Está en la página 1de 8

Biología

1. Plato saludable para un almuerzo

2. la Esteatosis Hepática
En la imagen observamos que, en comparación con un hígado sano (izquierda), un hígado
graso (derecha), aparece más grande y decolorado. Las muestras de tejido revelan
depósitos de grasa en la enfermedad hepática grasa no alcohólica, mientras que se
observan inflamación y cicatrices (fibrosis) en la esteatohepatitis no alcohólica.
El hígado graso es una de las enfermedades hepáticas más comunes y se caracteriza por la
acumulación de grasa en el hígado. Normalmente es asintomática y, por lo tanto, suele
pasar desapercibida. Como hemos dicho, esta enfermedad puede evolucionar en algunos
casos a esteatohepatitis (hígado graso más inflamación), en menor medida a cirrosis y en
algunos casos puede precisar un trasplante de hígado.

¿De qué se trata?


El hígado graso no alcohólico (HGNA) es un síndrome caracterizado por la presencia de
depósitos de grasa en el hígado en pacientes sin consumo de alcohol y en ausencia de
otras causas de enfermedad hepática. Estos excesos de grasa en el hígado se denomina
esteatosis hepática. Habitualmente sospechamos la enfermedad en pacientes que
presentan una elevación moderada de las transaminasas cuando se les practica una
analítica de rutina o bien, por la
presencia de signos de esteatosis en una
ecografía abdominal, cuando ésta se
practica por estudio de molestias
abdominales inespecíficas.
El HGNA incluye lesiones que van desde
la esteatosis hepática simple,
generalmente con un buen pronóstico,
hasta la esteatohepatitis no alcohólica,
que por una serie de mecanismos
complejos hace que la grasa induzca la
aparición de cambios inflamatorios y un
grado variable de fibrosis, que en algunos casos puede evolucionar hasta la cirrosis
hepática. La sospecha de estos cambios inflamatorios sólo se puede diagnosticar al
observar al microscopio una pequeña muestra del hígado obtenida mediante una biopsia
hepática. A pesar de que estas entidades forman parte del espectro de la misma
enfermedad, su diferenciación es importante, ya que tiene un valor pronóstico diferente

¿Es una enfermedad rara?


Es una enfermedad muy prevalente, afectando entre el 20-30% de la población en los
países desarrollados como el nuestro, siendo superior al 70% entre los sujetos con
obesidad o diabetes tipo 2. Por
otra parte, se trata de la
enfermedad hepática mes
frecuente por encima de la
producida por el consumo de
alcohol y de las hepatitis crónicas.
Por desgracia, la prevalencia de
esta enfermedad va en aumento
en paralelo al aumento de la
obesidad y la diabetes, verdaderas epidemias del siglo XXI. Todo ello, está relacionado con
el cambio de hábitos tanto alimentarios como de estilo de vida que se han producido en
nuestra sociedad en los últimos años.

¿Por qué se produce?


No se conocen del todo las causas de la enfermedad, pero en un porcentaje importante
de enfermos se relacionan con la presencia de obesidad (90%), diabetes (75%) y aumento
del colesterol y triglicéridos (30%). Frecuentemente, un mismo enfermo puede tener estas
tres alteraciones, que a veces se acompaña de aumento de la presión arterial, y entonces
se dice que tiene un síndrome metabólico. Esto predispone a la presencia de la llamada
resistencia a la insulina que facilita la
acumulación de grasa en el hígado. Es por
ello, que hoy en día se considera el hígado
graso el componente hepático del
síndrome metabólico. El hecho de padecer
este síndrome y teniendo en cuenta que los
diferentes componentes que la conforman
son factores de riesgo cardiovascular, hace
que los enfermos con hígado graso puedan
tener una predisposición a la
arteriosclerosis (presencia de placas de
colesterol en las arterias) y puedan padecer enfermedades del corazón (infarto) o
embolias cerebrales. Otras causas menos frecuentes incluyen antecedentes de cirugía
digestiva (reducción de estómago, resección intestinal), consumo de ciertos fármacos
(corticoides, hormonas, antiarrítmicos, antivirales, tamoxifeno) nutrición por vena o
algunas enfermedades hereditarias raras.

¿Cuál es su sintomatología?
Habitualmente la enfermedad hepática por depósito de grasa no suele provocar síntomas.
Algunos enfermos, sin embargo, notan cansancio, malestar general o dolor en la parte
derecha y superior del abdomen. Como se ha dicho anteriormente, la sospecha
diagnóstica de HGNA se realiza ante la alteración de las pruebas de función hepática
(generalmente aumento de las transaminasas) o bien por la presencia de alteraciones de
la ecografía abdominal, (visualización de un hígado brillante, que es provocado por la
grasa acumulada). Sin embargo, el diagnóstico definitivo sólo puede hacerse mediante la
práctica de una biopsia hepática. Se suele hacer en aquellos casos que se sospecha que la
enfermedad puede ser evolucionada y nos puede ayudar a hacer el pronóstico y tomar
decisiones terapéuticas. Habitualmente la prevalencia estimada de esteatohepatitis es del
2-3%. La biopsia hepática consiste en la extracción de un fragmento de tejido hepático a
través de una punción, para su posterior visualización microscópica. Esta exploración se
realiza con anestesia local y bajo control ecográfico. Se trata de una prueba muy segura, si
bien un porcentaje pequeño de enfermos pueden presentar complicaciones como dolor y
hemorragia.
¿Es una enfermedad grave?
En pacientes con esteatosis simple, la enfermedad hepática suele tener un curso benigno,
aunque se ha documentado el desarrollo de
cirrosis en un porcentaje muy bajo de
pacientes (<5% en 10-20 años). Sin embargo,
es importante en estos enfermos,
especialmente los que presentan un
síndrome metabólico, no fijarse únicamente
en la enfermedad hepática sino tratar de
corregir los componentes de la misma, que
como se ha dicho, son factores de riesgo
cardiovascular, y evitar así el desarrollo de
una enfermedad cardiovascular.

¿Cuál es su tratamiento?
Actualmente no disponemos de un tratamiento específico para la enfermedad hepática

por depósito de grasa. El objetivo


principal del tratamiento es controlar los
diversos factores de riesgo. En los
enfermos con obesidad o sobrepeso se
recomienda perder peso modificando los
hábitos dietéticos y estimular la
realización de ejercicio físico. Se
aconseja, perder un 10% del peso inicial
en 6 meses (0,5-1 kg cada semana) y
para ello hay que caminar 30 minutos diarios durante 5 días a la semana y tomar una dieta
rica en ácidos grasos poliinsaturados (aceite de maíz o de soja, pescados como el atún,
sardina, trucha o salmón), pobre en ácidos grasos saturados (mantequilla, embutidos,
carne de cerdo, ternera o cordero, leche), y con antioxidantes (vitamina C), fibra, frutas y
vegetales. Estas medidas mejoran de forma importante las transaminasas, así como los
hallazgos ecográficos. En casos de obesidad mórbida, la cirugía bariátrica también provoca
una mejora de las lesiones hepáticas, si bien en algunos casos, pueden presentar un
empeoramiento de la lesión hepática. Por otro lado, tenemos que insistir en el
tratamiento de los factores asociados. En caso de diabetes es importante que se
mantengan unos buenos niveles de la glucosa, mediante la dieta, ejercicio y el tratamiento
específico con hipoglucemiantes orales. En caso de aumento del colesterol y triglicéridos
debe tratarse con fármacos que disminuyen sus niveles. Además, debemos aconsejar una
mejora de otros hábitos de la vida cotidiana, tales como no fumar y no beber alcohol más
de 20 g al día (una caña de cerveza, o un vaso de vino). También se han propuesto
tratamientos con antioxidantes, como la vitamina E, así como tratamientos específicos
para la esteatohepatitis no alcohólica, si bien su efectividad aún se está estudiando.

3. Estructura celular responsable de la formación de


proteínas
AMINOASIDOS
Funciones Principales

Las funciones de las proteínas son específicas de cada una de ellas y permiten a las células
mantener su integridad, defenderse de agentes externos, reparar daños, controlar y regular
funciones, etc.…Todas las proteínas realizan su función de la misma manera: por unión selectiva a
moléculas. Las proteínas estructurales se agregan a otras moléculas de la misma proteína para
originar una estructura mayor.

La función principal de las proteínas es la estructural o plástica, es decir, nos ayudan a fabricar,
regenerar y mantener nuestros tejidos como la piel, las uñas, los tendones, etcétera. Es decir, si
comparamos nuestro cuerpo con una casa, las proteínas serían los ladrillos, junto con los
cimientos y las tejas.

No obstante, además de esta función, desempeñan otras como:

 Energética: cuando la ingesta de hidratos de carbono y grasas procedentes de la dieta sea


insuficiente para cubrir las necesidades energéticas, en caso de un ayuno prolongado, la
degradación de proteínas (aminoácidos) cubrirá estas carencias. El organismo puede llegar
a obtener hasta 4 kilocalorías de energía por cada gramo de proteínas.
 Reguladora: muchas de estas macromoléculas hacen posibles procesos vitales para
cualquier ser vivo, como la respiración o la digestión. Hay proteínas, como por ejemplo la
insulina o la hormona del crecimiento, que están implicadas en la regulación de muchos
procesos del organismo.
 Transporte: por ejemplo, la hemoglobina, se encarga de transportar el oxígeno; la
albúmina, transporta ácidos grasos libres, o las lipoproteínas que conducen el colesterol a
través de la sangre. Otras como las glucoproteínas llegan a las membranas celulares y se
integran para realizar la función de recibir sustancias determinadas.
 Defensa: este tipo de proteínas ayudan a las defensas del cuerpo protegiendo al
organismo de ciertos agentes extraños o exterminándolos. Un ejemplo serían las
inmunoglobulinas, que localizan y eliminan las moléculas que provocan infecciones o
intoxicaciones.
 Enzimática: algunas proteínas realizan trabajos biocatalizadores, por lo que hacen posible
y aceleran en muchos casos las reacciones químicas que se dan en el cuerpo.

4. Proteínas Enzimica

 Enzimas digestivas: que rompen la comida en sus unidades básicas para que el
cuerpo absorba fácilmente sus nutrientes.
 Acido-graso-sintetiza: cataliza la síntesis de ácidos grasos.

5. RECORDEMOS: Qué son las Inmunoglobulinas: { IgA, IgG, IgM } organiza un cuadro con la
información.

¿Qué es?

El análisis de inmunoglobulina mide el nivel de ciertas inmunoglobulinas, o anticuerpos, en la


sangre. Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunológico para atacar a los
antígenos, como las bacterias, los virus y los alérgenos.
El cuerpo genera diferentes inmunoglobulinas para combatir cada antígeno. Por ejemplo, el
anticuerpo de la varicela no es el mismo que el anticuerpo de la mononucleosis. A veces, el cuerpo
puede equivocarse y generar anticuerpos que atacan a su propio tejido, afectando a los órganos
sanos ya que los identifica como cuerpos extraños. Esto es lo que se conoce como “enfermedad
autoinmune”.

Tipos de anticuerpo Características


Inmunoglobulina A (IgA) presente en grandes concentraciones en las
membranas mucosas, particularmente en las
paredes internas de las vías respiratorias y el
tracto gastrointestinal, como también en la
saliva y las lágrimas.
Inmunoglobulina G (IgG) el tipo de anticuerpo más abundante en los
líquidos corporales. Brinda protección contra
las bacterias y las infecciones virales.
Inmunoglobulina M (IgM) se encuentra principalmente en la sangre y en
el líquido linfático. Es el primer anticuerpo que
el cuerpo genera para combatir una infección.

4. ORGANIZA un cuadro con las proteínas que tienen función enzimática, recuerda
destacar su
ubicación y función.

1. Un cuadro comparativo entre colesterol bueno y malo.

También podría gustarte