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Montserrat Fernández
poesía
Warmi
Montserrat Fernández
Edición
© Montserrat Fernández
© Editorial Gente Común
Impreso en Bolivia
2011
Warmi
El hombre ha muerto, no sobre bote en tierra
fuera y encima de la totora, con pies remojados
ha muerto.
Ahora
aislado
tan pronto su mano fuerte afloja
un camino tan sencillo se hace lluvia
y es el frío en todo lo que alcanza.
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(la esposa del pescador muerto)
Goteo
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Hilos tristes enredados me deja la noche
corta caricia del tiempo
lento despertar de la piel
hilos quietos con hondas costumbres
ojos vitales que te resurgen.
Miro...
y para volver
me ato a cada instante.
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Aún la solitaria orilla espera
fuerzas encunadas me retienen
pasará seguramente el momento
pasará un gota prolongando la vida
y volverás con el relámpago de caerse una nube.
13
Entiendo
cuando se toca una cuerda y los dedos fueron torpes,
se echa al agua un pequeño grito abierto
una ola
una mortaja.
Cuando su mano sea mi solo deseo,
será para siempre mi herida
y todo será fatiga.
Hará falta entonces un ruido fuera de mi alma
habrá que ver mis ojos
y olvidarlos
y toda la debilidad sin sentido.
Entiendo
estoy tan cerca de cada ola
y grande es la rudeza por las aguas
que deliro en los bordados de mis vestidos
y en una oquedad que no amanece.
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No
no creo que una rana sea un encantamiento
y termine la noche y sea la noche para siempre;
que con un lazo al sol, el corazón se me hunda
y sea el frío en todo lo que alcanza.
17
He vuelto
19
Abre tú los huesos del árbol
la inocencia más vieja en un muro
porque, ahora, de sed los pájaros laten
y me abandonan.
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Estoy latiendo
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Mírame
Soy yo, amor, sin anularme
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2
y me resistí a la voz
a la partida
a los extremos claros;
busqué la oscuridad.
27
La muerte nos toca, amor, y es un reposo
el brillo de mi palidez
tus manos manchadas de lluvia
y este instante
de dureza infinita.
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3
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Abandona la corriente
y aunque dicen que el agua
–yo me permito dudarlo–
anima el más profundo recuerdo
flota
sé señal de dolor aplacado
y aunque dicen que en silencio
una luz fue un mundo diferente
flota
atiza el fuego
disuelve el agua.
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Escondida tras la nube
un pozo de lágrimas te dejo
una luz blanca que incesantemente te atrae
y nada.
Atrás queda la madera
y pesa menos que la presencia
y apresura el eco de la piedra.
Te dejo
y me quedo sin habla
y sigo el lento compás de mi dolor
y parpadeo en silencio para consolarme.
Lo demás es reciente
es cerrar los ojos al soplo
es apagar las caídas y herirnos el cuerpo
herirnos con el cielo
es un pozo de lágrimas suspendido en el aíre.
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34
Hay mujeres que caminan mucho
y la belleza
y la pureza
y el cielo
nos alcanzan.
35
Todos los muertos llevan detalles, nimios dibujos
pero sólo él es
–además de tocado–
íntimo
no volveré a olvidarlo.
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(el lago)
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Warmi
mantener tus manos pegadas al cuerpo te hace vela
tus pies dejando cortezas te hace árbol.
Es cierto que será largo
y no tendrá el encanto
de arrancar las ramas con la mirada,
pero haz nidos
haz otros
con hojas caídas
y recuérdate bajo la forma de lluvia
y nutre.
No
no unjas el cuerpo durante su ausencia
abrígate tan pronto sea la noche
–la vela sea noche para pernoctar–
en el tejido tócate la frente y los ojos
pisa esa piedra y no te hundas
ábrete y florece.
Lo sé
sin ojos el miedo llegó por primera vez, pero haz nido
los árboles hacen lo mismo
mira hacia atrás
los árboles hacen lo mismo.
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Warmi
cuando vayas a bordar
deja la tierra pasando por la puerta
frota las telas con las hojas caídas y
no caigas
sé verde en la mañana para ayudar al sol,
baña primero con agua un poco de oro
un poco de plata
y combina la cosecha con tela blanca.
42
Es el comienzo en el abandono
resuenan ecos de los principios
se divulgan a sí mismos
y en sí mismos recuerdan la infinitud
–al agua equivale a todo y en todo–
recuerdan que hay una noche al medio
pausa, por añadidura
flujo, por efecto
llegan aún más lejos
los dos comprenden a su pesar
que se pertenecen ...
43
Vuelve a la que amas, a la que te ama
reúne pedazo con pedazo.
45
(el hombre muerto)
warmi
tengo detenido en mis manos el final de mi tiempo.
sí, tengo un pedazo de cuerda y mi descuido; una hoja
flotando sobre mis ojos y sobre ella una gota de lluvia.
tengo mis ojos que te guardan cubriendo la piedra
y el resto del cielo envuelto en niebla. y me falta...
falta el viento que calma mi fuerza y el frío que sigue
a la luna. siento que el corazón es agujero de no poder
acallar las cenizas de tus pies, de no temblar con tus
manos y agarrar bien la cuerda.
siento que cierro nuestra historia
un encantamiento de días secos.
warmi
ve y pide que llueva en el pecho descubierto y los pies
remojados
–llena de agua –pídeme.
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los hilos
quedaron para azotar el aire
fueron figura y enigma del agua
fueron más rápidos y sencillos que las algas.
los hilos
los que alcanzaron el pasto en reposo
los que adornaron el dolor y la pena
y retumbaron en los aires
y movieron las sombras
fueron cadena y asombro
fueron primero que tu voz
y más posibles.
los hilos me solicitan
me devuelven los pasos
algo sin duda tuyo
y otra vez mereces un recuerdo.
si hubo lugares señalados, ya no existen
si hubo confesiones profundas, no importan
los hilos
quizás algún día te enredes en ellos.
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hasta aquí me he ofrecido
y la lluvia me ha despintado
y el sol me ha deslumbrado.
yo no sé hasta dónde somos en la tierra sin necesidad
de amanecer pronto,
pero sé que me escondo tras una ola
suave y remota
y no importa.
de esto hemos hablado
¿te acuerdas?
tienes que imaginarte otra vez
que quizás lo del tiempo no sea necesario
que la mayor parte nos atamos
que quizás tampoco me he encontrado.
aunque no esté nada claro
hemos hablado de esto
de cómo se convirtió la raíz en el fruto
de que las olas reflejan, por demás, el acorde
del frío
(y el resto cualquiera sabe).
hemos hablado
y todo me hace pensar que nos hemos dejado
y me he despedido.
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warmi
warmi
no los escuches, no es cierto.
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estoy tendido
y así termino yo coincidiendo con tus hilos
y una voz que fue inicio.
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Ella se nubla los ojos y toca la corriente
es una manta que anochece las miradas
sella la piel con pesadumbres
limpia las manos y los tobillos
confina el aliento y te deja.
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El hombre ha muerto
pasará seguramente el momento.
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