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Angel J.

Cappelletti

EL ARISTOTELlSMO POLlTICO DE TOMAS DE AQUINO

Summary: Usually it is said that Aquinas had para siempre. El Universo no le interesa. Resulta
"christianized" A ristotle. Many doctrines of aristo muy difícil considerar a este Dios como un dios
telian metaphysics are, however, not compatible personal. En el fondo, Aristóteles, como todos los
with christian "Weltanschauung". But in political griegos, comparte un básico panteísmo. Por eso su
philosophy Thomas fallows Aristotle's teachings filosofía primera sigue estando más cerca de la me-
closer than in other fields, in open contradiction tafísica de la India que de la cosmovisión judeo-
sometimes with Agustine and the Greek Fathers, cristiana. El problema donde esto llega a hacerse
históricamente más patente es en el del "intelectus
Resumen: Se suele decir que Santo Tomás cris- agens". Santo Tomás se esfuerza por probar que
tianizó a Aristóteles, aunque muchas de sus doctri- tanto el entendimiento agente como el paciente
nas son incompatibles con la "Weltanschauung" son facultades del alma humana individual. Su in-
cristiana. En filosofía política, sin embargo, Santo terpretación, teológicamente ortodoxa, es históri-
Tomás sigue a Aristóteles más que en otros cam- camente inaceptable. Siger de Brabante se aproxi-
pos, contradiciendo a vet;es a San Agustín y a los ma mucho más al pensamiento del Aristóteles his-
griegos. tórico y ello se debe precisamente al hecho de que
sigue al árabe Averroes, el cual no sólo tiene frente
Se suele atribuir a Tomás de Aquino la hazaña al Corán una actitud mucho más libre que la de
de "haber cristianizado a Aristóteles. Cabe pregun- Tomás frente a la Biblia sino, que también tiene UD
tarse, sin embargo, hasta qué punto la filosofía del conocimiento más directo de las fuentes griegas y
estagirita puede ser asimilada por el pensamiento hasta alguna noticia de la filosofía india.
cristiano y desde qué punto lo que se pretende Bastaría añadir que, mientras Aristóteles reco-
asimilar deja de ser aristotélico. noce sólo una distinción lógica entre esencia y
Parece cierto que algunas de las ideas capitales existencia, Tomás sostiene entre ellas una distin-
de la metafísica de Aristóteles son incompatibles ción real, y hace de tal distinción una de las tesis
con la concepción bíblica del mundo. El Universo fundamentales de su metafísica (Cfr. L. Rougier,
de Aristóteles es eterno, tan eterno como el Acto La Scolastique et le Thomisme, París 1925, p. 32
Puro y el Motor inmóvil. No tiene el filósofo, ni sgs.).
remotamente, la noción de una creación "ex nihi- Es preciso admitir, pues, que las divergencias
lo". Su Dios no es, por consiguiente, creador pero entre aristotelismo y tomismo son muchos más
tampoco es providente; no interviene para nada en profundas de lo que el mismo Tomás y sus segui-
la naturaleza ni en la historia y, mucho menos to- dores creen. Ast' lo advertía ya, a comienzos de
davía, se ocupa de dictar normas morales, de juz- nuestro siglo, el filósofo espiritualista R. Eucken,
gar, premiar o castigar a los humanos. Obra necesa- en su libro Die Philosophie des Thomas von Aqui-
ria y no libremente al desarrollar su actividad auto- no. Hay diversas cuestiones filosóficas, sin embar-
contemplativa. Su papel de causa final del Todo no go, donde Tomás sigue bastante de cerca a Aristó-
lo ha elegido, pues le corresponde desde siempre y teles, ya porque las doctrinas de éste no chocan

Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XXV (62), 201-205, 1987


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(directamente al menos) con el dogma y con la sobre la propiedad privada y el lucro. El mismo
teología católica, ya porque ello conviene a un de- San Agustín siempre más moderado que sus fuen-
terminado propósito. Entre estas últimas está la tes de la patrística griega, "se había inclinado a
filosofía social y política, donde el Aquinate resul- hablar del Estado como de un resultado de la caída
ta un seguidor bastante fiel del maestro griego. del hombre, y de las autoridades políticas, como
Para Tomás, no sólo la sociedad sino también el de algo que existía primariamente porque los seres
Estado (y, por consiguiente, la coacción, la ley, los humanos caídos necesitan de un poder coercitivo
gobernantes, los jueces, las prisiones y la guerra) que restrinja sus malas tendencias y castigue el cri-
surgen de la naturaleza y no de una convención o men" (Copleston, Ibid). En este punto se aleja os-
de un contrato. Esto es precisamente lo que sos- tensiblemente de su mentor, Platón, el cual, desde
tiene Aristóteles, al seguir a Platón contra los so- luego, no podía tomar en cuenta el dogma del pe-
fistas. Igualmente, la familia patriarcal, la subordi- cado original aunque reconocía el mito, hasta cier-
nación de la mujer, la esclavitud, la propiedad pri- to punto equivalente, de las razas de oro, plata,
vada y las diferencias de clases son para Aristóteles bronce y hierro. Se acerca, en cambio, como en
algo natural, que forma parte de la esencia de la otras cuestiones (el hilemorfismo universal, por
sociedad y, contra lo que sostienen muchos SOflS- ejemplo) a los estoicos. Es claro, sin embargo, que
tas, no es un mero producto de la historia o de la ni San Agustín, ni ninguno de los Padres griegos
voluntad de los hombres. Tampoco puede creerse llevó tales ideas contrarias al Estado, al gobierno, a
-corno algunos sofistas- que el papel del Estado y la propiedad, etc., tan lejos como algunos cristianos
del gobierno consiste sólo en castigar a los crimina- heterodoxos de la época. Un ejemplo de este extre-
les y facilitar la sobrevivencia de los ciudadanos. Y mismo lo encontramos en el gnóstico Carpócrates
también en esto Tomás de Aquino se adhiere a la y su hijo Epifanio. Por otra parte, el mismo San
doctrina del Filósofo por antonomasia. Para él, Agustín que vincula los orígenes del Estado con el
"toda sociedad requiere dirección y gobierno. Es triunfo de la serpiente en el jardín del Edén, acaba
un error pensar que el gobierno existe simplemente por solicitar la intervención del gobierno para re-
con el fin de mantener la paz y castigar a los mal- primir a los herejes y siembra la semilla de donde
hechores. De acuerdo con el Aquinatense; "se ne- nacerá la Santa Inquisición.
cesitaría un gobierno aún cuando no hubiera crimi- La pregunta que aquí se plantea es la siguiente:
nales y nadie se sintiera inclinado a alterar la paz" ¿Por qué Santo Tomás, que en tantas cosas siguea
(F .C. Copleston, El pensamiento de Santo Tomás, San Agustín y a los Padres griegos (en la medida en
México, 1976, p. 262). que los conoce), se opone a ellos en estas tesis
Pero al adherirse así a Aristóteles, se enfrenta fundamentales de su filosofía política y social?
Tomás con Agustín de Hipona y con una gran par- ¿Por qué, cuando se trata del origen del Estado, de
te de los Padres griegos, los que tienden a interpre- la naturaleza del gobierno, de la propiedad privada
tar la existencia del Estado y del gobierno, de la de la esclavitud etc., prefiere estar al lado de Aris-
coacción y de la ley, como males derivados del tóteles? Es evidente que no se trata sólo de un
pecado original, como lamentables consecuencias esfuerzo de coherencia sistemática, ya que, como
de la caída de Adán; y del mismo modo, suelen dijimos, Santo Tomás contradice, sabiéndolo o no,
explicar la propiedad privada, la esclavitud y la muchas tesis fundamentales de la metafísica aristo-
sociedad de clases. San Jerónimo dice que en el télica. Allí donde el estagirita enseña doctrinas
origen de toda propiedad privada hay un acto de contrarias al dogma cristiano, se aparta sin dudarlo
violencia; San Basilio anuncia la fórmula proudho- de ellas. Lo notable es que respecto a aquellas
niana: La propiedad es el robo. En todo caso, nin- cuestiones básicas de la filosofía política y social
guna de estas instituciones son queridas por Dios no se crea obligado a hacerlo. En los Padres de la
ni derivan de la naturaleza original del hombre. Iglesia todavía pesaban bastante las tradiciones de
Estas constituyen más bien -y en esto parecen la Iglesia primitva y no se habían borrado entera-
coincidir con cínicos y estoicos- los signos de una mente los trazos del plan evangélico, que consistía
involución o degradación de la naturaleza humana. en crear una comunidad universal (una comunidad
La segunda venida de Cristo, ciertamente, señalará de comunidades) basada en la igualdad y la libertad,
el fin de tal degradación. Famosa es la doctrina de por oposición al Imperio, fundado sobre la vio-
Basilio Magno, Juan Crisóstomo y de Arnbrosio de lencia y la jerarquía. En la medida en que no ha-
Milán sobre el destino de los ricos y poderosos, bían asimilado aún, como algo definitivo, el contu-
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hernio de la Iglesia con el Estado, seguían conside- perial y el eclesiástico, sino la contradicción entre
rando a éste y a las instituciones derivadas del mis- todo poder humano (eclesiástico o estatal) y los
mo (guerra, esclavitud, propiedad privada, etc.), ideales del Evangelio.
como originadas en el pecado. En la medida en que Santo Tomás, que pertenece por su nacimiento
comenzaron a asirnilarlo (y a gustarlo) fueron olvi- a la nobleza feudal e ingresa en una Orden dedica-
dando (o minimizando) la radical oposición evan- da a defender la ortodoxia contra los herejes, está
gélica entre Iglesia (comunidad cristiana) y Estado. lejos de ser un marginal, por más que Chesterton
Tal es el caso de San Agustín, cuya larga polémica subraye "el abismo entre el monasticismo antiguo
contra maniqueos, pelagianos y otros herejes, le y el nuevo, y el terremoto de la revolución domini-
hizo olvidar al fin esa archi-herejía que consiste en cana y franciscana" (G.K. Chesterton, Santo To-
identificar (aunque sea parcialmente) el poder de más de Aquino, Buenos Aires, 1955, p. 51). Como
Dios con el poder del Estado. Pedro Damiano, mira con respeto tanto al Papado
No deja de llamar la atención que Agustín, el como al Imperio, tanto a la Iglesia como al Estado.
cual no admite la licitud del homicidio ni siquiera Pero, en comparación con la mayoría de los teólo-
en defensa propia, haga una excepción con quienes gos y filósofos escolásticos que lo precedieron, re-
forman parte de un ejército, lo cual significa rein- conoce al Estado un mayor espacio de acción en
vindicar para el Estado y para el gobernante lo que todo cuanto concierne al logro de los fines propios
se niega al individuo, Justifica así, la guerra como de la sociedad temporal. Así como, contra los teó-
función del Estado. Se trata de un compromiso logos de tradición agustiniana, admite una relativa
entre la no-violencia evangélica y el deseo de no independencia de la razón frente a la fe, sin dejar
malquistarse con el Imperio, ya oficialmente cris- de ati-ibuirle a ésta la última palabra en cualquier
tiano y servidor de la Iglesia. Es claro que Agustín conflicto de ideas, así, admite una relativa inde-
(como Ambrosio, Basilio y otros Padres que ini- pendencia del Estado frente a la Iglesia, sin dejar
cian este peligroso camino), trata de establecer las de reconocer la superioridad de ésta sobre aquél en
condiciones de la licitud de la guerra: que tenga todo asunto que interece a ambas por igual. "Dada
por meta la paz, que busque la justicia, que no esta concepción del Estado, es evidente que Santo
suponga una renuncia a la caridad cristiana etc., Tomás no podía verlo como algo que debiera ser
pero, por encima de todo, la condición básica, es absorbido por la Iglesia o que no tuviera una fun-
que sea declarada y ejecutada por el Estado. ción positiva propia" (Copleston, op. cit. p. 263).
Santo Tomás hace suya esta doctrina agusti- Más aún, reconoce que el Estado existió antes que
niana, pero refuerza con argumentación aristotéli- la Iglesia y que su poder se extendiera hasta donde
ca la idea de la guerra como medio para lograr un lo exije el logro de los fines últimos naturales de la
mejor equilibrio y una justicia más perfecta (Suma sociedad. En ésto no debe sufrir interferencias por
Teológica 11I1ae 40). parte de la Iglesia y del poder eclesiástico. Desde
También en lo referente a la propiedad privada, tal punto de vista, podría decirse que Santo Tomás
el Aquinate sigue los pasos de Aristóteles. Opina ocupa un lugar intermedio entre Manegoldo de
que cuando una cosa pertenece a todos, nadie se Lautenbach y Guillermo de Ockham, entre la con-
cuida de ella, mientras cada hombre se ocupa de lo cepción dominante en la Alta Edad Media (cuyo
que le pertenece individualmente; que las tareas se representante más célebre es Gregorio VII) y la
realizan con más orden si a cada uno se le asigna moderna. No debe olvidarse, sin embargo, que
una particular; que cuando cada uno tiene sus bie- quienes querían subordinar totalmente el Estado a
nes propios, se siente más satisfecho y se estable- la Iglesia, convertían a la Iglesia en un super-
cen relaciones más amigables entre los hombres Estado y quienes, por otra parte, pretendían su-
(Cfr. E. Gilson, Le Thomisme, París, 1972 p. 385; bordinar totalmente la Iglesia al Estado, sentaban
A. Horvath, Eigentumsrecht nach dem hl. Thomas las bases del absolutismo moderno. Siguiendo de
von Aquin, Graz, 1929). cerca a Aristóteles, algunas veces Santo Tomás ha-
Santo Tomás está ya muy lejos de la Iglesia bla como si el individuo fuera un órgano del gran
primitiva. Un milenio después de Constan tino, sólo cuerpo del Estado; un mero instrumento al servicio
los herejes pueden advertir la mencionada oposi- del Todo político. Por otra parte, es cierto que no
ción evangélica; sólo los marginales o los revolucio- considera al Estado como fuente de los valores mo-
narios son capaces de comprender que la cuestión rales ni como razón última del bien y del mal. Su
de fondo no es la prioridad del Papa sobre el Em- concepción de la ley natural y divina lo obliga a
perador (o viceversa), ni el deslinde del poder im- situar, por encima de toda autoridad humana, una
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instancia universal, inmanente a la naturaleza de legítimo y debe ser obedecido, si tiende al bien
las cosas y dimanada, en última instancia, del pen- común.
samiento de Dios. Algo parecido podría decirse de
Aristóteles, para quien la ley natural aparece como Ahora bien, todos sabemos cuán fácil resulta
anterior a toda ley positiva, y la ley positiva (que, para el que manda identificar el bien común con el
en parte, es ley del Estado) es una especificación o de la clase, el grupo, el partido o aún la familia a la
adaptación histórica de la ley natural. Si por totali- que él pertenece. En el siglo XVII y hasta en el
tarismo se entiende, pues, simplemente aquella XIX, el monarca solía identificarse con el Estado y
concepción política que hace del Estado la raíz de con la Sociedad, tanto más cuanto bien constaba
la moralidad y el juez supremo del bien y del mal, que su poder venía de Dios. "Humanum regimcn
de la verdad y del error, ni Santo Tomás ni el derivatur a divino regimine et ipsum debet imitari"
mismo Aristóteles podrían ser acusados de "totali- (Suma teológica I1aIlae 10, 11c).
tarismo". Esto no significa, sin embargo, que nin- Aún cuando en teoría se quiera diferenciar el
guno de los dos condene los gobiernos absolutos, Estado totalitario (fuente de toda justicia y de to-
los cuales se atribuyen la facultad de mandar por do valor) del Estado absolutista (que concentra en
encima de cualquier voluntad humana, más allá de una persona o en un pequeño grupo la suma del
toda constitución y de toda ley, con entera pres- poder), como solían hacer muchos filósofos tomis-
cindencia del juicio popular e internacional. Y aun- tas (al menos hasta la segunda guerra mundial), en
que es cierto que algunos tomistas, como Suárez y la práctica tal distinción resulta insostenible. Por-
Mariana, justifican (en diverso grado) el tiranicidio, que un gobernante que sube al poder sin que el
cosa que el mismo Santo Tomás no excluye entera- pueblo lo lleve a él, que se mantiene en el poder
mente, lo cierto es que ni éste condenó nunca a con la coacción y la fuerza de las armas, que no
ningún gobierno absoluto por el mero hecho de debe dar cuenta de sus actos y decisiones sino a
serIo, ni sus seguidores dejaron de ver con beneplá- Dios, es de hecho, un Dios terrenal y se constituye
cito la monarquía-de Felipe 11en España o de Luis (pese a cualquier protesta de acatamiento a Dios o
XIV en Francia: que no hubo filósofos o teólogos
a la ley natural) en la verdadera fuente de toda
tomistas que, durante la gesta de la independencia
razón y justicia, con lo cual el llamado Estado ab-
latinoamericana, condenaran el absolutismo brutal
solutista no se diferencia en nada del totalitarismo.
y obtuso de Fernando VII y tomaran partido, en
He aquí que Videla, jefe de una "nación occidental
virtud de su tomismo, por las instituciones repu-
y cristiana" no es menos totalitario que Hitler,
blicanas. No puede ser mera casualidad que aque-
"Führer" de una "nación aria y pagana", o que
llas dictaduras latinoamericanas que no se funda-
Stalin, zar de una "nación materialista y atea",
ron en el positivismo, hayan apelado siempre al to-
aunque la enorme caterva de los imbéciles que
mismo para justificarse doctrinalmente. García
identifican "libertad" con "libre empresa" esté
Moreno en Ecuador; Gómez en Colombia; Pino-
empeñada en establecer distingos en favor del pri-
chet en Chile; Farrel, Onganía y Videla en Argenti-
mero y aun del segundo, contra el tercero.
na pusieron las cátedras de filosofía en manos de
profesores tomistas, mien tras destituían o redu- Es claro que el pensamiento de Santo Tomás no
cían a discreto silencio a quienes representaban excluye positivamente la democracia siempre que
otras tendencias filosóficas. La razón de esto es la ésta se encamine a la consecución del bien común,
siguiente: Santo Tomás no enseña que el mejor aunque parezca preferir (con Aristóteles) un régi-
gobierno sea el más autoritario ni que la falta de men mixto entre monarquía, aristocracia y demo-
garantías legales y el origen violento de un régimen cracia (Suma teológica laIlae 105, 1) . Algunos
sean preferibles al apoyo popular y al respeto por tomistas, sobre todo dentro de la Compañía de
las leyes preexistentes. Pero, para él, que en esto Jesús (Suárez etc.), admiten luego la tesis de que,
sigue de cerca al estagirita, cualquier gobierno es si bien todo poder viene de Dios, el soberano lo
legítimo (y debe ser acatado) en la medida en que recibe a través del pueblo (por consentimiento tá-
busca el bien común, es decir, el bien de la socie- cito). Es dudoso que el propio Santo Tomás haya
dad y no el de una clase, un partido o una persona. formulado esta idea, aunque diga alguna vez que el
De aquí se infiere que también una dictadura, soberano representa al pueblo (Suma teológica la
un gobierno originado en la conspiración militar, I1ae, 90) o que su poder es equivalente al de la
un régimen instalado contra la voluntad popular o Sociedad entera ( Suma teológica la I1ae 97, 3 ad
al margen del consentimiento de la mayoría, es 3).
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Esto no ha impedido, en todo caso, que Mari- the Nature of Man in a Christian Democracy-
tain y sus seguidores buscaran en la doctrina tomis- 1955).
ta los fundamentos ideológicos de la "democracia"
cristiana (Cfr. J. Maritain, Du régime temporel et Angel Cappelletti
de la liberté- 1933; Humanisme intégral- 1936; Depto de Filosofía
Universidad Simón Bolívar
Principes d'une politique humaniste- 1944; Man Apdo. 80659
and the State- 1952; N.W. Michener, Maritain or Caracas, Venezuela

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