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Dependencias sentimentales o afectivas: etiología, clasificación y evaluación

Article · June 2008

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2 authors:

María de la Villa Moral Carlos Miguel Sirvent


University of Oviedo Fundación Instituto Spiral
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Revisión
Dependencias sentimentales o afectivas: etiología,
clasificación y evaluación
María de la Villa Moral Jiménez* y Carlos Sirvent Ruiz**
*Profesora Doctora de la Universidad de Oviedo. Área de Psicología Social
** Médico Psiquiatra. Director de Fundación Instituto Spiral

Resumen
En este artículo se ofrece un análisis psicosocial de las dependencias sentimentales
o afectivas, las cuales se definen como trastornos relacionales caracterizados por la
manifestación de comportamientos adictivos en la relación interpersonal basados en una
asimetría de rol y en una actitud dependiente en relación al sujeto del que se depende. Se
aporta una clasificación de las mismas, distinguiendo entre las calificadas como dependencias
relacionales genuinas (dependencia emocional, adicción al amor y dependencias atípicas), esto
es con identidad propia, y las mediatizadas calificadas como coadicciones (codependencia
y bidependencia) que se consideran como secundarias a trastornos adictivos. Asimismo,
se ofrece una propuesta etiológica de las dependencias afectivas, se reflexiona acerca del
amor y sus mitos y realidades, se explicita cómo se evalúan y se aportan claves diagnós-
ticas. Finalmente, se incide en la necesidad de alcanzar una buena salud socioemocional,
optimizante de nuestros recursos relacionales.

Palabras Clave
Dependencias sentimentales o afectivas, bidependencia, codependencia, dependencia
emocional.

Correspondencia a:
María de la Villa Moral Jiménez
Universidad de Oviedo. Departamento de Psicología. Área de Psicología Social .
Facultad de Psicología. Plaza de Feijóo, s/n - despacho 211, 33003 OVIEDO (ESPAÑA)
(98) 5103282 FAX: (98) 5104144 - (98) 5104141
mvilla@uniovi.es
csr@institutospiral.com

Revista Española
150 de
Drogodependencias 33 (2) 2008
33 (2) 150-167.
María de la Villa Moral Jiménez y Carlos Sirvent Ruiz

Summary
In this article we present a psychosocial analysis of the sentimental or affective depen-
dencies, that are defined like relational disorder characterized by the declaration of
addictive behaviours in the interpersonal relationship based in a role asymmetry and in
a dependent attitude with the subject whoever they depend.We present a classification
of the affective dependencies, making out between the labelled like genuine relational
dependencies (emotional dependence, addiction to love, atypical dependencies), with
own identity, and mediatized describe as coadicttion (codependency and bidependency)
secondary to addictive disorders. Likewise, an ethyological proposal is show, we reflect
on love and its myths and realities, we explain how are evaluated and diagnostic codes
are brought. Finally, we fall upon the necessity of overtake a good socio emotional health,
optimal of our relational resorts.

Key Words
Sentimental or affective dependencies, bidependency, codependency, emotional depen-
dency.

“Los psicólogos dicen que los dados de indepen- y otro que está por eclosionar caracterizado
dencia se echan antes de que una criatura alcance por una tendencia a la mundialización de la
la edad de seis años. Pero actualmente algunos economía, la recomposición de las fuerzas
creen que si las muchachas no dan un giro decisivo sociales, los condicionantes postmodernos,
en su desarrollo emocional es precisamente porque las crisis de pensamiento y referenciales en el
se les pone el camino demasiado fácil y cómodo; plano cultural y desregulaciones sociales varias,
porque se las protege demasiado, porque se las entre otros indicadores básicos (Arriola, 2001;
ayuda demasiado, y porque se les enseña que todo Beck, 1999, 2000; Biersteker, 2000; Giddens,
lo que deben hacer para que no les falte nunca 2000). Todo ello afecta a múltiples niveles,
ayuda es ser buenas” tales como al plano sociorrelacional, al ámbito
Colette Dowling. El complejo de de las emociones y los sentimientos y, por
Cenicienta. extensión, a las propias relaciones humanas
(Dantzer, 1989; Evans, 2000; Grennberg, 2000;
Moral, 2005a, 2005b) sobre cuya naturaleza
1. INTRODUCCIÓN psicosociológica socialmente construida tra-
En la sociedad contemporánea nos halla- taremos de reflexionar.
mos ante un orden (económico, de pensami- Como consecuencia de semejantes cam-
ento, ideológico, identitario, etc.) que agoniza bios aumentan los estados de crisis como

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conflicto -, más bien que como mero cambio Ante la cuestión preliminar relativa a la
resolutivo-, extendiéndose problematizaciones definición conceptual ha de precisarse que
personales como réplicas a otros debacles técnicamente las dependencias afectivas o
macroestructurales. Estas ambivalencias se sentimentales se definen como trastornos re-
reflejan en el surgimiento de nuevas depend- lacionales caracterizados por la manifestación
encias con y sin sustancias (juego, comida, de comportamientos adictivos en la relación
trabajo, nuevas tecnologías, etc.) descritas en interpersonal basados en una asimetría de
textos como los de Alonso Fernández (2003) rol y en una actitud dependiente en relación
al sujeto del que se depende (SDD). Ha de
o Echeburúa (2000), entre ellas las relativas
distinguirse entre las calificadas como depen-
a las dependencias afectivas o sentimentales
dencias relacionales genuinas (dependencia
como un fenómeno de enorme importancia emocional, adicción al amor, dependencias
sociosanitaria. Indudablemente se aboga por atípicas), esto es con identidad propia, y las
la necesidad de ser riguroso en su conceptu- mediatizadas calificadas como coadicciones
alización y diagnóstico diferencial con respecto (codependencia y bidependencia) que se
a trastornos como el apego ansioso descrito consideran como secundarias a trastornos
por Bowlby (1974, 1998), la sociotropía o adictivos (Sirvent, 2004) (véase Tabla 1). Sien-
el trastorno límite de la personalidad, entre do así, toda dependencia emocional supone
otros, cuyas similitudes y diferencias pueden un comportamiento desadaptativo contingente
consultarse en Castelló (2005), ya que, de lo a una interrelación afectivodependiente.
contrario, se podría redundar en una innec- A grandes rasgos proponemos que estos
esaria patologización de las relaciones humanas trastornos relacionales se definen por tres
en la vida cotidiana (Moral, 2002). componentes generales:

Tabla 1. Clasificación de las dependencias relacionales (Sirvent, 2004)

1. DEPENDENCIAS SENTIMENTALES (reactivas)


- Adicción al amor (rasgo)
- Dependencia afectiva o emocional (rasgo)
- Atípicas (apego ansioso, sociotropía, etc.)
2. COADICCIONES (caracteropáticas)
- Codependencia
- Bidependencia
3. DEPENDENCIAS SITUACIONALES
(reactiva, caracteropática, incluso psicótica)

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1º) Adictofílicos (que asemejan al dependien- el desconocimiento de tales problemáticas, así


te afectivo a un adicto convencional): como debido al escaso interés investigador
1.a) Necesidad afectiva extrema con que suscitan al considerarse temáticas menores
subordinación sentimental, 1.b) Vacío tradicionalmente desde la propia psicología
emocional, 1.c) Craving o anhelo intenso social (Jiménez Burillo, 1991; Torregrosa y
de la pareja, 1.d) Síntomas de abstinen- Crespo, 1984). En primera instancia, uno de
cia en su ausencia, 1.e) Búsqueda de los primeros problemas con los que nos en-
sensaciones. frentamos los investigadores de esta realidad
2º) Vinculares (patología de la relación): 2.a) psicosocial es el de concretar con suficiente
Apego invalidante con menoscabo de rigor teórico y metodológico: ¿Qué es eso de
la propia autonomía, 2.b.) Rol ejercido las dependencias afectivas o de la adicción al
(subordinado o antidependiente, sobre- amor? Se precisa de un abordaje interdiscipli-
control, pseudoaltruismo, orientación nar y de un análisis comprehensivo y, asimismo,
rescatadora, juegos de poder), 2.c) urge solventar una laguna sociosanitaria, así
Estilo relacional (acomodación al status como tratar de superar las reservas de los
patológico) y, finalmente, propios psicólogos, psicoterapeutas familiares,
expertos en adicciones, y otros profesionales
3º) Cognitivo-afectivos (psicopatología
varios sobre la materia objeto de estudio
asociada): 3.a) Mecanismos de nega-
ya que se tiende a trivializar tales patologías
ción y autoengaño, 3.b) Sentimientos
como si de un mal de amor pasajero se tratase.
negativos (inescapabilidad emocional,
Las secuelas de la plaga de los programas tele-
abandono, culpa) y 3.c) Integridad del
visivos del corazón hacen un flaco favor a una
yo (asertividad, límites débiles/rígidos,
desmitificada conceptualización y representa-
egoísmo/egotismo/egocentrismo en la
ción social y actitudinal de esta problemática
interrelación).
al trivializar su esencia y existencia y airear
A título ilustrativo se identifican en la Tabla 2 relaciones y contactos banalizándolos. Otra
los principales tipos de dependencia relacional posibilidad no desdeñable es la relativa a la
(codependencia, bidependencia y dependen- consideración de si las dependencias afectivas
cia emocional) conceptualizados junto a su podrían ser un subproducto psicológico de
definición y los signos patognomónicos que una sociedad despersonalizante en la que los
los describen. contactos se mediatizan y en la que abundan
Bajo nuestro punto de vista -amparado en los desencuentros ante crisis identitarias y
un análisis teórico y metodológico riguroso, así referenciales. Asimismo, podría tratarse de la
como en la práctica psicoterapéutica individual enésima adicción que descubren ahora los
y grupal con dependientes emocionales-, su profesionales para sorprendernos, con lo que
entidad diagnóstica está demostrada, si bien incluso se cuestiona su entidad y se achacaría
las dependencias relacionales forman un este nuevo invento a la elucubración de quienes
grupo de trastornos difíciles de asimilar a las patologizan la vida cotidiana. Si estos fenóme-
categorizaciones convencionales DSM y CIE. nos tienen carta de naturaleza propia, ¿qué
Son comprensibles las reticencias de algunos espacio ocupan?, ¿son dependencias o son
profesionales que han de interpretarse desde afectivas?, dicho de otra forma ¿pertenecen

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Tabla 2. Definición conceptual de dependencia emocional, codependencia y bidependencia. Criterios


patognomónicos (Sirvent y Moral, 2007a)

DEPENDENCIA EMOCIONAL (DE): Dependencia relacional entre dos sujetos no adictos. Se


define como un patrón crónico de demandas afectivas frustradas sobre una persona que se intentan
satisfacer mediante relaciones interpersonales de apego patológico.
r Características de la DE:
• Posesividad y desgaste energético intenso
• Incapacidad para romper ataduras
• Voracidad de cariño, de amor
• Sentimientos negativos (culpa, vacío, miedo al abandono)
• Involucración de los dependientes emocionales en relaciones asimétricas, asumiendo una posición
subordinada.
La pareja narcisista se caracteriza o su fatuidad, el deseo de elogios y desprecio hacia los demás.
• Los d.e. ensalzan a sus parejas e ignoran sus defectos, soportan e incluso aceptan como normales los
desprecios y humillaciones que sufren por su parte.

BIDEPENDENCIA (BDP): Hábito relacional acomodaticio típico de un adicto o ex


adicto a sustancias con un comportamiento subsumido al primariamente adictivo fruto
de un aprendizaje sociopático por lo común intenso y que condiciona relevantemente el
quehacer del afectado y probablemente de la persona o personas involucradas (Sirvent,
1995).
r Características de la BDP
• Falta de conciencia real del problema
• Inhibición de la propia autonomía y delegación de la toma de decisiones
• Búsqueda obsesiva de la pareja, minimizando, obviando u ocultando sus defectos a la vez que
destacando que dicha persona es la única que le estimula como el bidependiente quiere
• Frecuentes sentimientos de vacío, sensación de inescapabilidad y tropismo hacia relaciones
intensas, incluso peligrosas.

CODEPENDENCIA (CDP): Se trata de la particular relación de dependencia que establece un


sujeto normal respecto a otro frágil o menoscabado (frecuentemente alcohólico). La Codependencia
es un estilo de relación donde la pareja del adicto (alcohólico o adicto a otras sustancias psicoactivas)
sostiene percepciones y conductas que reflejan su tolerancia al abuso de alcohol del paciente y un
modo de vida que gira alrededor de él,convirtiéndose en su cuidador mediante un comportamiento
proteccionista e hiperresponsable.
r Elementos sustanciales de la CDP:
• Ejercer de redentor / cuidador / sobreprotector / hiperresponsable
• Autonegligencia, se olvida de sí mismo para centrarse en el otro
• Límites del yo desdibujados
• Focaliza su vida hacia el otro

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al psicoterapeuta o al experto en adicciones, emociones son a la vez somáticas, cognitivas,


o tal vez a los dos, o a ninguno? De hecho, el sociales y culturales. El que se trate del mundo
contingente de terapeutas a los que se derivan de la subjetividad, de las reacciones psicofísicas
estos pacientes es amplio: desde sexólogos, o de las conductas que expresan estados
orientadores familiares, terapeutas de pareja, emocionales depende de cómo se aborde
hasta psicólogos, psiquiatras, en definitiva to- este fenómeno. Los investigadores de la esfera
dos menos expertos en adicciones, que son socioemocional podrán adoptar ya sea una
precisamente a nuestro juicio la piedra angular perspectiva de análisis filosófica centrándose
ya que siguiendo el modelo clásico de Stanton en los aspectos subjetivos de las emociones
Peele (1985) se prioriza la naturaleza adictiva (Marina, 1996; May, 2000a, 2000b) o en el
del fenómeno. sentido hermenéutico del amor (Ortiz-Osés,
En la literatura sobre el tema escasean los 2003), socioantropológica como estudio de
análisis rigurosos de esta problemática que las creencias e instituciones del grupo social
nos ocupa, si bien destacan ciertas aproxima- humano y del constructo género (Altable,
ciones a la psicología del amor propuestas por 1991; Buxo, 1988; Evans-Pritchard, 1975;
Chiappo (2002), Branden (2000) o por Willi Lagarde, 1987; López Cao, 2001; Mead, 1976;
Pedraza, 1983) o aquella propia de la cultura
(2004), así como por Yela desde un abordaje
de masas y de las sociedades del desánimo
eminentemente psicosocial (1997, 2000,
(Sabrovsky, 1996). Desde otras vertientes se
2003) u otros análisis sobre las historias de
privilegia el análisis sociolingüístico ya que la
pareja y su devenir analizadas por Sternberg
propia representación social de las emociones
(1989, 1999, 2000) y, más específicamente, el
y los roles de género hunde sus raíces en el
texto de Castelló (2005) sobre dependencia
lenguaje (Barberá y Martínez Benlloch, 2004;
emocional, así como otras publicaciones espe-
Fernández-Poncela, 2002; García Mouton,
cializadas sobre dependencias sentimentales y
2003; Lledó, 1992). Por su parte, desde la
afectivas (Mansilla, 2001; Moral, 2005a, 2005b,
tradición biológico-evolucionista de las emo-
2007a; Moral y Sirvent, 2007a, 2007b, 2008;
ciones (Tomkins, Plutchik, Izard, Ekman, etc.)
Pérez y Delgado, 2003; Sirvent, 1995, 2002,
(véase Páez, Echevarría y Villarreal, 1989) se
2004, 2006; Sirvent y Moral, 2007a, 2007b). En
prioriza su soporte orgánico y su adquisición
cambio, abundan las descripciones de historias
en la filogénesis considerándose formas de
personales y de pareja, de amores truncados,
reacción biológicamente controladas y he-
de desamores frustrantes, de autoengaños y
redada. En cambio, desde una aproximación
reproches bajo un sinfín de libros de autoayu-
psicosocial, como la sostenida en esta apor-
da de desigual mérito e interés (véase Beattie,
tación, se vinculan los estados emocionales
1998; Beck, 1990; Bireda, 1997; Findling, 2001;
y sus manifestaciones a la relación con los
Norwood, 2000; Schaeffer, 1998).
otros como copar tícipes y canalizadores
La adopción de una perspectiva de análisis de la emotividad humana. Es más, en este
psicosociológica como la que proponemos sentido, se alude a la construcción social de
en esta aproximación en absoluto agota la las emociones. Las emociones son concebidas
necesidad de un estudio comprehensivo e como rasgos constitutivos no de los individuos
interdisciplinar del complejo mundo de los sino de las relaciones, en opinión de Gergen
afectos y la esfera sociorrelacional.Y es que las (1996). Ello representa el reconocimiento de

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una modulación social del fenómeno ya que 2. PLANTEAMIENTO:


son reformuladas intersubjetivamente y están
influenciadas por la interrelación de factores
PROPUESTA ETIOLÓGICA DE
de muy diversa índole que conforman un LAS DEPENDENCIAS AFECTIVAS
complejo entramado.
Tratemos de aportar claves interpretativas
Como reza un dicho popular el que quiere de las dependencias relacionales fundamen-
estudiar amor se queda siempre en alumno, tando su entidad mediante una propuesta
de ahí que nuestra pretensión con esta de explicación psicosociológica de tales
aproximación psicosociológica a una de las trastornos desglosada en diversos puntos e
manifestaciones idiosincrásicas de las relacio- interconectada con algunos de los desórde-
nes humanas en el ámbito de las emociones nes contemporáneos más característicos que
y los sentimientos no sea sino una propuesta podemos vincular al tipo de patología objeto
de reflexión comprehensiva en la que trate de análisis (Moral, 2005a, 2005b, 2006, 2007a;
de aunarse la razón y el corazón que entran Sirvent, 2004):
en maniqueo conflicto, siendo las razones de
a) A nivel relacional, se va imponiendo
éste inteligibles sólo desde la razón, parafra-
una tendencia generalizada a fomentar
seando la conocida sentencia de Pascal. La
la privacidad y un tipo de comunicación
cabeza y el corazón pugnan por los placeres
interpersonal estereotipada y, aun cuando
de los sentidos, de modo que cuando surge
se vive en público, mediante la representa-
en nuestro interior una emoción intensa o
ción del actor social en la vida cotidiana
cuando nos embarga un estado de ánimo
(Goffman, 1959) se tiende a mostrar un
arrebatador, ante idealizaciones arquetípicas
perfil psicosocial desdibujado ante tanta
de vínculos que uno se empecina en mantener
superficialidad en los contactos, crisis
-aun cuando no se amparan en manifestación
identitarias, intrigas e insidias interperso-
alguna recíproca de entrega-, en tales circuns-
nales, etc., que socavan los tradicionales
tancias la razón tiende a convertirse en esclava
principios constitutivos del ser relacional.
del corazón. De un modo más ilustrativo
Lo íntimo se exhibe públicamente tergi-
deberíamos ser conscientes de que buena
versándolo, lo público se hace correspon-
parte del tiempo no somos presos del miedo
der con la manifestación de una identidad
ni morimos de amor. Detectamos con relativa
simulada y se asiste al desmantelamiento
facilidad nuestras emociones que nos apor-
de las barreras que delimitan el espacio
ta referencias e información íntima (Evans,
privado y el público.
2002), a veces simplemente las emociones
nos abordan y, metafóricamente, se imponen b) La cada vez mayor dependencia de los
aunque cada cual queramos constreñirlas, jóvenes respecto a los ascendientes gene-
sentimos y vivimos emociones primarias que ra estilos de vida dependientes. Así, se va
nos enfrentan con nosotros mismos y con los extendiendo un ambiente de interdepen-
otros, a veces disciplinamos las emociones y dencia asociado a unas carencias básicas
tendemos a domesticarlas coartando su libre en la educación para la autonomía y ha-
manifestación... de un modo u otro, sentimos, bilidades para la vida (resiliencia) (Moral,
disfrutamos y sufrimos por amor. 2007b).Todo ello se relaciona al período

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cada vez más dilatado de cautividad en la sus parejas y su imagen social sobre las
adolescencia (Castillo, 1997, 1999; Moral y posibles ridiculizaciones públicas.
Ovejero, 2004) manifestado en el reno- e) La presión massmediática crea con-
vado estatuto de identidad difusa de los sumidores inmaduros, así como se va
calificados como adolescentes sociales instalando en un mundo infoxicado (pro-
interdependientes. ceso de intoxicación de información que
c) Incremento de las concesiones ante provoca trastornos debido al bloqueo
las demandas afectivas y relacionales de la persona ante la gran cantidad de
de los otros, a costa de una difusión de información que reciben y que son inca-
la identidad a consecuencia del intento paces de asimilar) un mercadeo de los
frustrante de evitar el sentimiento fútil de sentimientos que habitualmente invade
desamparo y soledad. En este sentido, la ciertos programas de testimonios. Por
autofobia definida como miedo irracional otro lado, en las relaciones interperso-
e intolerancia a estar solo podría aso- nales en la esfera pública se asiste a un
ciarse a esta problemática (Moral, 2005, progresivo exhibicionismo vanidoso de
las relaciones sentimentales que podría
2006) y, en virtud de la cual, se induce
recibir la denominación de síndrome de
al individuo con inmadurez afectiva a no
Eróstrato (Gubern, 2000)1. A ello se suma
soportar la soledad, máxime aún en lo
la proliferación de casos de empleo de
concerniente a la ausencia del sujeto del
las nuevas tecnologías como soporte
que se depende.
técnico mediante el cual iniciar y/o man-
d) A lo anterior se suma otro desorden tener relaciones sentimentales, junto a
característico como la catagelofobia la tendencia a la manifestación de casos
entendida como temor obsesivo a ser ridi- patológicos de cyberadicción al sexo
culizado en público que, en buena medida, (véase Búrdalo, 2000; Martínez, 2000;
condiciona nuestros procesos interacti- Socorro y Galiatsatos, 2000).
vos en la esfera pública. Etiológicamente, f) Reafirmación de cambios en los pará-
se asociada a la necesidad de aprobación metros descriptores de las relaciones
de los demás y nos obliga en ocasiones 1
En palabras de Gubern (2000, p. 50): “Eróstrato fue
a mutar nuestra identidad (yo público) un efesio que, para inmortalizar su nombre, prendió
mimetizándola con el entorno, de ahí la fuego al templo de Artemisa en Éfeso la misma noche en
conexión con la difusión de identidad de que nació Alejandro Magno. Los efesios lo ejecutaron y
prohibieron, bajo pena de muerte, que el nombre maldito
los pacientes dependientes relacionales. del incendiario fuese pronunciado. Pero la precaución
El paralelismo con ciertos sometimientos severa de los efesios no podría impedir que a la larga el
de las personas con dependencia relacio- nombre de Eróstrato pasara a todas las enciclopedias,
nal con respecto a su pareja en sus rela- ni que Jean-Paul Sartre diese su nombre infame a uno
de sus relatos contenidos en El muro. El vanidoso
ciones sociales queda bien establecido, si exhibicionaismo de Eróstrato ha encontrado su eco,
bien media el autoengaño y la aceptación ciertamente menos devastador, en la actual aspiración
de ciertas humillaciones si las hubiere con a aparecer en la pantalla televisiva a toda costa, aunque
se aireando intimidades de alcoba, para conquistar
tal de no perderle, de ahí que en estos aquellos quince minutos de efímera fama de los que
sujetos se privilegie la idealización de hablaba Andy Warhol”.

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de pareja y las artes amatorias relativos 2.1. Acerca del amor: sus mitos y
a pasión/intimidad/compromiso (Ster- realidades
nberg, 1989, 1999, 2000), asimetría de
roles, chantajismo emocional, intensidad Siendo el amor el arquetipo sentimental por
de los afectos, enganches afectivos, etc. antonomasia los mitos sobre la idealización
En casos de dependientes sentimen- del amor romántico, los arrobamientos emo-
tales se va instaurando una tendencia cionales y apasionamientos varios han de ser
toxicofílica que les impele a depender de objeto de un análisis desmitificador exhaustivo
esa persona como quien depende de (Barrón, De Paúl, Martínez-Iñigo y Yela, 1999)
la droga bajo las manifestaciones de los de la otra cara del amor (Yela, 2003). Asimismo,
imperativos del craving (anhelo intenso abundan los mitos románticos (mitos de la
de la pareja) y la abstinencia (ansiedad equivalencia, la media naranja, la exclusividad,
experimentada ante la ausencia del otro) la perdurabilidad, la omnipotencia, la fidelidad,
como necesidad compulsiva e imperiosa etc.) y paradojas varias (deseo frente a posesión,
del otro, se experimentan sentimientos pasión frente a convivencia, idealización frente
de angustia ante su ausencia o a través a realidad, compromiso frente a independencia
de la anticipación de la misma. y fidelidad frente a novedad) (Yela, Jiménez
e) En definitiva, hay toda una estructura Burillo y Sangrador, 2003) vinculadas a la propia
social generadora de interdependientes representación social del amor -y por extensión
amparada por la proliferación de mitos de las emociones- fundamentado sobre lo
arraigados en el imaginario popular y en novelesco y fabulado, el imaginario colectivo y
la propia representación social de las los patrones socioculturales.
emociones, y específicamente del amor. Procedamos a describir algunas creencias
De acuerdo a las bases etiológicas de orden someramente contrastándolas con los mitos y
psicosocial priorizado planteadas, elegimos realidades percibidos intersubjetivamente por
relaciones de pareja e interpersonales cuya los dependientes afectivos.
aprobación buscamos, convir tiéndose en Para ser feliz en el amor uno debe saber,
ocasiones en un vínculo de unión indeleble sin cegarse, cómo cerrar los ojos, decía Marcel
en tiempos de apasionamientos fingidos, Achard. Pues bien, quienes padecen tales
superficialidad e intercambios frustrantes patologías descritas no cumplen la consigna y
como los actuales tanto en la esfera pública se ciegan ante los destellos fulgurantes de un
(Baudrillard, 2000) como en el ámbito íntimo amor idealizado en unas relaciones de pareja
(Béjar, 1988). En opinión de Jürg Willi (2004) asimétricas en cuyos errores incurren de mane-
uno de los problemas actuales radica en que ra reiterada con sucesivas parejas, como en una
en un mundo dividido entre sujeto y objeto, suerte de enganche emocional. Efectivamente,
el amor induce al sujeto a abrirse, a dejar su algunas relaciones interpersonales devienen en
autorreferencia y convierte al objeto en do- dependencias relacionales caracterizadas ya sea
minante. Asimismo, el miedo a la pérdida, a la por búsquedas de constante complacencia en la
soledad y/o al abandono contamina el vínculo persona de la que se depende, por la tendencia
afectivo y lo vuelve sumamente vulnerable y a la idealización de aquellos a quienes solicita-
patológico. mos momentos de atención monopolizando

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sus afectos, por mixtificaciones varias y autoen- autonegación y autoengaño.Y es que, tal como
gaños, por menoscabos de la propia autonomía, apuntaba socarronamente Oscar Wilde, en el
por identidades incompletas y necesidades de amor comienza uno por engañarse a sí mismo y a
redefinirnos acorde a cómo se nos induce a veces logra engañar al otro, si bien ciertamente, el
que seamos o por deseos dañinos de retener amor no ha de ser (auto)engaño, ni basarse en
al sujeto del que se depende, entre otras ca- una asimetría de roles que se cronifique hasta
racterísticas de este amar dolorosamente con la indefensión del débil, ni ha de ser entrega sin
que de forma metafórica definimos esa esfera reservas ni sojuzgamiento egótico. En opinión
socioemocional convulsa. de Sternberg (1989), semejantes mecanismos
Ante tales manifestaciones ha de puntuali- de autoengaño determinan el triángulo pasión/
zarse que la autodestructividad no debe ser intimidad/compromiso a lo largo del devenir
interpretada como una suerte de tendencia de la historia de pareja en las diversas etapas
pseudomasoquista, sino más bien como una por las que atraviesa la relación y puntualiza
manifestación de carencias afectivas, de unas (1999, 2000) que el amor es más sintético que
necesidades emocionales insatisfechas, de una analítico: se tiende a sintetizar la historia de
autoestima deficiente, de un sentimiento con- acuerdo con normas intuitivas que obedecen a
tinuo de soledad y de una insaciable necesidad la experiencia, más que a las lógicas y racionales,
de afecto que les conducen a emparejarse con por ello necesitamos comprenderlas como
personas explotadoras, que no les correspon- relatos, no como sistemas lógicos.
den, con las que tratan de cubrir desadaptati- Ciertamente, si estableciéramos un parale-
vamente tales carencias. lismo, la alegoría simbólica al placer voluptu-
Decía Brukner (2001) en un excelente oso de Artemisa bien podía servirnos como
texto de paradójico título: La euforia perpetua. ejemplificación metafórica de las desaforadas
Sobre el deber de ser feliz que tras la apariencia muestras de amor extremo ante parejas narci-
amable de semejante exhortación se esconde sistas, de la cronicidad del sentimiento de vacío
una penitencia invisible que nos obliga a estar emocional, de búsqueda de complacencia e
en permanente búsqueda de la utopía de la intentos de satisfacer la desazón emocional
felicidad. Algo similar acontece en este tipo de ante la anticipación de la ausencia del ser
relaciones en las que los dependientes emocio- querido en las que incurren algunos sujetos
nales idealizan a sus parejas narcisistas y desean con dependencia afectiva. Vinculamos, pues,
la perpetuación del frenesí y la fantasía en sus alegóricamente semejantes manifestaciones
relaciones con la persona de la que dependen, al deseo patológico descrito en el que po-
de modo que tratan de vivir en permanente dríamos denominar el síndrome de Artemisa2
estado de felicidad, máxima atención brindada, 2
Recordemos que Artemisa había construido un templo
monopolización de los afectos de su pareja y fúnebre maravilloso en honor de su hermano y esposo
un sinfín de demostraciones de una malsana Mausolo (s. IV a. de C.) considerado una de las siete
maravillas del mundo. Una vez fallecido, como acto
euforia perpetua que entorpece el contentarse de entrega máxima era tal el amor por su esposo que
con instantes de bienestar en pareja e intentos Artemisa, en vez de enterrar en él las cenizas de Mausolo,
de sobrellevar momentos de conflicto. para llenar los sentimientos de desvalimiento emocional y
vacío, decidió mezclarlas con un bebedizo y poco a poco
Los dependientes afectivos mixtifican su re- tragarlas cada noche. Ante cada ingesta experimentaba
alidad amorosa con frecuentes mecanismos de un placer voluptuoso que asemejaba al éxtasis coital.

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(Moral,2006). Obviamente, con las salvedades problema nuclear por parte del dependiente
oportunas, también el dependiente emocional, afectivo, lo cual en parte halla justificación, no
como un subtipo concreto de dependencia sólo en los propios mecanismos de negación
relacional, anticipa reiteradamente un deseo de y autoengaño que desarrolla a consecuencia
unión presencial, mística, carnal, correspondida, de su patología, sino porque no tiene canales
fantasiosa, continuada, sin reservas, etc., con el informativos, o no hay una cultura sanitaria
sujeto del que depende, a modo de un darse que le facilite identificar su adicción, atribuy-
para recibir, que se transmuta en una vinculación endo sus síntomas (si los percibe) a causas
autodestructiva, ansiosa, mixtificada, frustrante, exógenas o instalándose en la sintomatología
asimétrica, manipuladora, obsesiva, complacien- emergente (por ejemplo depresión secundaria
te, reiterativa, idealizada y dañina, entre otros a frustración amorosa) y, b) por otro lado, el
descriptores básicos. técnico, a su vez, puede desconocer la raíz
adictiva del trastorno y centrar su atención,
2.2. Evaluación de las dependencias bien en la reacción individual (depresión), bien
afectivas en la frustración sentimental (estado de) y no
en el núcleo adictivo del sujeto (rasgo) que
La evaluación de las dependencias afectivas propiciará sucesivos conflictos o evolucionará
resulta una tarea compleja debido, fundamen- hacia un proceso todavía más diferenciado
talmente, a la interdependencia de dos factores: como, por ejemplo, un trastorno obsesivo. Sin
por un lado, uno de ellos de marcado cariz embargo, las dependencias sentimentales son
sociocultural y psicosociológico definido por la un fenómeno con entidad propia y diferenciada
incidencia de factores vinculados al imaginario que afecta a alrededor de un once por ciento
popular y la representación social de las emo- de la población, si bien bajo criterios más laxos
ciones y los sentimientos y, más aún del propio de análisis incluso porcentajes que rondan
amor, como estado por excelencia en el que se el cincuenta por ciento de los encuestados
recrea la idealización del ser amado, lo novel- reconocen depender de sus parejas o sufrir
esco implícito en las relaciones apasionadas o adicción al amor (Jiménez Burillo, Sangrador,
las historias personales truncadas junto a rec- Barrón y Yela, 1995; Moral, 2006; Moral, Sirvent,
reaciones socioculturales de fabulaciones sobre Palacios y Blanco, 2005).
apasionamientos y desamores (Moral, 2005a) y,
por otro lado, la dificultad de evaluación radica En su conjunto, la evaluación de las depend-
en la implicación de un factor sociosanitario tal encias afectivas se realiza mediante el análisis de
como el propio desconocimiento de la etiología diversos planos que afectan al nivel de las rela-
y entidad diagnóstica de las dependencias ciones de pareja y a la propia esfera personal. En
afectivas por parte de los propios profesionales opinión de un especialista en la materia como
de la salud implicados en su abordaje com- Walter Riso (2004) algunas de las principales
prehensivo (terapeutas de pareja, psicólogos, claves diagnósticas residen en los siguientes
psiquiatras, expertos en adicciones, etc.). A la criterios: a) Pese a los sinsabores, la dependen-
hora de evaluar las dependencias emocionales cia persiste e incluso aumenta con el tiempo;
las dificultades de identificación del problema b) La ausencia del otro produce síndrome de
han de ser analizadas bajo una doble vertiente: abstinencia; c) Intentos de suspender la relación
a) por un lado, la toma de conciencia de su inexistentes o infructuosos; d) Inversión de gran

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cantidad de tiempo y esfuerzo para estar con el ítems evaluados mediante escala Likert de
otro a cualquier precio y por encima de todo; cinco puntos (Muy de Acuerdo a Muy en De-
y, entre otros, e) Sigue alimentando el vínculo sacuerdo). Según la estructura factorial obte-
pese a ser consciente de graves repercusiones nida por rotación varimax está integrada por 7
para su salud. dimensiones (triada dependiente, acomodación,
En nuestra propuesta etiológica (Sirvent y autoengaño, sentimientos negativos, identidad
Moral, 2007a) básicamente evaluamos indica- y fuerza del ego, antecedentes personales y
dores tales como: a) la avidez con la que precisa triada codependiente) y 23 factores sindrómi-
disponer de la presencia del otro del que se cos. De acuerdo a los resultados obtenidos
experimenta un enganche emocional por muy en los análisis psicométricos del IRIDS-100
frustrante que sea la relación; b) manifestaciones se confirma la elevada fiabilidad hallada en el
de abstinencia (sufrimiento devastador caso de indicador Alfa de Cronbach (.985) para una
ruptura o ausencia) y craving (anhelo de estar muestra total de 585 sujetos.
en pareja), indicativas del carácter toxicofílico De acuerdo a las tipologías de dependen-
del vínculo; c) la necesidad de la aprobación de cias sentimentales, podrían describirse algunas
los demás y una preocupación excesiva por señas identificativas tanto de los dependientes
agradar a la persona de la que se depende; afectivos como de las parejas de las que de-
d) la recreación de sentimientos negativos e penden, si bien los autores mostramos nuestra
inescapabilidad emocional; e) el asimétrico reticencia ante la concreción de rasgos dife-
intercambio recíproco de afecto asociado a renciadores de un perfil-tipo al uso, lo cual es
un persistente vacío emocional; f) el fantaseo sumamente controvertido en modelos etio-
excesivo al comienzo de la relación que les lógicos con base adictiva (Moral, 2002, 2005;
suma en un estado de euforia cuando la emp- Sirvent, 2004). En todo caso, algunos rasgos
iezan y de idealización excesiva de sus parejas; diferenciadores son los relativos a la consta-
g) la adopción de posiciones subordinadas tación de que dependientes afectivos suelen
en las relaciones, asociado a una progresiva ser personas vulnerables emocionalmente que
autoanuluación personal, una empobrecida manifiestan una ceguera hacia el otro, lo cual se
autoestima y autoconcepto negativo, h) la podría explicar por la conjunción de ilusiones
manifestación de antecedentes personales y/o atribuciones, hedonismo, y expectativas.
indicativos de ciertas carencias afectivas en la Pueden poseer una personalidad autodes-
infancia o apegos ansiosos junto a posibilidades tructiva, una pobre autoestima, tienden a elegir
de haber sufrido maltrato emocional y/o físico y, parejas explotadoras, muestran complacencia
entre otros indicadores básicos como criterios del inagotable narcisismo de sus parejas el cual
patognomónicos de primer orden i) sentimien- asumen siempre y cuando sirva para preser-
tos de desvalimiento emocional y un estado var su relación, suelen soportar desprecios y
de ánimo medio disfórico con oscilaciones en humillaciones, no reciben verdadero afecto,
función de la propia evolución de su situación pueden sufrir o haber sufrido en el seno fa-
interpersonal. Dada la escasez de instrumentos miliar maltrato emocional y/o físico, observan
diagnósticos, los autores hemos construido la cómo sus gustos y aficiones son relegados a
Escala de Relación interpersonal y Dependencias un segundo plano, renuncian a su orgullo o a
sentimentales IRIDS-100 compuesta por 100 sus ideales y pueden experimentar un estado

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de ánimo medio disfórico y/o sentimientos de y en las representaciones sociales sobre el


vacío e inestabilidad emocional con tendencias amor, etc.).
a sufrir excesivas preocupaciones relativas
a la anticipación de una posible separación
de sus parejas (abstinencia y craving), como
3. DISCUSION
descriptores básicos. Como animales sociales que somos, senten-
Por lo que respecta al perfil del objeto de cia aristotélica ya clásica que Aronson (1990)
elección suelen ser parejas con férrea au- retomó en su texto homónimo, probablemen-
toestima, en ocasiones superiores a la media, te en todos nosotros está presente un cierto
son seguros de sí mismos, lo cual ejerce un nivel de dependencia afectiva de carácter
estado de fascinación sobre los dependien- psicosocial: muchas personas necesitan a la
tes emocionales; tienden a ser narcisistas, gente y viceversa. El problema se da cuando
manipuladores y explotadores; carecen de el sujeto es controlado por esa necesidad.
empatía y afecto, creen que poseen privilegios El miedo a la pérdida, a la soledad y/o al
y habilidades fuera de lo común y, en suma, abandono contamina el vínculo afectivo y lo
buscan una posición dominante en la relación vuelve sumamente vulnerable y patológico.
de pareja. La sociedad actual genera interdependientes;
Por último, en relación al papel desempe- de hecho los socioantropólogos y psicólogos
ñado por el psicólogo ante las dependencias sociales describen la prolongación artificial y
afectivas hemos de precisar que las labores nociva de la adolescencia en sociedades en
psicoterapéuticas suelen ser más densas de crisis (Castillo, 1997, 1999; Moral y Ovejero,
lo habitual. Las tres dimensiones principales 2004). Mitos arraigados en el imaginario popu-
de estos trastornos: vincular, personológica lar como confundir pasión con amor e incluso
y adictiva, hacen delicada y compleja tanto la la crisis del pensamiento libre podrían no tanto
evaluación como la intervención. Inicialmente, generar dependientes emocionales como
se parte de una constatación de quienes des- limitarles su autopercepción, de manera que
de el ámbito teórico y profesional trabajamos la interdependencia social sería el conjunto
en ello que no es otra que el reconocimiento de creencias, sentimientos y conductas rela-
de que es una adicción tan peculiar que el tivas a la necesidad de asociarse, interactuar
mayor experto se podría sentir desorientado y depender de cómo el sujeto es valorado
(Greenberg, Rice y Ellot, 1996). A un nivel más por los demás. Es por tanto, la intensidad de
aplicado, se incide en labores rehabilitadoras a los afectos toxicofílicos un elemento clave de
nivel personal (entrenamiento en habilidades esa vinculación a los otros que se convierte en
interpersonales, reestructuraciones cognitivas, dependencia.
fortalecimiento de la autoestima y autonomía En este sentido, exponemos abiertamente
personal, etc.), grupal (dinamización grupal que no han de tolerarse asimetrías en las
en grupos terapéuticos de autoayuda bajo relaciones a expensas de que llegue el anhe-
un modelo integrado) e idealmente a nivel lado cambio de la situación, en todo caso ha
comunitario (promoción de hábitos socioe- de promoverse solicitando el cumplimiento
mocionales saludables, sensibilización social, de los derechos y deberes de cada cual. El
involucración en tareas de cambio actitudinal amor no ha de ser compasión, ni entrega sin

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reservas, ni sometimiento o sojuzgamiento, debemos hacerla nuestra, pues es más bien la


no es daño recibido y/o infligido. Y es que intensidad desaforada de los sentimientos y
las dependencias de personas en parte se la cantidad y calidad de los mismos la carac-
explicarían por la propia inmadurez afectiva terística de ese tipo de relaciones que nunca
de quien las sufre: personas que no han su- mueren de forma natural. Ante tales manifesta-
perado el amor tiránico y posesivo del niño y ciones, repensar el mundo de los afectos y los
para quienes amar es el deseo de ser amado, sentimientos desde una visión desmitificadora
aunque sea doliente. Ello conduce al sujeto a de la tendencia a la idealización de las historias
ser víctima de su pasión, a la experimentación de pareja, optimizar nuestros recursos afecti-
de un vacío interior que nunca llenan, a la vos e identitarios, proponer un entrenamiento
insatisfacción ante el desasosiego provocado en habilidades interpersonales o reeducar
por la sensación de que nunca están plenos, nuestra autonomía, etc., representan, entre
la intolerancia y el miedo a la soledad se otras, necesidades acuciantes básicas indica-
convierte en una máxima que actúa como tivas de la optimización de una buena salud
lastre en las relaciones, tal vez reproduciendo socioemocional.
las propias experiencias de desapego afectivo En conclusión, en las principales vías de
en la infancia. estudio, y las consiguientes propuestas de
Finalmente, como líneas prospectivas de evaluación e intervención, sobre la proble-
actuación abogamos por la necesidad pro- mática de las dependencias relacionales se ha
fundizar en el estudio teórico e intervención de incidir sobre la necesidad de una rigurosa
clínica de estas dependencias, así como de conceptualización y aproximación diagnóstica
promover una optimización de nuestros diferencial de este tipo de dependencias en
recursos socioemocionales. Unas habilidades relación con otros conceptos afines (apego
sociales y/o interpersonales adaptativas en ansioso, sociotropía, personalidad autodes-
relación al contexto interactivo en el que se tructiva, etc.), así como a la necesaria difusión
manifiesten, un buen concepto de sí mismo y de sus criterios patognomónicos. Asimismo,
una adecuada autoestima, junto a una eficaz ha de privilegiarse la necesidad de diseñar e
inteligencia emocional (Gardner, 1995, 2001; implementar medidas no sólo terapéuticas y
Goleman, 1996;Valdés y Vallés, 2000), así como rehabilitadoras, sino eminentemente psico-
una identidad psicosocial saludablemente educativas de la esfera socioemocional y de las
desarrollada mediante fructíferos procesos relaciones interpersonales. Uno de los retos
socializadores en el seno familiar y del grupo es lograr vivir en armonía emocional mediante
de iguales, así como a través del modela- una visión autoconsciente y optimizadora de
miento simbólico o, entre otros indicadores, nuestros recursos relacionales.
una visión desmitificadora de la idealización
de las relaciones de pareja y una fortaleza 4. REFERENCIAS
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Revista Española

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de
Drogodependencias
167

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