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Tema | ¿Qué son los trastornos afectivos o del estado del

ánimo?

Módulo | Trastornos afectivos

Manuela Martínez Lorca

Podemos definir los trastornos afectivos como trastornos que refieren al estado
de humor, fundamentalmente a como nos afectan las cosas, de ahí su término,
Contenido
afectivos. La depresión está ligada a la pérdida, a que el paciente ha perdido algo,
¿Qué son los trastornos
que no tiene, que ha dejado en el camino. Además, una de las principales razones
afectivos o del estado del
por las que le gente se deprime es por las contradicciones, la intolerancia a la
ánimo?
ambigüedad, la frustración o la incertidumbre. No se permiten desear, no tienen
permiso para desear. Depresión exógena o
reactiva
Los trastornos afectivos o del estado de ánimo, tienen en común la vivencia de no
haber realizado, es decir tienen carenciados, fundamentalmente las necesidades Bibliografia
básicas de: apego y contención, en especial la admiración incondicional y la
valoración, así como pertenecer a una familia o tener la sensación de seguridad
y protección. Otra necesidad bastante común que esta carenciada en estos
trastornos es la de segunda oportunidad (sirve para aceptar los errores, tiene que
ver con los límites y el perfeccionismo), e identificación como ser único.

Los pacientes depresivos hablan del sin fin porque la depresión está
relacionada con el sin fin, esto nunca se acaba, no tiene fin, y sigue y sigue. Un
concepto muy importante de los trastornos afectivos y en concreto de la depresión
es la anhedonia que es la incapacidad de sentir placer, sí que siente, siente
tristeza, pero no siente placer, siente y padece. Es habitual que los trastornos
del afecto tengan un componente familiar, no solo por la genética, que también,
sino porque es habitual encontrar en estos pacientes un sistema familiar donde
se sienten insuficientes ya que puede haber alguien que se sienta suficiente. Es
decir, hay que tener en cuenta que al lado de la depresión hay una sensación de
indefensión, desesperanza, vacío y de insuficiencia, y esto en ocasiones ocurre
porque ya hay alguien en el entorno solo suficientemente suficiente, como para
que otros miembros de la familia deben hacer balance y sentirse insuficientes.
La suficiencia no deja sitio a otra suficiencia, por lo que el mejor antídoto para la
depresión es vivir en una familia donde todos somos suficientes e insuficientes a
lo largo de la vida.

En depresiones muy resistentes y de larga duración, que llevan mucho tiempo,

se hacen resistentes al cambio porque ya se han creído que son insuficientes, no
hay salida, y el profesional o psicoterapeuta pude sentir impotencia, cansancio,
que este no mejora que no hay mejoría, etc., por eso tienen que ver y sentir que
creemos en ellos, si lo sienten comenzaran a vivir fuera de la depresión, ya que ser
suficiente es poder sentir y padecer o sentir y sentir placer.

Con respecto a los vínculos, los pacientes
depresivos o con estado del ánimo depresivo suelen
tener vínculo de sobredependencia cuyo titular sería
el siguiente: “cuanto más me sujetas más miedo
tengo de perder”; ansioso; depresivo-desmotivado.
Algunos autores sugieren el concepto de YO-EN
RELACION, una estructura propicia para llegar
al trastorno depresivo en la mujer. La depresión
dentro de esta forma de vivir, en el que el yo de la
persona se confunde con el yo-relacional, donde
está el semillero de la depresión humana, y aquí no
hay diferencias entre hombres y mujeres. Es decir,
cuando una persona vive dentro de un marco de
YO-EN-RELACION, independientemente cual sea su
género tiene más probabilidades de padecer una
depresión, que si su estructura yoica es autónoma
de las relaciones en las que se encuentra (R. Aguado
2006).
El YO EN RELACION, se refiere a esa persona que
depende de una relación, bien sea familiar, o de
pareja, como si es en relación al trabajo o a cualquier
otro objeto o persona, y desde esta dependencia,
si ocurre algo en la relación, en ese momento su
Yo se ve quebrado, siendo el caldo de cultivo más
propicio de padecer un cuadro depresivo mayor o un
trastorno distímico.
Es importante, tener en cuenta también el
componente genético y otros factores, pero a la vez,
hacemos caso de la estadística, que nos refiere como
personas propicias para estos trastornos aquellos
que mantienen ese YO EN RELACION.
Dentro de la depresión hay que distinguir entre
la depresión exógena y endógena, aunque ambas
tienen que ver con la forma de concebir la vida,
reamente en el trasfondo tiene que ver en cómo nos
concibieron a nosotros:
¿Qué son los trastornos afectivos o del estado del ánimo? 2
DEPRESIÓN EXÓGENA O REACTIVA
En este tipo de depresión, la depresión es una
reacción a los acontecimientos vividos, o lo que es
frecuente a la carencia de los acontecimientos que
no se han vivido. Cuando no hay un apego adecuado,
una contención llena de calor y una puesta de límites
desde el cariño, la sensación de desvanecimiento se
traduce en vivir la carencia como un desgarro, una
incapacidad, un vacío o una limitación para poder
vivir vivos la vida. Las perdidas, los abandonos,
el menosprecio, la agresividad o la pasividad de
aquellos que nos dan la vida suele contener un
estado que casi siempre al principio va unido a la
lucha y por ello a la angustia, son esos cuadros
depresivos mixtos donde hay tantos momentos de
angustia como de tristeza y pena, para que luego,
como el que tira la toalla, va inundando la depresión
en la que la estructura yoica esta desarticulada, la
vida desestabiliza, con predominio de esa triada
de indefensión, en el que nos negamos el futuro,
nos sentimos que no somos capaces y tenemos
la sensación de perjudicar a quien nos rodea. Por
supuesto sucede el desequilibrio químico cerebral,
pero como consecuencia del desgaste y del proceso
de desvanecimiento personal.
La depresión endógena sin embargo tiene menos
explicación por las carencias o por un proceso como
el mencionado, el sujeto siente el declive como una
fuerza interna que le impide poder sentir placer y
bienestar, es como un motor más inducido por la
falta de metabolización de los neurotransmisores
necesarios que por lo que ha acontecido en la vida.
Las dos necesitan de psicoterapia, pero
la segunda necesita fundamentalmente de un
equilibrio en la química cerebral.
Los datos de prevalencia ponen de manifiesto que
un 74 % de los diagnósticos en Depresión Mayor y un
90 % en el diagnóstico de la distimia, son mujeres.
Por otro lado, los varones que tienen un diagnostico
depresivo mayor o distímico, tienen un componente
que les diferencian de los varones que no padecen
estos trastornos, aunque cursen otras patologías.

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