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Discurso de despedida

A todos los a todos los presentes muy buenos días, saludo cordialmente a las autoridades
presentes, señor alcalde Boris Chamorro Rebolledo
, a nuestra querida directora sra. María Fresia Riquelme Espinoza,
docentes
directivos, profesores, asistentes de la educación, padres y apoderados, pero en especial, a ustedes
compañeros, en este día tan importante para todos nosotros. Hoy, que damos la despedida a una
hermosa y fundamental etapa de nuestra vida, llena de momentos y recuerdos que jamás se volverán a
repetir, que jamás olvidaremos, que jamás dejarán de ser parte de nuestra existencia, la inolvidable
enseñanza media.

En esta instancia, parada frente a todos ustedes, me es imposible no empezar a recordar cómo
comenzó este camino, para mí comenzó bastante mal, recuerdo haber vivido los peores momentos de
mi adolescencia en primero medio, mis peores notas, tantos tropiezos y caídas, como cuando un niño
aprende a caminar y sus padres están ahí para levantarlo, darle la mano, enseñarle cómo hacerlo. En mi
caso, así fue, mis padres estuvieron ahí para ayudarme a dar los primeros pasos, a superar las caídas y
volver a levantarme con nuevos ánimos para seguir aprendiendo y superándome día a día. Hasta esta
hermosa mañana, ellos han sido mi más fundamental apoyo y siempre les estaré agradecida. Una vez
mis pasos ya firmes, comienza en segundo medio, un nuevo mundo de experiencias, formé lindos lazos
de amistad, los cuales han trascendido en el tiempo y de ellos aprendí que la distancia no es el límite si
hay un real cariño de por medio. No puedo dejar de mencionar mi paso por la Orquesta comunal
dirigida por el profesor Moisés  Martínez, en donde aprendí tantas cosas que hasta el día de hoy me son
y seguirán siendo esenciales para el resto de mi camino, la personalidad y seguridad que adquirí en
cada una de aquellas presentaciones son parte de ello. Del mismo modo, estoy segura que todos ustedes
se llenaron de conocimientos y experiencias positivas en cada una de las actividades extraescolares,
talleres o clases que experimentaron.

Pero lo mejor de lo mejor, comenzó sin duda en tercero medio, nuevamente cambio de compañeros,
salas, materias, profesores, entre ellos conocí a mi estimada profesora Inés Peña, quién ha sido parte
importante de mi proceso de formación en esta etapa, quien con su cariño y exigencia, me hizo
entender de una vez por todas, que la puntualidad, responsabilidad y perseverancia son clave en esta
vida y siempre irán de la mano para lograr el éxito. También ese año, tuvimos el privilegio de ser la
primera generación del Liceo Yobilo perteneciente el programa PACE, por el cual la gran mayoría de
los jóvenes que estamos aquí, fuimos beneficiarios y disfrutamos de nuestro primer viaje en avión, en
una gira de estudios y participamos de múltiples actividades proporcionadas por éste programa.

De manera particular, deseo saludar a mi querido cuarto A y profesor jefe, se me hará imposible
olvidarme de ustedes, ocuparon y ocuparán siempre un espacio en mi corazón, cómo no agradecerles
por las enseñanzas cada uno de ustedes me dejó, sus locuras, risas, chistes fomes, gracias por los
buenos momentos entregados, por las opiniones, conversaciones y reflexiones que muchas veces
pudimos compartir, realmente me enriquecí de cada uno de ustedes, en especial de nuestro profesor
Manuel, quién nos enseñó, nos animó, nos unió, nos apoyó, nos cuidó y siempre estuvo con nosotros
para hacernos mejores personas. Compañeros y amigos nunca olvidemos esta frase escrita sobre la
pizarra, que nos inculcó “el genio se compone de 2% de talento y 98% de perseverante aplicación”,
por favor nunca se rindan, el éxito es la suma de pequeños esfuerzos repetidos día tras día. Yo creo que
pueden lograr lo que se propongan, pero lo más importante, crean en sí mismos. Muchas gracias.
Muy buenos días a todos los presentes, para continuar con este especial discurso de despedida, quiero
saludar a mis queridos, apreciados, en ocasiones, insoportables, pero tan indispensables compañeros de
generación.

En esta mañana nos encontramos reunidos en totalidad por última vez y en esta instancia corresponde
que recordemos los buenos, malos y gloriosos momentos que compartimos juntos en el liceo,
actividades, patio, salas. Recuerdo que cuando llegué al establecimiento me dije, serán 4 años súper
largos, y bueno, aquí estoy luego de darme cuenta que esos 4 años pasaron más rápido que nunca,
pasaron volando como dicen algunos. Díganme sentimental o dramática, pero encuentro que mis
mejores años fueron, son y serán estos que pasé en mi querido Liceo Yobilo, lugar donde todos, y me
incluyo, hicimos desorden, gritamos, estudiamos o nos corrimos de clases, tuvimos 1 o 2 amoríos, otros
más de 10, pero son detalles, lloramos, bailamos, cantamos y muchas otras cosas.
 
Si les hablo de lo profundo de mi corazón, de la experiencia, puedo decirles que estos años, han sido
grandes aportes a mi vida, como dicen por ahí, me llevaron a ser lo que soy hoy, me ayudó a ser una
persona con más personalidad, con cosas tan simples como talleres, discursos, presentaciones, aquí
haré una mención honrosa al taller de periodismo, ya que gracias a él aprendí a tener una voz más clara,
a no titubear, más confianza en mí, a reparar los errores de forma más rápida, saber escuchar y apreciar
los pequeños detalles.

Durante los años que pasamos en nuestra enseñanza media, conocimos muchas personas que se
volvieron totalmente importantes en la vida cotidiana, con quienes experimentamos muchas emociones,
personas que como dije en un principio, son indispensables. De forma personal, destacaré a mi curso,
cuarto año B, son muy importantes para mí, incluida mi profesora jefe Marjorie Weber, les doy las
gracias a todos por ser tan unidos y apoyarnos, por no decaer, por escucharnos, para mí son los
mejores, nadie los reemplazará, porque los aprendí a conocer aceptar tal como son, con sus detalles,
defectos y virtudes. 

Con estas palabras, esperamos representar a toda una generación, por eso, agradezco a mis padres que
han estado acompañándome durante este proceso, del mismo modo, a la directora, que siempre nos
ayudó, aunque fuera en lo más mínimo, en mi caso orientándome en aquellos momentos complicados
de mi vida.

Llegando a la parte que para mí es la más triste, pero a su vez la más emocionante, la despedida. Hoy
cuando es nuestro último día juntos, los invito a recordar todo su camino recorrido, a darse cuenta lo
grande que somos ¿cuánto hemos crecido? quizás de porte no mucho, pero como persona, crecen
nuestros aprendizajes, experiencias, recuerdos y no nos queda más que agradecer a cada uno de los
integrantes de nuestro querido Liceo Yobilo, a la directora, a nuestros preocupados profesores, a los
integrantes de utp, a las profesoras de integración y a todos quienes componen este programa de apoyo,
al equipo psicosocial, a los queridos asistentes de la educación, que siempre nos apoyaron y nos
brindaron una sonrisa, en fin, gracias por alegrar nuestros días, cuidarnos, por todos los momentos
vividos, gracias por estar en nuestro camino.

Queridos compañeros y compañeras este es nuestro adiós, muchas gracias.

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