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UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA


Facultad de Humanidades y Educación
Cátedra: Cine y Sociedad

Una mirada distinta del futuro: 1984

Estudiante:
Solórzano, Andrea.  
C.I.N°: 26.848.273
Profesor:
Alí Quintero

Caracas, mayo, 2019


Cuando se habla de futuro, con frecuencia, se piensa en mejores, y más

avanzados, desarrollos tecnológicos, o modernización en todo su esplendor. Sin

embargo, en la película 1984, el futuro no es más que la implantación de un

Estado totalitario, que controlaba cada paso en la vida de sus ciudadanos, usando

la alienación como herramienta principal para lograr cada uno de los objetivos del

sistema de gobierno.

El Estado les cambio la vida, la historia, las palabras, les controló, incluso,

sus relaciones interpersonales y, a sus niños, los adoctrinaron para servir al Gran

Hermano. No obstante, a estos individuos el fanatismo no les dejaba ver que hace

mucho tiempo habían dejado de ser sujetos para ser objetos, carentes de

pensamiento propio y de la capacidad de reflexionar.

Cuando algo ocurría, cuando el Gran Hermano fallaba, no era su

responsabilidad, sino la de sus adversarios, a quienes se les odiaba sin razón,

pero así fue como el Partido los configuró. Para lograr la alienación, y el total

control de la sociedad, el régimen totalitario cambiaba las gacetas, o noticias, que

fueran necesarias para mostrarse como víctimas, en algunos casos, o para darse

el título de vencedores, en otros. Asimismo, elaboraban mensajes, que eran dados

a conocer en los dos minutos de odio, y a los cuales había que escucharlos como

si fueran palabra de Dios, puesto que en estos se fomentaba el odio hacia el

“enemigo”. Disentir no era una opción, quien pudiera pensar distinto estaría

cometiendo un “crimen mental” y para quien lo hiciera, el castigo sería cruel, como

lo fue el caso de Winston Smith, quien, después de torturas psicológicas, terminó

alzando su brazo para desearle larga vida al líder.


Aunado a esto, a cada persona se le vigilaba; desde con quien hablaban

hasta qué llevaban entre sus pertenencias, ya que, a través de esto, el Estado se

protegía de posibles conspiraciones en su contra.

Para finalizar, 1984 es una muestra de los estragos que puede causar el

fanatismo, y la falta de razón en las sociedades. El mencionado largometraje

refleja, principalmente, la capacidad que tienen los individuos de perder su

identidad propia y la colectiva para dejarse reconfigurar por un Estado, que los

necesita idiotas para mantener el poder, ya que, en este caso, el Gran Hermano

no habría podido sostenerse por sí solo, sino que para ello necesitaba a unos

ciudadanos que le aplaudieran sin críticas, ni cuestionamientos.

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