La personalidad y la inteligencia se han visto como distintos dominios del
funcionamiento humano. Pero después de tres décadas de investigación sugieren que la inteligencia es un rasgo de personalidad. Según Colin DeYoung (neurocientífica especialista en personalidad) menciona que muchos rasgos de personalidad implican procesos y capacidades cognitivas. En teoría es posible medir los rasgos de la personalidad a través de tests de capacidades. Pero desde un punto de vista se comprobara si la inteligencia encaja en este cuadro general. Después de dichas investigaciones, la inteligencia estaba fuertemente relacionado sobre todo con la apertura a la experiencia. En el primer estudio se dio a conocer que la inteligencia está mucho más relacionado con el compromiso intelectual y la rapidez mental que con la imaginación, la ingenuidad o la profundidad intelectual. En el segundo estudio, dichas cualidades no estaban directamente relacionado con la inteligencia. En el tercer estudio, la inteligencia se relacionó negativamente con el orden, la moralidad, el cuidado, la ternura y la socialidad. Al tener estos resultados se puede decir que el dominio de la personalidad se refleja en la exploración consciente de la experiencia mental interna, esto es ciertamente, en tal punto de que al mismo tiempo estos hallazgos nos aclaran de cómo se diferencian uno de los otros (cognición, emoción y motivación) y que este a su vez no resulta ser bien medidos por test de inteligencia.