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respecto a los aportes que la práctica del psicoanálisis con niños en el país ha
producido. Se buscará además hacer hincapié en el modo no evolucionista ni lineal
en la ocurrencia de los cambios sociales, teóricos o conceptuales. Para ello se cree
conveniente comenzar con un breve recorrido histórico sobre la temática.
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industrias. Esta nueva modalidad de apropiación del cuerpo infantil produce niños
objetos de cambio con existenciarios rayanos a la esclavitud: los padres entregaban
en alquiler a sus
Las investigaciones históricas revelan una larga y triste secuencia de abusos
cometidos contra los niños, desde los tiempos más remotos, que tienen una
cruel vigencia en nuestros dÍas. El escándalo que hoy producen Ias
estadísticas sobre las condiciones de vida y de muerte de los niños -los
alarmantes índices de mortalidad infantil, de apaleamiento y maltratos- sólo
constituye un pálido reflejo, continuación atenuada de lo que fue una
característica sistemática de la antigüedad; característica que apenas
empezó a cambiar en el siglo XVIII. (Volnovich, J.C., 1999)
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a través de autores y autoras posfreudianas, la teorización y práctica sobre la niñez
fue cobrando relevancia hacia adentro y hacia afuera del movimiento, aunque no
siempre gozando del estatuto reservado a la práctica con adultos. A la luz de estos
desarrollos, muchas categorías tradicionales respecto de la niñez comenzaron a
ponerse en cuestión, fueron repensadas y replanteadas. Ana Bloj sostiene que
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lógica y una actividad libidinal propia de la infancia, en divergencia a la del
adulto, a la que hay que dar lugar en el tratamiento. Este corrimiento del
adultocentrismo representa un importante aporte a la práctica con niños. Resulta
relevante además reparar en el crédito que Ciampi otorga al relato de la niña, no
negando o limitando a estatuto de fantasía neurótica el abuso sexual sufrido por la
niña. La relevancia de la palabra del niño entonces servirá no solo para el rastreo
de la propia realidad psíquica, sino además como elemento capaz de dar cuenta de
una constatación fáctica, es decir, como un relato fiable sobre los hechos.
Reca deja al adulto como responsable de cuidar del niño o niña sin
convertirlo en su objeto, otorgándoles la posibilidad de tomar un pa miliares,
trabajadores de la salud, de la educación, de la minoridad en general. (...)
Lograron producir tensiones críticas respecto de las representaciones
dominantes de la niñez. (Bloj, A.M., 2015)
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condiciones de producción de subjetividad de una época, por lo que ningún
desarrollo de ideas que ha generado una ampliación de perspectivas o derechos es
necesariamente reemplazado por otro superador, ni abandonado definitivamente, ni
completamente despojado de su innovación. Resulta de interés en este trabajo, no
realizar un recorrido exhaustivo en la obra, historia institucional o biografía de
personalidades destacadas en la introducción y desarrollo del psicoanálisis con
niños en el país, sino más bien el rastreo de las concepciones y aportes a propósito
de la conceptualización de la infancia.
pel activo y protagónico. (...) El niño no es un ser a ser rotulado por un
diagnóstico, sino un sujeto al que el terapeuta desea conocer. (BLoj, A.M.,
2013)
Su concepción de que el niño posee para el adulto una naturaleza enigmática que
es necesario comprender, sitúa su práctica un poco más de allá q
Contemporaneamente, comienza la producción teórico clínica de Arminda
Aberasturi, figura preponderante del psicoanálisis en Argentina. Su obra,
íntimamente relacionada, dialogada y algunas veces en polémica con la de Melanie
Klein, representa una construcción conceptual de enorme potencia a la hora no sólo
el niño es concebido como un ser “capaz” de comprensión y de
intelección, más allá de las diferencias existentes en lo que hace a sus
posibilidades en las diferentes etapas.(Bloj, A.M., 2015)
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de actuar, es decir, de hacer algo con aquello que sabe, constituyendo esto para el
psicoanalista no solo un recurso clínico, sino además una responsabilidad ética. Es
el niño, en palabras de Bloj, “Alguien que hay que ‘esclarecer’ en todo sentido”, y
agrega que
Resulta necesario repensar que algo más del momento histórico en el que el mundo
y la Argentina se encontraban hacia mediados del siglo XX. Luego de la segunda
guerra mundial, la cuestión de la infancia comienza a cobrar una mayor relevancia
que se expresa fundamentalmente en una serie de movimientos por el
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reconocimientos de los derechos de los niños. Se crea a instancias de la Asamblea
General de las Naciones Unidas el Foro Internacional de Auxilio a la Infancia (FISE-
UNICEF). En el año 1946 desde la ONU se plantea la necesidad de volver a poner
en plena vigencia la Declaración de Ginebra de 1924 sobre los Derechos del Niño.
En la República Argentina, los años ‘50 configuran una época donde la figura del
niño comienza a situarse en una centralidad particular tanto a nivel conceptual
como a nivel político. Las políticas de ampliación de derechos del peronismo
colocaron al niño como uno de los ejes principales de intervención estatal. La familia
en consecuencia, cobra particular importancia en tanto espacio privilegiado para el
crecimiento y desarrollo del niño. Paralelamente comienzan a crearse espacios
urbanísticos específicos para estos, actividades organizadas centradas
específicamente en ellos, etc. La figura del niño empieza a vincularse fuertemente
con la idea de futuro: el niño es el adulto del futuro, por lo cual el énfasis en su
constitución tanto física como psíquica cobran una importancia estratégica para el
devenir nacional. A partir de los años ‘50 y durante los años ‘60 el psicoanálisis se
torna particularmente relevante en tanto corpus teórico encargado de reflexionar,
producir conocimiento y operar sobre la subjetividad infantil en términos tanto de
atención como de prevención. Ana Bloj aporta:
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su desplazamiento hacia la figura del hijo y aglutinante de la familia, produce en el
conjunto de la sociedad una avidez por el conocimiento respecto de los procesos
subjetivos de aquellos. Este fenómeno permite que el discurso del psicoanálisis
cobre relevancia más allá de los foros por los que habitualmente transitó. Es este
marco donde comienza a esbozarse la obra de Eva Giberti. El cambio de época que
suponía la centralidad del niño en la estructura familiar, acompañada a su vez de
grandes cambios en la estructura familiar tradicional impulsada por nuevas
representaciones de la sexualidad adulta permitieron que Giberti, en los inicios de su
práctica, se aboque fuertemente a un trabajo de divulgación de las ideas del
psicoanálisis en los medios masivos de comunicación. Además de divulgar, en los
artículos publicados en su sección “Escuela para padres”, realizaba una práctica de
orientación, de facilitación de consejos sobre la crianza para madres y padres
preocupados por la salud mental de sus niños. Esto llevó a una importante
popularización de terminología y conceptualizaciones psicoanalíticas que pasaron a
formar parte del habla colectiva. Respecto de su aporte a la concepción de niño,
Bloj, Motino y otros (2006) aportan:
Respecto del lugar del adulto, puntualmente de los padres, en Giberti se puede
advertir una posición pedagógica. Los padres presentan desconocimiento o
incertidumbres respecto de su rol. En su auxilio deben recurrir quienes son
expertos en lo que a conocimiento de los niños se refiere: médicos pediatras y
psicoanalistas. Subyace a esta concepción la idea del adulto potencialmente
peligroso para el niño, en términos más específicos, padres neurotizantes.
Advertimos aquí cómo la cualidad de la ignorancia, a diferencia de lo planteado en el
inicio de este trabajo, se desplaza de los niños hacia los adultos. Del mismo modo,
en la Escuela para padres, se abogaba por un modo no autoritario de la
intervención no solo de los padres, sino de otras instituciones de la sociedad que
tenían algún tipo de incumbencia respecto de los niños.
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En un marco de época, en Giberti, el niño representa al futuro adulto y debe ser
criado en cuanto tal: “el niño no es más que el hombre en la etapa madurativa de
su evolución y crecimiento”. La categoría de hijo se instala como potente
denominador en la concepción de la niñez.
A modo de cierre
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Esto se ve expresado no solo en los avances técnicos y clínicos de la propia
disciplina, sino además en diversas áreas vinculadas a la infancia: la medicina, la
pedagogía, el derecho, etc. No son pocas las regulaciones legales que redundan en
el reconocimiento de derechos para los niños entendidos como sujetos activos: Ley
de protección integral de los derechos de los niños, niñas y adolescentes; Ley de
identidad de género; Ley de educación sexual integral; entre otras.
Sin embargo, como expresa Juan Carlos Volnovich:
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actividades artísticas grupales, encuentros con pares, etc.) no ha recibido
atenuaciones o alternativas significativas hasta el día de la fecha, como sí ha
ocurrido con la de los adultos. La posibilidad de desplazamiento ha sido limitada al
uso adulto: acompañar a los padres, salidas a horas de poca circulación, etc. Incluso
las dificultades en la atención en salud en clave interdisciplinaria debido a las
disposiciones de los diversos colegios profesionales o efectores en salud se han
visto complicadas, etc. Con esto se quiere expresar, que aún con intenciones válidas
y justificables, es posible en situaciones de crisis una vuelta a modelos basados en
concepciones sociales regresivas, en este caso adultocéntricas. Si bien las medidas
mencionadas anteriormente están orientadas al cuidado, actitud indelegable del
adulto respecto del niño y del Estado respecto de los ciudadanos y ciudadanas, la
posición ética a la que nos vemos llamados es a la de la reflexión sobre alternativas,
posibilidades y modos del cuidado cada vez más coherentes con la tradición de
pensamientos que se buscó plantear en estas páginas.
El psicoanálisis se construyó mediante el debate y eso constituye un elemento
superador que debe ser defendido y que representa una exigencia de trabajo: lo
logrado deberá ser puesto en cuestión cada vez que sea necesario, pero también
sostenido en tanto que además de conocimiento, representa una posición ética.
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Bibliografía consultada
Bloj, A.M.; María, Mottino, N.y Pintagro, E.(2006). Escuela para padres. La ilusión de
un mundo sin neurosis. XIII Jornadas de Investigación y Segundo Encuentro
de Investigadores en Psicología del Mercosur. Facultad de Psicología -
Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
Bloj, A.M., Mottino, N., Ocariz, M. y Pintagro, E., (2005). Lanfranco Ciampi. Primeros
rastros del psicoanálisis en el abordaje de la niñez en la Argentina. XII
Jornadas de Investigación y Primer Encuentro de Investigadores en
Psicología del Mercosur. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos
Aires, Buenos Aires.
Bloj, A.M. (2015) Retazos del psicoanálisis con niños en la Argentina. Buenos Aires.
Letra Viva, 2015
Volnovich, Juan Carlos. El niño del “siglo del niño”. Buenos Aires: Editorial
Lumen, 1999.
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