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Isabella Valencia Vernaza

Isa, buen trabajo. Falta afinar mejor qué es lo que quieres hacer y cuál es el problema
que quieres abordar. Bien que ya estés penando en mecanismos de medición. Como un
primer ejercicio, la cosa va bien. Nota: 4,5

LA SEGREGACIÓN: UNA PERSPECTIVA DESDE LO URBANO

La segregación residencial es un fenómeno que explica y genera la prevalencia de


desigualdades sociales-económicas dentro de un espacio urbano. Se conoce que la falta de
integración social entre grupos y la existencia de segregación promueven la desintegración
social, que causa externalidades negativas, en especial es los grupos más vulnerables. Este
documento constituye un marco teórico y contextual que presentará una mirada al
fenómeno desde diferentes enfoques de estudio. También muestra las distintas formas y
estrategias utilizadas para estudiar la segregación y una visión del comportamiento del
fenómeno tanto de forma internacional como en la región Latinoamericana, para entender
su configuración y los impactos que tiene a nivel social y urbano.

REVISIÓN DE LITERATURA

Esta sección del documento se centrará en abordar diferentes estudios que, desde la
perspectiva económica y social, analizan el fenómeno de la segregación y su configuración
en el espacio urbano; con el interés de justificar la investigación y discutir diferentes
alternativas metodológicas y modelos que puedan ser base para el desarrollo del mismo.
Para tener mayor claridad, la revisión de literatura se divide en dos marcos; uno teórico,
que plantea un análisis de múltiples investigaciones donde definen y describen las
diferentes causas y consecuencias de la segregación, como también estrategias
metodológicas para el estudio del fenómeno; y otro del contexto latinoamericano cuyo
objetivo es explicar como se comporta la segregación en la región y comprender
características que ayuden a abordar mejor el análisis en esta investigación.

Marco Teórico

En el marco teórico, el objetivo es abordar diferentes autores que serán la base para
entender y conocer cómo se define la segregación en términos sociales y urbanos, su
comportamiento y diferentes estrategias de análisis que a futuro, serán la pauta para la
construcción de la estructura de esta investigación. Ellos, abordan el fenómeno desde
distintas perspectivas y estrategias, que a partir de modelos, análisis históricos e indicadores
explican los factores que son causa de la segregación y que influyen en su prevalencia
dentro de los espacio urbanos, que en general, son importantes al momento de analizar las
dinámicas del fenómeno. También, nos interesa conocer las consecuencias y los diferentes
impactos tanto positivos como negativos del fenómeno dentro de las comunidades
segregadas y las estructuras urbanas.

La literatura que a tomado la segregación como unidad principal de análisis es poca, sin
embargo, los trabajos existentes hacen un desarrollo exhaustivo para entender el fenómeno
y su comportamiento dentro de los diferentes centros y espacios urbanos. Desde la
perspectiva más dogmática, la literatura define a la segregación como un fenómeno donde

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dos o más grupos sociales viven de forma separada el uno del otro en un espacio urbano
(también definida como segregación residencial) (Massey & Denton, 1988).

Para autora Lea Platt, la segregación se define como la separación de grupos raciales en el
espacio urbano; ella lo entiende y define así al fenómeno porque, dentro de su contexto, en
Estados Unidos el factor principal que genera segregación en el espacio urbano es en
especifico la raza (Platt Boustan, 2003).

Sin embargo, para otros autores, la segregación es un concepto que depende no solo del
tratamiento espacial que se le otorgue al fenómeno (que analiza las distancias entre grupos
sociales o étnicos) también dependen de una tradición cultural y de la forma en como se
constituye la estructura social (Sabatini, 2003) o hace parte de un proceso histórico (Platt
Boustan, 2003). por ejemplo, la CEPAL define la segregación urbana en dos tipos, una
segregación sociológica y una de carácter geográfica (CEPAL, 2001).

White, también define y analiza a la segregación en estas dos perspectivas. Desde el sentido
sociológico, como la ausencia de interacción entre grupos sociales y en otro sentido, la
segregación geográfica, que puede significar una desigualdad en la distribución de grupos
sociales en el espacio (White, 1983).

Es importante conocer las formas en como se precisa el fenómeno pues así mismo,
dependiendo de su definición, se abordará el análisis. Sobre todo, en este caso, es
importante dado que la segregación es un fenómeno que no tiene un patrón claro, pues
depende de las condiciones sociales del lugar y cómo esté definida la estructura social. Esto
ocasiona que su origen sea diverso; por ejemplo, la segregación se puede generar por
condición étnica, socioeconómica, migratoria, entre otras. En el caso de Estados Unidos, la
segregación urbana suele concentrarse en personas afrodescendientes o de “color” (Platt,
Bunten & Heary, 2013), para la región de Latinoamérica es diferente.

Lo anterior explica como entre regiones distantes y, de hecho, entre ciudades cercanas, la
configuración de la segregación es diferente. En Estados Unidos, la literatura afirma que
gran parte de la segregación residencial esta explicada desde un factor étnico o racial, es
decir, que la causa más usual de segregación es la raza y esta se puede traducir en otros
factores o acciones de segregación.

Platt, en sus investigaciones más extensa sobre segregación, determina que el fenómeno en
USA puede estar originada por tres campos. El primero, como razón de la auto-segregación
entre personas de raza negra; la segunda como resultado de la acción colectiva para excluir
a los negros de barrios de personas blancas y la que esta explicada por la “migración” de
hogares blancos lejos de los barrios con alta concentración de personas de color (Platt
Boustan, 2003).

Dentro de los diversos factores de segregación, se describe una lógica que explican cómo
funciona estos factores. El primero, que es el de auto-segregación, aborda la preferencia de
personas negras a vivir cerca de otras personas de la misma raza. Ya sea porque disfrutan
de la compañía de amigos y vecinos negros o porque comparten preferencias comunes por

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los servicios locales. Esta variable puede estar definida como un enclave de raza (Platt,
Bunten & Heary, 2013).

Para el caso de la acción colectiva contras minorías, la literatura evidencia que las personas
blancas pueden estar haciendo uso de forma coercitivas de acción para excluir a personas
negras de los barrios blancos (Platt Boustan, 2003). Históricamente, las tácticas para
segregar personas de raza negra han incluido pactos en la forma que como se accede a la
tierra restrictivos y violencia explícita contra vecinos negros. De hecho, existen estudios
que afirma que en la actualidad las personas negras enfrentan aún problemas sistemáticos
de segregación por agentes inmobiliarios, instituciones financieras y dentro de sus propios
vecinos, sin incluir los hechos racistas que se han sucedido en los últimos años en el país
estadunidense.

Por ultimo, la migración de familias blancas de barrios mixtos o con presencia de minorías,
funciona bajo una racionalidad, donde los hogares blancos buscan evitar vivir o compartir
su lugar de residencia con personas de raza negras y, en general, de vivir en vecindarios
mixtos donde conviven también mestizos (Platt, Bunten & Heary, 2013). Esto puede estar
explicado a través del proceso histórico, donde personas blancas han usado pactos raciales
restrictivos y violencia para excluir y dificultar el acceso de las personas negras a zonas de
blancos.

Este proceso es similar en otros lugares como América Latina, sin embargo, difieren en los
factores que genera la segregación residencial. En este caso, las desigualdades y
segregaciones están explicadas por cuestiones de clase, que se abordaran en el marco de
contexto latinoamericano dentro del documento más adelante.

Respecto a las estrategias metodológicas, existe una amplia gama de estudios que abordan
la segregación desde las medidas más tradicionales hasta nuevos modelos empíricos. La
medida más común de segregación residencial es el índice de disimilitud, que mide el grado
en que las unidades de organización urbana o espacial, como los barrios, reflejan un
balance demográfico de lo que sería una unidad mayor, como la ciudad (Platt Boustan,
2003).

Los outputs del índice van de 0 a 1, donde 0 significa un grado inexistente de segregación y
1 es el grado máximo de segregación, donde la homogeneidad de un grupo es completa en
el espacio. Es estándar ver ciudades con un índice de disimilitud bajo de 0.3 como bien
integrados, aquellos con un valor entre 0.3 y 0.6 como moderadamente segregados, y
aquellos con valores superiores a 0.6 como muy segregados (Massey & Denton, 1988).

El índice de disimilitud tiene varias características atractivas. Para White, La primera es la


facilidad en la interpretación que tiene la medida y la simplicidad al calcularse, pues
necesita solo las proporciones de cada grupo en la ciudad y sus sub-conjuntos (White,
1983). El índice también ofrece construirlo de forma consistente con datos censales
disponibles durante largos periodos . Además, que ofrece una alta flexibilidad y adaptación
pues permite comparar el nivel de segregación entre todos los grupos existentes en
espacios.

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Sin embargo, también presenta desventajas. Winship y Cortese et al. han demostrado que
al calcular el índice, su valor esperado puede ser mayor a cero y que a menor tamaño del
sub-conjunto, menor va hacer la proporción de la minoría en ese espacio, estando
correlacionado el valor del índice con el espacio analizado (Winship, 1977) (Cortese, Falk
& Cohen, 1976).

Otro problema importante es que la medida no tiene en cuenta la composición de las sub-
unidades aledañas al espacio analizado (White, 1983), es decir, no toma en cuenta dentro de
su composición, las relaciones espaciales del sub-conjunto de interés y su espacio alrededor
que puede generar implicaciones de omisión de variables y sesgos, para Duncan y Dudley
eso se denomina como problemas de redes (Dudley & Duncan, 1955).

Por lo anterior, diferentes autores optan por proponer nuevas medidas y modelos que
puedan analizar la segregación sin ningún tipo de sesgo. Por ejemplo, Logan y Parman
presentan una forma metodológica de abordar el análisis de la segregación residencial en
Estados Unidos, donde se usa archivos completos de manuscritos del censo para generar
una medida de segregación basada en la similitud racial de los vecinos de al lado. La
medida permite analizar la segregación de forma coherente e integral para todo el espacio
urbano de Estados Unidos, dando una perspectiva más rica y variada de la segregación
(Logan & Parman, 2019).

La medida que presenta los autores tiene un enfoque intuitivo de la forma en como se mide
y se configura la segregación residencial. En sí, la medida usa la ubicación de los hogares
en unidades adyacentes para medir el grado de integración o segregación en un espacio,
presentado un modelo de alineación . El modelo muestra que las áreas integradas tendrán
un mayor número o probabilidad de tener vecinos de razas opuestas y el caso contrario para
las áreas segregadas. Esto genera una evaluación de la probabilidad de interacción
interracial en comunidades residenciales.

En su opinión, las medidas tradicionales no suelen dar una perspectiva completa del
comportamiento de la segregación pues solo usan la proporción de la población para
analizar un área determinada. Esto representa un problema dado que aleja del análisis
aspectos como la interacción social, redes sociales y relaciones interpersonales de
intercambio que están presentes dentro del fenómeno (Logan & Parman, 2019) .

La medida revela una heterogeneidad sustancial en la segregación en todas las regiones,


dentro de las regiones y entre las zonas rurales o urbanas que no se pudieron capturar con
las medidas existentes, que se centraron en clasificar entre unidades políticas. Los
resultados obtenidos de la medida de alineación revelan un patrón opuesto a los resultados
de las medidas tradicionales. Trabajos como el de Cutler et al., encontraron que los índices
de disimilitud en las ciudades del norte del país era mayor que en las ciudades del sur, es
decir, que las ciudades del norte presentan mayor segregación (Cutler & Glaeser, 1999).

Sin embargo, con la nueva medida, revela que a pesar que personas negras y blancas logren
vivir en un mismo distrito en las ciudades del sur, era menos probable que fueran vecinos o

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que vivieran cerca uno de otros . Esto significa que las ciudades del sur muestran mayor
segregación sobre la base de vecinos, a pesar que las ciudades del norte muestren mayores
niveles de segregación según los índices tradicionales.

White, también propone un modelo en línea a la lógica propuesta por Logan y Parman. El
modelo buscar medir, pero en este caso por distancia, la proximidad que existe entre
blancos y no blancos. Esto considera una circunstancia en que los blancos viven cerca de
los blancos, los no blancos cerca de los no blancos y los blancos y los no blancos lejos unos
de otros para ser "segregados". La circunstancia en la que no hay proximidad diferencial
entre blancos y no blancos se considera como un escenario sin segregación.

Otros los modelos empíricos propuestos en la literatura son los modelos de propina. Este
modelo explica la movilidad de los hogares a través de las decisiones de dejar o no un
barrio como resultado de acciones independientes, imponiendo un cambio en la
composición racial del barrio que genera una externalidad en la decisión de los residentes
restantes.

Este modelo se caracteriza por presentar equilibrios múltiples donde dos son equilibrios
segregados (donde existen un totalidad o negra o blanca de la composición del barrio) y
uno integrado (Platt Boustan et al., 2013). Sin embargo, el equilibrio integrado suele ser
inestable porque cualquier cambio en la composición del barrio puede perturbar el
equilibrio, como resultado, el único output posible termina siendo los equilibrios segregado.
El artículo demuestra que existen diferencias entre ciudades que poseen guetos
concentrados y con múltiples agrupaciones residenciales.

La literatura aborda diferentes estrategias y modelos para llevar a cabo el análisis del
fenómeno. La enseñanza más relevante, en términos metodológicos, es cómo a partir de la
necesidad que requiera la investigación y los objetivos de esta, se debe direccionar así
mismo una estrategia de estudio que apunte a satisfacer las necesidades. Los artículos
abordados ofrecen ventajas y desventajas de las diferentes medidas y como cada autor logró
proponer nuevos métodos que respondan a la lógica de cada estudio.

Ahora bien, la segregación es un fenómeno que trae consigo distintas consecuencias a nivel
social, sobre todo en el desarrollo de las comunidades segregadas. Antes de definir a
profundidad sus consecuencias, es importante aclarar que la segregación, per-se, no es un
problema, es un fenómeno y sus efectos pueden ser tanto positivos, por ejemplo, muchos
estudios han concluidos que la formación de grupos étnicos es positiva para conservar la
cultura de grupos minoritarios; o también negativos.

La segregación residencial hace parte de la realidad social, dado que la sociedad no se


puede constituir fuera del espacio. El espacio adquiere una significado y propósito en la
estructura social y tiene un papel en diferentes procesos sociales; como en la formación de
identidades sociales, determinar el acceso de una población a bienes públicos y de consumo
colectivo y formar estilos más comunitarios de vida (Sabatini, 2003).

El efecto de la segregación puede ser ambiguo entre los residentes segregados o minorías.
Por ejemplo, si los residentes de un grupo segregado tienden a ser pobres, vivir en un
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mismo espacio puede truncar la movilidad social de los mismos o de acceder a una amplia
gama de oportunidades laborales (Platt Boustan, 2003). Así mismo, si existe una diversidad
en la composición de clases de un barrio mayoritariamente negro, puede facilitar la
integración entre clases que permita una movilidad social.

El fenómeno esta asociada a un carácter voluntario (cuando la segregación se origina por


voluntad propia del grupo) y a un carácter forzoso (cuando no es el resultado de las
preferencias). Ahora bien, Las externalidades negativas de la segregación se relacionan con
su carácter involuntario (Sabatini, 2003). Cuando la homogeneidad social es fuerte en un
espacio, los efectos tienden a ser negativos, en especifico, cuando existe una
“desintegración social” (empeora ciertas características o variables sociales) del grupo
segregado.

Las desigualdades sociales se materializan en el entorno urbano y son redefinidas por éste,
asumiendo diferentes formas espaciales a través de mecanismos contextualizados. En el
mundo en desarrollo, donde los bienes y servicios de consumo como el saneamiento, la
salud y la educación no están universalizados, el acceso a los servicios básicos se vuelve
central para las desigualdades socio-espaciales (Marques, 2019).

Los diversos análisis han concluido que los grupos sociales que viven en áreas segregadas,
tienden a tener peores ratios en distintas variables sociales asociadas con educación,
mercado laboral, seguridad y otros; también, la segregación esta asociada a un desempeño
económico menor en los grupos segregados (Platt Boustan, 2003). En términos generales,
la segregación está asociada a generar altos índices de pobreza y barreras de movilidad en
los grupos o áreas segregadas.

También afirman que las personas negras que viven en áreas segregadas de las ciudades
tienen menor nivel educativo y menores ingresos que grupos de otras etnias que viven en
áreas más heterogéneas o integradas. Se puede mostrar, según la literatura, que existe una
relación entre los entornos segregados y desventajas de las minorías, basadas
principalmente, en el aislamiento físico existente hacia los barrios de personas negras. Por
ejemplo, disminuye las oportunidades de empleo.

Por ejemplo, el estudio realizado por Cluter y Glaeser encontraron que las personas negras
que viven en ciudades segregadas como Detroit o Michigan, tiene menor tasa de
graduación, ingresos más bajos y una mayor probabilidad de ser padres solteros que los
negros que viven en ciudades integradas (Cutler & Glaeser, 1999). Hay que tener en cuenta,
que el análisis de este fenómeno puede generar problemas de causalidad inversa, pues es
posible que la pobreza negra sea el factor que causa la segregación.

La segregación tiene impactos sociales y también urbanos, donde se puede destacar los
problemas de accesibilidad, la carencia de servicios y equipamiento urbano y problemas de
desintegración social que representan formas de empobrecimiento o degradación de lo
social. Se puede decir que la segregación hace que los pobres sean aun más pobres y es por
esto que la segregación y sus efectos se convierten en un tema de interés, porqué se puede
evidenciar que hay un impacto en el bienestar social y ese impacto se puede traducir en el

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interés de desarrollar trabajos que analicen el fenómeno y puedan brindar herramientas en


el contexto de las políticas públicas.

Contexto latinoamericano

En esta parte, se revisará distintas investigaciones dentro de Latinoamérica, con el objetivo


de conocer cuál es la situación de segregación en los países latinos y cómo se comporta este
fenómeno, conociendo cuales son los factores que influyen en la región.

En América Latina, las ciudades muestran un claro patrón en el comportamiento de la


segregación. Los rasgos principales muestran una concentración espacial de sectores de
clase alta y media en los extremos de las ciudades y la conformación de amplias zonas
donde se concentran población pobre, generalmente son áreas periféricas y con bajo acceso
a servicios públicos de calidad (CEPAL, 2001). En términos generales, el fenómeno se
comporta como supone la literatura; sin embargo, en las ciudades latinoamericanas existe
una mayor diversidad de clases sociales en las áreas de clase alta, donde además de vivir la
totalidad de las elites, conviven grupos de clase media y media-baja. Es tan heterogénea la
composición de las clases en los barrios “privilegiados” que son más homogéneos aquellas
zonas donde hay mayor predominancia de clases bajas.

Por ejemplo, en la década de los 90’s en ciudad de México, la población de clase alta, que
representaba aproximadamente el 7% de población total solo representaba 1/3 de la
población en las 23 delegaciones más ricas de la ciudad, mientras que el estrato bajo (18%)
representaba más del 50% de los ocupantes de las 35 delegaciones más pobres de la ciudad
(Sabatini, 2003). Lo anterior significa que Latinoamérica presenta un patrón de segregación
que está explicada por la condición socio-económica. Donde los barrios “ricos” son pocos
segregados (alta diversidad social) y los barrios de baja renta son más homogéneos.

También existen otros factores de segregación fuera de los grupos socio-económicos,


normalmente asociados a diferencias étnicas y raciales en un espacio urbano (Clichevsky,
2000). Sin embargo, estos factores han sido poco investigados y dentro de la literatura no
existe mucha información. La poca información existente, muestran que la segregación en
términos raciales o étnicos tienden a coincidir espacialmente con la segregación socio-
económica.

La literatura en Latinoamérica se ha centrado en estudiar la segregación como una


herramienta que explica otros fenómenos urbanos. Por ejemplo, diferentes estudios en
Uruguay (Hernandez, 2017) y Colombia (Delmelle & Casas, 2012) , discuten las
desigualdades relacionadas con el transporte y se centran en encontrar su relación con el
acceso a ciertos bienes u oportunidades, los temas más usuales son enfocados al acceso a
puestos de trabajo o al mercado laboral.

El artículo de Bittencourt et al. (2020), es una de las pocas investigaciones que se centra en
el análisis del componente racial en la segregación en América Latina. Este documento
propone profundizar las discusiones ya existentes y explorar mejora métodos para generar

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comparabilidad y la compresión de cómo se conecta las desigualdades en el acceso a bienes


públicos y la segregación espacial (Bittencourt et al., 2020).

El autor aborda las desigualdades socio-espaciales relacionadas con el transporte público,


utilizan técnicas de agrupamiento, microsimulación espacial, imágenes de satélite y mapas
dasimétricos para refinar el análisis a través de múltiples áreas, tomando como evidencia
empírica cuatro grandes metrópolis brasileñas. El articulo presenta evidencia de las
desigualdades en términos de raza y clase en las diferentes ciudades analizadas de Brasil.
Encuentran que los grupos más pobres dentro de la escala social, viven en espacios
altamente segregados y presentan contrastes en los niveles a accesos a oportunidades o
mejor calidad vida.

El estudio comprobó que la población negra no solo recibe menores niveles salariares, a su
vez, tienen un acceso físico sistemáticamente peor a los trabajos que los grupos blancos de
la misma clase social. Este resultado es mayor cuando se diferencia entre clases sociales.
Estas desigualdades varían entre ciudades, ya sean por su constitución o por su estructura
social. En las ciudades con un espacio más grande, los tiempos de desplazamiento son
mayores y por ende, las desigualdades son mayores. Para el caso del análisis de raza, los
efectos en la accesibilidad no son constantes (Bittencourt et al., 2020).

En la investigación de Vivas Pacheco, el precio del suelo puede ser un factor que
implícitamente, representa formas coercitivas de segregación. El documento explora la
relación entre los precios del suelo y la accesibilidad a los centros y sub-centros de empleo
(Vivas-Pacheco et al., 2020). El análisis evidencia desajuste espacial en la provisión de
bienes y servicios públicos en las zonas oriental y occidental de la ciudad, donde prevalece
altas densidades poblacionales, grupos acticos segregados y una desfavorable locación, que
afecta el acceso a empleo.

La accesibilidad a las oportunidades de empleo es una de las ideas del modelo canónico de
localización de residencia y aparece como determinante de la estructura urbana. El articulo
estima modelos de regresión espacial y hace un análisis exploratorio de ponderaciones
geográficas para observar los patrones de distribución de los precios del suelo, la
segregación étnica y el acceso a centros de empleo (Vivas-Pacheco et al., 2020).

El estudio pudo constatar que la presencia de segregación y las deficiencias en el servicio


de transporte público, impacta de forma negativa las posibilidades de acceder a
oportunidades laborales. También, permiten observar lo difícil que puede ser, para las
clases más pobres, acceder a bienes raíces por lugares fuera de la periferia. Estos hechos
afectan más a las clases sociales con desventajas acumuladas (población pobre) y promueve
la marginación y ciclos de pobreza.

La segregación como problema publico y conclusiones

A través del documento, se ha hecho visible las raíces sociales que causan la segregación
residencial y cómo esta puede causar un impacto en el desarrollo urbano de las ciudades y
de sus propios ciudadanos. A pesar que como fenómeno, puede tener externalidades

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positivas y negativas; las negativas son quienes se llevan el protagonismo en la revisión,


principalmente, porque sus consecuencias explican otros fenómenos de interés sociales y
públicos, como la pobreza, la falta de acceso a bienes públicos y otros factores que pueden
representar problemas de índole social.

Queda claro que la segregación genera un deterioro en varios factores o variables sociales
que son primordiales para garantizar el desarrollo optimo y mejorar la calidad de vida. El
fenómeno representa formas de empobrecimiento y genera ciclos que perpetúan las
desigualdades y pésimas condiciones sociales y de vida de los grupos más segregados, que
suelen ser los más vulnerables, como minorías y grupos con altos niveles de pobreza. Sus
efectos se convierten en un tema de interés público, porqué se puede evidenciar que hay un
impacto en el bienestar social y a futuro ese impacto se puede traducir en una necesidad de
intervención.

Disminuir el impacto negativo de la segregación significa intervenir sobre la configuración


espacial de las ciudades y fomentar la integración social. Esta integración se puede generar
por dos caminos: con movilidad de personas y con la integración de sectores apostando a la
diversidad. Ambos deberían de aumentar la interacción entre personas de distintos grupos
sociales y en diversificar el acceso al suelo.

Por ejemplo, generar herramientas y mecanismos de intervención en el mercado de tierras,


que ayuden a las personas más pobres a acceder a una vivienda en sectores no segregados.
Los sistemas de créditos y subsidios como los programas de vivienda social pueden ser una
vía que ayude a eliminar las barreras en el uso del suelo y tener una dispersión de las
familias pobres en el espacio urbano. El mejoramiento y la recuperación de los barrios
segregados también pueden ser una solución.

Ahora bien, dado que se ha encontrado que el fenómeno se comporta de forma variable en
los casos anteriormente abordados, Es pertinente indagar el comportamiento y los
determinantes de la segregación en Cali, principalmente porque es una ciudad con una alta
diversidad étnica, con una gran dinámica de crecimiento poblacional y con altos niveles en
indicadores de desigualdad y de pobreza, que hacen a la ciudad más interesante para
evaluar este tipo de fenómenos en comparación con otras ciudades del país, y de esta
forma comprobar o contrastar los resultados con la literaturas y otras regiones. Además,
que los posibles hallazgos en está propuesta pueden ser útiles en términos de política
pública, además de ser una base para evaluar los posibles efectos positivos y negativos del
fenómeno en la ciudad y en su desarrollo.

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Isabella Valencia Vernaza

BIBLIOGRAFIA:

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