de los conductores de dar ejemplo de
reconoce ni deja traslucir, es que tam- ética y castidad, y muy especialmente,
bién en la sociedad romana existía el de “mantener la concordia” entre ellos.
impulso teórico y a veces práctico, de Esta es otra señal del texto que permite
equilibrar los desequilibrios sociales atisbar disensiones en las comunida-
y de enseñar al hombre a no apegarse des, probablemente por razones doc-
a las riquezas sino más bien a consi- trinales y socioeconómicas. ¶
derarlas instrumentos racionales para

E
el fomento de la vida humana. Esta es n el libro de Hermas observa-
una pieza fundamental de la ética es- mos la transferencia de conte-
toica. En realidad, si analizamos la éti- nidos en la forma apocalíptica:
ca de Hermas desde un punto de vista de una victoria del ejército del bien se
tipológico, ella se ubica en un campo pasa a una construcción del edificio
medio entre la ética estoica y la ética por la incorporación arquitectónica
religiosa del cristianismo primitivo. de todas las piedras dispersas bajo las
Articula dos perspectivas diferentes: aguas y sobre las tierras. La sociedad
por una parte, predica la penitencia romana es una inmensa cantera in-
ante la inminente consumación de la deferenciada de piedras, de hombres,
historia humana en un esquema apo- para ser colocados en un trabajo de
calíptico; por otra parte, incorpora la edificación, en la nueva sociedad. La
racionalidad helenista para lograr la ley de las piedras dispersas –la socie-
concordia social, es decir, lograr que dad romana–, no es la ley de la cons-
la comunidad cristiana sea una comu- trucción de la ciudad –la sociedad
nidad. En Vis 3. 5. 1 la comunidad cristiana–. La sociedad cristiana, a su
aparece estructurada en niveles di- vez, debe comenzar a aplicar la ley del
ferenciados, como los de fundación siglo futuro.
(apóstoloi), dirección (epíscopoi), en- La concordia social, que no llega
señanza (didáskaloi)) y gestión (diáko- a borrar las fronteras de riqueza y po-
noi). Los mártires ocupan un lugar breza pero que acorta sus distancias y
especial. Son los que han “regresado mitiga sus efectos, era uno de los idea-
a su ciudad”, que a su vez es la ciudad les de la sociedad romana del siglo II, y
del siglo que viene (Comp 4. 2), con un tópico de la literatura estoica de la
lo que se crea el efecto semántico de época imperial. La comunidad cristia-

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na, después de un siglo de expansión, La continencia sexual
encuentra en su seno una realidad pa-
radójica. Por una parte, contiene en su No puede pasar desapercibida la
ideario social un modelo notablemente relación que Hermas establece entre
más comunitario e igualitario que el pulsión sexual y pertenencia a la igle-
helenista. Por otra parte, la expansión sia. La decisión moral y religiosa está
le había dado la ocasión de sentir en tipificada por Hermas según dos figu-
su seno las mismas dificultades de la ras femeninas contrapuestas: el hom-
política romana de concordia social, bre (sujeto) decide su destino según
es decir, la distancia creciente en la adhiera a vírgenes o a mujeres (atri-
escala socioeconómica y el abuso de butos). Las vírgenes visten de blanco,
los administradores de los dineros las mujeres de negro. Las vestiduras
destinados a los pobres. El texto lo re- contienen una alegoría moral y religio-
conoce al asignar a los cristianos una sa. “Virgen” es símbolo del bien o del
conducta pagana. El proyecto social premio; “mujer” es símbolo del mal o
del cristianismo del siglo II, como lo del castigo ordenado por Dios.
podemos encontrar en Hermas, nos Cuando se elabora la alegoría del
hace ver el carácter de mediación his- discernimiento de los hombres en for-
tórica que pudo tener la comunidad ma de piedra para la construcción, son
cristiana. En efecto, al modificar el mo- vírgenes las que acarrean las piedras
delo ideal original de comunitarismo para incorporarlas a la construcción,
estricto y de rechazo de las riquezas, y son mujeres las que alejan las pie-
y al aceptar un modelo de mediación dras que no serán incorporadas. Las
de la riqueza y la pobreza en su propia vírgenes edifican, las mujeres seducen.
comunidad buscando modos de ges- Veamos cómo juega la relación vesti-
tión participativos y con fuerte sentido dura – cuerpo, en las propias palabras
de pertenencia de los individuos y de de Hermas, cuando se refiere a los que
las familias, el cristianismo asume en ingresaron primero y luego abandona-
su seno problemas de la sociedad ro- ron la iglesia .
mana del silgo II, asume también casi
Mas al cabo de cierto tiempo fue-
todos los ideales político sociales del
helenismo, y agrega algo de extrema ron seducidos por aquellas mujeres
importancia para los desarrollos de los hermosas, de negra vestimenta, con
dos siglos siguientes: un ámbito con- los hombros desnudos y los cabellos
creto de mediación social, es decir, una al aire, tal como tú las viste. Apenas
comunidad a la que cada vez más indi- las vieron, se enamoraron de ellas,
viduos sienten pertenecer. ¶ se pusieron sus hábitos y se quitaron
la vestidura de las vírgenes (Vis 9.
13. 7-8).
En general, la moral sexual de Her-
mas vale tanto para el varón como para

186 José Pablo Martín / El Pastor de Hermas en el siglo II: de la apocalíptica a la historia
la para la mujer.9 En este sentido ambos las vírgenes que construyen la Torre.
serían por igual sujetos de la comu- Veamos cada una de estas experiencias
nidad y de la ética. Sin embargo, en y su narración. La primera historia se
el pasaje que acabamos de leer, como encuentra en la introducción a la pri-
en muchos otros de la literatura reli- mera Visión. Leamos el primer párrafo
giosa de la época, los varones son los del libro:
sujetos de la comunidad, mientras las Mi amo me vendió en Roma a una
mujeres son atributos. Los sujetos son tal Roda. Después de muchos años la
buenos o malos según su relación con volví a reconocer y empecé a amar-
los atributos. Los sujetos de la comu- la como a una hermana. Después de
nidad son juzgados según su relación un tiempo la vi bañándose en el río
con lo femenino (sublime o maligno) Tíber, le tendí la mano y la ayudé a
en un nivel ético y también en un nivel salir del río. Viendo entonces su belle-
simbólico. Ambos entrelazados. za discurrí en mi corazón diciendo:
La Iglesia misma es una mujer. Más qué feliz hubiera sido de haber tenido
aún, es una mujer multifacética, an- una mujer con su belleza y carácter.
ciana precósmica, vieja desmejorada, Fue solo un pensamiento, nada más
mujer lozana con aspectos desvaídos, (Vis 1. 1).
doncella hermosa y atrayente. Estas
diversas formas tienen su explicación Extraño comienzo de un libro que
alegórica (Vis 3. 11). En este caso las se presenta como apocalipsis; en efecto,
formas de la mujer son reflejo de los se parece al exordio de una novela he-
atributos de la misma comunidad ecle- lenística, y más si consideramos que la
sial: proyecto divino, realidad huma- propia esposa de Hermas es catalogada
na con espíritu avejentado, cansado, (Vis 2. 2 3) como mujer que murmura
o rejuvenecido y firme. Hay pues una demasiado. Sin embargo, esta historia,
identidad entre el cuerpo de esta mujer marginal en su apariencia, se ensambla
simbólica y la realidad de la comuni- con la trama central de nuestro texto.
dad cristiana. Veamos.
Hermas, por su parte, incorpora En los párrafos que siguen, nos en-
a su narración dos experiencias per- teramos de que esa misma Roda, que
sonales que tocan de lleno el tema de fue dueña de su esclavitud, amada
la sexualidad. En la primera, Hermas como hermana, y deseada como mujer,
afirma haber sentido la atracción de la es la misma persona celeste que apare-
mujer que luego se le aparece desde el ce en la primera Visión. Nos enteramos
cielo como reveladora, y es reprendido también de que el objeto de reproche
por ello. En la segunda, encontramos a de esa Visión consiste en el mal pensa-
un Hermas que tiene reparos en pasar miento que la belleza corporal de esta
una noche en compañía exclusiva de figura celeste y terrestre había ocasio-
nado. La figura celeste, es decir Roda
Reveladora, le dice: “Estoy aquí de pie
9 Cfr. Mand 1. 4. 8; 6. 2. 6; 12. 2. para acusar tus pecados ante el Señor”.

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Hermas a su vez pregunta: “¿no te res- nida la oscuridad, intenté marcharme
peté acaso como a una hermana?” Y la a mi casa, pero ellas no me lo consin-
figura femenina responde: “A tu cora- tieron. Pasé entonces aquella noche en
zón subió el deseo de la maldad” (Vis 1. su compañía y dormí junto a la torre.
1. 5-8). De esta experiencia del deseo, Extendieron ellas sus túnicas de lino
epithymía, surge la confusión y tristeza en tierra y me acostaron en medio de
de Hermas, preludio de su arrepenti- ellas, y ninguna otra cosa hacían sino
miento. Es el gran tema del libro. Los orar (Vis 9. 10. 7 hasta 9. 11. 7).
cristianos son llamados a arrepentirse En esta segunda experiencia po-
de sus pecados, y la figura del deseo demos encontrar la inversión de los
carnal es el prototipo del pecado, aun- elementos de la primera. No es una
que no el único. Es también una puerta experiencia mundana, sino extramun-
para comprender la situación personal dana, porque incluida en el trámite
del autor y de su comunidad. del éxtasis revelatorio. El sujeto que
La segunda narración que se pre- narra no se muestra con deseos car-
senta en la forma de una experiencia nales sino con inhibiciones. Mientras
personal de Hermas, está incorporada en la primera narración una situación
a la ficción de un éxtasis. Veamos su de sensualidad mínima es motivo de
texto. pecado, en la segunda, una situación
Yo me quedé solo con las vírgenes. de sensualidad máxima es interpretada
Ellas estaban muy alegres y se mostra- como el revestimiento de las virtudes
ban amables conmigo. En especial las de las vírgenes, y culmina con la ora-
cuatro más gloriosas. Entonces las vír- ción para que venga el Pastor, es decir,
genes me dijeron: Hoy no viene aquí Jesús, el constructor de la torre. Es la
el Pastor. Les dije: Pues entonces ¿qué gran prueba de la continencia, subra-
hago yo? [...] Me dijeron: a nosotras yada por el contraste permanente entre
fuiste entregado, no puedes retirarte motivos de sensualidad y afirmación
de nuestro lado. Repliqué: ¿cómo voy de la castidad. La pulsión sexual es
a quedarme solo con vosotras? Me transformada en amor por la Iglesia. El
contestaron: Dormirás con nosotras varón se convierte en hermano, el éros
como un hermano, no como un hom- en ágape.10 Las mujeres son hermosas,
bre. Porque tú eres hermano nuestro las vírgenes gloriosas. El hombre debe
y en adelante queremos habitar con- optar.
tigo, porque te amamos sobremanera. La continencia o egkráteia –com-
Yo, sin embargo, tenía vergüenza de pleta abstención sexual– forma parte
habitar con ellas. Entonces, la que pa- privilegiada de la misma definición de
recía presidir el grupo, empezó a be- la fe cristiana, juntamente con la con-
sarme, y las demás, como vieron que fesión del único Dios.
ella me besaba, empezaron también a
besarme y me hicieron girar en torno
de la torre, jugando conmigo [...] Ve- 10 Cfr. Vis 3.8. 5.

188 José Pablo Martín / El Pastor de Hermas en el siglo II: de la apocalíptica a la historia
Parecería, si apuramos exclusiva- loso, Padre y Esposo de su comunidad
mente algunos pasajes del libro, que el amada, adquiere un perfil inconfundi-
rigor absoluto de la confesión monoteís- ble, si se lo compara con las dimensio-
ta se compagina con un rigor semejan- nes sexuales y amorosas de los demás
te respecto del precepto de abstinencia dioses helenistas. Estos dioses sobrelle-
sexual. Si así fuere, Hermas militaría van dimensiones sexuales en el modo
en las sectas llamadas “encratitas”, que de la naturaleza, como conjunción de
tuvieron relativa fuerza en el cristianis- fuerzas contrapuestas, relacionadas,
mo del siglo segundo, y que sostenían entrecruzadas. En el caso del judaís-
un rechazo completo de las relaciones mo, continuado aquí por el cristianis-
sexuales en todas sus formas. ¶ mo, el tema del amor y el celo de Dios
ingresa en una dialéctica más atada al

P
ero no es así para nuestro libro parámetro antropológico. Se trata de
si lo leemos en su integridad. una experiencia que se encuentra so-
Hermas admite la práctica del lamente en el género humano, cuando
matrimonio como una conducta bási- todas las fuerzas psíquicas y físicas del
ca de la comunidad, aunque con me- sujeto son arrastradas al ruedo de una
nor dignidad que la virginidad o que gravitación inevitable y excluyente.
la continencia completa en caso de El libro predica el rigor pedagógi-
viudez, y a través de una revelación le co. La comunidad cristiana debe exigir
aconseja a su esposa que permanezca duramente a sus hijos que permanez-
“como hermana”. Pero no tensa dema- can en el camino de la virtud, que no
siado el rigorismo. Incluso predica la traicionen a sus padres. La comunidad
penitencia y el perdón para los cristia- cristiana debe aprender a reproducir-
nos adúlteros.11 se mediante la pedagogía, el cuidado
En suma, aunque no llegue al ri- de lo propio, que en este texto aparece
gorismo absoluto, Hermas relaciona en un plano mucho más importante
la continencia con el monoteísmo. La que la misión o el proselitismo hacia
continencia es la contraparte ética de afuera. Ya no aparece la conversión
la confesión teológica. No es esta una como experiencia inicial del ingreso a
novedad en las tradiciones religiosas la comunidad, sino que la conversión
nacidas en el campo del judaísmo. se predica para los mismos cristianos
Recordemos, por ejemplo, Isaías 54, y se complementa con la propagación
Oseas, Jeremías, la interpretación teo- de la comunidad en la educación es-
lógica de Cantares, y otros. El Dios ce- tricta de los hijos. Este rigorismo pe-
dagógico, y el parámetro patriarcal
que le es propio, no van unidos a una
11 Esta última faceta de Hermas enfurece al rigo- concepción autoritaria o fuertemente
rista Tertuliano, véase De pudicitia 20, medio
siglo después. El africano predica todavía una jerárquica de la comunidad. La arti-
condena sin perdón para todos los cristianos culación jerárquica existe, pero, como
que hayan adulterado, y en este contexto lla- ya hemos visto, merece por parte de
ma a Hermas “Pastor de los adúlteros”.

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Hermas ante todo reprimendas por los miscuidad sexual, según Hermas. De
abusos, seguidas de recomendaciones los adulterios “o cosas semejantes a las
a los jefes de que no se peleen entre que hacen los gentiles” nos habla Mand
ellos. Tampoco existe en Hermas una 4. 1. 9. Los cristianos corruptos, “han
defensa de las posesiones de bienes sido contados como gentiles” (Comp
materiales. Es decir, el autor aparece 8. 9. 3). El paganismo ha sido caracte-
como un conservador en la práctica de rizado frecuentemente como ámbito
la familia y un progresista en el ámbito del libertinaje completo en las con-
de lo social y de lo económico. ductas sexuales. Un historiador aten-
La comunidad que se refleja en to debería expresarse con matices. Si
nuestro libro se parece a las comuni- mencionamos la primera experiencia
dades judías del siglo II al menos en de Hermas comentada en esta sección,
esto: ambas conciben la propagación podríamos recordar que también los
de la comunidad por el camino de la paganos percibieron el problema de
educación de los hijos propios, antes la desnudez promiscua en los baños
que por el proselitismo entre los hi- públicos, al menos hubo intentos para
jos ajenos. El padre cristiano, como separar los sexos en tiempos de Adria-
resulta de Hermas, es un pedagogo de no y en otros. Un ordenamiento de las
la paternidad divina, un hombre fiel a conductas sexuales “según la natura-
la Mujer Iglesia y un hermano de su leza” enseñaron frecuentemente los
esposa creyente. En esta reorganiza- moralistas estoicos. No podemos ne-
ción de las figuras familiares juegan su garle a la sociedad grecorromana una
papel también los desplazamientos en conciencia de la pertinencia moral del
la concepción de la sexualidad. autodominio de las pulsiones elemen-
Ese modelo antropológico del tales de la naturaleza, como veremos
amor y del celo se extiende también en el capítulo décimo.
a la figuración del universo entero. La Pero el cristiano critica aquí la
figura de la Iglesia, lo hemos ya visto, práctica y la conciencia de los gentiles
es el motivo original, el arché y el télos, desde una posición diversa. La conti-
de la creación. Recuérdese la carta a los nencia sexual no tiene solamente un
Efesios 1. 3-14 y otro documento con- valor relativo al equilibrio de la natu-
temporáneo de Hermas, la carta Segun- raleza, sino que se inscribe también en
da de Clemente 14, donde se desarrolla la economía superior del monoteísmo
la idea de una pareja teocósmica: Cris- y de la sociedad. La cosmogénesis bí-
to e Iglesia, en paralelo con la pareja blica tiene una matriz metafórica pri-
primordial de Adán y Eva. También la vilegiada en la unión sexual humana,
creación y la historia pueden explicarse destacando las dimensiones psíquicas
con la clave del amor humano. y sociales por sobre las biológicas. Si
La ética de los paganos, o la ley de la producción del cosmos y la plani-
“esta ciudad”, está caracterizada espe- ficación de la historia es una historia
cialmente por su incontinencia y pro- de amor, monoteísmo y monogamia

190 José Pablo Martín / El Pastor de Hermas en el siglo II: de la apocalíptica a la historia
se corresponden como parámetro y porque tienen el corazón corrompido
reflejo. Por otra parte, en el concepto (Comp 4. 4). No existe en las categorías
de monogamia se opera la distinción de Hermas alguien que sea pagano y
entre elementos sexuales y elementos puro de corazón al mismo tiempo. Na-
sociales, a favor de estos últimos. Pasar die puede ser puro si no ha reordenado
la noche con las vírgenes “como her- su concepción ética, incluida la sexual,
mano y no como varón” significa, en según la doctrina del único Dios.
primer lugar, escoger una metáfora de Este es el núcleo de la literatura
claro contenido sexual, y en segundo apocalíptica que permanece en Her-
lugar, desplazar esa sexualidad desde mas: hay solamente dos posibilidades,
la cópula generadora hacia el ágape que se excluyen. Hay dos legislaciones,
de la fraternidad, donde los elementos dos éticas, dos ciudades. La conducta
sociales de la experiencia humana son sexual es contenido de un mandamien-
exaltados. to práctico, y al mismo tiempo es el
Por otra parte, la descalificación del símbolo, o en ocasiones la alegoría, de
paganismo como libertinaje no radica la ubicación del hombre enfrentado
solamente en un desacuerdo ético. La a esas dos posibilidades. Como en el
última frase de la segunda parte del amor más celoso, no queda lugar para
libro dice así: “Guardarán (estos man- un ménage à trois o una alternancia del
damientos) todos los que purificaren corazón. ¶
sus corazones de los vanos deseos de
este siglo y vivirán para Dios” (Mand Política e historia.
12,6,5). No se trata pues solamente Nuevo panorama
de la inconducta sexual de los roma-
nos, sino de la mancha congénita de del cristianismo
“este siglo”, es decir, del estado actual

U
de naturaleza de la humanidad, que na innovación fuerte de la obra
debe purificarse “del deseo vano” (to\n El Pastor consiste en la reelabo-
ma/taion e)piqu/mion). De aquí que ración de la idea de apocalípti-
el desacuerdo con la cultura romana ca. Ya no se trata en primer lugar de
no es solamente ético, sino religioso ingresar por decisión definitiva en la
y filosófico. La sociedad romana no comunidad de los últimos tiempos,
puede superar su estado de libertinaje sino de la modificación gradual de
y promiscuidad mientras no reconozca aquella comunidad que es considera-
al único Dios, es decir, mientras no co- da el objeto central de toda la historia
nozca el objeto direccional del corazón humana, y que estuvo en la mente del
del hombre, nos da a entender el texto arquitecto del mundo desde el primer
de Hermas. Al menos eso se despren- momento de la creación. La transfor-
de de la distinción entre paganos, que mación del contenido influye sobre
están fuera porque no conocen a Dios, la modificación de las formas de esta
y algunos cristianos que quedan fuera nueva “apocalíptica”. Durante el siglo
I el judaísmo se había expresado en

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varias corrientes que tenían esquemas momento final de la historia, que la
contrapuestos sobre la historia de la primera comunidad había esperado
promesa mesiánica. Para algunos ju- con inminencia.
díos se trataba de una victoria sobre Y si Hermas no se enfrenta con los
otros pueblos, cuando Judá fuera li- reyes, tampoco se enfrenta con el Dia-
derado por el Ungido que anunciaran blo ni lo vence en combate abierto an-
los profetas. Para otros se trataba de tes de arrojarlo al azufre. Es interesante
la progresiva inscripción de los pue- el desarrollo literario que Hermas hace
blos de buena voluntad en la filosofía de las figuras demoníacas y satánicas.
de vida ínsita en el judaísmo, del que Las hace presentes en el texto y las des-
la Ley de Moisés era considerado el arma con las mismas armas del texto,
código inspirado por Dios. El género al privarlos de atributos substantivos
apocalíptico, entre judíos y cristianos, y otorgarle mera existencia adjetiva
fue preferido cuando se acentuaba el (Martín 1978: 333). En efecto, el de-
enfrentamiento político antirromano. monio aparece en nuestro texto como
Los otros, que veían el imperio como posibilidad del mal, como atributo
un campo de competencia abierto para de las acciones malas del hombre. El
la expansión del judaísmo, y no como demonio de este apocalipsis no tiene
un adversario para vencer, prefirieron ejércitos a sus órdenes que vayan a salir
los géneros helenistas de la epístola, del en algún momento al campo de batalla
tratado filosófico, de la historia o de la cósmico. Si hasta es presentado como
apología. Es interesante observar que un espíritu impotente en comparación
textos como el de Hermas, presentan, con la fuerza de los espíritus que vie-
en el campo de la apocalíptica, tesis nen de Dios (Mand 11. 19). La clave
intermedias donde se excluye la victo- para interpretar la lucha entre el diablo
ria militar y se incluye la conscripción y Dios está en la elección del hombre.
ética de hombres de buena voluntad. Si bien en Hermas no hay enfrenta-
Es decir, en la forma apocalíptica se mientos directos con reyes, ni batallas
introduce un nuevo contenido. cósmicas ganadas a los escuadrones del
En el Apocalipsis de Juan 10. 11 diablo, el género apocalíptico mantiene
leemos: “tienes que profetizar otra vez aquí una pieza central de su contenido:
contra pueblos, naciones, lenguas y la oposición radical entre el bien y el
reyes” . Profetizar contra los reyes es mal. La historia es una mezcla tran-
el destino que “quema las entrañas” sitoria de bien y mal, y su consuma-
del escritor. Por su parte, Hermas, en ción consistirá en la resolución de este
su Pastor, prefiere introducir lo que desequilibrio. La victoria de Dios con-
he llamado el segundo esquema de sistirá en la edificación de la Ciudad
la apocalíptica. No se enfrenta contra concebida desde siempre y comenzada
reyes y naciones, sino que se dirige a en los albores de la creación.
los creyentes de la iglesia cristiana para Este es el resultado principal de la
explicar las razones de la tardanza del transformación apocalíptica de la que

192 José Pablo Martín / El Pastor de Hermas en el siglo II: de la apocalíptica a la historia
nuestro libro es un temprano testimo- cuando padecen la espada. En el caso
nio. Es decir, la espera intensa de un de Hermas, los intereses se concentran
inminente regreso de Jesús para instau- en la construcción de una comunidad
rar su Reino, que es la enorme fuerza que no está enfrentada al imperio, pero
religiosa que aglutina a la comunidad tampoco se articula con el imperio, ni
primitiva, se desplaza progresivamente siquiera a través de una teología del
hacia una convicción de que en la igle- poder temporal.
sia cristiana se gestarán las condiciones Esta comunidad en construcción
para que el fin venga. La fuerza de la como última etapa de la historia,
apocalíptica desemboca cada vez más pensada como espacio “amurallado
en una doctrina de ecclesia. La comuni- con una sola puerta” en medio de la
dad Iglesia exige progresivamente de su sociedad helenista, absorbe progresi-
hijos la participación en ella con todo vamente casi todos los ideales socia-
el corazón, incluido el don profundo les y también los problemas políticos
de las pasiones carnales. Las pasiones y económicos del imperio romano.
pertenecen al talante de este mundo, Hay ricos y pobres, hay jerarquías y
el amor fraternal adelanta y construye periferias. El libro de Hermas es una
el talante del siglo que se avecina. Los expresión del cristianismo que ha lle-
dirigentes de la comunidad se tornan gado a la periferia sin producir una
padres, que deben corregir a sus hijos. apocalíptica de la rebelión inmediata,
Sus esposas se comportan como her- sino una ética del esfuerzo personal,
manas. La figura social y espiritual de de la pedagogía familiar y de la cons-
la Iglesia reordena de una manera no- trucción social. No se toca en este li-
vedosa las relaciones de las personas, bro el tópico de una teología política,
la percepción de la persona humana, positiva o negativa, que concierna al
el sentido de las relaciones sociales, poder del imperio. Sin embargo hay
el juego de las fuerzas políticas en el una incipiente teoría social de la comu-
marco de una reformulación de la li- nidad. Hay un juego especular de dos
teratura apocalíptica. comunidades, la pagana y la cristiana.
Desde el punto de vista del imperio Ambas tienen ideales y males, ambas
romano esta lenta y progresiva trans- tienen organización y jerarquías. Una
formación de la conciencia cristiana es la causa final de la otra, porque, en
significa un enfrentamiento de otra la mente de Dios, ella ha sido la causa
naturaleza, si lo comparamos con las ejemplar. No debe haber destrucción
Guerras en las que los romanos ven- de una por la otra, sino finalismo. Ya
cieron y luego masacraron a los judíos está formulado un concepto cristiano
en armas. Hay una transformación no- complejo de historia. El pensamiento
table anterior a Hermas y dominante cristiano ha dado un pequeño golpe
en el cristianismo: los acusadores de de timón, que se hará notable en el s.
Roma no levantan ya la espada con- V cuando San Agustín escriba Sobre la
tra ella sino que desprecian su poder Ciudad de Dios. ¶¶

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