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Dialnet LaAgendaAfricanaDeDesarrollo 3734897
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Jesús Núñez, es economista y militar (retirado). Codirector del Instituto de Estudios sobre Con-
flictos y Acción Humanitaria (IECAH). Es especialista en temas de seguridad, construcción de la paz
y prevención de conflictos, con especial atención al mundo árabo-musulmán. Profesor de la Uni-
versidad Pontificia de Comillas. Vocal del Comité Español de la UNRWA (Agencia de las Naciones
Unidas para los Refugiados Palestinos), desde su creación en 2005 y miembro del International Ins-
titute for Strategic Studies (IISS), Londres, desde 1993. Ha sido consultor del Programa de las Na-
ciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el ámbito de la construcción de la paz y la prevención
de conflictos violentos, y Vocal del Comité Directivo de Encuentro Civil EuroMed (ECE), desde su
creación en 2008. Es colaborador en diferentes medios de prensa escrita, de radio y servicios de
información exterior.
Mzukisi Qobo, es doctor en políticas por la Universidad deWarwick (Reino Unido). Obtuvo una
beca de investigación doctoral por la Organización Mundial del Comercio (Ginebra, Suiza). Ha sido
director para el desarrollo de políticas comerciales del Departamento de Comercio e Industria de
Sudáfrica. Actualmente trabaja en la Universidad de Pretoria (Sudáfrica) y es investigador aso-
ciado del Instituto Sudafricano de Asuntos Internacionales, donde ha sido director del Programa
de Potencias Emergentes. Sus áreas de especialización incluyen: política exterior, potencias emer-
gentes, desafíos de la gobernanza global, relaciones regionales y multilaterales de Sudáfrica.
PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
La Fundación Carolina y la Universidad dad del conjunto del planeta, y más aún en
Complutense de Madrid iniciaron en el año el caso de regiones y países vecinos como
2009 una colaboración en el marco de los la Unión Europea y España.
Cursos de Verano de El Escorial. Tal ini-
ciativa fue fruto del interés compartido por Por otro lado, el momento de la celebra-
ambas instituciones sobre África, y en este ción del curso coincidía con el fin de la
contexto, de la pertinencia de generar es- presidencia semestral del Consejo de la
pacios de debate, formación e intercambio Unión Europea, que España ostentó du-
que posibiliten la reflexión en torno a la rante el primer semestre de 2010. De este
realidad del continente africano y a sus prin- modo, el calendario se presentaba pro-
cipales retos y desafíos en materia de picio para hacer balance de las políticas
desarrollo. En dicho marco se inscribió el desarrolladas desde la Unión Europea y
encuentro “Migración, crisis y conflicto en desde España hacia África, tanto en el ám-
África Subsahariana”, coorganizado por la bito de las relaciones exteriores como de
Fundación Carolina y la Universidad Com- la cooperación para el desarrollo. El se-
plutense de Madrid en la programación de mestre presidencial se correspondía, ade-
los Cursos de Verano de El Escorial, los días más, con momentos de cambios tanto en
3 y 4 de agosto de 2009. el contexto europeo como español en lo
que al enfoque hacia el continente afri-
El interés que suscitó dicho encuentro, jun- cano se refiere. En el caso de Europa, la
to a la importancia de consolidar los es- progresiva implementación del marco
casos espacios de debate existentes en Es- institucional resultante del Tratado de Lis-
paña sobre asuntos africanos, llevaron a boa, en vigor desde el 1 de diciembre de
ambas instituciones a reeditar la colabo- 2009, sumado a los cambios en algunos
ración iniciada en 2009 con la organización de los principales acuerdos por los que se
del curso de verano “La agenda africana de rigen la relaciones euroafricanas: la evo-
desarrollo y el papel de España y la Unión lución de la Estrategia Conjunta UE-Áfri-
Europea”, celebrado en el Escorial entre el ca en el marco del proceso preparatorio
26 y el 30 de julio de 2010. de la III Cumbre birregional (Libia, no-
viembre de 2010), la revisión del Acuer-
La selección de dicho tema respondió a una do de Cotonou, o los procesos de nego-
serie de razones. Por un lado, la constata- ciación de los Acuerdos de Partenariado
ción de que África debe hacer frente a im- Económico. Por otro lado, en el caso de
portantes desafíos en materia de desarrollo, España, la asunción del carácter prioritario
de cara a cuya resolución pueden produ- de la relación con sus vecinos africanos,
cirse importantes contribuciones desde el que se ha acompañado en los últimos
exterior del continente africano. Partiendo años de una mayor presencia diplomáti-
de la premisa de que la articulación de so- ca en la región y en un notable aumento
luciones efectivas es una cuestión que com- de la Ayuda Oficial al Desarrollo hacia Áfri-
pete, ante todo, a las propias sociedades ca, a día de hoy el primer continente re-
africanas y a sus dirigentes, resulta igual- ceptor de la cooperación española en tér-
mente cierto que existe una responsabili- minos absolutos.
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José Manuel Albares e Ignacio Suárez
Con estos ingredientes como telón de contenidos del curso “La agenda africana
fondo, el curso reunió a un amplio elenco de desarrollo y el papel de España y la
de expertos africanos y europeos de or- Unión Europea”, sea de utilidad para una
ganismos internacionales, la Administra- mejor comprensión, difusión y análisis de
ción General del Estado, el mundo acadé- los desafíos a los que el continente debe ha-
mico y la sociedad civil. El resultado fue un cer frente en materia de desarrollo. De igual
fructífero debate sobre los principales as- manera, la Fundación Carolina quisiera
pectos de la agenda africana de desarrollo, agradecer a José Manuel Albares, actual
en el que se priorizaron las perspectivas Subdirector General de África Subsaha-
africanas y se abordaron algunos de los te- riana del Ministerio de Asuntos Exteriores
mas que están llamados a jugar un papel y de Cooperación de España, su labor en
clave de cara al futuro desarrollo del con- la dirección del citado curso. Se agradece
tinente: el contexto económico y comercial; igualmente a los ponentes su valiosa par-
el papel de las potencias emergentes; la ticipación a lo largo de las diferentes se-
igualdad de género y el empoderamiento siones, así como a todos los asistentes por
de las mujeres; el papel de la sociedad ci- su interés en profundizar sobre la realidad
vil; o las posibilidades y limitaciones que del continente africano.
ofrecen los procesos de integración re-
gional entre otros.
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INTRODUCCIÓN: LA AGENDA AFRICANA DE DESARROLLO
Y EL PAPEL DE ESPAÑA Y LA UNIÓN EUROPEA
José Manuel Albares e Ignacio Suárez*
Contrariamente a una imagen muy exten- Pese a los progresos registrados, África
dida de África, éste no es un continente Subsahariana sigue concentrando los
“perdido”. En él están ocurriendo muchas países con índices y niveles de desarrollo
cosas positivas para los africanos y para la más bajos. Según datos de las Naciones
agenda común que comparten con espa- Unidas, en la región se encuentran 22 de
ñoles y europeos. los 24 países de desarrollo humano bajo,
siendo el último Sierra Leona, que ocupa
Durante la última década, el continente afri- el puesto 177. La situación es similar si to-
cano ha realizado importantes esfuerzos mamos como referencia otros indicadores.
para estar a la altura de los cambios del Así, los países con una renta per cápita más
nuevo milenio y ha tenido que afrontar baja también se encuentran en África Sub-
toda una serie de nuevos retos de carác- sahariana (en particular, Burundi, Malawi,
ter global. A lo largo de los últimos diez República Democrática del Congo, Tanza-
años se han producido notables avances nia y Níger), y ciertos países de la región
para consolidar la democracia en la región, presentan los indicadores más reducidos
a través del refuerzo de las instituciones, de esperanza de vida (40,5 años en Zam-
las elecciones multipartidistas, la apertu- bia; o 40,9 en Swazilandia y Zimbabwe),
ra a la participación ciudadana y a la li- causada en buena medida por los estragos
bertad de prensa. Estos avances también de enfermedades como el VIH/Sida, las
se han acompañado de fracasos y se ha condiciones sanitarias o los conflictos ar-
debido hacer frente a resistencias, pero el mados.
movimiento de fondo en África se dirige
en esa dirección. Esto es especialmente re- Por ello, la erradicación de la pobreza en
levante porque existe una relación direc- África es uno de los principales retos glo-
ta entre el desarrollo, la seguridad y el res- bales de la comunidad internacional. A pe-
peto a los derechos humanos, que se hace sar de los avances conseguidos en los úl-
especialmente patente en el continente timos años, la consecución de los Objeti-
africano. vos del Milenio (ODM) se enfrenta con nu-
merosos obstáculos en este continente. Al-
De los treinta conflictos armados que se re- gunos factores acentúan estas dificultades,
gistraron en el planeta durante 2009, diez como las subidas del precio del combus-
tuvieron lugar en África. De estos, siete fue- tible, la crisis de los alimentos (los hoga-
ron conflictos armados internacionalizados, res de África Subsahariana destinan de
lo que pone de manifiesto su carácter re- media la mitad de sus ingresos a la ali-
gional y el papel que desempeñan los mentación), las crisis financieras mun-
países vecinos en los mismos. Dicho de diales (cuyo impacto en África reduce to-
otro modo, la democracia en un país afri- davía aún más las oportunidades comer-
cano incide en su desarrollo y estabilidad, ciales de la región), el menor acceso a fi-
pero también en toda la región. nanciación, o la reducción de las inver-
*Director y secretario del Curso de Verano “La agenda africana de desarrollo y el papel de España y la Unión
Europea”.
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La agenda africana de desarrollo y el papel de España y la Unión Europea
tencialmente violentas. Por otro lado, apo- largo de estas páginas se presentan una se-
yar las capacidades de todos esos países rie de datos que invitan al optimismo.
para avanzar en la senda de su propio África habría experimentado un cambio
desarrollo, el que ellos mismo diseñen y es- sustancial gracias al boom de las materias
cojan. Y, finalmente, contribuir a que la in- primas o a factores vinculados a la estabi-
tegración regional y subregional sea mo- lidad macroeconómica, las reformas mi-
tor de los dos elementos anteriores: la es- croeconómicas o el equilibrio político. El re-
tabilidad y el desarrollo africano. Esos sultado es una creciente atención hacia el
son los retos de nuestro futuro común, so- continente por parte de actores externos,
bre los que tratan de aportar claves los dis- que va más allá de la ayuda al desarrollo
tintos capítulos que integran la presente pu- para pasar a incluir otros ámbitos como el
blicación. comercio o las infraestructuras.
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José Manuel Albares e Ignacio Suárez
La segunda parte del documento se inicia Ignacio Suárez, responsable del Programa
con un análisis del marco de las relaciones de Eficacia de la Ayuda del Centro de Es-
África-UE a la luz de los procesos de inte- tudios para América Latina y la Cooperación
gración regional africanos y de las rela- Internacional (CeALCI) de la Fundación
ciones norte-sur. Asimismo, partiendo de Carolina, aporta algunas claves para tratar
un diagnóstico de la situación que ha ca- de comprender mejor los aspectos que a lo
racterizado épocas pasadas, se incide en al- largo de las últimas décadas han minado
gunos aspectos clave para las relaciones bi- la eficacia de la cooperación para el
rregionales, como el diálogo político, la di- desarrollo en el continente africano. Las
mensión comercial y económica, el papel nuevas dinámicas que se abren paso a par-
de la cooperación para el desarrollo en re- tir de la agenda de la eficacia de la ayuda,
lación a los donantes emergentes, o el pi- junto con la creciente importancia de la
lar relativo a la paz y la seguridad. cooperación sur-sur desarrollada por los do-
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PRIMERA PARTE: LA AGENDA AFICANA DEL DESARROLLO
* Director del Programa de Potencias Emergentes del South African Institute of International Affairs (SAIIA).
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Las potencias emergentes y la agenda africana de desarrollo en el siglo XXI
La libertad política ofrece unas condiciones Identificar y afrontar las barreras para el
más propicias para el desarrollo del sector desarrollo no siempre resulta sencillo,
privado y el crecimiento económico que los dada la posibilidad de que en determina-
entornos restrictivos. Existen, por su- dos contextos no esté claramente definido
puesto, excepciones a esta regla general, un concepto compartido de desarrollo. A
como es el caso de los llamados “tigres” ello puede sumarse la dificultad de que
del sureste asiático, que prosperaron du- los individuos o grupos persigan distintos
rante la Guerra Fría; la trayectoria de cre- objetivos o aspiraciones. Tal y como apun-
cimiento de la China comunista; y el éxito ta Sen, el enraizamiento de este concepto
económico de Singapur durante el mandato de desarrollo no sólo requiere la demo-
del benévolo dictador Lee Kuan Yew. Sin cratización del espacio político, sino tam-
embargo, estas excepciones no constituyen bién el de las condiciones bajo las cuales
modelos que puedan ser replicados, ni si- los diversos actores participan de la eco-
quiera considerados, en otros países. De nomía de mercado (Unger, 2009).
hecho, África ha sufrido en sus carnes un
número considerable de regímenes auto- Dejando a un lado los obstáculos genera-
cráticos y autoritarios con desastrosas dos internamente como resultado de go-
consecuencias. Estos han sido identifica- biernos deshonestos e ineficaces, África
dos como la principal causa del declive no se encuentra integrada en la economía
económico, del fomento de la corrupción mundial en unos términos favorables, par-
y la proliferación de redes de favoritismo ticularmente si se tiene en cuenta la reali-
en el sector público y en el conjunto de la dad del continente: una dependencia des-
economía. proporcionada de una limitada cartera de
exportaciones y la supeditación a los mer-
La tesis que subraya la importancia de los cados de la Unión Europea. Sólo en los úl-
elementos cualitativos del desarrollo, con- timos años han podido constatarse prue-
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Mzukisi Qobo
Otra de las marcas de ausencia de desarrollo Tras la era colonial, el único lapso en el que
de África y de su dependencia externa es la África disfrutó de perspectivas halagüeñas
expresada a través de la ayuda al desarrollo. fue el periodo 1960-1973, el cual estuvo mar-
Irónicamente, esta herramienta –diseñada cado por el boom económico previo al de-
para abordar algunos de los desafíos so- rrumbamiento del mecanismo del patrón
ciales más profundamente arraigados en oro de Bretton Woods y el comienzo de la
África– se ha convertido en una lacra para crisis de la deuda. Una gran parte del cre-
el continente. En los últimos tiempos, la ayu- cimiento de África en este periodo se ali-
da al desarrollo se ha sometido a un examen mentó con la creciente demanda por parte
exhaustivo y ha sido objeto de enérgicos lla- de Occidente de su agricultura y sus mate-
mamientos para su redefinición, la cual iría rias primas, que experimentó marcadas su-
encaminada a optimizar su eficacia y me- bidas entre 1971 y 1973 y trajo consigo una
jorar su despliegue, orientándola a la in- duplicación de los precios del cobre, el cau-
versión y las infraestructuras. cho, el cacao y el café (Frieden, 2006: 354).
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tores diversos, como la venta al por mayor, bilidades institucionales se abordaron jun-
la venta minorista, el comercio, las tele- to con esfuerzos encaminados a mejorar el
comunicaciones y la fabricación (Mckinsey entorno comercial y fomentar la iniciativa
Global Institute, 2010). En el periodo de empresarial.
1997 a 2008, las materias primas tan sólo
representaron el 24% del PIB de África y, No obstante, es preciso señalar que no todo
según datos de Boston Consulting Group el crecimiento de los últimos tiempos se ha
(2010), en 2008 el gasto en consumo as- repartido de manera uniforme por los
cendió al 60% del Producto Interior Bruto países africanos y, salvo en el caso de Sud-
del continente. áfrica, la mayoría de la inversión se ha con-
centrado en el sector de los recursos. De
El resurgimiento de África también ha acuerdo con el Informe sobre las Inversio-
sido palpable en los flujos totales de capi- nes en el Mundo de la UNCTAD (2010), An-
tal, representados por inversiones extran- gola, Egipto, Nigeria, Sudáfrica y Sudán son
jeras directas, préstamos bancarios y ad- los principales receptores de inversiones,
quisiciones de valores y títulos de deuda de con un capital superior en cada caso de más
emisores africanos por parte de inversores de 3.000 millones de dólares procedentes
externos. Éstos han aumentado desde los de países en desarrollo no africanos.
15.000 millones de dólares de 2000 hasta
87.000 millones en 2007, justo antes de la Países como Argelia, Libia o la República
explosión de la crisis financiera mundial Democrática del Congo ocupan el segun-
(Mckinsey Global Institute, 2010). También do nivel, con unos flujos estimados de en-
puede apreciarse una diversificación de las tre 2.000 y 2.900 millones de dólares. A és-
inversiones en los sectores del petróleo y tos les siguen Túnez, Ghana, Guinea Ecua-
del gas, la cual ha reportado beneficios a torial y Marruecos, que atraen entre 1.000
la banca, el turismo, los textiles, la cons- y 1.900 millones de dólares. La inversión
trucción y las telecomunicaciones. extranjera directa en el resto de países afri-
canos se encuentra por debajo de los
Este panorama sugiere que África ya no es 1.000 millones de dólares. Por tanto, resulta
sólo una gran avenida para atraer la ayu- obvio que, aunque África se desarrolla, sus
da extranjera, sino un también un terreno distintos países no están beneficiándose en
fértil para el compromiso comercial. La vie- términos de igualdad. De hecho, el grado
ja concepción de desarrollo descartaba que de mejora es un reflejo de las condiciones
el comercio pudiera ser una herramienta estructurales existentes, la calidad institu-
para su promoción, pero, sin embargo, esta cional de cada país, y el hecho de si éstos
visión plantea numerosas limitaciones. cuentan o no con recursos naturales. A pe-
En todos los casos conocidos de países que sar de ello, los avances realizados son de
han conseguido superar atrasos econó- gran importancia.
micos e instaurar instituciones e infraes-
tructuras modernas, el comercio, con el Además, con independencia de estas me-
apoyo coordinado del gobierno, ha juga- joras en las estructuras económicas afri-
do un papel fundamental. En ellos, las de- canas, las condiciones que garantizan un
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crecimiento sostenido –incluida una in- Dada la diversidad del continente africano,
fraestructura de gobernanza adecuada e en el cual se encuadran 53 países con di-
instituciones jurídicas, burocráticas y ferentes culturas, idiomas y sistemas po-
mercantiles operativas– son todavía frá- líticos, es posible que el desarrollo y el cre-
giles o incluso inexistentes en algunas na- cimiento no se produzcan de manera si-
ciones. Un país que ha disfrutado de flu- multánea y uniforme en todo su territorio.
jos de inversión constantes, tanto en for- Sin embargo, se han registrado mejoras de
ma de valores como de inversión extran- gran importancia. En el ámbito político, se
jera directa, es Sudáfrica, y lo ha hecho gra- han sofocado los conflictos armados y has-
cias a la solidez de sus instituciones y al ta 30 países se han convertido en demo-
estado de desarrollo avanzado de sus in- cracias, una cifra que contrasta con las cua-
fraestructuras. tro existentes en 1980.
Aún así, siguen existiendo un gran nú- Además, existe un consenso creciente so-
mero de limitaciones para el desarrollo de bre el hecho de que las previsiones econó-
África, entre las que pueden destacarse: micas de África son positivas. En sus Pers-
la corrupción; los problemas relacionados pectivas de la Economía Mundial de octubre
con debilidades en la gobernanza; el li- de 2010, el Fondo Monetario Internacional
mitado espacio para la sociedad civil; la (FMI) subraya el hecho de que el crecimiento
fragilidad del entorno comercial; los cue- actual de África y sus previsiones de futuro
llos de botella a nivel de infraestructuras; se apoyan en la recuperación de las expor-
la dependencia de carteras de productos taciones y los precios de las materias primas,
limitadas y los mercados tradicionales; el así como en una demanda doméstica sóli-
subdesarrollo del capital humano; y la in- da (FMI, 2010). Esto viene a constatar de ma-
consistencia de las infraestructuras so- nera rotunda que el motor de África ya no
ciales. Estas dificultades pueden resu- son únicamente las materias primas, sino
mirse en términos de infraestructura físi- también la creciente masa de consumidores
ca deficiente (que abarcaría el conjunto de autóctonos, por los cuales pasa un creci-
la economía, las capacidades productivas miento sostenido a largo plazo.
y las infraestructuras), instituciones débiles
(incluida la ausencia de un discurso de- No obstante es innegable que, hasta cier-
mocrático serio, la falta de voces críticas to punto, África sigue dependiendo de la
en la sociedad civil y la fragilidad del Es- demanda externa, como por ejemplo la
tado de derecho y entorno normativo), e procedente de Asia, a quien se debe una
infraestructuras sociales endebles (sani- gran parte de su crecimiento reciente.
dad, educación y otros servicios sociales). Una vez más, los países más beneficiados
El coste de realizar una actividad empre- son aquellos ricos en recursos minerales
sarial en el continente africano sigue sien- y los que disponen de fuentes energéticas.
do alto, y por lo general, las cadenas de su-
ministro, que son la clave de los negocios A pesar de que la diversificación va to-
relacionados con la fabricación y la distri- mando cierto impulso, el núcleo de las ca-
bución, son poco sólidas. pacidades productivas africanas reside en
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dose por detrás de las de otros países en to crítico para la creación de un entorno co-
desarrollo, siendo los servicios vinculados mercial positivo y la captación de inver-
a las mismas el doble de caros que en nin- siones, mientras que sus deficiencias aca-
guna otra parte del mundo (Foro de Mer- rrean costes para las empresas. Ya en el pa-
cados Emergentes, 2010). sado el continente africano experimentó de
Existe un compromiso claro por parte de ca- primera mano las dificultades de obtener
pitales privados, principalmente asiáticos, beneficios comerciales bajo estas condi-
de acometer inversiones en infraestructu- ciones adversas. Así, las infraestructuras
ras en África; una especie de interés propio son tanto un bien público como un canal
que podría aportar grandes beneficios al de transporte de productos desde las
continente. En cambio, dicho compromiso fuentes hasta los mercados.
no resulta suficiente a la vista de la extre-
ma fragilidad de las infraestructuras de Áfri- Algunos altos funcionarios del Banco Mun-
ca, que alcanza al sistema de carreteras, las dial han hecho alusiones a la importancia
instalaciones portuarias, los aeropuertos, las del aumento de las inversiones en la in-
redes ferroviarias, los saneamientos y el fraestructura africana, y han sugerido que,
abastecimiento energético. De hecho, el au- en lugar de ayuda al desarrollo, los países
mento en el comercio y el crecimiento de desarrollados deberían considerar la emi-
la población, particularmente en la zona sión de “Bonos para el Desarrollo Africa-
oriental y central de África, están colap- no” en Nueva York. Con el actual tipo de
sando las infraestructuras (Informe de Bu- interés anual del 4,5%, una supuesta emi-
siness Monitor International, 2008). sión de bonos por valor de 100.000 millo-
nes de dólares únicamente requeriría re-
China viene desplegando un modelo úni- embolsos de 6.000 millones al año, lo que
co de inversión en infraestructuras y de supone tan sólo una pequeña fracción de
concesión de créditos subvencionados la ayuda al desarrollo que los países ricos
que le brinda como contrapartida acceso ya se han comprometido a prestar.
a recursos estratégicos como minerales y
energía. Dicho modelo se probó por pri- Al tratarse de un instrumento comercial, la
mera vez en Angola y se ha utilizado pos- emisión de bonos podría obtener mucho
teriormente en países como Sudán, Ca- más que simple ayuda, es decir, reporta-
merún, la República Democrática del Con- ría beneficios materializados en desarrollo
go y Nigeria, entre otros. El Banco de Ex- de infraestructuras, mejoras en el clima de
portación-Importación de China (China inversión, crecimiento de la actividad del
Eximbank) sería quien facilitaría los pagos sector privado y aumentos de la competi-
destinados al desarrollo de infraestruc- tividad en la exportación. Recientemente,
turas. Corea del Sur se ha pronunciado respec-
to a este asunto. En el marco de los pre-
Esta apuesta por el desarrollo de infraes- parativos para la Cumbre del G20 en no-
tructuras podría ser un gran catalizador viembre de 2010, el país declaró que “está
para el éxito futuro de África. Una base só- reuniendo apoyos para la adopción de una
lida en las infraestructuras es un elemen- carta que pondrá fin a [...] la exagerada in-
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negal. La empresa minera brasileña Vale pla- medidas para potenciar la cooperación en
nea destinar entre 5.000 y 8.000 millones de materia de desarrollo. Éstas incluyen apo-
dólares a la mejora de minas, puertos y re- yo a África en los ámbitos del cambio cli-
des ferroviarias en Guinea y Liberia. mático y la ciencia y la tecnología; ayuda
al continente para afrontar la crisis finan-
Finalmente, cabe señalar que los lazos en- ciera; asistencia en la reducción de la po-
tre África y las potencias emergentes tras- breza; y cooperación en materia de pro-
cienden la condición de relaciones bila- tección medioambiental y sanidad. Un ras-
terales comerciales para convertirse en go diferenciador de los compromisos de
vínculos diplomáticos con categoría de China es su carácter multianual y la pre-
cumbre. visibilidad de su financiación, ya que
cuenta con un programa de seguimiento
integrado.
V.1. África y las potencias emergentes:
una relación con categoría China también está estableciendo Zonas
de cumbre Económicas Especiales en una serie de
países africanos, entre ellos Argelia, Egip-
La relación entre China y África a nivel de to, Etiopía, Mauritania, Nigeria y Zambia,
cumbre tiene lugar en el marco del Foro con el objetivo de fomentar su industriali-
de Cooperación entre China y África (FO- zación y sus niveles de empleo (Informe so-
CAC, por sus siglas en inglés). El meca- bre las Inversiones en el Mundo de la UNC-
nismo se estrenó en Pekín en 2000, y con TAD, 2010: 37). Hasta la fecha, China ha
los años, el alcance de su compromiso ha completado tres fases sucesivas de con-
ido ampliándose. Su característica prin- donación de deuda, y en la cumbre del FO-
cipal es el fortalecimiento de las relacio- CAC de 2009, el Primer Ministro chino pro-
nes diplomáticas con los países africanos metió la cancelación de la deuda de los
bajo la rúbrica de la “solidaridad sur-sur”, Países Pobres Altamente Endeudados
en virtud de la cual China asume impor- (HIPC, por sus siglas en inglés) de la región
tantes compromisos financieros para africana.
sostener la relación. Algunos de estos
compromisos han incluido la concesión Las relaciones entre India y África también
de más préstamos y condonaciones de han alcanzado un estadio superior con la
deuda a países africanos, acceso prefe- inauguración de la alianza entre ambas re-
rente al mercado chino y el estableci- giones en 2008. Dicha asociación estraté-
miento de un Fondo de Desarrollo entre gica se ha forjado sobre principios de
China y África para fomentar la inversión igualdad, tolerancia mutua, beneficio com-
de empresas del gigante asiático en la re- partido, respeto de la soberanía y una fir-
gión con una aportación inicial de 5.000 me voluntad de potenciar la integración
millones de dólares. africana. Las relaciones comerciales entre
India y África han pasado de 7.300 millo-
En la cumbre de 2009 del FOCAC, cele- nes de dólares en 2000 a los 31.000 millo-
brada en Egipto, se anunciaron nuevas nes registrados en 2008. Hasta el mo-
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mento, la Iniciativa de Desarrollo India ha merciales con China derivados del volumen
reportado a países como Tanzania, Zam- de las mercancías importadas, que se co-
bia, Guinea, Mozambique y Uganda con- rresponden en su mayoría a productos de
donaciones de deuda por valor de 24 mi- consumo de bajo coste que circulan por el
llones de dólares. continente africano (Freemantle y Ste-
vens, 2009).
Otras asociaciones estratégicas orientadas
al desarrollo incluyen las alianzas de África A pesar de que los recursos son una ven-
con Turquía y Corea del Sur. Estas variadas taja competitiva fundamental, el valor real
fórmulas de cooperación ofrecen al conti- a largo plazo que la relación entre China y
nente un mayor abanico de elección en sus África puede aportar al desarrollo futuro del
compromisos externos, en particular en sus continente radica en explorar medios que
relaciones comerciales y de inversión. Tam- permitan diversificar la estructura pro-
bién le proporcionan fuentes alternativas de ductiva africana y aportar valor añadido a
ayuda al desarrollo. Aunque el comercio afri- sus recursos naturales. Los líderes africa-
cano ha dependido tradicionalmente de Nor- nos tienen la responsabilidad de canalizar
teamérica y de la Unión Europea, en la ac- los réditos derivados de las materias pri-
tualidad la balanza comienza a decantarse mas para mantener las infraestructuras y
del lado de otros países del sur. diversificar sus economías.
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Las potencias emergentes y la agenda africana de desarrollo en el siglo XXI
ante las economías emergentes que ope- legar a un segundo plano los lazos que ésta
ran en el continente. mantiene con otros actores externos en tor-
no a su desarrollo.
Por último, los gobiernos africanos deben
adoptar medidas serias para acelerar las re- Los modelos de progreso perseguidos
formas, invertir en educación y ampliar el por los países occidentales y las potencias
margen para un crecimiento liderado por emergentes difieren en los aspectos más
el sector privado en sus países. Las claves fundamentales, lo que explica, a la luz de
de la prosperidad a largo plazo de África se las últimas tendencias comerciales, que és-
encuentran, en última instancia, en el li- tas últimas estén eclipsando a Occidente.
derazgo y el sentimiento de urgencia. Es importante reconocer, no obstante,
que África ha experimentado un cambio
sustancial. Hoy por hoy, la situación del
VI. CONCLUSIÓN: continente dista mucho de la de la década
LA AGENDA AFRICANA de los ochenta, en plena recesión mundial
DE DESARROLLO DE CARA y de crisis de la deuda. Durante esta etapa,
AL FUTURO la ayuda se consideraba la única herra-
mienta disponible, y Occidente se dedicó
Hubo un momento en el que África llegó a imponer programas de ajuste estructu-
a considerarse un continente sombrío y ral que se antojaban la solución definitiva.
condenado con escasas posibilidades de Para lograr mantener su relevancia en
salvación. Sin embargo, este panorama África, los gobiernos occidentales deberán
está comenzado a cambiar, gracias en modificar su enfoque y mirar hacia el
gran medida al interés que el continente ha continente de otra manera, en especial en
despertado entre las potencias emergen- lo que respecta al uso de la ayuda como
tes. De hecho, África es en la actualidad el parte de enfoques mucho más amplios que
centro de todas las miradas, y empresas de incluyan financiación para las infraestruc-
inversión y consultoras de gestión de Oc- turas y el comercio.
cidente se han embarcado en un inter-
cambio de comentarios positivos sobre el
futuro crecimiento de la región. BIBLIOGRAFÍA
Sin querer descolgarse de esta tendencia, Africa Progress Progress (2010), From Agenda
to Action: Turning Resources into Results for
potencias emergentes como Brasil, Rusia,
People. Ginebra, Africa Progress Panel.
India y China (los llamados BRIC) y los es-
tados del Golfo Pérsico han aumentado su Accenture Report (2010), Africa: The New Fron-
participación comercial en el continente tier for Growth. Accenture.
mediante acuerdos que en ámbitos como
la minería, la energía o la adquisición de te- Business Monitor International (2008), Africa In-
rrenos agrícolas. La velocidad con la que frastructure Volume III: Reassessing Infras-
las nuevas economías establecen relacio- tructure Development in Central and East Afri-
nes comerciales con África amenaza con re- ca. London, Business Monitor International.
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Mzukisi Qobo
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34
2. LA INTEGRACIÓN REGIONAL EN ÁFRICA:
BALANCE, RETOS Y ALTERNATIVAS
Mbuyi Kabunda*
35
Mbuyi Kabunda
1
El presidente Kaddafi rechaza este planteamiento al considerar que el Estado-nación, como reliquia del co-
lonialismo y una aberración, ha de ser superado mediante la eliminación de las fronteras artificiales a favor de
la creación de un espacio más amplio por su incapacidad de satisfacer las necesidades de los pueblos (cf. At-
tisso, 2008: 120).
2
Al respecto es preciso subrayar los debates de ayer entre los “moderados”, partidarios de una mera cooperación
interestatal y los “revolucionarios” o “progresistas”, defensores de los Estados Unidos de África; y de hoy en-
tre los pragmáticos o defensores del “panafricanismo funcional” (Abdulaye Wade) y los del “panafricanismo
moderno o maximalista” o la resurrección del proyecto de Estados Unidos de África para hacer frente con-
juntamente a los desafíos de la globalización (Kaddafi).
36
La integración regional en África: balance, retos y alternativas
37
Mbuyi Kabunda
jetivo de realizar el mercado común y fo- de facto (Hugon, 2007: 202) expresada por
mentar la cooperación en todos los cam- las redes comerciales, financieras, cultu-
pos entre los cinco Estados magrebíes. La rales y tecnológicas y los flujos migratorios
regla de la unanimidad, las dificultades in- transfronterizos, que son los que verda-
ternas junto a las tensiones entre Argelia deramente funcionan, y que deberían ser
y Marruecos, sobre el problema del Sáhara, objeto de una atención particular al ex-
explican el estado actual de letargo en el presar “dinámicas endógenas” y al cons-
que se encuentra la organización. tituir áreas de libre comercio de hecho. Se
aprovechan de las fronteras porosas, las re-
Aquí aparece el primer problema al que se des comerciales e identitarias o étnicas
enfrenta el regionalismo africano: la pro- transfronterizas, las diferencias de las po-
liferación de estas agrupaciones y la per- líticas económicas y de monedas nacio-
tenencia concomitante de un Estado a nales y las ventajas comparativas4. De
dos o varias de ellas con objetivos simila- aquellas agrupaciones oficiales, sólo dos,
res, lo que conduce a “una neutralización la CEDEAO y la SADC –si excluimos la UE-
recíproca” (Coussy, 1990: 232) de estas or- MOA (Unión Económica y Monetaria del
ganizaciones con rivalidades declaradas o África Occidental) y la CEMAC (Comunidad
latentes entre ellas3, tal y como está suce- Económica y Monetaria del África Central)–,
diendo entre la SADC, la SACU (Unión presentan importantes perspectivas, la
Aduanera del África Austral) y la COMESA primera por prever en su tratado revisado
en África Austral. importantes disposiciones supranaciona-
les, al menos formalmente, tales como la
Partiendo del caso específico del África libre circulación de personas, bienes y ca-
Central, Ropivia (2001: 145) demuestra pitales y el derecho de residencia de los ciu-
también cómo las actividades diplomáticas dadanos en los territorios de los Estados
y militares, de la última década en la RDC, miembros mediante la introducción pau-
de países pertenecientes a otras comuni- latina del pasaporte común; y la segunda
dades regionales como Uganda, Nigeria y por crear redes de transportes y comuni-
Sudáfrica impiden indirectamente el pro- cación regionales, y por apostar por un sis-
ceso de integración regional y de unidad tema monetario común.
geopolítica de esta región.
La CEDEAO y la SADC, encabezadas res-
Frente a esta integración de jure (o el “re- pectivamente por Nigeria y Sudáfrica, han
gionalismo estatal”), existe una integración puesto de manifiesto un cierto dinamismo
3
La existencia de múltiples objetivos, a menudos similares, plantea serios problemas de competencia, com-
patibilidad y conflictos de obligaciones.
4
De hecho existen importantes redes comerciales y espacios regionales tanto en África Occidental como en
África Central y Austral, que actúan por encima de las fronteras oficiales. Sus integrantes se desplazan en fun-
ción de las oportunidades comerciales y económicas, a través de migraciones de los países del Sahel hacia los
países costeros del África Occidental o de los países de la antigua línea del frente del África Austral hacia Sud-
áfrica. Negar tales realidades equivale, en la opinión de Tenier (2010: 11-12), a condenar al fracaso el propio
proceso de integración y a favorecer las fuerzas centrífugas.
38
La integración regional en África: balance, retos y alternativas
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La integración regional en África: balance, retos y alternativas
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Mbuyi Kabunda
42
La integración regional en África: balance, retos y alternativas
bien determinada: mantener los nuevos Es- IV.2. El PAL: luces y sombras
tados en su morfología original. Realiza esta
paradoja monumental de ser una organi- En cuanto al programa económico de la
zación de la unidad que mantiene el des- OUA, el Plan de Acción de Lagos para el
membramiento del espacio político africa- desarrollo económico de África, adoptado
no”. Es decir, el objetivo del mantenimien- en abril de 1980 por la conferencia de Je-
to y protección de la soberanía estatal en fes de Estado y Gobierno de la OUA (con
contra de la integración regional, pues di- la colaboración determinante de la Comi-
chos principios, reproducidos por todas las sión Económica de las Naciones Unidas
agrupaciones regionales africanas, están en para África –ECA–, liderada por el profesor
contra de la libre circulación de personas y Adebayo Adedeji, y de intelectuales y ex-
de bienes, limitándolas a una mera pertos africanos del PNUD), fue tachado en
cooperación interestatal por mantener las su época por la opinión africana de ser ”sin
barreras institucionales y económicas. lugar a dudas, un bello e inestimable do-
cumento”.
La OUA, cuya Carta empieza con “nosotros
jefes de Estado y Gobierno africanos…”, El PAL parte de la contradicción existente
no fue una organización de los pueblos, entre la riqueza del continente en recursos
sino de los gobiernos, una organización de naturales –importante capital humano, el
descolonización y liberación, creada para 97% de recursos mundiales de cromo, el 85
“la lucha contra el colonialismo y el neo- de platino, el 65% de oro, el 50% de man-
colonialismo” que se quedó anacrónica en ganeso, el 25% de uranio y el 13% de co-
relación con la evolución de los problemas bre, sin excluir la bauxita, el níquel y el pe-
políticos y económicos del continente. tróleo, el 20% del potencial hidroeléctrico,
Tuvo el mérito de sobrevivir en condicio- el 20% del petróleo comercializado en el
nes adversas de la Guerra Fría durante la mundo, el 70% de la producción mundial
que los Estados africanos mantuvieron re- de cacao, el 33% de café y el 50% de acei-
laciones verticales privilegiadas con las an- te de palma (cf. Kwam Kouassi, 1987: 219;
tiguas metrópolis y las alianzas ideológicas Zang, 1990: 224-225)– que contrasta con el
con las superpotencias, opuestas ambas a deterioro de la situación económica y so-
la integración horizontal de los países afri- cial de África. Por lo tanto, consideró que
canos que les pueda hacer perder sus zo- el subdesarrollo de África no era un fata-
nas de influencia, además de enfrentarse lismo y que África no estaba condenada a
la OUA a los micronacionalismos de los Es- la pobreza, y se inspiró en la filosofía del
tados africanos de reciente creación. nuevo orden económico internacional
(NOEI) y los planteamientos tercermun-
Enfrentados a los problemas de construc- distas, adoptando la estrategia de la auto-
ción nacional y desarrollo económico, los suficiencia nacional y colectiva. Es decir, la
países africanos se refugiaron en el na- integración regional como vía para salir de
cionalismo estatal en detrimento del pa- la crisis y como modelo futuro para el
nafricanismo y de la unidad africana (Mfou- desarrollo económico de África, mediante
lou, 1986: 66). la definición de una estrategia de desarrollo
43
Mbuyi Kabunda
44
La integración regional en África: balance, retos y alternativas
45
Mbuyi Kabunda
Dicho con otras palabras, la OUA fue pues- giones del continente), junto a la ofensiva
ta en manos de unos funcionarios más al ser- de los PAE en toda la década de los 80. Por
vicio de sus Estados de origen que de la or- todas estas razones, los gobiernos africa-
ganización panafricana. Es lo que denuncia nos no otorgaron dedicación suficiente a
el profesor Gonidec (1987: 131-132) en es- la implantación del PAL, cuyo mérito fue la
tos términos: “la dependencia es total para toma de consciencia para los africanos de
todos los miembros de los órganos de las la necesidad de reflexionar seriamente
organizaciones internacionales africanas sobre los problemas económicos. Es una
que proceden directamente de los gobiernos etapa decisiva en la historia de la OUA que
de los Estados miembros o nombrados por privilegió los problemas económicos tras
ellos. Su modo de nombramiento y su po- haber participado a la liberación política
sición en relación al Estado de origen ex- casi total del continente (Zang, 1990: 230).
plican que expresan en lo esencial la vo-
luntad de dicho Estado y defienden la polí- Por su parte, el profesor Adebayo Adede-
tica definida por su gobierno, y precisamente ji (cf. Asante, 1991: 207) atribuye el fraca-
del jefe de Estado”. No se puede conseguir so de las estrategias de desarrollo africa-
el panafricanismo sin panafricanistas. Mu- nas a la falta de la participación popular, la
chos de estos obstáculos siguen vigentes en mala gestión económica, la fuga de capi-
la actual Unión Africana. tales, el mal uso de los recursos, las polí-
ticas en contra del mundo rural, la débil mo-
Su plan de desarrollo, el PAL que adoptó vilización de los recursos locales y las ex-
la integración regional como un instru- cesivas intervenciones del Banco Mundial
mento de desarrollo o el panafricanismo y del FMI. Intervenciones hechas posibles
económico, fue bloqueado por la ausencia por la exclusión de la sociedad en el pro-
de una autoridad comunitaria, además ceso de toma de decisiones y del ejercicio
de insistir demasiado en los aspectos eco- del poder por las clases gobernantes, jun-
nómicos, descuidando los aspectos políti- to a las distintas herencias coloniales
cos (democracia y derechos humanos). Dio (Kwam Kouassi, 1987: 306), que han deja-
prioridad al interestatalismo con la consi- do diferentes prácticas comerciales entre
guiente exclusión de la economía popular, los países francófonos, más dependientes
que constituye la principal actividad de la de la antigua metrópoli, y los anglófonos,
mayoría de la población africana, y sobre con relaciones comerciales más equili-
todo, no se dotó de medios financieros y bradas con el resto del mundo.
políticos en su declaración de guerra con-
tra el imperialismo. Es también verdad que
en la OUA enfrentó graves problemas po- V. EL NEPAD Y LA UNIÓN AFRICANA
líticos (las guerras de Angola, Chad y Sá- ANTE LA INTEGRACIÓN REGIONAL
hara Occidental, bloqueando el problema EN ÁFRICA
saharaui la elección del secretario general
de la OUA entre 1982 y 1984, las rivalida- África ha dado un paso importante en la in-
des entre “conservadores” y “progresis- tegración política y económica con la
tas”, y la sequía que afectó amplias re- puesta en marcha del NEPAD y la conver-
46
La integración regional en África: balance, retos y alternativas
sión de la OUA en UA en 2002. Con estas ción neoliberal de la que África quiere sa-
nuevas organizaciones, África ha mani- car importantes beneficios, rompiendo
festado claramente la voluntad de encar- con el mito del “desarrollo endógeno y au-
garse de su propio destino mediante la in- tocentrado” defendido por el PAL, y sobre
tegración de sus economías tanto a nivel todo tomando en cuenta la “interdepen-
regional como continental, reuniendo por dencia económica y política entre los
primera vez al África del norte y al África países creada por la globalizalización”
subsahariana. A continuación, se analizan (Asante, 2006: 11).
las fuerzas y límites de estos proyectos am-
biciosos, que pretenden poner fin a la bal- Se trata, pues, del programa económico de
canización de África y su extraversión la UA, basado en “un catálogo de proyec-
económica. tos realistas inspirados en el liberalismo
económico”, cuyo mérito es poner énfasis
en el fortalecimiento de las agrupaciones
V.1. El NEPAD: fuerzas y debilidades regionales existentes y en el African Peer
Review Mechanism (Mecanismo Africano
El NEPAD fue adoptado en julio de 2001 por de Evaluación de Pares –MAEP–), que
la 37ª cumbre de la OUA como documen- constituye su piedra angular, pues se fun-
to estratégico de lucha contra la pobreza y damenta en la autoevaluación de los Es-
de apoyo al desarrollo de África. Se fun- tados africanos5 en los progresos realiza-
damenta en la filosofía del paternariado, y dos en la democracia, los derechos hu-
defiende la idea de la responsabilidad manos, el buen gobierno, las prácticas de
compartida y de los intereses mutuos en- desarrollo y la integración regional (Asan-
tre la comunidad internacional y África, para te, 2007: 84-85).
conseguir el desarrollo del continente a par-
tir de la integración regional y de la incor- En definitiva, el NEPAD persigue tres ob-
poración de África en la economía mundial. jetivos principales (Mvelle, 2007: 286-287):
De ahí el acento sobre la apropiación del el fomento del crecimiento y del desarrollo
desarrollo por los africanos mediante la de- duradero, la erradicación de la pobreza ge-
finición de los proyectos comunes en las 5 neral y el poner fin a la marginación de Áfri-
regiones (Centro, Este, Oeste, Norte y Sur) ca en el proceso de globalización.
constituyendo la sexta región las diásporas
africanas integradas por los inmigrantes El plan de la UA define las 10 áreas priori-
africanos y los afrodescendientes, y la fi- tarias siguientes: el buen gobierno políti-
nanciación de dichos proyectos por los fon- co, la buena gestión económica, la cons-
dos procedentes en lo esencial del sector trucción de infraestructuras regionales
privado. Dicho con otras palabras, el NE- (carreteras, ferrocarriles, puertos y aero-
PAD se inserta en la lógica de la globaliza- puertos), la adopción de las nuevas tec-
5
Este mecanismo de control mutuo, con posibilidad de sancionar a los Estados contraventores, se fundamenta
en la libre adhesión de los Estados africanos con el riesgo de crear dos velocidades entre ellos: los incluidos
y los excluidos del NEPAD.
47
Mbuyi Kabunda
nologías de la información y de la comu- guido los países africanos con sus econo-
nicación, el desarrollo de la energía, el fo- mías rentistas6, en lugar de exigir la di-
mento de la educación, la apuesta por la sa- versificación de dichas economías para fo-
lud, el apoyo a la agricultura, la protección mentar el crecimiento duradero. Por lo tan-
del medio ambiente y la toma de iniciati- to, no presenta una clara alternativa al
vas para tener acceso al mercado mundial. “Consenso de Washington” al funda-
Es decir, un acertado catálogo de los pro- mentarse en una integración regional de
blemas a los que está enfrentada África. inspiración neoliberal.
Sin embargo se le puede criticar, o al me-
nos formular algunas dudas, en los as- – El monto estimado por el NEPAD para su
pectos siguientes (cf. entre otros a Asante, financiación se estima en unos 60.000 mi-
2006: 8; Hugon, 2007: 204; Abizanda, 2009: llones de dólares, o el doble de la ayuda pú-
141-181): blica al desarrollo y la IED que recibe en la
actualidad África;
– Se trata de un programa concebido des-
de arriba o elitista, de corte neoliberal, al – El NEPAD pasa por alto en su enfoque
que le falta la credibilidad y la legitimidad continental la falta de intereses comunes,
ante algunos Estados africanos y los agen- en muchos aspectos, entre los países del
tes de la sociedad civil. África del norte y los subsaharianos, entre
los grandes y los pequeños Estados en el
– Se inspira ampliamente en el discurso de continente.
las instituciones de Bretton Woods (Planes
de Ajuste Estructural) y se fundamenta en – Se fundamenta, en su proceso de inte-
la voluntad de los donantes externos o del gración, en las organizaciones oficiales
mundo occidental, con importantes impli- poco operativas, excluyendo a las organi-
caciones en el desarrollo interno de los Es- zaciones informales mucho más efectivas
tados africanos y en el proceso de inte- y dinámicas.
gración regional. Ello desmiente su pre-
tensión de ser un documento inspirado en Nos encontramos, una vez más, ante un
las experiencias africanas. plan de desarrollo que no ha aprendido las
lecciones del pasado en cuanto al fracaso
– El objetivo de conseguir el 7% de creci- de los planes anteriores en África, pues si-
miento aparece excesivamente ambicioso, gue fundamentando en el interguberna-
máxime cuando los países africanos sólo mentalismo y en el interestatalismo, per-
han alcanzado la tasa de crecimiento entre diendo de vista que el Estado africano si-
el 3 al 4% en los últimos años. gue siendo neopatrimonial a pesar del ac-
tual proceso de democratización (cf. Mve-
– El NEPAD insiste en el fomento de las ex- lle, 2007: 302 y ss.).
portaciones, modelo que siempre han se-
6
Con este planteamiento, el NEPAD pierde de vista las dificultades de acceso a los mercados internacionales
por los Estados africanos y las asimetrías a los que se enfrentan en el sistema global de comercio.
48
La integración regional en África: balance, retos y alternativas
El NEPAD insiste en el sector privado apo- nada que ver con un plan de desarrollo tan-
yándose en las cinco grandes regiones de la to en su filosofía como en su metodología
UA, y da prioridad a la reapropiación por los y estrategia por no definir una política eco-
africanos del proceso de desarrollo creando nómica, financiera y monetaria común o los
un nuevo partenariado basado en la res- criterios de convergencia comunes, en-
ponsabilidad compartida y el interés mu- tregando el continente a la explotación del
tuo entre África y los socios externos. El capital financiero internacional. Se limita a
MAEP, piedra angular del programa afri- reproducir el modelo de desarrollo extro-
cano y de la que dependerá su credibilidad, vertido experimentado en el pasado en el
fue puesto en marcha. Con ello, los países continente (financiaciones procedentes en
africanos pretenden definir y evaluar los lo esencial de la ayuda al desarrollo y de
proyectos de inversiones comunes y los las inversiones privadas extranjeras o la
avances democráticos en el Continente. consagración de la “mendicidad”), modelo
que se ha revelado incapaz de sacar Áfri-
A favor del NEPAD, al que pide plena par- ca del subdesarrollo. Se trata del “ajuste es-
ticipación a la población africana, Paul Oue- tructural africano”, que no quiere recono-
draogo (2007: 76) puntualiza que “por pri- cer que 162 programas de ajuste, contra
mera vez los africanos, despreciando el 126 en el resto del mundo, han sido expe-
complejo permanente de la situación alar- rimentados en África con resultados de-
mante del continente, han tomado sobre sí sastrosos (cf. Founou-Tchuigoua, 1995:
la iniciativa de elaborar un programa de 162; Kaba, 2006: 45). Con el NEPAD, un plan
desarrollo para los africanos y por los afri- de inspiración sudafricana tanto en sus am-
canos”. Esta afirmación no resiste a la crí- biciones como en sus estrategias de con-
tica por perder de vista las consideraciones seguir los flujos financieros externos, Áfri-
siguientes: ca asume el “Consenso de Washington” en
un momento en el que los demás conti-
Primero, antes del NEPAD, los gobiernos nentes lo rechazan (Coussy, 2006: 140). Por
africanos elaboraron unos dieciocho planes su reiteración de los PAE y de la lógica de
de desarrollo con un balance poco alenta- los mercados de las instituciones de Bretton
dor (cf. Kabunda, 2005: 17; Mvelle, 2007: Woods, el NEPAD suscita serias preocupa-
307), además de basarse en un enfoque de ciones en cuanto a su verdadera capacidad
integración y de desarrollo desde arriba o de fomentar el crecimiento y su real volun-
estatalocentrista (elitista), en particular el co- tad de luchar contra la pobreza.
loquio de Monrovia del 13 al 25 de febrero
de 1979, en el que participaron intelectua- Tercero, el NEPAD, por sus fuentes de ins-
les y expertos africanos, coloquio conside- piración que no tienen nada de africano, se
rado como un acto de “toma de conscien- fundamenta ampliamente en los docu-
cia de los problemas económicos africanos mentos internacionales elaborados entre
por los africanos” y que inspirará el PAL. 1993 y 2000, tales como el Plan de Acción
de Tokio o el Tokyo Internacional Confe-
Segundo, y en la línea de Mamadou Dia rence on African Development (TICAD), los
(2004: 116; 2002: 164), el NEPAD no tiene acuerdos de Cotonú, el AGOA estadouni-
49
Mbuyi Kabunda
dense y los Objetivos de Desarrollo del Mi- ciones que pueden resumirse en estos tér-
lenio (ODM), entre otros, según recalca el minos (Foirry, 2006: 210-211): el PAL no
profesor Makthar Diouf (2005: 104-105). En tuvo en cuenta las capacidades naciona-
el mismo sentido, Aminata Traoré (2005: les de los países africanos para realizar las
135), considera el NEPAD como un instru- reformas propuestas quedándose en el
mento que sirve al sistema neoliberal que capítulo de las buenas intenciones; per-
empobrece a África, pues según la autora dió de vista la falta de intereses comunes
altermundialista si hubiera sido realmen- y de unión entre los países africanos para
te un plan africano y que confiaran en él los realizar sus metas panafricanistas, y tuvo
acreedores de fondos del Norte, cabe pre- que enfrentarse a la hostilidad de las ins-
guntarse por qué en lugar de financiarlo tituciones de Bretton Woods que termi-
multiplican iniciativas tales como el Plan de naron imponiendo los PAE a estos países
Acción de África del G8, “el impuesto so- en contra del plan africano. Tuvo el mé-
bre los vuelos internacionales” de Jacques rito de insistir en la formación del capital
Chirac, la Comisión para África o el plan humano, el desarrollo autocentrado, jun-
Tony Blair, o el plan Verhofstadt para sa- to a los cambios estructurales regionales
car África del subdesarollo. e internacionales. En cuanto al NEPAD,
tiene la ventaja de adoptar el discurso de
La crítica más rotunda contra el NEPAD es la globalización interiorizado por los di-
la formulada por Bernard Founou-Tchui- rigentes africanos eludiendo de este
gouoa (2005: 107), para quien el NEPAD no modo la polémica o la confrontación
sólo se fundamenta en el modelo de cre- con las instituciones de Bretton Woods,
cimiento o desarrollo agro-minero, sino de ahí su “legitimidad”; se inserta en la
que además adopta una actitud muy con- línea de los ODM consiguiendo el res-
fusa sobre los problemas de la integración paldo internacional, y pone énfasis en los
regional y del panafricanismo, combinan- factores no exclusivamente económicos
do la integración por los mercados con la para conseguir el crecimiento y el
regionalización de los proyectos, sin pre- desarrollo.
ver la creación de las multinacionales afri-
canas para la construcción de sus faraó-
nicas infraestructuras regionales o conti- V.2. La Unión Africana y la integración
nentales, lo que significa en realidad el en- regional en África
treguismo al G8 y a las multinacionales del
Norte, y el consiguiente nuevo endeuda- Creada en 2002 en sustitución de la
miento de los países africanos. Según el au- OUA, como queda subrayado, la UA se
tor mencionado, es totalmente silencioso dio como principal objetivo la realización
sobre la cooperación sur-sur, perdiendo la de la integración regional, considerada
oportunidad ofrecida por la solidaridad como el instrumento adecuado que pue-
afro-asiática. da permitir a África alcanzar el desarrollo,
la paz y la estabilidad, y para fortalecer el
En definitiva, el PAL y el NEPAD, se en- poder africano en las relaciones interna-
frentaron a distintos problemas y reac- cionales.
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La integración regional en África: balance, retos y alternativas
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Mbuyi Kabunda
52
La integración regional en África: balance, retos y alternativas
7
Se trata fundamentalmente de redes comerciales que han resucitado el comercio precolonial, sin fronteras,
y que se dedican a los flujos migratorios transfronterizos.
53
Mbuyi Kabunda
o solidarias8. Se trata de una pista muy in- En la opinión del autor mencionado, no se
teresante para conseguir fondos para la puede seguir ignorando este sector, que no
financiación de proyectos regionales en es del todo informal por las riquezas que
lugar de seguir siendo los “eternos men- produce a pesar de no incorporarse en la
digos” de la globalización. contabilidad oficial y de no ser verdade-
ramente moderno y que nace de la insu-
Ello es posible sólo mediante la reinstau- ficiencia e incapacidad del sector formal. Se
ración de la confianza entre los Estados y inspira en la ayuda mutua familiar y social
los pueblos, pues según manifiesta la re- casi natural de las amplias familias africa-
vista Foreign Policy, en su edición española nas y se fundamenta en la autoproducción
de diciembre-enero de 2008, “quizá la y el autoconsumo domésticos. Cabe apo-
zona del mundo que más paga las conse- yarse en su experiencia y prácticas de libre
cuencias de los fracasos económicos de la circulación de personas, capitales y mer-
globalización es el África subsahariana. A cancías tanto a nivel nacional como a nivel
pesar de los intentos de aumentar el co- regional. De hecho, y de acuerdo con Bou-
mercio regional… la existencia de una renane (1996: 3 y 19), existe un proceso de
vasta economía informal, que da empleo a unificación de espacios nacionales conti-
más de la mitad de la población activa, hace guos, resultado de la voluntad de los
que sea casi imposible para los gobiernos agentes económicos o de los empresarios
obtener los ingresos que necesitan”, por populares locales, para asegurar su propia
desconfiar los pueblos de éstos. Por lo tan- supervivencia o su enriquecimiento, y por
to, es imprescindible la reinstauración de la lo tanto mantener la tendencia a la inte-
confianza entre ambos para tener acceso a gración, con o sin el consentimiento de los
los ahorros de este sector y rentabilizarlos. dirigentes o de los Estados, mediante la cir-
culación de las mercancías y de sus valo-
Partiendo del dinamismo de la economía res culturales entre los países.
popular y de su complementariedad con la
economía oficial, Schulders (1990: 166-167) Por lo tanto, la mal llamada “economía in-
exige que se tome en cuenta aquella en las formal” es una realidad ineludible de las
economías del África Central, y del Conti- economías africanas y un sector que con-
nente en general, no sólo para incorporar centra lo esencial de las actividades gene-
las especificidades socioculturales y las ne- radoras de riquezas (Gueye, 2010: 194).
cesidades de los pueblos en el proceso de
integración y reestructuración de la CEEAC – La integración regional ha de incorporarse
y de las agrupaciones regionales africanas. también, siguiendo al entonces presiden-
8
Se debe reconocer que, en la práctica, se ha hecho muy poco al respecto. Ha llegado la hora, ante el fra-
caso de la integración de jure a partir de los Estados, del reconocimiento y la promoción de la integración
de facto, expresada por las redes comerciales, financieras, culturales, tecnológicas transfronterizas creadas
por los pueblos a caballo entre dos o varias fronteras o los “países fronteras” (según el término de Oumar
Konaré) o “áreas de libre comercio de hecho” con importantes actividades económicas y sociales (cf. Hugon,
2010: 227).
54
La integración regional en África: balance, retos y alternativas
te de la Comisión de la UA, Alpha Oumar Este enfoque, que Ropivia (1998: 178) tacha
Konaré (2005: 30), en el marco de la de “integración dependiente o exógena”,
cooperación sur-sur fortaleciendo la cola- además de favorecer la liberalización global
boración con países como China, India, Bra- recomendada por la OMC y de estar en sin-
sil, México, el resto de los países emer- tonía con el planteamiento del NEPAD, se en-
gentes asiáticos y la diáspora africana de frenta a la estrategia de la autosuficiencia co-
Estados Unidos. En el caso particular de la lectiva adoptada por el nuevo tratado revi-
cooperación china, Gill y Huang (2008: 52) sado de la CEDEAO o la filosofía del PAL. Vo-
subrayan como dicha cooperación se pre- ces como la de Mamadou Dia (2004: 121)
senta cada vez más como una alternativa al consideran que el franco CFA no pueda con-
modelo occidental al cosechar éste esca- vertirse en instrumento de desarrollo e in-
sos resultados en África, mientras que tegración en África por ser desde su origen
China apuesta claramente por la construc- el vector de dependencia o dominación de
ción y rehabilitación de infraestructuras y el los países del Sur por los del Norte.
desarrollo del capital humano en el conti-
nente conforme a las necesidades y aspi- En la opinión de algunos autores, los pro-
raciones africanas, con algunos aspectos ne- gresos realizados por la UEMOA en la cre-
gativos (caso omiso de principios demo- ación de un mercado común y la conver-
cráticos y de derechos humanos y la asfixia gencia de las políticas macroeconómicas,
de la pequeña industria naciente africana). basándose en una moneda común, podrí-
an servir de empuje y convertirse en mo-
– El papel motor de un socio externo tores para la integración económica en el
(cooperación norte-sur), en este caso la África Occidental en el marco amplio de la
Unión Europea, por sus relaciones histó- CEDEAO, con la que comparte casi los mis-
ricas, económicas, comerciales, políticas mos objetivos. Este papel no puede ser asu-
y culturales con África. Este planteamien- mido por la CEMAC en el marco de la CE-
to defendido por Aryeetey (1998: 142- EAC, por la escasez de redes de comunica-
143), que se inspira en las experiencias de ción y transportes en el África Central, do-
la UEMOA o la CEMAC, que constituyen minada por la selva ecuatorial, escasa-
excepcionales casos de éxito por el apo- mente poblada, la hostilidad de los Estados
yo galo y la existencia de una moneda fran- de esta región a la libre circulación de per-
co-africana (el franco CFA, moneda común sonas, bienes y capitales, junto a la persis-
de 14 países africanos de la que Francia tencia de los conflictos intra e interestatales
asegura el mantenimiento de la paridad fija y la multitud de las monedas nacionales,
con el euro), puede permitir a la UE fi- convirtiéndose estos factores en obstáculos
nanciar los mecanismos de compensa- a la integración regional.
ciones, las infraestructuras regionales y los
proyectos industriales. La UE no sólo ha
servido de modelo, sino también ha ju- VII. CONCLUSIÓN
gado un papel determinante en desarrollo
y fortalecimiento de la UEMOA (Coussy, En definitiva, y en la línea definida por
2006: 138). Ngandjeu (1988: 177 y ss.), mientras sigan
55
Mbuyi Kabunda
los egoísmos nacionales, la falta de coor- pacios coloniales (AOF, AEF, Federación de
dinación de los proyectos industriales Rhodesias y Nyasaland, Federación del
conduciendo a las duplicaciones, el no África Oriental, Congo-Ruanda-Urundi,
aprovechamiento del sector privado sus etc) los africanos se han revelado incapa-
potencialidades, capacidades y oportuni- ces de crear los grandes espacios de
dades con proyectos a escala regional y desarrollo.
continental, y no proyectos extrovertidos ,
una prensa independiente panafricanista, La creación de las bases para un verdade-
la persistencia de las desigualdades de ro desarrollo e integración regional en Áfri-
desarrollo, la preocupación de los Estados ca pasa por la definición e identificación
por lo nacional y no por los objetivos re- de los problemas y necesidades de África,
gionales a largo plazo, la extraversión de con la participación de los pueblos en este
las infraestructuras de transportes y eco- ejercicio, por conocer mejor que nadie
nómicas con la consiguiente debilidad del aquellos problemas y necesidades, as-
comercio interafricano9 y la proliferación de pectos descuidados tanto por la OUA
los conflictos y las guerras civiles, difícil- como por la UA, y sus avatares el PAL y el
mente podría concretarse la integración re- NEPAD, empezando por una cosa tan sen-
gional en África. cilla como la libre circulación de personas,
bienes y capitales en el continente, y la con-
Un primer paso hacia la integración re- creción de la cooperación sur-sur, en par-
gional es poner fin a la “inflación institu- ticular con los países emergentes de Asia
cional” actual, manteniendo una única y Latinoamérica.
comunidad económica por región, crean-
do en su seno agencias especializadas cen-
tradas en las necesidades objetivas, pre- BIBLIOGRAFÍA
cisas e identificadas de los pueblos (cf.
Diouf, 1985), pues, como ya manifestó Kwa- Abizanda F. (2009), “NEPAD: Luces y sombras”,
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unidad total de África, estas organizaciones el Subcontinente en un Mundo Global (eds:
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subregionales no sólo no han contribuido
ro), Cátedra de Estudios Internacionales,
a la mejora del nivel de vida de los pueblos, UPV, Bilbao.
sino más bien todo lo contrario; han sido
creadas y mantenidas para servir a los in- Adedeji A. (ed) (1993), Africa within the World.
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monopolios financieros internacionales, y African Centre for Development and Strate-
constituyen la otra cara de la balcanización gic Studies-Zed Books, Ijebu-Ode – Londres.
de África. Es una pena que donde los co-
Amin S. (2005), “Le défi des régionalisations”,
lonizadores supieron crear los grandes es-
en Afrique. Exclusion programmée ou re-
9
El comercio interafricano apenas representa el 10% del comercio total, y África sólo representa el 1,6% del
comercio mundial.
56
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59
3. LA IGUALDAD DE GÉNERO Y EL EMPODERAMIENTO DE LAS
MUJERES SON CENTRALES PARA EL DESARROLLO AFRICANO
Inés Alberdi
Es un honor participar en este seminario tan sólo cinco años para la fecha estipu-
sobre desarrollo africano y el rol de España lada para el cumplimiento de los mismos.
y la UE y estar invitada a hacer una breve A medida que nos aproximamos a esa
presentación sobre la Agenda de las Mu- evaluación de los 10 años, resulta vital re-
jeres Africanas para el Desarrollo: Igualdad conocer el importante papel que desem-
de Género y Empoderamiento de las Mu- peñan –y están desempeñando– las mu-
jeres. jeres en los países de toda la región. Pa-
radójicamente, aunque África es la región
Como es sabido, la creación del Fondo de que enfrenta los desafíos más serios del
Desarrollo de las Naciones Unidas para la desarrollo, es también la región que ha re-
Mujer (UNIFEM) fue solicitada por los gru- gistrado los mayores logros.
pos de mujeres de todas partes del mun-
do que estuvieron presentes en la Prime- No obstante, las niñas y las mujeres en Áfri-
ra Conferencia Mundial de la Mujer, ce- ca se enfrentan a desigualdades en sus po-
lebrada en la Ciudad de México en 1975. sibilidades de educación, tienen oportuni-
El mandato tripartito de UNIFEM consis- dades desiguales de empleo y subsisten-
te en: cia, y menos derechos sucesorios y de po-
sesión de bienes, sufren discriminación en
a) Apoyar actividades innovadoras y cata- el empleo y el trabajo, violencia en el ho-
líticas para promover la condición jurídica gar y el espacio público y detentan una li-
y social de las mujeres; mitada representación política. Todo ello
b)Fomentar la participación de las mujeres conduce a un bienestar disminuido y me-
en todos los aspectos del desarrollo; y nores capacidades para concretar las as-
c) Asistir al sistema de las Naciones Uni- piraciones de vida. El género es importante
das para la prestación de un mejor apo- para las mujeres, pero también es impor-
yo a los países en materia de igualdad tante para los varones.
de género y empoderamiento de las mu-
jeres. Este punto fue subrayado por las delega-
ciones en la Revisión Ministerial Anual del
En la presente exposición haré una reseña ECOSOC, que tuvo lugar en la sede de la
sobre aquello que observamos emerger ONU a principios del mes de julio. Aboca-
como el principal tema de esta agenda para da a implementar los compromisos con la
el desarrollo y me referiré brevemente al igualdad de género y el empoderamiento
trabajo que UNIFEM está realizando para de las mujeres, la Reunión Ministerial se
abordar estos temas. desarrolló junto al Foro de la Cooperación
para el Desarrollo 2010, el cual ha surgido
De hecho, la agenda de las mujeres afri- como un importante espacio de debate de
canas para el desarrollo se encuentra políticas donde las voces de las mujeres
muy a la vanguardia mientras nos acer- son mejor escuchadas.
camos a la Cumbre de la ONU sobre los
Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) Corresponde mencionar aquí que el Se-
en septiembre de 2010, y cuando restan cretario General aprovechó esta oportuni-
61
Inés Alberdi
62
La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son centrales...
63
Inés Alberdi
el único país del mundo donde las muje- alcanzarán la zona de paridad en 18 o 22
res conforman la mayoría. Igualmente im- años, dependiendo de su sistema electo-
portante, aunque menos publicitado, es el ral, mientras que a los países sin cupos les
hecho de que el 50% de los alcaldes mu- tomará el doble de años.
nicipales en Ruanda son mujeres. Pero
otros países pueden igualar este récord; a Parte del desafío consiste en obtener el apo-
diferencia de muchas prioridades de igual- yo de los partidos políticos, punto de par-
dad de género, que requieren cambios más tida para los cargos electivos. Celebramos
profundos en las estructuras económi- la noticia del Parlamento senegalés que re-
cas, tanto nacionales como mundiales, la cientemente aprobó una ley que exige la
representación política de las mujeres es paridad entre los sexos en las listas elec-
una cuestión de voluntad política. torales de los partidos políticos.
Algunas historias positivas son bien co- Desde luego, la igualdad de género y el em-
nocidas: en los últimos años, Liberia eligió poderamiento de las mujeres significan
a su primera presidenta mujer, mientras mucho más que el solo incremento del nú-
que Sudáfrica, Burundi y Zimbabwe han mero de mujeres en los puestos de adop-
designado vicepresidentas mujeres. Las ción de decisiones. Es igualmente impor-
mujeres africanas también ocupan puestos tante lo que éstas hagan una vez que lle-
ministeriales clave en Tanzania. Incluso en gan allí. Volviendo al ejemplo de Ruanda,
Sudán existen motivos para celebrar, antes de las elecciones de 2008 UNIFEM
puesto que la proporción de mujeres en es- trabajó en asociación con el Consejo Na-
caños parlamentarios ha dado un salto en cional de la Mujer para ayudar a las can-
las últimas elecciones hasta alcanzar apro- didatas a reforzar su liderazgo y sus des-
ximadamente el 30%, el parámetro fijado trezas de campaña, y a la vez generar el
en la Plataforma de Acción de Beijing. electorado necesario para ser efectivas de-
fensoras de los derechos de las mujeres.
Un 30% para las mujeres se ubica, desde Luego de la elección, la presidenta del Con-
luego, lejos de la paridad. Sin embargo, es sejo anunció: “Lo que nos importa es
considerado el mínimo necesario para co- contar con mujeres competentes con las ca-
menzar a producir cambios positivos para pacidades apropiadas; y aquellas que re-
la igualdad de género. En mayo de este sultaron electas tienen esas capacidades”.
año, las mujeres habían alcanzado este
punto en 24 países, incluyendo a 7 de Áfri- En numerosos países africanos, UNIFEM
ca y 5 de América Latina. En la mayoría de está trabajando con grupos parlamentarios
esos 24 países, la adopción de alguna for- y activistas por los derechos de las muje-
ma de acción positiva, como los cupos, han res para conseguir cambios constitucio-
demostrado ser esenciales. Las proyec- nales con sensibilidad de género. En Jar-
ciones sobre el tiempo necesario para tum y los Estados del Norte de Sudán, por
que los países alcancen la paridad de gé- ejemplo, se está empleando un análisis de
nero en las elecciones parlamentarias las leyes electorales para generar con-
muestran que aquellos que prevén cupos ciencia y compromiso públicos, con el fin
64
La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son centrales...
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Inés Alberdi
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La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son centrales...
do, durante la clasificación para la Copa del de las “chozas para la paz” al ámbito na-
Mundo contra Kenia, la Red Men for Chan- cional a través del Ministerio del Interior.
ge desplegó banderas con la leyenda “Pa-
tea el balón, NO a las mujeres”. La Convención para la Eliminación de
toda Forma de Discriminación Contra la
En el otro extremo del continuo de violencia Mujer (CEDAW) es la piedra angular mun-
por motivos de género se encuentra la vio- dial de los derechos humanos de las mu-
lencia sexual ejercida en situaciones de jeres, que han ratificado prácticamente to-
conflicto. La eliminación de este tipo de vio- dos los países africanos. Sin embargo, la
lencia se ha convertido en un área de tra- discriminación generalizada contra las
bajo primordial para UNIFEM, particular- mujeres y la violencia persisten, facilitadas
mente en los esfuerzos por intensificar la por la impunidad continua de quienes las
implementación de la resolución 1325 del ejercen. Como parte de nuestros esfuerzos
Consejo de Seguridad. Como parte de una para eliminar la violencia contra las muje-
iniciativa interinstitucional para confec- res y garantizar la justicia para quienes la
cionar un conjunto global de indicadores han experimentado, UNIFEM se centra en
con los cuales supervisar la implementa- lograr una mayor eficacia de los sistemas
ción, apoyamos a los socios en Liberia, judiciales para las mujeres en el trabajo. En
Ruanda y Uganda para adoptar Planes Na- Tanzania, por ejemplo, se presta apoyo
cionales de Acción sobre la resolución para la capacitación de miembros del sec-
1325. En Liberia, la dirigencia de los nive- tor de seguridad, jueces y magistrados ju-
les más altos está consiguiendo mayores diciales sobre justicia de género, sobre la
asignaciones presupuestarias de múlti- necesidad de revertir los prejuicios de gé-
ples sectores para implementar el Plan, in- nero en los sistemas de justicia y de in-
cluyendo la movilización de fondos para la crementar la representación de las muje-
Policía Nacional de Liberia y el Ministerio res en el poder judicial. En Ruanda, se im-
de Justicia para una unidad de delitos se- parte capacitación en respuesta rápida
xuales. En Burundi y Sierra Leona se pre- para la policía y el Ejército ante las muje-
sentaron los planes ante los Parlamentos, res víctimas de violencia, y se fomenta la
listos para ser lanzados con ocasión del dé- promoción del acceso a la justicia y los ser-
cimo aniversario de la Resolución 1325 del vicios de salud.
Consejo de Seguridad de la ONU.
67
Inés Alberdi
tute (ODI) y la Campaña del Milenio de la cadores de finanzas públicas e incluso el aná-
ONU encontró que, en comparación con el lisis presupuestario desde una perspectiva
punto desde el que partieron, los países de género.
africanos están haciendo el progreso más
completo en la consecución de los ODM, Junto a los socios nacionales y regionales,
y que la mitad de los mismos están en la UNIFEM ha dado grandes e importantes pa-
dirección correcta para reducir la pobreza sos en múltiples ámbitos del África. Estos
a la mitad para 2015. El informe identificó logros han sido en gran medida facilitados
un conjunto de factores adicionales que por la visión e iniciativa de los y las líderes
contribuyen al progreso de cara al cum- africanas y las voces de las mujeres afri-
plimiento de los ODM. Para los países po- canas para promover el empoderamiento
bres, el liderazgo político, la rendición de de las mujeres y la igualdad de género.
cuentas y las asignaciones presupuestarias
apropiadas para alcanzar las metas están
citados como criterios clave para propul- VI. ¿UN MOMENTO CLAVE PARA
sar un progreso sostenido. Igualmente EL PROGRESO DE LA IGUALDAD
importantes, en particular en el contexto de DE GÉNERO?
este Curso, son las constataciones que su-
brayan la importancia del acceso a los mer- Por esta razón, UNIFEM, junto a nuestros co-
cados globales y a la ayuda efectiva y opor- legas de la ONU, los numerosos amigos y
tuna para impulsar estos logros. amigas y aliadas de los grupos y redes de
mujeres, y numerosos Estados miembros
En este contexto, también deben retomar- de la ONU, aplaude la decisión de la Asam-
se los puntos planteados por la Secretaria del blea General de establecer una entidad con-
Tesoro Público de Ruanda en el evento del solidada de género, conocida como “Enti-
Foro de la Cooperación para el Desarrollo co- dad de la ONU para la Igualdad de Género
patrocinado por España y Ruanda. En res- y el Empoderamiento de la Mujer”, u “ONU
puesta a una pregunta sobre la necesidad de Mujeres”, “UN Women” en inglés y “ONU
contar con indicadores sensibles al género Femmes” en francés. La nueva organización
para supervisar el progreso no sólo respecto agrupará a UNIFEM, la División para el Ade-
de los ODM, sino también sobre la eficacia lanto de la Mujer, la Oficina de la Asesora
de la ayuda al desarrollo, la Secretaria acla- Especial en Cuestiones de Género y el Ins-
ró que, para supervisar el progreso sobre es- tituto Internacional de Investigaciones y Ca-
tos compromisos, es esencial que los países pacitación de las Naciones Unidas para la
incorporen las estrategias de los ODM a sus Promoción de la Mujer o INSTRAW.
Planes Nacionales de Desarrollo. “Lo que
nos proponemos con nuestro plan de UNIFEM ha bregado por consolidar esta en-
desarrollo –se dijo–, es lo que supervisamos tidad durante los últimos cuatro años, jun-
para los resultados”. Por tanto, en este con- to con numerosos Estados miembros,
texto, no solamente los indicadores de pro- ONG y colegas del Sistema de la ONU, des-
greso de los ODM pueden ser de suma efi- de el informe del Panel de Alto Nivel sobre
cacia, sino que también los tienen los indi- la Coherencia en Todo el Sistema, que hizo
68
La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son centrales...
una recomendación similar. UNIFEM aco- mitad, de ‘las personas’ son mujeres. Sin
ge con beneplácito este cambio, que con- embargo, durante demasiado tiempo, la
sideramos histórico en términos de apoyo voluntad de las mujeres, las voces de las
para la igualdad de género y los derechos mujeres, los intereses, prioridades y ne-
de las mujeres en todos los países. Al adop- cesidades de las mujeres no han sido es-
tar la resolución, la Asamblea General re- cuchados, no han determinado quiénes go-
conoce la importancia de garantizar mayor biernan y no han estipulado cómo go-
rendición de cuentas respecto del com- biernan, y con qué fines”. La nueva entidad
promiso con la igualdad de género y los de- de género, “ONU Mujeres”, tiene el po-
rechos de las mujeres, así como la necesi- tencial para cambiar esto. Esperamos que
dad de una entidad con el nivel necesario el secretario general designe, con ocasión
de recursos y facultades para cumplir esto. de la Cumbre de los ODM en septiembre,
a una vicesecretaria general para encabe-
En los países, que es donde más importa, zar esta agencia.
la nueva entidad debe ser capaz de pro-
porcionar un liderazgo y una voz claros para A medida que la comunidad global in-
la igualdad de género en nombre de los tensifica sus esfuerzos para alcanzar los
equipos de país de la ONU, además de un Objetivos de Desarrollo del Milenio en
mejor apoyo de coordinación para ayudar 2015, está previsto que los principios de
a la ONU a actuar en conjunto por la igual- apropiación nacional y mutua responsabi-
dad de género, en respuesta a las priori- lidad, que inspiran tanto a la agenda del Fi-
dades nacionales y las programaciones in- nanciamiento para el Desarrollo como la de
novadoras y catalíticas que responden a las la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo, reciban
oportunidades y los desafíos a nivel na- una concentrada atención de donantes y so-
cional y local. cios. A medida que se desarrolla este es-
fuerzo, las metas de la igualdad de género
La presidenta liberiana Ellen Johnson-Sir- y el empoderamiento de las mujeres deben
leaf declaró: “La mitad, incluso más de la pasar al centro de la escena.
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SEGUNDA PARTE: LAS RELACIONES UE-AFRICA Y LA POLÍTICA AFRICANA DE ESPAÑA
Los flujos económicos, comerciales y fi- el marco del Curso de Verano en San Lo-
nancieros han crecido sustancialmente en renzo de El Escorial sobre “La agenda afri-
las últimas décadas, debido a los procesos cana de desarrollo y el papel de España y
de liberalización y desregulación de los mer- la Unión Europea” así lo indican.
cados, pero muchos sostienen que el con-
tinente africano se ha quedado al margen Al mismo tiempo, se perciben cambios no-
de la globalización liberal. Si se analizan los tables en la doctrina de la ayuda al
datos, las exportaciones del continente desarrollo desde finales de los noventa. La
han pasado de representar el 5,5% en 1975 “nueva agenda de la ayuda” se centra en
al 2,5% en 1995 (IFPRI, 2007). El Banco Mun- los Objetivos de Desarrollo del Milenio
dial estima que el continente pierde 70.000 (ODM), en un consenso internacional para
millones de dólares anualmente debido a la reducir la pobreza articulado en estrategias
caída de su peso relativo en el comercio nacionales (los Documentos Estratégicos
mundial. Otros expertos, en cambio, afirman de Reducción de la Pobreza o PRSP, por sus
que los flujos comerciales evolucionan siglas inglesas), en nuevas tecnologías
conforme a otros referentes internacionales para la canalización de la ayuda (en parti-
si se consideran criterios como sus ingresos cular el enfoque de programas y políticas,
nacionales, tamaño y ubicación geográfica lejos del muy criticado enfoque de pro-
(IFPRI, 2007). A pesar de que la Inversión Ex- yectos) y en un compromiso de gestión ba-
tranjera Directa (IED) destinada a África ha sada en resultados. Más concretamente, la
aumentado en la última década, pasando de estrategia plantea tres ejes que incluyen
9.000 millones de dólares en 2000 a 88.000 crecimiento, empoderamiento y seguridad
en 2008 (con un importante retroceso el año (Maxwell, 2003). A la necesidad de au-
siguiente), la mayor parte se concentra en mentar de forma sustancial los fondos (pú-
el sector energético, un sector en el que los blicos y privados) necesarios para fomen-
beneficios son considerables para el inver- tar el crecimiento y luchar contra la po-
sor. La conexión principal del continente con breza, se une el fortalecer Estados e insti-
la economía global sigue siendo por la vía tuciones para la aplicación de políticas pú-
de las materias primas, en particular las in- blicas nacionales y sectoriales de calidad,
dustrias extractivas. entendiendo que el enfoque de programas
se puede aplicar si existen los “canales de
Los debates y reflexiones sobre el diálogo” a través de los cuales los donan-
desarrollo incluyen de una manera u otra tes pueden influir en las decisiones de los
la necesidad de entender la situación de países receptores (Killick, 2004). Se trata de
África en el mundo y cómo promover una una agenda que se inspira del concepto de
inserción provechosa en la economía glo- buen gobierno que prevalecía en los no-
balizada. El propio título de la mesa re- venta y parte de los debates sobre cómo
donda “El papel de África en el mundo” en mejorar calidad y eficacia de la ayuda que
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La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África
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La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África
lítica. Varios dirigentes y académicos afri- ción de Lagos en 1980, “la política comer-
canos defendieron esa vía después de las cial africana y la estrategia general de
independencias. Entre los años sesenta y desarrollo económico experimentaron dos
los ochenta, surgieron numerosas organi- tendencias contradictorias”: mientras que,
zaciones intergubernamentales con el fin colectivamente, los Estados africanos se ha-
de promover la cooperación técnica y bían embarcado en una estrategia regional
económica entre países africanos. Más de auto-centrada –que implicaba una estra-
200 organizaciones vieron la luz, con ma- tegia de industrialización de substitución de
yor o menor éxito, todas ellas destinadas importaciones orientada hacia un espacio
a promover la cooperación y la integración regional protegido, durante los años ochen-
del continente. “Esta plétora de institucio- ta a escala individual empezaron a racio-
nes llevó a la aparente desintegración de nalizar y liberalizar su régimen comercial
las economías africanas por varias razones, en el marco del ajuste estructural. Este “pe-
entre las cuales principalmente: la similitud riodo ahogó el trabajo efectivo de varios
de objetivos, las divergencias de ideologías agrupamientos regionales en África” (UNC-
y la incapacidad de cumplir con los com- TAD, 2009; 9).
promisos financieros debido a la perte-
nencia de un país a varias organizaciones”
(Conference of Ministers of Integration, I.3. Los nuevos enfoques
2006). de “regionalismo abierto”
Otras barreras frenaron las iniciativas de in- Los frenos a la ambición integradora del
tegración regional africanas. Desde dentro Plan de Acción de Lagos no sólo se debie-
del continente, destacan la debilidad de los ron a las resistencias intra-continentales.
Estados y la falta de una auténtica volun- También llegaron impuestas desde fuera
tad política de la mayoría de los dirigentes del continente. En 1981, en respuesta al Plan
africanos, que se encontraban permanen- de Acción de Lagos, la publicación el In-
temente divididos entre la necesidad de forme Berg del Banco Mundial no dejaba
construir el Estado-nación y la opción po- dudas sobre cual sería el “paradigma he-
lítica de la unidad regional. También la in- gemónico de las estrategias de desarrollo
estabilidad política, los conflictos o las gran- africanas en los años posteriores” (Bi-
des desigualdades entre regiones tuvieron daurratzaga, Colom, 2005: 98). Las políticas
que ver con su fracaso (Kabunda, 2002: 59). neoliberales se oponían en esos años a to-
Sin olvidar la ingente inversión necesaria das aquellas iniciativas africanas que pro-
para transformar la economía africana y co- ponían planes continentales de recupera-
rregir los lazos estructurales de depen- ción de la economía y desarrollo social, y
dencia establecidos con las antiguas me- representaron un obstáculo central para las
trópolis y reformar los sistemas producti- iniciativas integradoras. “El poco predica-
vos existentes, como se ha mencionado. mento que tenía el integracionismo como
instrumento de desarrollo en las Institu-
Además de los frenos internos, durante el ciones de Bretton Woods frenó el debate y
periodo que se iniciaba con el Plan de Ac- el dinamismo de las iniciativas de integra-
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Lourdes Benavides de la Vega
ción en África” (Bidaurratzaga, Colom, Una forma de explicar ese nuevo impulso
2005: 99). de la integración regional africana es que,
mientras que se estanca el marco de libe-
No obstante, asistimos en los últimos ralización multilateral de la OMC, crece el
años noventa a un cambio de rumbo en debate sobre el regionalismo y las posibi-
África y en otras regiones del mundo. Se lidades de que conduzca al multilateralis-
observa una suerte de renacimiento del re- mo global. El nuevo impulso del regiona-
gionalismo. Aparecen nuevos marcos es- lismo africano coincide con un “reaviva-
tratégicos e instituciones renovadas a es- miento de los debates sobre el papel de la
cala continental (NEPAD, UA) y varios integración como instrumento para el
grupos subregionales existentes experi- desarrollo en África” (Bidaurratzaga, Co-
mentan cierta revitalización de sus insti- lom, 2005: 98). Las instituciones financie-
tuciones y acuerdos fundacionales, como ras internacionales también reconocen, con
en el caso de la Comunidad Económica y la revitalización de varios espacios regio-
Monetaria de África Central (CEMAC), la Co- nales y la creación de nuevos grupos, los
munidad de Desarrollo del África Austral beneficios potenciales de cierto tipo de re-
(SADC) o la Comunidad de África del Este gionalismo y la relación entre integración
(EAC) (Benavides, 2009: 17). regional y crecimiento económico.
Junto con ese nuevo interés por la integra- La integración regional se ha convertido
ción regional africana surge una conside- desde finales de los noventa en una “fase
rable literatura dedicada a medir los resul- intermedia en el camino hacia el objetivo
tados de los acuerdos regionales, políticos final de apertura de las economías a los
y económicos, en relación con sus fines, las mercados globales” (Bidaurratzaga, Colom,
políticas sectoriales y la realidad de la con- 2005: 98). Debemos recordar aquí que la
solidación institucional. Se estudian los OMC permite que los países miembros es-
procesos, las estructuras y decisiones me- tablezcan uniones aduaneras y zonas de li-
diante las cuales las Comunidades Econó- bre comercio, como excepción al principio
micas Regionales (CER), que son hoy con- fundamental de no discriminación esta-
sideradas como los pilares del proceso de blecido en la cláusula de la nación más fa-
integración continental, participarán en la vorecida. El Artículo XXIV del GATT (Acuer-
construcción de la UA. Es el caso, por ejem- do General sobre Comercio y Aranceles)
plo, del Informe de Desarrollo Africano del prevé esa posibilidad, con la condición de
2000 del Banco Africano de Desarrollo, mo- que no constituyan un obstáculo ni una pre-
notemático; de los informes bianuales pu- ferencia en las relaciones con países ter-
blicados por la UNECA (UNECA, 2004, 2006, ceros y que las barreras internas dentro de
2008), que analizan los progresos generales los bloques comerciales sean completa-
y sectoriales de la integración regional afri- mente suprimidas. Prevalece la idea de que
cana; o, más recientemente, del Informe so- los “procesos liberalizadores en el ámbito
bre desarrollo en África 2009 de la Confe- regional son bienvenidos siempre y cuan-
rencia de Naciones Unidas sobre Comercio do tengan como objetivo final la apertura
y Desarrollo (UNCTAD) (UNCTAD, 2009). de sus economías a los mercados globa-
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La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África
les”. Las dificultades aparecen con la in- sectores, y a los planes de los países del
terpretación y aplicación de esta cláusula, Norte de ir consolidando sus respectivas
la regulación de las excepciones y la am- zonas de influencia en determinados países
bigüedad de los casos, llevando la “con- con alto potencial el crecimiento econó-
vivencia de proyectos aparentemente in- mico”. Esto se ha hecho, como en el caso
compatibles” (Bidaurratzaga, 2002: 8-11). del Tratado de Libre Comercio de Nortea-
Otra característica de este nuevo regiona- mérica (NAFTA) o del Acuerdo de
lismo es que admite la participación con- Cooperación de Asia Pacífico (APEC) par-
junta de economías con distinto nivel de tiendo desde cero, dando vida a un nuevo
desarrollo, de economías tanto del Norte proyecto integrador. Otros, como en el caso
como el Sur. de la UE con el grupo de los países ACP,
lo hacen mediante el establecimiento de
Los Estados africanos han firmado todo acuerdos regionales entre grupos regio-
tipo de acuerdos externos que deben ser nales ya consolidados tanto en el Norte
integrados colectivamente. Además de como en el Sur (Bidaurratzaga, 2002: 10).
(a) los acuerdos multilaterales en el mar-
co de la OMC, han firmado (b) acuerdos de
asociación con la UE, en el marco de sus I.4. La financiación del desarrollo
relaciones con los países de la zona África y la integración regional
Caribe Pacífico (ACP), y (c) un número cre-
ciente de iniciativas bilaterales, con Esta- El renovado protagonismo de cierto tipo de
dos Unidos en el marco de la African integración regional se ve reflejado en las
Growth and Opportunity Act (AGOA), con políticas de desarrollo en el continente afri-
Japón en el marco de la Tokio Internacio- cano y en las líneas adoptadas en la nue-
nal Conference on African Development (TI- va agenda de la ayuda, en las tres líneas
CAD) e iniciativas con China, India o Bra- principales descritas por Maxwell: creci-
sil. (UNCTAD, 2009: 11). miento, empoderamiento y seguridad
(Maxwell, 2003). En el año 2000, la Decla-
Los “acuerdos de integración regional ración del Milenio mencionaba, en su res-
Norte-Sur están actuando ahora en formas puesta específica para África, el “fomento
complejas con los esfuerzos de integración y apoyo a los mecanismos continentales y
económica africana y suman un elemento regionales de prevención de conflictos y
más” a la complejidad de la integración re- promoción de la estabilidad política”. Más
gional (UNCTAD, 2009). Se están creando adelante, la Resolución adoptada en la
a pesar de la tendencia alcista de los in- Cumbre del Milenio de 2005 insistía en la
tercambios comerciales intra-africanos y necesidad de reforzar las relaciones entre
del fortalecimiento de los vínculos institu- las Naciones Unidas y las organizaciones
cionales de las regiones. “La lógica de este regionales y subregionales en relación
movimiento obedece al interés de los con la aplicación del Capítulo VII de la Car-
países del Sur por tener acceso a países de ta de las Naciones Unidas (Cumbre de Ka-
altos niveles de renta y unos mercados aún nanaskis, 2002). Otra de las prioridades de
fuertemente protegidos en determinados los donantes es el buen gobierno político
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Lourdes Benavides de la Vega
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La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África
canzar el 30% del total de AOD en 2010 amenazadas con la aparición de nuevos ac-
(OECD, 2006: 13). tores y socios para el continente africano.
China, entre otros países, emerge como un
El inicio de la Ronda de Doha en 2001 ad- actor significativo en el escenario africano,
mite la importancia del comercio como me- con un volumen comercial y de inversio-
dio para aliviar la pobreza. Los defensores nes en constante y rápido aumento. La cre-
de la Ayuda al Comercio argumentan que ciente competición con China –con unas
la capacidad de los países en desarrollo de importaciones de petróleo africano que pa-
aprovechar el acceso a mercados que saron de representar un 10,1% en 1995 a
ofrece la Ronda de Doha se ve “obstacu- significar un 30,3% en 2005 (García, 2008:
lizado por una serie de cuellos de botella 5)– es para la UE un motivo importante
del lado de la oferta, costes, impedimen- para reforzar relaciones políticas con Áfri-
tos administrativos e instituciones débiles”. ca. Europa necesita asegurar un marco de
La ayuda al comercio consiste por tanto en estabilidad económica en sus relaciones bi-
financiar la eliminación de los frenos al co- laterales. Y que duda cabe que en un
mercio (infraestructura, capacidad pro- mundo de relaciones cambiantes, el con-
ductiva…) y los costes de ajuste (IFPRI, tinente africano ha ganado peso geoes-
2007). Oficialmente, se integró en la agen- tratégico, como proveedor de recursos
da de la OMC en 2005 y la propuesta de que energéticos y por los retos que plantea en
los gobiernos de la OMC financiaran un pa- el ámbito de la estabilidad internacional
quete de Ayuda al Comercio pasó a formar (movimientos migratorios, comercio ilíci-
parte de las negociaciones. to y narcotráfico, inseguridad y redes
transnacionales).
II. LAS NUEVAS RELACIONES ENTRE Ante la emergencia de países como China,
LA UNIÓN EUROPEA Y ÁFRICA Brasil o India, cada vez más presentes en
el continente, la cooperación entre países
La UE es el principal socio de África en tér- y regiones plantea nuevos riesgos y opor-
minos comerciales. El 85% de las expor- tunidades para unos y otros. Los Estados
taciones africanas de algodón, frutas y le- africanos han adaptado sus estrategias na-
gumbres se destinaban en 2005 a la UE cionales, ganando espacios políticos (po-
(Comisión de las Comunidades Europeas, licy spaces) y, buscando en la diversifica-
2005). La inversión y las importaciones eu- ción de las relaciones, nuevas oportuni-
ropeas son también considerables y re- dades. “Los acuerdos de integración se han
presentaban 146.000 millones (2007) y configurado en poderosos instrumentos
158.000 millones de euros para el conti- mediante los cuales los países industriali-
nente (2008), respectivamente (EUROSTAT, zados compiten entre sí para expandir o for-
2009). Sin olvidar que UE en su conjunto talecer sus áreas de influencia política y
es también el primer proveedor de AOD. económica hacia sus respectivas periferias,
con el fin de ampliar mercados, expandir
Estas relaciones privilegiadas y marcadas sus inversiones y mejorar sus niveles de
por los fuertes vínculos históricos se ven competitividad” (Bidaurratzaga, Marín,
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Lourdes Benavides de la Vega
2006: 195). La UE ha buscado adaptarse a países del grupo ACP. Firmado en el año
través de iniciativas como el Acuerdo de 2000, con una duración prevista de veinte
Cotonú, los Acuerdos de Asociación Eu- años, su objetivo es la reducción de la po-
ropea (EPA, por sus siglas en inglés) o la breza basada en el desarrollo sostenible y
Estrategia Conjunta UE-África. A diferencia la integración progresiva de los países ACP
de China o incluso Estados Unidos, prin- en la economía mundial.
cipalmente interesados en el acceso a sus
materias primas, la apuesta europea por La cooperación ACP-UE en la era de Cotonú
África se enmarca dentro de un marco de se basa en unos principios fundamentales
relaciones que pretende ser más amplio. Di- que son: la igualdad de los socios en el diá-
cho marco integra ayuda y comercio como logo político, la participación de la socie-
los dos pilares fundamentales de la dad civil, el sector privado y los gobiernos
cooperación entre Europa y África y se basa locales, y la diferenciación y regionalización
en el fortalecimiento de un regionalismo en función de los niveles de desarrollo, del
abierto que fomente la inserción de África diagnóstico de necesidades y evaluación de
en la economía mundial. También se en- los resultados. Estos fundamentos suponen
marca en la nueva agenda de desarrollo y cambios substanciales en relación con el
apuesta por el establecimiento de un diá- anterior periodo de los Convenios de
logo político y la definición de políticas de Lomé, por el fortalecimiento de la dimen-
reducción de la pobreza, desde perspecti- sión política, la integración de nuevos ac-
vas regionales. tores en la planificación de la ayuda, el di-
seño de una política comercial compatible
con la OMC y la programación de la ayu-
II.1. La transformación de las relaciones da en base a resultados y eficacia en la ges-
euroafricanas: el Acuerdo de Cotonú tión (ECDPM, 2001).
En 1996, la Comisión Europea iniciaba una El Acuerdo de Cotonú se basa en dos gran-
reflexión sobre sus relaciones con los des pilares: el comercio y la ayuda (ya des-
países de la zona África Caribe Pacífico de el periodo de los Convenios de Lomé se
(ACP). La publicación del Libro Verde so- consideraban inseparables).
bre las Relaciones entre la Unión Europea
y los países ACP en los albores del siglo En el marco de la cooperación económica
XXI – Desafíos y Opciones para una Nue- y comercial, Cotonú sustituye el régimen
va Asociación abría el debate sobre la fase de preferencias arancelarias no recíprocas
siguiente a los Convenios de Lomé, basa- que prevalecía con los Convenios de Lomé
do en la experiencia de los 25 años de por un nuevo marco recíproco de relacio-
cooperación entre las dos regiones. nes comerciales a través de la negociación
de EPA con grupos regionales. De esta for-
Como resultado de esa reflexión surge el ma, la UE privilegia el establecimiento de
Acuerdo de Cotonú, el nuevo marco de acuerdos con áreas regionales, en esencia
cooperación económico, político y social de zonas de libre comercio. En teoría, los
los entonces 15 países de la UE y los 77 países ACP pueden optar por no formar
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La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África
parte de dichas áreas pero eso supondría 2005 con el Consenso Europeo sobre
para ellos la pérdida de los privilegios del Desarrollo (EU, 2006), incluyendo nuevos
régimen de preferencias actuales; con la ex- compromisos internacionales (ODM, Con-
cepción de los países en desarrollo que senso de Monterrey, Declaración de París)
pueden elegir el Sistema de Preferencias y nuevas cuestiones (seguridad y desarrollo,
Generalizadas (SPG) de la UE, que con- “Estados frágiles”).
templa reducciones de tarifas y exenciones
menos generosas que en el caso de los
Convenios de Lomé. II.2. El diálogo político: las Cumbres
UE-África
Por el lado de la ayuda, el Acuerdo consiste
en ayuda técnica y financiera a través de ci- La Cumbre de El Cairo en 2000 diseñó el
clos quinquenales del Fondo Europeo de marco en el que se inscribe el diálogo po-
Desarrollo (FED). La ayuda se canaliza lítico intercontinental, basado en líneas de
bien a través de subvenciones destinadas prioridades comunes: la paz y la seguridad,
a financiar programas de desarrollo a lar- el buen gobierno, la integración regional
go plazo (a través de los Programas Indi- africana, la inserción de África en la eco-
cativos Nacionales o Regionales), bien a tra- nomía global y los temas clave de la agen-
vés del fondo de inversiones. La principal da del desarrollo (deuda, medioambiente,
novedad, en este caso, es el fin del siste- seguridad alimentaria y retorno del patri-
ma de “derecho” (entitlement) a la ayuda monio cultural robado). Desde el mo-
que prevalecía con los Convenios de Lomé mento en que se inició, las relaciones han
y el principio de las asignaciones presu- ido fortaleciéndose, con una creciente for-
puestarias ligadas a objetivos y resultados, malización de los intercambios, la creación
con el Acuerdo de Cotonú. Esto, para al- de instrumentos europeos de ámbito con-
gunos expertos, aporta amplias mejoras en tinental o el refuerzo de la cooperación en
el sentido de la eficiencia, la limitación de algunas cuestiones clave, como las mi-
las condicionalidades impuestas por los do- graciones.
nantes y su transformación en un conjun-
to de objetivos y criterios de eficacia y re- Hubo que esperar siete largos años para la
sultados consensuados (Mackie, 2006). organización de la Cumbre UE-África de Lis-
boa, en 2007. Y en esos años fueron mu-
A finales de 2005, tal y como está previs- chos los cambios y acontecimientos tanto
to en la cláusula de revisión (Art. 95), se en Europa como en África. El Consejo Eu-
aprobaron algunas enmiendas al Acuerdo ropeo había adoptado en 2005 una nueva
de Cotonú, en las que se refuerza la di- Estrategia para África, que trataba de dar
mensión política y se añaden aspectos re- coherencia al conjunto de las relaciones ex-
lacionados con la seguridad y su relación teriores de la UE con el continente y evitar
con el desarrollo. La revisión pretendía ade- la fragmentación de políticas. Dicha es-
cuar la cooperación con África con el mar- trategia conformaba un “marco global, in-
co general de la estrategia para el tegrado y enfocado a largo plazo” para las
desarrollo de la UE, que fue revisado en relaciones entre ambos continentes, en el
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Lourdes Benavides de la Vega
que fomentar el crecimiento económico e ner un salto cualitativo en las relaciones po-
interconectar África es parte de los objeti- líticas entre los dos continentes, y que de-
vos, entendiendo que esto facilitaría un en- bía abordar una larga lista de cuestiones es-
torno propicio a la realización de los ODM tratégicas, no se vio acompañada de los
(Comisión de las Comunidades Europeas, planes y medios necesarios. Los amplios
2005). Esa espera no se podía dilatar más objetivos no se correspondían con los re-
allá de 2007, a pesar de la molesta pre- cursos financieros y humanos movilizados
sencia para algunos líderes europeos de para su implementación.
ciertos mandatarios africanos.
En Lisboa se sentaban también las bases
La Cumbre de Lisboa pretendía dar un paso institucionales del diálogo, con la celebra-
más hacia una nueva asociación euroafri- ción de Cumbres bianuales de jefes de Es-
cana, en pie de igualdad, con la formula- tado y de Gobierno y el fortalecimiento de
ción de un amplio marco, una Estrategia las relaciones entre UE y UA, la celebración
Conjunta UE-África que guiara las relacio- de troikas ministeriales semestrales, de reu-
nes en todos los niveles: nacional, regional niones regulares de las dos Comisiones, y
y continental. La Estrategia abarca varios de relaciones reforzadas entre Parlamen-
temas estratégicos para ambos continen- to Europeo y Parlamento y entre Consejos
tes: (i) la paz, la seguridad, (ii) el buen go- Económicos y Sociales.
bierno y los derechos humanos, (iii) el co-
mercio, la integración regional y la inter- Desde entonces, en algunos ámbitos como
conexión de las infraestructuras y (iv) la paz y la seguridad, el cambio climático,
“otras cuestiones claves para el desarrollo”. o las cuestiones energéticas y de la socie-
Este último punto recoge diversas cues- dad de la información, se han promovido
tiones: los ODM, asuntos bilaterales prio- algunas mejoras y avances. La arquitectura
ritarios, como la energía o las migraciones, institucional también ha dado algunos
y una agenda multilateral común en lo re- frutos pero se enfrenta con las limitaciones
ferente a cambio climático, inseguridad glo- de las CER, el mandato restringido de la Co-
bal o crimen organizado. La nueva Estra- misión de la UA, la lentitud y complejidad
tegia Conjunta UE-África debía convertir- en la movilización de la troika, los débiles
se en una plataforma para la ayuda euro- procesos de consulta y la falta de claridad
pea, por la vía de los fondos FED, el pre- en los intereses continentales comunes. En
supuesto comunitario y los programas este corto periodo de tiempo, se observa
bilaterales. Tres años es un periodo limi- que los avances son pocos y poco dife-
tado para hacer balance del amplio marco rentes de los que ya existían anteriormente
político acordado, con objetivos tan am- (IEEI, ECDPM, EARB, 2010).
plios como “tratar a África como a una
sola”, “fortalecer la integración regional y Del lado europeo, las políticas hacia Áfri-
continental en África” o “proveer un mar- ca presentan incoherencias. La actitud de
co de referencia a largo plazo para las re- la UE en las negociaciones y el estableci-
laciones África-EU”. Sin embargo, la am- miento de la agenda, o la imposición de
bición de una estrategia que debía supo- plazos son percibidos por los africanos
82
La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África
como desviados de la idea de una asocia- taron a favor de una racionalización del do-
ción (partnership) entre iguales (EARN, cumento firmado en Lisboa, se ha adop-
2007). Las agendas de seguridad y co- tado un borrador conjunto de “Opciones
mercio, prioritarias para los europeos, para mejorar la implementación de la Es-
han seguido arrinconando otras cuestiones trategia Conjunta África-UE” que está
consideradas centrales por los africanos. siendo discutido en el momento de escri-
Las iniciativas políticas destacadas en la Es- bir este artículo. Este rechaza enmendar el
trategia Conjunta UE-África tienden a en- texto aprobado el Lisboa y propone que
fatizar las prioridades europeas y no apor- permanezcan todas las áreas temáticas en
tan propuestas nuevas en aquellas mate- el mismo nivel de prioridad, adaptando al-
rias en las que existían divergencias (Be- gunos mecanismos para orientar el nuevo
navides, 2007). Pero son sobre todo los Plan de Acción hacia áreas de interés en las
EPAs los que minaron la posibilidad de cre- que hubiera suficientes actores y recursos
ar un auténtico marco político. “Europa y implicados.
África no han tratado lo suficiente o fran-
camente las divergencias de visión en las Entre los retos, estará también exponer y
cuestiones centrales del marco de asocia- abordar las divergencias en los enfoques
ción”. Sigue habiendo una tendencia en europeos y africanos sobre integración re-
querer despolitizar el debate sobre aque- gional, comercio y desarrollo así como in-
llos asuntos controvertidos y recubrirlo de tegrar la agenda de los EPA en la Estrate-
visiones y enfoques técnicos (EARN, 2007). gia Conjunta y sus Planes de Acción.
El propio proceso de redacción de informes
de seguimiento lo demuestra, con largas
descripciones de listas de actividades, ho- II.3. Los Acuerdos de Asociación
jas de ruta, fases y medidas de apoyo así Económica (EPA)
como expectativas y retos futuros. Los in-
formes sobre comercio e integración re- La principal razón aludida por la UE para
gional se extienden en actas de reuniones, el establecimiento de los EPA es la nece-
programas y actividades específicas, pero saria compatibilidad de los acuerdos entre
no abordan las dificultades y tensiones en- regiones con la normativa de la OMC
tre las partes en relación con las EPA. Sor- (además de otros argumentos sobre los es-
prendentemente, a pesar de ser la cuestión casos resultados de Lomé, que según la Co-
más estratégica y sensible en las relacio- misión Europea, favorecieron en África sis-
nes entre ambas regiones, formalmente no temas productivos poco competitivos). La
son parte del marco de la Estrategia Con- UE y los ACP consiguieron una derogación
junta (IEII, EDCPM, 2010:12-13). de la OMC que fue extendida en Doha has-
ta el 31 de diciembre de 2007, año en el que
Los retos que se presentan por tanto en la terminaba el régimen del IV Convenio de
tercera Cumbre de jefes de Estado y de Go- Lomé. Los EPA se regirán por el artículo
bierno de la UE y África que se celebrará XXIV del GATT (punto 2.1.2) y no por la
en estos días en Trípoli son ingentes. A pe- “cláusula de habilitación”, que permite a
sar de las numerosas voces que se levan- los países industriales conceder preferen-
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La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África
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siones periódicas que permiten decidir de do más amplio (de un total de 7.127 mi-
nuevas asignaciones de fondos (Rasmusen, llones de euros) entre 2005 y 2007 (Com-
Scout, 2006). mission of the European Communities,
2009) y la integración regional representa
Para promover la integración regional en un capítulo cada vez más importante de la
África Subsahariana, los fondos FED son el agenda de Ayuda al Comercio.
principal instrumento financiero (además
del Instrumento de Cooperación para el La agenda euro-africana es coherente con
Desarrollo de Sudáfrica). La programación las principales líneas de la nueva agenda
del 10º FED preveía un presupuesto desti- de la ayuda: el crecimiento económico (a
nado al comercio y la integración regional través del fomento del comercio), el for-
de 457 millones y 400 millones de euros a talecimiento institucional y la definición de
través de los Programas Indicativos Re- políticas públicas acordes con el marco li-
gionales y Nacionales respectivamente, beralizador de la OMC y, por último, la se-
para el periodo 2008-2013. También el guridad. En el centro está la integración re-
Acuerdo de Asociación para Infraestruc- gional, objetivo central de una visión en la
turas que se firmó en Lisboa en la Cumbre que ayuda y comercio deben llevar al
de 2007 incluye una cantidad sustancial de desarrollo y a la reducción de la pobreza.
recursos para su implementación en Áfri-
ca y entre África y Europa. Buena parte de
estos fondos provienen del 10º FED, com- III. CONCLUSIONES
pletados por el Fondo Fiduciario de In-
fraestructura UE-África, que combina sub- Desde hace unos años, la integración re-
venciones y créditos del Banco Europeo de gional ha recuperado un protagonismo im-
Inversiones, en asociación con el Banco portante en el debate sobre el desarrollo en
Africano de Desarrollo. el continente africano y en las relaciones
entre África y otros bloques regionales. La
Además, la UE prometió, en 2005, que UE considera que es un elemento poten-
2.000 millones de euros de asistencia se- ciador de estabilidad política, de desarrollo
rían destinados anualmente a los países sostenible y de reducción de la pobreza.
ACP para la promoción del comercio en Con el Acuerdo de Cotonú, se ha conver-
2010. Esta promesa de la UE y los países tido en un objetivo estratégico que guía la
miembros casi se alcanzó en 2007, cuan- política comercial, la asistencia financiera
do el total de los compromisos de los es- y el diálogo político. Sin embargo, la vin-
tados miembros ascendieron a 960 millo- culación de las tres patas –ayuda, comer-
nes, mientras que la UE transfería 890 mi- cio y marco político– está resultando ser un
llones. Supuso un punto crucial de la últi- proceso lleno de obstáculos, en las rela-
ma fase de la negociación de los EPA y res- ciones entre la UE y África. Un proceso des-
pondía a las peticiones de los países afri- igual marcado, por un lado, por la depen-
canos frente a concesiones del ámbito co- dencia de la ayuda y la ausencia de espa-
mercial. África recibió de la UE un 43,9% del cio para la toma de decisiones políticas, y
total de la ayuda al comercio en su senti- por otro, por la imposición de una agenda
86
La “nueva agenda de desarrollo”, la integración regional y las relaciones UE-África
marcada por los intereses europeos en las comercio, en el marco del diálogo político.
cuestiones comerciales, de inversión en La agenda euro-africana tiende a poner en
sectores energéticos y en seguridad, entre un segundo plano las cuestiones relacio-
otros, en un contexto de creciente com- nadas con la equidad y los mecanismos de
petición con otros bloques regionales. Las redistribución y compensación para aque-
tensiones y los retrasos en las negocia- llos países o áreas que no pueden competir
ciones de los últimos años muestran los lí- en las mismas condiciones que las eco-
mites del proceso en su conjunto, y pare- nomías más fuertes.
ce que el status quo esté siendo por el mo-
mento, la mejor alternativa.
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tiene un enfoque aperturista, alejado de las Adesina O, J. (2009), “Replanteamiento de la in-
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89
5. COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y DONANTES EMERGENTES
EN ÁFRICA: ¿QUÉ PAPEL PARA LA UNIÓN EUROPEA?
Ignacio Suárez Fernández-Coronado*
91
Ignacio Suárez Fernández-Coronado
rumbo tras más de cinco décadas de in- merciales, siendo el caso más visible el re-
fructuosas políticas de cooperación. Una lativo al control de los recursos naturales.
vez más se cumple la paradoja, y el conti- El descubrimiento de importantes reservas
nente más empobrecido ejerce una irre- de petróleo y de minerales, unido a la pers-
sistible atracción que congrega a las prin- pectiva de su explotación, ha suscitado el
cipales potencias del actual orden inter- interés de estados y compañías del norte.
nacional. Si bien es cierto que las actividades ex-
tractivas son ajenas a las políticas de
Volviendo la vista atrás, son numerosos los cooperación, éstas generan una serie de
argumentos que sustentan las distintas ex- efectos perniciosos que menoscaban los
plicaciones en torno a la realidad del con- esfuerzos en favor de la articulación de es-
tinente africano y a sus desafíos en mate- trategias efectivas de desarrollo. Así se ar-
ria de desarrollo. No es el objetivo del pre- gumenta a través de modelos como el de
sente artículo ahondar en los mismos, la “maldición de los recursos”, cuya prin-
pero sí cabe, para enmarcar el análisis que cipal premisa es que cuando los estados
sigue, referirse a una serie de factores que obtienen importantes ingresos en proce-
podrían arrojar luz acerca del contexto ac- dencia de fuentes externas, como la ex-
tual que enfrenta la cooperación interna- plotación de yacimientos mineros, los res-
cional en África. ponsables políticos tienen menor necesi-
dad de rendir cuentas o recaudar impues-
Una primera constatación relevante es la tos, haciendo que dichos estados sean más
dificultad que han encontrado las políticas propensos al rentismo, la debilidad insti-
de cooperación para definir una agenda tucional, la corrupción, la inestabilidad
propia (el llamado “policy space”). Su política o a la aparición de conflictos vio-
evolución ha ido de la mano de los cam- lentos (Di John, 2009: 17)1.
bios que han experimentado las relaciones
internacionales, y en consecuencia, “se han En el plano comercial, el impacto de las po-
visto influidas en su impacto e importan- líticas de cooperación también se ha visto
cia por otras políticas e intereses” (Alber- afectado por la puesta en marcha de prác-
di y Alcalde, 2006: 221), lo que ha deter- ticas proteccionistas por parte de los países
minado en buena medida las aproxima- del norte, orientadas a favorecer la com-
ciones adoptadas desde la cooperación in- petitividad de sus productos tanto en el
ternacional. mercado interno como en el internacional.
Ello ha dificultado, entre otros aspectos, un
En el caso africano, una de las principales mayor desarrollo y presencia de los países
motivaciones para la entrada en escena de africanos en los mercados internacionales,
actores externos han sido los intereses co- por medio de la exportación de ciertos pro-
1En esta línea, también se habla de la existencia de una “maldición de la ayuda” (Alonso y Garcimartín, 2010),
al considerar que cuando ésta sobrepasa cierto umbral tiene efectos negativos sobre la calidad institucional
del país que la recibe; en esta línea, Knack también apunta que los países que reciben importantes volúmenes
de ayuda los niveles de gobernabilidad tenderían a ser más bajos (Knack, 2000).
92
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?
ductos en cuya producción poseen venta- concreto, al control del terrorismo inter-
jas comparativas. El establecimiento de re- nacional. Así, se toma conciencia del po-
glas comerciales más justas, donde todos tencial alcance global de problemáticas que
los países y regiones vean reflejadas sus as- tienen lugar en un contexto concreto, y por
piraciones, ha ido ganando terreno y es tanto, de la necesidad de hacer frente a las
considerado por muchos, a día de hoy, el mismas desde ámbitos como las políticas
gran desafío para sentar las bases de un de cooperación. De manera más reciente,
desarrollo efectivo. Refleja mejor que nin- la seguridad también ha cobrado particu-
gún otro ámbito la dificultad de conciliar los lar presencia en las políticas de cooperación
intereses de unos y otros, en una comple- en África en el contexto del control de la pi-
ja partida que se juega en las negociacio- ratería o de los flujos migratorios, dando
nes que tienen lugar en el marco de la Or- pie, en este último ámbito, a la conclusión
ganización Mundial del Comercio, cuya úl- de acuerdos que combinan elementos
tima ronda, orientada expresamente al propios de la cooperación para el desarrollo
desarrollo (“Ronda de Desarrollo de Doha”), con aspectos migratorios. La agenda de se-
se encuentra estancada a la espera de al- guridad pasa a convertirse, por tanto, no
canzar un acuerdo que sea aceptado por to- sólo en un pilar estratégico de las estrate-
dos. El hecho de ser el continente más em- gias de desarrollo, sino también en uno de
pobrecido, implica la dificultad de que los los principales desafíos para la eficacia de
intereses africanos se vean reconocidos al las políticas de cooperación2.
mismo nivel que los de los países más
avanzados, lo que acrecienta la vulnerabi- Un segundo aspecto a destacar es que las
lidad de África frente a este proceso. políticas y relaciones de cooperación y
desarrollo se han caracterizado por su
Por otro lado, las políticas de cooperación naturaleza “estatocéntrica” y asimétrica,
también se han visto influidas por la lla- con un fuerte sesgo hacia los intereses de
mada “securitización” de la agenda global. los donantes.
Durante años, los llamados “Estados frá-
giles” o “Estados fallidos”, surgidos en dis- La agenda africana ha venido determina-
tintos lugares de África durante la guerra da en gran medida por los paradigmas de
fría, no recibieron la debida atención por desarrollo impulsados por los países del
parte de la comunidad internacional. La norte a lo largo de varias décadas. De al-
progresiva consolidación del proceso glo- guna manera, en épocas tardías del esta-
balizador, sumado al contexto resultante do colonial, con la transformación de la ad-
los atentados del 11 de septiembre en Nue- ministración propia de dicho periodo en de-
va York, tuvo como consecuencia la intro- partamentos de cooperación internacional,
ducción en las políticas de cooperación de las antiguas metrópolis sentaron las bases
orientaciones geoestratégicas vinculadas para continuar ejerciendo su influencia
a atender las amenazas a la estabilidad que (Campos, 2006: 67-68). Desde entonces, los
podrían suponer dichos Estados y, en Estados africanos, ya independientes, han
2 Para un análisis más extenso de la problemática de los Estados frágiles en África, véase: González Aimé, 2008.
93
Ignacio Suárez Fernández-Coronado
sido testigos de distintas tendencias que, A partir de dicha constatación, dos ele-
en mayor o menor medida, han presidido mentos han ido adquiriendo creciente re-
las estrategias de desarrollo: el impulso del levancia en tanto que pilares de todo en-
crecimiento económico a través de la mo- foque orientado a hacer frente a los retos
dernización y la inversión; la consideración de desarrollo del continente. Por un lado,
del Estado como garante y motor de los el hecho de que desarrollo únicamente pue-
procesos de desarrollo; el auge de la ayu- de partir del reconocimiento de los dere-
da al desarrollo; sus primeros síntomas de chos y libertades del individuo, y consi-
fatiga; el énfasis en el libre mercado y los guientemente, del pleno ejercicio de estos.
Programas de Ajuste Estructural; la prio- Sólo a partir de la existencia de sociedades
rización de las necesidades sociales bási- democráticas, donde la ciudadanía pueda
cas del individuo y el surgimiento del participar y exigir responsabilidades, exis-
concepto de “desarrollo humano”; o más tirá una rendición de cuentas efectiva don-
recientemente, la agenda de los Objetivos de los gobernantes respondan por sus ac-
del Milenio y de la eficacia de la ayuda. tos y den cumplimiento a las demandas y
necesidades de la sociedad. Y por otro lado,
El fracaso dominante en este conjunto de –pese a las deficiencias de un Estado ba-
enfoques encontraría su explicación, como sado en gran medida en la herencia de la
señala Campos, en el hecho de tratarse de época colonial– la asunción de que éste
modelos impuestos desde arriba, que no constituye el pilar a partir del cual deben
tienen en cuenta la realidad de los ciuda- definirse buena parte de las soluciones a
danos, sus decisiones y preferencias, es- las problemáticas del continente.
tando por tanto desprovistos de legitimidad;
modelos que no conducirían a nada si no Conscientes de ello, las políticas de
se sustentan en dinámicas sociales y polí- cooperación internacional incorporaron
ticas (Campos, 2006: 69-71). A su vez, dicha como eje la gobernabilidad, entendida
imposición presenta, en muchos casos, una como “la cualidad de una comunidad po-
doble dimensión: un componente norte- lítica según la cual sus instituciones de go-
sur, a través de los modelos promovidos bierno actúan eficazmente dentro de su es-
por los donantes en los países receptores pacio, de un modo considerado legítimo
de ayuda; y otra interna, acometida por el por la ciudadanía” (Arbós y Giner, 1993:
propio Estado frente a la sociedad. 13). De los dos componentes esenciales del
concepto, legitimidad y eficacia, se deriva
En este sentido, diversos autores se refie- que la gobernabilidad va más allá de la con-
ren a la existencia de una falta de conexión secución de instituciones y normas efecti-
entre el Estado y la ciudadanía (Campos, vas, haciendo referencia también a la
2006: 65), frente a la que los individuos op- puesta en marcha de procesos justos, a la
tarían por la puesta en práctica de “estra- protección de los derechos humanos y li-
tegias de supervivencia” (Kabunda, 2009: bertades fundamentales, o a una partici-
106) dirigidas a paliar las lagunas y defi- pación más amplia en las instituciones y
ciencias del Estado para dar respuesta a sus normas que inciden en la vida de los ciu-
necesidades. dadanos (PNUD, 2002: 2-3). En el caso de
94
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?
95
Ignacio Suárez Fernández-Coronado
3 “Apropiación” y “alineamiento” son dos de los cinco principios enunciados por la Declaración de París. En
virtud del primero, los países socios deben ejercer una autoridad efectiva sobre sus políticas y estrategias de
desarrollo, al tiempo que coordinan el conjunto de acciones orientadas al desarrollo; por su parte, el principio
de “alineamiento” establece que los donantes deben basar todo su apoyo en las estrategias, instituciones y
procedimientos nacionales de desarrollo de los países socios.
4
Tal es el objetivo del principio de “Armonización”, enunciado igualmente por la Declaración de París, cuyo
objetivo es que las acciones de los donantes sean más armonizadas, transparentes y colectivamente eficaces.
96
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?
humano bajo (Naciones Unidas, 2009). Al donantes. Como consecuencia, desde nu-
mismo tiempo, se trata de la principal re- merosos países del sur se plantean dudas
gión receptora de Ayuda Oficial al acerca de la legitimidad de una agenda que
Desarrollo y donde existe una mayor consideran poco participativa y represen-
presencia de donantes, tanto en número tativa. De igual manera, se critica su alto
como en variedad5. Es, en definitiva, el lu- contenido técnico y la falta de avances en
gar donde más se han puesto de mani- su implementación práctica.
fiesto las carencias de las políticas de
cooperación, y por tanto, donde resulta Por otro lado, se ha venido señalando el
más factible extraer lecciones y más ur- hecho de que la Declaración de París sigue
gente llevarlas a la práctica. En términos apostando por el Estado como actor prin-
prácticos, la hoja de ruta de París se ha tra- cipal de la cooperación para el desarrollo
ducido en algunos aspectos concretos. (Alberdi y Alcalde, 2008: 239). Consciente
Así, se han impulsado nuevas modalida- de esta realidad, la agenda está evolucio-
des de cooperación como el apoyo pre- nando, y con el Programa de Acción de Ac-
supuestario o el enfoque sectorial6, ejer- cra de 2008 se revierte en cierta medida di-
cicios de programación conjunta por par- cho enfoque. Accra apuesta por una ma-
te de varios donantes, o se han impulsa- yor participación de la ciudadanía, la ren-
do esquemas de cooperación delegada, en dición de cuentas ante el parlamento, o la
virtud de los cuales un donante cede a otro toma en consideración de otras modali-
el liderazgo en la ejecución de sus fondos dades de cooperación como la que tiene
al considerar que dispone de una mayor lugar entre los países del sur. En cualquier
experiencia y un mejor conocimiento de caso, los progresos son tímidos hasta el
la realidad local. momento y la participación de la sociedad
civil sigue siendo limitada, lo que consti-
Pese a su juventud, son varios los cues- tuye uno de los principales lastres para la
tionamientos que pesan sobre la agenda de puesta en marcha de una agenda de
París. Es vista por muchos como un mo- desarrollo efectiva. Se espera que con la
delo impuesto desde el norte, fruto de los nueva edición del Foro de Alto Nivel que
acuerdos alcanzados en un directorio res- tendrá lugar en Corea del Sur a finales del
tringido, el Comité de Ayuda al Desarrollo presente año se pueda seguir avanzando
de la OCDE, que agrupa a los principales en esta dirección.
5 Por continentes, la AOD neta total destinada a Asia en 2009 (44.159 millones de dólares EE.UU) superó sen-
siblemente a la destinada al continente africano (44.005 millones). No obstante, la región subsahariana aglu-
tina una inmensa mayoría de ésta última (39.000 millones), lo que sumado al hecho de que la población asiática
casi cuadriplica a la africana, permite considerar a África Subsahariana en la principal región destinataria de
la cooperación internacional (OCDE-CAD, 2010). Asimismo, en la mayoría de países de la región Subsahariana
están presentes 25 o más donantes (OCDE-CAD: 2009).
6
Se considera apoyo presupuestario a cualquier tipo de contribución financiera al presupuesto del país receptor,
ya sea en términos generales (apoyo presupuestario general), o dirigido a un sector concreto (apoyo presu-
puestario sectorial). Por su parte, el enfoque sectorial constituye el proceso orientado a que los recursos financieros
que gobierno y donantes dedican a un sector concreto respondan a una política, un plan de actuación y un plan
de gastos único, bajo el liderazgo del país receptor de los fondos que es quien los gestiona.
97
Ignacio Suárez Fernández-Coronado
98
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?
tos existentes deben ser tomados con ra en África, que se traduce en unas im-
cautela. Según las estimaciones disponi- portantes relaciones comerciales y en
bles, la ayuda destinada a África en pro- una puerta de entrada para sus empresas,
cedencia de los principales países del sur con gran potencial para generar produc-
ascendió a unos 2.800 millones de dólares tos innovadores adaptados al continente
estadounidenses en 2006, en torno al 6% africano9. En el caso de Brasil, África re-
del total de la AOD al continente africano, presenta cerca del 7% de las importacio-
cantidad que debería incrementarse muy nes y en torno al 6% de las exportaciones
sustancialmente si tenemos en cuenta los brasileñas10, a lo que se une la existencia
compromisos adquiridos por dichos países de lazos históricos y culturales, especial-
en los últimos años (UNCTAD, 2010: 52)7. mente con la Comunidad de Países de
En cualquier caso, si a dichas cifras su- Lengua Portuguesa. Y finalmente, Sud-
mamos las derivadas de las respectivas re- áfrica constituye la primera potencia eco-
laciones comerciales bilaterales8, existen nómica del continente, con importantes in-
elementos suficientes para considerar a di- tereses geopolíticos y económicos, si-
chos donantes como actores de gran re- tuación que aspira a consolidar frente a la
levancia en el desarrollo económico y so- entrada en escena de actores externos.
cial del continente.
Pese a los rasgos distintivos de las inter-
Las motivaciones que llevan a estos venciones acometidas por los distintos do-
países a incrementar su presencia en nantes emergentes, sus estrategias res-
África son diversas. En el caso de China ponden, a grandes rasgos, a unos carac-
o India, están asociadas a claves internas teres comunes.
derivadas de la necesidad de expandir sus
mercados y de cubrir las demandas de im- En primer lugar, las relaciones se articu-
portantes sectores de la población que lan en torno a modelos de asociación e in-
emigran del campo a la ciudad. África tercambio mutuo, excluyendo en la ma-
constituye, por ejemplo, un pilar clave de yoría de los casos la injerencia en los asun-
la estrategia china de seguridad energé- tos internos de los países africanos. Se
tica, y es, a día de hoy, uno de los princi- parte, por tanto, de modelos de relación
pales proveedores de petróleo del gi- de carácter horizontal, basados en inte-
gante asiático. India, por su parte, tiene reses mutuos y más alejados de las con-
desde hace décadas una notable diáspo- cepciones asistencialistas que han ca-
7 Dicha cifra incluye la ayuda prestada por China (2.300 millones de dólares); Kuwait, Arabia Saudita y Emi-
ratos Árabes Unidos (290 millones); Brasil (96 millones); Corea del Sur (47 millones); Turquía (24 millones); e
India (11 millones).
8
El volumen estimado de las relaciones comerciales bilaterales en el periodo 2000-2008 habría oscilado en los
siguientes términos: China (de 8.000 millones de dólares a 93.000 millones); India (de 7.300 a 31.000); o Brasil
(26.000 millones en 2008). En el caso de la UE en su conjunto, el volumen de las relaciones comerciales ascendió
a 100.000 millones de dólares en 2008 (UNCTAD, 2010).
9
Ciertos productos de bajo coste desarrollados en el mercado indio podrían tener buena acogida en África.
Por ejemplo, India está desarrollando ordenadores portátiles con un precio estimado de 27 euros.
10
Artículo en El País, 15 de agosto de 2010.
99
Ignacio Suárez Fernández-Coronado
racterizado la intervención de los donan- tivo, frente al énfasis en los sectores so-
tes tradicionales. ciales que caracteriza la cooperación de los
donantes del CAD. De igual manera, aun-
Uno de los aspectos que se deriva de este que a veces motivada por la búsqueda de
enfoque es que el apoyo que se presta no recursos naturales, la cooperación sur-
se condiciona, en la mayoría de los casos, sur en ocasiones dirige sus esfuerzos a Es-
al cumplimiento de requisitos en el ámbi- tados frágiles o en conflicto que no suelen
to político. Al desvincular la provisión de tener acceso a financiación internacional
cooperación del cumplimiento de ciertos (donor orphans). Otros rasgos caracterís-
criterios en materia de democracia, dere- ticos de la cooperación de los donantes
chos humanos o de la puesta en marcha de emergentes en África son la prevalencia de
reformas económicas, se desarrolla una re- los créditos frente a las donaciones, y la pri-
lación más operativa no sujeta a poten- macía del enfoque proyecto sobre el en-
ciales conflictos en torno a ámbitos sensi- foque programa (UNCTAD, 2010), modali-
bles. Sin embargo, en ocasiones existirían dad esta última que viene cobrando un auge
condicionalidades “no políticas”, como el considerable en el caso de la cooperación
acceso a recursos naturales por parte del tradicional.
donante o la compra de sus bienes y ser-
vicios, y el apoyo financiero prestado está Por último, en tercer lugar, con su inter-
estrechamente vinculado a actividades vención en África los donantes emergen-
comerciales e inversoras (UNCTAD, 2010: tes pueden demostrar las virtudes de los
62). Este último aspecto constituye un modelos de desarrollo implantados en
claro obstáculo para la definición de una sus respectivos países, de experiencias con
agenda de cooperación propia, e implica la cierto grado de éxito nacidas del sur, que
sumisión de esta a intereses financieros y sin tratar de ser impuestas, ponen de ma-
comerciales, lo que a la luz de la expe- nifiesto la viabilidad de un desarrollo so-
riencia de la cooperación tradicional, no se cioeconómico no vinculado necesaria-
ha traducido necesariamente en mayores mente a una relación de dependencia res-
impactos de desarrollo11. pecto de los donantes.
En segundo lugar, los sectores y áreas Todo ello conduce, en definitiva, a una dia-
priorizados por los donantes emergentes, léctica atractiva para los Estados africanos,
así como los instrumentos y modalidades preferida a la que ha existido con los do-
utilizados, no se corresponden necesa- nantes tradicionales; y, al tiempo, les per-
riamente con los impulsados por la mite liberarse de la dependencia respecto
cooperación tradicional. Así, la cooperación a estos al tener la posibilidad de acceder a
emergente tiende a focalizar su apoyo en otras fuentes de financiación más laxas en
los sectores de infraestructuras y produc- cuanto a sus condiciones.
11En sentido contrario, se alega que los flujos de cooperación podrían tener un efecto catalizador sobre el co-
mercio y las inversiones, promoviendo el crecimiento y el ahorro doméstico que resultarían a largo plazo en
una menor dependencia de dichos flujos (UNCTAD, 2010: 56).
100
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?
II.3. La presencia china en África te que oscila desde los buenos ojos con que
es vista por muchos países africanos, a las
El caso de la presencia china en África re- críticas vertidas sobre la misma, que cabría
quiere especial consideración. Pekín se ha resumir en los siguientes aspectos.
lanzado sin tapujos al impulso de una rela-
ción estratégica con respaldo al más alto ni- Primero, se cuestiona seriamente que su
vel político, que se traduce en una intensa presencia en el continente esté desligada
agenda de contactos bilaterales y en un cre- de intereses políticos y que realmente no
ciente liderazgo en el continente. La estra- exista injerencia en los asuntos internos. En
tegia china ha encontrado una de sus piedras ocasiones, el apoyo chino parece estar con-
angulares en la toma de posiciones en un dicionado por consideraciones políticas (no
amplio elenco de sectores poco atractivos existen relaciones de cooperación con los
(agricultura, infraestructuras rurales, etc.), tra- Estados africanos que reconocen a Taiwán)
dicionalmente descuidados por los inver- y su toma de posición en torno a ciertos te-
sores occidentales pero de gran importan- mas podría estar motivada por intereses
cia para el desarrollo, que a largo plazo le geoestratégicos (por ejemplo, el aprovi-
proporcionan acceso a la explotación de va- sionamiento energético jugaría un papel
liosos recursos y a asegurarse el aprovisio- importante a la hora definir su posiciona-
namiento interno de petróleo y otras mate- miento frente al conflicto sudanés).
rias primas (Ríos, 2006: 1).
Segundo, la provisión de financiación para
Las ventajas de la estrategia china se ma- grandes obras de infraestructuras lleva apa-
ximizan por el hecho de contar con un fuer- rejada en muchos casos su ejecución por par-
te respaldo del Estado12, a través de una te de mano de obra china, limitando las po-
emigración vinculada a grandes contratos sibilidades de crear empleo a nivel local y por
de trabajos públicos y de la entrada de pro- tanto de generar un tejido productivo en el
ductos de pequeños empresarios, cuya re- seno de los propios países africanos. Se cues-
lación calidad-precio difícilmente tiene tiona, además, la calidad de las obras pu-
competidores en el mercado africano. A su blicas acometidas, que en muchos casos pre-
vez, la política de inversiones se ve favo- sentan prontos indicios de degradación.
recida por la fragilidad política de los
países africanos y la debilidad de su so- Tercero, el recurso a las fórmulas de
ciedad civil (Ríos, 2006: 3). cooperación basadas en créditos13 podría
conducir a un agravamiento de la proble-
En cualquier caso, la intervención de Chi- mática del endeudamiento de los países
na en África es objeto de un prolijo deba- africanos, que a largo plazo se verían obli-
12 Un ejemplo sería el uso que China hace de los bancos de exportación e importación como canales para la pro-
visión de cooperación para el desarrollo, a diferencia de los donantes tradicionales que lo hacen a través de sus
propias agencias de desarrollo sin mezclar fondos de cooperación con canales comerciales (UNCTAD, 2010: 54).
13
En el periodo 2001-2007, un 50% de la cooperación china destinada a infraestructuras en África Subsahariana
fueron créditos, un 44% créditos a la exportación, un 5% Inversión Extranjera Directa y sólo un 1% subvenciones
(Foster et al., 2008. Citado en UNCTAD, 2010).
101
Ignacio Suárez Fernández-Coronado
gados a invertir para su reembolso im- de tengan cabida tanto los donantes tra-
portantes recursos que mejor servirían para dicionales como los emergentes, y de
cubrir otras necesidades de la sociedad. modalidades como la cooperación sur-sur
y la cooperación triangular14.
La estrategia china en África presenta, en
definitiva, numerosos claroscuros. Son La relación entre donante tradicional y
muchos sus defensores al igual que sus emergente está sujeta a importantes ten-
detractores, pero ejemplifica, en cual- siones. Uno de los principales cuestiona-
quier caso, las complejas dinámicas que mientos que pesan sobre los donantes
se dan cita en el continente africano en lo emergentes es su falta de compromiso con
que a la presencia de actores externos se los consensos internacionales en materia
refiere. de eficacia de la ayuda, en concreto: pres-
tar en términos inapropiados, agravando la
problemática del endeudamiento; incre-
II.4. Donantes tradicionales frente a mentan la problemática de la proliferación
donantes emergentes: ¿Qué modelo de donantes y la consecuente fragmenta-
para África? ción y dispersión de esfuerzos; generan di-
visiones entre los países socios respecto al
Como se señalaba, la confrontación entre compromiso con la agenda internacional de
la cooperación norte-sur y la cooperación la eficacia de la ayuda; intervienen de ma-
sur-sur remite a dos maneras distintas de nera poco transparente; o subordinan la
entender las relaciones de cooperación. cooperación a los intereses de la política ex-
Diversos autores se refieren a la existen- terior (Lengyel, 2009: 38)15. En sentido in-
cia de una brecha entre la realidad de la verso, los donantes emergentes reivindican
cooperación internacional para el su derecho a definir sus propias estrategias
desarrollo, que adopta variantes y formas de cooperación, sintiéndose poco identifi-
no tradicionales, y la doctrina formulada cados, como se apuntaba previamente, con
desde el CAD (Lengyel y Malacalza, 2009). la doctrina emanada del Comité de Ayuda
Tal desconexión constituiría la principal di- al Desarrollo de la OCDE.
ficultad para alcanzar un consenso en tor-
no a un modelo único de desarrollo y del Así las cosas, resulta difícil determinar cuál
papel de las políticas de cooperación, don- de los dos modelos resulta más apropia-
14 La cooperación triangular es una modalidad por la que se establece una relación de cooperación por la que
un país donante dirige sus ayudas a un país en desarrollo con la participación de un tercer país que ejerce un
papel de liderazgo en la canalización de los recursos. En África, Brasil destaca por su participación en iniciati-
vas de cooperación triangular con donantes tradicionales.
15
Algunos autores se refieren a la oposición que podría existir en ciertos países que desarrollan cooperación
sur-sur a comprometerse en el diálogo político a nivel de país para coordinar y armonizar su cooperación mien-
tras el marco de referencia y la terminología sea la utilizada por el CAD. Frente a la doctrina formulada desde
el CAD estos países podrían estar interesados a remitir este tipo de debates a foros más representativos y le-
gítimos, como el Foro de Cooperación para el Desarrollo del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas
(Ayllón, 2009: 4-7).
102
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?
103
Ignacio Suárez Fernández-Coronado
16En virtud de dicho enfoque, la Unión Europea actuaría en la esfera de las relaciones internacionales como
“potencia civil” (civilian power), promoviendo los objetivos que le son propios por medio de instrumentos
blandos (soft power) y no a través de medios militares.
104
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?
• El Acuerdo de Cotonou, firmado en el año pasar a una relación entre iguales, en la lí-
2000, que tradicionalmente ha regulado nea de los enfoques adoptados por los do-
las relaciones entre la UE y 79 países de nantes emergentes. Sin embargo, en la prác-
África, Caribe y Pacífico (ACP) en ámbitos tica, su implementación plantea problemas
como el político, el comercial, o la de coherencia frente a otros procesos más
cooperación para el desarrollo. consolidados que discurren de manera pa-
ralela y que continúan evolucionando.
• La Unión para el Mediterráneo, resulta-
do del llamado Proceso de Barcelona, que El caso más claro es el Acuerdo de Cotonou.
regula el partenariado de la UE con el Nor- Pese al lanzamiento de la JAES, Cotonou
te de África y otros países del Mediterrá- continua siendo el principal instrumento de
neo, actualmente subsumido en la Polí- las relaciones UE-África, en cuyo marco se
tica Europea de Vecindad. articula el grueso de la financiación –a tra-
vés del Fondo Europeo de Desarrollo (FED)–
• La relación con Sudáfrica, articulada a tra- para la cooperación entre ambas regiones.
vés del Acuerdo de Comercio, Desarrollo Dicho acuerdo prevé, además, un proceso
y Cooperación, complementado poste- de revisiones periódicas que tienen lugar
riormente con el Partenariado Estratégi- cada cinco años, la última de las cuales,
co UE-Sudáfrica. completada en marzo de 2010, es conside-
rada por algunos como una “revisión lige-
Como medio para dar respuesta a esta frag- ra en la que no se entraron a discutir abier-
mentación y a reforzar su presencia en el tamente algunos de los principales desafí-
continente africano, la UE impulsó un en- os que afrontan las relaciones birregionales”
foque más estratégico de las relaciones en- (Bond y ECDPM, 2010: 13).
tre ambos continentes que tuvo como re-
sultado la Estrategia Conjunta UE-África El Acuerdo de Cotonou constituye también
(JAES, por sus siglas en inglés), lanzada en la base de las relaciones económicas y co-
el año 2007 en torno a ocho ejes17 y con- merciales entre ambas regiones. Ya en sus
cebida como medio para establecer un par- inicios incluía, como uno de sus elemen-
tenariado estratégico entre Europa y Áfri- tos clave, establecer un marco de relacio-
ca, basado en una visión conjunta y en nes comerciales entre la UE y los países
asuntos de interés común. ACP acorde con las reglas de la Organiza-
ción Mundial del Comercio, dados los
La JAES trata de articular en torno a un en- cuestionamientos políticos y legales que
foque más estratégico los marcos de pesaban sobre el sistema previo, basado
cooperación preexistentes. Refleja asimis- en el acceso preferencial a los mercados eu-
mo la intención de superar una visión ba- ropeos por parte de los países ACP. Se ini-
sada en la relación donante-receptor para ció así un proceso conducente a la con-
17Paz y seguridad; gobernanza democrática y derechos humanos; comercio, integración regional e infraes-
tructuras; Objetivos de Desarrollo del Milenio; energía; cambio climático; migración, movilidad y empleo; y
ciencia, sociedad de la información y espacio.
105
Ignacio Suárez Fernández-Coronado
clusión de acuerdos de libre comercio en- tienen lugar en el seno de la UA, al no ser
tre la UE y los países ACP, en el que, en lu- este necesariamente el foro en el que se de-
gar de optar por un régimen comercial úni- baten y discuten los problemas africanos
co, se favoreció la negociación de Acuer- y al carecer capacidades institucionales
dos de Partenariado Económico (EPA, por adecuadas. África experimenta su propio
sus siglas en inglés) a nivel regional (Bond proceso de cambio a nivel interno, y como
y ECDPM, 2010: 15). Desde entonces, se ini- señala Bello, “el proceso de fusionar y acla-
ció un proceso de negociaciones articula- rar las agendas panafricanas y sus posi-
do a través de seis agrupaciones de países ciones sobre diversas cuestiones sigue es-
ACP que afronta numerosas dificultades, y tando en una fase inicial” (Bello, 2010: 5).
cuyos efectos positivos en materia de Tras este complejo entramado de diálogo
desarrollo son seriamente cuestionados a distintos niveles, podría subyacer el
desde ciertas instancias. A día de hoy, no riesgo de que se entable una competencia
son sólo dos las regiones que han con- entre la Unión Africana y las comunidades
cluido un acuerdo con la UE18, sino que ade- económicas regionales –a los que cabría su-
más la negociación de dichos acuerdos se mar los organismos de integración regio-
ha convertido en el principal punto de con- nales– por captar la atención de la Unión
flicto en la relación birregional. Europea (Barrios, 2010: 3).
18Tal es el caso del Foro Caribeño de Países ACP (CARIFORUM) y de la Comunidad de Estados de África Orien-
tal, en este último caso de carácter interino.
106
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?
ridad Común y del Servicio Exterior Euro- bable disminución de fondos europeos de
peo, éste último asumirá las relaciones ex- cooperación en el contexto de la actual cri-
teriores de la UE, incluyendo las compe- sis económica, la AOD destinada al con-
tencias de programación y de dotación de tinente africano podría verse reducida sus-
recursos financieros bajo el Fondo Europeo tancialmente.
de Desarrollo. La tendencia apunta igual-
mente a una “regionalización” de la polí- • Por último, cabría esperar una priorización
tica exterior europea, lo que si bien podrá del componente comercial y económico
deparar ventajas de cara a dotar a las re- de las relaciones birregionales, en el que
laciones con África de un enfoque unifi- se prestaría atención prioritaria a aspec-
cado, implicará que los países ACP en- tos como los Acuerdos de Partenariado
contrarán mayores dificultades para prio- Económico.
rizar sus intereses frente a otras regiones
del mundo (Bond y ECDPM, 2010: 11).
III.3. Un incierto futuro para
En este contexto, Qobo plantea un posible las relaciones UE-África
escenario que apuntaría a un menor peso
de la política africana en las relaciones ex- Con este complejo marco de fondo, son
teriores de la UE con el marco resultante muchas las dudas que pesan sobre el fu-
del Tratado de Lisboa. Diferentes factores turo de las relaciones birregionales. En el
conducirían a ello (Qobo, 2010): informe “The EU and Africa. The policy
context for development” (Bond y ECDPM,
• Desde un punto de vista geográfico, las 2010) se recogen algunas de las más rele-
prioridades de la política exterior europea vantes:
se centrarán en otras regiones. La aten-
ción prestada a África se focalizará en la • De cara al futuro, la primacía y valor aña-
contención de las amenazas a la seguri- dido del Acuerdo de Cotonou, pilar tra-
dad, lo que incumbe principalmente al dicional de las relaciones UE-África, afron-
cuerno de África y a la franja norte del con- ta importantes retos con la estrategia de-
tinente. Junto a ello, Europa podría apos- finida por la JAES, la relación privilegia-
tar por el fortalecimiento de su relación da con la UA que de este se deriva, o con
con la Unión Africana en detrimento de la apuesta por los EPA como marco para
sus relaciones bilaterales con países de la las relaciones económicas y comerciales;
región.
• Segundo, la configuración definitiva del
• Lisboa pone especial énfasis en la me- modelo de relaciones comerciales entre
jora de la coherencia interna de la la UE y los países africanos esta en el aire,
Unión, lo que implicará dedicar impor- y en caso de llegar a buen puerto los EPA
tantes esfuerzos políticos y presupues- -en ocasiones más un factor de división
tarios a la puesta en marcha de los as- que de unión-, existen dudas sobre cómo
pectos burocráticos contemplados en el se articularán con los procesos de inte-
Tratado. Si ello se combina con la pro- gración regional africanos, al no coincidir
107
Ignacio Suárez Fernández-Coronado
108
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?
meros son presos de la necesidad de Así las cosas, el valor añadido de los do-
aprender de los errores del pasado y de apli- nantes tradicionales, y en concreto de la
car las lecciones aprendidas; no pueden per- cooperación europea, pasará por la pues-
mitirse, de nuevo, poner en marcha estra- ta en marcha de una estrategia a largo pla-
tegias que resulten fallidas y que minen su zo orientada a la consecución de verda-
credibilidad a la hora de generar impactos deros resultados de desarrollo. Además de
de desarrollo. Por su parte, los donantes ser el primer donante a nivel mundial, la
emergentes afrontan este proceso sin las- Unión Europea se ha situado tradicional-
tres propios del pasado. Se encuentran le- mente en la vanguardia de buena parte de
gitimados para impulsar estrategias de los debates relativos a las estrategias de
cooperación basadas en sus propias con- desarrollo. Su historial tampoco es des-
cepciones y procesos de aprendizaje. Y pese deñable a la hora de hacer frente a difi-
a que es cierto que dichas estrategias po- cultades y de poner en marcha los proce-
drían no ser las más adecuadas, sólo con sos necesarios para enmendar los errores
el paso del tiempo se demostrará si los re- del pasado. Para ello, deberá superar el en-
sultados alcanzados son los deseados. foque fragmentado que caracteriza su es-
trategia actual hacia África; apostar por la
En cualquier caso, la competencia entre do- apropiación de los procesos de desarrollo
nantes tradicionales y emergentes no debe por parte de los africanos; hacer partícipes
ser vista necesariamente como un factor ne- de estos a la sociedad civil y a la comuni-
gativo. Puede suponer un estimulo para ha- dad empresarial; promover enfoques más
cer mejor las cosas, y desde la perspectiva democráticos y participativos que respeten
de los donantes tradicionales, un revulsivo la diversidad del continente africano; hacer
para identificar cual es su verdadero valor realidad la necesaria coherencia de políti-
añadido a hora de cooperar con el mundo cas con el objetivo final del desarrollo; en
en desarrollo, lo que, al fin y al cabo, definitiva, superar la desconexión entre el
constituye la razón de ser de toda inter- discurso teórico y la práctica.
vención que se produce desde el exterior.
Europa debe tener una visión política más
Los países del norte no deben plantearse la clara y sincera de lo que quiere y espera de
nueva realidad como una situación de su asociación con África, a partir de una re-
“suma cero”. Deben asumir la necesidad de lación entre iguales en la que unos y otros
coexistir junto a otros enfoques; identificar vean sus aspiraciones reflejadas. Sólo así
las ventajas comparativas de cada uno y gozará de credibilidad entre sus socios afri-
buscar ámbitos de complementariedad. En canos y podrá ocupar el lugar que le co-
términos prácticos, una de las claves podría rresponda para contribuir a dar respuesta
residir en la articulación de la cooperación a los retos de desarrollo de África.
norte-sur y de la cooperación sur-sur, por
ejemplo a través de modalidades como la
cooperación triangular. Para todo ello, será
clave tender puentes y concertarse en los
foros internacionales correspondientes.
109
Ignacio Suárez Fernández-Coronado
110
Cooperación internacional y donantes emergentes en África: ¿Qué papel para la Unión Europea?
OCDE-CAD (2009), OCDE report on division of RÍOS, X. (2006), La apuesta africana de China,
labour. Addressing fragmentations and con- Madrid, FRIDE.
centration of aid across countries, París,
OCDE. UNCTAD (2010), Economic development in Afri-
ca report. South-South Co-operation: Africa
QOBO, M. (2010), The implications of the Lis- and the new forms of development part-
bon Treaty for the EU’s relations with Africa, nership, Nueva York, Naciones Unidas.
Policy Briefing 18, Johanesburgo, South Afri-
can Institute of International Affairs.
111
6. ÁFRICA MÁS ALLÁ DE LA CRISIS:
LA ESTABILIZACIÓN DEL CONTINENTE
Jesús A. Núñez Villaverde*
113
Jesús A. Núñez Villaverde
114
África más allá de la crisis: la estabilización del continente
115
Jesús A. Núñez Villaverde
menos, a potenciar verdaderas soluciones etapa de colonización que aún hoy levan-
estructurales. ta lógicos resquemores y que ha dejado
una profunda huella en buena parte de los
Es, por tanto, el segundo enfoque (el de la 54 países africanos–, hubo que pasar pos-
resolución de los problemas) el que debe teriormente a otros mecanismos que ase-
orientar la respuesta, entendiendo la ne- gurasen su control. Para ello se optó por
cesidad de eliminar las causas profundas una estrategia, ensayada con notable éxi-
que terminan por provocar el estallido vio- to en otras latitudes como en el mundo ára-
lento en sociedades sin suficientes meca- bo-musulmán, consistente en una división
nismos de mediación, negociación y re- territorial que, sin tener para nada en
solución pacífica de las controversias. Lo cuenta los deseos de las poblaciones lo-
prioritario en este terreno, desde una óp- cales, generó el actual rompecabezas afri-
tica esencialmente preventiva, es reducir cano, fragmentado y artificial, obligando a
drásticamente las brechas de exclusión- so- vivir juntos a comunidades que no tenían
ciales, políticas y económicas- que posi- ningún deseo de hacerlo.
bilitan el caldo de cultivo en el que germi-
na la violencia. Todo ello sin olvidar, lógi- Sirva Sudán a modo de ejemplo actual so-
camente, la necesidad de cerrar definiti- bre las consecuencias de decisiones adop-
vamente los conflictos violentos que sal- tadas desde el exterior (en este caso por
pican hoy al continente, procurando poner parte de Londres, como hegemón mundial
en marcha programas de reconstrucción en aquella época). Cuando hoy el país más
postbélica que impidan su recaída a corto extenso de África está a punto de la ruptura
plazo. Hoy por hoy sigue siendo ésta una interesa recordar que fue Gran Bretaña
asignatura pendiente en la mayoría de las quien decidió, a la finalización de la II Gue-
sociedades africanas; pero aun recono- rra Mundial, unir bajo una única autoridad
ciendo la complejidad de su implementa- a dos comunidades –árabe y musulmana
ción, no puede caber duda alguna sobre su en el norte, y negra y cristiana/animista en
idoneidad para impulsar esfuerzos pro- el sur– en función de sus propios cálculos
longados y simultáneos en el terreno del geoestratégicos. Aunque ya desde su in-
desarrollo y de la seguridad. dependencia, en 1956, se hizo evidente el
abierto deseo del sur por liberarse del do-
minio del norte y seguir su propio camino,
I.2. La explotación de recursos hemos asistido a un proceso de creciente
violencia que no solo no ha solucionado
El juego es tan viejo como bien docu- ninguno de los problemas de partida, sino
mentado. La gran diversidad y volumen de que ha añadido otros nuevos que auguran
recursos naturales africanos, vitales para más inestabilidad y más sufrimiento para
el desarrollo económico mundial, ha esti- quienes habitan la región.
mulado desde hace mucho tiempo la co-
dicia por su posesión. Si primero las prin- Por un lado, con decisiones de este tipo se
cipales potencias mundiales pudieron ha- lograba la debilidad estructural de cual-
cerlo de manera directa –a lo largo de una quiera de los Estados resultantes. Sus di-
116
África más allá de la crisis: la estabilización del continente
117
Jesús A. Núñez Villaverde
cia por contar con aliados propios que neu- le haber reparos en justificar sus violacio-
tralizaran los movimientos del adversario nes de los derechos de sus propios ciuda-
(fuera este, Estados Unidos o la Unión So- danos y en dotarlo de la capacidad repre-
viética). En términos ajedrecistas, se trataba siva que se considere necesaria.
de controlar o capturar nuevas casillas del
tablero, no siempre por el valor intrínseco Para quienes han venido defendiendo
que éstas pudiera tener, sino únicamente este modelo de relaciones a lo largo de las
para evitar que el adversario pudiera ha- últimas décadas, incluso los puntuales ejer-
cerse con alguna de ellas. cicios de apertura y reforma liderados por
algunos gobernantes locales han sido vis-
A partir de estos presupuestos puede en- tos normalmente con recelo. Quienes se han
tenderse mejor que la vara de medida atrevido a cuestionar el statu quo que los
para identificar a esos aliados locales nun- identificaba como actores subordinados, o
ca haya sido su calidad democrática o su sin- quienes han apostado por reformas pro-
ceridad a la hora de promover un auténti- fundas de los imperfectos modelos here-
co Estado de derecho. Lo que realmente ha dados de la colonización, han sido percibi-
contado en la práctica totalidad de los casos dos en primera instancia como desestabi-
ha sido, llanamente, el grado de sumisión lizadores y, por tanto, como un peligro que
de esos actores locales a los dictados de sus era necesario neutralizar o eliminar. Por otra
patrones foráneos, en prosecución mutua- parte, aun asumiendo que el desarrollo glo-
mente beneficiosa del mantenimiento de bal es un camino deseable para toda so-
una estabilidad que garantizase la conser- ciedad, su implementación puede resultar
vación de sus respectivos privilegios. indeseable para los que prefieren el statu
quo vigente, aunque solo sea por el temor
En síntesis, el juego destaca por su sim- a que se desencadenen procesos de cam-
plicidad, dado que todo se resume en dos bio que pongan en cuestión unos privilegios
reglas. La primera consiste en buscar de partida que se pretende mantener ad in-
–unas veces apoyando a quien se convier- finitum. De este modo, se comprende la fre-
ta, por la vía que sea, en la autoridad fác- cuente inclinación de los gobernantes lo-
tica del territorio, y otras imponiéndolo di- cales (con el consentimiento pasivo o acti-
rectamente– un interlocutor local que acep- vo de sus aliados internacionales) a abortar
te su lugar subordinado en el juego. Se le verdaderos procesos de reforma estructu-
garantiza a cambio el apoyo (económico, ral, en la medida en que ninguno de ellos
político y militar) necesario para asentar su desea verse expuesto a la incertidumbre que
poder y el goce de significativos beneficios siempre supone controlar el resultado de un
en la explotación de las riquezas naciona- proceso que permita la emergencia de
les. La segunda se traduce en asegurar su nuevos actores, con demandas que quizás
capacidad para mantener la estabilidad del no se acomoden a las dominantes hasta ese
territorio nacional, demandándole la sufi- momento.
ciente voluntad para erradicar toda oposi-
ción o disidencia que pretenda modificar el Son muchos los ejemplos que en África res-
statu quo imperante. En esa línea, no sue- ponden a este esquema de dominio por
118
África más allá de la crisis: la estabilización del continente
control remoto. Como consecuencia de ello, • La crisis económica mundial está golpe-
los gobiernos africanos han acumulado un ando en menor medida a África que a
alto grado de corrupción e ineficiencia, al otros continentes. Con ser esto cierto, no
tiempo que han despilfarrado su legitimi- puede evitarse la sensación de que ese jui-
dad a los ojos de una población que ha sido cio únicamente indica que el continente
crecientemente excluida de los beneficios está menos integrado en la economía glo-
derivados de la explotación de los ingentes balizada. Cabe añadir, además, que la cri-
recursos nacionales. Aunque nunca pueden sis no ha terminado y que, en su previsi-
olvidarse las excepciones democratizado- ble desarrollo, es fácil pronosticar que aca-
ras, ésta ha sido la regla general de un con- bará por llegar a la periferia del sistema
tinente que no por casualidad ocupa los lu- (en la que África está ubicada). Por último,
gares de cola en niveles de desarrollo y se- aunque cabría alegrarse en principio de
guridad a escala planetaria. Es aquí donde que esto haya sido así, nada puede hacer
se concentra el mayor número de conflic- olvidar que la situación de partida es tan
tos, el de Estados frágiles o fallidos, el de negativa en términos microeconómicos
personas que viven por debajo de la línea que probablemente el continente no po-
de pobreza… Y todo ello no como refe- dría soportar un nuevo impacto sin de-
rencia a un pasado ya felizmente superado, generar en un colapso generalizado.
sino a un presente oscuro y a un futuro in-
mediato no menos inquietante. • A semejanza del lema electoral del hoy
presidente de Estados Unidos, se ha pre-
sentado el campeonato mundial de futbol
II. EL PAPEL DE LA UNIÓN EUROPEA organizado por Sudáfrica el pasado verano
como una señal inequívoca de que “Áfri-
Si nos dejamos llevar por las imágenes ha- ca puede”. Este apresurado juicio parece
bituales, la crisis aparece automática- olvidar que Sudáfrica es, desde hace mu-
mente como un concepto asociado desde cho tiempo, una isla en el continente y que,
siempre a África. Aunque en otros casos por desgracia, ni siquiera hoy puede dar-
esa palabra se prefiera interpretar como se por garantizado que el sueño de Nel-
una oportunidad y ventaja para el cambio, son Mandela esté vigente en ese país.
en lo que corresponde a África es inme-
diato constatar que la lectura que se im- • El proceso de integración regional sigue
pone es la que lo interpreta negativamen- adelante. Para atestiguarlo debería bas-
te como peligro o amenaza. Como no po- tar con señalar que la Unión Africana (UA)
día ser de otro modo, una lectura coyun- celebró en Uganda (Kampala, 25/27 de ju-
tural de la situación africana presenta hoy lio de 2010) su XV Cumbre de Jefes de Es-
claroscuros en todos los ámbitos, lo que tado y de Gobierno. En todo caso, si se
permite emitir, al gusto de cada uno, tan- atiende a sus conclusiones, resulta más
to un juicio esperanzador sobre su presente difícil sostener ese aserto. En esencia, más
y futuro como otro plenamente frustrante. allá de condenar el atentado que el gru-
A modo de ejemplo, basta recoger los si- po terrorista somalí Al Shabab había co-
guientes: metido recientemente en la propia capi-
119
Jesús A. Núñez Villaverde
tal ugandesa1, la UA volvió a mostrar sus de la situación, con más del 50% de la po-
limitaciones para asumir en primera per- blación africana viviendo por debajo de la
sona las tareas de paz y seguridad en el línea de pobreza y con las dos terceras par-
continente. Frente a una petición inicial tes de todos los países que la ONU identi-
para añadir unos 14.000 efectivos milita- fica como menos desarrollados ubicados
res para reforzar a la muy limitada AMI- en África. Sin caer en el simplismo de con-
SOM2, en la Cumbre solo fue posible acor- siderar que la pobreza es en sí misma si-
dar el envío adicional de 4.000 soldados, nónimo de violencia, es elemental enten-
aún pendientes de ser desplegados, todo der que la reducción o eliminación de las
ello sin modificar (como también se de- enormes bolsas de exclusión (la pobreza no
mandaba) el mandato de la misión. es más que la modalidad económica de
este problema) debe ser la principal prio-
• Más allá del debate sobre el grado de de- ridad de cualquier estrategia de construc-
terioro o mejora de la situación de segu- ción de la paz en el continente.
ridad del continente, es elemental en-
tender que no hay ninguna amenaza a la Para la Unión Europea (UE), que pretende
paz que no tenga su plasmación concre- ser percibida como un actor de enverga-
ta en alguno de sus rincones. Desde dura mundial, lo que ocurre en África no
guerras abiertas a focos de terrorismo, pa- puede ser, desde ningún punto de vista,
sando por los efectos más negativos del ajeno ni irrelevante. Y esto es así no solo
imparable cambio climático, sin olvidar por lo ocurrido en el pasado –experiencia
los provocados por las pandemias, los flu- colonial incluida– sino por elementales con-
jos descontrolados de población, los co- sideraciones de hoy y de mañana. Tal
mercios ilícitos, el crimen organizado, la como recoge el título de su Estrategia Eu-
exclusión, el hambre… ropea de Seguridad3, la UE entiende que su
propia seguridad pasa inexorablemente por
• A pesar del riesgo que tiene singularizar su activa contribución a “un mundo me-
un panorama general tan repleto de jor”. Así, en ese mismo documento, cuan-
amenazas y riesgos para la paz y la se- do se hace referencia a los objetivos es-
guridad del continente en un solo factor, tratégicos que los Veintisiete han logrado
se impone la evidencia de que la pobre- consensuar, se habla de hacer frente a las
za es la principal de esas amenazas. Los amenazas, tanto las cercanas como las le-
datos no ofrecen dudas sobre la crudeza janas, y de crear seguridad en los países ve-
1 Por primera vez en su macabro recorrido, Al Shabab decidió llevar a cabo una acción violenta fuera del te-
rritorio somalí, provocando la muerte de 66 personas que asistían, el 11 de julio, a la retransmisión televisiva
de la final del campeonato mundial de fútbol.
2
La Misión de la Unión Africana para Somalia fue aprobada por el Consejo de Paz y Seguridad de la UA el 19
de enero de 2007 con la tarea de apoyar a la consolidación de las estructuras federales de gobierno, poner en
marcha un plan nacional de paz, instruir a las fuerzas armadas somalíes y garantizar un entorno de seguridad
que permita el desarrollo de la acción humanitaria.
3
Aprobada en Bruselas por el Consejo Europeo del 12 de diciembre de 2003 con el título de “Una Europa se-
gura en un mundo mejor”. Véase www.consilium.europa.eu/uedocs/cmsUpload/031208ESSIIES.pdf.
120
África más allá de la crisis: la estabilización del continente
cinos. Todo ello como reflejo de la impo- bos es todavía muy parco en resultados.
sibilidad de garantizar la seguridad propia Lastrado durante mucho tiempo por los sin-
sin atender a lo que ocurre más allá de las sabores de la etapa colonial y por la apli-
fronteras de la Unión, dada la interrelación cación de las reglas de la Guerra Fría –que
planetaria en la que estamos inmersos. apenas tomaba en consideración a África,
salvo para seguir explotando sus recursos
Hoy, más que nunca, somos conscientes y para evitar que Moscú pudiera adquirir
de que ya se han borrado definitivamente posiciones de ventaja geopolítica– la úni-
la frontera entre la seguridad interior y la ex- ca referencia reseñable era la del Convenio
terior y de que, igualmente, los intereses pro- de Lomé4 (sustituido, a partir de 2000, por
pios ya no se defienden prioritariamente en el Convenio de Cotonú5). En este amplio
los límites geográficos de cada Estado sino marco, vigente entre 1975 y 2000 –que in-
en el complejo campo de juego mundial. A tegraba a 46 países africanos, a los que su-
partir de la convicción de que ningún Esta- maban los del Caribe y los del Pacífico, has-
do del planeta dispone de las capacidades ta totalizar 71 beneficiarios–, se regulaban
suficientes para enfrentarse con ciertas ga- las relaciones comerciales y de cooperación
rantías de éxito a las amenazas que le afec- entre ambas partes. Por un lado, se per-
tan, se impone la necesidad de articular res- mitía que los principales productos agrí-
puestas multilaterales que sumen volunta- colas y mineros de estos países pudiesen
des a un esfuerzo común. Del mismo modo entrar en la UE sin aranceles y, por otro, se
se va imponiendo la idea de que el desarrollo creaban dos instrumentos de compen-
y la seguridad son dos caras indisociables sación por las pérdidas que pudieran su-
de la misma moneda, de tal forma que ni frir estos exportadores por variaciones
puede haber desarrollo sin seguridad ni vi- bruscas en los precios de dichos pro-
ceversa. Así entendido, la UE –que en sí mis- ductos. Al igual que ocurría con el es-
ma es el mejor ejemplo de la respuesta mul- quema de relaciones que, en paralelo,
tilateral a las amenazas y de la prevención Bruselas había formalizado con los en-
de conflictos violentos– tiene mucho que tonces denominados Países Terceros Me-
aportar a sus vecinos africanos como com- diterráneos6, en esencia, se trataba de un
plemento al esfuerzo principal que éstos de- instrumento de carácter comercial, con una
ben liderar. En todo caso, y visto en pers- cierta dosis de cooperación al desarrollo,
pectiva, el proceso de relaciones entre am- pero desconectada de la agenda de segu-
se puso en marcha el STABEX, para los productos agrícolas (Lomé I, 1975), y el SYSMIN, para los mineros (a
partir de Lomé II, en 1979).
5
Marco vigente en la actualidad y en el que ya figuran 48 Estados africanos.
6
Tras la firma de algunos acuerdos comerciales bilaterales en el período 1957-72, Bruselas puso en marcha la
Política Global Mediterránea (1972-92), la Política Mediterránea Renovada (1992-96) y la Asociación Euro-Me-
diterránea, a partir de 1995, a la que se fueron añadiendo posteriormente la Política Europea de Vecindad
(2004- ) y la Unión por el Mediterráneo (2008- ). De los países africanos, únicamente Marruecos, Argelia, Tú-
nez y Egipto (Libia solo figura como observador) están integrados en estos marcos. Mauritania, en la actuali-
dad, forma parte asimismo de la Unión por el Mediterráneo.
121
Jesús A. Núñez Villaverde
ridad y sin posibilidades de impulsar a nin- los problemas generados entre los miem-
guno de los países beneficiarios hacia un bros de la UA (sin descartar la injerencia en
nivel de desarrollo sólido. asuntos internos en determinados casos).
7 Fue adoptada inicialmente en la 37ª Sesión de la Asamblea de jefes de Estado y de Gobierno de la OUA, cele-
brada en Lusaka (Zambia) en julio de 2001, y asumida posteriormente por la UA en su primera sesión oficial. Sus
prioridades de partida fueron la erradicación de la pobreza, la promoción del crecimiento y desarrollo sustenta-
ble, la integración africana en los mercados mundiales y el empoderamiento de las mujeres.
8
En sustitución de la Organización para la Unidad Africana, y con la única excepción de Marruecos, la UA ini-
ció su andadura con la celebración de su primera sesión oficial en Durban (Sudáfrica) en julio de 2002.
122
África más allá de la crisis: la estabilización del continente
Central (CEMAC), el Mercado Común del África Meridional y Oriental (COMESA), la Comunidad Económica de
los Estados de África Central (CEEAC), la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CE-
DEAO), la Comisión del Océano Índico (COI), la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC),
la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA). Y todavía cabría añadir a la Unión del Magreb
Árabe (UMA), si finalmente se asume la óptica panafricana.
123
Jesús A. Núñez Villaverde
124
África más allá de la crisis: la estabilización del continente
que apenas se ha contado con la Unión mente operativa, la realidad muestra que
Africana como socio en pie de igualdad. no ha sido posible superar los numerosos
obstáculos que todavía lastran su
Este período se ha cerrado con la III Cum- desarrollo. Por mencionar solo algunos,
bre UE-África, celebrada en Trípoli los queda por crear un verdadero sentimien-
días 29 y 30 de noviembre de 2010. A pe- to de integración africana que supere la ba-
sar de que en ella se puso de manifiesto, rrera que separa a los norteafricanos de los
una vez más, la existencia de relevantes dis- subsaharianos, encaminados durante mu-
crepancias internas, fue posible aprobar el cho tiempo por vías divergentes. Lo mis-
II Plan de Acción (2011-13)11 y renovar el mo puede decirse en clave religiosa, cuan-
compromiso (político y presupuestario) de do se asiste a repetidos choques violentos
Bruselas en temas de paz y seguridad, en en los que unos y otros manipulan esas se-
el marco de la APSA, especialmente en re- ñas de identidad primarias. Tampoco es fá-
ferencia a: prevención de conflictos, for- cil conjugar las agendas de instituciones su-
mación y capacitación de la FAR y re- bregionales que no quieren diluirse re-
construcción postbélica. El cierre de esta pentinamente en una única dinámica con-
cita sirve para volver a mostrar la decep- tinental, ni los particularismos caudillistas
ción que supone el hecho de que –a pesar que pretenden liderar el proceso en tér-
del acuerdo unánime en que la pobreza es minos de dominación de unos sobre otros.
el primer problema del continente y que, Por último, aunque a nadie puede escapar
en clave de paz y seguridad, su erradicación su importancia, hay que reconocer que
debe ser una prioridad central– siga sin nunca se ha logrado garantizar un presu-
existir una asociación temática en el mar- puesto acorde con las necesidades tantas
co de la Estrategia Conjunta que aborde en veces definidas en los sucesivos encuen-
primer término su resolución. Lo mismo ca- tros oficiales.
bría decir, por su inmediata cercanía a este
problema, de otras asociaciones para lograr Por lo que corresponde más directamen-
avances sustanciales en los sistemas de te a los Veintisiete no puede olvidarse que
educación y en la lucha contra el hambre –aunque ya haya logrado salir de la pará-
y las pandemias que afectan a un impor- lisis institucional, tras la entrada en vigor
tante número de africanos. del Tratado de Lisboa– la UE sigue todavía
sin ser un actor con una voz única en el con-
cierto internacional. Este lastre hipoteca sus
III. A MODO DE REMATE PROVISIONAL propias formulaciones programáticas y
explica en buena medida sus deficiencias
A pesar de las reiteradas declaraciones de y limitaciones en la relación con otros ac-
intenciones, tanto de la UA como de la UE, tores. Si a esto se añade el impacto de una
sobre la conveniencia y la perentoria ne- crisis económica que incluso cuestiona la
cesidad de contar con una APSA total- supervivencia de su propia moneda, no es
11 Estipula el apoyo presupuestario al desarrollo de las ocho asociaciones temáticas que constituyen la Estra-
125
Jesús A. Núñez Villaverde
fácil imaginar cómo va a poder desarro- emiten Nigeria y Costa de Marfil. En el pri-
llarse una auténtica Política Común de Se- mero, grupos violentos, tanto musulmanes
guridad y Defensa, y en qué orden de prio- como cristianos, volvían a enfrentarse en la
ridad quedará África ante el previsible re- ciudad de Jos, en lo que podrían conside-
corte de fondos presupuestarios para ma- rarse réplicas de los choques ocurridos du-
terializarla. rante las fechas navideñas en la región, con
un saldo de unos 40 muertos, todo ello en
Al mismo tiempo conviene recordar que un escenario preelectoral (13 de enero) que
hablamos de marcos de relación inter- apunta a un incremento notable de la vio-
continental y de mecanismos creados muy lencia. En el segundo, el presidente saliente,
recientemente y, por tanto, con escaso re- Laurent Gbagbo, se resiste violentamente
corrido y con limitada capacidad para ven- a ceder el paso al vencedor de las eleccio-
cer inercias históricas muy poderosas que nes del 28 de noviembre, Alassane Ouat-
no siempre apuntan al entendimiento sino tara, lo que ha provocado que la UA haya
al resquemor y a la venganza. En esas con- suspendido a Costa de Marfil como miem-
diciones es recomendable observar el pro- bro de la organización y que la violencia que
ceso en marcha con una notable dosis de se arrastra desde el día de las elecciones
paciencia, confiando en que termine por im- amenace con derivar en una reapertura de
ponerse la visión que entiende la interde- la guerra civil que sufrió este país en 2002-
pendencia como un factor de obligado es- 2004. No menor es la preocupación que de-
tímulo para la cooperación en todos los ór- riva del referéndum que Sudán prevé rea-
denes. Por un lado, el panafricanismo es lizar el 9 de enero y, en términos más ge-
una clave que apenas se remonta a 1990, nerales, lo que puedan deparar la veintena
intentando revertir el efecto pernicioso de de procesos electorales previstos a lo lar-
la colonización europea y superar el afán de go de 2011.
protagonismo de algunos líderes africanos
para ser reconocidos como primus inter pa- Por último, como ha quedado de manifiesto
res. Por otro, la Unión Europea acaba de en la reciente Cumbre de Trípoli, la Estra-
atravesar un período crítico para profundizar tegia Común aprobada en la Cumbre de Lis-
su modelo de bienestar y seguridad, al tiem- boa está aún muy lejos de ser operativa. En-
po que intenta digerir sin atragantarse la tre los problemas más señalados que que-
mayor ampliación de su historia, inte- dan por resolver para impulsar su desarrollo
grando a numerosos países de la Europa hay que destacar, sin duda, la enorme di-
central y oriental. En estas condiciones, su ficultad que supone encajar las múltiples ini-
vocación exterior (más allá de su carácter ciativas en marcha (desde la Unión por el
de socio comercial y de donante) se ha vis- Mediterráneo hasta el Convenio de Cotonú
to significativamente limitada no solo en y las ocho instituciones subregionales ya
África sino en cualquier otro escenario. existentes) y, no menos relevante, el blo-
queo en torno a la implementación concreta
Por su parte, como si quisiera evitar cual- del II Plan de Acción (tanto por la previsible
quier tipo de triunfalismo, 2010 se despide falta de financiación asegurada para sus dis-
con señales tan preocupantes como las que tintos componentes como por las abiertas
126
África más allá de la crisis: la estabilización del continente
diferencias entre las prioridades que de- nimiento de un modelo desigual e injusto
fienden la UE y la UA). como la creciente interdependencia en un
mundo globalizado en el que nuestras ne-
Cabría hablar, todavía hoy, del efecto ne- cesidades (alimentarias, energéticas…) no
gativo de un sentimiento de mutua des- podrán ser cubiertas durante mucho más
confianza entre ambos actores. Por encima tiempo aplicando la misma fórmula. Lo que,
de cualquier otra consideración, la Unión en consecuencia, se plantea como camino
Europea sigue percibiendo a África como no ya prioritario sino radicalmente obliga-
un problema y/o una amenaza, más que torio es entender que nuestro desarrollo no
como una oportunidad con destino com- puede asentarse en el subdesarrollo de
partido. La Unión Africana, por su lado, aún nuestros vecinos y que, igualmente, nues-
ve a la UE como un donante tacaño y pres- tra seguridad no puede lograrse a costa de
to a imponer normas de condicionalidad la inseguridad de quienes nos rodean.
(mientras otros, como China, actúan con pa-
rámetros menos exigentes y, a corto plazo, La estabilización de África es necesaria, pero
más operativos). En estas condiciones re- solo si se entiende como un proceso diná-
sulta muy difícil superar las reticencias y los mico. Eso debe traducirse, primero, en un
obstáculos objetivos (tanto políticos como cambio de tendencia con respecto a la si-
económicos) para manejar la complejidad tuación actual en la que se han acumulado
de unas estructuras institucionales tan ya demasiadas “décadas perdidas”. Ade-
complejas y con tan alta diversidad de vo- más, debe suponer un cambio de priori-
ces en su seno. A corto plazo queda por ver dades para colocar por encima no tanto la
cómo será el desarrollo del Servicio de Ac- seguridad de los Estados como la seguri-
ción Exterior de la UE y si la UA logrará do- dad humana de sus habitantes, atendien-
tarse de capacidades que le permitan do a sus necesidades más perentorias y a
(como ya tienen los Veintisiete) controlar las la neutralización de las amenazas de que
agendas nacionales y subregionales que di- manera más directa afectan a sus vidas. El
fícilmente conviven en su seno. esfuerzo principal debe ser asumido por los
propios africanos, pero, dado el volumen
En resumen, la situación actual muestra del empeño, resulta fundamental la acti-
bien a las claras que la permanencia del mo- vación de la voluntad política internacional
delo histórico de relaciones –tanto internas para acompañar ese proceso hasta el final.
como regionales o internacionales– no au- Ojalá que así sea.
gura una salida esperanzadora para una po-
blación que ha sido constantemente mar-
ginada. Si, como demuestra la historia re-
ciente del continente, no son considera-
ciones éticas las que hayan movilizado la
necesaria voluntad política para modificar
de raíz esos esquemas, debería serlo al me-
nos el puro egoísmo inteligente. Aquel que
entiende tanto la imposibilidad del soste-
127
Jesús A. Núñez Villaverde
128
7. LA AGENDA AFRICANA:
¿CÓMO PUEDEN ESPAÑA Y EUROPA APOYARLA?
José Manuel Albares*
África es, sin duda, la región más pobre y transiciones hacia la democracia que tu-
castigada del planeta. Ante esta situación, vieron lugar durante los años noventa, a
desde 2004, España ha hecho del subcon- través del refuerzo de las instituciones, el
tinente una de las grandes prioridades de imperio de la ley, las elecciones multipar-
su acción exterior. Por ello, se ha intensifi- tidistas, la apertura a la participación ciu-
cado de manera sustancial el diálogo con dadana y a la libertad de prensa. Estos es-
los países subsaharianos y se ha superado fuerzos de ámbito nacional se tradujeron
la postergación histórica de la región en a escala continental en iniciativas innova-
nuestra política exterior y la tradicional au- doras como el Mecanismo Africano de Eva-
sencia de nuestra cooperación allí. África luación entre Pares (African Peer Review
tenía que dejar de ser el continente olvi- Mechanism –APRM–) del NEPAD, que
dado y pasar a formar parte de la comu- constituye un factor positivo para el inter-
nidad internacional en pie de igualdad. Du- cambio y la difusión de buenas prácticas
rante la última década, el continente afri- democráticas entre los países africanos.
cano ha realizado importantes esfuerzos Aunque han sido muchos los logros ob-
para estar a la altura de los cambios del nue- tenidos, los recientes acontecimientos po-
vo milenio y ha tenido que afrontar toda una líticos que han tenido lugar en algunos
serie de nuevos retos de carácter global. En países africanos ponen de manifiesto la ne-
esa línea, la Unión Europea y África se han cesidad de seguir impulsando, de forma re-
esforzado por diseñar una agenda común novada, las transiciones hacia la demo-
que se ha traducido en las dos Cumbres UE- cracia, y reforzando las dimensiones so-
África que han tenido lugar hasta ahora. ciales y económicas de la misma para evi-
tar que quede limitada a una visión exclu-
sivamente vinculada a la celebración de
I. ÁFRICA SUBSAHARIANA: UN BALANCE elecciones.
129
José Manuel Albares
A pesar de los progresos registrados du- temente reforzadas con la importante labor
rante los últimos años en África Subsaha- que está desarrollando la Corte Penal In-
riana en materia de respeto de los derechos ternacional, que ha llevado a juicio por pri-
humanos, han sido varios los países en los mera vez en la historia a un acusado por el
que se han registrado prácticas incompa- reclutamiento forzoso de niños, en el con-
tibles con la Declaración Universal de De- flicto de República Democrática del Congo.
rechos Humanos, como Zimbabwe, So- Este juicio supone un hito en la lucha con-
malia, Sudán o República Democrática del tra la impunidad en el ámbito internacional.
Congo (región de los Kivus). Sin embargo,
en otros aspectos, como la pena de muer- En lo que respecta a la evolución reciente
te, se han registrado avances significativos, de las Comisiones de Verdad y Reconci-
confirmándose la tendencia de los estados liación en África, destacan los trabajos de
africanos a abolirla en la práctica o por ley. la Comisión establecida en Liberia para la
Así, desde 2008, Ruanda, Gabón, Togo y Be- investigación de las atrocidades cometidas,
nín han abolido la pena de muerte. desde finales de 2003, en la guerra civil. En
Sierra Leona se están desplegando es-
Durante los últimos años se han conseguido fuerzos para la puesta en práctica de las re-
avances en la lucha contra el reclutamien- comendaciones de la Comisión de la Ver-
to infantil en los conflictos, detectándose dad y Reconciliación. En el marco del Tri-
desde principios de 2008 una menor pre- bunal Penal para Ruanda, sigue destacan-
sencia de menores en conflictos que en do la sentencia histórica de 1998 que es-
2004. Sin embargo, todavía queda mucho tableció por primera vez que la violación y
trabajo por hacer, especialmente en países otros actos de violencia sexual pueden ser
como la República Democrática del Congo perseguidos judicialmente como elemen-
o Sudán. Tanto la ONU, a través funda- tos constitutivos de genocidio, elemento
mentalmente del Representante Especial imprescindible para el reconocimiento de
del Secretario General para Niños en Con- la violencia sexual como crimen de guerra
flictos Armados y varias Resoluciones del y contra la humanidad.
Consejo de Seguridad (1539 de 2004, y 1612
de 2005), como la UE –que tiene unas Di-
rectrices sobre los Niños y los Conflictos Ar- I.2. La construcción de la paz y la
mados–, concentran importantes esfuerzos seguridad en África Subsahariana
en este ámbito en África Subsahariana. Los
programas para el desarme, desmoviliza- Existe una relación directa entre el
ción y reintegración (DDR) de los niños y ni- desarrollo, la seguridad y el respeto a los
ñas afectados y el apoyo a las organiza- derechos humanos, que se hace especial-
ciones que protegen los derechos de los ni- mente patente en África. De los 30 con-
ños en conflictos armados son ámbitos de flictos armados registrados en el mundo
trabajo clave en este continente. durante 2009, diez tuvieron lugar en Áfri-
ca y siete de ellos fueron conflictos arma-
Las acciones contra la utilización de los ni- dos internacionalizados, lo que pone de
ños soldado se han visto además recien- manifiesto su carácter regional y el papel
130
La agenda africana: ¿cómo pueden España y Europa apoyarla?
que desempeñan los países vecinos en los dades, marcadas, por un lado, por sus li-
mismos. Destacan en este sentido las vin- mitaciones en cuanto a capacidades –la UE,
culaciones entre los conflictos de la Re- entre otros, ha creado la African Peace Fa-
pública Centroafricana, Chad y Sudán; el cility para apoyar a la UA en este ámbito,
conflicto fronterizo entre Etiopía y Eritrea, y con el lanzamiento a finales de 2008 del
y entre Eritrea y Djibouti en la región de ciclo “Amani Africa” se pretende contribuir
Doumeira; la implicación de Etiopía en So- a la formación en materia de planificación
malia –en 2006, con objeto de contribuir a y gestión de crisis a escala continental–, y
frenar la situación de crisis–; o la de Ruan- por otro lado, por la propia situación de po-
da en el conflicto de la República Demo- breza e inestabilidad en la que se encuen-
crática del Congo. Esta internacionalización tran muchos de sus países miembros.
de los conflictos africanos impone la ne-
cesidad de adoptar enfoques regionales a Casos como el genocidio de Ruanda de
la hora de buscar soluciones. 1994 y otros similares en África, fueron el
origen del desarrollo del principio huma-
En la misma línea, la Unión Africana (UA) nitario de la Responsabilidad de Proteger
ha concentrado importantes esfuerzos en a poblaciones de genocidio, limpiezas ét-
la construcción de la Arquitectura Africa- nicas y masacres a gran escala, adoptado
na de Paz y Seguridad desde la creación en formalmente por la ONU en 2005. En este
2002 del Consejo de Paz y Seguridad de la sentido, la responsabilidad de proteger su-
organización, con la adopción de la De- pone un significativo avance empírico y
claración sobre Política Africana Común de normativo, al no sólo dar el salto del de-
Defensa y Seguridad en 2005 y la creación recho a la responsabilidad de los Estados,
de la “African Standby Force” (ASF) o fuer- sino que además se especifican unos prin-
za africana en espera, el sistema de Aler- cipios para la intervención humanitaria, ta-
ta Temprana y el Panel de Sabios. En este les como la proporcionalidad de los medios
contexto, apoyándose en las estructuras y la percepción de la intervención militar
con las que cuentan en este ámbito las Co- como último recurso, siendo la dimensión
munidades Económicas Regionales (REC), preventiva la más importante de la res-
la UA ha intervenido en acciones tales ponsabilidad de proteger. Sin embargo, la
como el apoyo a Naciones Unidas en la es- complejidad de la invocación de la res-
tabilización de países como Burundi, la ope- ponsabilidad de proteger fue puesta de ma-
ración híbrida –con Naciones Unidas– en nifiesto por el anterior Secretario General
Darfur (UNAMID), o las misiones propias de la Naciones Unidas, Koffi Annan, que se-
en Darfur (AMIS I y II, 2004-2007), o en So- ñaló: “Cuando veo los asesinatos, las vio-
malia (AMISOM). La UA también lleva a laciones y el hambre que sufre la gente de
cabo una importante labor de mediación en Darfur, me pregunto si hemos conseguido
situaciones de conflicto, como instrumen- ir mas allá de la retórica. La lección debe
to de paz y seguridad. ser que doctrinas bien intencionadas como
la responsabilidad de proteger sólo serán
Sin embargo, la Arquitectura Africana de pura retórica a menos que, y hasta que, los
Paz y Seguridad muestra todavía debili- que tengan el poder para intervenir efi-
131
José Manuel Albares
cazmente –ejerciendo fuerza política, eco- nimiento de la paz UNAMID. Los efectos
nómica, y como último recurso, fuerza mi- continuados de los conflictos armados en
litar– estén preparados para asumir el li- Sudán y en Somalia han desencadenado
derazgo”. las crisis humanitarias más graves a escala
mundial, provocando el desplazamiento de
Siguiendo una aproximación por regiones, la población –1,3 millones de desplazados
en África Occidental es de destacar la si- en Somalia y 2,7 millones de desplazados
tuación creada en Costa de Marfil tras las en Darfur (un tercio de su población)–, ade-
elecciones de noviembre de 2010 y en Ní- más de impedir la siembra de cultivos y
ger tras el golpe. En otros países de la re- obstaculizar el despliegue de la acción hu-
gión, como Liberia, el desafío pasa en la manitaria.
actualidad por la reintegración efectiva de
miles de excombatientes tras el desarme, La inestabilidad en Somalia ha favorecido
mientras que en el Delta del río Níger en la proliferación de actos de piratería marí-
Nigeria se mantienen los ataques perió- tima en la zona. Los secuestros de navíos
dicos de la insurgencia por el control so- de diversas nacionalidades en el Golfo de
bre la tierra y los recursos energéticos. En Adén y en el Océano Índico, entre ellos el
el Golfo de Guinea actúan también fuer- pesquero español “Playa de Bakio” en abril
zas violentas que dificultan la seguridad de 2008, han aumentado en los últimos me-
en la región. ses, amenazando la propia subsistencia de
esa ruta marítima comercial al haberse con-
En África Occidental, factores como la vertido en una de las más peligrosas del
amenaza terrorista y el tráfico ilícito de per- mundo. La comunidad internacional, y en
sonas, de armas y de drogas por la región especial los organismos más directamen-
y hacia Europa, comprometen también la te implicados como la Organización Marí-
paz y la seguridad. El conflicto entre po- tima Internacional, tratan de buscar medi-
blaciones tuareg y los gobiernos de Malí y das urgentes y eficaces que permitan pre-
Níger, así como el aumento de la crimina- servar la seguridad marítima en la zona.
lidad, los tráficos ilícitos –y su vinculación Buena prueba de ello, es el lanzamiento de
a la migración clandestina–, y la amenaza la operación “Atalanta” a finales de 2008,
de la implantación de células terroristas, primera operación naval de la UE, que se
agravada por la creación de Al Qaeda en suma a la fuerza multinacional que desde
el Magreb Islámico (AQMI), exigen una po- agosto de ese mismo año trataba de ase-
lítica preventiva y multidimensional. gurar a los buques del Programa Mundial
de Alimentos un pasillo de seguridad en la
En África Oriental y el cuerno de África los zona.
esfuerzos de la comunidad internacional se
centran en diversos focos de inestabilidad. En África Central y la región de los Gran-
Por un lado, los niveles de violencia en el des Lagos, la situación de inestabilidad vie-
conflicto de la región sudanesa de Darfur ne marcada en buena medida por el con-
siguen siendo elevados, a pesar de la flicto en la República Democrática del
puesta en marcha de la misión de mante- Congo, país que había conseguido im-
132
La agenda africana: ¿cómo pueden España y Europa apoyarla?
133
José Manuel Albares
134
La agenda africana: ¿cómo pueden España y Europa apoyarla?
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José Manuel Albares
textil y el agroalimentario. A cambio, los Es- totalmente ligada a su ejecución por em-
tados africanos reciben infraestructuras y presas chinas y con mano de obra china.
préstamos abundantes. Sin embargo, y so- También la no ingerencia y el respeto a
bre todo, esta relación ofrece a China un la soberanía que, con frecuencia, se pre-
instrumento de “poder blando” de primer senta como uno de los elementos más va-
orden que ha sido indispensable para eli- lorados por los africanos en su relación
minar diplomáticamente a Taiwán y para con China, choca con la realidad. El apo-
garantizarse buen número de votos en Na- yo a las milicias en Chad en 2006 o la re-
ciones Unidas. África, asimismo, ha en- ciente denegación de visado del Dalai
contrado un poderosos aliado con el que Lama en Sudáfrica demuestran el uso de
enfrentarse en lo financiero a los donantes la presión política china en África. Empie-
internacionales, especialmente a los mul- za, así, a detectarse en distintos países afri-
tilaterales que la trataban con gran pater- canos una animosidad hacia la presencia
nalismo, y en lo político a los occidentales, china por su voracidad hacia los recursos
uniéndose a China en un discurso más bien naturales y su competencia en el mercado
retórico sobre la amistad entre pueblos en laboral, no ya sólo como mano de obra,
vías de desarrollo y víctimas del colonia- sino también ocupando las actividades del
lismo que buscan su propio modelo. No sector informal, tan vitales para la super-
obstante, es evidente que la mera presen- vivencia de las familias más pobres.
cia china convierte a África y sus recursos
en más atractivos a escala internacional, sa- En cualquier caso, dos cosas son ciertas:
cándola del ostracismo post-colonial y re- China es ya un actor de primer rango en
equilibrando su dependencia de Europa. África, y Europa, y por tanto España, deben
integrar en su política africana esta situa-
Sin embargo, la relación entre China y Áfri- ción. Los europeos debemos reafirmar
ca es menos idílica de lo que con frecuen- nuestro compromiso con los valores hu-
cia se lee. Thabo Mbeki atacaba reciente- manistas y los derechos humanos en
mente el deseo chino de querer satelizar el nuestra relación con África. China es la ter-
continente y criticaba la idea de una rela- cera economía mundial pero en el Índice
ción igualitaria y respetuosa. La transfor- de Desarrollo Humano se encuentra en el
mación de los recursos africanos, lo que puesto 81. Los africanos son conscientes
añade verdaderamente valor al producto de esto y siguen mirando hacia Europa. De
final, beneficia sistemática y exclusiva- China pueden aprender como sacar mi-
mente a las empresas y ciudadanos chinos. llones de personas de la pobreza extrema,
Del mismo modo, la falta de condiciona- pero para redistribuir riqueza y consolidar
lidad oficial no se traduce en los hechos. la democracia, siguen pensando en el
El reconocimiento de la República Popu- modelo y las prácticas europeas. Por tan-
lar China es obligatorio. Igualmente, los to, cualquier intento de emular la no con-
ingentes préstamos chinos suponen una dicionalidad china, deslegitimaría nuestro
carga que hoy no se ve pero que tendrán discurso en África y nos debilitaría frente
que soportar las futuras generaciones afri- a la propia China. No obstante, haremos
canas. Asimismo, la “ayuda” china está mal en ver a China como un rival en Áfri-
136
La agenda africana: ¿cómo pueden España y Europa apoyarla?
ca. Puede ser socio en la estabilización del ros aprobados en 2008 para tres años. Tam-
continente. Sus fuertes intereses en la re- bién en la agenda migratoria, el liderazgo
gión y su experiencia en misiones de paz español, tanto en Europa como en África,
hacen que tenga gran interés en la paz y se- ha sido indiscutible. España ha defendido
guridad de África. También podemos la adopción de un enfoque global, según
aprender de su acción. Nuestras políticas el cual la lucha contra la inmigración ilegal
de desarrollo en el continente deben tener y las mafias que trafican con personas de-
entre sus objetivos el apoyo a la creación ben ir acompañadas de una facilitación de
de un tejido productivo generador de ri- los mecanismos de contratación de traba-
queza, que emplee gran cantidad de mano jadores subsaharianos en origen con todas
obra no cualificada y que tan desespera- las garantías y la aplicación de políticas ac-
damente busca y necesita África. Ante todo, tivas de integración, un fortalecimiento de
tenemos que dejar de ver África como un las capacidades para gestionar la migración
bloque homogéneo con problemas co- y el fomento de acciones de codesarrollo.
munes y pensar políticas africanas adap-
tadas a sus distintas situaciones. La pre- Sin embargo, lo que realmente ha mar-
sencia China marca el fin de la era post-co- cado la nueva presencia española en el
lonial en África. continente africano, es el haber situado a
la región en el centro de la agenda de
cooperación al desarrollo española, supe-
IV. EL PAPEL DE ESPAÑA EN ÁFRICA: rando una desatención histórica. Por pri-
EFICACIA Y APROPIACIÓN mera vez tiene una presencia destacada en
el continente que de forma mas lacerante
España ha hecho una apuesta estratégica sufre el hambre, las enfermedades, y la ex-
por África subsahariana. Por ello, se han re- clusión de amplias capas de su población,
forzado las misiones diplomáticas con la especialmente las mujeres, de las oportu-
creación de seis nuevas embajadas. Igual- nidades de desarrollo. Nuestro país, en el
mente, España ha hecho un especial es- periodo 2004-2010, ha incrementado su es-
fuerzo para contribuir a la paz, la demo- fuerzo hacia el continente africano de ma-
cracia y la seguridad en el continente. nera sin precedentes, multiplicando por sie-
Como ejemplo tenemos la misión EU- te la aportación a la región subsahariana
FOR, con la contribución de un contingente con respecto a 2000-2003.
militar español para apoyar las primeras
elecciones democráticas en la República Más allá del volumen de ayuda, el enfoque
Democrática del Congo en 2007; o la pro- ha variado. España no sólo se centra en
visión de medios de transporte aéreo en la programas bilaterales país a país, sino que
misión EUFOR-Chad para apoyar las mi- apoya los procesos de integración regional
siones de Paz autorizadas por Naciones y subregional en el continente como ins-
Unidas en Darfur-Sudán y el Chad; o la trumento válido para el fomento del
Agenda para la Paz de la Unión Africana, desarrollo socioeconómico de los Estados
a la que nuestro país es uno de los princi- africanos y para garantizar la paz, la segu-
pales contribuyentes con 30 millones de eu- ridad y la estabilidad de los mismos. Este
137
José Manuel Albares
esquema sub-regional muestra una mayor coordinado que incorpora a muchos de los
refinamiento en el análisis y mayor ma- países más pobres del planeta. África
durez en el enfoque, capaz de superar una Subsahariana se ha convertido así en una
visión unitaria del continente y diferenciar región estratégica para España. En los úl-
entre distintas regiones. En ese sentido, se timos años ha surgido una auténtica agen-
han detectado una serie de organizaciones da común de nuestro país con ese conti-
regionales que pasan a ser socios prefe- nente. Temas como el cambio climático, la
rentes: fundamentalmente la Unión Afri- lucha contra la pobreza o los flujos mi-
cana (UA) y NEPAD a escala continental, y gratorios afectan por igual a nuestro país
la Comunidad Económica de Estados de y a nuestros “nuevos vecinos” subsaha-
África Occidental (CEDEAO). Se reconoce rianos. La solución de los mismos no pue-
a África Occidental como la región priori- de ser tampoco más que común y con-
taria para España, al tratarse de la región junta. Igualmente la lucha contra los tráfi-
en la que se encuentran los países “veci- cos ilícitos y el terrorismo, especialmente
nos” de España en África, con los que com- en el Sahel, contribuyen a situar al sub-
partimos una agenda común (cambio cli- continente entre las prioridades de la acción
mático, migraciones, terrorismo y tráficos exterior española. Por último, en los últi-
ilícitos). Por último, todo lo anterior tiene mos años hemos asistido a una mayor sen-
como guía tres objetivos transversales: los sibilización y conocimiento del África Sub-
derechos humanos, la igualdad de géne- sahariana y de su realidad por parte de
ro y la sostenibilidad medioambiental y nuestros ciudadanos, que unido al senti-
adaptación al cambio climático que im- miento mayoritario de solidaridad hacia los
pulsan la acción exterior de nuestro país en más pobres imperante en nuestro país,
África Subsahariana. como reflejan invariablemente las en-
cuestas de opinión, coadyuva a que nues-
Así, España ha realizado una apuesta es- tra ciudadanía quiera que España trabaje
tratégica en los últimos años por África activa y eficazmente en los países más des-
Subsahariana, cuya perspectiva política han favorecidos del mundo que se encuentran
plasmado los distintos Planes África, el úl- mayoritariamente en esa región.
timo de ellos, el actual que corre de 2009
a 2012. El Gobierno ha asumido como una Por todo ello, nuestra política exterior y
de sus principales prioridades en política nuestra cooperación al desarrollo han es-
exterior el objetivo de establecer un nue- trechado la relación con la región. Es cier-
vo marco, más profundo y global, de re- to que desde los años 80 la cooperación es-
laciones con esta región del mundo. La pañola había desarrollado una importan-
cercanía geográfica de la zona, así como te labor en países como Mozambique,
razones políticas, económicas, de Angola o Namibia, pero es desde 2005 que
cooperación al desarrollo, migratorias y de se ha impulsado la actividad española en
corresponsabilidad en el tratamiento mul- países como Etiopía o República Demo-
tilateral de problemas globales como la po- crática del Congo, clasificados como Países
breza, la amenaza terrorista o la preserva- Menos Adelantados en su denominación
ción del medio ambiente, justifican un plan oficial, según Naciones Unidas, y estraté-
138
La agenda africana: ¿cómo pueden España y Europa apoyarla?
gicos ambos en esta zona del continente o sistió en AOD bilateral y el 44,1% en AOD
con mucha fuerza en todo el África Occi- multilateral. Las cifras para el año 2009
dental. El despliegue diplomático ha ido muestran una tendencia similar: la AOD to-
acompañado de un incremento de la Ayu- tal destinada a África alcanza los 1.429,6 mi-
da Oficial al Desarrollo en la región, que se llones de euros. La ayuda bilateral desti-
ha multiplicado por siete desde los 200 mi- nada al continente africano supera a la mul-
llones de 2004 hasta alcanzar los más de tilateral en términos absolutos; la primera
1.400 millones de euros a día de hoy. Nues- es de unos 1.066 millones de euros frente
tro país ha entrado, por tanto, con fuerza a la segunda, en torno a los 363 millones,
en una región compleja, cambiante y que, convirtiendo a África en el segundo mayor
en buena medida, ha empezado a conocer receptor de AOD bilateral después de
más profundamente hace tan solo unos po- América Latina con un 33,47% de la AOD
cos años. bilateral total disponible. Sin embargo, si
hacemos un análisis comparado de estos
También se ha producido un cambio en la datos, el continente africano es el primer
tradicional distribución de la AOD, incre- receptor de ayuda multilateral de la
mentándose las prioridades geográficas de cooperación española, esto es, la ayuda
la región hasta 18 países, con una distri- que se canaliza a través de las Organiza-
bución de recursos creciente para el Áfri- ciones Internacionales y Multilaterales,
ca Subsahariana desde 2004. Se puede, por con un 55,81% de la ayuda multilateral to-
tanto, afirmar que la acción exterior espa- tal. Asimismo, según datos del Comité de
ñola concede un lugar preferente al Ayuda al Desarrollo (CAD), la región de Áfri-
desarrollo del África Subsahariana y que el ca Subsahariana recibió durante el perio-
continente africano se ha convertido en una do 2007-2008 el 31,6% de AOD española to-
de las prioridades de la cooperación es- tal, superando por primera vez a la AOD
pañola en los últimos años. No sólo por- destinada a la región latinoamericana y ca-
que el despliegue de nuestra cooperación ribeña en un 1,8%. Esto es especialmente
en la región sea considerable con presen- significativo, dado que la acción multilateral
cia estable en Angola, Cabo Verde, Etiopía, es uno de los objetivos del nuevo Plan Di-
Guinea Ecuatorial, Malí, Mozambique, Na- rector de la Cooperación Española (2009-
mibia, Níger, Senegal y República Demo- 2012) y que la aportación que el gobierno
crática del Congo, sino porque desde el año de España hace a los diferentes organismos
2005, España ha incrementado su esfuer- internacionales, que en esta etapa apues-
zo presupuestario hacia África de manera ta por un multilateralismo activo, selectivo
sin precedentes. En 2007 el continente afri- y estratégico, tiene como finalidad el apo-
cano fue ya la principal región destinata- yo a la comunidad internacional para el
ria de AOD española, con 1.138,6 millones cumplimiento de los Objetivos de
de euros recibidos en términos brutos. Esto Desarrollo del Milenio.
es el 40,39% de la AOD española. En el año
2008, la Ayuda Oficial al Desarrollo desti- Para conseguir dichos objetivos, la
nada al continente fue de 1.421,4 millones cooperación española hacia África subsa-
de euros. De esta cantidad, el 55,9% con- hariana intenta ser lo más eficaz posible en
139
José Manuel Albares
Los sectores prioritarios para la cooperación Los servicios económicos conforman el se-
española en África son: en primer lugar, los gundo sector de mayor importancia para
servicios sociales básicos, la gran prioridad la cooperación española, al que se dedi-
de nuestra cooperación; en segundo, el sec- caron 127 millones de euros en 2008. Es-
tor económico. Al primero se dedicaron 365 paña es el segundo mayor donante bilateral
millones de euros en el 2008. En este sec- (después de Japón) en el sector económi-
tor, resultan fundamentales tres subsec- co africano, al que destina un 30,4%, del
tores: salud, educación y el acceso al agua cual un 24,5% se destina al sector energé-
y saneamiento. tico. Otras prioridades son los transportes
y los sistemas de almacenamiento.
España concentra la mayor parte de su
AOD bilateral al subsector de la educación En cuanto a los sectores productivos, Es-
como palanca para fortalecer la equidad y paña es el sexto donante con un 8,4% de
140
La agenda africana: ¿cómo pueden España y Europa apoyarla?
la AOD bilateral total que se destina a Áfri- Finalmente, la ayuda de emergencia supera
ca. La agricultura, los bosques y la pesca cada año los 100 millones de euros; en 2008
son los subsectores productivos que reci- fueron 135 millones de euros, y es canali-
ben mayor apoyo de la cooperación es- zada, fundamentalmente, a través de or-
pañola (muy ligada a la ayuda en seguri- ganismos multilaterales como el Programa
dad alimentaria) con un 7,1%. Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones
Unidas y otros organismos como UNICEF.
Asimismo, dentro del ámbito multisecto-
rial, el medio ambiente es una de las prio- Además, la cooperación española recien-
ridades de trabajo de la cooperación es- temente ha introducido el enfoque regional
pañola en África, siendo uno de los prin- como mecanismo para alcanzar un mayor
cipales donantes del PNUMA (Programa de impacto en sus acciones de desarrollo. En
Naciones unidas para el Medio Ambiente); ese esquema, la región de África Occiden-
el género es otro sector transversal para la tal y su organización de integración regio-
cooperación española en África, a través de nal, la CEDEAO, desempeñan un papel
la vía multilateral (UNIFEM) y de proyectos fundamental. La proximidad geográfica de
bilaterales en diferentes países. la región con España, que hace de sus países
nuestros “vecinos africanos”, da lugar a una
Igualmente, la política de género es una agenda común en la que retos y soluciones
prioridad en un doble sentido para la son compartidos. Con desafíos compartidos
cooperación española, tanto a nivel hori- como el cambio climático, el desarrollo so-
zontal como sectorial. El objetivo general cial y económico, el fenómeno migratorio,
de política sectorial de género en desarrollo los tráficos ilícitos o el terrorismo interna-
es contribuir a alcanzar el pleno ejercicio de cional. Así, la región de África Occidental, en
los derechos humanos y la ciudadanía de sí misma, es prioritaria para la cooperación
las mujeres mediante el empoderamiento. española. Por ello, se está poniendo en mar-
La AOD española para los temas de género, cha un programa regional de cooperación,
tanto bilaterales como multilaterales y dotado de estructuras sólidas y con una ver-
multi-bilaterales, ha aumentado conside- tiente multilateral, centrada en la CEDEAO
rablemente desde la entrada en vigor del y otra bilateral con los PMA (Países Menos
Plan Director. En el continente africano, la Avanzados), algunos de los más pobres del
integración del enfoque de género es un planeta, como es el caso de Malí y Níger;
reto nuevo y necesario por parte de la Países de Renta Baja como Senegal y Gam-
cooperación española. Los encuentros y bia; y un País de Renta Media que es Cabo
Declaraciones consecutivas de los En- Verde. El volumen de la Ayuda Oficial al
cuentros entre mujeres africanas y espa- Desarrollo bilateral bruta española en Áfri-
ñolas desde 2005 demuestran el compro- ca Occidental ha pasado de algo más de 48
miso del gobierno por el empoderamien- millones de euros en 2004, a 170 millones
to de las mujeres africanas, con acuerdos de euros actualmente.
concretos ya establecidos que marcan la
agenda de prioridades, basadas en las pro- Como muestra el caso de África Occiden-
puestas de las propias mujeres. tal, el impacto regional que busca la polí-
141
José Manuel Albares
142
La agenda africana: ¿cómo pueden España y Europa apoyarla?
la CEDEAO y sus Estados miembros en las Debemos también apoyar la integración re-
áreas de investigación, prevención y aten- gional en nuestras acciones bilaterales.
ción de la malaria con el objetivo último de Dado que una de las características de los
lograr su erradicación. Estados africanos es su impacto en los
países del entorno (flujos migratorios, co-
El compromiso de España con el desarrollo mercio transfronterizo legal e ilegal, des-
de África es parte de una política de Es- bordamiento de cualquier conflicto por so-
tado. Las necesidades de África, el drama lidaridades étnicas…) es necesario integrar
humano que allí se vive y los problemas ese enfoque regional en el análisis de cau-
comunes a los que nos enfrentamos, re- sas y consecuencias de las crisis, y ase-
quieren que España acompañe a África en gurarse que ninguna de nuestras acciones
su desarrollo a largo plazo. Para ello, y mi- tiene un impacto negativo en la región.
rando hacia el futuro, queremos potenciar
las alianzas público-privadas. La Ayuda
Oficial al Desarrollo es eficaz en el apoyo V. LA AGENDA COMÚN
a políticas públicas nacionales que redu- ENTRE EUROPA Y ÁFRICA
cen la pobreza. No obstante, para conse-
guir el desarrollo económico es necesario España y la Unión Europea deben, por tan-
un crecimiento sostenible. Esto sólo es po- to, mantener una agenda común con Áfri-
sible con la ayuda del sector privado. Para ca que incluya, al menos, los siguientes ele-
que África despegue definitivamente, es mentos:
necesario también que enraíce un tejido
industrial y empresarial que genere ri- 1. Hacer un esfuerzo especial para contri-
queza y empleo. Para conseguirlo, es ne- buir a la paz, la democracia y la seguridad
cesario que sector público y privado tra- en el continente. Profundizando en el apo-
bajen conjuntamente en proyectos de yo a los procesos de consolidación de la de-
desarrollo que generen beneficios em- mocracia y construcción de la paz en Áfri-
presariales. Tenemos que involucrar a to- ca. Prestando una atención especial a los
dos los actores implicados en el desarrollo Estados frágiles del continente y al refuerzo
africano. En un contexto de grandes ne- de las propias capacidades africanas para
cesidades y estabilidad precaria como el la prevención de situaciones potencial-
africano, sin una estrategia global clara y mente conflictivas o violentas.
definida previamente, nuestra interven-
ción sólo será parcial o dispersa, redu- 2. Situar el continente africano en el cen-
ciéndose en buena medida la eficacia de tro de la agenda de desarrollo. España,
su impacto, sin centrarse en las causas desde 2004 por primera vez tiene una pre-
profundas del subdesarrollo y sin darse sencia destacada en el continente que de
el tiempo necesario para obtener resul- forma mas lacerante sufre el hambre, las
tados. Ante todo, hay que evitar la dis- enfermedades, y la exclusión de amplias
persión cuando no la oposición de ini- capas de su población, especialmente
ciativas que mitigan el impacto del las mujeres, de las oportunidades de
desarrollo de África. desarrollo.
143
José Manuel Albares
144
8. LA COOPERACIÓN EUROPEA Y ESPAÑOLA CON ÁFRICA
TRAS LA PRESIDENCIA ESPAÑOLA DE LA UE
Carmen de la Peña*
145
* Directora general para África. Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
Carmen de la Peña
nueva realidad mundial, y a su vez, una África de las NNUU, la que proporciona los
nueva realidad africana caracterizada por siguientes datos sobre la situación del
la globalización y donde evolucionan sec- continente:
tores como paz y seguridad, democracia,
crecimiento económico, migraciones, Estado de derecho, paz y seguridad
desarrollo, derechos humanos, acompa-
ñados por la existencia de nuevos foros de De los 30 conflictos armados registrados en
decisión africanos de carácter regional y el mundo, 10 se desarrollan en África y sie-
continental y la presencia de nuevos ac- te de ellos tuvieron una importante com-
tores internacionales. ponente regional o fueron internacionali-
zados, por ejemplo Somalia, Los Grandes
A la vista de lo anterior, la política exterior Lagos, etc.
española en esta nueva relación de ve-
cindad, establece como ejes de su actua- La mayoría de estos conflictos ocurren den-
ción africana tres dimensiones, la di- tro de un mismo país. Los datos positivos
mensión continental a través de su son que ha disminuido el número de con-
cooperación con la Unión Africana, la di- flictos y que estos duran la mitad que en
mensión regional mediante la acción a tra- las décadas anteriores. Igualmente dismi-
vés de las Comunidades Económicas Re- nuye el número de golpes de estado de-
gionales (CEDEAO, SADC, CEEAC, e IGAD) bido a las misiones postconflicto y a los
y las relaciones bilaterales con los 46 procesos de mediación, observación elec-
países que componen el África Subsaha- toral y al nuevo posicionamiento de la
riana. Estas tres dimensiones están in- Unión Africana en este tema.
terconectadas, no son excluyentes sino al
contrario complementarias para conseguir Instituciones democráticas
la eficacia que se pretende. y buen gobierno
146
La cooperación europea y española con África tras la presidencia española de la UE
Desarrollo – Objetivos del Milenio cabe citar la iniciativa HIPIC que se aplica
a países de renta baja y altamente endeu-
A pesar de los esfuerzos africanos y del dados que reúnan determinadas condi-
conjunto de la comunidad internacional, ciones. Hay 27 países subsaharianos que
África Subsahariana sigue concentrando en han sido aceptados para beneficiarse de
la actualidad los países con índices y ni- esta iniciativa.
veles de desarrollo más bajos del mundo
y es muy posible que, sin un fuerte com- En paralelo, los países africanos intentan
promiso de los propios gobiernos africanos crear un ambiente propicio para el
y de los donantes, se puedan alcanzar los desarrollo económico potenciando el sec-
objetivos de desarrollo del milenio. tor privado y promocionando las inver-
siones mediante políticas de privatiza-
Sin embargo hay un dato positivo y es que ción, protección de las inversiones, agili-
los países africanos aumentan la apropia- zación de los trámites burocráticos etc.
ción y liderazgo de sus programas de
desarrollo. Cada vez son mas los países Emigración y refugiados
africanos que pactan con los principales do-
nantes sus Programas de Desarrollo a Los movimientos migratorios son parte de
medio plazo aportando seguridad y cohe- las características africanas. Tradicional-
rencia a las políticas de desarrollo del mente han obedecido a razones econó-
país y a los donantes. micas de trashumancia que a su vez han
conducido a conflictos con los agricultores.
Relaciones económicas y crecimiento Sin embargo existe también otra causa de
la migración que son los conflictos. A es-
A pesar de la crisis económica, los países tos factores intrínsicos hay que añadir
africanos han seguido creciendo este año uno nuevo que es la pobreza.
y la media de la renta del continente que
se encontraba en los 1.000 dólares, se ha Corrupción
incrementado hasta los 1.500 dólares.
La corrupción constituye uno de los ma-
Igualmente se observa que la mayoría de yores desafíos para la eliminación de la po-
los países están creciendo un 4-6% y al- breza y la creación de un entorno favora-
gunos alcanzan los dos dígitos de creci- ble a la inversión y al desarrollo socioeco-
miento. nómico. La corrupción se da a diversos ni-
veles y afecta a los tres poderes (ejecutivo,
Por su parte, la situación económica en Áfri- legislativo y judicial). Aunque la lucha
ca ha mejorado considerablemente en los contra la corrupción debe abordarse a
últimos años debido a varios factores, en- través del establecimiento de unas insti-
tre ellos el tratamiento de la deuda por par- tuciones democráticas sólidas, a nivel de
te de los acreedores internacionales y la comunidad internacional se han puesto
concretamente del club de París y su con- en práctica algunas iniciativas para lu-
donación en muchos casos. A este respecto char contra la corrupción como es el caso
147
Carmen de la Peña
de la Iniciativa de Transparencia de las In- vés de China, los africanos han descubierto
dustrias Extractivas (EITI). la importancia de las infraestructuras, as-
pecto que había sido descuidado por los
También existe el proceso Kimberley, programas de desarrollo occidentales.
cuya función es regular la producción de Además, la ayuda carece de las típicas con-
diamantes y evitar el tráfico de diamantes dicionalidades que acompañan a la
extraídos ilegalmente que en muchas oca- cooperación europea, lo que los africanos,
siones sirven para financiar las guerras y como es natural, prefieren.
el enriquecimiento ilegal. Se trata de una
iniciativa de gobiernos, industrias y socie- India, el otro gigante asiático también ha in-
dad civil. El comercio de diamantes ha con- crementado su presencia en África, apro-
tribuido a avivar durante décadas conflic- vechando sus históricas relaciones con el
tos terribles como Angola, Costa de Mar- África Oriental, con la que comparte el océ-
fil, RDC y Sierra Leona. ano Índico, así como las comunidades de la
diáspora hindú asentadas al Sur del Saha-
Otro dato positivo en este asunto es que ra. Por su parte, y aunque sus intercambios
hay 16 países africanos que han ratificado son todavía modestos comparados con
la Convención de la Unión Africana para los de China, Rusia, dentro de su filosofía ge-
combatir la corrupción. neral de restauración de su influencia in-
ternacional, se apoya en la experiencia ad-
Los nuevos actores internacionales quirida durante la etapa soviética para bus-
car una mayor presencia en las relaciones
En la última década nuevos y pujantes ac- comerciales y políticas en África. También
tores han llegado a África. Países emer- el presidente de Brasil, Lula da Silva, ha dado
gentes como China, India, Brasil y Turquía prioridad a las relaciones con África. Bajo su
están cambiando nuestra manera de ver el mandato el número de Embajadas brasile-
continente. Podemos decir que han hecho ñas en el continente se ha duplicado, y el vo-
de África un tablero geoestratégico como lumen de intercambios comerciales quin-
no lo era desde la Guerra Fría. La diferen- tuplicado. Para hacerse una idea, el Presi-
cia es que esta vez los africanos han con- dente Lula acaba de volver de una gira por
seguido que la competición entre las gran- seis países africanos en el que es su duo-
des potencias se haga en su beneficio. décimo viaje por África. Finalmente, Tur-
quía es el otro gran actor que ha apostado
China es el caso más sobresaliente. Su es- por el continente africano mediante la aper-
trategia se puede resumir de esta manera: tura de una extensa red de embajadas, la
conceder préstamos en condiciones muy promoción de los intercambios comercia-
ventajosas para financiar proyectos de in- les y la cooperación a través de las media-
fraestructuras, a cambio de materias pri- nas y pequeñas empresas.
mas y abastecimiento de la energía nece-
saria para alimentar su poderoso creci- No se puede dudar de que la implantación
miento; la adjudicación de las obras debe de todos estos actores está cambiando no
hacerse también a empresas chinas. A tra- solo el continente, ofreciendo una vía al-
148
La cooperación europea y española con África tras la presidencia española de la UE
149
Carmen de la Peña
150
La cooperación europea y española con África tras la presidencia española de la UE
africanos en la UE desde diversas pers- Presidente del Consejo y una Alta Repre-
pectivas. sentante para la Política Exterior y de Se-
guridad que asume la representación eu-
Este programa de la presidencia espa- ropea en cuestiones de política exterior y
ñola, tuvo como punto de partida un do- seguridad y que a su vez ostenta el cargo
cumento de acción elaborado por el Mi- de Vicepresidenta de la Comisión. Este es-
nisterio de Asuntos Exteriores y de quema culminará con la creación de un
Cooperación (MAEC) que hacía hincapié en Servicio Exterior Europeo.
el amplio proceso de globalización mundial
en curso y consideraba a África como un En relación con los sectores prioritarios de
socio indispensable de la UE, resultando esta presidencia, éstos fueron:
necesario promover su completa integra-
ción en la arquitectura del S.XXI con el ob- a) La diplomacia preventiva y la gestión de
jeto de que la UE pudiera acompañar al crisis, teniendo en cuenta la fragilidad de
continente en la superación de sus retos en las instituciones nacionales africanas. En
áreas como la seguridad, el desarrollo, la este contexto, se ha insistido en la necesi-
gobernanza, la justicia y la integración re- dad de coordinar las iniciativas europeas
gional. con las que en este campo realizan las Na-
ciones Unidas, la Unión Africana y las or-
También en la elaboración del documen- ganizaciones regionales africanas, po-
to se tuvo presente que África es la región niendo, como veremos, especial énfasis en
donde el cumplimiento de los Objetivos de la lucha contra los tráficos ilícitos y el cri-
Desarrollo del Milenio (ODM) estaba más men organizado.
retrasada, y en consecuencia, la presi-
dencia se centró en apoyar todas las ini- b) Democracia, capacidad Institucional y
ciativas que ayudaran a África a desarro- procesos electorales, con base en la pro-
llar sus compromisos de cumplimiento de moción del buen gobierno y el refuerzo
los ODM así como las iniciativas interna- institucional. Se propuso dar seguimiento
cionales que propiciaran este objetivo. a los cambios inconstitucionales, y a la
participación activa de la UE en los gru-
En cuanto al sector de los derechos hu- pos de contacto internacionales consti-
manos, esta cuestión se abordó en todos tuidos. Con tal fin estaba previsto pro-
los diálogos políticos que se mantuvieron mover el diálogo político con los gobier-
con países africanos. nos africanos en base a lo establecido en
el Art. 8 del Acuerdo de Cotonou, la pro-
En el contexto de trabajo, hay que señalar moción de los Derechos Humanos, la
que esta presidencia española ha sido di- igualdad de género y el desarrollo.
ferente de las tres anteriores debido a que,
junto con ella, entraron en funcionamien- Respecto a los procesos electorales, la pre-
to los mecanismos establecidos para la po- sidencia española se comprometió a seguir
lítica exterior de la Unión en el Tratado de la celebración de comicios electorales que
Lisboa con la creación de las figuras de un se debían desarrollar en África durante los
151
Carmen de la Peña
primeros seis meses de este año y dotar- Por lo que respecta al diálogo del Art. 8 de
los, en los casos en que hubiera acuerdo, Cotonou se han celebrado dichas reunio-
con misiones electorales de la UE. nes en todos los países en los que España
ostentaba la presidencia local y también es-
c) Otro sector prioritario ha consistido en tablecimos la meta de intensificarlos con
dar seguimiento a la Estrategia UE-África. Angola, Mozambique y Sudáfrica. España
también participó en las tomas de posesión
La presidencia española, como ya se ha di- de los presidentes de Mozambique y Na-
cho, estuvo marcada por la continuidad mibia.
como es habitual en el tratamiento africa-
no, aunque introduciendo las propias ide- En el ámbito de la diplomacia preventiva
as innovadoras en algunos temas. También y gestión de crisis, la apuesta fue consoli-
tuvo que dar seguimiento a expedientes ini- dar la paz y seguridad en el Cuerno de Áfri-
ciados bajo anteriores presidencias. ca, prestando igualmente atención a las
crisis de Somalia, el seguimiento del
Especialmente cabe señalar que se logra- Acuerdo de Paz (CPA, en sus siglas en in-
ron los dos objetivos principales que nos glés) en Sudán y la situación en Mada-
habíamos marcado. Por un lado, se cum- gascar y Zimbabwe. Especialmente se si-
plió con el encargo de nuestros socios de guió la deriva militarista en Guinea Bissau
encauzar una posición europea respecto a y el futuro de la Misión de reforma del sec-
la Estrategia Conjunta UE-África (2011- tor de seguridad en dicho país.
2013). Este documento es la base para la
adopción de la II Estrategia UE-África que También ocuparon una atención especial
se adoptará en la Cumbre UE-África de Sir- en la Agenda, los cambios inconstitucio-
te bajo presidencia belga. nales en Níger y Conakry. En este contex-
to se impulso un debate europeo sobre los
Por otro lado se presentó a nuestros socios cambios inconstitucionales de gobierno en
una iniciativa conjunta (COM-SGC) sobre África y se ha participado en misiones de
el Golfo de Guinea, con base en un docu- seguimiento como en Guinea Conakry.
mento español de estrategia, que es el pri-
mer paso para definir una Estrategia eu- Respecto a democracia, buen gobierno y
ropea como las ya existentes para el Cuer- derechos humanos, se fijaron dos grandes
no de África y el Sahel. áreas: el seguimiento de los procesos de
paz en marcha y los procesos electorales,
Además, la intervención del presidente del especialmente los de Etiopía, Guinea Co-
Gobierno en Addis Abeba en la Cumbre nakry, Ruanda y Sudán.
de la Unión Africana (31 Enero 2010) fue
un momento relevante para la agenda En cooperación en materia de terrorismo,
africana que permitió poner en valor el narcotráfico, crimen trasnacional y emi-
compromiso español y europeo con Áfri- gración ilegal, se trataron especialmente la
ca y especialmente con su agenda de piratería en las costas del Índico, la Inicia-
desarrollo. tiva del Sahel y el Golfo de Guinea.
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La cooperación europea y española con África tras la presidencia española de la UE
También en los procesos de integración re- de África, el Sahel o el Golfo de Guinea. Asi-
gional se consideraron las mejoras de las mismo, se trabajará en los diálogos polí-
perspectivas del X Fondo Europeo de ticos con los países africanos y la consoli-
Desarrollo (FED), la celebración de un diá- dación de la arquitectura de paz y seguri-
logo político con la CEDEAO, el apoyo a la dad africana. También España se implica-
iniciativa del NEPAD del African Peer Re- rá en el seguimiento de la utilización de los
view Mecanism y el impulso a los Acuer- instrumentos financieros con los que
dos de Partenariado Económico (EPAs, por cuenta la UE para realizar su política de
sus siglas en inglés) en las regiones aus- desarrollo, como el X FED (22.682 millones
tral y occidental. de euros), el Instrumento de Estabilidad, la
African Peace Facility (fondo para la paz en
Finalmente, señalar la celebración de diá- África), entre otros, con objeto de que se
logos políticos con una serie de países e utilicen de manera eficaz y de acuerdo con
instituciones africanas como: Cabo Verde, una visión unitaria de la acción exterior de
IGAD, UA, Sudáfrica, CEDEAO y Nigeria. la UE. No olvidemos que España es el 5º
contribuyente al FED.
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Carmen de la Peña
bido a la ausencia del Estado y el subde- el que la CEDEAO juega un papel central
sarrollo. en el apoyo a nuestros objetivos trans-
versales.
• El Cuerno de África, donde se desarrolla
toda la problemática que plantea para la El diseño de esta política de “nueva ve-
comunidad internacional, en concreto cindad” con África Occidental ha sido un
los actos de piratería y la libre circulación gran reto en el que ha participado el con-
del tráfico marítimo en el Índico, debido junto de la Administración del Estado, lo
a la existencia de un estado fallido en So- que ha permitido forjar con estos Estados
malia. Igualmente tendrá implicaciones de una relación basada en los pilares de la con-
seguridad la casi inevitable división de fianza mutua, la igualdad, el respeto a la so-
Sudán en dos estados el próximo año. beranía y la apropiación por África de sus
También proliferan por la región los ex- iniciativas de desarrollo.
tremismos islámicos y el terrorismo de Al
Qaeda. Esta región puede considerarse como un
punto de encuentro en el que se fusionan
• El Golfo de Guinea es otra región de gran los legados de los tres continentes atlán-
importancia geoestratégica por lo que res- ticos, generando una interdependencia
pecta al abastecimiento energético, la se- que se ve acentuada tanto por la cercanía
guridad del tráfico marítimo y las accio- geográfica con España como por los efec-
nes de piratería incipiente y bandidaje que tos de la globalización. No obstante, es tam-
se desarrollan en la zona. La estabilidad bién una zona en la que confluyen los gran-
política de los estados del Golfo es otro des desafíos y amenazas internacionales de
factor a tener en consideración. nuestro siglo como son:
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La cooperación europea y española con África tras la presidencia española de la UE
como Cabo Verde; Estados que han sufri- Fruto de esta relación estratégica que ha
do traumas bélicos y que se encuentran en nacido entre España y la CEDEAO, el 22 de
una fase de reconstrucción post-conflicto junio de 2009 se celebró la Iª Reunión de
como Sierra Leona o Liberia, países des- Alto Nivel entre España y la CEDEAO en
estabilizados como la República de Guinea Abuja, Nigeria, a la que asistieron la casi to-
Conakry o Guinea-Bissau; incursos en talidad de Jefes de Estado de la CEDEAO.
complejos procesos de reconciliación na- Por parte española, asistieron el presidente
cional como Costa de Marfil; o con una di- del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapa-
latada tradición parlamentaria como Se- tero, quien estuvo acompañado durante la
negal o Ghana. Cumbre por el ministro de Asuntos Exte-
riores y la secretaria de Estado de
Desde 2006, se ha llevado a cabo un es- Cooperación Internacional. La RAN se en-
fuerzo institucional sin precedentes que ha marca dentro del programa de trabajo de
permitido adquirir un protagonismo es- la CEDEAO y del proyecto Visión 2020, que
pecial en la región. Nuestra interlocución establece una estrategia regional para al-
se ha visto reforzada con la apertura de canzar una comunidad económica prós-
nuevas embajadas, antenas de cooperación pera y democrática.
y oficinas sectoriales de los distintos Mi-
nisterios en países como Mali, Níger, Gui- La Cumbre tuvo por objeto consolidar los
nea-Bissau, Guinea, Cabo Verde y más re- lazos existentes, afianzar las relaciones es-
cientemente Gambia. Por su parte, el nú- tablecidas durante los pasados cuatro
mero de representaciones diplomáticas años, y avanzar en cuatro aspectos priori-
africanas en Madrid se ha multiplicado, lo tarios para el futuro de la región:
que demuestra el interés que, a la recí-
proca, suscita España. • Consolidación del Estado de derecho, go-
bernabilidad democrática y desarrollo
La Comunidad Económica de Estados de institucional,
África Occidental (CEDEAO) es la organi- • Apoyo a la consecución de los ODM,
zación subregional de África Occidental • Fomento de las inversiones en energía e
por excelencia, con sede en Abuja (Nige- infraestructuras, y
ria), creada en 1975 por el Tratado de La- • Promoción de un desarrollo económico
gos, que aglutina a los 15 Estados miem- sostenible y un tejido empresarial gene-
bros de África Occidental: Benin, Burkina rador de nuevas oportunidades de co-
Faso, Cabo Verde, Costa de Marfil, Gambia, mercio y en el campo del turismo.
Ghana, Guinea, Guinea Bissau, Liberia,
Malí, Níger, Nigeria, Senegal, Sierra Leo- El presidente Rodríguez Zapatero explicó
na y Togo. que la Reunión de Alto Nivel España-CE-
DEAO respondía a la decisión del gobier-
La CEDEAO se ha convertido en una or- no de prestar una atención prioritaria y es-
ganización de referencia para la nueva po- tratégica a la región, y propuso que se ce-
lítica africana de España en África Occi- lebrase una segunda Cumbre en Casa
dental. África, en Las Palmas.
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La cooperación europea y española con África tras la presidencia española de la UE
dades Económicas Regionales), han pa- acompañar esos procesos africanos con los
sado a jugar un papel preponderante en te- medios humanos y económicos necesa-
mas de integración fundamentalmente rios. Como ha dicho en repetidas ocasio-
económica, aunque en los últimos años, las nes el presidente del Gobierno “no tene-
regiones que nacieron con una vocación mos que trabajar en África sino con África”.
económica se muestran como instrumen-
tos idóneos para otro tipo de tareas como Una frase del escritor Kapuzcinski con-
el combate contra los tráficos ilícitos, la densa, a mi modo de ver, la forma como
construcción de determinadas infraes- debemos mirar a África: “Este continen-
tructuras, etc. Resulta fundamental el pa- te es demasiado grande para describirlo.
pel de mediación que pueden jugar en cri- Es todo un océano, un planeta aparte, todo
sis de países miembros o su contribución un cosmos heterogéneo y de una rique-
a la solución y prevención de conflictos a za extraordinaria. Solo por una convención
través del componente militar que aportan reduccionista, por comodidad decimos
los ejércitos de los países miembros a la ar- África”
quitectura de paz y seguridad regional y
continental, en este último caso mediante
las fuerzas en espera. BIBLIOGRAFIA
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PRESENTACIÓN
La Fundación Carolina se constituye en octubre del año 2000 como una institución para la
promoción de las relaciones culturales y la cooperación en materia educativa y científica
entre España y los países de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, así como con otros
países con especiales vínculos históricos, culturales o geográficos.
ACTIVIDADES
Programa de Formación
– Postgrado
– Doctorado y Estancias Cortas
– Formación Permanente
Programa de Investigación
Se realiza a través del Centro de Estudios para América Latina y la Cooperación Interna-
cional(CeALCI) mediante investigaciones directas, una convocatoria anual de Ayudas a la
Investigación y el desarrollo de líneas de investigación concertadas con diferentes centros
europeos y latinoamericanos. El Programa se articula en torno a cuatro grandes temas: es-
tudios sobre América Latina, políticas de desarrollo, cohesión social en América Latina y
eficacia de la ayuda al desarrollo.
Se dirige a personas y grupos relevantes y con proyección de futuro en sus respectivos países
con el fin de conocer la realidad española y establecer contactos con personalidades e ins-
tituciones españolas de su ámbito de interés. Existen programas específicos como Becas
Líder, Líderes Hispanos de Estados Unidos, Jóvenes Políticos Iberoamericanos o Mujeres
Líderes Iberoamericanas.
Libros
Los libros son compilaciones de trabajos o monografías, tanto aquellas que hayan sido ela-
boradas con apoyo de la Fundación como aquellas otras que por su interés y concurrencia
con sus objetivos así se decida. Los criterios de calidad científica de los materiales y de su
coincidencia con las prioridades del Centro son por tanto los que determinan la aceptación
de los proyectos. El primer título de esta colección es “Las Cumbres Iberoamericanas (1991-
2005). Logros y desafíos”. La obra, elaborada por especialistas españoles e iberoamerica-
nos bajo la coordinación del profesor Celestino del Arenal, recoge la historia, los logros y
el futuro de las Cumbres, y ha sido editada en coedición con Siglo XXI de España.
Documentos de Trabajo
Bajo la denominación Documentos de Trabajo se publican los informes finales de los pro-
yectos de investigación así como otros trabajos científicos y/o académicos que se propongan
y se consideren que tienen la suficiente calidad e interés para los objetivos del Centro.
Con un formato ligero y con carácter divulgativo, son el instrumento que sirve para difundir
las investigaciones realizadas y promovidas por el CeALCI, específicamente las propias in-
vestigaciones y las resultantes de las ayudas a la investigación. Además, pueden ser pu-
blicados como Documentos de Trabajo todos aquellos estudios que reúnan unos requisi-
tos de calidad establecidos y un formato determinado, previa aceptación por el Consejo
de Redacción.
Se editan en formato pdf, para su distribución electrónica y su acceso libre desde las pá-
ginas web, aquellos Avances de Investigación que, a juicio del centro y con el visto bue-
no del investigador, se considera oportuno con el fin de presentar algunos de los resulta-
dos iniciales de las investigaciones para su conocimiento por la comunidad científica, de
tal forma que el autor o autores puedan tener reacciones y comentarios a sus trabajos.
Estos Avances permiten también al CeALCI conocer los logros y dificultades en los proyectos
de investigación y modificar o reorientar, si fuera necesario, sus objetivos. En principio se
consideran susceptibles de edición electrónica en este formato aquellos avances de in-
vestigación de proyectos que hayan sido objeto de financiación a través de la Convocatoria
de Ayudas a la Investigación, Becas de Estancias Cortas o informes realizados por encar-
go directo.
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