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El Gaucho Salteño:
Cuando nos referimos a “El Gaucho Salteño”, estamos recordando al tipo humano que se asentó desde principios del Siglo XVII, en la zona rural de Salta
y que tenía características únicas de hábitos seminómades y gran jinete; que conservaba los rasgos sobresalientes de sus antepasados mestizos (español y
aborigen).
Se dedicaba a tareas agrícolas, en tierras pertenecientes a hacendados hispano – criollos; destacándose en los cultivos, pero sobre todo en la ganadería,
donde la principal actividad, era el engorde de hacienda vacuna y mulares para ser vendidos en el Alto Perú para las explotaciones mineras y el transporte.
La naturaleza donde nace y se forma “El Gaucho”, en las inmensidades y hostilidades de los montes y selvas de la región; en arriesgados trabajos, entre
los animales cimarrones, chúcaros y las fieras, forjaron su carácter en la lucha diaria; contaba solamente con el caballo y sus armas gauchas para afrontar
la muerte permanente.
Esta capa social mestiza, es a la que pertenecía al que llamamos “El Gaucho”, individuo de una gran destreza y habilidad para el manejo del caballo;
observador y conocedor del medio en el que desarrolla su vida; baqueano y rastreador; verdadero topógrafo, que podía anticipar la calidad de los suelos
por su vegetación, pronosticar una tormenta por el vuelo de los pájaros, capaz de detectar cualquier cambio y alteración, por la movilidad de los animales
en el monte y la selva.-
Siendo estos los atributos, base, de las grandes hazañas que brindaron estos centauros a la Independencia y Libertad, en el transcurso de la Guerra Gaucha.
El Espíritu de Independencia:
Los Gauchos, así unieron a su incesante lucha diaria, la defensa de su tierra contra los extranjeros, entregando hasta su sangre para consolidar la Unidad y
Libertad de los Pueblos de un mismo origen, habla y religión.
Por que el gaucho, tenía prendida en su pecho, la filosofía revolucionaria de fondo, de Independencia, de Libertad, de Justicia y Hermandad, muy superior a la filosofía de sumisión de
pueblos para esclavizar pueblos, donde se apoyaron muchos imperios.
Ya estaba formado en su carácter el espíritu de independencia; por su aspecto altivo, su orgullo salvaje; por su valor sin límites, por su solidaridad de libertad é independencia, que es lo que
Salvó a la Patria y dio Patrias a otras Patrias.
Por que “El Gaucho” es soldado de Caballería por su propio instinto natural. Poseedor de las cualidades guerreras que le permitieron ser el artífice de la movilidad, de la iniciativa, de la
sorpresa, que le exigen el pleno dominio de las facultades del coraje, audacia, sangre fría y el golpe de vista de decidir instantáneamente, la maniobra táctica para salir airoso en la pelea. Fue
la materialización misma del “centauro” de la leyenda.
Que generaron aseveraciones, como las vertidas por un propio General de la Caballería Española, cuando en sus crónicas manifestaba: “.....Los
Gauchos, que son hombres de campo, bien montados y armados precariamente con machetes, lanzas y boleadoras, sobre sus caballos con sorprendente
habilidad, acercándose a las tropas con tal confianza, soltura y sangre fría, que sorprendía y desconcertaba a los soldados Españoles, que por primera
vez observaban a aquellos hombres extraordinarios a caballo, y cuyas excelentes disposiciones para la guerra de guerrillas, lograban sorprenderlos,
desbaratando todas las estrategias militares desplegadas....”
Por eso, un escritor militar moderno, como el Mayor Radulovic, hizo Justicia a la Guerra de los Gauchos, cuando manifiesta que tuvo que producir un
libro para demostrar que el “Héroe de la Independencia Sud tropical Americana” era “El Gaucho” y llega a la siguiente conclusión:
“Cada uno de esos Gauchos, serviría de modelo para fundir en bronce la estatua del Soldado Irregular de Guerrillas”
Cuando la voz del Jefe se alzó pidiendo el concurso para defender la patria invadida por los realistas, todo el gauchaje acudió, abandonando sus ranchos, mujeres, hijos y labores, para
convertirse en los magníficos centauros inmortalizados con el nombre de “Los Gauchos de GÜEMES”.
Que tanto sabían llevar una carga de caballería por entre el más tupido monte, como transformarse en eficiente infantería, en que sus dóciles animales servían de murallas y escudos.
Con sus sombreros retobado y ponchos al viento, las cabalgaduras, ataviadas con el tradicional apero y los infaltables guardamontes, enseres que en la totalidad del conjunto, les
proporcionaba un aspecto fantasmal alado.
Situación explotada por el gaucho con toda habilidad y maestría recurriendo a ciertos ardid, tales como el de castigar con el rebenque sobre los guardamontes, produciendo un atronador
rugido que causaba pánico y desconcierto total en los enemigos, que desconocían esta situación.
Los Gauchos, que sirvieron a las órdenes del Gral. GÜEMES, y sus Capitanes, cuando eran convocados a las filas, lo hacían con sus pertenencias, ( pilchas, poncho, caballo, apero, lazo,
guardamontes, facón y boleadoras) y como armas para el combate, una lanza hecha con tacuara con una chuza o cuchillo en la punta.
Carecían de uniformes y armamento adecuado para la guerra, en razón de que no eran soldados de línea, tales como Los Infernales, Granaderos, Húsares, Dragones o Cazadores, todo les
faltaba, pero tal como lo manifestara su Jefe el Gral. GÜEMES, en una carta en la que expresa:
“.....balanceado los riesgos que presenta la miseria de la expedición, con las ventajas que de su efecto podrán resultar
a la Causa; en las precisas circunstancias de nuestro estado político e inclinada la FIEL por la Causa, despreciando
los inconvenientes......”
“....pero si, llevando gravado en el pecho de cada uno de mis Gauchos el lema: “MORIR POR LA PATRIA ES
GLORIA”.
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