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MATERIAL GUÍA

Materia: MINISTERIO DE JESÚS

UNIDAD I: LA FORMACIÓN DE JESÚS EN LA LEY DE DIOS

CLASE 3: LA INFLUENCIA DE LA LEY (TORAH) EN LA VIDA DE JESUS.

La revelación en el monte Sinaí


representa prácticamente el
origen del pueblo escogido de
DIOS, con la realización del
pacto, el Señor mismo invita a
ISRAEL a que de ahora en
adelante, hagan historia con ÉL
y para ÉL. Este pacto no
tardará en inspirar actitudes,
prácticas y reglas de vida y
esto es comprensible al tomar
en cuenta los diversos factores
que influyeron en su formación:

1. Las condiciones geográfico-climáticas: influyeron en la clasificación de


las fiestas instituidas por DIOS, siendo determinadas por las estaciones
del año.

2. El factor social: en la Biblia se observa al pueblo compuesto por una


población heterogénea, por lo que se tenía que colocar reglas
sociales de convivencia para que se pudieran relacionar entre ellos sin
afectarse, ya que es una sociedad viviente, por lo tanto cambiante.

3. Su condición de nómada: los lleva a través de diferentes etapas en el


desierto, las cuales serían transendentales para la formación de lo que
sería el reino de ISRAEL, y a su vez la necesidad de defenderse de sus
enemigos.

Es en el Pentateuco (Torah) donde se encuentra el conjunto legislativo de


la Biblia, y el rasgo más característico de los cinco libros, son las
narraciones y las leyes insertas en ellos; ya que el Pentateuco demuestra
que la ley determina la constitución interna del pueblo de DIOS y que
ISRAEL vive de la Torah, teniendo en Exodo 20: 2-17 y el Deuteronomio 5: 6-
12 el núcleo condensado de la ley.

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Siempre se ha dicho que ISRAEL es “el pueblo de la ley”, y esto es de tanta
importancia para los israelitas, que el estudio de la Torah (ley) se impone
no solo a los rabinos, sino a todos, convirtiéndose en su primer y superior
deber. Y les enseñada no solo a un grupo de personas privilegiadas que
podían pagar la educación de sus hijos por las diversas escuelas
estudiadas anteriormente, sino que se le enseña al pueblo en las
sinagogas.

Y es aquí donde aparecen los rabinos, el cual no es un sacerdote


profesional, sino un hombre que ha estudiado la ley y vigila el desarrollo
del culto, convirtiéndose la sinagoga en el lugar donde el pueblo se
instruye en la ley, por lo que ahora nada dispensa a todos de la obligación
de estudiar la ley, no importa la edad, la condición, sea pobre, rico, joven
o viejo, todos están obligados y aún más la ley mosaica impone al rey el
deber de tener un volumen de la ley (Deuteronomio 17:18-19); la única a
quien se exceptúa del estudio de la ley es a la mujer ya que lo consideran
contraproducente.

Es en este mundo en donde Jesús nace, en medio de muchas dificultades,


con ocupación romana, con un sacerdocio corrompido, y con limitadas
oportunidades, es la familia de Jesús quienes demuestran a través de los
evangelios sinópticos (Mateo, Marcos, Lucas) como son verdaderos
practicantes de las leyes, desde el nacimiento de Jesús (Lucas 2: 39) y
todo el ritualismo que esto conlleva, hasta la celebración de las fiestas
solemnes dadas por DIOS a su pueblo (levítico 23:1-33) la obligación de ir
al templo para la Pascua, ofrecer sus sacrificios: todo este conocimiento
fue transmitido a Jesús por sus padres desde que es un niño.

El cumplimiento de la ley en la vida de Jesús es al comienzo de su


ministerio y le es permitido leer de acuerdo a su turno, en la sinagoga de
Nazaret (Lucas 4: 16-30) el rollo de Isaías (Isaías 61:1-2), y al ser probado en
el desierto (Lucas 4:1-13) todas sus respuestas fueron siempre enfocadas a
“Escrito esta”, esto demuestra que la influencia de la ley (TORAH) en Jesús
de Nazaret como a todo judío es lo más importante y es la base de su
identidad, y al ser probado en el desierto (Lucas 4:1-13) todas sus
respuestas fueron siempre enfocadas a “Escrito esta”, esto demuestra que
la influencia de la ley (TORAH) en Jesús de Nazaret como a todo judío es lo
más importante y es la base de su identidad. Esto significa que, para que
Jesús ofrezca el auténtico rostro de la ley, debe partir como lo harían sus
adversarios, de un profundo conocimiento de la misma ley elevando los
mandamientos éticos morales a su máxima expresión para que el hombre
se supere a sí mismo, y se convierta en lo que la ley pretende que sea un
hombre nuevo, un hombre renovado, observante de lo que su señor y
DIOS le ordena.

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¿Qué enseñó Jesús acerca de la Ley?

Al preguntar sobre la validez de la ley bíblica (la ley establecida en el


Antiguo Testamento) podemos recurrir a las palabras de Jesús en el
sermón en el Monte.

“No piensen ustedes que he venido para abolir la ley o los profetas; no he
venido para abolir, sino para cumplir. Porque de cierto les digo que,
mientras existan el cielo y la tierra, no pasará ni una jota ni una tilde de la
ley, hasta que todo se haya cumplido.

Para comprender al Señor Jesús y la actitud frente a la ley (Torah), es


necesario el conocimiento del Judaísmo Contemporáneo, y de los
evangelios los cuales nos dan a conocer sus actitudes y su personalidad,
pero es por medio del Evangelio de Mateo 5: 17-19 en que vemos a Jesús
plenamente como un observante de la ley.

Jesús está explicando el propósito de su encarnación milagrosa. Él entró


en el mundo creado no para abolir “la ley o los profetas”, como los judíos
pudieron haber creído, sino para cumplirlos.

En Mateo 5:18 se demuestra la autoridad de Jesús como Legislador y Rey:


“mientras existan el cielo y la tierra”, ni una jota, ni una tilde, pasará de la
ley hasta que “todo se haya cumplido”.

“La jota fue la letra más pequeña del alfabeto griego, pero aquí…
normalmente se entiende que se refiere a la yodh, la letra más pequeña
del alfabeto hebreo… Jesús dice 'Ni la letra más pequeña, ni la parte más
pequeña de una letra’”
Jesús reconoció plenamente la ley, la afirmó públicamente, y la obedeció.
Él vino, “no como destructor o innovador, sino para cumplir”. El texto
de Mateo 5:17-20 es claro en su significado cuando se reconcilia con su
contexto histórico, cultural, y homilético. Jesús declara explícitamente que
no había venido a abrogar la ley, a cancelarla, a anularla, sino a
cumplirla, a ponerla en fuerza, a permitir que su pueblo hiciera de la ley
una realidad interior. Formando parte de un sermón mayor, el Rey y el
Legislador anunció el restablecimiento de la voluntad de Dios y la
inauguración de su reino, restableciendo las mismas exigencias éticas del
Antiguo Testamento y confirmando su enseñanza y autoridad con señales
y milagros en los futuros capítulos.

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El reino de Dios no es sin ley en su naturaleza; se caracteriza por su ética
divina y justa establecida por Dios y habilitada por el Espíritu Santo. La ley
puede hacer que los hombres sean declarados culpables por sus
pecados, puede contener el mal en el mundo, y puede guiar al creyente
en su progresiva santificación.

Cuando Jesús dice que no ha venido a abolir la ley, es decir, desechar o


reemplazar la ley, en este caso se está refiriendo al pentateuco o los cinco
libros escritos por Moisés, el cual contiene todas las regulaciones y
preceptos que Dios le dio al pueblo de Israel y al cual, los eruditos de la
Biblia han dividido en tres categorías para comprenderlo y estudiarlo
mejor:

• La ley moral que se basa en los Diez Mandamientos. Contiene los


principios morales dados por Dios a los hombres (Éxodo 20-23).

• La ley ceremonial. Tenía que ver con todos los rituales, sacrificios
realizados en el templo y la adoración a Dios que ellos debían realizar
(Levítico).

• La ley civil. Dada para regir la conducta del pueblo de Israel


(Deuteronomio).

Por lo tanto, Cristo no se estaba refiriendo a las tradiciones que describimos


más arriba y que los líderes religiosos habían implementado. Después que
ellos crearon todas esas reglas, las mezclaron con los mandatos santos de
Dios, produciendo así una distorsión en lo que dichos mandamientos
querían lograr en la vida de las personas.

La enseñanza del versículo 17 es esa, Jesús no estaba hablando en contra


de los mandamientos de Dios, al contrario Él dice que vino a cumplir lo
que la ley y los profetas dicen. La palabra cumplir en este versículo viene
de la Palabra griega pleroo que significa completar, llegar al final, o llenar.
¿Qué quiere decir entonces con que Jesús cumplió con la ley? Quiere
decir que Jesús obedeció perfectamente la ley moral, por eso la Biblia
dice que Él nunca pecó (2a. Co 5:21; 1ª. Pedro 2:22). Jesús cumplió a la
perfección la ley civil que regía el pueblo en esa época como buen
Israelita que era. Jesús cumplió la ley ceremonial, porque todos esos
sacrificios y requisitos con derramamiento de sangre para el perdón de
pecados apuntaban a Él. Cristo fue el gran Sumo Sacerdote quien se
entregó derramando su sangre, para que hoy seamos perdonados
(Hebreos 5:10; 6:20).

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