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jacques valier
LA INFLACIÓN
R O D O L F O A L O N SO E D IT O R
g a n z l9 1 2
C O L E C C IO N ARGUM ENTOS
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Impreso en la Argentina.
Q u eda, hecho el depósito
que previene la ley 11.723.
© 1973, R odolfo Alonso Editor S. R . L .
calle Florida 671, Buenos Aires.
jacques úuh m s
chrlsflan m erlin
Jacques valier
A L G U N A S C A R A C T E R IST IC A S D E L SISTEMA
C A P IT A L IST A CO N TEM PO RAN EO
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í. Definición del modo de producción capitalista.
que hace aparecer otras. Pero, más allá de esas formas, sigue
existiendo la fuerza coercitiva de que habla Marx. Ella está
ligada cd m odo de producción y no a sus form as históricas.
En otras palabras, la tendencia a acumular existe siempre
pues está ligada al m odo de producción, pero adquiere aspec
tos diferentes, según la forma histórica que tome el m odo de
producción capitalista.
Vamos a referimos más detalladamente a este aspecto, es
tudiando sucesivamente:
1) La tendencia a acumular en el capitalismo de libre com
petencia.
2 ) La producción, por el proceso de acumulación, de dife
rentes formas de competencia.
3 ) La modificación de la tendencia a acumular, provocada
por esas nuevas formas de competencia.
(fascism os).
El hecho de que el poder no haya sido tomado por el prole
tariado- ha-permitido que la burguesía resolviera provisoria
mente la contradicción a la que se enfrentaba. Com o lo ha
escrito G . Lukács, “ sólo la conciencia del proletariado puede
mostrar cóm o salir de la crisis del capitalismo. Mientras no
aparezca esa conciencia la crisis se mantiene en forma perma
nente, vuelve a su punto de partida y la situación se repite” . 1
Esta repetición es sólo provisoria hasta que “ luego de infini
tos sufrimientos y terribles recodos, la lección de los aconte-
2 Idem, p. 101.
La inflación TI
Mucho más que las nuevas, las empresas ya existentes son Partiendo del problema de la misma competencia entre ca
las que realizan las innovaciones. Para ello pueden simple pitalistas, la contradicción de la acumulación se manifiesta en
mente realizar algunas inversiones incorporando nuevos mé dos formas vinculadas entre sí: la lucha entre capitalistas y
todos de producción, en lugar de otras inversiones con las que trabajadores que encontramos aquí, y las diferentes condicio
incorporaban los métodos antiguos. La nueva inversión no se nes que rigen la creación y la obtención del valor.
suma a la antigua: la reemplaza gradualmente. La. productivi En efecto, el aumento de la productividad del trabajo in
dad del trabajo aumenta sin que el volumen de la inversión dustrial va acompañado por el aumento de la producción. T e
se acreciente paralelamente. niendo en cuenta las características del proceso contemporá
El margen de acumulación del capital es ciertamente ele- ,lf neo de acumulación, que por otra parte son las mismas que
vado, pero su crecimiento es débil, dado el aumento de pro- | originan ese aumento de la producción, ésta no encuentra,
ductividad que permite. vi frente a ella, suficiente demanda. En lo que se refiere prime
A partir de ese momento el crecim iento de la ocupación en | ramente a los bienes de consumo, el aumento de la masa asa
el sector productivo será escaso y hasta nulo. Habrá una ma- | lariada de los trabajadores productivos del sector industrial se
yor inestabilidad de em pleo para los trabajadores, tanto más | ve frenado por dos razones:
cuanto que esa inestabilidad se verá aumentada por una ma- 4
yor movilidad del trabajo, impuesta por las múltiples fusiones i 1*?) Com o hemos visto, el empleo en el sector industria]
y absorciones. El incremento del capital se desarrolla en for- | tiende a mantenerse estacionario;
ma contradictoria, es decir que para mantener los márgenes I 2 ? ) En virtud de la misma escasez relativa del capital en
de ganancia, su expansión requiere un empeoramiento de las i efectivo en los grandes trusts, se ejerce una constante presión
condiciones de vida de los trabajadores. I sobre las salarios para que sólo se traduzca en un aumento de
Esta inestabilidad del empleo puede verse agravada por un | salarios la menor parte posible del aumento de la producti
creciente desem pleo si, paralelamente a la escasa absorción | vidad.
de empleos productivos en el sector industrial, el empleo no J
evoluciona con suficiente rapidez en el sector improductivo. ,| Dicho esto, el problema de la obtención del valor no se re
En otras palabras, la ausencia de una masa importante de 1 duce, com o bien lo demostró Lenin, a un problema de sub
desocupados sólo puede corresponder a un mayor desarrollo J, consumo. Dentro de ciertos límites la demanda insuficiente de
del sector improductivo y de las actividades parásitas. 1. ' f bienes de consumo puede ser compensada por una fuerte ex
Surge, pues, com o conclusión evidente que el proceso de 4 pansión de la demanda de bienes de equipo.
acumulación capitalista se desarrolla en forma contradictoria. | Pero justamente en el capitalismo monopólico esta compen
' •
' -
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i sación se hace cada vez más difícil dado que, com o lo hemos
1 C om o lo destaca J. Robinson en un chispazo de lucidez, “ la >f visto, el aumento de la productividad del trabajo se obtiene
industria com ente no puede encontrar mercados capaces de mantener irl
el crecimiento de la producción con el mismo ritmo del de la produc- í
más por un cambio en la form a que por un aumento del v o
tividad del trabajo, pero el exceso de trabajadores puede encontrar i lumen de la inversión.
medios de subsistencia prestando servicios para contrarrestar el poder | El m odo de producción capitalista repite constantemente
de compra sustraído a la industria” . Collected Economic Papers, vol. I.
n r, P. i 7 i . ;| esa contradicción entre creación y obtención del valor. Trata
32 Ernesi M ande! y otros
La inflación 33
1. Perecuación del margen de beneficio En este caso ese margen de beneficio promedio es igual a:
100 + 100 + 100 300
Nos ubicamos aquí dentro de una economía capitalista ca
racterizada por la libre circulación de capitales entre los dis (100 + 100) + (200 + 100) +~ {300~^m 0)= “ 900 = 33,3 %
tintos ramos.
A partir de allí queda definido lo que se llama precio de
Supongamos además que sólo existen tres ramos y que ellos producción, que es igual a:
producen en las siguientes condiciones:
C -r V + el beneficio promedio (es'decir 3 3 ,3 % de C + V ).
O
O
100 400
Supongamos finalmente que en cada ramo el precio sea ni 300 100 100 133,3 533,3 500
igual al valor, es decir que las mercancías sean presentadas en
el mercado para ser vendidas a un precio de 300, 400 y 500. 300 300 1200 1200
En la práctica, sin embargo, si estamos en condiciones de
libre circulación de capitales va a haber una tendencia a la De este cuadro se desprende:
nivelación de los márgenes de beneficio entre los diferentes
ramos, lo que no aparee en el cuadro. 1) Que el origen de la ganancia es la plusvalía social, es
Si el valor es igual a un precio determinado habrá márge decir el total de la plusvalía producida por los trabajadores de
nes de beneficio diferentes según los ramos, y resulta difícil todos los ramos, pero que esa plusvalía es redistribuida ense
comprender ipor qué, en condiciones de libre circulación, los guida entre, cada ramo al prorrateo de los capitales inverti
capitalistas del ramo III no invertirían sus 400 de capital en dos; los ramos de mayor composición orgánica del capital
el ramo I, que les darían 200 de beneficio en vez de 100. ( C /V ) se apropian de una parte de la plusvalía producida en
Por lo tanto 'hay que renunciar en la práctica a considerar los raimos cuya composición orgánica del capital es menor;
que para todas las mercancías el precio es igual al valor.
En cada ramo, pues, com o consecuencia de la libre circu _á ■*__ i* •» , ,, 7 ----- vjuv wii u.Li oicjLcxiici en ei que
lación de capitales, cada capital dará un beneficio proporcio se ha generalizado el calculo en materia de precio de producción ha
nal a su dimensión, siendo ese coeficiente de proporcionali ría que expresar igualmente C y V en términos de precio de pro
ducción, y no en términos de valor. Ello modificaría el resultado^ en
dad, o margen de beneficio prom edio, igual para todos los
ramos. n íaque
ijcb u í dae
e ^ell f sacamos.
í0 e]empl° ’ pero no cambia en nada la® dos conclusio-
.
36 Ernest M andel y oíros La inflación 37
2 ) Que en cada ramo se tratará de vender la mercancía a Si el sector está compuesto al mismo tiempo por monopo
un precio igual al precio de producción, es decir a un precio lios y por pequeñas empresas, el precio de venta tenderá al
igual a la suma del costo y del promedio de ganancia. precio de producción de estas últimas, lo que les dejará a los
monopolios un beneficio adicional, en la medida en que sus
Veamos ahora cóm o aparecen, con respecto a este meca costos de producción sean más bajos.
nismo, los beneficios adicionales de monopolio en una eco
nomía en que las monopolios impiden ahora la libre circula — Este mecanismo puede además desarrollarse en forma
ción de capitales. más general que entre monopolios y pequeñas empresas: así
por ejemplo, si se toma el caso del cártel mundial del petró
leo, siete grandes compañías de la industria petrolera imponen
2. Formación de los beneficios adicionales de m onopolio. un precio común para el petróleo producido en el hemisferio
occidental y en el Medio Oriente, mientras que este último
Se observa que los sectores dominados por monopolios ob tiene un precio de costo cuatro a seis veces menor que el del
tienen un margen de beneficio superior al de los sectores no petróleo norteamericano. Ello proovca beneficios adicionales
monopolizados. para todo lo que se relacione con el petróleo producido en el
Medio Oriente.
Ello significa que los monopolios, además del beneficio pro
medio que obtienen, incorporado al precio de producción, — Si los monopolios pueden actuar así, sabemos que ello
logran beneficios adicionales. se debe a las barreras características que limitan la entrada a
Tales beneficios adicionales tienen un origen principal, al estas estructuras productivas.
que hay que añadir una serie de orígenes diversos.
Orígenes diversos
Existen dos limitaciones: lía social. En forma esquemática pueden considerarse dos
casos:
1) Los sectores monopolizados de la industria mantienen
relaciones entre sí: se compran materias primas, máquinas, le r caso: Un monopolio, que domina un sector, compra
etc. Dada esta interdependencia entre trusts tiende a estable cierto número de productos intermediarios á pequeñas empre
cerse, al menos por .un período determinado, una perecuación sas, especializadas y muy mecanizadas.
de márgenes de beneficio de los sectores monopolizados, que El monopolio impone tanto el precio de compra a las pe
impide a cada monopolio, tomado individualmente, elevar en queñas empresas como el precio de venta a los consumidores.
forma demasiado arbitraria su precio, y por lo tanto su bene .Al imponer el precio de compra realiza una transferencia
ficio adicional. de valor en su propio beneficio, según el mecanismo que he
2 ) Los beneficios adicionales de los sectores monopoliza mos descriptó.
dos, tomados en conjunto, se obtienen a expensas de los sec A l imponer el precio de venta va a poder aumentar su be
tores no monopolizados, cuyo margen promedio de ganancia neficio adicional más de lo que se lo hubiera permitido la
ellos hacen bajar. simple transferencia de valor. Aumenta pues su beneficio esta
vez en detrimento de los trabajadores, provocando por consi
Este hecho en sí limita el grado de libertad de los m onopo guiente un aumento de la masa de plusvalía.
lios. En efecto, si el margen de ganancia en los sectores m o Pero estas posibilidades dependen en parte del estado de
nopolizados se fija a un nivel tan elevado que suscita en los la competencia que exista entre los monopolios que venden
sectores no monopolizados un margen de ganancia extrem a la misma clase de productos.
damente bajo, existen grandes posibilidades de que los capi
talistas de esos sectores traten por todos los medios de infil 29 caso: El mercado de un determinado producto es abas
trarse en los sectores monopolizados para no desaparecer, ya tecido al mismo tiem po por grandes y por pequeñas empre
sea juntando suficientes capitales a fin de entrar en compe sas. En tal caso, ello significa que el monopolio, en su coexis
tencia directa con los monopolios, ya sea suscitando nuevas tencia con las pequeñas empresas, busca la óptima estructura.
producciones que puedan a su vez aprovechar los precios de Esta estructura es la que le permite, com o hemos visto, la
monopolio. Se producirá entonces un recrudecimiento de la transferencia de valor en su propio beneficio. Pero al reali
competencia que mantendrá al margen de ganancia m onopó- zarse en detrimento de las pequeñas empresas, esta transfe
lico dentro de ciertos límites. , rencia es en sí misma una amenaza para la repetición de esta
N o se ha producido hasta allí, sin embargo, un aumento en estructura óptima. Por lo tanto, para mantener esta estructura
la masa de la plusvalía social. Ha habido una simple transfe — mientras tenga interés en hacerlo— el monopolio se verá-
rencia de pequeñas empresas a monopolios. obligado a aumentar progresivamente el precio de venta. A l
C om o ya lo hemos visto, las pequeñas empresas van a des actuar así aumenta su propio beneficio adicional y al mismo
aparecer, a ser absorbidas (por integración o subcontrata tiempo permite a las pequeñas empresas mantener su margen
ción ), o a subsistir, según la estrategia de las grandes firmas. de ganancia. Pero ahora hay un verdadero aumento de la
Si subsisten, veremos que se producirá no sólo una trans masa de plusvalía social, pues ella se efectúa en detrimento
ferencia de plusvalía, sino un aumento de la masa de plusva de los trabajadores.
40 Ernest Maná el y otros
e) Intervención del Estado para frenar el aumento progre ]0, a nivel financiero, de una exacerbación de la lucha de
sivo de los salarios nominales en el sector público y en el
clases»
sector privado mediante todo tipo de presiones, especialmente Finalmente, en un tercer artículo, demostraremos que, con
financieras y, a nivel global, mediante intentos de instauración un desarrollo desigual, la inflación tiende a propagarse m er-
de “ participaciones” y política de rentas. v. nacionahnente: veremos así cóm o está fundamentalmente vin
culada al proceso productivo mundial.
2<?) La intervención del Estado como componente de la
acumulación del capital — por los gastos públicos masivos ci
viles y militares— ¡juega un importante papel en la existencia \ 'j
de un elevado aumento de precios que se presenta com o una n '
de .las características relativamente recientes del m odo de pro
ducción capitalista. Ese aumento de precios hace que la pro
gresión de los salarios reales se haga más lenta y por lo tanto
que haya una transferencia de recursos en provecho de los ’
capitalistas.
Los tres primeros artículos que siguen a este estudio preli
minar están dedicados al análisis de los procesos inflaciona
rios. Los mismos no podrán ser comprendidos si no se los
vincula con las formas que adquiere la tendencia a acumular
dentro del capitalismo monopólico contemporáneo y con la
lucha de clases.
Más exactamente criticaremos en un primer artículo las tres
grandes teorías burguesas de la inflación. Después, en un se
gundo artículo, trataremos de demostrar:
«
:s m ti
56 Ernest Mandél y oíros
Sección I: LA MONEDA
para establecer semejante evidencia. No necesitamos extender Jhna económico. Sin embargo es ella la que sustenta todas las
nos sobre el particular. i'teorías de la inflación basadas en la emisión excesiva de m o-
La prueba debe ser dada por la razón y no por los hechos. fmeda. Siendo M superior a lo que implica T, y teniendo en
Desde el punto de vista de los neoclásicos, es evidente que la cuenta a V , P crece. De acuerdo con ello la moneda justifica
■- todas las políticas de lucha contra la inflación mediante las
misma construcción de su modelo los obliga a afirmar que M
determina a P. En el primer sector sólo puede determinar ~ restricciones de crédito.
precios reales cuya suma no da un nivel general de los pi ecios
!• B. La crítica contra ese conjunto de teorías es doble:
monetarios. Ahora bien, este nivel les resulta necesario para
establecer los diferentes precios individuales monetarios, que J __ ¿Cuál es ese mundo irreal en el que la moneda no actúa
no son más que el producto de cada precio individual real- sobre el sector real mientras que las restricciones monetarias
por el nivel general .de precios monetarios. Por consiguiente, fhrean la desocupación?
ese nivel general debe ser determinado, y debe serlo indepen
| — ¿De dónde proviene esa moneda? ¿Quién es? ¿Adon
dientemente del sector real. En el sector monetario él es,
pues, la variable dependiente. La variaible independiente no de va? . '
puede ser más que M.
1. Para asegurar la neutralidad de la moneda en la deter
Se comprende así cuál es la lógica de la teoría cuantitativa. minación de los equilibrios fundamentales y establecer así una
También se comprende que no pueda criticársela estadística total separación entre ambos sectores, el real y el monetario,
mente. Sin embargo, la provocación que este modelo consti es necesario definir a la moneda como un simple intermedia
tuye para sensatez obliga a criticarlo. Su conclusión funda r i o en los intercambios para facilitar el trueque,
mental es, en efecto, que en lo que respecta a los mercados f Tal concepción se basa en una visión completamente peri-
de producción, trabajo y capital, no existe diferencia entre mida del sistema económico.
una economía monetaria y una de trueque. La moneda es sólo Tal manera de abordar la cuestión se basa en la idea de
un “ velo” que debemos levantar para estudiar los verdaderos que todos los individuos están dotados de una cantidad de
mecanismos de la economía. Sirve para “ monetizar” los pre factores de producción específicos y que, sobre tal base, pro
cios reales, es decir que es el patrón con el que se efectúan ducen bienes y servicios de acuerdo con las limitaciones im
los intercambios y al que se convierten los precios reales. En puestas por el estado de la técnica. Así quienes poseen el tra
este sentido resulta útil, práctica, y por lo tanto utilizada. bajo producen servicios de trabajo, y los propietarios de bie
Facilita el trueque y permite que el productor de zapatos que nes y medios de producción producen los servicios del capital.
necesita trigo no se vea obligado a encontrar un productor de T odo individuo es un productor, y por lo tanto dispone de
trigo que necesite zapatos en la misma proporción para ven fuña determinada cantidad de un bien. Pero todo individuo
der sus zapatos y comprar su trigo. A l ser utilizada es nece posee una extensa gama de necesidades de las que, en el me
sario determinar su poder adquisitivo de bienes, su precio ' jor de los casos, sólo puede satisfacer una. Se ve entonces
expresado en bienes. Tal es la función del sector monetario. ■obligado a cambiar parte de su producción por la de otros
Por su simpleza, esta visión está más emparentada con los individuos para disponer de los bienes necesarios para la sa-
cuentos infantiles que con la explicación de las leyes del siste- •;tisfacción parcial de todas sus necesidades. •
60 Ernest Mandel y oíros La inflación g]
Existiendo la escasez se observa que lo esencial es su dis -bajadores. Esta compra es previa a toda producción para rela
tribución, es decir el otorgamiento de recursos por vía del cionar el trabajo activo con el trabajo inactivo y hacer produ
intercambio. Ese otorgamiento debe ser hecho lo mejor posi cir a aquél con mayor eficacia gracias a éste.
ble. L o óptimo se obtiene cuando cada individuo puede satis Es evidente que tal compra implica una contrapartida. Co
facer en igual medida todas sus necesidades con respecto ai mo ésta no puede ser mercancías aún no producidas ni bienes
costo de satisfacción, sabiendo que no puede satisfacerlas to y medios de producción, sólo puede ser entonces un derecho
talmente en razón de la escasez de bienes. Esa condición se sobre la producción futura. Tal derecho es la moneda. Se ve
cumple cuando la utilidad de la última unidad consumida de hasta qué punto “ todas las ilusiones monetarias provienen de
todos los bienes, ponderada por su precio, es igual. que el simple aspecto del dinero no nos muestra que éste re
Pero tal regla implica que todos los bienes sean divisibles presenta una relación social de producción” (K. Marx, Con
en unidades muy pequeñas, lo que es evidentemente contrario tribución a la crítica de la economía política), La moneda
a la realidad. La mayoría de los bienes son indivisibles: no tiene entonces dos particularidades. Por una parte, en manos
puede consumirse la décima parte de un automóvil. de los individuos en un momento dado, permite elegir entre
Entonces aparece la necesidad de la moneda. Se puede con los bienes y los servicios. Hace las veces de intermediaria en
vertir así la totalidad de los bienes y servicios producidos en los intercambios. Por otra parte, es reserva de poder adquisi
recursos monetarios. A partir de allí basta con igualar ese re tivo, derecho sobre el porvenir que se mantiene. Es liquidez.
curso monetario en todos sus usos, es decir que el último ' La moneda es un “ puente entre el pasado y el futuro” (Key
franco utilizado procura la misma utilidad, sea cual fuere el nes). Esta doble particularidad proviene de que la fuerza de
uso al que se lo afecte. trabajo es una mercancía en el sistema capitalista. Resulta
En esta concepción, la moneda es un hecho de intercambio. entonces evidente que la moneda es útil bajo dos aspectos:
Sólo se la necesita para facilitarlo, y ocurre que carece de por su utilidad derivada de los bienes como intermediaria, v
por su utilidad intrínseca com o liquidez. ’ '
utilidad por sí misma. Toda su utilidad deriva de la de los
bienes cuyo intercambió facilita. Resulta claro entonces que En un sistema com o éste, poco claro mientras no se deter
ella se superpone, com o un velo, a los mecanismos reales. mine si la relación entre ambas clases es antagónica (M arx)
Esta manera de ver el sistema económico resulta totalmen o no (Keynes), la moneda no es un velo. Es una condición
te.anacrónica en las economías capitalistas. Ella corresponde previa a la producción y no solamente un medio de facilitar
a la realidad precapitalista. Toda la economía política clásica los intercambios. Es un hecho de producción. L o que no im
comparte, junto con Keynes, la idea según la cual el sistema plica que no juegue papel alguno en los intercambios. En
económico está organizado alrededor de un proceso produc efecto, la moneda sólo puede ser reconocida com o un derecho
tivo. Especialmente los individuos están de distintas maneras sobre la producción futura en la medida en que se la acepte
insertos én ese proceso. Algunos son propietarios de bienes com o medio de pago y viceversa. N o nos asombra que ambas
y medios de producción, otros únicamente de su fuerza de esferas de la producción y de la circulación estén unidas, pero
trabajo; lejos de intercambiar entre sí los servicios del capital habrá que recordar más adelante que la esfera de la produc
y del trabajo, ambas clases se hallan en relación de compra ción es predominante.
venta: los capitalistas compran la fuerza de trabajo a los tra- Vemos hasta qué punto el concepto neoclásico es poco ade-
62 Ernest Mande!, y otros
La inflación 63
cuado a la realidad del sistema capitalista. Este punto merece J í los que se podrá — cambio calificativo con respecto a los
ser tenido en cuenta, pues si bien la economía burguesa oculta : antiguos depósitos de oro— girar en descubierto. Tal moneda
las verdaderas leyes del sistema, no por ello se refiere menos no tiene vinculación alguna con los metales preciosos. Si el
al sistema capitalista (Ricardo-Kynes). La teoría neoclásica ■ Banco de Inglaterra trata de igualar el valor de su emisión
describe un mundo donde no sólo las luchas de clase son : de billetes y de sus stocks de oro, los bancos comerciales
conocidas sino que es también anterior al capitalismo. Tal abren descubiertos ilimitados de ese tipo.
mundo es de una irrealidad pastoral. En tal sentido, la eco
La razón de esas aperturas prepara la respuesta a la segun
nomía neoclásica es más vulgar que burguesa. En efecto, his-
da cuestión. Se trata entonces de satisfacer los requerimientos
tóxicamente se puede comprender la mutación que sufre la
en moneda de una economía en pleno desarrollo. Si la mone
moneda al producirse el advenimiento del capitalismo. Se pasa
da no fuera más que un intermediario en las transacciones,
entonces del simple numerario a la moneda tal com o la he- >
su limitación no accionaría la producción y sólo haría dismi
mos definido. ;
nuir los precios monetarios de esas transacciones. Careciendo
El trueque queda roto al generalizarse los intercambios en ' esos precios de importancia y no siendo la moneda más que
la economía primitiva. Entonces aparece una mercancía que : un velo, de acuerdo con los neoclásicos, esos fenómenos de
sirve de patrón general. La elección de tal mercancía puede baja de los precios carecerían de importancia. Ahora bien,
ser explicada por las tradiciones locales: ganado, metal, pla no parece que ese haya sido el caso, a través de la historia.
ta, conchillas, etc. Esas mercancías pueden agruparse en dos Y eso se comprende, ya que la moneda, en el sistema capita
categorías: productos de gran importancia para la vida diaria lista, es también un derecho sobre la producción futura. Si
(sal) y productos de ornamentación. De todos modos la elec los precios monetarios bajan, el valor de ese derecho aumen
ción del numerario recae, al parecer, en una mercancía inter ta. Los capitalistas no podían, y no pueden aún, comprar la
cambiada comúnmente. Ambas categorías se encuentran da fuerza de trabajo con un derecho cuyo valor aumente. No
das en los metales preciosos (oro, plata, bronce, cobre) que pueden aceptar una baja de precios vinculada con la limita
sirvieron tanto para la ornamentación como para la fabrica ción de la moneda: “ La tendencia general de la producción
ción de objetos de primera necesidad al incrementarse la me capitalista no es elevar el salario medio sino bajarlo (en tér
talurgia. minos relativos)” (K . M arx). Para que el capitalismo se di
La utilización generalizada de tales metales en las econo fundiera era, pues, necesario que se instaurara un sistema de
mías precapitalistas proviene de sus cualidades intrínsecas, . emisión de ese derecho, la moneda, garantizando que su valor
necesarias para el numerario: son transportables, durables, no aumentaría. Ello implicaba una adaptación de la creación
divisibles, reconocibles. ■ monetaria a las necesidades de los capitalistas. El numerario
Pero, cuando a comienzos del siglo xviii, la revolución ■ y la liquidez están ligados entre sí. Pero la esfera de la pro
industrial alcanza su punto cumbre en Inglaterra señalando ducción es determinante. Así también el numerario se adaptó
el advenimiento del capitalismo industrial en el que los indi a la liquidez. L o que cambió de forma fue el intermediario
viduos productores son reemplazados definitivamente por cla en las transacciones para que el derecho sobre la producción
ses insertas en el proceso de producción capitalista, aparece la futura se adapte a las necesidades del capitalismo. Cuando los
moneda. Es el nacimiento de los depósitos bancarios sobre monetaristas del siglo XIX (R icardo-Tooke) se preguntaban
La inflación 65
64 Ernest Mandel y otros
La burguesía descubre entonces los trabajos de Keynes, co Los flujos de consumo C, de inversión 1 y de rentas R se
menzados unos diez años antes. Este economista británico expresan en términos reales, independientes por lo tanto del
rechaza la idea según la cual todos los individuos producen „ nivel general de precios P. En ausencia de transacciones exte-
a partir de su propia tenencia de factores y se adhiere a la- '; riores, el conjunto de los productos nacionales es igual a la
tradición clásica que considera la organización de la produc
ción al comienzo del análisis. La existencia de dos clases dis
tintas no implica para Keynes que ellas sean antagónicas, lo
que lo lleva al fracaso. No obstante, comienza los análisis en
1 suma de rentas nacionales. En el gráfico siguiente la bisec
triz representa, pues, la función que vincula a productos con
rentas iguales.
La curva C expresa la relación entre gastos de consumo y
términos de demanda y de políticas inducidas. En tal carác ; rentas. Es de tipo C = aR + b o a = este.
ter resulta esencial comprender esos análisis. Comprensión
■ La inversión es constante cualesquiera sean las rentas. Por
que obliga a determinar cuál es el aporte, de Keynes y delimi
L lo tanto la curva (C + I ), que expresa la relación entre la
tarlo de sus deformaciones o prolongaciones.
, demanda total y las rentas, es paralela a la curva C.
A ) El análisis de la desviación inflacionaria, falsamente
atribuido a Keynes, debe ser criticado en primer lugar en la
medida en que adhiere al análisis neoclásico, debido a una
incomprensión del pensamiento del maestro de parte de sus
laboriosos sucesores (Ackey, Samuelson, etc.). En 1940, du
rante la guerra, Keynes se preocupa por la posibilidad de
financiar los gastos militares sin recurrir al alza de los pre
cios o a importaciones. En efecto, un sector creciente de acti
vidad se orienta hacia la satisfacción de necesidades milita
res, lo que provoca una distribución de recursos monetarios
simultánea a la creación de productos que no están destina
dos al mercado. El gobierno necesita suprimir esa desviación
creciente entre los recursos monetarios distribuidos y las mer
cancías disponibles mediante un empréstito nacional. La emi
sión de este último supone que es conocido el monto de la -; En el punto Eq, la curva (C -j- I ) corta a la bisectriz. Por
desviación que Keynes intenta medir. Por lo tanto, para Key . lo tanto el ‘gasto total es igual a la renta y la economía está
nes, la teoría de la desviación inflacionaria es una teoría ‘ en equilibrio. Tal equilibrio puede ser de subocupación, o de
contable. , • plena ocupación, a diferencia del esquema neoclásico.
La sencillez del razonamiento ha seducido a sus sucesores Nuestros economistas lanzan entonces la hipótesis comple
que utilizaron esa “ teoría” para explicar la inflación. A l ha tamente gratuita de que la renta de equilibrio R eq es más
cerlo acumularon en su explicación las contradicciones e in - ’ alta que la renta de plena ocupación Re. Esta última es el
comprensiones del sistema capitalista que fueron recogidas . valor máximo, en precios constantes, de los productos que
fervorosamente en los manuales tradicionales. ' corresponden a una masa de productos que no puede ser
70 Ernest Mandel y otros La inflación 71
aumentada en razón de la plena ocupación y del abaratamien % dor®s- ¿No acas0 eso lo due ocurre con toda “filosofía so-
to posible de la fuerza de trabajo y de los bienes de equipo. ■ cial” reformista cuando se agudian los conflictos sociales?
Para la renta real -Re, existe, pues, un gasto de R eA , Por lo •;- Por otra parte, la comprensión del sistema capitalista no es
tanto la medida de la desviación (gap) está dada por AB. . una de las cualidades de estos autores. Explican la inflación,
A falta de impuesto o empréstito equivalente, los precios en base a su mecanismo, por el incremento de los gastos pú-
aumentan hasta absorber la desviación. ' Micos. En efecto, las empresas no pueden distribuir rentas
más allá de la plena ocupación, ya que, por definición, la
N o sólo este esquema no explica el sistema — ya volvere
actividad está en su máximo. Los gastos improductivos son
mos sobre el particular— sino que es totalmente aberrante.
pues los responsables del “ mal” .
Esta teoría resulta contradictoria desde dos puntos de vista.
Ahora bien, la existencia de inflación se nota en períodos
En primer lugar, la renta es definida com o la suma de gas de disminución de la actividad económica cuando no se llega
tos de consumo y de inversiones (volveremos sobre el parti a la plena ocupación, com o ocurrió especialmente en los Es
cular), y aumenta con una inversión constante. Puesto que tados Unidos en 1957-1958. Por otra parte, teniendo en cuen
el consumo depende de la renta, su aumento no puede justi ta las informaciones de plena ocupación en los Estados Uni
ficar el de ella. Hay por lo tanto contradicción entre el creci dos, tanto en lo que se refiere a la fuerza de trabajo com o a
miento de la renta y la constante de la inversión. En esta ma los bienes de equipo, se observa que a partir de 1950 la plena
nera de presentar las cosas, el gráfico expresa únicamente la ocupación ha sido rara.
imposibilidad de otra renta que no sea Req, si la inversión
es I. Los puntos de la curva (C + I ) que no sean Eq no 1950 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
existen, especialmente el punto A . Para que no sea así, hay % de capa
que considerar una inversión creciente a medida que aumenta cidad produc
R . Pero a partir de allí ya no se pueden determinar los pun tiva ociosa 0 3 1 2 13 8 11 15 24 15 15 20 17 17
tos de intersección, o sea la renta de equilibrio. % de fuerza
de trabajo
En segundo lugar no está claro cóm o esta teoría puede ex desocupada 5 3 2,7 2,5 5 4,3 3,8 4,3 6,8 5,5 5,6 6,7 5,6 5,7
plicar el alza de los precios, ya que está construida en térmi
nos reales y por lo tanto sin que aparezca el nivel de precios. Por otra parte, mientras Keynes proponía en 1940 un aho
A falta de precios, el ajuste entre los flujos reales queda ase rro forzoso de los particulares, los autores defienden la idea
gurado por el movimiento de los stocks. Si el gasto es supe de una reducción de los gastos “ improductivos” del Estado.
rior a la producción disminuyen los stocks y viceversa. En Ello equivale a olvidar que tales gastos son necesarios para
tonces el desequilibrio es sólo temporario, puesto que puede los capitalistas. En esta forma el Estado asegura indirecta
corregirse mediante un ajuste de los stocks hasta que es pro mente a las empresas la provisión de servicios qué reducen
duzca el de la producción. Aquí se encuentra un punto de sus costos (transportes), que facilitan la “paz social” (poli
contacto con la ley de J. B. Say, que sostiene que el equilibrio : cía, ejército) o que disminuyen en términos monetarios el
durable es de plena ocupación. Sida subocupación es la res valor de la fuerza de trabajo (vivienda, salud pública, edu
puesta al problema de la inflación, entonces la filosofía social cación). En cuanto a los gastos militares, permiten utilizar
de Keynes ha muerto, literalmente enterrada por sus segúi- las fuerzas productivas en una producción que no va a re-
!F!
caer necesariamente en el mercado. Aseguran, pues, un mer con la producción real de mercancías se determina el nivel
cado a las fuerzas productivas, pese a la ausencia creciente general de precios.
de ellos para las mercancías en el período de declinación No obstante, el multiplicador no puede explicar ni la in
capitalista. La 'burguesía no puede renunciar a esos gastos flación corriente ni la rastrera.
sin aumentar sus costos, arriesgando finalmente su existen El principio del multiplicador es que el aumento de la
cia mucho más seguramente que por la inflación. renta monetaria es limitado si el gasto adicional se renueva
de período en período.
B ) Tales contradicciones están ausentes del esquema de A S _
inflación de Keynes, que no es otra cosa que el multiplica En efecto, el coeficiente k es igual a 1/ ———, es decir a
dor de plena ocupación. Pero no por ello explica la inflación. A R
El multiplicador es un proceso monetario pese a las de
formaciones tradicionales de los manuales. Recordemos su
principio: un aumento de los gastos autónomos provoca un A C A C A S
aumento de la renta, de tal modo que: ya que T 1. Ahora bien, esta
A R A R A R
expresión es el límite de una progresión geométrica de razón
donde k es la inversa de la propensión a ahorrar.
A C
Keynes expresa estos valores en unidades de salario, que ------- = c
se supone constante. Algunos han querido ver en eso una A R
deflación de los valores monetarios en valores reales. Ello
cuya fórmula desarrollada es (I + c - f c2 + . . .c n). El
denota una confusión arbitraria entre nivel general de pre
multiplicador es pues un proceso tal que A R = A D (I + c
cios y nivel de salarios. Tanto más cuanto Keynes en la
+ c2 . . . cB) .
“ Teoría general” admite explícitamente un alza de los pre
cios absolutos provocada por la disminución de los rendi Ello queda aclarado en el siguiente cuadro:
mientos. Es evidente que las variables que actúan en el mul
período .A D A C . ........................ a -.r ..........................
tiplicador son monetarias. Las variables expresadas en .uni
dades de salario son iguales a la relación entre; su valor m o
netario y el nivel de los salarios. Por lo tanto: 1 A D A D A D
2 A D c A D A D (I + c)
A Ss A S/s A S
3 A D c A D + c2 a D A D (I + c + c2
A Rs A R /s A R
La propensión marginal a ahorrar es una relación de va
riables monetarias. D e allí que las otras variables ( A D ) y
n A D c A D + c2 A D (1 + c + c2 + . . . -r cn)
( A R ) sean monetarias. Confrontando la renta monetaria
+ cn A D
mtSfe
Ernest Mandel y otros La inflación 75
Se comprueba que en cada período una fracción del aumen monetarios ociosos, en una creación monetaria. Como corola
to de la renta anterior es lanzada nuevamente a la economía rio, el proceso llega a su fin cuando cn A D = 0 , es decir
en forma de gastos de consumo y que (I — Q es retirada ]' cuando todo aumento de gastos, al enésimo período, es ate
del circuito en forma de ahorro, por hipótesis atesorada. En .' sorado. El multiplicador se pone en marcha gracias a una
el enésimo período la suma de aumentos inducidos es igual nueva creación renovada de moneda, y se detiene cuando
ésta está completamente atesorada.
A D (1 -f- c -j- cJ -f- c3+ . . . - j- c n) Por lo tanto, el motor del multiplicador es el mercado de
Algunos (entre ellos Samuelson) creen poder demostrar los' ingresos en los que se manifiesta el deseo de atesoramien
que basta con que el gasto sea efectuado una vez para que to. En el centro del proceso se encuentra, pues, el ateosra-
haya multiplicación. miento, o sea la diferencia entre el ahorro y el gasto autóno
mo (S -D ). La creación monetaria implica que D es superior
período a S. Ello significa que las percepciones que deben recibir los
A D A C ' A R empresarios para cubrir sus costos de producción son supe
1
riores a lo que esperan recibir. El proceso de multiplicación
A D O A D implica un aumento de los beneficios, es decir un período de
2 O c A D expansión. Aun partiendo de una situación de sub ocupación
c A D
3 0 ésta tiene que disminuir aumentando la producción. _____
— C2 a D —. e-2 A D
Ahora bien, la inflación rastrera tiene lugar en períodos de
receso, y por lo tanto de disminución de la producción (en
Estados Unidos en 1957-1958).
n O Este doble fracaso del análisis de Eeynes tiene que ver con
cn A D c” A D el método utilizado. Confrontando una demanda monetaria
de consumo e inversión a una oferta real de las mercancías
A tal efecto suman los aumentos de rentas registrados so
bre el total de los períodos. Suma igual a A D (I -j_ c + correspondientes, sólo se puede tener com o conclusión una
c2 + . . . c n) . Pero tal suma no puede hacerse, ya que la variación de precios de reequilibrio. El precio de las mercan
renta y sus aumentos son flujos que mueren en cada período cías varía hasta que se igualan la oferta y la demanda. Para
para renacer en el siguiente. La multiplicación de las rentas explicar un desequilibrio perpetuo de precios, acumulativo o
no, hay que tener en cuenta los componentes de los precios,
monetarias en plena ocupación está, pues, limitada por el ate
es decir los salarios y los beneficios. Examinando el precio
soramiento. El alza de precios que resulta de ello está en sí
en su totalidad, sólo se puede estudiar el modo de ajuste de
misma limitada y no automantenida en forma acumulativa.
La inflación corriente no es explicada. las variables de las que él mismo es una variable de equilibrio.
Para establecer el equilibrio del precio es necesario tener en
Dada la naturaleza del motor del multiplicador, éste no
cuenta el ajuste de las variables que lo constituyen.
puede dar cuenta de la inflación rastrera. Es necesario enten
der, en efecto, que al aumento del gasto autónomo implica Pero para hacer un estudio de los salarios y de la ganancia
■un desatesoramiento” , o sea un incremento de los ingresos es necesario determinar la regla de formación de los mismos,
76 Ernest Mandel y .o tr o s
amentado desde hace algunos meses por los Estados Unidos (por ejemplo en los países capitalistas desarrollados durante
es un último ejemplo de ello. los años 1945-1948, o durante la guerra de Corea en 1950
1951), la mayoría de los mismos economistas burgueses ad
_ c ) Finalmente, si queremos realmente llegar a lo esencial mite que los asalariados no son los responsables del alza. Es
diremos que la inflación rastrera, permanente, es un fenóme cierto que les sería difícil sostener lo contrario, dado que en
no estrechamente vinculado a las condiciones en que se reali esos períodos se observa una ibaja de los salarios reales (los
za la acumulación en los países capitalistas desarrollados. En salarios nominales aumentan con menor rapidez que los pre
otras palabras, está ligada a lo que podríamos llamar la acu cios).
mulación monopólica. Trataremos de demostrarlo.
Si, por el contrario, nos ubicamos dentro de períodos de
Los economistas burgueses, que se han mantenido a nivel
de las apariencias más evidentes, a pesar de todo compren inflación rastrera, cambia la actitud de esos mismos econo
dieron en mayor o menor grado que la inflación rastrera y mistas burgueses.
su permanencia era un fenómeno nuevo. Por esa causa tra Si los precios aumentan — nos explican— es porque los
taron de determinarla. " costos salariales que deben soportar los capitalistas aumen
tan. Si los costos salariales aumentan es porque — según nos
dicen— los índices de los salarios nominales aumentan más
B ) Intento ¿fe los economistas burgueses de determinar el rápidamente, que la productividad.1 “ Creo — explica G. Ha-
nuevo fenóm eno en base a los costos salaríales. berler, consejero económico de Nixon— que la causa pro
funda de la inflación rastrera de nuestra época es que los sa
En efecto, tal com o lo hemos visto, los economistas bur
larios tienden a un alza mayor que el alza progresiva de la
gueses hacían tradicionalmente responsables de la inflación
productividad media” 2
al crecimiento de la masa de moneda o a la demanda excesi
va. Algunos economistas burgueses, que en mayor o menor
— Los economistas burgueses sacan com o consecuencia de
grado ^comprenden que existe un fenómeno nuevo, van a
este análisis algo que no puede disgustar en absoluto a los
atribuirlo a “ otra variable” . La explicación de la inflación se
gobiernos burgueses, o sea que la inflación rastrera es “ la ma
reduce,qmes, a una sustitución de variables: la “ inflación tra
dicional” (entiéndase por ello inflación pura y simple) se de- nifestación de un excesivo poder de los trabajadores” 3, y que,
“ a menos que se tomen medidas para debilitar el poder de
?® ?a ía Am anda; la “ nueva inflación (entiéndase por ello
inflación rastrera) se debería al alza de los costos salariales.
1 Siendo la productividad la producción por hombre-hora, es de
cir la relación:
II. D E SA R R O LLO DE L A T E O R IA D E L A INFLACION Producción
PO R LOS COSTOS SALARIALES *
cantidad de hombres empleados x número de horas trabajadas
2 G . Haberler: “Further comments on briefs comments on the
A ) Si nos ubicamos dentro de los períodos de inflación recession”, Review o f Economics and Síatistics, mayo 1959, p. 189.
pura y simple, con muy elevada alza acumulativa de precios 3 S. Slichter, Economic Growth in the United States, 1961, p. 187.
90 Ernest Mandel y otros La inflación 91
los sindicatos, seguirá planteándose el problema de la infla ses propondrán la instauración, de una política antiinflaciona
ción, rastrera” 1. ria atacando a los trabajadores.
En definitiva, la existencia de sindicatos que ejercen una Más exactamente, para eliminar la inflación rastrera pro
presión continua sobre las ganancias, por la obtención de al ponen el principio siguiente: a escala nacional, el alza de los
zas de salarios superiores a las de la productividad, desempe índices de salarios nominales por dora debe ser igual al alza
ña un papel decisivo en la existencia de la inflación rastrera, de la productividad media de toda la economía. A l lograrse
y explica en gran parte — según afirman— que el alza de esa condición se lograría terminar con la inflación rastrera.
los precios sea ininterrumpida, incluso en los períodos de re No hay nada de sorprendente en que ésta sea la doctrina
ceso. 2 oficial de todos los gobiernos occidentales desde hace varios
Agregan finalmente que “ los sindicatos obreros no' podrían años.1
forzar un alza de los precios si la política monetaria no fla Para lograr un alza de los salarios nominales igual o infe
queará” . 3
rior al alza de la productividad se han propuesto, según los
De allí que pueda decirse que la economía necesita liqui
países capitalistas, diferentes medios, todos los cuales se re
dez suplementaria para financiar el alza de los costos y de los
ducen a medidas directamente represivas contra los trabaja
precios. Si la política monetaria es amplia, porque no se de
dores, o a medidas que tienden a “ integrar” la clase obrera:
sea detener el proceso de alza de los precios ante él temor de
provocar una desocupación masiva, esa política permitirá que
— Medidas directamente represivas: Se propone atacar di
la inflación rastrera evolucione, pero sin ser directamente res
rectamente los derechos de los sindicatos y de los trabajado
ponsable de ello. Los verdaderos responsables son los traba
res. Se afirma que el interés general requiere “ ¡que se impon
jadores, y la política monetaria se adapta a los cambios de
gan restricciones mayores al poder monopólico de los traba
los salarios. Es la idea que concebimos bajo un “ labour-
jadores!” . 2 El fin de la inflación rastrera será una consecuen
standard” . 4
cia indirecta de ello. Se propone, pues, aplicar a los sindicatos
la ley antitrust (en los Estados Unidos), limitar el derecho de
B ) Puesto que la inflación rastrera es provocada por el
huelga, prohibiendo especialmente algunas formas de huelga
alza de los costos salariales, que a su vez es debida a la acción
o imponiendo preavisos, limitar los derechos de los sindica
organizada de los trabajadores, nuestros economistas burgue tos, etc.
1 G . Haberler: “ Brief comments on the recession” , Review of Eco-
nomics and Statistics, mayo 1958. — Medidas tendientes a integrar la clase obrera: Se propo
2 Por supuesto esta tesis es compartida por la parte patronal. Así ne entonces una política restrictiva de salarios, tratando de
por ejemplo Blough, presidente de la U .S. Steel, declaraba en 1957:
“A l aumentar todos los años los precios de costo bastante por enci
1 V er, especialmente en los Estados Unidos, las declaraciones de
m a del aumento de la productividad los sindicatos provocan inevi
Kennedy, Johnson y Nixon, en Gran Bretaña las declaraciones de los
tablemente la inflación” .
ministros de finanzas conservadores (S. Lloyd, R. Maudling) o labo
3 G . Haberler: “Factores monetarios y estabilidad económica” ,
ristas (C allaghan), en Francia, la carta a los sindicatos de Debré en
Economía Appliqué, enero-junio 1958. 1959, el informe Massé sobre la política de rentas, etc.
4 J. R . H icks: “Economic foundations o f wage policy” , Economic 2 E. H . Chamberlínn, Economic Analysis of Labor Union Power,
journal, sept. 1955. 1958.
La inflación ro
92 Ernest Mandel y oíros
Nuestros brillantes economistas y distinguidos políticos se Supongamos también que el producido global permanece cons
tante,que un alza inicial de salarios hace que W pase de 50 a 52
olvidan de decir que si en esas condiciones los precios aumen-
94 Ernest Mandel y otros La inflación 95
Esto nos recuerda lo que ya en el siglo X v m escribía el han aumentado sus precios de tal m odo que no sólo no ha
economista inglés A . Smith: “ Nuestros comerciantes y nues disminuido el porcentaje de ganancias en la renta nacional,
tros industriales se quejan mucho de los efectos nefastos de sino que ha aumentado.
los incrementos de salarios que hacen aumentar los precios, Sin entrar a hacer aquí una larga disertación sobre lo que
pero no dicen nada de los efectos nefastos del aumento de 1 se ha dado en llamar la pauperización relativa, y contentán
las ganancias” . donos con situarnos únicamente a nivel económ ico,1 pode
--J
Evidentemente se nos respondería que, en el sistema capi mos afirmar lo siguiente: si se parte de la hipótesis según la
talista, el porcentaje de ganancias no podría disminuir sin cual la fuerza de trabajo es vendida a su valor, es evidente
comprometer gravemente el proceso de acumulación del capi que con el aumento de la productividad del trabajo, que reduce
tal y, por lo tanto, la evolución de la producción. Eso es el valor de la fuerza de trabajo, disminuye el porcentaje de
cierto. Pero también nos demuestra muy simplemente que si la clase obrera dentro de la renta nacional. Este fenómeno
los capitalistas, al aumentar los salarios, aumentan también ya ha sido señalado cuando hablamos de la formación de la
sus precios para mantener o más frecuentemente para aumen plusvalía relativa. Este proceso, difícil de calcular en cifras,
tar sus ganancias, no lo hacen porque sean “ malos” sino por se revela pese a todo a través de un cierto número de estudios
que es una ley inevitable del sistema capitalista. Si los salarios estadísticos.
nominales aumentan, los capitalistas están obligados a recu
perarse total o parcialmente mediante el alza de los precios. — En efecto, mientras que en materia de fortuna y pro
En la práctica algunos estudios realizados por los propios piedad resulta claro que no hay dispersión sino centralización
economistas burgueses, especialmente estudiosos estadísticos, del capital, en materia de rentas, algunos pretenden que la
muestran muy claramente que, en realidad, los capitalistas política llamada de redistribución de las rentas (impuesto pro
gresivo a los réditos, derechos de sucesión, beneficios socia
y un alza igual en Cw que pasa también a 52. Pueden presentarse les, etc.), ha provocado una nivelación creciente de las rentas.
dos casos:
1- que los capitalistas no aumenten sus precios. Tendremos entonces: Estudios realizados en Francia, Gran Bretaña y los Esta
W = Cw = 52 y por lo tanto P = Cp = 48 y Cw + C p = 100 = R, dos Unidos demuestran que no es así.
Se logra un equilibrio, sin alza de los precios, por simple trans Para Francia, citaremos el estudio de Alain Barreré. 2 Ana
ferencia de la renta real, en beneficio de los asalariados.
liza la evolución del porcentaje de salarios en la renta na
2° que los capitalistas. hagan repercutir sobre sus precios el alza de
los salarios. Tendremos entonces: cional distribuida. Compara a la renta nacional, la masa sala
W = Cw = 52; P = Cp = 52 rial siguiente:
E l producido global corriente, R, pasa pues a 104. Se ha vuelto
a obtener el equilibrio por el alza de los precios, lo que permite
a los capitalistas mantener invariable el volumen de sus ganancias. 1 Señalemos que para apreciar, en la práctica, con cierta validez
Nicolai agrega que si . el razonamiento se hiciera en base a un el proceso de pauperización relativa, no hay que contentarse con si
producido real creciente, llegaríamos a la misma conclusión: sólo ha- tuarse únicamente en .el plano económico, sino que también hay que
b n a alza de precios, según el alza de los salarios, en la medida en tener en cuenta el total de las instituciones que pesan sobre los tra
que los capitalistas quisieran mantener (o aumentar) su participación bajadores en el sistema capitalista.
en el producido global. p 2 A . Barreré, Economie Financiére, t. II, D alloz, pp. 133-34.
á f e iíi;;-
i
96 Ernest Mandel y otros -K La inflación 91
Volumen de salarios directos ( = ganancias salariales por El segundo factor se muestra en la evolución de la impor
hora x duración del trabajo x número de trabajadores ocupa tancia relativa de los sectores de producción. En efecto, esa
dos) + Volumen de salarios indirectos ( = suma de los di evolución puede ejercer una influencia decisiva en la evolu
versos beneficios sociales) — (Retenciones fiscales + cuotas ción del porcentaje de asalariados. El porcentaje del trabajo
sociales). en la renta nacional es igual a la suma de los porcentajes del
Obtiene los siguientes resultados, en porcentaje de la renta trabajo en la producción de cada sector, ponderados de acuer
nacional: do con la importancia relativa de esos sectores en la economía.
1938 : 54 % Por lo tanto, el porcentaje de los asalariados dentro de la
1951 : 55,2 % renta nacional puede muy bien aumentar sin que aumente su
1962 : 60,6 % porcentaje en ninguno de los sectores de la economía: basta
con que los sectores en los cuales ese porcentaje es impor
Resulta pues — saca, como conclusión Barreré— que el
tante, adquieran una importancia relativamente mayor.
aumento ha sido escaso: el volumen de salarios disponibles
pasó del 5 4 % al 60,6% de la renta nacional, o sea que el — En definitiva, el estudio de Barreré y los datos que aca
porcentaje de salarios aumentó en un 11 % . Sobre todo, aña bamos de aportar al mismo permiten llegar a la conclusión
de, este aumento debe ser atribuido en su totalidad al aumento de que en Francia no hubo aumento relativo de los salarios de
de dos de los com ponentes del volumen de salarios directos: los obreros y empleados con respecto a las ganancias. Hubo
la duración del trabajo y el número de trabajadores ocupa hasta una baja relativa, disfrazada por los cuatro factores de
dos, 1 y no al aumento relativo de los salarios de los trabaja que hem os hablado (aumento de la duración del trabajo,
dores con respecto a las ganancias. aumento del número de trabajadores, existencia de altos eje
A esta conclusión habría que agregar, además, que otros cutivos y evolución de la importancia relativa de los sectores).
dos factores son igualmente susceptibles de provocar un
aumento del porcentaje de salarios, sin que haya, sin embar — La misma conclusión puede extraerse de algunos estu
go, una mejora relativa en las condiciones de los obreros y dios realizados con respecto a otros países capitalistas desa
empleados. rrollados.
El primer factor es que dentro de la categoría de asalaria
dos se encuentran los altos ejecutivos, directores de empre En Gran Bretaña, por ejemplo, se hizo un estudio que llega
sa, etc., que nada tienen que ver con los obreros y empleados, i a la conclusión de que “el aspecto saliente de la redistribu
y cuyos salarios han aumentado en medida mucho mayor que ción de la posguerra no es precisamente el hecho de quitar
los de los obreros y de los empleados.2 a las clases acomodadas para beneficiar a los trabajadores” .1
, Finalmente, en los Estados Unidos, la concentración de la
1 Entre 1958 y 1962, la duración del trabajo y el numero de traba ■
> renta sigue siendo tan fuerte como a principios de siglo. En
jadores ocupados aumentaron, en total, en un 3 3 % .
1910 el 5 0% de los matrimonios cobraban el 75% de la
2 H ay que agregar además que no sólo sus salarios han aumen
tado mucho más sino que han aprovechado más que los obreros de 1 renta familiar total; en 1956, el 4 9% de los matrimonios co-
la política de las transferencias sociales. V er a este respecto el estu
dio de Hubert Brochier: Finanzas públicas y redistribución de las 1 F . W eaver: “Taxation and redistribution in the United King-
rentas, París, 1950. dom” , Review of Economías and Statistics, agosto 1950.
98
•£/ íicst M andel y otros La inflación
de l a ^ S i d a 3^ 1? Señalar qUC la resPonsabilidad esencial a) La demanda desempeña, en primer lugar, un papel que
podría calificarse de “perm isivo” . Más exactamente, para que
las mercancías puedan ser vendidas a precios cada vez más
altos, es menester que exista una demanda solvente suficien
Si los trabaiad° :
reacción aP,a 3 *“ ’ * de 5" tem ente elevada.
La interdependencia del papel de los costos y de la deman
da es esencial, en primer lugar, para comprender el carácter
c i ó n ^ I * n ? a n eaS™ ,ar 3 tíM o de < * « ™ - continuo de algunas tensiones inflacionaras. Es evidente que
total de las rentas nrw 3Un en 6 Caso de 9ue e- alza del un volumen de bienes constante sólo puede ser vendido a un
^ t ^ ¿ T Z r T ^ : \ z T ^ a,za de ia í>rodacti- precio más elevado si los gastos aumentan proporcionalmen
te. Un ejemplo característico a este respecto es el del ramo
r á ^ S T r o n e ^ 1^ ,0’ -qUe la ^ “ «¡vidad « e n t e más del acero en los Estados Unidos, que ha desempeñado un
importante papel en la existencia de la inflación rastrera. En
efecto, aun los que han atribuido el origen de esta tensión
^ s ^ a S = 5, ’reií tota’
. 5a 111=
tíos nominales inferí™. i Fderlos sala-
1 alza = inflacionaria continua tanto a la presión sindical com o al de
alza d ^ o w da f r ^ t n l * r^ *1 Prod“^ H a d y a nn seo de los monopolios de aumentar su margen de ganancias,
Sin embargo este ™ í ^ de Ia Productividad. insisten en la existencia de una demanda “permisiva” . Por
dría suscitar un alza de tos prectof En°efécto t í “ “ “* P°" otra parte y según se ha señalado, cuando en 1959 la deman
del porcentaje de salarios y " , a u m e n t o Í í ^ n da perdió rigidez en razón de la competencia cada vez más
importante de otros productos (cemento armado, aluminio,
Ver el estudio de S. Kuzneís, citado en E MandpJ- r ,, plástico), los precios no aumentaron. A l no poder aumentar
ue marxiste,
nomía marxiste, tt. i T, Julliard,
t. iUío^ pp. 4, .Í £ 2 l 7 ív « ’ -Mandel.
, Traite d! eco sus precios, los empleadores se negaron, en la primavera de
A . H . Contad: en el mismo sentido:
Incomp<!” --------- P./*T_. o f vvages
W ages and
andSalair
Salaires in Manufacturing 1959, a aumentar los salarios, prefiriendo soportar una huel
lncomes , Employment, Growth and Price Levels,
J.E.C., 1959, p. 153. ga de seis meses antes que disminuir su margen de ganancias.
wimmw
¡111» 101
La inflación
100 Ernest Mandel y otros
U;;;'í
¡j
¡i
— Como liemos visto, la inflación rastrera se manifiesta en
el hecho de que los precios de las mercancías son constante
mente superiores a su valor y de que se produce un alza de
esos precios, no generalizada, no acumulativa y permanente.
En sí misma no es más que la expresión financiera de las
nuevas formas que adquieren tanto la tendencia a acumular
com o las contradicciones en el proceso acumulativo, dentro
del capitalismo contemporáneo.
Es por eso que si queremos explicar la inflación rastrera y
su vigencia hay que demostrar cóm o ella está ligada a la ac
ción conjunta de los m onopolios y del Estado burgués.
En el primer artículo hemos explicado cóm o la formación
y la acción de los monopolios por un lado y las formas espe
cíficas que toman las intervenciones económicas del Estado
por el otro, eran dos elementos esenciales para intentar defi
nir la forma que el m odo de producción capitalista adquiere
en nuestros días en los países capitalistas desarrollados y para
explicar asimismo la nueva evolución, en esos países, de las
fuerzas de producción después del período de estancamiento
entre las dos guerras.1
i3 ÍL
Ernest Mandel y otros
La inflación 109
que írabajakn0eneu ^ 7 ¿ 8 o r UdaS mdusín.as norteamericanas a un mecanismo que, a partir de la política de precios de los
decidieron a n rp to ” a capacidad 1 ^ “ * monopolios, suscita un alza en el nivel general de precios.
guíente con el objeto no sólo de a P eI 3110 si“ Para analizar este mecanismo hay que estudiar tres casos.
mayor, sino principalmente para p ro d u c ^ a m ^ demanda En el primer artículo nos hemos referido ya a los dos prime
Esos gastos son por suon p<un iP ° . C11 a un Precio menor, i ros. Sólo los recordaremos al pasar.
* fa ¿ > T d T T T ’Í ° f ? “ '' T ° de un aumento
feación , cargas f t a a T T f p t I Z Z ’ “ T % W lm - le r caso: Un mercado de bienes de producción o de bienes
de consumo está abastecido al mismo tiempo por un m onopo
lio y por pequeñas empresas no monopólicas.
Si existe esa estructura es porque le conviene ai monopolio
permitiéndole sobre todo una transferencia de valor en su
provecho.
Pero la misma transferencia es una amenaza para las pe
b) L o s m onopolios facilitan ¡a transmisión j „f , . ,
pracwa « de la economi¡¡ alza de los queñas empresas y, por lo tanto, para la estructura que se
considera conveniente para el monopolio.
En tales condiciones el monopolio suscitará un aumento del
s a s l n e ^ T Z i ^ - ^ V 01 “ » * < * ■ venden precio de venta en todo el sector, lo que tendrá com o efecto
no sólo un aumento de su ganancia adicional, sino la preser
vación del margen de ganancia de las pequeñas empresas no
drían q“ f c sS n° “ p l i c a s ten- monopólicas.
inferiores. Pero en la práctica p.cn prCC10S Pr°porcionalmente Numerosos estudios han detallado este fenómeno y esta
sumamente importante^dp ffn S°- n° ocurre- Si él volumen uniformidad en el alza de los precios.1
de monop°lio
presas no monopólicas éstas v f u i dc las Pequeñas em - 2? caso: Un mercado de bienes de consumo está dominado
eompleto. Si aT sa r de’ la 1 t yf- hí nan desaparecido por por un monopolio, que compra algunos productos interme
todavía pequeñas f r e s a s no ^ ^ ^ 0 e“ dios a pequeñas empresas no monopólicas, especializadas y
mecanizadas.
m
11,t
En estas condiciones el monopolio va a:
19) Imponer su precio de compra a las pequeñas empresas
'¡¡i ! ^ n ^ G rom lT a n ^ P a Z StateS”’ en EmP^y- y provocar, por consiguiente, una transferencia de valor en
Ver en igual sentido: J. T D unlon-'nÍ ® ? on° m 1c Gommittee, 1959.
Proposals» en Wages, P r i c e s P ^ s í f ^ Problems» Cholees and su provecho.
Problemas de la adhesión sindica] a P™*ttctWUy; y F . Sellier:
a congreso de economistas de habla fr a n ^ s a ^ n Inf° rme 1 Ver especialmente: Blair, “Administered Pnces: a Phenomenon
in Search o f Theory” , American Economic Revierv, mayo 1959.
114 Eniest Mandel y otros
La inflación 115
Se han hecho encuestas que han demostrado que más qUl En forma más general, los “ expertos’; de la Q.C.D.E. ad
cualquier otio productor, los monopolios consideran que 1¡ mitían, en julio de 1964, que en todos los países occidentales,
demanda es muy poco elástica. Más aún, que la baja de lo' entre los productores de los sectores “ protegidos” (es decir
precios puede provocar una disminución de la demanda ¿ dominados por m onopolios) repercutían muy poco o nada las
provoca especulaciones con la baja o si se la interpreta corno bajas de los costos.1
una pérdida de calidad. Es evidente entonces que si la bu|t
Por lo tanto, la influencia deflacionaria del progreso técni
de precios provoca una disminución segura e inmediata dv. co sobre el valor no se manifiesta en una baja de los precios.
las ganancias unitarias y que, por otra parte, existen dudas 'r En los sectores en los que más aumenta la productividad, los
en cuanto al aumento del volumen de ventas que podría pro monopolios prefieren aumentar sus ganancias antes que bajar
vocar, el monopolio preferirá renunciar a bajar sus precios. sus precios.
4<?) Una cuarta razón explicativa del hecho de que los mo Los monopolios son también reacios a bajar sus precios,
en el caso de demanda decreciente.
nopolios se muestren reacios a bajar los precios, es la exis
tencia de convenios. Es sabido, en efecto, que en los merca Hasta se observa que en tales casos se preocupan más que
dos monopólicos existen, muy a menudo, convenios expresos nunca por mantener sus precios. Se ha observado, a este res
o tácitos. Entonces, las firmas cuya productividad ha aumen pecto, que los convenios entre las firmas se multiplican, siem
tado en mayor grado tratan de no bajar sus precios para no pre que la disminución de la demanda no sea demasiado im
portante. 2 que es com o se presenta en general este caso en
perjudicar a las empresas marginales y, al mismo tiempo,
nuestros días.
mantener o aumentar sus propias ganancias adicionales. ’
• Más aún, se observa a menudo que, durante los períodos
En general, todos estos argumentos teóricos se concretan,
de receso, los precios de las industrias monopólicas no sólo
en la práctica, en la ausencia, tantas veces observada, de ba
no bajan sino que tienen tendencia a aumentar. Este fenó
jas de precios en los sectores dominados por los monopolios, meno puede ser perfectamente ejemplificado con el compor
luego de un aumento de la productiivdad o una disminución }
tamiento de las industrias del acero y del automóvil en los
de los costos.
Estados Unidos. En la industria del acero, a pesar de una baja
Wolozin, por ejemplo, al establecer la relación entre el
aumento de la productividad y los cambios de precios m ujo : 1 Ver “ Por una política de precios, ganancias y otras rentas no
ristas, en diecinueve industrias norteamericanas dominada* salariales” , París, julio de 1964.
por monopolios, en los años 1947-1957, llega a la conclusió. 2 Ver a título de ejemplo el estudio realizado en Gran Bretaña:
“Council on Prices, Productivity and Incomes” , Londres, feb. 1958.
de que el alza de la productividad rara vez ha llevado a una -
Los autores del informe afirman: “Pareciera que en un período de
baja de los precios y que, a lo sumo, lo que pudo conseguirse demanda moderada, los convenios para mantener los precios o para
fue disminuir el ritmo de los aumentos.1 proteger a las empresas marginales tienen más influencia que en los
períodos de gran demanda en que este problema no se plantea, o en
m los de escasa demanda en que los acuerdos pueden verse comprome
1 W olozin: “Inflation and the Price Mechanism”, tidos por una fuerte competencia” .
Journal o f Poli Ver, en el mismo sentido: Rothschild, “Price theory and oligo-
tic al Economy, oct. 1959.
poly” , Economía Journal, 1947.
119
La inflación
Ernest Mandel y otros
s e trata d e u n c a m b io en la
de producción provocada por una disminución de la demanda
en 1949, 1953-54 y 1958, los precios siguieron aumentando, i ¿ales, Provoca^ °e Pe° r ¿ p C n o está directamente vinculado
Del mismo m odo, en la industria del automóvil, en 1957-58, en firmas en 5 ue el, e® P ducción: personal de oficinas de
la demanda de coches nuevos disminuye en un 2 0 % y los = con las variacione _^ Tlcicólo{ros V “ consejeros de trabajo ,
estudio e investigación, psicólogos y f. J - etc. La
precios aumentan en un 4 % . .
tonal d e lo s s e r v i d o s o — l e s " « t o s p ro
Para explicar este comportamiento de los monopolios se im portancia c a d a v e z d ^ fijo s en lo s c o s to s
pueden repetir los cuatro argumentos que ya hemos anticipa
do. Se observará especialmente que la tendencia que tienen ,o e a to s co s to s salariales u n itarios se t o m a ca d a
totales. El total de 1 ^ ríodos de receso; hasta pue-
los monopolios a renovar frecuentemente sus equipos, aun
durante los períodos en que no se utiliza totalmente la capaci Z t t S Í y lo s m o n o p o lio s se v e r í a e n ton ces n tu oh o m e
dad de producción, provoca, durante los períodos de receso, nos in cita d o s a b a ja r sus S f L m o n o p o lio s in tro d u ce n en
costos elevados de no utilización de los equipos, que son un
A s í, p o r sn “ 7 ° « H r t r í t o T d e e x p a n sió n c o m o d u -
elemento importante para el mantenimiento de los precios. el sistem a, ta n to durante lo s p e n o o s L rmím,m u de los
Del mismo modo, el “ argumento” de la diferencia que exis ante lo s d e r e c e s o , una tendencia al alza peiman
te entre el momento en que cambia el precio y el momento en
precios. riprinrir de ello que los monopo-
que ello repercutirá sobre la cifra de ventas, tiene particular Sin embargo, no hay que d ptaz0, tanto como
importancia en períodos de receso. En efecto, los monopolios líos a u m en ten siem ju x sas p r , sa b en ¡m p o n e r-
prefieren proteger sus márgenes de ganancias antes que tratar a v e c e s p o d r ía n b a c e r i o .d m t o * ™ ? P ejercH1 „ na
de estimular una demanda, que consideran falta de elasticidad,
bajando sus precios. Tendrán hasta una tendencia a aumen r c S o yrS le P °aí - ^ d e * s p re cio s.
tarlos, justamente porque consideran falta de elasticidad a la
demanda, y tratan de compensar la disminución del volumen
de ventas con un alza de los márgenes unitarios. A estos ai- B ) Límites que se imponen a sí mismos los monopolios
•K;!' gumentos debe agregarse finalmente un último elemento que
favorece la rigidez en la baja de los precios, elemento especí a) Uno de los hechos más^caract«s^ t^C° S ^ rSistemática-
fico del comportamiento de los monopolios y que, por defi
ir nición, ejerce principalmente su influencia en períodos de £ £ — - * -
receso.1
1 En 1940, sobre la base 100, los precios del acero evolucionaron in tbe United States” , Joint Economic íg4g 1953-1954 y 1957-
de la manera siguiente: serva que durante los tres . d o *e9s manuales y la baja de los
1 948: 150 1953 : 203,6 1957 : 264,6 1958 la baja del empleo de tra J a; adores fue compensada por
1949: 162,6 1954: 212,7 1958: 273,8 costos salariales unitarios para e a J trabajadores no
un doble aumento del empleo y de los costos
V er “Steel Prices, Unit Costs, Profits, and Foreign Competition” ,
Joint Economic Committee, 88th Congress, abril-mayo 1963.
y manuales. . .
120 Ernest Manclel y otros La inflación 121
nancia. Los monopolios tienen una amplia perspectiva para no aumentaron sus precios en la medida que se los permitía
sus decisiones y tratan de alcanzar el máximo de ganancia o. el mercado, por temor a verse obligados a aumentar más los
largo^ plazo. Por tal causa, el monopolio tratará de no tomar salarios.
decisión alguna que pueda ir en contra de los cuatro obieti En general, la política de precios de los monopolios se ba
vos siguientes: sará esencialmente en previsiones a largo plazo sobre el aumen
to de la demanda a la industria, sobre su participación en
1) N o alterar sus relaciones con sus eventuales competi el mercado y la evolución de sus costos. De acuerdo con esas
dores. Además, el problema se resuelve frecuentemente me previsiones adaptará su política de precios a los objetivos a
diante acuerdos. Pero com o el entendimiento nunca es per largo plazo que se ha fijado en cuanto al margen de ga
fecto, se trata de evitar los cambios de precios demasiado nancias.
frecuentes que el buscar a corto plazo el máximo de ganancia
podría provocar, pues siempre existen dificultades para po b) En la práctica, el problema se plantea en los siguientes
nerse de acuerdo acerca de la importancia del cambio. términos: se supone que en un momento dado aparecen de
. 2 ) 'No perder nada de la clientela lograda. Si se trata de mandas muy excesivas. Se trata entonces de saber cómo van
bienes de consumo, el buscar a corto plazo el máximo de ga a reaccionar los monopolios. ¿Tratarán de aumentar en forma
nancia con cambios frecuentes de precios podría provocar a inmediata y total sus precios, o renunciarán a explotar la situa
ción en la medida en que podrían hacerlo? Su enfoque a largo
■yr®? pNzo un desplazamiento hacia la izquierda de la curva 1;
de demanda a corto plazo. Por el contrario, en períodos ñor- ' plazo parece llevarlos, en la mayoría de los casos, a adoptar
males, los “ consumidores” seacostumbran fácilmente a un ■ la primera actitud.
precio determinado. : Más exactamente, si una demanda muy excesiva se mani
fiesta, pero es considerada temporaria, los monopolios podrán
Si se trata de bienes de producción, el monopolio tendrá =
no aumentar inmediatamente sus precios en la medida en que
que tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, será otro ;
el estado del mercado podría permitírselo, y por lo tanto fre
monopolio el que le compre sus productos. í
■ [tm nar en lo inmediato el alza de los precios. Aumentarán sus
3 ) N o provocar nuevas entradas en el ramo. Si el mono- . > precios, pero en menor medida de lo que podrían, y siempre
pobo lleva al máximo su ganancia a corto plazo, corre el ríes- ' !( por la misma razón: el hecho de contar con una perspectiva
go de provocar una desviación demasiado importante de su amplia en el tiempo para sus decisiones.
ganancia adicional con respecto a la ganancia adicional mo- •- A este respecto pueden citarse varios ejemplos. J. Ball, en
nopolica normal” , y corre el riesgo también de alentar la 1 primer lugar, pone com o ejemplo la política de la mayor parte
entrada de nuevos capitales al ramo. Esa entrada podría pro- L de las grandes firmas industriales inglesas durante la infla
vocar, a largo plazo, una disminución de su margen de ga- -h ción de la posguerra.1 Según explica, la existencia de una
nancia. - demanda de bienes sumamente elevada fue juzgada, en la ma
yoría de los casos, como excepcional: se estimaba que el por-
4 ) N o provocar reivindicaciones de los trabajadores. Así
se explica que en los Estados Unidos, inmediatamente des -1 Ver J. Ball: Inflation and the Theory of Money, Londres, 1964,
pués de la güera, los monopolios de la industria del acero p. 119.
122 Ernest Mandel y otros La inflación 123
centaje de aumento a largo plazo de la demanda sería muy son p ropios,1 prefiere a veces esperar una oportunidad más
Inferior, de modo que “ los precios industriales fueron mante propicia, frenando en lo inmediato el alza de los precios.
nidos a un nivel inferior del que hubiera podido lograrse lle Esa ocasión más propicia es el aumento de los salarios.
vando al^ máximo, a coito plazo, las ganancias” . Evidente Así los monopolios podrán hacer creer más fácilmente que
mente, añade, el nivel excepcionalmente elevado de la deman los trabajadores son los responsables del alza de los precios.
da provocó un replanteo en el sentido de elevar las previsio Esa diferencia entre el momento en que el exceso de de
nes a largo plazo, pero ello no significó que los precios aumen manda permite al monopolio aumentar sus precios y el mo
taran tanto com o si se hubiera llevado al máximo instantá mento en que efectivamente va a aumentarlos, después del
neamente el margen de ganancias. aumento de salarios, puede ser un elemento estabilizador que
A, Rees explica del mismo m odo el mantenimiento de los limita el alza de los precios. 2
precios del acero de los automóviles, en los Estados Unidos
— 'Después de estudiar la responsabilidad directa de los
“ era aceptado” . * “ 21 * * el monopolios, es decir los diferentes mecanismos por los cuales
el deseo de los monopolios de mantener o de aumentar su
io S iT q^ 111? 10' Hari^od hace noíar (lue en Gran Bretaña, en margen de ganancia provoca una inflación rastrera perma
-1955, la aparición de demandas muy excesivas en el
nente, falta ver qué papel pueden desempeñar las reacciones
sector de los bienes de equipo no incitó a los monopolios a
de los trabajadores organizados.
aumentar sus precios en la misma proporción; 2 en paite
aumentaron los precios y en parte prolongaron los plazos de
entrega.
2. Papel que desempeñan las reacciones de los trabajadores
Del mismo, para terminar, Zamowitz señala que en los Es organizados ante la política de los monopolios.
tados Unidos, de 1950 a 1962, el ajuste a la demanda muy I
excesiva en las industrias más concentradas se hace en mayor A ) En un primer momento supondremos que la dirección
proporción por un aumento de pedidos no satisfechos que por burocrática de los sindicatos logre mantener las luchas dentro
aumento de precios. 3 ^ ^
Por otra parte, aun en el caso de que el aumento de la de 1 Objetivos definidos precedentemente y ligados a su vez a la bús
manda sea considerado permanente, n o es seguro que el mo- 1 queda de una maximización del margen de ganancias a largo plazo.
- Hay que hacer notar, por otra parte, que al frenar el alza inme
nopoho aumente sus precios tanto com o sería necesario para diata de los precios, los monopolios crean al mismo tiempo condiciones
eliminar inmediatamente el exceso de demanda. Debido al que permiten que el alza continúe. En efecto, si un monopolio, en un
deseo de no contrariar ninguno de los cuatro objetivos que Je momento dado, se niega a “eliminar” un exceso de demanda mediante
el alza de los precios, subsistirá una demandaa “permisiva” que le
permitirá aumentar fácilmente sus precios más adelante, aun en un
período en que la demanda permanezca estacionaria o disminuya.
t r ** ^ S‘“ ‘ Ind” S- Por otra parte, al no aumentar sus precios en la medida en que po
dría hacerlo a corto plazo, el monopolio crea igualmente condiciones
m a r z I ll9 5 6 Harr0d’ BrÍtÍSh Boom 1954~5 5 ” ’ Economía Journal,
monetarias “permisivas” para que el alza de los precios continúe,
porque cuanto más débil sea el alza de los precios en lo inmediato,
tuatioM” T S k ^ f í led ° rderS’ Brice Changes and Business Fine "
raations , Remew o f Economics and Statistics, nov. 1962. tanto menos será “ absorbida” la liquidez existente.
■ tillá is
de los límites del respeto ‘‘al equilibrio económico y mone no sólo a renunciar a destruir al Estado burgués, sino también
tario” . ' * a moderar las reivindicaciones en nombre del “interés nacio
iiíffi;. Esas ^direcciones, en efecto, siguen una política reformista' nal” , sin comprender que se trata del interés del capital. L o
contradictoria con el espíritu de la resolución propuesta por que nos interesa más especialmente aquí es señalar que eso
Marx en 1865: “Los sindicatos actúan útilmente cuando" ]0 equivale a aceptar, total o parcialmente, el alza de las ganan
hacen com o centros de resistencia a las usurpaciones del ca cias que los monopolios logran por el camino indirecto del
pital. Fracasan parcialmente en su objetivo cuando hacen un alza de los precios.
uso poco razonable de su fuerza. Fracasan com pletam ente en
su objetivo cuando se limitan a una guerra de guerrillas con B ) Dicho lo que antecede, y aun suponiendo que las direc
tra los efectos del régimen existente, en vez de tratar al mis ciones burocáticas logren mantener las luchas dentro de ese
m o tiem po de lograr su transformación y de utilizar su fuerza estrecho marco, no por ello dejan de ejercer cierta acción.
organizada com o una palanca para la emancipación definitiva Tratarán de recuperar para sí una parte del aumento de ga
de la clase trabajadora, es decir para, la abtílicióp, definitiva nancias de los m onopolios.
del salariado” . *1 La política reformista de las direcciones buro Aun bajo una dirección burocrática, la presión de una or
cráticas se manifiesta especialmente en el hecho de que reco ganización. sindical podrá ejercer una triple acción, dentro de
nocen y ratifican, implícita o explícitamente, los ¡imites que los límites indicados:
el m odo de producción capitalista impone a las reivindicacio
L?) Reforzará en general la probabilidad de que ios
nes de los trabajadores. Así ocurre por ejemplo con esta re
aumentos de productividad o de ganancias provoquen algún
ciente declaración del dirigente de la fracción stalinisía de la
aumento de salarios.
Cdjr.T. francesa^ Georges Séguy, que podría ¡haber sido formu
lada por cualquier dirigente de un sindicato socialdemócrata 29) Podrá desempeñar un importante papel para que los
o cristiano: “N osotros no reivindicamos sin tener en cuenta aumentos salariales obtenidos inicialmente en un sector (ge
el equilibrio económ ico y monetario, en el que los trabajado neralmente un sector monopólico, con márgenes de ganancia
res son los primeros en estar interesados. Nuestras demandas y productividad elevados) se extiendan a todos los demás
de salarios, de mejora de las condiciones de trabajo y jubila- sectores.1
clon, tienen en cuenta la realidad económ ica. Las planteamos
con espíritu constructivo basado en nuestro interés en el pro 3?) Podrá aumentar la resistencia, de los trabajadores a
greso social y en el deseo de encontrar un cam po de entendi la disminución del salario nominal.
m iento con nuestros interlocutores patronales y gubernamen Ante esta reacción de las organizaciones sindicales, los ca
tales, incluida la firma de acuerdos contractuales y positivos” .2 pitalistas reaccionarán a su vez para recuperar el porcentaje
Tener en cuenta, con espíritu constructivo, la realidad eco
nómica y el equilibrio monetario equivale pura y simplemente 1 D e acuerdo con el estudio de la O .C .D .E . ya citado, “Los Salarios
y la movilidad de la mano de obra” , se ve que los aumentos “ iniciales”
de salarios se producen generalmente en los sectores monopólicos, con
l I M arx’ Saía)'i°> precio y ganancia' ya indicado. un margen de ganancias y una productividad elevados y organizados
“ I ^ eg?y> Declaración a Europa 1, el 2 0 /2 /7 0 . Los pasajes sub en sindicatos, y que esos aumentos tienden a generalizarse luego en los
rayados lo han sido por nosotros. demás sectores.
HL
f¿’ír
fVir'sv'
.V.VL.
m 127
126 Ernest Mandel y otros La inflación
¡
del aumento de ganancias que los trabajadores hubieran lo --! Recordemos solamente la importancia creciente del Estado
grado sacarles. Para ello volverán a aumentar sus precios. Hn ■. !:' conxo garantía de los beneficios y beneficios adicionales m ono-
este sentido es que puede hablarse del papel subsidiario q u e j ir nólicos. (Utilización de las nacionalizaciones, reintegro al sec-
las reacciones sindicales a la política de los monopolios tie- }■t tor privado de empresas rentables, préstamos, subvenciones,
nen en la existencia de la inflación rastrera. J# ^ enorme volumen de pedidos oficiales, pedidos militares, etc.).
Tales intervenciones del Estado ¡burgués y su interés en
— Si nos apartamos ahora de nuestra hipótesis inicial y si J evitar una desocupación permanente tan masiva com o fue la
suponemos que nos encontramos en un período de moviliza que experimentaron los países occidentales entre las dos gue
ción intensa de la clase obrera, las direcciones burocráticas ’ rras, conducen a menudo a una situación en la que se man
podrán verse obligadas a intervenir en algunas luchas, deci- \ tiene la demanda global a un nivel superior al de la oferta
didas fuera de ellas (y en libertad de frenarlas o detenerlas ■ global, provocando una política de liquidez que crea condi
más adelante), en pro de una verdadera mejora de las condi ciones favorables para la inflación rastrera.
ciones de la clase obrera. Especialmente podrán verse obliga Por consiguiente, el Estado tiene su propia responsabilidad
das a lograr fuertes aumentos de salarios, escalafón móvil,
en la existencia de la inflación rastrera.
importante reducción de la jornada de trabajo, etc. Los capi- '
Sólo intervendrá, eventualmente, para luchar contra el paso
talistas, que habrían aumentado sus precios en el deseo de
de la inflación rastrera a la inflación corriente, o para frenar
elevar el porcentaje de sus ganancias, al ceder a los pedidos
el ritmo elevado de la primera si se considera que ello afecta
de fuertes aumentos de los salarios nominales, tratarán de
aumentar nuevamente los precios para mantener o aumentar los intereses de la burguesía.
todavía más su margen de ganancia. ; Detallaremos ahora esos dos puntos.
Esta lucha de clases a nivel económico se reflejará en el
paso de la inflación rastrera a la inflación corriente.
Sin embargo, antes de referirnos a este punto tendremos 1. El Estado y la existencia de una inflación
que precisar cuál es el papel que desempeña el Estado bur rastrera permanente
gués, garantía de los intereses monopólicos, en la existencia
de esa inflación rastrera. Y a hemos visto que los monoplios ejercen una presión con
tinua hacia el alza, es decir que constantemente favorecen la
aparición y difusión de tensiones inflacionarias, y tienden a
II. A C C IO N D E L ESTAD O BURGUES impedir las deflacionarias.
El Estado desempeña su papel en cada una de esas etapas.
a) Papel pasivo en la financiación del aumento de ganar q>) Papel activo de apoyo a la demanda global.
cias, la demaitda y los precios.
para que la demanda global se mantenga en forma soste-
riLiiiii
Admitamos que el estado del mercado, es decir el nivel ■ ¡da, el Estado puede intervenir “ activamente” favoreciendo
Ja demanda, permita a los monopolios, deseosos de aument; ■í, - directamente el aumento de inversiones privadas o incremen-
su margen de ganancias, elevar fácilmente sus precios. No' f-' taQdo los gastos públicos. N o entraremos a analizar en detalle
olvidemos, en efecto, que la venta de mercancías a precios.; \ esas medidas. Señalaremos únicamente tres puntos en lo que
superiores implica la existencia del necesario mercado. 1 se refiere a las consecuencias de esa intervención activa:
También hace falta que exista la suficiente liquidez como ; 1) Crea condiciones favorables a la acción de los mono
para financiar tales aumentos, La oferta de moneda debe ser i polios tendiente a provocar y difundir tensiones inflacionarias.
flexible. Tarde o temprano, cuando los depósitos improducti-,
vos alcancen un mínimo. imposible de reducir, se necesitará 2) Desempeña un importante papel en la prolongación de
mucho más del sistema bancario debiendo ser aumentados los los períodos de expansión, que ha sido una de las caracterís
créditos a la economía. ticas de las fluctuaciones en los países capitalistas desarrolla
No se trata de pretender que la inflación rastrera tenga dos a partir de 1945.
com o primera causa el aumento de la liquidez. Y a hemos . En virtud de esa prolongación hay más tiempo para que se
mostrado la falsedad de esa tesis. Se trata simplemente de. produzcan crecientes revisiones cualitativas de los gastos pri
afirmar que la política monetaria y financiera del Estado des vados. A causa de ello se producirán diferencias, alentadas
empeña un papelque, no por secundario, resulta menos indis-. por los monopolios, entre la estructura de la demanda y la
pensable. de la oferta. Esas diferencias generarán a su vez márgenes de
ganancia más altos debidos a los aumentos de precios.
Señalemos que ese papel de financiador de aumentos de
ganancias, de demanda y de precios es facilitado, a su vez, por 3) Será más inflacionista por cuanto los gastos del Estado
las profundas transformaciones de las instituciones moneta se realizan principalmente en sectores improductivos, ^sobre
rias en los países capitalistas desarrollados y del sistema de
icf todo los gastos militares. Por tal causa aumentará la dispari-
pagos internacionales, especialmente la desaparición del pa- V dad entre renta nacional real y renta nominal.
íróñ oro, que ha conferido mucha mayor elasticidad a la
■fl Ór—
oferta de créditos. 7®.'
B ) Papel del Estado en la ausencia o escasez de tensiones
— Hemos supuesto hasta ahora un mercado suficiente, y, deflacionarias.
por lo tanto que el papel del Estado podía ser simplemente
pasivo. Pero en la práctica esa actittud “ pasiva” resultará in — La acción de los monopolios en favor de una falta de
suficiente en la medida en que el capitalismo monopólico elasticidad en cuanto a la rebaja de precios sólo lograría par
tenga crecientes dificultades para la comercialización de las cialmente su objetivo si no fuera por la intervención del Es
mercancías. tado.
Ernest Mandel y otros La inflación 131
130
En efecto, durante ciertos períodos de depresión o de im -r| cias deflacionarias, sino que puede también favorecer la apa
portante desocupación permanente, entre las dos guerras, la ;-i rición de tensiones inflacionarias durante los períodos de re
existencia de monopolios logró frenar la baja de los precios, g ^ ceso.
pero no pudo impedirla. Así por ejemplo en los Estados uní- ~|^ En efecto, puede permitir que se concrete la tendencia mo-
dos, durante la crisis de 1929-1933, los precios bajaron me nopóiica a presionar los precios hacia arriba al facilitar los
nos", en igualdad de condiciones, que durante la crisis de 1890 medios necesarios de financiación o al hacer que la demanda
1897 en las industrias en que el índice de concentración ha ^ global se mantenga dentro de un nivel relativamente elevado.
bía aumentado sensiblemente (industria del acero, de la lana,1 ■
etc ) Por lo tanto, se ejerció una acción de los monopolios en .4-
favor de la falta de flexibilidad para rebajar los precios, pero * 2. El Estado y el paso de la inflación rastrera
el nivel alcanzado por la desocupación fue tal que los precios, . a la inflación corriente.
aun los m enos flexibles, tuvieron que bajar.
En la industria del acero, por ejemplo, ocho de cada nueve 1 A ) Hasta ahora el Estado burgués no ha atacado a la in
productos sufrieron rebajas menores en 1929-1933 a pesar de flación rastrera sino todo lo contrario, como acabamos de
que la depresión fue mayor, y ello se debió a que esa mdus- [ verlo. Hay que destacar dos puntos:
tria había experimentado mientras tanto una importante m o - , 1) El Estado no ha seguido nunca una política monetaria
nopolización, pero de todos modos tuvieron que ser rebajados. y financiera suficientemente restrictiva com o para eliminar
H oy en día, por el contrario, y sin entrar a prejuzgar acerca totalmente a la inflación rastrera. Para comprenderlo mejor
del futuro, se observa que las profundas crisis han sido reem hay que recordar que la misma existencia de los monopolios
plazadas por simples recesos económicos, fundamentalmente impide pensar que pueda haber una relación directa y auto
aradas a la intervención del Estado. 2 Los monopolios tienen- mática entre la disminución de la demanda provocada por
entonces mucha más libertad para impedir que los precios _ una política monetaria y financiera restrictiva y la rebaja de
bajen. los precios. Además ya hemos visto que los monopolios si
En la práctica esa acción conjunta ha logrado a m enudo, guieron aumentando frecuentemente sus precios aun cuando
impedir la baja de los precios en los sectores monopólicos du- ^ la demanda sufrió una notoria disminución.1
rante los períodos de receso. $|¡ En la práctica, para que la disminución de la demanda tra-
Hasta se puede ir más lejos y señalar que el Estado no sólo * | jera aparejada una rebaja o aun una estabilización de los pre-
nnerle desempeñar un papel en la falta o escasez de tenden- J dos monopólicos, sería necesario que fuera importante y so-
P J ■ ■ k 1,,'bre todo duradera. Pero hasta ahora, a partir de 1945, el Es
. „ • p í f e l a do se 'ha negado a provocar una desocupación permanente
1 V er J. Blair: “Economic Concentraüons and Depression Pnce R i-J g ^
giditv” American Economic Review, mayo 1955. ' . .>4| jp&.
2 Durante los 9 primeros meses de los recesos norteamericanos de ^ g- i Señalemos que desde el punto de vista de la financiación, la poli-
1948-49, 1953-54-■ y -1957-58,
— ” " 1 Ao
-5- 1 -nivel
la disminución del de actividad^í^itica. monetaria restrictiva perjudicó mucho menos a los monopolios
m ica fue tan marcada como durante los 9 primeros meses de la- fp e a las pequeñas empresas, primeramente porque los bancos dudan
económica
crisis de 1929. La intervención del Estado permitió que pudiera per-rt- anás antes de responderles negativamente, y en segundo lugar porque
manecer a ese nivel. ¡$isponen de fondos mucho m ás importantes para autofinanciarse.
132 Ernest Mandel y oíros
La inflación 133
masiva como consecuencia de mantener la demanda perma ción de las conducciones sindicales,1 cuyo resultado más evi
nentemente a niveles muy bajos. dente fue un empeoramiento del nivel de vida de los trabaja
Los países occidentales ya han tenido niveles de desocu
dores holandeses en comparación no sólo con el de la burgue
pación relativamente elevados durante períodos bastante pro-i
sía sino también con el de los demás trabajadores europeos 2
longados (Italia 1947-1960, República Federal .Alemana liizo “ explosión” en 1963-64 por la fuerza de las luchas des
1950-1953, Estados Unidos 1958-1965, etc.), aumentos rela
atadas en las bases de los sindicatos y que las direcciones
tivamente importantes de la desocupación, disminución del ¡ sindicales 'hicieron más o menos suyas.
ritmo de crecimiento o baja del producto bruto interno, pero
Ademas, desde 1945 hasta ahora el Estado no ha inten
nunca bajó el nivel general de los precios y muy frecuente
. tado destruir a las organizaciones sindicales,3 prefiriendo una
mente hasta siguieron aumentando. . vez más tratar de integrarlas,
Para que los precios permanecieran estables, esos altos ni
veles de desocupación, ese aumento de la desocupación, esa
disminución del producto bruto interno, tendrían que haber B ) Si bien no ha tratado de impedir la existencia de la in-
. ilación rastrera, el Estado ha intervenido para:
sido mucho más importantes y sobre todo mucho más dura
deros. Es decir que mientras el Estado siga tratando de evitar
. tratar de evitar que la inflación rastrera se convierta en
la desocupación masiva con una política monetaria y finan
inflación corriente, que podría resultar perjudicial hasta para
ciera restrictiva como lo hace desde 1945 en los países capi
la burguesía (riesgo de deterioro de la circulación de mercan
talistas desarrollados, no podrá eliminar la inflación rastrera.
cías, relajamiento de la disciplina de trabajo, agravación de
la crisis del sistema monetario internacional, etc.);
2 ) Nunca el Estado ha seguido una política suficientemente
restrictiva dirigida directamente contra los trabajadores para
eliminar el papel subsidiario que las reacciones de las organi tratar de frenar el ritmo de la inflación rastrera, ya que
zaciones obreras desempeñan en la inflación rastrera. al abrirse las fronteras y al incrementarse la competencia in
¡Recordemos que ese papel está encuadrado dentro de los ternacional resulta cada vez más difícil a la burguesía de cada
límites del respeto a “ los grandes equilibrios nacionales” , y país aceptar que el índice de inflación rastrera sea más eleva
que aun en el caso de que el Estado lograra eliminarlo, no . do Para ella que para sus competidores.
por eso terminaría la inflación rastrera ya que ella se debe
esencialmente a la acumulación monopólica. — Y a lo hemos señalado, y lo precisaremos en la Sección
D e acuerdo con lo antedicho, hasta ahora el Estado no ha . ’ transformación o el riesgo de transformación de la
n •inflación rastrera en inflación corriente es la manifestación,
eliminado ese papel subsidiario que juegan las organizaciones
obreras. Han fracasado sus intentos de eliminarlo mediante la
integración aun en los casos en que las direcciones burocrá: S É ' 1 . E stas llegaron a aceptar explícita y deliberadamente una dismi-
ticas se “ prestaban al juego” , porque tarde o temprano han i v ™ 01®1 !, los salarios reales en nombre del interés nacional, en marzo
1951 y en enero de 1957.
reaccionado los trabajadores desatando importantes luchas) . 2 Yeraest? re?,pe,2to: A- Kervyn: “ La política de ingresos. La expe-
Un ejemplo característico de ello es el de los Países Bajos, ír °landeSa ' Congreso de economistas de habla francesa, 1965.
donde la política salarial seguida desde 1945, con la aproba- + y d e s H ? io ÍT 10S’ iP° r S,UpUeSt° ’ de los países capitalistas desarrollados
^ desde 1945, excluyendo a países tales como España o Grecia.
La inflación 135
134 Ernest Mandel y otros
sumo y además porque siendo en nuestros días la ilusión mo-||Jv' de los trabajadores. El alza de los precios permite reducir su
netaria de los trabajadores mucho más débil, los ataques al \>- poder adquisitivo y lograr un ahorro en provecho de los capi-
nivel de los salarios se sienten m ucho más rápidamente. . balistas. Mientras las luchas de las clases trabajadoras sean
Por el contrario, en los períodos de inflación rastrera el| mantenidas por las conducciones burocráticas dentro de los
alza eventual de los salarios reales (evidentemente más débi||'|' límites del respeto a los “ equilibrios nacionales” , no harán
que la de los salarios nominales) permitirá que la ilusión m o,' más que respaldar esa formación del ahorro forzoso. L o que
netaria se manifieste mucho más fácilmente y que las direc l:; se hace es, pues, solicitar con atraso alzas nominales reivindi-
ciones burocráticas acepten también más fácilmente sin lucha,; L catorias, rápidamente anuladas total o parcialmente por el
el alza de los precios,1 y así podrá crearse un ahorro forzoso alza de los precios. Pero los trabajadores pueden defender
en forma relativamente continuada. 1l todo su poder adquisitivo respondiendo a cualquier alza de
precios con un pedido de aumento equivalente o superior de
2 ) Sólo la inflación rastrera es susceptible de no dificultar;4 " sus remuneraciones brutas. El ahorro forzoso tropieza enton
la aparición del ahorro “ libre” . ces con la barrera inflacionaria, de donde resulta la inflación
Es probable que un proceso de inflación corriente provo corriente: proceso acumulativo de alza de los precios.
que tarde o temprano una disminución del ahorro “ libre” que
será compensada por la aparición del ahorro forzoso. ^^ ; Veremos a continuación:
En cambio se observa que en los períodos de inflación ras
trera el ahorro “ libre” no se ve dificultado. 1) La definición de la “ barrera inflacionaria” y el análisis
del “ motor” del proceso de inflación comente.
__ Las limitaciones con que tropieza el ahorro forzoso, es
decir las que dependen del grado de reacción de los trabaja 2 ) La contención de la inflación corriente.
dores, constituyen el nudo de la transformación de la infla-,
3) El significado fundamental de la inflación corriente.
ción corriente.
il4.ii,
Definición de la “ barrera inflacionaria” y análisis del “ mo-
Sección II: IN FLACIO N CORRIENTE ■tor” del proceso de inflación corriente.
En las estructuras del capitalismo avanzado la.inflación ras A ) La barrera inflacionaria es el umbral a partir del cual
i;!!1
¡!m ;
trera sintetiza el deseo de los capitalistas de aumentar sus fílos trabajadores reaccionan contra la disminución del índice
márgenes de ganancia. Es la forma financiera de explotación pide su salario real. Esta definición implica dos problemas: ese
y umbral y el tipo de reacciones sindicales.
1 Leemos en el folleto de la C .G .T .-F .O . (La Inflación, oct. 1 9 6 3 ). Para determinar ese umbral es necesario precisar los pre
“Si la inflación no se manifiesta más que por un alza moderada de;
los precios (2 a 3 % anual) y no provoca reacciones psicológicas, cios a que se refiere. En efecto, de la baja del salario real
debe ser aceptada. Constituye entonces una especie de prima de seguro presado en índice total de precios, los empresarios sacan
contra el estancamiento” . (Subrayado por nosotros.) entes de inversiones suplementarias, mientras que lo que
I" -
1'1\; ^ La inflación 139
íÉl|S& 138 Ernest M andel y otros
Sfc41 aún, ese tope no es constante sino que crece con el tiempo.
interesa a los asalariados es su poder adquisitivo, o sea el ín ¿1 valor de la fuerza de trabajo, com o el de toda mercancía,
dice de su salario real expresado en índice del costo de 1¿|| |K' está determinado socialmente. Se lo mide de acuerdo con la
vida. Mientras el primero disminuya y el segundo permanezca cantidad de trabajo abstracto socialmente necesario, directo e
constante, los empresarios reducirán el costo del trabajo en indirecto, para mantener y reproducir la fuerza de trabajo. La
términos de sus propios productos sin afectar el nivel de vida:J f \ •sociedad capitalista se expande a medida que la fuerza de
de sus empleados. Los precios mayoristas aumentan mientras ¿ í;' trabajo se transforma en capital. Aparecen nuevos productos
que los precios minoristas permanecen constantes. La ganan-:-;;;: | cuya importancia en un sistema dominado por la competencia
cia de los empresarios-empleadores se ve entonces compen entre los monopolios ya se ha visto, creando nuevas necesi
sada por la pérdida de los empresarios-proveedores de bienes dades. Estas necesidades pasan a ser también necesidades de
de consumo. Ello significa que el sector I resulta beneficiado'^ los trabajadores. El esfuerzo que hacen los monopolios por
a expensas del sector II. Esa alza diferencial de los precios"? vender contribuye también a lograr esa integración. Después
realiza la transferencia requerida por el crecimiento de la de un primer tiempo, más o menos corto, en que los nuevos
composición orgánica del capital para que el sistema crezca ' bienes están reservados a los capitalistas, pasan a formar par
en equilibrio. Esta transferencia de valores entre ambos sec te del consumo normal de unnúm ero cada vez mayor de tra
tores corrige la distribución anterior del capital, , bajadores. Este hecho, comprobado por la mayoría de los
Pero la competencia entre capitalistas lleva a los empresa economistas burgueses (ver especialmente Modigliani, Due-
rios del sector II a aumentar sus propios precios para evitar' senberry, etc.) puede ser verificado en ciertos bienes como el
esa transferencia y a cargarlos sobre los asalariados. En efec- i automóvil, los aparatos eléctricos para el hogar, los recepto
to, el conjunto de los capitalistas hace disminuir el costo del ' res de radio y televisión, etc. Es una simpleza afirmar que el
•trabajo en lo que a la totalidad de los productos se refiere. nivel de vida de los trabajadores se ha elevado al satisfacerse
El índice de precios indicativo del poder adquisitivo de los esas nuevas necesidades. Pero hay que señalar que ello c o
I!' asalariados aumenta. Si los salarios nominales netos, es decir rresponde a un aumento del valor de la fuerza de trabajo.
i'iil:
deducidos los descuentos fiscales, no aumentan en la misma Todos los estudios demográficos serios muestran la estrecha
proporción y en seguida, el nivel de vida de los asalariados relación que existe entre la fecundidad de trabajo, especial
disminuye, : mente obrera, y la coyuntura económica. En los períodos en
Según que los asalariados tengan o no conciencia del aho que el salario real baja y en que, a pesar del crédito, algunas
rro forzoso, tal baja podrá perpetuarse más o menos. Es evi necesidades no vitales desde el punto de vista fisiológico ya
dente ,que después de una gran alza prolongada de los pre- J§. no son satisfechas, la fuerza de trabajo se reproduce a un
cios, los trabajadores piensan que esa alza va a continuar y¡| ” ritmo menos intenso.
piden aumentos de salarios que incluyan no sólo la pérdida ■; N o es la disminución de la población obrera lo que explica,
pasada de poder adquisitivo sino también la que pueda resul- ^ com o lo pensaba Malthus, el alza de los salarios nominales
tar de futuros aumentos de precios. destinada a mantener el salario real en esos períodos. En efec
Sea com o fuere, el ahorro forzoso está limitado por el valor '' to, para que las variaciones en la fecundidad de trabajo re
de la fuerza de trabajo. En efecto, ésta no es más que un percutan en el mercado de la mano de obra se necesita un
tope por debajo del cual no pueden bajar los salarios. Más
35 ¥■
140 Ernest M andel v otros
rjii.inui.ij ^ u
cial que es el índice de ganancia requerido” . (A . Nicola'i, “ L a
inflación com o regulación” , R evu e E conom ique, n? 4, 1 9 6 2 ).
L a demostración de este brñlante resultado revela sus ca
A ry ;„r
rencias. -El análisis se basa en una doble verificación: los pre
cios aumentan más rápidamente que los ingresos nominales,
el índice nominal de los salarios crece más rápidamente que
la productividad. A sí el porcentaje relativo de las ganancias
aumenta a veces, disminuye otras. Para no poner en evidencia
el papel que desempeña el enfrentamiento entre grupos, com o
lo hiciera A ujac desde 1951, se invoca el papel regulador de
esas dilataciones y contracciones sucesivas de las ganancias.
La dilatación sirve para aumentar la inversión, la contracción
para absorber la oferta suplementaria de beneficios surgidos
de la inversión realizada anteriormente abultando el poder
adquisitivo de los asalariados. Para ver claramente la regula
ción, tomem os nuevamente el m odelo de A . Nicola'i. Supon
gamos una econom ía en que los capitalistas consuman los dos
quintos de su renta y los asalariados la totalidad. En equili
brio, la relación ganancias-salarios es igual a la unidad. Su
pongam os que la renta real inicial (1 0 0 ) aumenta según la
fórmula R n = R o (1 + r ) n = 5 % .
En to, se tiene R o = P o + W o. L a renta es la suma de be
neficios y salarios utilizados en gastos de consumo e inversio
nes. R o = Cpo + 50 + Cwo = 30 + 20 -j- 50 = 100.
En tr el producto real es 105. En régimen de competencia
oligopólica en que la baja de los precios queda excluida
A R = 5 es absorbido por un alza de la renta. Se debería
tener ¡Px = C p i + h = 31,5 + 21 = 52,5 y W t = C t
= '52,5.
Pero se supone que W i = 53. Es fácil demostrar entonces
que el reequilibrio entre gasto de las rentas nominales y rentas
reales provoca un alza de los precios.
La inflación 151
Y-
E n precios com entes, R x se convierte en R i= W x ( l - ¡ ------ )
W
■P
= 106, si •— = 1.
W
Esta perturbación hace intervenir a la inflación propiamen
te dicha. L a demanda es superior a la oferta en 1. Si los em
presarios aumentan su producción más que sus precios, apa
rece una inversión inducida provocada por el efecto de acele
ración. Este se refiere únicamente a la demanda excedente de
los asalariados (0 ,5 ) , suponiéndose que los empresarios son
suficientemente inteligentes com o para comprender que su
propia demanda excedente nominal está compensada por el
alza de los precios. Por lo tanto A 1 = 0,5 fi. E l coeficiente
marginal del capital es igual a 4. 'Por consiguiente A I = 2.
El margen de ganancia requerido deja de ser 1 para conver-
*P 52,5 + 2 54,5
tirse en — = --------------- = -------
W 52,5 — 2 50,5
C om o los salarios nominales son 53, un alza de los precios
asegura la transferencia de 2 de los salarios a los beneficios.
En tales condiciones R r, en precios corrientes, es igual a
P
Wx (1 d------) 4= 110,2.
W
E l porcentaje de ganancias ha aumentado a pesar de un
alza de los salarios reales (de 50 a 5 0 ,5 ) y la inversión real
ha pasado de 21 a 23.
Más adelante, ese aumento de la inversión contribuye a
aumentar la oferta de productos, que supera a la demanda.
En razón de la necesidad de que exista el pleno empleo, se
] 52 Ernest M andel y otros
g ile s jourdain
antoinette m a le t
eva m ©rain
A C U M U L A C IO N IN T E R N A C IO N A L E IN F L A C IO N
•Existen dos tipos de inflación internacional. El primero, la
inflación internacional rastrera, no es más que el resultado de
las inflaciones rastreras nacionales que afectan a la totalidad
de las economías capitalistas desarrolladas. Su estudio ha sido
hecho al ocuparnos de la inflación rastrera.
E l segundo tipo de inflación internacional a que aludimos
es la inflación internacional corriente, que no es permanente
y que se manifiesta en determinados momentos precisos que
trataremos de indicar. Esa inflación internacional no es la suma
de las inflaciones nacionales corrientes. Proviene de la exis
tencia del sistema productivo mundial y de la acumulación
dentro de ese sistema. Se origina en un punto del mismo ex
tendiéndose luego al conjunto, según modalidades cuyo carác
ter, específico depende de la existencia de Estados nacionales.
Su naturaleza es tal que no puede ser entendida com o una
simple inflación nacional transmitida. D ebe ser interpretada
directamente a nivel del sistema capitalista. A sí se supera el
falso problema de la verificación empírica. El papel causal
de la acumulación del capital en la inflación no debe ser esta
blecido para cada econom ía sino para el conjunto de las mis
mas. Y a no se puede invocar la falta de verificación para ex
plicar la inflación “ con cualquier cosa” . Este proceso, que
llevó a economistas burgueses tales com o P. Dieterlen a apo
yarse en las “ causas” del proceso acumulativo, es decir en las
especulaciones, puede ser desechado. L a acumulación del ca
pital es el origen de la inflación que se incrementa generali-
J58 Ernest Mandel y otros La inflación 159
zándose. E l incremento acumulativo se explica por la oposi De ese desarrollo desigual surgen relaciones de predominio
ción que provoca la acumulación entre la burguesía y la clase entre las economías nacionales, relaciones que no son defini
obrera, en el plano nacional, y entre las burguesías naciona tivas y que deben ser constantemente defendidas para poder
les, en el plano internacional. A partir de allí, se comprende preservarlas.
que la inflación rastrera, com o tal, no puede ser transmitida. E l desigual desarrollo a través de la historia ha provocado
Si el alza de los precios nacionales no provoca reacciones con el predominio actual de los Estados Unidos sobre todas las
trarias en el exterior, el alza de los precios mundiales no será economías capitalistas industrializadas y de éstas sobre las
más que un ajuste de equilibrio. Caso contrario, el desequili economías de los países coloniales o sem icoloniales.1
brio se transmite pero de tal m odo que por ello se hace acu Esas relaciones jerárquicas son sólo provisorias ya que el
mulativo. A partir de allí podem os determinar la secuencia desarrollo desigual es un desarrollo dialéctico. Para defender
inflacionaria. Los capitalistas aumentan su índice de ganancia su hegemonía, el imperialismo norteamericano experimenta,
elevando sus precios. Ello puede proovcar una reacción con periódicamente, una acumulación interna particularmente im
traria en la clase obrera nacional, y en tal caso habrá infla portante. Esta origina un alza de los precios internos que
ción corriente que se transmitirá al exterior. En caso de que cuestiona el carácter competitivo del capitalismo norteameri
tal reacción no se produzca, la inflación rastrera puede engen cano en sus mercados exteriores y por consiguiente el ob je
drar esa reacción en las burguesías extranjeras que la carga tivo m ism o de la acumulación interna, o sea el mantenimiento
rán sobre su propia clase obrera. Por lo tanto, allí puede apa de su hegemonía. Esta situación contradictoria se resuelve
recer la inflación corriente. Pero no toda la burguesía nacio mediante la exportación de la inflación corriente interna al
nal puede exportar sus propias dificultades. Tal posibilidad resto del mundo.
depende del lugar que ocupa en la jerarquía del proceso pro L os capitalistas sólo pueden sobrevivir a condición de que
ductivo mundial. P or consiguiente, según el lugar en que apa sigan acumulando sin cesar y, para ello, de que hagan evolu
rezcan las tensiones engendradas por la acumulación de capi cionar constantemente sus instrumentos de producción. Esa
tal, la inflación se generalizará o no. . evolución supone y provoca al mismo tiempo el incremento
Estudiaremos en primer lugar la naturaleza y los orígenes de la división del trabajo. Ese movimiento, provocado por la
de la inflación internacional, orígenes que deben ser buscados competencia, es el factor esencial que distingue al m odo de
en la dialéctica del desarrollo desigual. Luego abordaremos el producción capitalista del m odo de producción anterior.
análisis de los mecanismos que permiten que esa inflación se Obligados a ampliar constantemente su base de acumula
transmita. Esos mecanismos se vinculan con las características ción, los capitalistas internacionalizaron su producción, atra
esenciales del sistema productivo mundial. yendo a todas las naciones hacia su propia esfera de acción.
Así crearon un sistema productivo mundial caracterizado por
cierta división internacional del trabajo. A partir de allí, la
Sección I : Naturaleza y orígenes de la inflación internacional. economía internacional ya no puede ser considerada com o una
simple suma de economías nacionales sino com o una reali
L a inflación internacional, fenóm eno monetario, nos remite dad que domina a los mercados nacionales, realidad que es
a la acumulación internacional y al sistema productivo mun
dial. Este es el resultado del desarrollo desigual de los países. 1 Países coloniales y sem icoloniales = P .C .S .C .
La inflación 161
160 Ernest M andel y otros
el resultado de la dialéctica del desarrollo desigual. R ecípro í de obra era obtenida por la fuerza. El ejemplo más caracte-
camente, las economías nacionales deben ser concebidas com o | rístico fue el de las en d osares en Inglaterra, que provocó un
| aflujo de campesinos 'hacia los centros industriales.1
una parte de la econom ía mundial.
En la práctica, las particularidades nacionales no son más Íí Más adelante, la misma acción de la competencia habría
que la com binación de los rasgos esenciales del sistema pro f- de permitir la transferencia de gran parte de la población rural
ductivo mundial, el resultado del desarrollo desigual dentro | hacia el sector industrial, transformando así a la fuerza de
del sistema productivo m undial.1 Esta interdependencia de I trabajo en verdadera mercancía. En efecto, el desarrollo de
las economías nacionales es el fundamento científico del inter ji la industria provoca a más o menos largo plazo el de la agri-
nacionalismo proletario. En efecto, esa interdependencia fija 1 cultura. L os medios de producción modernos que proporcio-
el interés de la burguesía a cada escala internacional, en la j» na el sector industrial son utilizados por los explotadores capi-
medida en que cualquier lucha de clases en una parte del | talistas que se apoderaron de tierras abandonadas para valo-
mundo actúa sobre la totalidad de las economías capitalistas ¿ rizarlas. A sí obtienen una considerable m ayor productividad
y que, recíprocamente, la burguesía de cada país saca su | en comparación con los propietarios de pequeñas parcelas.
fuerza de la de las otras burguesías nacionales. L a estrategia Estos pronto no podrán hacer frente a la competencia y aban-
revolucionaria a escala internacional debe basarse en la dia jb donan sus tierras. En las grandes explotaciones la mano de
léctica de la ludha de clases en diferentes partes del mundo. j-: obra agraria es dejada progresivamente de lado ante la intro
El desigual desarrollo se encuentra a diferentes niveles, rela ducción de técnicas modernas. La importancia de la pobla-
cionados entre sí: desigual desarrollo entre industria-agricul } ción rural disminuye en form a absoluta, mientras que aumenta
tura, entre ramos y sectores, finalmente entre países^ Aunque " el número de trabajadores industriales. A hora éstos se pre-
la inflación internacional sea el resultado de la dialéctica del | sentan en el mercado com o compradores de los productos
desarrollo desigual entre los países, el estudio de las diferen Í agrícolas.
cias en su ritmo de crecimiento no puede hacerse sin un estu I En cuanto a la industria, se beneficia con la expansión de
dio previo de la constitución del M .P.C . en cada uno de ellos, | la agricultura, pero la sujeta a su propio ritmo de desarrollo.
de acuerdo con el desarrollo desigual de la industria y la agri I Por una parte, el aumento de la productividad en el campo
cultura y el de ramos y sectores. = provoca una baja de los precios de los productos agrarios que
j beneficia a los empresarios industriales. Por otra parte, la po-
1 blación rural, expropiada por el incremento de la explotación
1. Desigual desarrollo nacional moderna, afluye a los sectores industriales. E l problema que
|> se plantea es que, com o consecuencia del desarrollo de la
L os capitalistas sólo pueden acumular si disponen de U i productividad del trabajo, sólo puede aumentar relativamente
fuerza de trabajo que pueda hacer dar frutos a sus medios | la cantidad de trabajadores industriales. E l excedente de p o
de producción. En los orígenes del sistema capitalista cuando, li blación agraria no puede ser, pues, absorbido totalmente por
en lo que a producción mercantil se refiere, todos los indivi 1 el sector industrial. Una parte se orienta hacia las actividades
duos eran propietarios de sus medios de producción, esa mano
3 D obb, El desarrollo del capitalismo, cap. V I , Maspero.
1 Trotsky, L a Revolución Permanente.
Ernest Mandel y otros La inflación 163
162
de servicio, pero la otra está destinada a U desocupación. consumo y el de los bienes de producción, se separan y adop
Para evitar los malestares sociales que podrían resultar de tan desarrollos específicos.
ello el Estado burgués puede intervenir para frenar el m ovi La evolución del capitalismo se ve estimulada permanente
d o natural de é x o d o m ra l, tomando medidas que protejan mente por la competencia. Esta lleva a un aumento general
a f pequeño propietario. Tales medidas contribuyen a t a ñ a r 1 de la com posición orgánica del capital, que provoca un desa
el desarrollo de la agricultura en la medida “ 3™ se vea fr rrollo relativo del sector de los bienes de producción. Los bie
nada la introducción de técnicas nuevas de producción. nes de producción son necesarios tanto para el sector de los
E l escaso desarrollo de la agricultura limita a su vez el cre bienes de consum o com o para el propio de los bienes de pro
cimiento industrial. E l factor que acabamos de ducción. Observemos la evolución de esos sectores en los Es
%
es más que uno de los elementos explicativos de la desigual- | tados Unidos. Según Shaw (Historical statistics o f t¡he U .S .A .),
dad del ritmo de desarrollo de la agricultura y de la m us ia. i citado por Mandel en E l tratado de econom ía marxista, la
Otro factor es la degradación de los términos e n ^ producción de bienes de equipo pasó de 296 millones de dó
al&
el intercambio entre el sector agrícola y el sect.or lares en 1869 a 6.033 miñones de dólares en 1919. En el
I
L a mejora de las condiciones de producción de la mismo período la producción de bienes de consumo pasó de
^ I
provoca una baja en el valor de los productos agrícolas 3 -<>- f; 2.428 millones a 28.445 millones de dólares. Por lo tanto,
loca a los agricultores en una situación desfavorable frente a el sector de bienes de producción aum entó veinte veces su
producción, m ientras que el de los bienes de consum o aumen
os e m i s a r i o s industriales. D el mismo m odo tiende a dtstm- ,
nuir d margen de .ganancia de la agricultura com o consecuen- | tó sólo d oce veces la suya. Adem ás, la producción de los bie
d a de “ a S v a L a s e z de la fuerza de trabajo explotada.! nes de consum o ¡ha sido sobrevalorada ya que en eña se consi
Esta tendencia se combate en la agricultura, manteniendo .os [ deraron bienes de consum o durables que son, de hecho, bie
salarios extremadamente bajos y las condiciones de trabajo | nes de producción. Si tomamos com o referencia las cifras
en form a sumamente duras, lo que se traduce en un elevado ¡ abstractas del Statistical relativas a diferentes categorías de
margen de plusvalía. | mercaderías, se observa que entre 1919 y 1952 la producción
Estos elementos frenan, en la agricultura, la capacidad de| de bienes durables se multiplicó por cinco, mientras que la
acumulación y, por lo tanto, la posibilidad de un desarr de los bienes no durables se multiplicó solamente por tres.
ulterior. A qu í también el desarrollo de la industria puede con Se nota, pues, un ritmo más rápido en el desarrollo del sector
vertirse en un freno para el de la agricultura. _ de los bienes de producción con respecto al de los bienes de
En la medida en que el incremento de la industria capita consumo. Ello depende del nivel alcanzado por las fuerzas
productivas, es decir del 'grado de división y productividad del
lista limita el crecimiento de la agricultura n o s f r e
cen una situación contradictoria ya que el desarrollo mdus trabajo. E l desarrollo del mercado interior es, por consiguien
trial necesita, al mismo tiempo, de la expansión de la pro te, el resultado de ese desarrollo desigual. Responde al incre
mento del lugar que ocupa el sector de los bienes de produc
ducción agrícola.
A medida que va aumentando la división del trabajo y a- ción dentro del proceso productivo.
especializaron, se autonomizan los diferentes c o m e n t a de Una de las consecuencias de ese desarroño es el funciona
proceso de producción. A m bos sectores, el de los biem s ie miento cíclico de la economía. L a relativa autonomía del de-
164 Ernest Mandel y otros
el del capitalismo alemán. En efecto, a partir de esa época cían con el adelanto de la economía inglesa, ambas no tienen
■la industria inglesa sufre un importante cambio en sus medios [■ el mismo ritmo de crecimiento, pues los Estados Unidos g o
de producción, provocado por su propio avance. L a revolu zan de algunos factores históricos ¡que no intervienen en A le
ción industrial del siglo x v n permitió una división del tra mania. Esos factores son esencialmente el resultado de la ex
bajo más avanzada dentro de la empresa moderna y especial portación del M .P.C . a un país cuyo desarrollo no se ve tra
mente en la producción textil. Esa más avanzada división di i bado p or ningún m odo de producción mercantil, y donde la
trabajo suscita importantes progresos en la producción y en j economía primitiva reinante es fácilmente vencida. El adelan
la revolución industrial del siglo xix. Esta permite el apro- ■ to de los Estados Unidos le permite exportar mercancías y
veohamiento de nuevas fuentes de energía. Simultáneameni capitales en condiciones extremadamente favorables, aprove
el perfeccionamiento de procedimientos técnicos permite un chando así el relativo atraso de los demás países imperialistas.
importante desarrollo de la siderurgia mientras que se hacen No obstante, ese atraso no es uniforme, y los capitalistas de
grandes progresos en el tratamiento de la bauxita. Progresi- | los países más avanzados del continente europeo pueden a
vamente se va desarrollando la industria química. | su vez aprovecharse de su desarrollo con respecto a las eco
Estas técnicas requieren importantes inversiones. Ahora ¡ nomías mas débiles del continente. Para evitar ese fenómeno
•bien, éstas sólo pueden ser 'hechas por sociedades poderosas. •f • interesa en algunos casos a la burguesía sacar a flote a los
Se acelera la concentración y centralización de capitales pro- 1 países más atrasados y defenderlos de los demás países euro
vacando un desarrollo cada vez mayor de la industria. Resul- í peos. Este factor tiene tanta más importancia si se tiene en
ta característico hacer notar la concentración de capitales en cuenta que el capitalismo más debilitado puede ser el marco
Alemania y en los Estados Unidos de 'Norteamérica en reía- ' de las más violentas luchas de clases, lo que explica la ayuda
ción con la que tuvieron los países adelantados durante la aportada por los Estados Unidos a la burguesía alemana entre
primera mitad del siglo xrx, especialmente Inglaterra, donde las dos guerras, o la que se presta actualmente a países com o
la división del trabajo se incrementa mucho menos y pasa a } Grecia o España.
un segundo plano. , jE l verdadero predominio del imperialismo norteamericano
Pronto otros países entran en la competencia intercapita sobré el resto del mundo se establece después de la primera
lista, com o Japón e Italia. Tales países se benefician también guerra mundial mientras las potencias europeas se destroza
ellos con la evolución de los otros capitalismos nacionales,/! ban entre sí, tratando cada una de ellas de reemplazar a las
cuyas técnicas más avanzadas asimilan. Sin pasar por la empa otras en la conquista de los mercados exteriores. Luego se
del capitalismo de competencia, la estructura industrial de consolida en el período que separa a las dos grandes guerras
esos países adquiere pronto un importante grado de concvn- mundiales. Después de la crisis de 1929 y de la segunda gue
tración. El desarrollo de tales economías provoca una de el i rra mundial que destruye la economía europea, los Estados
nación aún más acentuada de la burguesía inglesa que debe, ;
Unidos intervienen para apresurar la recuperación de esa eco
soportar una mayor competencia. Su supremacía en los mer- ■I:
nomía. Si bien se benefician con el atraso de los países com
cados exteriores le es disputada por Francia y Alemania, y
petidores, el estado de destrucción en que se encuentra Euro
luego por los Estados Unidos de Norteamérica.
pa es un freno para su propio crecimiento: dificultades de
Si bien las burguesías norteamericana y alemana se benefi- absorción de mercancías extranjeras, luchas de clases muy
170 Ernest M andel y otros
1. Sus modalidades
raleza del sector que se -beneficia con la mejora de los térmi no deseen aumentar su margen de acumulación, los capitalis
nos del intercambio, ésta recae finalmente en el sector m o tas pueden intentar aumentar su margen de ganancia en previ
derno o extranjero en form a de alza de sus precios. sión de futuros aumentos de los costos. L a barrera inflaciona
ria se acerca entonces relativamente más. Ademas, aun antes
Por otra parte, el alza de los precios de los proluctos bási
de que los precios de consumo doméstico aumenten, los tra
cos afecta al conjunto de las economías industrializadas que
bajadores han debido soportar el alza de los precios de los
los utilizan. Estas soportan, pues, un doble aumento de sus
bienes de consumo obrero importados, lo que los torna sensi
costos, provocado por la inflación en la economía dominan
te: directa en razón del alza del precio de los bienes que ex
bles a cualquier futuro aumento. ^ _
porta e indirecta en razón del encarecimiento adicional de los En la medida en que las relaciones económicas internacio
productos básicos. . nales sean marginalmente elásticas, este proceso se ve favore
cido por cierto aumento de las recaudaciones de exportación
Por lo tanto, todos los sectores de la producción capitalista
por desviación del tráfico, que se agrega al aumento mecánico
se ven afectados por el alza de los costos. Para preservar sus
propios intereses, cada capitalista tiende a aumentar sus pre con destino a economías en inflación.
cios de venta a fin de mantener su margen de ganancia, pero La econom ía capitalista con mínima inflación, cuyo valor
al hacerlo se ponen en marcha dos procesos acumulativos. de exportaciones aumenta, presenta una tendencia a acumu
lar. En efecto, el equivalente en moneda nacional del incre
Por una parte, las alzas de precios se acumulan, pues nu
mento de divisas abulta los depósitos. A hora bien, en perio
merosos productos son bienes de consumo intermedios. Cada
dos de alza de los precios, quienes poseen depósitos tratan de
aumento de costo en un sector justifica el aumento del precio
convertirlos en activos reales. D e ello resulta una presión ha
de venta del producto correspondiente, lo que provoca el alza
cia la baja de las tasas de interés. A l mismo tiempo, algunos
del costo de otro sector. E l carácter acumulativo de este pro
capitalistas nacionales, especialmente aquéllos cuyas exporta
ceso depende del patrón interindustrial. P or una parte se
ciones aumentan su valor, ven la posibilidad de aumentar su
produce una tendencia general al alza de los precios, que trata
participación en el mercado en detrimento de sus antiguos
de restablecer el equilibrio de la estructura de los precios en
competidores a quienes la inflación ha tornado menos com pe
base a los anteriores márgenes de ganancia. Pero en las eco
titivos Esta doble presión puede elevar la inversión. La me
nomías capitalistas dominadas, esa alza puede llegar a la ba
jora por sectores de los términos del intercambio lleva a un
rrera inflacionaria y desatar una inflación corriente.
índice de acumulación más elevado. D e acuerdo con el esque
Este doble proceso tiene su explicación en el deseo de todos ma de la barrera inflacionaria, ello vuelve a elevar el índice
y de cada uno de que sea otro quien soporte el deterioro de
lo s términos del intercambio que corresponde a una pérdida de inflación. .
Puede parecer contradictorio que una m ejora y un detenoro
de riqueza “ nacional” . Sé comprende entonces que las espe
culaciones individuales dependan, en efecto, de la actividad de los términos del intercambio puedan favorecer al mismo
de cada uno. A hora bien, los empresarios sufren un aumento tiempo la inflación. Ello se debe a que esas nociones son pu
de sus precios de costo y pueden prever que éste sea duradero. ramente estadísticas. Detrás de ellas y de quienes las expli
L o mismo ocurre con los trabajadores en lo que a los precios can,' el comportamiento de las clases es la fuerza actuante.
. . ii.,,*./»nQníri tro.fo rfp. ?mmp>ntar su
de los bienes de consumo obrero se refiere. Entonces, aunque
176 Ernesí M andel 3' otros
m¥
determinando el paso de éste al precio de producción y de
este último al precio del mercado. A l hacerlo queda en claro fcftL-
el proceso de transferencia de valor interindustrial que acom •;p|| |'L
|y:
paña a la constitución de m onopolios y requiere la comercia :i§§§
rtr:
lización del valor transferido.
■i
...-VA
p;:
El precio baja si la oferta es superior a la demanda Tal formen los precios, ellos están determinados en la esfera de
desplazamiento de las curvas implica que se ha gastado más producción.
trabajo de lo necesario para satisfacer las necesidades soh en Esta doble transferencia ha sido estudiada en un régimen
tes. E l precio del mercado desciende por debajo del precio de de competencia, en el que aquélla se encuentra asegurada pol
producción. Ello provoca una baja de las ganancias percibidas la libertad de entrada y de salida a la industria. Tal libertad
realmente, lo que conduce a la eliminación de las empresas se ve considerablemente reducida en los regímenes m onopó-
menos productivas. Ese retiro del mercado aumenta la pio- licos.
ductividad media de la industria. D ebido a ello la oferta se L a transferencia de valor de los sectores de escasa com po
desplaza hacia abajo basta que el precio del mercado sea igual sición orgánica a los sectores de gran com posición permite la
al precio de producción. constitución de m onopolios. Se ve así que la determinación de
El precio aumenta si la demanda es superior a la oieiía. los precios es parte integrante de la ley de la acumulación y
Tal desplazamiento de las curvas implica que se ha gastado concentración del capital: la competencia intercapitalista de
menos trabajo de lo necesario para satisfacer las necesidades termina la acumulación y la concentración que autoriza la
solventes. El precio del mercado aumenta por encima del pre formación de los precios.
cio de producción. E llo provoca un aumento de las ganancias 'Por lo tanto no se puede distinguir, com o lo hacen Baran
en la industria, lo que atrae a nuevos capitalistas. Esas en y Sweezy, dos m odelos de funcionamiento del sistema capita
tradas en el m ercado reducen la productividad media de la lista: uno de competencia; otro de m onopolio. E l funciona
industria. L a oferta se desplaza (hacia arriba hasta que el pre miento del sistema implica el paso del capitalismo de peque
cio del m ercado sea igual al precio de producción. ñas unidades al capitalismo de grandes unidades. Pero ese
E l precio del mercado es la intersección de las curvas de paso es una transformación de las formas de competencia y
la oferta y la demanda. iPero esta afirmación en la cual se de no una supresión de la competencia. x
tienen los economistas burgueses es una tautología: la oferta Más aún, no se puede afirmar categóricamente que la com
y la demanda son cantidades ofrecidas o pedidas a un precio petencia entre pequeñas unidades recae sobre los precios y
determinado; p or lo tanto, en el lugar donde se encuentran, la que la com petencia entre grandes unidades recae sobre las
transacción se realiza al precio correspondiente a la cantidad marcas (el esfuerzo por vender de Baran y Sw eezy). En efec
intercambiada. El estudio comienza en el punto donde se de to, la centralización del capital por eliminación de las empre
tienen los economistas burgueses. L o que hay que explicar es sas y / o de las industrias menos productivas socialmente pasa
la posición relativa de las curvas de la oferta y la demanda. por una transferencia de valores de éstas a las empresas y /o
Se pasa de la medida del valor a los precios del mercado a las industrias socialmente más productivas. Esa transferen
por una doble transferencia de valor que trata de sancionar cia se realiza por intermedio de la form ación de los precios.
a posteriori el derroche de trabajo en relación con las condi Se puede afirmar por lo tanto que la com petencia por los
ciones de producción en lo que se refiere al precio de produc precios se mantiene entre las industrias de diferentes com po-
ción, y en relación a la solvencia del mercado en lo que se re
fiere al precio del mercado. L a supresión de ese derroche 1 V e r A lgunas características del sistema capitalista contem porá
está determinada por la misma ley del valor. A llí donde se neo, por D u bois M erlin y Valier.
m
190 Ernest M andel y otros La inflación 191
A sí, según Karl Marx, para que la explotación, es decir ]| Siendo n la com posición orgánica del capital supuestamente
plusvalía, sea comercializada, es necesario que se respeten; gual en los dos sectores, t el índice de plusvalía, f la fracción
ciertas proporciones entre los distintos ramos, sino el campp //d ep lu sv a lía acumulada, a y b el capital constante de los secío-
exterior de la producción debe ser ampliado, salvo crisis de" X res I y II.
sobreproducción. ; , _||f Para el sector I, el capital variable es igual a a /n y la plus-
A hora bien, el proceso de determinación de los precios de \alia a ( a /n ) . t, la parte acumulada de esta plusvalía (a t /n ).
producción permite que prosiga la desigualdad entre los dis- /f~ f. se descom pone a su vez en capital constante (a.tf/n=jj=l) y
tintos ramos. En base a una desigualdad dada, una parte de] en capital variable (a tf/n . (n=j|=l). Para el sector II se obtie-
valor creado en los sectores de más escaso c /v es transferida- "’ ^nen los resultados equivalentes reemplazando a por b.
a los sectores de c / v más elevado. En determinadas condicio- / g j esquema general es núes-
nes técnicas la eficiencia de éstos será proporcionalmente más T / = F ’
alta que la de los primeros. La transferencia de valor permite i Capital Capital
i 7 j -n £ ' j constante variable plusvalía
pues que los sectores se desarrollen en torma despropor-:^^;- .
cionada. 7 l|j| Í P ctor J a a/n . _
Entonces los sectores más desarrollados no encuentran mer- ;7 a ' 1 ^ ^ consumida
cados en las industrias atrasadas. Los capitalistas de las in-7t|£. a . t I n
dustrias más productivas no pueden, pues, comercializar la 7 „ ] a .t .f
plusvalía arrancada a los trabajadores dentro del sistema. acumulada
•Así, según Karl Marx, para que la explotación, es decir U & Siendo n la com posición orgánica del capital supuestamente
plusvalía, sea comercializada, es necesario que se respeten |igual en los dos sectores, t el índice de plusvalía, f la fracción
ciertas proporciones entre los distintos ramos, sino el campo :de plusvalía acumulada, a y b el capital constante de los secto-
exterior de la producción debe ser ampliado, salvo crisis de es I y IX.
sobreproducción. ' Tara el sector I, el capital variable es igual a a /n y la plus
A hora bien, el proceso de determinación de los precios de valía a ( a /n ) . t, la parte acumulada de esta plusvalía (a t /n ).
producción permite que prosiga la desigualdad entre los dis ,v f. se descom pone a su vez en capital constante ( a t f /n + 1 ) y
tintos ramos. E n base a una desigualdad dada, una parte del jjen capital variable (a tf/n . (n=jj=l). Para el sector II se obtie
valor creado en los sectores de más escaso c / v es transferida n e n los resultados equivalentes reemplazando a por b.
a los sectores de c / v más elevado. En determinadas condicio El esquema general es pues:
nes técnicas la eficiencia de éstos será proporcionalmente más
alta que la de los primeros. La transferencia de valor permite Capital Capital
constante variable plusvalía
pues que los sectores se desarrollen en form a despropor
cionada. Sector 1 a/n
t d-f)
Entonces los sectores más desarrollados no encuentran mer-:i consumida
cados en las industrias atrasadas. Los capitalistas de las in n
dustrias más productivas no pueden, pues, comercializar h t . f
plusvalía arrancada a los trabajadores dentro del sistema. acumulada
n
•Por otra parte, el desarrollo más rápido de algunas indus-'/f"
trias no provoca el atraso de las otras. Salvo en períodos de /. atf
en cap. var.
declinación del capitalismo, todas las industrias pueden evolu- A (n + I)
cionar, aunque en diferentes proporciones. L a acelerada acu- <
atf
¡ululación en las industrias más productivas, teniendo en cuen en cap. const.
ta la tendencia a la concentración del capital, no va acompa (n + I)
ñada por un movimiento compensatorio en las otras. La com - ' jl,Sector It b /n
posición orgánica total del capital puede aumentar. b . t (I-f)
consumida
D e ello resulta una evolución más rápida de la demanda „
n
que se dirige a los bienes de equipo (sector I ) en relación^
b . t . f,
con el sector de los bienes de consumo (sector I I ) . Teniendo acumulada
en cuenta las reglas de proporcionalidad del esquema de re/; n
producción ampliada, esta diferencia de ritmo crea un déficit 1 btf
en bienes de producción y un excedente en bienes de consumo. en cap. var.
L . Sartre ( E sbozo de una teoría marxista de ios crisis de (n + I)
superproducción ) ha puesto en evidencia las relaciones de btf
en cap. const.
proporcionalidad del esquema. (n + I)
198 Ernest M andel y otros La inflación 199
Para que haya equilibrio es necesario que haya igualdad Podem os preguntarnos entonces, con J. Robinson, si no es
entre la producción en medios de producción y el poder ad- 1 posible transferir el excedente de mercaderías del sector II
quisitivo relativo a esos bienes, o entre la producción y la',, al sector I. A l igualar el ahorro de bienes de consumo la
demanda en bienes de consumo, o entre lo que el sector i inversión en bienes de equipo, R . Luxemburg ( Acumulación
demanda al sector II y lo que el sector II demanda al sec del capital) ha demostrado la imposibilidad de esa transfe
tor I. 'Estas tres igualdades son equivalentes. Si se obtiene rencia. Supone que el razonamiento se efectúa sobre valores
una, las otras se realizan. L a última igualdad se indica: transferibles. A hora bien, el excedente del sector II está for
mado por bienes de consumo que los capitalistas del sector I
a at (I - £) atf no necesitan para acumular. L a transferencia implica que
— _|_ --------------- 1--------------- = b + éstos disponen del valor excedente del sector II en forma de
n n n (n + I) ( n + I) poder adquisitivo. Sólo entonces pueden utilizar ese poder
adquisitivo del capital constante. La transferencia requiere
a h2 a ntf ,
pues la conversión en m oneda de las mercaderías portadoras
del valor excedente del sector II, es decir su venta. E l pro
n nt + n -{- t + I — ntf
blema que aquí se plantea es el de la monetización del exce
Si se verifica esta igualdad la reproducción prosigue en dente del sector II. N o puede ser com prado por los trabaja
progresión geométrica de razón n -j- I + tf dores que, por definición, sólo disponen de Y t + V 2.
Los capitalistas no pueden com prarlo, salvo que utilicen la
n + I plusvalía acumulada del sector I. Pero eso supondría que los
capitalistas del sector I redujeran su índice de acumulación
Se observa que si la com posición orgánica del capital (n) mientras sufren un déficit de producción para absorber el
aumenta, se rompe el equilibrio salvo ajuste de t y / o f que excedente de los capitalistas del sector II. Hipótesis irreal en
deben bajar. un mundo de competencia.
L a fracción acumulada de plusvalía ( f ) depende de las E l Estado no puede absorber ese excedente de mercade
necesidades de la competencia intercapitalista. Cuanto más rías salvo que aumente los impuestos, es decir reduciendo el
grande sea la necesidad de encontrar mercados, más tratarán capital variable y la plusvalía disponible. L a intervención del
los capitalistas de reducir sus precios de costo y, para lo Estado en el problema de la monetización sólo lo desplaza
grarlo, acumulan. Su initjerés particular les impide djsimi- sin resolverlo, lo que no vieron Baran y Sweezy {E l Capita
nuir f. P or lo tanto no se puede esperar un reajuste automá- . lismo M on op ólico).
tico de t o de f a las variaciones de n para que el equilibrio , ■
L a monetización del excedente del sector II sólo puede ser
se mantenga. Este es accidental y no necesario.
realizada p or la aparición de una demanda exterior. Entonces
L os capitalistas tratan de proteger sus intereses y no redu- T
el ahorro del sector II puede ser puesto a disposición del sec
cen el índice de plusvalía salvo que se vean obligados a ello -
tor I y la desproporción entre ambos sectores queda así c o
p or las luchas económ icas que lleva a cabo la clase obrera.,
rregida.
L a disminución de t no puede ser el resultado del desequi
librio entre los sectores. 4| Por otra parte, después de la venta hacia el exterior del sis-
■’ái?,
' T il
/fg f,
. . -
La inflación 201
200 Ernest M andel y otros
(L a acumulación del capital) poner de manifiesto la evolución sector de la industria para pasar a otro, es necesario que haya
contradictoria de las economías precapitalistas. Las economías crisis en ese sector; ¿y qué razón puede impedir que los capi
capitalistas necesitan ampliar en ellas las categorías com er- talistas amenazados de tal crisis busquen un m ercado exte
cíales para constituir allí un mercado, pero paralizan en ellas rior?” Resulta posible determinar ahora la naturaleza del im
el desarrollo del m odo de producción capitalista para conser perialismo. Sólo es necesario para cierta distribución del ca
var su predominio. El imperialismo reside en esta contradic pital entre los sectores, que a su vez depende de su distribu
ción impuesta por el exterior. De ello resulta la imposibilidad, ción entre los distintos ramos. Si no logra instaurarse, la an
para esas economías, de desarrollar un capitalismo nacional. tigua distribución es corregida por una crisis. Los capitalistas
Es notable que en la obra citada, Lenin reproche a los p o siguen la pendiente más rápida, es decir que buscan la solu
pulistas que proclamen “que el capitalismo ruso carece de ción de sus contradicciones en el imperialismo. Pero si no la
base social y que murió al nacer” . Si la demostración de los encuentran, la existencia del capitalismo no es cuestionada
populistas fuera falsa, la historia se ha encargado de probar por un bloqueo definitivo del funcionamiento, lo que condu
que, según los análisis de Trotsky en 1905, el capitalismo no ciría necesariamente a la crisis catastrófica imaginada por
podía prosperar en Rusia. De ese análisis del imperialismo R . Luxemburg. Se produce corrección de la distribución del
deriva fundamentalmente la estrategia de revolución perma capital después de crisis com o la de la década del 30, en que
nente reconocida por Lenin sólo en las tesis de abril, y asu el movimiento obrero conserva la responsabilidad del derro
midas por la I V Internacional. ’ ' camiento del sistem a:
E l error de los populistas, y más adelante de R . Luxem- “ N o hay nada más inepto que deducir contradicciones del
burg, es haber pensado que el capitalismo no podía funcionar capitalismo en su imposibilidad, su ausencia de carácter pro
sin recurrir al imperialismo. Es evidente que ésta es una res gresivo, etc. Es simplemente buscar lejos de una realidad,
puesta a contradicciones que surgen desde el mismo naci evidentemente desagradable, pero innegable, un refugio en las
miento del capitalismo. En tal sentido, el imperialismo no celestiales alturas de románticas ensoñaciones. L a contradic
constituye una ‘ “ etapa suprema” del capitalismo. Pero tam ción existente entre la tendencia a la ampliación ilimitada de
p oco es necesario para la existencia misma del capitalismo. la producción y al consum o limitado no es la única del siste
En efecto, co m o lo destaca Lenin: “ con otra distribución del ma capitalista, que además no puede existir y evolucionar sin
capital nacional, la misma cantidad de productos podría ser contradicciones. Las contradicciones del capitalismo son el
comercializada en el interior del país” . L o mismo ocurre para testimonio de su carácter históricamente provisorio, ponen en
todo el sistema, com o lo prueba la sistematización de L claro las condiciones y las razones de su descom posición y de
Sartre. . su transformación en una forma superior, pero no excluyen
El equilibrio se mantiene cuando n aumenta si a /b se adapta la posibilidad del capitalismo, ni su carácter progresivo con
respecto a los sistemas de econom ía social que le precedie
n2 + n + ntf ron” (Lenin, La evolución del capitalismo en R u sia ).
al nuevo valor de ----- —----------------------- . Simplemente, com o
Lenin reconoce indirectamente en esta cita la contradicción
nt + n + t - f I — ntf
entre creación y com ercialización del valor y determina, con
lo señala también Lenin, “ para que el capital abandone un trariamente a R . Luxemburg, su naturaleza.
204 Ernest M a nd el y otros
Las amortizaciones
¡4
U'
212 Ernest Mandel y otros
C + v
A l principio Baran y Sweezy afirman que las únicas revolu Existe una prueba sorprendente que, cosa curiosa, Baran y
ciones tecnológicas que desencadenaron fantásticas inversio Sweezy citan sin sacar las conclusiones necesarias. En las pá
nes productivas fueron las referentes a la máquina de vapor, ginas 196-197 indican que entre 1946 y 1963 las inversiones
a los ferrocarriles y los automóviles. Pero más adelante admi realizadas directamente en el extranjero por las empresas nor
ten que la revolución tecnológica vinculada a la mecaniza teamericanas se multiplicaron por cinco porque el margen de
ción, la automatización y la cibernética iha reducido el número rendimiento de las inversiones en el extranjero era muy supe
de obreros especializados en la econom ía norteamericana de rior al de los Estados Unidos. Evidentemente que tanto la
trece millones en 1950 a menos de cuatro millones en 1962 com posición orgánica del capital com o el grado de control
y que, según muchos autores, esa revolución tecnológica sólo del m ercado por el capitalismo m onopólico son inferiores en
¡acaba de empezar! Es evidente que el reemplazo de los traba esos países que en los Estados Unidos. ¿N o es, pues, razonable
jadores por las máquinas a lo que Baran y Sweezy llaman “ una sacar com o conclusión que cuanto más se “ americanicen” más
velocidad fantástica” demuestra una tendencia al incremento tenderá a bajar el índice? En los Estados Unidos el nuevo
de la com posición orgánica del capital. progreso tecnológico tendrá com o conscuencia una nueva baja
Para nosotros no hay lugar a dudás de que el alza signifi significativa del índice de ganancia en comparación con el
cativa del índice de plusvalía que com enzó a fines de la década nivel actual.
del 50 (es decir con el alza constante del índice de desocu L a insistencia de Baran y Sweezy sobre el cüza continua del
pación) se cristalizó en una “ explosión de ganancia” .de más “ excedente” se basa en un razonamiento muy simple. En el
del 5 0 % entre 1960 y 1965. Pero es dudoso de que esa alza capitalismo m onopólico, los costos bajan, los precios suben al
pueda continuar desplazando cada vez más a los trabajadores mismo tiempo que las ganancias y por lo tanto el “ excedente”
productivos, únicos creadores de plusvalía, a una velocidad debe aumentar (p. 7 9 ) . Pero aquí de nuevo el hecho de hacer
equivalente al crecimiento de la com posición orgánica del los cálculos en base a los precios en vez de proceder al aná
capital. L a automatización seguirá desplazando cada vez a lisis en valor, oscurece los problemas m acro-económ icos en
los trabajadores productivos. Puede ocurrir perfectamente que discusión.
los salarios de los trabajadores productivos representen una
parte cada vez más pequeña en la nueva renta creada en la “ En el capitalismo m onopólico los patrones pueden trans
industria, pero no bajarán con tanta rapidez com o para com mitir, y transmiten, los costos más elevados del trabajo en
pensar el crecimiento de la com posición orgánica del capital. form a de precios más altos” , dicen Baran y Sweezy (p . 7 7 ) .
T am poco hay razón para afirmar que la baja tendencia! del Pero si nos^ detenemos a pensar en ello un momento, vemos
margen de ganancia sea históricamente subvertida, que tales afirmaciones apresuradas, por muy útiles que puedan
resultar para la agitación, no significan gran cosa en términos
de relaciones económ icas reales. Porque si los patrones “ trans
ción entre el capital existente y la producción última de bienes de
consumo. Las estadísticas históricas norteamericanas muestran que miten” los precios idénticamente más elevados del trabajo
los bienes duraderos están en proporción creciente en la producción del m ismo m odo a todos los consumidores, los precios de to
corriente. Y negar esa posibilidad es negar no sólo el aumento de la das las mercaderías aumentan en la misma proporción, y, lejos
«im p osición orgánica del capital en las condiciones del capitalismo
tnonopólico, sino que equivale a negar tal aumento también para el
de aumentar el “ excedente” , la relación entre salarios y plus
capitalismo del siglo x ix . valía,, entre la parte de plusvalía que corresponde a cada f ir-
222 Ernest Mandel y otros La inflación 223
ma, perm anece exactamente igual que precedentemente. Si mas, de profesores privados, de eclesiásticos, etc., no crean
esta “ transferencia” puede ser hedía solamente por los m ono rentas nuevas. N o interesa saber cuántas veces circula esa plus
polios, existen muchas probabilidades de que los salarios valía en un año. Siempre se redistribuye la misma plusvalía.
reales aumenten efectivamente y de que las mayores ganan Los alcaldes de las pequeñas poblaciones de las que han des
cias de los monopolios se hagan en detrimento de los sectores aparecido las industrias, lo saben por una triste experiencia.
no monopolizados de la clase capitalista, incapaces de hacer Si se eliminan los salarios iniciales y la plusvalía, ¡todas las
subir sus precios en la misma proporción. D e nuevo en este rentas de los servicios desaparecen com o por parte de magia!
caso, el “ excedente” no es aumentado sino apenas redistribui Pero si calculamos la “ demanda global” del m odo en que se
do y probablemente hasta ligeramente reducido en perjuicio la define actualmente en los Estados Unidos, se tiene la im
de una parte de la clase capitalista. Y si los precios de los presión de que la renta de todos los servicios es simplemente
bienes de consumo aumentan efectivamente más que los sala adicionada a la ganancia de las firmas industriales y se llega
rios, entonces hay disminución de salario real y evidentemente lácilmente a cálculos en los cuáles una parte del “ excedente”
aumento del “ excedente” , pero no mediante un “ nuevo” dis es dos o tres veces mayor que en la realidad.1
positivo especial, sino mediante los viejos métodos capitalis
tas de la baja de salarios.
El aumento de los gastos de venta
Es fácil descubrir el origen de la teoría de Baran y Sweezy
sobre la tendencia del “ excedente” a aumentar. Por una parte
se trata de una incorrecta generalización de una situación co- U n buen ejemplo de lo que precede lo da el problema del
yuntural, la rápida subida de las ganancias capitalistas a fines aumento de los gastos de venta. Los costos de venta nada
de la década del 50 y en la primera mitad de la del 60; por agregan al valor producido pero constituyen un ejemplo de lo
otra parte es el resultado de la utilización tendenciosa del que M arx llama “ gastos de circulación. . . financiados por
término “ excedente” , al punto de hacer de él un sinónimo de una cantidad dada de plusvalía” . En efecto, Baran y Sweezy
“ demanda global” . Tal razonamiento elimina simplemente el citan este pasaje de El Capital en la página 112 de su libro.
problema de la inflación y hace que en ciertos casos se cuente Sin embargo, no consideran el incremento de los esfuerzos
la misma renta dos o tres veces. para vender com o un medio “ de absorber el excedente” (plus
valía absorbiendo plusvalía). Hasta ven en ello un medio para
V em os aquí claramente que, contrariamente a la afirmación
de Horowitz, una de las principales razones de que Baran y 1 E l capital invertido en el comercio y en una serie de servicios,
Sweezy se confundan, es su intento de combinar a M arx con tanto com o en el transporte de los individuos, no provoca la creación
K eynes. M arx demuestra claramente que, en base a la teoría de una plusvalía adicional por contratación de la fuerza de ■trabajo
en los sectores productivos de la econom ía. Pero, para calcular eí
del valor-trabajo, toda renta creada en una sociedad capita
m onto total de plusvalía producida, no se puede adicionar simple
lista (exceptuando la renta de los pequeños propietarios de mente las ganancias' de todas las firm as. Algunas son claramente, no
medios de producción que no explotan el trabajo asalariado) el resultado de la distribución, sino de la re-distribución de la plusva
puede provenir únicamente de dos fuentes: el capital variable lía, por ejemplo cuando algunos servicios se prestan a cambio del
beneficio de otras firmas (para dar solamente *un «jem p lo citaremos
o la plusvalía. Guando los capitalistas utilizan su plusvalía los servicios de las firmas de corretaje, llamadas á reinvertir las nue
para com prar directamente servicios individuales de muca vas ganancias obtenidas).
224 Ernest M andel y otros
V!f¡
■v'#;
que los capitalistas aumenten sus ganancias, p oiq u e parte del.
gasto inicial será “ pagado por los trabajadores” ¡a través del
aumento de los precios de los bienes de consum o! Parecieran
no com prender que todo el gasto ha sido pagado en primer
lugar p or los capitalistas y que no se lo puede adicionar tres
veces; prim ero com o .plusvalía (beneficios capitalistas); luego
com o gastos de publicidad (parte de los beneficios utilizados
para intensificar las ven ta s); y finalm ente com o beneficios ca
pitalistas adicionales (parte de los gastos necesarios para in
tensificar las ventas, recuperada tom ándola de los salarios de
los trabajadores).
D e nuevo aquí resulta fácil encontrar la razón de la confu
sión de Baran y Sweezy. Pues “ la intensificación de las ven
tas” de que ellos hablan (que no es la parte de los costos de
distribución de que «habla M a rx) está en realidad financiada
por el capital y no por la plusvalía corriente. En la medida
en que el capitalismo monopólico se caracteriza p or enormes
cantidades de excedentes de capital, la intensificación de las
ventas (d el m ism o m odo que las industrias de servicios” )
ofrece un m ercado bienvenido para ese capital. En la medida
en que se empleen trabajadores suplementarios y que éstos
com pren mercaderías con sus salarios y sueldos, la “ intensifi
cación de las ventas” puede desatar indirectamente la “ co
m ercialización” creciente de la plusvalía, en base a un m ayor
gasto de capital. Pero adicionar ese capital (proveniente de
la plusvalía del año precedente) a la plusvalía del año en
curso, constituye un error evidente, siempre que se trate de
cálculo de valores.
■La form a com o Baran y Sweezy insisten decididam ente en
el capital inactivo e inutilizado constituye un elem ento justo
e importante en su libro. Se trata de un rasgo específico del
capitalism o m onopólico, proveniente precisam ente de la dis-
m inución del ritm o de la com petencia de precios y de la con
centración del capital en sectores m onopólicos. Aum enta jus
tamente en la m edida en que el prom edio del margen de ga-
La inflación 225
Colección “PSIC O LO G IA D E H O Y ”
Marie Langer y otros: L a homosexualidad fem enina (Segunda edi
ción.
Sigmund Freud y otros: El psicoanálisis frente a la guerra.
James L. Hymes: C om o hablarle del sexo a tu hijo (Segunda edición).
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Colección “P L A N T E O S E S T R U C T U R A L E S ”
Román Jakobson y otro: Semiología, afasia y discurso psicótico.
Guy de Bosschére: D e la tradición oral a la literatura.
Francis Edeline y otros: Análisis estructural del texto poético.
José Luis Víttori: Im ago m undi / N otas para una morfología de la
imagen literaria.
Colección “A R G U M E N T O S A R G E N T IN O S ”
Lucio V . Mansilla: Rozas (Ensayo histérico-psicológico).
José Hernández y Domingo F. Sarmiento: Vidas del Chacho (Prólogo
de Pedro Orgambide).
Pascual Vuotto: Vida de un proletario (Prólogo de Carlos Sánchez
Viam onte).
Colección “D O C U M E N T O S”
Vicente Zito Lema (compilador): Juicio criminal a don Juan M anuel
de Rosas (A gotado).
Ladislao José Biro: Una revolución silenciosa.
Marqués de Sade: Cartas (Agotado).
Vicente Zito Lema: A ntología del crimen pasional.
Vicente Zito Lema: E l pensamiento de Jacobo Fijaran o el viaje hacia
la otra realidad (Ilustrado).
César Vallejo: Cartas a Pablo Abril.
Marqués de Sade: Diario inédito.
Ernesto Sábato: Claves políticas (Segunda edición).
Wanda de Sacher-Masoch: Confesión de m i vida.
Nicolás Eymeric: E l M anual de los Inquisidores (Ilustrado).
Paul Jury: Diario de un cura.
Colección “A M O R E S ”
Marqués de Sade: E l presidente burlado (Tercera edición).
Leopóld von Sacher-Masoch: La venus de las pieles (Segunda edi-
Giacomo Casanova: M em orias 1750-1752.
Nicolás Restif de la Bretonne: Sara o la última aventura de un hom
bre de cuarenta y cinco años.
Marqués de Sade: L os crímenes del am or (Segunda edición).
Marqués de Sade: La marquesa de Gange (Segunda edición).
Guy de Maupassant: Una aventura en París.
Francisco de Quevedo: E l siglo del cuerno.
Salomón: Cantar de cantares.
John Ford: Lástim a que sea una p . . .
Safo: Obras completas.
Georges Bataille y otros: Erotismos (Segunda edición).
Marqués de Sade: Tres novelas ejemplares (Ultimos ejemplares).
Vladimir Nabokov y otros: Erotism os & variaciones.
Henry Miller y otros: Erotism os y /o perversiones.
Marqués de Sade: Los infortunios de la virtud.
Aristófanes: Lysistrata.
Marqués de Sade: H istoria secreta de Isabel de Baviera, reina de
Francia.
Marqués de Sade: L a doble prueba.
Leopold von Sacher-Masoch: D em onios y sirenas.
Pierre de Bourdeilles: L as damas galantes.
Federico Fellini y otros: Erotism os y otras manías.
Marqués dé Sade: Ernestina (Prólogo de Oscar del Barco).
Colección C O N T E M P O R A N E O S
Vicente Zito Lema: Feudal cortesía en la prisión del cerebro (Ilus
trado).
Orlando F. Calgaro: Los métodos.
Pedro Orgambide: Las hermanas.
Manrique Fernández Moreno: Pateando un empedrado.
Leda Valladares: M utapetes (Ilustrado).
Alvaro Valle: L o s contemporáneos.
Leda Valladares: Camalma.
Enrique Gainza: E l consejo.
Armando Zárate: E l corazón cae fuera del camino.
Mario Satz: Las frutas.
Mercedes Núñez: Pocas palabras (Ilustrado por Libero Badii).
Adolfo Colombres: Caranday de las muertes.
Angel Núñez: Nosotros-piedra.
Horacio de Azevedo (h ): Otro cielo.
Armando Zárate: O dulce espontáneo.
Se terminó de imprimir en
los Talleres Gráficos
LEONARDO IMPRESORA,
M éxico 2220/30 - Buenos Aires
en el mes de octubre de 1973.