Está en la página 1de 7

1

FUNCIONES DE PROMOCIÓN DE LA SALUD

A) DESARROLLAR APTITUDES PERSONALES PARA LA SALUD

La promoción de la salud proporciona la información y las herramientas necesarias para mejorar los
conocimientos, habilidades y competencias necesarias para la vida. Al hacerlo genera opciones para que la
población ejerza un mayor control sobre su propia salud y sobre el ambiente, y para que utilice
adecuadamente los servicios de salud. Además, ayuda a que las personas se preparen para las diferentes
etapas de la vida y afronten con más recursos las enfermedades y lesiones, y sus secuelas.
B) DESARROLLAR ENTORNOS FAVORABLES

La promoción de la salud impulsa que las personas se protejan entre sí y cuiden su ambiente. Para ello
estimula la creación de condiciones de trabajo y de vida gratificante, higiénica, segura y estimulante.
Además, procura que la protección y conservación de los recursos naturales sea prioridad de todos.

C) REFORZAR LA ACCIÓN COMUNITARIA

La promoción de la salud impulsa la participación de la comunidad en el establecimiento de prioridades,


toma de decisiones y elaboración y ejecución de acciones para alcanzar un mejor nivel de salud. Asimismo,
fomenta el desarrollo de sistemas versátiles que refuercen la participación pública.

INSTITUTO NOA JUJUY PROFE LAURA TARIFA


2
D) REORIENTAR LOS SERVICIOS DE SALUD

La promoción de la salud impulsa que los servicios del sector salud trasciendan su función curativa y
ejecuten acciones de promoción, incluyendo las de prevención específica.

También contribuye a que los servicios médicos sean sensibles a las necesidades interculturales de los
individuos, y las respeten.

Asimismo impulsa que los programas de formación profesional en salud incluyan disciplinas de promoción y
que presten mayor atención a la investigación sanitaria.

Por último, aspira a lograr que la promoción de la salud sea una responsabilidad compartida entre los
individuos, los grupos comunitarios y los servicios de salud.

E) IMPULSAR POLÍTICAS PÚBLICAS SALUDABLES

La promoción de la salud coloca a la salud en la agenda de los tomadores de decisiones de todos los órdenes
de gobierno y de todos los sectores públicos y privados. Al hacerlo busca sensibilizarlos hacia las
consecuencias que sobre la salud tienen sus decisiones. También aspira a propiciar que una decisión sea
más fácil al tomar en cuenta que favorecerá a la salud. Asimismo, promueve que todas las decisiones se
inclinen por la creación de ambientes favorables y por formas de vida, estudio, trabajo y ocio que sean
fuente de salud para la población

INSTITUTO NOA JUJUY PROFE LAURA TARIFA


3

¿Qué es un estilo de vida?


Cuando hablamos de estilo de vida o de hábitos de vida, normalmente nos referimos a una
combinación de factores tangibles e intangibles, es decir, aspectos físicos y psicológicos o
culturales que conforman la manera de vivir de un individuo o un conjunto de ellos.

En otras palabras, se trata de una preferencia en cuanto al tipo de alimentos consumidos,


actividades desempeñadas y hábitos recurrentes, que definen el modo de vida (el way of
life, en inglés) de una persona, o de una comunidad.
Es un concepto sociológico, que permite una aproximación a
las ideas, valores y conductas de las comunidades humanas. El concepto surgió en la década
de 1910 y es atribuido al psicólogo austrohúngaro Alfred Adler (1870-1937), quien lo
definió inicialmente como “el sistema de reglas de conducta desarrollado por los individuos
para lograr sus metas en la vida”. Hoy en día, se lo entiende más bien como el camino
elegido para vivir.
El uso del concepto se popularizó enormemente a partir de 1928. Estaba principalmente
asociado a ciertas idiosincrasias en lo gastronómico (el estilo de vida mediterráneo, el estilo
de vida americano, etc.).
En consecuencia, a finales del siglo, empezó a asociarse también con los índices de
longevidad y enfermedad, a punto tal que hoy en día existe mucho debate en torno a
cuáles hábitos son saludables o perjudiciales para una vida sana, larga y activa, es decir,
cuáles son los estilos de vida saludables y cuáles son los perjudiciales.

INSTITUTO NOA JUJUY PROFE LAURA TARIFA


4

INSTITUTO NOA JUJUY PROFE LAURA TARIFA


5

Estilos de vida saludables


Aunque existe cierto margen de debate respecto a qué alimentos y en qué cantidades o frecuencias
resultan saludables para el cuerpo humano, los médicos suelen mostrar preferencia por ciertos estilos
de alimentación y, sobre todo, por su combinación con determinados esquemas de actividad física. Así,
existe más o menos consenso respecto a lo que es un estilo de vida saludable, y el mismo implica sostener:
 Una dieta equilibrada, es decir, ingerir alimentos de todos los grupos de la pirámide nutricional, en
proporciones adecuadas y en porciones únicamente suficientes para sustentarnos sin perder peso,
pero sin tampoco ganarlo. Eso significa que debemos consumir diariamente 30-40 kilocalorías por
hilo de peso, de acuerdo a la distribución siguiente: 50-55% de carbohidratos, 15-20% de grasas
monoinsaturadas (y 5% de poliinsaturadas y no más de 7-8% de saturadas) y un 10% de proteínas.
Esto incluye la ingesta de 20-25 gramos diarios de fibra vegetal.
 Una rutina de ejercicio físico, lo cual generalmente implica 30 minutos diarios de actividad física
que permita quemar los sobrantes energéticos (grasa) y fortalecer músculos y huesos.
 Una buena higiene personal, en lo que se abarca el lavado del cuerpo, el lavado de manos (sobre
todo antes de comer), la higiene bucal y dental, y la higiene del entorno en el que hacemos vida.
Estas condiciones nos ayudarán a enfermar menos frecuentemente.
 Una vida social enriquecedora, es decir, cultivar los afectos y las amistades, los amores y el
compañerismo, dado que somos animales gregarios, por lo que la aceptación y la pertenencia son
sentimientos muy poderosos dentro de nuestra psique. Está más que demostrada la necesidad de
un mínimo de vida social para llevar una existencia sana.
 Una vida emocional y psicológica estable, para lo cual es importante la comunicación, la
psicoterapia en caso de necesitarla, y evitar las situaciones o las sustancias que perturben la salud
mental.
Estilos de vida perjudiciales
Así como existen estilos de vida saludables, también existen estilos de vida perjudiciales, que atentan en
contra de la salud, y que pueden conducirnos a una existencia más breve, más plagada de enfermedades y
de dolencias. En general, los estilos de vida perjudiciales incluyen:
 Dietas poco variadas, compuestas de un solo o pocos ingredientes de grupos distintos,
especialmente cuando eso significa comer grandes cantidades de grasas (sobre todo
poliinsaturadas o saturadas), grandes cantidades de azúcares y carbohidratos y, en general,
abundantes carnes rojas. Este tipo de dieta está vinculada con la aparición temprana de obesidad,
diabetes y cáncer. Sin embargo, una dieta demasiado austera también puede conducir a la anemia
o la avitaminosis.
 Vida sedentaria, es decir, falta total y prolongada de ejercicio, que propicia la acumulación de
grasas, debilita los tejidos musculares y complica aún más las consecuencias de una dieta
deficiente. La hipertensión y la obesidad están directamente vinculadas al sedentarismo.
 Consumo excesivo de tabaco y alcohol, entre otras sustancias de impacto nocivo en el organismo,
cuya vinculación con la enfermedad está sobradamente comprobada. El tabaquismo es no sólo un
factor de cáncer y enfermedades coronarias, sino también un destructor de la mucosa bucal;
mientras que el alcoholismo arruina las células del hígado y contribuye con el envejecimiento. Eso
por no hablar de las drogas ilegales, cuyo efecto sobre la vida es desastroso, dado su componente
adictivo.
 Falta de higiene, tanto en lo corporal, dental y en lo referido al entorno, ya que esto propicia la
aparición de enfermedades y contribuye con el deterioro de las condiciones de vida. Este es un
factor particularmente importante en países con infraestructura de servicios públicos deficiente,
como ocurre a menudo en el llamado tercer mundo.

INSTITUTO NOA JUJUY PROFE LAURA TARIFA


6
 Aislamiento social, pues al ser animales gregarios, los humanos nos marchitamos en la soledad y la
ausencia de contactos sociales significativos: amor, amistad, confraternidad, etc. En palabras del
pensador inglés John Donne, “ningún hombre es una isla”.
 Estrés crónico, a menudo referido como el “asesino silencioso”, pareciera no tener mayor
incidencia sobre la calidad de vida de las personas, pero a la larga un modelo de vida con altos y
sostenidos niveles de estrés inciden en la hipertensión y acarrean problemas como el insomnio, que
tienen a su vez consecuencias negativas sobre la psique y sobre el metabolismo.

Enfermedades relacionadas con el estilo de vida: Una carga económica para los servicios de salud
Las enfermedades relacionadas con el estilo de vida comparten factores de riesgo semejantes a los de la
exposición prolongada a tres conductas modificables también relacionadas con el estilo de vida-- el
tabaquismo, una dieta poco saludable y la inactividad física --y que tienen como resultado el desarrollo de
enfermedades crónicas, especialmente enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares, diabetes,
obesidad, síndrome metabólico, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y algunos tipos de cáncer.

Estas enfermedades solían considerarse enfermedades de los países industrializados y se las llamaba
"enfermedades occidentales" o "enfermedades de la abundancia", sin embargo, internacionalmente se las
conoce como enfermedades no transmisibles y crónicas, y forman parte del grupo de enfermedades
degenerativas. Una enfermedad crónica puede resultar en la pérdida de independencia, años con
discapacidad o la muerte, y supone una carga económica considerable para los servicios de salud.

Hoy en día, las enfermedades crónicas son un problema importante de salud pública en todo el mundo. En
2005, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó que el 61% de todas las muertes (35 millones) y el
49% de la carga mundial de morbilidad eran atribuibles a enfermedades crónicas. Se estima que en 2030 la
proporción del total mundial de defunciones debidas a enfermedades crónicas llegará al 70% y la carga
mundial de morbilidad al 56%. Se prevé que el mayor incremento se producirá en las regiones de África y
del Mediterráneo Oriental.

La Asamblea Mundial de la Salud aprobó una resolución en 2000 sobre la prevención y el control de las
enfermedades crónicas. Pidió a sus Estados miembros que elaborasen un marco normativo nacional,
teniendo en cuenta las políticas públicas en materia de salud, así como las medidas fiscales y tributarias
aplicables a los bienes y servicios sanos e insalubres. En la resolución también se pidió que se estableciesen
programas para prevenir y controlar las enfermedades crónicas; se evaluasen y vigilasen la mortalidad y la
proporción de morbilidad atribuibles en una zona a enfermedades crónicas; se promoviese la prevención
eficaz secundaria y terciaria; y se elaborasen directrices para la detección, el diagnóstico y el tratamiento
eficaces en función del costo de las enfermedades crónicas, con especial insistencia en los países en
desarrollo.

La combinación de cuatro factores de un estilo de vida saludable-- mantener un peso saludable, hacer
ejercicio regularmente, seguir una dieta saludable y no fumar --parece estar asociada a una reducción de
hasta un 80% en el riesgo de desarrollar las enfermedades crónicas más comunes y mortíferas. Esta
circunstancia refuerza las recomendaciones actuales en materia de salud pública de que se sigan hábitos
de estilo de vida saludables y, como estos hábitos a menudo se adquieren durante las etapas formativas de
la vida, es especialmente importante comenzar pronto a impartir lecciones importantes sobre una vida
sana.

INSTITUTO NOA JUJUY PROFE LAURA TARIFA


7
Sin embargo, a pesar de los beneficios conocidos de un estilo de vida saludable, solo una pequeña parte de
los adultos siguen esa rutina; de hecho, el porcentaje de los que llevan una vida sana está disminuyendo.
Desafortunadamente, hay muy poca conciencia pública sobre la relación entre la salud y el estilo de vida.
Numerosas personas no son conscientes de que un cambio en el estilo de vida constituye un factor
importante en la aparición de las enfermedades crónicas como causas de una mayor morbilidad y
mortalidad. El estilo de vida es generalmente considerado un asunto personal. Sin embargo, los estilos de
vida son prácticas sociales y formas de vida adoptadas por las personas que reflejan identidades
personales, de grupo y socioeconómicas.

Unos ajustes modestos pero factibles en los hábitos de vida pueden tener un impacto considerable tanto
en las personas individualmente como en las poblaciones. En la actualidad, los profesionales de la salud y
los medios de comunicación transmiten periódicamente el mensaje de que para mantenerse sanas, las
personas tienen que adoptar comportamientos saludables. La actividad física, dejar de fumar, el consumo
de alimentos con un alto contenido en fibra, una dieta baja en grasas, el control del peso corporal y
aprender a gestionar el estrés reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y una
mortalidad prematura.

Un enfoque integral de salud pública para controlar el tabaco inhibe eficazmente el inicio del consumo de
tabaco y promueve su abandono, a través de una serie de medidas como la política de precios e
impuestos, la restricción de la publicidad, la promoción y el patrocinio, las normas de empaquetado y
etiquetado, las campañas educativas, las restricciones a fumar en lugares públicos y servicios de apoyo
para dejar de fumar. Un enfoque integral debe incluir a los jóvenes para llegar a toda la población. Las
medidas de política nacional que se sabe que tienen un mayor impacto en los niveles individuales de
consumo, las tasas de abandono y las tasas de inicio requieren una voluntad y un compromiso políticos
sostenidos y, sobre todo, una legislación eficaz y bien aplicada.

Además, se necesitan con urgencia medidas eficaces de salud pública para promover la actividad física y
mejorar la salud en todo el mundo. El reto de promover la actividad física es responsabilidad tanto de los
gobiernos como de las personas. Sin embargo, la acción individual en materia de actividad física está
influenciada por el medio ambiente, las instalaciones deportivas y recreativas, y la política nacional. Es
necesaria la coordinación entre diversos sectores, como los de la salud, el deporte, la educación y la
política cultural, los medios de comunicación y la información, el transporte, la planificación urbana, los
gobiernos locales y la planificación económica y financiera. Con este fin, la Organización Mundial de la
Salud está apoyando a sus Estados miembros, promocionando a nivel nacional y sobre la base de
evidencias los beneficios, tanto para la salud como sociales y económicos, de los estilos de vida saludables.

“El ser humano, en calidad de ser social no necesita solamente contar con unas buenas condiciones
materiales, sino que ya desde la primera infancia necesitamos sentirnos valorados y estimados.
Necesitamos amigos, necesitamos sociedades más sociables, necesitamos sentirnos útiles y necesitamos
un cierto nivel de control sobre un trabajo valioso. Sin todo ello, nos volvemos más propensos a la
depresión, al uso de las drogas, a la ansiedad, la hostilidad y a la desesperación, y todo ello repercute en la
salud física. Confiamos en que al tratar de resolver algunas de las injusticias sociales y materiales, las
políticas no sólo mejorarán la salud y el bienestar, sino que además, reducirán una serie de problemas
sociales que florecen junto con la mala salud y que también encuentran sus raíces en algunos de esos
mismos procesos socioeconómicos”.

INSTITUTO NOA JUJUY PROFE LAURA TARIFA

También podría gustarte