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El Centro de Estudios para América Latina y la Coope- José Manuel Albares


ración Internacional (CeALCI) se crea, en noviembre de DT
2004, con la voluntad de promover la investigación y el 48 e Ignacio Suárez (coords.)
debate en torno a la realidad de los países en desarrollo
en general, y de América Latina en particular, y para
potenciar los estudios y propuestas sobre la mejor manera
de enfrentar los problemas que aquejan estos países.

La agenda africana de desarrollo


Bajo la denominación «Documentos de Trabajo» se publican
resultados de los proyectos de investigación realizados y
La agenda africana de desarrollo:
promovidos por el CeALCI. Además pueden ser incluidos
en esta serie aquellos estudios que, previa aceptación por
el papel de España y la Unión Europea
el Consejo Editorial, reúnan unos requisitos de calidad
establecidos y coincidan con los objetivos de la Fundación
Carolina y su Centro de Estudios.

Fundación CeALCI - Fundación Carolina Fundación Documento de


Carolina cealci@fundacioncarolina.es Carolina
CeALCI www.fundacioncarolina.es CeALCI Trabajo nº 48
LA AGENDA AFRICANA
DE DESARROLLO: EL PAPEL DE ESPAÑA
Y LA UNIÓN EUROPEA

José Manuel Albares


Ignacio Suárez (coords.)
Estos materiales están pensados para que tengan la
mayor difusión posible y que, de esa forma, contribuyan
al conocimiento y al intercambio de ideas. Se autoriza,
por tanto, su reproducción, siempre que se cite la fuente
y se realice sin ánimo de lucro.

Los trabajos son responsabilidad de los autores y su


contenido no representa necesariamente la opinión de
la Fundación Carolina o de su Consejo Editorial.

Están disponibles en la siguiente dirección:


http://www.fundacioncarolina.es

Primera edición, abril de 2011


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ISSN: 1885-866-X
Depósito legal: M-28.670-2010
Impreso en papel reciclado
RELACIÓN DE AUTORES

José Manuel Albares es diplomático. Actualmente es subdirector general de África Subsahariana


en el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación. Anteriormente, en el campo de la política
exterior ha sido cónsul de España en Colombia y consejero de la Representación Permanente de
España ante la OCDE en París. En el campo de la cooperación al desarrollo ha sido vicepresidente
del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE y jefe del Departamento de Cooperación con África
Subsahariana en la AECID. Ha publicado diversos artículos e impartido numerosas conferencias
sobre relaciones internacionales y cooperación al desarrollo. Ha sido profesor invitado en varias
universidades españolas y en el Instituto de Estudios Políticos de París. Es licenciado en Derecho
y diplomado en Ciencias Empresariales por la Universidad de Deusto.

Inés Alberdi, es socióloga y catedrática en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Uni-


versidad Complutense de Madrid. Ha sido investigadora asociada en el Departamento de Estudios
de la Mujer y Políticas Públicas de la Universidad George Washington (EEUU) en 1988-1989. Ase-
sora del Ministerio de Justicia y del Ministerio de Educación y Ciencia. Directora del Departamento
de Investigación del Centro de Investigaciones Sociológicas (1992-1993). Directora del “Informe
para la familia” para el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (1992-1994). Cuenta con una am-
plia experiencia internacional, focalizada en los derechos de las mujeres y en cuestiones de género.
Fue diputada por la Asamblea de Madrid por el PSOE entre 2003 y 2007. Ha sido directora ejecu-
tiva del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) desde abril de 2008
hasta junio de 2010 en que se crea ONU-Mujeres.

Lourdes Benavides es licenciada en Ciencias Empresariales y experta en cooperación internacio-


nal para el desarrollo; ha trabajado durante varios años como cooperante en el ámbito de la ac-
ción humanitaria y el desarrollo en varios países africanos (Angola, Níger, Guinea, Indonesia). Ha
trabajado igualmente como consultora para distintas ONG e instituciones públicas y privadas, y
ha realizado estudios, diagnósticos, evaluaciones de proyectos (Etiopía, Senegal, Ruanda, Tailan-
dia, Sudáfrica…). Forma parte del Grupo de Estudios Africanos y es doctoranda en Relaciones In-
ternacionales y Estudios Africanos. Sus ámbitos de interés en los últimos años se han centrado
en el régimen internacional de la acción humanitaria, la seguridad alimentaria en la región del
Sahel, la agenda africana del desarrollo y la integración regional.

Mbuyi Kabunda es doctor en Relaciones Internacionales por la Facultad de Ciencias Políticas y


Sociología de la UCM, profesor del Instituto Internacional de Derechos Humanos de Estrasburgo,
así como director del Observatorio de Estudios sobre la Realidad Social Africana de la UAM-Fun-
dación Carlos de Amberes. Es también profesor en el Máster de Estudios Africanos de la UAM.
Ha sido profesor y jefe del Departamento de Relaciones Internacionales en la Universidad de Lu-
bumbashi (República Democrática del Congo) y presidente de la ONG SODEPAZ (Solidaridad para
el Desarrollo y la Paz). Es autor de numerosas publicaciones sobre temas africanos: desarrollo,
derechos humanos, relaciones interafricanas e integración regional, etnicidad, conflictos, género,
inmigración subsahariana, África en el sistema internacional, y globalización.

Jesús Núñez, es economista y militar (retirado). Codirector del Instituto de Estudios sobre Con-
flictos y Acción Humanitaria (IECAH). Es especialista en temas de seguridad, construcción de la paz
y prevención de conflictos, con especial atención al mundo árabo-musulmán. Profesor de la Uni-
versidad Pontificia de Comillas. Vocal del Comité Español de la UNRWA (Agencia de las Naciones
Unidas para los Refugiados Palestinos), desde su creación en 2005 y miembro del International Ins-
titute for Strategic Studies (IISS), Londres, desde 1993. Ha sido consultor del Programa de las Na-
ciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el ámbito de la construcción de la paz y la prevención
de conflictos violentos, y Vocal del Comité Directivo de Encuentro Civil EuroMed (ECE), desde su
creación en 2008. Es colaborador en diferentes medios de prensa escrita, de radio y servicios de
información exterior.

Mzukisi Qobo, es doctor en políticas por la Universidad deWarwick (Reino Unido). Obtuvo una
beca de investigación doctoral por la Organización Mundial del Comercio (Ginebra, Suiza). Ha sido
director para el desarrollo de políticas comerciales del Departamento de Comercio e Industria de
Sudáfrica. Actualmente trabaja en la Universidad de Pretoria (Sudáfrica) y es investigador aso-
ciado del Instituto Sudafricano de Asuntos Internacionales, donde ha sido director del Programa
de Potencias Emergentes. Sus áreas de especialización incluyen: política exterior, potencias emer-
gentes, desafíos de la gobernanza global, relaciones regionales y multilaterales de Sudáfrica.

Carmen de la Peña es licenciada en Derecho, ingresó en 1979 en la Carrera Diplomática. Ha estado


destinada en las representaciones diplomáticas españolas en República Popular China y Brasil. Ha
sido Asesora Técnica en la Organización de las Naciones Unidas contratada por la Comisión Eco-
nómica para África, Subdirectora General de Acción Cooperativa y Subdirectora General de África
Subsahariana. En 1996 fue nombrada Consejera de la Embajada de España en Londres y en 2001
pasó a desempeñar la Segunda Jefatura en la Embajada de España en Israel. En junio de 2004 fue
designada embajadora de España en la República Federal Democrática de Etiopía y desde junio
de 2008 a julio de 2010 fue Directora General de Política Exterior para África. En 2010 fue nombrada
Directora General para África.

Ignacio Suárez Fernández-Coronado, es responsable del Programa de Eficacia de la Ayuda en el


Centro de Estudios para América Latina y la Cooperación Internacional (CeALCI) de la Fundación
Carolina. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y ha realizado un-
Máster sobre Estudios Europeos Políticos y Administrativos. Su labor profesional se ha centrado
en distintos ámbitos de la cooperación internacional para el desarrollo, habiendo trabajado en la
Comisión Europea, la Universidad de Alcalá de Henares, la Administración Pública española, y
laFundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP). Co-
labora como docente en el marco de diversos programas de postgrado sobre cooperación in-
ternacional, y su actividad investigadora incluye distintasmaterias de la financiación para el
desarrollo, la agenda de la eficacia de la ayuda o la política española de cooperación.
ÍNDICE

PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

INTRODUCCIÓN. LA AGENDA AFRICANA DE DESARROLLO Y EL PAPEL


DE ESPAÑA Y LA UNIÓN EUROPEA. José Manuel Albares e Ignacio Suárez . . . . 11

PRIMERA PARTE. LA AGENDA AFRICANA DE DESARROLLO

1. LAS POTENCIAS EMERGENTES Y LA AGENDA AFRICANA DE


DESARROLLO EN EL SIGLO XXI. Mzukisi Qobo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

2. LA INTEGRACIÓN REGIONAL EN ÁFRICA: BALANCE, RETOS


Y ALTERNATIVAS. Mbuyi Kabunda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

3. LA IGUALDAD DE GÉNERO Y EL EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES


SON CENTRALES PARA EL DESARROLLO AFRICANO. Inés Alberdi . . . . . . . . . 61

SEGUNDA PARTE. LAS RELACIONES UE-ÁFRICA Y LA POLÍTICA AFRICANA


DE ESPAÑA

4. LA “NUEVA AGENDA DE DESARROLLO”, LA INTEGRACIÓN REGIONAL


Y LAS RELACIONES UE-ÁFRICA. Lourdes Benavides . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71

5. COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y DONANTES EMERGENTES EN ÁFRICA:


¿QUÉ PAPEL PARA LA UNIÓN EUROPEA? Ignacio Suárez . . . . . . . . . . . . . . . . 91

6. ÁFRICA MÁS ALLÁ DE LA CRISIS: LA ESTABILIZACIÓN DEL CONTINENTE


Jesús A. Núñez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113

7. LA AGENDA AFRICANA: ¿CÓMO PUEDEN ESPAÑA Y EUROPA APOYARLA?


José Manuel Albares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129

8. LA COOPERACIÓN EUROPEA Y ESPAÑOLA CON ÁFRICA TRAS


LA PRESIDENCIA ESPAÑOLA DE LA UE. Carmen de la Peña . . . . . . . . . . . . . . 145
PRESENTACIÓN
CeALCI-Fundación Carolina

La Fundación Carolina y la Universidad dad del conjunto del planeta, y más aún en
Complutense de Madrid iniciaron en el año el caso de regiones y países vecinos como
2009 una colaboración en el marco de los la Unión Europea y España.
Cursos de Verano de El Escorial. Tal ini-
ciativa fue fruto del interés compartido por Por otro lado, el momento de la celebra-
ambas instituciones sobre África, y en este ción del curso coincidía con el fin de la
contexto, de la pertinencia de generar es- presidencia semestral del Consejo de la
pacios de debate, formación e intercambio Unión Europea, que España ostentó du-
que posibiliten la reflexión en torno a la rante el primer semestre de 2010. De este
realidad del continente africano y a sus prin- modo, el calendario se presentaba pro-
cipales retos y desafíos en materia de picio para hacer balance de las políticas
desarrollo. En dicho marco se inscribió el desarrolladas desde la Unión Europea y
encuentro “Migración, crisis y conflicto en desde España hacia África, tanto en el ám-
África Subsahariana”, coorganizado por la bito de las relaciones exteriores como de
Fundación Carolina y la Universidad Com- la cooperación para el desarrollo. El se-
plutense de Madrid en la programación de mestre presidencial se correspondía, ade-
los Cursos de Verano de El Escorial, los días más, con momentos de cambios tanto en
3 y 4 de agosto de 2009. el contexto europeo como español en lo
que al enfoque hacia el continente afri-
El interés que suscitó dicho encuentro, jun- cano se refiere. En el caso de Europa, la
to a la importancia de consolidar los es- progresiva implementación del marco
casos espacios de debate existentes en Es- institucional resultante del Tratado de Lis-
paña sobre asuntos africanos, llevaron a boa, en vigor desde el 1 de diciembre de
ambas instituciones a reeditar la colabo- 2009, sumado a los cambios en algunos
ración iniciada en 2009 con la organización de los principales acuerdos por los que se
del curso de verano “La agenda africana de rigen la relaciones euroafricanas: la evo-
desarrollo y el papel de España y la Unión lución de la Estrategia Conjunta UE-Áfri-
Europea”, celebrado en el Escorial entre el ca en el marco del proceso preparatorio
26 y el 30 de julio de 2010. de la III Cumbre birregional (Libia, no-
viembre de 2010), la revisión del Acuer-
La selección de dicho tema respondió a una do de Cotonou, o los procesos de nego-
serie de razones. Por un lado, la constata- ciación de los Acuerdos de Partenariado
ción de que África debe hacer frente a im- Económico. Por otro lado, en el caso de
portantes desafíos en materia de desarrollo, España, la asunción del carácter prioritario
de cara a cuya resolución pueden produ- de la relación con sus vecinos africanos,
cirse importantes contribuciones desde el que se ha acompañado en los últimos
exterior del continente africano. Partiendo años de una mayor presencia diplomáti-
de la premisa de que la articulación de so- ca en la región y en un notable aumento
luciones efectivas es una cuestión que com- de la Ayuda Oficial al Desarrollo hacia Áfri-
pete, ante todo, a las propias sociedades ca, a día de hoy el primer continente re-
africanas y a sus dirigentes, resulta igual- ceptor de la cooperación española en tér-
mente cierto que existe una responsabili- minos absolutos.

9
José Manuel Albares e Ignacio Suárez

Con estos ingredientes como telón de contenidos del curso “La agenda africana
fondo, el curso reunió a un amplio elenco de desarrollo y el papel de España y la
de expertos africanos y europeos de or- Unión Europea”, sea de utilidad para una
ganismos internacionales, la Administra- mejor comprensión, difusión y análisis de
ción General del Estado, el mundo acadé- los desafíos a los que el continente debe ha-
mico y la sociedad civil. El resultado fue un cer frente en materia de desarrollo. De igual
fructífero debate sobre los principales as- manera, la Fundación Carolina quisiera
pectos de la agenda africana de desarrollo, agradecer a José Manuel Albares, actual
en el que se priorizaron las perspectivas Subdirector General de África Subsaha-
africanas y se abordaron algunos de los te- riana del Ministerio de Asuntos Exteriores
mas que están llamados a jugar un papel y de Cooperación de España, su labor en
clave de cara al futuro desarrollo del con- la dirección del citado curso. Se agradece
tinente: el contexto económico y comercial; igualmente a los ponentes su valiosa par-
el papel de las potencias emergentes; la ticipación a lo largo de las diferentes se-
igualdad de género y el empoderamiento siones, así como a todos los asistentes por
de las mujeres; el papel de la sociedad ci- su interés en profundizar sobre la realidad
vil; o las posibilidades y limitaciones que del continente africano.
ofrecen los procesos de integración re-
gional entre otros.

La Fundación Carolina espera que la pre- Madrid, marzo de 2011


sente publicación, en la que se recogen los

10
INTRODUCCIÓN: LA AGENDA AFRICANA DE DESARROLLO
Y EL PAPEL DE ESPAÑA Y LA UNIÓN EUROPEA
José Manuel Albares e Ignacio Suárez*

Contrariamente a una imagen muy exten- Pese a los progresos registrados, África
dida de África, éste no es un continente Subsahariana sigue concentrando los
“perdido”. En él están ocurriendo muchas países con índices y niveles de desarrollo
cosas positivas para los africanos y para la más bajos. Según datos de las Naciones
agenda común que comparten con espa- Unidas, en la región se encuentran 22 de
ñoles y europeos. los 24 países de desarrollo humano bajo,
siendo el último Sierra Leona, que ocupa
Durante la última década, el continente afri- el puesto 177. La situación es similar si to-
cano ha realizado importantes esfuerzos mamos como referencia otros indicadores.
para estar a la altura de los cambios del Así, los países con una renta per cápita más
nuevo milenio y ha tenido que afrontar baja también se encuentran en África Sub-
toda una serie de nuevos retos de carác- sahariana (en particular, Burundi, Malawi,
ter global. A lo largo de los últimos diez República Democrática del Congo, Tanza-
años se han producido notables avances nia y Níger), y ciertos países de la región
para consolidar la democracia en la región, presentan los indicadores más reducidos
a través del refuerzo de las instituciones, de esperanza de vida (40,5 años en Zam-
las elecciones multipartidistas, la apertu- bia; o 40,9 en Swazilandia y Zimbabwe),
ra a la participación ciudadana y a la li- causada en buena medida por los estragos
bertad de prensa. Estos avances también de enfermedades como el VIH/Sida, las
se han acompañado de fracasos y se ha condiciones sanitarias o los conflictos ar-
debido hacer frente a resistencias, pero el mados.
movimiento de fondo en África se dirige
en esa dirección. Esto es especialmente re- Por ello, la erradicación de la pobreza en
levante porque existe una relación direc- África es uno de los principales retos glo-
ta entre el desarrollo, la seguridad y el res- bales de la comunidad internacional. A pe-
peto a los derechos humanos, que se hace sar de los avances conseguidos en los úl-
especialmente patente en el continente timos años, la consecución de los Objeti-
africano. vos del Milenio (ODM) se enfrenta con nu-
merosos obstáculos en este continente. Al-
De los treinta conflictos armados que se re- gunos factores acentúan estas dificultades,
gistraron en el planeta durante 2009, diez como las subidas del precio del combus-
tuvieron lugar en África. De estos, siete fue- tible, la crisis de los alimentos (los hoga-
ron conflictos armados internacionalizados, res de África Subsahariana destinan de
lo que pone de manifiesto su carácter re- media la mitad de sus ingresos a la ali-
gional y el papel que desempeñan los mentación), las crisis financieras mun-
países vecinos en los mismos. Dicho de diales (cuyo impacto en África reduce to-
otro modo, la democracia en un país afri- davía aún más las oportunidades comer-
cano incide en su desarrollo y estabilidad, ciales de la región), el menor acceso a fi-
pero también en toda la región. nanciación, o la reducción de las inver-

*Director y secretario del Curso de Verano “La agenda africana de desarrollo y el papel de España y la Unión
Europea”.

11
José Manuel Albares e Ignacio Suárez

siones directas y de las transferencias de La Unión Europea tiene un papel prepon-


remesas de sus emigrantes, disminu- derante que desempeñar en torno al con-
yendo también, en consecuencia, las po- texto descrito. Las Cumbres Unión Europea-
sibilidades de erradicar la pobreza y de al- África intentan responder a ese desafío, y
canzar los ODM. constituyen un primer paso para lograr una
agenda común y mutuamente beneficiosa.
Lo que ocurre en África no sólo es impor- Para ello, habrá que conseguir un difícil con-
tante por el imperativo ético y de solidari- senso entre las dos regiones en torno a
dad hacia esas sociedades; lo es también unos pocos temas movilizadores: el
porque sin África no superaremos los desarrollo, las migraciones y el comercio.
grandes retos del planeta. El cambio cli-
mático, los tráficos ilícitos, los flujos mi- España, por su parte, intenta desde hace
gratorios o el terrorismo internacional ne- unos años impulsar ese debate para crear
cesitan una respuesta coordinada en la que una auténtica alianza estratégica entre eu-
África debe jugar un papel fundamental y, ropeos y africanos, y el subcontinente se ha
por ello, el continente cobra un papel convertido en una de las grandes priori-
cada vez más importante en el mundo y en dades de la acción exterior española. En
las relaciones internacionales. África, que esta línea, se ha intensificado de manera
tras el fin de la Guerra Fría parecía no ser sustancial el diálogo con los países subsa-
ya un actor importante en las relaciones harianos, superándose la postergación
globales, ha vuelto a situarse en el centro histórica de África en la política exterior y
de las mismas. Las grandes potencias en la cooperación española. El nuevo en-
emergentes, ante todo China, pero también foque adoptado por España se extiende a
Brasil e India, se esfuerzan por estrechar diversos ámbitos: una mayor presencia di-
sus relaciones con el continente. Europa y plomática en la región; la contribución a la
Estados Unidos establecen agendas re- paz, la democracia y la seguridad en el con-
novadas para añadir valor al continente. El tinente; o la agenda migratoria. Pero, sobre
gran reto de futuro es conseguir que Áfri- todo, es en el ámbito de la cooperación para
ca no sea de nuevo un terreno de enfren- el desarrollo donde la presencia española
tamiento, esta vez económico, sino que lo ha dado un paso adelante sin precedentes.
anterior redunde en beneficio del desarrollo
y la inserción internacional africana en el En definitiva, pese a los innumerables re-
concierto internacional. Una cosa parece ya tos a los que debe hacer frente, África está
evidente: nadie piensa ya que un mundo dejando de ser el continente olvidado y re-
sin África sea viable. El G-20 intenta cada caba una cuota importante de atención por
vez más asociar a África en su trabajo y la parte de la comunidad internacional. En los
reforma del Consejo de Naciones Unidas próximos años, tres grandes líneas de
pasa por incorporar voces africanas. Lo que trabajo se perfilan como pilares clave de la
resta es encontrar la fórmula para que Áfri- agenda común con África. Por un lado, se-
ca se inserte definitivamente y en condi- guir consolidando la democracia y la paz
ciones de igualdad en los flujos de co- en el continente, sin abandonar a los Es-
mercio e inversión mundiales. tados frágiles para prevenir situaciones po-

12
La agenda africana de desarrollo y el papel de España y la Unión Europea

tencialmente violentas. Por otro lado, apo- largo de estas páginas se presentan una se-
yar las capacidades de todos esos países rie de datos que invitan al optimismo.
para avanzar en la senda de su propio África habría experimentado un cambio
desarrollo, el que ellos mismo diseñen y es- sustancial gracias al boom de las materias
cojan. Y, finalmente, contribuir a que la in- primas o a factores vinculados a la estabi-
tegración regional y subregional sea mo- lidad macroeconómica, las reformas mi-
tor de los dos elementos anteriores: la es- croeconómicas o el equilibrio político. El re-
tabilidad y el desarrollo africano. Esos sultado es una creciente atención hacia el
son los retos de nuestro futuro común, so- continente por parte de actores externos,
bre los que tratan de aportar claves los dis- que va más allá de la ayuda al desarrollo
tintos capítulos que integran la presente pu- para pasar a incluir otros ámbitos como el
blicación. comercio o las infraestructuras.

Mbuyi Kabunda, director del Observatorio


LA AGENDA AFRICANA DE DESARROLLO sobre la Realidad Social del África Subsa-
Y EL PAPEL DE ESPAÑA Y LA UNIÓN hariana, lleva a cabo un exhaustivo análi-
EUROPEA: ESTRUCTURA DEL sis sobre los procesos de integración re-
DOCUMENTO gional en África, los retos que presentan y
las alternativas que se vislumbran de cara
La primera parte del documento está de- al futuro. Para ello, realiza un balance de las
dicada al análisis de la agenda africana de principales agrupaciones regionales afri-
desarrollo y de algunos de sus aspectos cla- canas a la luz de la experiencia histórica, y
ve, tales como el contexto económico y co- a partir de ahí, identifica los principales obs-
mercial, los procesos de integración re- táculos para la consecución de una ver-
gional o la igualdad de género y el empo- dadera integración regional, tanto desde el
deramiento de las mujeres. punto de vista estructural y económico,
como en relación a las políticas de
Mzukisi Qobo, director del Programa de Po- desarrollo. Por su importancia para la in-
tencias Emergentes del Instituto Sudafri- tegración regional y el impulso del
cano de Estudios Internacionales (SAIIA), desarrollo económico del continente, se
realiza un interesante diagnóstico de la analizan dos de los pilares clave de la go-
agenda africana de desarrollo y de algunos bernanza en África: la Unión Africana y el
de sus principales componentes. Comen- Nuevo Partenariado para el Desarrollo de
zando con un repaso histórico al pensa- África (NEPAD). El profesor Kabunda con-
miento sobre el desarrollo en África, este ca- cluye planteando una serie de alternativas
pítulo hace un recorrido sobre los desafíos para la integración regional en África que
actuales y futuros a los que debe hacer fren- constituyen, como él mismo señala, orien-
te el continente, partiendo de la importan- taciones para un nuevo “regionalismo” en
cia de las relaciones económicas y comer- el continente.
ciales para el desarrollo, y con el nuevo con-
texto surgido a raíz del auge de las poten- Inés Alberdi, directora ejecutiva del Fondo
cias emergentes como telón de fondo. A lo de las Naciones Unidas para el Desarrollo

13
José Manuel Albares e Ignacio Suárez

de la Mujer (UNIFEM) en el momento de ce- Lourdes Benavides, integrante del Grupo de


lebración del curso, aborda la igualdad de Estudios Africanos de la Universidad Au-
género y el empoderamiento de las muje- tónoma de Madrid, aborda la nueva agen-
res como elementos determinantes para el da de la cooperación para el desarrollo y su
desarrollo africano. Estas cuestiones cons- relación con los procesos de integración en
tituyen, precisamente, la base del manda- África, cuya inserción en el comercio mun-
to de la entidad de las Naciones Unidas de dial se erige como elemento determinan-
reciente creación UN WOMEN, que agru- te de las estrategias de crecimiento eco-
pa los diferentes organismos que venían nómico y de lucha contra la pobreza. Se in-
trabajando en relación a estos asuntos. Inés troduce a continuación el nuevo marco de
Alberdi analiza con detalle algunos de los las relaciones África-UE y algunas orienta-
principales temas de la agenda de desa- ciones que perfilan hacia dónde podrían
rrollo en este ámbito, ilustrado con ejem- evolucionar los tres grandes pilares que ri-
plos prácticos de la labor acometida por gen las relaciones birregionales: el diálogo
UNIFEM para hacer frente a una serie de político, la ayuda al desarrollo y el comer-
cuestiones: la seguridad económica de la cio. Lourdes Benavides señala que el con-
mujer, a través de un mayor acceso a la tie- tinente africano ha ganado peso geoestra-
rra, el crédito y los mercados; su empode- tégico, tanto como proveedor de recursos
ramiento político, por medio de una mayor energéticos como por los retos que plantea
participación en las estructuras y procesos para la estabilidad internacional, lo que ha
existentes y del fortalecimiento de su lide- despertado el interés, entre otros, de los lla-
razgo y capacidades; la paz y seguridad mados donantes emergentes. El contexto
como sectores clave para la mujer, tanto surgido está dando lugar a nuevas diná-
desde una perspectiva de desarrollo como micas que obligan a la Unión Europea, prin-
de derechos; o la eliminación de la violen- cipal socio comercial de África y primer pro-
cia contra las mujeres, tanto por motivos de veedor de Ayuda Oficial al Desarrollo a la
género como la violencia sexual ejercida en región, a determinar su posicionamiento
situaciones de conflicto. frente al escenario que se abre paso.

La segunda parte del documento se inicia Ignacio Suárez, responsable del Programa
con un análisis del marco de las relaciones de Eficacia de la Ayuda del Centro de Es-
África-UE a la luz de los procesos de inte- tudios para América Latina y la Cooperación
gración regional africanos y de las rela- Internacional (CeALCI) de la Fundación
ciones norte-sur. Asimismo, partiendo de Carolina, aporta algunas claves para tratar
un diagnóstico de la situación que ha ca- de comprender mejor los aspectos que a lo
racterizado épocas pasadas, se incide en al- largo de las últimas décadas han minado
gunos aspectos clave para las relaciones bi- la eficacia de la cooperación para el
rregionales, como el diálogo político, la di- desarrollo en el continente africano. Las
mensión comercial y económica, el papel nuevas dinámicas que se abren paso a par-
de la cooperación para el desarrollo en re- tir de la agenda de la eficacia de la ayuda,
lación a los donantes emergentes, o el pi- junto con la creciente importancia de la
lar relativo a la paz y la seguridad. cooperación sur-sur desarrollada por los do-

14
La agenda africana de desarrollo y el papel de España y la Unión Europea

nantes emergentes, plantean un nuevo Núñez profundiza en el posible papel de la


escenario de competencia entre viejos y Unión Europea, analizando la génesis de las
nuevos actores. Esta rivalidad trasciende las relaciones África-UE con una mirada par-
propias políticas de cooperación, al referirse ticular a los ámbitos de la paz y la seguri-
no sólo a los modelos de desarrollo que de- dad. Europa habría asumido, en cualquier
ben ser promovidos y apoyados por parte caso, que la consecución de la paz y la es-
de los países donantes, sino también a los tabilidad a nivel global esta intrínseca-
equilibrios de poder en las relaciones in- mente ligada a la lucha contra la pobreza y
ternacionales. El capítulo concluye con el a lo que ocurre fuera de sus fronteras. La
análisis de la política de desarrollo de la interdependencia sería, por tanto, tanto
Unión Europea hacia África y su posible de- un estímulo como una necesidad para la
venir en el nuevo marco de las transfor- cooperación entre ambas regiones.
maciones normativas e institucionales en
el que Europa se encuentra inmersa. La dis- La parte final del documento se centra en
puta entre donantes emergentes y tradi- el análisis del impulso por parte de Espa-
cionales podría actuar como incentivo para ña a la agenda africana, tanto a nivel bila-
que tanto unos como otros identifiquen su teral como en el contexto europeo. Finali-
valor añadido de cara a contribuir al zada la presidencia semestral del Consejo
desarrollo africano, a partir de una relación de la Unión Europea, que España ostentó
igualitaria y sincera en la que ambas par- en el primer semestre de 2010, el momento
tes vean sus intereses reflejados. se planteaba propicio para hacer balance
de las políticas desarrolladas desde la
Jesús Núñez, codirector del Instituto de Es- Unión Europea y desde España hacia el
tudios sobre Conflictos y Acción Humani- continente africano, tanto en el ámbito de
taria (IECAH), plantea la paradoja que su- las relaciones exteriores como de la
pone la apuesta por la “estabilización” del cooperación para el desarrollo.
continente africano, concepto que parte de
un enfoque erróneo al considerarse esta un En esta línea se inscribe la contribución de
objetivo en sí mismo, confundiéndose José Manuel Albares, subdirector general
con el mantenimiento del status quo, que de África Subsahariana del Ministerio de
no ha resultado precisamente beneficioso Asuntos Exteriores y de Cooperación de Es-
a la luz de la experiencia de los últimos paña. Su artículo aporta una serie de claves
años. Convendría, por tanto, realizar una re- sobre cómo Europa y España pueden apo-
flexión sobre cuál debe ser el objetivo a al- yar la agenda africana, centrándose en la
canzar, aspirar a la resolución de los pro- apuesta estratégica española en los últimos
blemas; y ello, situando a los individuos en años. Han sido varios los ejes priorizados
el centro del debate, sin olvidar que la con- en la relación birregional, tales como la paz,
secución del desarrollo pasa por la exis- la democracia y la seguridad en el conti-
tencia de un Estado que funcione y de una nente, o la adopción de un enfoque global
sociedad civil fuerte y autónoma, basada en materia migratoria. Pero lo que real-
en la convivencia y en la resolución pací- mente ha marcado el nuevo enfoque adop-
fica de diferencias. En este contexto, Jesús tado por España, es el haber situado a Áfri-

15
José Manuel Albares e Ignacio Suárez

ca en el centro de la agenda española de lance de la presidencia semestral españo-


cooperación. África es, en la actualidad, el la de la Unión Europea, deteniéndose en
primer continente receptor de Ayuda Oficial sus logros, ámbitos prioritarios y pers-
al Desarrollo española, lo que pone de ma- pectivas de cara al futuro, incidiendo para
nifiesto la existencia de una nueva mirada ello tanto en el punto de vista español y eu-
hacia el continente africano, donde las ropeo como en el africano.
aportaciones españolas a la región subsa-
hariana se han multiplicado por siete entre En definitiva, a lo largo de las siguientes pá-
2004 y 2010 respecto al periodo 2000-2003. ginas se aúnan una serie de reflexiones en
torno a la nueva realidad del continente afri-
El documento concluye con la contribución cano, lo que debería contribuir, en última
de Carmen de la Peña, directora general de instancia, a articular una agenda común
Política Exterior para África del Ministerio para dar respuesta a los desafíos de Áfri-
de Asuntos Exteriores y de Cooperación de ca en materia de desarrollo. En cualquier
España, quien realiza un análisis de la po- caso, una nueva constatación se abre
lítica española en África, y en concreto, de paso. A día de hoy, África ejerce una fuer-
la herramienta que constituye la base de la te atracción sobre los principales actores de
nueva política de vecindad con el conti- la escena internacional, de igual manera
nente africano, el Plan África 2009-2012. Di- que la respuesta a los grandes desafíos de
cho Plan introduce novedades, como la for- nuestro tiempo pasa por la resolución de
mulación de los objetivos a perseguir, la los problemas de África. El reto reside en
adopción de un enfoque regional, o la exis- que sean los propios africanos los que de-
tencia de un sistema de evaluación y de un finan su agenda, que ejerzan un liderazgo
mecanismo de seguimiento por parte de la efectivo y que se apropien de ella. Sólo a
sociedad civil a través de la llamada Mesa partir de ahí podrán construirse espacios
África. El capítulo se completa con el ba- de colaboración e interés común.

16
PRIMERA PARTE: LA AGENDA AFICANA DEL DESARROLLO

1. LAS POTENCIAS EMERGENTES Y LA AGENDA AFRICANA


DE DESARROLLO EN EL SIGLO XXI
Mzukisi Qobo*

I. INTRODUCCIÓN década de los ochenta y el del periodo de


mediados de los noventa a la actualidad es
El interés por los desafíos del desarrollo de muy acentuado y, de hecho, el África de hoy
África y sus perspectivas de futuro continúa se considera la siguiente frontera de creci-
su curso al alza. Con él, comienza a apre- miento.
ciarse un giro gradual de las percepciones
sobre el continente y un aumento de los co- Este artículo analiza los desafíos de África
mentarios positivos sobre el mismo. El en materia de desarrollo en los albores del
boom de las materias primas experimen- siglo XXI, con las potencias emergentes
tado durante el periodo 1997-2007 es en como telón de fondo. El documento reca-
gran medida el responsable del creci- pitula parte de la literatura generada por
miento africano y del cambio en las opi- académicos occidentales y africanistas,
niones sobre la región. Aunque dichas ma- así como textos de naturaleza política re-
terias primas constituyen la base del auge dactados por una serie de entidades que
económico de África, los factores que abarcan desde bancos de inversión hasta
más invitan al optimismo son, quizá, los re- think-tanks internacionales.
lacionados con la estabilidad macroeco-
nómica, las reformas microeconómicas y El presente análisis se enmarca dentro de
el equilibrio político. las perspectivas que subrayan la impor-
tancia de las relaciones comerciales, y
Casualmente, los nuevos socios emer- sostiene que los enfoques hacia el
gentes, encarnados en China e India, han desarrollo económico de África en el si-
contribuido a espolear el crecimiento afri- glo XXI necesitan desviarse de manera
cano. Su implicación abarca sectores tan sustancial de las prácticas en boga en las
diversos como los recursos, las infraes- décadas de los ochenta y los noventa, ex-
tructuras, la agricultura y las finanzas. cesivamente orientadas a la ayuda exte-
Aunque el grueso del crecimiento de Áfri- rior. En este escenario, países como Chi-
ca en los últimos años ha estado íntima- na e India ofrecen ventajas adicionales a
mente ligado a las materias primas, exis- las naciones africanas como fuentes al-
ten indicios de un cambio paulatino en esta ternativas de capital y para el desarrollo
tendencia, y es en dicho cambio en el que de infraestructuras. A pesar de ello, estas
residen las verdaderas posibilidades del alianzas emergentes no pueden darse por
desarrollo sostenible del continente. supuestas. Los africanos deberían apro-
vecharlas para alcanzar un desarrollo a
Aunque sigue siendo la región más pobre largo plazo. Es más, el continente debe
del planeta, el resurgimiento económico de considerarlas como complementos a las
África ha cogido a muchos por sorpresa. El relaciones existentes con los actores tra-
contraste entre el estado de la región en la dicionales, en particular Europa.

* Director del Programa de Potencias Emergentes del South African Institute of International Affairs (SAIIA).

17
Mzukisi Qobo

II. VISIONES ENFRENTADAS SOBRE mostrando una mayor inclinación a utilizar


EL DESARROLLO al Estado para su lucro personal y para
mantenerse en el poder.
El concepto de desarrollo se ha converti-
do en una noción comodín con interpre- Las teorías de la dependencia más tem-
taciones dispares. Su imprecisión ha teni- pranas fueron irremediablemente supera-
do el efecto no intencionado de justificar to- das por la integración internacional y la cre-
dos los instrumentos políticos de las élites ciente aceptación del entorno exterior no
nacionales y extranjeras, incluso cuando di- sólo como una fuente de dificultades, sino
chas políticas no garantizaban resultados también de oportunidades.
para el desarrollo o se centraban en la mi-
tigación de los síntomas en lugar de abor- El concepto de integración con beneficios
dar las causas del subdesarrollo. mutuos adquirió una resonancia mayor a
la de la noción de desvinculación del sis-
El concepto de desarrollo posee una larga tema internacional. De hecho, una de las
ascendencia y significados enfrentados. Su principales dificultades afrontadas por
acepción contemporánea se asocia con las África en la era postcolonial fue su fuerte
teorías de la dependencia de los años cin- dependencia de las materias primas y los
cuenta, las cuales disponían de una orien- mercados europeos, lo que propició que la
tación práctica que aspiraba a la creación integración del continente en la economía
de oportunidades para el progreso social y mundial partiese de una posición estruc-
económico de África en la era postcolonial. tural más débil. Este hecho complicó aún
más el desarrollo de la región en tanto que
La liberación del continente de los yugos sus productos permanecieron vulnera-
de las antiguas colonias, la garantía de su bles a las fluctuaciones en los precios, y
autosuficiencia y su desarrollo autónomo la ausencia de diversificación estructural
constituían objetivos clave en esta época puso de manifiesto las importantes limi-
(Leys, 1996: 5-19). Sin embargo, dichos ob- taciones del continente para ampliar sus ac-
jetivos, formulados en una lengua indis- tividades económicas más allá de la agri-
cutiblemente ideológica, acabaron por vo- cultura y los recursos.
latilizarse. Aunque se acertó al identificar
la dependencia como el obstáculo funda- Los argumentos expuestos hacen más
mental para el desarrollo africano, no se compleja la redefinición del concepto de
consiguió definir con claridad la forma y desarrollo con una precisión mayor. De
la naturaleza que la ruta propuesta (el acuerdo con el informe de la Comisión del
desarrollo autónomo) debía adoptar. A ello Sur (citado en Rist, 2008: 8), presidida por
se sumó el hecho de que la gran mayoría el presidente tanzano Julius Nyerere, el
de las élites africanas demostraron estar desarrollo se define como “un proceso que
poco interesada en construir estados mo- permite a los seres humanos desarrollar su
dernos y crear espacios de verdadero diá- potencial, confiar en sí mismos, vivir con dig-
logo político –una condición necesaria, aun- nidad y realizarse como personas. Es el pro-
que no suficiente, para el desarrollo–, ceso que libera a las personas del miedo a

18
Las potencias emergentes y la agenda africana de desarrollo en el siglo XXI

las carencias y a la explotación”. Por ende, siderándolos como la quinta esencia de la


puede considerarse que el desarrollo entraña libertad, no debe interpretarse como un
tanto un proceso como un resultado. menosprecio de las medidas cuantitativas
o evaluativas, sino como un enfoque que
Amartya Sen (1999: 3, 18) ofrece otra pers- prioriza la eliminación de los obstáculos
pectiva expansiva del desarrollo que se fun- para la consecución de la libertad y la ex-
damenta en el concepto de la ampliación de presión de las capacidades humanas. La
las libertades y capacidades humanas en opo- apertura del espacio político, la prolifera-
sición a otras definiciones más evaluativas ción de la sociedad civil y la libertad co-
que priorizan de forma casi exclusiva varia- mercial crean las condiciones necesarias
bles como el producto interior bruto, el au- para la prosperidad económica de una na-
mento de la renta per cápita, la industriali- ción. Sin embargo, aunque se están reali-
zación y la modernización. Para esta teoría, zando avances importantes, la situación ge-
el desarrollo es un concepto dinámico que da neral de África aún dista mucho de ade-
preferencia a la libertad y las capacidades. cuarse a estas categorías ideales.

La libertad política ofrece unas condiciones Identificar y afrontar las barreras para el
más propicias para el desarrollo del sector desarrollo no siempre resulta sencillo,
privado y el crecimiento económico que los dada la posibilidad de que en determina-
entornos restrictivos. Existen, por su- dos contextos no esté claramente definido
puesto, excepciones a esta regla general, un concepto compartido de desarrollo. A
como es el caso de los llamados “tigres” ello puede sumarse la dificultad de que
del sureste asiático, que prosperaron du- los individuos o grupos persigan distintos
rante la Guerra Fría; la trayectoria de cre- objetivos o aspiraciones. Tal y como apun-
cimiento de la China comunista; y el éxito ta Sen, el enraizamiento de este concepto
económico de Singapur durante el mandato de desarrollo no sólo requiere la demo-
del benévolo dictador Lee Kuan Yew. Sin cratización del espacio político, sino tam-
embargo, estas excepciones no constituyen bién el de las condiciones bajo las cuales
modelos que puedan ser replicados, ni si- los diversos actores participan de la eco-
quiera considerados, en otros países. De nomía de mercado (Unger, 2009).
hecho, África ha sufrido en sus carnes un
número considerable de regímenes auto- Dejando a un lado los obstáculos genera-
cráticos y autoritarios con desastrosas dos internamente como resultado de go-
consecuencias. Estos han sido identifica- biernos deshonestos e ineficaces, África
dos como la principal causa del declive no se encuentra integrada en la economía
económico, del fomento de la corrupción mundial en unos términos favorables, par-
y la proliferación de redes de favoritismo ticularmente si se tiene en cuenta la reali-
en el sector público y en el conjunto de la dad del continente: una dependencia des-
economía. proporcionada de una limitada cartera de
exportaciones y la supeditación a los mer-
La tesis que subraya la importancia de los cados de la Unión Europea. Sólo en los úl-
elementos cualitativos del desarrollo, con- timos años han podido constatarse prue-

19
Mzukisi Qobo

bas sólidas de una diversificación geo- benigna a la consecución del potencial


gráfica de los mercados de exportación, y económico de los africanos.
aún así la naturaleza de éstas sigue exce-
sivamente vinculada al sector primario,
principalmente a la agricultura, los mine- III. DESAFÍOS PARA EL DESARROLLO
rales y los recursos energéticos. DE ÁFRICA

Otra de las marcas de ausencia de desarrollo Tras la era colonial, el único lapso en el que
de África y de su dependencia externa es la África disfrutó de perspectivas halagüeñas
expresada a través de la ayuda al desarrollo. fue el periodo 1960-1973, el cual estuvo mar-
Irónicamente, esta herramienta –diseñada cado por el boom económico previo al de-
para abordar algunos de los desafíos so- rrumbamiento del mecanismo del patrón
ciales más profundamente arraigados en oro de Bretton Woods y el comienzo de la
África– se ha convertido en una lacra para crisis de la deuda. Una gran parte del cre-
el continente. En los últimos tiempos, la ayu- cimiento de África en este periodo se ali-
da al desarrollo se ha sometido a un examen mentó con la creciente demanda por parte
exhaustivo y ha sido objeto de enérgicos lla- de Occidente de su agricultura y sus mate-
mamientos para su redefinición, la cual iría rias primas, que experimentó marcadas su-
encaminada a optimizar su eficacia y me- bidas entre 1971 y 1973 y trajo consigo una
jorar su despliegue, orientándola a la in- duplicación de los precios del cobre, el cau-
versión y las infraestructuras. cho, el cacao y el café (Frieden, 2006: 354).

El principal catalizador de las críticas a la ayu- Durante este periodo, la expansión de


da al desarrollo ha sido su ineficacia a la hora África dependía fuertemente de la de-
de generar los resultados prometidos y, lo manda externa, de manera que cuando la
que es aún peor, su apropiación por parte economía mundial se tambaleó como
de las élites para sus intereses personales. consecuencia de un abrupto aumento en
Un número cada vez mayor de académicos los precios del petróleo decretado por la Or-
africanos consideran que la ayuda al ganización de Países Exportadores de Pe-
desarrollo es la responsable de socavar las tróleo (OPEP) y el surgimiento de las crisis
perspectivas de desarrollo a largo plazo del de la deuda, se abrió una época de decli-
continente, ya que lo aboca a la dependencia ve económico a nivel mundial que asfixió
económica de Occidente. Tal y como ob- la demanda de materias primas africanas.
servara Walter Rodney (1982: 25) hace tres Estas circunstancias sumieron al continente
décadas, la independencia económica “[…] en casi de dos décadas de oscuridad.
requiere capacidad para ejercer poder de de-
cisión en las relaciones externas y, sobre Las debilidades estructurales de África,
todo, exige que en algún momento el cre- achacables a desafíos internos relacionados
cimiento de una nación pase a ser autóno- con políticas económicas deficientes, y un
mo y autosostenible”. Sin embargo, la entorno exterior inclemente producto de la
ayuda al desarrollo no fomenta la auto- reducción de la demanda mundial de pro-
confianza, sino que interpone una limitación ductos primarios, terminaron por socavar las

20
Las potencias emergentes y la agenda africana de desarrollo en el siglo XXI

perspectivas de desarrollo futuro de la re- lidades históricas desencadenadas por la


gión. El crecimiento medio del PIB en Áfri- era colonial y agravadas por la primera ge-
ca en el periodo de 1982 a 1992 fue del 2%, neración de gobernantes postcoloniales
una cifra que contrasta con el 5,2% de Asia del continente. De forma análoga, la eco-
Meridional y el 8% de Asia Oriental (Callagy, nomía política del África descolonizada
2002: 44, en Haberson y Rothchild [eds]). mantiene profundos vínculos con el pe-
riodo colonial. Como señala Jeffrey Frie-
La presión económica experimentada du- den (2006: 450), “Las economías políticas
rante este periodo se dejó sentir tanto en coloniales han dependido de la exporta-
las estructuras productivas como en las so- ción de productos primarios a sus me-
ciales, y con ella comenzaron a caer los ín- trópolis: cobre desde el Congo a Bélgica,
dices de alfabetización y la esperanza de café desde Kenia a Gran Bretaña, cacao
vida. Determinados factores internos, desde Costa de Marfil a Francia, petróleo
como el desacierto de las políticas nacio- desde Angola a Portugal”.
nales, la sobrevaloración de los tipos de
cambio, la ineficacia de las organizaciones Países como Benin, Burundi, Camerún,
paraestatales y una regulación excesiva de Costa de Marfil, Etiopía, Gambia, Ghana,
las economías domésticas, contribuyeron Kenia, Mozambique, Níger, Senegal, Sud-
a empeorar aún más la situación econó- án, Tanzania, Uganda y Zimbabue también
mica de África. han mostrado una marcada predilección
por la exportación de materias primas
Desde los años posteriores a la crisis de (Wolf, 2004: 205). El destino principal de es-
principios de los setenta hasta comienzos tas exportaciones es Europa y, a pesar de
de los noventa, la posición de la deuda ex- décadas de relaciones comerciales y pres-
terna africana sufrió un efecto acumulati- tación de ayudas con el continente euro-
vo y una serie de naciones del continente peo, las economías africanas no han lo-
pasaron a engrosar la categoría de países grado diversificarse.
pobres altamente endeudados. Las ad-
versas condiciones de África, especial- No cabe duda de que los vínculos colo-
mente en las economías menos desarro- niales han condenado a África a la depen-
lladas, requirieron intervenciones en forma dencia de los mercados tradicionales y han
de asistencia o ayuda exterior al desarrollo. reforzado su ventaja comparativa estática
Mientras que parte de la ayuda se reen- en productos primarios en lugar de ga-
cauzó a economías desarrolladas e insti- rantizar su transformación en productos con
tuciones de crédito multilaterales para su- un valor añadido. Los gobernantes post-
fragar la deuda, otras partes –salvo en los coloniales no se preocuparon en ningún
contados casos en los que alcanzaron al momento de desarrollar estrategias para la
sector social– fueron a llenar los bolsillos transformación de las estructuras produc-
de la clase política. tivas y sociales de África, y los niveles edu-
cativos de la región continúan estando por
El penoso estado de la estructura social debajo de los de países en desarrollo de
africana es, en parte, un reflejo de las rea- otras partes del mundo.

21
Mzukisi Qobo

Las condiciones socioeconómicas africanas poco propicia para acometer reformas


se han deteriorado como consecuencia de agresivas.
inestabilidades políticas y conflictos ar-
mados. Como destaca Fantu Cheru (2002: Existen diversas valoraciones acerca de si
5-8), los efectos de una gestión política in- los programas de ajuste estructural em-
adecuada se han sentido de manera par- peoraron la situación económica de África
ticular en aspectos como una educación de- o si, por el contrario, ayudaron a amorti-
ficiente, un acceso limitado a la sanidad, guar un impacto aún más grave. Uno de los
una mayor incidencia del VIH/SIDA, o desa- principales académicos africanos, Fantu
fíos de tipo demográfico entre otros. Cheru (2002: 19), sugiere que, a pesar de
que estas medidas redujeron el papel de in-
Gran parte de la trayectoria de África des- tervención del Estado en la economía,
de el colonialismo hasta la libertad políti- forzaron la ejecución de privatizaciones, fo-
ca se ha caracterizado por una actuación mentaron la apertura al exterior y dejaron
económica deficiente, sistemas políticos dé- un mayor espacio a los mercados liberales,
biles y una infraestructura social en dete- no produjeron resultados económicos sus-
rioro, particularmente en el acceso a la sa- tanciales que pudieran atribuirse directa-
nidad y a una educación de calidad. Asi- mente a ellas. Lo que sí puede concluirse
mismo, los programas de ajuste estructu- al menos es que las condiciones institu-
ral concebidos por las instituciones finan- cionales que habrían garantizado el buen
cieras internacionales entre 1980 y 1990 no término de cualquier medida de austeridad
se tradujeron en resultados positivos que y ayudado a gestionar la integración ex-
permitiesen a África revertir las tendencias terna de una forma eficaz, apenas existían
de una forma sostenida. en África en aquel momento y, por ende,
las posibilidades de éxito eran nulas.
Los ajustes estructurales fueron un medio
para ayudar a la región a eliminar las ba- Dicho de otro modo, en la etapa postco-
rreras al comercio y superar las rigideces lonial África acusó la ausencia de una base
estructurales y en los precios (Moyo, 2009: institucional sólida para gestionar su
20). Sin embargo, los ajustes no llegaron desarrollo y crecimiento económicos y su
a tener los efectos mágicos que prome- futura integración internacional. Además,
tieron en su momento. En cambio, la es- el desarrollo de las infraestructuras socia-
tabilidad macroeconómica y las reformas les necesarias, como la educación y el sis-
microeconómicas ejecutadas de forma tema sanitario, fue muy deficiente. De
autónoma por líderes africanos sí que re- manera similar, la infraestructura física, re-
portaron algunas mejoras sustanciales presentada por las carreteras, las redes fe-
para la economía. Parte del resurgimien- rroviarias y los puertos de la mayoría de
to económico actual del continente se países africanos, ya se encontraban en un
debe a estos esfuerzos unilaterales, y no estado calamitoso que se agravó con el es-
a las fórmulas y los paquetes planteados tallido de numerosos conflictos armados.
por determinadas instituciones financie- Como consecuencia, las condiciones para
ras internacionales en una coyuntura el comercio se vieron perturbadas.

22
Las potencias emergentes y la agenda africana de desarrollo en el siglo XXI

Los gobernantes postcoloniales heredaron nibilidad medioambiental; y promover la


naciones desprovistas de economías ple- creación de una asociación mundial para
namente operativas e instituciones apro- el desarrollo.
piadas. Sin embargo, en la mayoría de ca-
sos, las élites que asumieron el control de Cinco años más tarde, volvieron a reunir-
los desestructurados estados africanos se bajo los auspicios del G8 en un en-
no consiguieron erigir los sistemas políti- cuentro celebrado en Gleneagles, con el en-
cos necesarios para servir de base a la re- tonces primer ministro británico Tony
construcción económica, y no desarrolla- Blair como anfitrión, para contraer más
ron las instituciones que habrían garanti- compromisos que permitiesen avanzar
zado crecimiento y estabilidad a largo hacia el objetivo de la consecución del
plazo. Dichas instituciones deberían haber desarrollo africano. La particularidad de la
incluido capacidades burocráticas, marcos cumbre del G8 en Gleneagles, en julio de
jurídicos e instituciones de mercado, ge- 2005, fue la pretensión de estructurar una
nerando un espacio para el pleno funcio- plataforma sólida de desarrollo entre Áfri-
namiento de los mercados. ca y Europa, con el Nuevo Partenariado
Económico para el Desarrollo de África (NE-
En lugar de esto, África se hizo, por un lado, PAD) como un instrumento que sirviese
dependiente de los vínculos internaciona- a los líderes africanos como base para el
les para mejorar sus perspectivas de cre- diálogo.
cimiento –más concretamente para ab-
sorber inversión extranjera a través de sus Los países desarrollados suscribieron el
exportaciones primarias– y, por otro, pasó acuerdo colectivo de doblar la ayuda ex-
a ocupar una posición marginal en la di- terna al desarrollo y pasar de los 34.500 mi-
visión del trabajo a nivel internacional. Los llones de dólares de 2004 a 67.000 millones,
atrasos de África en términos políticos y de de los cuales el 50% se destinaría al Áfri-
desarrollo económico fueron reconocidos ca Subsahariana. En la actualidad, es co-
por los líderes mundiales al reunirse en la múnmente reconocido que estos com-
Cumbre del Milenio de las Naciones Uni- promisos no se han alcanzado. De hecho,
das en el año 2000 para establecer alianzas la diferencia entre la ayuda desembolsada
internacionales que garantizasen la con- en 2009 y el objetivo fijado para 2010 se si-
secución de los Objetivos de Desarrollo del túa en 26.000 millones de dólares, y se pre-
Milenio (ODM). vé que el desembolso final quedaría al me-
nos en unos 20.000 millones de dólares por
Dichos líderes mundiales adoptaron ocho debajo del compromiso original. La AOD
compromisos: erradicar el hambre y la po- para África en 2010 debería alcanzar, según
breza extrema; lograr la enseñanza primaria las previsiones, los 41.000 millones de dó-
universal; fomentar la igualdad de género lares, lo que supondría una diferencia de
y el empoderamiento de la mujer; reducir 16.000 millones con respecto al objetivo de
la mortalidad infantil; mejorar la salud Gleneagles.
materna; combatir el VIH/SIDA, la malaria
y otras enfermedades; garantizar la soste-

23
Mzukisi Qobo

IV. LA CAMBIANTE REALIDAD DE ÁFRICA logros, se encuentran algunos de los más


TRAS LA DÉCADA DE LOS NOVENTA importantes compromisos recogidos en los
Objetivos de Desarrollo del Milenio de las
En torno a la última década, África ha pa- Naciones Unidas.
sado página tanto política como econó-
micamente. Los conflictos en países como En el frente económico también se han re-
Mozambique, Angola, Ruanda o la Repú- gistrado importantes cambios positivos. Se
blica Democrática del Congo han termi- calcula que en 2008 el PIB colectivo de Áfri-
nado, y un gran número de naciones ha ca alcanzó una cantidad próxima a los 1,6
adoptado la democracia como forma de billones de dólares, una cifra similar a la de
gobierno. Desde mediados de los noven- Brasil o Rusia y que casi dobla las regis-
ta hasta aproximadamente 2008, unos 30 tradas en la década anterior. Con un gas-
países africanos pusieron en marcha pro- to de consumo combinado cercano a los
cesos democráticos, mientras que en la dé- 860.000 millones de dólares durante el mis-
cada de los ochenta apenas había cuatro mo periodo, y un aumento previsto hasta
gobiernos elegidos democráticamente. los 2,6 billones antes para el 2020, no hay
Además, los estados africanos ya no son duda de que África sigue una trayectoria as-
tan proclives a sufrir golpes de estado cendente. Un informe de Accenture (2010)
como en el periodo posterior a su inde- sobre el crecimiento africano añade que los
pendencia, gracias en parte a su severa gastos de consumo en el continente au-
condena por parte de la Unión Africana. mentaron en más de un 100%, desde una
base de 376.000 millones de dólares en
Sin lugar a dudas, en el continente se está 2000 hasta 761.000 millones en 2007.
abriendo un nuevo capítulo político con
perspectivas de éxito variadas. Aunque los Aunque es probable que el rápido ritmo de
cambios son graduales, parecen constan- urbanización genere más desafíos rela-
tes, y el futuro se presenta mucho más ha- cionados con las infraestructuras y au-
lagüeño que el pasado. Varias evaluacio- mente la carga sobre las maltrechas ins-
nes publicadas por instituciones financie- talaciones sanitarias, carreteras e infraes-
ras internacionales, consultorías globales tructuras de abastecimiento hídrico, pue-
y think-tanks de todo el mundo han afir- de considerarse un síntoma de dinamismo,
mado categóricamente que la previsión del especialmente si la región sigue mante-
futuro económico de África es positiva. niendo los índices de crecimiento y el con-
tinente sigue atrayendo más flujos de in-
Un estudio de investigación del Mckinsey versión.
Global Institute (2010: 14) señala que:
“Durante la última década, los índices de Un hecho significativo sobre el creci-
pobreza y mortalidad infantil de África han miento de África entre 1995 y 2007 es que,
descendido, la tasa de matriculación en es- a diferencia de lo que sucedió en el perio-
cuelas primarias ha aumentado y un gran do de gran expansión de 1971 a 1973, el ac-
porcentaje segmento de la población ha ob- tual ha sido el resultado de un boom
tenido acceso a agua limpia”. Entre estos combinado en las materias primas y sec-

24
Las potencias emergentes y la agenda africana de desarrollo en el siglo XXI

tores diversos, como la venta al por mayor, bilidades institucionales se abordaron jun-
la venta minorista, el comercio, las tele- to con esfuerzos encaminados a mejorar el
comunicaciones y la fabricación (Mckinsey entorno comercial y fomentar la iniciativa
Global Institute, 2010). En el periodo de empresarial.
1997 a 2008, las materias primas tan sólo
representaron el 24% del PIB de África y, No obstante, es preciso señalar que no todo
según datos de Boston Consulting Group el crecimiento de los últimos tiempos se ha
(2010), en 2008 el gasto en consumo as- repartido de manera uniforme por los
cendió al 60% del Producto Interior Bruto países africanos y, salvo en el caso de Sud-
del continente. áfrica, la mayoría de la inversión se ha con-
centrado en el sector de los recursos. De
El resurgimiento de África también ha acuerdo con el Informe sobre las Inversio-
sido palpable en los flujos totales de capi- nes en el Mundo de la UNCTAD (2010), An-
tal, representados por inversiones extran- gola, Egipto, Nigeria, Sudáfrica y Sudán son
jeras directas, préstamos bancarios y ad- los principales receptores de inversiones,
quisiciones de valores y títulos de deuda de con un capital superior en cada caso de más
emisores africanos por parte de inversores de 3.000 millones de dólares procedentes
externos. Éstos han aumentado desde los de países en desarrollo no africanos.
15.000 millones de dólares de 2000 hasta
87.000 millones en 2007, justo antes de la Países como Argelia, Libia o la República
explosión de la crisis financiera mundial Democrática del Congo ocupan el segun-
(Mckinsey Global Institute, 2010). También do nivel, con unos flujos estimados de en-
puede apreciarse una diversificación de las tre 2.000 y 2.900 millones de dólares. A és-
inversiones en los sectores del petróleo y tos les siguen Túnez, Ghana, Guinea Ecua-
del gas, la cual ha reportado beneficios a torial y Marruecos, que atraen entre 1.000
la banca, el turismo, los textiles, la cons- y 1.900 millones de dólares. La inversión
trucción y las telecomunicaciones. extranjera directa en el resto de países afri-
canos se encuentra por debajo de los
Este panorama sugiere que África ya no es 1.000 millones de dólares. Por tanto, resulta
sólo una gran avenida para atraer la ayu- obvio que, aunque África se desarrolla, sus
da extranjera, sino un también un terreno distintos países no están beneficiándose en
fértil para el compromiso comercial. La vie- términos de igualdad. De hecho, el grado
ja concepción de desarrollo descartaba que de mejora es un reflejo de las condiciones
el comercio pudiera ser una herramienta estructurales existentes, la calidad institu-
para su promoción, pero, sin embargo, esta cional de cada país, y el hecho de si éstos
visión plantea numerosas limitaciones. cuentan o no con recursos naturales. A pe-
En todos los casos conocidos de países que sar de ello, los avances realizados son de
han conseguido superar atrasos econó- gran importancia.
micos e instaurar instituciones e infraes-
tructuras modernas, el comercio, con el Además, con independencia de estas me-
apoyo coordinado del gobierno, ha juga- joras en las estructuras económicas afri-
do un papel fundamental. En ellos, las de- canas, las condiciones que garantizan un

25
Mzukisi Qobo

crecimiento sostenido –incluida una in- Dada la diversidad del continente africano,
fraestructura de gobernanza adecuada e en el cual se encuadran 53 países con di-
instituciones jurídicas, burocráticas y ferentes culturas, idiomas y sistemas po-
mercantiles operativas– son todavía frá- líticos, es posible que el desarrollo y el cre-
giles o incluso inexistentes en algunas na- cimiento no se produzcan de manera si-
ciones. Un país que ha disfrutado de flu- multánea y uniforme en todo su territorio.
jos de inversión constantes, tanto en for- Sin embargo, se han registrado mejoras de
ma de valores como de inversión extran- gran importancia. En el ámbito político, se
jera directa, es Sudáfrica, y lo ha hecho gra- han sofocado los conflictos armados y has-
cias a la solidez de sus instituciones y al ta 30 países se han convertido en demo-
estado de desarrollo avanzado de sus in- cracias, una cifra que contrasta con las cua-
fraestructuras. tro existentes en 1980.

Aún así, siguen existiendo un gran nú- Además, existe un consenso creciente so-
mero de limitaciones para el desarrollo de bre el hecho de que las previsiones econó-
África, entre las que pueden destacarse: micas de África son positivas. En sus Pers-
la corrupción; los problemas relacionados pectivas de la Economía Mundial de octubre
con debilidades en la gobernanza; el li- de 2010, el Fondo Monetario Internacional
mitado espacio para la sociedad civil; la (FMI) subraya el hecho de que el crecimiento
fragilidad del entorno comercial; los cue- actual de África y sus previsiones de futuro
llos de botella a nivel de infraestructuras; se apoyan en la recuperación de las expor-
la dependencia de carteras de productos taciones y los precios de las materias primas,
limitadas y los mercados tradicionales; el así como en una demanda doméstica sóli-
subdesarrollo del capital humano; y la in- da (FMI, 2010). Esto viene a constatar de ma-
consistencia de las infraestructuras so- nera rotunda que el motor de África ya no
ciales. Estas dificultades pueden resu- son únicamente las materias primas, sino
mirse en términos de infraestructura físi- también la creciente masa de consumidores
ca deficiente (que abarcaría el conjunto de autóctonos, por los cuales pasa un creci-
la economía, las capacidades productivas miento sostenido a largo plazo.
y las infraestructuras), instituciones débiles
(incluida la ausencia de un discurso de- No obstante es innegable que, hasta cier-
mocrático serio, la falta de voces críticas to punto, África sigue dependiendo de la
en la sociedad civil y la fragilidad del Es- demanda externa, como por ejemplo la
tado de derecho y entorno normativo), e procedente de Asia, a quien se debe una
infraestructuras sociales endebles (sani- gran parte de su crecimiento reciente.
dad, educación y otros servicios sociales). Una vez más, los países más beneficiados
El coste de realizar una actividad empre- son aquellos ricos en recursos minerales
sarial en el continente africano sigue sien- y los que disponen de fuentes energéticas.
do alto, y por lo general, las cadenas de su-
ministro, que son la clave de los negocios A pesar de que la diversificación va to-
relacionados con la fabricación y la distri- mando cierto impulso, el núcleo de las ca-
bución, son poco sólidas. pacidades productivas africanas reside en

26
Las potencias emergentes y la agenda africana de desarrollo en el siglo XXI

los recursos. El continente acumula el y el comienzo del siglo XXI es su estrecho


10% de las reservas mundiales de crudo, vínculo con el resurgimiento de Asia. El ma-
el 40% de las de oro, y entre el 80% y el 90% yor peso de Asia en la balanza de poder
de los de cromo y metales del grupo del económico en detrimento de Occidente
platino (Mckinsey Global Institute, 2010). también ha generado beneficios para el
Se espera que, colectivamente, el África continente africano. Así, durante las últimas
Subsahariana crezca a una media del 5% dos décadas, se han intensificado las re-
y el 5,5% en 2010 y 2011 respectivamente. laciones comerciales y de inversión, cen-
Estas cifras contrastan favorablemente tradas en los recursos, entre países asiáti-
con las de economías avanzadas, para las cos como China o los estados del Golfo Pér-
cuales se prevé un crecimiento medio del sico y algunos países africanos.
2,5% y el 2% durante el mismo periodo
(FMI, 2010). Las previsiones para Asia son En el caso de China, el acceso a largo pla-
muy superiores, con un 9,4% y un 8,4% en zo a los recursos naturales establece un be-
2010 y 2011 respectivamente. En cuanto a neficio mutuo con África en el que el gigante
América Latina (5,7% en 2010 y 4% en asiático aporta como contraprestación cré-
2011), las diferencias no son significativas, ditos subvencionados, desarrollo de in-
y de hecho se espera que África supere a fraestructuras y conocimientos de gestión.
esta región en 2011. Su enfoque hacia el desarrollo tiene una
orientación marcadamente comercial, con
A pesar de este panorama positivo, el cre- alguna que otra contribución a los sectores
cimiento sostenido a largo plazo de África sociales, que se refleja en la construcción de
deberá enfrentarse a graves amenazas hospitales y escuelas. Esta realidad ha sido
tanto de naturaleza interna como externa. acogida como una fuente alternativa de ayu-
Como recalca el reciente informe del Panel da al desarrollo para África, así como una
para el Progreso de África, presidido por el oportunidad para que el continente diver-
antiguo Secretario General de las Naciones sifique su economía y supere su depen-
Unidas, Kofi Annan, la buena gobernanza dencia de las materias primas.
y la rendición de cuentas son los factores
determinantes del futuro de África (Infor- En la actualidad, los gobiernos africanos y
me del Progreso de África, 2010), ya que los actores privados invierten, de forma
aún existen impedimentos estructurales al combinada, alrededor de 72.000 millones
crecimiento en un gran número de países de dólares al año en nuevas infraestruc-
del continente. turas en todo el continente, una cifra en la
que la inversión privada en infraestructu-
ras acapara el 13% del total de los merca-
V. LAS RELACIONES ECONÓMICAS dos emergentes. Esto supone un marcado
ENTRE ÁFRICA Y LOS MERCADOS crecimiento con respecto al año 2000, en
EMERGENTES el que los niveles de inversión privada en
infraestructuras se situaron en el 7% (Mckin-
Uno de los nuevos rasgos del crecimien- sey, 2010). Sin embargo, las redes de in-
to de África en el tramo final del siglo XX fraestructura africanas siguen encontrán-

27
Mzukisi Qobo

dose por detrás de las de otros países en to crítico para la creación de un entorno co-
desarrollo, siendo los servicios vinculados mercial positivo y la captación de inver-
a las mismas el doble de caros que en nin- siones, mientras que sus deficiencias aca-
guna otra parte del mundo (Foro de Mer- rrean costes para las empresas. Ya en el pa-
cados Emergentes, 2010). sado el continente africano experimentó de
Existe un compromiso claro por parte de ca- primera mano las dificultades de obtener
pitales privados, principalmente asiáticos, beneficios comerciales bajo estas condi-
de acometer inversiones en infraestructu- ciones adversas. Así, las infraestructuras
ras en África; una especie de interés propio son tanto un bien público como un canal
que podría aportar grandes beneficios al de transporte de productos desde las
continente. En cambio, dicho compromiso fuentes hasta los mercados.
no resulta suficiente a la vista de la extre-
ma fragilidad de las infraestructuras de Áfri- Algunos altos funcionarios del Banco Mun-
ca, que alcanza al sistema de carreteras, las dial han hecho alusiones a la importancia
instalaciones portuarias, los aeropuertos, las del aumento de las inversiones en la in-
redes ferroviarias, los saneamientos y el fraestructura africana, y han sugerido que,
abastecimiento energético. De hecho, el au- en lugar de ayuda al desarrollo, los países
mento en el comercio y el crecimiento de desarrollados deberían considerar la emi-
la población, particularmente en la zona sión de “Bonos para el Desarrollo Africa-
oriental y central de África, están colap- no” en Nueva York. Con el actual tipo de
sando las infraestructuras (Informe de Bu- interés anual del 4,5%, una supuesta emi-
siness Monitor International, 2008). sión de bonos por valor de 100.000 millo-
nes de dólares únicamente requeriría re-
China viene desplegando un modelo úni- embolsos de 6.000 millones al año, lo que
co de inversión en infraestructuras y de supone tan sólo una pequeña fracción de
concesión de créditos subvencionados la ayuda al desarrollo que los países ricos
que le brinda como contrapartida acceso ya se han comprometido a prestar.
a recursos estratégicos como minerales y
energía. Dicho modelo se probó por pri- Al tratarse de un instrumento comercial, la
mera vez en Angola y se ha utilizado pos- emisión de bonos podría obtener mucho
teriormente en países como Sudán, Ca- más que simple ayuda, es decir, reporta-
merún, la República Democrática del Con- ría beneficios materializados en desarrollo
go y Nigeria, entre otros. El Banco de Ex- de infraestructuras, mejoras en el clima de
portación-Importación de China (China inversión, crecimiento de la actividad del
Eximbank) sería quien facilitaría los pagos sector privado y aumentos de la competi-
destinados al desarrollo de infraestruc- tividad en la exportación. Recientemente,
turas. Corea del Sur se ha pronunciado respec-
to a este asunto. En el marco de los pre-
Esta apuesta por el desarrollo de infraes- parativos para la Cumbre del G20 en no-
tructuras podría ser un gran catalizador viembre de 2010, el país declaró que “está
para el éxito futuro de África. Una base só- reuniendo apoyos para la adopción de una
lida en las infraestructuras es un elemen- carta que pondrá fin a [...] la exagerada in-

28
Las potencias emergentes y la agenda africana de desarrollo en el siglo XXI

clinación del G8 hacia un asistencialismo instalaciones mineras, carreteras, redes fe-


financiero” (Financial Times, 4 de no- rroviarias, hospitales y escuelas, plantea
viembre de 2010). En lugar del enfoque ac- ciertas dudas sobre la eventual salida de la
tual, Corea del Sur reclama un apoyo ba- RDC de su condición de país altamente en-
sado en la inversión, el comercio y la in- deudado.
fraestructura, superando así la mera ayu-
da financiera. Este ejemplo pone también de manifiesto
asimetrías en las capacidades de nego-
La adopción de dicha carta podría ser un ciación de China y sus homólogos africa-
indicio del desplazamiento gradual de la nos, las cuales tienen implicaciones sobre
ayuda como principal instrumento de apo- las posibilidades de cada país a la hora de
yo al desarrollo en favor de un enfoque utilizar sus recursos como herramienta co-
más integrador, con una marcada orien- mercial y como fuente de desarrollo de su
tación comercial. El país que, en la prácti- población. En vista del limitado ciclo de vida
ca, ha abierto el camino a dicho enfoque, de las minas, es posible que para el térmi-
no es otro que China. Dada la presión ejer- no del contrato se hayan agotado, y el he-
cida para la consolidación fiscal en los cho de que estas relaciones sean puramente
países desarrollados y la amenaza de otra comerciales (sin normas que las estructu-
crisis de deuda soberana en algunas par- ren) podría perpetuar la dependencia de Áfri-
tes de Europa, parece obvio que las formas ca hacia sus nuevos socios asiáticos.
tradicionales de ayuda al desarrollo no se-
rán sostenibles a largo plazo y, en cualquier De hecho, la riqueza de recursos de África
caso, su eficacia es cuestionable. puede ser una bendición para el conti-
nente, pero éstos deben gestionarse con
Las relaciones entre las potencias emer- responsabilidad y con el objetivo de desa-
gentes y África trascienden el compromi- rrollar al pueblo africano. Si África toma-
so diplomático y comercial; incorporan se consciencia de su capacidad de nego-
también ayuda al desarrollo, la construc- ciación, podría aprovechar las relaciones
ción de infraestructuras y la capitalización con potencias emergentes como China
de oportunidades comerciales, principal- para optimizar mucho más su crecimien-
mente relacionadas con recursos natura- to y su desarrollo. Otras potencias emer-
les. Sin embargo, dichas relaciones no es- gentes ya se han sumado al estableci-
tán exentas de riesgo. miento de relaciones sólidas con los países
africanos, como es el caso de Brasil, India,
Por ejemplo, el caso del acuerdo de China Rusia, Turquía y Corea del Sur.
con la República Democrática del Congo
para acceder a diez millones de toneladas Además de los suscritos con China, existen
de cobre y dos millones de toneladas de co- otros acuerdos financieros de entidades co-
balto en un periodo de 30 años, a cambio merciales de potencias emergentes en Áfri-
de un paquete de inversiones en infraes- ca. Tal es el caso, por ejemplo, del com-
tructuras por valor de entre 3.000 y 6.000 promiso de Arcelor Mittal de construir es-
millones de dólares que incluye mejoras en cuelas e infraestructuras portuarias en Se-

29
Mzukisi Qobo

negal. La empresa minera brasileña Vale pla- medidas para potenciar la cooperación en
nea destinar entre 5.000 y 8.000 millones de materia de desarrollo. Éstas incluyen apo-
dólares a la mejora de minas, puertos y re- yo a África en los ámbitos del cambio cli-
des ferroviarias en Guinea y Liberia. mático y la ciencia y la tecnología; ayuda
al continente para afrontar la crisis finan-
Finalmente, cabe señalar que los lazos en- ciera; asistencia en la reducción de la po-
tre África y las potencias emergentes tras- breza; y cooperación en materia de pro-
cienden la condición de relaciones bila- tección medioambiental y sanidad. Un ras-
terales comerciales para convertirse en go diferenciador de los compromisos de
vínculos diplomáticos con categoría de China es su carácter multianual y la pre-
cumbre. visibilidad de su financiación, ya que
cuenta con un programa de seguimiento
integrado.
V.1. África y las potencias emergentes:
una relación con categoría China también está estableciendo Zonas
de cumbre Económicas Especiales en una serie de
países africanos, entre ellos Argelia, Egip-
La relación entre China y África a nivel de to, Etiopía, Mauritania, Nigeria y Zambia,
cumbre tiene lugar en el marco del Foro con el objetivo de fomentar su industriali-
de Cooperación entre China y África (FO- zación y sus niveles de empleo (Informe so-
CAC, por sus siglas en inglés). El meca- bre las Inversiones en el Mundo de la UNC-
nismo se estrenó en Pekín en 2000, y con TAD, 2010: 37). Hasta la fecha, China ha
los años, el alcance de su compromiso ha completado tres fases sucesivas de con-
ido ampliándose. Su característica prin- donación de deuda, y en la cumbre del FO-
cipal es el fortalecimiento de las relacio- CAC de 2009, el Primer Ministro chino pro-
nes diplomáticas con los países africanos metió la cancelación de la deuda de los
bajo la rúbrica de la “solidaridad sur-sur”, Países Pobres Altamente Endeudados
en virtud de la cual China asume impor- (HIPC, por sus siglas en inglés) de la región
tantes compromisos financieros para africana.
sostener la relación. Algunos de estos
compromisos han incluido la concesión Las relaciones entre India y África también
de más préstamos y condonaciones de han alcanzado un estadio superior con la
deuda a países africanos, acceso prefe- inauguración de la alianza entre ambas re-
rente al mercado chino y el estableci- giones en 2008. Dicha asociación estraté-
miento de un Fondo de Desarrollo entre gica se ha forjado sobre principios de
China y África para fomentar la inversión igualdad, tolerancia mutua, beneficio com-
de empresas del gigante asiático en la re- partido, respeto de la soberanía y una fir-
gión con una aportación inicial de 5.000 me voluntad de potenciar la integración
millones de dólares. africana. Las relaciones comerciales entre
India y África han pasado de 7.300 millo-
En la cumbre de 2009 del FOCAC, cele- nes de dólares en 2000 a los 31.000 millo-
brada en Egipto, se anunciaron nuevas nes registrados en 2008. Hasta el mo-

30
Las potencias emergentes y la agenda africana de desarrollo en el siglo XXI

mento, la Iniciativa de Desarrollo India ha merciales con China derivados del volumen
reportado a países como Tanzania, Zam- de las mercancías importadas, que se co-
bia, Guinea, Mozambique y Uganda con- rresponden en su mayoría a productos de
donaciones de deuda por valor de 24 mi- consumo de bajo coste que circulan por el
llones de dólares. continente africano (Freemantle y Ste-
vens, 2009).
Otras asociaciones estratégicas orientadas
al desarrollo incluyen las alianzas de África A pesar de que los recursos son una ven-
con Turquía y Corea del Sur. Estas variadas taja competitiva fundamental, el valor real
fórmulas de cooperación ofrecen al conti- a largo plazo que la relación entre China y
nente un mayor abanico de elección en sus África puede aportar al desarrollo futuro del
compromisos externos, en particular en sus continente radica en explorar medios que
relaciones comerciales y de inversión. Tam- permitan diversificar la estructura pro-
bién le proporcionan fuentes alternativas de ductiva africana y aportar valor añadido a
ayuda al desarrollo. Aunque el comercio afri- sus recursos naturales. Los líderes africa-
cano ha dependido tradicionalmente de Nor- nos tienen la responsabilidad de canalizar
teamérica y de la Unión Europea, en la ac- los réditos derivados de las materias pri-
tualidad la balanza comienza a decantarse mas para mantener las infraestructuras y
del lado de otros países del sur. diversificar sus economías.

A menos que las élites de África reinvier-


V. 2. Desafíos en las relaciones tan las rentas generadas a partir de estos
entre África y las potencias recursos en el desarrollo de otros sectores
emergentes como la agricultura, la industria y servicios
capaces de absorber más mano de obra,
La mayor parte del comercio entre África la gran intensidad del capital concentrado
y las potencias emergentes sigue concen- en el sector extractivo limitará la genera-
trándose en los productos primarios. Mien- ción de desarrollo asociada con la creación
tras que en 1995 dichos productos consti- de empleo y el efecto multiplicador en otros
tuían el 55% de la balanza de exportacio- ámbitos de la economía.
nes entre África y los países del sur, en la
actualidad la cifra alcanza el 75%. Es es- Una excepción importante a la tendencia
pecialmente significativo el descenso del de priorización de la búsqueda de recursos
27% al 15% en la producción basada en re- es la inversión de India en África Oriental.
cursos naturales, lo que podría apuntar a De hecho, el 80% de las inversiones de esta
un proceso de desindustrialización (UNC- nación en ocho países de África Occiden-
TAD, 2010: 40). tal está orientado en la búsqueda de mer-
cados. Iniciativas como la llamada EBA
En esencia, África importa productos ma- (Todo menos Armas, por sus siglas en in-
nufacturados desde países del sur y ex- glés) de la UE o la AGOA (Ley de Creci-
porta materias primas. Además, 32 países miento y Oportunidades para África) de los
africanos afrontan importantes déficit co- Estados Unidos han atraído inversiones en-

31
Mzukisi Qobo

focadas a la obtención de una mayor efi- evidente que el empobrecimiento de Áfri-


cacia en los sectores textil y de la confec- ca y la debilidad de sus instituciones podría
ción en África (Informe sobre las Inversio- limitar el alcance de la absorción tecnoló-
nes en el Mundo de la UNCTAD, 2010: 24). gica y la creación de capacidades, es vital
alcanzar compromisos claros desde el ini-
Los países africanos deben definir con cla- cio y trazar planes a largo plazo que facili-
ridad sus intereses de desarrollo y buscar ten la consecución de tales metas.
formas de optimizar su relación con China
para garantizar los resultados más adecua- En segundo lugar, China debería apoyar a
dos. África necesita fundamentalmente ha- África de cara a su integración en la eco-
cer valer su posición como actor mundial y nomía mundial, pero no a partir de la de-
expresar sus intereses en términos inequí- pendencia de materias primas. El apoyo a ini-
vocos. ciativas de integración regionales y el fo-
mento del desarrollo mediante procesos
Existen diversos mecanismos mediante los existentes –como la Comunidad de Desa-
que África puede reorientar su relación con rrollo del África Meridional (SADC, por sus
las potencias emergentes con el fin de ge- siglas en inglés), la Comunidad del África
nerar mayores beneficios para su propio Oriental (CAO) o el Mercado Común del Áfri-
desarrollo económico a largo plazo. ca Meridional y Oriental (COMESA, por sus
siglas en inglés)– podría tener un impacto
En primer lugar, los líderes africanos de- mayor en la construcción de infraestructu-
ben determinar cuáles son sus principa- ras transfronterizas, en la mejora de las ad-
les intereses de futuro en estas alianzas ministraciones aduaneras, y en la superación
emergentes. Deberían superar la retórica de determinados obstáculos estructurales
de la solidaridad y tomar conciencia de que limitan el comercio entre regiones. La
que el mundo actual es extremadamente integración regional se presenta como uno
mercantilista, y que su relación con Chi- de los pilares fundamentales del desarrollo
na y otros países es, esencialmente, co- africano, ya que puede contribuir en gran
mercial. medida a la expansión de las economías de
escala, el fortalecimiento del comercio in-
La existencia de recursos en sus propios terno en el continente y la mejora general de
países debería infundir a la comunidad afri- la competitividad exportadora.
cana confianza para negociar tratos más
ventajosos que la venta de sus “tesoros na- En tercer lugar, los países africanos deben
cionales” a precio de saldo. Además de compartir e intercambiar sus conocimien-
aprovechar las ventajas tangibles de los tos y experiencias sobre cómo negociar
acuerdos en materia de infraestructuras, las contratos de suministro más ventajosos
naciones africanas deben establecer con- con actores externos y mejorar sus tácticas
diciones claras que los vinculen con la en materia de diplomacia comercial. Países
transferencia de tecnologías, la adición de como Sudáfrica podrían desempeñar un
valor, el desarrollo de habilidades y la papel clave, aportando capacidad técnica
creación de instituciones. Aunque parece y definiendo una respuesta africana común

32
Las potencias emergentes y la agenda africana de desarrollo en el siglo XXI

ante las economías emergentes que ope- legar a un segundo plano los lazos que ésta
ran en el continente. mantiene con otros actores externos en tor-
no a su desarrollo.
Por último, los gobiernos africanos deben
adoptar medidas serias para acelerar las re- Los modelos de progreso perseguidos
formas, invertir en educación y ampliar el por los países occidentales y las potencias
margen para un crecimiento liderado por emergentes difieren en los aspectos más
el sector privado en sus países. Las claves fundamentales, lo que explica, a la luz de
de la prosperidad a largo plazo de África se las últimas tendencias comerciales, que és-
encuentran, en última instancia, en el li- tas últimas estén eclipsando a Occidente.
derazgo y el sentimiento de urgencia. Es importante reconocer, no obstante,
que África ha experimentado un cambio
sustancial. Hoy por hoy, la situación del
VI. CONCLUSIÓN: continente dista mucho de la de la década
LA AGENDA AFRICANA de los ochenta, en plena recesión mundial
DE DESARROLLO DE CARA y de crisis de la deuda. Durante esta etapa,
AL FUTURO la ayuda se consideraba la única herra-
mienta disponible, y Occidente se dedicó
Hubo un momento en el que África llegó a imponer programas de ajuste estructu-
a considerarse un continente sombrío y ral que se antojaban la solución definitiva.
condenado con escasas posibilidades de Para lograr mantener su relevancia en
salvación. Sin embargo, este panorama África, los gobiernos occidentales deberán
está comenzado a cambiar, gracias en modificar su enfoque y mirar hacia el
gran medida al interés que el continente ha continente de otra manera, en especial en
despertado entre las potencias emergen- lo que respecta al uso de la ayuda como
tes. De hecho, África es en la actualidad el parte de enfoques mucho más amplios que
centro de todas las miradas, y empresas de incluyan financiación para las infraestruc-
inversión y consultoras de gestión de Oc- turas y el comercio.
cidente se han embarcado en un inter-
cambio de comentarios positivos sobre el
futuro crecimiento de la región. BIBLIOGRAFÍA

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potencias emergentes como Brasil, Rusia,
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tados del Golfo Pérsico han aumentado su Accenture Report (2010), Africa: The New Fron-
participación comercial en el continente tier for Growth. Accenture.
mediante acuerdos que en ámbitos como
la minería, la energía o la adquisición de te- Business Monitor International (2008), Africa In-
rrenos agrícolas. La velocidad con la que frastructure Volume III: Reassessing Infras-
las nuevas economías establecen relacio- tructure Development in Central and East Afri-
nes comerciales con África amenaza con re- ca. London, Business Monitor International.

33
Mzukisi Qobo

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34
2. LA INTEGRACIÓN REGIONAL EN ÁFRICA:
BALANCE, RETOS Y ALTERNATIVAS
Mbuyi Kabunda*

I. INTRODUCCIÓN como a nivel continental, en este mo-


mento de la mundialización/globalización
El proceso de integración regional nace en organizada en torno a bloques regionales.
África con la descolonización y la creación En la opinión de Marais (2005: 202), este
de nuevos Estados independientes. Se ca- proceso es ineludible para los países en
racteriza, en relación con experiencias si- desarrollo, al igual que para los países del
milares en otras partes del mundo, por su Norte, pues, el desarrollo económico y du-
carácter ambiguo y débil grado de funcio- radero no puede conseguirse en el marco
namiento, presentando la peculiaridad de exclusivamente nacional, sino a nivel re-
una contradicción entre el sorprende di- gional mediante la coordinación de las eco-
namismo institucional y el débil grado de nomías nacionales en una entidad regional.
cooperación bilateral y multilateral, políti- En el caso particular de África, la balcani-
ca y económica, entre los Estados africanos. zación del continente por la colonización en
unos 53 Estados, en su mayoría pequeños
Este débil grado de cooperación-integra- y sin salida al mar, es una razón añadida
ción explica que la verdadera integración que convierte la integración regional en una
africana se está haciendo más desde el ex- estrategia atractiva e ineludible. De este
terior (integración extrovertida o vertical) modo, según Gonidec (1993: 155), la inte-
que desde el propio continente (integración gración regional distinta de la cooperación
endógena u horizontal), a través del AGOA al significar la primera la creación de una
(African Growth and Opportunity Act o Ley autoridad o entidad por encima de los Es-
para el Crecimiento y las Oportunidades de tados miembros mediante la fusión de sus
África) norteamericano y de los APEs soberanías, mientras que la segunda se li-
(Acuerdos de Partenariado Económico) mita a la yuxtaposición de dichas sobera-
de la Unión Europea, que crean áreas de nías, es la única estrategia capaz de resol-
libre comercio con las agrupaciones afri- ver los problemas comunes a los que se
canas convertidas en sus mercados. Los enfrenta África, y que la puede convertir en
APEs constituyen en la opinión de Ibriga una potencia regional. Es decir, la inte-
(2010: 431-435), instrumentos de debilita- gración económica como instrumento o
miento de las iniciativas de integración re- vector del desarrollo en África. Desde el
gional y de erosión de las solidaridades re- principio se enfrentaron dos tesis o enfo-
gionales en África. ques (Gueye, 2010: 192):

El presente análisis pretende identificar los – El enfoque “maximalista”, cuyos defen-


factores que explican aquellas contradic- sores consideraron que ningún país afri-
ciones convertidas en frenos, con la con- cano podría desarrollarse sobre la base ex-
siguiente propuesta de alternativas sus- clusivamente nacional. Según ellos, los pro-
ceptibles de convertir la integración re- blemas son comunes en todos los países,
gional en el motor del desarrollo de los Es- y podrían resolverse sólo conjuntamente
tados africanos, tanto a nivel regional en el marco de un gobierno continental,

* Director del Observatorio sobre la Realidad Social del África Subsahariana.

35
Mbuyi Kabunda

bajo la forma de una federación o confe- siderar ineludible la integración regional,


deración (Nkrumah, Cheikh Anta Diop, para enfrentarse conjuntamente a los pro-
Edem Kodjo, Kaddafi). blemas de desarrollo y de seguridad, im-
posibles de resolver a nivel individual, dis-
– El enfoque “gradualista” o por etapas, in- crepando sólo sobre los métodos y las prio-
siste en las disparidades históricas, lin- ridades2. Según Jean Ping, el presidente de
güísticas, culturales, geográficas y econó- la Comisión de la Unión Africana, existe hoy
micas, que abogan no por la creación de unanimidad a favor de la creación de un go-
un Estado federal o de una confederación, bierno continental, de un gobierno de la
sino de una organización de integración Unión Africana (UA). La diferencia es entre
económica y de cooperación política a par- los que quieren la creación inmediata de un
tir de las subregiones, pasando por las re- gobierno federal africano y los que optan
giones hasta a nivel continental, e incluso por la estrategia de etapas, sin cuestionar al
por el previo fortalecimiento de la inte- principio las soberanías estatales.
gración nacional (Estado-nación) como
etapa ineludible para una integración re- En definitiva, ante el fracaso de las estrate-
gional sólida y fiable1. gias exclusivamente nacionales para re-
solver los problemas del subdesarrollo,
Este último enfoque, funcionalista, consi- los gobiernos africanos postcoloniales in-
derado como realista y por lo tanto preva- tentaron resolverlos en el marco de espa-
leciente, considera que la integración re- cios mucho más amplios, mediante las agru-
gional, para ser viable, tiene que partir de paciones regionales o a escala continental ,
los aspectos económicos, tales como las re- políticas y económicas, siendo el objetivo
alizaciones concretas y la solidaridad de he- evitar el estancamiento y la marginación.
cho mediante, por ejemplo, la creación de
una moneda común, el desarrollo de las in-
fraestructuras de comunicación y la “con- II. ESTADO DE LA CUESTIÓN Y
tinentalización” de la investigación científi- BALANCE DE ALGUNAS
ca, para después caminar paulatinamente AGRUPACIONES REGIONALES
hacia la integración política a nivel conti- AFRICANAS
nental. Es decir, la integración económica
como etapa previa hacia la unidad política. Por todas las razones anteriormente ex-
Todos estos enfoques convergen por con- puestas, y en particular por la persistencia del

1
El presidente Kaddafi rechaza este planteamiento al considerar que el Estado-nación, como reliquia del co-
lonialismo y una aberración, ha de ser superado mediante la eliminación de las fronteras artificiales a favor de
la creación de un espacio más amplio por su incapacidad de satisfacer las necesidades de los pueblos (cf. At-
tisso, 2008: 120).
2
Al respecto es preciso subrayar los debates de ayer entre los “moderados”, partidarios de una mera cooperación
interestatal y los “revolucionarios” o “progresistas”, defensores de los Estados Unidos de África; y de hoy en-
tre los pragmáticos o defensores del “panafricanismo funcional” (Abdulaye Wade) y los del “panafricanismo
moderno o maximalista” o la resurrección del proyecto de Estados Unidos de África para hacer frente con-
juntamente a los desafíos de la globalización (Kaddafi).

36
La integración regional en África: balance, retos y alternativas

subdesarrollo en el continente, los gobiernos nal y la creación de tribunales regionales en-


africanos apostaron por la integración re- cargados de la aplicación del derecho. Es de-
gional pasando a la etapa superior, mediante cir, han apostado por la supranacionalidad.
la transformación a nivel continental de la Lo más novedoso, en estos nuevos tribu-
OUA en UA, en julio de 2002 en Durban, y nales, es la consagración de la indepen-
a nivel regional pasando de las organiza- dencia, la imparcialidad y la inmunidad de
ciones clásicas de cooperación, con escasos los jueces en el ejercicio de sus funciones.
compromisos regionales por parte de los Es-
tados miembros, hacia las organizaciones – En el África Central, la CEEAC (Comunidad
más ambiciosas que apuestan claramente Económica de los Estados del África Central),
por la “supranacionalidad”, al menos en los creada en 1983, coexiste con la CEMAC (Co-
tratados constitutivos (Sall, 2010: 168). De munidad Económica y Monetaria del África
este modo, nacieron en África unas agru- Central), que sustituyó en 1994 a la UDEAC
paciones de tercera generación, o las de la (Unión Aduanera de los Estados del África
década de los noventa, que apuestan clara- Central), creada en 1964. En las dos últimas
mente, desde el punto de vista institucional, décadas la opción por los conflictos preva-
por la verdadera integración, mediante la de- lece sobre la de cooperación en esta región.
finición de algunas “políticas comunes”
basadas en la libertad de circulación de las – En el África Austral, el cambio se hizo me-
personas y de los bienes. Estas nuevas or- diante la sustitución de la SADCC (Confe-
ganizaciones dan máxima prioridad a los rencia para la Coordinación del Desarrollo
problemas de la paz y la seguridad combi- en África Austral), organización creada por
nando, de este modo, los aspectos econó- los países de la “Línea del frente” para lu-
micos y de seguridad, pero que siguen ca- char contra la dominación económica y mi-
racterizándose por diferentes fallos y limi- litar de la Sudáfrica del apartheid por la
taciones que expondremos más adelante. SADC (Comunidad para el Desarrollo del
África Austral), cuyos nuevos objetivos son:
Se pueden distinguir las siguientes agru- el desarrollo concertado, la promoción de
paciones más relevantes en las distintas re- los valores comunes y la instauración de
giones del Continente: un sistema monetario común.

– En el África Occidental, se produjeron im- – En el África Oriental, la evolución se ex-


portantes cambios con la modificación, en presa por el reemplazo en 1993 de la PTA
1993, del tratado de la CEDEAO (Comuni- (Área de Comercio Preferencial), creada en
dad Económica de Estados de África Occi- 1978, por la COMESA (Mercado Común del
dental) creada en 1975, y la creación de la África Oriental y Austral), y desde hace diez
UEMOA (Unión Económica y Monetaria de años por la resurrección de la Comunidad del
África Occidental) en sustitución de la África Oriental (EAC), y el IGAD (Autoridad
UMOA, creada en 1973. Ambas organiza- Intergubernamental para el Desarrollo).
ciones del África Occidental caminan hacia
la unión económica y monetaria, la pre- – En el África del Norte, la UMA (Unión del
servación de la paz, de la seguridad regio- Magreb Árabe), creada en 1989, con el ob-

37
Mbuyi Kabunda

jetivo de realizar el mercado común y fo- de facto (Hugon, 2007: 202) expresada por
mentar la cooperación en todos los cam- las redes comerciales, financieras, cultu-
pos entre los cinco Estados magrebíes. La rales y tecnológicas y los flujos migratorios
regla de la unanimidad, las dificultades in- transfronterizos, que son los que verda-
ternas junto a las tensiones entre Argelia deramente funcionan, y que deberían ser
y Marruecos, sobre el problema del Sáhara, objeto de una atención particular al ex-
explican el estado actual de letargo en el presar “dinámicas endógenas” y al cons-
que se encuentra la organización. tituir áreas de libre comercio de hecho. Se
aprovechan de las fronteras porosas, las re-
Aquí aparece el primer problema al que se des comerciales e identitarias o étnicas
enfrenta el regionalismo africano: la pro- transfronterizas, las diferencias de las po-
liferación de estas agrupaciones y la per- líticas económicas y de monedas nacio-
tenencia concomitante de un Estado a nales y las ventajas comparativas4. De
dos o varias de ellas con objetivos simila- aquellas agrupaciones oficiales, sólo dos,
res, lo que conduce a “una neutralización la CEDEAO y la SADC –si excluimos la UE-
recíproca” (Coussy, 1990: 232) de estas or- MOA (Unión Económica y Monetaria del
ganizaciones con rivalidades declaradas o África Occidental) y la CEMAC (Comunidad
latentes entre ellas3, tal y como está suce- Económica y Monetaria del África Central)–,
diendo entre la SADC, la SACU (Unión presentan importantes perspectivas, la
Aduanera del África Austral) y la COMESA primera por prever en su tratado revisado
en África Austral. importantes disposiciones supranaciona-
les, al menos formalmente, tales como la
Partiendo del caso específico del África libre circulación de personas, bienes y ca-
Central, Ropivia (2001: 145) demuestra pitales y el derecho de residencia de los ciu-
también cómo las actividades diplomáticas dadanos en los territorios de los Estados
y militares, de la última década en la RDC, miembros mediante la introducción pau-
de países pertenecientes a otras comuni- latina del pasaporte común; y la segunda
dades regionales como Uganda, Nigeria y por crear redes de transportes y comuni-
Sudáfrica impiden indirectamente el pro- cación regionales, y por apostar por un sis-
ceso de integración regional y de unidad tema monetario común.
geopolítica de esta región.
La CEDEAO y la SADC, encabezadas res-
Frente a esta integración de jure (o el “re- pectivamente por Nigeria y Sudáfrica, han
gionalismo estatal”), existe una integración puesto de manifiesto un cierto dinamismo

3
La existencia de múltiples objetivos, a menudos similares, plantea serios problemas de competencia, com-
patibilidad y conflictos de obligaciones.
4
De hecho existen importantes redes comerciales y espacios regionales tanto en África Occidental como en
África Central y Austral, que actúan por encima de las fronteras oficiales. Sus integrantes se desplazan en fun-
ción de las oportunidades comerciales y económicas, a través de migraciones de los países del Sahel hacia los
países costeros del África Occidental o de los países de la antigua línea del frente del África Austral hacia Sud-
áfrica. Negar tales realidades equivale, en la opinión de Tenier (2010: 11-12), a condenar al fracaso el propio
proceso de integración y a favorecer las fuerzas centrífugas.

38
La integración regional en África: balance, retos y alternativas

unitario resucitando el ideal panafricanista. plazo, por la ya integración avanzada de los


La CEDEAO se ha dado como principales países de la zona, según Marais (2005: 207-
objetivos: la promoción de la cooperación 208), desde el punto de vista económico, co-
económica para conseguir la autosuficien- mercial, de sistemas de transportes, de re-
cia colectiva, el pacto de asistencia mutua des de energía y de los movimientos de la
en materia de defensa, la creación de un mano de obra. Sin embargo, es preciso su-
mercado común y de una moneda única (la brayar el peso económico abrumador de
creación de una Zona Monetaria del Áfri- Sudáfrica, cuyo PIB representa el 75% del
ca Occidental –ZMAO– y la adopción de cri- PIB reunido de los países de la SADC, con-
terios de convergencia necesarias para la vertida en un gran mercado para este país.
unión monetaria), la libre circulación de los Se está realizando lo que ya expresó en
ciudadanos en los Estados miembros, la mayo de 1991, el entonces director de asun-
gestión de los conflictos y de manteni- tos exteriores el ANC, Thabo Mbeki, para
miento de la seguridad implicándose en las quien Sudáfrica está enfrentada a nume-
crisis de Sierra Leona, Liberia y Costa de rosos y urgentes problemas para resolver
Marfil a través del Economic Community de inmediato los de los demás.
of West African States Cease-fire Mono-
toring (ECOMOG).
III.LOS OBSTÁCULOS A UNA VERDADERA
En cuanto a la SADC, es preciso subrayar INTEGRACIÓN REGIONAL EN ÁFRICA
los intentos de armonización de las políti-
cas de desarrollo con las estrategias de La integración regional supone una serie de
cooperación sectorial (confía a cada miem- requisitos, en particular, la transferencia de
bro la coordinación de las actividades en soberanía a los órganos centrales, los me-
un sector específico) creando las bases de canismos de prevención y gestión de con-
un sentimiento comunitario, la creación flictos, la convergencia de intereses econó-
del Organ for Politics, Defense and Secu- micos, los mecanismos de superación de las
rity Cooperation (Órgano de política, de- rivalidades y de los antagonismos políticos,
fensa y de seguridad) y la libre circulación la creación de una moneda y de infraes-
de personas. Sin embargo, los problemas tructuras regionales, con una previa inte-
políticos en torno a la guerra en la RDC y gración regional encabezada por un Estado
al problema agrario en Zimbabwe, junto a fuerte en colaboración con la sociedad civil.
la pandemia del sida en la zona son im-
portantes desafíos a corto plazo de la El continente carece de estas condiciones
SADC, constituyendo la diversidad econó- previas al reunir todos los factores socio-
mica de los Estados miembros (países políticos y económicos de desintegración
con importantes estructuras industriales regional, tales como el fracaso de la inte-
como Sudáfrica y Zimbabwe), países mi- gración nacional que algunos consideran
neros (Angola, RDC, Zambia, Namibia, como una previa condición a la integración
Botsuana, Mauricio) y países agrícolas regional, pues la consciencia comunitaria
(Suazilandia, Lesotho, Malaui, Mozambique, es función de la previa unidad nacional o
Seychelles), una importante baza a largo de la capacidad del Estado de ejercer efec-

39
Mbuyi Kabunda

tivamente el poder, es decir el Estado Según concuerdan varios analistas (Hu-


como la unidad básica de la integración (cf. gon, 2006: 93), los programas de ajuste
Mouelle Zombi, 2003: 206); la descompo- estructural, concebidos en el marco na-
sición política de los Estados hundidos por cional, más para resolver los desequili-
los problemas políticos internos; las agu- brios macroeconómicos que para con-
das crisis económicas y financieras dando seguir el desarrollo, obstaculizaron la in-
prioridad a los objetivos nacionales y a las tegración regional y las interdependencias
políticas impuestas desde el exterior a me- económicas entre los países africanos (Ta-
nudo en contra de los objetivos regionales kirambundde, 1998: 222). A ello es preci-
(extraversión económica); el apego a las so- so añadir los acuerdos de cooperación o
beranías y egoísmos nacionales junto a los los tratados de libre comercio entre la UE
micronacionalismos exacerbados en de- y los países del África del norte (Egipto,
trimento de los compromisos regionales Túnez, Argelia y Marruecos) sin preocu-
(oposición entre los intereses nacionales y parse de los compromisos panafricanis-
los compromisos regionales); la prolifera- tas de éstos, y los tratados bilaterales de
ción de conflictos con repercusiones re- la misma naturaleza de Estados Unidos
gionales, entre ellos los conflictos fronte- con algunos países africanos, que ani-
rizos; la debilidad del comercio intraafricano quilan los progresos realizados décadas
(el 10% del comercio total dominado por anteriores en el continente en el campo
Sudáfrica, Costa de Marfil, Nigeria, Kenia, de la integración regional (Diouf, 2006:
Zimbabwe y Ghana), por la falta de una 795). Las relaciones verticales bilaterales
moneda común y de complementariedad y las actividades de las multinacionales,
de estructuras económicas y de infraes- dominadas por la lógica de mercado, tien-
tructuras de transportes y comunicación den a favorecer la integración exógena o
horizontales; la ya mencionada pertenen- vertical de las economías africanas en de-
cia concomitante a dos o varias agrupa- trimento de la horizontalidad (Oumar
ciones con las consiguientes duplicaciones Konaré, 2005: 24).
y los problemas de fidelidad; los des-
acuerdos sobre el reparto de los costes y En el mismo orden de ideas, Samir Amin
beneficios de la integración como conse- (2005: 156) opina que África no camina
cuencia de la ausencia de un mecanismo realmente hacia una regionalización su-
efectivo de compensaciones, y por fin la ficiente, salvo la encabezada y domina-
carga de la deuda externa que en 1996 era da por el Norte, a pesar la proliferación
superior al 200% del PIB de 28 de los 53 de las instituciones de cooperación re-
Estados africanos (Hugon, 2007: 205-207). gional, que no deben engañar. Los pro-
Por lo tanto, la integración regional se está yectos de regionalización se han basado,
realizando desde el exterior, en particular de una manera ingenua, en el mimetis-
a través de los acuerdos de partenariado mo de la UE, sin dotarse previamente de
de la UE, que intenta apoyar las comuni- capacidades de producción y de protec-
dades económicas regionales y sus capa- ción de sus comunidades, en las décadas
cidades institucionales mediante la finan- anteriores, y que no será posible hoy con
ciación de los proyectos regionales. las reglas de la OMC, que les impone la

40
La integración regional en África: balance, retos y alternativas

máxima apertura externa (la mundiali- y Tanzania (cf. Hazlewood, 1967:75-76;


zación liberal), para competir en condi- Robson, 1987: 33-34; Diouf, 1984: 15), ade-
ciones de desigualdad, convirtiendo di- más de los antagonismos ideológicos en-
chas comunidades en mercados para las tre los tres países.
multinacionales.
Desde el punto de vista político-jurídico e
En resumen, y desde el punto de vista eco- institucional, es preciso destacar la res-
nómico (cf. Hugon y sus colaboradores, ponsabilidad de los líderes africanos que
2002: 138-139), los obstáculos a la inte- suelen privilegiar el interestatalismo, con-
gración regional son estructurales (escasez secuencia del apego de los Estados a las
de infraestructuras de transportes y co- soberanías nacionales, en detrimento del
municación, débil diversidad de las capa- enfoque supranacional (ausencia de ins-
cidades de producción, débil intensidad de- tituciones supranacionales fuertes); la
mográfica, pequeños mercados internos, persistencia del “presidencialismo afri-
débil nivel de desarrollo y de integración cano”, reproducido a nivel regional con la
nacional), los vinculados con las políticas consiguiente exclusión de los parlamen-
de desarrollo (las fuertes relaciones ex- tos panafricanos en el proceso de toma de
traafricanas para conseguir las divisas, decisiones; el no respeto de los compro-
las burocracias pesadas, la falta de armo- misos regionales por la ausencia de ver-
nización de las reglas y de la convertibili- daderos mecanismos de sanción, a pesar
dad de las monedas nacionales que blo- de la creación de los tribunales regiona-
quea los intercambios interafricanos), la fal- les a los que difícilmente pueden acceder
ta de complementariedad entre las eco- los individuos y el impago por los Estados
nomías que producen lo mismo, y por lo miembros de sus contribuciones o cuotas,
tanto no tienen mucho que intercambiar, impidiendo la financiación o concreción
junto al desarrollo desigual entre los de los proyectos panafricanos (Sall, 2010:
países africanos convirtiendo en inade- 163 y ss.).
cuado el enfoque de integración libre-
cambista que tiende a favorecer los países A todo ello, es preciso añadir: la persis-
y regiones más ricos con importantes tencia de los principios de la intangibilidad
mercados nacionales en detrimento de los de las fronteras heredadas de la coloniza-
demás socios pobres generando conflictos ción, la no injerencia en los asuntos inter-
de intereses. nos, el respeto de la soberanía y de la in-
dependencia de cada Estado y la lucha con-
Este enfoque profundiza las disparidades tra la subversión (principios ultraconser-
y perpetua el desarrollo desigual hasta sus- vadores que presiden el derecho interna-
citar el desinterés de los socios más pobres cional africano), aún presentes en la ma-
que se retiran de la organización por la au- yoría de las agrupaciones regionales afri-
sencia de mecanismos adecuados de com- canas, incluso en la propia UA. Ello pone
pensación, como sucedió con la desapa- de manifiesto la falta de legitimidad de mu-
recida, hoy reconstituida, Unión Aduane- chos Estados africanos y bloquea la ver-
ra del África Oriental entre Kenia, Uganda dadera integración regional.

41
Mbuyi Kabunda

IV.LA OUA Y EL PAL ANTE LA La verdad es que la OUA, producto de los


INTEGRACIÓN REGIONAL EN ÁFRICA Estados africanos y de su falta de voluntad
real de dotarla de los medios necesarios
Entre 1963 y 2002, la Organización de la para realizar la unidad africana, “es a la vez
Unidad Africana (OUA) y el Plan de Acción incapaz de actuar por no beneficiar del apo-
de Lagos (PAL) se dedicaron a los aspec- yo financiero suficiente de los Estados y és-
tos de integración regional entre los países tos no pueden aumentar sus contribucio-
del Continente. nes financieras por no ayudarles suficien-
temente la OUA para resolver sus proble-
mas de subdesarrollo” (Gonidec, 1993: 25).
IV.1.La OUA y la integración regional Muchos Estados no pagaron sus contri-
en África buciones a la OUA, privándola de medios
financieros para realizar su política, con la
La Organización de la Unidad Africana consiguiente toma en consideración por
(OUA), creada en 1963, se dio como princi- la organización de la voluntad de los
pal objetivo la unidad africana, según la car- acreedores de fondos externos a los que
ta de Addis Abeba, abarcando campos di- la organización panafricana se vio obliga-
versos como los de política internacional, da a acudir. Esta falta de contribución de
economía, educación y cultura, defensa y se- los Estados miembros a los presupuestos
guridad, salud y ciencia para realizar “una comunitarios, en parte, por dar prioridad
unidad más amplia que va más allá de las di- al pago del servicio de la deuda relegando,
vergencias étnicas y nacionales”, razón por en un segundo plano, sus obligaciones fi-
la cual se denominó “Organización de la Uni- nancieras regionales, constituye una de las
dad Africana” y no “Organización de los Es- causas del fracaso de la integración re-
tados Africanos”. Sin embargo varios pro- gional en África.
blemas jurídicos (la toma de recomenda-
ciones por consenso o con el quórum de los La integración en el marco de la extinta OUA
2/3 de los Estados miembros, como sucedió estaba debilitada por la fragilidad orgánica
en el problema de la admisión de la RASD y funcional de la organización panafricana,
en 1982 que bloqueó completamente la or- una simple organización de cooperación in-
ganización, el reparto regional de los pues- tergubernamental caracterizada por la fal-
tos en los diferentes órganos de la institución, ta de supracionalidad. La OUA tuvo, en su
la rivalidad entre los defensores del regio- propio seno, los frenos a la integración al
nalismo y los del subregionalismo), y polí- fundamentarse en los principios ultracon-
ticos (las divergencias ideológicas de la servadores de igualdad soberana, de res-
época de la Guerra Fría, los frecuentes gol- peto de la independencia y de la integridad
pes de Estado con los consiguientes cambios territorial de cada Estado (el principio del uti
de alianzas, los estrechos vínculos con las possidetis juris), de no injerencia en los
antiguas metrópolis), redujeron a la orga- asuntos internos y de no subversión (pre-
nización a un lugar de encuentro y de con- ámbulo y art. 2 y 3). Lo que condujo a Edem
certación ideal, para debatir y acercar las con- Kodjo (1985: 268) a afirmar acertadamente
cepciones divergentes. que “la OUA es un organismo con vocación

42
La integración regional en África: balance, retos y alternativas

bien determinada: mantener los nuevos Es- IV.2. El PAL: luces y sombras
tados en su morfología original. Realiza esta
paradoja monumental de ser una organi- En cuanto al programa económico de la
zación de la unidad que mantiene el des- OUA, el Plan de Acción de Lagos para el
membramiento del espacio político africa- desarrollo económico de África, adoptado
no”. Es decir, el objetivo del mantenimien- en abril de 1980 por la conferencia de Je-
to y protección de la soberanía estatal en fes de Estado y Gobierno de la OUA (con
contra de la integración regional, pues di- la colaboración determinante de la Comi-
chos principios, reproducidos por todas las sión Económica de las Naciones Unidas
agrupaciones regionales africanas, están en para África –ECA–, liderada por el profesor
contra de la libre circulación de personas y Adebayo Adedeji, y de intelectuales y ex-
de bienes, limitándolas a una mera pertos africanos del PNUD), fue tachado en
cooperación interestatal por mantener las su época por la opinión africana de ser ”sin
barreras institucionales y económicas. lugar a dudas, un bello e inestimable do-
cumento”.
La OUA, cuya Carta empieza con “nosotros
jefes de Estado y Gobierno africanos…”, El PAL parte de la contradicción existente
no fue una organización de los pueblos, entre la riqueza del continente en recursos
sino de los gobiernos, una organización de naturales –importante capital humano, el
descolonización y liberación, creada para 97% de recursos mundiales de cromo, el 85
“la lucha contra el colonialismo y el neo- de platino, el 65% de oro, el 50% de man-
colonialismo” que se quedó anacrónica en ganeso, el 25% de uranio y el 13% de co-
relación con la evolución de los problemas bre, sin excluir la bauxita, el níquel y el pe-
políticos y económicos del continente. tróleo, el 20% del potencial hidroeléctrico,
Tuvo el mérito de sobrevivir en condicio- el 20% del petróleo comercializado en el
nes adversas de la Guerra Fría durante la mundo, el 70% de la producción mundial
que los Estados africanos mantuvieron re- de cacao, el 33% de café y el 50% de acei-
laciones verticales privilegiadas con las an- te de palma (cf. Kwam Kouassi, 1987: 219;
tiguas metrópolis y las alianzas ideológicas Zang, 1990: 224-225)– que contrasta con el
con las superpotencias, opuestas ambas a deterioro de la situación económica y so-
la integración horizontal de los países afri- cial de África. Por lo tanto, consideró que
canos que les pueda hacer perder sus zo- el subdesarrollo de África no era un fata-
nas de influencia, además de enfrentarse lismo y que África no estaba condenada a
la OUA a los micronacionalismos de los Es- la pobreza, y se inspiró en la filosofía del
tados africanos de reciente creación. nuevo orden económico internacional
(NOEI) y los planteamientos tercermun-
Enfrentados a los problemas de construc- distas, adoptando la estrategia de la auto-
ción nacional y desarrollo económico, los suficiencia nacional y colectiva. Es decir, la
países africanos se refugiaron en el na- integración regional como vía para salir de
cionalismo estatal en detrimento del pa- la crisis y como modelo futuro para el
nafricanismo y de la unidad africana (Mfou- desarrollo económico de África, mediante
lou, 1986: 66). la definición de una estrategia de desarrollo

43
Mbuyi Kabunda

autodependiente, autocentrado, endógeno canos; las coacciones externas; la ausen-


y autoentretenido en contra del modelo de- cia en muchos casos de verdaderos pro-
pendiente recomendado por el Banco yectos nacionales de desarrollo indepen-
Mundial. diente; su carácter ecléctico y confuso al in-
tentar conciliar las tendencias diversas e in-
Para poner fin a la dependencia total de cluso opuestas de los países africanos di-
África, el PAL propuso un modelo de inte- vididos en la época entre los partidarios del
gración regional internamente orientado, socialismo (progresistas pro soviéticos) y
partiendo de los Estados pasando por la su- del liberalismo (conservadores pro occi-
bregión hasta la región (cooperación eco- dentales); las desigualdades de desarrollo
nómica a los niveles subregional, regional entre los Estados africanos; y sobre todo la
y continental) con la coordinación y ar- contraofensiva del Banco Mundial con el
monización de los planes elaborados a es- Plan Berg (1981, 1983, 1984) dirigido cla-
tos distintos niveles para evitar las con- ramente contra el PAL, y que ejerció una
tradicciones y las duplicaciones y con mi- tremenda presión a los países africanos
ras la creación de la Comunidad Económica obligados a abrirse a las fuerzas del mer-
Africana (CEA) en 2000, y después aplaza- cado y a adoptar el modelo de desarrollo
da para 2025 como encarnación de la in- económico basado en el sector privado y
tegración económica, cultural y social del la exportación de materias primas mineras
continente basada en el fomento del co- y agrícolas controladas por las multina-
mercio interafricano y la cooperación sur- cionales, como motores del desarrollo. Es
sur, para diversificar los socios comercia- decir, a someterse al ajuste privatizador uti-
les. En pocas palabras, el PAL se funda- lizando al respecto la excesiva carga de la
mentó en la idea sencilla según la cual el deuda de los países africanos, deuda con-
desarrollo de África no puede fundamen- vertida en el instrumento de su dominación
tarse en el sistema económico mundial o política y económica (recolonización de he-
en la ayuda al desarrollo, tal y como exis- cho o puesta bajo tutela internacional de los
ten en la actualidad, atacándose a la de- países africanos).
pendencia casi total de África.
El plan del Banco Mundial inspirado en un
El plan africano, interesante en sí por fun- enfoque de desarrollo basado en el libe-
damentarse en una serie de rupturas, en ralismo, el fomento de la agricultura de ex-
particular, con el mimetismo (desarrollo portación y el sector privado, condujo a los
como sinónimo de la expansión de mer- países africanos a abandonar su propia
cados y de la transferencia de capitales y concepción del desarrollo para adherirse al
de tecnologías de los países ricos hacia los modelo de desarrollo extrovertido o a los
países pobres) y a favor de un modelo al programas de ajuste estructural al firmar,
servicio de la satisfacción de las necesi- ya en 1985 muchos países africanos, acuer-
dades básicas de los pueblos y basado en dos de confirmación con el FMI, programas
la equidad, se enfrentó a un sinfín de pro- cuyo balance hoy es el paso del estanca-
blemas entre ellos: la falta de voluntad y de miento al retroceso de estos países por sus
capacidad de acción de los Estados afri- recetas asesinas peores que la propia en-

44
La integración regional en África: balance, retos y alternativas

fermedad (véanse en particular Adedeji, Socioeconómica (CARPAS) –cf. Kabunda


1993 y Onimode, 1992). El caso de Malí, que Badi, 1993: 264-270)–, que tampoco pro-
las organizaciones internacionales suelen pusieron modelos verdaderamente alter-
presentar como un “modelo” por aplicar nativos a los endeudados países africanos
desde comienzos de los años 80 las polí- a los que se impusieron, como única sali-
ticas macroeconómicas liberales, es al da, los PAE del Banco Mundial y del FMI.
respecto ilustrativo. El análisis de Many Ca-
mara (2007: 299 y ss.) pone de manifiesto En definitiva, la OUA se basó en la
como este país ha perdido cualquier posi- cooperación entre Estados independientes
bilidad de arranque económico a pesar de y soberanos, sometiéndose a la voluntad de
la tasa de crecimiento de entre el 5% y 6% los Estados miembros, y fue bloqueada por
entre 1994 y 2002, pues la pobreza y las la regla de la mayoría de los dos tercios en
desigualdades han aumentado (sobre todo la adopción de las recomendaciones. Es de-
en las masas rurales y las clases medias ur- cir, se enfrentó a obstáculos políticos, eco-
banas refugiadas en la economía popular nómicos e institucionales (Djiena Wembou,
como estrategia de supervivencia) por el 1995: 224-228). Los primeros, consisten en
saqueo del patrimonio económico del Es- los conflictos entre los Estados africanos, las
tado, la competencia internacional desigual guerras civiles y las crisis políticas internas,
que impide el ahorro interno, la excesiva la ausencia de Estados de derecho que pri-
carga de la deuda que bloquea las inver- vó a la organización panafricana de com-
siones significativas, junto a la corrupción petencias humanas, adecuadas, la falta
y a las malversaciones internas. de voluntad política de los Estados africa-
nos, que prefieren acudir a las cumbres
El PAL y el Plan Berg presentaron a los afri- franco-africanas que a sus propias cumbres
canos dos modelos de desarrollo opuestos: además de suministrar informaciones al
el desarrollo autónomo y autocentrado Banco Mundial y al FMI, a los que están to-
para el primero, y el desarrollo extroverti- talmente entregados, que a su propia or-
do y dependiente para el segundo. ganización. Los segundos, se definen en tor-
no a la proliferación de agrupaciones su-
El fracaso del PAL fue consagrado por la bregionales sin ninguna relación con el ob-
adopción por los países africanos, en el jetivo de creación de la CEA (Comunidad
marco de la OUA, de unos planes conci- Económica Africana), su objetivo sublime,
liadores, nacidos de la concertación y co- la falta de medios materiales y financieros
laboración con la comunidad internacional, para hacer frente a los proyectos regiona-
tales como el Programa Prioritario para la les de los que los Estados no quieren en-
Recuperación Económica de África (PPREA cargarse. Y, los últimos, pueden resumirse
1986-1990), el Programa de Acción de las en la falta de capacidades y el excesivo per-
Naciones Unidas para la Recuperación sonal puesto a su disposición por los Es-
Económica y el Desarrollo de África (PA- tados miembros, que reprodujeron en su
NUREDA), el Marco Africano de Referen- seno todos los vicios de las administracio-
cia de los Programas de Ajuste Estructural nes internas de los países africanos, en par-
para la Recuperación y la Transformación ticular, las prácticas neopatrimoniales.

45
Mbuyi Kabunda

Dicho con otras palabras, la OUA fue pues- giones del continente), junto a la ofensiva
ta en manos de unos funcionarios más al ser- de los PAE en toda la década de los 80. Por
vicio de sus Estados de origen que de la or- todas estas razones, los gobiernos africa-
ganización panafricana. Es lo que denuncia nos no otorgaron dedicación suficiente a
el profesor Gonidec (1987: 131-132) en es- la implantación del PAL, cuyo mérito fue la
tos términos: “la dependencia es total para toma de consciencia para los africanos de
todos los miembros de los órganos de las la necesidad de reflexionar seriamente
organizaciones internacionales africanas sobre los problemas económicos. Es una
que proceden directamente de los gobiernos etapa decisiva en la historia de la OUA que
de los Estados miembros o nombrados por privilegió los problemas económicos tras
ellos. Su modo de nombramiento y su po- haber participado a la liberación política
sición en relación al Estado de origen ex- casi total del continente (Zang, 1990: 230).
plican que expresan en lo esencial la vo-
luntad de dicho Estado y defienden la polí- Por su parte, el profesor Adebayo Adede-
tica definida por su gobierno, y precisamente ji (cf. Asante, 1991: 207) atribuye el fraca-
del jefe de Estado”. No se puede conseguir so de las estrategias de desarrollo africa-
el panafricanismo sin panafricanistas. Mu- nas a la falta de la participación popular, la
chos de estos obstáculos siguen vigentes en mala gestión económica, la fuga de capi-
la actual Unión Africana. tales, el mal uso de los recursos, las polí-
ticas en contra del mundo rural, la débil mo-
Su plan de desarrollo, el PAL que adoptó vilización de los recursos locales y las ex-
la integración regional como un instru- cesivas intervenciones del Banco Mundial
mento de desarrollo o el panafricanismo y del FMI. Intervenciones hechas posibles
económico, fue bloqueado por la ausencia por la exclusión de la sociedad en el pro-
de una autoridad comunitaria, además ceso de toma de decisiones y del ejercicio
de insistir demasiado en los aspectos eco- del poder por las clases gobernantes, jun-
nómicos, descuidando los aspectos políti- to a las distintas herencias coloniales
cos (democracia y derechos humanos). Dio (Kwam Kouassi, 1987: 306), que han deja-
prioridad al interestatalismo con la consi- do diferentes prácticas comerciales entre
guiente exclusión de la economía popular, los países francófonos, más dependientes
que constituye la principal actividad de la de la antigua metrópoli, y los anglófonos,
mayoría de la población africana, y sobre con relaciones comerciales más equili-
todo, no se dotó de medios financieros y bradas con el resto del mundo.
políticos en su declaración de guerra con-
tra el imperialismo. Es también verdad que
en la OUA enfrentó graves problemas po- V. EL NEPAD Y LA UNIÓN AFRICANA
líticos (las guerras de Angola, Chad y Sá- ANTE LA INTEGRACIÓN REGIONAL
hara Occidental, bloqueando el problema EN ÁFRICA
saharaui la elección del secretario general
de la OUA entre 1982 y 1984, las rivalida- África ha dado un paso importante en la in-
des entre “conservadores” y “progresis- tegración política y económica con la
tas”, y la sequía que afectó amplias re- puesta en marcha del NEPAD y la conver-

46
La integración regional en África: balance, retos y alternativas

sión de la OUA en UA en 2002. Con estas ción neoliberal de la que África quiere sa-
nuevas organizaciones, África ha mani- car importantes beneficios, rompiendo
festado claramente la voluntad de encar- con el mito del “desarrollo endógeno y au-
garse de su propio destino mediante la in- tocentrado” defendido por el PAL, y sobre
tegración de sus economías tanto a nivel todo tomando en cuenta la “interdepen-
regional como continental, reuniendo por dencia económica y política entre los
primera vez al África del norte y al África países creada por la globalizalización”
subsahariana. A continuación, se analizan (Asante, 2006: 11).
las fuerzas y límites de estos proyectos am-
biciosos, que pretenden poner fin a la bal- Se trata, pues, del programa económico de
canización de África y su extraversión la UA, basado en “un catálogo de proyec-
económica. tos realistas inspirados en el liberalismo
económico”, cuyo mérito es poner énfasis
en el fortalecimiento de las agrupaciones
V.1. El NEPAD: fuerzas y debilidades regionales existentes y en el African Peer
Review Mechanism (Mecanismo Africano
El NEPAD fue adoptado en julio de 2001 por de Evaluación de Pares –MAEP–), que
la 37ª cumbre de la OUA como documen- constituye su piedra angular, pues se fun-
to estratégico de lucha contra la pobreza y damenta en la autoevaluación de los Es-
de apoyo al desarrollo de África. Se fun- tados africanos5 en los progresos realiza-
damenta en la filosofía del paternariado, y dos en la democracia, los derechos hu-
defiende la idea de la responsabilidad manos, el buen gobierno, las prácticas de
compartida y de los intereses mutuos en- desarrollo y la integración regional (Asan-
tre la comunidad internacional y África, para te, 2007: 84-85).
conseguir el desarrollo del continente a par-
tir de la integración regional y de la incor- En definitiva, el NEPAD persigue tres ob-
poración de África en la economía mundial. jetivos principales (Mvelle, 2007: 286-287):
De ahí el acento sobre la apropiación del el fomento del crecimiento y del desarrollo
desarrollo por los africanos mediante la de- duradero, la erradicación de la pobreza ge-
finición de los proyectos comunes en las 5 neral y el poner fin a la marginación de Áfri-
regiones (Centro, Este, Oeste, Norte y Sur) ca en el proceso de globalización.
constituyendo la sexta región las diásporas
africanas integradas por los inmigrantes El plan de la UA define las 10 áreas priori-
africanos y los afrodescendientes, y la fi- tarias siguientes: el buen gobierno políti-
nanciación de dichos proyectos por los fon- co, la buena gestión económica, la cons-
dos procedentes en lo esencial del sector trucción de infraestructuras regionales
privado. Dicho con otras palabras, el NE- (carreteras, ferrocarriles, puertos y aero-
PAD se inserta en la lógica de la globaliza- puertos), la adopción de las nuevas tec-

5
Este mecanismo de control mutuo, con posibilidad de sancionar a los Estados contraventores, se fundamenta
en la libre adhesión de los Estados africanos con el riesgo de crear dos velocidades entre ellos: los incluidos
y los excluidos del NEPAD.

47
Mbuyi Kabunda

nologías de la información y de la comu- guido los países africanos con sus econo-
nicación, el desarrollo de la energía, el fo- mías rentistas6, en lugar de exigir la di-
mento de la educación, la apuesta por la sa- versificación de dichas economías para fo-
lud, el apoyo a la agricultura, la protección mentar el crecimiento duradero. Por lo tan-
del medio ambiente y la toma de iniciati- to, no presenta una clara alternativa al
vas para tener acceso al mercado mundial. “Consenso de Washington” al funda-
Es decir, un acertado catálogo de los pro- mentarse en una integración regional de
blemas a los que está enfrentada África. inspiración neoliberal.
Sin embargo se le puede criticar, o al me-
nos formular algunas dudas, en los as- – El monto estimado por el NEPAD para su
pectos siguientes (cf. entre otros a Asante, financiación se estima en unos 60.000 mi-
2006: 8; Hugon, 2007: 204; Abizanda, 2009: llones de dólares, o el doble de la ayuda pú-
141-181): blica al desarrollo y la IED que recibe en la
actualidad África;
– Se trata de un programa concebido des-
de arriba o elitista, de corte neoliberal, al – El NEPAD pasa por alto en su enfoque
que le falta la credibilidad y la legitimidad continental la falta de intereses comunes,
ante algunos Estados africanos y los agen- en muchos aspectos, entre los países del
tes de la sociedad civil. África del norte y los subsaharianos, entre
los grandes y los pequeños Estados en el
– Se inspira ampliamente en el discurso de continente.
las instituciones de Bretton Woods (Planes
de Ajuste Estructural) y se fundamenta en – Se fundamenta, en su proceso de inte-
la voluntad de los donantes externos o del gración, en las organizaciones oficiales
mundo occidental, con importantes impli- poco operativas, excluyendo a las organi-
caciones en el desarrollo interno de los Es- zaciones informales mucho más efectivas
tados africanos y en el proceso de inte- y dinámicas.
gración regional. Ello desmiente su pre-
tensión de ser un documento inspirado en Nos encontramos, una vez más, ante un
las experiencias africanas. plan de desarrollo que no ha aprendido las
lecciones del pasado en cuanto al fracaso
– El objetivo de conseguir el 7% de creci- de los planes anteriores en África, pues si-
miento aparece excesivamente ambicioso, gue fundamentando en el interguberna-
máxime cuando los países africanos sólo mentalismo y en el interestatalismo, per-
han alcanzado la tasa de crecimiento entre diendo de vista que el Estado africano si-
el 3 al 4% en los últimos años. gue siendo neopatrimonial a pesar del ac-
tual proceso de democratización (cf. Mve-
– El NEPAD insiste en el fomento de las ex- lle, 2007: 302 y ss.).
portaciones, modelo que siempre han se-

6
Con este planteamiento, el NEPAD pierde de vista las dificultades de acceso a los mercados internacionales
por los Estados africanos y las asimetrías a los que se enfrentan en el sistema global de comercio.

48
La integración regional en África: balance, retos y alternativas

El NEPAD insiste en el sector privado apo- nada que ver con un plan de desarrollo tan-
yándose en las cinco grandes regiones de la to en su filosofía como en su metodología
UA, y da prioridad a la reapropiación por los y estrategia por no definir una política eco-
africanos del proceso de desarrollo creando nómica, financiera y monetaria común o los
un nuevo partenariado basado en la res- criterios de convergencia comunes, en-
ponsabilidad compartida y el interés mu- tregando el continente a la explotación del
tuo entre África y los socios externos. El capital financiero internacional. Se limita a
MAEP, piedra angular del programa afri- reproducir el modelo de desarrollo extro-
cano y de la que dependerá su credibilidad, vertido experimentado en el pasado en el
fue puesto en marcha. Con ello, los países continente (financiaciones procedentes en
africanos pretenden definir y evaluar los lo esencial de la ayuda al desarrollo y de
proyectos de inversiones comunes y los las inversiones privadas extranjeras o la
avances democráticos en el Continente. consagración de la “mendicidad”), modelo
que se ha revelado incapaz de sacar Áfri-
A favor del NEPAD, al que pide plena par- ca del subdesarrollo. Se trata del “ajuste es-
ticipación a la población africana, Paul Oue- tructural africano”, que no quiere recono-
draogo (2007: 76) puntualiza que “por pri- cer que 162 programas de ajuste, contra
mera vez los africanos, despreciando el 126 en el resto del mundo, han sido expe-
complejo permanente de la situación alar- rimentados en África con resultados de-
mante del continente, han tomado sobre sí sastrosos (cf. Founou-Tchuigoua, 1995:
la iniciativa de elaborar un programa de 162; Kaba, 2006: 45). Con el NEPAD, un plan
desarrollo para los africanos y por los afri- de inspiración sudafricana tanto en sus am-
canos”. Esta afirmación no resiste a la crí- biciones como en sus estrategias de con-
tica por perder de vista las consideraciones seguir los flujos financieros externos, Áfri-
siguientes: ca asume el “Consenso de Washington” en
un momento en el que los demás conti-
Primero, antes del NEPAD, los gobiernos nentes lo rechazan (Coussy, 2006: 140). Por
africanos elaboraron unos dieciocho planes su reiteración de los PAE y de la lógica de
de desarrollo con un balance poco alenta- los mercados de las instituciones de Bretton
dor (cf. Kabunda, 2005: 17; Mvelle, 2007: Woods, el NEPAD suscita serias preocupa-
307), además de basarse en un enfoque de ciones en cuanto a su verdadera capacidad
integración y de desarrollo desde arriba o de fomentar el crecimiento y su real volun-
estatalocentrista (elitista), en particular el co- tad de luchar contra la pobreza.
loquio de Monrovia del 13 al 25 de febrero
de 1979, en el que participaron intelectua- Tercero, el NEPAD, por sus fuentes de ins-
les y expertos africanos, coloquio conside- piración que no tienen nada de africano, se
rado como un acto de “toma de conscien- fundamenta ampliamente en los docu-
cia de los problemas económicos africanos mentos internacionales elaborados entre
por los africanos” y que inspirará el PAL. 1993 y 2000, tales como el Plan de Acción
de Tokio o el Tokyo Internacional Confe-
Segundo, y en la línea de Mamadou Dia rence on African Development (TICAD), los
(2004: 116; 2002: 164), el NEPAD no tiene acuerdos de Cotonú, el AGOA estadouni-

49
Mbuyi Kabunda

dense y los Objetivos de Desarrollo del Mi- ciones que pueden resumirse en estos tér-
lenio (ODM), entre otros, según recalca el minos (Foirry, 2006: 210-211): el PAL no
profesor Makthar Diouf (2005: 104-105). En tuvo en cuenta las capacidades naciona-
el mismo sentido, Aminata Traoré (2005: les de los países africanos para realizar las
135), considera el NEPAD como un instru- reformas propuestas quedándose en el
mento que sirve al sistema neoliberal que capítulo de las buenas intenciones; per-
empobrece a África, pues según la autora dió de vista la falta de intereses comunes
altermundialista si hubiera sido realmen- y de unión entre los países africanos para
te un plan africano y que confiaran en él los realizar sus metas panafricanistas, y tuvo
acreedores de fondos del Norte, cabe pre- que enfrentarse a la hostilidad de las ins-
guntarse por qué en lugar de financiarlo tituciones de Bretton Woods que termi-
multiplican iniciativas tales como el Plan de naron imponiendo los PAE a estos países
Acción de África del G8, “el impuesto so- en contra del plan africano. Tuvo el mé-
bre los vuelos internacionales” de Jacques rito de insistir en la formación del capital
Chirac, la Comisión para África o el plan humano, el desarrollo autocentrado, jun-
Tony Blair, o el plan Verhofstadt para sa- to a los cambios estructurales regionales
car África del subdesarollo. e internacionales. En cuanto al NEPAD,
tiene la ventaja de adoptar el discurso de
La crítica más rotunda contra el NEPAD es la globalización interiorizado por los di-
la formulada por Bernard Founou-Tchui- rigentes africanos eludiendo de este
gouoa (2005: 107), para quien el NEPAD no modo la polémica o la confrontación
sólo se fundamenta en el modelo de cre- con las instituciones de Bretton Woods,
cimiento o desarrollo agro-minero, sino de ahí su “legitimidad”; se inserta en la
que además adopta una actitud muy con- línea de los ODM consiguiendo el res-
fusa sobre los problemas de la integración paldo internacional, y pone énfasis en los
regional y del panafricanismo, combinan- factores no exclusivamente económicos
do la integración por los mercados con la para conseguir el crecimiento y el
regionalización de los proyectos, sin pre- desarrollo.
ver la creación de las multinacionales afri-
canas para la construcción de sus faraó-
nicas infraestructuras regionales o conti- V.2. La Unión Africana y la integración
nentales, lo que significa en realidad el en- regional en África
treguismo al G8 y a las multinacionales del
Norte, y el consiguiente nuevo endeuda- Creada en 2002 en sustitución de la
miento de los países africanos. Según el au- OUA, como queda subrayado, la UA se
tor mencionado, es totalmente silencioso dio como principal objetivo la realización
sobre la cooperación sur-sur, perdiendo la de la integración regional, considerada
oportunidad ofrecida por la solidaridad como el instrumento adecuado que pue-
afro-asiática. da permitir a África alcanzar el desarrollo,
la paz y la estabilidad, y para fortalecer el
En definitiva, el PAL y el NEPAD, se en- poder africano en las relaciones interna-
frentaron a distintos problemas y reac- cionales.

50
La integración regional en África: balance, retos y alternativas

En relación con su antecesora, la UA in- bernamental, y no de una organización su-


troduce al menos formalmente dos im- pranacional.
portantes innovaciones: la posibilidad de
imponer sanciones a los Estados miembros Su fuerza de intervención en Darfur (AMIS)
que no respetan las políticas y las deci- ha sido totalmente inoperante por no dis-
siones de la organización panafricana, y el poner de aquellos medios y de capacida-
derecho de intervenir en un país en el caso des logísticas, además de tener una actitud
en el que desapareciera la autoridad del Es- expectativa ante la desintegración o des-
tado o se produjeran crímenes de guerra, composición de Somalia.
de lesa humanidad y de genocidio.
Su gran debilitad, según M´Bokolo (2004:
Además, la UA se ha dotado de impor- 552), estriba en la admisión de todos los Es-
tantes instituciones de integración como el tados africanos sin ninguna condición de sus
Parlamento panafricano, el Consejo para la métodos o capacidades de gestión econó-
paz y seguridad, la Corte africana de de- mica o cumplimiento de reglas de Estado.
rechos humanos y de los pueblos, la adop-
ción del protocolo del Tribunal de Justicia, Es verdad que los gobiernos africanos es-
comprometiendo un poco más a los pue- tán en el centro de una tremenda contra-
blos en sus actividades que su anteceso- dicción, en la opinión de Moukoko Mbon-
ra, la OUA. Sus principales innovaciones jo (1993: 6): por una parte, la voluntad de
son las siguientes (cf. M’Bokolo, 2004: crear Estados-nación; y, por otra, el deseo
552): la definición de una política común de de realizar la unidad o la integración re-
defensa; el derecho de injerencia en los Es- gional que cuestionan aquellos.
tados miembros en el caso de producirse
los crímenes arriba mencionados; el de- En definitiva, la UA debe superar el modelo
recho de intervenir en un Estado miembro interestatal que sigue caracterizando a las
para reinstaurar y mantener la paz y la se- agrupaciones regionales (CEDEAO, SADC;
guridad a su petición; la participación de la CEEAC, COMESA), a pesar de sus buenas
sociedad civil en las actividades de la intenciones de supranacionalidad, para
Unión, en particular de las mujeres y del fundamentarse en los pueblos, que han de
sector privado; y la igualdad de género. pronunciarse sobre los temas de integra-
ción nacional y regional, y coordinar las co-
Sin embargo, pese a inspirarse de la munidades económicas regionales forta-
Unión Europea, estamos ante una organi- leciendo los relaciones políticas, econó-
zación ambigua, que no es ni una federa- micas, sociales y culturales entre ellas, para
ción ni una confederación de Estados conseguir una integración basada en los
(consideradas como objetivos a largo pla- pueblos (el África de los pueblos), pues no
zo), que ha heredado de la OUA la falta de se debe perder de vista que una integración
medios financieros y de consenso sobre los regional que no se sustente en los pueblos
problemas del continente y algunos prin- está condenado al fracaso. Es decir, que la
cipios conservadores. Se trata de una clá- sociedad civil ha de servir de vínculo entre
sica organización de cooperación intergu- la Unión y los pueblos (Gueye, 2010: 200).

51
Mbuyi Kabunda

VI. ALTERNATIVAS DE INTEGRACIÓN complementariedades económicas; el in-


REGIONAL EN ÁFRICA. adecuado modelo de integración por el
(PISTAS PARA UN NUEVO mercado sin disponer de previas capaci-
REGIONALISMO EN ÁFRICA) dades de producción; la extroversión y de-
pendencia de las economías nacionales; la
Frente los desafíos diagnosticados en el excesiva carga de la deuda externa; la fal-
presente análisis, y de acuerdo con la opi- ta de una diplomacia concertada a nivel re-
nión más extendida, sólo la integración pa- gional y continental. Todo ello junto a la ins-
rece ser la alternativa idónea para las so- trumentalización de la integración regional
ciedades africanas aún frágiles, al estar por los poderes establecidos, tal y como de-
marcadas por la pobreza, las guerras, las muestra el estudio de Mbonjo (1993: 37),
violencias y la inseguridad. El objetivo es para su legitimación interna y para la
conseguir la producción de riquezas y el in- construcción estatal nacional.
tercambio de bienes y servicios, es decir,
el desarrollo, junto a la paz y la estabilidad. Se impone, pues, el proceso de “sociali-
Por lo tanto, se impone una voluntad po- zación de la integración regional”, me-
lítica a favor de la integración regional o de diante la implicación de las opiniones pú-
la creación de una entidad supraestatal, que blicas y de la sociedad civil como lobbies (o
exige la transferencia de poder o de so- fuerzas internas de presión y de sanción)
beranía del nivel nacional a nivel regional para presionar a los gobiernos contra la fal-
o la creación del derecho internacional afri- ta de voluntad política y contra el no respeto
cano. Es decir, la consagración de la pri- de sus obligaciones o compromisos (Gue-
macía del derecho de la Unión o comuni- ye, 2010: 189-190). Por lo tanto, es preciso
tario sobre el derecho interno de los Esta- acercar la UA a los pueblos, para conseguir
dos. Esta carencia impide a la Unión Afri- la verdadera integración y el fortaleci-
cana convertirse en una verdadera orga- miento de la organización panafricana,
nización de integración. para que la integración regional no se limite
a un mero eslogan. La propia UA reconoce
Según la propia Comisión de la Naciones este fallo cuando, en su artículo 17, habla de
Unidas para África (ECA, citada en Ben la necesidad de “la plena participación de
Hammouda, Bekolo-Ebe y Mama, 2002: 60- los pueblos africanos al desarrollo y a la in-
67), el proceso de integración regional en tegración económica del Continente”.
África está obstaculizado por una serie de
factores, entre ellos: la falta de voluntad po- La “socialización” significa, en definitiva,
lítica para realizar la integración; la no im- la implicación del sector privado y del “sec-
plicación de los pueblos en el proceso; la tor informal” en la integración regional,
duplicación de las actividades y la prolife- para la movilización de las competencias,
ración de las rivalidades; la pertenencia si- capacidades e iniciativas de las poblacio-
multánea a varias instituciones regionales; nes y sus organizaciones.
la desigual distribución de costes y venta-
jas de la integración; la débil integración de Como todo es prioritario, y no se sabe por
los mercados y la falta de recursos o de dónde empezar el proceso de integración

52
La integración regional en África: balance, retos y alternativas

en África (¿los pueblos?, ¿los Estados?, ¿los pendientemente de su peso y nivel de


territorios?,¿las infraestructuras?), según la desarrollo económico, creando de este
constatación del profesor Makhtar Diouf, se modo sentimientos comunitarios desde la
impone la adopción de un enfoque multi- base. En la opinión de Robson (1987: 30-
dimensional de integración que tome en 31), esta estrategia de integración es fun-
cuenta los ejes siguientes: damental en África donde las pocas in-
fraestructuras existentes están orientadas
– La combinación del enfoque liberal (para hacia la exportación de materias primas
la mejor colocación de recursos) y del en- a Europa, en detrimento del comercio in-
foque de la planificación (para evitar las du- trarregional.
plicaciones).
– El enfoque de las estructuras de pro-
– El enfoque de la integración de las in- ducción agrícola e industrial, junto a la
fraestructuras físicas (para vincular a los construcción de infraestructuras físicas de
pueblos y a los Estados balcanizados), y de transportes y comunicaciones horizonta-
los aspectos de uso inmediato para los pue- les para conectar a los pueblos y los te-
blos (material de construcción, herra- rritorios. Al igual que en el caso anterior,
mientas agrícolas y de productos quími- este planteamiento por el que aboga el
cos). La rehabilitación de las organizacio- profesor Asante (2007: 70) tiene como ob-
nes regionales especializadas o ad hoc, que jetivo fomentar los intercambios comer-
son las que funcionan menos mal, es una ciales, los contactos y las actividades so-
pista interesante para conseguir este ob- ciales entre los pueblos africanos, y reducir
jetivo. la dependencia externa favorecida por las
actuales infraestructuras de transportes y
– La adopción del modelo de los polos de comunicaciones excesivamente extro-
integración, a partir de los grandes Estados vertidas.
con una importante proyección política,
económica y cultural en sus regiones res- – El enfoque meso-económico, median-
pectivas: Sudáfrica, Nigeria, RDC, Kenia, te la institucionalización de las organiza-
Etiopía, en torno a las agrupaciones re- ciones no oficiales7 que han aplicado a
gionales actuales. su manera los principios de libre circu-
lación de personas, bienes y capitales,
– El enfoque de cooperación sectorial de ilustrados por las zonas de solidaridad
la SADC, que tiene la ventaja de no atacar como la existente entre Sikasso-Korho-
a las soberanías nacionales y de servir a go-Bobo Dioulasso, a caballo entre tres
los intereses inmediatos de los Estados países en la franja sahelo-sudanesa y
miembros, por beneficiarse todos de las donde se ha recreado una verdadera uni-
inversiones en las infraestructuras (ca- dad cultural y un mercado común desde
rreteras, puertos y ferrocarriles) inde- los pueblos y sus economías populares

7
Se trata fundamentalmente de redes comerciales que han resucitado el comercio precolonial, sin fronteras,
y que se dedican a los flujos migratorios transfronterizos.

53
Mbuyi Kabunda

o solidarias8. Se trata de una pista muy in- En la opinión del autor mencionado, no se
teresante para conseguir fondos para la puede seguir ignorando este sector, que no
financiación de proyectos regionales en es del todo informal por las riquezas que
lugar de seguir siendo los “eternos men- produce a pesar de no incorporarse en la
digos” de la globalización. contabilidad oficial y de no ser verdade-
ramente moderno y que nace de la insu-
Ello es posible sólo mediante la reinstau- ficiencia e incapacidad del sector formal. Se
ración de la confianza entre los Estados y inspira en la ayuda mutua familiar y social
los pueblos, pues según manifiesta la re- casi natural de las amplias familias africa-
vista Foreign Policy, en su edición española nas y se fundamenta en la autoproducción
de diciembre-enero de 2008, “quizá la y el autoconsumo domésticos. Cabe apo-
zona del mundo que más paga las conse- yarse en su experiencia y prácticas de libre
cuencias de los fracasos económicos de la circulación de personas, capitales y mer-
globalización es el África subsahariana. A cancías tanto a nivel nacional como a nivel
pesar de los intentos de aumentar el co- regional. De hecho, y de acuerdo con Bou-
mercio regional… la existencia de una renane (1996: 3 y 19), existe un proceso de
vasta economía informal, que da empleo a unificación de espacios nacionales conti-
más de la mitad de la población activa, hace guos, resultado de la voluntad de los
que sea casi imposible para los gobiernos agentes económicos o de los empresarios
obtener los ingresos que necesitan”, por populares locales, para asegurar su propia
desconfiar los pueblos de éstos. Por lo tan- supervivencia o su enriquecimiento, y por
to, es imprescindible la reinstauración de la lo tanto mantener la tendencia a la inte-
confianza entre ambos para tener acceso a gración, con o sin el consentimiento de los
los ahorros de este sector y rentabilizarlos. dirigentes o de los Estados, mediante la cir-
culación de las mercancías y de sus valo-
Partiendo del dinamismo de la economía res culturales entre los países.
popular y de su complementariedad con la
economía oficial, Schulders (1990: 166-167) Por lo tanto, la mal llamada “economía in-
exige que se tome en cuenta aquella en las formal” es una realidad ineludible de las
economías del África Central, y del Conti- economías africanas y un sector que con-
nente en general, no sólo para incorporar centra lo esencial de las actividades gene-
las especificidades socioculturales y las ne- radoras de riquezas (Gueye, 2010: 194).
cesidades de los pueblos en el proceso de
integración y reestructuración de la CEEAC – La integración regional ha de incorporarse
y de las agrupaciones regionales africanas. también, siguiendo al entonces presiden-

8
Se debe reconocer que, en la práctica, se ha hecho muy poco al respecto. Ha llegado la hora, ante el fra-
caso de la integración de jure a partir de los Estados, del reconocimiento y la promoción de la integración
de facto, expresada por las redes comerciales, financieras, culturales, tecnológicas transfronterizas creadas
por los pueblos a caballo entre dos o varias fronteras o los “países fronteras” (según el término de Oumar
Konaré) o “áreas de libre comercio de hecho” con importantes actividades económicas y sociales (cf. Hugon,
2010: 227).

54
La integración regional en África: balance, retos y alternativas

te de la Comisión de la UA, Alpha Oumar Este enfoque, que Ropivia (1998: 178) tacha
Konaré (2005: 30), en el marco de la de “integración dependiente o exógena”,
cooperación sur-sur fortaleciendo la cola- además de favorecer la liberalización global
boración con países como China, India, Bra- recomendada por la OMC y de estar en sin-
sil, México, el resto de los países emer- tonía con el planteamiento del NEPAD, se en-
gentes asiáticos y la diáspora africana de frenta a la estrategia de la autosuficiencia co-
Estados Unidos. En el caso particular de la lectiva adoptada por el nuevo tratado revi-
cooperación china, Gill y Huang (2008: 52) sado de la CEDEAO o la filosofía del PAL. Vo-
subrayan como dicha cooperación se pre- ces como la de Mamadou Dia (2004: 121)
senta cada vez más como una alternativa al consideran que el franco CFA no pueda con-
modelo occidental al cosechar éste esca- vertirse en instrumento de desarrollo e in-
sos resultados en África, mientras que tegración en África por ser desde su origen
China apuesta claramente por la construc- el vector de dependencia o dominación de
ción y rehabilitación de infraestructuras y el los países del Sur por los del Norte.
desarrollo del capital humano en el conti-
nente conforme a las necesidades y aspi- En la opinión de algunos autores, los pro-
raciones africanas, con algunos aspectos ne- gresos realizados por la UEMOA en la cre-
gativos (caso omiso de principios demo- ación de un mercado común y la conver-
cráticos y de derechos humanos y la asfixia gencia de las políticas macroeconómicas,
de la pequeña industria naciente africana). basándose en una moneda común, podrí-
an servir de empuje y convertirse en mo-
– El papel motor de un socio externo tores para la integración económica en el
(cooperación norte-sur), en este caso la África Occidental en el marco amplio de la
Unión Europea, por sus relaciones histó- CEDEAO, con la que comparte casi los mis-
ricas, económicas, comerciales, políticas mos objetivos. Este papel no puede ser asu-
y culturales con África. Este planteamien- mido por la CEMAC en el marco de la CE-
to defendido por Aryeetey (1998: 142- EAC, por la escasez de redes de comunica-
143), que se inspira en las experiencias de ción y transportes en el África Central, do-
la UEMOA o la CEMAC, que constituyen minada por la selva ecuatorial, escasa-
excepcionales casos de éxito por el apo- mente poblada, la hostilidad de los Estados
yo galo y la existencia de una moneda fran- de esta región a la libre circulación de per-
co-africana (el franco CFA, moneda común sonas, bienes y capitales, junto a la persis-
de 14 países africanos de la que Francia tencia de los conflictos intra e interestatales
asegura el mantenimiento de la paridad fija y la multitud de las monedas nacionales,
con el euro), puede permitir a la UE fi- convirtiéndose estos factores en obstáculos
nanciar los mecanismos de compensa- a la integración regional.
ciones, las infraestructuras regionales y los
proyectos industriales. La UE no sólo ha
servido de modelo, sino también ha ju- VII. CONCLUSIÓN
gado un papel determinante en desarrollo
y fortalecimiento de la UEMOA (Coussy, En definitiva, y en la línea definida por
2006: 138). Ngandjeu (1988: 177 y ss.), mientras sigan

55
Mbuyi Kabunda

los egoísmos nacionales, la falta de coor- pacios coloniales (AOF, AEF, Federación de
dinación de los proyectos industriales Rhodesias y Nyasaland, Federación del
conduciendo a las duplicaciones, el no África Oriental, Congo-Ruanda-Urundi,
aprovechamiento del sector privado sus etc) los africanos se han revelado incapa-
potencialidades, capacidades y oportuni- ces de crear los grandes espacios de
dades con proyectos a escala regional y desarrollo.
continental, y no proyectos extrovertidos ,
una prensa independiente panafricanista, La creación de las bases para un verdade-
la persistencia de las desigualdades de ro desarrollo e integración regional en Áfri-
desarrollo, la preocupación de los Estados ca pasa por la definición e identificación
por lo nacional y no por los objetivos re- de los problemas y necesidades de África,
gionales a largo plazo, la extraversión de con la participación de los pueblos en este
las infraestructuras de transportes y eco- ejercicio, por conocer mejor que nadie
nómicas con la consiguiente debilidad del aquellos problemas y necesidades, as-
comercio interafricano9 y la proliferación de pectos descuidados tanto por la OUA
los conflictos y las guerras civiles, difícil- como por la UA, y sus avatares el PAL y el
mente podría concretarse la integración re- NEPAD, empezando por una cosa tan sen-
gional en África. cilla como la libre circulación de personas,
bienes y capitales en el continente, y la con-
Un primer paso hacia la integración re- creción de la cooperación sur-sur, en par-
gional es poner fin a la “inflación institu- ticular con los países emergentes de Asia
cional” actual, manteniendo una única y Latinoamérica.
comunidad económica por región, crean-
do en su seno agencias especializadas cen-
tradas en las necesidades objetivas, pre- BIBLIOGRAFÍA
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ro), Cátedra de Estudios Internacionales,
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sino más bien todo lo contrario; han sido
creadas y mantenidas para servir a los in- Adedeji A. (ed) (1993), Africa within the World.
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monopolios financieros internacionales, y African Centre for Development and Strate-
constituyen la otra cara de la balcanización gic Studies-Zed Books, Ijebu-Ode – Londres.
de África. Es una pena que donde los co-
Amin S. (2005), “Le défi des régionalisations”,
lonizadores supieron crear los grandes es-
en Afrique. Exclusion programmée ou re-

9
El comercio interafricano apenas representa el 10% del comercio total, y África sólo representa el 1,6% del
comercio mundial.

56
La integración regional en África: balance, retos y alternativas

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59
3. LA IGUALDAD DE GÉNERO Y EL EMPODERAMIENTO DE LAS
MUJERES SON CENTRALES PARA EL DESARROLLO AFRICANO
Inés Alberdi

Es un honor participar en este seminario tan sólo cinco años para la fecha estipu-
sobre desarrollo africano y el rol de España lada para el cumplimiento de los mismos.
y la UE y estar invitada a hacer una breve A medida que nos aproximamos a esa
presentación sobre la Agenda de las Mu- evaluación de los 10 años, resulta vital re-
jeres Africanas para el Desarrollo: Igualdad conocer el importante papel que desem-
de Género y Empoderamiento de las Mu- peñan –y están desempeñando– las mu-
jeres. jeres en los países de toda la región. Pa-
radójicamente, aunque África es la región
Como es sabido, la creación del Fondo de que enfrenta los desafíos más serios del
Desarrollo de las Naciones Unidas para la desarrollo, es también la región que ha re-
Mujer (UNIFEM) fue solicitada por los gru- gistrado los mayores logros.
pos de mujeres de todas partes del mun-
do que estuvieron presentes en la Prime- No obstante, las niñas y las mujeres en Áfri-
ra Conferencia Mundial de la Mujer, ce- ca se enfrentan a desigualdades en sus po-
lebrada en la Ciudad de México en 1975. sibilidades de educación, tienen oportuni-
El mandato tripartito de UNIFEM consis- dades desiguales de empleo y subsisten-
te en: cia, y menos derechos sucesorios y de po-
sesión de bienes, sufren discriminación en
a) Apoyar actividades innovadoras y cata- el empleo y el trabajo, violencia en el ho-
líticas para promover la condición jurídica gar y el espacio público y detentan una li-
y social de las mujeres; mitada representación política. Todo ello
b)Fomentar la participación de las mujeres conduce a un bienestar disminuido y me-
en todos los aspectos del desarrollo; y nores capacidades para concretar las as-
c) Asistir al sistema de las Naciones Uni- piraciones de vida. El género es importante
das para la prestación de un mejor apo- para las mujeres, pero también es impor-
yo a los países en materia de igualdad tante para los varones.
de género y empoderamiento de las mu-
jeres. Este punto fue subrayado por las delega-
ciones en la Revisión Ministerial Anual del
En la presente exposición haré una reseña ECOSOC, que tuvo lugar en la sede de la
sobre aquello que observamos emerger ONU a principios del mes de julio. Aboca-
como el principal tema de esta agenda para da a implementar los compromisos con la
el desarrollo y me referiré brevemente al igualdad de género y el empoderamiento
trabajo que UNIFEM está realizando para de las mujeres, la Reunión Ministerial se
abordar estos temas. desarrolló junto al Foro de la Cooperación
para el Desarrollo 2010, el cual ha surgido
De hecho, la agenda de las mujeres afri- como un importante espacio de debate de
canas para el desarrollo se encuentra políticas donde las voces de las mujeres
muy a la vanguardia mientras nos acer- son mejor escuchadas.
camos a la Cumbre de la ONU sobre los
Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) Corresponde mencionar aquí que el Se-
en septiembre de 2010, y cuando restan cretario General aprovechó esta oportuni-

61
Inés Alberdi

dad para anunciar el nombramiento de un La cuestión acerca de cómo llevar esto a


Grupo Asesor de Alto Nivel sobre los cabo fue objeto de discusión de una Mesa
ODM, co-presidido por el presidente del Redonda de la Reunión Ministerial Anual so-
Gobierno español, José Luis Rodríguez Za- bre “Oportunidades Económicas para el Em-
patero, y el presidente de Ruanda, Paul Ka- poderamiento de las Mujeres en el África y
game, a quienes llamó “súper héroes” de los Países Menos Desarrollados”, que con-
la lucha contra la pobreza y la promoción gregó a representantes de ministerios de fi-
de la igualdad de género. Un panel de dis- nanzas, directores de la cooperación para el
cusión sobre cooperación para el desarrollo desarrollo y oficinas de asuntos de la mu-
para la consecución de los ODM, co-orga- jer. Los ministros y ministras de Finanzas,
nizado por UNIFEM con ambos países, pro- Tesoro Público, Agricultura y de Ambiente
dujo un animado intercambio sobre algu- resaltaron la importancia de ayudar a las
nos de los temas que se están tratando en mujeres para pasar de la agricultura de sub-
este Curso de Verano, incluyendo el rol de sistencia al cultivo comercial, hasta alcan-
la Unión Europea. zar finalmente la agroindustria. Para reali-
zar esto de manera fructífera, sin embargo,
la agricultura debe convertirse en una prio-
I. LA PRIORIDAD DE LA SEGURIDAD ridad máxima de la cooperación para el
ECONÓMICA desarrollo. La organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación
Una de las cuestiones más apremiantes (FAO) señala que la proporción de Ayuda
para las mujeres africanas es la seguridad Oficial al Desarrollo destinada al desarrollo
económica. En numerosos países africanos, agrícola ha caído de un pico del 17% en 1979
particularmente en los más pobres, la a un 4% en 2004. Ministros y ministras tam-
mayoría de la población depende de la tie- bién hicieron hincapié en la necesidad de
rra para subsistir. Las mujeres son las prin- contar con fondos específicos para sumi-
cipales productoras de los alimentos del nistrar fertilizantes y otros insumos agríco-
hogar, dando cuenta de más del 70% de la las que las mujeres necesitan para sostener
producción de alimentos. Aunque si bien iniciativas viables.
pueden tener acceso a la tierra y a las co-
sechas que ésta produce, las mujeres ca- Lograr la participación de las mujeres en la
recen de control y posesión de la tierra mis- agricultura productiva requiere algunos
ma, lo que a su vez limita su acceso al cré- derechos fundamentales que las mujeres de
dito. Por ello, especialmente desde la cri- numerosos países no tienen, incluyendo el
sis económica mundial, las mujeres de Áfri- acceso a la tierra, el crédito y los mercados.
ca están abultando las filas de la economía La base de datos de la FAO muestra que
informal, donde las condiciones laborales menos del 20% de las personas que pose-
son peligrosas, los empleos inseguros y los en tierras en los países menos desarrolla-
salarios a menudo míseros. A lo largo de dos son mujeres y que las mujeres agri-
la región, las mujeres están exigiendo cultoras de esos países reciben menos del
mayor acceso a la tierra, el crédito y los 10% del crédito agrícola. Para enfrentar esta
mercados. situación, el Gobierno de Ruanda ha dado

62
La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son centrales...

inicio a un programa de agricultura pro- Los estudios también pusieron de mani-


ductiva, que busca posibilitar para las fiesto los numerosos desafíos que en-
mujeres un anclaje en la economía mo- frentan estas comerciantes, incluyendo la
netaria. Junto con un nuevo programa de falta de servicios de apoyo, la ausencia de
registro catastral, busca otorgar a las mu- créditos y la escasez de infraestructura, jun-
jeres la tierra y el dinero que necesitan para to a un déficit crítico de destrezas que afec-
acceder al crédito. tan a su capacidad para acceder a los mer-
cados y competir eficazmente. Existe tam-
El acceso a los mercados constituye otro bién un conjunto de restricciones que tie-
desafío. En muchos países de África, el co- nen que ver con los marcos jurídicos,
mercio informal transfronterizo es otra de normativos e institucionales. El programa
las características prominentes de las es- de UNIFEM sobre mujeres comerciantes
trategias de subsistencia de las mujeres. transfronterizas se propone, por tanto, re-
Ellas conforman la mayor proporción de co- forzar las capacidades de las mujeres para
merciantes informales, representando en- aumentar sus actividades hasta alcanzar un
tre el 70% y el 80% de dicho grupo en el nivel redituable. El programa establece vín-
África Meridional y Occidental. culos entre las mujeres comerciantes, el
sector privado y la población africana de la
Recientemente, UNIFEM realizó un con- diáspora, con el objeto de facilitar el acce-
junto de estudios diagnósticos con 2.000 so a los mercados internacionales.
mujeres que trabajan como comerciantes
informales transfronterizas en toda África.
En términos generales, los estudios mos- II. EL EMPODERAMIENTO POLÍTICO
traron que las mujeres comerciantes trans- DE LAS MUJERES COMO SEÑAL DE
fronterizas crean medios de vida para sí VOLUNTAD POLÍTICA
mismas y sus familias, compran alimentos
y otros productos para el hogar, pagan la El empoderamiento político también ocu-
renta, la educación y la atención médica, pa un lugar destacado en la agenda de las
ahorran en clubs susu y bancos, y rein- mujeres africanas. En efecto, uno de los
vierten en sus negocios. Mediante sus ta- puntos clave planteados en la Mesa Re-
lentos comerciales, su ingenio y resiliencia, donda Ministerial fue la importancia de lo-
contribuyen a la reducción de la pobreza, grar la participación de las mujeres –quie-
al empleo y a la generación de riqueza. Es- nes componen el 50% de la población mun-
tos estudios también mostraron que las dial– en las estructuras y procesos políticos
mujeres cumplen una función clave en la de sus países, con el fin de afianzar su em-
mitigación de los efectos de la crisis de los poderamiento económico. África es una de
alimentos en África, al proporcionar a los las regiones líderes en este sentido: Ruan-
países vecinos mercancías agrícolas que da es el primer país del mundo desde el
ellos no producen. Muchas de estas co- punto de vista de la proporción de escaños
merciantes también son productoras agrí- ocupados por mujeres en el parlamento na-
colas y venden sus excedentes en los cional; con las mujeres en posesión del 56%
mercados transfronterizos. de las bancas parlamentarias, Ruanda es

63
Inés Alberdi

el único país del mundo donde las muje- alcanzarán la zona de paridad en 18 o 22
res conforman la mayoría. Igualmente im- años, dependiendo de su sistema electo-
portante, aunque menos publicitado, es el ral, mientras que a los países sin cupos les
hecho de que el 50% de los alcaldes mu- tomará el doble de años.
nicipales en Ruanda son mujeres. Pero
otros países pueden igualar este récord; a Parte del desafío consiste en obtener el apo-
diferencia de muchas prioridades de igual- yo de los partidos políticos, punto de par-
dad de género, que requieren cambios más tida para los cargos electivos. Celebramos
profundos en las estructuras económi- la noticia del Parlamento senegalés que re-
cas, tanto nacionales como mundiales, la cientemente aprobó una ley que exige la
representación política de las mujeres es paridad entre los sexos en las listas elec-
una cuestión de voluntad política. torales de los partidos políticos.

Algunas historias positivas son bien co- Desde luego, la igualdad de género y el em-
nocidas: en los últimos años, Liberia eligió poderamiento de las mujeres significan
a su primera presidenta mujer, mientras mucho más que el solo incremento del nú-
que Sudáfrica, Burundi y Zimbabwe han mero de mujeres en los puestos de adop-
designado vicepresidentas mujeres. Las ción de decisiones. Es igualmente impor-
mujeres africanas también ocupan puestos tante lo que éstas hagan una vez que lle-
ministeriales clave en Tanzania. Incluso en gan allí. Volviendo al ejemplo de Ruanda,
Sudán existen motivos para celebrar, antes de las elecciones de 2008 UNIFEM
puesto que la proporción de mujeres en es- trabajó en asociación con el Consejo Na-
caños parlamentarios ha dado un salto en cional de la Mujer para ayudar a las can-
las últimas elecciones hasta alcanzar apro- didatas a reforzar su liderazgo y sus des-
ximadamente el 30%, el parámetro fijado trezas de campaña, y a la vez generar el
en la Plataforma de Acción de Beijing. electorado necesario para ser efectivas de-
fensoras de los derechos de las mujeres.
Un 30% para las mujeres se ubica, desde Luego de la elección, la presidenta del Con-
luego, lejos de la paridad. Sin embargo, es sejo anunció: “Lo que nos importa es
considerado el mínimo necesario para co- contar con mujeres competentes con las ca-
menzar a producir cambios positivos para pacidades apropiadas; y aquellas que re-
la igualdad de género. En mayo de este sultaron electas tienen esas capacidades”.
año, las mujeres habían alcanzado este
punto en 24 países, incluyendo a 7 de Áfri- En numerosos países africanos, UNIFEM
ca y 5 de América Latina. En la mayoría de está trabajando con grupos parlamentarios
esos 24 países, la adopción de alguna for- y activistas por los derechos de las muje-
ma de acción positiva, como los cupos, han res para conseguir cambios constitucio-
demostrado ser esenciales. Las proyec- nales con sensibilidad de género. En Jar-
ciones sobre el tiempo necesario para tum y los Estados del Norte de Sudán, por
que los países alcancen la paridad de gé- ejemplo, se está empleando un análisis de
nero en las elecciones parlamentarias las leyes electorales para generar con-
muestran que aquellos que prevén cupos ciencia y compromiso públicos, con el fin

64
La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son centrales...

de defender los derechos de las mujeres en vicios suministrados. En el África Subsa-


el proceso electoral, con miras a las elec- hariana, la falta de acceso universal al agua
ciones presidenciales y parlamentarias supone la dedicación de 40.000 millones de
que se celebrarán en 2010. En Madagascar horas anuales a su recolección –el equi-
se estableció un mecanismo a través del valente al valor de un año de trabajo en al-
cual la sociedad civil puede involucrarse co- gunos países europeos–, que en su ma-
lectivamente para supervisar las leyes y los yoría es realizada por las mujeres. Todo
planes de acción y trabajar con el gobier- esto conduce a otro punto de la agenda,
no para contrarrestar la violencia sexual y tanto del desarrollo como de los derechos
de género. humanos.

Sin embargo, pese al compromiso políti-


co, existen numerosos problemas en la im- III. LA IMPORTANCIA DE LA PAZ
plementación. Ante los temas emergentes Y LA SEGURIDAD EN LA AGENDA
como la crisis de los alimentos y el colap- DEL DESARROLLO
so financiero, las mujeres corren el riesgo
de perder los beneficios que han obtenido. De manera creciente, la paz y la seguridad
La experiencia en UNIFEM ha mostrado se han convertido en una prioridad urgente
que una parte esencial de la implementa- para las mujeres, tanto desde una pers-
ción es la rendición de cuentas, en parti- pectiva de desarrollo como de derechos. En
cular con respecto al acceso de las muje- demasiados países, incluyendo a aquellos
res a los servicios. Las anomalías en la pres- de África, las mujeres son un blanco es-
tación de servicios afectan ante todo a los pecífico sobre el que se esgrimen los ins-
hogares pobres, ya que en ellos se espe- trumentos de la guerra: la violencia y la es-
ra que sean las mujeres quienes cubran los clavitud sexual. Determinadas a erigir un
vacíos cuando los servicios públicos fallan. futuro más seguro para la humanidad, las
mujeres africanas son actoras elocuentes
Los sistemas de rendición de cuentas en los en las conversaciones de paz y formidables
servicios públicos a menudo no cumplen artífices de los esfuerzos de reconstrucción
con las mujeres debido a diversas restric- de sus países.
ciones en el acceso a los servicios. Esto in-
cluye la distancia social y física, así como UNIFEM está trabajando para ampliar el es-
los costos de transporte. Por ejemplo, pacio político para la efectiva participación
para las mujeres víctimas de violencia o de las mujeres en las negociaciones de paz
mujeres con VIH positivo que necesitan tra- en Liberia, Sierra Leona, la Región de los
tamiento médico en Mpwapwa, en el este Grandes Lagos, el África Occidental, Sudán,
de Tanzania, el hospital más cercano se en- Somalia y la República Democrática del
cuentra a 58 km de distancia y no hay aten- Congo. Prestamos apoyo a las iniciativas
ción de emergencia disponible en el ámbito de mujeres orientadas a garantizar la in-
local. Con frecuencia, los costos de viaje y clusión de compromisos de género en los
tiempo, así como el temor y la inseguridad, acuerdos de paz y los programas de re-
pesan más que los beneficios de los ser- construcción centrados en la reducción de

65
Inés Alberdi

la pobreza, como el Pacto de los Grandes este tema en la agenda internacional en


Lagos, y a aumentar el número de muje- 1993 con la Declaración de la ONU sobre
res en las instituciones de gobierno y los la Eliminación de la Violencia contra la Mu-
mecanismos de vigilancia de la paz. Un jer. No obstante ello, fue una meta olvidada
ejemplo claro es la participación de UNI- de los ODM. Para suplir este vacío, el Se-
FEM en el proceso de paz de Uganda, de- cretario General de la ONU lanzó su cam-
signando a una Asesora de Género para paña “Únete para Poner Fin a la Violencia
trabajar con el mediador principal, Joaquim contra las Mujeres”, con fecha de cumpli-
Chissano, ex Presidente de Mozambique. miento en 2015. A fines de 2010, la ONU
lanzará el componente regional de la ini-
La participación en la consolidación de la ciativa “Únete”: la Campaña Amplia de
paz también se ha convertido en un inte- África para Poner Fin a la Violencia contra
rés vital para las mujeres de los países afri- las Mujeres y las Niñas. Su objetivo con-
canos. En junio, viajé a Sudán para parti- siste en reducir la prevalencia y con el tiem-
cipar en la Jornada Mundial de Puertas po eliminar todas las formas de violencia
Abiertas para las Mujeres y la Paz organi- contra las mujeres y las niñas. También
zada por las Naciones Unidas y celebrada existen logros a nivel nacional. Hasta el año
en más de 20 países con las misiones de 2003, sólo 17 países subsaharianos con-
paz de la ONU. Los llamamientos urgentes taban con leyes específicas contra la vio-
para incluir a las mujeres en la consolida- lencia doméstica, mientras que 10 no tenían
ción de la paz serán enviados al Consejo de ninguna ley sobre violación o agresión se-
Seguridad para el décimo aniversario de la xual. Sólo Sudáfrica sancionó todas las le-
resolución 1325 adoptada por este orga- yes pertinentes para castigar la violencia se-
nismo sobre las mujeres y la paz, que se xual. Pero el impulso está creciendo.
cumple en octubre de 2010.
Por ejemplo, tras años de trabajo de pro-
Mientras se aproxima el aniversario, siem- moción por parte de los grupos de muje-
pre es momento de reflexionar sobre res, Mozambique aprobó una nueva Ley de
aquello donde hemos obtenido algunos Violencia Doméstica, que codifica esta
progresos. La violencia sexual relacionada forma de violencia como un delito público,
con los conflictos es entendida ahora con penas específicas para los agresores.
como una cuestión de paz y seguridad que Los grupos de mujeres también están
exige la atención apropiada de los actores apelando a los hombres y los niños. Men
implicados en estos ámbitos. for Change, con 30 organizaciones miem-
bros, es la primera red de varones en Mo-
zambique en trabajar para la prevención de
IV. LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA la violencia contra las mujeres, así como la
CONTRA LAS MUJERES prevención del VIH y el SIDA, alentando el
debate público y la discusión comunitaria
Una cicatriz que atraviesa a todas estas sobre la percepción de masculinidades y
cuestiones es la violencia contra las mu- los costos de la violencia para la vida fa-
jeres. Las mujeres consiguieron instalar miliar y comunitaria. En septiembre pasa-

66
La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son centrales...

do, durante la clasificación para la Copa del de las “chozas para la paz” al ámbito na-
Mundo contra Kenia, la Red Men for Chan- cional a través del Ministerio del Interior.
ge desplegó banderas con la leyenda “Pa-
tea el balón, NO a las mujeres”. La Convención para la Eliminación de
toda Forma de Discriminación Contra la
En el otro extremo del continuo de violencia Mujer (CEDAW) es la piedra angular mun-
por motivos de género se encuentra la vio- dial de los derechos humanos de las mu-
lencia sexual ejercida en situaciones de jeres, que han ratificado prácticamente to-
conflicto. La eliminación de este tipo de vio- dos los países africanos. Sin embargo, la
lencia se ha convertido en un área de tra- discriminación generalizada contra las
bajo primordial para UNIFEM, particular- mujeres y la violencia persisten, facilitadas
mente en los esfuerzos por intensificar la por la impunidad continua de quienes las
implementación de la resolución 1325 del ejercen. Como parte de nuestros esfuerzos
Consejo de Seguridad. Como parte de una para eliminar la violencia contra las muje-
iniciativa interinstitucional para confec- res y garantizar la justicia para quienes la
cionar un conjunto global de indicadores han experimentado, UNIFEM se centra en
con los cuales supervisar la implementa- lograr una mayor eficacia de los sistemas
ción, apoyamos a los socios en Liberia, judiciales para las mujeres en el trabajo. En
Ruanda y Uganda para adoptar Planes Na- Tanzania, por ejemplo, se presta apoyo
cionales de Acción sobre la resolución para la capacitación de miembros del sec-
1325. En Liberia, la dirigencia de los nive- tor de seguridad, jueces y magistrados ju-
les más altos está consiguiendo mayores diciales sobre justicia de género, sobre la
asignaciones presupuestarias de múlti- necesidad de revertir los prejuicios de gé-
ples sectores para implementar el Plan, in- nero en los sistemas de justicia y de in-
cluyendo la movilización de fondos para la crementar la representación de las muje-
Policía Nacional de Liberia y el Ministerio res en el poder judicial. En Ruanda, se im-
de Justicia para una unidad de delitos se- parte capacitación en respuesta rápida
xuales. En Burundi y Sierra Leona se pre- para la policía y el Ejército ante las muje-
sentaron los planes ante los Parlamentos, res víctimas de violencia, y se fomenta la
listos para ser lanzados con ocasión del dé- promoción del acceso a la justicia y los ser-
cimo aniversario de la Resolución 1325 del vicios de salud.
Consejo de Seguridad de la ONU.

Sosteniendo estos planes, que en sí mis- V. LA INCORPORACIÓN DE LOS ODM


mos requieren implementación, se en- A LAS ESTRATEGIAS NACIONALES
cuentran las iniciativas comunitarias como DE DESARROLLO
las “chozas para la paz” de Liberia, que tra-
bajan con grupos de la comunidad para for- Antes de concluir, quiero retomar el pun-
jar las destrezas organizativas y de admi- to planteado inicialmente acerca de algu-
nistración comercial, así como la alfabeti- nos de los principales progresos que se es-
zación de personas adultas. Actualmente se tán dando en África. Un análisis emitido en
está discutiendo la ampliación del modelo junio por el Overseas Development Insti-

67
Inés Alberdi

tute (ODI) y la Campaña del Milenio de la cadores de finanzas públicas e incluso el aná-
ONU encontró que, en comparación con el lisis presupuestario desde una perspectiva
punto desde el que partieron, los países de género.
africanos están haciendo el progreso más
completo en la consecución de los ODM, Junto a los socios nacionales y regionales,
y que la mitad de los mismos están en la UNIFEM ha dado grandes e importantes pa-
dirección correcta para reducir la pobreza sos en múltiples ámbitos del África. Estos
a la mitad para 2015. El informe identificó logros han sido en gran medida facilitados
un conjunto de factores adicionales que por la visión e iniciativa de los y las líderes
contribuyen al progreso de cara al cum- africanas y las voces de las mujeres afri-
plimiento de los ODM. Para los países po- canas para promover el empoderamiento
bres, el liderazgo político, la rendición de de las mujeres y la igualdad de género.
cuentas y las asignaciones presupuestarias
apropiadas para alcanzar las metas están
citados como criterios clave para propul- VI. ¿UN MOMENTO CLAVE PARA
sar un progreso sostenido. Igualmente EL PROGRESO DE LA IGUALDAD
importantes, en particular en el contexto de DE GÉNERO?
este Curso, son las constataciones que su-
brayan la importancia del acceso a los mer- Por esta razón, UNIFEM, junto a nuestros co-
cados globales y a la ayuda efectiva y opor- legas de la ONU, los numerosos amigos y
tuna para impulsar estos logros. amigas y aliadas de los grupos y redes de
mujeres, y numerosos Estados miembros
En este contexto, también deben retomar- de la ONU, aplaude la decisión de la Asam-
se los puntos planteados por la Secretaria del blea General de establecer una entidad con-
Tesoro Público de Ruanda en el evento del solidada de género, conocida como “Enti-
Foro de la Cooperación para el Desarrollo co- dad de la ONU para la Igualdad de Género
patrocinado por España y Ruanda. En res- y el Empoderamiento de la Mujer”, u “ONU
puesta a una pregunta sobre la necesidad de Mujeres”, “UN Women” en inglés y “ONU
contar con indicadores sensibles al género Femmes” en francés. La nueva organización
para supervisar el progreso no sólo respecto agrupará a UNIFEM, la División para el Ade-
de los ODM, sino también sobre la eficacia lanto de la Mujer, la Oficina de la Asesora
de la ayuda al desarrollo, la Secretaria acla- Especial en Cuestiones de Género y el Ins-
ró que, para supervisar el progreso sobre es- tituto Internacional de Investigaciones y Ca-
tos compromisos, es esencial que los países pacitación de las Naciones Unidas para la
incorporen las estrategias de los ODM a sus Promoción de la Mujer o INSTRAW.
Planes Nacionales de Desarrollo. “Lo que
nos proponemos con nuestro plan de UNIFEM ha bregado por consolidar esta en-
desarrollo –se dijo–, es lo que supervisamos tidad durante los últimos cuatro años, jun-
para los resultados”. Por tanto, en este con- to con numerosos Estados miembros,
texto, no solamente los indicadores de pro- ONG y colegas del Sistema de la ONU, des-
greso de los ODM pueden ser de suma efi- de el informe del Panel de Alto Nivel sobre
cacia, sino que también los tienen los indi- la Coherencia en Todo el Sistema, que hizo

68
La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son centrales...

una recomendación similar. UNIFEM aco- mitad, de ‘las personas’ son mujeres. Sin
ge con beneplácito este cambio, que con- embargo, durante demasiado tiempo, la
sideramos histórico en términos de apoyo voluntad de las mujeres, las voces de las
para la igualdad de género y los derechos mujeres, los intereses, prioridades y ne-
de las mujeres en todos los países. Al adop- cesidades de las mujeres no han sido es-
tar la resolución, la Asamblea General re- cuchados, no han determinado quiénes go-
conoce la importancia de garantizar mayor biernan y no han estipulado cómo go-
rendición de cuentas respecto del com- biernan, y con qué fines”. La nueva entidad
promiso con la igualdad de género y los de- de género, “ONU Mujeres”, tiene el po-
rechos de las mujeres, así como la necesi- tencial para cambiar esto. Esperamos que
dad de una entidad con el nivel necesario el secretario general designe, con ocasión
de recursos y facultades para cumplir esto. de la Cumbre de los ODM en septiembre,
a una vicesecretaria general para encabe-
En los países, que es donde más importa, zar esta agencia.
la nueva entidad debe ser capaz de pro-
porcionar un liderazgo y una voz claros para A medida que la comunidad global in-
la igualdad de género en nombre de los tensifica sus esfuerzos para alcanzar los
equipos de país de la ONU, además de un Objetivos de Desarrollo del Milenio en
mejor apoyo de coordinación para ayudar 2015, está previsto que los principios de
a la ONU a actuar en conjunto por la igual- apropiación nacional y mutua responsabi-
dad de género, en respuesta a las priori- lidad, que inspiran tanto a la agenda del Fi-
dades nacionales y las programaciones in- nanciamiento para el Desarrollo como la de
novadoras y catalíticas que responden a las la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo, reciban
oportunidades y los desafíos a nivel na- una concentrada atención de donantes y so-
cional y local. cios. A medida que se desarrolla este es-
fuerzo, las metas de la igualdad de género
La presidenta liberiana Ellen Johnson-Sir- y el empoderamiento de las mujeres deben
leaf declaró: “La mitad, incluso más de la pasar al centro de la escena.

69
SEGUNDA PARTE: LAS RELACIONES UE-AFRICA Y LA POLÍTICA AFRICANA DE ESPAÑA

4. LA “NUEVA AGENDA DE DESARROLLO”, LA INTEGRACIÓN


REGIONAL Y LAS RELACIONES UE-ÁFRICA
Lourdes Benavides de la Vega*

Los flujos económicos, comerciales y fi- el marco del Curso de Verano en San Lo-
nancieros han crecido sustancialmente en renzo de El Escorial sobre “La agenda afri-
las últimas décadas, debido a los procesos cana de desarrollo y el papel de España y
de liberalización y desregulación de los mer- la Unión Europea” así lo indican.
cados, pero muchos sostienen que el con-
tinente africano se ha quedado al margen Al mismo tiempo, se perciben cambios no-
de la globalización liberal. Si se analizan los tables en la doctrina de la ayuda al
datos, las exportaciones del continente desarrollo desde finales de los noventa. La
han pasado de representar el 5,5% en 1975 “nueva agenda de la ayuda” se centra en
al 2,5% en 1995 (IFPRI, 2007). El Banco Mun- los Objetivos de Desarrollo del Milenio
dial estima que el continente pierde 70.000 (ODM), en un consenso internacional para
millones de dólares anualmente debido a la reducir la pobreza articulado en estrategias
caída de su peso relativo en el comercio nacionales (los Documentos Estratégicos
mundial. Otros expertos, en cambio, afirman de Reducción de la Pobreza o PRSP, por sus
que los flujos comerciales evolucionan siglas inglesas), en nuevas tecnologías
conforme a otros referentes internacionales para la canalización de la ayuda (en parti-
si se consideran criterios como sus ingresos cular el enfoque de programas y políticas,
nacionales, tamaño y ubicación geográfica lejos del muy criticado enfoque de pro-
(IFPRI, 2007). A pesar de que la Inversión Ex- yectos) y en un compromiso de gestión ba-
tranjera Directa (IED) destinada a África ha sada en resultados. Más concretamente, la
aumentado en la última década, pasando de estrategia plantea tres ejes que incluyen
9.000 millones de dólares en 2000 a 88.000 crecimiento, empoderamiento y seguridad
en 2008 (con un importante retroceso el año (Maxwell, 2003). A la necesidad de au-
siguiente), la mayor parte se concentra en mentar de forma sustancial los fondos (pú-
el sector energético, un sector en el que los blicos y privados) necesarios para fomen-
beneficios son considerables para el inver- tar el crecimiento y luchar contra la po-
sor. La conexión principal del continente con breza, se une el fortalecer Estados e insti-
la economía global sigue siendo por la vía tuciones para la aplicación de políticas pú-
de las materias primas, en particular las in- blicas nacionales y sectoriales de calidad,
dustrias extractivas. entendiendo que el enfoque de programas
se puede aplicar si existen los “canales de
Los debates y reflexiones sobre el diálogo” a través de los cuales los donan-
desarrollo incluyen de una manera u otra tes pueden influir en las decisiones de los
la necesidad de entender la situación de países receptores (Killick, 2004). Se trata de
África en el mundo y cómo promover una una agenda que se inspira del concepto de
inserción provechosa en la economía glo- buen gobierno que prevalecía en los no-
balizada. El propio título de la mesa re- venta y parte de los debates sobre cómo
donda “El papel de África en el mundo” en mejorar calidad y eficacia de la ayuda que

* Grupo de Estudios Africanos, Universidad Autónoma de Madrid.

71
Lourdes Benavides de la Vega

se fue armando en París y Accra. También en un marco general de libre mercado y de


relacionado con el cuestionamiento de la creciente desregulación, las economías
eficacia de la ayuda en esos años, surge africanas parten de una situación de vul-
una visión según la cual la ayuda y el co- nerabilidad y de débil poder de negociación
mercio son intercambiables. Esto resulta en en los foros internacionales, y que el tipo de
que los dos factores son tratados cada vez integración promovida es una opción polí-
más como complementarios (IFPRI, 2007). tica de vital importancia para los gobiernos
africanos, y supone asumir diferentes ries-
El artículo pretende aportar algunas refle- gos y costes según las opciones.
xiones sobre la forma en que esta nueva
agenda enlaza con los procesos de inte- A continuación recordamos cómo la forma
gración regional africanos, entendiendo que de entender la integración regional como
el continente se convierte, desde finales de proceso potencialmente creador de rique-
los noventa, en una prioridad geográfica, za económica y desarrollo social ha evo-
que atrae importantes compromisos inter- lucionado desde modelos auto-centrados
nacionales. En esos años, numerosos cam- de desarrollo endógeno, considerados en
bios trascienden en África con la creación los años ochenta como un freno a la libe-
del Nuevo Partenariado para el Desarrollo ralización comercial por las instituciones fi-
de África (NEPAD) y la nueva arquitectura nancieras internacionales, hacia “enfo-
continental africana Unión Africana (UA) en ques crecientemente extravertidos, cohe-
2001. Todos ellos sitúan hoy la inserción de rentes con la lógica de liberalización y aper-
África en el comercio mundial en el centro tura del actual modelo de globalización”
de las estrategias de crecimiento económico (Bidaurratzaga, Marín, 2006: 195). Estos
y lucha contra la pobreza, reiteran la nece- cambios de enfoque han sido integrados
sidad de fondos para invertir en las caren- en la agenda de la ayuda.
cias estructurales del continente y conectan
con la nueva agenda de la ayuda. Este ejer-
cicio se plantea más concretamente desde I.1. Debilidades estructurales de
la perspectiva de las relaciones entre la la economía africana y su inserción
Unión Europea (UE) y África. en la economía global

Difícilmente se puede negar la trascen-


I. INTEGRACIÓN REGIONAL Y dencia de las deficiencias estructurales que
DESARROLLO resultaron en África del tipo de producción
primaria exportadora que prevaleció du-
El “objetivo de la integración de África en rante todo el periodo colonial y drenó el
la economía global (…) es aumentar los be- continente de sus riquezas naturales. Igual
neficios del intercambio mutuo de bienes, de difícil resulta negar las necesarias trans-
servicios y activos financieros, en el senti- formaciones de las economías nacionales
do de acelerar la transformación económi- africanas, la indispensable reorientación de
ca y social, aumentar el empleo y reducir la sus sistemas productivos y, por tanto, las
pobreza” (UNECA, 2000: 2). Se entiende que, decisiones políticas sobre el tipo y natu-

72
La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África

raleza de intercambios comerciales. En el desarrollados a la demanda de un nuevo


momento de las independencias, las in- orden económico internacional y a la as-
fraestructuras no conectaban los países en- piración a una industrialización acelerada
tre sí, las estructuras regionales de pro- de la región (Adesina, 2009: 105). Desde ese
ducción no existían o eran insuficientes, análisis, África se insertaba en la economía
tampoco la integración de los mercados ni mundial desde la periferia y precisaba
la movilidad de los factores de producción. una estrategia basada en la transformación
Los países estaban más conectados con productiva y la integración de mercados a
sus metrópolis que vinculados entre sí. nivel regional (Colom Jaén, 2009: 35).

La Organización de la Unidad Africana En esos mismos años ochenta, la crisis de


(OUA) se creaba, entre otros objetivos, con la deuda marcó un cambio radical en la
el de responder a estas limitaciones, pro- orientación de las políticas. El sobreendeu-
mover la unidad y solidaridad entre los Es- damiento de los estados africanos había lle-
tados africanos y coordinar e intensificar la vado a una falta de acceso al crédito y a ba-
cooperación. Existía un consenso genera- jas tasas de inversión privada, a un decre-
lizado sobre la necesidad de repensar la cimiento de la inversión pública, al incre-
economía africana, y de interconectar el mento de las exportaciones y a la disminu-
continente. ción de los precios de las materias primas.
En respuesta a los insostenibles niveles de
En 1980, los gobernantes africanos, en el deuda, los Planes de Ajuste Estructural fo-
Plan de Acción de Lagos, establecían un mentaban una política económica basada en
diagnóstico fundamentado en la Escuela de la austeridad presupuestaria y la liberaliza-
la Dependencia, en el que se recogían una ción multilateral. La “propuesta de Was-
serie de factores causales para explicar “las hington se basa en la especialización pro-
promesas incumplidas de las estrategias ductiva y la promoción de las exportaciones
globales de desarrollo” en las dos prime- como motor de crecimiento económico” (Bi-
ras décadas posteriores a las indepen- daurratzaga, Colom, 2005: 99).
dencias (OUA, 1980). En primer lugar, el
diagnóstico mencionaba las carencias es- Como resultado de la generalización de los
tructurales de las economías: la excesiva Planes de Ajuste Estructural en el conti-
orientación al exterior, en un contexto de nente, se dio un fuerte deterioro de las con-
estructuras de producción heredadas de la diciones de vida y de los indicadores so-
época colonial y de fragmentación del ciales, así como una fuerte debilitación de
continente, la dependencia de las expor- los Estados. Desde una perspectiva neoli-
taciones de materias primas y las técnicas beral, los “argumentos para explicar la cri-
rudimentarias de producción y débil ren- sis africana se fundamentaban en las enor-
dimientos del sector agrícola. En segundo mes distorsiones existentes en el funcio-
lugar, señalaba la falta de recursos huma- namiento de los mercados debido a la in-
nos, de capacidad técnica e investigadora tervención pública” (Colom, 2009: 35), por
y de cualidades empresariales. El Plan des- lo que las soluciones pasaban por la dis-
tacaba por último el rechazo de los países minución del papel del Estado y la apertura

73
Lourdes Benavides de la Vega

al exterior. Se atribuyen “los modestos re- En 2001, la Ronda de Doha de la Organi-


sultados exportadores a dificultades es- zación Mundial del Comercio (OMC) reco-
tructurales, institucionales y socioeconó- nocía “la vulnerabilidad de los países me-
micas que limitan la respuesta desde el nos desarrollados y las debilidades es-
lado de la oferta de los países africanos a tructurales específicas a las que hacen fren-
la modificación de la estructura de los in- te en la economía globalizada” (WTO,
centivos que trajo consigo la liberalización 2001) y planteaba reformas indispensables
del comercio, a lo que hay que sumar el fra- para corregir la inequidad de las reglas del
caso político que supuso no haber adop- juego comerciales. Se admite hoy la ne-
tado medidas para afrontar esas dificulta- cesidad de corregir las restricciones y dis-
des” (UNCTAD, 2008: 36). Además, la li- torsiones comerciales impuestas a las
beralización de ciertos mercados en con- mercancías africanas, en conformidad con
diciones desiguales de producción y co- el último de los ODM, que prevé una
mercialización incrementó la vulnerabilidad “asociación mundial para el desarrollo” y
de los países dependientes de bienes bá- reconoce que la promoción de un entorno
sicos, como quedó demostrado en la cri- mundial favorable al desarrollo pasa por un
sis del precio de las materias primas y ali- sistema comercial y financiero no discri-
mentos básicos en el año 2008. En esas cir- minatorio, previsible y basado en normas
cunstancias, la UNCTAD afirma que “para (Naciones Unidas, 2010: 70).
los líderes africanos, los imperativos para
la cooperación regional son más fuertes
ahora que antes, teniendo en cuenta los im- I.2. La opción de la integración regional
pactos socio-económicos y políticos de la después de las independencias
globalización para el continente Africano.”
(UNCTAD, 2009: 15). Para los Estados africanos, el regionalismo
fue una elección política colectiva. La crea-
En la actualidad y teniendo en cuenta esta ción de espacios regionales comunes, bajo
realidad, frente a las oportunidades que ciertas condiciones, promueve el desarrollo
puede ofrecer para el desarrollo socioe- socio-económico y se convierte en una for-
conómico la inserción del continente en la ma para el continente de competir en la eco-
economía mundial, no hay que olvidar los nomía global. Además, la cooperación re-
costes, “que representan un desafío para gional favorece una mayor estabilidad y se-
los países pobres que no disponen de los guridad regionales. La OUA optó por esa vía
cimientos estructurales y políticos para sa- y estableció y consensuó planes y políticas
car partido de un comercio, unas inver- en ese sentido.
siones y unos flujos financieros más libres.
Esos países, situados en su mayoría en Áfri- La integración económica regional for-
ca, también tienen una capacidad inade- maba parte de la agenda continental des-
cuada para gestionar el proceso, lo que los pués de las independencias y está enrai-
hace más vulnerables a las potenciales zada en los valores defendidos por el mo-
fuerzas inherentes de desestabilización vimiento panafricano: el desarrollo auto-
política y económica” (UNECA, 2000). centrado y colectivo y la independencia po-

74
La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África

lítica. Varios dirigentes y académicos afri- ción de Lagos en 1980, “la política comer-
canos defendieron esa vía después de las cial africana y la estrategia general de
independencias. Entre los años sesenta y desarrollo económico experimentaron dos
los ochenta, surgieron numerosas organi- tendencias contradictorias”: mientras que,
zaciones intergubernamentales con el fin colectivamente, los Estados africanos se ha-
de promover la cooperación técnica y bían embarcado en una estrategia regional
económica entre países africanos. Más de auto-centrada –que implicaba una estra-
200 organizaciones vieron la luz, con ma- tegia de industrialización de substitución de
yor o menor éxito, todas ellas destinadas importaciones orientada hacia un espacio
a promover la cooperación y la integración regional protegido, durante los años ochen-
del continente. “Esta plétora de institucio- ta a escala individual empezaron a racio-
nes llevó a la aparente desintegración de nalizar y liberalizar su régimen comercial
las economías africanas por varias razones, en el marco del ajuste estructural. Este “pe-
entre las cuales principalmente: la similitud riodo ahogó el trabajo efectivo de varios
de objetivos, las divergencias de ideologías agrupamientos regionales en África” (UNC-
y la incapacidad de cumplir con los com- TAD, 2009; 9).
promisos financieros debido a la perte-
nencia de un país a varias organizaciones”
(Conference of Ministers of Integration, I.3. Los nuevos enfoques
2006). de “regionalismo abierto”

Otras barreras frenaron las iniciativas de in- Los frenos a la ambición integradora del
tegración regional africanas. Desde dentro Plan de Acción de Lagos no sólo se debie-
del continente, destacan la debilidad de los ron a las resistencias intra-continentales.
Estados y la falta de una auténtica volun- También llegaron impuestas desde fuera
tad política de la mayoría de los dirigentes del continente. En 1981, en respuesta al Plan
africanos, que se encontraban permanen- de Acción de Lagos, la publicación el In-
temente divididos entre la necesidad de forme Berg del Banco Mundial no dejaba
construir el Estado-nación y la opción po- dudas sobre cual sería el “paradigma he-
lítica de la unidad regional. También la in- gemónico de las estrategias de desarrollo
estabilidad política, los conflictos o las gran- africanas en los años posteriores” (Bi-
des desigualdades entre regiones tuvieron daurratzaga, Colom, 2005: 98). Las políticas
que ver con su fracaso (Kabunda, 2002: 59). neoliberales se oponían en esos años a to-
Sin olvidar la ingente inversión necesaria das aquellas iniciativas africanas que pro-
para transformar la economía africana y co- ponían planes continentales de recupera-
rregir los lazos estructurales de depen- ción de la economía y desarrollo social, y
dencia establecidos con las antiguas me- representaron un obstáculo central para las
trópolis y reformar los sistemas producti- iniciativas integradoras. “El poco predica-
vos existentes, como se ha mencionado. mento que tenía el integracionismo como
instrumento de desarrollo en las Institu-
Además de los frenos internos, durante el ciones de Bretton Woods frenó el debate y
periodo que se iniciaba con el Plan de Ac- el dinamismo de las iniciativas de integra-

75
Lourdes Benavides de la Vega

ción en África” (Bidaurratzaga, Colom, Una forma de explicar ese nuevo impulso
2005: 99). de la integración regional africana es que,
mientras que se estanca el marco de libe-
No obstante, asistimos en los últimos ralización multilateral de la OMC, crece el
años noventa a un cambio de rumbo en debate sobre el regionalismo y las posibi-
África y en otras regiones del mundo. Se lidades de que conduzca al multilateralis-
observa una suerte de renacimiento del re- mo global. El nuevo impulso del regiona-
gionalismo. Aparecen nuevos marcos es- lismo africano coincide con un “reaviva-
tratégicos e instituciones renovadas a es- miento de los debates sobre el papel de la
cala continental (NEPAD, UA) y varios integración como instrumento para el
grupos subregionales existentes experi- desarrollo en África” (Bidaurratzaga, Co-
mentan cierta revitalización de sus insti- lom, 2005: 98). Las instituciones financie-
tuciones y acuerdos fundacionales, como ras internacionales también reconocen, con
en el caso de la Comunidad Económica y la revitalización de varios espacios regio-
Monetaria de África Central (CEMAC), la Co- nales y la creación de nuevos grupos, los
munidad de Desarrollo del África Austral beneficios potenciales de cierto tipo de re-
(SADC) o la Comunidad de África del Este gionalismo y la relación entre integración
(EAC) (Benavides, 2009: 17). regional y crecimiento económico.

Junto con ese nuevo interés por la integra- La integración regional se ha convertido
ción regional africana surge una conside- desde finales de los noventa en una “fase
rable literatura dedicada a medir los resul- intermedia en el camino hacia el objetivo
tados de los acuerdos regionales, políticos final de apertura de las economías a los
y económicos, en relación con sus fines, las mercados globales” (Bidaurratzaga, Colom,
políticas sectoriales y la realidad de la con- 2005: 98). Debemos recordar aquí que la
solidación institucional. Se estudian los OMC permite que los países miembros es-
procesos, las estructuras y decisiones me- tablezcan uniones aduaneras y zonas de li-
diante las cuales las Comunidades Econó- bre comercio, como excepción al principio
micas Regionales (CER), que son hoy con- fundamental de no discriminación esta-
sideradas como los pilares del proceso de blecido en la cláusula de la nación más fa-
integración continental, participarán en la vorecida. El Artículo XXIV del GATT (Acuer-
construcción de la UA. Es el caso, por ejem- do General sobre Comercio y Aranceles)
plo, del Informe de Desarrollo Africano del prevé esa posibilidad, con la condición de
2000 del Banco Africano de Desarrollo, mo- que no constituyan un obstáculo ni una pre-
notemático; de los informes bianuales pu- ferencia en las relaciones con países ter-
blicados por la UNECA (UNECA, 2004, 2006, ceros y que las barreras internas dentro de
2008), que analizan los progresos generales los bloques comerciales sean completa-
y sectoriales de la integración regional afri- mente suprimidas. Prevalece la idea de que
cana; o, más recientemente, del Informe so- los “procesos liberalizadores en el ámbito
bre desarrollo en África 2009 de la Confe- regional son bienvenidos siempre y cuan-
rencia de Naciones Unidas sobre Comercio do tengan como objetivo final la apertura
y Desarrollo (UNCTAD) (UNCTAD, 2009). de sus economías a los mercados globa-

76
La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África

les”. Las dificultades aparecen con la in- sectores, y a los planes de los países del
terpretación y aplicación de esta cláusula, Norte de ir consolidando sus respectivas
la regulación de las excepciones y la am- zonas de influencia en determinados países
bigüedad de los casos, llevando la “con- con alto potencial el crecimiento econó-
vivencia de proyectos aparentemente in- mico”. Esto se ha hecho, como en el caso
compatibles” (Bidaurratzaga, 2002: 8-11). del Tratado de Libre Comercio de Nortea-
Otra característica de este nuevo regiona- mérica (NAFTA) o del Acuerdo de
lismo es que admite la participación con- Cooperación de Asia Pacífico (APEC) par-
junta de economías con distinto nivel de tiendo desde cero, dando vida a un nuevo
desarrollo, de economías tanto del Norte proyecto integrador. Otros, como en el caso
como el Sur. de la UE con el grupo de los países ACP,
lo hacen mediante el establecimiento de
Los Estados africanos han firmado todo acuerdos regionales entre grupos regio-
tipo de acuerdos externos que deben ser nales ya consolidados tanto en el Norte
integrados colectivamente. Además de como en el Sur (Bidaurratzaga, 2002: 10).
(a) los acuerdos multilaterales en el mar-
co de la OMC, han firmado (b) acuerdos de
asociación con la UE, en el marco de sus I.4. La financiación del desarrollo
relaciones con los países de la zona África y la integración regional
Caribe Pacífico (ACP), y (c) un número cre-
ciente de iniciativas bilaterales, con Esta- El renovado protagonismo de cierto tipo de
dos Unidos en el marco de la African integración regional se ve reflejado en las
Growth and Opportunity Act (AGOA), con políticas de desarrollo en el continente afri-
Japón en el marco de la Tokio Internacio- cano y en las líneas adoptadas en la nue-
nal Conference on African Development (TI- va agenda de la ayuda, en las tres líneas
CAD) e iniciativas con China, India o Bra- principales descritas por Maxwell: creci-
sil. (UNCTAD, 2009: 11). miento, empoderamiento y seguridad
(Maxwell, 2003). En el año 2000, la Decla-
Los “acuerdos de integración regional ración del Milenio mencionaba, en su res-
Norte-Sur están actuando ahora en formas puesta específica para África, el “fomento
complejas con los esfuerzos de integración y apoyo a los mecanismos continentales y
económica africana y suman un elemento regionales de prevención de conflictos y
más” a la complejidad de la integración re- promoción de la estabilidad política”. Más
gional (UNCTAD, 2009). Se están creando adelante, la Resolución adoptada en la
a pesar de la tendencia alcista de los in- Cumbre del Milenio de 2005 insistía en la
tercambios comerciales intra-africanos y necesidad de reforzar las relaciones entre
del fortalecimiento de los vínculos institu- las Naciones Unidas y las organizaciones
cionales de las regiones. “La lógica de este regionales y subregionales en relación
movimiento obedece al interés de los con la aplicación del Capítulo VII de la Car-
países del Sur por tener acceso a países de ta de las Naciones Unidas (Cumbre de Ka-
altos niveles de renta y unos mercados aún nanaskis, 2002). Otra de las prioridades de
fuertemente protegidos en determinados los donantes es el buen gobierno político

77
Lourdes Benavides de la Vega

y económico y el fortalecimiento de capa- ve, crear marcos comunes institucionales


cidades de los grupos regionales. En esos y legales en áreas como la administración
años se insiste, especialmente desde el G8, de aduanas, las políticas de competencia
en todos los aspectos relacionados con de- y la regulación de los recursos comunes
mocracia, derechos humanos, el Meca- (como la pesca) y desarrollar soluciones
nismo de Revisión por los Pares continental para los problemas transfronterizos de
(African Peer Review Mechanism del NE- salud” (World Bank, 2005). En el mismo
PAD) o la lucha contra la corrupción. Des- sentido, la estrategia para el fomento de la
de la perspectiva económica, los miembros integración regional del Banco Africano de
del G8 se comprometieron a apoyar toda Desarrollo está orientada en dos pilares
iniciativa destinada a reforzar las institu- fundamentales que reflejan aquellas áreas
ciones regionales en los sectores clave para en las que el Banco tiene competencias es-
la liberalización comercial, como la in- pecíficas: las infraestructuras regionales,
fraestructura, el agua, la seguridad ali- por un lado, y el fortalecimiento de la ca-
mentaria, la energía, las telecomunicacio- pacidad institucional y la promoción del co-
nes y la sostenibilidad ambiental. En defi- mercio, por otro.
nitiva, desde el cambio de milenio, los prin-
cipales países donantes apoyan de forma Se recogen los planes de apoyo a los blo-
decidida las iniciativas regionales que im- ques regionales en los sectores de la edu-
plican mayor acceso a los mercados, eli- cación, la salud, la igualdad de género y el
minación de barreras arancelarias y no fomento del crecimiento económico (em-
arancelarias, tanto en África como hacia las presa privada, agricultura sostenible, inte-
importaciones del resto del mundo. gración regional y aumento del comercio
sur-sur), pero esos aspectos ocupan un me-
La ayuda se ha destinado en especial a los nor rango, considerándose generalmente
sectores mencionados: la Ayuda al Co- ámbitos de aplicación de nivel nacional más
mercio (Aid for Trade), la seguridad, el for- que regional (Benavides, 2008: 9).
talecimiento de las instituciones, a través
de las Comunidades Económicas Regio- Merece especial mención el alcance de la
nales (CER) y de la UA, en línea con lo afir- ayuda al comercio. Esta incluye el apoyo
mado por Maxwell sobre la nueva agenda a las políticas y regulaciones comerciales,
de la ayuda y desde una perspectiva re- por un lado, y el fomento del comercio
gional. Se ha traducido también en la pre- mediante la promoción de inversiones y
paración de los Documentos Regionales de el análisis para el fortalecimiento institu-
Lucha contra la Pobreza, con el apoyo del cional y de mercado. En su sentido más
Banco Mundial. amplio, se integran en este capítulo las in-
versiones en infraestructuras para el co-
El Plan de Acción para África del Banco mercio, el refuerzo de la capacidad pro-
Mundial prevé una línea destinada al apo- ductiva, el ajuste ligado al comercio, etc.
yo a la integración regional, con especial En 1994, ya representaba un 22,9% del to-
hincapié en “construir y mantener las in- tal de la AOD de los países donantes de la
fraestructuras en los ejes comerciales cla- OCDE y se estima que podría llegar a al-

78
La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África

canzar el 30% del total de AOD en 2010 amenazadas con la aparición de nuevos ac-
(OECD, 2006: 13). tores y socios para el continente africano.
China, entre otros países, emerge como un
El inicio de la Ronda de Doha en 2001 ad- actor significativo en el escenario africano,
mite la importancia del comercio como me- con un volumen comercial y de inversio-
dio para aliviar la pobreza. Los defensores nes en constante y rápido aumento. La cre-
de la Ayuda al Comercio argumentan que ciente competición con China –con unas
la capacidad de los países en desarrollo de importaciones de petróleo africano que pa-
aprovechar el acceso a mercados que saron de representar un 10,1% en 1995 a
ofrece la Ronda de Doha se ve “obstacu- significar un 30,3% en 2005 (García, 2008:
lizado por una serie de cuellos de botella 5)– es para la UE un motivo importante
del lado de la oferta, costes, impedimen- para reforzar relaciones políticas con Áfri-
tos administrativos e instituciones débiles”. ca. Europa necesita asegurar un marco de
La ayuda al comercio consiste por tanto en estabilidad económica en sus relaciones bi-
financiar la eliminación de los frenos al co- laterales. Y que duda cabe que en un
mercio (infraestructura, capacidad pro- mundo de relaciones cambiantes, el con-
ductiva…) y los costes de ajuste (IFPRI, tinente africano ha ganado peso geoes-
2007). Oficialmente, se integró en la agen- tratégico, como proveedor de recursos
da de la OMC en 2005 y la propuesta de que energéticos y por los retos que plantea en
los gobiernos de la OMC financiaran un pa- el ámbito de la estabilidad internacional
quete de Ayuda al Comercio pasó a formar (movimientos migratorios, comercio ilíci-
parte de las negociaciones. to y narcotráfico, inseguridad y redes
transnacionales).

II. LAS NUEVAS RELACIONES ENTRE Ante la emergencia de países como China,
LA UNIÓN EUROPEA Y ÁFRICA Brasil o India, cada vez más presentes en
el continente, la cooperación entre países
La UE es el principal socio de África en tér- y regiones plantea nuevos riesgos y opor-
minos comerciales. El 85% de las expor- tunidades para unos y otros. Los Estados
taciones africanas de algodón, frutas y le- africanos han adaptado sus estrategias na-
gumbres se destinaban en 2005 a la UE cionales, ganando espacios políticos (po-
(Comisión de las Comunidades Europeas, licy spaces) y, buscando en la diversifica-
2005). La inversión y las importaciones eu- ción de las relaciones, nuevas oportuni-
ropeas son también considerables y re- dades. “Los acuerdos de integración se han
presentaban 146.000 millones (2007) y configurado en poderosos instrumentos
158.000 millones de euros para el conti- mediante los cuales los países industriali-
nente (2008), respectivamente (EUROSTAT, zados compiten entre sí para expandir o for-
2009). Sin olvidar que UE en su conjunto talecer sus áreas de influencia política y
es también el primer proveedor de AOD. económica hacia sus respectivas periferias,
con el fin de ampliar mercados, expandir
Estas relaciones privilegiadas y marcadas sus inversiones y mejorar sus niveles de
por los fuertes vínculos históricos se ven competitividad” (Bidaurratzaga, Marín,

79
Lourdes Benavides de la Vega

2006: 195). La UE ha buscado adaptarse a países del grupo ACP. Firmado en el año
través de iniciativas como el Acuerdo de 2000, con una duración prevista de veinte
Cotonú, los Acuerdos de Asociación Eu- años, su objetivo es la reducción de la po-
ropea (EPA, por sus siglas en inglés) o la breza basada en el desarrollo sostenible y
Estrategia Conjunta UE-África. A diferencia la integración progresiva de los países ACP
de China o incluso Estados Unidos, prin- en la economía mundial.
cipalmente interesados en el acceso a sus
materias primas, la apuesta europea por La cooperación ACP-UE en la era de Cotonú
África se enmarca dentro de un marco de se basa en unos principios fundamentales
relaciones que pretende ser más amplio. Di- que son: la igualdad de los socios en el diá-
cho marco integra ayuda y comercio como logo político, la participación de la socie-
los dos pilares fundamentales de la dad civil, el sector privado y los gobiernos
cooperación entre Europa y África y se basa locales, y la diferenciación y regionalización
en el fortalecimiento de un regionalismo en función de los niveles de desarrollo, del
abierto que fomente la inserción de África diagnóstico de necesidades y evaluación de
en la economía mundial. También se en- los resultados. Estos fundamentos suponen
marca en la nueva agenda de desarrollo y cambios substanciales en relación con el
apuesta por el establecimiento de un diá- anterior periodo de los Convenios de
logo político y la definición de políticas de Lomé, por el fortalecimiento de la dimen-
reducción de la pobreza, desde perspecti- sión política, la integración de nuevos ac-
vas regionales. tores en la planificación de la ayuda, el di-
seño de una política comercial compatible
con la OMC y la programación de la ayu-
II.1. La transformación de las relaciones da en base a resultados y eficacia en la ges-
euroafricanas: el Acuerdo de Cotonú tión (ECDPM, 2001).

En 1996, la Comisión Europea iniciaba una El Acuerdo de Cotonú se basa en dos gran-
reflexión sobre sus relaciones con los des pilares: el comercio y la ayuda (ya des-
países de la zona África Caribe Pacífico de el periodo de los Convenios de Lomé se
(ACP). La publicación del Libro Verde so- consideraban inseparables).
bre las Relaciones entre la Unión Europea
y los países ACP en los albores del siglo En el marco de la cooperación económica
XXI – Desafíos y Opciones para una Nue- y comercial, Cotonú sustituye el régimen
va Asociación abría el debate sobre la fase de preferencias arancelarias no recíprocas
siguiente a los Convenios de Lomé, basa- que prevalecía con los Convenios de Lomé
do en la experiencia de los 25 años de por un nuevo marco recíproco de relacio-
cooperación entre las dos regiones. nes comerciales a través de la negociación
de EPA con grupos regionales. De esta for-
Como resultado de esa reflexión surge el ma, la UE privilegia el establecimiento de
Acuerdo de Cotonú, el nuevo marco de acuerdos con áreas regionales, en esencia
cooperación económico, político y social de zonas de libre comercio. En teoría, los
los entonces 15 países de la UE y los 77 países ACP pueden optar por no formar

80
La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África

parte de dichas áreas pero eso supondría 2005 con el Consenso Europeo sobre
para ellos la pérdida de los privilegios del Desarrollo (EU, 2006), incluyendo nuevos
régimen de preferencias actuales; con la ex- compromisos internacionales (ODM, Con-
cepción de los países en desarrollo que senso de Monterrey, Declaración de París)
pueden elegir el Sistema de Preferencias y nuevas cuestiones (seguridad y desarrollo,
Generalizadas (SPG) de la UE, que con- “Estados frágiles”).
templa reducciones de tarifas y exenciones
menos generosas que en el caso de los
Convenios de Lomé. II.2. El diálogo político: las Cumbres
UE-África
Por el lado de la ayuda, el Acuerdo consiste
en ayuda técnica y financiera a través de ci- La Cumbre de El Cairo en 2000 diseñó el
clos quinquenales del Fondo Europeo de marco en el que se inscribe el diálogo po-
Desarrollo (FED). La ayuda se canaliza lítico intercontinental, basado en líneas de
bien a través de subvenciones destinadas prioridades comunes: la paz y la seguridad,
a financiar programas de desarrollo a lar- el buen gobierno, la integración regional
go plazo (a través de los Programas Indi- africana, la inserción de África en la eco-
cativos Nacionales o Regionales), bien a tra- nomía global y los temas clave de la agen-
vés del fondo de inversiones. La principal da del desarrollo (deuda, medioambiente,
novedad, en este caso, es el fin del siste- seguridad alimentaria y retorno del patri-
ma de “derecho” (entitlement) a la ayuda monio cultural robado). Desde el mo-
que prevalecía con los Convenios de Lomé mento en que se inició, las relaciones han
y el principio de las asignaciones presu- ido fortaleciéndose, con una creciente for-
puestarias ligadas a objetivos y resultados, malización de los intercambios, la creación
con el Acuerdo de Cotonú. Esto, para al- de instrumentos europeos de ámbito con-
gunos expertos, aporta amplias mejoras en tinental o el refuerzo de la cooperación en
el sentido de la eficiencia, la limitación de algunas cuestiones clave, como las mi-
las condicionalidades impuestas por los do- graciones.
nantes y su transformación en un conjun-
to de objetivos y criterios de eficacia y re- Hubo que esperar siete largos años para la
sultados consensuados (Mackie, 2006). organización de la Cumbre UE-África de Lis-
boa, en 2007. Y en esos años fueron mu-
A finales de 2005, tal y como está previs- chos los cambios y acontecimientos tanto
to en la cláusula de revisión (Art. 95), se en Europa como en África. El Consejo Eu-
aprobaron algunas enmiendas al Acuerdo ropeo había adoptado en 2005 una nueva
de Cotonú, en las que se refuerza la di- Estrategia para África, que trataba de dar
mensión política y se añaden aspectos re- coherencia al conjunto de las relaciones ex-
lacionados con la seguridad y su relación teriores de la UE con el continente y evitar
con el desarrollo. La revisión pretendía ade- la fragmentación de políticas. Dicha es-
cuar la cooperación con África con el mar- trategia conformaba un “marco global, in-
co general de la estrategia para el tegrado y enfocado a largo plazo” para las
desarrollo de la UE, que fue revisado en relaciones entre ambos continentes, en el

81
Lourdes Benavides de la Vega

que fomentar el crecimiento económico e ner un salto cualitativo en las relaciones po-
interconectar África es parte de los objeti- líticas entre los dos continentes, y que de-
vos, entendiendo que esto facilitaría un en- bía abordar una larga lista de cuestiones es-
torno propicio a la realización de los ODM tratégicas, no se vio acompañada de los
(Comisión de las Comunidades Europeas, planes y medios necesarios. Los amplios
2005). Esa espera no se podía dilatar más objetivos no se correspondían con los re-
allá de 2007, a pesar de la molesta pre- cursos financieros y humanos movilizados
sencia para algunos líderes europeos de para su implementación.
ciertos mandatarios africanos.
En Lisboa se sentaban también las bases
La Cumbre de Lisboa pretendía dar un paso institucionales del diálogo, con la celebra-
más hacia una nueva asociación euroafri- ción de Cumbres bianuales de jefes de Es-
cana, en pie de igualdad, con la formula- tado y de Gobierno y el fortalecimiento de
ción de un amplio marco, una Estrategia las relaciones entre UE y UA, la celebración
Conjunta UE-África que guiara las relacio- de troikas ministeriales semestrales, de reu-
nes en todos los niveles: nacional, regional niones regulares de las dos Comisiones, y
y continental. La Estrategia abarca varios de relaciones reforzadas entre Parlamen-
temas estratégicos para ambos continen- to Europeo y Parlamento y entre Consejos
tes: (i) la paz, la seguridad, (ii) el buen go- Económicos y Sociales.
bierno y los derechos humanos, (iii) el co-
mercio, la integración regional y la inter- Desde entonces, en algunos ámbitos como
conexión de las infraestructuras y (iv) la paz y la seguridad, el cambio climático,
“otras cuestiones claves para el desarrollo”. o las cuestiones energéticas y de la socie-
Este último punto recoge diversas cues- dad de la información, se han promovido
tiones: los ODM, asuntos bilaterales prio- algunas mejoras y avances. La arquitectura
ritarios, como la energía o las migraciones, institucional también ha dado algunos
y una agenda multilateral común en lo re- frutos pero se enfrenta con las limitaciones
ferente a cambio climático, inseguridad glo- de las CER, el mandato restringido de la Co-
bal o crimen organizado. La nueva Estra- misión de la UA, la lentitud y complejidad
tegia Conjunta UE-África debía convertir- en la movilización de la troika, los débiles
se en una plataforma para la ayuda euro- procesos de consulta y la falta de claridad
pea, por la vía de los fondos FED, el pre- en los intereses continentales comunes. En
supuesto comunitario y los programas este corto periodo de tiempo, se observa
bilaterales. Tres años es un periodo limi- que los avances son pocos y poco dife-
tado para hacer balance del amplio marco rentes de los que ya existían anteriormente
político acordado, con objetivos tan am- (IEEI, ECDPM, EARB, 2010).
plios como “tratar a África como a una
sola”, “fortalecer la integración regional y Del lado europeo, las políticas hacia Áfri-
continental en África” o “proveer un mar- ca presentan incoherencias. La actitud de
co de referencia a largo plazo para las re- la UE en las negociaciones y el estableci-
laciones África-EU”. Sin embargo, la am- miento de la agenda, o la imposición de
bición de una estrategia que debía supo- plazos son percibidos por los africanos

82
La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África

como desviados de la idea de una asocia- taron a favor de una racionalización del do-
ción (partnership) entre iguales (EARN, cumento firmado en Lisboa, se ha adop-
2007). Las agendas de seguridad y co- tado un borrador conjunto de “Opciones
mercio, prioritarias para los europeos, para mejorar la implementación de la Es-
han seguido arrinconando otras cuestiones trategia Conjunta África-UE” que está
consideradas centrales por los africanos. siendo discutido en el momento de escri-
Las iniciativas políticas destacadas en la Es- bir este artículo. Este rechaza enmendar el
trategia Conjunta UE-África tienden a en- texto aprobado el Lisboa y propone que
fatizar las prioridades europeas y no apor- permanezcan todas las áreas temáticas en
tan propuestas nuevas en aquellas mate- el mismo nivel de prioridad, adaptando al-
rias en las que existían divergencias (Be- gunos mecanismos para orientar el nuevo
navides, 2007). Pero son sobre todo los Plan de Acción hacia áreas de interés en las
EPAs los que minaron la posibilidad de cre- que hubiera suficientes actores y recursos
ar un auténtico marco político. “Europa y implicados.
África no han tratado lo suficiente o fran-
camente las divergencias de visión en las Entre los retos, estará también exponer y
cuestiones centrales del marco de asocia- abordar las divergencias en los enfoques
ción”. Sigue habiendo una tendencia en europeos y africanos sobre integración re-
querer despolitizar el debate sobre aque- gional, comercio y desarrollo así como in-
llos asuntos controvertidos y recubrirlo de tegrar la agenda de los EPA en la Estrate-
visiones y enfoques técnicos (EARN, 2007). gia Conjunta y sus Planes de Acción.
El propio proceso de redacción de informes
de seguimiento lo demuestra, con largas
descripciones de listas de actividades, ho- II.3. Los Acuerdos de Asociación
jas de ruta, fases y medidas de apoyo así Económica (EPA)
como expectativas y retos futuros. Los in-
formes sobre comercio e integración re- La principal razón aludida por la UE para
gional se extienden en actas de reuniones, el establecimiento de los EPA es la nece-
programas y actividades específicas, pero saria compatibilidad de los acuerdos entre
no abordan las dificultades y tensiones en- regiones con la normativa de la OMC
tre las partes en relación con las EPA. Sor- (además de otros argumentos sobre los es-
prendentemente, a pesar de ser la cuestión casos resultados de Lomé, que según la Co-
más estratégica y sensible en las relacio- misión Europea, favorecieron en África sis-
nes entre ambas regiones, formalmente no temas productivos poco competitivos). La
son parte del marco de la Estrategia Con- UE y los ACP consiguieron una derogación
junta (IEII, EDCPM, 2010:12-13). de la OMC que fue extendida en Doha has-
ta el 31 de diciembre de 2007, año en el que
Los retos que se presentan por tanto en la terminaba el régimen del IV Convenio de
tercera Cumbre de jefes de Estado y de Go- Lomé. Los EPA se regirán por el artículo
bierno de la UE y África que se celebrará XXIV del GATT (punto 2.1.2) y no por la
en estos días en Trípoli son ingentes. A pe- “cláusula de habilitación”, que permite a
sar de las numerosas voces que se levan- los países industriales conceder preferen-

83
Lourdes Benavides de la Vega

cias unilaterales únicamente a los Países Algunos de los elementos divergentes


Menos Adelantados o a todos los países en más evidentes fueron:
desarrollo.
• El desacuerdo de las partes negociadoras
Los EPA están orientados hacia el fomen- sobre los requisitos mínimos en términos
to del desarrollo sostenible y el creci- de políticas, instituciones y recursos ne-
miento económico basado en la promoción cesarios para que los EPA redunden en
del comercio y la integración del continente desarrollo económico y capacidad ex-
en la economía mundial. Están vinculados portadora;
a un apoyo claro a la integración regional • La heterogeneidad de las regiones (PMA
y la negociación con grupos regionales, se o no e igualdad de trato para una región),
basan en la reciprocidad, por tanto en la que se suma a la ausencia de coherencia
progresiva desaparición de las restriccio- entre los EPA y las CER;
nes al comercio y el establecimiento de zo- • La insuficiente capacidad negociadora de
nas de libre comercio compatibles con los los grupos subregionales, unida a las di-
acuerdos de la OMC y en la diferenciación ficultades institucionales y financieras y
y el trato especial en función de los distintos los retrasos en la aplicación de medidas
niveles de desarrollo, en particular en el a escala nacional;
caso de los Países Menos Adelantados • La falta de análisis de impacto por sectores
(PMA), los países sin acceso directo al mar y de tiempo para definir las listas de pro-
y las islas (Bilal, 2006). ductos sensibles y fijar periodos de tran-
sición suficientes;
La primera fase de las negociaciones co- • Las dificultades encontradas para activar
menzó en septiembre de 2002 e implicó a mecanismos de participación de los ac-
todo el grupo de los países ACP y la Co- tores no estatales; el Acuerdo de Cotonú
misión Europea. A continuación, la Comi- especifica que es responsabilidad com-
sión Europea comenzó a negociar con partida entre la UE y los países ACP que
seis grupos de los países ACP (de los cua- los actores no estatales participen en las
les cuatro en África Subsahariana), nego- negociaciones;
ciaciones que, según lo previsto, debían • La falta de transparencia en los procesos
concluir con la entrada en vigor de los EPA y avances en las negociaciones, por par-
el 1 de enero de 2008. Los grupos regio- te de la UE especialmente;
nales africanos están centrados en CO- • El bloqueo de la Ronda de Doha, que de-
MESA (Mercado Común de África Oriental bía ser el marco de los compromisos in-
y Austral), SADC, CEMAC y la CEDEAO (Co- ternacionales con el desarrollo y de fle-
munidad Económica de Estados de África xibilidad.
Occidental), aunque no se corresponden
exactamente con dichas CER. Una vez que no se cumplió el objetivo de
tener firmados EPA o EPA interinos en to-
En líneas generales, el proceso de nego- das las regiones antes del 1 de enero de
ciación fue un proceso complejo, largo y 2008 (el único grupo regional que firmó un
con no pocas tensiones en su última fase. EPA interino en los plazos previstos fue el

84
La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África

CARIFORUM), las negociaciones han con- mentaria nacionales o de fortalecimiento


tinuado bilateralmente y con los grupos re- de la integración regional.
gionales. No se integraron las propuestas
de la UA o el Banco Mundial de ampliar el En lugar de consolidar las relaciones eco-
plazo más allá de 2007, a pesar de que el nómicas entre la UE y África, los EPA han
Artículo XXIV es suficientemente impreci- sido un continuo motivo de tensiones. Una
so y únicamente menciona un “periodo ra- serie de contenciosos no resueltos per-
zonable” para la firma del acuerdo regio- manecen encima de la mesa en relación,
nal. La Comisión Europea rechazó toda al- por ejemplo, con el acceso al mercado afri-
ternativa, que el Acuerdo de Cotonú pre- cano y los plazos para la liberalización, la
veía, pero accedió a flexibilizar algo su po- inclusión de la cláusula de la nación más
sición ofreciendo acuerdos progresivos, favorecida, la cuestión de las salvaguardias
compatibles con la OMC, que abarcaran para la agricultura y la seguridad alimen-
únicamente el comercio de bienes en una taria, las medidas para acompañar los
primera etapa. EPA, etc. Por último, los EPA constituyen
un elemento suplementario de complejidad
Todos los países que han firmado un EPA en los procesos regionales y al llamado
interino se han beneficiado de acceso libre “spaghetti bowl” de la integración (referi-
de impuestos y contingentes. La UE ha fir- do al solapamiento de varias CER y a las
mado EPAs o EPAs interinos con 36 de los múltiples membresías de algunos países),
77 países del grupo ACP. Para los otros 41 al no coincidir con los espacios regionales
países, la alternativa es el SPG, excep- en construcción.
tuando los 10 PMA, de entre los 41, a los
que se aplica la iniciativa “Todo Menos Ar-
mas” (“Everything But Arms”- EBA), que II. 4. La programación regional
permite la entrada, libre de gravámenes, de de la ayuda europea
todos sus productos al mercado europeo
(ECDPM, 2010). Como complemento de los EPA está el ca-
pítulo de la ayuda del Acuerdo de Cotonú.
En la actualidad, hay una fatiga importan- Entre las innovaciones y mejoras introdu-
te en relación con unas negociaciones cidas están (i) la apropiación y la progra-
que comenzaron hace ocho años y en las mación conjunta, el refuerzo del diálogo po-
que han primado, por un lado, la falta de lítico y la toma conjunta de decisiones, (ii)
flexibilidad por parte de la UE en relación la asignación de recursos basada en crite-
con la aplicación de las cláusulas previstas rios de necesidades y de resultados, (iii) la
en los EPAs y una interpretación desme- concentración sectorial, (iv) la formulación
dida de las reglas de la OMC y, por otro, conjunta de los documentos de estrategia
desde los países del grupo ACP, la volun- nacionales y regionales, y (v) la flexibilidad
tad de conservar un espacio de decisión de los mecanismos, en particular de los
(policy space) que no comprometa el futuro programas indicativos, de modo que los
de las políticas de industrialización, la pro- fondos concedidos se adecuen en función
tección de la agricultura y la seguridad ali- de los resultados y la realización de revi-

85
Lourdes Benavides de la Vega

siones periódicas que permiten decidir de do más amplio (de un total de 7.127 mi-
nuevas asignaciones de fondos (Rasmusen, llones de euros) entre 2005 y 2007 (Com-
Scout, 2006). mission of the European Communities,
2009) y la integración regional representa
Para promover la integración regional en un capítulo cada vez más importante de la
África Subsahariana, los fondos FED son el agenda de Ayuda al Comercio.
principal instrumento financiero (además
del Instrumento de Cooperación para el La agenda euro-africana es coherente con
Desarrollo de Sudáfrica). La programación las principales líneas de la nueva agenda
del 10º FED preveía un presupuesto desti- de la ayuda: el crecimiento económico (a
nado al comercio y la integración regional través del fomento del comercio), el for-
de 457 millones y 400 millones de euros a talecimiento institucional y la definición de
través de los Programas Indicativos Re- políticas públicas acordes con el marco li-
gionales y Nacionales respectivamente, beralizador de la OMC y, por último, la se-
para el periodo 2008-2013. También el guridad. En el centro está la integración re-
Acuerdo de Asociación para Infraestruc- gional, objetivo central de una visión en la
turas que se firmó en Lisboa en la Cumbre que ayuda y comercio deben llevar al
de 2007 incluye una cantidad sustancial de desarrollo y a la reducción de la pobreza.
recursos para su implementación en Áfri-
ca y entre África y Europa. Buena parte de
estos fondos provienen del 10º FED, com- III. CONCLUSIONES
pletados por el Fondo Fiduciario de In-
fraestructura UE-África, que combina sub- Desde hace unos años, la integración re-
venciones y créditos del Banco Europeo de gional ha recuperado un protagonismo im-
Inversiones, en asociación con el Banco portante en el debate sobre el desarrollo en
Africano de Desarrollo. el continente africano y en las relaciones
entre África y otros bloques regionales. La
Además, la UE prometió, en 2005, que UE considera que es un elemento poten-
2.000 millones de euros de asistencia se- ciador de estabilidad política, de desarrollo
rían destinados anualmente a los países sostenible y de reducción de la pobreza.
ACP para la promoción del comercio en Con el Acuerdo de Cotonú, se ha conver-
2010. Esta promesa de la UE y los países tido en un objetivo estratégico que guía la
miembros casi se alcanzó en 2007, cuan- política comercial, la asistencia financiera
do el total de los compromisos de los es- y el diálogo político. Sin embargo, la vin-
tados miembros ascendieron a 960 millo- culación de las tres patas –ayuda, comer-
nes, mientras que la UE transfería 890 mi- cio y marco político– está resultando ser un
llones. Supuso un punto crucial de la últi- proceso lleno de obstáculos, en las rela-
ma fase de la negociación de los EPA y res- ciones entre la UE y África. Un proceso des-
pondía a las peticiones de los países afri- igual marcado, por un lado, por la depen-
canos frente a concesiones del ámbito co- dencia de la ayuda y la ausencia de espa-
mercial. África recibió de la UE un 43,9% del cio para la toma de decisiones políticas, y
total de la ayuda al comercio en su senti- por otro, por la imposición de una agenda

86
La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África

marcada por los intereses europeos en las comercio, en el marco del diálogo político.
cuestiones comerciales, de inversión en La agenda euro-africana tiende a poner en
sectores energéticos y en seguridad, entre un segundo plano las cuestiones relacio-
otros, en un contexto de creciente com- nadas con la equidad y los mecanismos de
petición con otros bloques regionales. Las redistribución y compensación para aque-
tensiones y los retrasos en las negocia- llos países o áreas que no pueden competir
ciones de los últimos años muestran los lí- en las mismas condiciones que las eco-
mites del proceso en su conjunto, y pare- nomías más fuertes.
ce que el status quo esté siendo por el mo-
mento, la mejor alternativa.
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tiene un enfoque aperturista, alejado de las Adesina O, J. (2009), “Replanteamiento de la in-
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89
5. COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y DONANTES EMERGENTES
EN ÁFRICA: ¿QUÉ PAPEL PARA LA UNIÓN EUROPEA?
Ignacio Suárez Fernández-Coronado*

A lo largo de las siguientes páginas se tra- I. LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL


tará de contribuir a una mejor compren- PARA EL DESARROLLO EN ÁFRICA:
sión de algunas de las claves que han mi- TENSIONES Y OPORTUNIDADES EN UN
nado la eficacia de la cooperación inter- ESCENARIO DE GRAN COMPLEJIDAD
nacional para el desarrollo en África. Del
análisis de las políticas de cooperación El surgimiento de las primeras aproxima-
adoptadas a lo largo de las últimas déca- ciones hacia la cooperación internacional,
das, se constata la dificultad que éstas han que encuentran su principal referente en el
encontrado para articular una agenda contexto de la reconstrucción posbélica tras
propia, ajena al complejo entramado de di- la segunda Guerra Mundial y en el Plan
námicas e intereses que integran la acción Marshall de los Estados Unidos, coincide
exterior de los países donantes. con los procesos de descolonización e in-
dependencia que tienen lugar en nume-
Asimetría y heterogeneidad han sido rosos países africanos (Alberdi y Alcalde,
constantes en este proceso. Las relaciones 2006: 223).
de cooperación no se han planteado a par-
tir de una relación de asociación entre igua- Se produce así una coincidencia que con-
les y la agenda ha sido tradicionalmente vierte al continente africano, muy posible-
definida desde los países del norte, sin te- mente, en el caso más paradigmático a la
nerse en cuenta las diversas realidades que hora de analizar y comprender la evolución
se dan cita en el continente africano. A su que han experimentado las estrategias de
vez, el papel protagónico ha sido atribui- desarrollo. Es por ello que la cooperación
do al Estado y la participación de la so- internacional, con sus contradicciones, fra-
ciedad civil ha sido muy limitada. Como re- casos y éxitos, se escenifica en África me-
sultado, las estrategias de desarrollo han jor que en ningún otro lugar.
presentado dos déficit fundamentales: la
falta de legitimidad y de eficacia. El presente hace honor a lo ocurrido en el
pasado. África es de nuevo el escenario en
En la actualidad asistimos a nuevas apues- el que se dan cita las tensiones derivadas
tas orientadas a salvar dichas carencias, de un complejo entramado de intereses, de
cuyo análisis resulta procedente tanto a la distintas concepciones en cuanto a cuál
luz de la tradicional cooperación norte- debe ser el modelo de desarrollo y el pa-
sur como de la llevada a cabo por los lla- pel de las políticas de cooperación.
mados donantes emergentes. Con ello, tra-
taremos de definir las implicaciones y re- Los ingredientes son en buena medida los
tos que se plantean desde la perspectiva mismos y, cabría argumentar, que en el
de la política de cooperación para el fondo pocas cosas han cambiado. Pero es
desarrollo de la Unión Europea. cierto que contamos con nuevas dinámi-
cas y actores, lo que podría abrir una ven-
tana de oportunidad para enmendar el

* Responsable del Programa de Eficacia de la Ayuda. Fundación Carolina-CeALCI.

91
Ignacio Suárez Fernández-Coronado

rumbo tras más de cinco décadas de in- merciales, siendo el caso más visible el re-
fructuosas políticas de cooperación. Una lativo al control de los recursos naturales.
vez más se cumple la paradoja, y el conti- El descubrimiento de importantes reservas
nente más empobrecido ejerce una irre- de petróleo y de minerales, unido a la pers-
sistible atracción que congrega a las prin- pectiva de su explotación, ha suscitado el
cipales potencias del actual orden inter- interés de estados y compañías del norte.
nacional. Si bien es cierto que las actividades ex-
tractivas son ajenas a las políticas de
Volviendo la vista atrás, son numerosos los cooperación, éstas generan una serie de
argumentos que sustentan las distintas ex- efectos perniciosos que menoscaban los
plicaciones en torno a la realidad del con- esfuerzos en favor de la articulación de es-
tinente africano y a sus desafíos en mate- trategias efectivas de desarrollo. Así se ar-
ria de desarrollo. No es el objetivo del pre- gumenta a través de modelos como el de
sente artículo ahondar en los mismos, la “maldición de los recursos”, cuya prin-
pero sí cabe, para enmarcar el análisis que cipal premisa es que cuando los estados
sigue, referirse a una serie de factores que obtienen importantes ingresos en proce-
podrían arrojar luz acerca del contexto ac- dencia de fuentes externas, como la ex-
tual que enfrenta la cooperación interna- plotación de yacimientos mineros, los res-
cional en África. ponsables políticos tienen menor necesi-
dad de rendir cuentas o recaudar impues-
Una primera constatación relevante es la tos, haciendo que dichos estados sean más
dificultad que han encontrado las políticas propensos al rentismo, la debilidad insti-
de cooperación para definir una agenda tucional, la corrupción, la inestabilidad
propia (el llamado “policy space”). Su política o a la aparición de conflictos vio-
evolución ha ido de la mano de los cam- lentos (Di John, 2009: 17)1.
bios que han experimentado las relaciones
internacionales, y en consecuencia, “se han En el plano comercial, el impacto de las po-
visto influidas en su impacto e importan- líticas de cooperación también se ha visto
cia por otras políticas e intereses” (Alber- afectado por la puesta en marcha de prác-
di y Alcalde, 2006: 221), lo que ha deter- ticas proteccionistas por parte de los países
minado en buena medida las aproxima- del norte, orientadas a favorecer la com-
ciones adoptadas desde la cooperación in- petitividad de sus productos tanto en el
ternacional. mercado interno como en el internacional.
Ello ha dificultado, entre otros aspectos, un
En el caso africano, una de las principales mayor desarrollo y presencia de los países
motivaciones para la entrada en escena de africanos en los mercados internacionales,
actores externos han sido los intereses co- por medio de la exportación de ciertos pro-

1En esta línea, también se habla de la existencia de una “maldición de la ayuda” (Alonso y Garcimartín, 2010),
al considerar que cuando ésta sobrepasa cierto umbral tiene efectos negativos sobre la calidad institucional
del país que la recibe; en esta línea, Knack también apunta que los países que reciben importantes volúmenes
de ayuda los niveles de gobernabilidad tenderían a ser más bajos (Knack, 2000).

92
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?

ductos en cuya producción poseen venta- concreto, al control del terrorismo inter-
jas comparativas. El establecimiento de re- nacional. Así, se toma conciencia del po-
glas comerciales más justas, donde todos tencial alcance global de problemáticas que
los países y regiones vean reflejadas sus as- tienen lugar en un contexto concreto, y por
piraciones, ha ido ganando terreno y es tanto, de la necesidad de hacer frente a las
considerado por muchos, a día de hoy, el mismas desde ámbitos como las políticas
gran desafío para sentar las bases de un de cooperación. De manera más reciente,
desarrollo efectivo. Refleja mejor que nin- la seguridad también ha cobrado particu-
gún otro ámbito la dificultad de conciliar los lar presencia en las políticas de cooperación
intereses de unos y otros, en una comple- en África en el contexto del control de la pi-
ja partida que se juega en las negociacio- ratería o de los flujos migratorios, dando
nes que tienen lugar en el marco de la Or- pie, en este último ámbito, a la conclusión
ganización Mundial del Comercio, cuya úl- de acuerdos que combinan elementos
tima ronda, orientada expresamente al propios de la cooperación para el desarrollo
desarrollo (“Ronda de Desarrollo de Doha”), con aspectos migratorios. La agenda de se-
se encuentra estancada a la espera de al- guridad pasa a convertirse, por tanto, no
canzar un acuerdo que sea aceptado por to- sólo en un pilar estratégico de las estrate-
dos. El hecho de ser el continente más em- gias de desarrollo, sino también en uno de
pobrecido, implica la dificultad de que los los principales desafíos para la eficacia de
intereses africanos se vean reconocidos al las políticas de cooperación2.
mismo nivel que los de los países más
avanzados, lo que acrecienta la vulnerabi- Un segundo aspecto a destacar es que las
lidad de África frente a este proceso. políticas y relaciones de cooperación y
desarrollo se han caracterizado por su
Por otro lado, las políticas de cooperación naturaleza “estatocéntrica” y asimétrica,
también se han visto influidas por la lla- con un fuerte sesgo hacia los intereses de
mada “securitización” de la agenda global. los donantes.
Durante años, los llamados “Estados frá-
giles” o “Estados fallidos”, surgidos en dis- La agenda africana ha venido determina-
tintos lugares de África durante la guerra da en gran medida por los paradigmas de
fría, no recibieron la debida atención por desarrollo impulsados por los países del
parte de la comunidad internacional. La norte a lo largo de varias décadas. De al-
progresiva consolidación del proceso glo- guna manera, en épocas tardías del esta-
balizador, sumado al contexto resultante do colonial, con la transformación de la ad-
los atentados del 11 de septiembre en Nue- ministración propia de dicho periodo en de-
va York, tuvo como consecuencia la intro- partamentos de cooperación internacional,
ducción en las políticas de cooperación de las antiguas metrópolis sentaron las bases
orientaciones geoestratégicas vinculadas para continuar ejerciendo su influencia
a atender las amenazas a la estabilidad que (Campos, 2006: 67-68). Desde entonces, los
podrían suponer dichos Estados y, en Estados africanos, ya independientes, han

2 Para un análisis más extenso de la problemática de los Estados frágiles en África, véase: González Aimé, 2008.

93
Ignacio Suárez Fernández-Coronado

sido testigos de distintas tendencias que, A partir de dicha constatación, dos ele-
en mayor o menor medida, han presidido mentos han ido adquiriendo creciente re-
las estrategias de desarrollo: el impulso del levancia en tanto que pilares de todo en-
crecimiento económico a través de la mo- foque orientado a hacer frente a los retos
dernización y la inversión; la consideración de desarrollo del continente. Por un lado,
del Estado como garante y motor de los el hecho de que desarrollo únicamente pue-
procesos de desarrollo; el auge de la ayu- de partir del reconocimiento de los dere-
da al desarrollo; sus primeros síntomas de chos y libertades del individuo, y consi-
fatiga; el énfasis en el libre mercado y los guientemente, del pleno ejercicio de estos.
Programas de Ajuste Estructural; la prio- Sólo a partir de la existencia de sociedades
rización de las necesidades sociales bási- democráticas, donde la ciudadanía pueda
cas del individuo y el surgimiento del participar y exigir responsabilidades, exis-
concepto de “desarrollo humano”; o más tirá una rendición de cuentas efectiva don-
recientemente, la agenda de los Objetivos de los gobernantes respondan por sus ac-
del Milenio y de la eficacia de la ayuda. tos y den cumplimiento a las demandas y
necesidades de la sociedad. Y por otro lado,
El fracaso dominante en este conjunto de –pese a las deficiencias de un Estado ba-
enfoques encontraría su explicación, como sado en gran medida en la herencia de la
señala Campos, en el hecho de tratarse de época colonial– la asunción de que éste
modelos impuestos desde arriba, que no constituye el pilar a partir del cual deben
tienen en cuenta la realidad de los ciuda- definirse buena parte de las soluciones a
danos, sus decisiones y preferencias, es- las problemáticas del continente.
tando por tanto desprovistos de legitimidad;
modelos que no conducirían a nada si no Conscientes de ello, las políticas de
se sustentan en dinámicas sociales y polí- cooperación internacional incorporaron
ticas (Campos, 2006: 69-71). A su vez, dicha como eje la gobernabilidad, entendida
imposición presenta, en muchos casos, una como “la cualidad de una comunidad po-
doble dimensión: un componente norte- lítica según la cual sus instituciones de go-
sur, a través de los modelos promovidos bierno actúan eficazmente dentro de su es-
por los donantes en los países receptores pacio, de un modo considerado legítimo
de ayuda; y otra interna, acometida por el por la ciudadanía” (Arbós y Giner, 1993:
propio Estado frente a la sociedad. 13). De los dos componentes esenciales del
concepto, legitimidad y eficacia, se deriva
En este sentido, diversos autores se refie- que la gobernabilidad va más allá de la con-
ren a la existencia de una falta de conexión secución de instituciones y normas efecti-
entre el Estado y la ciudadanía (Campos, vas, haciendo referencia también a la
2006: 65), frente a la que los individuos op- puesta en marcha de procesos justos, a la
tarían por la puesta en práctica de “estra- protección de los derechos humanos y li-
tegias de supervivencia” (Kabunda, 2009: bertades fundamentales, o a una partici-
106) dirigidas a paliar las lagunas y defi- pación más amplia en las instituciones y
ciencias del Estado para dar respuesta a sus normas que inciden en la vida de los ciu-
necesidades. dadanos (PNUD, 2002: 2-3). En el caso de

94
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?

África, la gobernabilidad se asoció a la con- De manera reciente, la asimetría ha pene-


dicionalidad política, evolucionando desde trado con fuerza en las políticas de
su versión “coercitiva”, basada en “cláu- cooperación en el contexto de los procesos
sulas democráticas” de dudosa eficacia, ha- de integración regional que presiden las re-
cia una “condicionalidad positiva”, en vir- laciones interafricanas. Desde distintos
tud de la cual la gobernabilidad se convierte organismos internacionales y Estados, las
en un elemento más de las políticas de relaciones de cooperación se han articu-
cooperación, que pasan a incorporar como lado, en ámbitos como el comercial, en tor-
objeto los aspectos fundamentales del no a una dinámica de negociaciones e in-
funcionamiento del Estado (Alberdi y Al- terlocuciones paralelas con los distintos
calde, 2006: 231). bloques regionales africanos. Es cierto
que ello ha permitido atender a ciertas es-
Por último, cabe señalar que la naturaleza pecificidades y avanzar en cuestiones en las
“estatocéntrica” y asimétrica de las rela- que no existía un “consenso africano”, sus-
ciones de cooperación se ha visto agrava- citando la tensión de optar entre el prag-
da en su complejidad por la heterogeneidad matismo o la cohesión del continente.
y diversidad del continente africano. África Pero dicho enfoque adolece, de nuevo, de
se compone de un crisol de culturas y etnias, un marcado carácter “estatocéntrico”, al no
que en muchos casos no fueron tomadas en ser las prioridades definidas producto de
cuenta en los procesos de independencia y la interacción de los diferentes sectores de
en la construcción de los Estados que re- la sociedad.
sultaron. En este contexto, la propuesta de
soluciones globales que no han tenido en Los factores descritos siguen siendo, sin lu-
cuenta la diversidad sociopolítica y cultural gar a dudas, variables clave en el desarrollo
africana ha mermado la eficacia de la africano y en las políticas que puedan
cooperación internacional. Volviendo a la acompañar dichos procesos desde el ex-
idea de gobernabilidad, la legitimidad y la terior. Pero también se constata la aparición
convivencia democrática encuentran uno de de nuevos ingredientes que alimentan el
sus pilares clave en el establecimiento de debate en torno al papel de las políticas de
procesos justos y equitativos, en los que el cooperación y a como éstas pueden con-
conjunto de actores presentes en un con- tribuir más eficazmente.
texto determinado participen y ejerzan el li-
derazgo en la identificación de las necesi- La diferencia cualitativa es que la
dades y en la implementación de las refor- cooperación promovida desde los países
mas que correspondan. Ello implica que no del norte ya no es la única presente en el
sólo exista una “apropiación nacional” de continente africano. Por razones diversas,
las estrategias de desarrollo, sino más bien han ido cobrando presencia nuevos países,
una “apropiación democrática a nivel local”, en procedencia del llamado sur, que pro-
basada en un enfoque participativo, en el mueven sus propias visiones del desarrollo.
diálogo constructivo y en la interacción de El resultado es una fuerte competencia en-
las diferentes fuerzas sociales (Revilla y Suá- tre viejos y nuevos actores por ocupar los
rez, 2010: 19). espacios existentes, a lo que subyace un

95
Ignacio Suárez Fernández-Coronado

debate de fondo en torno a cuál debe ser económica internacional. El mandato


el modelo de desarrollo y las iniciativas a derivado de la Declaración de París sobre
promover desde las políticas de Eficacia de la Ayuda del año 2005 incide
cooperación. Sobre las inciertas conse- en el protagonismo y liderazgo de los
cuencias de este proceso para el continente países socios a la hora de definir y eje-
africano, trataremos de profundizar a con- cutar sus estrategias de desarrollo (“apro-
tinuación. piación” y “alineamiento”)3. De igual
manera, surge como respuesta a la ne-
cesidad de racionalizar la complejidad de
II. LA EFICACIA PARA EL DESARROLLO un sistema que se ha visto agravada con
EN ÁFRICA: LA COOPERACIÓN la incorporación de nuevos actores. Así,
TRADICIONAL FRENTE A LOS a la tradicional cooperación acometida
DONANTES EMERGENTES por Estados y organismos internaciona-
les, se ha sumado la impulsada desde
otros ámbitos de los países del norte,
II.1. Nuevas dinámicas a la luz de la como entes descentralizados, privados u
agenda de la eficacia de la ayuda organizaciones de la sociedad civil, así
como la llevada a cabo en el marco de un
África sigue siendo el principal laboratorio creciente número de iniciativas lanzadas
de los nuevos paradigmas de las políticas en el plano multilateral. Pese a las bue-
de cooperación impulsados por los do- nas intenciones, esta proliferación de do-
nantes del norte. En un intento por en- nantes ha traído como consecuencia
mendar el rumbo y aplicar las lecciones una notable fragmentación y dispersión
aprendidas a lo largo de varias décadas, la de esfuerzos, frente a la que la agenda de
cooperación tradicional viene apostando la eficacia pretende promover la armo-
desde hace unos años por un modelo que nización y coordinación de la acción de
centra su atención en el incremento su im- los donantes4.
pacto.
La propia realidad del continente ha dado
Las nuevas visiones del desarrollo aban- pie a que la llamada agenda de la eficacia
deradas desde el norte encuentran uno esté presente en África más que en ningún
de sus principales referentes en la lla- otro lugar. África Subsahariana constitu-
mada “agenda de la eficacia de la ayuda”, ye, según todos los indicadores, la región
cuyo mensaje de fondo cobra mayor re- más pobre del mundo. En ella se en-
levancia en el contexto de la actual crisis cuentran 22 de los 24 países de desarrollo

3 “Apropiación” y “alineamiento” son dos de los cinco principios enunciados por la Declaración de París. En

virtud del primero, los países socios deben ejercer una autoridad efectiva sobre sus políticas y estrategias de
desarrollo, al tiempo que coordinan el conjunto de acciones orientadas al desarrollo; por su parte, el principio
de “alineamiento” establece que los donantes deben basar todo su apoyo en las estrategias, instituciones y
procedimientos nacionales de desarrollo de los países socios.
4
Tal es el objetivo del principio de “Armonización”, enunciado igualmente por la Declaración de París, cuyo
objetivo es que las acciones de los donantes sean más armonizadas, transparentes y colectivamente eficaces.

96
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?

humano bajo (Naciones Unidas, 2009). Al donantes. Como consecuencia, desde nu-
mismo tiempo, se trata de la principal re- merosos países del sur se plantean dudas
gión receptora de Ayuda Oficial al acerca de la legitimidad de una agenda que
Desarrollo y donde existe una mayor consideran poco participativa y represen-
presencia de donantes, tanto en número tativa. De igual manera, se critica su alto
como en variedad5. Es, en definitiva, el lu- contenido técnico y la falta de avances en
gar donde más se han puesto de mani- su implementación práctica.
fiesto las carencias de las políticas de
cooperación, y por tanto, donde resulta Por otro lado, se ha venido señalando el
más factible extraer lecciones y más ur- hecho de que la Declaración de París sigue
gente llevarlas a la práctica. En términos apostando por el Estado como actor prin-
prácticos, la hoja de ruta de París se ha tra- cipal de la cooperación para el desarrollo
ducido en algunos aspectos concretos. (Alberdi y Alcalde, 2008: 239). Consciente
Así, se han impulsado nuevas modalida- de esta realidad, la agenda está evolucio-
des de cooperación como el apoyo pre- nando, y con el Programa de Acción de Ac-
supuestario o el enfoque sectorial6, ejer- cra de 2008 se revierte en cierta medida di-
cicios de programación conjunta por par- cho enfoque. Accra apuesta por una ma-
te de varios donantes, o se han impulsa- yor participación de la ciudadanía, la ren-
do esquemas de cooperación delegada, en dición de cuentas ante el parlamento, o la
virtud de los cuales un donante cede a otro toma en consideración de otras modali-
el liderazgo en la ejecución de sus fondos dades de cooperación como la que tiene
al considerar que dispone de una mayor lugar entre los países del sur. En cualquier
experiencia y un mejor conocimiento de caso, los progresos son tímidos hasta el
la realidad local. momento y la participación de la sociedad
civil sigue siendo limitada, lo que consti-
Pese a su juventud, son varios los cues- tuye uno de los principales lastres para la
tionamientos que pesan sobre la agenda de puesta en marcha de una agenda de
París. Es vista por muchos como un mo- desarrollo efectiva. Se espera que con la
delo impuesto desde el norte, fruto de los nueva edición del Foro de Alto Nivel que
acuerdos alcanzados en un directorio res- tendrá lugar en Corea del Sur a finales del
tringido, el Comité de Ayuda al Desarrollo presente año se pueda seguir avanzando
de la OCDE, que agrupa a los principales en esta dirección.

5 Por continentes, la AOD neta total destinada a Asia en 2009 (44.159 millones de dólares EE.UU) superó sen-

siblemente a la destinada al continente africano (44.005 millones). No obstante, la región subsahariana aglu-
tina una inmensa mayoría de ésta última (39.000 millones), lo que sumado al hecho de que la población asiática
casi cuadriplica a la africana, permite considerar a África Subsahariana en la principal región destinataria de
la cooperación internacional (OCDE-CAD, 2010). Asimismo, en la mayoría de países de la región Subsahariana
están presentes 25 o más donantes (OCDE-CAD: 2009).
6
Se considera apoyo presupuestario a cualquier tipo de contribución financiera al presupuesto del país receptor,
ya sea en términos generales (apoyo presupuestario general), o dirigido a un sector concreto (apoyo presu-
puestario sectorial). Por su parte, el enfoque sectorial constituye el proceso orientado a que los recursos financieros
que gobierno y donantes dedican a un sector concreto respondan a una política, un plan de actuación y un plan
de gastos único, bajo el liderazgo del país receptor de los fondos que es quien los gestiona.

97
Ignacio Suárez Fernández-Coronado

II.2. Donantes emergentes timos tiempos se constata el surgimiento


y cooperación sur-sur de un debate renovado, que toma como
punto de partida el potencial de esta mo-
En paralelo a los nuevos paradigmas que dalidad para adaptarse a las necesidades
informan las estrategias de la cooperación de países que presentan realidades simi-
tradicional, una nueva realidad se ha hecho lares. Entre sus ventajas, se destaca su me-
presente en el continente africano. El fra- nor coste económico, un impacto más rá-
caso de los modelos de cooperación tra- pido y directo sobre la población benefi-
dicional promovidos desde el norte se ha ciaria, o un mayor respeto hacia los prin-
combinado con el auge de una serie de cipios de soberanía y no injerencia en los
países que, por sus caracteres, han ido ad- asuntos internos (Lengyel, 2009: 37-38).
quiriendo la condición de potencias glo-
bales. Una de sus principales particulari- Desde distintas instancias internacionales
dades radica en el hecho de disponer de se ha puesto de manifiesto la relevancia de
importantes masas de población, y por con- esta aproximación a las relaciones de
siguiente, de mercados internos de gran- cooperación en el continente africano. En
des dimensiones. Ello, sumado a las re- su Informe “Cooperación Sur-Sur: África
formas que han ido acometiendo en el pla- y los nuevos modelos de partenariados
no económico, se ha traducido en unas ta- para el desarrollo”, la Conferencia de Na-
sas de crecimiento muy por encima de la ciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo
media, que han encontrado en el contex- (UNCTAD) da la bienvenida al fortaleci-
to de la globalización el marco propicio miento de las relaciones entre África y los
para continuar su senda hacia el desarrollo donantes emergentes, al estimar que po-
económico. En buena medida, las necesi- drían contribuir a diversificar las fuentes de
dades derivadas de este proceso han tenido financiación para el desarrollo, al desarrollo
como consecuencia el incremento de su de capacidades productivas, y en definiti-
proyección exterior, alentados por la bús- va, al crecimiento sostenible y a la reduc-
queda de nuevos mercados e inversiones. ción de la pobreza (UNCTAD, 2010: 26).
Y, como parte de esta dinámica, dichos
países se han ido convirtiendo en provee- En el caso de África, los principales acto-
dores de cooperación para el desarrollo – res emergentes que desarrollan operacio-
sin perder su condición de receptores-, dan- nes de cooperación sur-sur son China, In-
do lugar a una nueva realidad, la de los do- dia o Brasil, junto a la “solución” regional
nantes emergentes, que orientan sus es- representada por Sudáfrica. Al no formar
trategias en torno a modalidades basadas parte del Comité de Ayuda al Desarrollo de
en el modelo sur-sur. la OCDE y no regirse por los criterios es-
tablecidos por este en cuanto a qué se con-
La cooperación sur-sur no es un fenóme- sidera AOD, resulta difícil determinar las
no novedoso, al remontarse sus orígenes cantidades que destinan a cooperación in-
a varias décadas atrás, con el Plan de Ac- ternacional para el desarrollo. Además, en
ción de Buenos Aires del año 1978 como la mayoría de los casos no proporcionan
principal referente. Sin embargo, en los úl- información de este tipo, por lo que los da-

98
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?

tos existentes deben ser tomados con ra en África, que se traduce en unas im-
cautela. Según las estimaciones disponi- portantes relaciones comerciales y en
bles, la ayuda destinada a África en pro- una puerta de entrada para sus empresas,
cedencia de los principales países del sur con gran potencial para generar produc-
ascendió a unos 2.800 millones de dólares tos innovadores adaptados al continente
estadounidenses en 2006, en torno al 6% africano9. En el caso de Brasil, África re-
del total de la AOD al continente africano, presenta cerca del 7% de las importacio-
cantidad que debería incrementarse muy nes y en torno al 6% de las exportaciones
sustancialmente si tenemos en cuenta los brasileñas10, a lo que se une la existencia
compromisos adquiridos por dichos países de lazos históricos y culturales, especial-
en los últimos años (UNCTAD, 2010: 52)7. mente con la Comunidad de Países de
En cualquier caso, si a dichas cifras su- Lengua Portuguesa. Y finalmente, Sud-
mamos las derivadas de las respectivas re- áfrica constituye la primera potencia eco-
laciones comerciales bilaterales8, existen nómica del continente, con importantes in-
elementos suficientes para considerar a di- tereses geopolíticos y económicos, si-
chos donantes como actores de gran re- tuación que aspira a consolidar frente a la
levancia en el desarrollo económico y so- entrada en escena de actores externos.
cial del continente.
Pese a los rasgos distintivos de las inter-
Las motivaciones que llevan a estos venciones acometidas por los distintos do-
países a incrementar su presencia en nantes emergentes, sus estrategias res-
África son diversas. En el caso de China ponden, a grandes rasgos, a unos carac-
o India, están asociadas a claves internas teres comunes.
derivadas de la necesidad de expandir sus
mercados y de cubrir las demandas de im- En primer lugar, las relaciones se articu-
portantes sectores de la población que lan en torno a modelos de asociación e in-
emigran del campo a la ciudad. África tercambio mutuo, excluyendo en la ma-
constituye, por ejemplo, un pilar clave de yoría de los casos la injerencia en los asun-
la estrategia china de seguridad energé- tos internos de los países africanos. Se
tica, y es, a día de hoy, uno de los princi- parte, por tanto, de modelos de relación
pales proveedores de petróleo del gi- de carácter horizontal, basados en inte-
gante asiático. India, por su parte, tiene reses mutuos y más alejados de las con-
desde hace décadas una notable diáspo- cepciones asistencialistas que han ca-
7 Dicha cifra incluye la ayuda prestada por China (2.300 millones de dólares); Kuwait, Arabia Saudita y Emi-
ratos Árabes Unidos (290 millones); Brasil (96 millones); Corea del Sur (47 millones); Turquía (24 millones); e
India (11 millones).
8
El volumen estimado de las relaciones comerciales bilaterales en el periodo 2000-2008 habría oscilado en los
siguientes términos: China (de 8.000 millones de dólares a 93.000 millones); India (de 7.300 a 31.000); o Brasil
(26.000 millones en 2008). En el caso de la UE en su conjunto, el volumen de las relaciones comerciales ascendió
a 100.000 millones de dólares en 2008 (UNCTAD, 2010).
9
Ciertos productos de bajo coste desarrollados en el mercado indio podrían tener buena acogida en África.
Por ejemplo, India está desarrollando ordenadores portátiles con un precio estimado de 27 euros.
10
Artículo en El País, 15 de agosto de 2010.

99
Ignacio Suárez Fernández-Coronado

racterizado la intervención de los donan- tivo, frente al énfasis en los sectores so-
tes tradicionales. ciales que caracteriza la cooperación de los
donantes del CAD. De igual manera, aun-
Uno de los aspectos que se deriva de este que a veces motivada por la búsqueda de
enfoque es que el apoyo que se presta no recursos naturales, la cooperación sur-
se condiciona, en la mayoría de los casos, sur en ocasiones dirige sus esfuerzos a Es-
al cumplimiento de requisitos en el ámbi- tados frágiles o en conflicto que no suelen
to político. Al desvincular la provisión de tener acceso a financiación internacional
cooperación del cumplimiento de ciertos (donor orphans). Otros rasgos caracterís-
criterios en materia de democracia, dere- ticos de la cooperación de los donantes
chos humanos o de la puesta en marcha de emergentes en África son la prevalencia de
reformas económicas, se desarrolla una re- los créditos frente a las donaciones, y la pri-
lación más operativa no sujeta a poten- macía del enfoque proyecto sobre el en-
ciales conflictos en torno a ámbitos sensi- foque programa (UNCTAD, 2010), modali-
bles. Sin embargo, en ocasiones existirían dad esta última que viene cobrando un auge
condicionalidades “no políticas”, como el considerable en el caso de la cooperación
acceso a recursos naturales por parte del tradicional.
donante o la compra de sus bienes y ser-
vicios, y el apoyo financiero prestado está Por último, en tercer lugar, con su inter-
estrechamente vinculado a actividades vención en África los donantes emergen-
comerciales e inversoras (UNCTAD, 2010: tes pueden demostrar las virtudes de los
62). Este último aspecto constituye un modelos de desarrollo implantados en
claro obstáculo para la definición de una sus respectivos países, de experiencias con
agenda de cooperación propia, e implica la cierto grado de éxito nacidas del sur, que
sumisión de esta a intereses financieros y sin tratar de ser impuestas, ponen de ma-
comerciales, lo que a la luz de la expe- nifiesto la viabilidad de un desarrollo so-
riencia de la cooperación tradicional, no se cioeconómico no vinculado necesaria-
ha traducido necesariamente en mayores mente a una relación de dependencia res-
impactos de desarrollo11. pecto de los donantes.

En segundo lugar, los sectores y áreas Todo ello conduce, en definitiva, a una dia-
priorizados por los donantes emergentes, léctica atractiva para los Estados africanos,
así como los instrumentos y modalidades preferida a la que ha existido con los do-
utilizados, no se corresponden necesa- nantes tradicionales; y, al tiempo, les per-
riamente con los impulsados por la mite liberarse de la dependencia respecto
cooperación tradicional. Así, la cooperación a estos al tener la posibilidad de acceder a
emergente tiende a focalizar su apoyo en otras fuentes de financiación más laxas en
los sectores de infraestructuras y produc- cuanto a sus condiciones.

11En sentido contrario, se alega que los flujos de cooperación podrían tener un efecto catalizador sobre el co-
mercio y las inversiones, promoviendo el crecimiento y el ahorro doméstico que resultarían a largo plazo en
una menor dependencia de dichos flujos (UNCTAD, 2010: 56).

100
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?

II.3. La presencia china en África te que oscila desde los buenos ojos con que
es vista por muchos países africanos, a las
El caso de la presencia china en África re- críticas vertidas sobre la misma, que cabría
quiere especial consideración. Pekín se ha resumir en los siguientes aspectos.
lanzado sin tapujos al impulso de una rela-
ción estratégica con respaldo al más alto ni- Primero, se cuestiona seriamente que su
vel político, que se traduce en una intensa presencia en el continente esté desligada
agenda de contactos bilaterales y en un cre- de intereses políticos y que realmente no
ciente liderazgo en el continente. La estra- exista injerencia en los asuntos internos. En
tegia china ha encontrado una de sus piedras ocasiones, el apoyo chino parece estar con-
angulares en la toma de posiciones en un dicionado por consideraciones políticas (no
amplio elenco de sectores poco atractivos existen relaciones de cooperación con los
(agricultura, infraestructuras rurales, etc.), tra- Estados africanos que reconocen a Taiwán)
dicionalmente descuidados por los inver- y su toma de posición en torno a ciertos te-
sores occidentales pero de gran importan- mas podría estar motivada por intereses
cia para el desarrollo, que a largo plazo le geoestratégicos (por ejemplo, el aprovi-
proporcionan acceso a la explotación de va- sionamiento energético jugaría un papel
liosos recursos y a asegurarse el aprovisio- importante a la hora definir su posiciona-
namiento interno de petróleo y otras mate- miento frente al conflicto sudanés).
rias primas (Ríos, 2006: 1).
Segundo, la provisión de financiación para
Las ventajas de la estrategia china se ma- grandes obras de infraestructuras lleva apa-
ximizan por el hecho de contar con un fuer- rejada en muchos casos su ejecución por par-
te respaldo del Estado12, a través de una te de mano de obra china, limitando las po-
emigración vinculada a grandes contratos sibilidades de crear empleo a nivel local y por
de trabajos públicos y de la entrada de pro- tanto de generar un tejido productivo en el
ductos de pequeños empresarios, cuya re- seno de los propios países africanos. Se cues-
lación calidad-precio difícilmente tiene tiona, además, la calidad de las obras pu-
competidores en el mercado africano. A su blicas acometidas, que en muchos casos pre-
vez, la política de inversiones se ve favo- sentan prontos indicios de degradación.
recida por la fragilidad política de los
países africanos y la debilidad de su so- Tercero, el recurso a las fórmulas de
ciedad civil (Ríos, 2006: 3). cooperación basadas en créditos13 podría
conducir a un agravamiento de la proble-
En cualquier caso, la intervención de Chi- mática del endeudamiento de los países
na en África es objeto de un prolijo deba- africanos, que a largo plazo se verían obli-

12 Un ejemplo sería el uso que China hace de los bancos de exportación e importación como canales para la pro-
visión de cooperación para el desarrollo, a diferencia de los donantes tradicionales que lo hacen a través de sus
propias agencias de desarrollo sin mezclar fondos de cooperación con canales comerciales (UNCTAD, 2010: 54).
13
En el periodo 2001-2007, un 50% de la cooperación china destinada a infraestructuras en África Subsahariana
fueron créditos, un 44% créditos a la exportación, un 5% Inversión Extranjera Directa y sólo un 1% subvenciones
(Foster et al., 2008. Citado en UNCTAD, 2010).

101
Ignacio Suárez Fernández-Coronado

gados a invertir para su reembolso im- de tengan cabida tanto los donantes tra-
portantes recursos que mejor servirían para dicionales como los emergentes, y de
cubrir otras necesidades de la sociedad. modalidades como la cooperación sur-sur
y la cooperación triangular14.
La estrategia china en África presenta, en
definitiva, numerosos claroscuros. Son La relación entre donante tradicional y
muchos sus defensores al igual que sus emergente está sujeta a importantes ten-
detractores, pero ejemplifica, en cual- siones. Uno de los principales cuestiona-
quier caso, las complejas dinámicas que mientos que pesan sobre los donantes
se dan cita en el continente africano en lo emergentes es su falta de compromiso con
que a la presencia de actores externos se los consensos internacionales en materia
refiere. de eficacia de la ayuda, en concreto: pres-
tar en términos inapropiados, agravando la
problemática del endeudamiento; incre-
II.4. Donantes tradicionales frente a mentan la problemática de la proliferación
donantes emergentes: ¿Qué modelo de donantes y la consecuente fragmenta-
para África? ción y dispersión de esfuerzos; generan di-
visiones entre los países socios respecto al
Como se señalaba, la confrontación entre compromiso con la agenda internacional de
la cooperación norte-sur y la cooperación la eficacia de la ayuda; intervienen de ma-
sur-sur remite a dos maneras distintas de nera poco transparente; o subordinan la
entender las relaciones de cooperación. cooperación a los intereses de la política ex-
Diversos autores se refieren a la existen- terior (Lengyel, 2009: 38)15. En sentido in-
cia de una brecha entre la realidad de la verso, los donantes emergentes reivindican
cooperación internacional para el su derecho a definir sus propias estrategias
desarrollo, que adopta variantes y formas de cooperación, sintiéndose poco identifi-
no tradicionales, y la doctrina formulada cados, como se apuntaba previamente, con
desde el CAD (Lengyel y Malacalza, 2009). la doctrina emanada del Comité de Ayuda
Tal desconexión constituiría la principal di- al Desarrollo de la OCDE.
ficultad para alcanzar un consenso en tor-
no a un modelo único de desarrollo y del Así las cosas, resulta difícil determinar cuál
papel de las políticas de cooperación, don- de los dos modelos resulta más apropia-

14 La cooperación triangular es una modalidad por la que se establece una relación de cooperación por la que
un país donante dirige sus ayudas a un país en desarrollo con la participación de un tercer país que ejerce un
papel de liderazgo en la canalización de los recursos. En África, Brasil destaca por su participación en iniciati-
vas de cooperación triangular con donantes tradicionales.
15
Algunos autores se refieren a la oposición que podría existir en ciertos países que desarrollan cooperación
sur-sur a comprometerse en el diálogo político a nivel de país para coordinar y armonizar su cooperación mien-
tras el marco de referencia y la terminología sea la utilizada por el CAD. Frente a la doctrina formulada desde
el CAD estos países podrían estar interesados a remitir este tipo de debates a foros más representativos y le-
gítimos, como el Foro de Cooperación para el Desarrollo del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas
(Ayllón, 2009: 4-7).

102
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?

do en el caso africano. Cada uno presen- de democracia o derechos humanos, no


ta sus particularidades y ventajas, y se- parecen precisamente pasos en la buena
guramente ambos deban coexistir man- dirección.
teniendo sus espacios propios. Pero hay
un aspecto que es aplicable tanto a do- Pese a las incertidumbres presentes en sen-
nantes tradicionales como emergentes: das modalidades, el futuro de las políticas
la necesidad de aprender de los errores de cooperación debe construirse a partir de
y aplicar las lecciones aprendidas en el la articulación de relaciones complemen-
pasado. tarias entre la cooperación norte-sur y la
sur-sur; articulando espacios de diálogo y
En el caso de la cooperación norte-sur, de coordinación entre ambas y con los países
los errores propios. Avanzar en la agenda socios, incluyendo la toma en considera-
de la eficacia parece un buen camino, pero ción de esquemas de cooperación trian-
debe superarse su perfil tecnocrático y do- gular; fortaleciendo las capacidades y el li-
tarla de un carácter más representativo, re- derazgo de los países receptores de fondos;
mitiendo los debates, si fuese necesario, a identificando el valor añadido de cada
foros donde el conjunto de países impli- uno; evitando la instrumentalización por
cados tengan voz y voto. parte de la política exterior y la sumisión
a otros intereses; en definitiva, orientando
Por otro lado, en lo que se refiere a la la cooperación a la consecución de resul-
cooperación desarrollada por los donantes tados de desarrollo.
emergentes, evitando caer en los errores
cometidos por las políticas de cooperación
en el pasado. La cooperación sur-sur es una III. ÁFRICA EN LA POLÍTICA DE
realidad y puede deparar interesantes be- DESARROLLO
neficios, pero resulta necesario que se vea DE LA UNIÓN EUROPEA
guiada por intereses de desarrollo y que no
sea utilizada como arma para exhibir las ca- ¿Cómo se posiciona la Unión Europea
rencias de la cooperación tradicional y las ante la realidad descrita? ¿Existe una es-
virtudes de los actores emergentes. En este trategia propia de cooperación hacia el
contexto, los rasgos distintivos de la continente africano? ¿Cuál es, en su caso,
cooperación sur-sur en África no parecen su valor añadido frente a los donantes
corresponderse con prácticas que hayan emergentes? o ¿Qué implicaciones tiene
producido resultados positivos en el pa- el marco resultante del Tratado de Lisboa?
sado, algunas de las cuales se apuntaban
en el primer epígrafe. La confusión entre Pese a ser parte integrante de la tradicio-
objetivos de cooperación e intereses co- nal cooperación norte-sur, la política de
merciales; la apuesta por los créditos y el desarrollo de la Unión Europea presen-
escaso peso de las donaciones; el carácter ta una naturaleza dual que la dota de un
ligado de la ayuda; la primacía del enfoque elemento diferencial. Coexisten la “coope-
proyecto sobre la ayuda programática; o la ración comunitaria”, desarrollada por la Co-
escasa importancia atribuida a cuestiones misión Europea, con las políticas bilatera-

103
Ignacio Suárez Fernández-Coronado

les de cooperación de los Estados miem- III.1. ¿Hacia un enfoque estratégico


bros, cuyos enfoques varían según el caso de las relaciones birregionales?
y se ven influenciados por intereses propios
de la acción exterior, vínculos históricos y La Unión Europea observa con ciertos re-
culturales, o motivaciones de índole co- celos el auge de las relaciones económi-
mercial. A su vez, la Unión cuenta con el cas y comerciales de nuevos actores
marco intergubernamental establecido como China, India o Brasil, y en particu-
por los tratados, así como con una serie de lar, la incidencia que ello puede tener en
acuerdos orientados a definir objetivos co- sus relaciones con África. Esta nueva re-
munes (Consenso Europeo de Desarrollo) alidad ha actuado como revulsivo para
o a la armonización e incremento de la efi- que la Unión se replantee su estrategia ha-
cacia del conjunto de la cooperación eu- cia el continente africano y el marco por
ropea (Código de Conducta sobre com- el que se rigen las relaciones entre ambas
plementariedad y división del trabajo en- regiones.
tre donantes).
Un primer aspecto que llama la atención es
Con esta complejidad como telón de fondo, que, hasta épocas recientes, la UE no
la Unión Europea persigue como objetivo haya optado por formular una estrategia
el incremento de su presencia en el sistema global hacia el conjunto del continente afri-
global y la difusión de los valores que le son cano. Es cierto que, este enfoque, ha venido
propios16. Ello ha llevado a Europa a definir motivado por la diversa realidad de un con-
un marco de relaciones con las distintas re- tinente que engloba naciones con dispares
giones del planeta, que en la actualidad se niveles de desarrollo socioeconómico y con
ven influidas por una serie de factores tan- muy diversas idiosincrasias desde el pun-
to exógenos como endógenos. Entre los pri- to de vista cultural. Ello llevó a considerar
meros, destacan las dinámicas aparecidas de manera diferenciada, por un lado, al Me-
con la aparición en escena de los donantes diterráneo y el norte de África (en una sub-
emergentes. A la incidencia de éstos sobre división que agrupa al Magreb y al Más-
el papel de la UE en la escena global, se su- hreq) y, por otro, al África Subsahariana,
man los procesos de integración regional donde se concentran la mayoría de países
que tienen lugar a nivel intra-africano, o la del planeta con peores indicadores so-
asunción de los nuevos paradigmas que cioeconómicos.
presiden las políticas de cooperación para
el desarrollo; entre los segundos, Europa Como resultado, las relaciones UE-África
debe hacer frente a los retos derivados de se han caracterizado tradicionalmente por
la puesta en marcha del Tratado de Lisboa, su fragmentación en distintos marcos de
con importantes implicaciones para su ac- cooperación, que cabría agrupar en torno
ción exterior y su política de desarrollo. a tres grandes bloques:

16En virtud de dicho enfoque, la Unión Europea actuaría en la esfera de las relaciones internacionales como
“potencia civil” (civilian power), promoviendo los objetivos que le son propios por medio de instrumentos
blandos (soft power) y no a través de medios militares.

104
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?

• El Acuerdo de Cotonou, firmado en el año pasar a una relación entre iguales, en la lí-
2000, que tradicionalmente ha regulado nea de los enfoques adoptados por los do-
las relaciones entre la UE y 79 países de nantes emergentes. Sin embargo, en la prác-
África, Caribe y Pacífico (ACP) en ámbitos tica, su implementación plantea problemas
como el político, el comercial, o la de coherencia frente a otros procesos más
cooperación para el desarrollo. consolidados que discurren de manera pa-
ralela y que continúan evolucionando.
• La Unión para el Mediterráneo, resulta-
do del llamado Proceso de Barcelona, que El caso más claro es el Acuerdo de Cotonou.
regula el partenariado de la UE con el Nor- Pese al lanzamiento de la JAES, Cotonou
te de África y otros países del Mediterrá- continua siendo el principal instrumento de
neo, actualmente subsumido en la Polí- las relaciones UE-África, en cuyo marco se
tica Europea de Vecindad. articula el grueso de la financiación –a tra-
vés del Fondo Europeo de Desarrollo (FED)–
• La relación con Sudáfrica, articulada a tra- para la cooperación entre ambas regiones.
vés del Acuerdo de Comercio, Desarrollo Dicho acuerdo prevé, además, un proceso
y Cooperación, complementado poste- de revisiones periódicas que tienen lugar
riormente con el Partenariado Estratégi- cada cinco años, la última de las cuales,
co UE-Sudáfrica. completada en marzo de 2010, es conside-
rada por algunos como una “revisión lige-
Como medio para dar respuesta a esta frag- ra en la que no se entraron a discutir abier-
mentación y a reforzar su presencia en el tamente algunos de los principales desafí-
continente africano, la UE impulsó un en- os que afrontan las relaciones birregionales”
foque más estratégico de las relaciones en- (Bond y ECDPM, 2010: 13).
tre ambos continentes que tuvo como re-
sultado la Estrategia Conjunta UE-África El Acuerdo de Cotonou constituye también
(JAES, por sus siglas en inglés), lanzada en la base de las relaciones económicas y co-
el año 2007 en torno a ocho ejes17 y con- merciales entre ambas regiones. Ya en sus
cebida como medio para establecer un par- inicios incluía, como uno de sus elemen-
tenariado estratégico entre Europa y Áfri- tos clave, establecer un marco de relacio-
ca, basado en una visión conjunta y en nes comerciales entre la UE y los países
asuntos de interés común. ACP acorde con las reglas de la Organiza-
ción Mundial del Comercio, dados los
La JAES trata de articular en torno a un en- cuestionamientos políticos y legales que
foque más estratégico los marcos de pesaban sobre el sistema previo, basado
cooperación preexistentes. Refleja asimis- en el acceso preferencial a los mercados eu-
mo la intención de superar una visión ba- ropeos por parte de los países ACP. Se ini-
sada en la relación donante-receptor para ció así un proceso conducente a la con-

17Paz y seguridad; gobernanza democrática y derechos humanos; comercio, integración regional e infraes-
tructuras; Objetivos de Desarrollo del Milenio; energía; cambio climático; migración, movilidad y empleo; y
ciencia, sociedad de la información y espacio.

105
Ignacio Suárez Fernández-Coronado

clusión de acuerdos de libre comercio en- tienen lugar en el seno de la UA, al no ser
tre la UE y los países ACP, en el que, en lu- este necesariamente el foro en el que se de-
gar de optar por un régimen comercial úni- baten y discuten los problemas africanos
co, se favoreció la negociación de Acuer- y al carecer capacidades institucionales
dos de Partenariado Económico (EPA, por adecuadas. África experimenta su propio
sus siglas en inglés) a nivel regional (Bond proceso de cambio a nivel interno, y como
y ECDPM, 2010: 15). Desde entonces, se ini- señala Bello, “el proceso de fusionar y acla-
ció un proceso de negociaciones articula- rar las agendas panafricanas y sus posi-
do a través de seis agrupaciones de países ciones sobre diversas cuestiones sigue es-
ACP que afronta numerosas dificultades, y tando en una fase inicial” (Bello, 2010: 5).
cuyos efectos positivos en materia de Tras este complejo entramado de diálogo
desarrollo son seriamente cuestionados a distintos niveles, podría subyacer el
desde ciertas instancias. A día de hoy, no riesgo de que se entable una competencia
son sólo dos las regiones que han con- entre la Unión Africana y las comunidades
cluido un acuerdo con la UE18, sino que ade- económicas regionales –a los que cabría su-
más la negociación de dichos acuerdos se mar los organismos de integración regio-
ha convertido en el principal punto de con- nales– por captar la atención de la Unión
flicto en la relación birregional. Europea (Barrios, 2010: 3).

La fragmentación del enfoque europeo


también se ve agravada por la naturaleza III.2. Perspectivas a la luz del nuevo
de la interlocución establecida con los so- entramado institucional
cios africanos. A través de la JAES, la UE
apuesta por la Unión Africana (UA) como Un último factor susceptible de incidir so-
socio privilegiado, lo que responde a cier- bre las relaciones entre ambas regiones son
ta lógica, dado que, como señala Barrios, las dinámicas que tienen lugar en el seno
“la UE percibe la Unión Africana como re- de la propia UE. Europa se encuentra in-
flejo de su propia imagen ya que esta re- mersa en un intenso proceso de cambio
plica aspectos de las instituciones euro- como resultado de las modificaciones in-
peas” (Barrios, 2010: 1). Pero, sin embar- troducidas por el Tratado de Lisboa, que
go, la eficacia de dicha interlocución plan- contempla una serie de reformas que
tea problemas de incoherencia con la es- afectan a la acción exterior de la Unión y
tablecida a otros niveles, como en el caso a su política de desarrollo. En el caso con-
de la asociación ACP –que no incluye úni- creto de África, tal vez el aspecto más des-
camente países africanos– o de los EPA – tacable sea que las relaciones con los
articulada a través de diálogos con agru- países ACP dejarán de recibir un trata-
paciones regionales africanas–. La inter- miento diferencial específico. Con la crea-
locución UE-Unión Africana se ve además ción de la figura del Alto Representante de
dificultada por las dinámicas internas que la Unión de la Política Exterior y de Segu-

18Tal es el caso del Foro Caribeño de Países ACP (CARIFORUM) y de la Comunidad de Estados de África Orien-
tal, en este último caso de carácter interino.

106
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?

ridad Común y del Servicio Exterior Euro- bable disminución de fondos europeos de
peo, éste último asumirá las relaciones ex- cooperación en el contexto de la actual cri-
teriores de la UE, incluyendo las compe- sis económica, la AOD destinada al con-
tencias de programación y de dotación de tinente africano podría verse reducida sus-
recursos financieros bajo el Fondo Europeo tancialmente.
de Desarrollo. La tendencia apunta igual-
mente a una “regionalización” de la polí- • Por último, cabría esperar una priorización
tica exterior europea, lo que si bien podrá del componente comercial y económico
deparar ventajas de cara a dotar a las re- de las relaciones birregionales, en el que
laciones con África de un enfoque unifi- se prestaría atención prioritaria a aspec-
cado, implicará que los países ACP en- tos como los Acuerdos de Partenariado
contrarán mayores dificultades para prio- Económico.
rizar sus intereses frente a otras regiones
del mundo (Bond y ECDPM, 2010: 11).
III.3. Un incierto futuro para
En este contexto, Qobo plantea un posible las relaciones UE-África
escenario que apuntaría a un menor peso
de la política africana en las relaciones ex- Con este complejo marco de fondo, son
teriores de la UE con el marco resultante muchas las dudas que pesan sobre el fu-
del Tratado de Lisboa. Diferentes factores turo de las relaciones birregionales. En el
conducirían a ello (Qobo, 2010): informe “The EU and Africa. The policy
context for development” (Bond y ECDPM,
• Desde un punto de vista geográfico, las 2010) se recogen algunas de las más rele-
prioridades de la política exterior europea vantes:
se centrarán en otras regiones. La aten-
ción prestada a África se focalizará en la • De cara al futuro, la primacía y valor aña-
contención de las amenazas a la seguri- dido del Acuerdo de Cotonou, pilar tra-
dad, lo que incumbe principalmente al dicional de las relaciones UE-África, afron-
cuerno de África y a la franja norte del con- ta importantes retos con la estrategia de-
tinente. Junto a ello, Europa podría apos- finida por la JAES, la relación privilegia-
tar por el fortalecimiento de su relación da con la UA que de este se deriva, o con
con la Unión Africana en detrimento de la apuesta por los EPA como marco para
sus relaciones bilaterales con países de la las relaciones económicas y comerciales;
región.
• Segundo, la configuración definitiva del
• Lisboa pone especial énfasis en la me- modelo de relaciones comerciales entre
jora de la coherencia interna de la la UE y los países africanos esta en el aire,
Unión, lo que implicará dedicar impor- y en caso de llegar a buen puerto los EPA
tantes esfuerzos políticos y presupues- -en ocasiones más un factor de división
tarios a la puesta en marcha de los as- que de unión-, existen dudas sobre cómo
pectos burocráticos contemplados en el se articularán con los procesos de inte-
Tratado. Si ello se combina con la pro- gración regional africanos, al no coincidir

107
Ignacio Suárez Fernández-Coronado

necesariamente los países que participan ñala Qobo, en la identificación de áreas de


en los mismos con las correspondientes convergencia con actores como los do-
comunidades económicas regionales; nantes emergentes, recurriendo, en su
caso, a la formalización de acuerdos de
• Tercero, la capacidad de la Unión Africa- cooperación con estos (Qobo, 2010: 3).
na para consolidarse como foro de debate
de las cuestiones africanas y de dotarse
de las capacidades humanas e institu- IV. CONCLUSIONES
cionales necesarias;
La historia de la cooperación internacional
• Por último, como complemento de los as- para el desarrollo en África presenta im-
pectos anteriores, cabría preguntarse portantes claroscuros. Hasta épocas re-
cuál será el grado de compromiso que Eu- cientes, el debate sobre el modelo de
ropa estará dispuesta a asumir en el ac- desarrollo y las estrategias de cooperación
tual contexto de crisis económica y de ha pivotado en torno a los paradigmas pro-
transformaciones de sus instituciones, po- movidos desde los países del norte. El con-
líticas e instrumentos de cooperación. texto ha cambiado, influenciado, en bue-
na medida, por los cambios que están te-
Habrá que ver en qué medida la JAES, en niendo lugar en el sistema internacional.
consonancia con el desarrollo del Tratado Décadas de fracasos han llevado a los do-
de Lisboa y con el actual contexto inter- nantes tradicionales a replantearse, una vez
nacional, será capaz de dar coherencia a más, sus estrategias de desarrollo, y a im-
este conjunto de elementos, y sobre todo, pulsar nuevos acuerdos producto de los
dotarla de valor añadido y trasladarla en consensos alcanzados en ciertas instancias
hechos concretos, pues en caso contrario de la comunidad internacional.
serán escasos los estímulos para que
exista una implicación por parte de los Sin embargo, este proceso ya no transcu-
países africanos. Se ha apuntado que, para rre de manera solitaria. En paralelo, han co-
la UE, la JAES constituye una manera de brado auge nuevas modalidades de
hacer frente a los desafíos que plantea la cooperación que tienen lugar entre los pro-
entrada en escena de las potencias eco- pios países del sur, lo que se corresponde,
nómicas emergentes en África y a la riva- además, con la aparición de nuevos acto-
lidad entre las estrategias de desarrollo res que muestran una predisposición fa-
abanderadas por estas y las tradicionales vorable a implicarse en iniciativas de
políticas de cooperación (Bello, 2010: 3). En cooperación internacional, y a través de las
tal caso, la mejor vía para que la UE pue- cuales promueven nuevas concepciones en
da consolidar su papel como actor clave en torno a la manera de entender e impulsar
el continente africano y contrarrestar el pa- las estrategias de desarrollo.
pel de los donantes emergentes, pasará no
sólo por el establecimiento de una aso- Tanto donantes tradicionales como do-
ciación en la que converjan las agendas eu- nantes emergentes afrontan esta realidad
ropea y africana, sino también, como se- desde una idiosincrasia particular. Los pri-

108
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?

meros son presos de la necesidad de Así las cosas, el valor añadido de los do-
aprender de los errores del pasado y de apli- nantes tradicionales, y en concreto de la
car las lecciones aprendidas; no pueden per- cooperación europea, pasará por la pues-
mitirse, de nuevo, poner en marcha estra- ta en marcha de una estrategia a largo pla-
tegias que resulten fallidas y que minen su zo orientada a la consecución de verda-
credibilidad a la hora de generar impactos deros resultados de desarrollo. Además de
de desarrollo. Por su parte, los donantes ser el primer donante a nivel mundial, la
emergentes afrontan este proceso sin las- Unión Europea se ha situado tradicional-
tres propios del pasado. Se encuentran le- mente en la vanguardia de buena parte de
gitimados para impulsar estrategias de los debates relativos a las estrategias de
cooperación basadas en sus propias con- desarrollo. Su historial tampoco es des-
cepciones y procesos de aprendizaje. Y pese deñable a la hora de hacer frente a difi-
a que es cierto que dichas estrategias po- cultades y de poner en marcha los proce-
drían no ser las más adecuadas, sólo con sos necesarios para enmendar los errores
el paso del tiempo se demostrará si los re- del pasado. Para ello, deberá superar el en-
sultados alcanzados son los deseados. foque fragmentado que caracteriza su es-
trategia actual hacia África; apostar por la
En cualquier caso, la competencia entre do- apropiación de los procesos de desarrollo
nantes tradicionales y emergentes no debe por parte de los africanos; hacer partícipes
ser vista necesariamente como un factor ne- de estos a la sociedad civil y a la comuni-
gativo. Puede suponer un estimulo para ha- dad empresarial; promover enfoques más
cer mejor las cosas, y desde la perspectiva democráticos y participativos que respeten
de los donantes tradicionales, un revulsivo la diversidad del continente africano; hacer
para identificar cual es su verdadero valor realidad la necesaria coherencia de políti-
añadido a hora de cooperar con el mundo cas con el objetivo final del desarrollo; en
en desarrollo, lo que, al fin y al cabo, definitiva, superar la desconexión entre el
constituye la razón de ser de toda inter- discurso teórico y la práctica.
vención que se produce desde el exterior.
Europa debe tener una visión política más
Los países del norte no deben plantearse la clara y sincera de lo que quiere y espera de
nueva realidad como una situación de su asociación con África, a partir de una re-
“suma cero”. Deben asumir la necesidad de lación entre iguales en la que unos y otros
coexistir junto a otros enfoques; identificar vean sus aspiraciones reflejadas. Sólo así
las ventajas comparativas de cada uno y gozará de credibilidad entre sus socios afri-
buscar ámbitos de complementariedad. En canos y podrá ocupar el lugar que le co-
términos prácticos, una de las claves podría rresponda para contribuir a dar respuesta
residir en la articulación de la cooperación a los retos de desarrollo de África.
norte-sur y de la cooperación sur-sur, por
ejemplo a través de modalidades como la
cooperación triangular. Para todo ello, será
clave tender puentes y concertarse en los
foros internacionales correspondientes.

109
Ignacio Suárez Fernández-Coronado

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111
6. ÁFRICA MÁS ALLÁ DE LA CRISIS:
LA ESTABILIZACIÓN DEL CONTINENTE
Jesús A. Núñez Villaverde*

El ciudadano occidental medio puede ello, y en primer lugar, se aborda un aná-


comprobar a diario que, a pesar de vivir en lisis de los fundamentos de un viejo jue-
un mundo globalizado en el que todos los go que las potencias occidentales han di-
asuntos nos afectan, África sigue sin exis- señado específicamente a partir de la
tir en los medios de comunicación a los que descolonización de África. Es un esquema
suele acceder. Y cuando raramente aparece que, en sus rasgos principales sigue vi-
en ellos, es, en una abrumadora mayoría gente hasta nuestros días, con el objetivo
de los casos, ligada a desastres, sean es- central de asegurar nuestros intereses a lo
tos naturales o derivados de un compor- largo y ancho del continente. A este obje-
tamiento humano violento, discriminador tivo se ha subordinado cualquier otro, en
o abusivo. un afán innegable de control de sus va-
liosos recursos naturales, hoy reverdeci-
Esta realidad provoca, por un lado, un alto do ante la apuesta que nuevos actores
grado de ignorancia sobre lo que allí su- emergentes plantean en este mismo es-
cede, equivocadamente convencidos de cenario.
que podemos vivir al margen de lo que le
ocurre a unos 900 millones de personas En segundo lugar, y desde una perspecti-
de lenguas, etnias y creencias religiosas va de paz y seguridad, se trata de analizar
muy diversas. Por otro, contribuye a la per- lo que la Unión Europea hace y puede/debe
manencia de unos estereotipos negativos hacer en África, en competencia con otros
totalmente desactualizados, instalados actores, y ante la constatación básica de
en el imaginario colectivo occidental des- que el modelo de relaciones implementa-
de la época de la colonización. Salvo ex- do hasta ahora solo ha logrado, mal que
cepciones, todavía hoy es mayoritaria la bien, asegurar los privilegios y beneficios
preferencia por seguir alimentando una vi- de los más poderosos a costa de la mar-
sión caricaturizada en términos de una ginación y sufrimiento de la inmensa ma-
cierta incapacidad intelectual –apenas yoría de la población africana. Las limita-
compensada por una supuesta exube- ciones de dicho modelo –con su acumu-
rancia física–, infantilismo y salvajismo, lado balance de corrupción generalizada,
que explicarían por sí mismas la falta de ineficiencia estatal, autoritarismo, inso-
desarrollo y el alto nivel de violencia que portables déficit democráticos y de dere-
caracterizan a un continente tan diverso chos humanos…– parecen imponer un
como marginado. cambio. Lo que queda por ver es si se
apuesta por “cambiarlo todo, para que todo
A partir de esa consideración elemental, las siga igual” o si se asume la necesidad de
páginas que siguen pretenden contribuir reformar en profundidad unos modelos de
mínimamente a que se produzca un cam- desarrollo y seguridad que pongan en
bio en la percepción que, desde Occiden- primer término las necesidades y expec-
te, tenemos sobre una realidad tan próxi- tativas de los africanos, en clave de segu-
ma, pero tan lejana al mismo tiempo. Para ridad humana.

* Codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH).

113
Jesús A. Núñez Villaverde

I. UN JUEGO MUY VIEJO Precisamente en este punto se identifica la


clave de la labor a desarrollar a favor no
Este enfoque, que también gusta de asig- tanto de los Estados africanos como de los
nar a los africanos la responsabilidad ex- seres humanos que los habitan. Dicho de
clusiva de todos los problemas que les afec- otro modo, el mantenimiento de la situa-
tan, prefiere cerrar los ojos a la correspon- ción actual de África –en clave de estabili-
sabilidad que les incumbe a los actores ex- dad estática– no puede ser el objetivo a lo-
ternos (no solo en el pasado colonial sino grar, puesto que significaría consolidar aún
en el presente más inmediato). Desde una más la enorme brecha de desigualdad que
perspectiva histórica parece claro que, una castiga colectivamente a la mayoría de
vez impelidos a descolonizar, las potencias quienes allí malviven, preservando por el
occidentales han optado por una relación contrario los privilegios de unas élites po-
con el vasto territorio africano basada en líticas y económicas, bien conectadas con
tres pilares interrelacionados que, a gran- sus interlocutores occidentales y apoyadas
des rasgos, se mantienen vigentes: a) la es- por ellos para, conjuntamente, colaborar a
tabilidad a toda costa del continente, orien- la pervivencia sine die del discriminatorio
tada a la preservación de los intereses de modelo vigente. No puede caber ninguna
los actores dominantes (principalmente duda sobre el valor positivo de la estabili-
foráneos, pero también locales); b) la ex- dad; pero solo si es asumida en términos
plotación de sus ingentes recursos; y c) la dinámicos para lograr a través de las ne-
apuesta por gobernantes locales que ase- cesarias reformas, como fin último, una es-
guren los dos pilares anteriores. tabilidad estructural que solo se puede dar
por alcanzada cuando se logre garantizar
el bienestar y la seguridad de todos los afri-
I.1. La estabilidad a toda costa canos. Este objetivo solo puede lograrse a
largo plazo, con un esfuerzo sostenido con-
En relación con el primero de los pilares ci- juntamente por los actores locales y exte-
tados, la estabilidad, se acumulan dos riores, procurando la satisfacción de las ne-
errores ya clásicos. En primer lugar, lejos cesidades básicas del conjunto de la po-
de considerarla como un medio al servicio blación y la garantía de seguridad para cada
de un fin superior –el bienestar y la segu- uno de ellos.
ridad de los africanos–, se ha convertido en
un objetivo en sí mismo, al que se supedita El pivote fundamental de este empeño es
de hecho cualquier otra consideración. la apuesta por el desarrollo en su triple ver-
Además, se tiende a entenderla en clave es- tiente, social –evitando la exclusión, mar-
tática, confundida con el mantenimiento del ginación, discriminación o vulnerabilidad
statu quo, sin entrar a evaluar si la situa- de personas o grupos dentro de un mismo
ción que se pretende conservar es justa y territorio, sea por cuestiones étnicas, reli-
sostenible o si, por el contrario, es el re- giosas o de cualquier otro tipo–, política,
sultado del abuso y en sí misma genera- –permitiendo que cada individuo pueda ele-
dora de exclusión e inseguridad para la ma- gir libremente a sus representantes y ser
yoría de la población. elegido como representante de otros– y

114
África más allá de la crisis: la estabilización del continente

económica –procurando la satisfacción de derar la estrategia de salida. Al resto –Unión


las necesidades más elementales, el fun- Europea incluida– solo nos corresponde
cionamiento de los servicios públicos bá- complementar el esfuerzo, sin dejarnos
sicos y la integración en el mercado labo- vencer por una visión cortoplacista que siga
ral y en los circuitos comerciales y finan- pensando que el actual statu quo es be-
cieros internacionales–. Nada de esto pue- neficioso para nuestros intereses y que, por
de alcanzarse si no existe un Estado que tanto, interprete que cualquier alteración de
funcione –en muchos rincones de África, en la situación de partida es, por definición,
contra de lo que propone el discurso neo- una mala noticia. Es preciso comprender,
liberal dominante, lo que se necesita es, en consecuencia, que la verdadera estabi-
precisamente, más Estado y no menos– y lidad de un territorio es la que deriva del
una sociedad civil fuerte y autónoma, convencimiento de quienes lo habitan
todo ello en un marco de legitimidad y le- para preservar lo que tienen y para mejo-
galidad propio de un Estado de derecho. rar sus modelos de convivencia y de re-
solución pacífica de sus diferencias. Es ésa
Es prioritario, por tanto, entender que la es- la estabilidad a la que se debe aspirar, en
tabilidad no significa ni volver a ningún un proceso que, en lugar de inclinarse por
tiempo pasado paradisíaco –inexistente, consideraciones geopolíticas y geoeco-
por otro lado– ni congelarlo, como si la si- nómicas, opte por la seguridad humana, el
tuación actual fuera la realmente deseable. imperio de la ley y el pleno respeto a los de-
Tampoco sirve imponerla a través de sis- rechos humanos como guías de actuación.
temas totalitarios, represivos y contrarios
a la voluntad popular, anulando por la fuer- Asumir esa visión supone, asimismo, ir
za la emergencia de sensibilidades socio- más allá de la mera gestión de los proble-
políticas distintas a las del poder, en con- mas para aspirar a su resolución. El primer
textos que acaban por convertir a los de- enfoque, que ha sido el preferido hasta hoy,
tentadores de ese poder estatal en los prin- únicamente se interesa por establecer
cipales violadores de los derechos huma- “cordones sanitarios” que encapsulen los
nos de sus ciudadanos. Aunque ese es- problemas africanos, en un intento (cada
quema haya sido el imperante hasta aquí, vez más baldío) de mantenernos a salvo de
y sea el preferido de un muy reducido (pero lo que allí ocurre. En línea con este plan-
aún poderoso) número de actores, el con- teamiento, de carácter netamente reactivo,
junto de los africanos aspira a un futuro me- solo se actúa ante estallidos de violencia o
jor que pasa, inevitablemente, por la pro- ante sucesos que puedan poner en cues-
funda reforma de sus actuales modelos so- tión los intereses realmente prioritarios (al
ciales, políticos y económicos. tiempo que se mantienen los mecanismos
paliativos clásicos, con la cooperación al
En ese loable intento, quienes solo pode- desarrollo como el más señalado). En
mos considerarnos observadores intere- todo caso, esa fórmula solo busca volver
sados debemos entender que el protago- a la situación de partida, sin aspirar en nin-
nismo fundamental de la tarea recae en los gún caso a analizar las causas profundas
actores locales. Son ellos los que deben li- que hayan generado el problema y, mucho

115
Jesús A. Núñez Villaverde

menos, a potenciar verdaderas soluciones etapa de colonización que aún hoy levan-
estructurales. ta lógicos resquemores y que ha dejado
una profunda huella en buena parte de los
Es, por tanto, el segundo enfoque (el de la 54 países africanos–, hubo que pasar pos-
resolución de los problemas) el que debe teriormente a otros mecanismos que ase-
orientar la respuesta, entendiendo la ne- gurasen su control. Para ello se optó por
cesidad de eliminar las causas profundas una estrategia, ensayada con notable éxi-
que terminan por provocar el estallido vio- to en otras latitudes como en el mundo ára-
lento en sociedades sin suficientes meca- bo-musulmán, consistente en una división
nismos de mediación, negociación y re- territorial que, sin tener para nada en
solución pacífica de las controversias. Lo cuenta los deseos de las poblaciones lo-
prioritario en este terreno, desde una óp- cales, generó el actual rompecabezas afri-
tica esencialmente preventiva, es reducir cano, fragmentado y artificial, obligando a
drásticamente las brechas de exclusión- so- vivir juntos a comunidades que no tenían
ciales, políticas y económicas- que posi- ningún deseo de hacerlo.
bilitan el caldo de cultivo en el que germi-
na la violencia. Todo ello sin olvidar, lógi- Sirva Sudán a modo de ejemplo actual so-
camente, la necesidad de cerrar definiti- bre las consecuencias de decisiones adop-
vamente los conflictos violentos que sal- tadas desde el exterior (en este caso por
pican hoy al continente, procurando poner parte de Londres, como hegemón mundial
en marcha programas de reconstrucción en aquella época). Cuando hoy el país más
postbélica que impidan su recaída a corto extenso de África está a punto de la ruptura
plazo. Hoy por hoy sigue siendo ésta una interesa recordar que fue Gran Bretaña
asignatura pendiente en la mayoría de las quien decidió, a la finalización de la II Gue-
sociedades africanas; pero aun recono- rra Mundial, unir bajo una única autoridad
ciendo la complejidad de su implementa- a dos comunidades –árabe y musulmana
ción, no puede caber duda alguna sobre su en el norte, y negra y cristiana/animista en
idoneidad para impulsar esfuerzos pro- el sur– en función de sus propios cálculos
longados y simultáneos en el terreno del geoestratégicos. Aunque ya desde su in-
desarrollo y de la seguridad. dependencia, en 1956, se hizo evidente el
abierto deseo del sur por liberarse del do-
minio del norte y seguir su propio camino,
I.2. La explotación de recursos hemos asistido a un proceso de creciente
violencia que no solo no ha solucionado
El juego es tan viejo como bien docu- ninguno de los problemas de partida, sino
mentado. La gran diversidad y volumen de que ha añadido otros nuevos que auguran
recursos naturales africanos, vitales para más inestabilidad y más sufrimiento para
el desarrollo económico mundial, ha esti- quienes habitan la región.
mulado desde hace mucho tiempo la co-
dicia por su posesión. Si primero las prin- Por un lado, con decisiones de este tipo se
cipales potencias mundiales pudieron ha- lograba la debilidad estructural de cual-
cerlo de manera directa –a lo largo de una quiera de los Estados resultantes. Sus di-

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África más allá de la crisis: la estabilización del continente

sensiones internas (cuando no la rivalidad posiciones destacadas), asistimos a una re-


frontal) aseguraban un cuasi permanente novada competencia por el control de
estado de violencia, más o menos larvada mercados y de fuentes de suministro afri-
o abierta, que no hacía más que empe- canos. Desgraciadamente, nada indica
queñecer a los diferentes grupos enfren- que en esta nueva etapa los intereses de la
tados. Se evitaba así que pudiera surgir un ciudadanía africana vayan a ser tomados
actor lo suficientemente poderoso como en mayor consideración de lo ocurrido has-
para cuestionar las reglas de juego im- ta ahora. Por el contrario, mientras los tra-
puestas desde el exterior en el arranque de dicionales actores occidentales critican –con
la independencia, con una división inter- razón– a los recién llegados a África por su
nacional del trabajo que garantizaba la sub- desatención a los derechos humanos o a
ordinación de los nuevos Estados africanos la promoción de los valores democráticos,
a los intereses internacionales. Por otro, fa- no puede decirse que realmente los pri-
cilitaba el permanente dominio exterior de meros estén tomando demasiado en serio
las antiguas metrópolis sobre sus antiguas sus propios argumentos en este terreno
colonias e incluso la injerencia directa (como se recoge en el apartado siguiente).
cuando, en un clásico comportamiento pa- Desde la dominante visión mercantilista de
ternalista, se consideraba que era necesa- nuestros días, África continúa siendo sobre
ria la intervención directa (incluyendo los todo un rico reservorio de recursos natu-
medios militares) para pacificar el territo- rales de todo tipo. Esto implica que tanto
rio y apaciguar o eliminar a los violentos. las principales potencias como los actores
emergentes de este nuevo siglo parecen
En este contexto, no puede extrañar que los dispuestos a seguir luchando por su con-
intereses, deseos, necesidades o expecta- trol, sin que consideraciones éticas, mo-
tivas de la población africana no fueran te- rales o de simple justicia social parezcan
nidos en cuenta, por cuanto eran conside- frenos suficientes para reducir su codicia.
raciones de otro orden las que guiaban la
aproximación foránea a África. Aunque el
discurso (tan formalista como vacío de I.3. La apuesta por los gobernantes
contenido real) ha manoseado constante- locales sumisos
mente los derechos humanos y la dignidad
del individuo, como supuestas premisas bá- Dada la evidente dificultad para gestionar
sicas de la política exterior y de las relacio- desde fuera los asuntos públicos y priva-
nes económicas con el continente, se han dos de un continente de más de 30 millo-
acumulado desde hace décadas pruebas so- nes de kilómetros cuadrados, se impuso
bradas de la hipocresía con la que se han va- desde el principio de su independencia la
lorado estas cuestiones en comparación con necesidad de contar con actores locales in-
las de índole económica o geopolítica. termediarios que sirvieran, sobre el terre-
no, al ejercicio de control global de estos
En la actualidad, con el añadido del cre- apetecidos territorios. A esto se unía, en el
ciente interés mostrado por nuevos acto- marco definido por la confrontación bipo-
res internacionales (con China e India en lar propia de la Guerra Fría, la convenien-

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Jesús A. Núñez Villaverde

cia por contar con aliados propios que neu- le haber reparos en justificar sus violacio-
tralizaran los movimientos del adversario nes de los derechos de sus propios ciuda-
(fuera este, Estados Unidos o la Unión So- danos y en dotarlo de la capacidad repre-
viética). En términos ajedrecistas, se trataba siva que se considere necesaria.
de controlar o capturar nuevas casillas del
tablero, no siempre por el valor intrínseco Para quienes han venido defendiendo
que éstas pudiera tener, sino únicamente este modelo de relaciones a lo largo de las
para evitar que el adversario pudiera ha- últimas décadas, incluso los puntuales ejer-
cerse con alguna de ellas. cicios de apertura y reforma liderados por
algunos gobernantes locales han sido vis-
A partir de estos presupuestos puede en- tos normalmente con recelo. Quienes se han
tenderse mejor que la vara de medida atrevido a cuestionar el statu quo que los
para identificar a esos aliados locales nun- identificaba como actores subordinados, o
ca haya sido su calidad democrática o su sin- quienes han apostado por reformas pro-
ceridad a la hora de promover un auténti- fundas de los imperfectos modelos here-
co Estado de derecho. Lo que realmente ha dados de la colonización, han sido percibi-
contado en la práctica totalidad de los casos dos en primera instancia como desestabi-
ha sido, llanamente, el grado de sumisión lizadores y, por tanto, como un peligro que
de esos actores locales a los dictados de sus era necesario neutralizar o eliminar. Por otra
patrones foráneos, en prosecución mutua- parte, aun asumiendo que el desarrollo glo-
mente beneficiosa del mantenimiento de bal es un camino deseable para toda so-
una estabilidad que garantizase la conser- ciedad, su implementación puede resultar
vación de sus respectivos privilegios. indeseable para los que prefieren el statu
quo vigente, aunque solo sea por el temor
En síntesis, el juego destaca por su sim- a que se desencadenen procesos de cam-
plicidad, dado que todo se resume en dos bio que pongan en cuestión unos privilegios
reglas. La primera consiste en buscar de partida que se pretende mantener ad in-
–unas veces apoyando a quien se convier- finitum. De este modo, se comprende la fre-
ta, por la vía que sea, en la autoridad fác- cuente inclinación de los gobernantes lo-
tica del territorio, y otras imponiéndolo di- cales (con el consentimiento pasivo o acti-
rectamente– un interlocutor local que acep- vo de sus aliados internacionales) a abortar
te su lugar subordinado en el juego. Se le verdaderos procesos de reforma estructu-
garantiza a cambio el apoyo (económico, ral, en la medida en que ninguno de ellos
político y militar) necesario para asentar su desea verse expuesto a la incertidumbre que
poder y el goce de significativos beneficios siempre supone controlar el resultado de un
en la explotación de las riquezas naciona- proceso que permita la emergencia de
les. La segunda se traduce en asegurar su nuevos actores, con demandas que quizás
capacidad para mantener la estabilidad del no se acomoden a las dominantes hasta ese
territorio nacional, demandándole la sufi- momento.
ciente voluntad para erradicar toda oposi-
ción o disidencia que pretenda modificar el Son muchos los ejemplos que en África res-
statu quo imperante. En esa línea, no sue- ponden a este esquema de dominio por

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África más allá de la crisis: la estabilización del continente

control remoto. Como consecuencia de ello, • La crisis económica mundial está golpe-
los gobiernos africanos han acumulado un ando en menor medida a África que a
alto grado de corrupción e ineficiencia, al otros continentes. Con ser esto cierto, no
tiempo que han despilfarrado su legitimi- puede evitarse la sensación de que ese jui-
dad a los ojos de una población que ha sido cio únicamente indica que el continente
crecientemente excluida de los beneficios está menos integrado en la economía glo-
derivados de la explotación de los ingentes balizada. Cabe añadir, además, que la cri-
recursos nacionales. Aunque nunca pueden sis no ha terminado y que, en su previsi-
olvidarse las excepciones democratizado- ble desarrollo, es fácil pronosticar que aca-
ras, ésta ha sido la regla general de un con- bará por llegar a la periferia del sistema
tinente que no por casualidad ocupa los lu- (en la que África está ubicada). Por último,
gares de cola en niveles de desarrollo y se- aunque cabría alegrarse en principio de
guridad a escala planetaria. Es aquí donde que esto haya sido así, nada puede hacer
se concentra el mayor número de conflic- olvidar que la situación de partida es tan
tos, el de Estados frágiles o fallidos, el de negativa en términos microeconómicos
personas que viven por debajo de la línea que probablemente el continente no po-
de pobreza… Y todo ello no como refe- dría soportar un nuevo impacto sin de-
rencia a un pasado ya felizmente superado, generar en un colapso generalizado.
sino a un presente oscuro y a un futuro in-
mediato no menos inquietante. • A semejanza del lema electoral del hoy
presidente de Estados Unidos, se ha pre-
sentado el campeonato mundial de futbol
II. EL PAPEL DE LA UNIÓN EUROPEA organizado por Sudáfrica el pasado verano
como una señal inequívoca de que “Áfri-
Si nos dejamos llevar por las imágenes ha- ca puede”. Este apresurado juicio parece
bituales, la crisis aparece automática- olvidar que Sudáfrica es, desde hace mu-
mente como un concepto asociado desde cho tiempo, una isla en el continente y que,
siempre a África. Aunque en otros casos por desgracia, ni siquiera hoy puede dar-
esa palabra se prefiera interpretar como se por garantizado que el sueño de Nel-
una oportunidad y ventaja para el cambio, son Mandela esté vigente en ese país.
en lo que corresponde a África es inme-
diato constatar que la lectura que se im- • El proceso de integración regional sigue
pone es la que lo interpreta negativamen- adelante. Para atestiguarlo debería bas-
te como peligro o amenaza. Como no po- tar con señalar que la Unión Africana (UA)
día ser de otro modo, una lectura coyun- celebró en Uganda (Kampala, 25/27 de ju-
tural de la situación africana presenta hoy lio de 2010) su XV Cumbre de Jefes de Es-
claroscuros en todos los ámbitos, lo que tado y de Gobierno. En todo caso, si se
permite emitir, al gusto de cada uno, tan- atiende a sus conclusiones, resulta más
to un juicio esperanzador sobre su presente difícil sostener ese aserto. En esencia, más
y futuro como otro plenamente frustrante. allá de condenar el atentado que el gru-
A modo de ejemplo, basta recoger los si- po terrorista somalí Al Shabab había co-
guientes: metido recientemente en la propia capi-

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Jesús A. Núñez Villaverde

tal ugandesa1, la UA volvió a mostrar sus de la situación, con más del 50% de la po-
limitaciones para asumir en primera per- blación africana viviendo por debajo de la
sona las tareas de paz y seguridad en el línea de pobreza y con las dos terceras par-
continente. Frente a una petición inicial tes de todos los países que la ONU identi-
para añadir unos 14.000 efectivos milita- fica como menos desarrollados ubicados
res para reforzar a la muy limitada AMI- en África. Sin caer en el simplismo de con-
SOM2, en la Cumbre solo fue posible acor- siderar que la pobreza es en sí misma si-
dar el envío adicional de 4.000 soldados, nónimo de violencia, es elemental enten-
aún pendientes de ser desplegados, todo der que la reducción o eliminación de las
ello sin modificar (como también se de- enormes bolsas de exclusión (la pobreza no
mandaba) el mandato de la misión. es más que la modalidad económica de
este problema) debe ser la principal prio-
• Más allá del debate sobre el grado de de- ridad de cualquier estrategia de construc-
terioro o mejora de la situación de segu- ción de la paz en el continente.
ridad del continente, es elemental en-
tender que no hay ninguna amenaza a la Para la Unión Europea (UE), que pretende
paz que no tenga su plasmación concre- ser percibida como un actor de enverga-
ta en alguno de sus rincones. Desde dura mundial, lo que ocurre en África no
guerras abiertas a focos de terrorismo, pa- puede ser, desde ningún punto de vista,
sando por los efectos más negativos del ajeno ni irrelevante. Y esto es así no solo
imparable cambio climático, sin olvidar por lo ocurrido en el pasado –experiencia
los provocados por las pandemias, los flu- colonial incluida– sino por elementales con-
jos descontrolados de población, los co- sideraciones de hoy y de mañana. Tal
mercios ilícitos, el crimen organizado, la como recoge el título de su Estrategia Eu-
exclusión, el hambre… ropea de Seguridad3, la UE entiende que su
propia seguridad pasa inexorablemente por
• A pesar del riesgo que tiene singularizar su activa contribución a “un mundo me-
un panorama general tan repleto de jor”. Así, en ese mismo documento, cuan-
amenazas y riesgos para la paz y la se- do se hace referencia a los objetivos es-
guridad del continente en un solo factor, tratégicos que los Veintisiete han logrado
se impone la evidencia de que la pobre- consensuar, se habla de hacer frente a las
za es la principal de esas amenazas. Los amenazas, tanto las cercanas como las le-
datos no ofrecen dudas sobre la crudeza janas, y de crear seguridad en los países ve-

1 Por primera vez en su macabro recorrido, Al Shabab decidió llevar a cabo una acción violenta fuera del te-
rritorio somalí, provocando la muerte de 66 personas que asistían, el 11 de julio, a la retransmisión televisiva
de la final del campeonato mundial de fútbol.
2
La Misión de la Unión Africana para Somalia fue aprobada por el Consejo de Paz y Seguridad de la UA el 19
de enero de 2007 con la tarea de apoyar a la consolidación de las estructuras federales de gobierno, poner en
marcha un plan nacional de paz, instruir a las fuerzas armadas somalíes y garantizar un entorno de seguridad
que permita el desarrollo de la acción humanitaria.
3
Aprobada en Bruselas por el Consejo Europeo del 12 de diciembre de 2003 con el título de “Una Europa se-
gura en un mundo mejor”. Véase www.consilium.europa.eu/uedocs/cmsUpload/031208ESSIIES.pdf.

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África más allá de la crisis: la estabilización del continente

cinos. Todo ello como reflejo de la impo- bos es todavía muy parco en resultados.
sibilidad de garantizar la seguridad propia Lastrado durante mucho tiempo por los sin-
sin atender a lo que ocurre más allá de las sabores de la etapa colonial y por la apli-
fronteras de la Unión, dada la interrelación cación de las reglas de la Guerra Fría –que
planetaria en la que estamos inmersos. apenas tomaba en consideración a África,
salvo para seguir explotando sus recursos
Hoy, más que nunca, somos conscientes y para evitar que Moscú pudiera adquirir
de que ya se han borrado definitivamente posiciones de ventaja geopolítica– la úni-
la frontera entre la seguridad interior y la ex- ca referencia reseñable era la del Convenio
terior y de que, igualmente, los intereses pro- de Lomé4 (sustituido, a partir de 2000, por
pios ya no se defienden prioritariamente en el Convenio de Cotonú5). En este amplio
los límites geográficos de cada Estado sino marco, vigente entre 1975 y 2000 –que in-
en el complejo campo de juego mundial. A tegraba a 46 países africanos, a los que su-
partir de la convicción de que ningún Esta- maban los del Caribe y los del Pacífico, has-
do del planeta dispone de las capacidades ta totalizar 71 beneficiarios–, se regulaban
suficientes para enfrentarse con ciertas ga- las relaciones comerciales y de cooperación
rantías de éxito a las amenazas que le afec- entre ambas partes. Por un lado, se per-
tan, se impone la necesidad de articular res- mitía que los principales productos agrí-
puestas multilaterales que sumen volunta- colas y mineros de estos países pudiesen
des a un esfuerzo común. Del mismo modo entrar en la UE sin aranceles y, por otro, se
se va imponiendo la idea de que el desarrollo creaban dos instrumentos de compen-
y la seguridad son dos caras indisociables sación por las pérdidas que pudieran su-
de la misma moneda, de tal forma que ni frir estos exportadores por variaciones
puede haber desarrollo sin seguridad ni vi- bruscas en los precios de dichos pro-
ceversa. Así entendido, la UE –que en sí mis- ductos. Al igual que ocurría con el es-
ma es el mejor ejemplo de la respuesta mul- quema de relaciones que, en paralelo,
tilateral a las amenazas y de la prevención Bruselas había formalizado con los en-
de conflictos violentos– tiene mucho que tonces denominados Países Terceros Me-
aportar a sus vecinos africanos como com- diterráneos6, en esencia, se trataba de un
plemento al esfuerzo principal que éstos de- instrumento de carácter comercial, con una
ben liderar. En todo caso, y visto en pers- cierta dosis de cooperación al desarrollo,
pectiva, el proceso de relaciones entre am- pero desconectada de la agenda de segu-

4 Sustituye a la Convención de Yaoundé y se concreta en cuatro generaciones de acuerdos. Progresivamente

se puso en marcha el STABEX, para los productos agrícolas (Lomé I, 1975), y el SYSMIN, para los mineros (a
partir de Lomé II, en 1979).
5
Marco vigente en la actualidad y en el que ya figuran 48 Estados africanos.
6
Tras la firma de algunos acuerdos comerciales bilaterales en el período 1957-72, Bruselas puso en marcha la
Política Global Mediterránea (1972-92), la Política Mediterránea Renovada (1992-96) y la Asociación Euro-Me-
diterránea, a partir de 1995, a la que se fueron añadiendo posteriormente la Política Europea de Vecindad
(2004- ) y la Unión por el Mediterráneo (2008- ). De los países africanos, únicamente Marruecos, Argelia, Tú-
nez y Egipto (Libia solo figura como observador) están integrados en estos marcos. Mauritania, en la actuali-
dad, forma parte asimismo de la Unión por el Mediterráneo.

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Jesús A. Núñez Villaverde

ridad y sin posibilidades de impulsar a nin- los problemas generados entre los miem-
guno de los países beneficiarios hacia un bros de la UA (sin descartar la injerencia en
nivel de desarrollo sólido. asuntos internos en determinados casos).

En una fase posterior, la Unión Europea


II.1. Punto de arranque (2000-2007) creó, en 2003, la Facilidad de la Paz para
África (FPA), financiada inicialmente con
No fue hasta el año 2000 cuando la UE mo- 440 millones de euros en el marco del 9º
dificó su aproximación compartimentada Fondo Europeo para el Desarrollo (FED,
al continente –con los países del Norte de 2002-2007), con la intención de ayudar a la
África enmarcados en la Asociación Euro- UA –que había puesto en marcha, en di-
Mediterránea y el resto en el entonces na- ciembre de ese mismo año, su Consejo de
ciente Convenio de Cotonú– para estable- Paz y Seguridad– a dotarse de medios en
cer una estrategia de carácter omnicom- este terreno. Aunque posteriormente, en el
prensivo. Resultado de ello fue la celebra- 10º FED (2008-2013), los fondos se reduje-
ción de la primera Cumbre UE-África, con- ron hasta los 300 millones de euros, más
vocada en El Cairo en marzo de ese mis- que resaltar esa evolución negativa tiene
mo año. Tomada como punto de arranque más sentido subrayar que la capacidad de
de una nueva etapa en la que se procuró, absorción de la propia UA para aprovechar
desde el principio, impulsar simultánea- este instrumento financiero sigue siendo
mente el desarrollo global y la seguridad, aún hoy muy limitada. En concreto, de los
la UE mostró un claro apoyo tanto a la ini- 92 millones de euros que el 9º y 10º FED
ciativa de Nueva Asociación para el otorgaban para generación de capacidades,
Desarrollo de África (NEPAD)7 como a la en- la UA solo ha usado el 16% en el marco de
tonces flamante Unión Africana8. la Arquitectura para la Paz y Seguridad de
África (a la que se hace referencia más ade-
Cabe recordar en este punto que la UA na- lante en este mismo texto).
ció con un claro enfoque de paz y seguri-
dad basado en tres principios: a) la apues- La FPA no puede financiar costes de los
ta por la unidad africana; b) el compromi- efectivos militares o de adquisición de ar-
so unánime sobre la promoción de la go- mas, pero sirve para cubrir gastos logísti-
bernabilidad democrática como base fun- cos, de planificación y de gestión presu-
damental para la paz y la seguridad del con- puestaria. En esencia, se estableció como
tinente; y c) “soluciones africanas para pro- un complemento al impulso de la UA por
blemas africanos”, con la idea de asumir dotarse de medios propios con los que po-
el protagonismo en la respuesta común a der mejorar el clima de inseguridad e in-

7 Fue adoptada inicialmente en la 37ª Sesión de la Asamblea de jefes de Estado y de Gobierno de la OUA, cele-
brada en Lusaka (Zambia) en julio de 2001, y asumida posteriormente por la UA en su primera sesión oficial. Sus
prioridades de partida fueron la erradicación de la pobreza, la promoción del crecimiento y desarrollo sustenta-
ble, la integración africana en los mercados mundiales y el empoderamiento de las mujeres.
8
En sustitución de la Organización para la Unidad Africana, y con la única excepción de Marruecos, la UA ini-
ció su andadura con la celebración de su primera sesión oficial en Durban (Sudáfrica) en julio de 2002.

122
África más allá de la crisis: la estabilización del continente

estabilidad generalizada que caracteriza al del Congo, 2005), de carácter netamente


continente. En ese sentido, apuesta por el policial y judicial.
protagonismo africano –como queda de
manifiesto en misiones como AMIB (Bu- De lo ocurrido en este período se deduce un
rundi, abril de 2003), AMIS (Sudán, julio de cambio de actitud por parte de Bruselas, en
2004) y AMISOM (Somalia, enero de consonancia con el que estaba teniendo lu-
2007)–, todas ellas aprobadas y lideradas gar en el seno de la UA, para contribuir a que
por la UA. En todo caso, el apoyo operati- sean los propios africanos los que se en-
vo e institucional que presta la Unión Eu- carguen en primera instancia de resolver sus
ropea en este campo no se limita a las ope- propios problemas. Queda para el debate di-
raciones africanas de paz sino que también lucidar si este giro se debió más a un sin-
aspira a reforzar a largo plazo las capaci- cero interés por evitar posibles acusaciones
dades de la UA y de las ocho iniciativas su- de neocolonialismo o, por el contrario, a un
bregionales ya existentes9. intento por traspasar a otros esa respon-
sabilidad ante la falta de voluntad en los go-
Adicionalmente, la UE ha optado en dife- biernos comunitarios por implicar directa-
rentes ocasiones por implicarse directa- mente a sus propios soldados en escenarios
mente en el territorio africano, desplegando lejanos. A ese posible debate puede aña-
sus capacidades militares al servicio de la dírsele la evaluación sobre el volumen del
paz y la seguridad de diversos países. El esfuerzo presupuestario realizado, cuando
punto de arranque suele establecerse en se verifica que a lo largo de esos años no se
agosto de 2003, con ocasión del despliegue ha logrado eliminar ninguno de los focos de
de la Operación Artemis que, bajo el lide- violencia estructural abiertos en el conti-
razgo francés, llevó a cabo en Bunia (Re- nente ni se ha producido el acceso de nin-
pública Democrática del Congo) tareas guno de los miembros de la UA al restrin-
de apoyo a la misión de la ONU en el país, gido club de los países desarrollados. En
al tiempo que procuraba mejorar la situa- todo caso, como balance provisional, cabe
ción de seguridad y permitir la acción hu- decir que, una vez más, hay un notable des-
manitaria. Al margen del juicio que merezca fase entre lo que se formulaba como obje-
la activación, por primera vez, de una mi- tivos deseables (con compromisos más o
sión militar exclusivamente bajo mando de menos formales que debían materializarse
la UE, interesa destacar aquí que se des- a corto plazo) y lo que efectivamente se ha
perdició la posibilidad de hacerlo en cola- plasmado en hechos. A riesgo de repetir lo
boración con la recién creada UA. A esta ya manifestado en otros casos, también aquí
operación siguieron otras como EU- hay que decir que las responsabilidades han
SEC/EUROPOL (República Democrática estado repartidas entre la UE y la UA.

9 La Comunidad de Estados Sahelosaharianos (CEN-SAD), la Comunidad Económica y Monetaria del África

Central (CEMAC), el Mercado Común del África Meridional y Oriental (COMESA), la Comunidad Económica de
los Estados de África Central (CEEAC), la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CE-
DEAO), la Comisión del Océano Índico (COI), la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC),
la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA). Y todavía cabría añadir a la Unión del Magreb
Árabe (UMA), si finalmente se asume la óptica panafricana.

123
Jesús A. Núñez Villaverde

II.2. Salto cualitativo dependencia en todos los terrenos) y la vo-


(Lisboa, 8/9 de diciembre de 2007) luntad de lograr su pronta implementación
garantizando un marco presupuestario
Como desembocadura lógica del camino creíble para ello.
recorrido desde 2000, Lisboa sirvió de
marco para la celebración de la II Cumbre La APSA define el marco de prevención,
UE-África. En ese encuentro se decidió la gestión y resolución de conflictos violen-
puesta en marcha de la Estrategia Común tos en el continente. Se estructura en un ór-
UE-África que persigue establecer una re- gano decisorio (Consejo de Paz y Seguri-
lación entre iguales –rompiendo el es- dad), un servicio de información e inteli-
quema de donante/receptor– en torno a gencia (Sistema de Alerta Temprana Con-
ocho asociaciones temáticas: tinental), un brazo armado (Fuerza Africa-
na de Reserva (FAR) y Comité de Estado
• Paz y seguridad. Mayor Militar), un órgano consultor y de
• Gobernanza democrática y derechos mediación (Panel de Sabios) y un presu-
humanos. puesto propio (Fondo de Paz).
• Comercio, integración regional e in-
fraestructuras. Como uno de los componentes más sim-
• Objetivos de Desarrollo del Milenio. bólicos del compromiso comunitario con
• Energía. sus socios africanos se anunciaba que, ya
• Cambio climático. en 2010, debería lograrse la consolidación
• Migraciones, movilidad y empleo. de la Fuerza Africana de Reserva (African
• Ciencia, sociedad de la información y Stand-by Force), como el brazo armado del
espacio. Consejo de Paz y Seguridad de la UA. La
FAR es un instrumento militar concebido
Aunque sea la primera de ellas la que des- para disponer de cinco brigadas perma-
taca por su importancia a los efectos de lo nentes10, cada una ubicada (con su propio
analizado en estas páginas, es inmediato cuartel general e instalaciones) en una de
deducir que muchas de las otras también las cinco regiones en las que se divide el
están conectadas con la estabilidad y se- continente a estos efectos), y con una alta
guridad del continente. En referencia más disponibilidad para el despliegue inmediato
explícita a los temas de paz y seguridad, (de catorce a treinta días después de que
Lisboa supone una mayor implicación de se tome la decisión) en distintas opera-
los Veintisiete con la Arquitectura para la ciones de paz.
Paz y Seguridad de África (APSA), una am-
biciosa aspiración ya formulada por la UA Mientras tanto, la Unión Europea ha se-
desde el arranque de su Consejo de Paz y guido adelante con la activación de sus pro-
Seguridad y en la que la UE se implica so- pias misiones –como EUSSR Guinea-Bis-
bre la base de un diálogo sobre retos co- sau (2008), EUNAV-FOR Atalanta (Somalia,
munes (a partir de una reconocida inter- 2008) o EUFOR Tchad/RCA (2008)– en las

10 North African Brigade, SADBRIG, EASBRIG, ECOBRIG y Central African Brigade.

124
África más allá de la crisis: la estabilización del continente

que apenas se ha contado con la Unión mente operativa, la realidad muestra que
Africana como socio en pie de igualdad. no ha sido posible superar los numerosos
obstáculos que todavía lastran su
Este período se ha cerrado con la III Cum- desarrollo. Por mencionar solo algunos,
bre UE-África, celebrada en Trípoli los queda por crear un verdadero sentimien-
días 29 y 30 de noviembre de 2010. A pe- to de integración africana que supere la ba-
sar de que en ella se puso de manifiesto, rrera que separa a los norteafricanos de los
una vez más, la existencia de relevantes dis- subsaharianos, encaminados durante mu-
crepancias internas, fue posible aprobar el cho tiempo por vías divergentes. Lo mis-
II Plan de Acción (2011-13)11 y renovar el mo puede decirse en clave religiosa, cuan-
compromiso (político y presupuestario) de do se asiste a repetidos choques violentos
Bruselas en temas de paz y seguridad, en en los que unos y otros manipulan esas se-
el marco de la APSA, especialmente en re- ñas de identidad primarias. Tampoco es fá-
ferencia a: prevención de conflictos, for- cil conjugar las agendas de instituciones su-
mación y capacitación de la FAR y re- bregionales que no quieren diluirse re-
construcción postbélica. El cierre de esta pentinamente en una única dinámica con-
cita sirve para volver a mostrar la decep- tinental, ni los particularismos caudillistas
ción que supone el hecho de que –a pesar que pretenden liderar el proceso en tér-
del acuerdo unánime en que la pobreza es minos de dominación de unos sobre otros.
el primer problema del continente y que, Por último, aunque a nadie puede escapar
en clave de paz y seguridad, su erradicación su importancia, hay que reconocer que
debe ser una prioridad central– siga sin nunca se ha logrado garantizar un presu-
existir una asociación temática en el mar- puesto acorde con las necesidades tantas
co de la Estrategia Conjunta que aborde en veces definidas en los sucesivos encuen-
primer término su resolución. Lo mismo ca- tros oficiales.
bría decir, por su inmediata cercanía a este
problema, de otras asociaciones para lograr Por lo que corresponde más directamen-
avances sustanciales en los sistemas de te a los Veintisiete no puede olvidarse que
educación y en la lucha contra el hambre –aunque ya haya logrado salir de la pará-
y las pandemias que afectan a un impor- lisis institucional, tras la entrada en vigor
tante número de africanos. del Tratado de Lisboa– la UE sigue todavía
sin ser un actor con una voz única en el con-
cierto internacional. Este lastre hipoteca sus
III. A MODO DE REMATE PROVISIONAL propias formulaciones programáticas y
explica en buena medida sus deficiencias
A pesar de las reiteradas declaraciones de y limitaciones en la relación con otros ac-
intenciones, tanto de la UA como de la UE, tores. Si a esto se añade el impacto de una
sobre la conveniencia y la perentoria ne- crisis económica que incluso cuestiona la
cesidad de contar con una APSA total- supervivencia de su propia moneda, no es

11 Estipula el apoyo presupuestario al desarrollo de las ocho asociaciones temáticas que constituyen la Estra-

tegia común UE-África.

125
Jesús A. Núñez Villaverde

fácil imaginar cómo va a poder desarro- emiten Nigeria y Costa de Marfil. En el pri-
llarse una auténtica Política Común de Se- mero, grupos violentos, tanto musulmanes
guridad y Defensa, y en qué orden de prio- como cristianos, volvían a enfrentarse en la
ridad quedará África ante el previsible re- ciudad de Jos, en lo que podrían conside-
corte de fondos presupuestarios para ma- rarse réplicas de los choques ocurridos du-
terializarla. rante las fechas navideñas en la región, con
un saldo de unos 40 muertos, todo ello en
Al mismo tiempo conviene recordar que un escenario preelectoral (13 de enero) que
hablamos de marcos de relación inter- apunta a un incremento notable de la vio-
continental y de mecanismos creados muy lencia. En el segundo, el presidente saliente,
recientemente y, por tanto, con escaso re- Laurent Gbagbo, se resiste violentamente
corrido y con limitada capacidad para ven- a ceder el paso al vencedor de las eleccio-
cer inercias históricas muy poderosas que nes del 28 de noviembre, Alassane Ouat-
no siempre apuntan al entendimiento sino tara, lo que ha provocado que la UA haya
al resquemor y a la venganza. En esas con- suspendido a Costa de Marfil como miem-
diciones es recomendable observar el pro- bro de la organización y que la violencia que
ceso en marcha con una notable dosis de se arrastra desde el día de las elecciones
paciencia, confiando en que termine por im- amenace con derivar en una reapertura de
ponerse la visión que entiende la interde- la guerra civil que sufrió este país en 2002-
pendencia como un factor de obligado es- 2004. No menor es la preocupación que de-
tímulo para la cooperación en todos los ór- riva del referéndum que Sudán prevé rea-
denes. Por un lado, el panafricanismo es lizar el 9 de enero y, en términos más ge-
una clave que apenas se remonta a 1990, nerales, lo que puedan deparar la veintena
intentando revertir el efecto pernicioso de de procesos electorales previstos a lo lar-
la colonización europea y superar el afán de go de 2011.
protagonismo de algunos líderes africanos
para ser reconocidos como primus inter pa- Por último, como ha quedado de manifiesto
res. Por otro, la Unión Europea acaba de en la reciente Cumbre de Trípoli, la Estra-
atravesar un período crítico para profundizar tegia Común aprobada en la Cumbre de Lis-
su modelo de bienestar y seguridad, al tiem- boa está aún muy lejos de ser operativa. En-
po que intenta digerir sin atragantarse la tre los problemas más señalados que que-
mayor ampliación de su historia, inte- dan por resolver para impulsar su desarrollo
grando a numerosos países de la Europa hay que destacar, sin duda, la enorme di-
central y oriental. En estas condiciones, su ficultad que supone encajar las múltiples ini-
vocación exterior (más allá de su carácter ciativas en marcha (desde la Unión por el
de socio comercial y de donante) se ha vis- Mediterráneo hasta el Convenio de Cotonú
to significativamente limitada no solo en y las ocho instituciones subregionales ya
África sino en cualquier otro escenario. existentes) y, no menos relevante, el blo-
queo en torno a la implementación concreta
Por su parte, como si quisiera evitar cual- del II Plan de Acción (tanto por la previsible
quier tipo de triunfalismo, 2010 se despide falta de financiación asegurada para sus dis-
con señales tan preocupantes como las que tintos componentes como por las abiertas

126
África más allá de la crisis: la estabilización del continente

diferencias entre las prioridades que de- nimiento de un modelo desigual e injusto
fienden la UE y la UA). como la creciente interdependencia en un
mundo globalizado en el que nuestras ne-
Cabría hablar, todavía hoy, del efecto ne- cesidades (alimentarias, energéticas…) no
gativo de un sentimiento de mutua des- podrán ser cubiertas durante mucho más
confianza entre ambos actores. Por encima tiempo aplicando la misma fórmula. Lo que,
de cualquier otra consideración, la Unión en consecuencia, se plantea como camino
Europea sigue percibiendo a África como no ya prioritario sino radicalmente obliga-
un problema y/o una amenaza, más que torio es entender que nuestro desarrollo no
como una oportunidad con destino com- puede asentarse en el subdesarrollo de
partido. La Unión Africana, por su lado, aún nuestros vecinos y que, igualmente, nues-
ve a la UE como un donante tacaño y pres- tra seguridad no puede lograrse a costa de
to a imponer normas de condicionalidad la inseguridad de quienes nos rodean.
(mientras otros, como China, actúan con pa-
rámetros menos exigentes y, a corto plazo, La estabilización de África es necesaria, pero
más operativos). En estas condiciones re- solo si se entiende como un proceso diná-
sulta muy difícil superar las reticencias y los mico. Eso debe traducirse, primero, en un
obstáculos objetivos (tanto políticos como cambio de tendencia con respecto a la si-
económicos) para manejar la complejidad tuación actual en la que se han acumulado
de unas estructuras institucionales tan ya demasiadas “décadas perdidas”. Ade-
complejas y con tan alta diversidad de vo- más, debe suponer un cambio de priori-
ces en su seno. A corto plazo queda por ver dades para colocar por encima no tanto la
cómo será el desarrollo del Servicio de Ac- seguridad de los Estados como la seguri-
ción Exterior de la UE y si la UA logrará do- dad humana de sus habitantes, atendien-
tarse de capacidades que le permitan do a sus necesidades más perentorias y a
(como ya tienen los Veintisiete) controlar las la neutralización de las amenazas de que
agendas nacionales y subregionales que di- manera más directa afectan a sus vidas. El
fícilmente conviven en su seno. esfuerzo principal debe ser asumido por los
propios africanos, pero, dado el volumen
En resumen, la situación actual muestra del empeño, resulta fundamental la acti-
bien a las claras que la permanencia del mo- vación de la voluntad política internacional
delo histórico de relaciones –tanto internas para acompañar ese proceso hasta el final.
como regionales o internacionales– no au- Ojalá que así sea.
gura una salida esperanzadora para una po-
blación que ha sido constantemente mar-
ginada. Si, como demuestra la historia re-
ciente del continente, no son considera-
ciones éticas las que hayan movilizado la
necesaria voluntad política para modificar
de raíz esos esquemas, debería serlo al me-
nos el puro egoísmo inteligente. Aquel que
entiende tanto la imposibilidad del soste-

127
Jesús A. Núñez Villaverde

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128
7. LA AGENDA AFRICANA:
¿CÓMO PUEDEN ESPAÑA Y EUROPA APOYARLA?
José Manuel Albares*

África es, sin duda, la región más pobre y transiciones hacia la democracia que tu-
castigada del planeta. Ante esta situación, vieron lugar durante los años noventa, a
desde 2004, España ha hecho del subcon- través del refuerzo de las instituciones, el
tinente una de las grandes prioridades de imperio de la ley, las elecciones multipar-
su acción exterior. Por ello, se ha intensifi- tidistas, la apertura a la participación ciu-
cado de manera sustancial el diálogo con dadana y a la libertad de prensa. Estos es-
los países subsaharianos y se ha superado fuerzos de ámbito nacional se tradujeron
la postergación histórica de la región en a escala continental en iniciativas innova-
nuestra política exterior y la tradicional au- doras como el Mecanismo Africano de Eva-
sencia de nuestra cooperación allí. África luación entre Pares (African Peer Review
tenía que dejar de ser el continente olvi- Mechanism –APRM–) del NEPAD, que
dado y pasar a formar parte de la comu- constituye un factor positivo para el inter-
nidad internacional en pie de igualdad. Du- cambio y la difusión de buenas prácticas
rante la última década, el continente afri- democráticas entre los países africanos.
cano ha realizado importantes esfuerzos Aunque han sido muchos los logros ob-
para estar a la altura de los cambios del nue- tenidos, los recientes acontecimientos po-
vo milenio y ha tenido que afrontar toda una líticos que han tenido lugar en algunos
serie de nuevos retos de carácter global. En países africanos ponen de manifiesto la ne-
esa línea, la Unión Europea y África se han cesidad de seguir impulsando, de forma re-
esforzado por diseñar una agenda común novada, las transiciones hacia la demo-
que se ha traducido en las dos Cumbres UE- cracia, y reforzando las dimensiones so-
África que han tenido lugar hasta ahora. ciales y económicas de la misma para evi-
tar que quede limitada a una visión exclu-
sivamente vinculada a la celebración de
I. ÁFRICA SUBSAHARIANA: UN BALANCE elecciones.

Resulta complejo hacer un balance de la En efecto, las recientes inestabilidades


evolución reciente de África Subsahariana, originadas alrededor de procesos electo-
dada su enorme diversidad y la gran va- rales en distintos países, como es caso de
riedad de situaciones y respuestas. Sin em- Costa de Marfil, o las dificultades para la es-
bargo, es posible identificar una serie de tabilidad que derivan en ocasiones en
tendencias clave que marcarán el futuro golpes de Estado, como el ocurrido re-
próximo en esta región. cientemente en Nigeria, demuestran que,
más allá de las elecciones, existen cues-
tiones de fondo sobre la naturaleza de la
I.1. Democracia y derechos humanos participación política y la redistribución del
en África Subsahariana poder político y económico que deben ser
profundizadas de forma transparente y
Durante la última década se han produci- abierta, con apoyo de procesos de con-
do notables avances para consolidar las certación social y política.

* Subdirector General de África Subsahariana. Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

129
José Manuel Albares

A pesar de los progresos registrados du- temente reforzadas con la importante labor
rante los últimos años en África Subsaha- que está desarrollando la Corte Penal In-
riana en materia de respeto de los derechos ternacional, que ha llevado a juicio por pri-
humanos, han sido varios los países en los mera vez en la historia a un acusado por el
que se han registrado prácticas incompa- reclutamiento forzoso de niños, en el con-
tibles con la Declaración Universal de De- flicto de República Democrática del Congo.
rechos Humanos, como Zimbabwe, So- Este juicio supone un hito en la lucha con-
malia, Sudán o República Democrática del tra la impunidad en el ámbito internacional.
Congo (región de los Kivus). Sin embargo,
en otros aspectos, como la pena de muer- En lo que respecta a la evolución reciente
te, se han registrado avances significativos, de las Comisiones de Verdad y Reconci-
confirmándose la tendencia de los estados liación en África, destacan los trabajos de
africanos a abolirla en la práctica o por ley. la Comisión establecida en Liberia para la
Así, desde 2008, Ruanda, Gabón, Togo y Be- investigación de las atrocidades cometidas,
nín han abolido la pena de muerte. desde finales de 2003, en la guerra civil. En
Sierra Leona se están desplegando es-
Durante los últimos años se han conseguido fuerzos para la puesta en práctica de las re-
avances en la lucha contra el reclutamien- comendaciones de la Comisión de la Ver-
to infantil en los conflictos, detectándose dad y Reconciliación. En el marco del Tri-
desde principios de 2008 una menor pre- bunal Penal para Ruanda, sigue destacan-
sencia de menores en conflictos que en do la sentencia histórica de 1998 que es-
2004. Sin embargo, todavía queda mucho tableció por primera vez que la violación y
trabajo por hacer, especialmente en países otros actos de violencia sexual pueden ser
como la República Democrática del Congo perseguidos judicialmente como elemen-
o Sudán. Tanto la ONU, a través funda- tos constitutivos de genocidio, elemento
mentalmente del Representante Especial imprescindible para el reconocimiento de
del Secretario General para Niños en Con- la violencia sexual como crimen de guerra
flictos Armados y varias Resoluciones del y contra la humanidad.
Consejo de Seguridad (1539 de 2004, y 1612
de 2005), como la UE –que tiene unas Di-
rectrices sobre los Niños y los Conflictos Ar- I.2. La construcción de la paz y la
mados–, concentran importantes esfuerzos seguridad en África Subsahariana
en este ámbito en África Subsahariana. Los
programas para el desarme, desmoviliza- Existe una relación directa entre el
ción y reintegración (DDR) de los niños y ni- desarrollo, la seguridad y el respeto a los
ñas afectados y el apoyo a las organiza- derechos humanos, que se hace especial-
ciones que protegen los derechos de los ni- mente patente en África. De los 30 con-
ños en conflictos armados son ámbitos de flictos armados registrados en el mundo
trabajo clave en este continente. durante 2009, diez tuvieron lugar en Áfri-
ca y siete de ellos fueron conflictos arma-
Las acciones contra la utilización de los ni- dos internacionalizados, lo que pone de
ños soldado se han visto además recien- manifiesto su carácter regional y el papel

130
La agenda africana: ¿cómo pueden España y Europa apoyarla?

que desempeñan los países vecinos en los dades, marcadas, por un lado, por sus li-
mismos. Destacan en este sentido las vin- mitaciones en cuanto a capacidades –la UE,
culaciones entre los conflictos de la Re- entre otros, ha creado la African Peace Fa-
pública Centroafricana, Chad y Sudán; el cility para apoyar a la UA en este ámbito,
conflicto fronterizo entre Etiopía y Eritrea, y con el lanzamiento a finales de 2008 del
y entre Eritrea y Djibouti en la región de ciclo “Amani Africa” se pretende contribuir
Doumeira; la implicación de Etiopía en So- a la formación en materia de planificación
malia –en 2006, con objeto de contribuir a y gestión de crisis a escala continental–, y
frenar la situación de crisis–; o la de Ruan- por otro lado, por la propia situación de po-
da en el conflicto de la República Demo- breza e inestabilidad en la que se encuen-
crática del Congo. Esta internacionalización tran muchos de sus países miembros.
de los conflictos africanos impone la ne-
cesidad de adoptar enfoques regionales a Casos como el genocidio de Ruanda de
la hora de buscar soluciones. 1994 y otros similares en África, fueron el
origen del desarrollo del principio huma-
En la misma línea, la Unión Africana (UA) nitario de la Responsabilidad de Proteger
ha concentrado importantes esfuerzos en a poblaciones de genocidio, limpiezas ét-
la construcción de la Arquitectura Africa- nicas y masacres a gran escala, adoptado
na de Paz y Seguridad desde la creación en formalmente por la ONU en 2005. En este
2002 del Consejo de Paz y Seguridad de la sentido, la responsabilidad de proteger su-
organización, con la adopción de la De- pone un significativo avance empírico y
claración sobre Política Africana Común de normativo, al no sólo dar el salto del de-
Defensa y Seguridad en 2005 y la creación recho a la responsabilidad de los Estados,
de la “African Standby Force” (ASF) o fuer- sino que además se especifican unos prin-
za africana en espera, el sistema de Aler- cipios para la intervención humanitaria, ta-
ta Temprana y el Panel de Sabios. En este les como la proporcionalidad de los medios
contexto, apoyándose en las estructuras y la percepción de la intervención militar
con las que cuentan en este ámbito las Co- como último recurso, siendo la dimensión
munidades Económicas Regionales (REC), preventiva la más importante de la res-
la UA ha intervenido en acciones tales ponsabilidad de proteger. Sin embargo, la
como el apoyo a Naciones Unidas en la es- complejidad de la invocación de la res-
tabilización de países como Burundi, la ope- ponsabilidad de proteger fue puesta de ma-
ración híbrida –con Naciones Unidas– en nifiesto por el anterior Secretario General
Darfur (UNAMID), o las misiones propias de la Naciones Unidas, Koffi Annan, que se-
en Darfur (AMIS I y II, 2004-2007), o en So- ñaló: “Cuando veo los asesinatos, las vio-
malia (AMISOM). La UA también lleva a laciones y el hambre que sufre la gente de
cabo una importante labor de mediación en Darfur, me pregunto si hemos conseguido
situaciones de conflicto, como instrumen- ir mas allá de la retórica. La lección debe
to de paz y seguridad. ser que doctrinas bien intencionadas como
la responsabilidad de proteger sólo serán
Sin embargo, la Arquitectura Africana de pura retórica a menos que, y hasta que, los
Paz y Seguridad muestra todavía debili- que tengan el poder para intervenir efi-

131
José Manuel Albares

cazmente –ejerciendo fuerza política, eco- nimiento de la paz UNAMID. Los efectos
nómica, y como último recurso, fuerza mi- continuados de los conflictos armados en
litar– estén preparados para asumir el li- Sudán y en Somalia han desencadenado
derazgo”. las crisis humanitarias más graves a escala
mundial, provocando el desplazamiento de
Siguiendo una aproximación por regiones, la población –1,3 millones de desplazados
en África Occidental es de destacar la si- en Somalia y 2,7 millones de desplazados
tuación creada en Costa de Marfil tras las en Darfur (un tercio de su población)–, ade-
elecciones de noviembre de 2010 y en Ní- más de impedir la siembra de cultivos y
ger tras el golpe. En otros países de la re- obstaculizar el despliegue de la acción hu-
gión, como Liberia, el desafío pasa en la manitaria.
actualidad por la reintegración efectiva de
miles de excombatientes tras el desarme, La inestabilidad en Somalia ha favorecido
mientras que en el Delta del río Níger en la proliferación de actos de piratería marí-
Nigeria se mantienen los ataques perió- tima en la zona. Los secuestros de navíos
dicos de la insurgencia por el control so- de diversas nacionalidades en el Golfo de
bre la tierra y los recursos energéticos. En Adén y en el Océano Índico, entre ellos el
el Golfo de Guinea actúan también fuer- pesquero español “Playa de Bakio” en abril
zas violentas que dificultan la seguridad de 2008, han aumentado en los últimos me-
en la región. ses, amenazando la propia subsistencia de
esa ruta marítima comercial al haberse con-
En África Occidental, factores como la vertido en una de las más peligrosas del
amenaza terrorista y el tráfico ilícito de per- mundo. La comunidad internacional, y en
sonas, de armas y de drogas por la región especial los organismos más directamen-
y hacia Europa, comprometen también la te implicados como la Organización Marí-
paz y la seguridad. El conflicto entre po- tima Internacional, tratan de buscar medi-
blaciones tuareg y los gobiernos de Malí y das urgentes y eficaces que permitan pre-
Níger, así como el aumento de la crimina- servar la seguridad marítima en la zona.
lidad, los tráficos ilícitos –y su vinculación Buena prueba de ello, es el lanzamiento de
a la migración clandestina–, y la amenaza la operación “Atalanta” a finales de 2008,
de la implantación de células terroristas, primera operación naval de la UE, que se
agravada por la creación de Al Qaeda en suma a la fuerza multinacional que desde
el Magreb Islámico (AQMI), exigen una po- agosto de ese mismo año trataba de ase-
lítica preventiva y multidimensional. gurar a los buques del Programa Mundial
de Alimentos un pasillo de seguridad en la
En África Oriental y el cuerno de África los zona.
esfuerzos de la comunidad internacional se
centran en diversos focos de inestabilidad. En África Central y la región de los Gran-
Por un lado, los niveles de violencia en el des Lagos, la situación de inestabilidad vie-
conflicto de la región sudanesa de Darfur ne marcada en buena medida por el con-
siguen siendo elevados, a pesar de la flicto en la República Democrática del
puesta en marcha de la misión de mante- Congo, país que había conseguido im-

132
La agenda africana: ¿cómo pueden España y Europa apoyarla?

portantes avances en su proceso de nor- situación política estable y duradera, ha


malización con la promulgación de una sido relevante el papel de facilitador y me-
nueva Constitución en febrero de 2006 y las diador que ha desempañado la UA y la
elecciones de finales de ese mismo año, SADC. El acuerdo de gobierno inclusivo al-
además de una mejora de la economía del canzado el 15 de septiembre de 2008 fue
país. A pesar del Proceso de Nairobi y de posible también bajo el patrocinio de es-
los acuerdos de Goma, firmados en enero tas dos organizaciones regionales. En esta
de 2008 por todas las milicias de Kivu Nor- región se encuentran también países que
te y Kivu Sur, el conflicto en el Este del país tras una larga guerra civil están alcanzan-
se ha recrudecido desencadenando una cri- do importantes avances en la consolidación
sis humanitaria, lo que ha llevado, entre de la paz como Angola, junto a otros
otros, al reforzamiento de la misión de Na- como Sudáfrica, que además de ser la prin-
ciones Unidas en la zona (MONUC). La cipal potencia económica de la región ha
amenaza a la estabilidad del conjunto del participado en varios procesos de resolu-
país podría llegar a abrir el camino a la in- ción de conflictos y de establecimiento de
ternacionalización del conflicto en la región, la paz en el continente.
con la implicación de Rwanda y Uganda en
los Kivus, de Angola en el Bajo Congo, por
la estabilidad de Cabinda, y de Zimbabwe I.3. La lucha contra la pobreza y la
en la región de Katanga, repitiéndose así, consecución de los Objetivos
en buena medida, el escenario de 1998 a de Desarrollo del Milenio
2003.
En el ámbito económico, en la actualidad
Por otro lado, el conflicto de la región y en términos globales, según el último in-
sudanesa de Darfur desde 2003, ha con- forme de la OCDE con el Banco Africano de
tribuido a empeorar la situación interna que Desarrollo (BAD), el crecimiento del PIB en
ya atravesaban países como Chad y la Re- África ha sido superior al 5% y ha habido
pública Centroafricana. Ante la escalada de avances destacados en la evolución eco-
violencia, el Consejo de Seguridad de Na- nómica del continente, fundamentalmen-
ciones Unidas dio luz verde a la creación te por la exportación de petróleo, consoli-
de una misión de mantenimiento de la paz dando así la línea de crecimiento registra-
en la frontera entre Chad y la República da en los últimos cuatro años. Este infor-
Centroafricana liderada por la UE (EUFOR me señala también que 12 de los 35 países
RCA/CHAD), cuyo mandato específico ha analizados han aumentado el volumen
concluido el 15 de marzo de 2009. de sus exportaciones en más de un 5%, y
que la economía derivada del turismo se
En África Austral, el país que ha sufrido un ha incrementado en países como Cabo Ver-
mayor deterioro en el último periodo ha de, Kenia, Mauricio o Tanzania, mientras
sido Zimbabwe, debido al agravamiento de que la agricultura ha sido importante en Be-
la situación humanitaria y a la crisis polí- nin, Camerún, Etiopía, Kenia y Liberia.
tica, especialmente tras las elecciones de Sin embargo, el informe destaca de forma
marzo de 2008. Con el fin de alcanzar una preocupante que África pierde 23.000 per-

133
José Manuel Albares

sonas cualificadas al año. La mejora en lí- II. LA CUMBRE UE-ÁFRICA: ¿AGENDA


neas generales de la gestión macroeco- COMÚN O DIÁLOGO CRUZADO?
nómica y de la gobernabilidad económica
en África han sido elementos clave para in- Tras las Cumbres de El Cairo (2000) y de
centivar tanto la inversión nacional como Lisboa (2007), la tercera Cumbre UE-Áfri-
la extranjera. ca ha tenido lugar los días 29 y 30 de no-
viembre pasados en Trípoli. Previo a la
No obstante, la realidad es que África Sub- Cumbre, las tensiones provenían de los
sahariana sigue concentrando los países Acuerdos de Partenariado Económico
con índices y niveles de desarrollo más (EPAs) y la inmigración. En sí, el principal
bajos. Según datos recientes, los 22 logro político de la Cumbre ha sido la apro-
países con índices de desarrollo humano bación del II Plan de Acción 2010-2012 de
más bajos están en esta región del pla- la Estrategia Conjunta UE-África (JAES). El
neta, siendo el último Sierra Leona (que I Plan de Acción 2009-2011, que no ha te-
ocupa el puesto 177). Los países con ren- nido ningún impacto en la vida del conti-
ta per cápita más baja también se en- nente africano, llevó a diseñar un nuevo
cuentran en África Subsahariana, en par- Plan más centrado, para concentrarse en
ticular, Burundi, Malawi, República De- actividades que tengan un impacto regio-
mocrática del Congo, Tanzania y Níger. La nal, continental o global. Sin embargo, exis-
esperanza de vida más corta se encuen- tió una divergencia de percepción: mien-
tra en Zambia (40,5 años), seguida de tras los europeos creen que la Estrategia es
Swazilandia (40,9 años), y Zimbabwe un foro de concertación y diálogo, la par-
(40,9 años), causada en buena medida por te africana lo concibe como un nuevo ins-
los estragos de enfermedades como el trumento de cooperación al desarrollo.
VIH/SIDA, las condiciones sanitarias o los Unos quieren hablar de inversiones y po-
conflictos armados. lítica, los otros de desarrollo. Por ello, se
frustró una posición común de África y la
La brecha que separa a los hombres y mu- Unión Europea en la Conferencia de
jeres en el ciclo de la pobreza tiene en Áfri- Cancún.
ca Subsahariana un importante impacto so-
bre el desarrollo al existir un número ele- Europa ha conseguido un acuerdo de mí-
vado de hogares encabezados por mujeres. nimos con África. Se ha adoptado el II Plan
El reconocimiento en la Conferencia de Bei- de Acción que lanza una nueva estrategia
jing de que algunos aspectos de la pobre- de asociación con una serie de elementos
za están vinculados al género, la llamada que conforman la agenda de cooperación
feminización de la pobreza, impulsa a re- entre ambos continentes. Estos son: la se-
orientar los esfuerzos para que las políticas guridad, la democracia, los derechos hu-
de erradicación de la pobreza aborden las manos, la implicación del sector privado en
necesidades específicas de las mujeres. el desarrollo, el cambio climático, la emi-
Destaca en este aspecto la labor del Fon- gración y los objetivos del desarrollo del
do de Desarrollo de las Naciones Unidas milenio. Los europeos hemos realizado pro-
para la Mujer (UNIFEM). puestas concretas como son la mejora de

134
La agenda africana: ¿cómo pueden España y Europa apoyarla?

la representatividad africana en el seno del III. CHINA ¿COMPETIDOR O ACTOR


G-20 o el mantenimiento de la ayuda al EN ÁFRICA?
desarrollo.
La espectacular entrada de China en el con-
Aún así, han sido patentes las profundas tinente africano ha trastocado el “status-
diferencias que existen nuevamente entre quo” geopolítico en la región. Tradicio-
África y Europa en materia de inmigración, nalmente, Europa ha sido el único actor in-
derechos humanos y cambio climático. En ternacional en África, si exceptuamos la in-
este último punto, los africanos han re- termitente presencia de los Estados Unidos.
chazado el texto propuesto por la UE, que La incorporación de China como nuevo ac-
hubiera supuesto un avance en el respe- tor, en ese sentido, no hace sino normali-
to del Protocolo de Kioto. Por tanto, el as- zar una situación atípica. En un mundo glo-
pecto más positivo de la cumbre es la balizado, múltiples actores coinciden en un
adopción de ese II Plan de Acción que per- mismo espacio geográfico. Así, Europa ya
mite a la UE mantener una relación es- no es, ni económica ni políticamente, el úni-
pecífica con África, aunque aún sin una co referente para África.
agenda común. Así, los resultados de la
Cumbre han sido los mínimos que se po- Combinando una billetera generosa con un
dían esperar de un ejercicio como éste. discurso ideal de respeto a la soberanía y
África y la Unión Europea siguen mante- a los gobiernos africanos, China ha con-
niendo un diálogo cruzado y no alcanzan seguido una penetración espectacular en
un consenso en torno a una agenda co- África en muy pocos años. El comercio en-
mún. Además, la agenda de la Cumbre tre ambos se ha doblado sólo desde 2006,
planteaba demasiados partenariados que hasta alcanzar los 80.000 millones de eu-
eran casi un menú de lo que cada país ros en 2008. Las empresas chinas superan
quería. Para que esta clase de Cumbres las 1000 y sus ciudadanos rondan el millón
sea eficaz en el futuro es necesario que la de personas. Asimismo, el discurso chino
UE y África se concentren en dos o tres te- de cooperación entre estados soberanos y
mas que interesen verdaderamente a exento de cualquier tipo de condicionalidad
ambos continentes. oficial, ofrece a los gobernantes africanos,
especialmente a aquellos que rechazan
Por último, los africanos comprenden que abiertamente la democracia y los derechos
la entrada de China –y en menor medida humanos, un modelo de desarrollo alter-
de India– en el continente les ofrece una al- nativo y un aliado frente a la presión occi-
ternativa a la relación con Europa. Esta ha dental. Contrariamente a la idea más ex-
sido, tal vez, la lección más importante de tendida, las ventajas y los intereses de esa
la Cumbre de Trípoli. Por lo tanto, los eu- asociación para ambas partes no son ex-
ropeos debemos de ser proactivos y tra- clusivamente económicos. Ciertamente,
bajar conjuntamente con los africanos, China se asegura ingentes cantidades de
dado que ahora África puede escoger en- recursos energéticos y materias primas y
tre distintos socios dinamiza sus inversiones en los sectores de
la construcción, las telecomunicaciones, el

135
José Manuel Albares

textil y el agroalimentario. A cambio, los Es- totalmente ligada a su ejecución por em-
tados africanos reciben infraestructuras y presas chinas y con mano de obra china.
préstamos abundantes. Sin embargo, y so- También la no ingerencia y el respeto a
bre todo, esta relación ofrece a China un la soberanía que, con frecuencia, se pre-
instrumento de “poder blando” de primer senta como uno de los elementos más va-
orden que ha sido indispensable para eli- lorados por los africanos en su relación
minar diplomáticamente a Taiwán y para con China, choca con la realidad. El apo-
garantizarse buen número de votos en Na- yo a las milicias en Chad en 2006 o la re-
ciones Unidas. África, asimismo, ha en- ciente denegación de visado del Dalai
contrado un poderosos aliado con el que Lama en Sudáfrica demuestran el uso de
enfrentarse en lo financiero a los donantes la presión política china en África. Empie-
internacionales, especialmente a los mul- za, así, a detectarse en distintos países afri-
tilaterales que la trataban con gran pater- canos una animosidad hacia la presencia
nalismo, y en lo político a los occidentales, china por su voracidad hacia los recursos
uniéndose a China en un discurso más bien naturales y su competencia en el mercado
retórico sobre la amistad entre pueblos en laboral, no ya sólo como mano de obra,
vías de desarrollo y víctimas del colonia- sino también ocupando las actividades del
lismo que buscan su propio modelo. No sector informal, tan vitales para la super-
obstante, es evidente que la mera presen- vivencia de las familias más pobres.
cia china convierte a África y sus recursos
en más atractivos a escala internacional, sa- En cualquier caso, dos cosas son ciertas:
cándola del ostracismo post-colonial y re- China es ya un actor de primer rango en
equilibrando su dependencia de Europa. África, y Europa, y por tanto España, deben
integrar en su política africana esta situa-
Sin embargo, la relación entre China y Áfri- ción. Los europeos debemos reafirmar
ca es menos idílica de lo que con frecuen- nuestro compromiso con los valores hu-
cia se lee. Thabo Mbeki atacaba reciente- manistas y los derechos humanos en
mente el deseo chino de querer satelizar el nuestra relación con África. China es la ter-
continente y criticaba la idea de una rela- cera economía mundial pero en el Índice
ción igualitaria y respetuosa. La transfor- de Desarrollo Humano se encuentra en el
mación de los recursos africanos, lo que puesto 81. Los africanos son conscientes
añade verdaderamente valor al producto de esto y siguen mirando hacia Europa. De
final, beneficia sistemática y exclusiva- China pueden aprender como sacar mi-
mente a las empresas y ciudadanos chinos. llones de personas de la pobreza extrema,
Del mismo modo, la falta de condiciona- pero para redistribuir riqueza y consolidar
lidad oficial no se traduce en los hechos. la democracia, siguen pensando en el
El reconocimiento de la República Popu- modelo y las prácticas europeas. Por tan-
lar China es obligatorio. Igualmente, los to, cualquier intento de emular la no con-
ingentes préstamos chinos suponen una dicionalidad china, deslegitimaría nuestro
carga que hoy no se ve pero que tendrán discurso en África y nos debilitaría frente
que soportar las futuras generaciones afri- a la propia China. No obstante, haremos
canas. Asimismo, la “ayuda” china está mal en ver a China como un rival en Áfri-

136
La agenda africana: ¿cómo pueden España y Europa apoyarla?

ca. Puede ser socio en la estabilización del ros aprobados en 2008 para tres años. Tam-
continente. Sus fuertes intereses en la re- bién en la agenda migratoria, el liderazgo
gión y su experiencia en misiones de paz español, tanto en Europa como en África,
hacen que tenga gran interés en la paz y se- ha sido indiscutible. España ha defendido
guridad de África. También podemos la adopción de un enfoque global, según
aprender de su acción. Nuestras políticas el cual la lucha contra la inmigración ilegal
de desarrollo en el continente deben tener y las mafias que trafican con personas de-
entre sus objetivos el apoyo a la creación ben ir acompañadas de una facilitación de
de un tejido productivo generador de ri- los mecanismos de contratación de traba-
queza, que emplee gran cantidad de mano jadores subsaharianos en origen con todas
obra no cualificada y que tan desespera- las garantías y la aplicación de políticas ac-
damente busca y necesita África. Ante todo, tivas de integración, un fortalecimiento de
tenemos que dejar de ver África como un las capacidades para gestionar la migración
bloque homogéneo con problemas co- y el fomento de acciones de codesarrollo.
munes y pensar políticas africanas adap-
tadas a sus distintas situaciones. La pre- Sin embargo, lo que realmente ha mar-
sencia China marca el fin de la era post-co- cado la nueva presencia española en el
lonial en África. continente africano, es el haber situado a
la región en el centro de la agenda de
cooperación al desarrollo española, supe-
IV. EL PAPEL DE ESPAÑA EN ÁFRICA: rando una desatención histórica. Por pri-
EFICACIA Y APROPIACIÓN mera vez tiene una presencia destacada en
el continente que de forma mas lacerante
España ha hecho una apuesta estratégica sufre el hambre, las enfermedades, y la ex-
por África subsahariana. Por ello, se han re- clusión de amplias capas de su población,
forzado las misiones diplomáticas con la especialmente las mujeres, de las oportu-
creación de seis nuevas embajadas. Igual- nidades de desarrollo. Nuestro país, en el
mente, España ha hecho un especial es- periodo 2004-2010, ha incrementado su es-
fuerzo para contribuir a la paz, la demo- fuerzo hacia el continente africano de ma-
cracia y la seguridad en el continente. nera sin precedentes, multiplicando por sie-
Como ejemplo tenemos la misión EU- te la aportación a la región subsahariana
FOR, con la contribución de un contingente con respecto a 2000-2003.
militar español para apoyar las primeras
elecciones democráticas en la República Más allá del volumen de ayuda, el enfoque
Democrática del Congo en 2007; o la pro- ha variado. España no sólo se centra en
visión de medios de transporte aéreo en la programas bilaterales país a país, sino que
misión EUFOR-Chad para apoyar las mi- apoya los procesos de integración regional
siones de Paz autorizadas por Naciones y subregional en el continente como ins-
Unidas en Darfur-Sudán y el Chad; o la trumento válido para el fomento del
Agenda para la Paz de la Unión Africana, desarrollo socioeconómico de los Estados
a la que nuestro país es uno de los princi- africanos y para garantizar la paz, la segu-
pales contribuyentes con 30 millones de eu- ridad y la estabilidad de los mismos. Este

137
José Manuel Albares

esquema sub-regional muestra una mayor coordinado que incorpora a muchos de los
refinamiento en el análisis y mayor ma- países más pobres del planeta. África
durez en el enfoque, capaz de superar una Subsahariana se ha convertido así en una
visión unitaria del continente y diferenciar región estratégica para España. En los úl-
entre distintas regiones. En ese sentido, se timos años ha surgido una auténtica agen-
han detectado una serie de organizaciones da común de nuestro país con ese conti-
regionales que pasan a ser socios prefe- nente. Temas como el cambio climático, la
rentes: fundamentalmente la Unión Afri- lucha contra la pobreza o los flujos mi-
cana (UA) y NEPAD a escala continental, y gratorios afectan por igual a nuestro país
la Comunidad Económica de Estados de y a nuestros “nuevos vecinos” subsaha-
África Occidental (CEDEAO). Se reconoce rianos. La solución de los mismos no pue-
a África Occidental como la región priori- de ser tampoco más que común y con-
taria para España, al tratarse de la región junta. Igualmente la lucha contra los tráfi-
en la que se encuentran los países “veci- cos ilícitos y el terrorismo, especialmente
nos” de España en África, con los que com- en el Sahel, contribuyen a situar al sub-
partimos una agenda común (cambio cli- continente entre las prioridades de la acción
mático, migraciones, terrorismo y tráficos exterior española. Por último, en los últi-
ilícitos). Por último, todo lo anterior tiene mos años hemos asistido a una mayor sen-
como guía tres objetivos transversales: los sibilización y conocimiento del África Sub-
derechos humanos, la igualdad de géne- sahariana y de su realidad por parte de
ro y la sostenibilidad medioambiental y nuestros ciudadanos, que unido al senti-
adaptación al cambio climático que im- miento mayoritario de solidaridad hacia los
pulsan la acción exterior de nuestro país en más pobres imperante en nuestro país,
África Subsahariana. como reflejan invariablemente las en-
cuestas de opinión, coadyuva a que nues-
Así, España ha realizado una apuesta es- tra ciudadanía quiera que España trabaje
tratégica en los últimos años por África activa y eficazmente en los países más des-
Subsahariana, cuya perspectiva política han favorecidos del mundo que se encuentran
plasmado los distintos Planes África, el úl- mayoritariamente en esa región.
timo de ellos, el actual que corre de 2009
a 2012. El Gobierno ha asumido como una Por todo ello, nuestra política exterior y
de sus principales prioridades en política nuestra cooperación al desarrollo han es-
exterior el objetivo de establecer un nue- trechado la relación con la región. Es cier-
vo marco, más profundo y global, de re- to que desde los años 80 la cooperación es-
laciones con esta región del mundo. La pañola había desarrollado una importan-
cercanía geográfica de la zona, así como te labor en países como Mozambique,
razones políticas, económicas, de Angola o Namibia, pero es desde 2005 que
cooperación al desarrollo, migratorias y de se ha impulsado la actividad española en
corresponsabilidad en el tratamiento mul- países como Etiopía o República Demo-
tilateral de problemas globales como la po- crática del Congo, clasificados como Países
breza, la amenaza terrorista o la preserva- Menos Adelantados en su denominación
ción del medio ambiente, justifican un plan oficial, según Naciones Unidas, y estraté-

138
La agenda africana: ¿cómo pueden España y Europa apoyarla?

gicos ambos en esta zona del continente o sistió en AOD bilateral y el 44,1% en AOD
con mucha fuerza en todo el África Occi- multilateral. Las cifras para el año 2009
dental. El despliegue diplomático ha ido muestran una tendencia similar: la AOD to-
acompañado de un incremento de la Ayu- tal destinada a África alcanza los 1.429,6 mi-
da Oficial al Desarrollo en la región, que se llones de euros. La ayuda bilateral desti-
ha multiplicado por siete desde los 200 mi- nada al continente africano supera a la mul-
llones de 2004 hasta alcanzar los más de tilateral en términos absolutos; la primera
1.400 millones de euros a día de hoy. Nues- es de unos 1.066 millones de euros frente
tro país ha entrado, por tanto, con fuerza a la segunda, en torno a los 363 millones,
en una región compleja, cambiante y que, convirtiendo a África en el segundo mayor
en buena medida, ha empezado a conocer receptor de AOD bilateral después de
más profundamente hace tan solo unos po- América Latina con un 33,47% de la AOD
cos años. bilateral total disponible. Sin embargo, si
hacemos un análisis comparado de estos
También se ha producido un cambio en la datos, el continente africano es el primer
tradicional distribución de la AOD, incre- receptor de ayuda multilateral de la
mentándose las prioridades geográficas de cooperación española, esto es, la ayuda
la región hasta 18 países, con una distri- que se canaliza a través de las Organiza-
bución de recursos creciente para el Áfri- ciones Internacionales y Multilaterales,
ca Subsahariana desde 2004. Se puede, por con un 55,81% de la ayuda multilateral to-
tanto, afirmar que la acción exterior espa- tal. Asimismo, según datos del Comité de
ñola concede un lugar preferente al Ayuda al Desarrollo (CAD), la región de Áfri-
desarrollo del África Subsahariana y que el ca Subsahariana recibió durante el perio-
continente africano se ha convertido en una do 2007-2008 el 31,6% de AOD española to-
de las prioridades de la cooperación es- tal, superando por primera vez a la AOD
pañola en los últimos años. No sólo por- destinada a la región latinoamericana y ca-
que el despliegue de nuestra cooperación ribeña en un 1,8%. Esto es especialmente
en la región sea considerable con presen- significativo, dado que la acción multilateral
cia estable en Angola, Cabo Verde, Etiopía, es uno de los objetivos del nuevo Plan Di-
Guinea Ecuatorial, Malí, Mozambique, Na- rector de la Cooperación Española (2009-
mibia, Níger, Senegal y República Demo- 2012) y que la aportación que el gobierno
crática del Congo, sino porque desde el año de España hace a los diferentes organismos
2005, España ha incrementado su esfuer- internacionales, que en esta etapa apues-
zo presupuestario hacia África de manera ta por un multilateralismo activo, selectivo
sin precedentes. En 2007 el continente afri- y estratégico, tiene como finalidad el apo-
cano fue ya la principal región destinata- yo a la comunidad internacional para el
ria de AOD española, con 1.138,6 millones cumplimiento de los Objetivos de
de euros recibidos en términos brutos. Esto Desarrollo del Milenio.
es el 40,39% de la AOD española. En el año
2008, la Ayuda Oficial al Desarrollo desti- Para conseguir dichos objetivos, la
nada al continente fue de 1.421,4 millones cooperación española hacia África subsa-
de euros. De esta cantidad, el 55,9% con- hariana intenta ser lo más eficaz posible en

139
José Manuel Albares

su objetivo de lucha contra la pobreza. Así, la cohesión social en el marco de la lucha


se han determinado una serie de priori- contra la pobreza. El objetivo general de
dades geográficas en el continente: Etiopía, nuestra cooperación en educación, es la
Malí, Mozambique, Senegal, Cabo Verde, contribución al logro del derecho a una
Níger, Guinea Ecuatorial, Sudán, Guinea educación básica, inclusiva, gratuita y de
Bissau, Gambia, Angola, República De- calidad, mediante el fortalecimiento de los
mocrática del Congo, Guinea Conakry y Na- sistemas públicos de educación y de las or-
mibia son todos ellos países en los que Es- ganizaciones de la sociedad civil. Así, se
paña tiene un programa bilateral de destinaron a este objetivo en el año 2008
cooperación. Junto a ellos, África Occi- un total de 96 millones de euros.
dental se convierte en prioridad regional de
la cooperación española, con una vertien- Otro subsector prioritario es el de la salud,
te multilateral (CEDEAO) y otra bilateral que ligada con los Objetivos del Milenio que se
centrará su atención en estados en situa- refieren a la reducción de la mortalidad in-
ción de fragilidad o posconflicto. fantil, la mejora de la salud materna y la lu-
cha contra el VIH/SIDA, la malaria y otras
España es un gran donante de ayuda bi- enfermedades. A ello se destinaron un to-
lateral al continente africano. Esto es, la tal de 75 millones de euros durante el 2008.
ayuda que España da a países africanos en
concreto y que conforma nuestros pro- Por último, la cooperación española prio-
gramas bilaterales de cooperación. La riza el acceso a servicios adecuados de
AOD bilateral española ha pasado de 28 agua y saneamiento, a los que se destina-
millones de dólares en el periodo 1980- ron en 2008 un total de 29 millones de eu-
1989, a 373 millones en el periodo 1990- ros. Con ello se pretende asegurar el acceso
1999, hasta alcanzar los 515 millones en a unos recursos hídricos de mayor calidad
el periodo 2000-2008, registrando el ma- y el aumento del acceso al agua potable,
yor aumento de todos los países donan- enfocado a su vez a la mejora de la salud
tes del CAD. y la habitabilidad básica de la población.

Los sectores prioritarios para la cooperación Los servicios económicos conforman el se-
española en África son: en primer lugar, los gundo sector de mayor importancia para
servicios sociales básicos, la gran prioridad la cooperación española, al que se dedi-
de nuestra cooperación; en segundo, el sec- caron 127 millones de euros en 2008. Es-
tor económico. Al primero se dedicaron 365 paña es el segundo mayor donante bilateral
millones de euros en el 2008. En este sec- (después de Japón) en el sector económi-
tor, resultan fundamentales tres subsec- co africano, al que destina un 30,4%, del
tores: salud, educación y el acceso al agua cual un 24,5% se destina al sector energé-
y saneamiento. tico. Otras prioridades son los transportes
y los sistemas de almacenamiento.
España concentra la mayor parte de su
AOD bilateral al subsector de la educación En cuanto a los sectores productivos, Es-
como palanca para fortalecer la equidad y paña es el sexto donante con un 8,4% de

140
La agenda africana: ¿cómo pueden España y Europa apoyarla?

la AOD bilateral total que se destina a Áfri- Finalmente, la ayuda de emergencia supera
ca. La agricultura, los bosques y la pesca cada año los 100 millones de euros; en 2008
son los subsectores productivos que reci- fueron 135 millones de euros, y es canali-
ben mayor apoyo de la cooperación es- zada, fundamentalmente, a través de or-
pañola (muy ligada a la ayuda en seguri- ganismos multilaterales como el Programa
dad alimentaria) con un 7,1%. Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones
Unidas y otros organismos como UNICEF.
Asimismo, dentro del ámbito multisecto-
rial, el medio ambiente es una de las prio- Además, la cooperación española recien-
ridades de trabajo de la cooperación es- temente ha introducido el enfoque regional
pañola en África, siendo uno de los prin- como mecanismo para alcanzar un mayor
cipales donantes del PNUMA (Programa de impacto en sus acciones de desarrollo. En
Naciones unidas para el Medio Ambiente); ese esquema, la región de África Occiden-
el género es otro sector transversal para la tal y su organización de integración regio-
cooperación española en África, a través de nal, la CEDEAO, desempeñan un papel
la vía multilateral (UNIFEM) y de proyectos fundamental. La proximidad geográfica de
bilaterales en diferentes países. la región con España, que hace de sus países
nuestros “vecinos africanos”, da lugar a una
Igualmente, la política de género es una agenda común en la que retos y soluciones
prioridad en un doble sentido para la son compartidos. Con desafíos compartidos
cooperación española, tanto a nivel hori- como el cambio climático, el desarrollo so-
zontal como sectorial. El objetivo general cial y económico, el fenómeno migratorio,
de política sectorial de género en desarrollo los tráficos ilícitos o el terrorismo interna-
es contribuir a alcanzar el pleno ejercicio de cional. Así, la región de África Occidental, en
los derechos humanos y la ciudadanía de sí misma, es prioritaria para la cooperación
las mujeres mediante el empoderamiento. española. Por ello, se está poniendo en mar-
La AOD española para los temas de género, cha un programa regional de cooperación,
tanto bilaterales como multilaterales y dotado de estructuras sólidas y con una ver-
multi-bilaterales, ha aumentado conside- tiente multilateral, centrada en la CEDEAO
rablemente desde la entrada en vigor del y otra bilateral con los PMA (Países Menos
Plan Director. En el continente africano, la Avanzados), algunos de los más pobres del
integración del enfoque de género es un planeta, como es el caso de Malí y Níger;
reto nuevo y necesario por parte de la Países de Renta Baja como Senegal y Gam-
cooperación española. Los encuentros y bia; y un País de Renta Media que es Cabo
Declaraciones consecutivas de los En- Verde. El volumen de la Ayuda Oficial al
cuentros entre mujeres africanas y espa- Desarrollo bilateral bruta española en Áfri-
ñolas desde 2005 demuestran el compro- ca Occidental ha pasado de algo más de 48
miso del gobierno por el empoderamien- millones de euros en 2004, a 170 millones
to de las mujeres africanas, con acuerdos de euros actualmente.
concretos ya establecidos que marcan la
agenda de prioridades, basadas en las pro- Como muestra el caso de África Occiden-
puestas de las propias mujeres. tal, el impacto regional que busca la polí-

141
José Manuel Albares

tica de desarrollo de España se caracteri- presencia de los microcréditos en África ha


za también por su apoyo a organismos re- crecido sustantivamente. Los microcrédi-
gionales. Esta apuesta de nuestro país por tos posibilitan que muchas personas sin re-
apoyar y reforzar los organismos de inte- cursos y, sobre todo, sin posibilidad de ac-
gración regional africanos tiene una doble ceso al sistema bancario tradicional, pue-
vertiente. Por un lado, es una forma natu- dan financiar proyectos laborales por su
ral y eficaz de realizar acciones cuyo dise- cuenta que les reviertan unos ingresos y les
ño e impacto sea regional. Por otro lado, permitan subsistir. En la actualidad, los
España intenta reforzar institucionalmen- préstamos de microcrédito a entidades del
te esas mismas organizaciones africanas ámbito microfinanciero en países africanos
como un bien en sí mismo. Nuestro país suponen un total formalizado de unos 70
considera la integración regional como un millones de euros, es decir en torno al 11
factor de desarrollo y estabilidad. Por ello, por ciento del total formalizado en el Fon-
el compromiso de España con África Oc- do de Microcréditos. Los datos de segui-
cidental se pone de manifiesto con la miento en la región indican que con los re-
puesta en marcha de un programa regio- cursos desembolsados se han otorgado a
nal de cooperación con la CEDEAO. Al igual la microempresa africana el equivalente a
que la CEDEAO constituye una referencia más de 131 millones de dólares, colocados
para el desarrollo del trabajo de la en casi 194.000 operaciones de microcré-
cooperación española en África Occiden- ditos a más de 186.000 microempresarios,
tal, la Unión Africana y el NEPAD (New 55% de los cuales son mujeres.
Partnership for Africa´s Development) son
dos organizaciones referentes para la A pesar de que nuestro país es un donan-
cooperación española en el África no oc- te y actor reciente en la región, existen ya
cidental. En el caso de la Unión Africana, una serie de sectores en los que España
España se ha comprometido a realizar una añade valor al desarrollo de los países afri-
aportación de 30 millones de euros en el canos en los que está presente. Con nues-
período 2009-2011, orientada a fortalecer tra intervención en esos sectores, España
las capacidades institucionales de la or- intenta ayudar a crear un capital social, hu-
ganización, así como su programa de paz mano y económico sostenible que en línea
y seguridad en el continente. En el NEPAD, con las prioridades africanas permita su
es el Fondo España-NEPAD para el Em- desarrollo. Cabe destacar el compromiso
poderamiento de la Mujer, creado en 2007, de España con el sector salud en África y
dotado de 20 millones de euros y dirigido su apoyo al “Fondo Global de Lucha con-
al empoderamiento de la mujer a través del tra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis”,
procedimiento de convocatoria de pro- al que ha aportado 150 millones de dóla-
yectos, el instrumento prioritario de nues- res en 2008. En el futuro, su contribución
tro país. a este fondo global va a aumentar aún
más, ya que España se ha comprometido
También el empoderamiento económico es a aportar 600 millones de dólares hasta
un objetivo de la acción de España en Áfri- 2011. A nivel regional, destaca el apoyo de
ca Subsahariana. A partir del año 2005, la España al refuerzo de las capacidades de

142
La agenda africana: ¿cómo pueden España y Europa apoyarla?

la CEDEAO y sus Estados miembros en las Debemos también apoyar la integración re-
áreas de investigación, prevención y aten- gional en nuestras acciones bilaterales.
ción de la malaria con el objetivo último de Dado que una de las características de los
lograr su erradicación. Estados africanos es su impacto en los
países del entorno (flujos migratorios, co-
El compromiso de España con el desarrollo mercio transfronterizo legal e ilegal, des-
de África es parte de una política de Es- bordamiento de cualquier conflicto por so-
tado. Las necesidades de África, el drama lidaridades étnicas…) es necesario integrar
humano que allí se vive y los problemas ese enfoque regional en el análisis de cau-
comunes a los que nos enfrentamos, re- sas y consecuencias de las crisis, y ase-
quieren que España acompañe a África en gurarse que ninguna de nuestras acciones
su desarrollo a largo plazo. Para ello, y mi- tiene un impacto negativo en la región.
rando hacia el futuro, queremos potenciar
las alianzas público-privadas. La Ayuda
Oficial al Desarrollo es eficaz en el apoyo V. LA AGENDA COMÚN
a políticas públicas nacionales que redu- ENTRE EUROPA Y ÁFRICA
cen la pobreza. No obstante, para conse-
guir el desarrollo económico es necesario España y la Unión Europea deben, por tan-
un crecimiento sostenible. Esto sólo es po- to, mantener una agenda común con Áfri-
sible con la ayuda del sector privado. Para ca que incluya, al menos, los siguientes ele-
que África despegue definitivamente, es mentos:
necesario también que enraíce un tejido
industrial y empresarial que genere ri- 1. Hacer un esfuerzo especial para contri-
queza y empleo. Para conseguirlo, es ne- buir a la paz, la democracia y la seguridad
cesario que sector público y privado tra- en el continente. Profundizando en el apo-
bajen conjuntamente en proyectos de yo a los procesos de consolidación de la de-
desarrollo que generen beneficios em- mocracia y construcción de la paz en Áfri-
presariales. Tenemos que involucrar a to- ca. Prestando una atención especial a los
dos los actores implicados en el desarrollo Estados frágiles del continente y al refuerzo
africano. En un contexto de grandes ne- de las propias capacidades africanas para
cesidades y estabilidad precaria como el la prevención de situaciones potencial-
africano, sin una estrategia global clara y mente conflictivas o violentas.
definida previamente, nuestra interven-
ción sólo será parcial o dispersa, redu- 2. Situar el continente africano en el cen-
ciéndose en buena medida la eficacia de tro de la agenda de desarrollo. España,
su impacto, sin centrarse en las causas desde 2004 por primera vez tiene una pre-
profundas del subdesarrollo y sin darse sencia destacada en el continente que de
el tiempo necesario para obtener resul- forma mas lacerante sufre el hambre, las
tados. Ante todo, hay que evitar la dis- enfermedades, y la exclusión de amplias
persión cuando no la oposición de ini- capas de su población, especialmente
ciativas que mitigan el impacto del las mujeres, de las oportunidades de
desarrollo de África. desarrollo.

143
José Manuel Albares

3. También en la agenda migratoria, la ac- riqueza, generadoras de empleo y que sean


ción común entre Europa y África es fun- motor de transferencias de tecnología.
damental. Apoyando la adopción de un en-
foque global, según el cual la lucha contra 6. Por último, todo lo anterior debe tener
la inmigración ilegal y las mafias que tra- como guía tres objetivos transversales: los
fican con personas debe ir acompañada de derechos humanos, la igualdad de géne-
una facilitación de los mecanismos de ro y la sostenibilidad medioambiental y
contratación de trabajadores subsaharia- adaptación al cambio climático.
nos en origen, con todas las garantías y la
aplicación de políticas activas de integra-
ción, fortalecimiento de las capacidades
para gestionar la migración y fomento de BIBLIOGRAFÍA
acciones de codesarrollo.
ALBARES, J.M. (2010), ¿Qué valor añade España
4. Apoyar los procesos de integración re- al África Subsahariana? Estrategia y presen-
cia de España en la región, Madrid, Fundación
gional y subregional en el continente
IDEAS.
como instrumento válido para el fomento
del desarrollo socioeconómico de los es- ALBARES, J.M. (2008), Cooperación al Desarrollo
tados africanos y para garantizar la paz, la y Estados frágiles: Propuestas estratégicas
seguridad y la estabilidad de los mismos. para la presencia activa de España en el Áfri-
Hay que superar una visión unitaria del ca Subsahariana, Madrid, Fundación Alter-
continente y diferenciar entre diferentes nativas.
regiones y apoyando las organizaciones
ALBARES, J.M. (2005), Trabajar con socios difí-
de integración regional como la Unión
ciles: la promoción del desarrollo en los Es-
Africana. tados frágiles, Real Instituto Elcano, ARI, nº18.

5. Intensificar las relaciones empresariales Plan África (2009-2012), Ministerio de Asuntos


y la inversión en actividades creadoras de Exteriores y Cooperación. Madrid.

144
8. LA COOPERACIÓN EUROPEA Y ESPAÑOLA CON ÁFRICA
TRAS LA PRESIDENCIA ESPAÑOLA DE LA UE
Carmen de la Peña*

I. LA POLÍTICA ESPAÑOLA EN ÁFRICA 3. El tercer elemento lo encontramos en


otros ejes de la política exterior española, me
El África Subsahariana se ha convertido en refiero al compromiso español con el
los últimos años en una prioridad de la po- afianzamiento de la paz y seguridad, el
lítica exterior española. Sin menoscabar los apoyo a los procesos de construcción del
ejes tradicionales de esa política (Europa, Estado de derecho, la promoción de las
Iberoamérica, el Mediterráneo y la Relación relaciones comerciales y de inversión, la
Transatlántica), el África Subsahariana consolidación de un partenariado en ma-
surge como una nueva prioridad. teria migratoria y la defensa de los dere-
chos humanos.
Las razones de esta nueva atención espa-
ñola habría que buscarlas no en uno sino A estos factores hay que añadir los efec-
en varios elementos. tos de la globalización, es decir la nueva
realidad del mundo en el siglo XXI que se
1. Por un lado el desarrollo del “concepto de traduce en el surgimiento de una serie de
vecindad” basado en que España es el país fenómenos transversales comunes a to-
europeo más cercano de África y especial- dos como el cambio climático, la nueva
mente de África occidental. Se trata de un lucha por las materias primas, los tráficos
vecino con el que se pueden y se deben ha- ilícitos, el terrorismo, el abastecimiento
cer cosas porque existe una interacción que energético y el desarrollo. Hay que aña-
se opone a la yuxtaposición. Hay una serie dir, igualmente, los efectos de la crisis fi-
de retos comunes y de intereses comparti- nanciera mundial.
dos como el comercio, la regulación de los
flujos migratorios, el transporte, etc. En efecto, en los tiempos que corren sería
difícil imaginar el continuo avance del mun-
2. A este primer elemento habría que aña- do si en la cuneta se quedan, por falta de me-
dir las políticas elaboradas por el Gobier- dios, continentes del tamaño y potenciali-
no de España basadas en el multilatera- dades como el africano con sus mil millo-
lismo eficaz y en la lucha contra la pobre- nes de habitantes pero que a su vez supo-
za y en las cuales África ocupa un lugar pre- ne tan solo un 2,5% del total del PIB. No es
ferente. Es bien sabido que África es el con- posible entender un proceso global del si-
tinente más empobrecido del mundo: la glo XXI si África se queda a la zaga. Es ne-
AOD española hacia el subcontinente su- cesario contar con África en este mundo glo-
pera los mil cuatrocientos millones de eu- balizado a la hora de establecer las estrate-
ros y desde 2005 ha supuesto entre un 30% gias globales para enfrentar la nueva reali-
y el 45% del presupuesto total de AOD. Des- dad y las crisis diversas; urge oír su voz en
de 2004 se ha multiplicado por cinco. los foros de debate como el G-8 y el G-20.
Igualmente España ocupa actualmente el
6º puesto mundial en cantidad de ayuda al Esta nueva política española hacia África,
desarrollo. se desarrolla en lo que podíamos llamar la

145
* Directora general para África. Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
Carmen de la Peña

nueva realidad mundial, y a su vez, una África de las NNUU, la que proporciona los
nueva realidad africana caracterizada por siguientes datos sobre la situación del
la globalización y donde evolucionan sec- continente:
tores como paz y seguridad, democracia,
crecimiento económico, migraciones, Estado de derecho, paz y seguridad
desarrollo, derechos humanos, acompa-
ñados por la existencia de nuevos foros de De los 30 conflictos armados registrados en
decisión africanos de carácter regional y el mundo, 10 se desarrollan en África y sie-
continental y la presencia de nuevos ac- te de ellos tuvieron una importante com-
tores internacionales. ponente regional o fueron internacionali-
zados, por ejemplo Somalia, Los Grandes
A la vista de lo anterior, la política exterior Lagos, etc.
española en esta nueva relación de ve-
cindad, establece como ejes de su actua- La mayoría de estos conflictos ocurren den-
ción africana tres dimensiones, la di- tro de un mismo país. Los datos positivos
mensión continental a través de su son que ha disminuido el número de con-
cooperación con la Unión Africana, la di- flictos y que estos duran la mitad que en
mensión regional mediante la acción a tra- las décadas anteriores. Igualmente dismi-
vés de las Comunidades Económicas Re- nuye el número de golpes de estado de-
gionales (CEDEAO, SADC, CEEAC, e IGAD) bido a las misiones postconflicto y a los
y las relaciones bilaterales con los 46 procesos de mediación, observación elec-
países que componen el África Subsaha- toral y al nuevo posicionamiento de la
riana. Estas tres dimensiones están in- Unión Africana en este tema.
terconectadas, no son excluyentes sino al
contrario complementarias para conseguir Instituciones democráticas
la eficacia que se pretende. y buen gobierno

Igualmente la política exterior española Junto a la paz y seguridad, el estableci-


no se limita a nuestra acción bilateral ya miento de democracias sólidas, sigue pre-
que ésta igualmente participa activa- sentándose como uno de los retos a los
mente en el proceso de elaboración de que se enfrenta el continente africano. En
políticas y de toma de decisiones en los este contexto, la Unión Africana adoptó la
foros internacionales y especialmente en Carta de la Democracia, las Elecciones y el
el contexto de la acción de la UE en Áfri- Buen Gobierno que constituye el docu-
ca. Buena prueba de ello es la reciente mento marco que regula el comporta-
presidencia rotatoria de la UE que ha os- miento democrático en África.
tentado España durante el primer se-
mestre de este año y a la que me referi- Según el último estudio de enero de este
ré más adelante. año realizado por la Comisión Económica
para África de NNUU sobre Gobernanza,
Sobre este estado de cosas en África, es la en África el multipartidismo avanza pero sin
propia CEA, la Comisión Económica para una verdadera vertebración.

146
La cooperación europea y española con África tras la presidencia española de la UE

Desarrollo – Objetivos del Milenio cabe citar la iniciativa HIPIC que se aplica
a países de renta baja y altamente endeu-
A pesar de los esfuerzos africanos y del dados que reúnan determinadas condi-
conjunto de la comunidad internacional, ciones. Hay 27 países subsaharianos que
África Subsahariana sigue concentrando en han sido aceptados para beneficiarse de
la actualidad los países con índices y ni- esta iniciativa.
veles de desarrollo más bajos del mundo
y es muy posible que, sin un fuerte com- En paralelo, los países africanos intentan
promiso de los propios gobiernos africanos crear un ambiente propicio para el
y de los donantes, se puedan alcanzar los desarrollo económico potenciando el sec-
objetivos de desarrollo del milenio. tor privado y promocionando las inver-
siones mediante políticas de privatiza-
Sin embargo hay un dato positivo y es que ción, protección de las inversiones, agili-
los países africanos aumentan la apropia- zación de los trámites burocráticos etc.
ción y liderazgo de sus programas de
desarrollo. Cada vez son mas los países Emigración y refugiados
africanos que pactan con los principales do-
nantes sus Programas de Desarrollo a Los movimientos migratorios son parte de
medio plazo aportando seguridad y cohe- las características africanas. Tradicional-
rencia a las políticas de desarrollo del mente han obedecido a razones econó-
país y a los donantes. micas de trashumancia que a su vez han
conducido a conflictos con los agricultores.
Relaciones económicas y crecimiento Sin embargo existe también otra causa de
la migración que son los conflictos. A es-
A pesar de la crisis económica, los países tos factores intrínsicos hay que añadir
africanos han seguido creciendo este año uno nuevo que es la pobreza.
y la media de la renta del continente que
se encontraba en los 1.000 dólares, se ha Corrupción
incrementado hasta los 1.500 dólares.
La corrupción constituye uno de los ma-
Igualmente se observa que la mayoría de yores desafíos para la eliminación de la po-
los países están creciendo un 4-6% y al- breza y la creación de un entorno favora-
gunos alcanzan los dos dígitos de creci- ble a la inversión y al desarrollo socioeco-
miento. nómico. La corrupción se da a diversos ni-
veles y afecta a los tres poderes (ejecutivo,
Por su parte, la situación económica en Áfri- legislativo y judicial). Aunque la lucha
ca ha mejorado considerablemente en los contra la corrupción debe abordarse a
últimos años debido a varios factores, en- través del establecimiento de unas insti-
tre ellos el tratamiento de la deuda por par- tuciones democráticas sólidas, a nivel de
te de los acreedores internacionales y la comunidad internacional se han puesto
concretamente del club de París y su con- en práctica algunas iniciativas para lu-
donación en muchos casos. A este respecto char contra la corrupción como es el caso

147
Carmen de la Peña

de la Iniciativa de Transparencia de las In- vés de China, los africanos han descubierto
dustrias Extractivas (EITI). la importancia de las infraestructuras, as-
pecto que había sido descuidado por los
También existe el proceso Kimberley, programas de desarrollo occidentales.
cuya función es regular la producción de Además, la ayuda carece de las típicas con-
diamantes y evitar el tráfico de diamantes dicionalidades que acompañan a la
extraídos ilegalmente que en muchas oca- cooperación europea, lo que los africanos,
siones sirven para financiar las guerras y como es natural, prefieren.
el enriquecimiento ilegal. Se trata de una
iniciativa de gobiernos, industrias y socie- India, el otro gigante asiático también ha in-
dad civil. El comercio de diamantes ha con- crementado su presencia en África, apro-
tribuido a avivar durante décadas conflic- vechando sus históricas relaciones con el
tos terribles como Angola, Costa de Mar- África Oriental, con la que comparte el océ-
fil, RDC y Sierra Leona. ano Índico, así como las comunidades de la
diáspora hindú asentadas al Sur del Saha-
Otro dato positivo en este asunto es que ra. Por su parte, y aunque sus intercambios
hay 16 países africanos que han ratificado son todavía modestos comparados con
la Convención de la Unión Africana para los de China, Rusia, dentro de su filosofía ge-
combatir la corrupción. neral de restauración de su influencia in-
ternacional, se apoya en la experiencia ad-
Los nuevos actores internacionales quirida durante la etapa soviética para bus-
car una mayor presencia en las relaciones
En la última década nuevos y pujantes ac- comerciales y políticas en África. También
tores han llegado a África. Países emer- el presidente de Brasil, Lula da Silva, ha dado
gentes como China, India, Brasil y Turquía prioridad a las relaciones con África. Bajo su
están cambiando nuestra manera de ver el mandato el número de Embajadas brasile-
continente. Podemos decir que han hecho ñas en el continente se ha duplicado, y el vo-
de África un tablero geoestratégico como lumen de intercambios comerciales quin-
no lo era desde la Guerra Fría. La diferen- tuplicado. Para hacerse una idea, el Presi-
cia es que esta vez los africanos han con- dente Lula acaba de volver de una gira por
seguido que la competición entre las gran- seis países africanos en el que es su duo-
des potencias se haga en su beneficio. décimo viaje por África. Finalmente, Tur-
quía es el otro gran actor que ha apostado
China es el caso más sobresaliente. Su es- por el continente africano mediante la aper-
trategia se puede resumir de esta manera: tura de una extensa red de embajadas, la
conceder préstamos en condiciones muy promoción de los intercambios comercia-
ventajosas para financiar proyectos de in- les y la cooperación a través de las media-
fraestructuras, a cambio de materias pri- nas y pequeñas empresas.
mas y abastecimiento de la energía nece-
saria para alimentar su poderoso creci- No se puede dudar de que la implantación
miento; la adjudicación de las obras debe de todos estos actores está cambiando no
hacerse también a empresas chinas. A tra- solo el continente, ofreciendo una vía al-

148
La cooperación europea y española con África tras la presidencia española de la UE

ternativa al desarrollo, sino también el pro- II. EL PLAN ÁFRICA


pio papel de África en el mundo globali-
zado. Todo ello obliga a la Unión Europea, Como ha sido dicho, España está elabo-
a sus Estados miembros a replantearse su rando una nueva política de vecindad ha-
estrategia en África. cia África en un contexto africano cam-
biante. Para su desarrollo y puesta en fun-
Las nuevas amenazas transversales cionamiento de manera eficaz se apoya en
el Plan África que es el fruto de la volun-
En los últimos años han surgido en África tad del Gobierno de situar a la región sub-
una serie de nuevos retos o amenazas a las sahariana en un primer plano de las
que se deben hacer frente, como es el caso prioridades de política exterior de Espa-
del tráfico de drogas, el tráfico de armas, ña. Es un documento programático del
el tráfico de personas, el terrorismo, etc. To- gobierno con objeto de canalizar la acción
dos estos tráficos han proliferado en Áfri- exterior española en el África Subsaha-
ca y especialmente en algunas regiones, riana.
debido a la porosidad de las fronteras, la
falta de estabilidad política, la debilidad de El Plan África, aunque situado en un mar-
los sistemas judiciales o la corrupción. co temporal limitado (está previsto para
2009-2012), tiene un horizonte mucho más
Se trata de fenómenos muy complejos y re- amplio, pues sienta las bases, de forma sis-
lativamente nuevos que deben ser tratados temática y por vez primera, de una verda-
en toda su extensión y desde una pers- dera política exterior de España hacia Áfri-
pectiva no solamente política sino técnica ca Subsahariana, la cual no ha sido dicta-
también. da al albur de emergencias del momento
ni está condicionada por razones coyun-
Estos fenómenos, en este mundo globali- turales.
zado, afectan también a España, Europa y
a América, creándose un triángulo inter- El Plan África 2009-2012 marca también
activo. Para hacerles frente es necesario en una línea de continuidad y consolida-
primer lugar una acción decisiva de los Go- ción de la labor efectuada, tomando nota
biernos africanos que se debe acompañar de la experiencia y de las lecciones apren-
de una cooperación basada en los pilares didas hasta el momento. Sobre esta ex-
del desarrollo y la seguridad por parte de periencia, y teniendo en cuenta las ten-
la comunidad internacional. dencias actuales y las que se prevé para
los próximos años, incluye algunas inno-
Asimismo, al tratar estas amenazas, hay que vaciones importantes, entre las que cabe
mirar hacia determinadas regiones como el destacar:
Sahel, el Golfo de Guinea, el Cuerno de Áfri- • Junto a los seis objetivos generales, se
ca y la Región de los Grandes Lagos, hogar incluyen tres objetivos transversales:
de los principales conflictos africanos y que DDHH, Igualdad de Género, y Sostenibi-
constituyen lo que podríamos llamar los po- lidad medioambiental y adaptación al
los de desestabilización del continente. cambio climático.

149
Carmen de la Peña

• Posiblemente el aspecto más novedoso presidencia española de la UE que Es-


del Plan África sea que se adopta un en- paña ha ejercido durante el primer se-
foque regional: este enfoque, que ha ve- mestre de este año, como oportunidad
nido formando parte de la agenda conti- para contribuir a intensificar las rela-
nental desde las independencias, “vuel- ciones entre la Unión y el continente afri-
ve” progresivamente a desempeñar un cano.
papel prioritario como vía de creación de
desarrollo socioeconómico y de mejora de
la estabilidad y seguridad nacional. III. BALANCE DE LA PRESIDENCIA
ESPAÑOLA
• Introduciendo la lógica regional, por un
lado, se refuerza el papel de los organis- Una vez hecho un recorrido por la situación
mos regionales africanos, y por otro, se que atraviesa el continente y el nuevo es-
mejora la coherencia y la capacidad de ac- cenario internacional, cabe referirse al ba-
ción al permitirse –y fomentarse– actua- lance de la presidencia española y la rela-
ciones en países que, dentro de una mis- ción bilateral hacia el continente, que en-
ma región, no figuran específicamente cuentra su guía para la acción en la im-
como prioritarios en la clasificación del plementación del Plan África 2009-2012.
Plan y, sin embargo, pueden resultar
claves para la seguridad, la estabilidad y Por lo que respecta a la presidencia rota-
la prosperidad de la zona. No hay que ol- toria de la UE que España ha ostentado en
vidar que muchos conflictos en África “se el primer semestre de este año, ésta se ha
internacionalizan”, pasando a implicar a caracterizado por dar una continuidad a los
varios países de la región. trabajos en curso de otras Presidencias an-
teriores y por asegurar su proyección en el
• El Plan África incluye además un sistema futuro mediante la negociación con el trío
de evaluación, reflejando las iniciativas y de Presidencias (España, Bélgica y Hungría)
actividades llevadas a cabo en cada uno la continuidad de la agenda africana.
de sus ámbitos u objetivos.
Igualmente durante este semestre se ha
• Asimismo, la Mesa África contemplada en aportado la visión conceptual española de
el Plan África es un instrumento de se- nuestra política contenida en el Plan Áfri-
guimiento por parte de la sociedad civil. ca, a través de las agendas de los grupos
Si el Plan África es elaborado por el go- de trabajo de la UE (COAFR –Grupo África–;
bierno, sin embargo éste se compromete ACP –África, Caribe, Pacífico–; COTER –Co-
y se pacta con la sociedad civil con ob- mité de Terrorismo–; CODEV –Comité de
jeto de obtener el mayor consenso po- Desarrollo–; y COHOM –Comité de Dere-
sible. chos Humanos–), así como COPS –Comi-
té Político y de Seguridad– y CIVCOM
• Por otro lado, el Plan África recoge una se- –Comité de Aspectos Civiles de la Gestión
rie de retos y oportunidades para los pró- de Crisis–. Es decir, se intensificó el trata-
ximos años, entre los que se encuentra la miento sectorial y completo de los temas

150
La cooperación europea y española con África tras la presidencia española de la UE

africanos en la UE desde diversas pers- Presidente del Consejo y una Alta Repre-
pectivas. sentante para la Política Exterior y de Se-
guridad que asume la representación eu-
Este programa de la presidencia espa- ropea en cuestiones de política exterior y
ñola, tuvo como punto de partida un do- seguridad y que a su vez ostenta el cargo
cumento de acción elaborado por el Mi- de Vicepresidenta de la Comisión. Este es-
nisterio de Asuntos Exteriores y de quema culminará con la creación de un
Cooperación (MAEC) que hacía hincapié en Servicio Exterior Europeo.
el amplio proceso de globalización mundial
en curso y consideraba a África como un En relación con los sectores prioritarios de
socio indispensable de la UE, resultando esta presidencia, éstos fueron:
necesario promover su completa integra-
ción en la arquitectura del S.XXI con el ob- a) La diplomacia preventiva y la gestión de
jeto de que la UE pudiera acompañar al crisis, teniendo en cuenta la fragilidad de
continente en la superación de sus retos en las instituciones nacionales africanas. En
áreas como la seguridad, el desarrollo, la este contexto, se ha insistido en la necesi-
gobernanza, la justicia y la integración re- dad de coordinar las iniciativas europeas
gional. con las que en este campo realizan las Na-
ciones Unidas, la Unión Africana y las or-
También en la elaboración del documen- ganizaciones regionales africanas, po-
to se tuvo presente que África es la región niendo, como veremos, especial énfasis en
donde el cumplimiento de los Objetivos de la lucha contra los tráficos ilícitos y el cri-
Desarrollo del Milenio (ODM) estaba más men organizado.
retrasada, y en consecuencia, la presi-
dencia se centró en apoyar todas las ini- b) Democracia, capacidad Institucional y
ciativas que ayudaran a África a desarro- procesos electorales, con base en la pro-
llar sus compromisos de cumplimiento de moción del buen gobierno y el refuerzo
los ODM así como las iniciativas interna- institucional. Se propuso dar seguimiento
cionales que propiciaran este objetivo. a los cambios inconstitucionales, y a la
participación activa de la UE en los gru-
En cuanto al sector de los derechos hu- pos de contacto internacionales consti-
manos, esta cuestión se abordó en todos tuidos. Con tal fin estaba previsto pro-
los diálogos políticos que se mantuvieron mover el diálogo político con los gobier-
con países africanos. nos africanos en base a lo establecido en
el Art. 8 del Acuerdo de Cotonou, la pro-
En el contexto de trabajo, hay que señalar moción de los Derechos Humanos, la
que esta presidencia española ha sido di- igualdad de género y el desarrollo.
ferente de las tres anteriores debido a que,
junto con ella, entraron en funcionamien- Respecto a los procesos electorales, la pre-
to los mecanismos establecidos para la po- sidencia española se comprometió a seguir
lítica exterior de la Unión en el Tratado de la celebración de comicios electorales que
Lisboa con la creación de las figuras de un se debían desarrollar en África durante los

151
Carmen de la Peña

primeros seis meses de este año y dotar- Por lo que respecta al diálogo del Art. 8 de
los, en los casos en que hubiera acuerdo, Cotonou se han celebrado dichas reunio-
con misiones electorales de la UE. nes en todos los países en los que España
ostentaba la presidencia local y también es-
c) Otro sector prioritario ha consistido en tablecimos la meta de intensificarlos con
dar seguimiento a la Estrategia UE-África. Angola, Mozambique y Sudáfrica. España
también participó en las tomas de posesión
La presidencia española, como ya se ha di- de los presidentes de Mozambique y Na-
cho, estuvo marcada por la continuidad mibia.
como es habitual en el tratamiento africa-
no, aunque introduciendo las propias ide- En el ámbito de la diplomacia preventiva
as innovadoras en algunos temas. También y gestión de crisis, la apuesta fue consoli-
tuvo que dar seguimiento a expedientes ini- dar la paz y seguridad en el Cuerno de Áfri-
ciados bajo anteriores presidencias. ca, prestando igualmente atención a las
crisis de Somalia, el seguimiento del
Especialmente cabe señalar que se logra- Acuerdo de Paz (CPA, en sus siglas en in-
ron los dos objetivos principales que nos glés) en Sudán y la situación en Mada-
habíamos marcado. Por un lado, se cum- gascar y Zimbabwe. Especialmente se si-
plió con el encargo de nuestros socios de guió la deriva militarista en Guinea Bissau
encauzar una posición europea respecto a y el futuro de la Misión de reforma del sec-
la Estrategia Conjunta UE-África (2011- tor de seguridad en dicho país.
2013). Este documento es la base para la
adopción de la II Estrategia UE-África que También ocuparon una atención especial
se adoptará en la Cumbre UE-África de Sir- en la Agenda, los cambios inconstitucio-
te bajo presidencia belga. nales en Níger y Conakry. En este contex-
to se impulso un debate europeo sobre los
Por otro lado se presentó a nuestros socios cambios inconstitucionales de gobierno en
una iniciativa conjunta (COM-SGC) sobre África y se ha participado en misiones de
el Golfo de Guinea, con base en un docu- seguimiento como en Guinea Conakry.
mento español de estrategia, que es el pri-
mer paso para definir una Estrategia eu- Respecto a democracia, buen gobierno y
ropea como las ya existentes para el Cuer- derechos humanos, se fijaron dos grandes
no de África y el Sahel. áreas: el seguimiento de los procesos de
paz en marcha y los procesos electorales,
Además, la intervención del presidente del especialmente los de Etiopía, Guinea Co-
Gobierno en Addis Abeba en la Cumbre nakry, Ruanda y Sudán.
de la Unión Africana (31 Enero 2010) fue
un momento relevante para la agenda En cooperación en materia de terrorismo,
africana que permitió poner en valor el narcotráfico, crimen trasnacional y emi-
compromiso español y europeo con Áfri- gración ilegal, se trataron especialmente la
ca y especialmente con su agenda de piratería en las costas del Índico, la Inicia-
desarrollo. tiva del Sahel y el Golfo de Guinea.

152
La cooperación europea y española con África tras la presidencia española de la UE

También en los procesos de integración re- de África, el Sahel o el Golfo de Guinea. Asi-
gional se consideraron las mejoras de las mismo, se trabajará en los diálogos polí-
perspectivas del X Fondo Europeo de ticos con los países africanos y la consoli-
Desarrollo (FED), la celebración de un diá- dación de la arquitectura de paz y seguri-
logo político con la CEDEAO, el apoyo a la dad africana. También España se implica-
iniciativa del NEPAD del African Peer Re- rá en el seguimiento de la utilización de los
view Mecanism y el impulso a los Acuer- instrumentos financieros con los que
dos de Partenariado Económico (EPAs, por cuenta la UE para realizar su política de
sus siglas en inglés) en las regiones aus- desarrollo, como el X FED (22.682 millones
tral y occidental. de euros), el Instrumento de Estabilidad, la
African Peace Facility (fondo para la paz en
Finalmente, señalar la celebración de diá- África), entre otros, con objeto de que se
logos políticos con una serie de países e utilicen de manera eficaz y de acuerdo con
instituciones africanas como: Cabo Verde, una visión unitaria de la acción exterior de
IGAD, UA, Sudáfrica, CEDEAO y Nigeria. la UE. No olvidemos que España es el 5º
contribuyente al FED.

IV. PERSPECTIVAS DE FUTURO En este contexto, España va a seguir otor-


gando una atención preferente en el futuro
IV.1. Perspectivas españolas a la implementación del Plan África. En
este contexto, se deberá mantener en el
Las perspectivas españolas de acción ex- futuro, una atención especial al continente,
terior son dobles, por un lado está la ver- incrementando sus relaciones bilaterales
tiente europea y de otro lado la bilateral. con los países subsaharianos y fomen-
tando la cooperación y relación a través
Una vez que ha entrado en vigor el Trata- de la dimensión regional (las comunida-
do de Lisboa y en consecuencia se han es- des regionales: CEDEAO, IGAD, CEEAC y
tablecido las nuevas instituciones a las que SADEC) y la continental (la Unión Africa-
me he referido, Europa cuenta con una se- na). Será a través de estos tres pilares que
rie de mecanismos que deben propiciar se consolidará la política española africana
una acción mas profunda de la UE en Áfri- en sus diversas facetas: política, de
ca, tanto en sus facetas de desarrollo desarrollo, cultural, económica, de segu-
como políticas y de seguridad. ridad y migratoria.

Esta situación propicia el establecimiento En cuanto a las zonas estratégicas, existen


de estrategias integradas de política exte- tres zonas que deberán ser objeto de una
rior. En este contexto, España seguirá tra- atención prioritaria:
bajando y participará activamente en la cre-
ación de estas estrategias que se aplican a • El Sahel que incluye una vasta zona des-
determinadas regiones, y fundamental- értica de países subsaharianos donde pro-
mente a aquellas que tienen para nosotros liferan los tráficos ilícitos, los conflictos ét-
un interés geoestratégico, como el Cuerno nicos (tuareg), y el terrorismo de AQMI de-

153
Carmen de la Peña

bido a la ausencia del Estado y el subde- el que la CEDEAO juega un papel central
sarrollo. en el apoyo a nuestros objetivos trans-
versales.
• El Cuerno de África, donde se desarrolla
toda la problemática que plantea para la El diseño de esta política de “nueva ve-
comunidad internacional, en concreto cindad” con África Occidental ha sido un
los actos de piratería y la libre circulación gran reto en el que ha participado el con-
del tráfico marítimo en el Índico, debido junto de la Administración del Estado, lo
a la existencia de un estado fallido en So- que ha permitido forjar con estos Estados
malia. Igualmente tendrá implicaciones de una relación basada en los pilares de la con-
seguridad la casi inevitable división de fianza mutua, la igualdad, el respeto a la so-
Sudán en dos estados el próximo año. beranía y la apropiación por África de sus
También proliferan por la región los ex- iniciativas de desarrollo.
tremismos islámicos y el terrorismo de Al
Qaeda. Esta región puede considerarse como un
punto de encuentro en el que se fusionan
• El Golfo de Guinea es otra región de gran los legados de los tres continentes atlán-
importancia geoestratégica por lo que res- ticos, generando una interdependencia
pecta al abastecimiento energético, la se- que se ve acentuada tanto por la cercanía
guridad del tráfico marítimo y las accio- geográfica con España como por los efec-
nes de piratería incipiente y bandidaje que tos de la globalización. No obstante, es tam-
se desarrollan en la zona. La estabilidad bién una zona en la que confluyen los gran-
política de los estados del Golfo es otro des desafíos y amenazas internacionales de
factor a tener en consideración. nuestro siglo como son:

Finalmente, debe mencionarse de mane- • la lucha contra el hambre y la pobreza,


ra especial a una relación estratégica que • la promoción de la paz y la seguridad,
España ha venido impulsando desde la úl- • el combate contra el terrorismo, el crimen
tima legislatura y, por primera vez en la his- organizado y el narcotráfico,
toria de su acción exterior. Me refiero a la • la gestión ordenada de las migraciones,
relación estratégica con África Occidental. • el cambio climático y la seguridad ali-
mentaria,
El carácter prioritario de esta relación ha • las desigualdades de género, o
quedado plasmado tanto en el Plan Direc- • la seguridad en el aprovisionamiento ener-
tor de la Cooperación Española 2009-2012 gético.
como en el Plan África. Se introduce un do-
ble enfoque en la acción de España hacia Se trata de una región compacta que rea-
esta región: desde el punto de vista bila- grupa a un conjunto heterogéneo de Esta-
teral, se trabaja con todos y cada uno de los dos con sus particularidades y signos dis-
15 Estados que componen la CEDEAO, lo tintivos propios. En esta área se agrupan,
que se completa con un enfoque regional con características marcadas, países sa-
y multisectorial, de carácter innovador, en helianos como Malí y Níger; insulares

154
La cooperación europea y española con África tras la presidencia española de la UE

como Cabo Verde; Estados que han sufri- Fruto de esta relación estratégica que ha
do traumas bélicos y que se encuentran en nacido entre España y la CEDEAO, el 22 de
una fase de reconstrucción post-conflicto junio de 2009 se celebró la Iª Reunión de
como Sierra Leona o Liberia, países des- Alto Nivel entre España y la CEDEAO en
estabilizados como la República de Guinea Abuja, Nigeria, a la que asistieron la casi to-
Conakry o Guinea-Bissau; incursos en talidad de Jefes de Estado de la CEDEAO.
complejos procesos de reconciliación na- Por parte española, asistieron el presidente
cional como Costa de Marfil; o con una di- del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapa-
latada tradición parlamentaria como Se- tero, quien estuvo acompañado durante la
negal o Ghana. Cumbre por el ministro de Asuntos Exte-
riores y la secretaria de Estado de
Desde 2006, se ha llevado a cabo un es- Cooperación Internacional. La RAN se en-
fuerzo institucional sin precedentes que ha marca dentro del programa de trabajo de
permitido adquirir un protagonismo es- la CEDEAO y del proyecto Visión 2020, que
pecial en la región. Nuestra interlocución establece una estrategia regional para al-
se ha visto reforzada con la apertura de canzar una comunidad económica prós-
nuevas embajadas, antenas de cooperación pera y democrática.
y oficinas sectoriales de los distintos Mi-
nisterios en países como Mali, Níger, Gui- La Cumbre tuvo por objeto consolidar los
nea-Bissau, Guinea, Cabo Verde y más re- lazos existentes, afianzar las relaciones es-
cientemente Gambia. Por su parte, el nú- tablecidas durante los pasados cuatro
mero de representaciones diplomáticas años, y avanzar en cuatro aspectos priori-
africanas en Madrid se ha multiplicado, lo tarios para el futuro de la región:
que demuestra el interés que, a la recí-
proca, suscita España. • Consolidación del Estado de derecho, go-
bernabilidad democrática y desarrollo
La Comunidad Económica de Estados de institucional,
África Occidental (CEDEAO) es la organi- • Apoyo a la consecución de los ODM,
zación subregional de África Occidental • Fomento de las inversiones en energía e
por excelencia, con sede en Abuja (Nige- infraestructuras, y
ria), creada en 1975 por el Tratado de La- • Promoción de un desarrollo económico
gos, que aglutina a los 15 Estados miem- sostenible y un tejido empresarial gene-
bros de África Occidental: Benin, Burkina rador de nuevas oportunidades de co-
Faso, Cabo Verde, Costa de Marfil, Gambia, mercio y en el campo del turismo.
Ghana, Guinea, Guinea Bissau, Liberia,
Malí, Níger, Nigeria, Senegal, Sierra Leo- El presidente Rodríguez Zapatero explicó
na y Togo. que la Reunión de Alto Nivel España-CE-
DEAO respondía a la decisión del gobier-
La CEDEAO se ha convertido en una or- no de prestar una atención prioritaria y es-
ganización de referencia para la nueva po- tratégica a la región, y propuso que se ce-
lítica africana de España en África Occi- lebrase una segunda Cumbre en Casa
dental. África, en Las Palmas.

155
Carmen de la Peña

IV.2. Perspectivas africanas Unión Africana como la institución conti-


nental que aglutina y condensa las políti-
No hay que ser ni afro-pesimista ni afro-op- cas africanas y defiende sus intereses y ob-
timista para constatar que en África se es- jetivos. Con tal fin la UA ha comenzado a
tán produciendo cambios importantes. abrir Oficinas de Representación en luga-
Unos vienen dados por el propio contex- res estratégicos como Bruselas y Was-
to internacional que nos está tocando vi- hington.
vir basado en la globalización con todas sus
consecuencias, lo que conlleva a la inter- Entre sus logros cabe destacar la regulación
acción de diversos factores; otros surgen de una serie de cuestiones de interés para
de la propia evolución del continente. el continente, mediante la promulgación de
instrumentos jurídicos a los que se adhie-
En general, y aunque queda muchísimo por ren los Estados miembros, como por
hacer, la evolución de la situación en Áfri- ejemplo la Carta de la Democracia, las elec-
ca se está produciendo en la buena direc- ciones y el buen gobierno. Otro aspecto no-
ción por que se están creando las cir- vedoso son los poderes que emanan de su
cunstancias apropiadas para´que África ten- Consejo de Paz y Seguridad y mediante los
ga su propia voz en el contexto mundial y cuales puede suspender a los Estados
tome las riendas de su propio destino. miembros de militancia cuando por ejem-
plo un golpe de estado viola los compro-
En la actualidad África goza de un mayor misos constitucionales.
grado de estabilidad política que hace
años, ya que aunque siguen existiendo los Recordemos también, por ejemplo, el con-
conflictos y la inestabilidad, sin embargo senso de Ezulwini que aglutina la posición
inmediatamente surgen los mecanismos, africana respecto a la reforma del CSNU,
en la mayoría de los casos africanos, que es decir, mantiene unidos a 53 estados afri-
propician una salida a la crisis. Las elec- canos ante esta cuestión. También esta or-
ciones democráticas se han convertido en ganización es básica y juega un papel de-
la norma, aunque todavía falte perfeccio- cisivo en el sector del mantenimiento de la
narlas. También, y a pesar de la crisis, Áfri- paz y seguridad en el continente. Como
ca crece y tiende a la racionalización de la ejemplo cabe citar la misión AMIS de la UA,
explotación de sus recursos. precedente de la actual UNAMID en Sud-
an, o la misión operativa en estos mo-
Igualmente en su haber tiene una población mentos en Somalia AMISOM.
joven y dinámica y una incipiente clase me-
dia que está llamada a convertirse en el mo- África más que nunca, es ahora conscien-
tor de este desarrollo humano y económico te de sus posibilidades si predomina la uni-
que se percibe en África. dad y se dan pasos certeros por la senda
de la integración.
África es consciente también de la impor-
tancia de la integración para alcanzar sus Paralelamente la región, o lo que en len-
objetivos. En ese contexto ha surgido la guaje africano son las RECs (las Comuni-

156
La cooperación europea y española con África tras la presidencia española de la UE

dades Económicas Regionales), han pa- acompañar esos procesos africanos con los
sado a jugar un papel preponderante en te- medios humanos y económicos necesa-
mas de integración fundamentalmente rios. Como ha dicho en repetidas ocasio-
económica, aunque en los últimos años, las nes el presidente del Gobierno “no tene-
regiones que nacieron con una vocación mos que trabajar en África sino con África”.
económica se muestran como instrumen-
tos idóneos para otro tipo de tareas como Una frase del escritor Kapuzcinski con-
el combate contra los tráficos ilícitos, la densa, a mi modo de ver, la forma como
construcción de determinadas infraes- debemos mirar a África: “Este continen-
tructuras, etc. Resulta fundamental el pa- te es demasiado grande para describirlo.
pel de mediación que pueden jugar en cri- Es todo un océano, un planeta aparte, todo
sis de países miembros o su contribución un cosmos heterogéneo y de una rique-
a la solución y prevención de conflictos a za extraordinaria. Solo por una convención
través del componente militar que aportan reduccionista, por comodidad decimos
los ejércitos de los países miembros a la ar- África”
quitectura de paz y seguridad regional y
continental, en este último caso mediante
las fuerzas en espera. BIBLIOGRAFIA

Recientemente tuve la oportunidad de es- Benavides, L. (2008), Actores regionales y su-


cuchar a una serie de líderes africanos que bregionales en África Subsahariana, Docu-
se encontraban en España y todos se han mento de Trabajo nº 19, CeALCI-Fundación
Carolina.
referido a la necesidad de dotar, a la re-
flexión en curso sobre los temas financie- Brautigam, D. (2009), The Dragon’s Gift, Oxford
ros y económicos de carácter global, de una University Press.
dimensión africana. África, según sus lí-
deres, también necesita un crecimiento Comisión Económica para África de las NN.UU.
económico estable, basado en la capacidad (2009), Informe sobre Gobernanza en África.
de poder contar con los recursos finan-
cieros apropiados. Con objeto de potenciar Comisión Económica para África de las NN.UU.
la vertiente de desarrollo tan necesaria en (2009), Revisión de la eficacia del desarrollo
en África: expectativas y logros.
África, estos líderes se inclinaban también
por profundizar y conseguir la integración
MAEC. Plan África (2009-2012).
regional.
MAEC. Plan Director de la Cooperación Espa-
Sin embargo lo más importante es que los ñola, (2009-2012).
africanos toman las riendas de su propio
destino; antes no era así, y esto es lo que
se llama el principio de apropiación, por
que son los africanos los que mejor saben
arreglar sus propios problemas y a la co-
munidad internacional lo que nos toca es

157
PRESENTACIÓN

La Fundación Carolina se constituye en octubre del año 2000 como una institución para la
promoción de las relaciones culturales y la cooperación en materia educativa y científica
entre España y los países de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, así como con otros
países con especiales vínculos históricos, culturales o geográficos.

Por su naturaleza, mandato y funciones la Fundación Carolina es una institución única en


el sistema español de cooperación al desarrollo, así como en el marco de la Comunidad
Iberoamericana de Naciones.

ACTIVIDADES

Programa de Formación

Tiene como objeto facilitar la ampliación de estudios en España de titulados universitarios,


profesores, investigadores profesionales iberoamericanos, a través de tres modalidades
de becas:

– Postgrado
– Doctorado y Estancias Cortas
– Formación Permanente

Se convocan anualmente alrededor de 1.500 becas y ayudas.

Programa de Investigación

Se realiza a través del Centro de Estudios para América Latina y la Cooperación Interna-
cional(CeALCI) mediante investigaciones directas, una convocatoria anual de Ayudas a la
Investigación y el desarrollo de líneas de investigación concertadas con diferentes centros
europeos y latinoamericanos. El Programa se articula en torno a cuatro grandes temas: es-
tudios sobre América Latina, políticas de desarrollo, cohesión social en América Latina y
eficacia de la ayuda al desarrollo.

Programa Internacional de Visitantes

Se dirige a personas y grupos relevantes y con proyección de futuro en sus respectivos países
con el fin de conocer la realidad española y establecer contactos con personalidades e ins-
tituciones españolas de su ámbito de interés. Existen programas específicos como Becas
Líder, Líderes Hispanos de Estados Unidos, Jóvenes Políticos Iberoamericanos o Mujeres
Líderes Iberoamericanas.

Programa de Responsabilidad Social de las Empresas

Su objetivo es sensibilizar sobre la importancia de establecer mecanismos de concertación


en los modelos de gestión e incorporar perspectivas de justicia, igualdad y solidaridad, para
contribuir a un desarrollo sostenible desde el punto de vista económico, social y me-
dioambiental.
PUBLICACIONES

La Fundación Carolina, a través de su Centro de Estudios para América Latina y la


Cooperación Internacional (CeALCI), ha iniciado una serie de publicaciones que reflejan las
nuevas orientaciones del centro y sus actividades. La Fundación pretende así servir de pla-
taforma de difusión de libros que respondan a los criterios de excelencia y relevanciaque
definen las actuaciones del CeALCI.

Libros

Los libros son compilaciones de trabajos o monografías, tanto aquellas que hayan sido ela-
boradas con apoyo de la Fundación como aquellas otras que por su interés y concurrencia
con sus objetivos así se decida. Los criterios de calidad científica de los materiales y de su
coincidencia con las prioridades del Centro son por tanto los que determinan la aceptación
de los proyectos. El primer título de esta colección es “Las Cumbres Iberoamericanas (1991-
2005). Logros y desafíos”. La obra, elaborada por especialistas españoles e iberoamerica-
nos bajo la coordinación del profesor Celestino del Arenal, recoge la historia, los logros y
el futuro de las Cumbres, y ha sido editada en coedición con Siglo XXI de España.

Documentos de Trabajo

Bajo la denominación Documentos de Trabajo se publican los informes finales de los pro-
yectos de investigación así como otros trabajos científicos y/o académicos que se propongan
y se consideren que tienen la suficiente calidad e interés para los objetivos del Centro.

Con un formato ligero y con carácter divulgativo, son el instrumento que sirve para difundir
las investigaciones realizadas y promovidas por el CeALCI, específicamente las propias in-
vestigaciones y las resultantes de las ayudas a la investigación. Además, pueden ser pu-
blicados como Documentos de Trabajo todos aquellos estudios que reúnan unos requisi-
tos de calidad establecidos y un formato determinado, previa aceptación por el Consejo
de Redacción.

Avances de Investigación (Edición electrónica)

Se editan en formato pdf, para su distribución electrónica y su acceso libre desde las pá-
ginas web, aquellos Avances de Investigación que, a juicio del centro y con el visto bue-
no del investigador, se considera oportuno con el fin de presentar algunos de los resulta-
dos iniciales de las investigaciones para su conocimiento por la comunidad científica, de
tal forma que el autor o autores puedan tener reacciones y comentarios a sus trabajos.

Estos Avances permiten también al CeALCI conocer los logros y dificultades en los proyectos
de investigación y modificar o reorientar, si fuera necesario, sus objetivos. En principio se
consideran susceptibles de edición electrónica en este formato aquellos avances de in-
vestigación de proyectos que hayan sido objeto de financiación a través de la Convocatoria
de Ayudas a la Investigación, Becas de Estancias Cortas o informes realizados por encar-
go directo.
DT48_cbtaOK_lomo9mm:Layout 1 9/5/11 13:38 Página 1

El Centro de Estudios para América Latina y la Coope- José Manuel Albares


ración Internacional (CeALCI) se crea, en noviembre de DT
2004, con la voluntad de promover la investigación y el 48 e Ignacio Suárez (coords.)
debate en torno a la realidad de los países en desarrollo
en general, y de América Latina en particular, y para
potenciar los estudios y propuestas sobre la mejor manera
de enfrentar los problemas que aquejan estos países.

La agenda africana de desarrollo


Bajo la denominación «Documentos de Trabajo» se publican
resultados de los proyectos de investigación realizados y
La agenda africana de desarrollo:
promovidos por el CeALCI. Además pueden ser incluidos
en esta serie aquellos estudios que, previa aceptación por
el papel de España y la Unión Europea
el Consejo Editorial, reúnan unos requisitos de calidad
establecidos y coincidan con los objetivos de la Fundación
Carolina y su Centro de Estudios.

Fundación CeALCI - Fundación Carolina Fundación Documento de


Carolina cealci@fundacioncarolina.es Carolina
CeALCI www.fundacioncarolina.es CeALCI Trabajo nº 48

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