CÓMO CONSTRUIR UNA CULTURA DE INTIMIDAD CON EL ESPÍRITU SANTO

A. HAMBRE POR EL ESPÍRITU SANTO

 Una cultura de intimidad se construye cuando se nos revela el amor del Padre, la hermosura de
Jesucristo y la amistad con el Espíritu Santo.

“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo
sean con todos vosotros. Amén”. 2 Corintios 13:14

 Si tuviese una sola prédica para elegir sería intimidad con el Espíritu Santo. Él te lleva al Padre, al Hijo,
y te guía a una vida en las profundidades de Dios.

“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre,
son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu;
porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”. 1 Corintios 2:9-10

 El Espíritu Santo anhela más que un momento de visitación, quiere hacer una habitación en tu vida.
La llenura del Espíritu no es el fin, es el medio para que vivas una vida guiado por Él.

“¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros
nos anhela celosamente?” Santiago 4:5

 Jesús le enseñó a sus discípulos que experimentarían una dimensión mayor y mejor que caminar con
Él mismo, y hablaba de caminar en intimidad con el Espíritu Santo.

“Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera,

el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré”. Juan 16:7

 Necesitamos construir una cultura en cada comunidad de hambre por el Espíritu Santo.
Hambre es la habilidad de reconocer nuestra necesidad de Dios. El nivel de oración, adoración e
intimidad de una Iglesia está determinado por el nivel de su hambre por el Espíritu Santo.

B. LA LLENURA DEL ESPÍRITU SANTO: UN LLAMADO A LA SOBRIEDAD ESPIRITUAL

 Más que a un momento de llenura, la invitación bíblica es a una vida en el Espíritu. Esos momentos
de derramamiento del Espíritu no son el fin, sino el medio para incrementar nuestra vida de caminar
y movernos en el Espíritu. Dios no solo quiere tocarte, quiere llenarte, tomarte, saturarte y moverte
(Ro. 8:14).

“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”. Efesios 5:18

“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo:
Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior
correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él;
pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado”. Juan 7:37-39

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 “No apaguéis al Espíritu”. 1 Tesalonicenses 5:19

 Cuando nos llenamos del Espíritu estamos sobrios espiritualmente. Hay una tremenda relación entre
el llamado a la sobriedad y los últimos tiempos.

“Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo
sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa
de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. Tito 2:12-13

“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo
en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado”. 1 Pedro 1:13

“Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración”. 1 Pedro 4:7

“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar”. 1 Pedro 5:8

C. TRES EXPRESIONES DE LA LLENURA DEL ESPÍRITU SANTO/SOBRIEDAD ESPIRITUAL

1. Despierta tus cinco sentidos.

 Estar sobrio activa tus sentidos espirituales. El vino del mundo debilita tu discernimiento y
sensibilidad. La insensibilidad espiritual te lleva al pecado.

“Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen
los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”. Hebreos 5:14

“Los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia

para cometer con avidez toda clase de impureza”. Efesios 4:19

2. Transforma tu carácter.

 Así como el vino afecta el carácter de las personas, las desinhibe y las conduce a hacer cosas que no
harían en su estado normal, la llenura del Espíritu es capaz de transformar el carácter de una persona,
conduciéndolo a producir frutos más allá de su naturaleza.
A.
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley”. Gálatas 5:22-23

“Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel…”
Hechos 4:8

“Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos”. Hechos 13:9

3. Te envía al llamado divino.

 Una persona sobria y llena de luz conduce a otros hacia su destino de gloria.

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“Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo
y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo”. Hechos 6:3

“Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo
para la obra a que los he llamado”. Hechos 13:2

 Esta palabra “envío”, en el original es ekballo, que significa: enviar o expulsar con violencia sin
derecho de retorno. Jesús utilizaba la misma palabra para expulsar demonios.

“Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”. Mateo 9:38

 Es la misma palabra que se utilizó cuando Jesús fue impulsado por el Espíritu al desierto.

“Y luego el Espíritu le impulsó al desierto. Y estuvo allí en el desierto cuarenta días,

y era tentado por Satanás, y estaba con las fieras; y los ángeles le servían”. Marcos 1:12-13

 Cuando el Espíritu nos llena, somos impulsados sin retorno, de forma “violenta” al propósito de
Dios.

“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos
en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. Hechos 1:8

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