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El Carnicero y El Patrón
El Carnicero y El Patrón
El Carnicero y el Patrón
La conexión oculta entre Pablo Escobar y Klaus Barbie
Boris Miranda
Boris Miranda: periodista, investigador y docente. Es autor de los libros de periodismo narrati-
vo La mañana después de la guerra (El Cuervo, La Paz, 2012) y La última tarde del adiós (Ventarrón, La
Paz, 2013). Ganó varios premios nacionales de periodismo en modalidades de texto, multimedia
y derechos humanos. Se ha especializado en políticas públicas sobre drogas, investigación, cró-
nica y seguridad.
Palabras claves: narcotráfico, nazis, Klaus Barbie, Pablo Escobar, Bolivia, Colombia, Medellín.
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El Carnicero y el Patrón. La conexión oculta entre Pablo Escobar y Klaus Barbie
Génova a Buenos Aires. Viajó acom- cargos como detective. Nada compa-
pañado por su esposa y sus dos pe- rado –él lo admite– con sus «días de
queños hijos. El padre Krunoslav gloria» de combate contra los subver-
Draganovic, del clero vaticano, fue sivos. Algunos de sus ex-colegas de
quien consiguió las visas para el in- tropa se convirtieron en policías. Él
greso de todos a Argentina y a Boli- no pudo seguir ese camino porque
via, además de pases de viajero como ya estaba muy expuesto.
miembros de la Cruz Roja Interna-
cional. Los «Altmann» arribaron a Casi no le queda cabello pero man-
la capital porteña el 10 de abril de tiene el bigote, ahora completamen-
1951. La relación de Klaus con la cia y te blanco, que llevó durante los me-
Roma estaba muy lejos de terminar. ses que duró el «golpe de la cocaína».
Un año después recibiría la pena ca- Cuando le propongo la posibilidad de
pital en los juzgados franceses. Era entrevistarlo me desahucia con mu-
demasiado tarde: el Carnicero había cha facilidad. «Mira, yo tengo una
escapado. condena y nunca la pagué. Prefiero
que mi nombre no vuelva a sonar en
nnn ningún lado». No me miente. Antes
de visitarlo, verifiqué que su nombre
Desde La Paz hay que tomar tres pe- aparece entre un grupo de 14 perso-
queños buses para llegar a un cami- nas que fueron condenadas por geno-
nito de tierra en Senkata, uno de los cidio y masacre sangrienta en 1986.
barrios más grandes y caóticos de El
Alto. En una casa modesta me espe- «¿Usted estuvo en la fiesta con Pablo
ra uno de los paramilitares que ac- Escobar, Luis Arce Gómez y Klaus
tuó en el «golpe de la cocaína» y en Barbie?», le pregunto al ex-paramili-
los operativos posteriores a este. Vio tar después de comprometerme a no
a Barbie en una incontable cantidad divulgar jamás su nombre y guardar
de oportunidades en Cochabamba y la grabadora. «Me contaron que Pa-
La Paz. blo Escobar venía algunas veces. Yo
nunca lo vi. Creo que esa vez fue una
Ahora tiene una vida mucho más parrillada, ¿no?», me responde im-
sencilla. La democracia que llegó a preciso y con un gesto de indisimula-
Bolivia en 1982 desmontó la mayoría ble incomodidad.
de los grupos armados irregulares y
desde entonces él tuvo que remar a Parece que no quiere hablar mucho
contracorriente para sobrevivir. Tra- del tema que le propongo; sin em-
bajó en peñas folclóricas, cuidó pro- bargo, su dato era preciso. Aquella
piedades en el campo, a veces hizo tarde de enero de 1981, el Rey de la
de guardaespaldas e incluso tuvo en- Cocaína ofreció un churrasco a sus
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desde las mismas Fuerzas Armadas y detalle que yo nunca había escucha-
con los nuevos terratenientes cruce- do antes. El hombre del bigote blan-
ños que «se llenaron de dinero y tí- co me revela que existía un brazo ci-
tulos de propiedad gracias a Banzer». vil de «Los Novios de la Muerte» que
Al fin menciona a «Los Novios de la se ocupaba de limpiar las huellas de
Muerte», el terrible grupo paramilitar las operaciones de los narcotrafican-
organizado por Barbie para apoyar el tes. «Eran abogados casi todos. Ellos
golpe de Estado de julio de 1980 y que montaban los negocios con los que se
después sería puesto al servicio de la lavaba el dinero de la droga que llega-
conexión boliviano-colombiana del ba a Bolivia. Tenían mucha influencia
narcotráfico. Lo que luego se cono- sobre los gobiernos de Banzer y García
cería como la «General Motors de la Meza. Incluso uno de ellos llegó a ser
cocaína». contralor general de la República en
aquellos años».
Ellos –me cuenta– se organizaron a
finales de los años 70 y colaboraron Casi al finalizar la conversación me
en varios cuartelazos y acciones para cuenta una última anécdota de Bar-
eliminar o secuestrar a referentes de bie. Recuerda que cuando los «agentes
la izquierda local. Pasaron un tiempo de seguridad» se encontraban fuera
en Centroamérica, donde adiestraron de servicio en Cochabamba, pasaban
a los primeros contras que enfrentaron las horas y los días en el desapareci-
la revolución sandinista nicaragüen- do Café Continental, al lado de la ca-
se, y volvieron para actuar en el «gol- tedral. De vez en cuando Klaus, que
pe de la cocaína». Después, el dinero permanecía la mayor parte del año en
de Roberto Suárez y el cártel de Me- esa ciudad a pesar de sus frecuentes
dellín los puso a operar en el oriente viajes a La Paz y Santa Cruz, visitaba
boliviano, con la misión de limpiar al grupo y se sentaba a tomar un café
el terreno para que solo los socios tu- con ellos. Una tarde, él calcula que
vieran la exclusividad de producir la fue en 1979, una pareja de judíos se
pasta base que se vendería a los co- sentó en la mesa de atrás. El Carni-
lombianos. Los narcos menores tenían cero de Lyon, tratando de maximizar
dos opciones: convertirse en aliados y su repulsión, dijo en claro español
pagar «el impuesto», o ser delatados y muy fuerte: «Deberíamos volver a
ante el Ministerio del Interior y ex- hacer jabón».
pulsados del negocio.
nnn
Bastante se ha escrito sobre este gru-
po armado que sembró el terror en La Michael Levine fue agente encubierto
Paz y Santa Cruz durante el gobierno de la Administración para el Control
de García Meza; sin embargo, hay un de Drogas de eeuu (dea) en Argentina
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durante algo más de tres años, entre Me sorprendo por la naturalidad con
1978 y 1982. Desde ese puesto logró que me responde. Yo había imagina-
engañar a narcos bolivianos como do que me tocaría sortear uno o dos
Roberto Suárez, los esposos Atalá, filtros entre secretarias y subalternos
Alfredo «Cutuchi» Gutiérrez, Mar- antes de conversar directamente con
celo Ibáñez y la familia Gasser –todos él. Me presento como un periodista
ellos cruceños–, al involucrarlos en la boliviano y él se entusiasma de in-
venta de más de 1.000 kilos de sulfa- mediato con la idea que le propongo.
to base de cocaína a cambio de nueve Comienza a hablarme en español
millones de dólares. El 24 de mayo de con naturalidad. En su acento ya no
1980, un viejo Convair cargado con la queda nada de sus años como agre-
droga partió desde una pista escon- gado de la dea en Buenos Aires, más
dida en la selva beniana rumbo a Flo- bien percibo un tono bastante centro-
rida. Al mismo tiempo, dos bolivia- americano en sus palabras.
nos eran arrestados en el interior del
Kendall Bank de Miami después de Le explico que tengo la hipótesis de
recibir el pago por «coronar» la ope- que la conexión entre Barbie, Esco-
ración. bar y los capos del cártel de Medellín
es más fuerte de lo que se cree hasta
Mike, como le dicen todos al neoyor- ahora, y él me responde que todo se
quino, creyó que su temerario ope- explica en la estructura que se monta
rativo representaba el golpe al nar- alrededor del «golpe de la cocaína»,
cotráfico más grande en la historia. en cuyo armado la cia tiene un rol
Al fin había logrado incriminar a fundamental:
los peces gordos bolivianos. Estaba
muy equivocado. Su gobierno tapó el Mientras vivía en Buenos Aires me hacía
caso y liberó a los detenidos. Los ca- pasar por un mafioso siciliano y así me
encontré con la gente de Roberto Suárez y
pos del narco en Bolivia estaban muy
aprendí que más de 90% de la pasta base
lejos de perder su influencia en las
boliviana era vendida a los colombianos,
agencias especiales estadounidenses. para convertirla en cocaína. La cia –conti-
núa Levine– en ese momento [1980] no
A pesar de que Levine fue uno de los tenía idea de lo que estaba haciendo la dea,
agentes encubiertos más importantes ni le importaba. A su juicio, los agentes de la
de las décadas pasadas y está en la dea éramos aficionados incompetentes.
Ellos, mientras tanto, estaban fomentando
«lista negra» de colombianos y mexi-
el derrocamiento del gobierno de Lidia
canos a los que ayudó a arrestar, con-
Gueiler. Su principal activo para el control
seguir su número de celular no es di- de los militares bolivianos en ese momento
fícil. Además, él mismo responde el era Klaus Barbie. Fue uno de los varios acti-
teléfono señalando su nombre: «Hi, vos ex-nazis que tenían trabajando en Amé-
this is Michael Levine…». rica del Sur en ese momento.
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El Carnicero y el Patrón. La conexión oculta entre Pablo Escobar y Klaus Barbie
Gueiler fue depuesta el 17 de julio de Su siguiente acto [de la cia] iba a comen-
1980, seis meses y 10 días después de zar con el «golpe de la cocaína» de 1980
que Escobar se conociera con el Car- –prosigue Levine en la entrevista–. Ade-
más, como he escrito en el libro, Klaus
nicero de Lyon en esa parrillada en
Barbie fue clave en esa sangrienta acción
la que el Rey de la Cocaína compro- como el brazo derecho de la cia. Fue el
metió cinco millones de dólares para nacimiento de la organización que llegó a
financiar el cuartelazo. Concluye Le- ser conocida como «La Corporación», que
vine: yo tengo entendido sigue funcionando
ahora mismo, que yo llamé «la General
El resultado fue que, mientras la cia esta- Motors de la cocaína». Esta, en mi opinión,
ba tratando de derrocar a Gueiler, yo es la verdadera historia de lo que ocurrió
estaba trabajando estrechamente con ese en Bolivia durante este tiempo, como lo vi
gobierno para destruir la organización de y viví. Es la historia triste y real de una
Suárez, que irónicamente era protegida por verdadera asociación entre el gobierno, los
la misma cia. Así que cuando Suárez nos narcotraficantes, criminales de guerra nazis
hizo llegar el cargamento de cocaína más y la cia, agencia cuya historia ha demostra-
grande en la historia de eeuu (en aquel do que es un organismo compuesto por
momento) y arrestamos a José Roberto incompetentes criminales.
Gasser y Alfredo Gutiérrez en Miami con
nueve millones de dólares en efectivo en un Pasaron más de 35 años desde esa
banco de Miami, la cia fue tomada por
tarde en la que Levine celebró por el
sorpresa.
despegue del Convair desde una pis-
Sin embargo, Mike también fue toma- ta beniana creyendo que acababa de
do por sorpresa en aquel entonces. Él «coronar» el mayor golpe en la gue-
no sospechaba que la conexión boli- rra contra las drogas en la historia
viano-colombiana de la droga tenía y, ahora, desde su oficina de investi-
cobertura especial de parte de la agen- gador privado en Nueva York, no se
cia de inteligencia más importante de cansa de acusar a la cia por voltear
su país y jamás imaginó el poder que su operativo.
tenían dentro del gobierno de García
Meza los peces gordos que él había in- Su libro fue lectura obligada en círcu-
criminado. En 1994, años después de los políticos de izquierda bolivianos
descubrirlo y ser retirado de su pues- durante décadas y seguro está en va-
to en Buenos Aires, Michael publicó rias de las bibliotecas domésticas de
el best seller The Big White Lie: The actuales ministros y parlamentarios
Deep Cover Operation that Exposed the del partido de Evo Morales. Solo así
cia Sabotage of the Drug War4, que en
4. Reed Business Information, Nueva York,
América del Sur fue editado en espa- 1994.
ñol con el título La guerra falsa. Frau- 5. M. Levine y Laura Kavanau-Levine: La gue-
rra falsa. Fraude mortífero de la cia en la guerra a
de mortífero de la cia en la guerra a las las drogas, Acción Andina / Cedib, Cochabam-
drogas5. ba, 2001.
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carísimos. Me llevo un par que termi- Mis únicos antecedentes penales hasta hoy
nan siendo una gran decepción. vienen de esa captura. El 16 de junio de
1976 venía de Pasto con mi primo Gustavo
Gaviria. Traíamos 39 libras de pasta de
La suerte asoma recién en mi último
coca dentro de la llanta de repuesto de un
día en la capital colombiana. Descubrí camión. El informe policial decía que era
una feria apenas a cinco cuadras del cocaína, pero en realidad era solo la base,
Palacio de Nariño donde había una pasta, que traíamos para procesarla en un
abrumadora colección de textos con laboratorio creado por nosotros en Enviga-
crónicas e investigaciones periodís- do. En esa época no había una sola mata de
ticas sobre el narcotráfico, las guerri- coca sembrada en Colombia, la materia
prima tocaba traerla de Perú y Bolivia. Los
llas y el paramilitarismo. Cuando las
detectives del das [Departamento Admi-
vendedoras advirtieron que me inte-
nistrativo de Seguridad] nos cayeron al
resaban las obras relacionadas con Es- lugar y no hubo tiempo de escaparnos,
cobar y el narcotráfico, hicieron apa- nunca supe cómo se enteraron, el hecho es
recer otro fardo con más títulos sobre que nos pescaron con la mercancía en la
las Fuerzas Armadas Revolucionarias mano. Tratamos de sobornarlos, pero los
de Colombia (farc), las Autodefensas, muy honestos no quisieron plata. Nos lle-
la historia del secuestro de Ingrid Be- varon a la cárcel de Pasto, la frontera con
Ecuador, porque el camión tenía placas de
tancourt y novelas relacionadas con el
allí. Recuerdo que a la hora de la reseña
mundo de las drogas. «A usté le gus-
policial sonreí. Es una de las fotos que más
tan los libros sobre bandidos», me dice quiero. ¿Sabes por qué? Todo bandido
riendo una de ellas mientras me al- tiene que pasar un tiempo en prisión para
canza un ejemplar original del histó- tener la escuela completa. Podríamos decir
rico Los jinetes de la cocaína6, de Fabio que esa foto es la de mi graduación.
Castillo, que hace más de una década
es imposible de encontrar en cualquier Aquella detención de 1976 fue recrea-
librería del mundo. da en la telenovela El patrón del mal;
sin embargo, los peces gordos boli-
El vínculo del Patrón con Bolivia se vianos, la mafia cruceña y Barbie no
inicia en su primera detención como tienen una sola mención en los 127
traficante. El capo del cártel de Me- capítulos de la exitosa producción de
dellín afirmaba que la graduación Caracol tv. La serie está inspirada
de un bandido profesional era pa- en el libro La parábola de Pablo 7, del
sar unos meses en la cárcel, y a él le periodista y ex-alcalde de Medellín
tocó titularse en 1976. John Jairo Ve- Alonso Salazar Jaramillo, y allí sí
lásquez, alias Popeye, el último jefe aparece una referencia a la alianza
de sicarios vivo de Escobar, contó al
periodista Mauricio Aranguren que 6. Documentos Periodísticos, Bogotá, 1987.
7. A. Salazar Jaramillo: La parábola de Pablo.
su patrón narró este episodio fun- Auge y caída de un gran capo del narcotráfico, Pla-
dacional con estas palabras: neta, Bogotá, 2001.
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Cuando García Meza me manda a Santa Fue Prado quien expulsó de Boli-
Cruz como comandante de la viii División via al famoso neonazi Joachim Fie-
del Ejército [1981] se produce un shock en belkorn, un alemán desertor de su
el resto de los militares cercanos a él. Ellos
Ejército aficionado a coleccionar uni-
manejaban esa división desde La Paz –dice
el militar que también participó en la cam-
formes y artículos de las tropas de
paña contra el Che Guevara de 1967–. Yo asalto de Hitler. Él era el jefe del gru-
le dije al general que iría a Santa Cruz a po de mercenarios que Barbie puso a
poner orden. Yo ya conocía que el grupo disposición de Roberto Suárez y que
de los alemanes trabajaba con los milita- vieron sorprendidos los hombres de
res en las tareas de represión y también Escobar en medio de la selva.
trabajaba protegiendo a los narcotrafican-
tes. Incluso había grupos civiles armados
Una vieja publicación de 1980 del
que patrullaban en la ciudad. Toda la
ciudad estaba atemorizada. Fuimos al instituto londinense Latin American
Bavaria –prosigue Prado–, que era el cuar- Bureau, titulada Narcotráfico y polí-
tel general de los nazis. Los capturamos a tica. Militarismo y mafia en Bolivia9,
todos y los puse en la frontera. Los saqué a permite completar la fotografía de la
Brasil inmediatamente y eso causó un albo- relación entre los paramilitares co-
roto tremendo en Santa Cruz. Así empecé a lombianos y bolivianos. Allí se pue-
poner orden. Tardé un mes en desarmar
de leer el relato de uno de los para-
estos grupos. Sabíamos que tenían banderas
militares que formaban parte de la
nazis y una estatua de Hitler y que allí se
hacían rituales. Sacamos todos esos símbo- mafia cruceña. El libro identifica al
los. Cuando ingresamos ellos pensaron que autor del testimonio como un mer-
veníamos a impartirles órdenes porque vie- cenario alemán «ex-boxeador de peso
ron que éramos militares. mediano», quien reconoce a Barbie
como uno de los que daban instruc-
La contraparte boliviana de los li- ciones al grupo.
bros colombianos fue más difícil de
conseguir, pero al fin hallo un indi- Suárez tenía 28 pequeños aviones con un
cio a través de esta conversación con águila negra sobre el fuselaje. Dos de noso-
el general Prado. El militar retirado tros acompañábamos al piloto: se aterriza-
ba en el territorio boscoso del Beni, cerca
me contó que se producía tanta pasta
de la frontera brasileña, y se esperaba a los
base en Bolivia que en cierto momen-
intermediarios colombianos. Los capos de
to las arcas del Banco Central se lle- la mafia boliviana se habían comprado
naron por las incautaciones. Así fue amplios territorios en el Beni para ocultar
como el gobierno tuvo que almace- sus negocios. Había una pequeña pista en
nar el resto de la droga en los cuar- medio de los árboles donde aterrizaban los
teles. «Toda la producción se iba en aviones. Antes de nuestra intervención,
avionetas desde todas partes para los sucedía con mucha frecuencia que los
colombianos pagaran con paquetes ya pre- general panameño fue concertada por
parados que contenían pocos dólares y Barbie, quien también estuvo presen-
mucho papel y escapaban lo más pronto te», me responde con mucha precisión
posible mientras disparaban ráfagas de
Ayda Levy.
ametralladora. Pero Fiebelkorn hizo insta-
lar dos puestos de bazooka en torno a la
pista. Desde aquel día, los colombianos Queda claro que el Carnicero no solo
empezaron a pagar regularmente. Tenían proveía seguridad para las operacio-
miedo y rabia de nosotros, los alemanes. nes de La Corporación gracias a su
influencia en las dictaduras bolivia-
Era lindo –prosigue el relato anónimo– nas. También aprovechaba sus con-
hacer el viaje de regreso a Santa Cruz con el tactos para asegurar la expansión del
avión cargado de «verdes». Una vez tuve en
negocio.
mis manos cuatro millones de dólares. Suá-
rez no nos hacía faltar nada y nos pagaba
Los nexos de Barbie con la incipiente agen-
5.000 dólares al mes, una gran suma para
cia de inteligencia estadounidense [cia] se
Bolivia. No sabíamos dónde gastarlos, por-
dan en un principio por la mediación de la
que en el Bavaria todo era gratis para noso-
red de extracción que había facilitado el
tros. Había cinco chicas alemanas, más
Vaticano, después de la Segunda Guerra
Gerlinde, la preferida de Joachim [Fiebe-
Mundial, principalmente para científicos y
lkorn]. Con las hermanas Marianna y Mara,
disidentes nazis. La antigua relación de
dos ex-cabaretistas del Treff, en el Taunus
Barbie con el Vaticano sirvió para que
Feldberg de Fráncfort, Gerlinde había pro-
Roberto [Suárez] y Escobar iniciaran rela-
tagonizado breves films pornográficos. Los
ciones comerciales con Roberto Calvi,
proyectábamos para los coroneles bolivia-
quien era presidente del Banco Ambrosia-
nos y ellos perdían la cabeza. Un día vino a
no» –añade Levy–. Así fue como la cocaína
visitarnos Klaus Altmann [Barbie], enton-
de la «General Motors» inundó Europa,
ces consejero de Seguridad del Ministerio
con la venia y participación de la Santa
del Interior boliviano. Nos dijo: «Llegó el
Sede en Roma.
momento. Es necesario hacer saltar este
gobierno antes que Bolivia se transforme
en una gran Cuba». Sin embargo, Klaus no llegó a ver
los frutos de su última gestión a fa-
Así fue el «golpe de la cocaína». vor del cártel de Medellín. Como re-
velación final, la ex-compañera del
nnn
Rey de la Cocaína recuerda el últi-
mo encuentro entre el Patrón y el
«Durante el año 1981, Barbie acompa-
Carnicero.
ñó a mi marido en varios viajes que
realizó a Medellín, Colombia, como
La última vez que Barbie tuvo contacto con
su asesor en inteligencia. El 5 de ene- Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha
ro del año 1982, Roberto se reunió en fue en nuestra hacienda San Vicente, el día
Panamá con Manuel Antonio Noriega del cumpleaños de mi hijo Roby, el 26 de
y Pablo Escobar. Esa reunión con el diciembre de 1982. Los anteriores meses
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El Carnicero y el Patrón. La conexión oculta entre Pablo Escobar y Klaus Barbie
y ocho para que la leucemia acabara que buscar nuevas formas de ganar-
con el Carnicero de Lyon, pero sus se la vida. El cártel de Medellín perdió
caminos ya estaban separados. A Es- la guerra, pero el narcotráfico es un
cobar le faltaba aterrorizar a todo un poder cada vez más incontrolable en
país antes de dejarse derrotar y liqui- América Latina. La conexión bolivia-
dar el 3 de diciembre de 1993. no-colombiana fue reemplazada por
México y Brasil. El hombre del bigo-
Dos años antes de aquello, la muerte te blanco lee sobre la guerrilla de Teo-
alcanzó a un Barbie solo y débil, en ponte y así revive sus viejos combates.
una celda con la luz apagada y sin la Reniega de la historia como se la cuen-
mínima esperanza de volver a cami- ta ahora, pero tampoco piensa mover
nar impune por los pasillos del poder un dedo para cambiarla por su ver-
en La Paz o tomarse un expreso en el sión. Prefiere dedicarse a sus nietos.
Café Continental de Cochabamba.
35 años transcurrieron desde aquella
El legado de ambos se escribe por se- fiesta en la residencia de Equipetrol.
parado, mientras los que conocen la No es poca cosa. El tiempo no dejó de
conexión de a poco arriaron las ban- pasar para ninguno, pero la memoria
deras. Los militares se alejaron del po- de todos conserva frescas las imáge-
der en Bolivia y el agente encubierto nes de esos años de guerra, mafias y
de la dea inició una cruzada para de- fiestas de lujo. Como esa parrillada
nunciar la traición y patraña de la cia de enero de 1980 en la que el Patrón y
en la lucha contra las drogas. Los pa- el Carnicero de Lyon brindaron con
ramilitares colombianos permanecen Dom Pérignon junto a los capos del
en la selva, en la cárcel o en la fosa, cártel de Medellín y los peces gordos
mientras que los mercenarios boli- bolivianos, mezclados entre milita-
vianos fueron enjuiciados y tuvieron res y mercenarios neonazis.