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[EL JUICIO DE H.P.B.

EN AMERICA]

[Cuando H.P.B. vivió durante un tiempo en Brooklyn, N.Y. con la gente


francesa que vino a los Estados Unidos cuando ella lo hizo, ella fue animada a invertir
en dos parcelas de terreno en el Este de Long Island. Uno de estos terrenos estaba en la
parte norte de Huntington, y el otro en la vecindad del pueblo de Northport, cerca de
Huntington, ambos en el condado de Suffolk.
De los Registros Judiciales existentes, parece ser que esta tierra había sido
adquirida por una tal Clementine Gerebko, siendo datada la escritura de propiedad el 2
de junio de 1873, en otras palabras, anterior a la llegada de H.P.B. a los Estados Unidos
el día 7 de julio de 1873.
Entre el 15 y el 27 de junio de 1873, el padre de H.P.B., el coronel Peter
Alexeyevich von Hahn, murió en Stavropol, en el Cáucaso, y en algún momento del
otoño del mismo año, H.P.B. recibió una suma de dinero como parte de su herencia.
Aparentemente es esa suma de dinero la que H.P.B. fue animada a invertir en los
terrenos anteriormente mencionados. El 22 de junio de 1874, ella entró en
coparticipación con Clementine Gerebko con el propósito de explotar la tierra y la
granja de Northport. La coparticipación comenzó el 1 de julio de 1874, y continuó por
un período de tres años. La cláusula 3 de los Artículos establece que Clementine
Gerebko pone el uso de la granja en la coparticipación como compensación por la suma
de mil dólares pagados por H.P.B., y la Cláusula 4 establece que “todo lo que proceda
de los cultivos, avicultura, producción, y otros productos cultivados en la citada granja
serán divididos en partes iguales, y todos los gastos compartidos por igual”. La
propiedad de la granja se reservó a Clementine Gerebko.
H.P.B. fue a vivir a la granja, pero muy pronto se encontró litigando con
Clementine Gerebko por la validez del acuerdo de la acusada para ejecutar una hipoteca
a la demandante, y regresó a Nueva York.
El bufete de abogados Bergen, Jacobs e Ivins, de Brooklyn, Nueva York,
representó a H.P.B. Su caso se celebró con un jurado el lunes, 26 de abril de 1875, ante
su señoría el Juez Calvin E. Pratt, en la Corte Suprema del Condado de Suffolk, en
Riverhead. Ella ganó el caso y recuperó la suma de 1146$ y las costas del juicio. La
sentencia, fechada el 1 de junio de 1875, fue archivada el 15 de junio en la Oficina del
Alguacil del Condado de Suffolk, Nueva York
De los recuerdos de William M. Ivins, abogado, que se hizo muy amigo de
H.P.B. aprendemos algunas circunstancias de este curioso juicio. El escribió:

“Long Island en aquellos días estaba lejos de Brooklyn, ya que las instalaciones
de transporte eran limitadas. El calendario de este caso en particular era muy lento, y
todas las partes se mantenían allí esperando su turno para ser oídos. Como muchos de
los documentos y testigos eran franceses, y no había intérprete en el tribunal, Williams
S. Fales, un estudiante en el bufete del General Benjamin Tracy, fue nombrado
intérprete especial, y él informó del testimonio de H.P.B. que fue dado en francés.
Durante dos semanas el Juez, los abogados, los secretarios, lo clientes y el intérprete
fueron huéspedes en un aburrido hotel rural...”2

Ivins, además de ser un brillante abogado, era un ratón de biblioteca con una
memoria extraordinaria. Más en broma que en serio, él inundó a su cliente con
Ocultismo, Gnosticismo, Cabalismo, y magia blanca y negra. Fales, tomando su tono de
Ivins, dio largas disertaciones sobre aritmética mística, astrología, alquimia, simbolismo
medieval, neoplatonismo, rosacrucianismo y cuaternarios. Es una pena que nada de esto
fuera aparentemente registrado, y además no puede ser recuperado de los Registros del
Tribunal.
Otro aspecto secundario sobre este interesante episodio se puede derivar de un
pasaje en un trabajo de Charles R. Flint titulado Memorias de una vida activa. Él
escribe:
“Las circunstancias del juicio fueron interesantes, ya que la señora, que era su
propio testigo principal, testificó de una manera muy distinta a la que sus abogados
asumieron que testificaría. Ivins se había asociado en el juicio con Fales, que era
entonces un estudiante de derecho. Como abogados cautos, habían repasado el
testimonio con la señora antes del juicio, y la habían aconsejado qué puntos enfatizar;
pero, para su gran desconcierto, en el estrado de testigos, ella mordió el bocado y galopó
a través de líneas de pruebas bastante opuestas a sus instrucciones, dando como razón,
cuando se quejaron de su testimonio, que su “familiar”, a quien ella llamaba Tom [John]
King permanecía a su lado (invisible para todos excepto para ella), y la dictaba en su
testimonio. Después de que el tribunal hubiera tomado el caso bajo consideración, la
señora dejó la ciudad, pero escribió varias cartas a Ivins preguntándole por el progreso
del caso, y finalmente le dejó atónito con una carta dando un perfil de una opinión en la
que ella decía que el tribunal se presentaría en el transcurso de unos días, en conexión
con una decisión a su favor. En concordancia con su predicción, el tribunal entregó un
veredicto sustentando su demanda sobre motivos similares a los que había perfilado en
su carta”3

- Compilador –
NOTAS:
1.- H.S. Olcott, Hojas de un viejo diario, páginas 30-31.
2.- Registrado por la señora Laura Holloway-Langford en un manuscrito ahora desafortunadamente
destruido.
3.- Charles R. Flint, Memorias de una vida activa. Nueva York y Londres: Hijos de G.P.Putnam, 1923,
xviii, página 349. Este extracto es del capítulo IX titulado “Una Sociedad para Probar la Credulidad
Humana” páginas 115-132.

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