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Warmi

Montserrat Fernández

poesía
Warmi
Montserrat Fernández

Diseño colección: Marcos Loayza


Cé Mendizábal
Ilustraciones
tapa e interiores : Daniela Escobar
Diagramación: Gabriel Sánchez

Producción: Editorial Gente Común


Teléfono: 2214493
www.editorialgentecomun.com

Edición
© Montserrat Fernández
© Editorial Gente Común

Déposito Legal: xxxxxxxxx


I.S.B.N.: xxxxxxxxxxxxx

Impreso en Bolivia
2011
Warmi
El hombre ha muerto, no sobre bote en tierra
fuera y encima de la totora, con pies remojados
ha muerto.

Otro tiempo fue una figura de paja vacilando


guardando el puerto
sin entender que la tierra se recoge en las manos.
Antes
ha rellenado, masillado y pintado las olas
y no ha escuchado de las orillas.

Ahora
aislado
tan pronto su mano fuerte afloja
un camino tan sencillo se hace lluvia
y es el frío en todo lo que alcanza.

7
(la esposa del pescador muerto)

Te has muerto con el designio de hacerme llover


las penas caen y el viento se aísla de ellas
soy una gota de cuerpo que llora sobre mí,

en medio del sendero.

Goteo

Goteo de la partida y el barro de los pies


no estoy en el color de tus manos
ni en el agua de mis flores.
Lo poco que soy es seco.

Mira este abajo, cae el incienso


y en mis pasos hojas y cortezas
telas negras bordadas
y una oquedad que no amanece.

9
Hilos tristes enredados me deja la noche
corta caricia del tiempo
lento despertar de la piel
hilos quietos con hondas costumbres
ojos vitales que te resurgen.

Hablo con este fuego


que será el mismo en aguas
que alzará una piedra
y hará una piedra mucho más profunda.
Hablo algún tiempo aquí, en la tumba oleada
y lavo mis dedos sin tus cenizas.

Miro...
y para volver
me ato a cada instante.

11
Aún la solitaria orilla espera
fuerzas encunadas me retienen
pasará seguramente el momento
pasará un gota prolongando la vida
y volverás con el relámpago de caerse una nube.

13
Entiendo
cuando se toca una cuerda y los dedos fueron torpes,
se echa al agua un pequeño grito abierto
una ola
una mortaja.
Cuando su mano sea mi solo deseo,
será para siempre mi herida
y todo será fatiga.
Hará falta entonces un ruido fuera de mi alma
habrá que ver mis ojos
y olvidarlos
y toda la debilidad sin sentido.

Entiendo
estoy tan cerca de cada ola
y grande es la rudeza por las aguas
que deliro en los bordados de mis vestidos
y en una oquedad que no amanece.

15
No
no creo que una rana sea un encantamiento
y termine la noche y sea la noche para siempre;
que con un lazo al sol, el corazón se me hunda
y sea el frío en todo lo que alcanza.

17
He vuelto

mi único bien es la ausencia de mí


mas la ausencia de ti
es la canción cerrada
la niebla absoluta que camina
tejidos soles, sólo pájaros que se balancean
sombra agujero
pájaros hambrientos
de movimiento
de soledad,
y no hay nadie
duermo ahora y estallo embellecida.

19
Abre tú los huesos del árbol
la inocencia más vieja en un muro
porque, ahora, de sed los pájaros laten
y me abandonan.

21
Estoy latiendo

dejo un beso a tu pecho, mi nido


unos cristales en tus manos
para amarte hasta que se termine tiempo.

23
Mírame
Soy yo, amor, sin anularme

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2

Anoche fue la dureza

con el espíritu en los pies


me levanté no del espacio
del cuerpo
de la espera

y me resistí a la voz
a la partida
a los extremos claros;
busqué la oscuridad.

Hace falta, ahora, incluir la ausencia


y renunciar a las alianzas
hace falta dejar de señalar las intenciones
y ser diluvio sin culpa.

Faltan otros días de azar


falta que hayan existido cosas claras
rechazos esenciales
y la esperanza del jamás.

27
La muerte nos toca, amor, y es un reposo
el brillo de mi palidez
tus manos manchadas de lluvia
y este instante
de dureza infinita.

Somos nosotros mismos saliendo del vacío


sostenidos en las causas.

Es la muerte que remueve nuestra tierra


y lo mismo que un pie pasa a ser pura nada
añade tu sombra a mi sombra
para borrarla.

Se trata del final que se mueve
he ahí el principio de toda locura.

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3

Quienes dicen que murió se equivocan


todos los muertos llevan detalles, nimios dibujos
y aquí
no hay memoria bajo el sol
y asombra la ausencia abreviada de su cuerpo.
No hay en el norte otra noche tan fiera
con pupilas más encendidas
por miedo de no ver.

Aquí
la tierra es algo que tenemos próximo
debes buscarla
para encontrarnos en el eterno ojo de la vicuña…

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Abandona la corriente
y aunque dicen que el agua
–yo me permito dudarlo–
anima el más profundo recuerdo
flota
sé señal de dolor aplacado
y aunque dicen que en silencio
una luz fue un mundo diferente
flota
atiza el fuego
disuelve el agua.

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Escondida tras la nube
un pozo de lágrimas te dejo
una luz blanca que incesantemente te atrae
y nada.
Atrás queda la madera
y pesa menos que la presencia
y apresura el eco de la piedra.

Te dejo
y me quedo sin habla
y sigo el lento compás de mi dolor
y parpadeo en silencio para consolarme.
Lo demás es reciente
es cerrar los ojos al soplo
es apagar las caídas y herirnos el cuerpo
herirnos con el cielo
es un pozo de lágrimas suspendido en el aíre.

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Hay mujeres que caminan mucho
y la belleza
y la pureza
y el cielo
nos alcanzan.

35
Todos los muertos llevan detalles, nimios dibujos
pero sólo él es
–además de tocado–
íntimo
no volveré a olvidarlo.

37
(el lago)

Él fue para siempre con ella


de ella brotaron las aguas
y pasaron los años con el rumor de llover.
Claro queda el amor
y no se oculta
cuando cae la noche y me han visto
hecho de luz y de belleza.

39
Warmi
mantener tus manos pegadas al cuerpo te hace vela
tus pies dejando cortezas te hace árbol.
Es cierto que será largo
y no tendrá el encanto
de arrancar las ramas con la mirada,
pero haz nidos
haz otros
con hojas caídas
y recuérdate bajo la forma de lluvia
y nutre.

No
no unjas el cuerpo durante su ausencia
abrígate tan pronto sea la noche
–la vela sea noche para pernoctar–
en el tejido tócate la frente y los ojos
pisa esa piedra y no te hundas
ábrete y florece.

Lo sé
sin ojos el miedo llegó por primera vez, pero haz nido
los árboles hacen lo mismo
mira hacia atrás
los árboles hacen lo mismo.

41
Warmi
cuando vayas a bordar
deja la tierra pasando por la puerta
frota las telas con las hojas caídas y
no caigas
sé verde en la mañana para ayudar al sol,
baña primero con agua un poco de oro
un poco de plata
y combina la cosecha con tela blanca.

Cuando vayas a bordar


dale más canto a las ranas
dale un oeste ancho
dos alas en la tierra desnuda
un conjuro sencillo
un rayo
y más pronto lloverá.

Borda solamente por sus ojos


un trozo de tela negra
una parte de tu alma
un trozo de tela negra.

42
Es el comienzo en el abandono
resuenan ecos de los principios
se divulgan a sí mismos
y en sí mismos recuerdan la infinitud
–al agua equivale a todo y en todo–
recuerdan que hay una noche al medio
pausa, por añadidura
flujo, por efecto
llegan aún más lejos
los dos comprenden a su pesar
que se pertenecen ...

43
Vuelve a la que amas, a la que te ama
reúne pedazo con pedazo.

45
(el hombre muerto)

warmi
tengo detenido en mis manos el final de mi tiempo.
sí, tengo un pedazo de cuerda y mi descuido; una hoja
flotando sobre mis ojos y sobre ella una gota de lluvia.
tengo mis ojos que te guardan cubriendo la piedra
y el resto del cielo envuelto en niebla. y me falta...
falta el viento que calma mi fuerza y el frío que sigue
a la luna. siento que el corazón es agujero de no poder
acallar las cenizas de tus pies, de no temblar con tus
manos y agarrar bien la cuerda.
siento que cierro nuestra historia
un encantamiento de días secos.

warmi
ve y pide que llueva en el pecho descubierto y los pies
remojados
–llena de agua –pídeme.

47
los hilos
quedaron para azotar el aire
fueron figura y enigma del agua
fueron más rápidos y sencillos que las algas.

los hilos
los que alcanzaron el pasto en reposo
los que adornaron el dolor y la pena
y retumbaron en los aires
y movieron las sombras
fueron cadena y asombro
fueron primero que tu voz
y más posibles.
los hilos me solicitan
me devuelven los pasos
algo sin duda tuyo
y otra vez mereces un recuerdo.
si hubo lugares señalados, ya no existen
si hubo confesiones profundas, no importan
los hilos
quizás algún día te enredes en ellos.

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hasta aquí me he ofrecido
y la lluvia me ha despintado
y el sol me ha deslumbrado.
yo no sé hasta dónde somos en la tierra sin necesidad
de amanecer pronto,
pero sé que me escondo tras una ola
suave y remota
y no importa.
de esto hemos hablado
¿te acuerdas?
tienes que imaginarte otra vez
que quizás lo del tiempo no sea necesario
que la mayor parte nos atamos
que quizás tampoco me he encontrado.
aunque no esté nada claro
hemos hablado de esto
de cómo se convirtió la raíz en el fruto
de que las olas reflejan, por demás, el acorde
del frío
(y el resto cualquiera sabe).
hemos hablado
y todo me hace pensar que nos hemos dejado
y me he despedido.

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warmi

no emigro del todo. estoy siempre en donde estuve.


estoy en tu pecho, en la orilla de un lago.
estoy en todo y me falta un lugar en la tierra, un lugar
sin nombres. estoy cansado de peregrinar
por el mundo y de regresar al mismo tiempo y al
mismo lugar. y, aunque nos habían dicho que
nada regresa con el agua, que las heridas se
transforman en peces que no tocan la hierba, hay
lágrimas posándose en las algas.

warmi
no los escuches, no es cierto.

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estoy tendido
y así termino yo coincidiendo con tus hilos
y una voz que fue inicio.

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Ella se nubla los ojos y toca la corriente
es una manta que anochece las miradas
sella la piel con pesadumbres
limpia las manos y los tobillos
confina el aliento y te deja.

Ella desteje el torso de la serpiente


de sus manos caen hilos
devuelve la blancura
y marca la tierra
y cae la nieve.

Ella
te encuentra y llueve
cuelga una mañana de sus pies
y vuelve
y es sed
y no puede acariciar más tiempos
ni levantar lámparas.

57
El hombre ha muerto
pasará seguramente el momento.

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