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El Burgués

Sombar, W. (1972). El burgués contribución a la historia espiritual del hombre económico


moderno. Madrid, España: Alianza.

El autor nos da a conocer que en todo empresario capitalista se esconde un burgués,


tomando como ejemplo a Benjamín Franklin que se hizo famoso por inventos como el
pararrayos, que mejoraron la vida y L.B. Alberti arquitecto, escritor italiano y una de las
figuras más representativas del ideal hombre del Renacimiento; representaron un valor muy
importante ya que nos dan a conocer el espíritu de aquella época y concepción burguesa del
mundo, dando a conocer dos aspectos importantes que son la santa economicidad y la
moral de los negocios. Así como la tendencia habito y facultad de reducir el mundo a cifras
en un sistema de gastos e ingresos

Esta lectura es crecida en conocimientos para así aprender a ser un buen y útil
administrador y tener siempre el pensamiento en la mejor formar de administrar. La
relación que se le da a gastos e ingresos desde la administración es decir la creación de arte
especial. Desde nuestro punto de vista estamos muy de acuerdo con el credo de todo
burgués que estaba basado en la siguiente frase: “Recordad siempre esto, hijos míos; nunca
permitáis que vuestros gastos sobrepasen a vuestros ingresos” la razón por la cual estamos
de acuerdo en esta frase es porque nos da entender que debemos moderar u/o analizar los
gastos que tenemos porque al no controlar esto nuestros ingresos no alcanzaran para
satisfacer; y se debe tener en cuenta la necesidad de ahorrar, sabiendo que a mayores
ingresos más ahorro, y al gastar menos de lo que se ganara; es decir en pocas palabras
ahorrar. Un administrador ahorrativo es un ideal del burgués rico sabiendo que “no es
gastar mucho por lo que se hace rico, sino por gastar poco”. Al hacer un gasto que no sea
absolutamente necesario para nosotros es como cometer una locura ya que estamos
realizando algo poco inteligente que es adquirir un bien que no aporta nada a nuestros
objetivos y en casos solo nos deja una deuda que consume gran parte de nuestros ingresos
entrando a tener más necesidades de las primordiales, puesto que el ahorro no perjudica a
nadie si no que beneficia a la familia y a la economía para más adelante realizar una
inversión en lo que esperamos que nos de algún tipo de beneficio. También nos llama
mucho la atención lo que dice Massai “Buenos administradores son aquellos que mantienen
un equilibrio exacto entre lo excesivo y lo insuficiente” porque hay que tener claro que
ningún gasto debe ser a un valor muy elevado de lo que realmente es necesario gastar como
lo es la alimentación, vestir, salud o vivienda ni mucho menos menor de lo que prescribe la
honestidad, para obtener una economización perfecta de la vida no solo basta con ahorrar
sino que es necesario ponerle un orden a las actividades y aprovechamiento del tiempo ya
que es una actividad provechosa y honesta porque comparte efectividad a los esfuerzos
humanos, se mantiene frente de las condiciones cambiantes y proporciona previsión y
creatividad y es necesario tener cuerpo y alma para realizarlo de la mejor manera.
Tenemos claro que distribuir el tiempo mejora el desempeño del día y más de un
administrador ya que garantiza tener planificada tu jornada laboral y tener la certeza de que
vas a avanzar en las cosas más relevantes, delegas buenas tareas a tus empleados.

La vida de un negociante exige prudencia y moderación porque así tiene una gran
capacidad de pensar ante ciertos acontecimientos o actividades, una contención o freno en
la conducta y diligencia que se tiene para resolver un asunto, esto mencionado son algunos
pasos para llegar a ser rico.

La economía capitalista se resuelve en una gran serie de acuerdos comerciales sobre


servicios recíprocos expresables en dinero así que es natural que la mentalidad calculadora
constituya una pieza fundamental de la maquinaria capitalista; reduce el mundo a cifras y
ordena estas cifras en un complejo sistema económico.

A través del tiempo las diferentes épocas siempre ha estado presente el burgués capitalista
con características propias evidentes, y un fin concreto como lo señala la siguiente cita. “El
viejo burgués era también empresario capitalista: el dinero era su fin, la creación de
empresas su medio; especulaba y calculaba, y finalmente también se apoderaron de su
persona las virtudes burguesas”. (Bien que en grado muy distinto). Esta refleja de alguna
forma características propias de las economías de la formación de empresas actuales con
una única diferencia especular y calcular se cambian y empleamos la planeación
estratégica, y fines concretos que permitan obtener capital a través de la prestación de un
servicio (producción de bienes y servicios que contribuyan a suplir efectivamente y con
calidad las necesidades de las personas exteriorizando virtudes y motivaciones propias que
permitan mantenerse en un mercado laboral exigente donde estamos inmersos en la
competitividad. En épocas anteriores como en la actual el hombre continúa siendo “La
medida de todas las cosas, o más exactamente la manifestación natural y central de la vida”
lo cual implica que como seres humanos somos el motor que mueve el mundo hacia un
desarrollo sostenible en nuestra economía y por tanto en el emprendimiento a la formación
de las empresas “el burgués camina todavía firme sobre sus dos pies, aun no siente la
necesidad de ayudarse con las manos” utilizando diferentes mecanismos que ofrece hoy en
día la tecnología, la ciencia y las nuevas expectativas que se van generando en la sociedad y
que la economía y las empresas suplen, colocando todas sus capacidades para obtener los
fines o metas determinadas que realmente no son fáciles pero con constancia y con cambios
se lograran. En épocas anteriores se aprecia la riqueza, conseguirla es la meta anhelada pero
no ha de constituirse en fin último, sino que debe servir únicamente para crear o conservar
valores vitales; con ello se muestra que todo debe estar al servicio de la sociedad y la
calidad y a través de esto se obtiene un capital que genera progreso y bienestar para quienes
intervienen en ello.
El sujeto económico moderno muestra claramente las ideas que han generado un cambio de
mentalidad económico, las diferentes características del burgués capitalista actual , en
relación con el burgués de épocas antañas, teniendo en cuenta que existen diferentes tipos
de empresarios pero con espíritu de iniciativa y motivación, hoy en día es ideal
encontrarnos con comerciantes, hombres de negocios, empresarios “Correctos en sus
negocios, escrupulosos para el orden, reflexivos en sus decisiones dotados de una gran
capacidad de organización, no demasiado temerarios, excelentes funcionarios y
administrativos” que con todo ello serán los empresarios que el país quiere y cada vez
ganan mayor importancia; todo esto en contra posición al burgués de antaño que en muchos
casos era arribista, el gran terrateniente, el temerario, egoísta y que muchas veces empleaba
las fuerzas para conseguir sus ideales. Nosotros como estudiantes de administración de
empresas y los futuros empresarios del país debemos asumir y hacer visible todas estas
características que permitan asumir los retos de la economía en la producción de bienes y
servicios para la satisfacción de las necesidades de los consumidores y recíprocamente
tener beneficios es decir “prosperar, ser rentable”. El empresario de hoy para las
aspiraciones de obtener ganancia como para la prosperidad de su negocio.

“No hay frontera natural posible” esto significa que existe un cambio de mentalidad de
épocas anteriores de economía primitiva, por un desarrollo global y de expansión buscando
extender su negocio y la fundación de otras muchas empresas, eso hace parte de las mismas
motivaciones y aspiraciones; pero con las características que se exigen para ser
verdaderamente un empresario. Los empresarios actuales deben valorar la parte cualitativa
como la parte cuantitativa.

Sombar, W. (1972). El burgués contribución a la historia espiritual del hombre económico


moderno. Madrid, España: Alianza.

Daniel Stiven Rodríguez Ramírez, Nicole Dayana Suarez Reyes, Ruddy Tatiana Rodríguez
Borraez, Yesid Mauricio Romero Velásquez.

Cuarto semestre.

Administración de empresas.

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