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PAULA ANDREA CAMPOS VARGAS

EL MITO
Desde sus orígenes, la especie humana ha tratado de ver e interpretar el mundo, y
ha sido la cosmovisión religiosa a través del mito, la primera forma de cosmovisión
que ha tenido el ser humano, y esta se conserva hasta la actualidad, es decir, ha
hecho parte de toda la historia de la humanidad. Mito es según su definición más
común una narración extraordinaria protagonizada por personajes de carácter
divino o heroico, es decir, no se debe considerar como una serie de historias falsas
propias de una mente arcaica.

La importancia del mito para el creyente es que, a través de este se puede


comprender el mundo y se pueden responder preguntas como por quién, cómo,
cuándo, por qué y en qué circunstancias fueron creadas las cosas. Según el doctor
en teología Luis José González Álvarez, el mito es una historia sagrada, de
creación, ejemplar, que confiere poder, vivencial y “verdadera”. Este autor afirma
también que el mito habla de realidades y vivencias concretas que han sucedido
realmente, también interpreta el orden y sentido de la naturaleza. Los no creyentes
por su parte pueden afirmar que el mito solo representa situaciones irreales y falsas,
ya que estas no se pueden demostrar, pero lo que sucede es que estos no logran
captar las manifestaciones sobrenaturales, ya que estas son vivenciales; son
experiencias religiosas extraordinarias y lo son únicamente para quien decide
vivirlas.
Por otro lado, en la película God On Trial, se observa un grupo de judíos en el campo
de concentración de Auschwitz donde pronto serán exterminados, ante esta
situación todos los individuos tratan de entender y comprender el porqué de su
situación y como llegan a ella, y el único medio que les puede intentar dar
respuestas es la religión, es decir el mito, por esto deciden hacer un juicio contra
Dios donde lo juzgan por incumplir el pacto con el pueblo judío. En esta película se
puede observar como el mito hace parte inherente de todos los personajes, es decir
de los creyentes, de los menos creyentes y de los no creyentes, ya que todos
deciden participar del juicio y van dando sus puntos de vista de acuerdo a sus
profesiones y vivencias en contra de dios y favor de dios.

Finalmente se puede concluir que el mito hace parte del ser humano así este sea
creyente, ateo o agnóstico, es decir, hace parte de nuestras vidas porque siempre
se utiliza para lograr entender el mundo, ya sea a favor o en contra; para afirmar o
negar, sin embargo, hay que resaltar que tanto la fe como las creencias se deben
tener de forma razonada, así como lo afirma Luis González: ”Debemos tener la
honradez y la sinceridad suficientes para admitir nuestra limitación y nuestro
desconocimiento del sentido profundo y trascendental de los mitos”.

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