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CAMBIO TECNOLÓGICO ENDÓGENO Y CRECIMIENTO


A LARGO PLAZO EN LOS MODELOS DE PAUL M. ROMER

Eduardo J. Ortiz F.

Introducción
Aunque el modelo de Romer lo explicamos después del modelo AK y el de Lucas, en
realidad Paul F. Romer es considerado como uno de los puntales de la onda moderna de mode-
los de crecimiento. El primer artículo sobre este tema, que llamó la atención por las posibili-
dades que abría, fue publicado en 1986, aunque aquí vamos a desarrollar con más detalle una
versión más elaborada, aparecida en 1990.
El artículo de 1986 critica el supuesto neoclásico de los rendimientos constantes a esca-
la, aportando evidencia empírica a partir de las estadísticas de un conjunto de países que en
determinados períodos históricos descollaron entre los demás.
Concretamente se fija en Holanda, el Reino Unido (compuesto actualmente por Inglate-
rra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte) y Estados Unidos.
En Holanda, en el período comprendido entre 1700 y 1785, el crecimiento anual del pro-
ducto real per cápita fue de 0,07%. En el Reino Unido, entre 1785 y 1820, de 0,5 %; y entre
1820 y 1890, de 1,4 %, lo cual implica que con el paso del tiempo las tasas de crecimiento fue-
ron cada vez mayores.
En Estados Unidos el análisis se hace un poco más detallado para cubrir varios períodos:
0, 58 % entre 1800 y 1840, 1,44 % entre 1840 y 1880, 1,78 % entre 1880 y 1920, 1,68 % entre
1920 y 1960, y 2,47 % entre 1960 y 1978. De nuevo es evidente el crecimiento cada vez ma-
yor. La pequeña disminución en las tasas de crecimiento en el período 1880-1920 se explica en
parte si se recuerda que al final de ese período el país tomó parte en la primera guerra mundial.
Posteriormente se hace un test para calcular la probabilidad de que, en dos décadas ele-
gidas al azar, la posterior tenga una tasa de crecimiento mayor, y se acepta la hipótesis con un
5% de confiabilidad para Francia, Dinamarca, Estados Unidos, Italia y Noruega, y con un 10%
para el Reino Unido, Alemania y Japón.
Además, entre 1929 y 1969 el producto ha crecido en una serie de países entre 6% y 30%
más que los insumos. Esto justifica la convicción de los rendimientos crecientes.
En 1990 se elaboró un modelo que atribuía este fenómeno al progreso tecnológico, y que
explicaba los determinantes de la generación de nuevas tecnologías.

Planteamiento
Resumiendo las estadísticas del artículo anterior, Romer comienza por señalar que la
productividad era en 1990, en Estados Unidos, diez veces mayor que cien años atrás.
Para explicarlo parte de tres premisas:
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a) La base del crecimiento económico es el cambio tecnológico. Podemos explicar en


qué consisten dichos cambios indicando que seguimos instrucciones cada vez más
sofisticadas para combinar determinados insumos. Se pone como ejemplo el óxido
de hierro, que en tiempos prehistóricos se utilizaba como pigmento para las pintu-
ras rupestres en las cavernas, y por los años en los que Romer escribía su artículo
se utilizaba como elemento fundamental de las cintas reproductoras de sonido e
imágenes. El insumo era el mismo, pero el uso moderno era mucho más evolucio-
nado que el antiguo.
b) Los cambios tecnológicos, desde el punto de vista de los modelos de crecimiento,
son endógenos, porque surgen por acciones intencionales que responden a incenti-
vos del mercado. En otras palabras, las nuevas tecnologías aparecen porque gene-
ran beneficios a sus creadores y promotores. No es que se excluyan de antemano
los aportes de científicos únicamente interesados en el avance de la ciencia, pero
incluso en estos casos la comercialización de las innovaciones responde a incenti-
vos económicos.
c) El trabajo con innovaciones es diferente al referido a bienes finales. En las innova-
ciones lo que cuesta es la creación de la primera unidad, que equivale a un costo fi-
jo, pero las “copias” subsiguientes tienen costo muy bajo. De ahí la importancia de
contar con derechos de propiedad bien establecidos, y con controles eficientes
contra las copias ilegales. En un país donde la “piratería” funciona sin control, es
prácticamente imposible que alguien se aventure a producir, asumiendo todos los
costos, una innovación que más tarde va a poder ser reproducida y vendida por
cualquiera sin costo alguno.
Complementariamente, donde funcionan los derechos de propiedad las empresas
creadoras de tecnología gozan de cierto poder monopólico. La competencia perfec-
ta, con la que trabajan los modelos de crecimiento neoclásico, no tiene cabida si se
desea explicar la creación de tecnología como elemento endógeno del modelo.
Además, si hubiera competencia perfecta y rendimientos constantes a escala, el in-
greso generado en el proceso productivo se agotaría en el pago de factores, y no
habría beneficios extraordinarios para financiar la investigación. Ésa puede ser una
de las razones por las que en los modelos neoclásicos la tecnología se consideraba
exógena.

Externalidades
Para comprender mejor por qué la tecnología produce externalidades positivas en el en-
torno, se recuerdan aquí los conceptos de rivalidad y exclusión
Un bien es rival cuando su uso por una persona o empresa impide que la use otra. Mien-
tras que un bien es susceptible de exclusión si el propietario puede además impedir, por me-
dios legales o técnicos, que otros lo usen, aun cuando él no lo esté usando.
Los bienes económicos tradicionales son rivales y excluibles. Por ejemplo la vivienda, o
la ropa que uno lleva puesta.
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Los bienes públicos son no rivales y no excluibles. Ni siquiera el Presidente de la Repú-


blica puede impedir que el ciudadano común use una autopista cuando él u otro funcionario de
alto rango estén circulando por ella.
Algunos bienes rivales son no excluibles por sus costos. Por ejemplo, no tendría sentido
reservar o comprar un puesto de estacionamiento en un centro comercial, o una universidad,
para que ningún otro lo pudiera usar. Pero sí se posee como bien excluible el puesto de esta-
cionamiento asignado a cada propietario en los edificios privados. En este grupo entran tam-
bién los recursos comunes, tales como los peces capturados por los pescadores.
Como ejemplo de bienes no rivales pero excluibles se pueden citar los “bienes club”. El
nombre viene de las acciones de los clubes, que no son rivales porque el que un socio esté
usando las instalaciones no impide que otros socios las usen. Pero son excluibles porque el que
no es socio no las puede usar. Más aún, muchos clubes tienen un sistema de selección de nue-
vos socios que exige que los socios ya existentes no objeten a los nuevos miembros.
La tecnología no entra directamente en ninguno de estos cuatro grupos. No es rival, por-
que puede ser usada simultáneamente por varios usuarios. Basta con pensar en los sistemas
operativos de las computadoras, o en sus programas. En cuanto a la exclusividad, ésta sólo se
puede imponer de manera parcial. Alguien que compra un programa puede permitir que otros
usuarios accedan a él. Una fábrica que utiliza una nueva tecnología crea externalidades positi-
vas que se manifiestan a nivel de consumo, y también en el resto del sistema productivo que se
beneficia de los adelantos tecnológicos de los demás. Incluso será más fácil en el futuro crear
mejoras tecnológicas a partir de tecnologías ya existentes.
Aquí Romer trata además de demostrar que la tecnología es superior al capital humano,
como motor del crecimiento, ya que el capital humano poseído por una persona desaparece
con su muerte, mientras el diseño tecnológico sobrevive a su creador.

Insumos y sectores
El modelo de Romer que estamos exponiendo trabaja con cuatro insumos o factores, y
tres sectores.
Los insumos son los siguientes.
K Se mide en unidades de bienes de consumo sacrificadas. Se refiere, por tanto, al ca-
pital financiero necesario para llevar adelante el proceso productivo, acumulado a
través del ahorro generado en períodos sucesivos.
L Es el trabajo no especializado, y se mide en términos de personas empleadas o de
horas de trabajo dedicadas a la producción.
H Es el trabajo especializado o capital humano, que tal como lo hemos visto en Lucas
se adquiere a través de la educación formal y el adiestramiento en el trabajo. Es un
bien rival, puesto que no se puede transmitir automáticamente el saber o la técnica
de una persona a otra.
A Es la tecnología, que en Romer se manifiesta o contabiliza a través del número de
diseños creados, aunque el significado de esta palabra quede de alguna manera en la
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penumbra. Se podría preguntar, por ejemplo, cuántos diseños implica la construc-


ción de una nave espacial.
El modelo de Romer que aquí estamos presentando es trisectorial, pues considera el sec-
tor productor de bienes finales, el sector productor de bienes intermedios o de capital físico, y
el sector tecnológico, creador de diseños.
Hay cierta arbitrariedad en la distribución inicial de los cuatro factores entre los tres sec-
tores, aunque luego Romer hará una reformulación, en la que explicará cómo implícitamente
todos los factores están presentes en todos los sectores.
El producto del sector investigación incrementa la tecnología existente por lo que su re-
sultado se designa como ( A ). Este sector utiliza parte del capital humano existente (HA) y el
acervo de conocimiento acumulado en períodos anteriores (A) para producir nuevos diseños
El sector intermedio, con los diseños adquiridos del sector investigación (A), y con el fi-
nanciamiento generado por el ahorro de los hogares (K) produce bienes (por ejemplo máqui-
nas) que serán utilizados en el sector destinado a la producción de bienes finales. Como los
bienes intermedios no son homogéneos, ya que la producción de cada bien necesita máquinas y
productos semielaborados de diversos tipos, se denominan (x i). Más tarde explicaremos los
límites entre los que puede variar el subíndice (i). Aquí no se toma en cuenta directamente el
factor (H), porque está implícito en (A)
El resultado de la producción del sector de bienes finales se denomina (Y), y utiliza co-
mo insumos el trabajo no especializado (L), la parte de capital humano no utilizada por el sec-
tor productor de diseños (H Y), y los bienes duraderos del sector intermedio (x i)
Los productos de este sector pueden consumirse o ahorrarse. Romer no se ocupa de ha-
llar la parte del ingreso que se dedica al consumo y al ahorro, pues considera que ese tema ya
ha sido estudiado por Ramsey y sus seguidores. En algún momento, al referirse a la tasa de
crecimiento del consumo, repite la fórmula que ya hemos visto en el segundo escenario del
modelo AK [ gc  (r  ) /  ] referido a una economía donde los hogares son consumidores o
demandantes, y las empresas son productoras u oferentes.

Supuestos
Precisamente porque Romer quiere enfatizar la importancia de la tecnología, considera
que tanto el trabajo no especializado (L) como el especializado (H) son constantes.
Este supuesto guarda cierta simetría con el caso de Lucas, quien al enfatizar la importan-
cia del capital humano como factor de crecimiento suponía que la tecnología era constante.
Si hemos dicho que (H) es el capital humano disponible en un momento determinado, y
si anteriormente hemos indicado que éste se distribuye entre el sector investigación y el sector
productor de bienes finales, podemos concluir que ( H Y + H A = H).
Romer piensa además que los bienes finales se producen con la misma tecnología que
los bienes intermedios, dado que el sector final usa (x i) y el sector intermedio produce esos
insumos con la tecnología adquirida del sector dedicado a la investigación.
Pasemos a hora a considerar cada uno de los tres sectores.
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Función de producción de bienes finales


Hablamos únicamente de la función de producción, o de oferta, porque la función de
demanda dependerá del comportamiento de los hogares, que no se considera directamente en
este modelo.
Aunque anteriormente se ha dicho que quienes poseen un nuevo diseño o porque lo han
producido o porque lo han comprado tienen cierto poder monopólico sobre el mismo, en el
caso del sector final se mantienen en un primer momento las condiciones predominantes en los
modelos neoclásicos, donde se suponía que el producto se generaba en competencia perfecta y
con rendimientos constantes a escala.
Esto último significa que, en una función de producción del tipo Cobb-Douglas, la suma
de los exponentes de los diversos factores va a ser igual a uno.
Pero además, como cada empresa del sector final puede utilizar diversas máquinas o
productos semielaborados procedentes de diferentes empresas del sector intermedio, habrá que
sumar o integrar todo ese conjunto heterogéneo, por lo que la función de producción quedará
de la forma siguiente.
A
Y (HY, L, x) = HY  L  
1--
xi di
i 0

Hablemos ahora de los límites de la integral.


El límite inferior no necesita explicación, pues convencionalmente en los modelos de
crecimiento hemos designado al momento presente como (t 0). De forma semejante, el conjun-
to de bienes intermedios disponibles en un proceso determinado se comienza a contar por (x 0).
En cuanto al límite superior, podríamos decir que a largo plazo es indefinido (  ) pues
las posibilidades de crecimiento tecnológico no tienen límite.
Sin embargo, a corto plazo, es evidente que no se puede producir un bien intermedio cu-
yo diseño no exista. Hoy por hoy, por ejemplo, no hay un avión que vaya de Caracas a Paris en
una hora. Esto se puede expresar simbólicamente diciendo que para todo (i) > A  x i = 0.
Esta expresión, en efecto, puede leerse de la siguiente manera. Cuando se intenta utilizar
una tecnología (i) que supera a los conocimientos logrados en un momento determinado, es
decir ( i > A), la consecuencia será que no se podrá producir ningún bien intermedio con un
diseño que todavía no existe ( x i = 0).
De ahí se concluye que:
A A A
i 0
di   dA   d0 = A - 0 = A
i 0 i 0

Esta consecuencia va a ser importante posteriormente, para reformular el sector final in-
cluyendo los cuatro factores productivos.
Aunque no lo diga expresamente, Romer parece dar por supuesto que se normaliza el
precio de los bienes finales, de manera que (PY = 1) por lo que el ingreso del sector final será
igual a (PY . Y = Y ). También esta igualdad será útil posteriormente.
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Producción de bienes intermedios


Partimos del supuesto de que toda empresa desea maximizar sus beneficios, y que logra
dicho objetivo cuando el costo marginal es igual al ingreso marginal.
Por eso es importante comenzar por definir y clasificar los costos y los ingresos de este
sector.
En relación con los costos, podemos diferenciar los costos fijos de los variables.
Los costos fijos o hundidos se refieren a la compra de diseños al sector investigación (A)
a un precio (PA) cuyo monto será definido posteriormente al estudiar dicho sector.
Dado que este sector funciona sólo con dos insumos (A) y (K) el costo variable tendrá
que ver con el financiamiento (K), que generará una tasa de interés (r).
Si consideramos además que la creación de cada insumo (x i) exige una cantidad cons-
tante de (K), a la que designaremos con la letra griega ‘eta’ () nos encontramos con que el
costo variable será: ( r x i )
En cuanto al ingreso, cada unidad de insumo (x i ) será arrendada al sector final a un pre-
cio ( p i ), por período. En consecuencia, el ingreso total del sector intermedio será (p i x i ).
Tal como podremos apreciar en el desarrollo de las ecuaciones de demanda y oferta del
sector, estas empresas no son precio - aceptantes, porque tienen exclusividad sobre los diseños
que han comprado
Como el modelo no considera el comportamiento de los hogares, se da por supuesto que
los hogares generarán ahorros suficientes para financiar la oferta necesaria.
Naturalmente, el consumo sacrificado de cada período será: K (t) = Y (t) - C (t)
A
La cantidad de capital utilizada en el proceso productivo es: K =  i 0
xi d i

Función de demanda de insumos


En este caso los demandantes no son los hogares, sino las empresas productoras de bie-
nes finales. En consecuencia, aquí el objetivo de los demandantes no será maximizar la utili-
dad, sino maximizar el beneficio.
En otras palabras, cada empresa demandante comprará la cantidad de insumo (x) que
maximice el beneficio total.
Los ingresos del sector son, según Romer, iguales al producto, por lo que podemos su-
poner, tal como hemos indicado anteriormente, que los precios en ese sector están normaliza-
dos (P Y = 1).
En consecuencia, el ingreso del sector final es igual a Y = HY  L  x i 1 -  - .
Aquí hemos eliminado la integral, porque aunque el sector final utilice de hecho varios
bienes intermedios, consideramos la demanda de cada uno de ellos por separado.
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Por otra parte, los costos del sector final son los ingresos del sector intermedio (p i x i).
En consecuencia el beneficio total para las empresas demandantes en el sector final será
la diferencia entre el ingreso total y el costo total de cada uno de los bienes intermedios utili-
zados. Como se puede comprar insumos a varias empresas distintas, habrá que maximizar la
sumatoria o integración de los beneficios totales.

Max  [HY  L  x i 1 -  -  - p i x i ] d i
x i 0

Derivando el integrando con respecto a (x), e igualando el resultado a cero obtenemos las
condiciones de maximización del beneficio.
( 1 -  - ) HY  L  x i -  -
- p i = 0  p i = ( 1 -  - ) HY  L  x i -  -

Ésta sería una función de demanda típica, con pendiente negativa, ya que cuanto mayor
es la cantidad menor es el precio (No olvidemos que: x i -  -  = 1 / x i  + ).
Por otra parte, analizado la función de demanda, percibimos que el costo marginal del
insumo (p i) es igual a su productividad marginal ( Y /  x i).
La función de demanda cumple, por tanto con la condición de maximización del benefi-
cio en el sector final.

Función de oferta de insumos


Procedemos aquí de forma semejante a como lo hemos hecho en la función de demanda,
aunque en este caso quien tiene que maximizar el beneficio o igualar los costos marginales a
los ingresos marginales es el sector intermedio.
En este caso el ingreso total es (p i x i ), y el costo marginal es ( r x i ).
En consecuencia, se producirá la cantidad de insumos que maximice el beneficio ().

 = Max [p i (x) x i - r  x i ]
x

No tomamos en cuenta los costos fijos (P A A) porque al derivarlos con respecto a (x i) el


resultado será igual a cero.
Aquí no se introduce la integral, porque así como cada empresa del sector final puede
comprar insumos a varias empresas, cada una de las empresas oferentes produce un solo tipo
de insumo, o si produce varios tiene una función de oferta diferente para cada uno de ellos.
Una vez más obtendremos la oferta óptima, cuando la derivada de la expresión conten-
dida en el corchete con respecto a (x i) sea igual a cero.
Pero hay que tener cuidado al derivar el minuendo ( p i x i ), porque tal como hemos visto
en la función de demanda (p i ) es a su vez función de (x i).
Por tanto, la expresión que realmente hay que derivar es:
( 1 -  - ) HY  L  x i -  -
x i - r  x i = ( 1 -  - ) HY  L  x I 1 -  -
-rxi
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El resultado de dicha derivada es:


(1-  - ) 2 HY  L x i -  -  - r  = 0  (1-  - ) (1-  - ) HY  L x i -  -  = r 
Por otra parte, no olvidemos que, por la función de demanda,
p i = ( 1 -  - ) HY  L  x i -  -

Por tanto:
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(1-  - ) (1-  - ) HY  L x i -  -  = r   (1-  - ) p i = r   pi  r
1   
Analizando esta función de oferta obtenemos dos conclusiones:
a) La función de oferta es horizontal, pues todos los valores indicados a la derecha del
signo igual son constantes.
b) La fracción [1 / (1 -  - )], es el multiplicador del costo marginal (r ), es decir, in-
dica cuántas veces es mayor el precio que el costo marginal.
Dejamos al estudiante el repaso de la fijación de precios en competencia imperfecta,
donde el hecho de que el ingreso marginal sea en equilibrio igual al costo marginal, unido al
fenómeno de que una empresa que se enfrenta a una función de demanda de pendiente negati-
va tiene la función de ingreso marginal por debajo de la función de ingreso medio, hace que el
precio fijado por esa empresa sea superior al costo marginal.

Beneficio monopolístico de los productores de insumos


Romer habla aquí de beneficios totales, cuando en realidad se está refiriendo al exceden-
te del productor, que es igual a los ingresos totales menos los ingresos variables, y por tanto es
realmente mayor que los beneficios totales, ya que en este último caso se restan además los
costos fijos. 1
En términos simbólicos, si llamamos () al excedente del productor y (BT) a los benefi-
cios totales, tenemos:
BT = IT - CT = IT - CV - CF ;  = IT - CV
 BT =  - CF   = BT + CF
En consecuencia, sin tomar en cuenta los costos fijos o hundidos
 r   r  r  r  r 
 = p i x i - r x i =   r  xi    xi
 1      1    
 r 
=   x i (+ ) = p i x i (+ )
 1    

1 Quien esté interesado en la prueba de lo que acabamos de afirmar la puede ver en: Pyndick Robert S. - Ru-
binfeld, Daniel L. Microeconomía, Prentice Hall (en la 5 a edición, de 2005, aparece en la p. 277).
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Dado que ( p i x i ) es el ingreso total, (+ ) nos indica la proporción del ingreso total
que corresponde a los beneficios.
Esto tiene cierta coherencia con lo que hemos comentado anteriormente en la función de
oferta, donde veíamos que el precio superaba al costo marginal.
Pongamos un ejemplo numérico. Supongamos que los valores de () y () son 0,40 y
0,10 respectivamente.
De acuerdo a estos valores, el precio sería el doble que el costo marginal, ya que,
1 1 1
  2
1     1  0,1  0, 4 0,5
Si el precio es el doble que el costo marginal, es entonces comprensible que la mitad de
los ingresos totales sean beneficios:  = p i x i (0,1 + 0,4) = 0,5 IT
Hagamos un par de observaciones conclusivas al análisis de este sector.
a) El hecho de que los beneficios sean superiores a los costos, o de que haya beneficios
extraordinarios, permite que se puedan demandar nuevos diseños, y de esta manera
financiar la investigación, ya que los ingresos por ventas no se agotan en la remune-
ración de los factores productivos.
b) A primera vista puede parecer paradójico que el margen de beneficio dependa del
valor de los exponentes de (L) y (H) en el sector final, ya que en una función Cobb-
Douglas dichos exponentes representan la elasticidad producto de dichos factores, y
este modelo no pretende resaltar la importancia del trabajo especializado o no es-
pecializado en el proceso de crecimiento, sino la importancia de la tecnología.
Esta aparente contradicción será resuelta cuando, después de haber desarrollado el
comportamiento del sector dedicado a la investigación, reformulemos el sector final
con la presencia de los cuatro factores productivos.

Producción de nuevos diseños


En este sector se presentan lo que podríamos llamar una función de oferta individual y
una función de oferta colectiva.
La primera pretende resaltar que la creación de diseños es también, como la de insumos,
múltiple y heterogénea.
Cada investigador ( j ) tiene acceso a una porción de capital humano, puesto que es co-
nocedor de unas disciplinas y no de otras, y al total del conocimiento generado previamente en
esa área. Este tipo de conocimiento no se considera rival, ya que a través de diversas publica-
ciones suele estar disponible a todo el que quiera acceder a él. Además, es práctica ordinaria en
los centros de investigación que quien compra un diseño tenga la exclusividad sobre su uso
con fines productivos, pero los investigadores pueden utilizarlo en labores de docencia, y co-
mo insumo de investigaciones futuras.
En ese sentido, la creación de cada investigador puede formularse como:  A j =  H j A j
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El parámetro () indica la productividad del tiempo de investigación, que en este modelo
se supone constante. Se formula una función lineal, porque la experiencia no parece indicar
que en la realidad existan rendimientos decrecientes en el campo de la investigación. Más bien
podríamos decir que las externalidades generadas por las investigaciones previas hacen que la
aparición de nuevos diseños sea en la vida ordinaria cada vez más rápida. Esto supone posibi-
lidades ilimitadas de progreso tecnológico.
En este contexto algunos comentaristas de Romer citan aquí la frase de Newton, quien al
preguntársele por qué había sido capaz de generar tantos avances en los conocimientos físicos
de su tiempo, respondió modestamente que él estaba sentado sobre los hombros de gigantes,
indicando con ello que, sin los descubrimientos anteriores a él, no habría podido avanzar tanto
como lo hizo.
Volviendo a la función de oferta individual, ésta indica que el incremento de diseños ge-
nerado por cada investigador dada una productividad constante depende del tiempo que de-
dique a la investigación, y de los diseños previos que haya integrado en su aprendizaje.
El subíndice ( j ) se podría aplicar también a diversas áreas. Entonces concluiríamos que
los diseños generados en ese campo dependen del número de investigadores que se dediquen a
él, y de los avances tecnológicos anteriores en ese ámbito.
En términos agregados, los diseños nuevos creados en una economía por el total de los
investigadores dedicados a diversas áreas podría ser formulado como ( A =   A j ), el con-
junto de investigadores como (H A=  H j ), y el total de los avances tecnológicos previos co-
mo (A =  A j ).
Con esta nomenclatura la función de oferta agregada de diseños sería: A =  H A A
Pero aunque ésa es la función agregada de producción de nuevos diseños, se supone que
cada empresa produce un solo diseño, o que cada diseño es único. Por eso la función de oferta
en este caso es una vertical.
Dado que el sector investigación utiliza como insumos la tecnología previa (A), y el ca-
pital humano (H A), y que el uso de la tecnología es libre en la creación de nuevos diseños, el
único costo en el que incurrirán las empresas estará constituido por los sueldos pagados a los
investigadores.
Si suponemos, por otra parte, competencia perfecta en el mercado de factores, cada in-
vestigador será pagado de acuerdo al valor de la productividad marginal de su trabajo, tal co-
mo se explica en microeconomía.
Podemos decir, por tanto, que en términos generales (w = P. PMg L) y en términos espe-
cíficos del sector investigación: w H = P A  A
 / d HA =  A).
En efecto, la productividad marginal del investigador es (d A
Nótese también que hemos hablado del sueldo del capital humanos en términos genéri-
cos ( w H ), y no únicamente del sueldo de los investigadores, ya que si estamos en un mercado
de factores de competencia perfecta hay total movilidad de un sector a otro, por lo que si en el
sector investigación se pagara al capital humano más que en el sector final este último se que-
daría sin trabajadores especializados, y viceversa.
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Volveremos a este último punto al definir el equilibrio.


Los ingresos del sector investigación dependerán de los precios y las cantidades. En el
caso de la empresa, que está vendiendo un diseño específico, dependerá del precio que se pa-
gue por él.
Por la teoría económica general sabemos que el precio en una función de oferta vertical
lo fija la demanda, y que muchos de estos bienes se ofrecen de hecho en una subasta donde se
lleva el bien quien pague más por él.
Ésta es precisamente la teoría que se aplica en este caso específico. En cierto modo se
supone que todos los empresarios del sector intermedio conocen el diseño, y han calculado qué
beneficios podrían obtener con su adquisición.
En una subasta totalmente transparente, el precio quedará así fijado por los beneficios
obtenidos con la compra del diseño. Si algún empresario del sector intermedio tratara de pagar
menos, siempre habría otro que estaría dispuesto a pagar más, hasta igualar el monto de los
beneficios obtenidos por su compra. Si, por otra parte, el vendedor del diseño exigiera un pre-
cio mayor al beneficio obtenido con su posesión, nadie estaría dispuesto a comprarlo.
Además, cada comprador examinaría como alternativa qué beneficio iba a obtener si co-
locara esa misma cantidad de dinero en un banco, a la tasa de interés ( r) vigente en el merca-
do. Si el dinero generara más beneficios en el banco que en la compra del diseño, nadie com-
praría el diseño, pero si los beneficios fueran mayores comprando el diseño, nadie querría co-
locar ese dinero en el banco. Se alcanzaría el equilibrio cuando fuera igual el beneficio obteni-
do por esa cantidad de dinero en la compra del diseño y en los mercados financieros.
En consecuencia:  = r PA  PA =  / r = [p i x i ( + )] / r

Reformulación del sector final


Al presentar la forma en que Romer distribuía los diferentes insumos entre los diversos
sectores, hemos indicado que se daba ahí cierta arbitrariedad, ya que de hecho los tres sectores
necesitan, en mayor o menor cantidad, utilizar todos los insumos disponibles.
Al cerrar la presentación de los sectores se reconoce explícitamente esta realidad, apli-
cándola al caso específico del sector final.
Para reformular la función de producción en dicho sector necesitamos algunos desarro-
llos previos.
Recordemos en primer lugar que la función original del sector final era:
A
Y (HY, L, x) = HY  L  
1--
xi di
i 0

Recordemos, además, que por razones que se pueden recordar volviendo a la explicación
dada más arriba, al desarrollar por primera vez este sector final:
A
i 0
di = A
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Nos falta eliminar la integral que representa la heterogeneidad de los insumos utilizados
en el sector final.
Para eso Romer afirma, con una frase un poco críptica, que todos los bienes duraderos se
proporcionan al mismo nivel ( x ), pues de lo contrario se ganaría más trasladando recursos de
las empresas grandes a las pequeñas.
Podemos adivinar lo que Romer quiere decir basándonos en reflexiones semejantes he-
chas por la teoría económica en el caso de un monopolio con varias fábricas diciendo que só-
lo se obtendrá el equilibrio cuando los recursos utilizados en cada planta sean igualmente pro-
ductivos en todas ellas, pues de lo contrario se pasarían recursos de las empresas más grandes
donde la mayor dotación de recursos hace que su productividad sea menor a las más peque-
ñas, donde ocurre lo contrario.
El resultado final será que se llegue a una producción fija de bienes intermedios ( x ).
Xavier Sala-i-Martin en sus Apuntes de crecimiento económico presenta, al explicar este
modelo una prueba más sencilla de la constancia de (x).
Si repasamos la función de oferta del sector intermedio recordaremos que estaba repre-
sentado por una horizontal, por lo que (p i) era constante. En equilibrio el precio de oferta es
igual al de demanda, por lo que también éste último será constante.
En la función de demanda, tal como se puede comprobar si se repasa lo dicho en su mo-
mento sobre el sector intermedio, (p i) depende de (, , L, H Y, x). Los valores de (, , L)
son constantes por supuestos del modelo y de las funciones de tipo Cobb Douglas. Tal como
explicaremos en la siguiente sección, y como se intuye por sentido común, en equilibrio (H Y )
tiene que ser constante, pues mientras siga habiendo traspasos de capital humano entre el sec-
tor final y el sector investigación no se habrá alcanzado el equilibrio.
La conclusión obvia es que también (x) tiene que ser constante ( x ) con (p i) constante.
A A K
Por fin, recordemos que: K =  i 0
xi d i =  x 
i 0
di =  x A  x =
A
En consecuencia:
A A K1
Y = HY  L   
1--
xi di = HY  L  x 1-  - 
di = HY  L  A
i 0 o (A)1
Simplificando (A), que aparece en el numerador y en el denominador, y pasando los
elementos del denominador al numerador, una vez multiplicados los respectivos exponentes
por (- 1), tenemos:
Y = HY  L  A +  - 1 A K 1-  -    +  - 1 = HY  L  A +  K 1-  -    +  - 1
Si reagrupamos los elementos de dicha ecuación, concluimos lo siguiente:
Y = (HY A )  (L A)  K 1-  -    +  - 1
En primer lugar, vemos cómo en esta reformulación del sector final se encuentran pre-
sentes los cuatro insumos productivos (L, H, K, A).
13

En segundo lugar nos explicamos por qué los beneficios del sector intermedio dependían
de () y (). Esto se debe a que también en Romer, como en los neoclásicos, la tecnología es
aumentadora de trabajo. Por tanto los mayores beneficios del sector intermedio se deben, en
último término, al progreso tecnológico.
Además dicha tecnología es neutral según Harrod, ya que con una relación producto ca-
pital (K / Y) constante, la PMK también es constante. En efecto:
Y /  K = (1 -  - ) (HY A )  (L A)  K -  -    +  - 1 = (1 -  - ) (Y / K)
Antes de culminar esta sección expliquemos cómo en ella los rendimientos del capital a
corto plazo son decrecientes, pero a largo plazo hay rendimientos crecientes a escala.
Esto se muestra porque, tal como acabamos de señalarlo hace un momento,
Y /  K = (1 -  - ) (HY A )  (L A)  K -  -    +  - 1
Eso implica que cuanta mayor es la dotación de (K), permaneciendo constantes los de-
más factores, menor es su productividad.
Aunque Romer menciona únicamente los rendimientos decrecientes del capital, lo mis-
mo se podría decir de todos los demás factores.
Con respecto a (H Y):
Y /  H Y =  HY  - 1 A  (L A)  K 1-  -    +  - 1
Eso implica que cuanta mayor es la dotación de (H), permaneciendo constantes los de-
más factores, menor es su productividad.
Con respecto a (L):
Y /  L =  (HY A )  L  - 1 A  K 1-  -    +  - 1
Incluso, con respecto a (A), permaneciendo los demás factores constantes:
Y /  A = ( + ) HY  L  A  +  - 1 K 1-  -    +  - 1
En cambio a largo plazo, cuando se incrementan todos los factores por igual, como por
ejemplo cuando se multiplican por un factor cualquiera al que podemos designar como (m)
Y 1 = (HY A )  (L A)  K 1-  -    +  - 1
Y 2 = (HY  m  ) (A 
m  ) (L  m  ) (A  m  ) (K 1-  -  m 1-  -  )   +  - 1 =
(HY A )  (L A)  K 1-  -    +  - 1 (m 2  + 2  + 1-  -  ) = Y1 m  +  + 1 = (m Y1 ) m  + 
Es decir, Y 2 > m Y 1.
La razón por la que hay rendimientos crecientes reside en ( + ), es decir, en los expo-
nentes del factor tecnología, que indican su elasticidad producto.
Daron Acemoglu indica cómo el hecho de que la tecnología sea no rival permite los ren-
dimientos crecientes a escala. Para producir una nueva unidad del bien hay que emplear más
trabajo y más capital, pero no más tecnología. Por eso el producto crece más que el conjunto
de los factores.
14

Equilibrio del modelo


Todo el conjunto de definiciones que hemos desarrollado anteriormente, añadiendo la
función de demanda de bienes finales, que no se explicita en el modelo, nos permitiría calcular
los precios y cantidades de equilibrio en cada uno de los sectores productivos.
El punto que nos queda pendiente es el de la distribución del capital humano entre el
sector final y el sector investigación, para lo cual partiremos del supuesto de que se alcanzará
el equilibrio cuando los salarios sean iguales en ambos extremos.
Ya hemos explicado anteriormente que el salario en el sector final sería: w H = P A  A
Por otra parte en el sector final, teniendo en cuenta que los precios en el período de aná-
lisis están normalizados, o igualados a la unidad, los salarios equivaldrán a la productividad
del capital humano en ese sector, por lo que: w H =  Y /  H Y =  HY  - 1 L  A x 1 -  - 
Si sustituimos y descomponemos progresivamente el valor de PA en el salario del sector
investigación, a partir de un conjunto de identidades que hemos deducido en el sector interme-
dio y el de investigación, llegaremos a la siguiente conclusión.
1 1 1
wH=PAA=A = [p i x i ( + )  A] = [(1- - ) HY L x 1--
( + )  A]
r r r
Si posteriormente igualamos dicho resultado con el salario del capital humano en el sec-
tor final, y procedemos a simplificar los términos en ambos lados, obtenemos el siguiente re-
sultado.
1
[(1- - ) HY L x 1--
( + )  A] =  HY  - 1 L  A x 1--
r
(1    )(  )  r r
 HY    HY  
r (1    )(  )  
El símbolo (), que en griego es simplemente la mayúscula de la letra ‘lambda’ (  ), es
el nombre que Romer da a la fracción constante compuesta por un conjunto de ‘alfas’ (  ) y
‘betas’ (  ).
El denominador de dicha fracción es difícil de interpretar económicamente, porque su
valor dependerá del valor específico de alfa y beta. Pero sí podemos interpretar económica-
mente los demás parámetros, es decir, el alfa en el numerador de esa fracción, la ( r ) en el nu-
merador de la otra fracción, y la delta (  ) en su denominador..
El capital humano ocupando en el sector final (H Y) será mayor cuanta mayor sea su
elasticidad producto (), pues en consecuencia obtendrá una mayor participación en la distri-
bución factorial del ingreso.
15

Será también mayor cuanta mayor sea la tasa de interés (r), pues ésta afectará negativa-
mente a (PA ) y por tanto a los salarios en ese sector.
Por fin será menor cuanta mayor sea la productividad del capital humano en el sector in-
vestigación (), que incrementará los salarios en dicho sector.

Tasas de crecimiento
Las tasas de crecimiento en equilibrio se obtendrán también de las funciones deducidas y
explicadas en los diversos sectores.
Para calcular la tasa de crecimiento de la tecnología, recordemos que en el sector inves-
 =  HA A  A
tigación A  / A =  HA
Es evidente que ésta crecerá más cuanto más capital humano trabaje en ese sector, y
cuanta mayor sea su productividad.
La tasa de crecimiento del ingreso lo podemos obtener a partir de la formulación original
de la función de producción en el sector final, ligeramente modificada, que como recordare-
mos es: Y = HY  L  A x 1 -  - 
Sabemos que en este modelo (L) es constante, y en equilibrio también lo son (H Y) y (x).
Por tanto, aplicando logaritmos neperianos y derivando con respecto al tiempo, tal como
lo hemos hecho en otros modelos en ocasiones anteriores, tendremos que las derivadas de las
constantes son cero, y las de los logaritmos neperianos de las variables equivalen a su tasa de
crecimiento.
En consecuencia: Y / Y = A / A.

La tasa de crecimiento del capital la obtenemos a partir de la expresión: K = A x 


Utilizando el mismo procedimiento anterior, es decir, aplicando logaritmos neperianos y
 /A = K
derivando dichos logaritmos con respecto al tiempo: A  /K
Para obtener la tasa de crecimiento del consumo hay que seguir un camino un poco más
largo. Partiendo de que el consumo es igual al ingreso menos el ahorro, tenemos que:

  C  1 K  1  K K 
C=Y- K  
Y Y K Y
Teniendo en cuenta que en equilibrio la tasa de crecimiento del capital es constante, e
igual a la tasa de crecimiento del ingreso, nos encontramos con que todo el lado derecho de la
igualdad es constante. En consecuencia:

Ln C - Ln Y = Ln constante 
dLnC dLnY dLncons tan te 1 dC 1 dY C Y
    0 
dt dt dt C dt Y dt C Y
16

Crecimiento y capital humano


Nos falta explicar cuál será la relación que existe entre la tasa de crecimiento y la dota-
ción de capital humano.
Para eso vamos a recordar que todas las tasas de crecimiento de las variables del modelo
son iguales entre sí, y pueden ser identificadas a través del símbolo (g).
Recordemos, por otra parte, que la tasa de crecimiento de la tecnología era:
g =  H A =  (H - H Y) =  H -  r
La segunda igualdad la obtenemos si recordamos que el capital humano total es constan-
te, por lo que (H = H A + H Y).
La última igualdad proviene de la condición de equilibrio, donde llegamos a la conclu-
sión de que: H Y = (r /  )   H Y = r .
Por otra parte, la interpretación económica de la función es evidente. La tasa de creci-
miento de todas las variables será mayor cuanto mayor es la productividad en la investigación
(), mayor sea la dotación de capital humano de un país (H), y menor sea la tasa de interés (r)
que disminuye el precio de los diseños (P A).
Esa función es lineal, y puede ser representada tal como aparece en el gráfico siguiente.

Si interpretamos la función representada en el gráfico veremos que cuando H = 0, enton-


ces g = -  r, es decir, si no hay capital humano el crecimiento será negativo.
Por otra parte, cuando (g) = 0, [ (H - HY)] = 0  H = H Y , es decir, cuando no hay cre-
cimiento es porque el capital humano no se dedica a la investigación.
Podemos ver también en el gráfico, y en la lectura que acabamos de hacer de él, que los
países con capital humano escaso no pueden dedicarse a la investigación, es decir (H = H Y).
17

A partir de ese punto, g =  (H - HY) =  HA > 0 , es decir, el crecimiento se genera a par-


tir de la creación de diseños. En otras palabras, sólo cuando parte del capital humano se dedica
a la investigación (HA > 0), la economía tendrá un crecimiento positivo (g > 0).
De acuerdo a todo lo dicho, la tasa de crecimiento viene representada por la línea más
gruesa. Es nula mientras no haya (H A) y a partir de ahí crece en un monto (  ) por cada uni-
dad de capital humano dedicado a la creación de diseños.

APÉNDICE
Hasta ahora en Romer no hemos hablado para nada de funcionales objetivo, ni restric-
ciones ni hamiltonianos, pero todo ello aparece en un apéndice, que no se explica en clase,
donde Romer se pregunta cuáles habrían sido los resultados si el análisis hubiese sido realiza-
do no desde la perspectiva individualista de maximización del beneficio, sino desde una pers-
pectiva de búsqueda del bienestar colectivo.
El entorno se parece bastante a lo que Lucas llamaba la senda óptima.
Dado que esta parte no aparece en el cuestionario sobre el que hay que responder en los
exámenes escritos, aquí el desarrollo será más rápido y esquemático, dando por supuesto que
el lector sabe de qué se está hablando, porque los análisis son básicamente parecidos a los que
ya se han estudiado en el Modelo AK y en el de Lucas.

C1 e - t dt
Se trata de maximizar t 0 1  

Sujeto a las restricciones:


 = Y - C =   +  - 1 A +  (H - HA )  L  K 1-  -  - C =  - C
K
Se denomina (  ) a la función del sector final reformulada.
 =  HA A
A
HY + HA  H
Hay dos variables de estado (K, A) y dos variables de control: (C, HA).
El Hamiltoniano de valor corriente será:
C1
Hc = + A ( HA A) + K ( - C)
1 
Utilizando los principios maximizadotes:
Hc / C = C -  - K = 0  K = C - 
A
Hc / HA = A  A - K  (H - HA ) - 1  = 0   = (H - HA ) A
 K
 A = - Hc / A +  A = - A  HA - K (+ ) A -1 +  A
 K = - Hc / K +  K= - K (1-  - ) K -1 +  K
18

A partir de los principios maximizadores obtenemos


K C
K = C -     = -   HA
K C
 A     K
    H  HA =
A     K
La productividad de H crece igual en ambos sectores, por lo que se mantienen iguales
sus precios sombra (  A/A =  K /K)
 A = - A  HA - K (+ ) A -1 +  A
AA AA
= (H - HA )   A = - A  HA - K (+) A -1 (H - HA ) +  A
 K K
  
 A / A = -  HA - (+) (H - HA ) +  = -  HA - (+) H + (+) HA + 
  
       
 A / A = -  HA 1   - (+) H +  = -  HA    - (+) H + 
      
Igualando ambas expresiones
       (  )H      
   H  HA  = -   HA  -   HA  -   HA= -  HA
       
(  )H  
  -  (+) H = -  HA (  +)  HA =
(  )

Y C K A (  )H  
   =  HA = =g
Y C K A (  )
H y  tienen influencia positiva, pero  tiene influencia negativa
Llamamos: Z =  / ( + ), y dividimos el numerador y denominador por ( + )
H  Z
g=
Z  (1  Z )
Esta fórmula se parece a la deducida anteriormente, pero aquí (g) es mayor, ya que:
 = Z / (1 - - )  Z =  (1 - - )
Recordemos que en el monopolio: p = r / (1- - ), y que el factor [1 / (1- - )] es
margen en el que el precio supera a CM. Se supone que (1- - ) < 1
De ahí viene el que el excedente, reflejado en la tasa de crecimiento, sea menor con mo-
nopolio que en el óptimo social. Al crecer menos con monopolio, también HA es subóptimo.
Por otra parte ninguna empresa querrá financiar la investigación si no obtiene beneficios que le
permitan hacerlo. De ahí los subsidios públicos a la investigación en casos donde las empresas
no quieren comprometerse. Se genera una externalidad positiva como bien público.
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BIBLIOGRAFIA
Romer Paul M (1986) “Increasing Returns and Long-Run Growth”. Journal of Political
Economy. Vol 94, N° 5, pp.1002 - 1037
Romer Paul. M. (1991) “El cambio tecnológico endógeno”. El Trimestre Económico
pp. 441 - 480 (original de 1990).

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