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Siempre he pensado que la ética y la moral es una normalización de conducta, es una forma de

control interno que tiene el ser humano y que puede ser utilizada para bien como para mal. Es
utilizada para el bien porque protege a las personas de hacerse daño entre sí, pero si se utiliza
para mal puede hacer que unos tomen ventaja sobre otros porque limita a algunos en sus acciones
mientras que otros no. Si la moral y la ética fueran iguales para todos no tendríamos problemas
como sociedad, pero no es compartida, hay muchos valores, creencias, actitudes que se
conflictúan entre sí y es porque en realidad no hay semejanza en la forma en la que piensan las
personas, solo parecidos, sólo puntos de encuentro.

Cuando hablamos de ética autoritaria estamos hablando de un sentido común compartido para
hacer el bien, hay dos tipos: irracional y racional. La irracional es aquella que está regido por un
poder único que somete la forma de pensar de los demás y la racional es aquella que es generada
por un grupo a través de la convivencia y que por acuerdo implícito o explícito ha sido asumida
para el bien común. La ética irracional es utilizada por dictadores, personas que hacen la guerra,
doctos utilitarios y personas que utilizan al otro en bien sí mismo. La ética racional es nacida de un
aprecio y respeto por el otro, donde la consideración y la escucha como también la consciencia
hace que se role el poder en beneficio de todos.

Ahora bien, como lo expuse en el inicio de éste ensayo, si lo pensamos bien, ambas éticas parecen
ser normalizadoras porque quitan la unicidad de pensamiento. Cualquiera que sea la ética y la
moral de las personas cuando la asumen lo hacen por hacer un beneficio al otro, por la
convivencia y la armonía, es decir por la paz, pero es imposible que el pensamiento sea realmente
compartido. Muchas veces los seres humanos cuestionamos el porque hacer las cosas incluyendo
lo que nos rige. Asumirse bajo una ética autoritaria, aún siendo racional, siempre conlleva llegar a
acuerdos que no siempre es lo que uno quiere pero si lo que uno necesita.

El ser humano no puede vivir de deseo solamente por eso es que acepta esas reglas, pero
tampoco puede vivir solamente de ellas porque se desparticulariza y busca el camino para
satisfacer su deseo con ellas, entre más sea el beneficio obtenido y el placer intrínseco que ellas
conllevan más se acatarán. Las personas hacen siempre valoraciones de lo que les produce más
comodidad, placer o justicia para sus propios fines en la tierra, algunas veces asumir reglas
satisfacen esos ideales y otras veces no. En éste sentido, la moral debe de estar intrínsecamente
relacionadas con lo que cada ser humano quiere. Cuando la ética es autoritaria y quiere funcionar
de forma racional va a necesitar contener dentro del imaginario social lo que las personas
necesitan y quieren de lo contrario no va a funcionar.

Creo que el ser humano nunca es el mismo, conforme avanza en su vida cambia y también sus
valores y los principios que rigen su vida, la experiencia los cambia, los forma y los deforma para
transformarse en un único por momento. Una persona puede ser una en un momento y otra en
otro, por lo que, me atrevo a decir que la ética de cada persona no siempre es la misma, eso es lo
que la vuelve racional: su posibilidad de cambio, de libertad para poder ser lo que se quiera en
cualquier momento mientras que la ética irracional no lo comprende y por ende lo reprime.
Por ende, la ética racional autoritaria se vuelve una ética que en el nombre lleva una falacia de
poder, pues no es autoritaria en el sentido estricto sino más bien es circulante, pues permite que
el hombre sea libre dentro de la limitación que impone la ética y la moral.

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