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¿Cómo se forma el cerebro?

El cerebro es la parte central del sistema nervioso de los organismos vertebrados.


Este sistema comienza a formarse en los seres humanos a partir de los dieciocho
días desde la fecundación.
 A partir de la tercera semana de embarazo ya se empieza a desarrollar el oído de
nuestro bebé, y es en el segundo trimestre de gestación cuando tiene el sentido
de audición plenamente activo, siendo capaz de realizar movimientos dentro del
vientre de la madre en base a los sonidos que escucha del exterior. Es en ese
momento que el bebé es capaz, incluso, de reconocer las voces más familiares,
especialmente la de su madre, que supone todo un estímulo para su desarrollo
prenatal. Cuatro semanas después de esta, ya comienzan a formarse las
neuronas, llegando a un ritmo de hasta doscientas cincuenta mil por minuto.

Durante el proceso de formación del sistema nervioso encontramos varios


mecanismos que van configurando el desarrollo de sus diferentes estructuras,
entre ellas el cerebro.
Uno de ellos es la neurogénesis, el cual hace referencia a la creación de nuevas
células nerviosas
Otro de los procesos es la migración neuronal. Este proceso consiste en el
desplazamiento de las células nerviosas desde el lugar en el que han nacido hasta
su zona de destino.
Las alteraciones durante el proceso de migración de las células nerviosas pueden
producir importantes malformaciones en el cerebro, hasta el punto de estar
relacionadas con el retraso mental y la epilepsia en los casos más graves.
También es esencial la sinaptogénesis, proceso que hace referencia a la creación
de nuevas conexiones neuronales. Durante el desarrollo embrionario se da un
proceso de sinaptogénesis importante que tiene un componente genético, pero
este proceso continuará a lo largo de toda la vida y estará muy influenciado por las
experiencias a las que se somete el individuo
Y la mielogénesis es el proceso mediante el cual el axón neuronal ―estructura de
la neurona alargada en forma de cable― queda recubierto de mielina, una
sustancia que favorece la transmisión del impulso nervioso. Gracias a la
mielogénesis, es posible la transmisión  entre las neuronas, así como entre estas y
las diferentes partes de nuestro cuerpo.
En los primeros años de vida, más de un millón de conexiones neuronales se
forman cada segundo. Luego de este periodo de rápida proliferación, las
conexiones se reducen mediante un proceso llamado “poda”, que permite que los
circuitos cerebrales se vuelvan más eficientes. Las vías sensoriales como las de la
visión y audición básicas son las primeras en desarrollarse, seguidas por
habilidades tempranas de lenguaje y funciones cognitivas superiores.
Logrando, producir mediante esta interacción: una experiencia sensorial, una
conducta, un pensamiento, una palabra o un simple recuerdo en el sujeto
actuante.
Los niños pequeños buscan de modo natural la interacción mediante balbuceos,
expresiones faciales y gestos, y los adultos les responden con el mismo tipo de
vocalización y gesticulación.
El cerebro es un órgano altamente interrelacionado y sus múltiples funciones
operan de un modo muy coordinado. El bienestar emocional y la competencia
social proveen una base sólida para que emerjan las habilidades cognitivas y, en
conjunto,. La salud emocional y física, las destrezas sociales y las capacidades
cognitivo–lingüísticas que emergen en los primeros años son prerrequisitos
importantes para el éxito en la escuela y más tarde en el lugar de trabajo y en la
comunidad.
 El lóbulo occipital es fundamental para procesar la información visual.
 El parietal entre otras cosas, es clave en la integración de distintos tipos de
información sensorial para guiar nuestros movimientos.
 El temporal nos ayuda a dar significado a la información sensorial, auditiva
y visual, y permite muchos procesos relacionados con el lenguaje. En este lóbulo
se encuentra el hipocampo, que tiene un papel crucial en el aprendizaje y en
la memoria y que se ve afectado por las primeras alteraciones neuropatológicas
de la enfermedad de Alzheimer.

 Y, por último, el frontal actúa como un director de orquesta para planificar y


ejecutar nuestros actos a partir de la información que recibe de diferentes regiones
cerebrales y también participa en la producción del lenguaje.

 El síndrome de Cushing es un trastorno poco frecuente causado por tener


niveles altos de cortisol durante mucho tiempo.
 Se debe a un tumor en la glándula pituitaria o una glándula suprarrenal, o
por tomar algunos tipos de medicamentos.
 El síndrome de Cushing puede causar exceso de peso, lentitud en el
crecimiento y problemas en el desarrollo sexual.
 Se diagnostica mediante análisis de orina y pruebas con imágenes.
 El tratamiento puede incluir medicamentos o cirugía.
 El síndrome de Cushing puede afectar el crecimiento, el desarrollo y la
autoestima de un niño. Obtener tratamiento tan pronto como sea posible puede
ayudar a reducir los problemas.

La promoción del desarrollo de un cerebro sano puede comenzar aun antes del
embarazo. Por ejemplo, una dieta saludable y los nutrientes correctos, como
suficiente ácido fólico, promoverán un embarazo sano y un sistema nervioso sano
en el bebé que está creciendo. Las vacunas pueden proteger a las mujeres
embarazadas de infecciones que pueden afectar el cerebro del bebé por nacer.

Durante el embarazo, el cerebro puede ser afectado por muchas clases de


riesgos, como enfermedades infecciosas (p. Ej., por citomegalovirus o el virus del
Zika), exposición a toxinas (incluidas las provenientes de fumar o del alcohol), o
riesgos de cuando las madres embarazadas experimentan estrés, trauma o
afecciones mentales como la depresión. La atención médica de rutina durante el
embarazo puede ayudar a prevenir complicaciones, incluido el nacimiento
prematuro, lo cual puede afectar el cerebro del bebé.
El crecimiento saludable del cerebro durante la infancia continúa dependiendo del
cuidado y la nutrición correctos. Debido a que el cerebro de los niños todavía está
creciendo, es especialmente vulnerable a lesiones traumáticas en la cabeza,
infecciones o toxinas como el plomo. Las vacunas de la infancia

ALZHEIMER: Se caracteriza por la ausencia de una enzima necesaria para


que el organismo pueda descomponer los glicosaminoglicanos, estructuras cuya
función es proporcionar energía inmediata y estructural a las células. Los
primeros síntomas suelen manifestarse a partir de los cuatro años. Hasta esa
edad, el desarrollo del niño es completamente normal. Sin embargo, a partir de
aquí comienzan a tener problemas tanto en el desarrollo intelectual como
motriz y también en su comportamiento.

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