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GENERALIDADES DE LA SANGRE / 291 PLASMA / 292 ERITROCITOS / 294 LEUCOCITOS / 300

Neutrófilos / 300 Eosinófilos / 307 Basófilos / 307 Linfocitos / 309 Monocitos / 312
TROMBOCITOS / 313 HEMOGRAMA / 315 FORMACIÓN DE LAS CÉLULAS DE LA SANGRE
(HEMATOPOYESIS) / 316 Teoría monofilética de la hematopoyesis / 318 Formación de los
eritrocitos (eritropoyesis) / 319 Cinética de la eritropoyesis / 319 Formación de los
trombocitos (trombopoyesis) / 321

Formación de los granulocitos (granulopoyesis) / 322 Cinética de la granulopoyesis / 323


Formación de los monocitos (monopoyesis) / 325 Formación de los linfocitos (linfopoyesis) /
325 MÉDULA ÓSEA / 326 Cuadro 10-1 Correlación clínica: sistemas de grupos sanguíneos AB0 y
Rh / 296 Cuadro 10-2 Correlación clínica: hemoglobina en pacientes con diabetes / 298 Cuadro
10-3 Correlación clínica: trastornos de la hemoglobina / 299 Cuadro 10-4 Correlación clínica:
trastornos hereditarios de los neutrófilos; enfermedad granulomatosa crónica / 304 Cuadro
10-5 Correlación clínica: degradación de la sangre e ictericia / 305 Cuadro 10-6 Correlación
clínica: celularidad de la médula ósea / 324 HISTOLOGÍA 101. Elementos esenciales / 328

GENERALIDADES DE LA SANGRE La sangre es un tejido conjuntivo líquido que circula a través


del sistema cardiovascular. Al igual que los otros tejidos conjuntivos, la sangre está formada
por células y un componente extracelular. El volumen total de sangre en un adulto promedio
es de alrededor de 6 L, lo que equivale del 7 % al 8 % del peso corporal total. La acción de la
bomba cardíaca impulsa la sangre a través del sistema cardiovascular para que llegue a los
tejidos corporales. Muchas de las funciones de la sangre son las siguientes: • Transporte de
sustancias nutritivas y oxígeno hacia las células en forma directa o indirecta. • Transporte de
desechos y dióxido de carbono desde las células. • Distribución de hormonas y otras sustancias
reguladoras a las células y los tejidos.

• Mantenimiento de la homeostasis porque actúa como amortiguador (buffer) y participa en la


coagulación y la termorregulación. • Transporte de células y agentes humorales del sistema
inmunitario que protege al organismo de los agentes patógenos, proteínas extrañas y células
transformadas (es decir, células cancerosas). La sangre se compone de células y sus derivados
y un líquido con abundantes proteínas llamado plasma Las células sanguíneas y sus derivados
incluyen: • aeritrocitos, también conocidos como hematíes o glóbulos rojos (RBC); • leucocitos,
también conocidos como glóbulos blancos (WB); • trombocitos, también conocidos como
plaquetas. El plasma es el material extracelular líquido que le imparte a la sangre las
propiedades de fluidez. El volumen relativo de células y plasma en la sangre entera es de
aproximadamente

Tejido sanguíneo

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo PLASMA

matocrito oscila entre el 39 % y el 50 % en hombres y entre el 35 % y el 45 % en mujeres; por


lo tanto, del 39 % al 50 % y del 35 % al 45 % del volumen sanguíneo para los hombres y
mujeres, respectivamente, corresponde a eritrocitos. Los valores bajos del hematocrito a
menudo reflejan un número reducido de eritrocitos circulantes (un trastorno llamado anemia)
y puede indicar una pérdida importante de sangre causada por una hemorragia interna o
externa. Los leucocitos y las plaquetas constituyen sólo el 1 % del volumen sanguíneo. En una
muestra de sangre que se ha centrifugado, la fracción celular (la parte de la muestra que
contiene las células) se compone principalmente por eritrocitos compactados (~99 %). Los
leucocitos y las plaquetas están contenidos en una delgada capa de color blanco entre los
eritrocitos y el plasma llamada capa tromboleucocítica (fig. 101). Como se indica en la tabla 10-
1, hay cerca de 1 000 veces más eritrocitos (~5 X 1 012 células/L de sangre) que leucocitos (~7
X 109/L de sangre). PLASMA Si bien las células de la sangre son el principal objeto de interés en
la histología, también es útil un breve comentario sobre al plasma. La composición del plasma
se resume en la tabla 10-2. Más del 90 % del peso del plasma corresponde al agua, que sirve
como disolvente para una variedad de solutos, como proteínas, gases disueltos, electrolitos,
sustancias nutritivas, moléculas reguladoras y materiales de desecho. Los solutos del plasma
contribuyen a mantener la homeostasis, un estado de equilibrio que proporciona una
osmolaridad y un pH óptimos para el metabolismo celular. Las proteínas plasmáticas son
principalmente albúmina, globulinas y fibrinógeno. La albúmina es el principal componente
proteico del plasma y representa más o menos la mitad de las proteínas plasmáticas totales. Es
la proteína plasmática más pequeña (alrededor de 70 kDa) y se sintetiza en el hígado. La
albúmina es responsable de ejercer el gradiente de concentración entre la sangre y el líquido
tisular extracelular. Esta importante presión osmótica en la pared de los vasos sanguíneos,
llamada presión coloidosmótica, mantiene la proporción correcta de volumen sanguíneo con
respecto al volumen de líquido tisular. Si una cantidad importante de albúmina escapa de los
vasos sanguíneos hacia el tejido conjuntivo laxo o se pierde en la orina, la presión
coloidosmótica de la sangre disminuye y se incrementa la proporción de líquido en los tejidos.
(Este aumento de líquido en los tejidos se observa con facilidad por la hinchazón de los tobillos
al final del día). La albúmina también actúa como una proteína transportadora: une y
transporta hormonas (tiroxina), metabolitos (bilirrubina) y fármacos (barbitúricos). Las
globulinas comprenden las inmunoglobulinas (g-Globulinas), el mayor componente de la
fracción globulínica, y globulinas no inmunes (a-globulina y b-globulina). Las inmunoglobulinas
son anticuerpos, una clase de moléculas funcionales del sistema inmunitario secretados por las
células plasmáticas. (Los anticuerpos se describen en el cap. 14, Sistema Linfático).

45 % y 55 %, respectivamente. El volumen de los eritrocitos compactados en una muestra de


sangre se llama hematocrito (HCT) o volumen de células compactas (PCV). El hematocrito se
mide por medio de la centrifugación de una muestra de sangre a la que se ha añadido un
anticoagulante y de acuerdo al volumen que ocupan los eritrocitos en el tubo de centrífuga en
comparación con el volumen sanguíneo total, se calcula su porcentaje (fig. 10-1). Una lectura
normal del he

100

Plasma (~55% de la sangre total)

Tubo microhematocrito

Eritrocitos (~45% de la sangre total = hematocrito)

Cubierta tromboleucocítica: leucocitos y plaquetas (menos del 1% de la sangre total)

Sellador

50
FIGURA 10-1 ▲ Composición sanguínea. La composición sanguínea es claramente visible
después de centrifugar un pequeño volumen de sangre en el tubo microhematocrito. El
volumen de eritrocitos compactos ocupa alrededor del 45 % de la sangre total (esta fracción se
denomina hematocrito). La capa delgada entre los eritrocitos y el plasma contiene leucocitos y
plaquetas; se le llama a menudo cubierta tromboleucocítica. El volumen restante
(aproximadamente el 55 %) se compone de un líquido color amarillo pálido y opaco que
corresponde al plasma sanguíneo con un alto contenido de proteínas.

Elementos formes

Células/l Hombres Mujeres % Eritrocitos 4,3–5,7 3 1012 3,9–5,0 3 1012 Leucocitos 3,5–10-5 3
109 3,5–10-5 3 109 100 Agranulocitos Linfocitos 0,9–2,9 3 109 0,9–2,9 3 109 25,7–27,6a
Monocitos 0,3–0,9 3 109 0,3–0,9 3 109 8,6a Granulocitos Neutrófilos 1,7–7,0 3 109 1,7–7,0 3
109 48,6–66,7a Eosinófilos 0,05–0,5 3 109 0,05–0,5 3 109 1,4–4,8a Basófilos 0–0,3 3 109 0–0,3
3 109 0–0,3a Trombocitos (plaquetas) 150–450 3 109 150–450 3 109

aPorcentaje de leucocitos.

TABLA 10-1 Elementos formes de la sangre

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo PLASMA

fibras finas compuestas por fibrina. Para prevenir la coagulación de una muestra de sangre, se
le añade un anticoagulante como el citrato o la heparina. El citrato fija los iones de calcio, que
son esenciales para la activación de la cascada de reacciones de la coagulación, y la heparina
desactiva los factores de coagulación en el plasma. El plasma que carece de factores de
coagulación se denomina suero. Para muchas pruebas bioquímicas de laboratorio, puede
utilizarse plasma o suero indistintamente. Se prefiere el suero para varias pruebas específicas
ya que los anticoagulantes en el plasma pueden interferir con los resultados. Sin embargo, las
pruebas de co

Las globulinas no inmunes son secretadas por el hígado. Contribuyen a mantener la presión
osmótica dentro del sistema vascular y también sirven como proteínas transportadoras para
diversas sustancias como cobre (transportado por la ceruloplasmina), hierro (transportado por
la transferrina) y la proteína hemoglobina (transportada por la haptoglobina). Las globulinas no
inmunes también incluyen fibronectina, lipoproteínas, factores de coagulación y otras
moléculas que pueden intercambiarse entre la sangre y el tejido conjuntivo extravascular. El
fibrinógeno, la proteína plasmática más grande (340 kDa), se sintetiza en el hígado. En una
serie de reacciones en cascada con otros factores de coagulación, el fibrinógeno soluble se
transforma en la proteína insoluble fibrina (323 Da). Durante la conversión de fibrinógeno en
fibrina, las cadenas de fibrinógeno se fragmentan para producir monómeros de fibrina que se
polimerizan con rapidez para formar fibras largas. Estas fibras establecen enlaces cruzados
entre sí y forman una red impermeable en el sitio de los vasos sanguíneos lesionados, lo que
impide una hemorragia adicional. Con excepción de estas grandes proteínas plasmáticas y de
las sustancias reguladoras, que son proteínas o polipéptidos pequeños, la mayoría de los
componentes del plasma son suficientemente pequeños como para atravesar la pared de los
vasos sanguíneos en los espacios extracelulares del tejido conjuntivo contiguo. En general, las
proteínas plasmáticas reaccionan con fijadores comunes y con frecuencia quedan retenidas
dentro de los vasos sanguíneos en los cortes histológicos. Las proteínas plasmáticas no poseen
una forma estructural por arriba del nivel molecular; por lo tanto, cuando quedan retenidas en
los vasos sanguíneos, aparecen como una sustancia que se colorea de manera uniforme con la
eosina en los cortes histológicos teñidos con hematoxilina y eosina (H&E). El suero es igual al
plasma sanguíneo excepto que está desprovisto de los factores de coagulación. Es de práctica
habitual que, con fines de diagnóstico, se extraigan muestras de sangre de una vena
(procedimiento denominado venopuntura). Cuando se saca de la circulación, la sangre se
coagula de inmediato. Un coágulo sanguíneo consiste sobre todo en eritrocitos incluidos en
una red de

Componente % Agua 91–92 Proteína (albúmina, globulinas, fibrinógenos) 7–8 Otros solutos: 1–
2 Electrolitos (Na1, K1, Ca21, Mg21, Cl2, HCO32, PO432, SO422) Sustancias nitrogenadas no
proteicas (urea, ácido úrico, creatina, creatinina, sales de amoníaco) Sustancia nutritivas
(glucosa, lípidos, aminoácidos) Gases sanguíneos (oxígeno, dióxido de carbono, nitrógeno)
Sustancias reguladoras (hormonas, enzimas)

TABLA 10-2 Composición del plasma sanguíneo

FIGURA 10-2 ▲ Frotis de sangre: técnica de preparación y fotomicrografía panorámica. a.


Fotografía que ilustra el método para realizar un frotis sanguíneo. Se coloca una gota de
sangre directamente sobre un portaobjetos de vidrio y se extiende por la superficie de éste
con el borde corto de otro portaobjetos. b. Fotomicrografía de un frotis de sangre periférica,
coloreado con la técnica de Wright, en donde la mayoría de los elementos formes, están
distribuidos de manera uniforme. Las células son principalmente eritrocitos. Están presentes
tres leucocitos. Las flechas señalan plaquetas. 350 X.

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo ERITROCITOS

granulocitos poseen granulaciones específicas obvias en su citoplasma. En general, los


colorantes básicos tiñen los núcleos, los gránulos de los basófilos y el ARN del citoplasma, en
tanto que el colorante ácido tiñe los eritrocitos y los gránulos de los eosinófilos. Antes se creía
que las granulaciones finas de los neutrófilos eran teñidas por un “colorante neutro” que se
formaba cuando el azul de metileno y sus azures similares se combinaban con la eosina. Aún
no se entiende por completo el mecanismo por el cual se tiñen los gránulos específicos de los
neutrófilos. Algunos de los colorantes básicos (los azures) son metacromáticos y pueden
impartir un color rojo violáceo al material que tiñen. ERITROCITOS Los eritrocitos son discos
bicóncavos anucleados. Los eritrocitos o glóbulos rojos (RBC) son células anucleadas que
carecen de orgánulos típicos. Funcionan sólo dentro del torrente sanguíneo para fijar oxígeno
y liberarlo en los tejidos y, en intercambio, fijan dióxido de carbono para eliminarlo de los
tejidos. Su forma es de disco bicóncavo con un diámetro de 7,8 mm, un espesor de 2,6 mm en
su borde y un espesor central de 0,8 mm (fig. 10-3). Esta forma maximiza el área de superficie
de la célula (~140 mm2), una cualidad importante para el intercambio de gases. La vida media
de los eritrocitos es de 120 días. En una persona sana, cerca del 1 % de los eritrocitos se
elimina de la circulación cada día debido a la senescencia (envejecimiento); sin embargo, la
médula ósea produce continuamente nuevos eritrocitos para reemplazar a los eliminados. La
mayoría de los eritrocitos envejecidos (~90 %) sufre fagocitosis por los macrófagos del bazo, la
médula ósea y el hígado. El resto de los eritrocitos envejecidos (~10 %) se desintegra por vía
intravascular y libera cantidades insignificantes de hemoglobina hacia la sangre. En cortes
teñidos con H&E, los eritrocitos suelen medir de 7 mm a 8 mm de diámetro. Dado que su
tamaño es bastante constante en el tejido fijado, se pueden utilizar para estimar el tamaño de
otras células y estructuras en los cortes histológicos; por ello, el eritrocito se considera
apropiadamente la “regla del histólogo”. A causa de que los eritrocitos, tanto vivos como
fijados, suelen aparecer como discos bicóncavos, pueden dar la impresión de que son rígidos e
inflexibles (fig. 10-4). Son, de hecho, muy deformables. Atraviesan con facilidad los capilares
más estrechos ya que se pliegan sobre sí mismos. Se tiñen de manera uniforme con eosina. En
cortes finos vistos con el microscopio electrónico de transmisión (MET), el contenido de un
eritrocito aparece como un material denso finamente granulado. La forma del eritrocito está
mantenida por proteínas de la membrana en asociación con el citoesqueleto, que proporciona
estabilidad mecánica y la flexibilidad necesaria para resistir las fuerzas ejercidas durante la
circulación. A medida que los eritrocitos en circulación navegan a través de una pequeña red
de capilares, se exponen a grandes cantidades de fuerza de fricción que hacen que sufran
deformaciones rápidas y reversibles. Para hacer frente a esta fuerza, la membrana celular de
los eritrocitos tiene una estructura

agulación necesitan que estén conservados todos los factores de la coagulación; por lo tanto,
el suero no es apropiado para las mismas. El líquido intersticial de los tejidos deriva del plasma
sanguíneo. No sorprende que el líquido que rodea las células del tejido, llamado líquido
intersticial, tenga una composición electrolítica que refleja la del plasma sanguíneo, del que
deriva. Sin embargo, la composición del líquido intersticial en los tejidos no conjuntivos, está
sujeta a una modificación considerable por las actividades absortivas y secretoras de los
epitelios. Los epitelios pueden crear microambientes especiales que le permitan su función.
Por ejemplo, existe una barrera hematoencefálica entre la sangre y el tejido nervioso. Las
barreras también existen entre la sangre y el tejido del parénquima en el testículo, el timo, los
ojos y otros compartimentos epiteliales. Los líquidos, las barreras, y sus funciones se analizan
más adelante en los capítulos que se ocupan de estos órganos particulares. Para el examen de
las células de la sangre se deben utilizar técnicas de preparación y de tinción especiales. El
método de preparación que mejor permite examinar los tipos de células de sangre periférica
es el extendido ó frotis sanguíneo. Este método difiere de la preparación habitual que se
observa en el laboratorio de histología porque el espécimen no se incluye en parafina ni se
secciona. En lugar de ello, se coloca una gota de sangre directamente en un portaobjetos y se
extiende sobre su superficie (es decir, “se arrastra” con el borde de otro portaobjetos) para
producir una monocapa celular (fig. 10-2a). Después, la preparación se seca al aire y se tiñe.
Otra diferencia en la preparación de un extendido de sangre es que en lugar de H&E, se
utilizan mezclas especiales de colorantes para teñir las células de la sangre. El frotis con
cubreobjetos o sin él puede examinarse mediante el objetivo de inmersión (fig. 10-2b y lámina
17, pág. 330). La tinción de tipo Romanovsky modificada, que suele utilizarse para los frotis de
sangre, consiste en una mezcla de azul de metileno (colorante básico), azures similares
(también colorantes básicos) y eosina (colorante ácido). De acuerdo con su aspecto después de
la tinción, los leucocitos se dividen tradicionalmente en granulocitos (neutrófilos, eosinófilos y
basófilos) y agranulocitos (linfocitos y monocitos). Si bien ambos tipos de leucocitos pueden
contener gránulos, los

0,8 mm2,6 mm7,8 mm

FIGURA 10-3 ▲ Eritrocito. El eritrocito es una célula anucleada en forma de disco bicóncavo
que contiene hemoglobina. El área de superficie de un eritrocito es de aproximadamente 140
mm2 y su volumen corpuscular (célula) medio es de 80 fl a 99 fL (1 fL 5 10215 L).

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo PLASMA ab

Cap

FIGURA 10-4 ▲ Morfología de los eritrocitos. a. Fotomicrografía de tres capilares (Cap) se


unen para formar una vénula (V), como se observa en el tejido adiposo dentro de un
preparado de mesenterio entero. Los eritrocitos se disponen en fila india en uno de los
capilares (los otros dos están vacíos). El área central pálida en algunos de los eritrocitos es
producto de su forma bicóncava. Los eritrocitos son muy plásticos y pueden plegarse sobre sí
mismos al pasar por capilares muy estrechos. Las estructuras redondeadas grandes son células
adiposas (A). 470 X. b. Fotomicrografía electrónica de barrido de eritrocitos recogidos en un
tubo para sangre. Nótese la forma cóncava de las células. Los rimeros o pilas de eritrocitos en
estas preparaciones no son inusuales y se conocen como “rouleaux” (del francés, rollos). Tales
formaciones in vivo indican un mayor nivel de inmunoglobulinas plasmáticas. 2 800 X.

Actina

Complejo de proteínas de banda 4.1

βα

Banda 4.1

Tropomiosina

Antígenos de grupos sanguíneos definidos por hidratos de carbono

Banda 4.2

Espectrina

Anquirina
Complejo proteico de anquirina

Membrana plasmática

Dímero de banda 3

Glucoforina C

Dematina

Tropomodulina

Aductina

FIGURA 10-5 ▲ Organización de la membrana del eritrocito. El rectángulo en el eritrocito


seccionado (arriba a la derecha) representa el área de la membrana en el diagrama más
grande. El diagrama grande muestra la disposición de las proteínas periféricas e integrales de
membrana. La proteína integral de membrana, glucoforina C, se asocia con el complejo de
proteínas periféricas de membrana de banda 4,1. Del mismo modo, la proteína integral de
membrana de banda 3 se une al complejo proteico anquirina. Estos complejos periféricos
interactúan con la espectrina para formar una red hexagonal de citoesqueleto inmediatamente
adyacente a la superficie citoplasmática de la membrana plasmática. La red de espectrina con
los complejos de proteína periférica de membrana está anclada a la membrana plasmática por
la glucoforina C y las proteínas de banda 3, que, en la superficie extracelular, están glucosiladas
y sostienen la mayoría de los antígenos de grupo sanguíneo definidos por hidratos de carbono.

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo ERITROCITOS

en una red bidimensional de patrón hexagonal que forma una lámina sobre la superficie
interna de la membrana. Esta red se ubica paralela a la membranay se compone
principalmente de proteínas del citoesqueleto, como las moléculas de espectrina a y b que
forman un heterodímero antiparalelo unido por enlaces múltiples laterales. A continuación, los
dímeros se unen cabeza con cabeza para producir tetrámeros largos y flexibles. Los filamentos
de espectrina están anclados a la bicapa lipídica por dos grandes complejos de proteínas. El
primero es el complejo de proteínas de banda 4.1 que contiene banda 4.1, actina,
tropomiosina, tropomodulina, aductina y dematina (fig. 10-5.); este complejo interactúa con la
glucoforina C y otras proteínas transmembrana. El segundo complejo es el complejo de
proteínas de anquirina que contiene anquirina y la proteína de banda 4.2; este complejo
interactúa con la banda 3 y otras proteínas de la membrana integral (fig. 10-5).

exclusiva de citoesqueleto. Además de una bicapa lipídica normal, contiene dos grupos de
proteínas importantes desde el punto de vista funcional: • Proteínas integrales de la
membrana, que son la mayor parte de las proteínas en la bicapa lipídica. Consisten en dos
grandes familias de proteínas transmembrana: glucoforinas y proteínas banda 3. Los dominios
extracelulares de estas proteínas integrales de la membrana están glucosilados y expresan
antígenos de grupo sanguíneo específico. La glucoforina C, desempeña un papel importante en
la adhesión de la red de proteína del citoesqueleto subyacente a la membrana celular. La
proteína banda 3 es la proteína transmembrana más abundante en la membrana celular de los
eritrocitos. Fija la hemoglobina y actúa como un sitio de anclaje para las proteínas del
citoesqueleto (fig. 10-5). • Proteínas periféricas de la membrana, que residen en la superficie
interna de la membrana celular. Se organizan CUADRO 10-1 Correlación clínica: sistemas de
grupos sanguíneos AB0 y Rh

Sistema AB0 de grupo sanguíneo Un factor importante en las transfusiones de sangre es el


sistema de grupos sanguíneos AB0, que esencialmente consiste en tres antígenos
denominados A, B, y 0 (tabla C-10-1.1). Estos antígenos son glucoproteínas y glucolípidos y sólo
difieren levemente en su composición. Están presentes en la superficie de los eritrocitos y se
unen a los dominios extracelulares de proteínas integrales de membrana llamadas glucoforinas
y proteínas de banda 3. La presencia de antígenos A, B, o 0 determina los cuatro grupos
sanguíneos principales: A, B, AB y 0. Todos los seres humanos poseen enzimas que catalizan la
síntesis del antígeno 0. Los individuos con un grupo de sangre A tienen una enzima adicional
(N-acetilgalactosamina transferasa oA-glucosiltransferasa) que añade N-acetilgalactosamina al
antígeno 0. Las personas con grupo sanguíneo B tienen una enzima (galactosa transferasa o B-
glucosiltransferasa) que añade galactosa al antígeno 0 (fig. C-10-1.1). Los individuos con el
grupo sanguíneo AB expresan ambas enzimas, mientras que las personas con grupo sanguíneo
tipo 0 carecen de ambas enzimas. En los seres humanos, los genes AB0 consisten en por lo
menos siete exones, y se localizan en el

cromosoma 9. El alelo 0 es recesivo, mientras que los alelos A y B son codominantes. Las
diferencias en las moléculas de hidratos de carbono de estos antígenos se detectan por
anticuerpos específicos contra los antígenos A o B. Las personas con antígenos A poseen
anticuerpos anti-B séricos que están dirigidos contra el antígeno B. Las personas con antígenos
B poseen anticuerpos anti-A séricos que se dirigen contra el antígeno A. Las personas con
grupo sanguíneo AB no tienen anticuerpos dirigidos contra los antígenos A o B. Por lo tanto,
son receptores universales de cualquier tipo de sangre. Las personas del grupo 0 poseen
anticuerpos tanto anti-A como anti-B en su suero y no tienen antígeno A ni B en sus eritrocitos.
Por lo tanto, estas personas son dadores universales de sangre. Si un individuo es transfundido
con sangre de un tipo incompatible, sus anticuerpos atacarán los eritrocitos del donante,
causando una reacción transfusional hemolítica o destrucción de los eritrocitos transfundidos.
Para evitar una complicación tal que amenaza la vida, la sangre para transfusión debe ser
siempre compatible con la sangre del destinatario. En este procedimiento, el suero del
receptor se mezcla con eritrocitos del donante. Si no hay reacción a esta prueba de
compatibilidad cruzada, entonces, la sangre del donante puede utilizarse para la transfusión.

TABLA C10-1.1 Sistema AB0 de grupo sanguíneo Tipo de sangre Antígeno de superficie del
eritrocito Anticuerpo sérico

Puede donar sangre a Puede recibir sangre de

A Antígeno A Anti-B A y AB A y 0 B Antígeno B Anti-A B y AB B y 0 AB Antígenos A y B Sin


anticuerpos Sólo AB A, B, AB y 0 (receptor universal) 0 Antígeno 0 (sin antígeno A ni antígeno
B) Anti-A y anti-B A, B, AB y 0 (dador universal) Sólo 0

(Continúa en página 297)

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo ERITROCITOS

Esta particular organización del citoesqueleto contribuye a darle forma al eritrocito y le


confiere propiedades de flexibilidad y estabilidad mecánica a la membrana. El citoesqueleto no
es estático. Por ejemplo, las uniones moleculares a lo largo de la longitud de las moléculas de
espectrina se pueden disociar y volver a asociar a medida que el eritrocito sufre una
deformación en respuesta a diversos factores físicos y químicos. Por lo tanto, las interacciones
flexibles entre los dímeros de espectrina, anquirina y complejos de banda 4.1 son reguladores
clave de la flexibilidad y estabilidad mecánica de la membrana. Cualquier defecto en la
expresión de los genes que codifican estas proteínas citoesqueléticas puede generar la
formación de eritrocitos frágiles y de configuración anómala. Por ejemplo, la esferocitosis
hereditaria es causada por una mutación autosómica dominante de proteínas que funcionan
en el anclaje de la membrana plasmática de los eritrocitos con el citoplasma. Estas mutaciones
afectan el complejo de anquirina (banda 3, banda 4.2, espectrina y otras proteínas integrales
de la membrana del eritrocito), y su resultado es la formación de eritrocitos esféricos. En este
trastorno, la membrana plasmática de los eritrocitos tiene puntos de anclaje defectuosos, que
hacen que se separe y se desprenda del citoplasma. Otra anomalía de la membrana de los
eritrocitos, la eliptocitosis hereditaria, es

Cadenas b

Grupo hemo Hierro

Cadenas a

FIGURA 10-6 ▲ Structural diagram of the hemoglobin molecule. Cada molécula de


hemoglobina está compuesta por cuatro subunidades. Cada subunidad posee un grupo hemo,
grupo prostético que contiene hierro, incluido en una hendidura hidrófoba de una cadena de
globina. El plegamiento de la cadena de globina ubica el hemo cerca de la superficie de la
molécula, en donde es de fácil acceso para el oxígeno. Hay cuatro tipos diferentes de cadenas
de globina: a, b, d, y g, que se presentan en pares. Los tipos de cadenas de globina que hay en
las moléculas determinan el tipo de hemoglobina. La figura ilustra la hemoglobina A (HbA) que
está compuesta por dos cadenas a y dos cadenas b.

CUADRO 10-1

Sistema Rh de grupo sanguíneo El otro sistema de grupo sanguíneo importante, el sistema Rh,
se basa en el antígeno Rhesus (Rh). En los seres humanos, este sistema está representado por
un polipéptido Rh30 transmembrana no glucosilado de 40 kDa que comparte sitios antigénicos
con eritrocitos de mono rhesus. El polipéptido RH30 es un componente más grande (90 kDa)
de proteína integral de membrana eritrocítica que incluye la glucoproteína Rh50. Si bien el
polipéptido RH30 expresa muchos sitios de antígeno en su dominio extracelular, sólo tres de
ellos, antígenos D, C y E, tienen importancia clínica. Las interacciones entre moléculas de RH30
y Rh50 son esenciales para la expresión de los antígenos D, C y E. Una persona que posee sólo
uno de estos tres antígenos es clasificada como Rh positivo (Rh+). Los tres antígenos estimulan
la producción de anticuerpos anti-Rh en individuos que carecen de los mismos antígenos. La
incompatibilidad Rh puede inducir una reacción transfusional hemolítica y en los neonatos
provoca la enfermedad hemolítica eritroblastosis fetal. La eritroblastosis fetal se produce en
neonatos Rh(D)+ de madres Rh(D) - y es el producto de una reacción inmunitaria de
inmunoglobulinas anti-D que pasaron a través de la placenta de la madre. Los anticuerpos anti-
D son producidos por la madre en respuesta al antígeno D expresado en los eritrocitos fetales
que se filtran en su circulación durante el embarazo. La administración de anticuerpos anti-D
(RhoGAM) a la madre durante la gestación y después del parto destruye cualquier eritrocito
fetal Rh(D)+ que persista en la sangre de la madre, evitando así reacciones de incompatibilidad
Rh en embarazos futuros.

Correlación clínica: sistemas de grupos sanguíneos AB0 y Rh (continuación)

FIGURA C10-1.1 ▲ Antígenos de grupos sanguíneos AB0. Los antígenos AB0 no son productos
génicos primarios sino que son productos de reacciones enzimáticas (glucosilaciones). Esta
representación esquemática muestra las diferencias entre los tres antígenos principales que
forman el sistema de grupos sanguíneos AB0. La estructura inmunodominante del antígeno 0
se ilustra adherida a un dominio extracelular de glucoforinas, proteínas integrales de las
membranas celulares de eritrocitos. Nótese que las diferencias entre el antígeno 0 y el
antígeno A se deben a la presencia de una molécula de sacárido adicional, N-
acetilgalactosamina (flecha azul, centro), que se añade por una N-acetilgalactosamina
transferasa funcional codificada genéticamente expresada en individuos del grupo A. De
manera similar, los individuos con el grupo B tienen una molécula de galactosa (flecha azul a la
derecha) añadida por la enzima galactosa transferasa. Las personas del grupo AB expresan
ambas enzimas (por lo tanto, tienen ambos antígenos A y B) y las personas del grupo 0 carecen
de ambas enzimas funcionales, por ello sólo poseen la estructura central inmunodominante
del antígeno 0.

Glucosa Galactosa Fucosa

N-acetilglucosaminasa N-acetilgalactosamina Galactosa

Antígeno 0

Glucoforinas

Antígeno A Antígeno B

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo ERITROCITOS

causada por una de varias mutaciones autosómicas dominantes que afectan las moléculas de
espectrina. En esta mutación, las uniones laterales de espectrina-espectrina y espectrina-
anquirina-proteínas de banda 4.1 son defectuosas. La membrana plasmática de las células
afectadas no se recupera de las deformaciones y se alarga progresivamente, lo que determina
que se formen eritrocitos elípticos. En ambos trastornos, los eritrocitos son incapaces de
adaptarse a los cambios en su entorno (p. ej., presión osmótica y deformaciones mecánicas), lo
que causa su destrucción o hemólisis prematura. Los eritrocitos contienen hemoglobina, una
proteína especializada en el transporte de oxígeno y dióxido de carbono.

Los eritrocitos transportan oxígeno y dióxido de carbono unidos a la proteína hemoglobina (68
kDa). La función de la hemoglobina es fijar las moléculas de oxígeno en los pulmones (lo cual
requiere alta afinidad por el oxígeno) y, después de transportarlas a través del sistema
circulatorio, liberar el oxígeno en los tejidos (que tienen baja afinidad por el oxígeno). Un
monómero de la hemoglobina es similar en composición y estructura a la mioglobina, la
proteína fijadora de oxígeno que está en el músculo estriado. La forma de disco del eritrocito
facilita el intercambio de gases porque una cantidad mayor de moléculas de hemoglobina está
más cerca de la membrana plasmática de lo que estaría en una célula esferoidal. Por lo tanto,
los gases tienen menos distancia para difundirse dentro de la célula hasta alcanzar un sitio de

Síntesis de la cadena de globina (porcentaje del total)

Meses de gestación Edad en años

Tipos de hemoglobina (% en adultos)

HbA (96%)

HbF (feto 60%–90%) (adultos <1%)

HbA2 (< 3%)

HbH (enfermedad de la hemoglobina H)

10

20

30

40

50

2 3456789 45321

Cadena a

Cadena g

Cadena b

Cadena d

Nacimiento

aa gg

bb ϖ b

aa bb

aa dd

FIGURA 10-7 ▲ Síntesis principal de la cadena de hemoglobina y composición de la globina en


períodos prenatales y posnatales. El tipo de hemoglobina difiere en los períodos de gestación y
después del parto. Este diagrama representa una línea de tiempo para la síntesis de las cuatro
principales cadenas de globina (a, b, d, y g )y para la composición de la hemoglobina. En las
primeras etapas del desarrollo, las cadenas a y g forman la hemoglobina fetal (HbF), que es
predominante en el nacimiento. En el segundo mes de gestación, aumenta la síntesis de
cadenas b de forma gradual. Después del nacimiento, se intensifica drásticamente para formar
junto con cadenas b, hemoglobina adulta (HbA) predominante. Durante este tiempo, la síntesis
de la cadena g disminuye. Más tarde, en la edad prenatal, la producción de cadena d se inicia
para formar hemoglobina que contiene dos cadenas d y dos cadenas a (HbA2). La hemoglobina
adulta HbA (96 %) y HbA2 (< 3 %) dentro del recuadro azul se consideran como tipos normales
de hemoglobina. Los rastros de hemoglobina HbF se consideran normales en concentraciones
por debajo del 1 %. Un ejemplo de la hemoglobina patológica que se muestra en este
diagrama es la hemoglobina HbH, que se forma como un tetrámero de cadenas b.

CUADRO 10-2 Correlación clínica: hemoglobina en pacientes con diabetes

Como se mencionó en el texto, aproximadamente el 96 % de la hemoglobina total en los


adultos corresponde a hemoglobina tipo HbA. Alrededor del 8 % de HbA consta de varios
subtipos que muestran leves diferencias químicas. Estos subtipos son hemoglobinas HbA1a1,
HbA1a2, HbA1b y HbA1c. De estos subtipos, el tipo de hemoglobina A1c es de importancia
clínica debido a que se une de forma irreversible a la glucosa. Se le conoce como hemoglobina
glucosada o glucosilada. Las concentraciones de este subtipo de hemoglobina se utilizan para
controlar la glucemia de una persona durante los últimos 2 a 3 meses (prueba que en clínica se
denomina determinación de HbA1c). Las personas con diabetes tienen un aumento de la
concentración de hemoglobina HbA1c glucosilada en la sangre debido a

su glucemia elevada. Dado que la vida media normal de los eritrocitos es unos 120 días (v. pág.
321), la hemoglobina glucosilada sólo puede ser eliminada cuando los eritrocitos que la
contienen se destruyen. Por lo tanto, los valores de HbA1c son directamente proporcionales a
la concentración de glucosa en la sangre durante toda la vida del eritrocito. En personas sanas
y en pacientes con diabetes controlada con eficacia, la concentración de HbA1c no debe ser
superior al 7 % de la hemoglobina total. Dado que los valores de HbA1c no están sujetos a las
fluctuaciones a corto plazo de la glucemia que se comprueban, por ejemplo, después de las
comidas o durante el ayuno, la sangre para la prueba de HbA1c se puede obtener sin tener en
cuenta el momento de ingestión de alimentos.

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo ERITROCITOS

fijación en la hemoglobina. Dentro de los eritrocitos hay una alta concentración de


hemoglobina que es la causa de la tinción uniforme con eosina y de la granularidad
citoplasmática visible con el MET. La hemoglobina se compone de cuatro cadenas
polipeptídicas de globina (a, b, d o g), cada una de las cuales forma un complejo con un grupo
hemo que contiene hierro (fig. 10-6). Durante la oxigenación, cada uno de los cuatro grupos
hemo que contienen hierro puede unir una molécula de oxígeno de manera reversible.
Durante los períodos gestacionales y posnatales, la síntesis de las cadenas polipeptídicas de
hemoglobina varía, lo que resulta en diferentes tipos de hemoglobina (fig. 10-7). Según la
activación de diferentes genes de

globina y la síntesis de la cadena de globina particular que haya en la macromolécula, se


pueden distinguir los siguientes tipos de hemoglobina: • Hemoglobina HbA, que tiene gran
prevalencia en los adultos, representa alrededor del 96 % de la hemoglobina total. Es un
tetrámero con dos cadenas a y dos cadenas b(a2b2). • Hemoglobina HbA2, que constituye del
1,5 % al 3 % de la hemoglobina total en los adultos. Está compuesta por dos cadenas a y dos
cadenas d (a2d2). • Hemoglobina HbF, que comprende menos del 1 % de la hemoglobina en
los adultos. Contiene dos cadenas a y dos cadenas g (a2g2) y es la forma principal de
hemoglobina

de hoz (falx, en latín; drépanon, en griego) en condiciones de baja tensión de oxígeno, de ahí el
nombre de esta enfermedad (fig. C-10-3.1). El proceso de formación de células falciformes es
reversible y comienza cuando la saturación de oxígeno se reduce a menos del 85 % en
individuos homocigotos y a menos del 40 % en individuos heterocigotos. Los eritrocitos
falciformes son más rígidos que los normales y se adhieren con más facilidad a la superficie
endotelial. Por lo tanto, la sangre se vuelve más viscosa y los eritrocitos falciformes pueden
acumularse en los capilares más pequeños, privando a porciones de tejidos y órganos de
oxígeno y sustancias nutritivas. También puede ocurrir la obstrucción de vasos mayores, que
en los niños con frecuencia conduce a una apoplejía. Los eritrocitos falciformes también son
más frágiles y se desintegran o se destruyen con más rapidez (después de 20 días) que los
eritrocitos normales. La depranocitosis es un trastorno genético homocigótico recesivo. No
obstante, las personas heterocigotas con el rango depranocítico a veces pueden tener
manifestaciones clínicas a grandes alturas o en condiciones de gran estrés físico.

CUADRO 10-3 Correlación clínica: trastornos de la hemoglobina

Anemia La anemia se define clínicamente como una disminución de la concentración de


hemoglobina en la sangre para la edad y sexo de una persona. Una concentración baja de
hemoglobina se suele definir como menos de 13,5 g/dl (135 g/l) en los hombres y menos de 12
g/dl (120 g/L) en las mujeres. Si bien en ciertas anemias, esta disminución de la concentración
de la hemoglobina se produce por una disminución en la cantidad de hemoglobina en cada
célula, la mayoría de las anemias son causadas por una reducción en la cantidad de eritrocitos.
Entre las causas de la anemia se encuentran la pérdida de sangre (hemorragia), la producción
insuficiente de eritrocitos o la destrucción acelerada de los eritrocitos en la circulación. Una
ingesta insuficiente de hierro en la dieta o insuficiencias vitamínicas como la de vitamina B12 o
ácido fólico, pueden disminuir la producción de eritrocitos. La atrofia gástrica, como resultado
de una enfermedad autoinmunitaria, con la destrucción concomitante de las células parietales
que secretan el factor intrínseco, una molécula esencial para la absorción de la vitamina B12
por las células en el íleon, es la causa de una forma de anemia llamada anemia perniciosa. Los
síntomas clínicos de la anemia varían, según el tipo de anemia, la causa subyacente y otros
trastornos clínicos asociados. Los síntomas comunes de la anemia leve incluyen debilidad,
fatiga y pérdida de energía. Los otros síntomas asociados con la anemia son falta de aliento,
dolores de cabeza frecuentes, dificultad para concentrarse, confusión mental, pérdida del
deseo sexual, mareos, calambres en las piernas, insomnio y piel pálida.

Drepanocitosis La drepanocitosis es causada por una sola mutación puntual en el gen que
codifica la cadena de b-globina de la hemoglobina A (HbA). El resultado de esta mutación es
una cadena de b-globina anómala en la que se sustituye el aminoácido valina por ácido
glutámico en la posición 6. La hemoglobina que contiene esta cadena de b-globina anómala se
designa hemoglobina falciforme (HbS). La sustitución de la valina hidrófoba por ácido
glutámico hidrófilo hace que las moléculas de HbS se aglomeren en condiciones de baja
tensión de oxígeno y crezcan en longitud más allá del diámetro del eritrocito. En vez de la
forma normal de disco bicóncavo, muchos de los eritrocitos adquieren una forma semilunar o
FIGURA C10-3.1 ▲ Fotomicrografía de un frotis de sangre de un paciente con depranocitosis.
En este extendido sanguíneo teñido con la técnica de Wright pueden verse los eritrocitos
falciformes y naviculares anómalos de un paciente con esta enfermedad. 400 X.

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo LEUCOCITOS

en el feto. La producción de HbF disminuye en forma drástica después del nacimiento; sin
embargo, en algunas personas la HbF se produce durante toda su vida. Si bien HbF persiste en
un porcentaje un poco mayor que el normal en la drepanocitosis (enfermedad de células
falciformes) y en la talasemia, no parece que tenga un papel en la patogénesis. Las mutaciones
en los genes que codifican las cadenas de globina, pueden causar trastornos en la producción
de hemoglobina. Un ejemplo es la enfermedad de la hemoglobina H (HbH), que es causada por
defectos moleculares de los genes de la cadena de globina a, los cuales disminuyen la
expresión de la cadena. A nivel molecular, la enfermedad de HbH se caracteriza por la
acumulación excesiva de cadenas b que forman tetrámeros (b2b2; fig. 10-7). En clínica, se
caracteriza por la anemia hemolítica crónica leve con recuentos altos de reticulocitos (del 5 %
al 10 %). Otro ejemplo es una mutación en el gen que codifica la cadena de globina b que
causa la enfermedad de las células falciformes (cuadro 10-3). Curiosamente, se han
identificado más de 550 tipos de moléculas de hemoglobina anómala, pero la mayoría de ellas
carece de importancia clínica. LEUCOCITOS Los leucocitos se subclasifican en dos grupos
generales. El fundamento para esta división es la presencia o ausencia de gránulos específicos
prominentes en el citoplasma. Como se señaló antes, las células que contienen gránulos
específicos

se clasifican como granulocitos (neutrófilos, eosinófilos y basófilos) (lámina 17, pág. 330), y las
células que carecen de gránulos específicos se clasifican como agranulocitos (linfocitos y
monocitos) (lámina 18, pág. 332). No obstante, tanto los granulocitos como los agranulocitos
poseen una pequeña cantidad de gránulos inespecíficos azurófilos, que son los lisosomas. La
cantidad relativa de los diversos leucocitos se detalla en la tabla 10-1. Neutrófilos Los
neutrófilos son los leucocitos más abundantes y también los granulocitos más comunes. En los
frotis de sangre, los neutrófilos miden de 10 a 12 mm de diámetro y obviamente son más
grandes que los eritrocitos. Si bien su nombre se debe a la ausencia de tinción citoplasmática,
también se caracterizan por las múltiples lobulaciones de su núcleo; por esta razón, también
reciben el nombre de neutrófilos polimorfonucleares o polimorfos. Los neutrófilos maduros
poseen de dos a cuatro lóbulos unidos por finas hebras de material nuclear (lámina 17, pág.
330). Esta organización no es estática sino que en los neutrófilos vivos, los lóbulos y sus hebras
de conexión cambian de forma, de posición y hasta de cantidad. La cromatina de los
neutrófilos tiene una distribución característica. Amplias regiones de heterocromatina se
encuentran principalmente en la periferia del núcleo en contacto con la envoltura nuclear. Las
regiones de eucromatina se encuentran sobre todo en el centro del núcleo, con las regiones
rela

G
FIGURA 10-8 ▲ Fotomicrografía electrónica de un neutrófilo maduro humano. El núcleo es
normalmente multilobulado y posee heterocromatina en la periferia y eucromatina en la
región central. Aparece un aparato de Golgi (G) pequeño y los demás orgánulos son escasos. El
aspecto punteado del citoplasma contiguo a la convexidad del núcleo, se debe a la presencia
de partículas de glucógeno. En la concavidad nuclear hay una gran cantidad de gránulos. Los
gránulos específicos son menos densos y más redondeados que los azurófilos. Estos últimos
son menos abundantes y muy electrodensos. 22 000 X (Gentileza de la Dra. Zucker-Franklin).
Con fines comparativos, en el círculo del ángulo inferior derecho se muestra un neutrófilo de
un frotis sanguíneo visto con el microscopio óptico. 1 800 X.

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo LEUCOCITOS

tivamente más pequeñas en contacto con la envoltura nuclear (fig. 10-8). En las mujeres, el
corpúsculo de Barr (el cromosoma X individual condensado inactivo) se ve como un apéndice
en forma de “palillo de tambor” en uno de los lóbulos nucleares. Los neutrófilos contienen tres
tipos de gránulos. El citoplasma de un neutrófilo contiene tres tipos de gránulos. Los diferentes
tipos de gránulos reflejan las diversas funciones fagocíticas de la célula. • Gránulos azurófilos
(gránulos primarios), son más grandes y menos abundantes que los gránulos específicos.
Surgen en el inicio de la granulopoyesis y aparecen en todos los granulocitos, así como en los
monocitos y los linfocitos. Los gránulos azurófilos son los lisosomas de los neutrófilos y
contienen mieloperoxidasa (MPO) (una enzima peroxidasa), que con el MET se ve como un
material granulado fino. La mieloperoxidasa ayuda a la formación de hipoclorito y de
cloraminas, bactericidas altamente reactivos. Además de una variedad de hidrolasas ácidas
típicas, los gránulos azurófilos también contienen proteínas catiónicas llamadas defensinas,
que funcionan de forma análoga a los anticuerpos, y el péptido antimicrobiano catelicidina que
destruye los patógenos. • Gránulos específicos (gránulos secundarios), son los gránulos más
pequeños y por lo menos dos veces más

abundantes que los gránulos azurófilos. Son apenas visibles en el microscopio óptico; en las
fotomicrografías electrónicas, aparecen de forma elipsoidal (v. fig. 10-8). Los gránulos
específicos contienen diversas enzimas (colagenasa tipo IV, gelatinasa, fosfolipasa), así como
activadores del complemento y otros péptidos antimicrobianos (lisozima, lactoferrina). •
Gránulos terciarios, que en los neutrófilos son de dos tipos. Un tipo contiene fosfatasas
(enzimas que extraen un grupo fosfato de un sustrato) que a veces se llaman fosfasomas. El
otro tipo contiene las metaloproteinasas, como colagenasas y gelatinasas, que se cree que
facilitan la migración de los neutrófilos a través del tejido conjuntivo. Aparte de estos gránulos,
los orgánulos limitados por membrana son muy pocos. En el centro de la célula se ve un
aparato de Golgi pequeño, y las mitocondrias son relativamente escasas (fig. 10-8). Los
neutrófilos son células móviles; abandonan la circulación y migran hacia su sitio de acción en el
tejido conjuntivo. Una propiedad importante de los neutrófilos y otros leucocitos es su
movilidad. Los neutrófilos son los más abundantes de la primera onda de células que llegan a
un sitio de lesión tisular. Su migración es controlada por la expresión de moléculas de adhesión
en la superficie de los neutrófilos que interactúan con los ligandos correspondientes en las
células
Integrina

Receptor IL-8

s-Lex

E-selectina

ICAM-1

Quimiocinas

Heparina e histaminas

Migración

P-selectina

FIGURA 10-9 ▲ Diagrama de los fenómenos que ocurren en la migración de un neutrófilo


desde una vena poscapilar hacia el tejido conjuntivo. a. Un neutrófilo que viaja por los vasos
sanguíneos expresa un gran número de moléculas de reconocimiento de célula-célula, como
los hidratos de carbono Sialyl Lewisx (s-Lex), la integrina y los receptores de interleucina. b. Los
neutrófilos circulantes aminoran la velocidad por la interacción de sus moléculas superficiales
s-Lex con E-selectinas y P-selectinas expresadas en el endotelio de la vénula poscapilar. c.
Como resultado de esta interacción, la célula rueda sobre la superficie del endotelio. El
neutrófilo a continuación, se adhiere al endotelio y responde a quimiocinas (p. ej.,
interleucina-8) secretadas por las células endoteliales. d. Su secreción induce la expresión de
otras moléculas de adhesión en la superficie de los neutrófilos, como las integrinas (por
ejemplo, VLA-5), que proporcionan vínculos estrechos con la superfamilia de las
inmunoglobulinas de moléculas de adhesión (p. ej., molécula de adhesión intercelular-1
[ICAM-1]) expresadas en la superficie del endotelio. Estas interacciones proporcionan una
adhesión firme de los neutrófilos a la superficie endotelial. e. El neutrófilo a continuación,
extiende un seudópodo a una unión intercelular abierta previamente por la histamina y
heparina liberadas de los mastocitos en el tejido conjuntivo, lo que permite que el neutrófilo
migre a través de la pared vascular. f. Una vez que el neutrófilo sale de la circulación y entra en
el tejido conjuntivo, su posterior migración está dirigida por moléculas quimiotácticas que
interactúan con receptores específicos en su superficie.

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302
CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo LEUCOCITOS

de adhesión de la superfamilia de las inmunoglobulinas que residen en las células endoteliales


(p. ej., molécula de adhesión intercelular 1 [ICAM-1] y molécula de adhesión celular vascular 1
[VCAM-1]). Algunas quimiocinas, como la interleucina-8 (IL-8), se adhieren a sus propios
receptores situados en los neutrófilos y colaboran con su migración hacia el sitio designado de
inflamación. Estas interacciones aseguran una adherencia estable de los neutrófilos a la
superficie endotelial, lo que permite que inicie el proceso de diapédesis (movimiento de salida
de la circulación). A continuación, los neutrófilos extienden un pseudópodo hacia una unión
intercelular. La histamina y la heparina liberadas en el sitio de la lesión por los mastocitos
perivasculares abren la unión intercelular. Las proteasas secretadas por la migración de
neutrófilos degradan la membrana basal, lo que permite a los neutrófilos entrar en el tejido
conjuntivo contiguo. Con el MET, los contenidos citoplasmáticos del pseudópodo de un
neutrófilo aparecen como una expansión de la matriz citoplasmática granular fina sin
orgánulos membranosos (fig.10-8). La apariencia granular fina se atribuye a la presencia de
filamentos de actina, algunos microtúbulos y glucógeno. Éstos participan en la extensión del
citoplasma para formar el pseudópodo y en la contracción ulterior que permite el avance de la
célula. Una vez que el neutrófilo se ha introducido en el tejido conjuntivo, la migración
adicional hacia el sitio de la lesión es dirigida por un proceso conocido como quimiotaxis, que
consiste en la unión de moléculas

endoteliales (fig. 10-9) y, a menudo participan en la unión celular. La fase inicial de la


migración de neutrófilos se produce en las vénulas poscapilares y es regulada por un
mecanismo que comprende el reconocimiento neutrófilo-célula endotelial. La E-selectina y P-
selectina (tipos de moléculas de adhesión celular) se encuentran en la superficie de las células
endoteliales de la vénula poscapilar; ambas interactúan con los neutrófilos circulantes que
expresan una cantidad relativamente alta de hidratos de carbono Sialyl Lewisx (s-Lex) en su
superficie. Debido a la breve unión reversible de la E-selectina y la P-selectina con los hidratos
de carbono s-Lex, los neutrófilos quedan adheridos a la célula endotelial (fig. 109). Como
resultado de esta interacción, los neutrófilos reducen su velocidad y ruedan sobre la superficie
del endotelio. La interacción entre neutrófilos y endotelio podría compararse con una pelota
de tenis que rueda (neutrófilos) en una superficie inclinada cubierta con velcro (superficie
endotelial). A medida que la pelota va rodando, ganchos en miniatura (que representan las
selectinas) en la superficie con velcro atrapan la pelota fibrosa, cubierta de felpa. Esta
interacción desacelera y, finalmente, detiene el movimiento de la pelota. En la segunda fase, la
unión estrecha de los neutrófilos con la superficie endotelial se logra por otro grupo de
moléculas de adhesión que se expresa en la superficie de los neutrófilos, llamadas integrinas
(VLA-5). Éstas se activan por señales de quimiocinas de las células endoteliales. Las integrinas
expresadas en la superficie de los neutrófilos se unen a las moléculas

Receptor tipo toll Fracción C3b del complemento

Antígeno

Antígeno

Receptor de Fc

Receptor carroñero Gránulo azurófilo

Receptor de complementor Lisosoma


Anticuerpo Seudópodo Fagosoma

Fagolisosoma

Digestión

Cuerpo residual

Exocitocis

abcd

ef g FIGURA 10-10 ▲ Fagocitosis neutrófila. a. La fagocitosis comienza con el reconocimiento y


la fijación del material extraño (antígeno), principalmente por receptores de Fc que
interaccionan con la región Fc de los anticuerpos unidos al antígeno. b. El antígeno, entonces,
es rodeado por seudópodos del neutrófilo. c. Conforme los seudópodos entran en contacto y
se fusionan, el antígeno es incorporado. d. Una vez formado el fagosoma, la digestión se inicia
por la activación de las oxidasas unidas a la membrana fagosómica. e. A continuación, los
gránulos tanto específicos como azurófilos se fusionan con el fagosoma y liberan su contenido
para formar un fagolisosoma. Esta fusión y liberación de los gránulos se conoce como
desgranulación. f. El contenido enzimático de los gránulos mata al microorganismo y lo digiere.
Todo el proceso digestivo ocurre dentro del fagolisosoma, lo cual protege la célula contra la
autodigestión. g. El material digerido sufre exocitosis hacia el espacio extracelular o se
almacena en la forma de cuerpos residuales dentro del neutrófilo.

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo LEUCOCITOS

los neutrófilos durante la fagocitosis comprenden los siguientes: • Receptores de Fc, que están
en la superficie del neutrófilo y se unen a la región Fc expuesta de los anticuerpos IgG que
cubren las superficies bacterianas (fig. 10-10). La unión de bacterias cubiertas de IgG activa la
función fagocítica de los neutrófilos y provoca un rápido aumento del metabolismo
intracelular. • Receptores de complemento (CR), que facilitan la fijación y la captación de
complejos inmunitarios opsonizados por la proteína C3 activa del complemento, en particular,
C3b. La unión de bacterias u otros antígenos cubiertos con C3b a los CR desencadena la
fagocitosis, cuyo resultado es la activación de los mecanismos líticos y las reacciones de
estallido respiratorio del neutrófilo. • Receptores “limpiadores” (scavenger) (SR), que son un
grupo estructuralmente diverso de glucoproteínas transmembrana que se unen a formas
modificadas (acetiladas

quimiotácticas y proteínas de la matriz extracelular a receptores específicos en la superficie de


los neutrófilos. Los neutrófilos son fagocitos activos que utilizan una gran variedad de
receptores de la superficie para reconocer bacterias y otros agentes infecciosos en los sitios de
inflamación. Una vez en el sitio de la lesión tisular, el neutrófilo primero debe reconocer
sustancias extrañas antes de que ocurra la fagocitosis. Al igual que la mayoría de las células
fagocíticas, los neutrófilos tienen una variedad de receptores en su membrana celular que
pueden reconocer y fijar bacterias, organismos extraños y otros agentes infecciosos (fig. 10-
10). Algunos de estos organismos y agentes se unen en forma directa a los neutrófilos (no se
requieren modificaciones de sus superficies), mientras que otros tienen que estar opsonizados
(cubiertos con anticuerpos o complemento) para ser más atractivos a los neutrófilos. Los
receptores más comunes utilizados por

Glucosa

Oxígeno

Bacteria

O2

H2O2

H2O2

HOCl

HOCl

HO2

Cl2

Cl2

Cl2

OCl2

H1

H1

H1

H1NADPH 1

H1NADPH 1 ribosa

MPO

MPO

MPO

MPO

MPO

MPO MPO

1O2

Cl2

p22

p40
p67 p47 gp91

1O2

O2

O2 2

Transportador de glucosa

Piruvato

Lactato CO2 1 H2O

Vía (cortocircuito) de las pentosas fosfato

Glucólisis

Bomba de protones

Gránulo azurófilo

Fagolisosoma

NADPH oxidasa

1O2

HOCl

Oxígeno singulete

Anión superóxido

Ácido hipocloroso Hipoclorito

Oxígeno

OCl2

MieloperoxidasaMPO

O2 2

O2

FIGURA 10-11 ▲ Mecanismos que conducen a la síntesis de intermediarios reactivos del


oxígeno durante las reacciones de estallido respiratorio del neutrófilo. Este diagrama
esquemático muestra un fagolisosoma que contiene una bacteria fagocitada. En el dibujo se
ilustran dos mecanismos de muerte dependientes de oxígeno. El primer mecanismo depende
de un sistema (phox) de oxidasa de fagocito que utiliza el complejo de la NADPH oxidasa,
formado por 5 subunidades. Este complejo transporta un exceso de electrones a través de la
membrana del fagolisosoma, en donde éstos interaccionan con el oxígeno molecular para
generar aniones superóxido libres. Estos aniones se convierten en intermediarios reactivos del
oxígeno. Otra enzima, la superóxido dimutasa, convierte los aniones superóxido en oxígeno
singulete y peróxido de hidrógeno, que reacciona adicionalmente con los aniones superóxido
para producir radicales hidroxilo bactericidas y más moléculas de oxígeno singulete. En el
segundo mecanismo participa la enzima lisosómica mieloperoxidasa (MPO) que se encuentra
en los gránulos azurófilos de los neutrófilos. El ácido hipocloroso se metaboliza adicionalmente
para convertirse en hipoclorito (lejía) muy tóxico y cloro. Un poco de hipoclorito puede
degradarse en forma espontánea para producir oxígeno singulete tóxico e iones cloruro. Todas
las moléculas generadas durante el estallido respiratorio en los neutrófilos (asociadas con
flechas rojas) son muy eficaces para destruir las bacterias fagocitadas.

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304

CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo LEUCOCITOS

u oxidadas) de lipoproteínas de baja densidad (LDL), moléculas polianiónicas que con


frecuencia se encuentran en la superficie de bacterias, tanto Gram-positivas como Gram-
negativas, y cuerpos apoptósicos. La unión a estos receptores aumenta la actividad fagocítica
de los neutrófilos. • Receptores tipo Toll, también conocidos como receptores de
reconocimiento de patrones (RRP), que son receptores de neutrófilos que reconocen
moléculas de patógenos como endotoxinas, lipopolisacáridos, peptidoglucanos y ácidos
lipoteicoicos que se organizan en patrones moleculares asociados con patógenos (PAMP)
predecibles y se expresan normalmente en las superficies de las bacterias y otros agentes
infecciosos. Al igual que otras células fagocíticas, los neutrófilos poseen una gran variedad de
receptores tipo toll que reconocen PAMP. La unión de antígenos bacterianos a estos
receptores provoca la fagocitosis y la liberación de citocinas, como la interleucina 1 (IL-1), la
interleucina 3 (IL-3) y el factor de necrosis tumoral a (TNFa) por los neutrófilos. La IL-1,
conocida históricamente como pirógeno (agente causante de la fiebre), induce la síntesis de
prostaglandinas, que a su vez actúan sobre el centro termorregulador del hipotálamo para
producir fiebre. Por ende, la fiebre es una consecuencia de la reacción aguda frente a agentes
patógenos invasores que causan una respuesta neutrófila masiva.

Las bacterias fagocitadas se destruyen dentro de los fagolisosomas por la acción de los
intemediarios reactivos del oxígeno producidos durante el estallido respiratorio. La fagocitosis
se inicia cuando el neutrófilo reconoce y se une al antígeno. Los pseudópodos que extiende el
neutrófilo rodean el antígeno y lo internalizan para formar un fagosoma (fig. 10-10). Después,
los gránulos azurófilos y específicos se fusionan con la membrana del fagosoma y las hidrolasas
lisosómicas de los gránulos azurófilos digieren el material extraño. Durante la fagocitosis, la
utilización de glucosa y de oxígeno por el neutrófilo aumenta en forma notable y se conoce
como estallido respiratorio. Su resultado es la síntesis de varios compuestos oxigenados
llamados intermediarios reactivos del oxígeno (ROI). Éstos incluyen radicales libres como los
radicales de oxígeno e hidroxilo que se utilizan en la inmovilización y destrucción de bacterias
vivas dentro de los fagolisosomas. Por definición, los radicales libres poseen en su estructura
química un electrón no apareado, que los hace muy reactivos y por lo tanto capaces de dañar
moléculas intracelulares, incluso lípidos, proteínas y ácidos nucleicos. El proceso por el cual se
destruyen los microorganismos en los neutrófilos se denomina muerte intracelular
dependiente de oxígeno. En general, dos mecanismos bioquímicos intervienen en este
proceso: el primero es el sistema oxidasa del fagocito (phox) que utiliza el complejo NADPH
(nicotinamida adenina dinucleótido fosfato) oxidasa del fagocito que está en la membrana del
fagolisosoma; el segundo está
CUADRO 10-4 Correlación clínica: trastornos hereditarios de los neutrófilos; enfermedad
granulomatosa crónica

Un ejemplo primario de la inmunodeficiencia genética que afecta los mecanismos de muerte


dependientes de oxígeno, es la enfermedad granulomatosa crónica (CGD). En este trastorno
hereditario de los neutrófilos y otras células fagocíticas, uno de los componentes del complejo
de la NADPH oxidasa (sistema phox) ha mutado o está ausente. En consecuencia, los
neutrófilos no pueden producir intermediarios reactivos del oxígeno (ROI). El complejo de la
NADPH oxidasa se compone de cinco moléculas. Dos de ellas, la glucoproteína 91 (gp91) y la
proteína 22 (p22), son parte de un citocromo unido a membrana llamado citocromo b558 (v.
fig. 10-11). Otros tres componentes citosólicos, la proteína 47 (p47), la proteína 67 (p67) y la
proteína 40 (p40) son componentes de GTPasa Rac-2, que se necesita para la actividad
oxidasa. La activación y estimulación del neutrófilo por la fagocitosis determina que las
proteínas citosólicas se trasloquen a la membrana plasmática del fagolisosoma para ensamblar
el complejo NADPH oxidasa activo. La enzima ensamblada transporta electrones del NADPH
citosólico a través de la membrana hasta el O2 molecular que reside dentro del fagolisosoma
para generar aniones superóxido O2– bactericidas y otras regiones de interés. Alrededor del
50 % al 70 % de todos los casos de CGD se deben a una mutación en el gen CYBB (citocromo B,
subunidad b) localizado en el cromosoma X. Este gen codifica la glucoproteína 91 (gp91), que
es necesaria para la función adecuada del complejo de la NADPH oxidasa. Dado que la insufi

ciencia de gp91 es una enfermedad ligada al cromosoma X, la CGD causada por esta mutación
suele denominarse enfermedad X91. Otro 20 % al 40 % de los pacientes con CGD tienen
mutaciones en el gen NCF1 en el cromosoma 7 que codifica la proteína 47. Las mutaciones en
el gen NCF2 (que codifica la proteína 67) y en el gen CYBA (que codifica la proteína 22) son
infrecuentes, y representan menos del 10 % de todos los casos de CGD. Las mutaciones en los
genes NCF1, NCF2 y CYBA producen formas autosómicas recesivas de CGD. La CGD disminuye
la capacidad de los neutrófilos para destruir ciertos tipos de bacterias y hongos. Las personas
con esta enfermedad con frecuencia son afectadas por infecciones bacterianas y fúngicas
recidivantes que amenazan la vida y por trastornos inflamatorios crónicos. Los cambios
patológicos más comunes se producen en los tejidos y órganos que forman barreras contra la
entrada de microorganismos desde el medio externo. Estos incluyen la piel (infecciones
cutáneas), encías (encías inflamadas y tumefactas), pulmones (neumonía), ganglios linfáticos
(linfadenitis), tubo digestivo (enteritis, diarrea), hígado y bazo. Otro rasgo característico de la
CGD es el desarrollo de masas agrandadas, similares a tumores, llamadas granulomas. La
presencia de granulomas puede causar graves problemas en el tubo digestivo, por obstrucción
del paso de alimentos y en las vías urinarias, por bloqueo del flujo de la orina desde los riñones
y la vejiga.

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo LEUCOCITOS

asociado con la enzima lisosómica mieloperoxidasa (MPO) que se encuentra en los gránulos
azurófilos de los neutrófilos (fig. 10-11). En el mecanismo oxidasa del fagocito o sistema phox,
la fagocitosis progresa por medio de la señalización para que la célula produzca cantidades
suficientes de NADPH necesario para generar aniones superóxido. El aumento de la captación
de glucosa y la derivación del metabolismo del NADPH se logra a través de la vía de las
pentosas fosfato (también conocida como cortocircuito de las pentosas). El NADPH citosólico
se convierte en un dador de electrones: el complejo enzimático de la NADPH oxidasa
transporta electrones a través de la membrana al O2 molecular dentro del fagolisosoma para
generar radicales libres aniones superóxido (O2–). Estos aniones

CUADRO 10-5 Correlación clínica: degradación de la hemoglobina e ictericia

Si se inhibe la conjugación de la bilirrubina o su excreción en la bilis por las células del hígado,
o si se produce la obstrucción del sistema de conductos biliares, la bilirrubina puede reingresar
en la sangre, provocando un aspecto amarillo de la esclera del ojo y la piel. Este trastorno se
llama ictericia. La ictericia puede ser causada por la destrucción de los eritrocitos circulantes.
Un ejemplo de este trastorno es una reacción transfusional hemolítica cuando la sangre AB0
incompatible se administra a un paciente, por lo general debido a un error de administración.
La hemólisis masiva de los eritrocitos transfundidos puede asociarse con complicaciones
sistémicas gra

ves, como la hipotensión (presión arterial baja), la insuficiencia renal e incluso la muerte. La
ictericia también es característica de varios tipos de anemias hemolíticas que son consecuencia
de trastornos hereditarios en los eritrocitos (p. ej., esferocitosis hereditaria) ofactores
externos, como microorganismos patógenos, venenos de animales, productos químicos y
fármacos. En los neonatos es común la aparición de una cierta ictericia (ictericia fisiológica)
causada por la ineficiencia del sistema conjugador de bilirrubina en el hígado neonatal.

Cr

Cr

Cr

FIGURA 10-12 ▲ Fotomicrografía electrónica de un eosinófilo humano. El núcleo es bilobulado


pero el segmento de conexión ha quedado fuera del plano de corte. Los gránulos son de
tamaño mediano (si se comparan con el de los basófilos) y poseen un cuerpo cristalino (Cr) en
el centro de una matriz menos electrodensa. M, mitocondrias. 26 000 X (Gentileza de la Dra.
Dorothea Zucker-Franklin). Círculo del ángulo interior derecho. Eosinófilo de un frotis de
sangre visto con el microscopio óptico. 1 800 X.

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo LEUCOCITOS

superóxido se convierten en ROI. La superóxido dismutasa convierte los aniones superóxido en


oxígeno singulete (1O2) y peróxido de hidrógeno (H2O2), que además reacciona con aniones
superóxido para producir radicales hidroxilo (OH–) bactericidas (la forma neutra del ion
hidroxilo) y más moléculas de oxígeno singulete (v. fig. 10-11). La destrucción dependiente de
oxígeno con la participación de MPO se produce cuando los gránulos azurófilos que contienen
MPO se fusionan con los fagosomas que contienen bacterias fagocitadas. Durante el estallido
respiratorio del neutrófilo, la MPO, que utiliza hemo como cofactor, cataliza una reacción que
produce ácido hipocloroso (HOCl) a partir de peróxido de hidrógeno (H2O2) y un anión cloruro
(Cl–). El ácido hipocloroso, que es unas mil veces más eficaz en la destrucción bacteriana que el
peróxido de hidrógeno, se metaboliza adicionalmente para convertirse en un hipoclorito
(OCl–) muy tóxico (lejía) y cloro (Cl2). Un poco del hipoclorito puede degradarse en forma
espontánea para producir oxígeno singulete (1O2) tóxico y iones cloruro (Cl–) (fig. 10-11).
Además, el óxido nítrico (NO) y otros intermediarios del nitrógeno reactivo (RNI) también
participan en los mecanismos de destrucción microbiana intracelular. El NO se ha encontrado
en los neutrófilos; sin embargo, se cree que en los seres humanos los mecanismos de muerte
mediados por RNI no cumplen un papel decisivo. El papel principal del NO de

rivado de neutrófilos es inducir la vasodilatación, que a su vez facilita la migración de los


neutrófilos de los vasos sanguíneos hacia el tejido conjuntivo circundante. Las bacterias
fagocitadas también pueden ser destruidas por un arsenal diverso de mecanismos de muerte
independiente del oxígeno que utilizan enzimas bacteriolíticas y péptidos antimicrobianos.
Además de las reacciones de estallido respiratorio dependientes de oxígeno, los
microorganismos pueden ser destruidos por las enzimas bacteriolíticas y los péptidos
catiónicos antimicrobianos que se almacenan en los gránulos del citoplasma de los neutrófilos.
Estos mecanismos de muerte independientes de oxígeno están dirigidos hacia la membrana de
la célula bacteriana, provocando su degradación y permeabilidad. Los neutrófilos contienen
cantidades particularmente grandes de proteínas catiónicas antimicrobianas, como defensinas
y péptidos antimicrobianos llamados catelicidinas. Al igual que las lisozimas y las catepsinas
almacenadas en los gránulos específicos, estas proteínas catiónicas antimicrobianas degradan
la pared bacteriana. Además, las enzimas hidrolíticas lisosómicas que digieren las proteínas
bacterianas y las lactoferrinas que quelan el hierro de las vías bacterianas nutricionales
contribuyen a la destrucción de las bacterias invasoras.Estos mecanismos no son tan eficientes
como los mecanismos de destrucción dependientes de oxígeno. Los neutrófilos de pacientes
con

MF

FIGURA 10-13 ▲ Fotomicrografía de un basófilo humano. El núcleo aparece como tres


corpúsculos separados porque los segmentos de conexión no están en el plano del corte. La
granulaciones basófilas (B) son muy grandes y su morfología es irregular. En algunos gránulos
se ven figuras de mielina (MF). M, mitocondrias. 26 000 X (Gentileza de la Dra. Dorothea
Zucker-Franklin). Círculo del ángulo inferior derecho. Basófilo de un extendido de sangre visto
con el microscopio óptico. 1 800 X

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo LEUCOCITOS

de los complejos antígeno-anticuerpo fagocitados por el eosinófilo. • Gránulos específicos


(gránulos secundarios). Estos gránulos de los eosinófilos contienen un cuerpo cristaloide que
se ve fácilmente con el MET, rodeado por una matriz menos electrodensa. Estos cuerpos
cristaloides son responsables de la birrefringencia de los gránulos en el microscopio óptico.
Estos contienen cuatro proteínas principales: una proteína con arginina abundante llamada
proteína básica mayor (MBP), que le imparte la acidofilia intensa al gránulo; la proteína
catiónica de eosinófilo (ECP); la peroxidasa de eosinófilo (EPO) y la neurotoxina derivada de
eosinófilo (EDN). La MBP se localiza en el cuerpo cristaloide; las otras tres proteínas se
encuentran en la matriz del gránulo. Las MBP, ECP y EPO ejercen un fuerte efecto citotóxico
sobre protozoarios y helmintos parásitos; la EDN causa la disfunción del sistema nervioso en
los organismos parásitos; la histaminasa neutraliza la acción de la histamina y la arilsulfatasa
neutraliza los leucotrienos secretados por los basófilos y los mastocitos (cap. 6, tejido
conjuntivo). Los gránulos específicos también contienen histaminasa, arilsulfatasa, colagenasa
y catepsinas. Los eosinófilos se asocian con reacciones alérgicas, infestaciones parasitarias e
inflamación crónica. Los eosinófilos se desarrollan y maduran en la médula ósea. Una vez que
se liberan de la médula ósea, circulan en la sangre periférica y después migran al tejido
conjuntivo. Los eosinófilos son activados por interacciones con anticuerpos IgG, IgA oIgA
secretora. La liberación de arilsulfatasa y histaminasa por los eosinófilos en los sitios de
reacciones alérgicas, modera los efectos deletéreos en potencia de los agentes vasoactivos
inflamatorios. El eosinófilo también participa en otras respuestas inmunitarias y fagocita
complejos antígeno-anticuerpo. Por lo tanto, la cantidad de eosinófilos en las muestras de
sangre de personas con alergias o infestaciones parasitarias suele ser elevada (eosinofilia). Los
eosinófilos desempeñan un papel importante en la defensa del hospedador contra los
helmintos parásitos. También se encuentran en gran cantidad en la lámina propia de la mucosa
intestinal y en otros sitios de inflamación crónica potencial (es decir, los tejidos pulmonares en
pacientes con asma). Basófilos Los basófilos tienen más o menos el mismo tamaño que los
neutrófilos y se llaman así debido a que los abundantes gránulos grandes que hay en su
citoplasma se tiñen con colorantes básicos (lámina 17, pág. 330). Los basófilos son los menos
abundantes de todos los leucocitos y representan menos del 0,5 % del total. A menudo, para
encontrar un solo basófilo en un frotis de sangre hace falta examinar varios centenares de
leucocitos. El núcleo lobulado de los basófilos suele quedar cubierto por los gránulos en los
frotis de sangre teñida, pero sus características se pueden ver bien en fotomicrografías
electrónicas (fig. 1013). La heterocromatina es principalmente periférica y la eucromatina está
ubicada sobre todo en el centro del núcleo; los

defectos de los mecanismos dependientes de oxígeno, como los que padecen enfermedad
granulomatosa crónica (cuadro 10-4), en cierto grado todavía son capaces de destruir las
bacterias fagocitadas. Sin embargo, debido a la poca eficiencia de estos procesos, los
individuos con estos defectos son más susceptibles a sufrir infecciones graves. Después de la
digestión intracelular realizada por el neutrófilo, los restos de material degradado se
almacenan en cuerpos residuales o sufren exocitosis. La mayoría de los neutrófilos muere en
este proceso; la acumulación de bacterias destruidas y neutrófilos muertos constituye el
espeso exudado llamado pus. El color amarillo verdoso del pus y de las secreciones mucosas
(p. ej., de los pulmones infectados) proviene del pigmento hemo de la enzima MPO
almacenada en los gránulos azurófilos de los neutrófilos. En la inflamación y la curación de las
heridas también participan los monocitos, los linfocitos, los eosinófilos, los basófilos y los
fibroblastos. Los monocitos también entran en el tejido conjuntivo como respuesta secundaria
a la lesión tisular. En el sitio de la lesión, se transforman en macrófagos que fagocitan detritos
celulares e tisulares, fibrina, bacterias restantes y neutrófilos muertos. La cicatrización normal
de las heridas depende de la participación de los macrófagos en la respuesta inflamatoria; se
convierten en el principal tipo de células en el sitio de inflamación después de que los
neutrófilos se consumen. Al mismo tiempo que los macrófagos se activan en el sitio de la
inflamación, los fibroblastos cercanos acrecientan su actividad y las células mesenquimáticas
indiferenciadas en la adventicia de los vasos pequeños locales comienzan a dividirse y
diferenciarse en fibroblastos y miofibroblastos, que secretarán las fibras y la sustancia
fundamental para reparar la lesión. Al igual que los neutrófilos, los monocitos son atraídos
hacia el sitio de la inflamación por el mecanismo de quimiotaxis. Los linfocitos, los eosinófilos y
los basófilos también desempeñan un papel en la inflamación, pero intervienen más en los
aspectos inmunológicos del proceso (cap. 14, sistema linfático). Los eosinófilos y linfocitos son
más comunes en los sitios de inflamación crónica. Eosinófilos Los eosinófilos tienen más o
menos el mismo tamaño que los neutrófilos y su núcleo es normalmente bilobulado (fig. 10-
12; lámina 17, pág. 330). Al igual que en los neutrófilos, la heterocromatina compacta de los
eosinófilos está principalmente junto a la envoltura nuclear, mientras que la eurocromatina
está ubicada en el centro del núcleo. Los eosinófilos reciben su nombre a causa de los grandes
gránulos refringentes de su citoplasma. El citoplasma de los eosinófilos contiene dos tipos de
gránulos: los específicos que son grandes, alargados y abundantes y los gránulos azurófilos
(salvo por ellos, los orgánulos membranosos están poco representados en el eosinófilo). •
Gránulos azurófilos (gránulos primarios). Son lisosomas. Contienen una variedad de las
hidrolasas ácidas lisosómicas habituales y otras enzimas hidrolíticas que funcionan en la
destrucción de parásitos y en la hidrólisis

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo LEUCOCITOS

orgánulos citoplasmáticos típicos son escasos. La membrana plasmática del basófilo posee
abundantes receptores de Fc de alta afinidad para anticuerpos IgE. Además, una proteína
específica 39 kDa llamada CD40L se expresa en la superficie de los basófilos. La CD40L
interactúa con un receptor complementario (CD40) en los linfocitos B, lo que produce un
aumento de la síntesis de IgE. El citoplasma del basófilo contiene dos tipos de gránulos:
gránulos específicos, que son mayores que los gránulos específicos de los neutrófilos y
gránulos azurófilos inespecíficos. • Gránulos azurófilos (gránulos primarios). Son los lisosomas
de los basófilos y contienen varias hidrolasas ácidas lisosómicas que son similares a las de otros
leucocitos. • Gránulos específicos (gránulos secundarios). Cuando se ven con el MET presentan
una textura granulada y figuras de mielina. Estos gránulos contienen una gran variedad de
sustancias, a saber, heparina, histamina, heparán sulfato, leucotrienos, IL-4 e IL-13. La
heparina, un glucosaminoglucano sulfatado, es un anticoagulante. La histamina y el heparán
sulfato son agentes vasoactivos que entre otras acciones causan la dilatación de los vasos
sanguíneos pequeños. Los leucotrienos son lípidos que desencadenan la contracción
prolongada del músculo liso de las vías res

piratorias (pág. 199). La interleucina-4 (IL-4) e interleucina-13 (IL-13) promueven la síntesis de


anticuerpos IgE. La basofilia intensa de estos gránulos específicos se correlaciona con la
concentración elevada de sulfatos dentro de las moléculas de los glucosaminoglucanos de la
heparina y del heparán sulfato.

La función de los basófilos está muy relacionada con la de los mastocitos. Los basófilos están
relacionados, desde el punto de vista de funcional, con los mastocitos del tejido conjuntivo,
pero no son idénticos (tabla 6-6, pág. 194). Tanto los mastocitos como los basófilos fijan un
anticuerpo secretado por células plasmáticas, la IgE, a través de los receptores Fc de alta
afinidad expresados en la superficie celular. La exposición y reacción posterior al antígeno
específico (alérgeno) para la IgE desencadena la activación de los basófilos y mastocitos y la
liberación de agentes vasoactivos de los gránulos de células. Estas sustancias causan las
alteraciones vasculares importantes asociadas con reacciones de hipersensibilidad y anafilaxia.
Además, tanto los basófilos como los mastocitos derivan de la misma célula progenitora de
basófilos/mastocitos (BMCP). Si una BMCP específica expresa la proteína a de unión a

CG

FIGURA 10-14 ▲ Fotomicrografía electrónica de un linfocito mediano El aspecto punteado del


citoplasma es consecuencia de los muchos ribosomas libres. También aparecen varias
mitocondrias (M). El centro celular o centroesfera de la célula (a la altura de la indentación
nuclear) contiene un aparato de Golgi (G) pequeño y centríolo (C). 26 000 X (Gentileza de la
Dra. Dorothea Zucker-Franklin). Círculo del ángulo inferior derecho. Linfocito mediano de un
frotid de sangre visto con el microscopio. 1 800 X

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo LEUCOCITOS

azurófilos vistos en el microscopio óptico; un par de centriolos y un pequeño aparato de Golgi


se encuentran en el centro de la célula, el área de la escotadura nuclear. En los linfocitos
medianos, el citoplasma es más abundante, el núcleo es más grande y menos heterocromático,
y el aparato de Golgi está un poco más desarrollado (fig. 1014). En estas células también hay
una cantidad mayor de mitocondrias y polirribosomas y pequeñas cisternas del retículo
endoplasmático rugoso. Los ribosomas son la causa de la leve basofilia que exhiben los
linfocitos en los frotis de sangre teñidos. En el organismo hay tres tipos de linfocitos distintos
desde el punto de vista funcional: linfocitos T, linfocitos B y linfocitos NK. La caracterización de
los tipos de linfocitos se fundamenta en su función, no en su tamaño o morfología. Los
linfocitos T (células T) se llaman así porque sufren diferenciación en el timo. Los linfocitos B
(células B) se llaman así debido a que fueron identificados en su momento como una población
separada en la bolsa de Fabricio de las aves y en los órganos bursaequivalentes (p. ej., médula
ósea) de los mamíferos. Las células destructoras naturales (NK) se originan de las mismas
células precursoras que los linfocitos B y T y se denominan así porque están programadas para
destruir ciertos tipos de células transformadas. • Los linfocitos T tienen una vida media
prolongada y participan en la inmunidad mediada por células. Se caracterizan por la presencia
en su superficie de proteínas de reconocimiento denominadas receptores del linfocito T (TCR),
que en la mayoría de las células T comprenden dos cadenas glucoproteicas llamadas cadena a
y cadena b de TCR. Expresan en su superficie proteínas marcadoras CD2, CD3, CD5 y CD7; sin
embargo, se subclasifican en base a la presencia o ausencia de proteínas CD4 y CD8. Los
linfocitos T CD4+ poseen el marcador CD4 y reconocen antígenos unidos a moléculas del
complejo mayor de histocompatibilidad II (MHC II). Los linfocitos CD8+ poseen el marcador
CD8 y reconocen antígenos unidos a moléculas de MHC I. • Los linfocitos B tienen una vida
media variable y participan en la producción de anticuerpos circulantes. En la sangre, los
linfocitos B maduros expresan IgM e IgD y moléculas de MHC II en su superficie. Sus
marcadores específicos son CD9, CD19, CD20 y CD24. • Los linfocitos NK se programan durante
su desarrollo para destruir ciertas células infectadas por virus y algunos tipos de células
tumorales. También secretan un agente antivírico, el interferón g (IFN-g). Las células NK son
más grandes que los linfocitos B y T (~15 mm de diámetro) y poseen un núcleo arriñonado.
Dado que las células NK contienen varios gránulos citoplasmáticos grandes azurófilos bien
visibles por microscopía óptica, también se les llama linfocitos granulares grandes (LGL). Sus
marcadores específicos incluyen CD16, CD56 y CD94. Los linfocitos T no se pueden distinguir
de los linfocitos B en frotis de sangre ni en cortes de histológicos; para poder identificarlos hay
que utilizar técnicas inmunocitoquímicas para diferentes tipos de marcadores y receptores en
la su

CCAAT/amplificador (C/EBPa), un factor de transcripción relacionado con los granulocitos, la


célula queda predestinada a diferenciarse en una célula progenitora de basófilos (BaP). Los
basófilos se desarrollan y se diferencian en la médula ósea y se liberan en la sangre periférica
como células maduras. En ausencia del factor de transcripción C/EBPa, una célula BMCP migra
hacia el bazo y después de la diferenciación adicional se traslada en la forma de célula
precursora de mastocitos (MPC) hacia el intestino, donde se convierte en un mastocito
maduro. Linfocitos Los linfocitos son las principales células funcionales del sistema linfático o
inmunitario. Los linfocitos son los agranulocitos más comunes y representan
aproximadamente el 30 % del total de los leucocitos sanguíneos. Para comprender la función
de los linfocitos, debe tenerse en cuenta que la mayoría de los linfocitos que se encuentran en
la sangre o la linfa representan células inmunocompetentes recirculantes (es decir, células que
han adquirido la capacidad de reconocer y responder a antígenos y están en tránsito desde un
tejido linfático a otro). Por lo tanto, los linfocitos son diferentes en varios aspectos de otros
leucocitos: • Los linfocitos no son células terminalmente diferenciadas. Cuando se les estimula,
son capaces de sufrir divisiones y diferenciaciones en otros tipos de células efectoras. • Los
linfocitos pueden salir desde la luz de los vasos sanguíneos en los tejidos y, posteriormente,
recircular hacia los vasos sanguíneos. • A pesar de que las células progenitoras linfoides
comunes (pág. 318) se originan en la médula ósea, los linfocitos son capaces de desarrollarse
fuera de ésta en los tejidos asociados con el sistema inmunitario (v. cap. 14, sistema linfático).
En los tejidos asociados al sistema inmunitario, se pueden identificar tres grupos de linfocitos
de acuerdo con su tamaño: linfocitos pequeños, medianos y grandes, con un diámetro que va
desde 6 a 30 mm. Los linfocitos grandes son linfocitos activados, que poseen receptores de
superficie que interaccionan con un antígeno específico o linfocitos destructores naturales
(NK). En el torrente sanguíneo, la mayoría de los linfocitos son pequeños y medianos, de 6 a 15
mm de diámetro. En su mayoría, más del 90 %, son linfocitos pequeños. En los frotis de sangre
el tamaño de un linfocito pequeño es semejante al de un eritrocito. Cuando se observa en el
microscopio óptico un frotis de sangre, los linfocitos pequeños tienen una coloración intensa,
con una leve escotadura en el núcleo esférico (lámina 17, pág. 330). El citoplasma aparece
como un reborde muy fino azul pálido alrededor del núcleo. En general, no se ven orgánulos
citoplasmáticos salvo por alguno que otro gránulo azurófilo fino. Con el MET se observa que
los componentes primarios del citoplasma son principalmente ribosomas libres y unas pocas
mitocondrias. Los demás orgánulos son tan escasos que no suelen aparecer en los cortes finos.
A veces se ven los lisosomas pequeños y densos que corresponden a los gránulos

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo LEUCOCITOS

LL

FIGURA 10-15 ▲ Fotomicrografía electrónica de un monocito maduro humano. La escotadura


nuclear es muy pronunciada y junto a ella se ven un centríolo (C) y varias cisternas del aparato
de Golgi (G). Los pequeños gránulos oscuros son gránulos azurófilos, los lisosomas (L) de la
célula. Las estructuras un poco mayores y menos densas son mitocondrias (M). 22 000 X.
(Gentileza de la Dra. Dorothea Zucker-Franklin). Círculo del ángulo inferior derecho. Monocito
de un frotis de sangre visto con el microscopio óptico. 1 800 X.

FIGURA 10-16 ▲ Fotomicrografía óptica y electrónica de un megacariocito. En esta


fotomicrografía electrónica se ve parte de un megacariocito de un corte de médula ósea que
incluye dos lóbulos nucleares y un poco de citoplasma circundante. El límite de la célula está
señalado por la línea de puntos (arriba, a la derecha). En el citoplasma aparecen indicios de
plaquetogénesis en la forma de conductos de demarcación plaquetaria de distribución amplia.
13 000 X. Círculo inferior izquierdo. Megacariocito completo de un frotis de médula ósea visto
con el microscopio óptico. Su núcleo es multilobulado y está replegado sobre si mismo, de
modo que su contorno es irregular. Las características “espumosas” del citoplasma periférico
del megacariocito son el producto de la segmentación que está ocurriendo para formar las
plaquetas. Las células más pequeñas que lo rodean pertenecen a las otras series
hematopoyéticas medulares. 1 000 X. Círculo inferior derecho. Más aumento de una porción
de citoplasma que está casi completamente separada por los conductos de demarcación
plaquetaria (flechas). También se ven mitocondrias (M), un gránulo d muy denso y partículas
de glucógeno. Con fines de comparación, en la figura 10-17a se muestra una plaqueta
circulante madura. 30 000 X.

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo LEUCOCITOS

perficie celular. Los linfocitos NK se pueden identificar en el microscopio óptico por tamaño,
configuración nuclear y la presencia de gránulos citoplasmáticos; Sin embargo, se utiliza la
tinción inmunocitoquímica para sus marcadores específicos para confirmar la identificación
microscópica. Los linfocitos T y B expresan diferentes moléculas de superficie. Si bien las
células T y B no se pueden distinguir por su morfología, sus proteínas de superficie distintivas
(proteínas CD) se pueden utilizar para identificar las células con técnicas de inmunomarcaje.
Además, las inmunoglobulinas se expresan en la superficie de los linfocitos B que funcionan
como receptores de antígenos. En contraste, los linfocitos T no tienen anticuerpos pero
expresan TCR. Estas proteínas de reconocimiento aparecen durante etapas bien definidas en la
maduración de las células dentro del timo. En general, las moléculas de superficie median o
aumentan funciones específicas de los linfocitos T y son necesarias para el reconocimiento o la
unión de las células T a los antígenos presentados en la superficie de las células diana.

En la sangre humana, del 60 % al 80 % de los linfocitos son linfocitos T maduros y del 20 % al


30 % son linfocitos B maduros. Aproximadamente entre el 5 % y el 10 % de las células carece
de marcadores superficiales asociados con linfocitos T o B. Estas células son linfocitos NK y las
infrecuentes células madre hematopoyéticas circulantes (v. más adelante). Las diferencias de
tamaño ya descritas pueden tener importancia funcional; algunos de los linfocitos grandes
pueden ser células que han sido estimuladas para dividirse, mientras que otros pueden ser
precursores de células de plasmocitos que están sufriendo diferenciación en respuesta a la
presencia del antígeno. Se han identificado varios tipos diferentes de linfocitos T: citotóxicos,
cooperadores (helper), supresores y gamma/ delta (gd). Las actividades de los linfocitos T
citotóxicos, cooperadores, supresores y gamma/delta están mediadas por moléculas situadas
en su superficie. Mediante el uso de técnicas de inmunomarcaje se han podido identificar los
tipos específicos de células T y estudiar su funciones.

Microtúbulos

Mitocondria

Glucógeno

a Gránulos

Sistema tubular denso

d Gránulos

Sistema canalicular abierto

Membrana plasmática

Zona estructural Microtúbulos Actina Miosina II

Sistema de membranas

Glucocáliz

Zona de orgánulos
Zona periférica

Gránulo l (lisosoma)

Glucógeno

Gránulo a

Mitocondria

Gránulo d

Sistema canalicular abierto Sistema tubular denso

FIGURA 10-17 ▲ Fotomicrografía electrónica y diagrama de una plaqueta. a. Fotomicrografía


electrónica de gran aumento que muestra una plaqueta situada entre un eritrocito a la
izquierda y una célula endotelial a la derecha. Entre las estructuras visibles se encuentran una
mitocondria, microtúbulos, una única silueta del sistema canalicular abierto que comunica con
la superficie, elementos del sistema tubular denso, los gránulos a de densidad moderada, un
solo gránulo d muy denso y partículas de glucógeno. Los microfilamentos no son conspicuos
sobre la matriz de fondo de la plaqueta. b. Diagrama de una plaqueta que ilustra los
componentes de las cuatro zonas estructurales.

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312

CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo LEUCOCITOS

Monocitos Los monocitos son los precursores de las células del sistema fagocítico
mononuclear. Los monocitos son los leucocitos más grandes en el frotis de sangre (diámetro
medio, 18 mm). Ellos viajan de la médula ósea a los tejidos del cuerpo, donde se diferencian en
los diversos fagocitos del sistema fagocítico mononuclear, como por ejemplo, los macrófagos
del tejido conjuntivo, los osteoclastos, los macrófagos alveolares, los macrófagos
perisinusoidales hepáticos (células de Kupffer) y los macrófagos de los ganglios linfáticos, el
bazo y la médula ósea, entre otros (v. cap. 6, tejido conjuntivo). Los monocitos permanecen en
la sangre sólo unos 3 días. El núcleo del monocito posee típicamente una escotadura más
pronunciada que la del linfocito (fig. 10-15 y lámina 18, pág. 332). A la altura de la escotadura
está el centro celular donde se encuentran los centríolos y el aparato de Golgi bien
desarrollado. Los monocitos también contienen retículo endoplasmático liso, retículo
endoplasmático rugoso y mitocondrias pequeñas. Si bien se clasifican como agranulocitos, en
su citoplasma hay pequeños gránulos azurófilos densos. Estos gránulos contienen enzimas
lisosómicas típicas similares a las encontradas en los gránulos azurófilos de los neutrófilos.

• Linfocitos CD8+ T (CTL). Son las células efectoras primarias en la inmunidad mediada por
células. Los linfocitos CD8+ son células T sensibilizadas en forma específica que reconocen
antígenos a través de los TCR en células hospedadoras infectadas por virus o que han sufrido
transformación neoplásica. Los linfocitos TCD8+ citotóxicos (CTL) sólo reconocen los antígenos
unidos a moléculas MHC I. Después de que el TCR se une al complejo antígeno-MHC I, las
células CTL secretan linfocinas y perforinas que producen conductos iónicos en la membrana
de la célula infectada o neoplásica, que conduce a su lisis (v. cap. 14, sistema linfático). Los
linfocitos CTL citotóxicos desempeñan un papel significativo en el rechazo de aloinjertos y en la
inmunología tumoral. • Linfocitos T CD4+ cooperadores (Th). Son decisivos para la inducción
de una respuesta inmunitaria frente a un antígeno extraño. El antígeno unido a moléculas de
MHC II se presenta por células presentadoras de antígeno, como los macrófagos, a un linfocito
T CD4+ cooperador. La unión del TCR al complejo antígeno-MHC II activa al linfocito T CD4+
cooperador. El linfocito T CD4+ cooperador activado a continuación, produce interleucinas
(principalmente IL-2), que actúan en forma autocrina para estimular la proliferación y
diferenciación de más linfocitos T CD4+ cooperadores. Las células recién diferenciadas
sintetizan y secretan linfocinas que afectan tanto la función como la diferenciación de los
linfocitos B, células T y NK. Los linfocitos B se diferencian en plasmocitos y sintetizan
anticuerpos. • Linfocitos T reguladores (supresores). Constituyen una población de linfocitos T
diversa en cuanto a fenotipo que puede suprimir funcionalmente una respuesta inmunitaria
frente a antígenos extraños o propios, mediante la influencia sobre la actividad de otras células
del sistema inmunitario. Los linfocitos T reguladores CD25+CD4+FOXP3+ representan un
ejemplo clásico de células que pueden inhibir la capacidad de los linfocitos T para iniciar la
respuesta inmunitaria. El marcador de FOXP3 indica una expresión de factores de transcripción
de la familia forkhead que son característicos de muchos linfocitos T. Además, los linfocitos T
supresores CD8+CD45RO+ asociados al tumor secretan IL-10 y también suprimen la activación
de células T. Los linfocitos T supresores pueden actuar también en la supresión de la
diferenciación de los linfocitos B y en la regulación de la maduración celular eritroide en la
médula ósea. • Linfocitos T gamma/delta (gd). Son una población pequeña de linfocitos T que
poseen un TCR distintivo en su superficie. Como se comentó antes, la mayoría de los linfocitos
T tiene un receptor TCR compuesto por dos cadenas de glucoproteína llamadas cadenas a y b.
En contraste, los linfocitos T gd poseen receptores TCR formados por una cadena g y una
cadena d. Estas células se desarrollan en el timo y migran hacia varios tejidos epiteliales (p. ej.,
piel, mucosa bucal, intestino y vagina). Una vez que colonizan un tejido epitelial, no recirculan
entre la sangre y los órganos linfáticos. También son conocidos como linfocitos intraepiteliales.
Tu ubicación en la piel y en la mucosa de los órganos internos les permite funcionar en la
primera línea de defensa contra organismos invasores.

FIGURA 10-18 ▲ Fotomicrografía electrónica de barrido de un coágulo sanguíneo. La


fotomicrografía electrónica de barrido muestra con gran aumento la etapa inicial de la
formación de un coágulo sanguíneo. Los eritrocitos están atrapados en una malla laxa de fibras
de fibrina que han establecido múltiples enlaces cruzados para formar un tapón hemostático
impermeable que impide la salida de las células y el líquido de la luz del vaso lesionado. 1 600
X (Copyright Dennis Kunkel Microscopy, Inc.).

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313

CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo TROMBOCITOS

mente fibrinógeno, factores de coagulación, plasminógeno, inhibidor del activador del


plasminógeno y factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF). Los contenidos de estos
gránulos desempeñan un papel importante en la fase inicial de la reparación vascular,
coagulación sanguínea y la aglomeración plaquetaria. Los gránulos d, más pequeños, más
densos y menos abundantes contienen principalmente adenosina difosfato (ADP), adenosina
trifosfato (ATP), serotonina e histamina. Facilitan la adhesión plaquetaria y la vasoconstricción
en el sitio de la lesión vascular. Los gránulos l son similares a los lisosomas que se encuentran
en otras células y contienen varias enzimas hidrolíticas. El contenido de gránulos actúa en la
resorción del coágulo durante las etapas avanzadas de la reparación vascular. • Zona
membranosa. Esta zona se compone de dos tipos de conductos membranosos. El sistema
canalicular abierto (OCS) es el primer tipo de canal de membrana. El OCS es un remanente del
desarrollo de los conductos de demarcación plaquetaria y es simplemente una membrana que
no participó en la subdivisión del citoplasma de los megacariocitos. En efecto, los canalículos
abiertos son invaginaciones de la membrana plasmática en el citoplasma. El sistema tubular
denso (DTS) es el segundo tipo de canal de membrana. El DTS contiene un material denso en
electrones originado en el retículo endoplasmático rugoso del megacariocito, que sirve como
sitio de almacenamiento de iones de calcio. Los conductos del DTS no están en comunicación
con la superficie de la plaqueta; sin embargo, tanto el OCS como el DTS se fusionan en diversas
regiones de la plaqueta para formar complejos de membrana que son importantes en la
regulación de la concentración intraplaquetaria del calcio. Las plaquetas actúan en la vigilancia
continua de los vasos sanguíneos, la formación de coágulos de sangre y la reparación del tejido
lesionado. Las plaquetas intervienen en varios aspectos de la hemostasia (detención de la
hemorragia). Constantemente inspeccionan el revestimiento endotelial de los vasos
sanguíneos en busca de brechas o roturas. Cuando la pared de un vaso sanguíneo se lesiona o
se rompe, el tejido conjuntivo expuesto en el sitio del daño promueve la adhesión plaquetaria.
La adhesión de las plaquetas desencadena su desgranulación y la liberación de serotonina, ADP
y tromboxano A2. Las serotonina es un vasoconstrictor potente que causa la contracción de las
células musculares lisas de los vasos, con lo cual se reduce el flujo sanguíneo local en el sitio de
la lesión. La adenosina difosfato (ADP), un nucleótido, y el tromboxano A2, una molécula señal,
son responsables de la aglomeración plaquetaria adicional para formar un tapón hemostático
primario. La masa de plaquetas aglomeradas detiene la extravasación de la sangre. Al mismo
tiempo, las plaquetas activadas liberan el contenido de sus gránulos a y d, que consiste en
factores de coagulación, como el factor tromboplástico plaquetario (PF3), y serotonina
adicional, entre otras sustancias. El glucocáliz plaquetario provee una superficie de reacción
para la conversión del fibrinógeno soluble en fibrina. La fibrina forma, entonces, una red laxa
sobre el tapón ini

Los monocitos se transforman en macrófagos que actúan como células presentadoras de


antígenos en el sistema inmunitario. Durante la inflamación, el monocito abandona el vaso
sanguíneo en el sitio de inflamación, se transforma en macrófago de los tejidos y fagocita
bacterias, otras células y detritos tisulares. El monocito-macrófago es una célula presentadora
de antígenos y desempeña un papel importante en las respuestas inmunitarias. El macrófago
degrada parcialmente los antígenos y presenta sus fragmentos en las moléculas MCH II
ubicadas en su superficie a los linfocitos T CD4+ cooperadores para su reconocimiento.
TROMBOCITOS

Los trombocitos son pequeños fragmentos citoplasmáticos limitados por membrana y


anucleados que derivan de los megacariocitos. Los trombocitos (plaquetas) derivan de grandes
células poliploides (células cuyos núcleos contienen múltiples juegos de cromosomas) en la
médula ósea llamados megacariocitos (fig. 10-16). En la formación de plaquetas, aparecen
múltiples conductos de demarcación plaquetaria en las regiones periféricas del megacariocito
que separan pequeñas porciones de citoplasma. La membrana que reviste estos conductos se
origina por invaginación de la membrana plasmática; por lo tanto, los conductos están en
comunicación con el espacio extracelular. El desarrollo y la fusión constante de las membranas
de demarcación plaquetaria determinan que los fragmentos citoplasmáticos se separen por
completo para formar las plaquetas individuales. Después de la entrada en el sistema vascular
de la médula ósea, las plaquetas circulan como estructuras discoidales de alrededor de 2 mm a
3 mm de diámetro. Su vida media es de unos 10 días. Desde el punto de vista estructural, las
plaquetas pueden dividirse en cuatro zonas según su organización y su función. Desde el punto
de vista estructural, las plaquetas pueden dividirse en cuatro zonas según su organización y su
función. • Zona periférica. Esta zona consiste en la membrana celular cubierta por una gruesa
capa superficial de glucocáliz. El glucocáliz consta de glucoproteínas, glucosaminoglucanos y
varios factores de coagulación adsorbidos desde el plasma sanguíneo. Las glucoproteínas
integrales de membrana actúan como receptores en la función plaquetaria. • Zona estructural.
Está compuesta por microtúbulos, filamentos de actina, miosina y proteínas de enlace de
actina que forman una red de sostén para la membrana plasmática cerca de la periferia. Justo
por debajo de la red de filamentos de actina, se encuentra la banda marginal, que contiene un
haz de 8 a 24 microtúbulos. Estos microtúbulos se disponen en forma circunferencial y son
responsables de mantener la forma de disco de la plaqueta. • Zona de orgánulos. Esta zona
ocupa el centro de la plaqueta. Contiene mitocondrias, peroxisomas, partículas de glucógeno y
al menos tres tipos de gránulos dispersos en el citoplasma. Los más abundantes son los
gránulos a (300 nm a 500 nm de diámetro) que contienen principal

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314

CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo TROMBOCITOS

Célula madre hematopoyética (HSC, PPSC)

Célula progenitora linfoide común (CLP, CFU-L)

Célula progenitora mieloide común (CMP, CFU-GEMM)

Célula progenitora de granulocitos/monocitos (GMP, CFU-GM)

Linfocito pre-NK

Procélula dendríticaa (pro-DC) Células dendríticas

Célula progenitora de neutrófilos (NoP, CFU-G)

Neutrófilo

Célula progenitora de basófilos/mastocitosb (BMCP)

Célula progenitora de mastocitos (MCP)

Mastocito

Célula progenitora de basófilos (BaP, CFU-Ba)

Basófilo

Célula progenitora de de eosinófilos (EoP, CFU-Eo)

Eosinófilo

Neutrófilo
Eosinófilo

Célula progenitora de monocitos (MoP, CFU-M)

Monocito Macrófago

Célula progenitora de megacariocitosc (MKP, CFU-MeG)

Célula progenitora de megacariocitos/eritrocitos (MEP) Megacariocito Megacarioblasto


Plaquetas

Célula progenitora de eritrocitos (ErP, CFU-E) Proeritroblasto Eritroblasto ortocromatófilo

Eritrocito

Linfocito pre-T

Linfocito pre-B

Linfocito NK

Linfocito T

Linfocito NK

Linfocito T

Linfocito BL infocito B Plasmocito

Médula ósea Sangre Tejido conjuntivo

linaje linfoide linaje mieloide linaje megacariocito/eritroide

FIGURA 10-19 ▲ Hematopoyesis. Este gráfico tiene su fundamento en los conceptos más
recientes con respecto a la hematopoyesis. Muestra el desarrollo de las células de la sangre
desde las células madre hematopoyéticas de la médula ósea hasta las células maduras y su
distribución en el compartimento del tejido sanguíneo y el compartimento del tejido
conjuntivo. En todos los linajes durante la diferenciación ocurre una proliferación extensa. Las
citocinas (incluidos los factores de crecimiento hematopoyéticos) pueden actuar (y sin duda lo
hacen) en forma individual o conjunta en cualquier etapa del proceso, desde el primer
citoblasto hasta la célula sanguínea o conjuntiva madura.

Las células prodendríticas pueden diferenciarse a partir de la célula progenitora linfoide


común. b Si está predestinada a entrar en el linaje de mastocitos, la célula progenitora de
basófilos/mastocitos migra hacia el bazo en donde se diferencia en una célula progenitora de
mastocitos. Después de sufrir diferenciación adicional en el bazo, la célula migra hacia el
intestino para convertirse en una célula precursora de mastocitos. c Una célula progenitora de
megacariocitos también puede diferenciarse directamente a partir de una célula progenitora
mieloide común.

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo HEMOGRAMA

tran en la zona estructural de la plaqueta. La contracción del coágulo permite el retorno del
flujo sanguíneo normal a través del vaso. Finalmente, después que el coágulo ha cumplido su
función, es lisado por la plasmina, una enzima fibrinolítica que circula en el plasma en una
forma inactiva conocida como plasminógeno. Las enzimas hidrolíticas liberadas de los gránulos
l colaboran en este proceso. El activador para la conversión del plasminógeno, el activador del
plasminógeno tisular (TPA), deriva principalmente de las células endoteliales. Una forma
sintética del TPA se utiliza en la actualidad como un tratamiento de emergencia para minimizar
el daño causado por las apoplejías debidas a coágulos. Una función adicional de las plaquetas
es contribuir a la reparación de los tejidos lesionados más allá del vaso mismo. El factor de
crecimiento derivado de plaquetas (PDGF) liberado desde los gránulos a, estimula las células
musculares lisas y los fibroblastos para que se dividan y permitan la reparación de los tejidos.
HEMOGRAMA El hemograma (CBC = complete blood count) es un análisis de sangre completo
que más comúnmente se solicita al laboratorio. Proporciona cantidades relativas y cálculos
obtenidos a partir de las células (eritrocitos y leucocitos) y elementos formados (trombocitos)
en la muestra de sangre. Estos cálculos se realizan generalmente por contadores
hematológicos automatizados que analizan diferentes componentes de la sangre, utilizando el
principio de diseño de la citometría de flujo. En la preparación para el análisis, la muestra
sanguínea se diluye en un fluido de suspensión. A medida que una corriente delgada de líquido
con células suspendidas fluye a través del tubo estrecho en el contador de células, el detector
de luz y el sensor de impedancia eléctrica identifican diferentes tipos de células en función de
su tamaño y resistencia eléctrica. Los datos obtenidos de los analizadores automáticos de
sangre solían ser muy precisos debido a la gran cantidad de células

cial y se estabiliza aún más por enlaces cruzados covalentes que producen una aglomeración
densa de las fibras (fig. 1018). En la red, quedan atrapadas plaquetas y eritrocitos. El tapón
plaquetario inicial se transforma en el coágulo definitivo, llamado tapón hemostático
secundario, por la acción de factores tisulares adicionales secretados por las células del vaso
lesionado. Después que se ha formado el coágulo definitivo, las plaquetas provocan la
retracción del coágulo, probablemente como una función de la actina y la miosina que se
encuen

FIGURA 10-20 ▲ Etapa hepática de la hematopoyesiss. Fotomicrografía de un corte hepático


fetal teñido con H&E que muestra una hematopoyesis activa. Los pequeños corpúsculos
redondeados (flechas) en su mayoría son núcleos de células de la serie eritroide (precursores
de eritrocitos). Si bien es difícil de discernir, estas células están ubicadas entre los hepatocitos
en desarrollo y la pared de los sinusoides vasculares. 350 X

Hematopoyesis

Meses de gestación Edad en años 12345678910 20 30 40 50 60 70

Hígado

Médula ósea

Vértebras

Esternón

Costillas
Fémur

Tibia

Saco vitelino

Nacimiento

Bazo

FIGURA 10-21 ▲ Dinámica de la hematopoyesis desde la vida embrionaria hasta la vida adulta.
Durante la vida embrionaria y fetal los eritrocitos se forman en varios órganos. En esencia, los
órganos principales que intervienen de manera secuencial en la hematopoyesis son tres: el
saco vitelino en las etapas iniciales del desarrollo del embrión, el hígado en el segundo
trimestre de la gestación y la médula ósea durante el tercer trimestre. El bazo participa en
grado muy limitado durante el segundo trimestre del embarazo. Para el momento del
nacimiento, la mayor parte de la hematopoyesis ocurre en la médula ósea roja. En niños y
adultos jóvenes, se produce la hematopoyesis en la médula ósea roja de todos los huesos,
incluso los huesos largos como el fémur y la tibia. En los adultos, la hematopoyesis se
mantiene principalmente en huesos planos (p. ej., huesos de la pelvis, sacro, costillas,
esternón, cráneo y vértebras).

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316

CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo FORMACIÓN DE LAS CÉLULAS DE LA SANGRE (HEMATOPOYESIS)

• Índices de eritrocitos. Normalmente cuatro índices de eritrocitos están incluidos en el


hemograma: volumen corpuscular medio (MCV), que se refiere al tamaño de los glóbulos rojos
de la sangre; hemoglobina corpuscular media (MCH), que muestra la cantidad de hemoglobina
en un eritrocito promedio; concentración media de hemoglobina corpuscular (MCHC), que
ofrece el porcentaje de la concentración de hemoglobina en un eritrocito promedio y la
amplitud de la distribución de los eritrocitos (RDW), que muestra si los eritrocitos son todos
iguales o si son diferentes en tamaño o forma. Estos índices se calculan automáticamente a
partir de otras mediciones y son útiles en el diagnóstico diferencial. • Conteo de trombocitos
(plaquetas). Los trombocitos son importantes en la coagulación de la sangre, y su elevación
(trombocitemia) puede estar relacionada con los trastornos proliferativos de la médula ósea,
inflamación, función disminuida del bazo, o como resultado de la esplenectomía. Un conteo
bajo de trombocitos (trombocitopenia) puede estar relacionado con la producción disminuida
de plaquetas en la médula ósea (es decir, síndromes hereditarios, leucemia, infecciones,
deficiencia de vitamina B12) o aumento de la destrucción de los trombocitos en los tejidos
periféricos (es decir, enfermedades autoinmunitarias, trastornos genéticos, coagulación
diseminada intravascular). La destrucción de trombocitos también puede ser inducida por el
consumo de fármacos. Además, se puede calcular el volumen medio de plaquetas (MPV) para
proporcionar el tamaño medio de las plaquetas en el volumen de sangre examinada.

FORMACIÓN DE LAS CÉLULAS DE LA SANGRE (HEMATOPOYESIS) La hematopoyesis (o


hemopoyesis) comprende tanto la eritropoyesis como la leucopoyesis (desarrollo de los
glóbulos rojos y blancos, respectivamente), así como la trombopoyesis (formación de
plaquetas; fig. 10-19). Las células sanguíneas tienen una vida media limitada; se producen y se
destruyen de manera continua. La hematopoyesis se encarga de mantener un nivel constante
de los diferentes tipos de células que hay en la sangre periférica. Tanto el eritrocito (vida
media de 120 días) como las plaquetas (vida media de 10 días) de los seres humanos
permanecen toda su vida en la sangre circulante. Los leucocitos, sin embargo, migran fuera de
la circulación poco después de haberla alcanzado en la médula ósea y pasan la mayor parte de
su vida de longitud variable (y realizan todas sus funciones) en los tejidos. En el adulto, los
eritrocitos, granulocitos, monocitos y plaquetas se forman en la médula ósea roja; los linfocitos
también se forman en la médula ósea roja y en los tejidos linfáticos. Para estudiar las etapas de
la hematopoyesis, se prepara un frotis de médula ósea (v. pág. 326) y se tiñe de manera similar
a la de un frotis de sangre. La hematopoyesis se inicia en las primeras semanas del desarrollo
embrionario.

contadas (~10 000) en cada categoría. En la actualidad, los sistemas de análisis de células
sanguíneas asistidos por computadores, utilizan cámaras y tecnologías de procesamiento de
imágenes para contar y analizar las células automáticamente. No obstante, en algunos casos,
sigue siendo necesario el recuento manual de células con un microscopio óptico. Un
hemograma típico incluye lo siguiente: • Conteo de leucocitos (glóbulos blancos [WBC]). Un
conteo elevado de leucocitos (leucocitosis) puede indicar una respuesta de reacción
inflamatoria (es decir, infecciones, quemaduras, fracturas, otras lesiones corporales). Este
conteo también puede ser elevado después del ejercicio vigoroso a causa del estrés, o durante
el embarazo y el trabajo de parto. La hiperleucocitosis (conteo de leucocitos >100 X 109
células/l) es comúnmente una indicación de leucemia (tipo de cáncer sanguíneo). Un conteo
disminuido de leucocitos (leucopenia) se asocia generalmente con la radiación y la
quimioterapia, enfermedades autoinmunitarias, enfermedades de la médula ósea (anemia
aplásica), uso de fármacos específicos (antipsicóticos, antiepilépticos, inmunosupresores), y
SIDA. • Tipos de leucocitos (diferencial de WBC). Los tipos principales de leucocitos
identificados son los neutrófilos, eosinófilos, basófilos, linfocitos y monocitos. También se
informa el conteo de neutrófilos inmaduros (neutrófilos en banda). Cada tipo de estas células
desempeña un papel diferente en la protección del cuerpo, y los porcentajes de su distribución
en la muestra de sangre dan información importante sobre el estado del sistema inmunitario.
Debe consultarse las secciones correspondientes de este capítulo para obtener descripciones y
funciones de estas células. • Conteo de eritrocitos (glóbulos rojos [RBC]). El conteo elevado de
eritrocitos (policitemia) puede estar relacionado con factores intrínsecos que afectan la
producción de los mismos en la médula ósea (policitemia primaria) o como respuesta a los
estímulos (p. ej., hormonas) producidos por otros órganos que promueven la eritropoyesis en
el organismo. Ejemplos de la policitemia primaria pueden incluir enfermedades genéticas
como la policitemia vera o la policitemia primaria familiar y congénita (PFCP). La policitemia
secundaria por lo general se debe a una mayor producción de eritropoyetina en respuesta a la
hipoxia crónica, ó por la altura o la presencia de un tumor secretor de eritropoyetina. La
disminución del conteo de eritrocitos (anemia) es causada por la pérdida de sangre
(hemorragia externa o interna), insuficiencias de hierro o vitamina B12, mala nutrición,
embarazo, enfermedades crónicas y trastornos genéticos (p. ej., la anemia de células
falciformes). • Hematocrito (HCT; también llamado volumen de célula compacta [PCV]). El HCT
mide el porcentaje de volumen de eritrocitos en la muestra de sangre. • Hemoglobina (Hb). La
concentración de hemoglobina en la sangre es un reflejo de la capacidad de un eritrocito para
transportar oxígeno. Los valores normales de Hb son de 14 g/dl a 18 g/dl (140 g/l a 180 g/l) en
los hombres y de 12 g/dl a 15 g/dl (120 g/l a 150 g/l) en las mujeres. Los valores de
hematocritos y hemoglobina son las dos pruebas principales que demuestran la presencia o
ausencia de la anemia o la policitemia.

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo FORMACIÓN DE LAS CÉLULAS DE LA SANGRE


(HEMATOPOYESIS)

Mieloblasto

Proeritoblasto

Eritoblasto basófilo

Eritoblasto policromatófilo

Eritoblasto ortocromatófilo (normoblasto)

Eritrocito policromatófilo (reticulocito)

Eritrocito

Promielocito

Mielocito neutrófilo

Mielocito esosinófilo

Mielocito basófilo

Metamielocito neutrófilo

Metamielocito eosinófilo

Metamielocito basófilo

Neutrófilo en cayado

Neutrófilo Eosinófilo Basófilo

FIGURA 10-22 ▲ Etapas de la diferenciación eritrocítica y leucocítica granular. Aquí se ilustran


las células de la médula ósea humana como aparecerían en un frotis típico.

Durante la vida fetal, tanto los eritrocitos como los leucocitos se forman en varios órganos
antes de la diferenciación de la médula ósea. La primera etapa o fase del saco vitelino de la
hematopoyesis se inicia en la tercera semana de gestación y se caracteriza por la formación de
“islotes sanguíneos” en la pared del saco vitelino del embrión. En la segunda etapa, o fase
hepática, que ocurre en el inicio del desarrollo fetal,

los centros hematopoyéticos aparecen en el hígado (fig. 1020). La hematopoyesis en estos


sitios está, en gran parte, limitada a las células eritroides, aunque en el hígado se produce algo
de leucopoyesis. El hígado es el órgano hematopoyético fetal principal durante el segundo
trimestre. La tercera etapa o fase medular ósea de la hematopoyesis fetal y la leucopoyesis,
ocurre en la médula ósea (y otros tejidos linfáticos) y
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318

CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo FORMACIÓN DE LAS CÉLULAS DE LA SANGRE (HEMATOPOYESIS)

comienza durante el segundo trimestre de embarazo. Después del nacimiento, la


hematopoyesis sólo ocurre en la médula ósea roja y en algunos tejidos linfáticos, al igual que
en el adulto (fig. 10-21). Los precursores tanto de las células sanguíneas como de las células
germinales tienen su origen en el saco vitelino. Teoría monofilética de la hematopoyesis Según
la teoría monofilética de la hematopoyesis, las células de la sangre derivan de una célula
madre hematopoyética en común. Bastantes indicios circunstanciales han sustentado durante
muchos años la teoría monofilética de la hematopoyesis, según la cual todas las células
sanguíneas derivan de una célula madre en común. Los indicios decisivos para convalidar la
teoría monofilética provienen del aislamiento y la demostración de la célula madre
hematopoyética (HSC = hemopoietic stem cell). La célula madre hematopoyética, también
conocida como citoblasto pluripotencial (PPSC), es capaz no sólo de diferenciarse en todos los
linajes de las células de la sangre sino también de autorrenovarse (es decir que el fondo común
de células madre hematopoyéticas se autosustenta). Estudios recientes indican que las HSC
también tienen el potencial de diferenciarse en múltiples linajes de células no sanguíneas y
contribuir a la regeneración celular de diversos tejidos y muchos órganos. Durante el
desarrollo embrionario, las HSC están presentes en la circulación y sufren diferenciación
específica de tejido en diferentes órganos. Las HSC humanas se han aislado a partir de sangre
del cordón umbilical, hígado fetal y médula ósea fetal y del adulto. En el adulto, las HSC tienen
el potencial de reparar tejidos en patologías (p. ej., lesión isquémica, insuficiencia de órganos).
Las HSC humanas expresan proteínas marcadoras moleculares específicas, como CD34 y CD90
y al mismo tiempo no expresan marcadores específicos de linaje (Lin–), que se encuentran en
los linfocitos, granulocitos, monocitos, megacariocitos y células eritroides. En la actualidad se
cree que las HSC humanas pueden identificarse por los marcadores de la superficie celular
Lin–, CD34+, CD90+ y CD38–. Las HSC no pueden identificarse en los preparados de rutina; sin
embargo, se pueden identificar y aislar con el uso de métodos inmunocitoquímicos. Una célula
madre hematopoyética (HSC) en la médula ósea da origen a múltiples colonias de células
madres progenitoras. En la médula ósea, las descendientes de las HSC se diferencian en dos
colonias principales de células progenitoras multipotenciales: las células progenitoras
mieloides comunes (CMP) y las células progenitoras linfoides comunes (CLP). Al final, las
células progenitoras mieloides comunes (CMP), que antes se llamaban unidades formadoras
de colonias de granulocitos, eritrocitos, monocitos y megacariocitos (CFUGEMM), se
diferencian en progenitores específicos restringidos en cuanto a linaje (tabla 10-3), los cuales
comprenden las células siguientes: • Células progenitoras de megacariocitos/eritrocitos (MEP):
estos citoblastos bipotenciales dan origen a células progenitoras monopotenciales
predestinadas a convertirse en megacariocitos (MKP o CFU-Meg) y a otras

FIGURA 10-23 ▲ Fotomicrografía electrónica de un eritoblasto ortocromatófilo (normoblasto).


Aquí aparece la célula poco antes de que se produzca la expulsión nuclear. El citoplasma
contiene un grupo de mitocondrias justo debajo del núcleo y algunas vesículas pequeñas. La
densidad citoplasmática relativa es producto del contenido de hemoglobina. Las finas
partículas densas diseminadas por todo el citoplasma son ribosomas. 10 000 X (Gentileza de la
Dra. Dorothea Zucker-frankiln).
FIGURA 10-24 ▲ Fotomicrografía electrónica de un eritrocito policromatófilo (reticulocito). Ya
no hay núcleo y el citoplasma exhibe las características evaginaciones franjeadas que aparecen
justo después de la expulsión nuclear. Todavía se ven mitocondrias, endosomas tempranos y
tardíos y ribosomas. 16 500 X (Gentileza de la Dra. Zucker-Franklin).

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319

CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo FORMACIÓN DE LAS CÉLULAS DE LA SANGRE


(HEMATOPOYESIS)

El eritoblasto basófilo es más pequeño que el proeritoblasto, del cual se origina por división
mitótica El núcleo del eritroblasto basófilo es más pequeño (10 mm a 16 mm de diámetro) y
cada vez más heterocromático con las mitosis sucesivas. El citoplasma muestra una basofilia
intensa, debido a la gran cantidad de ribosomas libres (polirribosomas) que sintetizan
hemoglobina. La acumulación de hemoglobina en la célula cambia gradualmente la reacción
de tinción del citoplasma de modo que comienza a teñirse con la eosina. En la etapa en que el
citoplasma muestra acidofilia, debido a la tinción de la hemoglobina, y basofilia, debido a la
tinción de los ribosomas, la célula se denomina eritroblasto policromatófilo. El eritoblasto
policromatófilo tiene un citoplasma que muestra tanto acidofilia como basofilia. Las reacciones
de tinción del eritroblasto policromatófilo se pueden mezclar para darle una coloración
general gris o lila al citoplasma o pueden mantenerse separadas con regiones rosadas
(acidófila) y regiones púrpuras (basófilas). El núcleo de la célula es más pequeño que el del
eritroblasto basófilo y los grumos gruesos de heterocromatina forman un patrón cuadriculado
que ayuda a identificar este tipo de células. El eritoblasto ortocromatófilo se reconoce por su
citoplasma bien acidófilo y su núcleo muy condensado. La próxima etapa de la eritropoyesis es
la del eritroblasto ortocromatófilo (normoblasto). Esta célula tiene un pequeño núcleo
compacto e hipercromático. El citoplasma es eosinófilo debido a la gran cantidad de
hemoglobina (fig. 10-23). Sólo es apenas más grande que un eritrocito maduro. En esta etapa,
el eritroblasto ortocromático ya no es capaz de dividirse. El eritrocito policromatófilo ha
expulsado su núcleo. El eritroblasto ortocromático pierde su núcleo al expulsarlo de la célula;
está entonces listo para pasar a los sinusoides sanguíneos de la médula ósea roja. Algunos
polirribosomas que todavía pueden sintetizar hemoglobina, se mantienen en la célula. Estos
polirribosomas imparten una ligera basofilia a las células, de otro modo eosinófilas; por esta
razón, estas nuevas células se denominan eritrocitos policromatófilos (fig. 10-24). Los
polirribosomas de los nuevos eritrocitos también se pueden demostrar con tinciones
especiales, que hacen que los polirribosomas se agrupen y formen una red reticular. En
consecuencia, los eritrocitos policromatófilos también (y más comúnmente) son llamados
reticulocitos. En la sangre normal, los reticulocitos constituyen aproximadamente el 1 % al 2 %
del conteo total de hematíes. Sin embargo, si aumenta la cantidad de eritrocitos que entran en
el torrente sanguíneo (como sucede cuando el organismo trata de compensar una hemorragia
por estimulación de la hematopoyesis), también aumenta la cantidad de reticulocitos. Cinética
de la eritropoyesis Las mitosis ocurren en los proeritoblastos, los eritoblastos basófilos y los
eritoblastos policromatófilos. En cada una de estas etapas de desarrollo, el eritroblasto se
divide en varias ocasiones. Se tarda aproximadamente una semana para que la progenie de un
eritroblasto basófilo re
células progenitoras monopotenciales predestinadas a convertirse en eritrocitos (ErP o CFU-E)
que producen el linaje eritrocítico. • Células progenitoras de granulocitos/monocitos (GMP o
CFUGM). El desarrollo de las células GMP (CFU-GM) requiere una expresión alta del factor de
transcripción PU.1. Estas células dan origen a los progenitores de neutrófilos (NOP o CFU-G),
que se diferencian en el linaje de los neutrófilos; progenitores de eosinófilos (EOP o FU-EO),
células que dan origen a los eosinófilos; progenitores basófilos/mastocitos (BMCP) que dan
origen o bien a los progenitores de basófilos (BAP o CFU-Ba) en la médula ósea o a MCP en la
mucosa gastrointestinal y por último, los progenitores de monocitos (MOP o CFU-M) que
originan el linaje monocítico. Además de los progenitores de linaje específico, las células GMP
pueden dar lugar a células dendríticas (DC), que son células presentadores profesionales de
antígeno. Las células dendríticas se comentan en el cap. 14, sistema linfático. Las células
progenitoras linfoides comunes (CLP) son capaces de diferenciarse en linfocitos T, linfocitos B y
linfocitos destructores naturales (NK). Estas células CLP multipotenciales antes se llamaban
unidades formadoras de colonias linfoides (CFU-L). Se cree que las células NK son el prototipo
de los linfocitos T; ambos poseen una capacidad similar para destruir otras células. Los
linfocitos se comentan en el cap. 14, sistema linfático. Las células dendríticas también pueden
derivar de células CLP. Tal vez la forma más fácil de comenzar el estudio histológico de la
hematopoyesis sea refiriéndose a las figuras 10-19 y 10-22. Esta última, muestra las etapas de
la hematopoyesis en la que los tipos de células característicos se pueden identificar con el
microscopio óptico en un corte histológico oun frotis de médula ósea. La hematopoyesis se
inicia de una manera aparentemente aleatoria cuando las HSC individuales comienzan a
diferenciarse en una de las células progenitoras restringidas en cuanto a linaje. Las células
progenitoras tienen receptores superficiales para citocinas específicas y factores de
crecimiento, incluidos factores estimulantes de colonias (CSF) que influyen en su proliferación
y maduración hacia un linaje específico. Formación de eritrocitos (eritropoyesis) Los eritrocitos
se desarrollan a partir de células CMP que, bajo la influencia de la eritropoyetina, IL-3, IL-4 se
diferencian en células MEP. Para la diferenciación terminal de células MEP en el linaje eritroide
definitivo, se necesita la expresión del factor de transcripción GATA-1. Bajo la acción GATA-1,
las células del MEP se transforman en progenitores sensible a la eritropoyetina predestinados
a convertirse en eritrocitos (ERP o CFU-E) que dan origen al proeritroblasto. La primera célula
precursora de la eritropoyesis reconocible morfológicamente se llama proeritroblasto. El
proeritroblasto es una célula relativamente grande que mide de 12 mm a 20 mm de diámetro.
Contiene un gran núcleo esférico con uno o dos nucléolos visibles. El citoplasma exhibe una
basofilia leve a causa de la presencia de ribosomas libres. Si bien es reconocible, el
proeritroblasto no se identifica con facilidad en los frotis de médula ósea de rutina.

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo FORMACIÓN DE LAS CÉLULAS DE LA SANGRE (HEMATOPOYESIS)

Citoblasto mieloide común (CMP) MEPGMP ErPMKPNoPMoPEoPBMCP BaP

Proeritoblasto •12 mm-15 mm de diámetro •Basófilo pálido •Núcleo redondeado grande con
1 0 2 nucléolos

Eritroblasto basófilo •Más pequeño •Citoplasma muy basófilo •Núcleo más pequeño y más
heterocromático
Eritroblasto policromatófilot •Última célula que sufre mitosis •Aumenta la producción de
hemoglobina •Citoplasma adquiere color gris o lila pálido •Más pequeño que el eritroblasto
basófilo

Eritroblasto ortocromatófilo (normoblasto) •Núcleo pequeño e hipercromático •Se torna


acidófilo pero retiene leve basofilia

Eritrocito policromatófilo (reticulocito) •Ha expulsado el núcleo •Citoplasma acidófilo con


trazas del gris anterior

Eritrocito •Acidófilo •Disco bicóncavo •7 mm - 8 mm de diámetro •Vida media: en la sangre 1-


120 días

Megacarioblasto • Última célula que sufre mitosis • Citoplasma basófilo pálido • 15 mm - 25


mm de diámetro • Núcleo redondeado con invaginaciones y múltiples nucléolos; puede ser
binucleado

Promegacariocito •45 mm de diámetro •Citoplasma más abundante •Núcleo agrandado

Megacariocito •50 mm-70 mm de diámetro • Aumenta de tamaño por endomitosis • Polipoide


(8 n-64 n) • Vida media: en la médula, desconocida

Plaquetas se producen constantemente en la médula) Vida media: 7-10 días

Mieloblasto •14 mm-20 mm de diámetro •Núcleo esferoidal eucromático grande; 3-5


nucléolos •Sin gránulos •Citoplasma basófilo

Promielocito • Gránulos azurófilos producidos sólo en esta etapa • Núcleo indentado •


Nucléolos • Tamaño mayor que el del mieloblasto (18 mm-24 mm) • Cromatina se condensa

Mielocito neutrófilo •Última célula que sufre mitosis •Núcleo elíptico •Aparecen los gránulos
específicos y ↑ su cantidad •↑ M-1 sem

Metamielocito neutrófilo • Núcleo cada vez más indentado y heterocromático

Célula en cayado • Núcleo alargado que adquiere forma de U

Neutrófilo •Núcleo: 3-5 segmentos o lóbulos •Células maduras se almacenan en la médula


antes de su liberación •Vida media: en la sangre, 8 h-12 h en el TC, 1-2 días

Monoblasto •Difícil de indentificar

Promonocito • Última célula que sufre mitosis •10 mm-15 mm de diámetro •Núcleo grande
con leve indentación •1 o 2 nucléolos •Citoplasma basófilo •Sin gránulos maduros

Monocito •Núcleo grande arriñonado •2-3 nucléolos •Gránulos azurófilos que corresponden a
lisosomas •Citoplasma basófilo pálido •Vida media: en la sangre, 16 h

Macrófago •Puede dividirse en el TC •A veces se ven gránulos; son lisosomas •Vida media: en
el TC, desconocida

Mieloblasto •14 mm -20 mm •Núcleo esferoidal eurocromático grande; 3-5 nucléolos •Sin
gránulos •Citoplasma basófilo

Promielocito • Gránulos azurófilos producidos sólo en esta etapa •Núcleo indentado


•Nucléolos •Tamaño mayor que el del mieloblasto (18 mm-24 mm) •Cromatina se condensa
Mielocito eosinófilo • Última célula que sufre mitosis •Núcleo indentado •Aparecen gránulos
específicos refringentes y ↑ si cantidad ↑ M-1 sem

Metamielocito eosinófilo Eosinófilo •Núcleo bilobulado •Células maduras se almacenan en la


médula antes de su liberación •Vida media: en la sangre, 8 h-12 h •en el TC, desconocida

Mieloblasto •14 mm-20 mm •Núcleo esferoidal eurocromático grande; 3-5 nucléolos •Sin
gránulos •Citoplasma basófilo

Promielocito • Gránulos azurófilos producidos solo en esta etapa • Núcleo indentado •


Nucléolos • Tamaño mayor que el del mieloblasto (18 mm-24 mm) • Cromatina se condensa

Mielocito basófilo • Última célula que sufre mitosis Núcleo elíptico Aparecen gránulos
específicos y ↑ su cantidad ↑ M-1 sem

Metamielocito basófilo

Basófilo • Núcleo oculto por los gránulos •Células maduras se almacenan en la médula antes
de su liberación •Vida media: en la sangre, 8 h •en el TC, desconocida

Esta tabla reseña la maduración de las células sanguíneas con las características histológicas en
las diversas etapas, el tiempo de maduración y la vida media después de abandonar la médula
ósea. Los tiempos indicados en las líneas verticales son el tiempo aproximado entre las etapas
reconocibles. M-1 sem indica aumento de la cantidad por mitosis durante 1 semana antes de
que comience la diferenciación; MEP, célula progenitora de megacariocitos/eritrocitos; MKP,
célula progenitora de megacariocitos; BMCP, célula progenitora de basófilos/mastocitos; ErP,
célula progenitora de eritrocitos; NoP, célula progenitora de neutrófilos; MoP, célula
progenitora de monocitos; BaP, célula progenitora de basófilos; EoP, célula progenitora de
eosinófilos; GMP, célula progenitora de granulocitos/monocitos; TC, tejido conjuntivo

1 sem

1 sem

1 sem

1 sem

55 hs

5 días

TABLA 10-3 Reseña de las características durante la maduración del citoblasto mieloide común

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321

CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo FORMACIÓN DE LAS CÉLULAS DE LA SANGRE


(HEMATOPOYESIS)

cién formado llegue a la circulación. Casi todos los eritrocitos se liberan en la circulación ni
bien se han formado; la médula ósea no es un sitio de almacenamiento de eritrocitos. La
formación y la liberación de eritrocitos son reguladas por la eritropoyetina, una hormona
glucoproteica de 34 kDa sintetizada y secretada por el riñón en respuesta a la disminución de
la concentración de oxígeno en sangre. La eritropoyetina actúa sobre los receptores
específicos expresados en la superficie de los ErP. En los seres humanos, los eritrocitos tienen
una vida media de alrededor de 120 días. Cuando los eritrocitos alcanzan los 4 meses de edad
(~120 días), se vuelven viejos. El sistema de macrófagos del bazo, médula ósea e hígado
fagocita y degrada los eritrocitos viejos. El grupo hemo y las globinas se disocian, y estas
últimas se hidrolizan a aminoácidos, que entran en el fondo común

metabólico para su reutilización. El hierro del hemo se libera, entra en el fondo común de
depósito de hierro en el bazo en forma de hemosiderina o ferritina, y se almacena para su
reutilización en la síntesis de hemoglobina. El resto del grupo hemo de la molécula de
hemoglobina se degrada parcialmente a bilirrubina, unida a la albúmina, se libera en la
circulación y se transporta hacia el hígado, donde se conjuga y se excreta a través de la
vesícula biliar como el glucurónido de bilirrubina de la bilis. Formación de trombocitos
(trombopoyesis) Cada día, la médula ósea de un adulto sano produce cerca de 1 X 1011
plaquetas, una cantidad que puede aumentar 10 veces en los momentos de mayor demanda.
La trombocitopoyesis a partir de los progenitores de la médula ósea es un proceso complejo
de división y diferenciación celular que

Citocinaa Símbolo Fuente Diana Factor estimulante de colonias de granulocitos y macrófagos


GM-CSF Linfocitos T, células endoteliales, fibroblastos CMP, ErP, GMP, BaP, MKP, todos los
granulocitos, eritrocitos Factor estimulante de colonias de granulocitos G-CSF Células
endoteliales, monocitos ErP, GMP, EoP, BaP, MKP Factor estimulante de colonias de monocitos
M-CSF Monocitos, macrófagos, células endoteliales y adventicias GMP, MoP, monocitos,
macrófagos, osteoclastos Eritropoyetina EPO Riñón, hígado CMP, MEP, ErP Trombopoyetina
TPO Médula ósea MKP, megacariocitos Interferón g IFN-g Linfocitos T CD4+, linfocitos NK
Linfocitos B, linfocitos T, linfocitos NK, neutrófilos, monocitos Interleucina 1 IL -1 Neutrófilos,
monocitos, macrófagos, células endoteliales Linfocitos T CD4+, linfocitos B Interleucina 2 IL -2
Linfocitos T CD4+ Linfocitos T, linfocitos B, linfocitos NK Interleucina 3 IL -3 Linfocitos T CD4+
CMP, ErP, GMP, EoP, BaP, MKP, todos los granulocitos, células eritroides Interleucina 4 IL -4
Linfocitos T CD4+, mastocitos Linfocitos B, linfocitos T, mastocitos Interleucina 5 IL -5 Linfocitos
T CD4+ EoP, eosinófilos, linfocitos B Interleucina 6 IL -6 Células endoteliales, neutrófilos,
macrófagos, linfocitos T CMP, ErP, GMP, linfocitos B, linfocitos T, macrófagos, hepatocitos
Interleucina 7 IL -7 Células adventicias de la médula ósea Linfocitos pre-B y pre-T iniciales
Interleucina 8 IL -8 Macrófagos, células endoteliales LinfocitosT, neutrófilos Interleucina 9 IL -9
Linfocitos T CD4+ Linfocitos T CD4+, CMP, ErP Interleucina 10 IL -10 Macrófagos, linfocitos T
Linfocitos T, linfocitos B, linfocitos NK Interleucina 11 IL -11 Macrófagos CMP, ErP, GMP,
linfocitos T, linfocitos B, macrófagos, megacariocitos Interleucina 12 IL -12 Macrófagos, células
dendríticas, linfocitos B Linfocitos T Interleucina 13 IL -13 Linfocitos T Linfocitos B

a Las citocinas hematopoyéticas incluyen factores estimulantes de colonias (CSF), interleucinas


y factores inhibidores. Casi todas son glucoproteínas con una cadena polipeptídica básica de
alrededor de 20 kDa. Prácticamente todas actúan sobre las células madre progenitoras, células
progenitoras restringidas en cuanto a linaje, células predestinadas, células en proceso de
maduración y células maduras. En consecuencia, las dianas que se mencionan en esta tabla
son más bien líneas celulares que células individuales. BaP, progenitor basófilo; CMP,
progenitor mieloide común; EoP, progenitor de eosinófilo; ErP; progenitor predestinado a
convertirse en eritrocito; GMP, progenitor de granulocito/monocito; MEP, progenitor de
megacariocito/eritrocito; MKP, progenitor predestinado a convertirse en megacariocito; MoP,
progenitor de monocito; NK. destructor natural

TABLA 10-4 Citocinas hematopoyéticas, sus fuentes y sus células diana

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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo FORMACIÓN DE LAS CÉLULAS DE LA SANGRE (HEMATOPOYESIS)

requiere el apoyo de interleucinas, factores estimulantes de colonias y hormonas. Los


trombocitos (plaquetas) derivan de una célula progenitora de megacariocitos/eritrocitos
bipotencial (MEP), que se diferencia en la célula progenitora predestinada a convertirse en
megacariocito (MKP) y por último en megacariocito. Las plaquetas se forman en la médula
ósea a partir de las mismas células progenitoras mieloides comunes (CMP) que las series
eritroide y mieloide. Bajo la influencia del factor estimulante de colonias de granulocitos-
macrófagos (GM-CSF) y la IL-3, un citoblasto CMP se diferencia en una célula progenitora de
megacariocitos/eritrocitos (MEP) bipotencial. El desarrollo adicional avanza hacia una célula
progenitora predestinada a convertirse en megacariocito (MKP) (o CFUMeg), que continúa su
desarrollo hacia el megacarioblasto. El megacarioblasto que surge de esta MKP es una célula
grande (alrededor de 30 mm de diámetro) con un núcleo no lobulado. No hay indicios de la
formación de plaquetas en esta etapa. El megacarioblasto sufre endomitosis sucesivas (es
decir, los cromosomas se duplican), pero no ocurre cariocinesis ni citocinesis. Bajo la
estimulación por trombopoyetina, una hormona glucoproteica de 30 kDa producida por el
hígado y los riñones, la ploidía aumenta de 8 n a 64 n antes de que cese la replicación
cromosómica. La célula se convierte en un megacariocito productor de plaquetas, una célula
de 50 mm a 70 mm de diámetro con un núcleo multilobulado complejo y gránulos azurófilos
dispersos. Tanto el núcleo como la célula aumentan de tamaño en proporción a la ploidía
celular. Con el MET, en estas células también se ven múltiples centríolos y varios aparatos de
Golgi. Cuando se examina la médula ósea en un frotis, una gran parte del citoplasma periférico
del megacariocito se ve lleno de campos de plaquetas. Cuando se examina con el MET, el
citoplasma periférico del megacariocito parece estar dividido en pequeños compartimentos
por invaginación de la membrana plasmática. Como ya se describió, estas invaginaciones
forman los conductos de demarcación de plaquetas (v. fig. 10-16). La trombocitopenia
(disminución de la cantidad de plaquetas en la sangre) es un trastorno clínico importante en el
manejo de pacientes con enfermedades del sistema inmunitario y cáncer (es decir, leucemia).
Aumenta el riesgo de sufrir hemorragias y, en pacientes con cáncer, a menudo limita la dosis
de los fármacos quimioterapéuticos. Formación de granulocitos (granulopoyesis) Los
granulocitos se originan a partir del citoblasto progenitor mieloide común (CMP)
multipotencial, que se diferencia en progenitores de granulocitos/monocitos (BPM) bajo la
influencia de las citocinas como el GM-CSF, el factor estimulante de colonias de granulocitos
(G-CSF) e IL-3. El GM-CSF es una citocina secretada por células endoteliales, linfocitos T,
macrófagos, mastocitos y fibroblastos. Estimula las células GMP para producir granulocitos
(neutrófilos, eosinófilos y basófilos) y monocitos. El progenitor de neutrófilos (NOP) sufre seis
etapas morfológicamente identificables en el proceso de maduración: mieloblasto,
promielocito, mielocito, metamielocito, célula en cayado (inmaduros) y neutrófilos maduros.
Los eosinófilos y los basófilos sufren una maduración morfológica similar a la de los
neutrófilos. Cu
ando las células GMP, son inducidas por el GM-CSF, la IL-3 y la IL-5, se diferencian en
progenitores eosinófilos (EOP) y por último maduran hasta convertirse en eosinófilos. La falta
de IL-5 hace que las células GMP se diferencien en progenitores basófilos (BaP), que producen
basófilos. Los precursores eosinófilos o basófilos no pueden diferenciarse morfológicamente
de los precursores neutrófilos con el microscopio óptico hasta que las células alcanzan la etapa
de mielocito, cuando aparecen los gránulos específicos. Los mieloblastos son las primeras
células reconocibles que inician el proceso de la granulopoyesis. El mieloblasto es la primera
célula precursora de neutrófilos microscópicamente reconocible en la médula ósea. Tiene un
núcleo esferoidal eucromático grande con tres a cinco nucléolos. Mide de 14 mm a 20 mm de
diámetro y tiene una relación nucleocitoplasmática alta. La pequeña cantidad de citoplasma
agranular es intensamente basófila. Con frecuencia, se ve una región de Golgi donde el
citoplasma no está teñido. El mieloblasto se convierte en promielocito. Los promielocitos son
las únicas células que producen gránulos azurófilos. El promielocito tiene un núcleo esferoidal
grande con gránulos azurófilos (primarios) en su citoplasma. Estos gránulos azurófilos se
producen sólo en los promielocitos; las células en las fases posteriores de la granulopoyesis no
producen gránulos azurófilos. Por esta razón, la cantidad de gránulos azurófilos se reduce con
cada división del promielocito y su progenie. Los promielocitos no presentan subtipos. El
reconocimiento de los linajes neutrófilos, eosinófilos y basófilos sólo es posible en la siguiente
etapa, la de mielocito, cuando comienzan a formarse los gránulos específicos (secundarios) y
terciarios. Los mielocitos son los primeros en poseer gránulos específicos. Los mielocitos
comienzan con un núcleo más o menos esferoidal que se vuelve cada vez más heterocromático
y adquiere una indentación (escotadura) distinta durante las divisiones posteriores. Los
gránulos específicos comienzan a surgir de la superficie convexa del aparato de Golgi, mientras
que los gránulos azurófilos se ven en el lado cóncavo. La importancia de esta separación no
está clara. Los mielocitos continúan dividiéndose y dan lugar a metamielocitos. El
metamielocito es la etapa en la cual se pueden identificar bien los linajes de neutrófilos,
eosinófilos y basófilos por la presencia de muchos gránulos específicos. En el citoplasma de
cada metamielocito hay unos pocos centenares de gránulos y los gránulos específicos de cada
linaje superan en cantidad a los gránulos azurófilos. En los neutrófilos, esta relación entre los
gránulos específicos e inespecíficos es más o menos 2 a 1. El núcleo se torna más
heterocromático y la indentación se profundiza hasta alcanzar una estructura en forma
arriñonada. En teoría, la etapa metamielocito de la granulopoyesis es seguida por la etapa de
banda o cayado y después por la etapa segmentada. Si bien estas etapas son visibles en la serie
neutrófila, es infrecuente encontrarlas, si acaso se les localiza, en las series eosinófila y basófila
en las cuales la próxima etapa del desarrollo que se reconoce con booksmedicos.org
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323

CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo FORMACIÓN DE LAS CÉLULAS DE LA SANGRE


(HEMATOPOYESIS)

facilidad es la de eosinófilo maduro y basófilo maduro, respectivamente. En la serie neutrófila


la célula en banda (célula en cayado) es anterior al desarrollo de los primeros lóbulos nucleares
discernibles. El núcleo de la célula en banda (célula en cayado) es alargado y de un ancho casi
uniforme, lo que le da un aspecto de herradura. Más tarde, aparecen constricciones nucleares
en el neutrófilo en banda y se vuelven más prominentes hasta que se pueden reconocer dos a
cuatro lóbulos nucleares; la célula se considera entonces, un neutrófilo maduro, también
llamado neutrófilo polimorfonuclear o neutrófilo segmentado. Si bien el porcentaje de células
en banda en la circulación es casi siempre bajo (del 0 % al 3 %), puede aumentar en la
inflamación y la infección aguda o crónica. Cinética de la granulopoyesis La granulopoyesis en
la médula ósea tarda unas dos semanas. La fase mitótica (proliferativa) en la granulopoyesis
dura alrededor de una semana y se detiene en la etapa de mielocito avanzado. La fase
posmitótica, caracterizada por la diferenciación celular, de metamielocito a granulocito
maduro, también dura alrededor de una semana. El tiempo que tarda la mitad de los
neutrófilos segmentados circulantes en aban

donar la sangre periférica, es de aproximadamente 6 h a 8 h. Los neutrófilos salen de la sangre


en forma aleatoria, es decir, un neutrófilo dado puede circular durante unos pocos minutos o
hasta 16 h antes de entrar en el tejido conjuntivo perivascular (la vida media medida de los
neutrófilos circulantes humanos es de sólo 8 h a 12 h). Los neutrófilos viven de 1 a 2 días en el
tejido conjuntivo, después de lo cual se destruyen por apoptosis y, posteriormente, son
fagocitados por macrófagos. Además, una gran cantidad de neutrófilos se pierde por la
migración hacia la luz del tubo digestivo, desde donde se eliminan junto con las heces. La
médula ósea mantiene una reserva grande de neutrófilos totalmente funcionales listos para
reemplazar o suplementar a los neutrófilos circulantes en los momentos de aumento de la
demanda. En condiciones normales, la médula ósea produce más de 1011 neutrófilos por día.
Como resultado de la liberación de neutrófilos desde la médula ósea, ésta suele contener una
cantidad de neutrófilos maduros y semimaduros de 5 a 30 veces mayor que la cantidad
presente en la circulación. Este fondo común de reserva de la médula ósea libera neutrófilos
hacia la circulación en forma constante y es surtido por células en proceso de maduración. Los
neutrófilos de reserva pueden

Islote eritoblástico Megacariocitos

Sinusoide

Célula adventicia Islote eritoblástico

Adipocitos

Megacariocito

Sinusoide

Sinusoide

Endotelio

Lámina basal

FIGURA 10-25 ▲ Médula ósea con hematopoyesis activa. a. Esta representación esquemática
de la médula ósea muestra los nidos eritroblásticos que están produciendo eritrocitos, los
megacariocitos que están liberando plaquetas en los sinusoides, las células endoteliales (rosa)
contiguas a una lámina basal (rojo oscuro) que es escasa en algunos sitios y falta en donde las
células maduras de las progenies están en los sinusoides, las células adventicias o reticulares
(azul) que se extienden desde la lámina basal hacia el compartimento hematopoyético y
células adiposas dispersas (modificado de Wiess L, ed. Cell and Tissue Biology: A Textbook of
Histology. 6th ed. Baltimore: Urban & Schwarzenberg; 1988). b. Esta fotomicrografía ósea
teñida con H&E muestra centro hematopoyéticos activos muy cercanos a los sinusoides
medulares. 420 X.

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324

CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo FORMACIÓN DE LAS CÉLULAS DE LA SANGRE (HEMATOPOYESIS)

Cordón óseo Sinusoides Islote eritroblástico

Islote eosinófilo

Adipocitos

Punta de la muestra de núcleo (artefacto aspiración) Médula ósea normal

Área cerca de la piel (interrupción del artefacto de cordones óseos)

FIGURA 10-26 ▲ Muestra nuclear de una biopsia de médula ósea. La fotomicrografía de bajo
aumento (arriba) muestra la longitud completa de una muestra de biopsia de núcleo de
médula ósea obtenidas de la parte posterior de la cresta ilíaca de una mujer de 25 años de
edad, con una breve historia de fiebre, sudores nocturnos, fatiga, leucocitosis con linfocitosis
absoluta, esplenomegalia, una reacción en cadena positiva de polimerasa (PCR) para el
citomegalovirus y una proliferación de linfocito T CD8+ clonal. El lado derecho de la imagen
muestra la interrupción de los cordones óseos, una indicación de un artefacto de inserción de
la aguja en el área cercana a la superficie de la piel. El área más clara y eosinófila cerca de la
punta de la muestra de núcleo, sin patrón de médula ósea evidente, corresponde al artefacto
de aspiración. 12 X. La fotomicrografía (abajo) muestra un mayor aumento del área indicada
por el rectángulo superior. La médula ósea en este paciente parece ser normocelular (70 % de
celularidad) con hematopoyesis normal (v. cuadro 10-6 para una explicación de la celularidad
de la médula ósea). 110 X. (Gentileza del Dr. Gabriel C. Caponetti, Creighton University).

este cálculo, la cantidad de células hematopoyéticas disminuye con la edad. La médula ósea
con un índice normal para la edad específica se llama médula ósea normocelular. La desviación
de los índices normales para las edades específicas indica un cambio patológico en la médula
ósea. En la médula ósea hipocelular, que aparece en la anemia aplásica o después de la
quimioterapia, la biopsia medular presenta sólo una pequeña cantidad de células
hematopoyéticas (fig. C10-6.1a). Por lo tanto, una persona de 50 años de edad con este
trastorno podría tener un índice de celularidad medular ósea del 10 % al 20 %. En una persona
de la misma edad con leucemia mieloide aguda, el índice de celularidad medular ósea podría
ser del 80 % al 90 %. La médula ósea hipercelular es característica de la médula ósea afectada
por tumores originados de células hematopoyéticas (fig. C106.1b). CUADRO 10-6 Correlación
clínica: celularidad de la médula ósea La celularidad de la médula ósea es uno de los factores
más importantes en la valoración de la función de la médula ósea. La valoración de la
celularidad de la médula ósea es semicuantitativa y corresponde a la proporción de células
hematopoyéticas con respecto a los adipocitos. La valoración más fidedigna de la celularidad
se obtiene mediante el examen microscópico de una biopsia de médula ósea que conserva la
organización medular. Los frotis no son adecuados para determinar la celularidad. La
celularidad de la médula cambia con la edad. La celularidad medular ósea normal para una
edad específica se puede calcular mediante la sustracción de la edad de una persona de 100 y
la adición de 6 10 %. Por lo tanto, la médula ósea de una persona de 30 años, contiene entre el
60% y el 80% de las células hematopoyéticas activas (100 – 30 5 70 6 10 %); en cambio, una
persona de 70 años, está en el intervalo del 20 % al 40 % (100 – 70 5 30 6 10 %). Como puede
verse a partir de

a b FIGURA C10-6.1 ▲ Celularidad de la médula ósea a. Este es un ejemplo de médula ósea


hipocelular de una persona con anemia aplásica. La médula ósea está compuesta
principalmente por adipocitos y carece de actividad hematopoyética normal. 120 X. b. Esta
fotomicrografía de un corte medular óseo de una persona con leucemia mieloide aguda
muestra una médula hipercelular. Debe observarse que todo el campo junto al cordón óseo
está repleto de mieloblastos muy apretados. En esta imagen sólo aparecen unos pocos
adipocitos (Rubien E, Gorstein F, Schwarting R, Strayer DS. Rubin’s Pathology. 4th ed.
Baltimore: Lippincott Williams & Wilkins; 2004, Figs. 20-12 y 20-54. Reproducido con
autorización).

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325

CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo FORMACIÓN DE LAS CÉLULAS DE LA SANGRE


(HEMATOPOYESIS)

liberarse bruscamente en respuesta a la inflamación, infección oal ejercicio intenso. En el


compartimento vascular también hay un reservorio de neutrófilos. Esta reserva consiste en un
fondo común libre circulante y un fondo común de neutrófilos marginados, este último se
encuentra en los vasos sanguíneos de pequeño calibre. Los neutrófilos se adhieren al endotelio
de un modo similar a como lo hacen antes de salir del sistema vascular en los sitios de lesión o
infección (v. pág 301-302). Los neutrófilos marginados normales, sin embargo, están adheridos
de manera laxa a través de la acción de selectinas y pueden ser reclutados con mucha rapidez.
Están en equilibrio dinámico en el fondo común circulante, que es aproximadamente igual al
tamaño del fondo común de neutrófilos marginados. El tamaño del fondo común de reserva en
la médula ósea y en el compartimento vascular depende del ritmo de la granulopoyesis, la
longevidad de los neutrófilos y la velocidad de migración hacia la circulación y el tejido
conjuntivo. Todo el proceso hematopoyético se reseña en la tabla 10-3. Los factores de
transcripción controlan el destino de las células hematopoyéticas, mientras que las citocinas y
los mediadores locales regulan todas las etapas de la hematopoyesis. Las interacciones
estrechas entre las HSC y su microambiente medular óseo permiten la redefinición de la
identidad y de las vías de diferenciación de estos citoblastos multipotenciales. Las moléculas
de señalización provenientes de una variedad de células de médula ósea inician mecanismos
intracelulares que, en última instancia, actúan sobre un grupo selecto de proteínas inhibidoras
y activadoras conocidas como factores de transcripción. Éstas se unen específicamente a las
regiones promotoras o amplificadoras del ADN en la célula afectada. Mediante el control de la
transcripción de los genes específicos corriente abajo, estos factores de transcripción
desencadenan una cascada de cambios genéticos que finalmente determina el curso de las
células durante la diferenciación. Además de identificar los diversos factores de transcripción
intracelulares, estudios recientes han identificado y comenzado a caracterizar numerosas
moléculas de señalización que se encuentran en la médula ósea. Entre ellas se encuentran las
glucoproteínas, que actúan como hormonas circulantes y mediadores locales para regular el
progreso de la hematopoyesis y la tasa de diferenciación de otros tipos celulares (tabla 10-4).
Hormonas específicas, como la eritropoyetina o trombopoyetina, comentadas en la sección
anterior, regulan el desarrollo de los eritrocitos y trombocitos, respectivamente. Otros
factores, colectivamente llamados factores estimulantes de colonias (CSF), se subclasifican
según la célula o grupo de células que afectan. Los factores aislados y caracterizados
recientemente de un modo más completo, que estimulan la formación de granulocitos y
monocitos son: GM-CSF, G-CSF y el factor estimulante de colonias de macrófagos (M-CSF). Las
interleucinas, producidas por los linfocitos, actúan sobre otros leucocitos y sus progenitores. La
IL-3 es una citocina que parece afectar a la mayoría de las células progenitoras e incluso células
con diferenciación terminal. Cualquier citocina particular puede actuar en una o más etapas de
la hematopoyesis y puede afectar la división, la diferenciación o la función de las células. Estos
factores son sintetizados por muchos

tipos de células diferentes, como las células renales (eritropoyetina), los hepatocitos
(trombopoyetina), los linfocitos T (IL3), las células endoteliales (IL-6), las células adventicias en
la médula ósea (IL-7) y los macrófagos (CSF que afectan el desarrollo de granulocitos y
macrófagos). El aislamiento, la caracterización, la elaboración y los ensayos clínicos de
citocinas (proteínas y péptidos que son moléculas de señalización) para el tratamiento de
enfermedades humanas son las principales actividades de la floreciente industria de la
biotecnología. Varias citocinas hematopoyéticas y linfopoyéticas elaboradas mediante la
tecnología de ADN recombinante, ya se utilizan en la práctica clínica. Éstas incluyen
eritropoyetina recombinante, G-CSF, GM-CSF e IL-3; otras están en fase de desarrollo activo. El
GM-CSF (sargramostim, Leukine) se utiliza clínicamente para estimular la producción de
leucocitos después de la quimioterapia y para acelerar la recuperación leucocítica posterior a
un trasplante de médula ósea. Formación de monocitos Los citoblastos CMP multipotenciales
también dan origen a las células que siguen la línea de desarrollo de monocitos-macrófagos.
Los monocitos se producen en la médula ósea a partir de una célula madre GMP que puede
madurar en un monocito o en algún otro de los tres linajes de células granulocíticas. Además,
la célula GMP da lugar a células dendríticas. La proliferación y diferenciación de la célula CMP
en una célula GMP predestinada está controlada por la IL-3. El desarrollo adicional del linaje de
células progenitoras de monocitos (MoP) depende de la presencia continua de los factores de
transcripción PU.1 y Egr-1 y es estimulado por la IL-3 y el GMCSF. El GM-CSF también controla
la diferenciación adicional en células maduras, que después se liberan en la circulación. La
transformación de las células MoP en monocitos tarda alrededor de 55 h, y los monocitos
permanecen en la circulación cerca de 16 h antes de emigrar hacia los tejidos donde se
diferencian, bajo la acción tanto del GM-CSF como del M-CSF, en macrófagos tisulares. Su vida
útil posterior aún no se entiende por completo. Formación de linfocitos (linfopoyesis) El
desarrollo y la predestinación del linaje de las células CLP dependen de la expresión de
diversos factores de transcripción. Si bien los linfocitos proliferan continuamente en los
órganos linfáticos periféricos, la médula ósea sigue siendo el sitio primario de la linfopoyesis en
los seres humanos. Los miembros de la familia Ikaros de factores de transcripción desempeñan
un papel importante en la diferenciación de las HSC pluripotenciales en las células
progenitoras linfoides comunes (CLP). La progenie de las células CLP que expresa el factor de
transcripción GATA-3, está destinada a convertirse en los linfocitos T. Estas células que
expresan GATA-3 abandonan la médula ósea en la forma de linfocitos pre-T y se trasladan
hacia el timo, donde completan su diferenciación y su “educación” de células tímicas (v. cap
14, sistema linfático). Después entran en la circulación en forma de pequeños linfocitos T de
vida larga. Otro factor de transcripbooksmedicos.org ERRNVPHGLFRVRUJ

326
CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo MÉDULA ÓSEA

ción, Pax5, activa los genes de linfocitos B específicos en las células CLP destinadas a
convertirse en linfocitos B. En los mamíferos, estas células se originan en los órganos
bursaequivalentes, como la médula ósea, el tejido linfático asociado al intestino y el bazo.
Aunque un número de factores de transcripción se han identificado en el desarrollo de los
linajes de células linfoides, se sabe poco acerca de los factores que pueden influir en el
desarrollo y la predestinación de linaje de las células NK. Es muy probable que las células NK se
diferencien, bajo la influencia de IL-2 e IL-15, en células pre-NK inmaduras y, después de la
adquisición de funciones efectoras de células NK (citotoxicidad y capacidad de secretar
interferón), se conviertan en células NK maduras. La médula ósea es el órgano principal de
producción de células NK. No obstante, estudios recientes señalan que los ganglios linfáticos o
el timo fetal también pueden contener células progenitoras NK. Los linfocitos constituyen
hasta el 30 % de todas las células nucleadas de la médula ósea. La producción y diferenciación
de los linfocitos se describen con más detalle en el cap. 14, sistema linfático. MÉDULA ÓSEA

La médula ósea roja se halla enteramente dentro de los huesos, tanto en la cavidad medular
de los huesos largos de los jóvenes como en los espacios que hay entre las cordones de hueso
esponjoso. La médula ósea está compuesta por vasos sanguíneos, las unidades especializadas
de vasos sanguíneos llamadas sinusoides y una red similar a una esponja de células
hematopoyéticas (fig. 10-25). Los sinusoides de la médula ósea proporcionan una barrera
entre el compartimento hematopoyético y la circulación periférica. En los cortes, las células
hematopoyéticas parecen que forman “cordones” entre sinusoides o entre sinusoides y hueso.
El sinusoide de la médula ósea roja es una unidad vascular única. Se localiza en la posición
normalmente ocupada por un capilar; es decir, que se interpone entre las arterias y las venas.
Se cree que derivan de vasos que han irrigado el tejido óseo cortical. Los sinusoides se originan
a partir de estos vasos en la unión corticomedular. La pared sinusoide consiste en un
revestimiento endotelial, una lámina basal discontinua y un recubrimiento incompleto de
células adventicias. El endotelio es un epitelio plano simple. La célula adventicia, también
llamada célula reticular, envía extensiones laminares en la sustancia de los cordones
hematopoyéticos, que proporcionan cierto grado de sostén a las células sanguíneas en
desarrollo. Además, las células adventicias producen fibras reticulares. También actúan
estimulando la diferenciación de las células de las series hematopoyéticas en los elementos
figurados maduros de la sangre por la secreción de varias citocinas (p. ej., CSF, IL-5, IL-7).
Cuando la hematopoyesis y el paso de las células maduras hacia los sinusoides son activos, la
célula adventicia y la lámina basal son desplazadas por las células sanguíneas maduras al
aproximarse al endotelio para entrar en el sinusoide desde la cavidad medular ósea.

El sistema de sinusoides de la médula ósea es una circulación cerrada; los elementos figurados
nuevos tienen que atravesar el endotelio para entrar en la circulación. Conforme una célula
sanguínea ya madura o la prolongación de un megacariocito empuja una célula endotelial, se
comprime la membrana plasmática abluminal contra la membrana plasmática luminal hasta
que ambas se fusionan, y forman así un orificio o abertura transitoria. La célula migrante o la
prolongación del megacariocito perfora literalmente la célula endotelial. Por lo tanto, la
migración a través del endotelio de la médula ósea es un fenómeno transcelular y no
intercelular. Cada célula de la sangre debe pasar a través de una abertura para entrar en la luz
de un sinusoide. Del mismo modo, una prolongación de megacariocitos debe sobresalir a
través de una abertura de manera que las plaquetas puedan liberarse directamente a la luz del
sinusoide. La abertura está limitada por la membrana plasmática fusionada y de este modo se
mantiene la integridad de la célula endotelial durante el paso transcelular. Una vez que la
célula sanguínea ha completado su paso a través de la abertura o el megacariocito que ha
emitido las plaquetas retrae su prolongación, la célula endotelial se “autorrepara” y la abertura
desaparece. En la médula ósea roja activa, los cordones de las células hematopoyéticas
contienen principalmente células sanguíneas en desarrollo y megacariocitos. Los cordones
también contienen macrófagos, mastocitos y algunas células adiposas. Si bien los cordones de
tejido hematopoyético parecen desorganizados, los tipos específicos de células sanguíneas se
desarrollan en cúmulos o nidos. Cada nido eritropoyético contiene un macrófago. Estos nidos
están ubicados cerca de la pared de un sinusoide. Los megacariocitos también están ubicados
junto a la pared sinusoidal y emiten sus plaquetas directamente en el sinusoide a través de
aberturas en el endotelio. Los granulocitos se desarrollan en nidos celulares alejados de la
pared sinusoidal. Cuando está maduro, el granulocito migra hacia el sinusoide y entra en la
circulación. La médula ósea que no es activamente hematopoyética contiene sobre todo
adipocitos, lo que le da el aspecto de tejido adiposo. La médula ósea inactiva se llama médula
ósea amarilla. Es la forma principal de médula ósea en la cavidad medular de los huesos del
adulto que ya no son hematopoyéticamente activos, como los huesos largos de los brazos,
piernas, dedos de manos y pies. En estos huesos, la médula ósea roja se ha sustituido
completamente por la grasa. Incluso en la médula ósea hematopoyéticamente activa en los
seres humanos adultos, como las costillas, vértebras, pelvis y cintura escapular, alrededor de la
mitad del espacio medular está ocupado por tejido adiposo y la otra mitad por tejido
hematopoyético. No obstante, la médula ósea amarilla retiene su potencialidad
hematopoyética y, si es necesario, como ocurre después de una hemorragia grave, puede
volver a convertirse en médula ósea roja tanto por la extensión del tejido hematopoyético
hacia la médula amarilla como por la repoblación de esta última con citoblastos circulantes. El
examen de médula ósea es esencial para el diagnóstico y el tratamiento de muchos trastornos
sanguíneos y medulares. booksmedicos.org ERRNVPHGLFRVRUJ

327

CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo MÉDULA ÓSEA

El examen de aspirado medular y la biopsia con aguja gruesa (trépano) de médula ósea es
esencial para el diagnóstico de trastornos medulares. Ambos métodos son complementarios y
proporcionan una valoración completa de la médula ósea. Hay varias indicaciones para el
examen de médula ósea: anemia inexplicable (recuento bajo de eritrocitos), morfología
anormal en el frotis de sangre periférica, diagnóstico y estadificación de enfermedades
malignas hematológicas (leucemia) y metástasis sospechosa de médula ósea. Por lo general, el
diagnóstico definitivo se basa en una combinación de hallazgos clínicos y varios
procedimientos de diagnóstico, incluidos exámenes de sangre periférica, aspirado de médula
ósea y biopsia con aguja gruesa y otras pruebas específicas (p. ej., inmunofenotipaje, estudios
genéticos moleculares). En la aspiración de médula ósea, se inserta una aguja a través de la
piel hasta que penetra en el hueso. El sitio anatómico preferido para una biopsia medular es la
parte posterior de la cresta ilíaca (hueso de la cadera). Una pequeña cantidad

de médula ósea se obtiene mediante la aplicación de presión negativa con una jeringa
conectada a la aguja. El aspirado se extiende entonces como un preparado en un portaobjetos
de vidrio y la muestra se examina con el microscopio para determinar la morfología celular
individual. En la biopsia del núcleo de la médula ósea se obtiene médula ósea intacta para
análisis de laboratorio. Por lo general, se hace una pequeña incisión en la piel para permitir
que la aguja pase al hueso. La aguja de biopsia avanza a través del hueso con un movimiento
de rotación (similar al movimiento del sacacorchos a través del corcho) y después se retira
junto con una pequeña pieza sólida de médula ósea en su interior. Después de retirarse la
aguja, se extrae la muestra nuclear y se procesa para la elaboración de preparados de rutina
con H&E. La muestra de núcleo para biopsia obtenida en este procedimiento, sirve para el
análisis de la arquitectura de la médula ósea (fig. 10-26). Se suele utilizar para diagnosticar y
determinar etapas diferentes de tipos de cáncer o controlar los resultados de la quimioterapia.
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CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo HISTOLOGÍA 101 328 Puntos esenciales Tejido sanguíneo
GENERALIDADES DE LA SANGRE ◗ La sangre es un tejido conjuntivo líquido que circula a través
del sistema cardiovascular. Está compuesta por una matriz extracelular líquida abundante en
proteínas, llamada plasma y elementos formes (glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas). ◗
El volumen de glóbulos rojos (eritrocitos) en el total de la sangre se llama hematocrito (HCT) o
volumen de células compactas (PCV); el HCT es de alrededor del 45 % en los hombres y las
mujeres. ◗ Los glóbulos blancos (leucocitos) constituyen el 1 % del volumen sanguíneo.
PLASMA ◗ Las principales proteínas plasmáticas son la albúmina (responsable de la presión
osmótica coloidal), globulinas (incluyen inmunoglobulinas y globulinas no inmunes) y
fibrinógeno (que intervienen en la coagulación de la sangre). La mayoría de las proteínas
plasmáticas son secretadas por el hígado. ◗ El suero es el plasma sanguíneo del que se han
eliminado los factores de coagulación. LEUCOCITOS (GLÓBULOS BLANCOS) ◗ Los leucocitos se
subclasifican en dos grupos fundamentados en la presencia o ausencia de gránulos específicos
en el citoplasma: granulocitos (neutrófilos, eosinófilos, basófilos) o agranulocitos (linfocitos,
monocitos). ◗ Los neutrófilos (del 47 % al 67 % del total de leucocitos) tienen núcleos
polimórficos multilobulados. Sus gránulos específicos contienen diversas enzimas, activadores
del complemento y péptidos antimicrobianos (es decir, lisozima, lactoferrina) para la
destrucción de microorganismos en los sitios de inflamación. ◗ Los neutrófilos abandonan la
circulación a través de las vénulas poscapilares en un proceso de reconocimiento celular
neutrófilo-endotelial. Esto implica moléculas de adhesión celular (selectinas e integrinas) y la
posterior diapédesis (migración transendotelial) de los neutrófilos. ◗ Los eosinófilos (del 1 % al
4 % del total de leucocitos) tienen núcleo bilobulado y gránulos eosinófilos específicos que
contienen proteínas que son citotóxicas para las protozoos y los parásitos helmintos. Los
eosinófilos se relacionan con reacciones alérgicas, infecciones parasitarias e inflamación
crónica. ◗ Los basófilos (< 0,5 % del total leucocitos) tienen núcleos lobulados irregulares
cubiertos por grandes gránulos basófilos específicos, que contienen heparina, histamina,
heparán sulfato y leucotrienos. Estas sustancias desempeñan un papel importante en las
reacciones alérgicas y las inflamaciones crónicas. ◗ Los linfocitos (del 26 % al 28 % del total de
leucocitos) son las principales células funcionales del sistema inmunitario. Varían en tamaño y
tienen núcleos esferoidales densos rodeados por un borde delgado de citoplasma. ◗ Hay tres
tipos principales de linfocitos: los linfocitos T (células T; involucradas en la inmunidad mediada
por células), linfocitos B (células B; involucradas en la producción de anticuerpos) y células
destructoras naturales (NK) (programadas para matar ciertas células infectadas con virus y
cancerosas). ◗ Los monocitos (del 3 % al 9 % del total de leucocitos) tienen núcleos indentados.
Después de la migración desde el sistema vascular, se transforman en macrófagos y otras
células del sistema fagocítico mononuclear. Funcionan como células presentadoras de
antígenos en el sistema inmunitario. ERITROCITOS (GLÓBULOS ROJOS) ◗ Los eritrocitos son
discos bicóncavos anucleados (7,8 mm de diámetro) que están llenos de hemoglobina y
diseñados para soportar las fuerzas de cizallamiento experimentadas durante la circulación. Su
vida media es de unos 120 días. ◗ La hemoglobina es una proteína especializada que se
compone de cuatro cadenas de globinas con grupos hemo que contienen hierro para la unión,
transporte y liberación de O2 y CO2. ◗ Hay tres tipos principales de hemoglobina en los seres
humanos adultos: HbA ( ∼ 96 % del total de hemoglobina), HbA2 (∼ 3 %) y HbF (>1 %, pero
frecuente en el feto). TROMBOCITOS (PLAQUETAS) ◗ Los trombocitos son pequeños
fragmentos citoplasmáticos anucleados delimitados por membrana, derivados de
megacariocitos. Se dividen en cuatro zonas (periférica, estructural, orgánulos, y de membrana)
según su organización y función. booksmedicos.org

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329

CAPÍTULO 10 Tejido sanguíneo HISTOLOGÍA 101

MÉDULA ÓSEA ◗ La médula ósea roja contiene cordones de células hematopoyéticas activas
que se encuentran dentro de la cavidad medular en los niños y en los espacios de hueso
esponjoso en los adultos. ◗ La médula ósea contiene vasos sanguíneos especializados
(sinusoides) en los cuales se liberan las células y plaquetas de la sangre neodesarrolladas. ◗ La
médula ósea inactiva en la hematopoyesis contiene predominantemente células de tejido
adiposo y se llama médula ósea amarilla.

◗ La hematopoyesis (hemopoyesis) se inicia en el desarrollo embrionario temprano e incluye la


eritropoyesis (formación de glóbulos rojos), la leucopoyesis (formación glóbulos blancos) y la
trombopoyesis (formación de plaquetas). ◗ En los adultos, las células madre hematopoyéticas
(HSC) residen en la médula ósea. Bajo la influencia de citocinas y factores de crecimiento, se
diferencian en células progenitoras mieloides comunes (CMP) (dan origen a megacariocitos,
eritrocitos, neutrófilos, eosinófilos, basófilos y/o mastocitos y monocitos) y células
progenitoras linfoides comunes (CLP) (dan origen a linfocitos T, linfocitos B y células NK). ◗
Durante la eritropoyesis, los eritrocitos evolucionan de proeritroblastos y basófilos,
eritroblastos policromatófilos y ortopolicromatófilos en eritrocitos policromatófilos y maduros.
◗ Los eritrocitos en desarrollo se hacen más pequeños, cambian su apariencia citoplasmática
(de azul a rojo) debido a una intensa acumulación de hemoglobina y extruyen sus núcleos.

◗ En la trombopoyesis, los trombocitos (plaquetas) se producen en la médula ósea por


megacariocitos (células poliploides grandes de la médula ósea roja) que se desarrollaron a
partir de los mismos citoblastos CMP, como los eritroblastos. ◗ En la granulopoyesis, los
granulocitos se originan a partir del citoblasto CMP, que se diferencia en progenitores de
granulocitos/monocitos (GMP; también dan origen a monocitos). Los citoblastos CMP también
originan monocitos. ◗ Las células progenitoras de neutrófilos (NOP) sufren seis etapas
morfológicamente identificables en el desarrollo: mieloblastos, promielocito, mielocito (el
primero en exhibir gránulos específicos), metamielocito, células en banda (inmaduras) y
neutrófilos maduros. El desarrollo de otros granulocitos sigue un camino similar. ◗ En la
linfopoyesis, los linfocitos se desarrollan a partir de citoblastos CLP y dependen de la expresión
de factores de transcripción específicos. Se diferencian en la médula ósea y otros tejidos
linfáticos. FORMACIÓN DE CÉLULAS SANGUÍNEAS (HEMATOPOYESIS) booksmedicos.org

ERRNVPHGLFRVRUJ GENERALIDADES DEL SISTEMA NERVIOSO / 356 COMPOSICIÓN DEL TEJIDO


NERVIOSO/ 357 LA NEURONA / 357 Soma neuronal / 358 Dendritas y axones/ 360 Sinapsis /
361 Sistemas de transporte axónico / 367 CÉLULAS DE SOSTÉN DEL SISTEMA NERVIOSO: LA
GLÍA/ 368 Glía periférica / 368 Células de Schwann y vaina de mielina / 368 Células satélite /
371 Glía central / 371 Conducción del impulso / 378 ORIGEN DE LAS CÉLULAS DEL TEJIDO
NERVIOSO / 378 ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO / 379 Nervios periféricos
/ 379 Componentes del tejido conjuntivo del nervio periférico / 379 Receptores aferentes
(sensitivos) / 381 ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO / 381

Divisiones del sistema nervioso autónomo simpático y parasimpático / 382 División entérica
del sistema nervioso autónomo / 383 Resumen de la distribución autónoma / 384
ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL / 385 Células de la sustancia gris / 385
Organización de la médula espinal / 385 Tejido conjuntivo del sistema nervioso central / 386
Barrera hematoencefálica / 388 RESPUESTA DE LAS NEURONAS A LA AGRESIÓN / 389
Degeneración / 389 Regeneración / 391 Cuadro 12-1 Correlación clínica: enfermedad de
Parkinson / 362 Cuadro 12-2 Correlación clínica: enfermedades desmielinizantes / 370 Cuadro
12-3 Correlación clínica: gliosis reactiva: formación de cicatrices en el sistema nervioso
central / 391 HISTOLOGIA 101. Puntos esenciales / 392

Tejido nervioso 12

GENERALIDADES DEL SISTEMA NERVIOSO El sistema nervioso permite que el cuerpo responda
a los cambios continuos en su medio externo e interno. Controla e integra las actividades
funcionales de los órganos y los sistemas orgánicos. Desde el punto de vista anatómico, el
sistema nervioso está dividido de la siguiente manera: • Sistema nervioso central (SNC), que
está compuesto por el encéfalo y la médula espinal, contenidos en la cavidad craneana y en el
conducto vertebral, respectivamente. • Sistema nervioso periférico (SNP), que está compuesto
por los nervios craneales, espinales y periféricos que conducen impulsos desde el SNC (nervios
eferentes o moto

res) y hacia él (nervios aferentes o sensitivos); los conjuntos de somas neuronales ubicados
fuera del SNC, denominados ganglios y las terminaciones nerviosas especializadas (tanto
motoras como sensitivas). Las interacciones entre los nervios sensitivos (aferentes) que
reciben estímulos, el SNC que los interpreta y los nervios motores (eferentes) que inician las
respuestas, originan las vías nerviosas. Estas vías median las acciones reflejas denominadas
arcos reflejos. En los seres humanos, la mayor parte de las neuronas sensitivas no entran en
forma directa en el encéfalo sino que se comunican mediante terminaciones especializadas
(sinapsis) con las neuronas motoras localizadas en la médula espinal. Desde el punto de vista
funcional, el sistema nervioso se divide en:

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso COMPOSICIÓN DEL TEJIDO NERVIOSO

Las funciones de los diferentes tipos de células gliales comprenden: • sostén físico (protección)
para las neuronas; • aislamiento para los somas y las evaginaciones neuronales, lo que facilita
la rápida transmisión de impulsos nerviosos; • reparación de la lesión neuronal; • regulación
del medio líquido interno del SNC; • eliminación de los neurotransmisores de las hendiduras
sinápticas; • intercambio metabólico entre el sistema vascular y las neuronas del sistema
nervioso. Además de las neuronas y de las células de sostén, tanto el SNC como el SNP
presentan un componente vascular extenso. Los vasos sanguíneos están separados del tejido
nervioso por las láminas basales y por cantidades variables de tejido conjuntivo, según el
tamaño del vaso. El límite entre los vasos sanguíneos y el tejido nervioso en el SNC excluye
muchas sustancias que normalmente abandonan los vasos sanguíneos para entrar en otros
tejidos. Esta restricción selectiva de sustancias de transmisión sanguínea en el SNC se
denomina barrera hematoencefálica y se comenta en la pág. 421. El sistema nervioso permite
una rápida respuesta a los estímulos externos. El sistema nervioso evoluciona desde un
sistema neuroefector simple de los animales invertebrados. En los sistemas nerviosos
primitivos, para responder a los estímulos externos sólo existen simples arcos reflejos que
comprenden un receptor y un efector. En los animales superiores y en los seres humanos, el
SNS retiene la capacidad de responder a los estímulos del medio externo a través de la acción
de las células efectoras (como el sistema osteomuscular), pero las respuestas neuronales son
infinitamente más variadas. Estas respuestas oscilan desde simples reflejos que requieren sólo
la participación de la médula espinal hasta operaciones encefálicas complejas que incluyen la
memoria y el aprendizaje. La parte autónoma del sistema nervioso regula la función de los
órganos internos. Los efectores específicos en los órganos internos que responden a la
información transportada por las neuronas autónomas incluyen: • Músculo liso. La contracción
del músculo liso modifica el diámetro o la forma de las vísceras tubulares o huecas, como los
vasos sanguíneos, el intestino, la vesícula biliar y la vejiga urinaria. • Células de conducción
cardíaca (fibras de Purkinje) que están ubicadas dentro del sistema de conducción del corazón.
La frecuencia inherente de despolarización de la fibra de Purkinje regula el ritmo de
contracción muscular cardíaca y puede ser modificada por impulsos autónomos. • Epitelio
glandular. El sistema nervioso autónomo regula la síntesis, la composición y la liberación de las
secreciones. La regulación de la función de los órganos internos comprende la cooperación
estrecha entre el sistema nervioso y el sistema endocrino. Las neuronas en varias partes del
encéfalo y en otros sitios se comportan como células secretoras y reciben el nombre de tejido
neuroendocrino. Los diversos pape

• Sistema nervioso somático (SNS) que consiste en las partes somáticas (gr. soma, cuerpo) del
SNC y del SNP. El SNS controla las funciones que están bajo el control voluntario consciente,
con excepción de los arcos reflejos. Proporciona inervación sensitiva y motora a todas las
partes del cuerpo, excepto las vísceras, los músculos lisos y cardíacos y las glándulas. • Sistema
nervioso autónomo (SNA) que está compuesto por las partes autónomas del SNC y del SNP. El
SNA provee inervación motora involuntaria eferente al músculo liso, al sistema de conducción
cardíaca y a las glándulas. También proporciona inervación sensitiva aferente desde las
vísceras (dolor y reflejos autónomos). El SNA, además, se subclasifica en una división simpática
y una división parasimpática. Un tercer componente del SNA, la división entérica, inerva el
tubo digestivo. Se comunica con el SNC a través de las fibras nerviosas parasimpáticas y
simpáticas. Sin embargo, también puede funcionar en forma independiente de las otras dos
divisiones del SNA (v. pág. 415).

COMPOSICIÓN DEL TEJIDO NERVIOSO

El tejido nervioso está compuesto por dos tipos principales de células: las neuronas y las
células de sostén. La neurona o célula nerviosa es la unidad funcional del sistema nervioso.
Está compuesta por el soma que contiene el núcleo y varias evaginaciones de longitud
variable. Las neuronas están especializadas para recibir estímulos desde otras células y para
conducir impulsos eléctricos hacia otras partes del sistema a través de sus evaginaciones. Son
varias las neuronas que normalmente participan en la transmisión de impulsos desde una
parte del sistema hacia otra. Estas neuronas están organizadas, a modo de eslabones de una
cadena, como una red de comunicaciones integrada. Los contactos especializados entre las
neuronas, que permiten la transmisión de información especializada desde una neurona a la
siguiente, se denominan sinapsis. Las células de sostén son células no conductoras y están
ubicadas cerca de las neuronas. Se denominan células gliales o sólo glía. El SNC contiene cuatro
tipos de células gliales: los oligodendrocitos, los astrocitos, la microglía y los ependimocitos (v.
pág. 407). En conjunto, estas células se denominan glía central. En el SNP, las células de sostén
se denominan glía periférica e incluyen las células de Schwann, las células satélites y una gran
variedad de otras células asociadas con estructuras específicas. Las células de Schwann rodean
las evaginaciones de las neuronas y las aíslan de las células y de la matriz extracelular
contiguas. Dentro de los ganglios del SNP, las células gliales periféricas se denominan células
satélites. Éstas rodean los somas neuronales, la parte de la célula que contiene el núcleo, y son
análogas de las células de Schwann. Las células de sostén de los ganglios que hay en la pared
del tubo digestivo, se denominan células gliales entéricas. Desde los puntos de vista
morfológico y funcional son similares a la glía central (v. pág. 407).

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso LA NEURONA

cuerpo y de los miembros. Las fibras aferentes viscerales transmiten impulsos de dolor y otras
sensaciones desde los órganos internos, las membranas mucosas, las glándulas y los vasos
sanguíneos. • Neuronas motoras que transmiten impulsos desde el SNC o los ganglios hasta las
células efectoras. Las evaginaciones de estas neuronas están incluidas en las fibras nerviosas
eferentes somáticas y eferentes viscerales. Las neuronas eferentes somáticas envían impulsos
voluntarios al sistema osteomuscular. Las neuronas eferentes viscerales transmiten impulsos
involuntarios hacia los músculos lisos, las células de conducción cardíaca (fibras de Purkinje) y
las glándulas (fig. 12-1). • Interneuronas, también llamadas neuronas intercalares, forman una
red de comunicación y de integración entre las neuronas sensitivas y motoras. Se estima que
más del 99,9 % de todas las neuronas pertenecen a esta red integradora. Los componentes
funcionales de una neurona comprenden el soma, el axón, las dendritas y las uniones
sinápticas. El soma (pericarion) de una neurona contiene el núcleo y aquellos orgánulos que
mantienen la célula. Las evaginaciones que se extienden desde el soma constituyen una
estructura individual común característica de todas las neuronas. La mayor parte de las
neuronas posee un solo axón, que suele ser la prolongación más larga que se extiende desde la
célula, el cual transmite impulsos desde la célula hasta una terminación especializada
(sinapsis). La sinapsis establece contacto con otra neurona o con una célula efectora (p. ej.,
una célula muscular o una célula epitelial glandular). Una neurona suele contener muchas
dendritas, que son evaginaciones más cortas que transmiten impulsos desde la periferia (es
decir, otras neuronas) hacia el soma. Las neuronas se clasifican según la cantidad de
evaginaciones que se extienden desde el soma. Desde el punto de vista anatómico, la mayoría
de las neuronas puede caracterizarse de la siguiente manera: • Neuronas multipolares son las
que tienen un axón y dos o más dendritas (fig. 12-2). La dirección de los impulsos es desde la
dendrita hacia el soma y desde éste hacia el axón o desde el cuerpo neuronal hacia el axón.
Desde el punto de vista funcional, las dendritas y el soma de las neuronas multipolares son las
porciones receptoras de la célula, y su membrana plasmática está especializada para la
generación de impulsos. El axón es la porción conductora de la célula, y su membrana
plasmática está especializada para la conducción de impulsos. La porción terminal del axón, la
terminación sináptica, contiene diversos neurotransmisores, que son moléculas cuya liberación
a la altura de la sinapsis afecta otras neuronas, células musculares y células epiteliales
glandulares. Las neuronas motoras y las interneuronas constituyen la mayor parte de las
neuronas multipolares del sistema nervioso. • Neuronas bipolares son las que tienen un axón y
una dendrita (v. fig. 12-2). Las neuronas bipolares no son frecuentes. Suelen estar asociadas
con los receptores de los sentidos especiales (gusto, olfato, oído, vista y equilibrio). En general,
se encuentran en la retina del ojo y en

les desempeñados por las neurosecreciones en la regulación de las funciones de los sistemas
endocrino, digestivo, respiratorio, urinario y reproductivo se describen en los capítulos
siguientes. LA NEURONA

La neurona es la unidad estructural y funcional del sistema nervioso. El sistema nervioso


humano contiene más de 10 000 millones de neuronas. Si bien las neuronas muestran la
mayor variación en tamaño y forma que cualquier otro grupo de células en el cuerpo, pueden
agruparse en tres categorías generales. • Neuronas sensitivas que transmiten impulsos desde
los receptores hacia el SNC. Las evaginaciones de estas neuronas están incluidas en las fibras
nerviosas aferentes somáticas y aferentes viscerales. Las fibras aferentes somáticas transmiten
sensaciones de dolor, temperatura, tacto y presión desde la superficie corporal. Además, estas
fibras transmiten dolor y propiocepción (sensación inconsciente) desde los órganos internos
del cuerpo (p. ej., músculo, tendones y articulaciones), para proporcionarle al encéfalo
información relacionada con la orientación del

dendritas

axón

sinapsis

pericarion

cuerpo de Nissl cono axónico

mielina

mielina

placa motora terminal

músculo esquelético

célula de Schwann

oligodendrocito

nódulo de Ranvier

SISTEMA NERVIOSO CENTRAL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO

segmento inicial

FIGURA 12-1 ▲ Diagrama de una neurona motora. El pericarion, las dendritas y la parte
proximal del axón están dentro del SNC. El axón abandona el SNC y, ya en el SNP, es parte de
un nervio (no se muestra en la figura) que se extiende hasta sus efectores (músculo estriado).
En el SNC, la mielina para el axón es producida por un oligodendrocito y es parte de él. En el
SNP, la mielina es producida por una célula de Schwann, y es parte de ella.

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso LA NEURONA

(v. fig. 12-2). Las dos ramas axónicas son las unidades de conducción. Los impulsos son
generados en las arborizaciones (ramificaciones) periféricas de la neurona que son la porción
receptora de la célula. Cada neurona seudounipolar se desarrolla desde una neurona bipolar a
medida que su axón y su dendrita migran alrededor del soma neuronal y se fusionan en una
prolongación individual. La mayor parte de las neuronas seudounipolares son neuronas
sensitivas que se ubican cerca del SNC (fig. 12-3). Los somas de las neuronas sensitivas están
situados en los ganglios de la raíz dorsal y en los ganglios de los nervios craneales.

los ganglios del nervio vestíbulococlear (nervio craneal VIII)del oído. Algunas neuronas en este
grupo no se ajustan a las generalizaciones descritas antes. Por ejemplo, las células amacrinas
de la retina carecen de axones y los receptores olfatorios se parecen a las neuronas de los
sistemas neuronales primitivos porque retienen una ubicación superficial y se regeneran a un
ritmo mucho más lento que otras neuronas. • Las neuronas seudounipolares (unipolares) son
las que tienen una sola prolongación, el axón, que se divide cerca del soma en dos ramas
axónicas largas. Una rama se extiende hacia la periferia y la otra se extiende hacia el SNC

neurona seudounipolar

neurona bipolar

neurona motora grande

neurona autónoma presináptica

neurona autónoma postsináptica

músculo estriado (esquelético)

músculo liso de vasos sanguíneos

MOTOR SENSITIVO DE INTEGRACIÓN

célula piramidal interneuronas célula de Purkinje

corpúsculos de Nissl

FIGURA 12-2 ▲ Diagrama que ilustra diferentes tipos de neuronas. Los somas de las neuronas
seudounipolares (unipolares), bipolares y autónomas postsinápticas se localizan fuera del SNC.
Las células de Purkinje y las piramidales están restringidas al SNC; muchas de ellas han
elaborado arborizaciones dendríticas que facilitan su identificación. La rama axonal central y
todos los axones en las células restantes se indican en verde.

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso LA NEURONA

Soma neuronal El soma celular de una neurona tiene las características de las células
sintetizadoras de proteínas. El soma es la región dilatada de la neurona que contiene un núcleo
eucromático grande, con un nucléolo prominente y el citoplasma perinuclear circundante
(fig.12-4a, lámina 27, pág. 421). Con el microscopio electrónico de transmisión (MET), en el
citoplasma perinuclear se observa abundante retículo endoplásmico rugoso (RER) y ribosomas
libres, una característica consistente con su actividad de síntesis proteica. Con el microscopio
óptico, el contenido ribosómico aparece en la forma de pequeñas granulaciones denominadas
corpúsculos de Nissl que se tiñen intensamente con colorantes básicos y metacromáticamente
con colorantes de tionina (v. fig. 12-4a). Cada corpúsculo de Nissl corresponde a un rimero de
RER. El citoplasma perinuclear también contiene numerosas mitocondrias, un gran aparato de
Golgi perinuclear, lisosomas, microtúbulos, neurofilamentos (filamentos intermedios),
vesículas de transporte e inclusiones (fig. 12-4b). Los corpúsculos de Nissl, los ribosomas libres
y, ocasional

mente, el aparato de Golgi se extienden dentro de las dendritas pero no dentro del axón. Esta
área del soma, denominada cono axónico, carece de orgánulos citoplasmáticos grandes y sirve
como hito para distinguir los axones de las dendritas en los preparados tanto para el
microscopio óptico como para el MET. El núcleo eucromático, los grandes nucléolos, el
prominente aparato de Golgi y los corpúsculos de Nissl indican el alto nivel de actividad
anabólica necesaria para mantener estas grandes células. Las neuronas no se dividen; sin
embargo, en algunas regiones del encéfalo, hay células madre neurales que son capaces de
diferenciarse y reemplazar las neuronas lesionadas. Si bien las neuronas no se duplican, sus
componentes subcelulares se recambian con regularidad y tienen una vida media que se mide
en horas, días y semanas. La necesidad constante de reemplazar enzimas, sustancias
neurotransmisoras, componentes de membrana y otros complejos moleculares, se condice
con los aspectos morfológicos característicos de un alto nivel de actividad de síntesis. Las
moléculas de proteína

soma de neurona simpática

MÉDULA ESPINAL raíz dorsal

raíz ventral

ganglio de la raíz dorsal somas de neuronas sensitivas

vasos sanguíneos

neurona motora somática

nervio espinal

epineuro perineuro endoneuro

nódulo de Ranvier

neuronas amielínicas autónomas

neurona sensitiva somática mielina

músculo estriado
corpúsculo de Pacini

célula de Schwann

núcleo de célula de Schwann

músculo liso y enteroceptores del SNA

mielina

axones

axón

soma de neurona motora

FIGURA 12-3 ▲ Representación esquemática que muestra la disposición de las neuronas


sensitivas y motoras. El soma de una neurona motora está ubicado en el asta ventral (anterior)
de la sustancia gris de la médula espinal. Su axón, rodeado por mielina, abandona la médula
espinal a través de la raíz ventral (anterior) y se vuelve parte de un nervio espinal que lo
transporta hacia su destino en las fibras de músculo estriado (esquelético). La neurona
sensitiva se origina en la piel dentro de un receptor (aquí, un corpúsculo de Pacini) y continúa
como un componente de un nervio espinal, introduciéndose en la médula espinal a través de
la raíz dorsal (posterior). Nótese la ubicación de su soma en el ganglio de la raíz dorsal (ganglio
sensitivo). Se ha magnificado un segmento del nervio espinal para mostrar la relación de las
fibras nerviosas con el tejido conjuntivo circundante (endoneuro, perineuro y epineuro).
Además, los segmentos de las neuronas sensitivas, motoras y amielínicas autónomas se han
magnificado para mostrar la relación de los axones con las células de Schwann.

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso LA NEURONA

neosintetizadas se transportan hacia sitios distantes dentro de una neurona en un proceso


llamado transporte axonal (pág. 397-398). En general se acepta que las neuronas no se
dividen. No obstante, se ha demostrado recientemente que el encéfalo adulto retiene algunas
células que exhiben el potencial para regenerarse. En ciertas regiones del encéfalo, como el
bulbo olfatorio y el giro dentado del hipocampo, estas células madre neurales son capaces de
dividirse y generar nuevas neuronas. Éstas se caracterizan por la expresión prolongada de una
proteína de filamento intermedio de 240 kDa, la nestina, la cual se utiliza para identificar estas
células por medio de métodos histoquímicos. Las células madre neurales también son capaces
de migrar hacia sitios de lesión y diferenciarse en neuronas nuevas. Estudios de investigación
en modelos animales han demostrado que las células recién generadas maduran hasta
convertirse en neuronas funcionales en el encéfalo de un mamífero adulto. Estos hallazgos
podrían conducir a estrategias terapéuticas que usen células madre neurales para reemplazar
neuronas destruidas o dañadas por trastornos neurodegenerativos, como la enfermedad de
Alzheimer y de Parkinson. Dendritas y axones Las dendritas son evaginaciones receptoras que
reciben estímulos desde otras neuronas o desde el medio externo.
La función principal de las dendritas es recibir información de otras neuronas o del medio
externo y transportar esta información hacia el soma. En general, las dendritas se ubican en las
cercanías del soma neuronal. Tienen un diámetro más grande que el de los axones, no están
mielinizadas, suelen ser ahusadas y forman extensas arborizaciones denominadas
arborizaciones dendríticas. Las arborizaciones dendríticas incrementan significativamente el
área de superficie receptora de una neurona. Muchos tipos de neuronas se caracterizan por la
extensión y la forma de sus arborizaciones dendríticas (v. fig. 12-2). Por lo general, los
contenidos del citoplasma perinuclear del soma y del citoplasma de las dendritas son
semejantes, con excepción del aparato de Golgi. Otros orgánulos característicos del soma
neuronal, como los ribosomas y el RER, también se hallan en las dendritas, en especial a la
altura de sus bases. Los axones son evaginaciones efectoras que transmiten estímulos a otras
neuronas o a células efectoras. La principal función del axón es transmitir información desde el
soma a otra neurona o a una célula efectora, como por ejemplo una célula muscular. Cada
neurona tiene un solo axón, que puede ser muy largo. Los axones provenientes de neuronas
ubicadas en los núcleos motores del SNC (neuronas de Golgi tipo I) pueden extenderse más de
un metro para alcanzar sus dianas efectoras, las células del sistema osteomuscular.

núcleos gliales

nucléolo

núcleo

corpúsculos de Nissl

RER

b FIGURA 12-4 ▲ Somas neuronales. a. En esta fotomicrografía se ve una región del asta
ventral (anterior) de una médula espinal humana teñida con azul de toluidina. Las
características típicas de los somas neuronales visibles en esta imagen incluyen núcleos
grandes esféricos, teñidos pálidos con un solo nucléolo prominente y abundantes corpúsculos
de Nissl dentro del citoplasma del soma neuronal. La mayoría de los núcleos pequeños
pertenecen a las células gliales. 640 X. b. Fotomicrografía electrónica de un soma neuronal. El
citoplasma está ocupado por cúmulos de ribosomas libres y perfiles de retículo endoplásmico
rugoso (RER) que constituyen los corpúsculos de Nissl de la microscopía óptica. El aparato de
Golgi (G) aparece como áreas aisladas que contienen siluetas de sacos aplanados y vesículas.
Otros orgánulos característicos incluyen mitocondrias (M) y lisosomas (L). Los neurofilamentos
y los neurotúbulos son difíciles de distinguir con esta resolución relativamente baja. 15000 X.

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso LA NEURONA

En cambio, las interneuronas del SNC (neuronas de Golgi tipo II) tienen axones muy cortos. Si
bien un axón puede dar origen a una ramificación recurrente cerca del soma neuronal (es
decir, una rama que describe un giro que la hace retornar hacia el soma) y a otras
ramificaciones colaterales, la ramificación del axón es más extensa en la vecindad de sus
dianas. El axón se origina desde el cono axónico. El cono axónico a menudo carece de
orgánulos citoplasmáticos grandes, como los corpúsculos de Nissl y las cisternas de Golgi. Sin
embargo, los microtúbulos, los neurofilamentos, las mitocondrias y las vesículas atraviesan el
cono axónico hacia el interior del axón. La región del axón entre el vértice del cónico axónico y
el inicio de la vaina de mielina (v. más adelante) se denomina segmento inicial. El segmento
inicial es el sitio en el cual se genera un potencial de acción en el axón. El potencial de acción
(que se describe en detalle más adelante) es estimulado por impulsos transportados hacia el
cono axónico en la membrana del soma neuronal después de que otros impulsos se reciben en
las dendritas o en el soma mismo. Algunas terminales axónicas grandes son capaces de
sintetizar proteínas locales, que podrían intervenir en los procesos de memoria.

dendritas

espina dendrítica

axodendrítica

axosomática

axoaxónica

FIGURA 12-5 ▲ Diagrama esquemático de diferentes tipos de sinapsis. Las sinapsis


axodendríticas son el tipo de conexión más común entre la terminal axonal presináptica y las
dendritas de la neurona postsináptica. Se debe notar que algunas sinapsis axodendríticas
poseen espinas dendríticas, las que están vinculadas con el aprendizaje y la memoria. Las
sinapsis axosomáticas se forman entre la terminal axonal presináptica y el soma neuronal
postsináptico, y las sinapsis axoaxónicas se forman entre la terminal axónica de la neurona
presináptica y el axón de la neurona postsináptica. La sinapsis axoaxónica puede mejorar o
inhibir la transmisión sináptica axodendrítica (o axosomática).

CUADRO 12-1 Correlación clínica: enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurológico de progresión lenta causado por la


pérdida de las células secretoras de dopamina (DA) en la sustancia negra y en los ganglios de la
base del encéfalo. La DA es un neurotransmisor responsable de la transmisión sináptica en las
vías nerviosas que coordinan la actividad fluida y precisa del sistema osteomuscular. La
pérdida de las células secretoras de DA está asociada con un patrón clásico de síntomas, que
incluye los siguientes:

•Temblor de reposo en los miembros, en especial de la mano cuando está en una posición
relajada; el temblor suele incrementarse durante una situación de estrés y con frecuencia es
más grave en uno de los lados del cuerpo.

• Rigidez o aumento del tono (dureza) en todos los músculos.

•Lentitud de movimientos (bradicinesia) e incapacidad para iniciar el movimiento (acinesia)

•Falta de movimientos espontáneos


•Pérdida de reflejos posturales, lo que conduce a la falta de equilibrio y a un andar anómalo
(marcha festinante)

• Dificultad en el habla, lentitud de pensamiento, escritura pequeña y retorcida La causa de la


enfermedad de Parkinson idiopática, en la cual las neuronas secretoras de DA en la sustancia
negra se lesionan y se pierden por degeneración o apoptosis, no se conoce. Sin embargo,
algunos indicios señalan una predisposición hereditaria, ya que cerca del 20 % de los pacientes
con Parkinson tienen un miembro de su familia con síntomas similares. Algunos síntomas
parecidos a los de la enfermedad de Parkinson idiopática pueden ser causados por infecciones
(p. ej., encefalitis), toxinas (p. ej., metilfeniltetra

hidropiridina [MPTP]), fármacos utilizados en el tratamiento de trastornos neurológicos (p. ej.,


neurolépticos utilizados para tratar la esquizofrenia) y traumatismos reiterados. Los síntomas
con estas causas se denominan parkinsonismo secundario. En el nivel microscópico, la
degeneración de las neuronas en la sustancia negra es muy evidente. Esta región pierde su
pigmentación típica, y se observa un incremento en la cantidad de células gliales (gliosis).
Además, las neuronas en esta región muestran inclusiones intracelulares características que
reciben el nombre de cuerpos de Lewy, los que corresponden a la acumulación de
neurofilamentos intermedios en asociación con las proteínas a-sinucleína y ubicuitina. El
tratamiento de la enfermedad de Parkinson es principalmente sintomático y debe lograr un
equilibrio entre el alivio de los síntomas y la minimización de los efectos colaterales psicóticos.
La L-Dopa es un precursor de la DA que puede cruzar la barrera hematoencefálica y, luego,
convertirse en DA. Con frecuencia es el agente primario que se usa para tratar la enfermedad
de Parkinson. Entre otros fármacos que se utilizan se encuentra un grupo de bloqueantes de
receptores colinérgicos y la amantadina, un fármaco que estimula la liberación de DA por las
neuronas. Si los tratamientos con fármacos no son efectivos, pueden considerarse varias
opciones quirúrgicas. La cirugía estereotáxica, en la cual se destruyen los núcleos en áreas
selectivas del encéfalo (globo pálido, tálamo) mediante una sonda termocoagulativa insertada
en el encéfalo, puede ser efectiva en algunos casos. Varios procedimientos quirúrgicos nuevos
se están desarrollando y continúan en etapas experimentales. Estos incluyen el trasplante de
neuronas secretoras de DA en la sustancia negra para reemplazar las neuronas destruidas.
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392

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso LA NEURONA

• Axoaxónicas. Estas sinapsis ocurren entre los axones y otros axones (v. fig. 12-5). Las sinapsis
no pueden resolverse en los preparados de rutina teñidas con hematoxilina y eosina (H&E). Sin
embargo, los métodos de tinción por precipitación argéntica (p. ej., método de Golgi) no sólo
permiten ver la forma general de algunas neuronas sino también las sinapsis como corpúsculos
ovales sobre la superficie de la neurona receptora. Normalmente, un axón presináptico realiza
varios de estos contactos en forma de botones con la porción receptora de la neurona
postsináptica. Con frecuencia, el axón de la neurona presináptica transcurre a lo largo de la
superficie de la neurona postsináptica y establece varios contactos sinápticos denominados
boutons en passant (fr. botones de paso). El axón entonces continúa su camino hasta que al
final se ramifica en una estructura con un extremo dilatado, el bouton terminal (fr. botón
terminal), o bulbo terminal. La cantidad de sinapsis en una neurona o en sus evaginaciones,
que puede variar de unas pocas a decenas de miles por neurona (fig. 12-6), parece estar en
relación directa con la cantidad de impulsos que una neurona recibe y procesa. Las sinapsis se
clasifican en químicas y eléctricas. La clasificación depende del mecanismo de conducción de
los impulsos nerviosos y de la manera en que se genera el potencial de acción en las células
diana. Por lo tanto, las sinapsis también pueden clasificarse de la siguiente manera. • Sinapsis
químicas. La conducción de impulsos se logra mediante la liberación de sustancias químicas
(neurotransmisores) desde la neurona presináptica. Los neurotransmisores luego se difunden
a través del estrecho espacio intercelular que separa la neurona presináptica de la neurona
postsináptica o célula diana. En el receptor de las células ciliadas del oído interno y en las
células fotorreceptoras de la retina, se encuentra un tipo especializado de sinapsis química
denominada sinapsis en cinta (sus estructuras y funciones se describen en el cap. 25). •
Sinapsis eléctrica. Estas sinapsis, que son comunes en los invertebrados, contienen uniones de
hendidura que permiten el movimiento de iones entre las células y, en consecuencia, permiten
la propagación directa de una corriente eléctrica de una célula a otra. Estas sinapsis no
necesitan neurotransmisores para cumplir su función. Los equivalentes mamíferos de las
sinapsis eléctricas incluyen uniones de hendidura en el músculo liso y en las células musculares
cardíacas. Una sinapsis química normal contiene un elemento presináptico, una hendidura
sináptica y una membrana postsináptica. Los componentes de una sinapsis química normal son
los siguientes: • Un elemento presináptico (bulbo presináptico, componente presináptico o
botón sináptico) es el extremo de la prolongación neuronal desde el cual se liberan los
neurotransmisores. El elemento presináptico se caracteriza por la presencia de vesículas
sinápticas, estructuras limitadas por membrana cuyo diámetro oscila entre 30 nm y 100 nm y
que contiene los neurotransmisores (fig. 12-7).

Casi todas las moléculas de proteínas estructurales y funcionales se sintetizan en el soma


neuronal. Estas moléculas se distribuyen a los axones y a las dendritas a través de sistemas de
transporte axonal (descritos en las pág. 397-398). Sin embargo, en oposición a la opinión
general de que el soma neuronal es el único sitio de síntesis proteica, estudios recientes
indican que la síntesis local de las proteínas axónicas tiene lugar en algunas terminaciones
nerviosas grandes. Algunas terminaciones axónicas vertebrales (es decir, de la retina)
contienen polirribosomas con una maquinaria traduccional completa para la síntesis proteica.
Estas áreas bien definidas dentro de las terminales axónicas, denominadas placas
periaxoplasmáticas, poseen las características bioquímicas y moleculares de la síntesis proteica
activa. La síntesis proteica dentro de las placas periaxoplasmáticas es modulada por la
actividad neuronal. Estas proteínas podrían intervenir en los procesos de memoria celular
neuronal. Sinapsis Las neuronas se comunican con otras neuronas y con células efectoras
mediante sinapsis. Las sinapsis son uniones especializadas entre las neuronas que facilitan la
transmisión de impulsos desde una neurona (presináptica) hacia otra (postsináptica). Las
sinapsis también ocurren entre los axones y las células efectoras (dianas), como las células
musculares y las células glandulares. Desde el punto de vista morfológico, las sinapsis entre
neuronas pueden clasificarse de la siguiente manera: • Axodendríticas. Estas sinapsis ocurren
entre los axones y las dendritas. En el SNC, algunas sinapsis axodendríticas poseen espinas
dendríticas (fig. 12-5), una proyección dinámica que contiene filamentos de actina. Su función
está asociada con la memoria a largo plazo y el aprendizaje. • Axosomáticas. Estas sinapsis
ocurren entre los axones y el soma neuronal.

FIGURA 12-6 ▲ Fotomicrografía electrónica de barrido del soma neuronal. En esta


fotomicrografía se ve el soma de una neurona. Las terminaciones axonales que forman sinapsis
axosomáticas, se visualizan como numerosos corpúsculos ovales con apéndices con forma de
cola. Cada corpúsculo oval corresponde a una terminal axonal presináptica de diferentes
neuronas haciendo contacto con el gran soma neuronal postsináptico. 76 000 X. (Gentileza del
Dr. George Johnson).

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso LA NEURONA

La unión y la fusión de las vesículas sinápticas a la membrana plasmática presináptica es


mediada por una familia de proteínas transmembrana que reciben el nombre de SNARE (ing,
soluble NSF [N-ethylmaleimide-sensitive factor] attachment receptors, receptor de proteína
soluble de unión al factor sensible a N-etilmaleimida; v. pág. 39). Las proteínas SNARE
específicas que participan en esta actividad son conocidas como v-SNARE (unida a vesícula) y t-
SNARE (unida a membrana diana que se encuentran en áreas especializadas de la membrana
presináptica). Otra proteína unida a vesícula denominada sinaptotagmina 1 reemplaza al
complejo SNARE, el cual es subsecuentemente desarmado y reciclado por los complejos
proteicos NSF/SNAP25. Acumulaciones densas de proteínas se encuentran en el lado
citoplasmático de la membrana plasmática presináptica. Estas densidades presinápticas son
áreas especializadas denominadas zonas activas en donde se acoplan vesículas sinápticas y se
liberan neurotransmisores. Las zonas activas tienen abundantes complejos de acoplamiento
RabGTPasa (v. pág. 39), t-SNARE y proteínas fijadoras de sinaptotagmina. La membrana
vesicular que se añade a

la membrana presináptica es recuperada por endocitosis y reprocesada en vesículas sinápticas


por el retículo endoplásmico liso (REL), ubicado en la terminación nerviosa. En el elemento
presináptico también se encuentran numerosas mitocondrias pequeñas. • La hendidura
sináptica es un espacio de entre 20 nm y 30 nm que separa la neurona presináptica de la
neurona postsináptica o de la célula diana y que el neurotransmisor debe atravesar. • La
membrana postsináptica (componente postsináptico) contiene sitios receptores con los cuales
interactúan los neurotransmisores. Este componente está formado por una porción de la
membrana plasmática de la neurona postsináptica (fig. 12-8) y se caracteriza por una capa
subyacente de material denso. Esta densidad postsináptica es un elaborado complejo de
proteínas interconectadas que cumple numerosas funciones, como la traducción de la
interacción neurotransmisor–receptor en una señal intracelular, la fijación de receptores de
neurotransmisores a la membrana plasmática y su tránsito hacia ella y la fijación de diversas
proteínas que modulan la actividad receptora.

vesícula sináptica con neurotransmisores

elemento presináptico del axón

membrana postsináptica de la dendrita

hendidura sináptica

receptor acoplado a proteína G

enzima

segundos mensajeros
Proteína G

zona activa

conducto activado por transmisor

conducto de Ca21 activado por voltaje

Ca21Ca 21

Na1

Na1 Na1

conducto iónico activado por proteína G Complejo SNARE

sinaptotagmina

vesícula reciclada

Ca21

FIGURA 12-7 ▲ Diagrama de una sinapsis química axodendrítica. Este diagrama ilustra tres
componentes de una sinapsis típica. El botón presináptico se localiza en el extremo distal del
axón desde el cual se liberan los neurotransmisores. El elemento presináptico del axón se
caracteriza por la presencia de numerosas vesículas sinápticas que contienen neurotransmisor.
La membrana plasmática del botón presináptico se recicla por la formación de vesículas
endocíticas revestidas con clatrina. La hendidura sináptica separa al botón presináptico del
axón de la membrana postsináptica de la dendrita. La membrana postsináptica de la dendrita
con frecuencia se caracteriza por presentar una densidad postsináptica y contiene receptores
con afinidad para los neurotransmisores. Nótese que hay dos tipos de receptores: moléculas
coloreadas de verde que representan los conductos activados por transmisor, y una estructura
coloreada de púrpura que representa al receptor acoplado a proteína G, que, cuando se fija al
neurotransmisor, puede actuar sobre conductos iónicos activados por proteína G o sobre
enzimas que producen un segundo mensajero. a. Diagrama que muestra la opinión actual
sobre la liberación de un neurotransmisor de un botón presináptico mediante una fusión de las
vesículas presinápticas con la membrana presináptica. b. Diagrama que muestra un modelo
propuesto recientemente de liberación de neurotransmisor mediante porocitosis. En este
modelo, la vesícula sináptica está anclada y yuxtapuesta a los conductos selectivos de calcio en
la membrana presináptica. En presencia de Ca2+, las bicapas de la vesícula y las membranas
presinápticas se reorganizan para crear un poro transitorio de 1nm que conecta la luz de la
vesícula con la hendidura sináptica permitiendo la liberación de un neurotransmisor. Es de
destacar la presencia de un complejo SNARE y de la sinaptotagmina que fijan la vesícula a las
zonas activas dentro de la membrana plasmática del elemento presináptico.

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso LA NEURONA

con la hendidura sináptica. El neurotransmisor se difunde entonces a través de la hendidura


sináptica. Al mismo tiempo, la membrana presináptica del botón sináptico que liberó al
neurotransmisor forma con rapidez vesículas endocíticas que regresan al compartimento
endosomal del botón para el reciclaje o recarga con el neurotransmisor. El neurotransmisor se
une a los conductos activados por transmisor o a los receptores acoplados a proteínas G
ubicados en la membrana postsináptica. Las moléculas de neurotransmisor liberadas se unen a
la porción extracelular de los receptores de membrana postsináptica llamados conductos
activados por transmisor. La unión del neurotransmisor induce a un cambio de la
conformación de estos conductos de proteínas que provoca la apertura de sus poros. La
respuesta que finalmente se genera depende de la identidad del ion que entra en la célula. Por
ejemplo, la entrada de Na2+ causa la despolarización local en la membrana postsináptica, que
en condiciones favorables (cantidad suficiente y duración de liberación del neurotransmisor)
estimula la apertura de los conductos de Na2+ activados por voltaje, con lo que se genera un
impulso nervioso. Algunos neurotransmisores compuestos por aminoácidos y amina pueden
unirse a los receptores acoplados a proteína G para generar respuestas postsinápticas más
diversas y de mayor duración. El neurotransmisor se une a una proteína transmembrana
receptora en la membrana postsináptica. La unión al receptor activa las proteínas G, las que se
desplazan a lo largo de la superficie intracelular de la membrana postsináptica y finalmente
activan las proteínas efectoras. Estas proteínas efectoras pueden incluir los conductos iónicos
activados por proteínas G o enzimas transmembrana que sintetizan moléculas de segundo
mensajero (pág. 395). Varios neurotransmisores (p. ej., acetilcolina) pueden generar diferentes
acciones postsinápticas, según el sistema receptor sobre el cual actúen (v. más adelante). La
porocitosis es la secreción de neurotransmisor que no comprende la fusión de vesículas
sinápticas con la membrana presináptica. Para explicar la liberación regulada de los
neurotransmisores, recientemente se ha propuesto un modelo alternativo de secreción de
neurotransmisores denominado porocitosis, que tiene su fundamento en la valoración de la
información fisiológica y en la organización estructural de las sinapsis nerviosas. En este
modelo, la secreción desde las vesículas se produce sin la fusión de la membrana vesicular con
la membrana presináptica. En cambio, la vesícula sináptica se fija a la membrana presináptica
contigua a los conductos selectivos de Ca2+ por las proteínas SNARE y sinaptotagmina. En
presencia de Ca2+, la vesícula y las membranas presinápticas se reorganizan para crear un
poro transitorio de 1 nm que conecta la luz de la vesícula con la hendidura sináptica. Los
neurotransmisores, entonces, pueden liberarse en forma controlada a través de estos poros
transitorios de la membrana (v. fig. 12-7). La naturaleza química del neurotransmisor
determina el tipo de respuesta en esa sinapsis en la generación de impulsos neuronales.

Transmisión sináptica Los conductos de Ca21 activados por voltaje en la membrana


presináptica regulan la liberación del transmisor. Cuando un impulso nervioso alcanza el botón
sináptico, la inversión de voltaje a través de la membrana producido por el impulso (llamada
despolarización) provoca que los conductos de Ca2+ activados por voltaje se abran en la
membrana plasmática del botón. La entrada de Ca2+ desde el espacio extracelular causa la
migración, la fijación y la fusión de las vesículas sinápticas con la membrana presináptica, lo
cual produce la liberación del neurotransmisor hacia la hendidura sináptica por exocitosis. El
acoplamiento y la fusión de las vesículas son impulsados principalmente por la acción de las
proteínas SNARE y la sinaptotagmina. Una alternativa a la liberación masiva de
neurotransmisores después de la fusión de vesículas es el proceso de porocitosis, en el cual las
vesículas ancladas en las zonas activas liberan neurotransmisores a través de un poro
transitorio que conecta la luz de la vesícula

dendrita

axon

terminal del axón

FIGURA 12-8 ▲ Fotomicrografía electrónica de las evaginaciones nerviosas en la corteza


cerebral. Puede verse una sinapsis en el centro de la fotomicrografía, donde una terminal del
axón está yuxtapuesta a una dendrita. La terminal axonal exhibe numerosas vesículas
sinápticas que contienen neurotransmisor y aparecen como siluetas circulares. La membrana
postsináptica de la dendrita muestra una densidad postsináptica. Una sustancia de densidad
similar también está presente en la hendidura sináptica (espacio intercelular) en la sinapsis. 76
000 X. (Gentileza de los Dres. George D. Pappas y Virginia Kriho).

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso LA NEURONA

Clase de Molécula Neurotransmisor

Tipo de receptor y acción Papel fisiológicoIonotrópicos Metabotrópicos Éster ACh Receptores


ACh nicotínicos (nAChR); activa conductos de Na1 Receptor ACh muscarínico (mAChR); actúa a
través de la proteína G Transmisión excitadora sináptica rápida en la unión neuromuscular
(que actúa sobre nAChR); también presente en el SNP (p. ej., ganglio simpático, médula
suprarrenal) y en el SNC; acción tanto excitadora como inhibidora (actúa sobre mAChR), p. ej.,
disminuye el ritmo cardíaco, relaja el músculo liso del tubo digestivo Monoamina Adrenalina,
noradrenalina N/A Receptores adrenérgicos a y b; actúa a través de la proteína G Transmisión
sináptica lenta en el SNC y en músculos lisos Dopamina N/A Receptores de dopamina D1 y D2;
actúa a través de la proteína G Transmisión sináptica lenta en el SNC Serotonina Conducto de
Na1/K1 activado por ligando 5-HT3; activa conductos iónicos Receptores 5-HT1,2,4–7
Transmisión sináptica excitadora rápida (actúa sobre 5-HT3); acción excitadora e inhibidora
según el receptor; actúa en el SNC y en el SNP (sistema entérico) Aminoácidos Glutamato
NMDA, Kainato y AMPA; activa conductos de Na1, K1 y Ca2+ Receptor mGluR; actúa a través
de la proteína G Transmisión sináptica excitadora rápida en el SNC GABA Receptor de GABAA;
activa conductos de Cl2 Receptor GABAB ; actúa a través de la proteína G Transmisión
sináptica inhibidora rápida y lenta en el SNC Glicina Receptor de glicina (GlyR); activa
conductos de Cl2 N/A Transmisión sináptica inhibidora rápida en el SNC Péptidos pequeños
Sustancia P N/A Receptor de neuroquinina 1 (NK1) receptor; actúa a través de la proteína G
Excitación lenta de los músculos lisos y neuronas sensitivas en el SNC, en especial cuando
transmiten una sensación de dolor. Encefalinas N/A Receptores opioides d (DOP) y m (MOP);
actúa a través de la proteína G Reduce la excitabilidad sináptica (señalización sináptica lenta);
relaja músculos lisos en el tubo digestivo; produce analgesia Endorfina b N/A Receptor opioide
k (KOP); actúa a través de la proteína Gn Señalización sináptica lenta en el encéfalo y la médula
espinal; produce analgesia Radical libre NO El NO no actúa sobre receptores; activa la
guanilato ciclasa y después, a través de la señalización de cGMP, aumenta la síntesis de
proteína G en las células diana. Influye en la liberación de neurotransmisores en el SNC y el
SNP; actúa como un vasodilatador poderoso, relaja músculos lisos en el tubo digestivo

5-HT, 5-hidroxitriptamina; ACh, acetilcolina; AMPA, ácido a-amino-3-hidroxi-5-metil-4-


isoxazolepropionico; cGMP, monofosfato de guanosina cíclica; SNC, sistema nervioso central;
GABA, ácido g -aminobutírico ; mGluR, receptor de glutamato metabotrópico; N/A, no aplica;
NMDA, receptor N-metil D-aspartato; NO, óxido nítrico; SNP, sistema nervioso periférico.

TABLA 12-1 Descripción de los neurotransmisores más comunes

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso LA NEURONA

bio de conformación de las proteínas receptoras que conduce a la apertura del conducto y al
desplazamiento posterior de iones selectivos hacia dentro o hacia fuera de la célula. Esto
genera un potencial de acción en la célula efectora. En general, la señalización que utiliza
conductos ionotrópicos es muy rápida y ocurre en las principales vías neuronales del encéfalo
y en las vías somáticas motoras en el SNP. Los conductos metabotrópicos son responsables no
sólo de la unión a un neurotransmisor específico sino también de la interacción con la proteína
G en su dominio intracelular. La proteína G es una proteína importante que está involucrada
en la señalización intracelular. Transmite señales desde el exterior de la célula hacia el interior
mediante la alteración de las actividades de las enzimas que participan en la síntesis de un
segundo mensajero. La activación de receptores metabotrópicos, en gran parte, interviene en
la modulación de la actividad neuronal. Los neurotransmisores más comunes se describen a
continuación. En la tabla 12-1 se resume los neurotransmisores seleccionados y sus
características, tanto del SNP como del SNC. • Acetilcolina (ACh). La ACh es un
neurotransmisor entre los axones y el músculo estriado a la altura de la unión neuromuscular
(v. pág. 355) y actúa como un neurotransmisor en el SNA. La ACh es secretada por las neuronas
simpáticas y parasimpáticas presinápticas y sus efectores. Las neuronas parasimpáticas
postsinápticas, al igual que un tipo específico de neurona simpática postsináptica que inerva
las glándulas sudoríparas, también secretan ACh. Las neuronas que utilizan ACh como su
neurotransmisor se denominan neuronas colinérgicas. Los receptores para la ACh en la
membrana postsináptica son conocidos como receptores colinérgicos y se dividen en dos
clases. Los receptores metabotrópicos interactúan con la muscarina, una sustancia aislada de
hongos venenosos (receptores muscarínicos de ACh), y los receptores ionotrópicos interactúan
con la nicotina aislada de las plantas de tabaco (receptores nicotínicos de ACh). El receptor
muscarínico de ACh en el corazón es un ejemplo de receptor acoplado a proteína G que está
ligado a los conductos de K+. La liberación de ACh debido a la estimulación parasimpática del
corazón abre los conductos de K+, lo cual produce la hiperpolarización de las fibras musculares
cardíacas. Esta hiperpolarización aminora la contracción rítmica del corazón. En cambio, el
receptor nicotínico de ACh en el sistema osteomuscular, es un conducto de Na+ ionotrópico
activado por ligando. La apertura de este conducto produce una rápida despolarización de las
fibras musculoesqueléticas y el inicio de la contracción. Diversos fármacos afectan la liberación
de ACh hacia la hendidura sináptica, así como la unión a sus receptores. Por ejemplo, el curare,
un veneno aplicado a las puntas de las flechas por aborígenes sudamericanos, se fija a los
receptores nicotínicos de ACh y bloquea sus conductos de Na+ integrales, lo que causa parálisis
muscular. La atropina, un alcaloide vegetal extraído de la belladona (Atropa belladonna),
bloquea la acción de los receptores muscarínicos de ACh. • Catecolaminas como la
noradrenalina (NE), la adrenalina (EPI, epinefrina) y la dopamina (DA). Estos neurotransmisores
son sintetizados en una serie de reacciones

La liberación del neurotransmisor por el componente presináptico puede causar excitación o


inhibición en la membrana postsináptica. • En las sinapsis excitadoras, la liberación de
neurotransmisores como acetilcolina, glutamina o serotonina abren los conductos de Na2+
activados por transmisores (u otros conductos de cationes), que estimulan la entrada de Na2+
que causa la inversión local del voltaje de la membrana postsináptica hasta un nivel umbral
(despolarización). Esto conduce al inicio de un potencial de acción y a la generación de un
impulso nervioso. • En las sinapsis inhibidoras, la liberación de neurotransmisores como ácido
g aminobutírico (GABA) o glicina abre los conductos de Cl- activados por transmisor (u otros
conductos aniónicos), que producen la entrada de Cl- en la célula y la hiperpolarización de la
membrana postsináptica, lo cual la torna aún más negativa. En estas sinapsis, la generación de
un potencial de acción se vuelve más difícil. La generación definitiva de un impulso nervioso en
una neurona postsináptica (descarga) depende de la suma de los impulsos excitadores e
inhibidores que llegan a la neurona. Esto permite una regulación precisa de la reacción de una
neurona postsináptica (o fibra muscular o célula glandular). La función de las sinapsis no es
simplemente transmitir impulsos de manera inalterada de una neurona a otra, sino que las
sinapsis permiten el procesamiento de los impulsos recibidos por las neuronas. Normalmente,
el impulso que pasa de una neurona presináptica a una postsináptica es modificado en la
sinapsis por otras neuronas que, aunque no están en la vía directa, aun así tienen acceso a la
sinapsis (v. fig. 12-5). Estas otras neuronas pueden influir en la membrana de la neurona
presináptica o de la neurona postsináptica y facilitar o inhibir la transmisión de impulsos. La
generación de impulsos en la neurona postsináptica se debe a la acción sumatoria de cientos
de sinapsis. Neurotransmisores Se han identificado varias moléculas que actúan como
neurotransmisores en diversas partes del sistema nervioso. Un neurotransmisor que es
liberado desde un elemento presináptico se difunde a través de la hendidura sináptica hacia la
membrana postsináptica, donde interactúa con un receptor específico. La acción del
neurotransmisor depende de su naturaleza química y de las características del receptor
presente en la placa postsináptica de la célula efectora. Los neurotransmisores actúan sobre
receptores ionotrópicos para abrir los conductos iónicos de la membrana o sobre los
receptores metabotrópicos para activar la cascada de señalización de la proteína G. Casi todos
los neurotransmisores conocidos actúan sobre múltiples receptores, que son proteínas
integrales de la membrana. Estos receptores pueden dividirse en dos clases principales: los
receptores ionotrópicos y los receptores metabotrópicos. Los receptores ionotrópicos
contienen conductos iónicos integrales transmembrana, también conocidos como conductos
activados por ligandos o neurotransmisores. La unión del neurotransmisor a los receptores
ionotrópicos desencadena un cam

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso LA NEURONA

enzimáticas a partir del aminoácido tirosina. Las neuronas que utilizan catecolaminas como su
neurotransmisor se denominan neuronas catecolaminérgicas. Las catecolaminas son
secretadas por células en el SNC que participan en la regulación del movimiento, el humor y la
atención. Las neuronas que utilizan adrenalina (epinefrina) como su neurotransmisor se llaman
neuronas adrenérgicas. Éstas contienen una enzima que convierte la NE en adrenalina (EPI),
que sirve como un transmisor entre los axones simpáticos postsinápticos y los efectores en el
SNA. La EPI también es liberada en la circulación sanguínea por las células endocrinas (células
cromafines) de la médula suprarrenal durante la respuesta de “lucha o huida”. • Serotonina o
5-hidroxitriptamina (5-HT). La serotonina se forma por la hidroxilación y la descarboxilación del
triptófano. Funciona como un neurotransmisor en las neuronas del SNC y en el sistema
nervioso entérico. Las neuronas que utilizan serotonina como su neurotransmisor reciben el
nombre de serotoninérgicas. Después de la liberación de serotonina, una parte es reciclada
por recaptación de neuronas serotoninérgicas presinápticas. Estudios recientes indican que la
serotonina es una molécula importante en el establecimiento del desarrollo asimétrico
derecho–izquierdo en embriones. • Aminoácidos como el g-aminobutirato (GABA), glutamato
(GLU), aspartato (ASP) y glicina (GLY) que también actúan como neurotransmisores,
principalmente en el CNS. El óxido nítrico (NO), un gas simple con propiedades de radicales
libres, también se han identificado como un neurotransmisor. En bajas concentraciones, el NO
transporta impulsos nerviosos de una neurona a otra. A diferencia de otros neurotransmisores,
los cuales se sintetizan en el soma neuronal y se almacenan en las vesículas sinápticas, el NO se
sintetiza dentro de la sinapsis y se utiliza de inmediato. Se postula que el neurotransmisor
excitador GLU induce una reacción en cadena en la cual se activa la NO sintasa para producir
NO, que a su vez se difunde desde el botón presináptico a través de la hendidura sináptica y la
membrana postsináptica hacia la célula contigua. Las acciones biológicas del NO se deben a la
activación de la guanilato ciclasa, la cual produce monofosfato de guanosina cíclica (cGMP) en
las células diana. El cGMP a su vez actúa sobre la síntesis de proteína G y en última instancia
produce la generación o la modulación de potenciales de acción neuronales. • Péptidos
pequeños que también se han demostrado que actúan como transmisores sinápticos. Entre
ellos se encuentra la sustancia P (llamada así porque se descubrió originalmente en polvo de
extractos acetónicos del encéfalo y del intestino), las hormonas liberadoras hipotalámicas, los
péptidos opioides endógenos (p. ej., b-endorfinas, encefalinas, dinorfinas), el péptido intestinal
vasoactivo (VIP), la colecistocinina (CCK), y la neurotensina. Muchas de estas mismas
sustancias son sintetizadas y liberadas por células enteroendocrinas del tubo digestivo. Pueden
actuar de inmediato sobre las células vecinas (secreción paracrina) o ser transportadas por la
sangre como hormonas para actuar sobre células dianas distantes (secreción endocrina).
También son sintetizadas

y liberadas por órganos endocrinos y por las neuronas neurosecretoras del hipotálamo. Los
neurotransmisores liberados en la hendidura sináptica pueden ser degradados o recapturados.
La degradación o la recaptación de neurotransmisores es necesaria para limitar la duración de
la estimulación o la inhibición de la membrana postsináptica. El proceso más común para la
eliminación del neurotransmisor después de su liberación hacia la hendidura sináptica se
denomina recaptación de alta afinidad. Cerca del 80 % de los neurotransmisores liberados se
eliminan por este mecanismo, en el cual se unen a proteínas específicas transportadoras de
neurotransmisores localizadas en la membrana presináptica. Los neurotransmisores que
fueron transportados al citoplasma del botón presináptico se destruyen enzimáticamente o se
recargan en las vesículas sinápticas vacías. Por ejemplo, la acción de las catecolaminas en los
receptores postsinápticos finaliza por la recaptación de neurotransmisores en el botón
presináptico mediante el uso de transportadores dependientes de Na+. La eficacia de esta
captación puede ser regulada por varios agentes farmacológicos, como las anfetaminas y la
cocaína, que bloquean la recaptación de catecolamina y prolongan las acciones de los
neurotransmisores sobre las neuronas postsinápticas. Una vez dentro del botón presináptico,
las catecolaminas son recargadas en vesículas sinápticas para su uso futuro. El exceso de
catecolaminas es inactivado por la enzima catecol O-metiltransferasa (COMT) o destruido por
otra enzima encontrada en la membrana mitocondrial externa, la monoamino oxidasa (MAO).
Los fármacos que inhiben la acción de la MAO suelen utilizarse en el tratamiento de la
depresión clínica; también se han desarrollado inhibidores selectivos de la COMT. Las enzimas
asociadas con la membrana postsináptica degradan el 20 % restante de los neurotransmisores.
Por ejemplo, la acetilcolinesterasa (AChE), que es secretada por la célula muscular hacia la
hendidura sináptica, degrada con rapidez la ACh en ácido acético y colina. La colina, entonces,
es captada por el botón colinérgico presináptico y reutilizada para la síntesis de ACh. La acción
de la AChE en la unión neuromuscular puede ser inhibida por varios compuestos
farmacológicos, agentes nerviosos y pesticidas, cuyo resultado es una contracción muscular
prolongada. En la clínica, los inhibidores de AChE se han utilizado en el tratamiento de la
miastenia grave (v. cuadro 11-4 en el cap. 11), un trastorno neuromuscular degenerativo;
glaucoma y, más recientemente, la enfermedad de Alzheimer. Sistemas de transporte axonal
Las sustancias necesarias en el axón y las dendritas se sintetizan en el soma neuronal y deben
ser transportadas hacia esos sitios. La mayor parte de las neuronas posee evaginaciones
axonales y dendríticas elaboradas. Debido a que la actividad sintética de la neurona está
concentrada en el soma neuronal, para transportar material neosintetizado hacia las
evaginaciones se necesita el transporte axonal. Este transporte es un mecanismo bidireccional.
Sirve como una forma de comunicación intracelular porque transporta moléculas e
información a lo largo de los microtúbulos y de los filamentos intermedios booksmedicos.org
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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso LA NEURONA

desde la terminal axonal hacia el soma neuronal y desde allí hacia la terminal axonal. El
transporte axonal se describe de la siguiente manera: • Transporte anterógrado, que lleva
material desde el soma neuronal hacia la periferia. La cinesina, una proteína motora asociada
con microtúbulos que utiliza ATP, participa en este mecanismo (v. pág. 66). • Transporte
retrógrado, que lleva material desde la terminal axonal y las dendritas hacia el soma neuronal.
Este transporte es mediado por otra proteína motora asociada con los microtúbulos, la dineína
(v. pág. 66). Los sistemas de transporte también pueden distinguirse según la velocidad de
desplazamiento de esas sustancias: • Un sistema de transporte lento, que lleva sustancias
desde el soma hacia el botón terminal a una velocidad de 0,2 mm a 4 mm por día. Es sólo un
sistema de transporte anterógrado. Los elementos estructurales, como las moléculas de
tubulina (precursores de los microtúbulos), las moléculas de actina y las proteínas que forman
neurofilamentos son transportados desde el soma neuronal por el sistema de transporte lento.
También lo son las proteínas de la matriz citoplasmática como la actina, la calmodulina y varias
enzimas metabólicas.

• Un sistema de transporte rápido, que transporta sustancias en ambas direcciones a una


velocidad 20 mm a 400 mm por día. Por consiguiente, es un sistema de transporte tanto
anterógrado como retrógrado. El sistema de transporte anterógrado rápido lleva hacia la
terminal axonal diferentes orgánulos limitados por membrana (como componentes del RER,
vesículas sinápticas y mitocondrias) y materiales de bajo peso molecular (como
monosacáridos, aminoácidos, nucleótidos, algunos neurotransmisores y calcio). El sistema de
transporte retrógrado rápido envía hacia el soma neuronal muchos de los mismos materiales,
así como proteínas y otras moléculas que sufrieron endocitosis en la terminal axonal. El
transporte rápido en cualquier dirección necesita ATP, que es consumido por las proteínas
motoras asociadas a microtúbulos, y depende de la disposición del microtúbulo que se
extiende desde el soma neuronal hasta la terminación axonal. El transporte retrógrado es el
mecanismo seguido por las toxinas y los virus que entran en el SNC por las terminaciones
nerviosas. En la actualidad, se utiliza el transporte retrógrado de enzimas exógenas, como la
peroxidasa del rábano, y de trazadores radiomarcados o inmunomarcados para rastrear las
vías nerviosas y para identificar los somas neuronales relacionados con terminaciones
nerviosas específicas.

Epi

SL

SL

SL

SL

NR

ab FIGURA 12-9 ▲ Fotomicrografías de un nervio periférico en cortes transversal y


longitudinal. a. Fotomicrografía de un corte transversal de un nervio periférico teñido de azul
de toluidina, fijado con osmio. Los axones (A) aparecen claros. La mielina está representada
por un anillo oscuro rodeando a los axones. Nótese la variación en el diámetro de los axones
individuales. En algunos nervios, la mielina parece consistir en dos anillos separados
(asteriscos). Esto es causado por el corte que pasa a través de la incisura de Schmidt-
Lanterman. Epi, epineuro. 640 X. b. Fotomicrografía de axones nerviosos mielínicos (A)
cortados en forma longitudinal, del mismo preparado. Cerca del centro de la fotomicrografía
se ve un nódulo de Ranvier (NR). En el mismo axón, se ve una incisura deSchmidt-Lanterman
(SL) a cada lado del nódulo. Además, se pueden ver varias incisuras de Schmidt-Lanterman en
los axones adyacentes. El citoplasma perinodal de la célula de Schwann en el nódulo de
Ranvier y el citoplasma de la célula de Schwann en la incisura de Schmidt-Lanterman aparecen
prácticamente sin tinción. 640 X.

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399

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso LA NEURONA

+ ++

+ ++ + +++ ++

+ ++

+ ++

mesaxón

mesaxón externo

PMP 22MBPP0

mesaxón interno

citoplasma

línea intraperiódica

citoplasma

espacio extracelular

región abaxonal

Nrg1 región adaxonal

ab

cd

línea densa mayor

FIGURA 12-10 ▲ Diagrama que muestra etapas sucesivas en la formación de mielina por la
célula de Schwann. a. El axón inicialmente se ubica en un surco de la superficie de la célula de
Schwann. b. El axón está rodeado por una célula de Schwann. Obsérvense las dos regiones de
la célula de Schwann, la región de la membrana plasmática adaxonal y la región de la
membrana plasmática abaxonal. La membrana plasmática del mesaxón se vincula con estas
regiones. La membrana del mesaxón inicia la mielinización porque rodea el axón incluido. c.
Después, una extensión laminar de la membrana mesaxónica se enrolla alrededor del axón y
forma múltiples capas de membrana. d. Durante el proceso de enrollamiento, el citoplasma se
exprime de entre las dos membranas plasmáticas de la célula de Schwann, las que entonces se
compactan para formar mielina. El mesaxón externo corresponde a la membrana plasmática
invaginada que se extiende desde la superficie abaxonal de la célula de Schwann hacia la
mielina. El mesaxón interno se extiende desde la superficie adaxonal de la célula de Schwann
(la parte que está enfrentada con el axón) hacia la mielina. El detalle muestra las proteínas
principales para la compactación de la vaina de mielina. MBP, proteína básica de la mielina;
Nrg1, neurregulina; P0, proteína 0; PMP 22, proteína mielínica periférica de 22 kDa.

CUADRO 12-2 Correlación clínica: enfermedades desmielinizantes

En general, las enfermedades desmielinizantes se caracterizan por una lesión preferencial de la


vaina de mielina. Los síntomas clínicos de estas enfermedades están relacionados con la
disminución o pérdida de la capacidad de transmitir impulsos eléctricos a lo largo de las fibras
nerviosas. Varias enfermedades autoinmunitarias afectan la vaina de mielina. El síndrome de
Guillain-Barré, conocido también como polirradiculoneuropatía desmielinizante inflamatoria
aguda, es una de las enfermedades graves más comunes del SNP. El examen microscópico de
las fibras nerviosas obtenidas de pacientes afectados por esta enfermedad, muestra una gran
acumulación de linfocitos, macrófagos y plasmocitos alrededor de las fibras nerviosas dentro
de los fascículos nerviosos. Grandes segmentos de la vaina de mielina están dañados, lo cual
deja los axones expuestos a la matriz extracelular. Estos hallazgos son consistentes con la
respuesta inmunitaria mediada por linfocitos T dirigida contra la mielina, la que causa su
destrucción y hace más lenta la conducción nerviosa o la bloquea. Los pacientes exhiben
síntomas de parálisis de músculos ascendentes, falta de coordinación muscular y pérdida de
sensibilidad cutánea.

La esclerosis múltiple (MS) es una enfermedad que ataca a la mielina en el SNC. La MS también
se caracteriza por un daño preferencial de la mielina, la que se separa del axón y finalmente se
destruye. Además, se produce la destrucción de la oligodendroglia, responsable de la síntesis y
el mantenimiento de la mielina. La proteína básica de la mielina parece ser la diana
autoinmunitaria principal en esta enfermedad. Los cambios químicos en los componentes
lipídicos y proteicos de la mielina producen múltiples placas irregulares en toda la sustancia
blanca del encéfalo. Los síntomas de la MS dependen del área del SNC en la cual la mielina está
dañada. La MS a menudo se caracteriza por diferentes episodios de insuficiencias neurológicas
como trastorno de visión unilateral, pérdida de sensibilidad cutánea, falta de coordinación
muscular y movimiento, y pérdida de control vesical e intestinal. El tratamiento de ambas
enfermedades consiste en la disminución de la respuesta inmunitaria causal mediante un
tratamiento inmunorregulador con interferón y mediante la administración de esteroides
suprarrenales. Para las formas progresivas, más graves de la enfermedad, pueden utilizarse
fármacos inmunosupresores.

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400

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso CÉLULAS DE SOSTÉN DEL SISTEMA NERVIOSO: LA GLÍA

Células de Schwann y vaina de mielina En el SNP, las células de Schwann producen la vaina de
mielina. La función principal de las células de Schwann es ser el sostén de las fibras celulares
nerviosas mielínicas y amielínicas. Las células de Schwann se desarrollan a partir de las células
de la cresta neural y se diferencian mediante la expresión del factor de transcripción Sox-10.
En el SNP, las células de Schwann producen una capa con lípidos abundantes, denominada
vaina de mielina, que rodea los axones (fig. 12-9). La vaina de mielina aísla el axón del
compartimento extracelular circundante del endoneuro. Su presencia asegura la conducción
rápida de los impulsos nerviosos. El cono axónico y las arborizaciones terminales donde el axón
establece sinapsis con sus células diana, no están cubiertos por mielina. Las fibras amielínicas
también están envueltas y nutridas por el citoplasma de la célula de Schwann. Además, las
células de Schwann colaboran en la limpieza de los detritos del SNP y guían la reproliferación
de axones del SNP. La mielinización comienza cuando una célula de Schwann rodea el axón y
su membrana celular se polariza. Durante la formación de la vaina de mielina (también llamada
mielinización), el axón inicialmente se ubica en un surco en la superficie de la célula de
Schwann (fig. 12-10a). Después, un segmento axonal de 0,08 mm a 0,1 mm queda envuelto
dentro de cada célula de Schwann ubicada a lo largo de este axón. La superficie de la célula de
Schwann se polariza en dos dominios de membrana con funciones distintas. Un dominio
corresponde a la parte de la membrana de la célula de Schwann que está expuesta al medio
externo o al endoneuro, la membrana plasmática abaxonal. El otro dominio consiste en la
membrana plasmática adaxonal o periaxonal, que está en contacto directo con el axón.
Cuando el axón queda completamente envuelto por la membrana de la célula de Schwann, se
crea un tercer dominio, el mesaxón (fig. 12-10b). Este tercer dominio es una membrana doble
que conecta las membranas abaxonal y adaxonal y envuelve el espacio extracelular angosto. La
vaina de mielina se forma a partir de capas compactadas del mesaxón de células de Schwann,
enrolladas en forma concéntrica alrededor del axón. La formación de la vaina de mielina se
inicia cuando el mesaxón de la célula de Schwann rodea el axón. Una extensión laminar del
mesaxón se enrolla, entonces, alrededor del axón con un movimiento en espiral. Las primeras
pocas capas o láminas de la espiral no están dispuestas en forma compacta; es decir, parte del
citoplasma queda en las primeras pocas capas concéntricas (fig. 12-10c). El MET revela la
presencia de una brecha de 12 nm a 14 nm entre las hojuelas externas (extracelulares) y el
citoplasma de la célula de Schwann que separa las hojuelas internas (citoplasmáticas). A
medida que el enrollamiento progresa, el citoplasma es extraído de entre la membrana de las
capas concéntricas de la célula de Schwann. Externo y contiguo a la vaina de mielina en
formación hay un collarete externo de citoplasma perinuclear que recibe el nombre de vaina
de Schwann. Esta parte de la célula está envuelta por una membrana plasmática abaxonal y
contiene el núcleo y la mayoría de los orgánulos de la célula de Schwann.

El transporte dendrítico parece tener las mismas características y las funciones que cumple en
las dendritas serían las mismas que las del transporte axonal en el axón. CÉLULAS DE SOSTÉN
DEL SISTEMA NERVIOSO: LA GLÍA En el SNP, las células de sostén se denominan glía periférica;
en el SNC, reciben el nombre de glía central. Glía periférica La glía periférica comprende las
células de Schwann, las células satélite y una gran variedad de otras células asociadas con
órganos o tejidos específicos. Los ejemplos de estos últimos son la glía terminal (teloglia)
asociada con la placa terminal motora, la glía entérica asociada con los ganglios ubicados en la
pared del tubo digestivo y las células de Müller en la retina.

SC

BL

OM

A
A

IM

FIGURA 12-11 ▲ Fotomicrografía electrónica de un axón en el proceso de mielinización. En


esta etapa del desarrollo, la mielina (M) consiste en cerca de seis capas de membrana. El
mesaxón interno (IM) y el mesaxón externo (OM) de la célula de Schwann (SC) son partes de la
membrana del mesaxón. Hay otro axón (A, arriba a la izquierda) que no ha sido incluido dentro
del mesaxón de la célula de Schwann. Otras estructuras destacables son la lámina basal
(externa) (BL) de la célula de Schwann y la cantidad considerable de citoplasma de célula de
Schwann asociado con el proceso de mielinización. 50 000 X. (Gentileza del Dr. Stephen G.
Waxman).

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso CÉLULAS DE SOSTÉN DEL SISTEMA NERVIOSO: LA GLÍA

BL

MT

ICS

Mit

OCS

CV

FIGURA 12-12 ▲ Fotomicrografía electrónica de un axón mielínico maduro. La vaina de mielina


(M) que se muestra aquí consiste en 19 capas apareadas de la membrana de la célula de
Schwann. El apareamiento de las membranas en cada capa es causado por la extrusión del
citoplasma de la célula de Schwann. El axón muestra abundancia de neurofilamentos, la
mayoría de los cuales han sido seccionados en forma transversal, brindando al axón un
aspecto punteado. En el axón también son evidentes los microtúbulos (MT) y varias
mitocondrias (Mit). En la célula de Schwann el collarete externo del citoplasma (OCS) es
relativamente abundante comparado con el collarete interno (ICS). Las fibrillas de colágeno (C)
constituyen el componente fibrilar del endoneuro. BL, lámina basal (externa). 70 000 X.
Recuadro. Más aumento de la mielina. La flecha apunta al citoplasma dentro de la mielina que
contribuiría al aspecto de la incisura de Schmidt-Lanterman como se observa en el microscopio
óptico. Aquí aparece como una región aislada debido a la delgadez del corte. El espacio
intercelular entre el axón y la célula de Schwann está indicado por la punta de flecha. En el
collarete citoplasmático externo de la célula de Schwann, aparece una vesícula con cubierta
(CV) en una primera etapa de su formación. 130 000 X. (Gentileza del Dr. George D. Pappas.)

nódulo de Ranvier
núcleo de la célula de Schwann

collarete citoplasmático externo de la célula de Schwann

collarete citoplasmático externo de célula de Schwann

incisura de Schmidt-Lanterman

conductos de Na+ activados por voltaje

axón

citoplasma perinodal de la célula de Schwann

Na+

Na+

Na+

mielina collarete citoplasmático interno de la célula de Schwann

mielina
FIGURA 12-13 ▲ Diagrama de un nódulo de Ranvier y las células de Schwann asociadas. Este
diagrama muestra un corte longitudinal del axón y sus relaciones con la mielina, el citoplasma
de la célula de Schwann y el nódulo de Ranvier. El citoplasma de la célula de Schwann está
presente en cuatro ubicaciones: el collarete interno y externo de la célula de Schwann, los
nódulos de Ranvier y las incisuras de Schmidt-Lanterman. Se debe notar que el citoplasma en
toda la célula de Schwann es continuo (v. fig. 12-14) y que no se trata una serie de islotes
citoplasmáticos como aparecen en el corte longitudinal de la vaina de mielina. El nódulo de
Ranvier es el sitio donde se encuentran dos células de Schwann contiguas. Las membranas
plasmáticas adyacentes de las células de Schwann no están adheridas con firmeza a la altura
del nódulo, y el líquido extracelular tiene libre acceso a la membrana plasmática neuronal.
Además, el nódulo de Ranvier es el sitio de despolarización de la membrana plasmática
neuronal durante la transmisión del impulso nervioso y contiene grupos muy densos de
conductos de Na1 activados por voltaje.

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso CÉLULAS DE SOSTÉN DEL SISTEMA NERVIOSO: LA GLÍA

mielina

núcleo de la célula de Schwann

incisuras de Schmidt- Lanterman

collarete citoplasmático externo de la célula de Schwann

collarete citoplasmático interno de la célula de Schwann

axón

citoplasma perinodal de la célula de Schwann

FIGURA 12-14 ▲ Diagrama conceptual tridimensional de la relación entre la mielina y el


citoplasma de la célula de Schwann. Este diagrama muestra la imagen hipotética de una célula
de Schwann desenrollada. Se debe observar que el collarete citoplasmático interno de la célula
de Schwann es continuo con el collarete citoplasmático externo a través de las incisuras de
Schmidt-Lanterman.

BL
G

BL

BL

BL

G
N

BL

FIGURA 12-15 ▲ Fotomicrografía electrónica de fibras nerviosas amielínicas. Las fibras o los
axones individuales (A) están inmersos en el citoplasma de la célula de Schwann. Las flechas
indican el sitio de los mesaxones. En efecto, cada axón está rodeado por el citoplasma de la
célula de Schwann, excepto por el espacio intercelular del mesaxón. Otras estructuras visibles
en la célula de Schwann son su núcleo (N), el aparato de Golgi (G) y la lámina basal (externa)
(BL) circundante. En la parte superior de la fotomicrografía, también se ve la mielina (M) de
dos nervios mielinizados. 27 000 X. Recuadro. Diagrama esquemático que muestra la relación
de los axones envueltos por la célula de Schwann.

Alrededor de la célula de Schwann se encuentra la lámina basal oexterna. La aposición del


mesaxón de la última capa sobre sí mismo, a medida que cierra el anillo de la espiral produce
el mesaxón externo, el espacio intercelular estrecho contiguo a la lámina externa.
Internamente respecto a las capas concéntricas de la vaina de mielina en formación, hay un
collarete interno del citoplasma de la célula de Schwann rodeado por la membrana plasmática
adaxonal. El espacio intercelular estrecho entre las membranas del mesaxón se comunican con
la membrana plasmática adaxonal para producir el mesaxón interno (fig. 12-10d). Una vez que
el mesaxón se espiraliza sobre sí mismo, las brechas de 12 nm a 14 nm desaparecen y las
membranas forman la vaina de mielina compacta. La compactación de la vaina coincide con la
expresión de proteínas transmembrana específicas de mielina, como la proteína 0 (P0), la
proteína periférica de la mielina de 22 kDa (PMP22) y la proteína básica de la mielina (MBP).
Las hojuelas internas (citoplasmáticas) de la membrana plasmática se acercan mucho como
consecuencia de los dominios citoplasmáticos con carga positiva de la P0 y la MBP. Con el MET,
estas hojuelas internas bien alineadas son electrodensas y aparecen en la forma de las
llamadas líneas densas mayores de la mielina (fig. 12-10d). Las laminillas concéntricas densas
se alternan con las líneas intraperiódicas un poco menos densas, que están formadas por
hojuelas externas de membrana, muy juntas pero no fusionadas. El espacio de 2,5 nm
corresponde al espacio extracelular restante que contiene dominios extracelulares de la
proteína P0 (fig. 12-10d). La P0 es una molécula de adhesión celular de 30 kDa que se expresa
dentro de la membrana plasmática mesoaxonal durante la mielinización. booksmedicos.org

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403

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso CÉLULAS DE SOSTÉN DEL SISTEMA NERVIOSO: LA GLÍA ab

CT

NF

CT

NF

NF

FIGURA 12-16 ▲ Fotomicrografía de un ganglio nervioso. a. Fotomicrografía que muestra un


ganglio teñido con el método de Mallory-Azan. Deben notarse los somas neuronales grandes
(flechas) y las fibras nerviosas (NF) ganglionares. Las células satélite están representadas por
núcleos muy pequeños en la periferia de los somas neuronales. El ganglio está rodeado por
una cápsula de tejido conjuntivo (CT) denso irregular, que es comparable al epineuro del
nervio y se continúa con él. 200 X. b. Más aumento del ganglio en el que se ven axones
individuales y unos pocos somas neuronales con células satélite (flechas). Los núcleos en la
región de los axones son, en su mayoría, núcleos de las células de Schwann. 640 X.

axón

vaina de mielina

pié perivascular

vaso sanguíneo

pié perineural a b

FIGURA 12-17 ▲ Astrocito protoplasmático en la sustancia gris del encéfalo. a. Este dibujo
esquemático muestra los pies terminales del astrocito protoplasmático que se contactan con
un vaso sanguíneo (pies perivasculares) y con la prolongación axonal de una neurona (pies
perineurales). Las evaginaciones del pié que terminan en un vaso sanguíneo contribuyen a la
formación de la barrera hematoencefálica. Las regiones desnudas del vaso, como se muestran
en el dibujo, estarían cubiertas por las evaginaciones de los astrocitos vecinos y, de esa
manera, formar la barrera completa. b. Esta imagen confocal de barrido laser de un astrocito
protoplasmático en la sustancia gris de un giro dentado, se visualizó mediante un método de
marcaje intracelular. En los cortes histológicos con fijación leve, los astrocitos seleccionados
son atravesados e inyectados iontoforéticamente con colorante fluorescente (Alexa Fluor 568)
mediante pulsos de corriente negativa. Cabe notar la densidad y la distribución espacial de las
evaginaciones celulares. 480 X. (Reproducido con autorización de Bushong EA, Martone ME,
Ellisman MH. Examination of the relationship between astrocyte morphology and laminar
boundaries in the molecular layer of adult dentate gyrus. J Comp Neurol 2003;462:241–251.)

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso CÉLULAS DE SOSTÉN DEL SISTEMA NERVIOSO: LA GLÍA


ab

FIGURA 12-18 ▲ Astrocitos fibrosos en la sustancia blanca del encéfalo. a. Representación


esquemática de un astrocito fibroso en la sustancia blanca del encéfalo. b. Fotomicrografía de
la sustancia blanca del encéfalo, que muestra abundantes evaginaciones citoplasmáticas
irradiantes que le dan nombre a los astrocitos. Éstas se visualizan mejor, como se muestra
aquí, con métodos de inmunotinción que utilizan anticuerpos contra GFAP. 220 X.
(Reproducido con autorización de Fuller GN, Burger PC. Central nervous system. In: Sternberg
SS, ed. Histology for Pathologists. Philadelphia: Lippincott-Raven, 1997.)

piamadre

prolongación de pié subpial membrana basal

mielina oligodendrocitoepéndimo astrocito célula microglial

pericito

neurona

membrana limitante glial

FIGURA 12-19 ▲ Distribución de las células gliales en el encéfalo. Este diagrama muestra los
cuatro tipos de células gliales, astrocitos, oligodendrocitos, microglía y ependimocitos, que
interactúan con varias estructuras y células que se encuentran en el tejido encefálico. Nótese
que los astrocitos y sus evaginaciones interactúan con los vasos sanguíneos al igual que con los
axones y las dendritas. Los astrocitos también envían sus evaginaciones hacia la superficie
encefálica, donde entran en contacto con la membrana basal de la piamadre para formar la
membrana limitante glial. Además, las evaginaciones de los astrocitos se extienden hacia los
espacios llenos de líquido del SNC, donde entran en contacto con las células ependimarias de
revestimiento. Los oligodendrocitos participan en la mielinización de las fibras nerviosas del
SNC. La microglia exhibe funciones fagocíticas.

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405

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso CÉLULAS DE SOSTÉN DEL SISTEMA NERVIOSO: LA GLÍA

Esta glucoproteína transmembrana media adhesiones fuertes entre las dos capas de
membrana opuestas y es un componente estructural clave de la mielina nerviosa periférica.
Los estudios estructurales y genéticos indican que las mutaciones en los genes humanos que
codifican la P0 producen una mielina inestable y pueden contribuir al desarrollo de trastornos
desmielinizantes (v. cuadro 12-2). El espesor de la vaina de mielina producida en la
mielinización está determinado por el diámetro del axón y no por la célula de Schwann. La
mielinización es un ejemplo de comunicación intercelular en la cual el axón interactúa con la
célula de Schwann. Estudios experimentales muestran que la cantidad de capas de mielina
está determinada por el axón y no por la célula de Schwann. El espesor de la vaina de mielina
es regulado por un factor de crecimiento denominado neurregulina (Ngr1) que actúa sobre las
células de Schwann. La Ngr1 es una proteína transmembrana que se expresa en el axolema
(membrana celular) del axón. El nódulo de Ranvier es la unión entre dos células de Schwann
adyacentes. La vaina de mielina está segmentada porque la forman numerosas células de
Schwann dispuestas en forma secuencial a lo largo del axón. La unión donde se encuentran dos
células de Schwann adyacentes carece de mielina. Este sitio recibe el nombre de nódulo de
Ranvier. Por lo tanto, la mielina que se encuentra entre dos nódulos de Ranvier secuenciales se
denomina segmento internodal (lámina 28, pág. 429). El nódulo de Ranvier constituye una
región donde el impulso eléctrico se regenera para la propagación a alta velocidad del axón. La

fibras nerviosas

mielina

axones

nódulo de Ranvier (muestra el axón en contacto con el espacio extracelular)

oligodendrocito

FIGURA 12-20 ▲ Vista tridimensional de un oligodendrocito en su relación con varios axones.


Las evaginaciones citoplasmáticas del soma de un oligodendrocito forman vainas
citoplasmáticas aplanadas que se enrollan alrededor de los axones. La relación del citoplasma y
la mielina es esencialmente la misma que la de las células de Schwann.

mayor densidad de los conductos de Na+ activados por voltaje en el sistema nervioso ocurre
en el nódulo de Ranvier. Su expresión está regulada por interacciones con el citoplasma
perinodal de las células de Schwann. La mielina está compuesta por aproximadamente 80 % de
lípidos debido a que, conforme se enrolla la membrana de la célula de Schwann alrededor del
axón, el citoplasma de la célula de Schwann, como ya se comentó, se extrae de entre las capas
opuestas de la membrana plasmática. No obstante, en las fotomicrografías electrónicas es
normal que se vean pequeñas cantidades de citoplasma en varios sitios (figs. 12-11 y 12-12): el
collarete interno del citoplasma de la célula de Schwann, entre el axón y la mielina; las
incisuras de Schmidt-Lanterman, pequeños islotes dentro de laminillas de mielina sucesivas; el
citoplasma perinodal, en el nódulo de Ranvier y el collarete externo del citoplasma
perinuclear, alrededor de la mielina (fig. 12-13). Estas regiones del citoplasma corresponden a
lo que los microscopistas ópticos identificaban como vaina de Schwann. Si se desenrollara
imaginariamente la prolongación de la célula de Schwann, como se muestra en la figura 12-14,
podría apreciarse su extensión total y se comprobaría que el collarete citoplasmático interno
está en continuidad con el soma celular a través de las incisuras de Schmidt-Lanterman y del
citoplasma perinodal. El citoplasma de las incisuras contiene lisosomas y, a veces, mitocondrias
y microtúbulos, así como inclusiones citoplasmáticas o cuerpos densos. La cantidad de
incisuras de Schmidt-Lanterman se correlaciona con el diámetro del axón; los axones más
gruesos tienen más incisuras. Los axones amielínicos en el sistema nervioso periférico están
envueltos por las células de Schwann y sus láminas externas. Los nervios en el SNP que se
describen como amielínicos, aun así, están envueltos por el citoplasma de las células de
Schwann, como se muestra en la figura 12-15. Las células de Schwann son alargadas y se
ubican en paralelo al eje longitudinal de los axones, y los axones se localizan en surcos en la
superficie de la célula. Los bordes del surco pueden estar separados y exponer una porción del
axolema del axón a la lámina externa contigua de la célula de Schwann o los bordes pueden
estar en contacto y formar el mesaxón. En una sola invaginación de la superficie de la célula de
Schwann pueden quedar incluidos un solo axón o un grupo de axones. Las células de Schwann
grandes en el SNP pueden tener 20 o más surcos, cada uno de los cuales contiene uno o más
axones. En el SNA, es común que los haces de axones amielínicos ocupen un solo surco. Células
satélite Los somas neuronales de los ganglios están rodeados por una capa de pequeñas
células cúbicas denominadas células satélite. Si bien forman una cubierta completa alrededor
del soma, en los preparados con H&E de rutina es normal que sólo sus núcleos sean visibles
(fig. 12-16 a y b). En los ganglios paravertebrales y periféricos, las evaginaciones de las células
neuronales deben penetrar entre las células satélite para establecer una sinapsis (no hay
sinapsis en los ganglios sensitivos). Estas células contribuyen a establecer y mantener un
microentorno controlado alrededor del soma neuronal en el booksmedicos.org
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406

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso CÉLULAS DE SOSTÉN DEL SISTEMA NERVIOSO: LA GLÍA

ganglio, con lo que proveen aislamiento eléctrico así como una vía para el intercambio
metabólico. Por lo tanto, el papel funcional de las células satélite es análogo al de las células
de Schwann, excepto que no producen mielina. Las neuronas y sus evaginaciones ubicadas
dentro de los ganglios de la división entérica del SNA, están asociadas con las células gliales
entéricas. Estas células son morfológica y funcionalmente similares a los astrocitos en el SNC
(v. más adelante). Las células gliales entéricas comparten funciones comunes con los
astrocitos, como sostén estructural y metabólico y protección de las neuronas. Sin embargo,
estudios recientes indican que las células gliales entéricas también po

drían participar en la neurotransmisión entérica y contribuir a coordinar las actividades de los


sistemas nervioso e inmunitario del intestino. Glía central Existen cuatro tipos de glía central: •
Astrocitos, células de morfología heterogénea que proporcionan sostén físico y metabólico a
las neuronas del SNC. • Oligodendrocitos, células pequeñas activas en la formación y el
mantenimiento de la mielina en el SNC. • Microglia, células inconspicuas con núcleos
pequeños, oscuros y alargados que poseen propiedades fagocíticas.

ab c

CM

BB

JC

FIGURA 12-22 ▲ Revestimiento ependimario del conducto central espinal. a. Fotomicrografía


de la región central de la médula espinal teñida con azul de toluidina. La flecha señala el
conducto central. 20 X. b. Con más aumento, se puede ver que las células ependimarias, que
revisten el conducto central, consisten en una capa individual de células cilíndricas. 340 X.
(Gentileza del Dr. George D. Pappas.) c. La micrografía electrónica de transmisión muestra una
porción de la región apical de dos células ependimarias cilíndricas. Están adheridas por un
complejo de unión (JC) que separa la luz del conducto del espacio intercelular lateral. La
superficie apical de las células ependimarias tienen cilios (C) y microvellosidades (M). También
son visibles los cuerpos basales (BB) y el aparato de Golgi (G) dentro del citoplasma apical. 20
000 X. (Gentileza del Dr. Paul Reier.)

ab

FIGURA 12-21 ▲ Célula de la microglia en la sustancia gris del encéfalo. a. El diagrama muestra
la forma y características de una célula de la microglia. Nótese el núcleo elongado y las
relativamente pocas evaginaciones que emanan del cuerpo. b. Fotomicrografía de microglía
(flechas) con sus núcleos elongados característicos. La muestra se obtuvo de una persona con
microgliosis difusa. En esta enfermedad, la microglía está presentes en grandes cantidades y se
observa con facilidad en preparados de rutina teñidos con H&E. 420 X. (Reproducido con
autorización de GN, Burger PC. Central nervous system. In: Sternberg SS, ed. Histology for
Pathologists. Philadelphia: Lippincott-Raven, 1997.)

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407

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso CÉLULAS DE SOSTÉN DEL SISTEMA NERVIOSO: LA GLÍA

• Ependimocitos, células cilíndricas que revisten los ventrículos del encéfalo y el conducto
central de la médula espinal. En los preparados histológicos de rutina del SNC, sólo se
observan los núcleos de las células gliales. Para demostrar la forma de la célula glial completa
se deben utilizar métodos de inmunocitoquímica o técnicas de impregnación con metales
pesados. Si bien durante mucho tiempo las células de la glía se han considerado células de
sostén del tejido nervioso en un sentido puramente físico, los conceptos actuales enfatizan la
interdependencia funcional entre las células gliales y las neuronas. El ejemplo más obvio de
sostén físico ocurre durante el desarrollo embrionario. El encéfalo y la médula espinal se
desarrollan a partir del tubo neural embrionario. En la región cefálica, el tubo neural se somete
a un engrosamiento y un plegamiento acentuados, con lo que al final adquiere su estructura
de encéfalo. Durante las etapas iniciales del proceso, las células gliales embrionarias se
extienden a través de todo el espesor del tubo neural en forma radial. Estas células gliales
radiales sirven como el andamiaje físico que dirige la migración de las neuronas hacia su
posición adecuada en el encéfalo. Los astrocitos tienen una relación estrecha con las neuronas
para sustentar y modular sus actividades. Los astrocitos son las células gliales más grandes.
Forman una red de células dentro del SNC y se comunican con las neuronas para sustentar y
modular muchas de sus actividades. Algunos astrocitos se extienden a través de todo el
espesor del encéfalo, con lo que proporcionan un andamiaje para las neuronas migrantes
durante el desarrollo del encéfalo. Otros astrocitos extienden sus evaginaciones desde los
vasos sanguíneos hacia las neuronas. Los extremos de la prolongación se expanden para
formar el pie terminal que cubre grandes áreas de la superficie externa del vaso o axolema. Los
astrocitos no producen mielina. Se han identificado dos clases de astrocitos: • Astrocitos
protoplasmáticos, que prevalecen en la cubierta más externa del encéfalo, denominada
sustancia gris. Estos astrocitos tienen abundantes evaginaciones citoplasmáticas cortas y
ramificadas (fig. 12-17). • Astrocitos fibrosos, que son más comunes en el núcleo interno del
encéfalo, llamado sustancia blanca. Estos astrocitos tienen menos evaginaciones y son
relativamente rectas (fig. 12-18). Ambos tipos de astrocitos contienen haces de filamentos
intermedios prominentes compuestos por la proteína ácida fibrilar glial (GFAP). No obstante,
los filamentos son mucho más abundantes en los astrocitos fibrosos, de ahí su nombre. Los
anticuerpos de GFAP se utilizan como colorantes específicos para identificar astrocitos en
cortes y cultivos de tejidos (v. fig. 12-18b). Los tumores que se originan a partir de los
astrocitos fibrosos, los astrocitomas fibrosos, representan cerca del 80 % de los tumores
encefálicos primarios del adulto. Pueden identificarse por el aspecto en el examen
microscópico y por la especificidad de GFAP. Los astrocitos cumplen funciones importantes en
el movimiento de metabolitos y desechos desde las neuronas y hacia ellas. Contribuyen a
mantener las uniones estrechas de los

capilares que forman la barrera hematoencefálica (v. pág. 421). Además, los astrocitos
proporcionan una cubierta para las “regiones desnudas” de los axones mielínicos, por ejemplo,
a nivel de los nódulos de Ranvier y de las sinapsis. Estas células pueden confinar los
neurotransmisores en la hendidura sináptica y eliminar su exceso por pinocitosis. Los
astrocitos protoplasmáticos en las superficies del encéfalo y de la médula espinal extienden
sus evaginaciones (pies subpiales) hacia la lámina basal de la piamadre para formar la
membrana limitante glial, una barrera relativamente impermeable que rodea el SNC (fig. 12-
19). Los astrocitos modulan las actividades neuronales por la amortiguación de la
concentración de K+ en el espacio extracelular del encéfalo. En la actualidad, en general se
acepta que los astrocitos regulan las concentraciones de K+ en el compartimento extracelular
del encéfalo para mantener, de ese modo, el microambiente y modular las actividades de las
neuronas. La membrana plasmática del astrocito contiene abundantes bombas y conductos de
K+ que median la transferencia de iones K+ desde regiones de alta concentración hacia
regiones de baja concentración. La acumulación de grandes cantidades de K+ intracelular en
los astrocitos reduce los gradientes de K+ extracelular. La membrana del astrocito se
despolariza y la carga se disipa a través de una amplia superficie mediante una extensa red de
evaginaciones astrocíticas. El mantenimiento de la concentración de K+ en el espacio
extracelular del encéfalo se denomina amortiguación espacial del potasio. Los
oligodendrocitos producen y mantienen la vaina de mielina en el SNC. El oligodendrocito es la
célula responsable de la producción de mielina en el SNC. La vaina de mielina en el SNC está
formada por capas concéntricas de membrana plasmática oligodendrocítica. Sin embargo, la
formación de la vaina en el SNC es más compleja que el simple enrollamiento de las
membranas del mesaxón de la célula de Schwann que ocurre en el SNP (pág. 195-197). Con el
uso del microscopio óptico y en preparados teñidos con técnicas especiales, los
oligodendrocitos aparecen como pequeñas células con evaginaciones relativamente escasas en
comparación con los astrocitos. Con frecuencia, están alineados en hileras entre los axones.
Cada oligodendrocito emite varias evaginaciones con forma de lengüetas que llegan hasta los
axones, donde cada prolongación se enrolla alrededor de un segmento de un axón para formar
un segmento internodal de mielina. Las múltiples evaginaciones de un oligodendrocito
individual pueden mielinizar un axón o varios axones cercanos (fig. 12-20). La región que
contiene el núcleo del oligodendrocito puede estar un poco distante del axón que mieliniza.
Dado que un oligodendrocito individual podría mielinizar varios axones cercanos en forma
simultánea, la célula no puede incorporar múltiples axones en su citoplasma y permitir que la
membrana del mesaxón forme una espiral alrededor de cada axón. En cambio, cada
prolongación con forma de lengüeta parece rotar alrededor del axón, manteniéndose siempre
cerca de él, hasta que se forma la vaina de mielina. La vaina de mielina en el SNC difiere de la
vaina en el SNP. booksmedicos.org ERRNVPHGLFRVRUJ

408

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso CÉLULAS DE SOSTÉN DEL SISTEMA NERVIOSO: LA GLÍA

das, es decir, no están incluidas en las evaginaciones de las células gliales. La falta de las células
de sostén alrededor de los axones amielínicos así como la ausencia de material de lámina basal
y de tejido conjuntivo dentro de la sustancia del SNC, contribuye a distinguirlo del SNP en los
cortes histológicos y en las muestras para MET. La microglia posee propiedades fagocíticas. La
microglia son células fagocíticas. En el SNC del adulto normalmente constituyen cerca del 5 %
de todas las células de la glía, pero proliferan y se tornan activamente fagocíticas (microglía
reactiva) en las regiones lesionadas o enfermas. Las células microgliales son consideradas parte
del sistema fagocítico mononuclear (v. cuadro 6-4, pág. 188) y se originan a partir de las células
progenitoras de granulocitos/ monocitos (GMP). Las células precursoras de la microglia entran
en el parénquima del SNC desde el sistema vascular. Datos recientes indican que la microglia
cumple una función decisiva en la defensa contra los microorganismos invasores y las células
neoplásicas. Eliminan las bacterias, las células lesionadas y los detritos de las células que sufren
apoptosis. También median las reacciones neuroinmunitarias, como aquellas que ocurren en
los trastornos de dolor crónico. La microglia son las células neuroglilaes más pequeñas y tienen
núcleos alargados y relativamente pequeños (fig. 12-21). Cuando se somete a impregnación
con metales pesados, la microglia exhibe evaginaciones retorcidas cortas. Tanto las
evaginaciones como el soma celular están cubiertos con numerosas púas. Las púas serían el
equivalente del borde

Existen otras diferencias importantes entre las vainas de mielina en el SNC y aquellas en el
SNP. Los oligodendrocitos en el SNC expresan proteínas específicas de mielina durante la
mielinización, que son diferentes de las expresadas por las células de Schwann en el SNP. En
lugar de la P0 y la PMP22 que se expresan sólo en la mielina del SNP, otras proteínas como la
proteína proteolipídica (PLP), la glucoproteína oligodendrocítica mielínica (MOG) y la
glucoproteína mielínica de oligodendrocito (OMgp), cumplen funciones similares en la mielina
del SNC. La insuficiencia en la expresión de estas proteínas es importante en la patogénesis de
varios trastornos desmielinizantes autoinmunitarios del SNC. Con el microscopio, la mielina en
el SNC exhibe menos incisuras de Schmidt-Lanterman porque los astrocitos proveen sostén
metabólico para las neuronas del SNC. A diferencia de las células de Schwann del SNP, los
oligodendrocitos no tienen una lámina externa. Además, por la manera en que los
oligodendrocitos forman la mielina del SNC, puede haber poco, o nada, de citoplasma en la
capa más externa de la vaina de mielina y ante la ausencia de la lámina externa, la mielina de
los axones adyacentes puede entrar en contacto. Por lo tanto, donde las vainas de mielina de
axones contiguos se tocan, pueden compartir una línea intraperiódica. Por último, los nódulos
de Ranvier en el SNC son más grandes que los del SNP. Las regiones más amplias del axolema
expuesto tornan aún más eficaz la conducción saltatoria (v. más adelante) en el SNC. Otra
diferencia entre el SNC y el SNP en lo que se refiere a las relaciones entre las células de sostén
y las neuronas, es que las neuronas amielínicas en el SNC suelen estar desnu

Ganglios que contienen somas de neuronas sensitivas; no son estaciones sinápticas. • Ganglios
de la raíz dorsal de los nervios espinales • Ganglios sensitivos de los nervios craneales •
Ganglio trigeminal (semilunar, de Gasser) del nervio trigémino (V) • Ganglio geniculado del
nervio facial (VII) • Ganglio espiral (contiene neuronas bipolares) de la división coclear del
nervio vestíbulococlear (VIII) • Ganglio vestibular (contiene neuronas bipolares) de la división
vestibular del nervio vestíbulococlear (VIII) • Ganglio superior e inferior del nervio
glosofaríngeo (IX) • Ganglio superior e inferior del nervio vago (X) Ganglios que contienen
somas de neuronas autónomas (postsinápticas); son estaciones sinápticas • Ganglios
simpáticos • Ganglios del tronco simpático (paravertebral) (el más alto de éstos es el ganglio
cervical superior) • Ganglios prevertebrales (contiguos a los sitios de origen de las ramas
mayores no apareadas de la aorta abdominal), que incluyen el celíaco, el mesentérico superior,
el mesentérico inferior y los aorticorrenales • Médula suprarrenal, que puede considerarse un
ganglio simpático modificado (cada una de las células secretoras de la médula, como las células
ganglionares reconocibles, está inervada por fibras nerviosas simpáticas presinápticas
colinérgicas) • Ganglios parasimpáticos • Ganglios cefálicos • Ganglios ciliares asociados con el
nervio oculomotor (III) • Ganglios submandibulares asociados con el nervio facial (VII) •
Ganglios pterigopalatinos (esfenopalatino) del nervio facial (VII) • Ganglios óticos asociados
con el nervio glosofaríngeo (IX) • Ganglios terminales (cerca o en la pared de los órganos), que
incluyen ganglios del plexo submucoso (de Meissner) y del plexo mientérico (de Auerbach) del
tubo digestivo (también son ganglios de la división entérica del SNA) y células ganglionares
aisladas en una variedad de órganos

a Nota práctica: los somas neuronales que aparecen en cortes histológicos como lengua,
páncreas, vejiga urinaria y corazón son invariablemente ganglios terminales o “células
ganglionares” del sistema nervioso parasimpático.

TABLA 12-2 Ganglios periféricosa

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409

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso CÉLULAS DE SOSTÉN DEL SISTEMA NERVIOSO: LA GLÍA

festoneado observado en otras células fagocíticas. El MET permite ver abundancia de


lisosomas, inclusiones y vesículas. Sin embargo, la microglia contiene poco RER y escasos
microtúbulos o filamentos de actina. Las células ependimarias forman el revestimiento
epitelial de los ventrículos del encéfalo y del conducto espinal. Las células ependimarias o
ependimocitos forman el revestimiento epitelial de las cavidades llenas de líquido del SNC.
Forman una sola capa de células entre cúbicas y cilíndricas que poseen las características
morfológicas y fisiológicas de las células transportadoras de líquido (fig. 12-22). Están
estrechamente unidas por complejos de

unión ubicados en las superficies apicales. A diferencia del epitelio típico, las células
ependimarias carecen de una lámina externa. Con el MET, la superficie celular basal exhibe
numerosos repliegues que se interdigitan con las evaginaciones astrocíticas adyacentes. La
superficie apical de la célula posee cilios y microvellosidades. Estas últimas participan en la
absorción del líquido cefalorraquídeo. Existen células ependimarias especializadas que se
denominan tanicitos. Son más abundantes en el piso del tercer ventrículo. La superficie libre
de los tanicitos está en contacto directo con el líquido cefalorraquídeo, pero a diferencia de las
células ependimarias, no poseen cilios. El soma de los tanicitos origina una prolongación larga
que se proyecta dentro del

ba

BV

MF

RER
BL

MF

CD

RER

***

FIGURA 12-23 ▲ Fotomicrografía electrónica de un nervio periférico y su perineuro


circundante. a. Fotomicrografía electrónica de las fibras nerviosas amielínicas y una fibra
mielínica individual (MF). El perineuro (P), compuesto por varias capas celulares, se observa a
la izquierda de la fotomicrografía. Las evaginaciones de las células perineurales (cabeza de
flechas) también se extienden hacia el nervio para rodear al grupo de axones (A) junto con sus
células de Schwann, así como a los vasos sanguíneos de pequeño calibre (BV). Este grupo de
axones corresponde a la raicilla de una rama nerviosa pequeña que se une o abandona un
fascículo más grande. 10 000 X. El área dentro del círculo que abarca el endotelio del vaso y el
citoplasma del perineuro adyacente, se muestra en el recuadro con más aumento. Nótense las
láminas basales (externas) de los vasos y de las células del perineuro (flechas). También se ve
la unión entre las células endoteliales del vaso sanguíneo (cabezas de flechas). 46 000 X. b.
Fotomicrografía electrónica del perineuro de un nervio. Pueden verse cuatro capas celulares
del perineuro. Cada capa tiene en su dos superficies una lámina basal (externa) (BL) asociada.
Otros componentes morfológicos de la célula perineural son su contenido abundante de
microfilamentos de actina (MF), vesículas pinocíticas (flechas) y densidades citoplasmáticas
(CD). Estas estructuras son características de las células musculares lisas. La capa celular más
interna del perineuro (derecha) exhibe las uniones estrechas (asteriscos) donde una célula se
superpone a una segunda célula para formar la vaina. En el citoplasma celular también
aparecen mitocondrias (M), retículo endoplásmico rugoso (RER) y ribosomas libres (R). 27 000
X.

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410

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso ORIGEN DE LAS CÉLULAS DEL TEJIDO NERVIOSO

parénquima encefálico. Su papel no está claro. Sin embargo, están involucrados en el


transporte de las sustancias desde el líquido cefalorraquídeo hacia la sangre dentro de la
circulación portal del hipotálamo. Los tanicitos son sensibles a la concentración de glucosa. Por
lo tanto, podrían intervenir en la detección y la respuesta a los cambios en el equilibrio de
energía así como en la monitorización de otros metabolitos en circulación en el líquido
cefalorraquídeo. Dentro del sistema ventricular encefálico, este revestimiento ependimario
sufre una modificación adicional para producir el líquido cefalorraquídeo por medio del
transporte y la secreción de materiales derivados de las asas capilares contiguas. Las células
ependimarias modificadas y los capilares asociados forman en conjunto los plexos coroideos.
Conducción del impulso Un potencial de acción es un proceso electroquímico desen- cadenado
por impulsos que llegan al cono axónico, después de que otros impulsos se reciben en las
dendritas o en el soma neuronal mismo. Un impulso nervioso se conduce a lo largo de un axón
de modo similar a como una llama avanza sobre la mecha de un petardo. Estos procesos
electroquímicos implican la generación de un potencial de acción, una onda de despolarización
de membrana que comienza en el segmento inicial del cono axónico. Su membrana contiene
una gran cantidad de conductos de NA+ y K+ activados por voltaje. En respuesta a un estímulo,
se abren los conductos de Na+ activados por voltaje en el segmento inicial de la membrana del
axón, lo que provoca la entrada de Na+ en el axoplasma. Este ingreso de Na+ invierte
(despolariza) brevemente el potencial de membrana negativo de la membrana en reposo (-70
mV) a uno positivo (+30 mV). Después de la despolarización, los conductos de Na+ activados
por voltaje se cierran y los conductos de K+ activados por voltaje se abren. El K+ abandona
rápidamente el axón y devuelve la membrana a su potencial de reposo. La despolarización de
una parte de la membrana envía corriente eléctrica a las porciones vecinas de la membrana no
estimulada, que siguen con carga positiva. Esta corriente local estimula las porciones
adyacentes de la membrana del axón y repite la despolarización a lo largo de la membrana.
Todo el proceso tarda menos de una milésima de segundo. Después de un período muy breve
(refractario), la neurona puede repetir el proceso de generación de un potencial de acción una
vez más. La conducción rápida del potencial de acción se atribuye a los nódulos de Ranvier. Los
axones mielínicos conducen impulsos con más rapidez que los axones amielínicos. Los
fisiólogos describen el impulso nervioso como un “salto” de nódulo a nódulo a lo largo del
axón mielínico. Este proceso se denomina conducción saltatoria (lat. saltus, saltar) o
discontinua. En los nervios mielínicos, la vaina de mielina alrededor del nervio no conduce la
corriente eléctrica y forma una cubierta aislante alrededor del axón. Por ello, la inversión del
voltaje puede ocurrir sólo en los nódulos de Ranvier, donde el axolema carece de vaina de
mielina. Aquí, el axolema está expuesto a líquidos extracelulares y posee una gran
concentración de conductos de Na+ y K+ activados por voltaje (v. fig. 12-13 y 12-20). Por este

motivo, la inversión del voltaje (y por lo tanto, del impulso) salta a medida que la corriente
fluye de un nódulo de Ranvier al siguiente. La velocidad de la conducción saltatoria no sólo
está relacionada con el espesor de la mielina sino también con el diámetro del axón. La
conducción es más rápida a lo largo de los axones de mayor diámetro. En los axones
amielínicos, los conductos de Na+ y K+ se distribuyen de manera uniforme a lo largo de toda la
fibra. El impulso nervioso es conducido con más lentitud y se desplaza como una onda
continua de inversión de voltaje a lo largo del axón. ORIGEN DE LAS CÉLULAS DEL TEJIDO
NERVIOSO

Las neuronas del SNC y la glía central, a excepción de las células microgliales, derivan de las
células neuroectodérmicas del tubo neural. Las neuronas, los oligodendrocitos, los astrocitos y
las células ependimarias derivan de células del tubo neural. Después de que las neuronas en
desarrollo han migrado hasta sus ubicaciones predestinadas en el tubo neural y se han
diferenciado en neuronas maduras, ya no se dividen. Sin embargo, en el encéfalo del mamífero
adulto, una cantidad muy pequeña que persisten desde el desarrollo embrionario, llamados
células madre neurales, conservan la capacidad de dividirse. Estas células migran hacia los
sitios de lesión y se diferencian en células nerviosas completamente funcionales. Los
precursores de los oligodendrocitos son células muy migratorias. Estas células parecen
compartir un linaje evolutivo con las neuronas motoras, que migran desde su sitio de origen
hacia las evaginaciones axónicas en desarrollo (tractos) en la sustancia blanca del encéfalo o la
médula espinal. Los precursores, entonces, proliferan en respuesta a la expresión local de
señales mitogénicas. El apareamiento de los oligodendrocitos con los axones se logra a través
de una combinación de regulación local de la proliferación, la diferenciación y la apoptosis
celular. Los astrocitos también derivan de las células del tubo neural. Durante las etapas
embrionaria y postnatal temprana, los astrocitos inmaduros migran hacia la corteza, donde se
diferencian y se convierten en astrocitos maduros. Las células ependimarias derivan de la
proliferación de células neuroepiteliales que rodean en forma inmediata el conducto del tubo
neural en desarrollo. A diferencia de lo que ocurre con otros miembros de la glía central, las
células microgliales derivan de los precursores de macrófagos mesodérmicos, específicamente
de las células progenitoras de granulocitos/monocitos (GMP) en la médula ósea. Estas células
infiltran el tubo neural en las etapas iniciales de su desarrollo y bajo la influencia de los
factores de crecimiento, como el factor-1 (CSF-1) estimulante de colonias producido por las
células nerviosas en desarrollo, sufren proliferación y diferenciación en las células ameboides
móviles. Estas células móviles son comunes en el encéfalo en desarrollo. Como únicas células
gliales de origen mesenquimatoso, la microglia posee filamentos intermedios de vimentina,
que pueden ser de utilidad para identificar estas células cuando se utilizan métodos
inmunocitoquímicos.

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411

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO

Las células ganglionares del SNP y la glía periférica derivan de la cresta neural. El desarrollo de
las células ganglionares del SNP com prende la proliferación y migración de las células
precursoras desde la cresta neural hacia sus sitios ganglionares futuros, donde sufren una
proliferación adicional. Allí, las células desarrollan evaginaciones que alcanzan sus dianas
distantes (p. ej., tejido glandular o células musculares lisas) y territorios sensitivos.
Inicialmente, se producen más células que las necesarias. Aquellas que no establecen contacto
funcional con un tejido diana sufren apoptosis. Las células de Schwann también derivan de
células migrantes de la cresta neural que se asocian con los axones de los nervios embrionarios
iniciales. Varios genes se han asociado en el desarrollo de células de Schwann. Para la
generación de todos los miembros de la glía periférica a partir de células de la cresta neural es
necesaria la región determinante sexual del cromosoma Y (SRY), de su caja 10 (Sox10). La
neurregulina 1(Nrg-1) derivada de axones sustenta los precursores de las células de Schwann
que sufren diferenciación y se dividen a lo largo de las evaginaciones nerviosas en crecimiento.
El destino de todas las células de Schwann inmaduras está determi

nado por las evaginaciones nerviosas con las que establecen contacto inmediato. Las células de
Schwann inmaduras que se asocian con los axones de gran diámetro, maduran en células de
Schwann mielínicas, mientras que aquellas que están asociadas con axones de menor diámetro
maduran en células amielínicas. ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO El
sistema nervioso periférico (SNP) está compuesto por nervios periféricos con terminaciones
nerviosas especializadas y ganglios que contienen somas neuronales que se encuentran fuera
del sistema nervioso central. Nervios periféricos Un nervio periférico es un haz de fibras
nerviosas que se mantienen juntas por tejido conjuntivo. Los nervios del SNP están
compuestos por muchas fibras nerviosas que transportan información sensitiva y motora
(efectora) entre los órganos y los tejidos del cuerpo y el encéfalo
somáticas NEURONAS (MOTORAS) EFERENTES NEURONAS (AUTÓNOMAS) VISCERALES

músculo esquelético

tronco simpático

nervio espinal

fibras simpáticas sinápticas (fibras blancas, mielínicas) fibras simpáticas postsinápticas (fibras
grises, amielínicas)

glándula sudorípara

vaso sanguíneo

estómago

neuronas presinápticas

neuronas postsinápticas

neuronas postsinápticas

ganglio paravertebral

nervio esplácnico

ganglio prevertebral (celíaco)

FIGURA 12-24 ▲ Representación esquemática de neuronas somáticas eferentes y neuronas


viscerales eferentes. En el sistema eferente somático (motor), una neurona conduce los
impulsos desde el SNC hasta el efector (músculo esquelético). En el sistema eferente visceral
(autónomo) (representado en este esquema por una división simpática del SNA), una cadena
bineuronal conduce los impulsos: una neurona presináptica ubicada dentro del SNC y una
neurona postsináptica localizada en los ganglios paravertebrales o prevertebrales. Además,
cada neurona presináptica hace contacto sináptico con más de una neurona postsináptica. Las
fibras simpáticas postsinápticas inervan el músculo liso (como en los vasos sanguíneos) o el
epitelio glandular (como en las glándulas sudoríparas). Las neuronas del SNA que inervan los
órganos del abdomen lo hacen a través de los nervios esplácnicos. En este ejemplo, el nervio
esplácnico se une con el ganglio celíaco, donde ocurre la mayoría de las sinapsis de la cadena
bineuronal.

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO

sacral

lumbar

cervical

torácico
Sistema nervioso simpático

glándula lagrimal

ganglio ciliar

ganglio pterigopalatino

ganglio ótico

ganglio submandibular

glándula parótida

glándulas sublingual y submandibular

tubo respiratorio

corazón

piel hígado

estómago

Sistema nervioso parasimpático

T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10 T11 T12 L1 L2

S2 S3 S4

CN III

CN VII

CN IX

CN X

intestinos

vejiga

páncreas

bazo

vaso sanguíneo periférico

órganos reproductivos internos genitales externos gónadas

ganglio celíaco

ganglio mesentérico superior

ganglio aorticorrenal

riñón glándula suprarrenal

ganglio mesentérico inferior

ganglios prevertebrales
ganglios paravertebrales

tronco simpático

fibras simpáticas presinápticas fibras simpáticas postsinápticas fibras parasimpáticas


presinápticas fibras parasimpáticas postsinápticas

FIGURA 12-25 ▲ Representación esquemática de la disposición general de las neuronas


simpáticas y parasimpáticas del SNA. Las eferencias simpáticas se muestran a la izquierda y las
parasimpáticas a la derecha. La eferencia simpática (toracolumbar) abandona el SNC desde los
segmentos torácico y lumbar superior (T1 y L2) de la médula espinal. Estas fibras presinápticas
se comunican con las neuronas postsinápticas en dos sitios, los ganglios paravertebrales y los
ganglios prevertebrales. Los ganglios paravertebrales están ligados juntos y forman dos
troncos simpáticos en cada lado de la columna vertebral (dibujado como una sola columna a
un lado de la médula espinal). Los ganglios prevertebrales están asociados con las ramas
principales de la aorta abdominal (óvalos amarillos). Cabe destacar la distribución de las fibras
nerviosas simpáticas postsinápticas hacia las vísceras. La eferencia parasimpática (craneosacra)
abandona el SNC desde la sustancia gris del tronco del encéfalo dentro de los nervios craneales
III, VII, IX, y X y desde la sustancia gris de los segmentos sacros (S2 a S4) de la médula espinal y
se distribuyen hacia las vísceras. Las fibras presinápticas que viajan con los nervios craneales
III, VII, y IX se comunican con las neuronas postsinápticas en varios ganglios ubicados en la
cabeza y la región del cuello (óvalos amarillos frente a la cabeza). Las fibras presinápticas que
van con el nervio craneal X y las de los segmentos sacros (S2 a S4) tienen sus sinapsis con
neuronas postsinápticas en la pared de los órganos viscerales (ganglios terminales). Por
consiguiente, las vísceras tienen inervación simpática y parasimpática. Nótese que la cadena
bineuronal transmite impulsos a todas las vísceras, excepto la médula suprarrenal.

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413

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO

axones abandonan el SNC y transcurren en los nervios periféricos hacia el sistema músculo
esquelético que inervan. Una sola neurona transmite impulsos desde el SNC hacia el órgano
efector. Los somas de las neuronas sensitivas están ubicados en los ganglios que están fuera
del SNC pero cerca de él. En el sistema sensitivo (tanto en el componente aferente somático
como en el aferente visceral), una sola neurona conecta el receptor, a través de los ganglios
sensitivos, con la médula espinal o el tronco encefálico. Los ganglios sensitivos están ubicados
en las raíces dorsales de los nervios espinales y en asociación con los componentes sensitivos
de los nervios craneales V, VII, VIII, IX, y X (v. tabla 12-2). Componentes del tejido conjuntivo de
un nervio periférico La mayor parte de un nervio periférico está compuesta por fibras
nerviosas y sus células de sostén, las células de Schwann. Las fibras nerviosas individuales y sus
células de Schwann asociadas se mantienen juntas por el tejido conjuntivo organizado en tres
componentes distintos, cada uno con características morfológicas y funcionales específicas (fig.
12-23; v. también fig. 12-3): • Endoneuro, que comprende el tejido conectivo laxo alrededor de
cada fibra nerviosa individual. • Perineuro, que comprende el tejido conjuntivo especializado
alrededor de cada fascículo nervioso. • Epineuro, que comprende el tejido conjuntivo denso
irregular que rodea todo un nervio periférico y llena los espacios entre los fascículos nerviosos.
El endoneuro está compuesto por tejido conjuntivo laxo asociado con fibras nerviosas
individuales. El endoneuro no es conspicuo en los preparados de rutina para el microscopio
óptico, pero las técnicas especiales para tejido conjuntivo permiten su detección. Con el
microscopio electrónico, las fibrillas colágenas que componen el endoneuro se identifican con
facilidad (v. fig. 12-11 y 1212). Esas fibrillas transcurren paralelas a las fibras nerviosas y las
rodean para unirlas funcionalmente en un fascículo o haz. Dado que los fibroblastos son
relativamente escasos en los intersticios de las fibras nerviosas, es probable que la mayoría de
las fibrillas colágenas sean secretadas por las células de Schwann y las neuronas de la raíz
dorsal. Además de los fibroblastos ocasionales, las únicas otras células de tejido conjuntivo que
aparecen normalmente dentro del endoneuro son los mastocitos y los macrófagos. Los
macrófagos median la vigilancia inmunológica y también participan en la reparación del tejido
nervioso. Después de la lesión nerviosa, los macrófagos proliferan y fagocitan en forma activa
los detritos mielínicos. En general, la mayoría de los núcleos (90 %) encontrados en los cortes
transversales de los nervios periféricos pertenecen a las células de Schwann. El restante 10 %
se distribuye equitativamente entre fibroblastos ocasionales y otras células como las células
endoteliales de los capilares, los macrófagos y los mastocitos.

y la médula espinal. El término fibra nerviosa se utiliza de diferentes maneras por lo que puede
resultar confuso. Puede referirse al axón con todas sus cubiertas (mielina y células de
Schwann), como se ha usado hasta aquí, o puede hacer alusión al axón solo. También se utiliza
para designar cualquier prolongación de una neurona, ya sea dendrita o axón, en especial si la
información disponible es insuficiente para identificar la prolongación como una u otro. Los
somas de los nervios periféricos pueden ubicarse dentro del SNC o fuera de él en los ganglios
periféricos. Los ganglios contienen cúmulos de somas neuronales y de fibras nerviosas
entrantes o salientes (v. fig. 12-16). Los somas en los ganglios de la raíz dorsal así como los
ganglios de los nervios craneales pertenecen a las neuronas sensitivas (aferentes somáticas y
aferentes viscerales que pertenecen al sistema nervioso autónomo que se describe más
adelante), cuya distribución se restringe a ubicaciones específicas (tabla 12-2 y fig. 12-3). Los
somas en los ganglios paravertebrales, prevertebrales y terminales pertenecen a las neuronas
“motoras” postsinápticas (eferentes viscerales) del sistema nervioso autónomo (v. tabla 12-1 y
fig. 12-16). Para entender al SNP, también es necesario describir algunas partes del SNC. Los
somas de las neuronas motoras del SNP están en el SNC. Los somas de las neuronas motoras
que inervan el sistema músculo esquelético (eferentes somáticas) se ubican en el encéfalo, en
el tronco encefálico y en la médula espinal. Los

fibras nerviosas parasimpáticas presinápticas

fibras nerviosas simpáticas postsinápticas

plexo submucoso (de Meissner)

plexo mientérico (de Auerbach)

plexo subepitelial

plexo muscular profundo

FIGURA 12-26 ▲ Sistema nervioso entérico. Este diagrama muestra la organización del sistema
entérico en la pared del intestino delgado. Nótese la ubicación de dos plexos nerviosos que
contienen células ganglionares. El plexo más superficial, el plexo mientérico (de Auerbach), se
ubica entre dos capas musculares. Más profundo en la región de la submucosa hay una red de
fibras nerviosas amielínicas y células ganglionares, que forman el plexo submucoso (de
Meissner). Las fibras parasimpáticas provenientes del nervio vago ingresan en el mesenterio
del intestino delgado y hace sinapsis con las células ganglionares de ambos plexos. Las fibras
nerviosas simpáticas postsinápticas también colaboran con el sistema nervioso entérico.

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414

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO

El perineuro es el tejido conjuntivo especializado que rodea un fascículo nervioso y contribuye


a la formación de la barrera hematoneural. Alrededor del haz nervioso se encuentra una vaina
de células conjuntivas singulares que constituyen el perineuro. El perineuro funciona como una
barrera de difusión metabólicamente activa que contribuye a la formación de la barrera
hematoneural. Esta barrera mantiene el medio iónico de las fibras nerviosas envainadas. De
manera similar a las propiedades exhibidas por las células endoteliales de los capilares
encefálicos que forman la barrera hematoencefálica (v. pág. 421), las células perineurales
poseen receptores, transportadores y enzimas que proveen el transporte activo de sustancias.
El perineuro puede tener el espesor de una sola capa celular o más, según el diámetro del
nervio. Las células que componen esta capa son escamosas. Cada capa exhibe una lámina
externa (basal) en ambas superficies (fig. 12-23b y lámina 27, pág. 427). Las células son
contráctiles y contienen una cantidad apreciable de filamentos de actina, una característica de
las células musculares lisas y otras células contráctiles. Además, cuando hay dos capas
celulares perineurales o más (en los nervios más grandes puede haber hasta cinco o seis
capas), entre las capas celulares se hallan fibrillas de colágeno, pero los fibroblastos están
ausentes. Las uniones estrechas proporcionan la base para la barrera hematoneural y están
presentes en las células ubicadas dentro de la misma capa del perineuro. En efecto, la
disposición de estas células como una barrera por la presencia de uniones estrechas y de
material de la lámina externa (basal), las hace semejantes a las células del tejido epitelial. Por
otro lado, su naturaleza contráctil y su aparente capacidad para producir fibrillas de colágeno
también las asemeja a las células del músculo liso y a los fibroblastos. La cantidad limitada de
tipos celulares conjuntivos dentro del endoneuro (pág. 414), sin duda es un reflejo del papel
protector que cumple el perineuro. Las células típicas del sistema inmunitario (es decir,
linfocitos, plasmocitos) no se encuentran dentro de los compartimentos del endoneuro y del
perineuro. Esta falta de células inmunitarias (diferentes de los mastocitos y los macrófagos) se
explica por la barrera protectora creada por las células perineurales. En general, sólo los
fibroblastos, una cantidad reducida de macrófagos residentes y los mastocitos ocasionales se
hallan presente dentro del compartimento nervioso. El epineuro está compuesto por tejido
conjuntivo denso irregular que rodea y une los fascículos en un haz común. El epineuro forma
el tejido más externo del nervio periférico. Es un tejido conjuntivo denso típico que rodea los
fascículos formados por el perineuro (lámina 28, pág. 429). En los nervios más grandes el tejido
adiposo suele estar asociado con el epineuro. Los vasos sanguíneos que irrigan los nervios
transcurren en el epineuro y sus ramificaciones penetran el nervio y corren dentro del
perineuro. El tejido a la altura del endoneuro está muy poco vascularizado; el intercambio
metabólico de sustratos y desechos en este tejido depende de la difusión desde los vasos
sanguíneos y hacia ellos a través de la vaina perineural (v. fig. 12-23).
Receptores aferentes (sensitivos) Los receptores aferentes son estructuras especializadas
ubicadas en los extremos distales de las evaginaciones periféricas de las neuronas sensitivas. Si
bien los receptores pueden tener diferentes estructuras, todos comparten una característica
básica: pueden iniciar un impulso nervioso en respuesta a un estímulo. Los receptores se
clasifican de la siguiente manera. • Exterorreceptores, que reaccionan ante estímulos del
medio externo; por ejemplo, térmicos, olfatorios, táctiles, auditivos y visuales. •
Intrarreceptores, que reaccionan ante estímulos provenientes del interior del organismo; por
ejemplo, el grado de llenado o de distensión del tubo digestivo, la vejiga urinaria y los vasos
sanguíneos. • Propiorreceptores, que también reaccionan ante estímulos internos y perciben
la posición corporal, el tono y el movimiento muscular. El receptor más simple consiste en un
axón desnudo llamado terminación nerviosa no encapsulada (libre). Esta terminación se
encuentra en los epitelios, en el tejido conjuntivo y en relación estrecha con los folículos
pilosos. La mayor parte de las terminaciones nerviosas sensitivas adquieren cápsulas o vainas
de tejido conjuntivo de complejidad variable.

capa molecular I

capa granular externa

capa celular piramidal externa

capa granular interna

capa ganglionar (células piramidales internas)

capa celular multiforme (polimórfica)

II

III

IV

VI

FIGURA 12-27 ▲ Células nerviosas en los circuitos cerebrales intracorticales. Este diagrama
simple muestra la organización y las conexiones entre células en diferentes capas de la corteza
que contribuyen a las fibras aferentes corticales (flechas que apuntan hacia arriba) y fibras
eferentes corticales (flechas que apuntan hacia abajo). Las pequeñas interneuronas están
indicadas en amarillo.

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415

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO

Las terminaciones nerviosas sensitivas con vainas de tejido conjuntivo se denominan


terminaciones encapsuladas. Muchas terminaciones encapsuladas son mecanorreceptores
ubicados en la piel y en las cápsulas articulares (bulbos terminales de Krause, corpúsculos de
Ruffini, corpúsculos de Meissner y corpúsculos de Pacini) y se describen en el cap. 15, sistema
tegumentario (pág. 546). Los husos musculares son terminaciones sensitivas encapsuladas que
están en el sistema osteomuscular y se describen en el cap. 11, tejido muscular (pág. 357). Los
órganos tendinosos de Golgi, que tienen un parentesco funcional con los anteriores, son
receptores encapsulados de tensión que se encuentran en las uniones musculotendinosas.
ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO Si bien el SNA se presentó antes en este
capítulo, aquí conviene describir algunas de las características sobresalientes de su
organización y su distribución. El SNA se clasifica en tres divisiones: • División simpática •
División parasimpática • División entérica El SNA controla y regula el medio interno del
organismo. El SNA es la parte del SNP que envía impulsos involuntarios hacia el músculo liso, el
músculo cardíaco y el epitelio glandular. Estos efectores son las unidades funcionales de los
órganos que responden a la regulación del tejido nervioso. A veces se utiliza el término visceral
para caracterizar el SNA y

sustancia blanca

célula en cesta célula de Golgi

corteza cerebelosa

fibra musgosa

capa celular granular

capa de células de Purkinje

capa molecular

fibra trepadora

célula granular

célula de Purkinje

FIGURA 12-28 ▲ Citoarquitectura de la corteza cerebelosa. a. Este diagrama muestra el corte


de una laminilla, un giro angosto semejante a una hoja, de la corteza cerebelosa. El borde de
corte más largo es paralelo a la laminilla. Nótese que la corteza cerebelosa contiene sustancia
blanca y sustancia gris. En el diagrama se identifican tres capas diferentes de sustancia gris: la
capa molecular, ubicada superficialmente, la capa media de células de Purkinje y la capa
celular granular adyacente a la sustancia blanca. Las fibras musgosas y las fibras trepadoras
son fibras aferentes importantes del cerebelo. b. Capa de células de Purkinje del cerebelo de
una rata visualizadas con métodos de marcaje de doble fluorescencia. El ADN teñido de rojo
indica los núcleos de las células en un corte delgado de las capas molecular y celular granular.
Nótese que cada célula de Purkinje exhibe abundantes dendritas. 380 X. (Gentileza de Thomas
J. Deerinck.)

raíz dorsal del nervio espinal

aracnoides

ganglio de la raíz dorsal


duramadre

ligamento dentado

raíz ventral del nervio espinal

nervio espinal

rama dorsal del nervio espinal

rama ventral del nervio espinal

piamadre

sustancia gris sustancia blanca

FIGURA 12-29 ▲ Vista posterior de la médula espinal con las meninges que la cubren. Cada
nervio espinal se origina a partir de la médula espinal a través de raicillas, las que se juntan
para formar raíces nerviosas dorsales (posteriores) y ventrales (anteriores). Estas raíces se
unen para formar un nervio espinal que, después de un tiempo, se divide en ramas primarias
ventrales (anteriores) más gruesas y dorsales (posteriores) más finas. Nótese la duramadre (la
capa externa de las meninges) alrededor de la médula espinal y los nervios espinales
emergentes. También es visible el ligamento dentado de la piamadre que fija la médula espinal
a la pared del conducto espinal.

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416

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO

Las neuronas presinápticas envían axones desde la médula espinal torácica y lumbar superior
hacia los ganglios vertebrales y paravertebrales. Los ganglios paravertebrales en el tronco
simpático contienen los somas de las neuronas efectoras postsinápticas de la división
simpática (v. fig. 12-24 y 12-25). Las neuronas presinápticas de la división parasimpática están
ubicadas en el tronco encefálico y en la porción sacra de la médula espinal. Las neuronas
parasimpáticas presinápticas envían axones desde el tronco encefálico; es decir, desde el
mesencéfalo, la protuberancia y la médula, y desde los segmentos sacros de la médula espinal
(S2 a S4) hacia los ganglios viscerales. Los ganglios que están dentro o cerca de la pared de los
órganos abdominales y pelvianos, y los ganglios motores viscerales de los nervios craneales III,
VII, IX, y X contienen los somas de las neuronas efectoras postsinápticas de la división
parasimpática (v. fig. 12-24 y 12-25). Las divisiones simpática y parasimpática del SNA con
frecuencia inervan los mismos órganos. En estos casos, las acciones de ambas divisiones suelen
ser antagónicas. Por ejemplo,

sus neuronas, las que se denominan neuronas motoras (eferentes) viscerales. Sin embargo, las
neuronas motoras viscerales suelen estar acompañadas por las neuronas sensitivas (aferentes)
viscerales, que transmiten dolor y reflejos desde los efectores viscerales (es decir, vasos
sanguíneos, membranas mucosas y glándulas) hacia el SNC. Estas neuronas seudounipolares
tienen la misma disposición que otras neuronas sensitivas; es decir, sus somas están ubicados
en los ganglios sensitivos y poseen largos axones periféricos y centrales, como ya se describió.
La principal diferencia de organización entre el flujo eferente de impulsos hacia el sistema
osteomuscular (efectores somáticos) y el flujo eferente hacia el músculo liso, el músculo
cardíaco y el epitelio glandular (efectores viscerales) es que una sola neurona transmite los
impulsos desde el SNC hacia el efector somático, mientras que una cadena de dos neuronas
transmite los impulsos desde el SNC hacia los efectores viscerales (fig. 12-24). Por ende, hay
una estación sináptica en un ganglio autónomo situado fuera del SNC, en donde una neurona
presináptica entra en contacto con neuronas postsinápticas. Cada neurona presináptica
establece sinapsis con varias neuronas postsinápticas. Divisiones simpáticas y parasimpáticas
del sistema nervioso autónomo Las neuronas presinápticas de la división simpática están
ubicadas en las porciones torácica y lumbar superior de la médula espinal.

sustancia gris

raíces dorsales

sustancia gris

sustancia blanca sustancia blanca

DH DH

VH VH

VF

GC

FIGURA 12-30 ▲ Corte transversal de la médula espinal humana. La fotomicrografía muestra


un corte transversal por un nivel lumbar bajo (probablemente L4 a L5) de la médula espinal
teñida por el método de impregnación argéntica de Bielschowsky. La médula espinal está
organizada en una parte externa, la sustancia blanca, y una parte interna, la sustancia gris, que
contiene somas neuronales y fibras nerviosas asociadas. La sustancia gris de la médula espinal
aparece con una forma de mariposa. Las prominencias anteriores y posteriores se denominan
astas ventrales (VH) y astas dorsales (DH), respectivamente. Están conectadas por la comisura
gris (GC). La sustancia blanca contiene fibras nerviosas que forman tractos ascendentes y
descendentes. La superficie externa de la médula espinal está rodeada por la piamadre. En
este corte se ven vasos sanguíneos de la piamadre, la fisura ventral (VF) y algunas raíces
dorsales de los nervios espinales. 5 X.

duramadre aracnoides

trabéculas aracnoideas

piamadre

corteza cerebral

espacio subaracnoideo

soma neuronal

vaso sanguíneo

cráneo
FIGURA 12-31 ▲ Representación esquemática de las meninges cerebrales. La capa externa, la
duramadre, se une al hueso contiguo de la cavidad craneal (no se muestra en la figura). La
capa interna, la piamadre, se adhiere a la superficie cerebral y sigue todos sus contornos.
Nótese que la piamadre sigue las ramas de las arterias cerebrales a medida que entran en la
corteza cerebral. La capa intermedia, la aracnoides, es adyacente pero no está unida a la
duramadre. La aracnoides emite muchos cordones con forma de telaraña hacia la piamadre.
Entre las aracnoides y la piamadre se ubica el espacio subaracnoideo que contiene líquido
cefalorraquídeo. El espacio también contiene grandes vasos sanguíneos (arterias cerebrales)
que envían ramas hacia la sustancia encefálica.

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO

la estimulación simpática incrementa la frecuencia de contracción del músculo cardíaco,


mientras que la estimulación parasimpática la reduce. Muchas funciones del SNS son similares
a las de la médula suprarrenal, una glándula endocrina. Esta similitud funcional se explica, en
parte, por las relaciones evolutivas entre las células de la médula suprarrenal y las neuronas
simpáticas postsinápticas. Ambas derivan de la cresta neural, son inervadas por las neuronas
simpáticas presinápticas y producen agentes fisiológicamente activos con un parentesco muy
cercano, EPI y NE. Una diferencia importante radica en que las neuronas simpáticas entregan
el agente directamente al efector, mientras que las células de la médula suprarrenal lo hacen
de un modo indirecto a través del torrente sanguíneo. La inervación de la médula suprarrenal
puede ser una excepción a la regla que dice que la inervación autónoma consiste en dos
cadenas neuronales desde el SNC hacia un efector, salvo que la célula medular suprarrenal sea
considerada el equivalente funcional de la segunda neurona (en efecto, una neurona
neurosecretora). División entérica del sistema nervioso autónomo La división entérica del SNA
consiste en los ganglios y sus evaginaciones que inervan el tubo digestivo. La división entérica
del SNA consiste en un conjunto de neuronas y sus evaginaciones dentro de las paredes del
tubo digestivo. Controla la movilidad (contracciones de la pared intestinal), las secreciones
exocrinas y endocrinas y el flujo sanguíneo a través del tubo digestivo. También regula los
procesos inmunitarios e inflamatorios.

unión estrecha

neurona

eritrocito

pericito

prolongaciones de pies terminales de los astrocitos

célula endotelial

membrana basal

FIGURA 12-32 ▲ Representación esquemática de la barrera hematoencefálica. Este dibujo


muestra la barrera hematoencefálica, que está compuesta por células endoteliales adheridas
por uniones estrechas elaboradas y complejas, la membrana basal del endotelio y las
evaginaciones de pies terminales de los astrocitos.

El sistema nervioso entérico puede funcionar en forma independiente del SNC y se considera
el “cerebro del intestino”. Sin embargo, la digestión requiere la comunicación entre las
neuronas entéricas y el SNC, la que está dada por las fibras nerviosas parasimpáticas y
simpáticas. Los enterorreceptores ubicados en el tubo digestivo proporcionan información
sensitiva al SNC con respecto al estado de las funciones digestivas. Luego, el SNC coordina la
estimulación simpática, que inhibe la secreción gastrointestinal, la atividad motora y la
contracción de los esfínteres y vasos sanguíneos gastrointestinales, así como la estimulación
parasimpática que produce las acciones opuestas. Las interneuronas integran la información
desde las neuronas sensitivas y la transmiten a las neuronas motoras entéricas en la forma de
reflejos. Por ejemplo, el reflejo gastrocólico se produce cuando la distención del estómago
estimula la contracción de la musculatura del colon para desencadenar la defecación. Los
ganglios y las neuronas postsinápticas de la división entérica están localizados en la lámina
propia, la mucosa muscular, la submucosa, la muscular externa y la subserosa del tubo
digestivo desde el esófago hasta el ano (fig. 12-26). Dado que la división entérica no necesita
los impulsos presinápticos del nervio vago ni de las eferencias sacras, el intestino continúa los
movimientos peristálticos aún después de que el nervio vago o los nervios esplácnicos
pelvianos son seccionados. Las neuronas de la división entérica no están sustentadas por las
células satélite ni por las células de Schwann; en cambio, las células gliales entéricas, que se
parecen a los astrocitos, son las que les proporcionan sostén (v. pág. 404). Las células de la
división entérica también son afectadas por las mismas alteraciones patológicas que pueden
ocurrir en las neuronas del encéfalo. En las paredes del intestino grueso se han encontrados
cuerpos de Lewy, asociados con la enfermedad de Parkinson (v. cuadro 12-1), así como placas
amiloides y ovillos neurofibrilares, asociados con la enfermedad de Alzheimer. Este hallazgo
puede conducir a la implementación de biopsias rectales de rutina para el diagnóstico precoz
de estas enfermedades, ya que la biopsia de encéfalo es más compleja y riesgosa. Resumen de
la distribución autónoma En las figuras 12-24 y 12-25 se resumen los orígenes y la distribución
del SNA. El estudiante debe referirse a estas figuras al leer las secciones descriptivas. Debe
notarse que los diagramas indican tanto la inervación par (parasimpática y simpática) común al
SNA como las excepciones importantes a esta característica general. Cabeza • Las eferencias
presinápticas parasimpáticas de la cabeza abandonan el encéfalo junto con los nervios
craneales, como se indica en la figura 12-25, pero las vías son bastante complejas. Los somas
neuronales también pueden encontrarse en estructuras diferentes de los ganglios
mencionados en la tabla 12-1 y la figura 12-25 (p. ej., en la lengua). Estos son “ganglios
terminales” que contienen los somas neuronales del sistema parasimpático. • Las eferencias
presinápticas simpáticas de la cabeza provienen de la región torácica de la médula espinal. Las
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418

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO

neuronas postsinápticas poseen sus somas en el ganglio cervical superior. Los axones
abandonan el ganglio en una red nerviosa que rodea la pared de las arterias carótida interna y
externa para formar los plexos nerviosos periarteriales. El plexo de la carótida interna y el
plexo de la carótida externa siguen las ramas de las arterias carótidas para alcanzar su destino.
Tórax • Las eferencias presinápticas parasimpáticas de las vísceras torácicas viajan a través del
nervio vago (X). Las neuronas postsinápticas tienen sus somas en las paredes o en el
parénquima de los órganos del tórax. • Las eferencias presinápticas simpáticas de los órganos
del tórax provienen de los segmentos torácicos superiores de la médula espinal. La mayoría de
las neuronas postsinápticas simpáticas para el corazón están, sobre todo, en los ganglios
cervicales. Sus axones forman los nervios cardíacos. Las neuronas postsinápticas para las otras
vísceras torácicas están en los ganglios de la porción torácica del tronco simpático. Los axones
viajan a través de los peque

ños nervios esplácnicos desde el tronco simpático hasta los órganos dentro del tórax y forman
los plexos pulmonar y esofágico.

Abdomen y Pelvis • Las eferencias presinápticas parasimpáticas de las vísceras abdominales


provienen de los nervios vago (X) y esplácnico. Las neuronas postsinápticas del sistema
parasimpático para los órganos abdominopelvianos están en los ganglios terminales que, en su
mayor parte, se ubican en las paredes de los mismos órganos, como los ganglios del plexo
submucoso (de Meissner) y del plexo mientérico (de Auerbach) en el tubo digestivo. Estos
ganglios son parte de la división entérica del SNA. • Las eferencias presinápticas simpáticas de
los órganos abdominopelvianos provienen del segmento torácico inferior y del segmento
lumbar superior de la médula espinal. Estas fibras llegan a los ganglios prevertebrales a través
de los nervios esplácnicos abdominopelvianos, que consisten en los nervios esplácnicos
lumbares y torácicos mayor, menor e inferior. Las neuronas postsinápticas tienen

lesión

neurona normal 2 semanas después de la lesión

núcleo periférico

macrófago

degeneración anterógrada (de Wallerian)

degeneración traumática

cromatólisis

fibra degenerativa y vaina de mielina

células de Schwann diferenciadas

músculo atrofiado

células de Schwann rediferenciadas

3 semanas después de la lesión

3 meses después de la lesión ab cd

brotes que penetran en las bandas de Bunger

FIGURA 12-33 ▲ Respuesta de una fibra nerviosa a la lesión. a. Una fibra nerviosa normal en el
momento de la lesión, con su soma neuronal y la célula efectora (músculo esquelético
estriado). Nótese la posición de los núcleos neuronales y la cantidad y distribución de los
corpúsculos de Nissl. b. Cuando la fibra se lesiona, el núcleo neuronal se desplaza hacia la
periferia celular, y la cantidad de corpúsculos de Nissl se reduce en gran parte. La fibra
nerviosa distal a la lesión se degenera junto con la vaina de mielina. Las células de Schwann se
desdiferencian y proliferan y los detritos de mielina son fagocitados por macrófagos. c. Las
células de Schwann forman los cordones celulares de Bunger que son penetrados por el brote
axónico en crecimiento. El axón crece a un ritmo de 0,5 mm a 3 mm/d. Nótese que las fibras
musculares muestran una atrofia pronunciada. d. Si el brote axónico en crecimiento alcanza la
fibra muscular, la regeneración es exitosa y se desarrollan nuevas uniones neuromusculares.
De ese modo, la función del músculo esquelético se restablece. Recuadro. Una imagen de
inmunofluorescencia confocal de músculo esquelético murino reinervado. Los axones motores
regenerados se tiñen de color verde debido a los neurofilamentos y las conexiones
restablecidas con dos uniones neuromusculares se visualizan de color rosa, lo que refleja una
tinción específica para los receptores postsinápticos de acetilcolina. Las células de Schwann se
tiñen de azul con S100, que corresponde a una proteína fijadora de calcio específica de las
células de Schwann. Los axones en proceso de regeneración se extendieron a lo largo de las
células de Schwann, lo que los condujo a los sitios sinápticos originales en las fibras
musculares. 640 X. (Gentileza del Dr. Young-Jin Son.)

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

la mayor parte de sus somas en los ganglios prevertebrales (v. fig. 12-24). Sólo las fibras
presinápticas que terminan en las células en la médula de la glándula suprarrenal (adrenal)
tienen su origen en los ganglios paravertebrales del tronco simpático. Las células medulares
suprarrenales funcionan como un tipo especial de neurona postsináptica que libera
neurotransmisores directamente hacia el torrente sanguíneo en lugar de hacerlo hacia la
hendidura sináptica.

Miembros y pared del cuerpo • Ni la pared corporal ni los miembros tienen eferencias
parasimpáticas. Desde el punto de vista anatómico, la inervación autónoma en la pared del
cuerpo es sólo simpática

(v. fig. 12-24). Cada nervio espinal contiene fibras simpáticas postsinápticas, o sea eferentes
viscerales amielínicos, de las neuronas cuyos somas se encuentran en los ganglios
paravertebrales del tronco simpático. Para las glándulas sudoríparas, el neurotransmisor
liberado por las neuronas “simpáticas” es la ACh en lugar de la NE habitual. ORGANIZACIÓN
DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL El sistema nervioso central está compuesto por el encéfalo,
ubicado en la cavidad craneana y la médula espinal, ubicada en el conducto vertebral. El SNC
está protegido por el cráneo y las vértebras y está rodeado por tres membranas de tejido
conjuntivo denominadas meninges. El encéfalo y la médula

SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

lesión axonal

degeneración axónica

oligodendrocito detritos de mielina


gliosis

microglia

regeneración axonal

falla en la regeneración axonal

macrófago local

apoptosis

astrocito

célula de Schwann detritos de mielina desdiferenciación divisiones

barrera hematoencefálica

barrera hematoneural

eliminación rápida de detritos de mielina

macrófago migrante

mielina

mielina

microglia reactiva

persistencia de detritos de mielina

degeneración axónica

FIGURA 12-34 ▲ Representación esquemática de la respuesta a una lesión neuronal dentro de


los sistemas nerviosos periférico y central. Las lesiones de las evaginaciones nerviosas (axones
y dendritas) ambas en el SNP y el SNC inducen a la degeneración del axón y a la regeneración
neuronal. Estos procesos involucran no sólo a las neuronas sino también a las células de
soporte, como las células de Schwann y los oligodendrocitos y también a las células fagocíticas,
como macrófagos y microglía. Las lesiones a los axones en el SNP conducen a su degeneración,
la que se acompaña de mitosis y desdiferenciación de las células de Schwann e interrupción de
la barrera hematoneural en toda la longitud del axón lesionado. Esto permite la infiltración
masiva de los macrófagos derivados de monocitos, los que son responsables por el proceso de
eliminación de mielina. La eliminación rápida de detritos de mielina permite la regeneración
del axón y la consecuente restauración de la barrera hematoneural. En el SNC, la interrupción
limitada de la barrera hematoencefálica restringe la infiltración de los macrófagos derivados
de monocitos y desacelera drásticamente el proceso de eliminación de mielina. Además, la
apoptosis de oligodendrocitos, una actividad fagocítica ineficiente de la microglia, y la
formación de una cicatriz derivada de un astrocito conducen a la falla en la regeneración
nerviosa en el SNC.

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

espinal flotan esencialmente en el líquido cefalorraquídeo que ocupa el espacio entre las dos
capas meníngeas internas. El encéfalo, además, se subdivide en cerebro, cerebelo y tronco
encefálico, que se continúa con la médula espinal. En el cerebro, la sustancia gris forma una
cubierta externa o corteza mientras que la sustancia blanca forma un centro interno o médula.
La corteza cerebral que forma la capa más externa del encéfalo, contiene somas neuronales,
axones, dendritas y células de la glía central y es el sitio donde se producen las sinapsis. En un
cerebro disecado en fresco, la corteza cerebral tiene un color gris, que recibe el nombre de
sustancia gris. Además de hallarse en la corteza, la sustancia gris también se encuentra en
forma de islotes, denominados núcleos, en la profundidad del cerebro y del cerebelo. La
sustancia blanca contiene sólo axones de neuronas, además de las células gliales y los vasos
sanguíneos asociados (los axones en preparados frescos tienen un aspecto blanquecino). Estos
axones viajan de una parte a otra del sistema nervioso. Si bien muchos de los axones que van
hacia una región específica o vuelven de ella se agrupan en fascículos que están relacionados
funcionalmente y se denominan tractos, éstos no presentan límites definidos. Para identificar
un tracto en la sustancia blanca del SNC es necesario un procedimiento especial, como la
destrucción de los somas que proveen fibras al tracto en cuestión. Las fibras dañadas pueden
detectarse con el uso de métodos de tinción o marcaje adecuados y después rastrearse. Aun
en la médula espinal, donde el agrupamiento de tractos es más pronunciado, no existen límites
nítidos entre los tractos contiguos. Células de la sustancia gris Los tipos de somas encontrados
en la sustancia gris varían según la parte del encéfalo o de la médula espinal que se examine.

Cada región funcional de la sustancia gris tiene una variedad característica de somas asociados
con una red de evaginaciones axonales, dendríticas y gliales. La red de evaginaciones axonales,
dendríticas y gliales asociadas con la sustancia gris, se denomina neurópilo. La organización del
neurópilo no puede demostrarse en cortes teñidos con H&E. Es necesario utilizar métodos
diferentes del histológico con H&E para descifrar la citoarquitectura de la sustancia gris
(lámina 29, pág. 431). Si bien los programas histológicos generales suelen no incluir las
disposiciones reales de las neuronas en el SNC, la presentación de dos ejemplos contribuirá a
una mejor apreciación de los cortes teñidos con H&E que los estudiantes suelen examinar.
Estos ejemplos son una región de la corteza cerebral (fig. 12-27) y una región de la corteza
cerebelosa (fig. 12-28), respectivamente. El tronco encefálico no tiene una separación clara en
regiones de sustancia gris y sustancia blanca. No obstante, los núcleos de los nervios craneales
ubicados en el tronco encefálico aparecen como islotes rodeados por tractos de sustancia
blanca más o menos definidos. Los núcleos contienen somas de las neuronas motoras de los
nervios craneales y son los equivalentes morfológicos y funcionales de las astas anteriores de
la médula espinal. En otros sitios en el tronco encefálico, como en la formación reticular, la
distinción entre sustancia blanca y sustancia gris es aún menos evidente. Organización de la
médula espinal La médula espinal es una estructura cilíndrica aplanada que está en
continuidad directa con el tronco encefálico. Está dividida en 31 segmentos (8 cervicales, 12
torácicos, 5 lumbares, 5 sacros y 1 coccígeo) y cada segmento está conectado a un par de
nervios espinales. Cada nervio espinal se une a su segmento correspondiente de la médula por
varias raicillas agrupadas como raíces dorsales (posteriores) o ventrales (anteriores) (fig. 12-29;
v. también fig. 12-3). En un corte transversal, la médula espinal exhibe una sustancia interna
con forma de mariposa pardo grisácea, la sus

CUADRO 12-3 Correlación clínica: gliosis reactiva: formación de cicatrices en el sistema


nervioso central
Cuando una región del SNC se lesiona, los astrocitos cercanos a la lesión, se activan. Se dividen
y sufren una marcada hipertrofia con un incremento visible en la cantidad de sus
evaginaciones citoplasmáticas. Con el tiempo, las evaginaciones se empaquetan en forma
densa con los filamentos intermedios de GFAP. Finalmente, se forma tejido cicatrizal. Este
proceso se denomina gliosis reactiva, mientras que la cicatriz permanente resultante recibe el
nombre de placa. La gliosis reactiva varía ampliamente en duración, grado de hiperplasia y
curso temporal de expresión de GFAP en la inmunotinción. Se han propuesto varios
mecanismos biológicos para la inducción y mantenimiento de la gliosis reactiva. El tipo de
célula glial que responde durante la gliosis reactiva depende de la estructura encefálica

dañada. Además, la activación de la población de células de la microglia se produce casi de


inmediato después de cualquier tipo de lesión en el SNC. Esta microglía reactiva migra hacia el
sitio de la lesión y muestra una marcada actividad fagocítica. Sin embargo, su actividad
fagocítica y su capacidad para eliminar los detritos de mielina es mucho menor que la de los
macrófagos derivados de monocitos. La gliosis es una característica prominente de muchas
enfermedades del SNC, que incluye apoplejía, daño neurotóxico, enfermedades genéticas,
desmielinización inflamatoria y trastornos neurodegenerativos, como la esclerosis múltiple. La
mayor parte de la investigación sobre la regeneración del SNC está enfocada en la prevención
o inhibición de la formación de cicatrices gliales. booksmedicos.org

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421

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

tancia gris, que rodea el conducto central, y una sustancia periférica blanquecina, la sustancia
blanca (fig. 12-30). La sustancia blanca (v. fig. 12-3) contiene sólo rastros de axones mielínicos
y amielínicos que transcurren desde y hacia otras partes de la médula espinal y desde y hacia
el encéfalo. La sustancia gris contiene los somas neuronales y sus dendritas, junto con axones y
células de la glía central (lámina 31, pág. 435). Los grupos de somas neuronalesb en la
sustancia gris que están relacionados funcionalmente, se denominan núcleos. En este
contexto, el término núcleo significa un cúmulo o grupo de somas neuronales además de fibras
y glía. Los núcleos del SNC son equivalentes morfológicos y funcionales de los ganglios en el
SNP. Las sinapsis ocurren sólo en la sustancia gris. Los somas de las neuronas motoras que
inervan el músculo estriado se ubican en el asta ventral (anterior) de la sustancia gris. Las
neuronas motoras ventrales, también llamadas células de las astas anteriores, son grandes
células basófilas de fácil identificación en los preparados histológicos de rutina (v. fig. 12-30 y
lámina 31, pág. 435). Dado que la neurona motora conduce impulsos hacia afuera del SNC, es
una neurona eferente. El axón de una neurona motora abandona la médula espinal, atraviesa
la raíz ventral (anterior), se convierte en un componente del nervio espinal de ese segmento y,
como tal, se dirige hacia el músculo. El axón es mielínico excepto en su origen y en su
terminación. Cerca de la célula muscular, el axón se divide en muchas ramas terminales que
forman las uniones neuromusculares (v. pág. 354). Los somas de las neuronas sensitivas se
localizan en los ganglios ubicados en la raíz dorsal del nervio espinal. Las neuronas sensitivas
en los ganglios de la raíz dorsal son seudounipolares (lámina 27, pág. 427). Tienen una sola
prolongación que se bifurca en un segmento periférico que trae información desde la periferia
hacia el soma neuronal y en un segmento central que lleva información desde el soma
neuronal hacia la sustancia gris de la médula espinal. Dado que la neurona sensitiva conduce
impulsos hacia el SNC, es una neurona aferente. Los impulsos se generan en las arborizaciones
receptoras terminales del segmento periférico. Tejido conjuntivo del sistema nervioso central
Tres membranas secuenciales de tejido conjuntivo, las meninges, cubren al encéfalo y la
médula espinal. • La duramadre es la capa más externa. • La aracnoides es una capa que se
ubica debajo de la dura madre. • La piamadre es una delicada capa que está en contacto
directo con la superficie del encéfalo y de la médula espinal. Puesto que la aracnoides y la
piamadre derivan de la capa simple de mesénquima que rodea el encéfalo en desarrollo,
comúnmente se las conoce como pia-aracnoides. En los adultos, la piamadre corresponde a la
hoja visceral y la aracnoides a la hoja parietal de la misma capa. Este origen común de la pia-
aracnoides se torna obvio en las meninges del adulto, en donde una gran cantidad de bandas
de tejido conjuntivo (cordones aracnoides) pasan entre la piamadre y la aracnoides.

La duramadre es una lámina relativamente gruesa de tejido conjuntivo denso. En la cavidad


craneal, la capa gruesa de tejido conjuntivo que forma la dura mater (lat. dura madre) es
continua en su superficie externa con el periostio del cráneo. Dentro de la duramadre hay
espacios revestidos por el endotelio (y reforzados por el periostio y la duramadre) que actúan
como conductos principales para la sangre que regresa del encéfalo. Estos senos venosos
(durales) reciben sangre de las principales venas cerebrales y la transportan hacia las venas
yugulares internas. Las extensiones laminares de la superficie interna de la duramadre forman
tabiques entre partes del encéfalo, sostienen esas partes dentro de la cavidad craneal y llevan
la aracnoides hasta alguna de las regiones encefálicas más profundas. En el conducto espinal,
las vértebras tienen su propio periostio, y la duramadre forma un tubo separado alrededor de
la médula espinal (v. fig. 12-29). La aracnoides es una lámina delicada de tejido conjuntivo
adyacente a la superficie interna de la duramadre. La aracnoides limita con la superficie
interna de la duramadre y extiende cordones aracnoides hacia la piamadre en la superficie del
encéfalo y la médula espinal. Los cordones en forma de red de la aracnoides, le dan su nombre
a este tejido (gr. parecido a la telaraña). Los cordones están compuestas por hebras de tejido
conjuntivo laxo con fibroblastos alargados. Este espacio que cruzan estos cordones es el
espacio subaracnoideo; es el que contiene el líquido cefalorraquídeo (fig. 12-31). La piamadre
está en contacto directo con la superficie del encéfalo y de la médula espinal. La piamadre (lat.
pia mater = tierna madre) también es una delicada capa de tejido conjuntivo. Está en contacto
directo con la superficie del encéfalo y de la médula espinal y es continua con la vaina de tejido
conjuntivo perivascular de los vasos sanguíneos encefálicos y medulares. Ambas superficies de
la aracnoides, la superficie interna de la piamadre y los cordones, están tapizadas con una fina
capa epitelial escamosa. Tanto la aracnoides como la piamadre se fusionan alrededor de los
orificios de salida para los nervios craneales y espinales en la duramadre. Barrera
hematoencefálica La barrera hematoencefálica protege al SNC de las concentraciones
fluctuantes de electrolitos, hormonas y metabolitos celulares que circulan en los vasos
sanguíneos. La observación hace más de 100 años de que los colorantes vitales inyectados en
el torrente sanguíneo pueden penetrar y teñir casi todos los órganos excepto el encéfalo,
proporcionó la primera descripción de la barrera hematoencefálica. En época más reciente, los
avances en las técnicas de microscopía y biología molecular han permitido identificar la
ubicación precisa de esta barrera única y el papel de las células endoteliales en el transporte
de sustancias esenciales hacia el tejido encefálico. La barrera hematoencefálica se desarrolla
temprano en el embrión a través de una interacción entre los astrocitos de la glía y las células
endoteliales capilares. La barrera es creada booksmedicos.org ERRNVPHGLFRVRUJ

422

CAPÍTULO 12 Tejido nervioso RESPUESTA DE LAS NEURONAS A LA AGRESIÓN


en gran parte por las intrincadas uniones estrechas entre las células endoteliales que forman
capilares de tipo continuo. Los estudios realizados con el MET en los que se utilizaron
trazadores opacos a los electrones, muestran que hay uniones estrechas complejas entre las
células endoteliales. Desde el punto de vitas morfológico, estas uniones se parecen más a las
uniones estrechas epiteliales que a las uniones estrechas presentes entre otras células
endoteliales. Además, los estudios con el MET demuestran una estrecha asociación de los
astrocitos y sus evaginaciones de pies perivasculares con la lámina basal endotelial (fig. 12-32).
Las uniones estrechas eliminan las brechas entre las células endoteliales y evitan la difusión
simple de los solutos y el líquido hacia el tejido nervioso. Los indicios indican que la integridad
de las uniones estrechas de la barrera hematoencefálica depende del funcionamiento normal
de los astrocitos asociados. En varios trastornos encefálicos, la barrera hematoencefálica
pierde efectividad. En el examen de tejido encefálico en estas enfermedades con el MET, se
comprueba una desaparición de las uniones estrechas así como alteraciones en la morfología
de los astrocitos. Otros datos experimentales indican que los astrocitos liberan factores
solubles que incrementan las propiedades de la barrera y el contenido proteico de la unión
estrecha. La barrera hematoencefálica restringe el pasaje de ciertos iones y sustancias desde el
torrente sanguíneo hacia los tejidos del SNC. La presencia de sólo unas pocas vesículas
pequeñas indica que la pinocitosis a través de las células endoteliales del encéfalo está muy
restringida. Las sustancias con un peso molecular superior a 500 Da, en general, no pueden
atravesar la barrera hematoencefálica. Muchas moléculas que son necesarias para la
integridad neuronal, entran y salen de los capilares sanguíneos a través de las células
endoteliales. Por lo tanto, el O2 y el CO2, al igual que ciertas moléculas liposolubles (p. ej.,
etanol y hormonas esteroides), penetran la célula endotelial con facilidad y se desplazan
libremente entre la sangre y el líquido extracelular del SNC. Debido a la gran permeabilidad al
K+ de la membrana neuronal, las neuronas son particularmente sensibles a los cambios en la
concentración del K+ extracelular. Como ya se describió, los astrocitos tienen a su cargo la
amortiguación de la concentración de K+ en el líquido extracelular encefálico (pág. 412). Son
asistidos por las células endoteliales de la barrera hematoencefálica que limitan con eficacia el
desplazamiento del K+ hacia el líquido extracelular del SNC. Las sustancias que logran
atravesar la pared capilar son transportadas en forma activa por endocitosis mediada por
receptores específicos. Por ejemplo, glucosa (de la cual depende la neurona casi en forma
exclusiva para la obtención de energía), aminoácidos, nucleósidos y vitaminas son
transportadas en forma activa por proteínas transportadoras transmembrana específicas. La
permeabilidad de la barrera hematoencefálica a estas macromoléculas se atribuye al nivel de
expresión de las proteínas transportadoras específicas en la superficie de la célula endotelial.
Otras varias proteínas que residen dentro de la membrana plasmática de las células
endoteliales, protegen el encéfalo porque metabolizan ciertas moléculas, como fármacos y
proteínas extrañas, y les impiden atravesar la barrera. Por ejem

plo, la l-dopa (levodopa), el precursor de los neuromediadores dopamina y noradrenalina,


atraviesa con facilidad la barrera hematoencefálica. Sin embargo, la dopamina formada a partir
de la descarboxilación de la l-dopa en las células endoteliales no puede atravesar la barrera y
está restringida del SNC. En este caso, la barrera hematoencefálica regula la concentración de
l-dopa en el encéfalo. Desde el punto de vista clínico, esta restricción explica por qué para el
tratamiento de la insuficiencia de dopamina (p. ej., enfermedad de Parkinson) se administra l-
dopa en lugar de dopamina. Estudios recientes indican que los pies perivasculares de los
astrocitos también cumplen un papel importante en el mantenimiento de la homeostasis del
agua en el tejido encefálico. Los conductos acuosos (acuaporina AQP4), en los cuales el agua
atraviesa la barrera hematoencefálica, se encuentran en las evaginaciones de pies
pervivasculares. En estados patológicos, como el edema cerebral, estos conductos
desempeñan un papel clave en el restablecimiento del equilibrio osmótico en el encéfalo. Las
estructuras de la línea media que bordean el tercer y cuarto ventrículo son regiones únicas del
encéfalo que se encuentran fuera de la barrera hematoencefálica. Algunas partes del SNC, sin
embargo, no se encuentran aisladas de las sustancias transportadas en el torrente sanguíneo.
La barrera es ineficaz o inexistente en los sitios ubicados a lo largo del tercer y del cuarto
ventrículo del encéfalo, los que se denominan en forma conjunta órganos periventriculares.
Los órganos periventriculares comprenden la glándula pineal, la eminencia media, el órgano
subfornical, el área postrema, el órgano subcomisural, el órgano vascular de la lámina terminal
y el lóbulo posterior de la hipófisis. Es probable que estas regiones de barrera insuficiente
participen en la verificación de las sustancias circulantes en la sangre que normalmente son
excluidas por la barrera hematoencefálica y, luego, en la entrega de información acerca de
estas sustancias al SNC. Los órganos periventriculares son importantes para la regulación de la
homeostasis del líquido corporal y para el control de la actividad neurosecretora del sistema
nervioso. Algunos investigadores los describen como las “ventanas del encéfalo” dentro del
sistema neurohumoral central. RESPUESTA DE LAS NEURONAS A LA AGRESIÓN La lesión
neuronal induce una secuencia compleja de acontecimientos denominados degeneración
axónal y regeneración nerviosa. Las neuronas, las células de Schwann, los oligodendrocitos, los
macrófagos y la microglia intervienen en estas respuestas. A diferencia de lo que ocurre en el
SNP, en el cual los axones lesionados se regeneran con rapidez, los axones interrumpidos en el
SNC con frecuencia no pueden regenerarse. Es probable que esta diferencia notable se
relacione con la incapacidad de los oligodendrocitos y las células de la microglía de fagocitar
rápidamente los detritos mielínicos y la restricción de grandes cantidades de macrófagos
migratorios por la barrera hematoencefálica. Debido a que los residuos de mielina contienen
varios inhibidores de la regeneración de axones, su eliminación es indispensable para que la
regeneración progrese. booksmedicos.org ERRNVPHGLFRVRUJ

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso RESPUESTA DE LAS NEURONAS A LA AGRESIÓN

Degeneración La porción de una fibra nerviosa distal al sitio de lesión se degenera debido a la
interrupción del transporte axonal. La degeneración de un axón, distal al sitio de una lesión, se
denomina degeneración anterógrada (walleriana) (fig. 12-33a y b). El primer signo de lesión,
que ocurre de 8 a 24 horas después de que el axón se daña, es la tumefacción axonal seguida
por su desintegración. Esto conduce a la degradación del citoesqueleto axonal. Los
microtúbulos, los neurofilamentos y otros componentes del citoesqueleto se desarman, lo que
produce la fragmentación del axón. Este proceso es conocido como la desintegración granular
del citoesqueleto axonal. En el SNP, la pérdida del contacto con el axón causa la
desdiferenciación de las células de Schwann y la degradación de la vaina de mielina que lo
rodeaba. Las células de Schwann inhiben la expresión de proteínas específicas de mielina (v.
pág. 399) y al mismo tiempo estimulan y secretan varios factores de crecimiento gliales (GGF),
miembros de una familia de neurregulinas asociadas al axón y de estimuladores poderosos de
la proliferación. Bajo la acción de los GGF, las células de Schwann sufren mitosis y se disponen
en hileras a lo largo de sus láminas externas. Dado que las evaginaciones axónicas distales al
sitio de la lesión se han eliminado por fagocitosis, la disposición lineal de las láminas externas
de las células de Schwann forma un largo tubo con una luz vacía (fig. 12-33b). En el SNC, la
supervivencia de los oligodendrocitos depende de señales de los axones. A diferencia de lo que
ocurre con las células de Schwann, si los oligodendrocitos pierden contacto con los axones
responden con la activación del proceso de muerte celular programada (apoptosis). Las células
más importantes en la eliminación de los detritos de mielina del sitio de la lesión nerviosa son
los macrófagos derivados de monocitos. En el SNP, aún antes del arribo de las células
fagocíticas al sitio de la lesión nerviosa, las células de Schwann inician la eliminación de los
detritos mielínicos. Estudios recientes confirman que los macrófagos residentes (normalmente
presentes en pequeñas cantidades en los nervios periféricos) se activan después de una lesión
nerviosa. Estas células migran hacia el sitio de la lesión, proliferan y después fagocitan los
detritos de mielina. La eliminación eficaz de los detritos de mielina en el SNP se atribuye al
reclutamiento masivo de macrófagos derivados de monocitos que migran desde los vasos
sanguíneos e infiltran las inmediaciones de la lesión nerviosa (fig. 12-34). Cuando un axón se
lesiona, la barrera hematoencefálica (v. pág. 422) se interrumpe a lo largo de toda la longitud
del axón dañado, lo cual permite la entrada de estas células al sitio de la lesión. La presencia
de gran cantidad de macrófagos derivados de monocitos acelera el proceso de eliminación de
mielina, que en los nervios periféricos suele completarse en dos semanas. En el SNC, la
eliminación ineficaz de los detritos de mielina debido al acceso limitado de los macrófagos
derivados de monocitos, la actividad fagocítica ineficiente de la microglía y la formación
cicatrizal de origen astrocítico, restringen gravemente la regeneración nerviosa. Una diferencia
clave en la respuesta del SNC a una lesión axonal se relaciona con el hecho de que la barrera
hematoen

cefálica (v. pág. 423) se interrumpe sólo en el sitio de la lesión y no en toda la longitud del axón
lesionado (v. fig. 12-34). Esto limita la infiltración del SNC por los macrófagos derivados de
monocitos y reduce en forma drástica el proceso de eliminación de mielina, que puede tardar
meses o incluso años. Si bien la cantidad de células de la microglía se incrementa en los sitios
del SNC lesionados, esta microglía reactiva no poseen las capacidades fagocíticas
completamente desarrollada de los macrófagos migrantes. La eliminación ineficaz de detritos
de mielina es un factor importante en el fracaso de la regeneración nerviosa en el SNC. Otro
factor que afecta la regeneración nerviosa es la formación de una cicatriz glial (de origen
astrocítico) que llena el espacio vacío dejado por los axones degenerados. La formación de
cicatrices se comenta en el cuadro 12-3. La degeneración traumática ocurre en el segmento
proximal del nervio lesionado. Parte de la degeneración retrógrada también ocurre en el axón
próximal y se denomina degeneración traumática. Este proceso parece ser histológicamente
similar a la degeneración anterógrada (walleriana). La magnitud de la degeneración traumática
depende de la gravedad de la lesión y por lo general se extiende a lo largo de uno o unos pocos
segmentos internodales. En ocasiones, la degeneración traumática se extiende proximalmente
por más de unos pocos nódulos de Ranvier y pueden provocar la muerte del soma neuronal.
Cuando una fibra motora se corta, el músculo inervado por esa fibra sufre atrofia (fig. 12-33c).
La transmisión retrógrada de señales hacia el soma neuronal de un nervio lesionado, produce
un cambio en la expresión génica que inicia la reorganización del citoplasma perinuclear. La
lesión axónica también inicia la transmisión retrógrada de señales hacia el soma neuronal, lo
que conduce a la estimulación de un gen llamado C-jun. El factor de transcripción C-jun
participa en las etapas tanto iniciales como avanzadas de la regeneración nerviosa. La
reorganización de los orgánulos y del citoplasma perinuclear comienza a los pocos días. El
soma de la neurona lesionada crece y su núcleo se desplaza periféricamente. Al principio, los
corpúsculos de Nissl desaparecen del centro de la neurona y se desplazan hacia la periferia en
un proceso denominado cromatólisis. La cromatólisis se observa por primera vez de 1 a 2 días
después de la lesión y alcanza su pico alrededor de 2 semanas (v. fig. 12-33b). Los cambios en
el soma neuronal son proporcionales a la cantidad de axoplasma destruido por la lesión. Una
gran pérdida de axoplasma puede conducir a la muerte de la célula. Antes del desarrollo de
técnicas modernas de rastreo de colorantes y radioisótopos, la degeneración walleriana y la
cromatólisis se utilizaban como instrumentos de investigación. Estos instrumentos permitían a
los investigadores identificar las vías y los destinos de los axones y la ubicación de los somas
neuronales en nervios lesionados en forma experimental. Regeneración En el SNP, las células
de Schwann se dividen y forman bandas celulares que atraviesan la cicatriz neoformada y
dirigen el crecimiento de las evaginaciones nerviosas nuevas. booksmedicos.org
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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso RESPUESTA DE LAS NEURONAS A LA AGRESIÓN

Como ya se mencionó, la división de las células de Schwann desdiferenciadas es el primer paso


en la regeneración de un nervio periférico seccionado o aplastado. Al principio, estas células se
organizan en una serie de cilindros denominados tubos endoneurales. La eliminación de los
detritos axónicos y mielínicos desde el interior de los tubos determina finalmente su colapso.
Las células de Schwann en proceso de proliferación se organizan en bandas celulares que
parecen columnas longitudinales denominadas bandas de Bungner. Las bandas celulares guían
el crecimiento de nuevas evaginaciones nerviosas (neuritas o brotes) de los axones en
regeneración. Una vez que las bandas están en su lugar, grandes cantidades de brotes
comienzan a crecer desde el muñón proximal (v. fig. 12-33c). Un cono de crecimiento se
desarrolla en la porción distal de cada brote que está compuesto por filipodios con abundancia
de filamentos de actina. Los extremos de los filipodios establecen una dirección para el avance
del cono de crecimiento. Interactúan preferentemente con proteínas de la matriz extracelular,
como la fibronectina y la laminina encontrada dentro de la lámina externa de la célula de
Schwann. Por lo tanto, si un brote se asocia con una banda de Bungner, se regenera entre las
capas de la lámina externa de la célula de Schwann. Este brote crecerá a lo largo de la banda a
una velocidad de 3 mm por día. Si bien muchos brotes nuevos no establecen contacto con
bandas celulares y se degeneran, su gran cantidad incrementa la probabilidad de restablecer
conexiones sensitivas y motoras. Después de atravesar el sitio

de la lesión, los brotes ingresan en las bandas celulares sobrevivientes en el muñón distal.
Estas bandas, entonces, guían a las neuritas a su destino, al tiempo que les proporcionan un
ambiente adecuado para el crecimiento continuo (fig. 12- 33d). La regeneración axonal
conduce a la rediferenciación de la célula de Schwann, la que ocurre en dirección que va de
proximal a distal. Las células de Schwann rediferenciadas estimulan los genes para las
proteínas específicas de mielina e inhiben el C-jun. Si se restablece el contacto físico entre una
neurona motora y su músculo, la función suele recuperarse. Las técnicas microquirúrgicas que
restablecen con rapidez la aposición estrecha entre los extremos de corte de nervio y vasos
sanguíneos han convertido la reimplantación de miembros y dedos cortados, con el
consiguiente restablecimiento de la función, en un procedimiento relativamente común. Si los
brotes axónicos no restablecen contacto con las células de Schwann adecuadas, entonces los
brotes crecen de forma desorganizada, lo que produce una masa de evaginaciones axónicas
enmarañadas conocidas como neuroma traumático o neuroma de amputación. Desde el punto
de vista clínico, el neuroma traumático aparece como un nódulo de movimiento libre en el
sitio de la lesión nerviosa y se caracteriza por dolor, en particular a la palpación. El neuroma
traumático del nervio motor lesionado impide la reinervación del músculo afectado.
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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso HISTOLOGÍA 101

Puntos esenciales Tejido nervioso

GENERALIDADES DEL SISTEMA NERVIOSO ◗ El sistema nervioso permite que el organismo


responda a los cambios en el ambiente externo y controla las funciones de los órganos y
sistemas internos. ◗ Desde el punto de vista anatómico, el sistema nervioso se divide en el
sistema nervioso central (SNC; encéfalo y médula espinal) y el sistema nervioso periférico
(PNS; nervios craneales y periféricos y ganglios). ◗ Desde el punto de vista funcional, el sistema
nervioso se clasifica en sistema nervioso somático (SNS; bajo control voluntario consciente) y
sistema nervioso autónomo (SNA; bajo control involuntario). ◗ El SNA además se subdivide en
divisiones simpáticas, parasimpáticas, y entéricas. La división entérica inerva tubo digestivo y
regula la función de los órganos internos por la inervación de las células del músculo liso y del
músculo cardíaco así como del epitelio glandular.

NEURONAS ◗ El tejido nervioso está compuesto por dos tipos principales de células: las
neuronas (células especializadas que conducen impulsos) y las células de sostén (células no
conductoras en estrecha proximidad con las neuronas y sus evaginaciones). ◗ La neurona es la
unidad estructural y funcional del sistema nervioso. ◗ Las neuronas no se dividen; no obstante,
en ciertas regiones del encéfalo las células madre neurales pueden dividirse y diferenciarse en
nuevas neuronas. ◗ Las neuronas se agrupan en tres categorías: neuronas sensitivas
(transmiten impulsos desde los receptores hacia el SNC), neuronas motoras (transportan
impulsos desde el SNC o los ganglios a las células efectoras) e interneuronas (encargadas de la
comunicación entre las neuronas sensitivas y motoras). ◗ Cada neurona está compuesta por un
soma o pericarion (que contiene el núcleo, los corpúsculos de Nissl y otros orgánulos), un axón
(a menudo la prolongación más larga, que transmite impulsos desde el soma neuronal) y varias
dendritas (evaginaciones más cortas que transmiten impulsos hacia el soma neuronal). ◗ Las
neuronas se comunican con otras neuronas y con células efectoras mediante uniones
especializadas denominadas sinapsis. ◗ El tipo más común de sinapsis es la sinapsis química, en
la cual se liberan neurotransmisores desde una neurona presináptica que se unen a los
receptores localizados en la neurona postsináptica (o célula diana). ◗ Las sinapsis eléctricas son
las menos comunes y están representadas por las uniones de hendidura. ◗ Una sinapsis
química contiene un elemento sináptico (lleno de vesículas sinápticas que contienen
neurotransmisores), una hendidura sináptica (que separa la neurona presináptica de la
neurona postsináptica) y una membrana postsináptica (que contiene receptores para el
neurotransmisor). ◗ La estructura química de un neurotransmisor determina una respuesta
excitadora (p. ej., acetilcolina, glutamina) o inhibidora (p. ej., GABA, glicina) desde la
membrana postsináptica.

CÉLULAS DE SOSTÉN DEL SISTEMA NERVIOSO: LA GLÍA ◗ La glía periférica comprende las
células de Schwann y las células satélites. ◗ En los nervios mielinizados, las células de Schwann
producen la vaina de mielina desde las capas compactadas de sus propias membranas
celulares que se enrollan en forma concéntrica alrededor de la prolongación de la neurona. ◗
La región donde se encuentran dos células de Schwann adyacentes se denomina nódulo de
Ranvier y es el sitio donde el impulso eléctrico se regenera por la propagación a alta velocidad
a lo largo del axón. ◗ En los nervios amielínicos, las evaginaciones nerviosas son envueltas en el
citoplasma de las células de Schwann. ◗ Las células satélites mantienen un medio controlado
alrededor de los somas neuronales en los ganglios del SNP. ◗ Hay cuatro tipos de glía central:
astrocitos (proporcionan sostén físico y metabólico a las neuronas del SNC), oligodendrocitos
(producen y mantienen la vaina de mielina en el SNC), microglía (posee propiedades
fagocíticas y media reacciones neuroinmunitarias) y ependimocitos (revisten los ventrículos del
encéfalo y el conducto espinal).

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CAPÍTULO 12 Tejido nervioso HISTOLOGÍA 101

RESPUESTA DE LAS NEURONAS A LA AGRESIÓN ◗ Los axones lesionados en el SNP a menudo se


regeneran, mientras que los axones seccionados en el SNC no son capaces de hacerlo. Esta
diferencia se relaciona con la incapacidad de los oligodendrocitos y las células de la microglia
para fagocitar en forma eficaz los detritos de mielina. ◗ En el SNP, al principio, la lesión
neuronal induce a una completa degeneración del axón distal al sitio de la lesión
(degeneración walleriana). La degeneración traumática se produce en la porción proximal del
nervio lesionado, seguido por la regeneración neuronal, en la cual las células de Schwann se
dividen y forman bandas celulares que guían el crecimiento de los brotes axonales hacia el sitio
efector.

ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO ◗ El SNA controla y regula el medio


interno del organismo. Sus vías neurales están organizadas en una cadena de dos neuronas
(neuronas presináptica y postsináptica) que transmiten impulsos desde el SNC a los efectores
viscerales. ◗ El SNA se subdivide en divisiones simpática, parasimpática y entérica. ◗ Las
neuronas presinápticas de la división simpática se ubican en las porciones torácica y lumbar de
la médula espinal, mientras que las neuronas presinápticas de la división parasimpática se
ubican en el tronco encefálico y en la médula espinal sacra. ◗ La división entérica del SNA está
compuesta por los ganglios y sus evaginaciones que inervan al tubo digestivo.

ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO ◗ El SNP está compuesto por nervios
periféricos con terminaciones nerviosas especializadas (sinapsis) y ganglios que contienen los
somas neuronales. ◗ Los somas de las neuronas motoras del SNP se ubican en el SNC y los
somas de las neuronas sensitivas se ubican en los ganglios de la raíz dorsal. ◗ Las fibras
nerviosas individuales se mantienen juntas mediante el tejido conjuntivo organizado en el
endoneuro (que rodea cada fibra nerviosa individual y la células de Schwann asociadas), el
perineuro (que rodea cada fascículo nervioso) y el epineuro (que rodea un nervio periférico y
completa los espacios entre los fascículos nerviosos). ◗ Las células perineurales están
conectadas por uniones estrechas y contribuyen a la formación de la barrera
hematoencefálica.

ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL ◗ El SNC está compuesto por el encéfalo y la
médula espinal. Está protegido por el cráneo y las vértebras y está rodeado por tres
membranas de tejido conjuntivo denominadas meninges (duramadre, aracnoides y piamadre).
◗ El líquido cefalorraquídeo (CSF) producido por los plexos coroideos en los ventrículos
encefálicos ocupa el espacio subaracnoideo, el cual se ubica entre la aracnoides y la piamadre.
El CSF rodea y protege al SNC dentro de la cavidad craneal y de la columna vertebral. ◗ En el
encéfalo, la sustancia gris forma una capa externa de la corteza cerebral, mientras que la
sustancia blanca forma el núcleo interno que está compuesto por axones, asociados con
células gliales y vasos sanguíneos. ◗ En la médula espinal, la sustancia gris exhibe una sustancia
interna con forma de mariposa, mientras que la sustancia blanca ocupa la periferia. ◗ La
corteza cerebral contiene los somas neuronales, los axones, las dendritas y las células de la glía
central. ◗ La barrera hematoencefálica protege el SNC de las concentraciones fluctuantes de
electrolitos, hormonas y metabolitos tisulares que circulan en la sangre.

ORIGEN DE LAS CÉLULAS DE TEJIDO NERVIOSO ◗ Las neuronas y la glía central (excepto las
células microgliales) son derivados de las células neuroectodérmicas del tubo neural. ◗ Las
células ganglionares del SNP y la glía periférica son derivados de la cresta neural.
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437

GENERALIDADES DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR El sistema cardiovascular es un sistema de


transporte que lleva la sangre y la linfa hacia y desde los tejidos del cuerpo. Los elementos
constitutivos de estos líquidos incluyen células, sustancias nutritivas, productos de desecho,
hormonas y anticuerpos. El sistema cardiovascular comprende el corazón, los vasos sanguíneos
y los vasos linfáticos. El sistema cardiovascular consiste en una bomba representada por el
corazón y los vasos sanguíneos, que proveen la ruta por la cual circula la sangre desde una
parte del cuerpo hacia otra (fig. 13-1). El corazón bombea la sangre a través del sistema
arterial con una presión considerable; la sangre retorna al corazón a baja presión con la ayuda
de la presión negativa que hay en la cavidad torácica durante la inspiración y la compresión de
las venas por el músculo esquelético. Los vasos sanguíneos están organizados de modo que la
sangre impulsada desde el corazón alcanza con rapidez una red vas

cular estrecha y de paredes delgadas, los capilares sanguíneos, dentro o cerca de los tejidos en
todas las partes del organismo. En los capilares ocurre un intercambio bidireccional de líquido
entre la sangre y los demás tejidos. El líquido, llamado filtrado sanguíneo, transporta oxígeno y
metabolitos y atraviesa la pared capilar. En los tejidos, estas moléculas se intercambian por
dióxido de carbono y productos de desecho. La mayor parte del líquido vuelve a la sangre por
el extremo distal ovenoso de los capilares sanguíneos. El líquido restante entra en los capilares
linfáticos en la forma la linfa y finalmente regresa a la sangre a través de un sistema de vasos
linfáticos que está comunicado con el sistema de vasos sanguíneos a la altura del ángulo
yugulosubclavio, es decir, donde las venas yugulares internas se unen con las venas subclavias.
Normalmente, muchos de los leucocitos transportados por la sangre abandonan los vasos
sanguíneos para introducirse en los tejidos. Esto ocurre a la altura de las vénulas poscapilares.
Cuando se producen alteraciones patológicas en el organismo, como en la reacción
inflamatoria, una gran cantidad de leucocitos migran desde estas vénulas. Las arterias son los
vasos que llevan sangre hasta los capilares. Las arterias más pequeñas, llamadas arteriolas,
están

GENERALIDADES DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR / 437 CORAZÓN / 438 Regulación intrínseca


de la frecuencia cardíaca / 443 Regulación sistémica de la frecuencia cardíaca / 444
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE ARTERIAS Y VENAS / 447 Capas de la pared vascular / 447
Endotelio vascular / 448 ARTERIAS / 454 Arterias grandes (arterias elásticas) / 454 Arterias
medianas (arterias musculares) / 456 Arterias pequeñas y arteriolas / 458 CAPILARES / 458
Clasificación de los capilares / 459 Aspectos funcionales de los capilares / 460 ANASTOMOSIS
ARTERIOVENOSAS / 461 VENAS / 462 Vénulas y venas pequeñas / 463 Venas medianas / 465
Venas grandes / 465 VASOS SANGUÍNEOS ATÍPICOS / 465 VASOS LINFÁTICOS / 466 Cuadro 13-
1 Correlación clínica: aterosclerosis / 446 Cuadro 13-2 Correlación clínica: hipertensión / 452
Cuadro 13-3 Correlación clínica: enfermedad cardíaca isquémica / 464 HISTOLOGÍA 101.
Puntos esenciales / 468

Sistema cardiovascular 13 booksmedicos.org

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438

CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CORAZÓN

funcionalmente asociadas con las redes de capilares que conducen la sangre. Las arteriolas
regulan la cantidad de sangre que ingresa en estas redes capilares. En conjunto, las arteriolas,
la red capilar asociada y las vénulas poscapilares forman una unidad funcional denominada
lecho microcirculatorio o microvascular de ese tejido. Las venas, que comienzan con la vénula
poscapilar, recogen la sangre del lecho microvascular y la retornan al corazón. Dos circuitos
distribuyen la sangre en el organismo: la circulación pulmonar y la circulación sistémica. El
corazón y los vasos sanguíneos forman dos vías de circulación: • La circulación pulmonar
transporta la sangre desde el corazón hacia los pulmones y desde los pulmones hacia el
corazón (fig. 13-2). • La circulación sistémica transporta la sangre desde el corazón hacia los
tejidos del organismo y desde ellos de retorno hacia el corazón. Si bien la disposición general
de los vasos sanguíneos en ambas circulaciones es de arterias a capilares y después a venas, en
algunas partes la circulación sistémica está modificada de manera que una vena o una arteriola
se interpone entre dos redes capilares; estos vasos constituyen sistemas porta. Los sistemas
porta venosos se encuentran en los vasos que llevan sangre hacia el hígado, el sistema porta
hepático (vena porta) y en los vasos que irrigan la hipófisis, el sistema porta hipotálamo-
hipofisario. CORAZÓN El corazón está situado en forma oblicua en la cavidad torácica y
desplazado hacia la izquierda (alrededor de dos terceras

Válvula tricúspide

Aurícula derecha

Tabique interauricular Vena pulmonar derecha Vena pulmonar izquierdaAurícula izquierda

Válvula mitral

Arteria pulmonar izquierda

Aorta

Vena cava superior

Válvula aórtica

Ventrículo derechoMúsculos papilares

Ventrículo izquierdo

Tabique intraventricular (porción muscular)


Ventrículo derecho

FIGURA 13-1 ▲ Fotografía del corazón humano. Esta muestra se seccionó por un plano oblicuo
para ver todas las cavidades cardíacas. La parte posterior del corazón está a la izquierda; la
parte anterior se ha retirado y se exhibe a la derecha. Debe observarse el espesor de las
paredes ventriculares y el tabique interventricular. También se ve el tabique interauricular,
que separa las aurículas.

Vena cava superior

Ventrículo derecho

Ventrículo izquierdo

Arco de la aorta

Arterias pulmonares

Venas pulmonares Aurícula izquierda

Aurícula derecha

Vena cava inferior

FIGURA 13-2 ▲ Diagrama que ilustra la circulación de la sangre a través del corazón. La sangre
retorna de los tejidos del organismo a través de la vena cava superior y la vena cava inferior.
Estas dos venas principales desembocan en la aurícula derecha. La sangre pasa después de la
aurícula al ventrículo derecho y desde aquí se bombea hacia el tronco pulmonar para
continuar por las arterias pulmonares derecha e izquierda hasta los pulmones. En los
pulmones la sangre se oxigena y después vuelve a la aurícula izquierda por las venas
pulmonares. De la aurícula pasa al ventrículo izquierdo y de allí se bombea hacia la aorta, que
la transporta hacia los demás tejidos del organismo. El trayecto desde el corazón hasta los
pulmones y de regreso al corazón constituye la llamada circulación pulmonar; el trayecto
desde el corazón hasta el resto del organismo y desde allí otra vez otra vez al corazón
constituye la circulación sistémica.

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439

CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CORAZÓN

partes) en el mediastino medio (un espacio delimitado por el esternón, la columna vertebral, el
diafragma y los pulmones). Está rodeado por un saco fibroso resistente, el pericardio, que
también contiene los segmentos finales e iniciales de los grandes vasos que llegan o salen del
corazón. A través del pericardio, el corazón está firmemente adherido al diafragma y a los
órganos vecinos que se encuentran en la cavidad torácica. El corazón es una bomba muscular
que mantiene el flujo unidireccional de la sangre. El corazón tiene cuatro cavidades: las
aurículas derecha e izquierda y los ventrículos derecho e izquierdo, a través de las cuales se
bombea la sangre (v. fig. 13-1). A la salida de las cavidades hay válvulas que impiden el flujo
retrógrado de la sangre. Un tabique interauricular y un tabique interventricular separan los
lados derecho e izquierdo del corazón. El lado derecho del corazón bombea la sangre a través
de la circulación pulmonar. La aurícula derecha recibe la sangre que regresa del cuerpo a
través de las venas cavas inferior y superior, las dos venas más grandes del organismo (fig.
133). El ventrículo derecho recibe la sangre desde la aurícula derecha y la bombea hacia los
pulmones para su oxigenación, a través de las arterias pulmonares. El lado izquierdo del
corazón bombea la sangre a través de la circulación sistémica. La aurícula izquierda recibe la
sangre oxigenada que retorna de los pulmones a través de las cuatro venas pulmonares. El
ventrículo izquierdo recibe la sangre desde la aurícula izquierda y la bombea hacia la aorta
para su distribución en el resto del cuerpo. El corazón contiene: • Una musculatura de músculo
estriado cardíaco cuya contracción impulsa la sangre.

(presión baja)

Circuito pulmonar

Circuito sistémico

Arterias pulmonares Venas pulmonares

Válvula pulmonar

Válvula aórtica

Aurícula derecha

Aurícula izquierda

Venas cavas Válvula mitral Válvula tricúspide

Aorta

Ventrículo derecho

Ventrículo izquierdo(presión alta)

FIGURA 13-3 ▲ Diagrama de la circulación sanguínea. Este diagrama muestra los lados
derecho e izquierdo del corazón separados artificialmente. El lado derecho del corazón
bombea sangre a través del circuito pulmonar, de baja presión. La aurícula derecha recibe
sangre desoxigenada que retorna del cuerpo a través de la vena cava inferior y superior. El
ventrículo derecho recibe sangre desde la aurícula derecha y la bombea hacia los pulmones
para su oxigenación a través de las arterias pulmonares. El lado izquierdo del corazón bombea
sangre a través del circuito sistémico, de alta presión. La aurícula izquierda recibe sangre
oxigenada que retorna de los pulmones a través de las cuatro venas pulmonares. El ventrículo
izquierdo recibe sangre de la aurícula izquierda y la bombea hacia la aorta para su distribución
sistémica.

Trígono fibroso derecho

Anillo fibroso de la válvula mitral

Trígono fibroso izquierdo

Anillo fibroso de la aorta Arteria coronaria izquierda

Anillo fibroso del tronco pulmonar

Anillo fibroso de la válvula tricúspide

Orificio para el haz auriculoventricular (de His)


Arteria coronaria derecha

Ligamento del cono Porción membranosa del tabique interventricular

FIGURA 13-4 ▲ Esqueleto fibroso del corazón según se ve al quitar las dos aurículas. La malla
fibrosa (coloreada en azul) sirve para la fijación del músculo cardíaco y también para la
inserción de las válvulas auriculoventriculares y semilunares aórtica y pulmonar. El haz
auriculoventricular (haz de His) atraviesa la porción membranosa del tabique en su trayecto
desde la aurícula derecha.

aorta

Nódulo sinusal (SA)

Aurícula derecha

Nódulo auriculoventricular (AV) Haz AV (de His)

Rama derecha del haz de His

Rama izquierda del haz de His

Fibras de Purkinje

FIGURA 13-5 ▲ Cavidades cardíacas y sistemas de conducción de los impulsos. El corazón se


muestra seccionado en un plano frontal para dejar expuesto su interior y las partes principales
del sistema de conducción cardíaca (coloreado en amarillo). Los impulsos se generan en el
nódulo sinusal (SA), se transmiten a través de la pared auricular hasta el nódulo
auriculoventricular (AV) y después de atravesar el haz AV se distribuyen por las fibras Purkinje.

• Un esqueleto fibroso que consta de cuatro anillos fibrosos alrededor de los orificios
valvulares, dos trígonos fibrosos que conectan los anillos y la porción membranosa de los
tabiques interauricular e interventricular. Los anillos fibrosos se componen de tejido
conjuntivo denso irregular. Rodean la base de las dos arterias que salen del corazón

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440

CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CORAZÓN

aorta

Endocardio Miocardio

Hoja visceral de la serosa pericárdica Hoja parietal de la serosa pericárdica Pericardio fibroso
Tejido adiposo

Cavidad pericárdica

Pericardio Epicardio

Aurícula derecha

Ventrículo derecho
Pericardio FIGURA 13-6 ▲ Capas del corazón y pericardio. Este diagrama esquemático muestra
la relación anatómica entre las capas del corazón. En el mediastino medio, el corazón y las
raíces de los grandes vasos están rodeados por el pericardio, que a menudo está cubierto por
cantidades muy variables de tejido adiposo. El pericardio tiene dos capas: una capa fibrosa
externa resistente llamada pericardio fibroso y una capa parietal serosa pericárdica que tapiza
su superficie interna. La capa parietal de la serosa pericárdica, a la altura de los grandes vasos
que entran o salen del corazón, se refleja para formar la capa visceral de la serosa pericárdica
o epicardio. El epicardio reviste la superficie externa del corazón. La cavidad pericárdica es un
espacio entre las capas visceral y parietal de la serosa pericárdica y está tapizada por células
mesoteliales. Profundo con respecto al epicardio se encuentra el miocardio, que consiste en el
músculo cardíaco. Debe tenerse en cuenta la pequeña cantidad de tejido adiposo del
epicardio, que contiene las arterias coronarias y las venas cardíacas. La capa interna del
miocardio se llama endocardio y tiene un revestimiento de mesotelio con una fina capa
subyacente de tejido conjuntivo.

(aorta y tronco pulmonar) y los orificios que hay entre las aurículas y los ventrículos (orificio
auriculoventricular [AV] derecho e izquierdo) (fig. 13-4). Estos anillos son el sitio de inserción
para las valvas de las cuatro válvulas cardíacas que permiten el flujo sanguíneo en una sola
dirección a través de los orificios. La porción membranosa del tabique interventricular carece
de músculo cardíaco; consiste en un tejido conjuntivo denso que contiene un corto segmento
del haz auriculoventricular del sistema de conducción cardíaca. El esqueleto fibroso provee
puntos de fijación independientes para el miocardio auricular y ventricular. También actúa
como aislante eléctrico porque impide el libre flujo de impulsos eléctricos entre las aurículas y
los ventrículos. • Un sistema de conducción para iniciar y propagar las despolarizaciones
rítmicas, que causan las contracciones rítmicas del músculo cardíaco (fig. 13-5). Este sistema
está formado por células musculares cardíacas modificadas (fibras de Purkinje), que generan y
conducen los impulsos eléctricos con rapidez a través del corazón. En la detención súbita del
ritmo cardíaco normal que conduce al cese repentino de la circulación sanguínea y recibe el
nombre de paro cardíaco, el sistema de conducción del corazón deja de producir o conducir los
impulsos eléctricos que generan la contracción cardíaca para distribuir la sangre a los tejidos
del cuerpo. El paro cardíaco súbito es una urgencia médica; el tratamiento de primeros auxilios
como la reanimación cardiopulmonar (RCP) y la desfibrilación (la aplicación de una dosis
terapéutica de energía

eléctrica al corazón) puede mejorar las posibilidades de supervivencia. Si no se trata, el paro


cardíaco conduce a la muerte súbita. Las patologías del ritmo asociadas con el paro cardíaco
incluyen taquicardia (aceleración del ritmo cardíaco), fibrilación (contracciones irregulares,
rápidas e ineficaces), bradicardia (ritmo cardíaco desacelerado) y asistolia (ausencia total de
ritmo cardíaco). • Los vasos coronarios que constan de dos arterias coronarias y las venas
cardíacas. Las arterias coronarias derecha e izquierda proveen la sangre arterial al corazón. Se
originan en un segmento inicial de la aorta ascendente cerca de la válvula aórtica, circundan la
base del corazón y emiten ramas que convergen hacia la punta del órgano. El drenaje venoso
del corazón se produce a través de varias venas cardíacas, la mayoría de las cuales
desembocan en el seno coronario ubicado en la superficie dorsal del corazón. El seno
coronario drena en la aurícula derecha.

La pared del corazón está compuesta de tres capas: epicardio, miocardio, y endocardio. La
organización estructural de la pared del corazón es continua en las aurículas y los ventrículos.
La pared cardíaca está compuesta de tres capas. De afuera hacia adentro son las siguientes: •
El epicardio, que es también conocido como capa visceral de la serosa pericárdica, se adhiere a
la superficie externa del corazón (fig. 13-6). Se compone de una sola capa de células
mesoteliales, asi como de tejido conjuntivo

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CORAZÓN

Músculo papilar anterior

Epicardio

VD

VI

Válvula tricúspide

Músculo papilar posterior Válvula mitral

Cuerdas tendinosas

FIGURA 13-7 ▲ Corte horizontal a través de los ventrículos cardíacos. Esta fotografía muestra
un corte transversal del corazón humano a la altura de los ventrículos. Pueden verse las valvas
tanto de la válvula tricúspide en el ventrículo derecho como de la válvula mitral en el
ventrículo izquierdo con sus adhesiones a las cuerdas tendinosas. También son visibles los
cortes transversales de los músculos papilares en ambos ventrículos. Debe tenerse en cuenta
las diferencias en el espesor entre la pared de los ventrículos derecho e izquierdo. El tejido
adiposo del epicardio contiene ramas de las arterias coronarias y tributarias de las venas
coronarias. VD: ventrículo derecho; VI, ventrículo izquierdo. (Cortesía del Dr. William D.
Edwards).

ab ab ab ab ab

ValvaPared ventricular

Pared auricular

ValvaPared ventricular

CMF PF

DCT

End

SMC

CMF PF

DCT

End

SMC
CMF PF

DCT

End

SMC

CMF PF

DCT

End

SMC

CMF PF

DCT

End

SMC

Seno coronario

circumflex branch of left coronary artery circumflex branch of left coronary artery circumflex
branch of left coronary artery circumflex branch of left coronary artery Rama circunfleja de la
arteria coronaria izquierda

Válvula mitral

Epicardio Epicardio

Esqueleto fibroso

Miocardio Miocardio

FIGURA 13-8 ▲ Fotomicrografía de la pared de la aurícula y del ventrículo izquierdo. a.Esta


fotomicrografía muestra un corte sagital de la pared posterior de la aurícula y del ventrículo
izquierdo. La línea de la sección cruza el surco coronario (AV) que aloja el seno coronario y la
rama circunfleja de la arteria coronaria izquierda. Debe tenerse en cuenta que el corte ha
interesado el anillo fibroso de la válvula mitral, que proporciona el sitio de inserción para el
músculo de la aurícula y del ventrículo izquierdo y la cúspide de la válvula mitral. La pared
ventricular consiste en tres capas: 1) endocardio (puntas de flecha), 2) miocardio y 3)
epicardio. Los vasos sanguíneos visibles se encuentran en el epicardio y están rodeados por
tejido adiposo. Las capas de la válvula mitral aparecen con más aumento en la figura 13-9b. 35
X. b. Este gran aumento de la región incluida en el rectángulo muestra los rasgos
característicos de la superficie interna del corazón. Debe tenerse en cuenta que el endocardio
consiste en una capa interna escamosa de endotelio (End), una capa intermedia de tejido
conjuntivo denso (DCT) subendotelial que contiene células de músculo liso (SMC) y una capa
más profunda subendocárdica que contiene fibras de Purkinje (PF). El miocardio contiene
fibras musculares cardíacas (CMF) y puede verse a la izquierda. 120 X.

y adiposo subyacente. Los vasos sanguíneos y los nervios que irrigan e inervan el corazón
transcurren en el epicardio y están rodeados por tejido adiposo que protege el corazón en la
cavidad pericárdica. El epicardio se refleja a la altura de los grandes vasos que llegan y
abandonan el corazón como la capa parietal de la serosa pericárdica, que tapiza la superficie
interna del pericardio que rodea el corazón y las raíces de los grandes vasos. Por lo tanto,
existe un espacio potencial que contiene una cantidad mínima (15- a 50 ml) de líquido seroso
(pericárdico) entre las capas visceral y parietal de la serosa pericárdica. Este espacio se conoce
como cavidad pericárdica; su revestimiento es de células mesoteliales (v. fig. 13-6). El trastorno
en el que se acumula con rapidez un exceso de líquido (sangre o derrame pericárdico) en la
cavidad pericárdica se llama taponamiento cardíaco. Las causas comunes son los traumatismos
torácicos tanto penetrantes como romos y las roturas del miocardio o pericarditis (inflamación
del pericardio). Este es un trastorno potencialmente mortal en el cual el líquido que se
acumula comprime el corazón e impide el llenado adecuado de las cavidades cardíacas con la
sangre. El alivio de la compresión se logra mediante la pericardiocentesis (un procedimiento
para drenar el líquido de la cavidad pericárdica). • Miocardio, que está formado por músculo
cardíaco, el componente principal del corazón. Los detalles de la estructura histológica y la
función del músculo cardíaco se comentan en el cap. 11, tejido muscular. El miocardio de las
aurículas es sustancialmente más delgado que el de booksmedicos.org

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442

CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CORAZÓN

los anillos fibrosos y rodea los orificios que contienen las válvulas (fig. 13-8). Cada válvula se
compone de tres capas. • Fibrosa, que forma el centro de la valva y contiene extensiones
fibrosas del tejido conjuntivo denso no moldeado de los anillos del esqueleto cardíaco. •
Esponjosa, que está formada por el tejido conjuntivo laxo situado en el lado auricular o
vascular de cada valva. Consiste en fibras elásticas y colágenas de disposición laxa infiltradas
con un gran número de proteoglucanos. La esponjosa actúa como un amortiguador ya que
reduce las vibraciones asociadas con el cierre de la válvula. También confiere flexibilidad y
plasticidad a las cúspides de la valva. En las válvulas aórtica y pulmonar, la esponjosa situada
en el lado del vaso sanguíneo recibe el adjetivo de arterial. Es el equivalente del tejido
conjuntivo laxo situado en el lado auricular de las válvulas auriculoventriculares (AV) tricúspide
y mitral, que recibe el adjetivo de auricular. • Ventricular, que está contigua a la superficie
ventricular de cada valva y tiene un revestimiento endotelial. Contiene tejido conjuntivo denso
con muchas capas de fibras elásticas. En las válvulas AV, la capa ventricular se continúa con las
cuerdas tendinosas, que son finos cordones fibrosos también revestidos por endotelio (fig. 13-
9). Se extienden desde el borde libre de las válvulas AV hacia proyecciones musculares de la
pared de los ventrículos llamadas músculos papilares. Las valvas de la válvula son
normalmente avasculares. Los pequeños vasos sanguíneos y el músculo liso se pueden en

los ventrículos. Las aurículas reciben la sangre desde las venas grandes y la entregan a los
ventrículos contiguos, un proceso que requiere una presión relativamente baja. El miocardio
de los ventrículos es sustancialmente más grueso debido a la mayor presión necesaria para
bombear la sangre a través de las circulaciones pulmonar y sistémica (fig. 13-7). • Endocardio,
que consiste de una capa interna de endotelio y tejido conjuntivo subendotelial, una capa
media de tejido conjuntivo y células de músculo liso y una capa más profunda de tejido
conjuntivo, que también se llama capa subendocárdica. Esta última es continua con el tejido
conjuntivo del miocardio. El sistema de conducción del corazón (v. más adelante la sección
“regulación intrínseca de la frecuencia cardíaca”) se encuentra en la capa subendocárdica del
endocardio. El tabique interventricular es la pared que separa los ventrículos derecho e
izquierdo. Contiene músculo cardíaco excepto en su porción membranosa. Ambas superficies
del tabique están tapizadas por endocardio. El tabique interauricular es mucho más delgado
que el anterior. Excepto en ciertas regiones localizadas que contienen tejido fibroso, este
tabique posee una capa central de músculo cardíaco y un revestimiento de endocardio frente a
cada cavidad atrial. Las válvulas cardíacas son estructuras compuestas de tejido conjuntivo
revestido por endocardio. Las válvulas cardíacas están fijadas al complejo del esqueleto fibroso
de tejido conjuntivo denso no moldeado, que forma

Miocardio del ventrículo izquierdo

Aurícula izquierda Valva de la válvula mitral

Cuerdas tendinosas Músculo papilar Ventrículo izquierdo ab b

esponjosa

Fibrosa

Ventricular

Lado auricular

Lado ventricular

FIGURA 13-9 ▲ Válvula mitral del corazón humano. a. Esta fotografía muestra un corte sagital
de la pared posterior del ventrículo izquierdo y la valva posterior de la válvula mitral. Las
cuerdas tendinosas se extienden desde el músculo papilar hasta el lado ventricular de la valva
de la válvula mitral. Debe tenerse en cuenta el espesor del miocardio en el ventrículo
izquierdo. La superficie interna brillante del corazón corresponde al endocardio; la superficie
exterior del miocardio está cubierta por el epicardio. 2 X. (Cortesía del Dr. William D. Edwards).
b. Fotomicrografía de una válvula mitral. Esta fotomicrografía muestra un corte a través de una
de las dos valvas de la válvula mitral. Ambos lados de la valva están revestidos por el endotelio.
Debe tenerse en cuenta que la válvula presenta una arquitectura de capas. Comenzando desde
el lado auricular (parte superior de la imagen), la primera capa que hay debajo del endotelio es
la esponjosa, que no está bien desarrollada en esta parte de la valva. La segunda capa es la
fibrosa, que forma la mayoría del tejido conjuntivo denso en el centro de la válvula. La tercera
capa, la ventricular, está formada por tejido conjuntivo denso que contiene fibras colágenas y
elásticas. 125 X.

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443

CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CORAZÓN

nentes del sistema de conducción transmiten impulsos a una velocidad unas cuatro veces más
rápida que las fibras musculares cardíacas y son los únicos elementos que pueden propagar
impulsos a través del esqueleto fibroso. Si el nódulo SA deja de funcionar (p. ej., por una
irrigación sanguínea insuficiente), entonces se hace cargo la región con la frecuencia intrínseca
de despolarización siguiente. En esta situación, el nódulo AV impulsa las contracciones
cardíacas a una velocidad de alrededor de 50 latidos por minuto. En el bloqueo cardíaco
completo cuando se interrumpe la conducción de los impulsos eléctricos hacia los ventrículos,
éstos se contraen con su propia frecuencia de alrededor de 30 a 40 latidos por minuto,
impulsado por la despolarización de las fibras de Purkinje. Las fibras de Purkinje tienen la más
baja frecuencia intrínseca de despolarización de todo el sistema de

contrar sólo en la base de la valva. Las superficies valvulares están expuestas a la sangre y a las
valvas son lo suficientemente delgadas como para permitir que las sustancias nutritivas y el
oxígeno se difundan desde la sangre. Varias enfermedades afectan a las válvulas del corazón,
producen su degeneración (p. ej., calcificación, fibrosis) y causan un mal funcionamiento
cardíaco por insuficiencia o estenosis de orificios valvulares. Estos trastornos, conocidos
colectivamente como enfermedades valvulares cardíacas o valvulopatías cardíacas, incluyen
cardiopatía reumática, endocarditis vegetante, estenosis valvular aórtica calcificada
degenerativa y calcificación anular mitral. Por ejemplo, la fiebre reumática causa inflamación
de las válvulas cardíacas (valvulitis). La inflamación induce la angiogénesis en la válvula y la
vascularización de las capas valvulares que normalmente son avasculares. Estas alteraciones,
que son muy comunes, afectan la válvula mitral (del 65 % al 70 %) y la válvula aórtica (del 20%
al 25 %). Esta inflamación puede conducir a la sustitución progresiva del tejido elástico por
masas irregulares de fibras colágenas con el consiguiente engrosamiento de la válvula. Las
válvulas se vuelven rígidas e inflexibles, lo que afecta su capacidad de abrirse y cerrarse.
Regulación intrínseca de la frecuencia cardíaca La contracción del corazón está sincronizada
por fibras musculares cardíacas especializadas. El músculo cardíaco se puede contraer de
manera rítmica sin ningún estímulo directo desde el sistema nervioso. Para que el corazón
actúe como una bomba efectiva, es necesario que las aurículas y los ventrículos se contraigan
de una manera rítmica coordinada. La actividad eléctrica (impulsos eléctricos) que estimula las
contracciones cardíacas, se inicia y se propaga por la acción del sistema de conducción
cardíaco. La frecuencia de la despolarización del músculo cardíaco varía en las diferentes
partes del sistema de conducción; la más rápida corresponde a las aurículas y la más lenta, a
los ventrículos. El ciclo de contracción cardíaco se inicia en las aurículas para empujar la sangre
hacia los ventrículos. A continuación, una onda de contracción ventricular comienza en el ápice
del corazón y empuja la sangre hacia la aorta y el tronco pulmonar. El sistema de conducción
cardíaco consta de dos nódulos, el sinoauricular (o sinusal) y el auriculoventricular y una serie
de fibras de conducción o haces. Los impulsos eléctricos son generados en el nódulo sinusal
(SA), un grupo de células musculares cardíacas especializadas que se ubican cerca de la unión
de la vena cava superior y la aurícula derecha (v. fig. 13-5). Dado que tiene la frecuencia de
despolarización más rápida, el nódulo SA también recibe el nombre de marcapasos cardíaco.
La frecuencia de este marcapasos oscila entre 60 y 100 latidos por minuto. El nódulo SA inicia
un impulso que se propaga a través de las fibras musculares cardíacas de las aurículas y a
través de los haces internodales compuestos por fibras musculares cardíacas modificadas. El
impulso llega así al nódulo auriculoventricular (AV) desde donde es conducido a través del
esqueleto fibroso hacia los ventrículos por el haz AV (de His). El haz se divide en una rama
derecha y una izquierda más pequeña y después en ramas subendoteliales, comúnmente
llamadas fibras de Purkinje. Los compo

E
M

NNFF NNFF NF

NNNN N

FIGURA 13-10 ▲ Fotomicrografía de la pared ventricular que contiene el sistema de


conducción. Esta fotomicrografía muestra un corte de la pared ventricular de un corazón
humano teñido con la técnica de Mallory-Azan. Las dos terceras partes superiores de la imagen
corresponden al endocardio (E) que contiene una capa gruesa de fibras de Purkinje. La
superficie luminal libre del ventrículo (arriba) está cubierta por endotelio y una capa
subyacente de tejido conjuntivo subendotelial (teñida de color azul). La capa más externa del
endocardio contiene las fibras de Purkinje. Debe tenerse en cuenta los discos intercalares en
las fibras (flechas). Las fibras de Purkinje contienen gran cantidad de glucógeno, que aparecen
como regiones homogéneas pálidas en la parte central de la célula rodeadas de las miofibrillas.
Los núcleos (N) son redondeados y más grandes que los de las células musculares cardíacas en
el miocardio (M). Con frecuencia están rodeados por el citoplasma poco teñido, de la llamada
región perinuclear de la célula. Debido al considerable tamaño de las células de Purkinje, los
núcleos a menudo no quedan incluidos en el corte. Entre las fibras de Purkinje transcurren
nervios (NF) que pertenecen al sistema nervioso autónomo. 320 X.

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444

CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CORAZÓN

La inervación parasimpática del corazón se origina en el nervio vago (nervio craneal X). Las
fibras parasimpáticas presinápticas establecen sinapsis con las neuronas postsinápticas dentro
del corazón. Sus fibras postsinápticas cortas terminan principalmente en los nódulos SA y AV,
pero también se extienden hacia las arterias coronarias que irrigan el corazón.

La liberación del neurotransmisor acetilcolina desde las terminaciones de estas fibras


disminuye el ritmo cardíaco (un efecto conocido como bradicardia), reduce la fuerza del latido
cardíaco y contrae las arterias coronarias. La estimulación de los nervios simpáticos aumenta la
frecuencia cardíaca. Las fibras simpáticas presinápticas que inervan el corazón se originan en
las astas laterales de los segmentos T1 a T6 de la médula espinal. Conducen las señales
eléctricas hacia los cuerpos celulares de las neuronas postsinápticas situados en los ganglios
paravertebrales cervicales y torácicos de los troncos simpáticos (v. fig. 12-25, pág. 412). Las
fibras sinápticas terminan en los nódulos SA y AV, se extienden hacia el miocardio y también
pasan a través del epicardio para llegar a las
conducción. La propagación de los impulsos eléctricos a través del miocardio puede verificarse
y grabarse por medio de un electrocardiograma (ECG). El ECG se obtiene mediante la
colocación de electrodos en diferentes puntos de la piel a distancias específicas del corazón.
Los electrodos registran la actividad eléctrica del corazón al medir las diferencias de voltaje
entre los diferentes puntos. La propagación coordinada de la actividad eléctrica a través del
corazón es responsable de la forma de las onda del ECG, cuyo análisis minucioso puede
proporcionar información sobre la frecuencia cardíaca, ritmo cardíaco, tiempos de conducción
a través de diversas partes del corazón, efectos de concentración de los electrolitos, efectos de
la medicación cardíaca y ubicación de las lesiones patológicas (isquémicas) del corazón. Las
células musculares cardíacas nodales, tanto del nódulo SA como del nódulo AV, son fibras
musculares cardíacas modificadas que son más pequeñas que las células musculares
auriculares circundantes. Contienen menos miofibrillas y carecen de discos intercalares típicos.
El haz de His, sus ramas y las fibras de Purkinje también se componen de células musculares
cardíacas modificadas, de tamaño mayor que las células musculares ventriculares circundantes
(fig. 13-10 y lámina 32, pág. 470). Las ramificaciones terminales del sistema de conducción
consisten en fibras de Purkinje. Las células cardíacas de conducción que componen el haz de
His se originan en el nódulo AV, pasan por el esqueleto fibroso del corazón, transcurren a lo
largo de ambos lados del tabique interventricular (v. fig. 13-5) y terminan como fibras de
Purkinje en el miocardio de la ventrículos. Las células que forman las fibras de Purkinje son
más grandes que las células musculares ventriculares. Sus miofibrillas se encuentran en la
periferia de la célula. Los núcleos son redondeados y son más grandes que los de las células del
músculo cardíaco en el miocardio. Debido al considerable tamaño de las células, a menudo el
núcleo no está incluido en el plano de corte. En las fibras de Purkinje hay discos intercalares,
pero su aspecto y cantidad varían según su ubicación. Las células son positivas para la tinción
de ácido peryódico-reactivo de Schiff (PAS) debido a la gran cantidad de glucógeno que
contienen. Con hematoxilina y eosina (H&E) y la mayoría de otras coloraciones, la porción
central de la célula provista de glucógeno aparece homogénea y se tiñe pálidamente (v. fig. 13-
10). Debido al glucógeno almacenado, las células de las fibras de Purkinje son más resistentes
a la hipoxia que las células musculares ventriculares. Regulación sistémica de la función
cardíaca Como ya se mencionó, el corazón late en forma independiente de cualquier
estimulación nerviosa. Este ritmo cardíaco espontáneo puede ser alterado por los impulsos
nerviosos en la división tanto simpática como parasimpática del sistema nervioso autónomo.
Los nervios autónomos no inician la contracción del músculo cardíaco, sino más bien regulan la
frecuencia cardíaca (efecto cronotrópico) según las necesidades inmediatas del cuerpo. La
estimulación de los nervios parasimpáticos disminuye la frecuencia cardíaca.

Lecho microcirculatorio

Arteria mediana o muscular

Vena median

ARTERIAS Arteria grande elástica

VENAS Vena grande

Túnica adventicia Túnica media

Válvula

Capilares
Capilares

Pericitos

Esfínteres precapilares

Pericito

Células musculares lisas

Anastomosis AV

ArteriolaVénula

Célula muscular lisa

Túnica íntima

FIGURA 13-11 ▲ Diagrama esquemático de las principales características morfológicas de los


vasos sanguíneos. En los dos paneles superiores están señaladas las capas o túnicas que
componen la pared vascular. En el panel inferior se ilustra la organización del lecho
microcirculatorio en ciertas partes del cuerpo. Debe tenerse en cuenta la ubicación de los
pericitos y su relación con la lámina basal. En el lecho microcirculatorio también se muestra
una anastomosis arteriovenosa (AV).

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CORAZÓN

arterias coronarias. Las fibras autónomas secretan noradrenalina que regula la frecuencia de
los impulsos provenientes del nódulo SA. El componente simpático hace que se incremente la
frecuencia de contracción (efecto conocido como taquicardia) y aumenta la fuerza de
contracción muscular. La estimulación simpática produce la dilatación de las arterias
coronarias por la inhibición de su contracción. Las hormonas circulantes y otras sustancias
pueden regular la frecuencia cardíaca y la fuerza de la contracción. Los cambios en la fuerza y
la frecuencia de las contracciones del músculo cardíaco son regulados por las hormonas
secretadas por la médula suprarrenal. Estas hormonas incluyen adre

nalina y noradrenalina que llegan a las células musculares del corazón a través de la circulación
coronaria. La activación de los receptores adrenérgicos (principalmente de tipo b1) por la
adrenalina y, con menos eficacia, por la noradrenalina, aumenta la fuerza de contracción
(efecto inotrópico positivo) y la frecuencia cardíaca (efecto cronotrópico positivo). Otras
sustancias que tienen efectos inotrópicos y cronotrópicos positivos en el corazón incluyen
Ca2+, hormonas tiroideas, cafeína, teofilina y glucósido cardíaco digoxina. Estas sustancias
aumentan la concentración intracelular del Ca2+ en las células musculares cardíacas. Las
sustancias que ejercen efectos inotrópicos y cronotrópicos negativos en el músculo cardíaco
incluyen antagonistas de los receptores adrenérgicos, como

Arterias Vaso Diámetro Túnica íntima (capa interna) Túnica media (capa intermedia) Túnica
adventicia (capa externa) Arteria grande (arteria elástica) .10 mm Endotelio Tejido conjuntivo
Músculo liso Músculo liso Membranas elásticas Tejido conjuntivo Fibras elásticas Arteria media
(arteria muscular) 2–10 mm Endotelio Tejido conjuntivo Músculo liso Membrana elástica
interna prominente Músculo liso Fibras colágenas Relativa escasez de tejido elástico Más
delgada que la túnica media Tejido conjuntivo Algunas fibras elásticas Arteria pequeña 0,1–2
mm Endotelio Tejido conjuntivo Músculo liso Membrana elástica interna Músculo liso (8-10
capas celulares) Fibras colágenas Más delgada que la túnica media Tejido conjuntivo Algunas
fibras elásticas Arteriola 10–100 mm Endotelio Tejido conjuntivo Músculo liso Músculo liso (1-
2 capas celulares) Más delgada que la túnica media Fina vaina de tejido conjuntivo mal
definida Capilar 4–10 mm Endotelio No hay No hay Venas Vaso Diámetro Túnica íntima (capa
interna) Túnica media (capa intermedia) Túnica adventicia (capa externa) Vénula poscapilar
10–50 mm Endotelio Pericitos No hay No hay Vénula muscular 50–100 mm Endotelio Músculo
liso (1-2 capas celulares) Tejido conjuntivo Algunas fibras elásticas

Vena pequeña

0,1–1 mm Endotelio Tejido conjuntivo Músculo liso (2-3 capas)

Músculo liso (2-3 capas continuas con la túnica íntima) Músculo liso Fibras colágenas

Más gruesa que la túnica media Tejido conjuntivo Algunas fibras elásticas

Vena mediana

1–10 mm Endotelio Tejido conjuntivo Músculo liso Membrana elástica interna en algunos
casos

Músculo liso (2-15 capas) Fibras colágenas

Más gruesa que la túnica media Tejido conjuntivo Algunas fibras elásticas

Vena grande .10 mm Endotelio Tejido conjuntivo Músculo liso

Músculo liso (2-15 capas) Fibras colágenas

Más gruesa que la túnica media Tejido conjuntivo Algunas fibras elásticas, músculo liso
longitudinal Mucho más gruesa que la túnica media

TABLA 13-1 Características de los vasos sanguíneos

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CORAZÓN

el propranolol o los bloqueadores de los conductos de Ca2+. Estas sustancias disminuyen la


frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción del músculo cardíaco. El sistema nervioso central
verifica la tensión arterial y la función cardíaca a través de los receptores especializados,
ubicados en el sistema cardiovascular. La actividad del sistema cardiovascular está vigilado por
centros especializados en el sistema nervioso central (SNC). En

las paredes de los grandes vasos sanguíneos cercanos al corazón y dentro del corazón mismo,
hay receptores nerviosos sensoriales especializados que proveen información aferente sobre la
presión arterial. La información recibida de todos los tipos de receptores cardiovasculares
inicia los reflejos fisiológicos adecuados. Los receptores funcionan como: • Barorreceptores
(receptores de alta presión), que detectan la tensión arterial general. Estos receptores están
ubicados en el seno carotídeo y en el arco aórtico.

Las lesiones ateroscleróticas son las alteraciones más comunes adquiridas de los vasos
sanguíneos. Más de la mitad de las muertes anuales en Estados Unidos están relacionadas con
complicaciones de la enfermedad aterosclerótica, entre ellas la cardiopatía isquémica (v.
cuadro 13-3), infarto de miocardio, la apoplejía y la gangrena de los miembros. Las lesiones se
desarrollan principalmente en la túnica íntima de las arterias elásticas grandes después de una
lesión endotelial, lo que conduce a la disfunción endotelial. Los factores que predisponen a
lesiones endoteliales incluyen colesterol de baja densidad (LDL) elevado, hiperlipidemia,
hiperglucemia (en la diabetes), hipertensión, aumento de las concentraciones de toxina
asociadas con el consumo de cigarrillos y ciertas infecciones virícas y bacterianas causadas por
citomegalovirus (CMV) o chlamydia pneumoniae, respectivamente. La alteración de la función
del endotelio vascular conduce a una mayor expresión de moléculas de adhesión de superficie
(p. ej., ICAM-1), aumento de la permeabilidad

al colesterol LDL y un incremento de la adherencia de los leucocitos (principalmente


monocitos) al endotelio. La lesión endotelial aumenta la producción de especies reactivas de
oxígeno como O2–, H2O2, OH–, y ONOO–, que a su vez oxidan las LDL en la túnica íntima de la
arteria. En respuesta a esta lesión, los monocitos provenientes del torrente sanguíneo se
introducen en la túnica íntima y se diferencian en macrófagos. Los macrófagos fagocitan LDL
oxidadas, lentamente se transforman en células espumosas con un aspecto en espumadera
característico del citoplasma cargado de vesículas de contenido lipídico. Las células espumosas
y linfocitos T infiltrados forman la lesión aterosclerótica inicial o estría lipídica. En esta lesión
temprana, las células de músculo liso de la túnica media proliferan y migran hacia la estría
lipídica en respuesta al factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF) producido por las
células endoteliales. En etapas posteriores, esta lesión se somete a un remodelado adicional y
se convierte en la placa fibrolipídica Correlación clínica: aterosclerosisCUADRO 13-1

Luz

Células espumosas

Monocitos Macrófagos

Células musculares lisas Membrana elástica interna

Ruptura de placa/ agregación de plaquetas Apoptosis de células musculares lisas

Centro necrótico Hendiduras de colesteroloxidado LDL

Células de adhesión

PDGF

LDL

FIGURA C13-1.1 ▲ Diagrama esquemático de las interacciones celulares en la formación de


una placa ateromatosa. Las células endoteliales disfuncionales (en color rojo) incrementan la
expresión de moléculas de adhesión celular y aumentan la permeabilidad de las moléculas de
colesterol LDL (flecha amarilla). Los monocitos circulantes se adhieren al endotelio lesionado y
migran entre las células endoteliales a la túnica íntima, donde se diferencian en macrófagos.
Los radicales libres producidos por las células endoteliales oxidan las LDL, que posteriormente
son fagocitadas por los macrófagos. El factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF) y
otros factores de crecimiento (flecha azul) liberados de las células endoteliales estimulan la
migración de las células de músculo liso de la túnica media hacia la túnica íntima. Las células
espumosas derivadas de macrófagos (y también de células de músculo liso) acumulan LDL
intracelular, mientras que el colesterol se deposita en los cristales dentro del centro necrótico.
En la túnica íntima, las células de músculo liso producen grandes cantidades de matriz
extracelular (proteoglucanos, colágeno) que aumentan aún más el espesor de la túnica íntima.
(continúa en página 447)

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CARACTERÍSTICAS GENERALES DE ARTERIAS Y VENAS

• Receptores de volumen (receptores de presión baja), que están situados dentro de las
paredes de las aurículas y los ventrículos. Detectan la presión venosa central y proveen
información al SNC acerca de la distensión cardíaca. • Quimiorreceptores, que detectan
alteraciones en el oxígeno, en la tensión dióxido de carbono y en el pH. Estos receptores son el
cuerpo carotídeo y el cuerpo aórtico, que están ubicados en la bifurcación de las carótidas y en
el arco aórtico, respectivamente. Los cuerpos carotídeos constan de cordones y grupos
irregulares de células epitelioides. Una fuente abundante de fibras nerviosas está asociada con
estas células. Los elementos nerviosos son tanto aferentes como eferentes. La estructura de
los cuerpos aórticos es, en esencia, similar a la de los cuerpos carotídeos. Ambos receptores
funcionan en reflejos nerviosos

que permiten el ajuste del volumen cardíaco y la frecuencia respiratoria. CARACTERÍSTICAS


GENERALES DE ARTERIAS Y VENAS Capas de la pared vascular Las paredes de las arterias y las
venas están compuestas por tres capas llamadas túnicas. Las tres capas de la pared vascular,
desde la luz hacia fuera (fig. 13-11 y lámina 33, pág. 472) son las siguientes: • Túnica íntima, es
la capa más interna de la pared del vaso, consta de tres componentes: 1) una capa simple de
células epiteliales escamosas, el endotelio; 2) la lámina basal de las células endoteliales (una
delgada capa extracelular

CUADRO 13-1 Correlación clínica: aterosclerosis (continuación)

ab ab ab ab ab

TA

TM

TA

TM

TA

TM

TA

TM
TA

TM

TTII TTII TI CC

FC

FC

CC

FC

FC

CC

FC

FC

CC

FC

FC

CC

FC

FC

FIGURA C13-1.2 ▲ Fotomicrografías de una lesión ateromatosa. a. Esta muestra proviene de


una aorta humana y se ha teñido con la técnica tricrómica de Masson. La lesión, que recibe el
nombre de placa fibrosa, consiste en fibras de tejido conjuntivo, células de músculo liso,
macrófagos que contienen grasa (células espumosas) y material necrótico. Ocupa el sitio de la
túnica íntima (TI), cuyo espesor ha aumentado mucho. TM, túnica media; TA, túnica adventicia.
40 X. b. Aumento mayor de la región incluida en el recuadro de a. A la derecha, es visible parte
del tejido conjuntivo fibroso de la placa. Las flechas señalan los núcleos de las células de
músculo liso que han producido las fibras colágenas de la placa fibrosa. También pueden verse
las células espumosas (FC) y las características grietas de colesterol (CC). Estas últimos son los
espacios ocupados anteriormente por cristales de colesterol que se han disuelto durante la
preparación de la muestra. El resto de la placa consiste en material necrótico y lípidos. 240 X.

conforme las células musculares lisas migran desde la túnica media y sintetizan colágeno para
formar una cápsula protectora de tejido conjuntivo que encierra el núcleo de lípidos crecientes
(fig. C13-1.1). Una gruesa capa de tejido conjuntivo fibroso en el que están dispersas células de
músculo liso, macrófagos, células espumosas, linfocitos T, cristales de colesterol y detritos
celulares recibe el nombre de placa ateromatosa. La progresión de la placa se caracteriza por
la acumulación de lípidos y el aumento de la actividad enzimática que degradan la matriz con
la acumulación de tejido necrótico. La pérdida gradual de las células de músculo liso por
apoptosis y la pérdida de la integridad del endotelio
conducen a la ruptura de la placa con una posterior unión y coagulación de plaquetas
(trombosis). En las lesiones avanzadas la estasis sanguínea y la coagulación pueden conducir a
la oclusión del vaso. Otros cambios que se observan en las lesiones avanzadas incluyen el
adelgazamiento de la túnica media, la calcificación de los lípidos extracelulares acumulados y
la acumulación de cristales de colesterol visibles en cortes histológicos como espacios abiertos,
en forma de aguja llamados hendiduras de colesterol (fig. C13-1.2ab). La progresión de las
lesiones simples a lesiones complicadas se puede encontrar en algunas personas ya en sus 20
años y en la mayoría de las personas hacia los 50 años o 60 años. booksmedicos.org

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CARACTERÍSTICAS GENERALES DE ARTERIAS Y VENAS

antígenos bacterianos y virícos, las citotoxinas, los componentes del complemento, los
productos lipídicos y la hipoxia. Las células endoteliales activadas presentan nuevas moléculas
de adhesión en su superficie y producen diferentes clases de citocinas, linfocinas, factores de
crecimiento y moléculas vasoconstrictoras y vasodilatadoras, así como moléculas que
controlan la coagulación de la sangre. Las células endoteliales participan en la integridad
estructural y funcional de la pared vascular. Las células endoteliales son participantes activas
en una variedad de interacciones entre la sangre y el tejido conjuntivo subyacente y son
responsables de muchas de las propiedades de los vasos (tabla 13-2). Estas propiedades
incluyen las siguientes: • Mantenimiento de una barrera de permeabilidad selectiva, permite
el paso selectivo de las pequeñas y grandes moléculas de la sangre hacia los tejidos y
viceversa. Este movimiento está relacionado con el tamaño y la carga eléctrica de las
moléculas. El endotelio es permeable para las moléculas hidrófobas (liposolubles) pequeñas (p.
ej., oxígeno, dióxido de carbono) que pasan con facilidad a través de la bicapa lipídica de la
membrana celular endotelial (un proceso denominado difusión simple). Sin embargo, el agua y
las moléculas hidrófilas (hidrosolubles) (p. ej., glucosa, aminoácidos, electrolitos) no pueden
difundirse a través de la membrana de las células endoteliales. Estas moléculas y solutos
deben ser transportados activamente a través de la membrana plasmática y liberarse en el
espacio extracelular (vía transcelular) o atravesar las zonula occludens entre dos células
epiteliales (vía paracelular; v. cap. 5, tejido epitelial). La vía transcelular utiliza numerosas
vesículas pinocíticas pequeñas (una forma de endocitosis independiente de claritina) para
transportar un gran volumen de material de la sangre hacia la célula. Además, algunas
moléculas específicas (p. ej., LDL, colesterol, transferrina) se transportan en una endocitosis
mediada por receptores (un proceso dependiente de claritina), utiliza receptores específicos
de la superficie endotelial. En algunos vasos sanguíneos, las moléculas más grandes se
transportan a través de fenestraciones dentro de las células endoteliales que se ven en los
preparados para la microscopia electrónica de transmisión (MET). • Mantenimiento de una
barrera no trombogénica entre las plaquetas de la sangre y el tejido subendotelial que se
realiza por la producción de anticoagulantes (agentes que previenen la coagulación como la
trombomodulina y otros) y sustancias antitrombogénicas (agentes que impiden o interfieren
con la agregación plaquetaria y la liberación de factores que causan la formación de coágulos,
o trombos, como la prostaciclina [PGI2] y el activador del plasminógeno del tejido). El
endotelio normal no sustenta la adherencia de las plaquetas o la formación de trombos en su
superficie. En la lesión, las células endoteliales hace que se liberen agentes protrombógenos
(agentes que promueven la formación de trombos), como el factor de von Willebrand o el
inhibidor del activador del plasminógeno. • Modulación del flujo sanguíneo y la resistencia
vascular se consigue mediante la secreción de vasoconstrictores (endotelinas, enzima
convertidora de angiotensina

compuesta principalmente por colágeno, proteoglucanos, y glucoproteínas) y 3) la capa


subendotelial, que consta de tejido conjuntivo laxo. En este tejido conjuntivo laxo a veces se
encuentran células musculares lisas. La capa subendotelial de la íntima en las arterias y
arteriolas contiene una capa o lámina de material elástico fenestrado que recibe el nombre de
membrana elástica interna. Las fenestraciones permiten que las sustancias se difundan con
facilidad a través de la capa y alcancen las células más profundas dentro de la pared del vaso. •
La túnica media, o capa media, se compone principalmente de capas organizadas en estratos
circunferenciales de células musculares lisas. En las arterias, esta capa es relativamente gruesa
y se extiende desde la membrana elástica interna hasta la membrana elástica externa. La
membrana elástica externa es una lámina de elastina que separa la túnica media de la túnica
adventicia. Entre las células musculares lisas de la túnica media hay cantidades variables de
elastina, fibras reticulares y proteoglucanos. Las hojas o láminas de elastina son fenestradas y
están dispuestas en capas circulares concéntricas. Todos los componentes extracelulares de la
túnica media son producidos por las células musculares lisas. • Túnica adventicia, es la capa de
tejido conjuntivo más externa, se compone principalmente de tejido colágeno de disposición
longitudinal y algunas fibras elásticas. Estos elementos del tejido conjuntivo se mezclan
gradualmente con el tejido conjuntivo laxo que rodea los vasos. El espesor de la túnica
adventicia oscila entre relativamente delgado en la mayor parte del sistema arterial hasta
bastante grueso en las vénulas y venas, donde es el componente principal de la pared vascular.
Además, la túnica adventicia de las arterias y las venas grandes contiene un sistema de vasos
llamados vasa vasorum que irriga las paredes vasculares, al igual que una red de nervios
autónomos llamados nervi vasorum (vascularis) que controlan la contracción del músculo liso
en las paredes de los vasos. Desde el punto de vista histológico, los diversos tipos de arterias y
venas se distinguen unos de otros por el espesor de la pared vascular y las diferencias en la
composición de las capas. La tabla 13-1 reseña las características de los diversos tipos de vasos
sanguíneos. Endotelio vascular En el cuerpo humano adulto, el sistema circulatorio consta de
alrededor de 96 500 km de vasos de diferentes tamaños cuya superficie interna está tapizada
por un epitelio plano simple llamado endotelio. El endotelio está formado por una capa
continua de células endoteliales aplanadas, alargadas y de forma poligonal que se alinean con
sus ejes mayores en la dirección del flujo sanguíneo. En la superficie luminal, expresan una
gran variedad de moléculas de adhesión y receptores superficiales (es decir, lipoproteína de
baja densidad [LDL], insulina e histamina). Las células endoteliales desempeñan un papel
importante en la homeostasis de la sangre. Las propiedades funcionales de estas células
cambian en respuesta a diversos estímulos. Este proceso, conocido como activación endotelial,
también es responsable de la patogénesis de muchas vasculopatías (p. ej., aterosclerosis;
cuadro 13-1). Entre los inductores de la activación endotelial se encuentran los

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449

CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CARACTERÍSTICAS GENERALES DE ARTERIAS Y VENAS

K1

Apertura de conductos de K1
ADP

ATP

Esfuerzo cizalla producidas por el flujo sanguíneo

Guanilato ciclasa

Bradicinina

Células endoteliales

Células de músculo liso

cAMP

PKG

PKA

EDHF PGI2

111 1 1

O2 L-arginina NO

VEGF

eNOS

Relajación

Hiperpolarización

cGMP

GTP

Ca21

FIGURA 13-12 ▲ Mecanismo molecular de la vasodilatación. La relajación de las células de


músculo liso en la pared del vaso sanguíneo provoca un aumento de su diámetro y disminuye
la resistencia vascular y la tensión arterial sistémica. El óxido nítrico (NO) producido en las
células endoteliales por la óxido nítrico sintetasa endotelial (eNOS) es una molécula
importante que regula la relajación del músculo liso vascular. Otras moléculas incluyen ADP,
factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF), bradicinina, prostaciclina (PGI2) y factor
hiperpolarizante derivado del endotelio (EDHF). Las fuerzas de cizallamiento producidas entre
los eritrocitos y células endoteliales, así como el VEGF activan la eNOS, lo cual aumenta la
síntesis de NO. Una vez que se produce NO, se difunde al músculo liso subyacente y por medio
de la acción de la guanilato ciclasa activa la producción de cGMP, el que a su vez activa las vías
metabólicas de la proteína cinasa G (PKG) dependiente de cGMP y causa la relajación del
músculo liso. El estrés metabólico de las células endoteliales causado por el aumento de la
concentración de ADP o PGI2 estimula las vías metabólicas de la proteína cinasa A (PKA) en el
músculo liso, lo que produce su relajación. Además, el EDHF abre los conductos de potasio
para generar una hiperpolarización de las membranas celulares del músculo liso, lo que lleva
adicionalmente a su relajación. (Basado en Noble A, R Johnson, Thomas A, Bajo P. The
Cardiovascular System. London, New York: Churchill Livingstone, 2005).

[ACE], prostaglandina H2, tromboxano A2) y vasodilatadores (óxido nitroso [NO],


prostaciclina). Este tema se trata con más detalle en la siguiente sección. • Regulación y
modulación de respuestas inmunitarias por el control de la interacción de los linfocitos con la
superficie endotelial, que se consigue principalmente a través de la expresión de moléculas de
adhesión y sus receptores en la superficie endotelial libre, así como por la secreción de tres
clases de interleucinas (IL-1, IL-6 e IL-8). • Síntesis hormonal y otras actividades metabólicas
son realizadas por la síntesis y secreción de diversos factores de crecimiento, por ejemplo,
factores estimulantes de colonias hematopoyéticas (CSF) como el CSF de granulocitos
macrófagos (GM-CSF), CSF de granulocitos (G-CSF) y CSF de macrófagos (M-CSF); factor de
crecimiento de fibroblastos (FGF) y factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF).Las
células endoteliales también sintetizan inhibidores del crecimiento, como la heparina y el
factor de crecimiento transformador b (TGF-b). Las células endoteliales funcionan en la
conversión de angiotensina I a angiotensina II en el sistema renina-angiotensina que controla
la presión arterial, así como en la inactivación o la conversión de varios compuestos
transportados en la sangre (noradrenalina, trombina, prostaglandinas, bradicinina y
serotonina) en sus formas inactivas. • Modificación de las lipoproteínas por oxidación. Las
lipoproteínas, en su mayoría LDL con un alto contenido de colesterol y lipoproteínas de muy
baja densidad (VLDL), se oxidan por los radicales libres producidos por las células endoteliales.
Las LDL modificadas, a su vez, son incorpo

radas por endocitosis con rapidez por los macrófagos que forman células espumosas (v. fig.
R13-1.1). Las células espumosas son un rasgo característico en la formación de las placas
ateromatosas. El endotelio de los vasos sanguíneos controla la contracción y la relajación de
las células de músculo liso en la túnica media, lo cual influye sobre el flujo y la presión de
sangre. El factor de relajación derivado del endotelio (EDRF) fue históricamente uno de los
primeros compuestos descubiertos en las células endoteliales que causaba dilatación de los
vasos sanguíneos. Durante años, los investigadores tuvieron dificultades para caracterizar el
EDRF desde el punto de vista químico. Ahora se sabe que la mayoría de los efectos vasculares
del EDRF se pueden atribuir al óxido nítrico (NO) y sus compuestos afines, que son liberados
por las células endoteliales en las arterias, los capilares sanguíneos e incluso los capilares
linfáticos. Como compuesto químico, el NO es un gas con una vida media fisiológica muy
breve, cuantificable en segundos; de ahí, la dificultad en llegar a su descubrimiento. Las fuerzas
de cizallamiento producidas durante la interacción del flujo sanguíneo con las células
endoteliales vasculares, inician la dilatación de los vasos sanguíneos causada por óxido nítrico
(NO). La vasodilatación (la relajación de las células de músculo liso) aumenta el diámetro
luminal de los vasos, disminuye la resistencia vascular y la presión arterial sistémica. El óxido
nítrico (NO) derivado del endotelio es uno de varios reguladores

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CARACTERÍSTICAS GENERALES DE ARTERIAS Y VENAS

Células endoteliales Angiotensina II


Sangre

Células musculares lisas

PGH2

Tromboxano A2

NO

Contracción

Anión superóxido (O22)

Endotelinas

11

111

Ca21

Trombina

FIGURA 13-13 ▲ Mecanismos moleculares de la vasoconstricción. La contracción del músculo


liso en un vaso sanguíneo (vasoconstricción) disminuye su diámetro y aumenta la resistencia
vascular, lo que conduce a un aumento de la presión arterial sistémica. La unión de la
angiotensina II y la trombina a las células endoteliales vasculares estimula la síntesis de
factores derivados del endotelio que regulan la contracción del músculo liso. Éstos incluyen
endotelinas (la familia más potente de vasoconstrictores), prostaglandina H2 (PGH2) y su
derivado, el tromboxano A2. Estos agentes se unen a sus propios receptores en la membrana
celular del músculo liso, lo que causa una entrada de Ca2+ y un aumento en la liberación de
Ca2- almacenado de forma intracelular desde el retículo sarcoplasmático. La disminución del
ritmo de producción de óxido nítrico (NO), que es un potente vasodilatador, o la inactivación
de NO por el anión superóxido (O2–) tienen un efecto estimulante sobre la contracción del
músculo liso. (Basado en Noble A, Johnson R, Thomas A, Bass P. The Cardiovascular System.
London, New York: Churchill Livingstone, 2005).

Propiedades principales Funciones asociadas Moléculas activas que intervienen


Mantenimiento de una barrera de permeabilidad selectiva Difusión simple Transporte activo
Pinocitosis Endocitosis mediada por receptores Oxígeno, dióxido de carbono Glucosa,
aminoácidos, electrolitos Agua, moléculas pequeñas, proteínas solubles LDL, colesterol,
transferrina, factores de crecimiento, anticuerpos, complejos MHC Mantenimiento de una
barrera no trombogénica Secreción de anticoagulantes Secreción de agentes
antitrombogénicos Secreción de agentes protrombogénicos Trombomodulina Prostaciclina
(PGI2), activador del plasminógeno de los tejidos (TPA), antitrombina III, heparina
Tromboplastina de los tejidos, factor de Von Willebrand, inhibidor del activador del
plasminógeno Modulación del flujo sanguíneo y de la resistencia vascular Secreción de
vasoconstrictores Secreción de vasodilatadores Endotelina, enzima convertidora de
angiotensina (ACE) Factor de relajación derivado del endotelio (EDRF)/ óxido nítrico (NO),
prostaciclina Regulación de la proliferación celular Secreción de factores estimulantes del
crecimiento Secreción de factores inhibidores del crecimiento Factor de crecimiento derivado
de plaquetas (PDGF), factores estimulantes de colonias hematopoyéticas (GM-CSF, CSF, M-
CSF) Heparina, factor de crecimiento transformador b (TGF-b) Regulación de las respuestas
inmunitarias Regulación de la migración de los leucocitos por la expresión de moléculas de
adhesión Regulación de las funciones inmunitarias Selectinas, integrinas, moléculas
marcadoras CD Interleucinas (IL-1, IL-6, IL-8), moléculas de MHC Mantenimiento de la matriz
extracelular Síntesis de lámina basal Síntesis de glucocáliz Colágeno tipo IV, laminina
Proteoglucanos Participación en el metabolismo de las lipoproteínas y el colesterol
Producciónn de radicales libres Oxidación de LDL Especies reactivas de oxígeno (ROS), LDL,
VLDL

CD, grupo de diferenciación; G-CSF, factor estimulante de colonias de granulocitos; GM-CSF,


factor estimulante de colonias de granulocitos y macrófagos; LDL, lipoproteínas de baja
densidad; M-CSF, factor estimulante de colonias de macrófagos; MHC, complejo principal de
histocompatibilidad; VLDL, lipoproteínas de muy baja densidad. Modificado de CoTran S,
Kumar V, Collins T, Robbins SL, eds. Robbins Pathologic Basis of Disease. Philadelphia: WB
Saunders, 1999.

TABLA 13-2 Reseña de las propiedades y las funciones de las células endoteliales
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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CARACTERÍSTICAS GENERALES DE ARTERIAS Y VENAS

decisivos de la homeostasis cardiovascular. Regula el diámetro de los vasos sanguíneos, inhibe


la adhesión de los monocitos a las células endoteliales disfuncionales y mantiene un ambiente
antiproliferativo y antiapoptótico en la pared vascular. El NO es un gas vasodilatador endógeno
sintetizado en forma continua en las células endoteliales por la óxido nítrico sintasa endotelial
(eNOS). Esta enzima dependiente de Ca2+ cataliza la oxidación de la L-arginina y actúa a través
de la cascada de transmisión de señales de la proteína G. Las células endoteliales están
sometidas de modo constante a fuerzas de cizallamiento, la fuerza de arrastre generada por el
flujo sanguíneo. Las fuerzas de cizallamiento aumentan la síntesis de un potente estimulador
de la eNOS, el factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF), y desencadena una gran
variedad de cambios moleculares y físicos de la estructura y función de las células endoteliales.
Una vez que el NO es producido por células endoteliales, se difunde a través de la membrana
celular y la membrana basal hacia la túnica media subyacente y se une a la guanilato ciclasa en
el citoplasma de las células de músculo liso. Esta enzima aumenta la producción de cGMP, que
activa la proteína cinasa G (PKG) de las células de músculo liso. La activación de la proteína
cinasa G tiene un efecto negativo en la concentración intracelular de Ca2+ y causa la relajación
del músculo liso (fig. 13-12). Debe tenerse en cuenta que el NO también es una molécula de
señalización en muchos procesos patológicos y fisiológicos.

Actúa como un agente antiinflamatorio en condiciones fisiológicas normales, pero su


sobreproducción induce la inflamación. El NO también participa en las reacciones inmunitarias
(que estimulan a los macrófagos para liberar altas concentraciones de NO), es un potente
neurotransmisor del sistema nervioso y contribuye a la regulación de la apoptosis. La
patogénesis de los trastornos inflamatorios de las articulaciónes, el intestino y los pulmones
está vinculada a la producción excesiva local de NO. Recientemente, los inhibidores de NO se
han utilizado para tratar las enfermedades inflamatorias. El estrés metabólico en las células
endoteliales también contribuye a la relajación del músculo liso. Los factores de relajación
derivados del endotelio incluyen la prostaciclina (PGI2), que además de relajar el músculo liso,
es un potente inhibidor de la agregación plaquetaria. La PGI2 se une a los receptores en el
músculo liso; estimula la proteína cinasa A (PKA), activada por cAMP que, a su vez, fosforila la
cinasa de las cadenas ligeras de la miosina (MLCK) y evita la activación del complejo calcio-
calmodulina. Este tipo de relajación se produce sin cambios de la concentración intracelular
del Ca2+. El factor hiperpolarizante derivado del endotelio (EDHF) es otro factor de relajación
derivado del endotelio que actúa sobre los conductos de potasio dependientes de Ca2+ para
causar la hiperpolarización de las células vasculares de músculo liso y su relajación (v. fig. 13-
12).

Nervio amielínico

Macrófago

Fibroblasto

Vaso sanguíneo

Fibrillas colágenas

Nervio mielínico

Fibrillas colágenas

Células musculares lisas

Membrana elástica interna

Membranas elásticas

Fibrillas reticulares y colágenas finas

Lámina basal

Células endoteliales

ARTERIA ELÁSTICA

Túnica íntima

Túnica media

tunica media

Túnica adventicia

ab

FIGURA 13-14 ▲ Diagrama y fotomicrografía de una arteria elástica. a. Este diagrama


esquemático de una arteria elástica normal muestra sus componentes celulares y
extracelulares. Debe tenerse en cuenta la organización de las células musculares lisas en la
túnica media y la distribución de las membranas elásticas. La membrana elástica interna no
está bien definida y se corresponde con la membrana elástica interna de la pared arterial. b.
Esta fotomicrografía de bajo aumento muestra el corte de la pared de la aorta humana teñida
con resorcina-fucsina de Weigert para ver las membranas elásticas entremezcladas con las
células de músculo liso de la túnica media. En la foto sólo se ha rotulado la túnica media, que
es la más gruesa de las tres capas de las arterias elásticas. Debe tenerse en cuenta que las
membranas elásticas, las fibrillas de colágeno y los vasos sanguíneos están presentes en la
túnica adventicia. 48 X.

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CARACTERÍSTICAS GENERALES DE ARTERIAS Y VENAS

La hipertensión, o tensión arterial elevada, se produce en alrededor del 25 % de la población y


se define como una presión diastólica sostenida superior a 90 mmHg o una presión sistólica
sostenida superior a 140 mmHg. La hipertensión se asocia a menudo con vasculopatía
aterosclerótica y con un alto riesgo de trastornos cardiovasculares como apoplejías y anginas
de pecho. En la mayoría de los casos de hipertensión, el diámetro de la luz de las pequeñas
arterias y arteriolas musculares se reduce, lo que conduce a un aumento de la resistencia
vascular. La reducción del tamaño de la luz también puede producirse por la contracción activa
del músculo liso en la pared del vaso, por un aumento en la cantidad de músculo liso en la
pared, o ambos. En las personas con hipertensión, las células del músculo liso se multiplican. El
músculo liso adicional, aumenta el espesor de la túnica media. Al mismo tiempo, algunas de las
células musculares lisas acumulan lípidos. Esta es una razón por la cual la hipertensión es un
factor de riesgo para la aterosclerosis. En los animales alimentados con grasa, la hipertensión
acelera la tasa de acumulación de lípidos en las paredes del vaso. Con dietas hipograsas, la
hipertensión aumenta la velocidad de engrosamiento de la túnica íntima que se produce
naturalmente con el envejecimiento. El músculo cardíaco también se ve afectado por la
hipertensión crónica que conduce a la sobrecarga de presión, lo que resulta en la hipertrofia
ventricular izquierda compensadora. La hipertrofia ventricular en este trastorno es causada
por un aumento del diámetro (no de la longitud) de las células musculares cardíacas con
núcleos agrandados y rectangulares característicos. La hipertrofia ventricular izquierda es una
manifestación común de cardiopatía hipertensiva.

Pared del ventrículo derecho normal

Pared del ventrículo izquierdo hipertrofiada

FIGURA C13-2.1 ▲ Corte horizontal de un corazón con hipertrofia ventricular izquierda. Esta
fotografía muestra un corte transversal de los ventrículos del corazón de un paciente con
hipertensión crónica. Las paredes del ventrículo izquierdo tienen un engrosamiento
concéntrico que se ha producido por una disminución del diámetro de la cavidad. Debe
tenerse en cuenta la pared del ventrículo derecho, que tiene dimensiones normales.
(Reproducido con autorización de Rubin R, Strayer DS. Rubin’s Pathology. 5ª ed. Baltimore:
Lippincott Williams & Wilkins, 2008).

CUADRO 13-2 Correlación clínica: hipertensión

La hipertrofia ventricular torna la pared del ventrículo izquierdo uniformemente más gruesa y
menos elástica, y el corazón entonces debe trabajar más para bombear la sangre (fig. C13-2.1).
La cardiopatía hipertensiva no tratada podría conducir a insuficiencia cardíaca. Estudios
recientes han demostrado que la reducción prolongada de la tensión arterial en pacientes con
hipertrofia ventricular por la hipertensión crónica puede reducir el grado de hipertrofia.

Células endoteliales

Citoplasma de las células endoteliales

Lámina basal

Complejo de unión

ba

FIGURA 13-15 ▲ Diagrama y fotomicrografía electrónica de barrido del endotelio. a. En este


dibujo esquemático se muestra la superficie luminal del endotelio. Las células son alargadas y
su eje longitudinal es paralelo a la dirección del flujo sanguíneo. Los núcleos de las células
endoteliales también están alargados en la dirección del flujo sanguíneo. b. Fotomicrografía
electrónica de barrido de una vena pequeña, en la que se ven las células del revestimiento
endotelial. Debe notarse la forma celular ahusada con su diámetro mayor paralelo al eje
longitudinal del vaso. 1 100 X.

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453

CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CARACTERÍSTICAS GENERALES DE ARTERIAS Y VENAS

Las endotelinas producidas por las células endoteliales vasculares, desempeñan un papel
importante tanto en los mecanismos fisiológicos como en los patológicos del sistema
circulatorio. La vasoconstricción (contracción del músculo liso) en la túnica media de las
pequeñas arterias y arteriolas, reduce el diámetro de la luz de estos vasos y aumenta la
resistencia vascular. La vasoconstricción aumenta la tensión arterial sistémica. Antes se creía
que la vasoconstricción era inducida principalmente por impulsos nerviosos u hormonas
circulantes. Hoy se sabe que los factores derivados del endotelio cumplen una función
importante en los mecanismos fisiológicos y patológicos del sistema circulatorio. Los péptidos
miembros de la familia de la endotelina de 21 aminoácidos producidos por células endoteliales
vasculares son los vasoconstrictores más potentes. La familia está compuesta por tres
miembros: la endotelina-1 (ET-1), endotelina-2 (ET-2) y la endotelina-3 (ET-3). Las endotelinas
actúan principalmente como agentes paracrinos y autocrinos y se unen a los receptores de las
células epiteliales y de músculo liso (fig. 13-13). La ET-1 es

el agente vasoconstrictor natural más potente que interactúa con su receptor ETA en las
células de músculo liso vasculares. Los altos niveles de expresión del gen de la ET-1 se asocian
con muchas enfermedades que son causadas, en parte, por la vasoconstricción sostenida
inducida por el endotelio. Entre estas enfermedades se encuentran la hipertensión sistémica
(v. cuadro 13-2), la hipertensión pulmonar, la aterosclerosis, la insuficiencia cardíaca
congestiva, la miocardiopatía idiopática, y la insuficiencia renal. Cabe destacar que el veneno
de la serpiente áspid cavador israelí (atractaspis engaddensis) contiene sarafotoxina, una
proteína muy tóxica que exhibe un muy alto grado de homología de secuencia con la ET-1.
Después de que se introduce en la circulación, se une a receptores ETA y produce una
vasoconstricción coronaria intensa que pone en peligro la vida. Esto es notable porque la
endotelina es un compuesto natural del sistema vascular humano, mientras que sarafotoxina
es una toxina en el veneno de la serpiente. Los otros vasoconstrictores derivados del endotelio
incluyen tromboxano A2 y prostaglandina H2. El tromboxano A2 se sintetiza a partir de la
prostaglandina H2. Además, la disminución en la velocidad de la producción de NO o la

aaaa

Endotelio

Túnica íntima

Endotelio

Túnica íntima

Túnica media Túnica media

Túnica adventicia Túnica adventicia a b

endothelium

tunica intima

tunica media

tunica adventitia b

endothelium

tunica intima

tunica media

tunica adventitia b

endothelium

tunica intima

tunica media

tunica adventitia b

endothelium

tunica intima Membrana elástica interna Membrana elástica interna

tunica media

tunica adventitia b

Endotelio

túnica íntima

túnica media

túnica adventicia
FIGURA 13-16 ▲ Fotomicrografías de la pared de una arteria elástica y de una arteria
muscular. a. Esta fotomicrografía muestra un corte transversal de una aorta humana teñida
con resorcina-fucsina para mostrar el material elástico. Se pueden identificar tres capas: la
túnica íntima, la túnica media y la túnica adventicia. La túnica íntima consiste en un
revestimiento de células endoteliales que se apoya sobre una capa fina de tejido conjuntivo
que contiene células de músculo liso, macrófagos ocasionales y fibras colágenas y elásticas. El
límite entre éste y el tejido contiguo, la túnica media, no es nítido. La túnica media contiene
una abundancia de célulasde músculo liso (debe tenerse en cuenta los núcleos teñidos de azul)
y numerosas membranas elásticas fenestradas (láminas onduladas rojas). La túnica adventicia,
la capa más externa, carece de láminas elásticas, se compone principalmente de tejido
conjuntivo y contiene los vasos sanguíneos y nervios que inervan la pared aórtica. 300 X. b.
Esta fotomicrografía de un corte transversal de la pared de una arteria muscular en una
preparación de rutina teñida con H&E, muestra que la pared de la arteria muscular se divide
también en las mismas tres capas que las de la arteria elástica. La túnica íntima consiste en un
revestimiento endotelial, una pequeña cantidad de tejido conjuntivo y la membrana elástica
interna. Esta estructura tiene un aspecto festoneado cuando el vaso está contraído y es muy
refráctil. La constricción también determina que los núcleos de las células endoteliales se vean
redondeados. La túnica media se compone principalmente de células de músculo liso en
disposición circular y fibras colágenas y elásticas. Los núcleos de las células de músculo liso,
cuando se contraen, tienen una apariencia de tirabuzón. La túnica adventicia se compone
principalmente de tejido conjuntivo. En este vaso no se ve una membrana elástica externa
bien definida, pero si son visibles varias siluetas de material elástico (flechas). 360 X.

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular ARTERIAS

inactivación de NO por el anión superóxido (O2–) tiene el efecto de contracción del músculo
liso (v. fig. 13-13). ARTERIAS Tradicionalmente, las arterias se clasifican en tres tipos según su
tamaño y las características de su túnica media. • Arterias grandes o elásticas, como la aorta y
las arterias pulmonares, que transportan la sangre del corazón al circuito sistémico y
pulmonar, respectivamente (v. fig. 13-2). Sus ramas principales, del tronco braquiocefálico,
carótida común, subclavia e ilíaca común, también están clasificadas como arterias elásticas. •
Arterias medianas o musculares (la mayoría de las arterias del cuerpo que tienen “nombre”),
que no pueden distinguirse claramente de las arterias elásticas. Algunas de estas arterias son
difíciles de clasificar porque tienen características que son intermedias entre las de los dos
tipos. • Pequeñas arterias y arteriolas, que se distinguen una de otra por la cantidad de capas
del músculo liso en la túnica media. Por definición, las arteriolas poseen una capa o dos y las
arterias pequeñas pueden tener hasta ocho capas de músculo liso en su túnica media.

Arterias grandes (arterias elásticas) Las arterias elásticas tienen capas múltiples de lámina
elásticas en sus paredes. Desde el punto de vista funcional, las arterias elásticas sirven
principalmente como vías de conducción; no obstante, también facilitan el movimiento
continuo y uniforme de la sangre a través de las vías. El flujo sanguíneo se produce de la
siguiente manera: los ventrículos del corazón bombean la sangre hacia las arterias elásticas
durante la sístole (la fase de contracción del ciclo cardíaco). La presión generada por la
contracción de los ventrículos empuja la sangre a través de las arterias elásticas y a lo largo del
árbol arterial. Al mismo tiempo, también hace que la pared de las grandes arterias elásticas se
distienda. La distensión está limitada por la red de fibras colágenas en la túnica media y la
túnica adventicia (fig. 13-14). Durante la diástole (la fase de relajación del ciclo cardíaco),
cuando el corazón no genera presión, el retroceso elástico de la pared arterial distendida sirve
para mantener la tensión arterial y el flujo de sangre dentro de los vasos. El retroceso elástico
inicial empuja la sangre tanto hacia dentro como hacia fuera del corazón. El flujo sanguíneo
hacia el corazón determina el cierre de las válvulas aórtica y pulmonar. El retroceso elástico
continuo mantiene entonces el flujo continuo de sangre desde el corazón.

Fibroblasto

Nervio amielínico

Fibrillas colágenas

Vaso sanguíneo

Membrana elástica interna

Membrana elástica externa

Células musculares lisas

Lámina basal Células endoteliales

Membrana elástica

Fibras elásticas

ARTERIA MUSCULAR

Túnica íntima

Túnica media Túnica adventicia

ab

FIGURA 13-17 ▲ Diagrama y fotomicrografía de una arteria muscular. a. En este diagrama


esquemático de una arteria muscular, se señalan los componentes celulares y extracelulares.
Debe tenerse en cuenta la distribución de los componentes celulares en las tres túnicas y las
ubicaciones de la membrana elástica externa e interna. b. En esta fotomicrografía de un corte
transversal a través de una arteria muscular teñido con la técnica de resorcina-fucsina de
Weigert, pueden observarse las dos capas nítidas de tejido elástico: una capa interna de
aspecto ondulado de la membrana elástica interna y una capa externa bien definida de la
membrana elástica externa. La túnica media relativamente gruesa encerrada por las
membranas elásticas internas y externas consiste principalmente en células de músculo liso en
distribución circular, colágeno y fibras elásticas finas. En este preparado la túnica íntima no se
distingue; la túnica adventicia está bien definida y se compone principalmente de tejido
conjuntivo con fibras colágenas y elásticas. 175 X.

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular ARTERIAS

ción de neutrófilos desde la sangre hacia su sitio de acción en el tejido conjuntivo (v. págs. 301-
302). • Capa subendotelial de tejido conjuntivo, que en las arterias elásticas más grandes
consta de tejido conjuntivo colágeno y fibras elásticas. El tipo de célula principal en esta capa
es la célula muscular lisa. Es contráctil y secreta sustancia fundamental extracelular, así como
fibras colágenas y elásticas. También puede haber macrófagos ocasionales. • Membrana
elástica interna, que en las arterias elásticas no es visible debido a que es una de las muchas
capas elásticas de la pared del vaso. Por lo general, se identifica sólo porque es la capa elástica
interna de la pared arterial.

Las células endoteliales participan en la integridad estructural y funcional de la pared vascular.


Las células endoteliales no sólo proveen una barrera física entre la sangre circulante y los
tejidos subendoteliales sino que también producen agentes vasoconstrictores que provocan la
constricción y relajación de los músculos lisos vasculares subyacentes. Las múltiples funciones
del revestimiento endotelial de los vasos sanguíneos se describen en detalle al comienzo de
este capítulo (v. pág. 448-449). La túnica media de las arterias elásticas consiste en capas de
células musculares lisas separadas por láminas. La túnica media es la más gruesa de las tres
capas de las arterias elásticas y se compone de lo siguiente:

La túnica íntima de la arteria elástica se compone de un endotelio, tejido conjuntivo


subendotelial y una membrana elástica interna no conspicua. La túnica íntima de las arterias
elásticas es relativamente gruesa y consiste en lo siguiente: • Endotelio de revestimiento con
su lámina basal. Las células típicas son planas y alargadas, con sus ejes mayores orientados
paralelos a la dirección del flujo sanguíneo en la arteria (fig. 13-15). En la formación de la
lámina epitelial, las células están unidas por uniones estrechas (zonulae occludens) y uniones
de hendidura. Las células endoteliales poseen en su citoplasma inclusiones bastoniformes
llamadas cuerpos de Weibel-Palade. Estos orgánulos endoteliales específicos son estructuras
electrodensas que contienen el factor de von Willebrand y la selectina P. El factor de Von
Willebrand es una glucoproteína sintetizada por las células endoteliales arteriales. Cuando se
secreta hacia la sangre, se une al factor VIII de coagulación y cumple una función importante
en la adhesión de plaquetas al sitio de una lesión endotelial. Los anticuerpos contra el factor
de von Willebrand suelen usarse como un marcador inmunohistoquímico para la identificación
de los tumores derivados del endotelios. La selectina P es una molécula de adhesión celular
que interviene en el mecanismo de reconocimiento neutrófilo-célula endotelial. Inicia la migra

aaaa a bbbbb

SM

SM

F SM F

SM

SM

F SM F

F
SM

SM

F SM F

SM

SM

F SM F

SM

SM

F SM F

Vénula Vénula

Arteriola Arteriola

Arteriola Arteriola

FIGURA 13-18 ▲ Micrografía electrónica y fotomicrografía de arteriolas. a. Esta micrografía


electrónica muestra un corte transversal de una arteriola. La túnica íntima del vaso se
compone de un endotelio y una capa muy delgada de tejido conjuntivo subendotelial (fibrillas
colágenas y sustancia fundamental). Las flechas indican el sitio de unión entre células
endoteliales contiguas. La túnica media se compone de una sola capa de células musculares
lisas (SM). La túnica adventicia se compone de fibrillas colágenas y varias capas de fibroblastos
(F) con evaginaciones muy atenuadas. En la luz se ven eritrocitos. 6 000 X. b. Fotomicrografía
de las arteriolas y las vénulas en la dermis. Una arteriola aparece en corte longitudinal y la otra
se ve en corte transversal. Los núcleos redondos y ovoides en la pared de la arteriola
seccionada longitudinalmente pertenecen a las células de músculo liso de la túnica media. La
forma del núcleo redondeada u ovoide indica que estas células se han seccionado en forma
transversal. Los núcleos alargados (flechas) pertenecen a las células endoteliales. 320 X.
Recuadro. Aquí se muestra con más aumento la arteriola en corte transversal y los núcleos de
las células endoteliales sobresalen en la luz (flechas). Se reflejan a lo largo de la sección
transversal. Los núcleos de las células del músculo liso de la túnica media aparecen como
siluetas alargadas que reflejan su patrón circular alrededor del vaso. 600 X.

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular ARTERIAS

• Fibras colágenas y sustancia amorfa (proteoglucanos), que son sintetizadas y secretadas por
las células musculares lisas. La túnica adventicia en la arteria elástica es una capa de tejido
conjuntivo relativamente delgada. • Fibras colágenas y fibras elásticas forman una red fibrilar
laxa (pero no láminas) que está menos organizada que los de la túnica media. Las fibras
colágenas contribuyen a prevenir la expansión de la pared arterial más allá de los límites
fisiológicos durante la sístole del ciclo cardíaco. • Fibroblastos y macrófagos, las células
principales de la túnica adventicia. • Vasa vasorum (vasos sanguíneos), comprenden
ramificaciones de arterias pequeñas, sus redes capilares y venas son semejantes a las del
sistema vascular general. • Nervi vasorum (vascularis), también llamados nervios
vasoconstrictores, que representan fibras nerviosas simpáticas postsinápticas no mielinizadas.
Estas neuronas liberan noradrenalina (NE) como su neurotransmisor sináptico, lo que resulta
en el estrechamiento de la luz del vaso sanguíneo afectado (vasoconstricción). La función de
los vasa vasorum es entregar sustancias nutritivas y oxígeno a la pared vascular y eliminar
productos de desecho. En los vasos más grandes, el transporte de oxígeno, sustancias
nutritivas y productos de desecho desde y hacia el lumen se complementa mediante la
difusión de la red de vasos sanguíneos pequeños llamados vasa vasorum. Se compone de
arterias pequeñas que entran en la pared vascular desde fuera del vaso y después se dividen
en una red de arteriolas y capilares que irrigan la parte externa de la pared. Las venas
pequeñas que salen de la red vasa vasorum drenan los capilares y vénulas en las venas más
grandes que acompañan a las arterias. La parte interna de la pared vascular es irrigada por la
difusión de sustancias nutritivas desde la luz. En los seres humanos, los vasos con una luz de
menos de 0,5 mm de diámetro, por lo general, no tienen vasa vasorum. En este tipo de vaso, la
túnica media suele ser más delgada que una capa de 30 células. La función de los vasa vasorum
es entregar sustancias nutritivas y oxígeno a la pared vascular y eliminar los productos de
desecho producidos por las células que residen en la pared o que son difundidas de la luz del
vaso. Existe una fuerte asociación entre la mayor densidad de vasa vasorum en una pared
arterial y la gravedad de la formación de placas ateromatosas. El impacto hemodinámico (es
decir, el aumento de la tensión arterial, la disminución de la tensión de oxígeno y el aumento
de la entrega o eliminación fallida de colesterol LDL) en la función de los vasa vasorum puede
desempeñar una función en la patogénesis de las placas ateromatosas. Arterias medianas
(arterias musculares) Las arterias musculares tienen más músculo liso y menos elastina en la
túnica media que las arterias elásticas. Por lo general, en la región de transición entre las
arterias elásticas y las arterias musculares grandes, la cantidad de ma

• Elastina en la forma de hojas o láminas fenestradas entre las capas de la célula muscular lisa.
Estas láminas están dispuestas en capas concéntricas (v. figs. 13-14 y 13-16a y lámina 33, pág.
472). Como se ha señalado, las fenestraciones en las láminas facilitan la difusión de sustancias
dentro de la pared arterial. La cantidad y el espesor de estas láminas están relacionados con la
tensión arterial y la edad. Al nacer, la aorta no tiene casi ninguna lámina; en el adulto, la aorta
tiene de 40 a 70 láminas. En las personas con hipertensión, aumentan tanto la cantidad como
el grosor de las láminas. • Células de músculo liso distribuidas en capas. Las células de músculo
liso describen una espiral de poca pendiente en relación con el eje longitudinal del vaso; así, en
los cortes transversales de la arteria aparecen con una distribución circular. Las células de
músculo liso son fusiformes y tienen un núcleo alargado. Están rodeadas por una lámina
externa (basal), excepto en donde se unen por nexos. Los fibroblastos no están presentes en la
túnica media. Las células de músculo liso sintetizan el colágeno, la elastina y otras moléculas
de la matriz extracelular. Además, en respuesta a factores de crecimiento (es decir, PDGF, FGF)
producidos por las células endoteliales, las células de músculo liso pueden proliferar y migrar
hacia la túnica íntima adyacente. Esta característica es importante en la reparación normal de
la pared vascular y en los procesos patológicos similares a los que ocurren en la aterosclerosis.
SM

FIGURA 13-19 ▲ Fotomicrografía de la red capilar de la retina. Esta foto muestra un


espécimen montado entero, sin cortar, de capilares de la retina. Después de la digestión
enzimática suave, la retina se extendió sobre un portaobjetos de vidrio, se tiñó con la técnica
de ácido peryódico-reactivo de Schiff (PAS) y se sometió a una coloración de contraste con
hematoxilina. Una arteria (A), en la cual se ve con claridad la capa de células de músculo liso
(SM) de disposición circular, atraviesa verticalmente la imagen. Una vénula (V) cruza la arteria
en forma perpendicular (V). Debe tenerse en cuenta la extensa red de capilares que conectan
ambos vasos. Los núcleos de las células endoteliales (E) se ven bien en los capilares. Con este
aumento, los pericitos son difíciles de discernir. 560 X. (Cortesía del Sr. Denifield W. Player).

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular ARTERIAS

abc

Pericito

Lámina basal Célula endotelial

Vesículas pinocíticas

CAPILAR CONTINUO

CAPILAR FENESTRADO

CAPILAR DISCONTINUO

Unión estrecha

Eritrocito en la luz

Lámina basal discontinua

Fenestraciones

FIGURA 13-20 ▲ Diagrama de los tres tipos de capilares. a. Los capilares continuos se
caracterizan por un endotelio vascular ininterrumpido que descansa sobre una lámina basal
continua. Las células endoteliales individuales se unen por uniones estrechas que restringen el
paso de moléculas desde la luz hacia el tejido contiguo. b. Los capilares fenestrados tienen
células endoteliales que se caracterizan por la presencia de muchas fenestraciones. La lámina
basal continua rodea este tipo de capilar. En algunos órganos, las fenestraciones pueden tener
un diafragma delgado no membranoso a través de sus aberturas. c. Los capilares discontinuos
(capilares sinusoides o sinusoides) tienen grandes aberturas en sus células endoteliales y están
separados por espacios intercelulares de ancho irregular. Además, las células endoteliales
descansan sobre una lámina basal discontinua, que en algunos órganos es rudimentaria y
puede estar ausente.

Pericito

Unión celular

Lámina basal

Vesículas pinocíticas

FIGURA 13-21 ▲ Micrografía electrónica y diagrama de un capilar continuo. Las células


endoteliales que forman la pared de un capilar continuo contienen muchas vesículas
pinocíticas. Las uniones celulares con frecuencia son marcadas por pliegues citoplasmáticos
(marginales) que sobresalen en la luz. Los núcleos de las células endoteliales no están incluidos
dentro del plano de corte en la micrografía. Del mismo modo, la micrografía electrónica
muestra sólo una pequeña cantidad de pericitos citoplasmáticos. Debe tenerse en cuenta que
el pericito citoplasmático está encerrado por la lámina basal. 30 000 X.

terial elástico disminuye y las células musculares lisas se convierten en el componente


predominante de la túnica media (fig. 13-17 y lámina 34, pág. 474). Además, se torna visible
una membrana elástica interna prominente, lo cual ayuda a distinguir las arterias musculares
de las arterias elásticas. En muchos casos también se puede reconocer una membrana elástica
externa. La túnica íntima es más delgada en las arterias musculares y contiene una membrana
elástica interna prominente. La túnica íntima es relativamente más delgada en las arterias
musculares que en las arterias elásticas y consiste en un revestimiento endotelial con su
lámina basal, una capa subendotelial delgada de tejido conjuntivo y una prominente
membrana elástica interna. En algunas arterias musculares, la capa subendotelial es tan escasa
que la lámina basal del endotelio parece entrar en contacto con la membrana elástica interna.
En los cortes histológicos, la membrana elástica interna generalmente aparece como una
estructura ondulada bien definida debido a la contracción del músculo liso (fig. 13-16b). El
espesor de la túnica íntima varía con la edad y con otros factores. En los niños pequeños, es
muy delgada. En las arterias musculares de los adultos jóvenes, la túnica íntima comprende
aproximadamente una sexta parte del espesor total de la pared. En los adultos de más edad, la
túnica íntima puede estar expandida por los depósitos de lípidos, a menudo en forma de
“estrías lipídicas” irregulares. La túnica media de las arterias musculares está compuesta casi
en su totalidad por tejido muscular liso con poco material elástico.

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CAPILARES

ponente extracelular principal. Sin embargo, a menudo hay una concentración de material
elástico justo en el límite con la túnica media que, como tal, constituye la membrana elástica
externa. En la túnica adventicia se encuentran nervios (nervi vasorum) y vasos (vasa vasorum)
de pequeño calibre que se ramifican para penetrar en la capa media de las arterias musculares
grandes. Arterias pequeñas y arteriolas Las arterias pequeñas y las arteriolas se distinguen
unas de otras por la cantidad de capas de células de músculo liso en la túnica media. Como ya
se mencionó, las arteriolas tienen sólo una o dos capas, y una arteria pequeña puede tener
hasta ocho capas de músculo liso en la túnica media (fig. 13-18 y lámina 35, pág. 476). Es
normal que la túnica íntima de una arteria pequeña tenga una membrana elástica interna,
mientras que en una arteriola esta membrana puede estar presente o no. El endotelio en
ambas es, en esencia, similar al de otras arterias, excepto que con el microscopio electrónico,
pueden verse uniones de hendidura entre las células endoteliales y las células musculares lisas
de la túnica media. Por último, la túnica adventicia es una delgada vaina conjuntiva mal
definida, que se mezcla con el tejido conjuntivo en el que transcurren estos vasos. Las
arteriolas controlan el flujo sanguíneo hacia las redes capilares por contracción de las células
del músculo liso. Las arteriolas sirven como reguladores del flujo hacia los lechos capilares. En
la relación normal entre una arteriola y una red capilar, la contracción del músculo liso en la
pared de la arteriola aumenta la resistencia vascular y reduce o bloquea la sangre que va a los
capilares. El engrosamiento leve del músculo liso en el origen de un lecho capilar de una
arteriola se llama el esfínter precapilar. La mayoría de las arteriolas pueden dilatarse del 60 %
al 100 % de su diámetro de reposo y pueden mantener una constricción de hasta el 40 %
durante mucho tiempo. Por lo tanto, una gran disminución oun gran aumento de la resistencia
vascular tienen un efecto directo en la distribución del flujo sanguíneo y la tensión arterial
sistémica. Esta regulación dirige la sangre hacia donde más se necesita. Por ejemplo, durante
el ejercicio físico intenso, como al correr, el flujo de sangre hacia el músculo esquelético se
incrementa por la dilatación de las arteriolas, y el flujo de sangre hacia los intestinos se reduce
por la constricción arteriolar. Sin embargo, tras la ingestión de una comida abundante, ocurre
lo contrario. CAPILARES

Los capilares son los vasos sanguíneos de diámetro más pequeño; con frecuencia su diámetro
es menor que el de un eritrocito. Los capilares forman redes vasculares sanguíneas que
permiten que líquido con gases, metabolitos y productos de desecho se muevan a través de
sus paredes delgadas. El cuerpo humano contiene aproximadamente 80 000 kilómetros de
vasos capilares. Cada uno consta de una sola capa simple de células endoteliales y su lámina
basal. Las células endote

Lámina basal

Vesículas pinocíticas

Pericito

FIGURA 13-22 ▲ Micrografía electrónica y diagrama esquemático de un capilar fenestrado. El


citoplasma de las células endoteliales contiene muchas fenestraciones (flechas pequeñas). En
algunas de las regiones más gruesas de las células endoteliales donde las fenestraciones están
ausentes, se pueden ver vesículas pinocíticas. En la parte inferior izquierda de la micrografía
electrónica aparece parte de un pericito cuyo su núcleo se observa en la esquina inferior
izquierda. 21 500 X. El recuadro permite una buena vista de las fenestraciones y del diafragma
que cierra las aberturas (flechas grandes). 55 000 X.

La túnica media de las arterias musculares consiste de células de músculo liso entre fibras
colágenas y relativamente poco material elástico. Las células de músculo liso están dispuestas
en forma de espiral en la pared arterial. Su contracción ayuda a mantener la tensión arterial. Al
igual que en las arterias elásticas, en esta capa no hay fibroblastos. Las células musculares lisas
poseen una lámina externa (basal), excepto a la altura de las uniones de hendidura, y
producen colágeno extracelular, elastina y sustancia fundamental. La túnica adventicia de las
arterias musculares es relativamente gruesa y con frecuencia está separada de la túnica media
por una membrana elástica externa identificable. La túnica adventicia de las arterias
musculares está compuesta de fibroblastos, fibras colágenas, fibras elásticas y, en algunos
vasos, adipocitos diseminados. En comparación con la de las arterias elásticas, la túnica
adventicia de las arterias musculares es relativamente gruesa, más o menos del mismo espesor
que la túnica media. Las fibras colágenas son el com

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CAPILARES

la transcitosis, un proceso que transporta moléculas grandes entre la luz del capilar y el tejido
conjuntivo y viceversa. En cortes transversales con el uso del MET, se pueden ver capilares
continuos como dos membranas plasmáticas que encierran una banda de citoplasma que a
veces incluye el núcleo (fig. 13-21). Las células endoteliales individuales están unidas por
uniones estrechas (oclusión) que se pueden ver en el corte transversal normal de un capilar
continuo. Las uniones estrechas restringen el paso de las moléculas entre las células
endoteliales contiguas y sólo permiten el paso de moléculas relativamente pequeñas (<10 000
Da). Los capilares fenestrados se encuentran normalmente en las glándulas endocrinas y sitios
de absorción de líquidos o metabolitos, como la vesícula biliar, los riñones, el páncreas y el
tubo digestivo. Sus células endoteliales se caracterizan por la presencia de muchas aberturas
circulares denominadas fenestraciones (de 70 nm a 80 nm de diámetro) que proveen
conductos a través de la pared del capilar (v. fig. 13-20b). La lámina basal continua se
encuentra a través de las fenestraciones en las superficies de la membrana plasmática basal.
Las células endoteliales de los capilares fenestrados también tienen numerosas vesículas
pinocíticas. Las fenestraciones tienen más tendencia a formarse cuando una vesícula pinocítica
en desarrollo abarca la capa citoplasmática estrecha y, al mismo tiempo, se abre en la
superficie opuesta (fig. 13-22). Una fenestración puede tener un diafragma no membranoso
delgado a través de su apertura. Visto desde la superficie luminal, este diafragma tiene forma
de rueda de carreta con un engrosamiento central y 14 brechas cuneiformes. Deriva del
glucocáliz englobado antes en la vesícula pinocítica, de la cual se puede haber originado la
fenestración. Estas fenestraciones, constituyen los sitios específicos de transporte dentro de
las células endoteliales, también conocidos como poros de filtración, y no son libres para el
paso de plasma como los espacios entre las células endoteliales en los capilares sinusoidales
(v. más adelante). Los capilares fenestrados en el tubo digestivo y la vesícula biliar tienen
menos fenestraciones y una pared más gruesa cuando no se está produciendo ninguna
absorción. Cuando tiene lugar la absorción, las paredes finas y la cantidad de vesículas
pinocíticas y fenestraciones aumenta con rapidez. Los cambios iónicos en el tejido conjuntivo
perivascular, causados por los solutos absorbidos, estimulan la pinocitosis. Estas observaciones
sustentan el modo sugerido de formación de la fenestraciones que se comentó antes. Los
capilares discontinuos (también llamados capilares sinusoides o sólo sinusoides) son normales
en el hígado, el bazo y la médula ósea. Tienen un diámetro más grande y una forma más
irregular que otros capilares. Las células endoteliales vasculares que revisten estos capilares,
tienen grandes aberturas en su citoplasma y están separadas por espacios intercelulares
amplios e irregulares, que permiten el paso de proteínas del plasma sanguíneo (v. fig. 13-20c).
Las células endoteliales descansan sobre una lámina basal discontinua. Las características
estructurales de estos capilares varían de un órgano a otro e incluyen células especializadas.
Las células de Kupffer (macrófagos sinusoides estrellados) y las células de Ito (células
estrelladas hepáticas), que almacenan vitamina A, se encuentran en asociación con las células
endoteliales de los sinusoides hepáticos. En el bazo, las células endoteliales exhiben una forma
ahusada singular con brechas entre las células

liales forman un tubo lo suficientemente grande como para permitir el paso de los eritrocitos,
uno a la vez. En muchos capilares, la luz es tan estrecha que los eritrocitos literalmente se
pliegan sobre sí mismos para pasar a través del vaso (fig. 13-19). Los eritrocitos ocupan
prácticamente toda la luz del capilar, con lo que se reduce al mínimo la trayectoria de difusión
de los gases y las sustancias nutritivas entre el capilar y el tejido extravascular. En cortes
transversales y con el MET, el tubo parece estar formado por una sola célula o porciones de
varias células. Debido a sus paredes delgadas y a su asociación física estrecha con las células y
los tejidos metabólicamente activos, los capilares están particularmente bien adaptados para
el intercambio de gases y metabolitos entre las células y el torrente sanguíneo. La proporción
entre el volumen capilar y la superficie endotelial también favorece el movimiento de
sustancias a través de la pared del vaso. Clasificación de los capilares Hay tres tipos de
capilares: continuos, fenestrados y discontinuos (sinusoidales). La estructura de los capilares
varía en diferentes tejidos y órganos. Según su morfología se describen tres tipos de capilares:
continuos, fenestrados y discontinuos. Los capilares continuos se encuentran normalmente en
el tejido conjuntivo; músculo cardíaco, esquelético y liso; en la piel; en los pulmones y en el
SNC. Se caracterizan por un endotelio vascular ininterrumpido que descansa sobre una lámina
basal continua (fig. 13-20a). Las células endoteliales contienen los orgánulos habituales, unas
pocas microvellosidades cortas en su superficie luminal, una cantidad variable de vesículas
unidas a la membrana electrónica densa y muchas vesículas pinocíticas que son contiguas con
las superficies tanto luminal como basal de la membrana plasmática. Las vesículas miden unos
70 nm de diámetro y participan en

Arteriola Vénula

Metarteriola

Vía preferencial

Esfínteres precapilares

Capilar linfático

Filamentos de anclaje

FIGURA 13-23 ▲ Diagrama de la microcirculación. Este diagrama esquemático muestra una


metarteriola (segmento inicial de una vía preferencial) que da origen a los capilares. Los
esfínteres precapilares de la arteriola y metarteriola controlan la entrada de sangre en los
capilares. El segmento distal de la vía preferencial recibe capilares del lecho microcirculatorio,
pero no hay esfínteres donde los capilares aferentes entran en las vías preferenciales. Los
vasos linfáticos de sacos ciegos se muestran en asociación con el lecho capilar. Cabe destacar
la presencia de filamentos de anclaje y del sistema valvular dentro de los capilares linfáticos.

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular CAPILARES


han demostrado que las señales ambientales pueden estimular la proliferación, la capacidad
migratoria y la diferenciación de pericitos en una variedad de tipos de células, incluidos en
adipocitos, fibroblastos, condrocitos, osteocitos y células del sistema osteomuscular. Durante
el desarrollo embrionario o la angiogénesis (p. ej., la curación de heridas), los pericitos dan
lugar tanto a las células endoteliales y como a las células de músculo liso. Los pericitos
participan en forma directa en la patogénesis de enfermedades caracterizadas por el
desarrollo de vasos nuevos (p. ej., retinopatía diabética y angiogénesis tumoral). Además, la
mitosis descontrolada de los pericitos dan origen al hemangiopericitoma, una neoplasia
vascular infrecuente que puede aparecer en cualquier sito del cuerpo donde existan capilares.
Aspectos funcionales de los capilares Para comprender la función capilar hay que considerar
dos puntos importantes, la vasomotricidad (es decir, el flujo sanguíneo capilar) y la extensión o
densidad de la red capilar. El flujo sanguíneo se controla a través de señales locales y
sistémicas. En respuesta a agentes vasodilatadores (p. ej., NO, tensión baja de O2), el músculo
liso en las paredes de las arteriolas se relaja, lo cual conduce a la vasodilatación y a un
aumento del flujo sanguíneo a través del sistema capilar. La presión dentro de los capilares
aumenta, y gran parte del líquido plasmático es impulsado hacia el tejido. Este proceso

vecinas; la lámina basal contigua en el endotelio es rudimentaria y puede faltar parcialmente o


estar ausente por completo. Los pericitos corresponden a una población de células madre
mesenquimatosas indiferenciadas que están asociadas con los capilares. Los capilares y
algunas vénulas poscapilares se asocian con células perivasculares que exhiben evaginaciones
celulares que rodean las células endoteliales vasculares. Los pericitos (históricamente
conocidos como células Rouget) son ejemplos de células perivasculares que están asociadas
con el endotelio (v. figs. 13-21 y 13-22). Rodean en forma estrecha el capilar, con sus
evaginaciones citoplasmáticas ramificadas, y están encerrados por una lámina basal que es
continua con la del endotelio. Los pericitos son contráctiles y están controlados por el NO
producido por las células endoteliales. Existen datos que señalan que los pericitos pueden
modular el flujo sanguíneo capilar en los lechos capilares específicos (p. ej., encéfalo). Los
pericitos proveen sustento vascular y promueven la estabilidad de los capilares y las vénulas
poscapilares através de una comunicación físicoquímica compleja y bidireccional con las
células endoteliales vasculares. Desde el punto de vista histológico, los pericitos exhiben
características de células madre mesenquimatosas indiferenciadas de núcleos grandes con
abundante heterocromatina. Los experimentos

Células endoteliales

Lámina basal

Nervio amielínico

Fibras colágenas

Fascículo de células culares lisas

Fibras elásticas

Fibroblasto

Macrófago

Células musculares lisas

VENAS MEDIANAS
Túnica íntima

Túnica media Túnica adventicia

ab

FIGURA 13-24 ▲ Diagrama esquemático y fotomicrografía de una vena mediana. a. En el


diagrama se señalan los componentes celulares y extracelulares. Debe tenerse en cuenta que
la túnica media contiene unas pocas capas de células de músculo liso de disposición circular
entremezcladas con fibras colágenas y fibras elásticas. Además, hay células de músculo liso en
disposición longitudinal en el límite con la túnica adventicia. b. Esta fotomicrografía muestra
un corte de la pared de una vena de tamaño mediano teñido con H&E. La túnica íntima consta
de un endotelio y una capa subendotelial muy delgada de tejido conjuntivo que contiene
algunas células de músculo liso. La túnica media contiene unas pocas capas células de músculo
liso en disposición circular en espiral con fibras colágenas y elásticas. Debe tenerse en cuenta
que la capa más gruesa es la túnica adventicia, que contiene muchas fibras colágenas y algunas
elásticas. Los pocos núcleos observados en esta capa pertenecen a los fibroblastos. 360 X.

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular ANASTOMOSIS ARTERIOVENOSAS

se produce en el edema periférico. Los factores locales derivados del endotelio, las señales
sistémicas transmitidas por el sistema nervioso autónomo y la noradrenalina liberada por la
glándula suprarrenal causan la contracción del músculo liso de las arteriolas (vasoconstricción),
lo que produce una disminución del flujo sanguíneo a través del lecho capilar. En esta
situación, la presión capilar puede disminuir y aumentar mucho la absorción de líquido del
tejido. Esta situación se produce durante la disminución del volumen sanguíneo y puede añadir
una considerable cantidad de líquido a la sangre, para impedir del choque hipovolémico. La
densidad de la red capilar determina el área total de la superficie disponible para el
intercambio entre la sangre y el tejido. Se relaciona con la actividad metabólica de los tejidos.
El hígado, los riñones, el músculo cardíaco y el músculo esquelético poseen redes capilares
abundantes. El tejido conjuntivo denso tiene una actividad metabólica menor y sus redes
capilares son menos extensas. ANASTOMOSIS ARTERIOVENOSAS

Las anastomosis arteriovenosas permiten que la sangre saltee los capilares porque proveen
rutas directas entre las arterias y las venas.

Por lo general, en un lecho microvascular, las arterias transportan sangre hacia los capilares, y
las venas transportan sangre desde los capilares. Sin embargo, no necesariamente toda la
sangre pasa desde las arterias hacia los capilares y las venas. En muchos tejidos, hay rutas
directas entre las arterias y las venas que desvían la sangre de los capilares. Estas rutas se
llaman anastomosis arteriovenosas (AV) (v. fig. 13-11). Las anastomosis AV son comunes en la
piel de la punta de los dedos, la nariz y los labios, y en el tejido eréctil del pene y el clítoris. La
arteriola de las anastomosis AV suele estar enrollada como un solenoide, tiene una capa de
músculo liso relativamente gruesa, está encerrada en una cápsula de tejido conjuntivo y posee
una inervación abundante. Por el contrario, el esfínter precapilar ordinario, en la contracción
del músculo liso de las arteriolas de la anastomosis AV envía la sangre a un lecho capilar; la
relajación del músculo liso envía la sangre a una vénula, sin pasar por el lecho capilar. Las
anastomosis AV intervienen en la termorregulación en la superficie del cuerpo. El cierre de una
anastomosis AV en la piel determina que la sangre fluya a través del lecho capilar, aumentando
la pérdida de calor. La apertura de una anastomosis AV en la piel reduce el flujo sanguíneo a
los capilares cutáneos, con lo que se conserva el calor del cuerpo. En el tejido eréctil, como el
del pene, el cierre de las anastomosis AV dirige el flujo sanguíneo hacia el interior de los
cuerpos cavernosos para iniciar la respuesta eréctil.

Células endoteliales

Lámina basal

Nervio amielínico

Fibroblasto

Fibras colágenas

Fascículo de células culares lisas

Vasa vasorum

VENA GRANDE

Túnica íntima

Túnica media Túnica adventicia

ab

FIGURA 13-25 ▲ Diagrama esquemático y fotomicrografía de una vena grande. a. En el


diagrama se señalan los componentes celulares y extracelulares. Deben notarse en la fina capa
de túnica media las células de músculo liso de disposición circunferencial y en la túnica
adventicia la gran cantidad de haces de músculo liso dispuestos longitudinalmente. b. Esta
fotomicrografía muestra un corte de la pared de una vena porta humana teñido con H&E. La
túnica íntima no se distingue con este aumento. La túnica media contiene una capa de células
de músculo liso en distribución circunferencial con fibras colágenas y fibras elásticas. Debe
observarse que la capa más gruesa de esta pared es la túnica adventicia. Además de una
extensa red de fibras colágenas y elásticas, la túnica adventicia contiene una amplia capa de
células de músculo liso dispuestas en haces longitudinales. Estos haces son variables en
tamaño y se encuentran separados unos de otros por fibras de tejido conjuntivo. 125X.
(Cortesía del Dr. Donald J. Lowrie Jr., de la Universidad de Cincinnati College of Medicine).

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular VENAS

Fascículos longitudinales de células musculares lisas

Endotelio

Túnica íntima
Túnica media

Túnica adventicia

FIGURA 13-26 ▲ Fotomicrografía de una vena grande. Esta fotomicrografía muestra las tres
túnicas en un corte de la pared de la vena porta teñido con H&E. La túnica íntima consta de un
endotelio y una capa subendotelial delgada de tejido conjuntivo que contiene unas pocas
células de músculo liso. La túnica media contiene una capa relativamente delgada de células
de músculo liso dispuestas circularmente. La túnica adventicia es la capa más gruesa de este
vaso. Contiene una gruesa capa de haces de músculo liso en disposición longitudinal (visto aquí
en corte transversal) separados por fibras colágenas y elásticas. Debe notarse una capa de
tejido conjuntivo que contiene gruesas fibras colágenas y elásticas que separa los haces
longitudinales de músculo liso de la túnica adventicia de una capa de músculos lisos de la
túnica media. 240 X. (Cortesía del Dr. Donald J. Lowrie Jr., de la Universidad de Cincinnati
College of Medicine).

Las vías preferenciales, cuyo segmento proximal se llama metarteriola (fig. 13-23), también
permiten que un poco de sangre pase en forma más directa de la arteria a la vena. Los
capilares surgen tanto de las arteriolas como de las metarteriolas. Si bien los propios capilares
no tienen músculo liso en sus paredes, en su origen se encuentra un esfínter del músculo liso
llamado esfínter precapilar, ya sea de una arteriola o de una metarteriola. Estos esfínteres
controlan la cantidad de sangre que pasa a través del lecho capilar. VENAS Las túnicas de las
venas no están tan bien definidas como las túnicas de las arterias. Por tradición, las venas se
clasifican en cuatro tipos según su tamaño: • Vénulas, las cuales se subclasifican
adicionalmente en vénulas poscapilares y vénulas musculares. Reciben la sangre de los
capilares y su diámetro mínimo es de 0,1 mm.

CM

IEM

TI

TM

TA

FIGURA 13-27 ▲ Fotomicrografía de una arteria coronaria. Esta fotomicrografía de un corte


transversal de la arteria coronaria de un ser humano adulto, muestra las tres túnicas
vasculares similares a las de las arterias musculares. Debido al proceso de envejecimiento la
capa subendotelial de la túnica íntima (TI) es considerablemente más gruesa que una arteria
muscular comparable. La membrana elástica interna (IEM) se ve en el límite con la túnica
media (TM), que también es más gruesa que las de otras arterias de tipo muscular. El tejido
conjuntivo de la túnica adventicia (TA) es de organización laxa y contiene haces longitudinales
de fibras colágenas de ubicación periférica. Hay una separación artificial entre el músculo
cardíaco (CM) y la túnica adventicia. 175 X.

• Venas pequeñas, que miden menos de 1mm de diámetro y son la continuación de las vénulas
musculares. • Venas medianas, las cuales corresponden a la mayor parte de las venas que
tienen nombre. Suelen estar acompañadas por arterias y tienen un diámetro de hasta 10 mm.
• Venas grandes, que suelen tener un diámetro superior a 10 mm. Son ejemplos de esta
categoría la vena cava superior, la vena cava inferior y la vena porta. Si bien las venas grandes
y medianas tienen tres capas, también llamadas túnica íntima, túnica media y túnica
adventicia, éstas no están tan definidas como aquellas de las arterias. Las venas grandes y
medianas suelen transcurrir junto con las arterias grandes y medianas; las arteriolas y las
vénulas musculares intercelulares a veces viajan juntas, lo que permite la comparación en los
cortes histológicos. Normalmente, las venas tienen paredes más finas que sus arterias
acompañantes y la luz de la vena es mayor que la de la arteria. La luz de las arteriolas suele ser
permeable; la de la vena a menudo está colapsada. Muchas venas, en especial las que
transportan la sangre en contra de la gravedad, como las de los miembros, contienen válvulas
que permiten que la sangre fluya en una sola dirección, de retorno hacia el corazón. Las
válvulas están formadas por valvas semilunares que constan de un núcleo de tejido conjuntivo
fino cubierto por células endoteliales.

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular VENAS

SMSM

SM

Endotelio

Túnica íntima

Túnica media

Túnica adventicia

FIGURA 13-28 ▲ Fotomicrografía de la vena safena magna. Esta fotomicrografía muestra un


corte de la pared de la vena safena magna. La túnica íntima suele ser más gruesa que en las
otras venas de tamaño medio y se caracteriza por la presencia de muchos haces longitudinales
de músculo liso (SM) separados por fibras de tejido conjuntivo. La túnica media contiene una
capa relativamente gruesa de músculo liso en disposición circular. La túnica adventicia está
bien desarrollada y contiene capas adicionales de fibras musculares lisas dispuestas en haces
longitudinales, oblicuos y en espiral. 380 X. (Cortesía del Dr. Joseph J. Maleszewski).

Vena central de la médula suprarrenal

SM

SM

SM

SM

SMVe na tributaria

Túnica íntima

Corteza suprarrenal
Médula suprarrenal

FIGURA 13-29 ▲ Fotomicrografía de la vena central de la médula suprarrenal. En esta


fotomicrografía de la glándula suprarrenal humana teñida con H&E aparece una vena central
de la médula suprarrenal con una de sus tributarias. La pared de la vena es muy irregular y
contiene varios haces longitudinales de células de músculo liso (SM) que se extienden hacia la
pared de la tributaria. Esta disposición excéntrica única del músculo liso, a veces llamados
almohadillas musculares, dan lugar a la irregularidad del espesor de la pared vascular. Debe
tenerse en cuenta que en la hendidura entre dos haces de músculo liso (asterisco), la luz de la
vena se separa de las células cromafines de la médula suprarrenal sólo por la túnica íntima. En
el lado opuesto de la pared, los haces musculares están ausentes (puntas de flecha) y las
células de la corteza suprarrenal están en contacto directo con la túnica íntima. 120 X.
(Cortesía del Dr. Donald J. Lowrie Jr., de la Universidad de Cincinnati College of Medicine).

Vénulas y venas pequeñas Las vénulas poscapilares recogen la sangre de la red capilar y se
caracterizan por la presencia de pericitos. Las vénulas poscapilares poseen un revestimiento
endotelial con su lámina basal y pericitos (lámina 35, pág. 476). El endotelio de las vénulas
poscapilares es el principal sitio de acción de los agentes vasoactivos, como la histamina y la
serotonina. La respuesta a estos agentes produce la extravasación de líquido y la emigración
de los leucocitos desde el vaso durante la inflamación y las reacciones alérgicas. Las vénulas
poscapilares de los ganglios linfáticos también participan en la migración transmural de los
linfocitos, desde la luz vascular hacia el tejido linfático. Los pericitos forman las conexiones
umbeliformes de las células madre mesenquimatosas con las células endoteliales. La relación
entre las células endoteliales y los pericitos promueve su proliferación y su supervivencia
mutua. Ambos sintetizan y comparten la lámina basal (v. fig. 13-21), sintetizan factores de
crecimiento y se comunican entre sí a través de las uniones estrechas y huecas. La cubierta de
pericitos es más extensa en las vénulas poscapilares que en los capilares.

Las vénulas de endotelio alto son vénulas poscapilares especializadas que se encuentran en los
tejidos linfoides, que sustentan niveles altos de migración de linfocitos de la sangre. Las
vénulas poscapilares en el sistema linfático también se conocen como vénulas del endotelio
alto (HEV), por el aspecto cuboide prominente de sus células endoteliales y sus núcleos
ovoides. Se encuentran en todos los órganos linfáticos secundarios (periféricos) (con excepción
del bazo), como los ganglios linfáticos, las amígdalas y los nódulos linfáticos agrupados y
solitarios. El endotelio de los HEV tiene la capacidad de reclutar una gran cantidad de
linfocitos; a menudo se los puede ver migrando a través de la pared de la vénula. Cuando se
observan con un microscopio electrónico, las células endoteliales de los HEV presentan un
aparato de Golgi prominente, abundantes polirribosomas y una extensa red de retículo
endoplásmico rugoso (RER). Estas características son típicas para la función secretora, que se

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CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular VENAS

TI

Placa ateromatosa
IEM TM

TA

FIGURA C13-3.1 ▲ Fotomicrografía de una placa ateromatosa en una arteria coronaria. Esta
fotomicrografía muestra con poco aumento un corte transversal de la arteria coronaria
humana con enfermedad cardíaca isquémica crónica. El corte se tiñó con la técnica Verhoeff
van Gieson para fibras de tejido elástico y conjuntivo. Las líneas negras corresponden a
membranas elásticas; una membrana elástica interna conservada y bien definida (IEM) está
presente entre la túnica media (TM) teñida de color rojo oscuro que contiene células
musculares lisas y la túnica íntima (TI) que exhibe alteraciones patológicas. Los tonos rosados
variables corresponden a las fibras colágenas depositadas en una túnica íntima gruesa, que
contiene la placa ateromatosa avanzada con calcificaciones visibles (color naranja rosado
oscuro) y la acumulación de lípidos extracelulares (cristales de colesterol). El color rosa claro
que rodea la luz del vaso corresponde a la deposición más reciente de material patológico.
Debe tenerse en cuenta que la luz del vaso está obstruida en casi el 90 %, lo que condujo a un
flujo sanguíneo coronario inadecuado. La túnica adventicia (TA) es la capa más externa del
vaso. 34 X. (Cortesía del Dr. William D. Edwards).

TI

Trombo

Estría lipídica

TM

TA

FIGURA C13-3.2 ▲ Fotomicrografía de una arteria coronaria con un trombo mural. Esta
fotomicrografía muestra un corte transversal de la arteria coronaria en una etapa menos
avanzada de la enfermedad aterosclerótica. Puede verse una placa fibroadiposa en la túnica
íntima (TI) y un trombo desarrollado superpuesto sobre una placa que obstruye parcialmente
la luz arterial. La línea de puntos indica la frontera entre la túnica íntima y la túnica media
(TM). La túnica adventicia (TA) forma la capa más externa del vaso. 40 X. (Cortesía del Dr.
William D. Edwards).

La enfermedad cardíaca isquémica o cardiopatía isquémica se define como el desequilibrio


entre la oferta y la demanda de sangre oxigenada al corazón. La cardiopatía isquémica es el
tipo más común de enfermedad cardíaca en Estados Unidos y afecta aproximadamente a 1 de
cada 100 personas. La causa más común de la enfermedad cardíaca isquémica es la
aterosclerosis. El riesgo de desarrollar aterosclerosis aumenta con la edad, los antecedentes
familiares, la hipertensión, el tabaquismo, la hipercolesterolemia y la diabetes. En la
aterosclerosis, la luz de las arterias coronarias se estrecha progresivamente debido a la
acumulación de lípidos, matriz extracelular y células, lo que conduce al desarrollo de placas
ateromatosas (fig. C13-3.1). Las placas se forman por deposición intracelular y extracelular de
lípidos, proliferación de células de músculo liso y aumento de la síntesis de proteoglucanos y
colágeno dentro de la túnica íntima de la pared vascular. El flujo de sangre se vuelve crítico
cuando se reduce en un 90 % o más. Una obstrucción repentina de la luz reducida por un
trombo

CUADRO 13-3 Correlación clínica: enfermedad cardíaca isquémica


(coágulo de sangre) liberada de la superficie de una placa ateromatosa precipita un accidente
isquémico agudo. Los accidentes isquémicos se caracterizan por dolor de angina asociado con
la pérdida de flujo de sangre oxigenada en la región del corazón irrigada por el vaso coronario
afectado. La trombosis de las arterias coronarias generalmente antecede y precipita un infarto,
es decir, una insuficiencia repentina de suministro de sangre que resulta en la muerte de un
área de células del músculo cardíaco. Puede desarrollarse un trombo mural que por lo general
se asocia con la disfunción o ruptura del endotelio que recubre la placa ateromatosa (fig. C13-
3.2). Con el tiempo, el área del corazón afectada por el infarto de miocardio se cura. Se forma
una cicatriz y sustituye al tejido dañado, pero el área de infarto pierde la función contráctil.
Múltiples infartos a través del tiempo pueden producir la pérdida de la función cardíaca, lo
suficiente como para causar la muerte. Los infartos también ocurren comúnmente en el
cerebro, bazo, riñón, pulmón, intestino, testículos y en tumores (especialmente ováricos y
uterinos). booksmedicos.org

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465

CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular VASOS SANGUÍNEOS ATÍPICOS

refleja por la presencia de vesículas secretoras en su citoplasma. También contienen cuerpos


multivesiculares, vesículas de transporte y cuerpos de Weibel-Palade. Las vénulas musculares
se distinguen de las vénulas poscapilares porque tienen una túnica media. Las vénulas
musculares se ubican a continuación de las vénulas poscapilares en la circulación venosa de
retorno al corazón y tienen un diámetro de hasta 0,1mm. Si se considera que las vénulas
poscapilares no tienen una verdadera túnica media, las vénulas musculares tienen una o dos
capas de músculo liso que constituyen una túnica media. Estos vasos también tienen una
túnica adventicia delgada. Por lo general, en las vénulas musculares no se encuentran
pericitos. Las venas pequeñas son una continuación de las vénulas musculares. Las venas
pequeñas son una continuación de las vénulas musculares y sus diámetros varían de 0,1 mm a
1 mm. Las tres túnicas están presentes y se pueden reconocer en un preparado de rutina. La
túnica media constituye normalmente dos o tres capas de músculo liso. Estos vasos también
tienen una túnica adventicia más gruesa. Venas medianas Las venas medianas tienen un
diámetro de hasta 10 mm. La mayor parte de las venas profundas que acompañan arterias se
encuentra en esta categoría (p. ej., la vena radial, la vena tibial, la vena poplítea). Las válvulas
son un rasgo característico de estos vasos y son más abundantes en la porción inferior del
cuerpo, en particular en los miembros inferiores, para evitar el movimiento retrógrado de la
sangre por acción de la gravedad. A menudo, las venas profundas de miembros inferiores son
el sitio de formación de trombos (coágulos de sangre), un trastorno conocido como trombosis
venosa profunda (DVT). La DVT se asocia con la inmovilización de los miembros inferiores
debido a la postración en cama (después de la cirugía u hospitalización), férulas ortopédicas o
restricción de movimientos durante los vuelos de larga distancia. La DVT puede ser un
trastorno que pone en peligro la vida debido al potencial para el desarrollo de embolias
pulmonares (obstrucción de las arterias pulmonares) por el desprendimiento de un coágulo
sanguíneo originado en las venas profundas. Las tres túnicas de la pared venosa son bien
visibles en las venas medianas o de mediano calibre (fig. 13-24). • La túnica íntima consta de
un endotelio con su lámina basal, una capa subendotelial fina con células musculares lisas
ocasionales dispersas en los elementos del tejido conjuntivo y, en algunos casos, una
membrana elástica interna fina discontinua. • La túnica media es mucho más delgada que la
misma capa en las arterias de tamaño mediano. Contiene varias capas de células musculares
lisas dispuestas circularmente con fibras colágenas y elásticas intercaladas. Además, pueden
estar presentes células musculares lisas con una disposición longitudinal justo debajo de la
túnica adventicia.

• La túnica adventicia es normalmente más gruesa que la túnica media y consta de fibras
colágenas y redes de fibras elásticas (fig. 13-24b).

Venas grandes En las venas grandes, la túnica media es relativamente más delgada y la túnica
adventicia es relativamente gruesa. Las venas con un diámetro superior a 10 mm se clasifican
como venas grandes. • La túnica íntima de estas venas (fig. 13-25 y lámina 34, pág. 474)
consiste en un revestimiento endotelial con su lámina basal, una pequeña cantidad de tejido
conjuntivo subendotelial y algunas células de músculo liso. A menudo, el límite entre la túnica
íntima y la media no está claro, y no siempre es fácil decidir si las células de músculo liso
cercanas al endotelio pertenecen a la túnica íntima o a la túnica media. • La túnica media es
relativamente delgada y contiene células de músculo liso en disposición circunferencial, fibras
colágenas y algunos fibroblastos. • La túnica adventicia de las venas grandes (p. ej., las venas
subclavia, la vena porta y las venas cavas) es la capa más gruesa de la pared vascular. Junto con
las fibras colágenas, las fibras elásticas y los fibroblastos en la túnica adventicia, también
contiene células de músculo liso con disposición longitudinal (fig. 13-26). Las extensiones del
miocardio auricular, conocidas como mangas de miocardio, están presentes en la túnica
adventicia en la vena cava tanto superior como inferior, así como en el tronco pulmonar. La
disposición, longitud, orientación y espesor de las mangas de miocardio pueden variar en cada
persona. La presencia de la extensión miocárdica que contiene células del músculo cardíaco en
la túnica adventicia de las venas grandes, confirma la posibilidad de iniciar la fibrilación
auricular, el trastorno del ritmo cardíaco anómalo más común que contribuye a la morbilidad y
a la mortalidad cardíaca. La autopsia de las venas pulmonares de los pacientes con fibrilación
auricular, con frecuencia revelan la presencia de mangas de miocardio que contienen células
musculares cardíacas alteradas.

VASOS SANGUÍNEOS ATÍPICOS En varios sitios del organismo hay vasos sanguíneos, tanto
arterias como venas, que tienen una estructura atípica. Los siguientes son ejemplos de estos
vasos. • Arterias coronarias, que se consideran arterias musculares medianas, se originan en la
parte proximal de la aorta ascendente y transcurren por la superficie del corazón, en el
epicardio, rodeadas por tejido adiposo. Las paredes de las arterias coronarias suelen ser más
gruesas que las de arterias comparables en los miembros superiores o inferiores, debido a la
gran cantidad de capas circulares de células musculares lisas en la túnica media. En los
preparados de rutina teñidos con H&E, la capa subendotelial de la túnica íntima de las
personas más jóvenes es poco

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466

CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular VASOS LINFÁTICOS

visible, pero se torna progresivamente más gruesa conforme aumenta la cantidad de células
musculares lisas y el tejido fibroelástico con el envejecimiento (fig. 13-27). La membrana
elástica interna está bien desarrollada, si bien puede estar fragmentada, duplicada o
focalmente ausente en las personas mayores. La consistencia relativamente “laxa” de la túnica
adventicia está reforzada por los haces longitudinales de fibras colágenas que permiten
cambios continuos del diámetro vascular. Las alteraciones ateroscleróticas en las arterias
coronarias que restringen el flujo sanguíneo y el suministro de oxígeno al músculo cardíaco
conducen a la enfermedad cardíaca isquémica (v. cuadro 13-3). • Senos venosos durales,
representan los conductos venosos en la cavidad craneal. En esencia, son espacios amplios
dentro de la duramadre que están tapizados por células endoteliales y carecen de células de
músculo liso. • Vena safena magna, representa una vena larga subcutánea del miembro
inferior que se origina en el pie y drena en la vena femoral justo debajo del ligamento inguinal.
Esta vena se describe a menudo como una vena muscular, debido a la presencia de una
cantidad inusual de músculo liso (fig. 13-28). Además de la gruesa capa de células de músculo
liso de distribución circular en su túnica media, la vena safena magna posee numerosos haces
musculares lisos longitudinales en la túnica íntima y en la túnica adventicia bien desarrollada.
La túnica íntima está separada de la túnica media por una membrana elástica interna delgada
poco desarrollada. La vena safena magna se extrae con frecuencia del miembro inferior y se
utiliza para autotrasplante en la cirugía de revascularización (bypass) coronaria (CABG) cuando
no se dispone de material de injerto arterial (a menudo obtenido de la arteria torácica interna)
o se necesita mucho material para anastomosis de revascularización múltiples. La CABG es uno
de los procedimientos quirúrgicos más común en Estados Unidos. • Vena central de la médula
suprarrenal y sus tributarias, que pasan a través de la médula suprarrenal, tienen una túnica
media inusual. Esta túnica contiene varios fascículos de células de músculo liso en orientación
longitudinal, que varían en tamaño y aspecto (fig. 13-29). Estos haces de músculo liso de
disposición irregular (también llamados almohadillas musculares) se extienden dentro de las
tributarias de la vena central de la médula suprarrenal. Esta disposición excéntrica singular de
haces de músculo liso, es la causa de irregularidades en el espesor de la pared vascular. En las
zonas donde no hay haces musculares, las células de la médula suprarrenal o, a veces, la
corteza suprarrenal, están separadas de la luz de la vena sólo por una delgada capa de túnica
íntima (v. fig. 13-29). La contracción del músculo liso dispuesto longitudinalmente en la túnica
media, acrecenta la liberación de hormonas desde la médula suprarrenal hacia la circulación.
Las venas de algunos otros sitios (p. ej., retina, placenta, cordones del bazo) también tienen
paredes atípicas y se comentan en los capítulos en los que se describen estos órganos.

VASOS LINFÁTICOS

Los vasos linfáticos transportan líquido desde los tejidos hacia el torrente sanguíneo. Además
de los vasos sanguíneos, existe otro conjunto de vasos por los que circula un líquido llamado
linfa a través de la mayoría de las partes del cuerpo. Estos vasos linfáticos son auxiliares de los
vasos sanguíneos. A diferencia de los vasos sanguíneos, que transportan sangre hacia y desde
los tejidos, los vasos linfáticos son unidireccionales, transportan líquido sólo desde los tejidos.
Los vasos linfáticos más pequeños se llaman capilares linfáticos. Son especialmente
abundantes en el tejido conjuntivo laxo subyacente al epitelio de la piel y las membranas
mucosas. Los capilares linfáticos comienzan como “fondos de saco ciegos” en los lechos
microcapilares (v. fig. 13-23). Los capilares linfáticos convergen en vasos colectores cada vez
más grandes llamados vasos linfáticos. Por último, se unen para formar dos conductos
principales que desembocan en el torrente sanguíneo a la altura de las venas grandes en la
base del cuello. La linfa entra en el sistema vascular a la altura de la unión de las venas yugular
interna y subclavia. El vaso linfático más grande, que drena la mayor parte del cuerpo y
desemboca en el ángulo venoso izquierdo, es el conducto torácico. El otro conducto principal
es el conducto linfático derecho. Los capilares linfáticos son más permeables que los capilares
sanguíneos y recogen el exceso de líquido con proteínas abundantes que hay en los tejidos.
Los capilares linfáticos son una parte singular del sistema circulatorio que forma una red de
pequeños vasos en los tejidos. Debido a su mayor permeabilidad, los capilares linfáticos son
más eficaces que los capilares sanguíneos en la eliminación del líquido abundante en proteínas
de los espacios intercelulares. También están especializados en la captación de moléculas
inflamatorias, lípidos de la dieta y células inmunitarias. Una vez que el líquido recogido entra
en el vaso linfático, se denomina linfa. Los vasos linfáticos también sirven como vías de
transporte de las proteínas y los lípidos que son demasiado grandes para atravesar las
fenestraciones de los capilares de absorción en el intestino delgado. Antes de que la linfa
retorne a la sangre, pasa a través de los ganglios linfáticos, donde es expuesta a las células del
sistema inmunitario. Por lo tanto, los vasos linfáticos no sólo sirven como un complemento del
sistema vascular de la sangre, sino también como un componente integral del sistema
inmunitario. Los capilares linfáticos, en esencia, son conductos de endotelio que, a diferencia
de los capilares sanguíneos típicos, carecen de una lámina basal continua. Esta lámina basal
incompleta se puede correlacionar con su alta permeabilidad. Entre la lámina basal incompleta
y el colágeno perivascular se extienden filamentos de anclaje. Los filamentos de anclaje
consisten en microfibrillas de fibrilina. Las microfibrillas de fibrilina se componen de moléculas
de fibrilina-1 y proteínas emilina-1 asociadas a microfibrillas, que son similares a las
encontradas en las fibras elásticas del tejido conjuntivo. Los filamentos de anclaje mantienen
la permeabilidad de los vasos durante los momentos de aumento de presión del
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467

CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular VASOS LINFÁTICOS

tejido, como en la inflamación. La insuficiencia de la síntesis de emilina-1 en los animales, está


relacionada con defectos estructurales y funcionales de los capilares linfáticos. A diferencia de
lo que ocurre con los capilares linfáticos, los vasos linfáticos cuentan con ciertas características
para evitar que la linfa se filtre de su interior (lumen). Éstas incluyen las uniones estrechas
continuas entre las células endoteliales y la lámina basal continua que está rodeada por las
células musculares lisas. A medida que los vasos linfáticos aumentan su tamaño, la pared se
vuelve más gruesa. El

espesor creciente se debe al tejido conjuntivo y a los haces de músculo liso. Los vasos linfáticos
poseen válvulas que impiden el reflujo de la linfa para ayudar, de esta manera, al flujo
unidireccional (lámina 35, pág. 476). El sistema vascular linfático carece de una bomba central.
La linfa se mueve con lentitud, impulsada principalmente por la compresión de los vasos
linfáticos por el músculo esquelético contiguo. Además, la contracción de la capa de músculo
liso que rodea los vasos linfáticos puede contribuir al impulso de la linfa. booksmedicos.org

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468

CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular HISTOLOGÍA 101

Puntos esenciales Sistema Cardiovascular

CORAZÓN ◗ El corazón es una bomba muscular de cuatro cámaras (dos aurículas y dos
ventrículos). Contiene el músculo cardíaco (para la contracción que impulsa la sangre), el
esqueleto fibroso (para la fijación de las válvulas y la separación de la musculatura auricular y
ventricular), un sistema de conducción (para la iniciación y propagación de las contracciones
rítmicas) y el sistema vascular coronario (arterias coronarias y las venas cardíacas). ◗ La pared
del corazón se compone de tres capas: el epicardio, el miocardio y el endocardio. ◗ Epicardio
(capa visceral de pericardio seroso), que es la capa externa del corazón y consiste en células
mesoteliales con tejido conjuntivo y adiposo contiguo. Contiene el sistema vascular coronario.
◗ Miocardio, que es la capa intermedia y consiste en el músculo cardíaco. ◗ Endocardio, es la
capa interior y consta de endotelio, tejido conjuntivo subendotelial y una capa subendocárdica
que contiene células del sistema de conducción del corazón. ◗ La contracción cardíaca se inicia
y se sincroniza por el sistema de conducción, que consiste en miocitos cardíacos modificados
que forman el nódulo sinoauricular (o sinusal) (SA), nódulo auriculoventricular (AV), haz AV
(haz de His) y fibras de Purkinje. ◗ La frecuencia cardíaca está regulada por los nervios
simpáticos (aumentan la velocidad) y los nervios parasimpáticos (disminuyen la frecuencia), así
como por las hormonas circulantes (adrenalina y noradrenalina) y otras sustancias (Ca2+,
hormonas tiroideas, cafeína, etc.).

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS ARTERIAS Y VENAS ◗ Las paredes de las arterias y las
venas se componen de tres capas llamadas túnicas. ◗ La túnica íntima, la capa más interna del
vaso, se compone de endotelio, una capa subendotelial de tejido conjuntivo y una membrana
elástica interna. ◗ La túnica media, la capa intermedia, consiste en capas de células musculares
lisas con disposición circunferencial y con laminillas elásticas interpuestas entre ellas. ◗ En las
arterias, la túnica media es relativamente gruesa y se extiende entre las membranas elásticas
internas y externas. ◗ La túnica adventicia, la capa más externa de tejido conjuntivo, se
compone principalmente de colágeno con pocas fibras elásticas dispersas. Contiene los vasa
vasorum y una red de nervios autónomos llamados nervi vasorum (vascularis). ◗ Las células
endoteliales interactúan activamente con las células musculares lisas contiguas y el tejido
conjuntivo. Además de mantener una barrera de permeabilidad selectiva entre la sangre y el
tejido conjuntivo, las células endoteliales impiden la coagulación sanguínea (por secreción de
anticoagulantes y agentes antitrombogénicos), modulan la resistencia vascular (por secreción
de vasoconstrictores y vasodilatadores) y regulan las respuestas inmunitarias.

GENERALIDADES DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR ◗ El sistema cardiovascular incluye el


corazón, los vasos sanguíneos y los vasos linfáticos. Transporta la sangre y la linfa hacia y desde
diversos tejidos del cuerpo. ◗ El sistema cardiovascular consiste en la circulación pulmonar
(transporta sangre arterial del corazón a los pulmones y devuelve la sangre venosa al corazón)
y la circulación sistémica (transporta sangre arterial del corazón a todos los demás tejidos y
devuelve la sangre venosa al corazón).

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469

CAPÍTULO 13 Sistema cardiovascular HISTOLOGÍA 101

CAPILARES ◗ Capilares, que son los vasos sanguíneos de diámetro más pequeño y se clasifican
en tres tipos diferentes: los capilares continuos (caracterizados por el endotelio vascular
ininterrumpido), fenestrados (caracterizados por muchas aberturas en la pared capilar y la
lámina basal continua) y discontinuos o sinusoidales (más grande en diámetro con grandes
aberturas, huecos intercelulares y una lámina basal discontinua). ◗ Pericitos asociados con
capilares que representan una población de células madre mesenquimatosas indiferenciadas.
VENAS ◗ Venas, que se dividen en cuatro tipos en función de su tamaño (diámetro): vénulas ( ,
0,1 mm), venas pequeñas (,1 mm), venas medianas (,10 mm) y venas grandes (.10 mm). ◗
Vénulas poscapilares, que recogen la sangre de la red capilar y se caracterizan por la presencia
de pericitos. En el tejido linfoide, están revestidas por endotelio cuboidal (vénulas de endotelio
alto), lo que facilita la extensa migración de linfocitos de la sangre. ◗ Las venas pequeñas,
medianas y grandes tienen una capa relativamente delgada de túnica media y una túnica
adventicia más pronunciada. ◗ Las venas, especialmente las de los miembros, puede contener
válvulas que impiden el reflujo de sangre. ◗ Las venas grandes cerca del corazón pueden
contener mangas de miocardio en la túnica adventicia.

VASOS LINFÁTICOS ◗ Vasos linfáticos, que transportan líquido intersticial desde los tejidos
hasta el torrente sanguíneo. ◗ Vasos linfáticos más pequeños y más permeables llamados
capilares linfáticos. Drenan la linfa en los vasos linfáticos más grandes y después en el
conducto torácico o conducto linfático derecho antes de desembocar en el sistema venoso. ◗
Todos los vasos linfáticos poseen válvulas que impiden el flujo de retorno de la linfa.

ARTERIAS ◗ Las arterias se clasifican en tres tipos según el tamaño y el espesor de su túnica
media: arterias grandes (arterias elásticas), arterias medianas (arterias musculares) y arterias
pequeñas (incluso arteriolas). ◗ Arterias elásticas, que tienen una túnica media, que consiste
en varias capas de células de músculo liso separadas por laminillas elásticas. En la túnica media
no hay presencia de fibroblastos. ◗ Arterias musculares, que tienen una túnica media con más
músculo liso y menos laminillas elásticas que las arterias elásticas. También tienen una
prominente membrana elástica interna en la túnica íntima. ◗ Arterias pequeñas y arteriolas,
que se distinguen una de otra por el número de capas de células del músculo liso en la túnica
media. ◗ Arteriolas, que tienen una o dos capas de músculo liso y regulan la resistencia
vascular, con lo que controlan así el flujo de sangre a las redes de capilares. ◗ Anastomosis
arteriovenosas, que permiten que la sangre evite los capilares, proporcionando rutas directas
entre arterias y venas. Esta vía está regulada por la contracción de los esfínteres precapilares
en las metarteriolas. booksmedicos.org

ERRNVPHGLFRVRUJ Sistema linfático

GENERALIDADES DEL SISTEMA LINFÁTICO A lo largo de la historia, se ha notado que quienes se


recuperan de ciertas enfermedades como la varicela, el sarampión y las paperas adquieren
resistencia (es decir, inmunidad) a la misma enfermedad. Otra observación desde hace mucho
tiempo es que la inmunidad es específica, o sea, que la inmunidad para la varicela no evita la
infección con sarampión. También se reconoce ahora que el sistema inmunitario puede
reaccionar contra el propio cuerpo de la persona y causar enfermedades autoinmunitarias,
como el lupus eritematoso, la anemia hemolítica autoinmunitaria, algunas formas de diabetes
mellitus y la tiroiditis autoinmunitaria (tiroiditis de Hashimoto). El sistema linfático está
compuesto por un grupo de células, tejidos y órganos que vigilan las superficies corporales y
los compartimentos internos con fluídos, y reaccionan frente a la presencia de sustancias
potencialmente nocivas. Los linfocitos constituyen el tipo celular que define al sistema linfático
y son las células efectoras en la respuesta del sistema inmunitario a sustancias nocivas. Este
sistema incluye el tejido linfático difuso, los nódulos linfáticos, los ganglios linfáticos, el bazo, la
médula ósea y el timo (fig. 14-1). El conjunto de los diferentes órganos linfáticos y tejidos
linfáticos suele denomi

narse sistema inmunitario. Los vasos linfáticos comunican partes del sistema con el sistema
vascular sanguíneo. Los tejidos linfáticos son los sitios donde los linfocitos proliferan, se
diferencian y maduran. Además, en el timo, la médula ósea y el tejido linfático asociado con el
intestino (GALT), los linfocitos están “educados” para reconocer y destruir antígenos
específicos. Estas son las células inmunocompetentes que pueden distinguir entre lo “propio”
(moléculas normalmente presentes dentro del organismo) y lo “no propio” (moléculas
extrañas; es decir, aquellas que normalmente no están presentes). Un antígeno es una
sustancia que puede inducir una respuesta inmunitaria específica. El cuerpo está
constantemente expuesto a organismos patógenos (que causan enfermedad) y sustancias
peligrosas del medio externo (microorganismos infecciosos, toxinas, y células y tejidos
extraños). Además, en las células se pueden producir cambios (como la transformación de
células normales en células cancerosas) que les imparten características de células extrañas.
Una respuesta inmunitaria se genera contra un antígeno específico, que puede ser una
sustancia soluble (p. ej., una proteína, un polisacárido o una toxina extraños) o un organismo
infeccioso, un tejido extraño o un tejido transformado. La mayoría de los antígenos deben ser
“procesados”

Sistema linfático

GENERALIDADES DEL SISTEMA LINFÁTICO / 479 CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO / 480
Generalidades / 480 Linfocitos / 481 Células presentadoras de antígenos / 497 TEJIDOS Y
ÓRGANOS LINFÁTICOS / 499 Vasos linfáticos / 499 Tejido linfático difuso y nódulos linfáticos /
500 Ganglios linfáticos / 502 Células de la malla reticular / 502 Timo / 507 Bazo / 512

Cuadro 14-1 Consideraciones funcionales: origen del nombre linfocito T y linfocito B / 485
Cuadro 14-2 Correlación clínica: reacciones de hipersensibilidad / 486 Cuadro 14-3 Correlación
clínica: virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y síndrome de inmunodeficiencia adquirida
(SIDA) / 493 Cuadro 14-4 Correlación clínica: linfadenitis reactiva (inflamatoria) / 507

HISTOLOGÍA 101. Puntos esenciales / 515

14 booksmedicos.org

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480

CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

amígdalas ganglio yugulodigástrico ganglio yuguloomohioideo ganglio supraclavicular ganglio


broncopulmonar

ganglios axilares BALT bazo conducto torácico

cisterna del quilo

médula ósea

ganglios cubitales

MALT

GALT

timo

ganglios poplíteos
vasos linfáticos

NÓDULOS LINFÁTICOS Y VASOS LINFÁTICOS

ÓRGANOS LINFÁTICOS PRIMARIOS

ganglios paraaórticos

ilíaco

ganglios inguinales

FIGURA 14-1 ▲ Esquema general de las estructuras que constituyen el sistema linfático. El
sistema linfático está compuesto por un grupo de células, tejidos y órganos que se encargan de
la vigilancia de las superficies corporales y de los compartimentos internos para combatir
microorganismos extraños, células transformadas y otras sustancias nocivas. Los linfocitos son
las células más importantes del sistema linfático. Se diferencian y adquieren
inmunocompetencia en los órganos linfáticos primarios (centrales) que, para los linfocitos B,
son la médula ósea y el tejido linfático asociado con el intestino (GALT) y para los linfocitos T,
es el timo. Los linfocitos, entonces, entran en la sangre o en los vasos linfáticos para colonizar
los tejidos linfáticos secundarios (periféricos), donde sufren las últimas etapas de la activación
dependiente de antígeno. Los tejidos linfáticos secundarios están compuestos por varios
grupos de nódulos linfáticos, como las amígdalas, tejido linfático asociado con los bronquios
(BALT) en los pulmones y tejido linfático asociado con las mucosas (MALT) en todo el sistema
genitourinario (p. ej., aquí se muestra la mucosa de la vejiga). La linfa es el líquido que se
extrae de los espacios extracelulares de los tejidos conjuntivos. Transcurre por los vasos
linfáticos hacia los nódulos linfáticos, que se intercalan en el trayecto de los vasos linfáticos
superficiales (asociados con la piel y con la fascia superficial) y de los vasos linfáticos profundos
(asociados con las arterias principales). Por último, los vasos linfáticos desembocan en el
torrente sanguíneo a la altura de las grandes venas en la base del cuello. El conducto torácico
es el vaso linfático más grande.

por las células del sistema inmunitario antes de que otras células puedan montar la respuesta
inmunitaria. La respuesta inmunitaria puede dividirse en defensa inespecífica (innata) y
específica (adaptativa). El cuerpo tiene dos líneas de defensa inmunitaria contra los invasores
extraños y las células transformadas: la inmunidad inespecífica y la inmunidad específica. • En
la inmunidad inespecífica (innata), las defensas inespecíficas preexistentes constituyen la
respuesta inmunitaria innata. En todos los organismos vivos, la inmunidad innata representa la
primera línea de defensa contra la agresión microbiana. Estas defensas consisten en (1)
barreras físicas (p. ej., la piel y las membranas mucosas) que impiden que organismos extraños
invadan los tejidos, (2) defensas químicas (p. ej., pH bajo) que destruyen muchos
microorganismos invasores, (3) varias sustancias secretoras (p. ej., tiocianato en la saliva,
lisozimas, interferones, fibronectina y complemento en el suero) que neutralizan las células
extrañas, (4) células fagocíticas (p. ej., macrófagos, neutrófilos y monocitos) y (5) células
asesinas naturales (NK, natural killer). • Con la inmunidad específica (adaptativa), si fallan las
defensas inespecíficas, el sistema inmunitario provee defensas específicas o adaptativas que
atacan a los invasores específicos. El contacto inicial con un antígeno específico o un agente
extraño inicia una cadena de reacciones en la que participan células efectoras del sistema
inmunitario y con frecuencia conduce a un estado de “memoria” inmunitaria. La inmunidad
adaptativa induce la resistencia adquirida contra la agresión microbiana a través de
reorganizaciones somáticas aleatorias de los genes que codifican inmunoglobulinas y los
receptores específicos de los linfocitos T (TCR). Durante las respuestas inmunitarias
adaptativas, los linfocitos B y T específicos se activan para destruir organismos invasores. Se
han identificado dos tipos de defensas específicas: la respuesta humoral consiste en la
producción de proteínas denominadas anticuerpos que marcan invasores para su destrucción
por otras células inmunitarias, y la respuesta celular en la que se identifican células
transformadas y células infectadas por virus para su destrucción por células asesinas
específicas. En consecuencia, poco después de la invasión por bacterias u otros agentes
patógenos, el sistema inmunitario se activa (respuesta inflamatoria) para destruir
microorganismos infecciosos y para generar memoria a largo plazo contra patógenos. CÉLULAS
DEL SISTEMA LINFÁTICO Generalidades Las células del sistema inmunitario comprenden los
linfocitos y diversas células de sostén Los linfocitos y una gran variedad de células de sostén
constituyen las células del sistema inmunitario. Se reconocen tres tipos principales de
linfocitos: linfocitos B, linfocitos T y linfocitos NK. Las células de sostén interactúan con los
linfocitos y cumplen funciones importantes en la presentación de booksmedicos.org
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481

CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

los antígenos a los linfocitos y la regulación de las respuestas inmunitarias. Estas células
incluyen monocitos, macrófagos, neutrófilos, basófilos, eosinófilos, células reticulares, células
dendríticas, células dendríticas foliculares, células de Langerhans y células epitelio reticulares.
Además, una serie de células epiteliales y del estroma especializadas proveen el ambiente para
que se produzcan muchas reacciones inmunitarias mediante la secreción de sustancias
específicas que regulan el crecimiento, la migración y la activación de las células efectoras y las
células de sostén. Las células de sostén en los órganos linfáticos están organizadas en mallas
laxas En los nódulos linfáticos, los ganglios linfáticos y el bazo, las células reticulares y las fibras
reticulares producidas por estas células forman mallas elaboradas. Los linfocitos, los
macrófagos, las células dendríticas, las células dendríticas foliculares y otras células del sistema
inmunitario residen en estas mallas y en el tejido conjuntivo laxo del organismo. Las células de
Langerhans se encuentran sólo en las capas medias de la epidermis. En estos sitios, llevan a
cabo su misión de vigilancia y defensa. En el timo, las células epitelio-reticulares forman la
malla estructural dentro del tejido. A pesar de su nombre, estas células no producen fibras
reticulares ni están relacionadas con ellas. . Los diferentes tipos de células del tejido linfático
se identifican por medio de los marcadores de cúmulo de diferenciación (CD) que hay en sus
superficies. Las diferentes células del tejido linfático y del tejido hematopoyético poseen
moléculas de superficie celular exclusivas. Estos marcadores específicos, denominados
moléculas de cúmulo de diferenciación (CD), son designados con números de acuerdo con un
sistema internacional que los relaciona con antígenos expresados en diferentes etapas de su
diferenciación. Las moléculas CD pueden visualizarse mediante métodos inmunohistoquímicos
que utilizan anticuerpos monoclonales y son útiles para la identificación de subtipos
específicos de células linfáticas o hematopoyéticas. Algunos marcadores CD son expresados
por células durante toda su vida; otros se expresan sólo durante una fase de la diferenciación o
durante la activación celular. La tabla 14-1 enumera los marcadores más útiles desde el punto
de vista clínico. Linfocitos Los linfocitos circulantes son los principales componentes celulares
del tejido linfático. Para entender la función de los linfocitos, debemos tomar en cuenta que la
mayoría de los linfocitos (alrededor del 70 %) en la sangre o la linfa constituyen una reserva
circulante de células inmunocompetentes. Estas células participan en un ciclo durante el cual
abandonan la circulación sistémica para entrar en el tejido linfático. Mientras están en el tejido
linfático, se encargan de la vigilancia inmunitaria de los tejidos circundantes. Los linfocitos
después regresan a la circulación sistémica. Esta población de células corresponde
principalmente a linfocitos maduros, de vida larga (en su mayor parte linfocitos T) que han
desarrollado la capacidad de reconocer y responder a antígenos extraños y se encuentran en
tránsito desde un sitio de tejido linfático hacia otro.

El 30 % restante de linfocitos en los vasos sanguíneos no circula entre los tejidos linfáticos y la
circulación sistémica. Esta población comprende en su mayor parte células inmaduras o células
activadas de vida corta cuyo destino es un tejido específico. Estas células abandonan los
capilares y migran directamente hacia los tejidos, en especial hacia el tejido conjuntivo
subyacente al epitelio de revestimiento de los sistemas respiratorio, gastrointestinal y
urogenital, así como hacia los espacios intercelulares de esos epitelios. Desde el punto de vista
funcional, se presentan tres tipos principales de linfocitos en el cuerpo: los linfocitos T, los
linfocitos B y los linfocitos NK. La clasificación funcional de los linfocitos es independiente de
sus características morfológicas (de tamaño). Los linfocitos T se diferencian en el timo y
representan la mayoría de los linfocitos circulantes. Los linfocitos T (células T) reciben su
nombre porque se diferencian en el timo. Tienen una vida útil larga y participan en la
inmunidad mediada por células. Representan entre el 60 % y el 80 % de los linfocitos
circulantes. Los linfocitos T expresan los marcadores CD2, CD3, CD5 y CD7, y los receptores de
célula T (TCR). Sin embargo, se subclasifican de acuerdo con la presencia o ausencia de otros
dos marcadores de superficie importantes: CD4 y CD8. • Los linfocitos T CD4+ cooperadores
son los linfocitos T que también expresan marcadores CD4. Estas células se subdividen,
además, según su capacidad de secretar citocinas (v. pág. 491-492). Los linfocitos T
cooperadores que sintetizan interleucina 2 (IL-2), interferón g (IFNg) y factor de necrosis
tumoral a (TNF- a) se denominan células TH1. Estas células interactúan con los linfocitos T
CD8+ citotóxicos (CTL), los linfocitos NK y los macrófagos en las respuestas inmunitarias
mediadas por células y son esenciales para el control de patógenos intracelulares como los
virus y ciertos microorganismos. El otro grupo de linfocitos T cooperadores sintetiza IL-4, IL-5,
IL-10 e IL-13 y las células se denominan células TH2. Estas células interactúan con los linfocitos
B y son esenciales para el inicio de las respuestas inmunitarias mediadas por anticuerpos que
controlan los agentes patógenos extracelulares. • Los linfocitos T CD8+ citotóxicos (CTL) son
linfocitos T que también expresan marcadores CD8. Intervienen en la destrucción de células
diana, como las células infectadas por virus, células transformadas por cáncer, células
infectadas con microorganismos intracelulares, parásitos, y células trasplantadas. • Los
linfocitos T reguladores (supresores) constituyen una población de linfocitos T, diversa en
cuanto a fenotipo, que puede suprimir funcionalmente una respuesta inmunitaria a los
antígenos extraños y propios mediante su influencia sobre la actividad de otras células del
sistema inmunitario. Por ejemplo, los linfocitos T reguladores provistos con marcadores
CD4+CD25+FOXP3+ son un clásico ejemplo de células que pueden disminuir la capacidad de los
linfocitos T para iniciar las respuestas inmunitarias. El marcador FOXP3 indica una expresión de
factores de transcripción de la familia forkhead que son característicos de muchos linfocitos T.
Otro linfocito T asociado con tumores provisto con los marcadores CD8+CD45RO+ es capaz de
suprimir la activación del linfocito T. Otros linfobooksmedicos.org ERRNVPHGLFRVRUJ

482

CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

Marcador Expresión celular principal Función/Identidad


Peso molecular (kDa)

CD1 Linfocitos T en la etapa intermedia de su desarrollo

Interacciona con moléculas MHC I Marcador del desarrollo para linfocitos T y células de
Langerhans de la piel

49

CD2 Linfocitos T Molécula de adhesión Se utiliza como marcador clínico para linfocitos T

50

CD3 Linfocitos T Forma un complejo con el receptor del linfocito T (TCR)R) 100 CD4 Linfocitos T
cooperadores, monocitos, macrófagos Miembro de la superfamilia de las inmunoglobulinas
Interactúa con moléculas MHC II Se une a la proteína vírica gp120 de HIV-1 y HIV-2 56 CD5
Linfocitos T, algunos linfocitos B Molécula coestimuladora que aparece en los linfocitos T y B
maduros Concentración alta en la leucemia linfocítica crónica 67 CD7 Linfocitos T Miembro de
la superfamilia de las inmunoglobulinas Se une a la cinasa PI-3 Marcador clínico útil para las
células madre de la leucemia de linfocitos T 40 CD8 Linfocitos T citotóxicos Miembro de la
superfamilia de las inmunoglobulinas Interactúa con moléculas MHC I 34 CD9 Linfocitos B,
linfocitos T, monocitos, eosinófilos, basófilos, plaquetas, células endoteliales Facilita la
aglomeración de plaquetas, la adhesión celular y la migración celular 24 CD10 Linfocitos pre–B,
linfocitos pre–T Metaloproteasa de cinc Marcador común para la leucemia linfoblástica aguda
100 CD16a Linfocitos NK, granulocitos, monocitos Marcador clínico para las células NK Funcina
como receptor de Fc para la IgG aglomerada Media la fagocitosis y la citotoxicidad mediada
por células dependiente de anticuerpos 27 CD19 Linfocitos B, células dendríticas Correceptor
con CD21 Marcador clínico para todas las etapas del desarrollo de linfocitos B 90 CD20
Linfocitos T Forma conductos Ca21 Marcador para etapas avanzadas del desarrollo de
linfocitos B 37 CD21 Linfocitos B, células dendríticas foliculares Receptor para la proteína C3d
del complemento y para el virus de Epstein-Barr 145 CD22 Linfocitos T Molécula de adhesión
celular de linfocitos B Media la adhesión de los linfocitos B a los linfocitos T 140 CD23
Linfocitos B, monocitos, eosinófilos, plaquetas, células dendríticas Baja afinidad receptora para
el fragmento Fc de la IgE que media la citotoxicidad dependiente de IgE y la fagocitosis por
macrófagos y eosinófilos 45 CD24 Linfocitos B, granulocitos, células epiteliales Expresado en
las etapas avanzadas de la diferenciación de linfocitos B 41 CD28 Linfocitos T Molécula
coestimuladora de linfocito que interactúa con CD80 (B7.1) y CD86 (B7.2); la señal
coestimuladora induce la activación de linfocitos T y la producción de IL-2 44 CD34 Células
madre hematopoyéticas (HSC) Marcador clínico para HSC y ligando para CD62L Media la
adhesión de las células madre a la matriz extracelular de la médula ósea 120 CD35 Linfocitos T,
linfocitos B, monocitos, células dendríticas, granulocitos, eritrocitos Receptor 1 del
complemento Promueve la fagocitosis de partículas cubiertas de complemento Se une a las
proteínas C3b y C4b del complemento 250 CD38 Linfocitos T activados NAD glucohidrolasa
Usado como marcador para la activación y proliferación de linfocitos T 45 (continúa en página
483)

TABLA 14-1 Marcadores de cúmulos de diferenciación de uso más común en la práctica clínica.
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483
CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

Marcador Expresión celular principal Función/Identidad

Peso molecular (kDa)

CD40 Linfocitos B, macrófagos, células dendríticas foliculares, células dendríticas, monocitos


activados, células de músculo liso endoteliales y vasculares

Activo en los linfocitos B en proliferación Molécula coestimuladora para CD40L (CD154) Facilita
la producción de citocinas en macrófagos y células dendríticas

48

CD40L Linfocitos T CD41 activados; conocidos como CD154

Facilita la interacción entre los linfocitos T y B Regula la función del linfocito B Molécula
coestimuladora para CD40

39

CD45 Todos los leucocitos humanos Tirosinafosfatasa Antígeno común leucocítico Necesario
para la transducción de señal receptora de linfocito T y B

220

CD56 Linfocitos NK Marcador clínico para linfocitos NK Isoforma de moléculas de adhesión


nerviosas (N-CAM)

135

CD62L Leucocitos Se une a CD34 Corresponde a una L-selectina, molécula de adhesión


leucocítica que permite que los linfocitos rueden sobre la superficie endotelial

150

CD80 Linfocitos B, macrófagos, células dendríticas, monocitos

Molécula coestimuladora de APC que interactúa con CD28 45

CD86 Linfocitos B activados, macrófagos, monocitos, células dendríticas, células endoteliales

Molécula coestimuladora de APC que interactúa con CD28 70

CD94 Linfocitos NK Marcador clínico para linfocitos NK 43

APC, célula presentadora de antígeno; Ig, inmunoglobulina; MHC, complejo mayor de


histocompatibilidad; NAD, dinucleótido de nicotinamida adenina; N-CAM, molécula de
adhesión celular nerviosa; NK, destructor natural (natural killer).

TABLA 14-1 Marcadores de cúmulos de diferenciación de uso más común en la práctica clínica.
(cont.)

Sitio de fijación al Ag Región variable

Región constante

Región de la bisagra
Extremo amino-terminal

Fragmento Fab

Fragmento Fc

Cadena pesada (H)

Cadena ligera (L)

CL

Región de fijación del complemento en IgG e IgM

HOOC

s-s

s-s

s-s s-s

Extremo carboxi-terminal

CH1

CH2

CH3

FIGURA 14-2 ▲ Diagrama esquemático de una molécula de anticuerpo. Los anticuerpos son
moléculas con forma de Y sintetizadas por las células plasmáticas. Están compuestas por dos
cadenas polipeptídicas pesadas (H) y dos ligeras (L), conectadas por enlaces disulfuro (S-S).
Tanto las cadenas pesadas como las ligeras están compuestas por dominios de aminoácidos
que tienen secuencias constantes (en el extremo carboxiterminal) o variables (en el extremo
amino-terminal). Los cinco diferentes tipos de inmunoglobulinas (Ig) están determinados por el
tipo de cadena pesada presente. Una molécula de anticuerpo fija un antígeno (Ag) en los dos
sitios del extremo amino-terminal donde la cadena pesada y la cadena ligera se asocian entre
sí. La digestión de una molécula de anticuerpo por la enzima proteolítica papaína escinde el
anticuerpo en dos fragmentos Fab y un fragmento Fc cristalizable. Los fragmentos Fab dan la
especificidad de fijación al antígeno mientras que el fragmento Fc , que está compuesto por
dos segmentos carboxi-terminales de cadena pesada (CH2 y CH3), cumplen funciones
efectoras (p. ej., en la activación del complemento). Muchas células expresan receptores Fc ,
en sus superficies, lo que atrapa anticuerpos en su fragmento Fc .

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484

CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

citos T supresores también pueden funcionar en la supresión de la diferenciación de linfocitos


B y en la regulación de la maduración de los eritrocitos en la médula ósea. • Los linfocitos T
gama/delta (g/d) constituyen una pequeña población de linfocitos T que poseen en sus
superficies un TCR distinto compuesto por una cadena g y una cadena d. Casi todos los otros
TCR están compuestos por dos cadenas de glucoproteínas denominadas cadenas a y b de TCR.
Estas células se desarrollan en el timo y migran hacia varios tejidos epiteliales (p. ej., la piel, la
mucosa oral, los intestinos y la vagina). Una vez que colonizan un tejido epitelial, estas células
no recirculan entre la sangre y los órganos linfáticos. Los linfocitos T gama/delta (g/d) se
posicionan estratégicamente en las interfaces de los medios internos y externos y funcionan
como la primera línea de defensa contra los organismos invasores. Se encuentran con el
antígeno en la superficie de las células epiteliales, aún antes de su ingreso en el organismo.

Los linfocitos B se diferencian en los órganos equivalentes a la bursa y participan en la


inmunidad humoral. Los linfocitos B (células B) se denominan así porque fueron identificados
inicialmente como una población separada en la bolsa (bursa) de Fabricio de las aves (pág.
485) o en órganos equivalentes a la bursa, como la médula ósea y el GALT, en los mamíferos.
Estas células tienen vidas útiles variables y participan en la producción y en la secreción de los
diferentes anticuerpos circulantes, también denominados inmunoglobulinas (Ig), que son las
proteínas inmunitarias asociadas con la inmunidad humoral (fig. 14-2 y tabla 14-2). Los
linfocitos B constituyen entre el 20 % y el 30 % de los linfocitos circulantes. Además de secretar
inmunoglobulinas circulantes, los linfocitos B expresan formas de inmunoglobulina limitadas
por membrana denominadas receptores de linfocitos B (BCR) que sirven como sitio de fijación
para antígenos específicos. Durante la diferenciación, el isotipo del BCR cambia de
inmunoglobulina M (IgM) en los linfocitos B inmaduros a inmunoglobulina D (IgD) en las
células maduras. Los linfo

Isotipo

Peso molecular (kDa)

Nivel sérico (mg/ ml)

Porcentaje de todas las IG en la sangre del adulto

Células a las que se fijan a través de su región Fc Funciones principales IgG 145 12,0 85
Macrófagos, linfocitos B, linfocitos NK, neutrófilos, eosinófilos Ig principal en la respuesta
inmunitaria secundaria Tiene la vida media más prolongada de todas las Ig (23 días) Activa el
complemento Estimula la quimiotaxis Atraviesa la placenta para conferir inmunidad pasiva al
neonato IgM 190 (950)a 1,5 5–10 Linfocitos B Ig principal producida durante la respuesta
inmunitaria primaria Es la Ig más eficaz para fijar el complemento Activa macrófagos Sirve
como receptor de Ag en los linfocitos B IgA 160 (385)b 2,0 5–15 Linfocitos B Ig presente en
varias secreciones del organismo, como lágrimas, calostro, saliva y fluido vaginal, y en las
secreciones nasales, bronquiales, intestinales y prostáticas. Protege contra la proliferación de
microorganismos en estos líquidos y contribuye a la defensa contra microbios y moléculas
extrañas que penetran en el organismo a través de los revestimientos celulares de estas
cavidades. IgD 185 0,03 ,1 Linfocitos B Actúa como receptor antigénico (junto con IgM) en la
superficie de los linfocitos B maduros (sólo hay trazas en el suero) IgE 190 3 3 1025 ,1
Mastocitos, basófilos Estimula la liberación de histamina, heparina, leucotrienos y factor
quimiotáctico eosinófilo de la anafilaxia por los mastocitos. Es responsable de las reacciones de
hipersensibilidad anafiláctica Aumenta su concentración en las infestaciones parasitarias.

aForma pentamérica de la IgM encontrada en el suero. bForma dimérica de la IgA encontrada


en el suero. Ag, antígeno; Ig, inmunoglobulina; NK, destructor natural (natural killer).

TABLA 14-2 Características de las inmunoglobulinas humanas


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CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

CUADRO 14-1 Consideraciones funcionales: origen del nombre linfocito T y linfocito B

A principios de la década de 1960, los investigadores que usaban embriones de pollo


demostraron que la bolsa de Fabricio, una masa de tejido linfático asociado con la cloaca de las
aves, era uno de los sitios anatómicos de diferenciación de los linfocitos. Cuando en los
embriones de pollo se destruía este tejido (por extirpación quirúrgica o por administración de
dosis altas de testosterona), los pollos adultos eran incapaces de producir anticuerpos, lo que
conducía a un trastorno de la inmunidad humoral. En estos pollos también se detectaba una
marcada reducción en la cantidad de linfocitos en las regiones bursadependientes específicas
del bazo y de los ganglios linfáticos. Por lo tanto, estos linfocitos afectados se denominaron
linfocitos B océlulas B. Los órganos equivalentes a la bursa en los mamíferos (incluidos los
seres humanos) son el GALT y la médula ósea, donde los linfocitos B se diferencian en células
inmunocompe

tentes. Por consiguiente, la “B” hace referencia a la bolsa de Fabricio de las aves o a los
órganos equivalentes a la bursa de los mamíferos. Los investigadores que estudiaban ratones
neonatos, descubrieron que la extirpación del timo causaba insuficiencias profundas en las
respuestas inmunitarias mediadas por células. El rechazo de la piel trasplantada de un donante
heterólogo, es un ejemplo de la respuesta inmunitaria mediada por células. Los ratones
timectomizados exhiben una marcada reducción en la cantidad de linfocitos en regiones
especificas del bazo y de los ganglios linfáticos (regiones dependientes del timo). Las regiones
de carencia son diferentes de las que se identificaron después de la extirpación de la bolsa de
Fabricio en los pollos. Estos linfocitos afectados se denominaron, entonces, linfocitos T o
células T; por lo tanto, la “T” hace alusión al timo.

citos B también expresan las moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad II (MHC II)
en su superficie celular. Sus marcadores CD son CD9, CD19 y CD20. Los linfocitos asesinos
naturales (células NK) no son linfocitos T ni linfocitos B y están especializados en destruir
ciertos tipos de células diana. Los linfocitos NK son parte de la inmunidad inespecífica (innata).
Los linfocitos NK, que se desarrollan a partir de las mismas células progenitoras linfoides (CLP)
que los linfocitos B y los linfocitos T, reciben su nombre (células asesinas naturales) por la
capacidad para destruir ciertos tipos de células diana. Constituyen entre el 5 % y el 10 % de los
linfocitos circulantes. No maduran en el timo y, por lo tanto, no expresan TCR. Sin embargo,
durante su desarrollo, se programan genéticamente para reconocer las células transformadas
(p. ej., células infectadas con un virus o células tumorales). Los linfocitos NK destruyen células
diana en forma semejante a la de los linfocitos T CD8+ citotóxicos. Después del reconocimiento
de una célula transformada, los linfocitos NK se activan y liberan perforinas y granzimas
(fragmentinas), sustancias que crean conductos en la membrana plasmática celular e inducen
la fragmentación del ADN. Estos fenómenos conducen a la apoptosis o lisis de la célula diana.
La regulación de los linfocitos NK es mediada por la activación y la inhibición de receptores de
citotoxicidad natural (NCR) en su superficie celular. Sus marcadores específicos incluyen
CD16a, CD56 y CD94. Desarrollo y diferenciación de los linfocitos Los linfocitos sufren
diferenciación independiente de antígeno en los órganos linfáticos primarios. En los seres
humanos y otros mamíferos, la médula ósea y el GALT (denominados en conjunto órganos
equivalentes a la bursa), y el timo se han identificado como órganos linfáticos primarios
(centrales). Los linfocitos se diferencian en células inmunocompetentes en estos órganos. Al
principio,

ζζ ηζ

CD3 TCR

βα

Regiones de fijación para el complejo Ag-MHC

CITOPLASMA DEL LINFOCITO T

CC CCC CC CC

FIGURA 14-3 ▲ Diagrama esquemático de la estructura molecular del complejo CD3–TCR. La


molécula CD3 consiste en cinco cadenas polipeptídicas diferentes con pesos moleculares que
oscilan entre 16 kDa y 28 kDa. Esta molécula está en asociación estrecha con el receptor de
células T (TCR), que tiene dos cadenas polipeptídicas (a y b). La célula T puede activarse
después de la interacción del TCR con el antígeno (Ag), exhibido en la superficie de una
molécula del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC). Esta interacción transmite las
señales al interior de la célula a través de la molécula CD3. Esta señal estimula la célula T para
que secrete interleucinas, las que a su vez, estimulan la proliferación y la diferenciación de
estos linfocitos.

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

NN

α1

α1

α2

α3

α2

β1

β2

MHC I MHC II

Región de fijación al antígeno


Región de fijación al antígeno

CC

microglobulina b2

los linfocitos son programados genéticamente para reconocer un antígeno individual entre un
número casi infinito de antígenos posibles, un proceso denominado diferenciación y
proliferación independiente de antígeno. Estas células inmunocompetentes ingresan,
entonces, en la sangre o la linfa y son transportadas hacia todo el organismo, donde se
dispersan en el tejido conjuntivo. Los linfocitos sufren activación dependiente de antígeno en
los órganos linfáticos secundarios. Los linfocitos inmunocompetentes (junto con las células
plasmáticas derivadas de los linfocitos B y con los macrófagos) se organizan alrededor de las
células reticulares y sus

fibras reticulares para formar los tejidos y los órganos linfáticos efectores adultos (es decir,
nódulos linfáticos, ganglios linfáticos, amígdalas y bazo). Dentro de estos órganos linfáticos
secundarios (periféricos), los linfocitos T y B sufren una activación dependiente de antígeno
para convertirse en linfocitos efectores y linfocitos con memoria. Respuestas inmunitarias
frente a antígenos La inflamación es la respuesta inicial frente a un antígeno. La reacción inicial
del cuerpo frente a la invasión de un antígeno, ya sea una molécula extraña o un organismo
patógeno, es la defensa no específica conocida como respuesta inflama

FIGURA 14-4 ▲ Diagrama esquemático de la estructura molecular de las moléculas MHC I y


MHC II. La molécula MHC I es una glucoproteína que se expresa en la superficie de todas las
células nucleadas del cuerpo y en las plaquetas. Estas moléculas presentan péptidos
sintetizados en forma endógena para su reconocimiento por los linfocitos T CD8+ citotóxicos.
Por lo tanto, la molécula MHC I actúa como la diana para la eliminación de las células propias
anómalas que producen proteínas anómalas (p. ej., células infectadas por un agente
intracelular, como un virus, o células que han sido transformadas por el cáncer). La MHC I está
compuesta por una cadena pesada α (45 kDa) y una cadena polipeptídica más pequeña de
microglobulina b2 (12 kDa) unida en forma no covalente. La microglobulina b2 promueve la
maduración de las células T y actúa como un factor quimiotáctico. La molécula MHC II también
es una glucoproteína, pero se expresa en una población restringida de células conocidas como
células presentadoras de antígenos (APC). Las moléculas MHC II presentan péptidos exógenos
(extraños) a los linfocitos T CD4+ cooperadores. Están formadas por dos cadenas, una cadena a
(33 kDa) y una cadena β (29 kDa), cada una de las cuales posee grupos de oligosacáridos. Cabe
notar, que la región de fijación al antígeno en la molécula MHC I es más angosta que en la
molécula MHC II. Por lo tanto, el tamaño de los péptidos exhibidos varía entre 8 a 10
aminoácidos en MHC I y entre 18 a 20 aminoácidos en MHC II.

CUADRO 14-2 Correlación clínica: reacciones de hipersensibilidad

Cuando una persona es sensibilizada inmunitariamente por la exposición a un antígeno, una


exposición ulterior podría conducir, no sólo a la respuesta secundaria, sino también a
reacciones indeseables que lesionan los tejidos, llamadas reacciones de hipersensibilidad.
Estas reacciones se observan en seres humanos sensibilizados después de picaduras de
insectos o de inyecciones de penicilina. Existen varios tipos de reacciones de hipersensibilidad;
no obstante, el tipo más común es la reacción alérgica (tipo I, inmediata o hipersensibilidad
anafiláctica). La reacción suele desarrollarse alrededor de 15 a 30 minutos después de la
exposición al antígeno (alérgeno) y puede causar una gran variedad de síntomas que
comprende la piel (urticaria y eczema), los ojos (conjuntivitis), las cavidades nasales (rinorrea,
rinitis), los pulmones (asma) y el tubo digestivo (gastritis). Las reacciones alérgicas están
mediadas por los anticuerpos IgE que son responsables de la desgranulación inducida por
anticuerpos de los mastocitos o los gránulos

basófilos. Estos gránulos contienen mediadores preformados (es decir, histamina, proteasas de
serina, factor quimiotáctico eosinófilo) y mediadores recién sintetizados (es decir,
leucotrienos, interleucinas), los que explican las características aflictivas de las reacciones de
hipersensibilidad. Los eosinófilos son atraídos por el factor quimiotáctico eosinófilo al sito de
desgranulación del mastocito, donde neutralizan los efectos de los mediadores liberados por
los mastocitos y los basófilos. Por ello, los eosinófilos se ven con frecuencia en el tejido
conjuntivo de los sitios en que ocurren reacciones alérgicas o de hipersensibilidad de otro tipo.
Las reacciones alérgicas son aumentadas por el factor de activación de plaquetas (PAF), que
causa la aglomeración de plaquetas y la liberación adicional de histamina, heparina y
sustancias vasoactivas. El tratamiento de los síntomas se logra con fármacos antihistamínicos
que bloquean los receptores de histamina. booksmedicos.org

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487

CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

nos de insectos, pueden desencadenar respuestas inmunitarias secundarias intensas que


producen reacciones de hipersensibilidad, como las de tipo I, también conocidas como
hipersensibilidad anafiláctica (v. cuadro 14-2). Sin embargo, los anticuerpos por sí mismos no
destruyen los antígenos invasores, sino que simplemente los marcan para su destrucción por
las células del sistema inmunitario. Los dos tipos de respuestas inmunitarias específicas son la
respuesta humoral y la respuesta mediada por células. En general, un encuentro con un
antígeno dado desencadena una respuesta que puede ser humoral (producción de
anticuerpos) o mediada por células. No obstante, es normal que participen tanto el sistema
inmunitario celular como el humoral, si bien suele predominar uno de los dos, según el
estímulo. • La inmunidad humoral (mediada por anticuerpos) actúa en forma directa sobre el
agente invasor. Estos anticuerpos son producidos por los linfocitos B y por las células
plasmáticas derivadas de los linfocitos B. En algunas enfermedades (p. ej., el tétanos), una
persona no inmune puede convertirse en inmune al recibir una inyección de anticuerpo
purificado de la sangre de una persona o un animal inmune. La eficacia de esta transferencia
pasiva prueba que el responsable de la protección es el anticuerpo. • La inmunidad celular es
mediada por linfocitos T específicos que atacan y destruyen las células propias o extrañas
infectadas por virus. La inmunidad mediada por células es importante en la defensa contra
infecciones por virus, hongos y micobacterias, así como también contra las células tumorales.
La inmunidad mediada por células también es responsable del rechazo de los trasplantes.

toria. La respuesta inflamatoria puede secuestrar el antígeno, digerirlo físicamente con


enzimas secretadas por los neutrófilos o fagocitarlo y degradarlo en el citoplasma de los
macrófagos. La degradación de los antígenos llevada a cabo por los macrófagos puede
conducir a la posterior presentación de una porción del antígeno a los linfocitos
inmunocompetentes para obtener una respuesta inmunitaria específica. Las respuestas
inmunitarias específicas pueden ser primarias o secundarias. Cuando las células
inmunocompetentes se encuentran con un antígeno extraño (p. ej., antígeno asociado con
microorganismos patógenos, trasplante de tejido o toxinas), se genera una respuesta
inmunitaria específica contra ese antígeno. Una respuesta inmunitaria primaria se refiere al
primer encuentro del organismo con un antígeno. Esta respuesta se caracteriza por un período
de latencia de varios días, antes de que puedan detectarse en la sangre los anticuerpos
(principalmente IgM) o los linfocitos específicos dirigidos contra el antígeno invasor. La primera
respuesta a un antígeno es iniciada por un solo linfocito B o unos pocos de ellos, que han sido
programados genéticamente para responder ante ese antígeno específico. Después de esta
respuesta inmunitaria inicial, unos pocos linfocitos B específicos para el antígeno permanecen
en la circulación como células de memoria. La respuesta inmunitaria secundaria suele ser más
rápida y más intensa (caracterizada por una concentración mayor de anticuerpos secretados,
por lo general de la clase IgG) que la respuesta primaria, porque ya hay linfocitos B de
memoria que están programados para responder ante ese antígeno específico. La respuesta
secundaria es la base de la mayoría de las inmunizaciones contra enfermedades bacterianas y
víricas comunes. Algunos antígenos, como la penicilina y los vene

LINFOCITO T CD8+ CITOTÓXICO

Péptido específico de cáncer

MHC I CD8

CD3

TCR

Antígeno

Antígeno

Antígeno

MACRÓFAGO

LINFOCITO T CD4+ COOPERADOR

Antígeno extraño

MHC II

MHC II CD4

CD3

TCR

B7

B7

CD28

CD28
Linfocito T CD 8+ CD4+ T cell

ba

CÉLULA TRANSFORMADA POR CÁNCER FIGURA 14-5 ▲ Diagrama esquemático de las


interacciones moleculares que ocurren durante la presentación de antígenos. Para activarse,
los linfocitos T, tanto citotóxicos como cooperadores, necesitan identificar antígenos
presentados como “no propio” y reconocer la clase apropiada de moléculas MHC. Nótese que
cada interacción entre un complejo antígeno- MHC y su receptor de célula T (TCR) específico,
necesita una señal coestimuladora proveniente de la interacción de CD28 con las moléculas
B7. Sin una señal coestimuladora, el linfocito T no puede activarse por completo. a. En todas
las células nucleadas del cuerpo, un antígeno de virus o las proteínas de cáncer (específicas de
tumor) se exhiben en el contexto de las moléculas MHC I para interactuar con los linfocitos T
CD8+ citotóxicos. b. En las células presentadoras de antígeno (p. ej., macrófagos), los antígenos
extraños se exhiben en el contexto de las moléculas MHC II para interactuar con un linfocito T
CD4+ cooperador.

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

CD4

CD3

TCR Ag procesado

MHC II

MHC II

Ag

BCR

CD40L

CD40

IL-2

IL-2

IL-4

IL-5

IL-10

IL-13

Células plasmáticas

Linfocitos B con memoria


BB

Anticuerpos

Linfocito T CD4+

FIGURA 14-6 ▲ Diagrama esquemático de la activación de los linfocitos B que conduce a la


formación de células plasmáticas y de linfocitos B de memoria. Los linfocitos B se activan por la
unión del antígeno (Ag) a los receptores de los linfocitos B (BCR; anticuerpos unidos
membrana) expresados en su superficie. Como célula presentadora de antígenos, un linfocito
B internaliza el complejo BCR- antígeno, digiere parcialmente el antígeno y después exhibe
partes de éste en la superficie de sus propias moléculas MHC II. El receptor de la célula T (TCR)
en un linfocito T CD4+ cooperador (linfocito TH2) reconoce tanto el antígeno como la molécula
MHC II y así se activa el linfocito. El linfocito T CD4+ cooperador activado libera interleucinas
IL-2, IL4, IL-5, IL10 e IL13, que promueven la mitosis y la diferenciación de los linfocitos B en
células plasmáticas y linfocitos B de memoria. Cabe notar la presencia de un complejo de
moléculas coestimuladoras entre los linfocitos B y T. Ab, anticuerpo.

IFN-γ

LINFOCITO NK CÉLULA DE CÁNCER Secreción de perforinas y granzimas

Activación del linfocito NK

Activación de la apoptosis

IgG

IgG

Antígeno de cáncer

Granzimas (fragmentinas) Perforinas

Receptor de IFN- γ

Receptores de Fc 21

FIGURA 14-7 ▲ Diagrama esquemático de la activación de los linfocitos NK que conduce a la


destrucción de una célula tumoral transformada (célula de cáncer) por citotoxicidad mediada
por células dependiente de anticuerpo (ADCC). La reacción de ADCC comprende (1) la
activación de los linfocitos NK por la unión del interferón γ (IFN-γ), un poderoso activador de
células NK, al receptor en su superficie celular (receptor de IFN-γ) y (2) la unión de una célula
cubierta de anticuerpo o de anticuerpo y complemento a una célula NK portadora de
receptores para Fc. Estas reacciones inducen la apoptosis o a la lisis de la célula blanco, en
general, a través de la acción de anticuerpos específicos de tumores o la acción de perforinas y
granzimas (fragmentinas) secretadas por los linfocitos NK activados.

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

Las dos clases de moléculas MHC exponen péptidos en la superficie de las células. Las
moléculas MHC exponen fragmentos cortos de proteínas extrañas digeridas en la superficie de
las células. Estas proteínas se fijan a las moléculas MHC dentro de las células y después son
transportadas hacia la superficie celular. Las moléculas MHC I y MHC II son productos de un
“supergen” localizado en el cromosoma 6 en los seres humanos, conocido como complejo
génico mayor de histocompatibilidad. La expresión de este complejo génico produce moléculas
que son específicas no sólo de la célula individual que lo produce sino también del tipo de
tejido y del grado de diferenciación celular. El MHC I se expresa en la superficie de todas las
células nucleadas y de las plaquetas. Las moléculas MHC I actúan como una diana para
permitir la eliminación de las células propias anómalas (p. ej., células infectadas por virus o
transformadas por cáncer). Las moléculas MHC I realizan esta función al exponer en su
superficie fragmentos cortos de todos los péptidos que son sintetizados activamente por la
célula. Por lo tanto, todos los péptidos endógenos “propios” se exhiben en la superficie de
cada célula en el organismo, pero los péptidos de virus

Los linfocitos T cooperadores y los linfocitos T citotóxicos (CTL) reconocen y se fijan a los
antígenos que están unidos a moléculas MHC. Para entender cómo se inician las respuestas
inmunitarias específicas (respuesta humoral y respuesta mediada por células), se debe
comprender el papel central desempeñado por los linfocitos T cooperadores y citotóxicos. Los
linfocitos T cooperadores y citotóxicos actúan como “patrullas” del sistema inmunitario.
Ambos tipos de linfocitos tienen un receptor de célula T (TCR), una proteína transmembranal
cuya porción expuesta se encuentra en la membrana de la célula T en estrecha proximidad con
el marcador CD3 (fig. 14-3). El TCR reconoce al antígeno sólo cuando está unido a “moléculas
de identificación”, las moléculas MHC. Además, los linfocitos T cooperadores solo pueden
reconocer un antígeno cuando es “presentado” a ellos por células denominadas células
presentadoras de antígeno (APC). Los linfocitos T citotóxicos sólo pueden reaccionar ante un
antígeno “extraño” expuesto en otras células del organismo, como las transformadas por
cáncer o infectadas por un virus.

CD28B7

CD3

CD8

CD8+

MHC I

TCR

Macrófago

ApoptosisCélula infectada por virus

Granzimas (fragmentinas) Perforinas

CD8+

CD8+

CD8+
CD8+CD4 +

MACRÓFAGO

IL-2 IL-2

FIGURA 14-8 ▲ Diagrama esquemático de la activación de un linfocito T que conduce a la


eliminación de una célula infectada por virus. El complejo TCR–CD3 en un linfocito T CD4+
cooperador reconoce el antígeno extraño exhibido en una molécula MHC II en la superficie de
un macrófago. Este reconocimiento desencadena una rápida respuesta de los linfocitos B y la
liberación de interleucina 2 (IL-2). El mismo macrófago también expresa moléculas MHC I
(como todas las otras células del organismo) que interactúan con el TCR adecuado en la
superficie de un linfocito T CD8+ citotóxico. El linfocito T CD8+ citotóxico también posee
receptores de IL-2. Las IL-2 unidas a estos receptores estimulan la célula para que se divida y se
diferencie. El linfocito T CD8+ citotóxico recién formado migra al sitio de la infección vírica. Allí,
el TCR reconoce los antígenos exhibidos del virus en las superficies de las moléculas MCH I de
las células infectadas. Después del reconocimiento exitoso de estas proteínas “no propias”, el
linfocito T CD8+ citotóxico secreta perforinas y granzimas que destruyen las células infectadas.
Es de destacar que la interacción de los linfocitos T CD8+citotóxicos con una célula infectada
no necesita señales coestimuladoras.

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

o específicos de cáncer sólo se exhiben en la superficie de las células infectadas o


transformadas (fig. 14-4). Las moléculas MHC I presentan fragmentos de péptidos (de 8 a 10
aminoácidos de longitud) a los linfocitos T CD8+ citotóxicos. El MHC II tiene una distribución
limitada (v. fig. 14-4). Se expresa en la superficie de todas las APC y es decisiva en las
interacciones inmunitarias. Las moléculas MHC II presentan péptidos extraños que han sufrido
endocitosis y que han sido parcialmente digeridos (de 18 a 20 aminoácidos de longitud) a los
linfocitos T CD4+ cooperadores.

Activación de los linfocitos T y B La activación de los linfocitos T requiere la presencia de


señales coestimuladoras. Tanto los linfocitos T cooperadores como los linfocitos T citotóxicos
necesitan dos señales estimuladoras para activarse completamente y para diferenciarse y
proliferar a continuación. La interacción del TCR y las moléculas CD4 o CD8 con el complejo
antígeno-MHC se conoce como la primera señal. La segunda señal, que se denomina señal
coestimuladora, se

Nombre Símbolo Fuente Funciones principales Interleucina 1 IL -1 Neutrófilos, monocitos,


macrófagos, células endoteliales Estimula diversas células en la respuesta inflamatoria Induce
hipertermia Facilita la proliferación de linfocitos T CD41 y la proliferación y la diferenciación de
los linfocitos B Interleucina 2 IL -2 Linfocitos T CD41 Induce la proliferación y la diferenciación
de los linfocitos T CD41 y, en menor medida, de los linfocitos T CD81, los linfocitos B y los
linfocitos NK. Interleucina 3 IL -3 Linfocitos T CD41 Induce la proliferación de las células madre
hematopoyéticas Interleucina 4 IL -4 Linfocitos T CD41, mastocitos Induce la proliferación y la
diferenciación de los linfocitos B y los linfocitos T CD41. Activa macrófagos Promueve la
síntesis de IgE y de IgG Interleucina 5 IL -5 Linfocitos T CD41 Induce la proliferación y la
diferenciación de los eosinófilos Estimula los linfocitos B para que secreten IgA Interleucina 6 IL
-6 Células endoteliales, neutrófilos, macrófagos, linfocitos T Estimula la diferenciación de las
células hematopoyéticas Induce la proliferación de los linfocitos T activados Interleucina 7 IL -7
Células adventicias de la médula espinal Induce la proliferación y la diferenciación de los
progenitores de los linfocitos B y T Interleucina 8 IL -8 Macrófagos, células endoteliales Actúa
como factor quimiotáctico sobre los linfocitos T y los neutrófilos Interleucina 9 IL -9 Linfocitos T
CD41 Facilita la proliferación de los linfocitos T CD41 (pero no de los linfocitos T CD81)
Estimula la proliferación de las células hematopoyéticas Activa los mastocitos Interleucina 10 IL
-10 Macrófagos, linfocitos T Actúa sobre los linfocitos T como un factor inhibidor de la síntesis
de citocinas Inhibe las funciones de los macrófagos Interleucina 11 IL -11 Macrófagos Facilita la
proliferación de células hematopoyéticas, sobre todo megacariocitos. Interleucina 12 IL -12
Linfocitos T Estimula la proliferación de los linfocitos NK, los linfocitos T CD41 y los linfocitos T
CD81 Interleucina 13 IL -13 Linfocitos T Modula las respuestas de los linfocitos B y promueve la
síntesis de IgE Interleucina 14 IL -14 Linfocitos T, células dendríticas foliculares Induce la
producción de los linfocitos B con memoria Interleucina 15 IL -15 Linfocitos T, monocitos
Induce la proliferación y la diferenciación de los linfocitos T CD81 Interleucina 16 IL -16
Linfocitos T Activa la migración de linfocitos T CD81, los monocitos y los eosinófilos
Interleucina 17 IL -17 Linfocitos T CD41con memoria Estimula las células endoteliales y los
fibroblastos para que secreten citocinas

Ig, inmunoglobulina; NK, asesino natural (natural killer).

TABLA 14-3 Características de las interleucinas

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

consigue por la interacción de moléculas de la membrana de los linfocitos T con moléculas


superficiales de las APC. Las interacciones más importantes se producen entre la molécula
CD28 expresada en la membrana de la célula T y la molécula B7 (CD86) expresada en la
membrana de la APC. Otro par de señales coestimuladoras se genera por la interacción de
CD40 (en las células APC) con CD40L (CD154) en los linfocitos T. Cuando un linfocito T (CD4+)
cooperador reconoce un antígeno unido a una molécula MHC, el TCR se une al com

plejo antígeno-MHC II. La unión del TCR al complejo antígeno-MHC II en presencia de una señal
coestimuladora (derivada de la interacción CD28-B7) activa el linfocito T cooperador para que
libere químicos inmunitarios o citocinas. Las citocinas son sustancias inmunitarias (proteínas)
que actúan como moduladores biológicos de las respuestas inmunitarias. Las citocinas
específicas secretadas por los linfocitos T CD4+ cooperadores se denominan interleucinas (IL).
Las interleucinas estimulan a otros linfocitos T, linfocitos B y linfocitos NK para que se
diferencien y proliferen.

Cadena invariable

Endosoma temprano

Endosoma tardío
MHC II y antígeno degradados

Lisosoma

RER

β2M

MHC I

Aparato de Golgi

MHC II

Degradación mediada por proteasoma

Proteína endógena

MHC II con cadena invariable

MHC II con antígeno procesado

Antígeno exógenoMHC I con péptido endógeno

FIGURA 14-9 ▲ Diagrama esquemático de los mecanismos de procesamiento en la síntesis de


MHC I y MHC II y la presentación de antígenos. Durante el procesamiento y la presentación de
antígeno (Ag) citoplasmático para las moléculas MHC I (mecanismo señalado por flechas rojas),
los antígenos proteicos en el citoplasma sufren una degradación mediada por proteasoma en
fragmentos de 8 a 10 aminoácidos, que después se introducen retículo endoplásmico rugoso
(RER). En el RER, las cadenas α recién sintetizadas de moléculas MHC I interactúan tanto con el
antígeno procesado (amarillo) como con la microglobulina b2 (b2-M) y forman un complejo
estable. Este complejo abandona el RER siguiendo la vía secretora normal a través del aparato
de Golgi. El complejo antígeno-MHC I se exhibe en la superficie celular, donde queda
disponible para su reconocimiento por los linfocitos T CD8+ citotóxicos. Las moléculas MHC II
se arman en el RER y después se unen a una cadena invariable que bloquea el sitio de fijación
para el antígeno. En este punto, la molécula MHC II y la cadena invariable se secretan hacia la
superficie celular (mecanismo señalado por las flechas azules). Después de una breve
permanencia en la superficie celular, la molécula MHC II y la cadena invariable sufren
endocitosis y dentro de un endosoma temprano, la cadena invariable se degrada. El antígeno
extraño (exógeno) (naranja) sufre endocitosis y es digerido parcialmente por degradación
proteolítica en los endosomas (mecanismo señalado por las flechas grises). La molécula MHC II
ahora puede fijar el antígeno extraño procesado y regresa con él a la superficie celular. En la
superficie celular, el complejo antígeno-MHC II es reconocido por los linfocitos CD4+
cooperadores, lo cual inicia la respuesta inmunitaria. Si la molécula MHC II no consigue
capturar el antígeno, éste será degradado en el compartimento lisosómico (mecanismo
señalado por las flechas verdes).

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO


dores (fig. 14-5b); se dice que estas células están restringidas al MHC II. Las moléculas MHC II
se encuentran en las APC, como los macrófagos, cuya función principal es presentar antígenos
a los linfocitos T. Para que los linfocitos B se activen y se diferencien en células plasmáticas,
tienen que interaccionar con los linfocitos T cooperadores. Cada linfocito B reacciona sólo con
un antígeno individual o con un tipo de sitio antigénico que ha sido programado
genéticamente para su reconocimiento. La activación de los linfocitos B necesitan dos señales.
Una deriva de la interacción entre los BCR y el antígeno. Las moléculas del antígeno fijadas se
incorporan en los linfocitos B por endocitosis mediada por receptor y, luego, los fragmentos
del antígeno se exponen en la superficie celular con la ayuda de las moléculas MHC II. Los
linfocitos T cooperadores con TCR complementarios se fijan a los linfocitos B y proporcionan la
señal coestimuladora secundaria. La unión suele comprender la reacción entre las moléculas
CD40 en la superficie de un linfocito B con sus ligandos (CD40L o CD154) que residen en la
superficie del linfocito T cooperador. Estas interacciones completan el proceso de activación
de un linfocito B e inducen en un linfocito T participante la secreción de citocinas especificas
que estimulan la mitosis y la diferenciación de un linfocito B. Los detalles de la activación del
linfocito B se ilustran en la figura 14-6. Los linfocitos B

Cuando un linfocito T CD8+ citotóxico (CTL) reconoce un complejo antígeno-MHC I, el TCR se


une a él. Si se presenta una señal coestimuladora (derivada de la interacción de CD40 y CD40L),
el CTL se activa. Una vez activado, el CTL también libera citocinas que estimulan la proliferación
celular y la destrucción de las células propias anómalas. Algunos CTL pueden no necesitar
señales coestimuladoras después del reconocimiento del antígeno para destruir las células
diana con antígenos extraños expuestos. Los linfocitos T CD8+ citotóxicos están restringidos al
MHC I y los linfocitos T CD4+ cooperadores están restringidos al MHC II. Las moléculas MHC
son reconocidas por los linfocitos T CD4+ cooperadores o por los linfocitos T CD8+ citotóxicos,
según la clase de molécula MHC que participe. Esta presentación restringida de antígenos
extraños por moléculas MHC a los linfocitos T citotóxicos o a los linfocitos T cooperadores es
un componente clave de la vigilancia inmunitaria. La molécula MHC I con el antígeno peptídico
expuesto en su superficie interactúa sólo con el TCR y la molécula CD8 expresada en los
linfocitos T CD8+ citotóxicos. En consecuencia, estas células se describen como restringidas al
MHC I.Esta interacción permite a los linfocitos T citotóxicos reconocer células diana infectadas
o transformadas (fig. 14-5a). En cambio, la molécula MHC II con el antígeno peptídico expuesto
en su superficie, interactúa sólo con el TCR y la molécula CD4 expresada en los linfocitos T
CD4+ coopera

MHC II

MHC II IL-2

Bacterias

Lisosomas

MACRÓFAGO

Bacteria que proliferan en fagosomas

TCR CD3 CD28B7

CD4

CD4+
CD4+

CD4+

CD4+

CD4+

MACRÓFAGO ACTIVADO EN FORMA CLÁSICA

MHC II

IFN-g

FIGURA 14-10 ▲ Proceso de activación clásica del macrófago por un linfocito T CD4+
cooperador. Los linfocitos T CD4+ cooperadores reconocen el antígeno bacteriano expresado
en el contexto de las moléculas MHC II, en la superficie de un macrófago que ha fagocitado las
bacterias. El reconocimiento de las moléculas MHC II activa la célula T, la cual a su vez, secreta
IL-2. La IL-2 actúa como una hormona autocrina al estimular la mitosis y la diferenciación. Los
linfocitos T CD4+ cooperadores recién formados, también interactúan con las moléculas MHC II
y liberan interferón γ (IFN-γ ). Esta citocina estimula el macrófago para que se transforme en
un macrófago activado en forma clásica (M1) y destruya las bacterias dentro de sus fagosomas.
Las moléculas CD4 en la superficie del linfocito T también potencian las reacciones
antibacterianas.

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

Correlación clínica: virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y síndrome de inmunodeficiencia


adquirida (SIDA)CUADRO 14-3

El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es un retrovirus de ARN; contiene una enzima


denominada transcriptasa reversa. Este virus que causa el síndrome de inmunodeficiencia
adquirida (SIDA). Tiene un período de incubación que puede durar hasta 11 años antes de que
aparezcan los síntomas clínicos del SIDA. La gran mayoría de las personas infectadas con VIH
finalmente desarrollan el SIDA. El VIH se introduce en los linfocitos T cooperadores al unirse a
las moléculas CD4. Entonces, el virus inyecta su propia información genética en el citoplasma
celular (fig. C14-3.1). Esta información genética inyectada consiste en ARN monocatenario. El
ARN del virus se incorpora en el genoma del linfocito T hospedador infectado por la
transcripción reversa del ARN en el ADN. Después, el linfocito T hace copias del virus que
abandonan la célula por exocitosis. Estas partículas de VIH luego infectan otros linfocitos T
cooperadores. El sistema inmunitario responde a esta situación con la producción de linfocitos
T CD8+ citotóxicos y anticuerpos dirigidos contra las partículas de virus. Los linfocitos T CD8+
citotóxicos destruyen los linfocitos T CD4+, con lo que reducen el número de linfocitos T
cooperadores (el recuento de linfocitos T cooperadores, en realidad, se utiliza como un
indicador clínico de la progresión de la infección por VIH). A medida que la población de
linfocitos T CD4+ cooperadores se agota, las personas infectadas finalmente se tornan
incapaces de
generar una respuesta inmunitaria contra las infecciones bacterianas o víricas. Suelen morir a
causa de infecciones secundarias producidas por microorganismos oportunistas o de cáncer .
El tratamiento anti-VIH es la principal estrategia contra las infecciones por VIH y el SIDA. La
azidotimidina (AZT), un inhibidor de la transcriptasa reversa, fue el primer fármaco
prometedor que se utilizó para tratar la infección por VIH. Actualmente, lo más efectivo es un
tratamiento farmacológico múltiple conocido como tratamiento antirretroviral muy activo
(HAART = highly active antirretroviral therapy), que utiliza una combinación de varios fármacos
quimioterapéuticos. Éstos comprenden inhibidores nucleosídicos y no nucleosídicos de la
transcriptasa reversa e inhibidores de proteasas del VIH. El HAART ofrece varias ventajas sobre
el monotratamiento, como acción sinérgica de la dosis y reducción de los efectos colaterales,
así como la disminución de la resistencia a los fármacos. En la actualidad, se están
desarrollando varios nuevos grupos de fármacos, que incluyen inhibidores de fusión e
integrasa. Los inhibidores de fusión impiden la fusión de la cápside del virus con el linfocito
CD4+ mediante la unión a la glucoproteína gp41 (v. fig. C14-3.1) y los inhibidores de integrasa
bloquean la integración del ADN del virus en el genoma de la célula hospedadora.

VIH

VIH

CD4

CCR5

Receptor de quimiocina

gp 41

gp 120

gp 41

ARN

Transcriptasa inversa

Núcleo

Genoma celular

Provirus VIH

Copia de ADN del ARN de VIH

ARN

Linfocito T CD4+

FIGURA C14-3.1 ▲ Diagrama esquemático de la interacción entre el VIH y el linfocito T CD4+


cooperador. El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es el virus de ARN que posee la
enzima transcriptasa reversa. La envoltura del VIH contiene una gran concentración de
glucoproteínas, denominadas gp120, que se unen a las moléculas CD4 en los linfocitos T
cooperadores. Esto produce la formación del complejo CD4-gp120, que extrae la proteína de
su envoltura para permitir que otra glucoproteína, la gp41, quede expuesta en la superficie del
virus. La gp41 expuesta interactúa con el linfocito T cooperador al fijar el virus a la membrana
celular. Además, la gp120 interactúa con el receptor de la quimiocina tipo 5 (CCR5), que es un
correceptor importante de esta unión. Otros receptores de la quimiocina también pueden
interactuar con proteínas gp120. Entonces, la envoltura del virus se fusiona con la membrana
del linfocito T para permitir, así, que el virus inyecte su información genética (ARN vírico con
transcriptasa reversa) en el citoplasma del linfocito T. La transcriptasa reversa produce una
copia de ADN de cadena doble de una cadena simple de ARN del virus. El ADN vírico recién
sintetizado se transporta, entonces, hacia el núcleo del linfocito T. Con la colaboración de otra
enzima integrasa vírica, este ADN que contiene información del virus, se incorpora en el
genoma de la célula hospedadora y en este punto recibe el nombre de “provirus”. Al mismo
tiempo, el mecanismo de producción de proteínas traduce el ARN del virus en el citoplasma
del linfocito T para sintetizar nuevas proteínas víricas.

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

Gl Gl LPGl Gl LPGl Gl LPGl Gl LPGl Gl LP

FIGURA 14-12 ▲ Microfotografía de tejido linfático difuso. Esta fotomicrografía muestra el


tejido linfático difuso en la lámina propia (LP) del intestino grueso. También se ve la porción
inferior de dos glándulas intestinales (GI). El tejido linfático difuso, muy celular, incluye
fibroblastos, células plasmáticas y eosinófilos. Sin embargo, el componente celular más
abundante, cuya presencia caracteriza el tejido linfático difuso, es el linfocito, que puede
identificarse por su núcleo pequeño, redondeado e hipercromático. 320 X.

activados se diferencian en células plasmáticas y en linfocitos B de memoria. • Las células


plasmáticas sintetizan y secretan un anticuerpo específico. Durante este proceso, los linfocitos
B activados sufren un cambio: en vez de sintetizar sus BCR como proteínas integrales de la
membrana pasan a producir una versión soluble, que recibe el nombre de anticuerpos. • Los
linfocitos B de memoria responden con más rapidez ante el próximo encuentro con el mismo
antígeno. El anticuerpo específico producido por una célula plasmática se une al antígeno
estimulador para formar un complejo antígeno-anticuerpo. Estos complejos se eliminan de
diferentes maneras, entre ellas la destrucción por linfocitos NK y la fagocitosis por macrófagos
y eosinófilos. En la citotoxicidad mediada por células dependiente de anticuerpos (ADCC), las
moléculas IgG dirigen a los linfocitos NK hacia sus dianas. Las membranas de muchas células,
incluyendo los linfocitos NK, los macrófagos, los neutrófilos y los eosinófilos, poseen
receptores de Fc de inmunoglobulinas y pueden destruir ciertas células diana. Los linfocitos NK
reconocen la región Fc de los anticuerpos y atacan y destruyen en forma preferencial las
células diana, en general las que están cubiertas con anticuerpos de IgG (fig. 14-7). El
reconocimiento y la posterior destrucción de las células diana cubiertas con anticuerpo se
denomina citotoxicidad mediada por células dependiente de anticuerpos (ADCC). Los
anticuerpos en la ADCC que cubren las células diana suelen incluir anticuerpos específicos

Vasos linfáticos aferentes

Vaso linfático eferente

Conducto linfático derechoNódulo linfático


Vénula de endotelio alto

Vena

Vena cava superior

aorta

Corazón

Arteria

FIGURA 14-11 ▲ Diagrama que ilustra la circulación de los linfocitos en el organismo. Los
linfocitos ingresan en los ganglios linfáticos mediante dos vías: los vasos linfáticos aferentes y a
través de la pared de las vénulas del endotelio alto (HEV) en la corteza profunda. El recuadro
muestra características del HEV, las que incluyen el endotelio cúbico, la membrana basal
continua y los pericitos ocasionales (púrpura). Algunos linfocitos se desplazan hacia las
regiones T y B del ganglio, mientras que otros atraviesan el parénquima ganglionar y lo
abandonan a través de un vaso linfático eferente. Por último, los linfocitos ingresan en un vaso
linfático de gran calibre, en este caso el conducto linfático derecho, que desemboca en la
unión de la vena yugular interna derecha y la vena subclavia derecha. Los linfocitos continúan
su desplazamiento hacia el lado arterial de la circulación y, a través de las arterias, hacia los
tejidos linfáticos del organismo o hacia los tejidos donde participan en reacciones inmunitarias.
Desde los tejidos linfáticos, los linfocitos retornan a los ganglios linfáticos y se introducen en
ellos a través de las HEV.

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

para tumores. Esta unión (a través de la región Fc) produce la apoptosis y la lisis de la célula
diana. Si el antígeno es una bacteria, el complejo antígeno-anticuerpo también puede activar
un sistema de proteínas plasmáticas denominado sistema del complemento y hacer que uno
de sus componentes, por lo general C3, se una a la bacteria y actúe como un ligando para su
fagocitosis por macrófagos. Las células extrañas unidas al complemento también son dianas de
la ADCC. En la respuesta inmunitaria mediada por células, los linfocitos T CD8+ citotóxicos
(CTL) alcanzan y destruyen las células infectadas por virus y las células transformadas. Cuando
el TCR de un CTL reconoce y se une a un complejo antígeno-MHC I en la superficie de una
célula infectada por virus o una célula transformada, se desencadena el proceso de activación.
Primero, los CTL son sometidos a la “expansión clonal” al ingresar en el ciclo celular y proceden
con las mitosis celulares seguidas por la diferenciación en células efectoras (“destructoras”).
Durante la diferenciación, se forma una gran cantidad de vesículas secretoras que contienen
proteínas específicas, entre las que se hallan perforinas y granzimas (fragmentinas). Como
consecuencia de la interacción con el

LLNN LLNN LN

vellosidades

Glándulas intestinales Glándulas intestinales


FIGURA 14-13 ▲ Microfotografía de un nódulo linfático. Esta fotomicrografía muestra un corte
de la pared del intestino delgado (duodeno). En la parte superior de esta fotomicrografía
pueden verse vellosidades cortas y glándulas intestinales. Casi todo el resto de la foto está
ocupado por un nódulo linfático (LN). La región central más clara del nódulo es el centro
germinativo. Los linfocitos en el centro germinativo son más grandes que los de la región más
densa del nódulo. Las células tienen más cantidad de citoplasma, por lo que sus núcleos están
más dispersos y el aspecto general es el de una masa celular menos compacta. 120 X.

SSCCSS SSCCSS SCS CCaapp CCaapp Cap

TTTT TLLNN LLNN LN

DC

SC

DC

SC

DC

SC

DC

SC

DC

SC

MMSS MMSS MS

MMCC MMCC MC

FIGURA 14-14 ▲ Microfotografía de un ganglio linfático. Esta fotomicrografía muestra la


corteza superficial (SC), la corteza profunda (DC) y la médula (M) de un ganglio linfático en un
preparado de rutina teñido con H&E. La cápsula (Cap) está compuesta por tejido conjuntivo
denso desde el cual los cordones (T) penetran en el órgano. Debajo de la cápsula está el seno
subcapsular (SCS), que recibe linfa desde los vasos linfáticos aferentes que penetran la cápsula.
El seno subcapsular es continuo con los senos trabeculares que transcurren a lo largo de los
cordones. La corteza superficial contiene nódulos linfáticos (LN). La corteza profunda es
anodular. Ésta consiste en linfocitos muy juntos y contiene vénulas del endotelio alto
singulares (no visibles con este aumento). La médula está compuesta por bandas estrechas
anastomosadas de tejido linfático que reciben el nombre de cordones medulares (MC), los que
están separados por espacios claros, los senos medulares (MS). Los senos medulares reciben
linfa desde los senos trabeculares, como así también linfa que se ha filtrado a través del tejido
cortical. 140 X.

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

antígeno, los CTL secretan estas proteínas. Las perforinas son proteínas formadoras de poros
que ingresan en la célula diana mediante la formación de conductos transmembranales
anulares en sus membranas celulares. Estos conductos causan un incremento en la
permeabilidad de la membrana que contribuye a la muerte celular. Las granzimas son serina
proteinasas exógenas que se liberan desde los gránulos citoplasmáticos y pasan a las células
diana a través de los poros creados por las perforinas. Una vez dentro de la célula, las
granzimas activan las caspasas que inducen la apoptosis celular (fig. 14-8). Después de la
destrucción de la célula diana, la mayoría de los CTL activados se destruyen (por apoptosis),
pero algunos de ellos que interactuaron con linfocitos T cooperadores se convierten en células
de memoria. Los linfocitos T CD41CD251FOXP31reguladores (supresores) inhiben las
respuestas inmunitarias de otros linfocitos. Una vez que las reacciones inmunitarias se inician
por contacto con el antígeno, el sistema inmunitario es capaz de controlar la magnitud de esta
respuesta y de terminarla en el transcurso del tiempo. Ciertos linfocitos T denominados
linfocitos T reguladores (supresores) disminuyen o suprimen las respuestas de otros linfocitos
al antígeno. Desempeñan un papel importante en la regulación y el mantenimiento de la
autotolerancia inmunológica para evitar las enfermedades autoinmunitarias. La caracterización
de estas células ha resul

tado difícil, pero estudios recientes han demostrado en forma convincente que estas células
pertenecen a la población de linfocitos TCD4+ que coexpresan las proteínas marcadoras CD25
y FOXP3+. Los linfocitos T CD4+ CD25+ FOXP3+ se originan en el timo y constituyen cerca del 5
% de la población total de linfocitos T. Secretan citocinas como la IL-10 y el factor de
crecimiento transformante b (TGF- b), siendo este último un potente supresor de la
proliferación de clases específicas de linfocitos efectores T y B. Los linfocitos T reguladores
(supresores) disminuyen o suprimen la formación de anticuerpos por los linfocitos B, al igual
que reducen la capacidad de los CTL para desarrollar una respuesta inmunitaria mediada por
células. Cumplen funciones importantes en las reacciones de hipersensibilidad retardada
(reacciones de hipersensibilidad tipo IV) mediante la inhibición de las respuestas a los
antígenos que entran al cuerpo a través de la piel o de las mucosas. El típico ejemplo de las
reacciones de hipersensibilidad retardada es la prueba de detección de tuberculina (Mantoux)
en la cual, la tuberculina (extraída de la Mycobacterium tuberculosis) es inyectada entre las
capas de la dermis, con lo que se produce el endurecimiento de la piel y el eritema
(enrojecimiento) en los individuos expuestos a la tuberculosis. La reacción de

Mantoux alcanza su pico 48 h después de la inyección de tuberculina.

ab ab ab ab ab

Criptas amigdalinas Criptas amigdalinas

Nódulos linfáticos Nódulos linfáticos


Cripta

LLNN LLNN LN

SSSSEE SSSSEE SSE

SSSSEE SSSSEE SSE

CCTT CCTT CT

LN LN LN LN LN FIGURA 14-15 ▲ Microfotografías de una amígdala palatina. a. Esta


fotomicrografía con poco aumento muestra un corte de amígdala palatina teñido con H&E. El
epitelio estratificado plano, que forma la superficie de la amígdala, se invagina en el tejido
conjuntivo subyacente en numerosos sitios para formar las criptas amigdalinas. 25 X. b. Esta
fotomicrografía con más aumento de la región rectangular en a muestra el epitelio
estratificado plano (SSE) que reviste la cripta amigdalina. En la porción de la fotomicrografía
que está debajo de la luz de la cripta, el SSE está bien definido y separado por una capa de
tejido conjuntivo (CT) del nódulo linfático (LN). En la porción superior de la imagen, el SSE
apenas puede reconocerse debido a la fuerte infiltración de linfocitos; sin embargo, las células
epiteliales están presentes, aunque sean difíciles de identificar. En efecto, el nódulo linfático
literalmente ha proliferado dentro del epitelio, lo ha distorsionado y ha hecho desaparecer el
límite bien definido que normalmente se ve entre el tejido conjuntivo y el tejido epitelial. 450
X.

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

la migración, interferón e interleucinas. Las citocinas funcionan como mensajeros químicos


entre las células del sistema inmunitario y actúan localmente sobre la misma célula que las
secreta (control autocrino) o sobre las células vecinas (control paracrino). En una forma
semejante a la de las hormonas, también pueden comunicar el estado del sistema inmunitario
a las células en otros sistemas (p. ej., el sistema nervioso central, el sistema endocrino y el
sistema hematopoyético). Las citocinas funcionan a través de receptores específicos. Por lo
tanto, las células reguladas por citocinas poseen receptores de citocinas. Las interleucinas son
sintetizadas principalmente por los linfocitos T CD4+ cooperadores y en menor medida por los
monocitos, los macrófagos y las células endoteliales. Las interleucinas promueven el
crecimiento y la diferenciación de los linfocitos T, los linfocitos B y las células hematopoyéticas.
Actualmente, se han identificado más de 29 interleucinas. La interleucina 2 fue la primera
citocina que se descubrió y se caracterizó. En varios trastornos de inmunodeficiencia, en la
sepsis bacteriana, en ciertos cánceres linfáticos y en enfermedades autoinmunitarias, se han
identificado mutaciones en los genes que codifican varios receptores de citocina. Por ejemplo,
las personas con una mutación en el gen del receptor de IL-12 no pueden generar una
respuesta inmunitaria eficaz contra las infecciones micobacterianas (fúngicas). Las citocinas se
han utilizado con resultados prometedores para prevenir el rechazo al trasplante, revertir las
insuficiencias celulares después de la quimioterapia y la radioterapia y tratar ciertos cánceres.
Las funciones principales de una selección de interleucinas se resumen en la tabla 14-3. Células
presentadoras de antígeno Las células presentadoras de antígeno (APC) interactúan con los
linfocitos T CD4+ cooperadores para facilitar las respuestas inmunitarias. La interacción entre
la mayoría de los antígenos y los anticuerpos es insuficiente para estimular respuestas
inmunitarias. El antígeno debe ser fragmentado en péptidos pequeños y presentado por las
APC especializadas en conjunto con las moléculas MHC II a los linfocitos T CD4+ cooperadores
adecuados. El antígeno también puede ser procesado como una parte del mecanismo de
activación de los linfocitos B. Las APC, en su mayoría, pertenecen al sistema fagocítico
mononuclear (MPS, que se describe en el cap. 6, tejido conjuntivo). Entre las APC se
encuentran los macrófagos, los macrófagos perisinusoidales (células de Kupffer) del hígado, las
células de Langerhans en la epidermis y las células dendríticas del bazo y de los ganglios
linfáticos. Dos APC que no pertenecen al MPS son los linfocitos B y las células epitelio
reticulares tipo II y tipo III del timo. Para presentar un antígeno al linfocito T cooperador, la
APC primero procesa el antígeno intracelularmente y después expone los péptidos antigénicos
en su superficie por medio de moléculas del MHC II. El procesamiento del antígeno comienza
cuando la APC lo incorpora por endocitosis y lo descompone en péptidos de 18 a 20
aminoácidos. En el compartimento endosómico de la APC, los péptidos se unen a las moléculas
del MHC II. Después, el complejo antíge

Los linfocitos T reguladores (supresores) participan en la patogénesis de muchas


enfermedades autoinmunitarias e infecciosas y también cumplen un papel importante en la
prevención del rechazo de injertos. Los linfocitos T supresores también pueden funcionar en la
regulación de la maduración de las células eritroides en la médula ósea. Los linfocitos T
activados sintetizan gran variedad de citocinas. Las citocinas son sustancias polipeptídicas
solubles, sintetizadas principalmente por los linfocitos T activados, que afectan la función de
las células efectoras del sistema inmunitario (linfocitos T y B), los monocitos, los macrófagos y
otras APC. En general, las citocinas y los factores de crecimiento son de índole semejante. La
diferencia entre ellos está relacionada con sus efectos sobre sus poblaciones de células diana.
Las citocinas se definen como sustancias que participan en los mecanismos de defensa
inmunitaria y actúan sobre los linfocitos, mientras que los factores de crecimiento actúan
sobre otras células somáticas. Entre estas sustancias se encuentran agentes quimiotácticos y
mitogénicos, factores inhibidores de

vviillllii vviillllii

Luz Vellosidad

FIGURA 14-16 ▲ Microfotografía de aglomeraciones de nódulos en la pared del íleon. Esta


fotomicrografía con poco aumento provee un ejemplo de nódulos aglomerados. En el íleon,
normalmente se encuentran nódulos linfáticos múltiples (indicados por una línea de puntos)
con centros germinativos visibles. Esta acumulación de tejido linfático se conoce con el
nombre de Placa de Peyer. Los nódulos se originan en la lámina propia y se extienden en la
submucosa del íleon. 5 X.

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO

b
Hilio

Médula

Corteza superficial

Corteza profunda

Cápsulaa

Cápsula

Caso linfático aferente

Arteria

vena

Vaso linfático eferente

Seno medular

Seno subcapsular

Nódulos linfáticos

Centro germinativo

Corteza superficial

médula

Corteza profunda

Trabécula Seno trabecular

FIGURA 14-17 ▲ Estructura de un ganglio linfático. a. Este diagrama ilustra las características
generales de un corte del ganglio linfático. El parénquima del ganglio linfático se divide en una
corteza, que comprende una corteza profunda, y una médula. La corteza es la región más
externa y contiene aglomeraciones de linfocitos esferoidales u ovoides denominados nódulos
linfáticos. En un ganglio linfático activo, los nódulos exhiben un centro más claro denominado
centro germinativo. La médula, es la región más interna del ganglio y consiste en tejido
linfático que se distribuye en cordones irregulares separados por los senos linfáticos
medulares. La densa población de linfocitos ubicada entre la corteza superficial y la médula,
constituye la corteza profunda. Ésta es la región que contiene las vénulas del endotelio alto.
Alrededor del ganglio linfático hay una cápsula de tejido conjuntivo denso de la que parten los
cordones que se extienden hacia el parénquima del ganglio. Bajo la cápsula y junto a los
cordones, se encuentran el seno subcapsular y los senos trabeculares, linfáticos,
respectivamente. Los vasos linfáticos aferentes (flechas) penetran la cápsula y desembocan en
el seno subcapsular. El seno subcapsular y los senos trabeculares se comunican con los senos
medulares. En la parte superior del diagrama, se muestra una arteria y una vena y la ubicación
de las vénulas del endotelio alto en el ganglio linfático. b. Microfotografía de un corte de un
ganglio linfático teñido con H&E. La porción externa más densa es la corteza, que consiste en
aglomeraciones de linfocitos organizados en nódulos y en una corteza profunda anodular. La
porción más interna, la médula, se extiende hasta la superficie del hilio, donde los vasos
sanguíneos entran y salen y donde los vasos linfáticos eferentes abandonan el órgano.
Alrededor del ganglio linfático está la cápsula y justo debajo de ella se encuentra el seno
subcapsular. 18 X.

FIGURA 14-18 ▲ Microfotografía de un ganglio linfático. En esta impregnación argéntica se ve


la cápsula de tejido conjuntivo (arriba), los senos subcapsulares y la corteza superficial del
ganglio linfático (abajo). Las fibras reticulares (flechas) forman una red anastomosada irregular
a lo largo del estroma ganglionar. Obsérvense los núcleos ovales alargados de las células
reticulares (puntas de flecha), que están en íntimo contacto con las fibras reticulares en el
seno. 640 X.

no-MHC II se transloca a la membrana plasmática de la APC y se expone en la superficie celular


(fig. 14-9). Además de actuar como APC, los macrófagos cumplen otras funciones decisivas en
la respuesta inmunitaria. Además de presentar antígenos a los linfocitos T y a los linfocitos B,
los macrófagos tienen otras funciones importantes, si bien no específicas, en la respuesta
inmunitaria: • Incorporan por endocitosis y degradan parcialmente tanto los antígenos
proteicos como los antígenos polisacáridos antes de presentarlos en conjunto con las
moléculas del MHC II a los linfocitos T CD4+ cooperadores. • Digieren microorganismos
patógenos a través de la acción lisosómica en combinación con los linfocitos T CD4+
cooperadores. • Secretan múltiples citocinas entre las que se encuentran linfocinas,
componentes del complemento e interleucinas, así como hidrolasas ácidas, proteasas y
lipasas.

Los macrófagos activados destruyen bacterias fagocitada y antígenos extraños. Después del
contacto con un antígeno, los macrófagos sufren uno de dos procesos de activación
caracterizados por múltiples cambios funcionales y morfológicos. Los macrófagos que son
activados por interferón g (IFN-g) se denominan macrófagos de activación típica (macrófagos
M1). Estos macrófagos aumentan de tamaño, como lo hacen muchos lisosomas y vacuolas
citoplasmáticas (fig. 14-10). Los

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

macrófagos M1 se tornan ávidamente fagocíticos con una gran capacidad para la lisis de
microorganismos patógenos ingeridos y antígenos extraños. Promueven la inflamación, la
destrucción de la matriz extracelular y la apoptosis. En cambio, los macrófagos que son
activados por las interleucinas se denominan macrófagos de activación alterna (macrófagos
M2). Éstos inhiben la inflamación, promueven la reconstrucción de la matriz extracelular y la
proliferación celular, y estimulan la angiogénesis. En el cap. 6, tejido conjuntivo, se provee una
descripción detallada de ambos tipos de macrófagos, sus mecanismos de activación y sus
funciones. Los macrófagos también cumplen una función vital al secuestrar y eliminar
materiales extraños y microorganismos que no despiertan una respuesta inmunitaria o que
son fagocitados pero no digeridos. Aquí se incluyen partículas orgánicas e inorgánicas (p. ej.,
partículas de carbono), pigmentos (p. ej., de los tatuajes), celulosa y asbesto, así como los
bacilos de la tuberculosis y de la lepra, y los microorganismos que causan paludismo y otras
enfermedades. En estos ejemplos,

Célula reticular
Célula reticular

Linfocito

Linfocito

FIGURA 14-19 ▲ Microfotografía electrónica de una célula reticular. Aquí se ve el cuerpo de


una célula reticular y sus evaginaciones (flechas). La disposición de la célula reticular contiene y
aísla las fibrillas colágenas de la exposición a los linfocitos. Obsérvense los linfocitos contiguos
a la derecha de la fotomicrografía. Con el microscopio óptico y técnicas de impregnación
argéntica, estas fibrillas colágenas se identificarían como una fibra reticular. 12 600 X.

FIGURA 14-20 ▲ Diagrama de una célula dendrítica folicular. Esta célula, que suele
encontrarse en los centros germinativos, tiene múltiples evaginaciones citoplasmáticas
filiformes que se interdigitan entre los linfocitos B. Los complejos antígeno-anticuerpo se
adhieren a las evaginaciones citoplasmáticas dendríticas por medio de los receptores de Fc. Las
células dendríticas foliculares no son células presentadoras de antígeno porque carecen de
moléculas MHC II.

los macrófagos suelen fusionarse para formar las células gigantes multinucleadas de cuerpo
extraño, denominadas células gigantes de Langerhans, que aíslan estos patógenos del
organismo. TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS Vasos linfáticos Los vasos linfáticos son la vía a
través de la cual las células y las grandes moléculas retornan a la sangre desde los espacios del
tejido. Los vasos linfáticos comienzan como redes de capilares ciegos en el tejido conjuntivo.
Son más abundantes debajo del epitelio de la piel y de las membranas mucosas. Estos vasos
eliminan sustancias y líquido desde los espacios extracelulares de los tejidos conjuntivos para
formar la linfa. Debido a que las paredes de los capilares linfáticos son más permeables que las
paredes de los capilares sanguíneos, las grandes moléculas, como los antígenos y las células,
logran entrar con más facilidad en los capilares linfáticos que en los capilares sanguíneos. A
medida que la linfa circula a través de los vasos sanguíneos, atraviesa los ganglios linfáticos.
Dentro de los ganglios linfáticos, las sustancias extrañas (antígenos) transportadas en la linfa
son atrapadas por las células dendríticas foliculares. El antígeno expuesto en la superficie de
las células dendríticas booksmedicos.org

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

altura de las uniones de la yugular interna y las venas subclavias en la base del cuello. Los
linfocitos se transportan hacia varios tejidos linfáticos, y desde ellos, a través de los vasos
sanguíneos. Tejido linfático difuso y nódulos linfáticos El tejido linfático difuso y los nódulos
linfáticos protegen el organismo contra los agentes patógenos y son el sitio de la respuesta
inmunitaria inicial. El tubo digestivo, las vías respiratorias y el sistema urogenital están
protegidos por acumulaciones de tejido linfático que no están envueltas por una cápsula. Los
linfocitos y otras células libres de este tejido se encuentran en la lámina propia (tejido
subepitelial) de estos sistemas. Esta forma de tejido linfático se denomina tejido linfático
difuso o tejido linfático asociado con las mucosas (MALT) por su relación con las membranas
mucosas (fig. 14-12). Estas células están ubicadas en forma estratégica para interceptar
antígenos e iniciar una respuesta inmunitaria. Después del con
foliculares puede ser procesado por las APC que están dentro del ganglio linfático. Los
linfocitos circulan a través de los vasos linfáticos y de los vasos sanguíneos. La circulación de
linfocitos a través de los vasos linfáticos y del torrente sanguíneo les permite desplazarse de un
sitio del sistema linfático hacia otro en diferentes etapas de su desarrollo y alcanzar sitios
dentro del cuerpo donde se necesitan. Los linfocitos transportados por la linfa ingresan en los
ganglios linfáticos a través de los vasos linfáticos aferentes, mientras que los linfocitos
transportados por la sangre ingresan en el ganglio a través de las paredes de las vénulas
poscapilares (vénulas de endotelio alto [HEV]; fig. 14-11). Los linfocitos B y T migran hacia
diferentes regiones dentro del ganglio linfático donde se asientan. Algunos linfocitos
atraviesan el parénquima ganglionar y lo abandonan a través de los vasos linfáticos eferentes,
que los conducen hacia el conducto linfático derecho o hacia el conducto torácico. A su vez,
estos dos conductos desembocan en la circulación sanguínea a la

Desde la sangre

Desde la linfa

Seno subcapsular Vaso linfático aferente

Corteza superficial Corteza profunda

Médula

Vaso linfático eferente

Seno medular

HEV

Centro germinativo

Seno trabecular

FIGURA 14-21 ▲ Diagrama esquemático de la circulación de los linfocitos en un ganglio


linfático. Las flechas verdes indican el trayecto de circulación de los linfocitos que ingresan en
el ganglio linfático junto con la linfa. Los vasos linfáticos aferentes transportan la linfa
proveniente de los tejidos circundantes y de los ganglios linfáticos vecinos hacia la compleja
red de senos linfáticos. La pared de los senos permite que la linfa se filtre con libertad hacia la
corteza superficial y profunda para que los linfocitos realicen la vigilancia inmunológica. Los
linfocitos que entran en el tejido después retornan a los senos y abandonan el ganglio linfático
junto con la linfa. Los linfocitos que migran hacia el ganglio linfático desde la sangre (flechas
azules) ingresan en la corteza profunda a través de las vénulas del endotelio alto (HEV) y
también migran hacia la corteza superficial. Aquí, los linfocitos realizan las mismas funciones
que los linfocitos que ingresan a través de los vasos linfáticos. También abandonan el ganglio
linfático por los vasos linfáticos eferentes.

Cap

GCGC

GCGC
SC

DP

DP

Cap

SC

FIGURA 14-22 ▲ Distribución de los linfocitos T y B en la corteza superficial del ganglio


linfático. a. La distribución de los linfocitos T en el ganglio linfático de un mono tití se visualizó
con el uso de un método inmunohistoquímico que emplea anticuerpos contra la proteína CD3,
un marcador específico de linfocitos T. Los cortes de tejido inicialmente se trataron con
anticuerpos primarios anti-humanos de conejo contra un marcador CD3 y más tarde se
expusieron a anticuerpos secundarios anticonejo de cerdo biotinilados. Después de la
incubación con el complejo avidina-biotina-peroxidasa, la respuesta positiva entonces se
visualizó con una solución de diaminobencidina (DAB) (reacción de color pardo). Los núcleos
celulares se sometieron a una coloración de contraste con hematoxilina. Nótese que la mayor
parte de los linfocitos T se distribuyen dentro de la corteza profunda (DP); una pequeña
cantidad de linfocitos T se encuentra en la corteza superficial (SC), sobre todo alrededor de los
centros germinativos (GC). b. Con la misma reacción de inmunoperoxidasa y DAB descrita
antes, se identificaron los linfocitos B por medio del uso de anticuerpos monoclonales
primarios contra la proteína CD20 humana (un marcador específico para linfocitos B). A
continuación, se utilizaron anticuerpos secundarios anti-ratón de conejo para detectar la
ubicación de los linfocitos B, cuyas acumulaciones se encuentran en los centros germinativos
(GC) de la corteza superficial (SC). Cap, cápsula. 200 X. (Gentileza del Dr. Douglas F. Paulsen).

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

Los nódulos linfáticos son concentraciones bien definidas de linfocitos contenidas en una malla
de células reticulares. Además del tejido linfático difuso, en las paredes del tubo digestivo, las
vías respiratorias y el sistema urogenital, suelen encontrarse concentraciones localizadas de
linfocitos. Estas concentraciones, llamadas nódulos linfáticos o folículos linfáticos, se
encuentran bien definidas aunque no encapsuladas (fig. 14-13). Un nódulo linfático que
consiste principalmente en pequeños linfocitos recibe el nombre de nódulo primario. Sin
embargo, la mayoría de los nódulos son nódulos secundarios y tienen características distintivas
que incluyen las siguientes: • Un centro germinativo ubicado en la región central del nódulo
(fig. 14-14) que en los cortes histológicos aparece teñido pálidamente. El centro germinativo se
desarrolla cuando un linfocito que ha reconocido un antígeno regresa a un nódulo primario y
prolifera. La tinción más pálida es atribuible a los linfocitos inmaduros grandes (linfoblastos y
plasmoblastos) que contiene. Estos linfocitos tienen grandes cantidades de eucromatina
dispersa en sus núcleos en lugar de la heterocromatina densa de los linfocitos pequeños. Las
células dendríticas foliculares (FDC) también están presentes en los centros germinativos
dispersas entre las poblaciones de linfocitos B. El centro germinativo es una indicación
morfológica de respuesta del tejido linfático al antígeno. La presencia de un centro
germinativo es el resultado de una cascada de fenómenos que incluyen la activación y la
proliferación de linfocitos, la diferenciación de células plasmáticas y la producción de
anticuerpos. En los centros germinativos suelen observarse figuras mitóticas, lo cual es un
reflejo de la proliferación de nuevos linfocitos en estos sitios. La cantidad de FDC y macrófagos
en el centro germinativo, con frecuencia sufre un drástico aumento después de un período de
respuesta intensa a un antígeno. • Una zona del manto o corona que corresponde a un anillo
externo de pequeños linfocitos que rodea el centro germinativo. Los nódulos linfáticos suelen
hallarse en las estructuras asociadas con el tubo digestivo como las amígdalas, el íleon y el
apéndice vermiforme. Generalmente, los nódulos están dispersos individualmente en manera
aleatoria. En el tubo digestivo; no obstante, algunos cúmulos de nódulos se encuentran en
ubicaciones específicas. Estas ubicaciones comprenden las siguientes: • Las amígdalas, que
forman un anillo de tejido linfático en la entrada de la orofaringe. Todas las amígdalas
contienen aglomeraciones de nódulos linfáticos: las amígdalas faríngeas (adenoides,
localizadas en el techo de la faringe), las amígdalas palatinas (o simplemente amígdalas,
localizadas a cada lado de la faringe y entre los arcos palatofaríngeo y palatogloso) y las
amígdalas linguales ubicadas en la base de la lengua. Las amígdalas palatinas consisten en
acumulaciones densas de tejido linfático localizado en la membrana mucosa. El epitelio
escamoso que forma la superficie de las amígdalas se invagina en el tejido conjuntivo
subyacente en numerosos sitios para formar las crip

tacto con el antígeno, se desplazan hasta los ganglios linfáticos regionales, donde sufren
proliferación y diferenciación. La progenie de estas células regresa, entonces, a la lámina
propia como linfocitos B y T efectores. La importancia del tejido linfático difuso en la
protección del organismo contra los antígenos, está indicada por dos factores: • La presencia
habitual de grandes cantidades de células plasmáticas, especialmente en la lámina propia del
tubo digestivo, que es una indicación morfológica de secreción local de anticuerpos. • La
presencia de gran cantidad de eosinófilos, también detectados con frecuencia en la lámina
propia de las mucosas digestivas y respiratorias, que es una indicación de inflamación crónica y
reacciones de hipersensibilidad.

HHEEVV HHEEVV HEV

FIGURA 14-23 ▲ Microfotografía de la corteza profunda de un ganglio linfático. Esta


fotomicrografía muestra varias vénulas de endotelio alto (HEV) en cortes longitudinales y
también en cortes transversales (flechas). Estos vasos están revestidos por células endoteliales
cúbicas. En algunos preparados, las paredes de una HEV pueden estar infiltradas por linfocitos
en proceso de migración, lo que dificulta su identificación. 400 X. Recuadro. En el corte
transversal de una HEV que se muestra aquí con más aumento, se ven varios linfocitos (puntas
de flecha) en proceso de migración desde la HEV hacia el parénquima del ganglio linfático. 640
X.

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502

CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

Como ya se ha mencionado, el tejido linfático difuso y los nódulos linfáticos reciben su nombre
según la región o el órgano en donde aparecen. En el tubo digestivo, se conocen con el
nombre colectivo de tejido linfático asociado con el intestino (GALT); en las vías respiratorias
se llaman tejido linfático asociado con los bronquios (BALT). El término tejido linfático asociado
con la mucosa (MALT) incluye el GALT y el BALT. El tejido linfático difuso y los nódulos
linfáticos del MALT están presentes en varias otras regiones del organismo (p. ej., el sistema
reproductivo femenino) donde la mucosa está expuesta al medio externo. Todos los nódulos
linfáticos aumentan de tamaño como consecuencia de los encuentros con antígenos. Ganglios
linfáticos Los ganglios linfáticos son órganos encapsulados pequeños, que filtran la linfa
localizada a lo largo de la vía de los vasos linfáticos. Los ganglios linfáticos son órganos
linfáticos encapsulados, pequeños de forma arriñonada. Su tamaño oscila entre 1 mm (apenas
visible a simple vista) y cerca de 1 a 2 cm en su mayor dimensión. Los ganglios linfáticos están
interpuestos a lo largo de los vasos linfáticos (fig. 14-17) y sirven como filtros a través de los
cuales la linfa se filtra en su camino hacia el sistema sanguíneo vascular. Si bien su distribución
está generalizada en todo el organismo, se concentran en ciertas regiones como las axilas, la
región inguinal y los mesenterios. Dos tipos de vasos linfáticos sirven al ganglio linfático: • Los
vasos linfáticos aferentes transportan la linfa hacia el ganglio y lo penetran en varios puntos de
la superficie convexa de la cápsula. • Los vasos linfáticos eferentes extraen la linfa del ganglio a
la altura del hilio, una depresión en la superficie cóncava del ganglio que también sirve como
entrada y salida para los vasos sanguíneos y los nervios. Cabe destacar que los linfocitos
activados, los cuales permanecen en el ganglio linfático para proliferar y diferenciarse, son
transportados hacia el ganglio principalmente por los vasos sanguíneos. Los elementos de
sostén del ganglio linfático son: • La cápsula, compuesta por tejido conjuntivo denso que rodea
al ganglio; • Los cordones, también compuestos por tejido conjuntivo denso, el cual se
extiende desde la cápsula hacia el parénquima del ganglio para formar un armazón grueso; y •
El tejido reticular compuesto por células y fibras reticulares que forman una fina malla de
sostén a lo largo del resto del órgano (fig. 14-18). La malla reticular de los tejidos y órganos
linfáticos (excepto el timo) está formada por células de origen mesenquimatoso y la sustancia
fundamental producida por esas células.

Células de la malla reticular La malla reticular del ganglio linfático contiene varios tipos de
células que llevan a cabo diferentes funciones en la generación de respuestas inmunitarias.

tas amigdalinas (fig. 14-15). Las paredes de estas criptas suelen tener nódulos linfáticos
abundantes. Al igual que otras acumulaciones de nódulos linfáticos, las amígdalas no poseen
vasos linfáticos aferentes. No obstante, la linfa drena desde el tejido linfático de la amígdala a
través de los vasos linfáticos eferentes. • Las placas de Peyer, que están localizadas en el íleon
(porción distal del intestino delgado) y consisten en múltiples acumulaciones de nódulos
linfáticos que contienen linfocitos T y B (fig. 14-16). Además, a lo largo de los intestinos grueso
y delgado se localizan muchos nódulos linfáticos individuales (solitarios) que están aislados. •
El apéndice vermiforme que nace del ciego. La lámina propia está muy infiltrada de linfocitos y
contiene muchos nódulos linfáticos. Si bien el apéndice suele describirse como un órgano
vestigial, el abundante tejido linfático que contiene durante las primeras etapas de la vida
indica que está funcionalmente asociado con órganos equivalentes a la bursa. Con la edad, la
cantidad de tejido linfático dentro del órgano involuciona y se torna difícil de reconocer.

Médula

Corteza

blood vessels capsule blood vessels capsule blood vessels capsule

Trabéculas
blood vessels capsule

Médula

Corteza

Trabéculas

Vasos sanguíneos Cápsula

FIGURA 14-24 ▲ Microfotografía del timo de un infante humano. En este preparado teñido
con H&E se ven lobulillos múltiples separados por trabéculas de tejido conjuntivo que se
extienden hacia el órgano desde la cápsula circundante. Cada lobulillo está compuesto por una
corteza basófila más oscura y una médula más pálida y relativamente eosinófila. La médula en
realidad es una masa ramificada continua que está rodeada por la corteza. La corteza contiene
muchos linfocitos muy juntos, mientras que la médula contiene menos linfocitos. Nótese que
en algunos casos la médula puede guardar cierta semejanza con los centros germinativos de
los nódulos linfáticos (arriba, a la derecha y en el centro, a la izquierda). Estas regiones
medulares aisladas son continuas con todo el tejido medular, pero esta continuidad puede no
ser obvia dentro de este plano de corte. 25 X.

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503

CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

Las células de la malla reticular aparecen como células estrelladas o alargadas con un núcleo
ovalado eucromático y una pequeña cantidad de citoplasma acidófilo. Estas células pueden
captar colorantes y materiales coloidales. La microscopía electrónica de transmisión y las
técnicas inmunocitoquímicas han permitido identificar varias poblaciones de estas células. •
Las células reticulares son indistinguibles de los fibroblastos normales. Estas células sintetizan y
secretan colágeno tipo III (fibras reticulares) y la sustancia fundamental asociada que forma el
estroma visible con el microscopio óptico (lámina 38, pág. 521). Las evaginaciones
citoplasmáticas alargadas de estas células envuelven los haces de las fibras reticulares, con lo
que aíslan eficazmente a estos componentes estructurales del parénquima de los tejidos y los
órganos linfáticos (fig. 14-19). Además de su función de sostén, expresan moléculas de
superficie y producen sustancias que atraen linfocitos T, linfocitos B y células dendríticas. • Las
células dendríticas (DC) son APC singulares derivadas de la médula ósea. Las DC vigilan el
entorno local para detectar sustancias extrañas que después procesan y presentan a los
linfocitos T específicos de antígeno. Son mucho más eficaces en la presentación de antígenos
que otras APC y pueden presentar casi cualquier forma de antígeno proteico en las moléculas
MHC I y MHC II.

Expresan un nivel excepcionalmente alto de MHC II y moléculas coestimuladoras necesarias


para la activación de los linfocitos T. En el ganglio linfático, las DC a menudo se ubican en las
áreas con abundancia de linfocitos T. • Los macrófagos son células fagocíticas y presentadoras
de antígenos que expresan MHC I, MHC II y moléculas coestimuladoras. Sin embargo, los
niveles de expresión de MHC II y de moléculas coestimuladoras son mucho más bajos que los
de las células dendríticas, lo que las convierte en APC menos eficientes. En cambio, tienen una
inmensa capacidad para la endocitosis y la digestión de materiales internalizados. La
estructura, las características microscópicas y las funciones de los macrófagos se describen en
el cap. 6, tejido conjuntivo. • Las células dendríticas foliculares (FDC) tienen múltiples
evaginaciones citoplasmáticas muy finas y ramificadas, semejantes al pelo, que se interdigitan
entre los linfocitos B en los centros germinativos (fig. 14-20). Los complejos antígeno-
anticuerpo se adhieren a las evaginaciones citoplasmáticas dendríticas por medio de los
receptores para el fragmento Fc de los anticuerpos, y la célula puede retener un antígeno en
su superficie durante semanas, meses o años. Si bien este mecanismo es similar al de la
adhesión de los complejos antígeno-anticuerpo a los macrófagos, el antígeno no suele sufrir
endocitosis, como ocurre en el caso del macrófago. Por

ab ab ab ab ab

Corteza Corteza

Médula Médula

Corpúsculo tímico Corpúsculo tímico

FIGURA 14-25 ▲ Microfotografía de un timo humano. a. La corteza contiene una población


densa de linfocitos T pequeños en proceso de maduración que producen la tinción oscura de
esta región del timo. La médula, en cambio, aparece más clara. Ésta también contiene los
corpúsculos tímicos que se tiñen con la eosina y le proporcionan una característica adicional
para distinguirla. 120 X. b. Esta fotomicrografía con más aumento muestra la médula con un
corpúsculo tímico (izquierda) y las células circundantes. Los corpúsculos tímicos son masas
aisladas de células epitelio reticulares tipo VI muy juntas y dispuestas en forma concéntrica;
estas células exhiben núcleos aplanados. La masa más central del corpúsculo contiene células
queratinizadas por completo. Además de muchos linfocitos, la fotomicrografía también
muestra células epitelioreticulares tipo V (flechas), con sus citoplasmas eosinófilos y sus
núcleos grandes pálidos. 600 X.

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504

CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

Filamentos intermedios Filamentos intermedios

Filamentos intermedios Filamentos intermedios

Queratina Queratina

Gránulos de queratohialina Gránulos de queratohialina

Lípidos Lípidos

NNNNN

NNNNN

NNNN N

NNNNN
FIGURA 14-26 ▲ Microfotografía electrónica de un corpúsculo tímico (de Hassall). Esta
fotomicrografía electrónica, con un aumento relativamente bajo, muestra algunos de los
núcleos (N) y citoplasmas de las células epitelio reticulares dispuestas en forma concéntrica de
un corpúsculo tímico (de Hassall). En el citoplasma de las células epitelio reticulares también se
ven haces de filamentos intermedios, gránulos de queratohialina e inclusiones lipídicas. En el
centro del corpúsculo tímico, se ven las células que han sufrido cornificación completa
(estratos de color negro). 5 000 X. (Gentileza del Dr. Johannes A. G. Rhodin).

Célula epitelio reticular tipo I Lámina basal

Lámina basal

Endotelio

Linfocitos T en desarrollo

Macrófago

Pericito

Tejido conjuntivo perivascular Pared capilar Capa de células epitelio reticulares Barrera
hematotímica

FIGURA 14-27 ▲ Diagrama esquemático de la barrera hematotímica. La barrera hematotímica


está compuesta por tres elementos principales: (1) el endotelio capilar y su lámina basal, (2) el
tejido conjuntivo perivascular que contiene macrófagos y (3) células epitelio reticulares tipo I
con su lámina basal. El tejido conjuntivo perivascular está encerrado entre la lámina basal de
las células epitelio reticulares y la lámina basal de las células endoteliales. Estas capas
proporcionan la protección necesaria a los linfocitos T inmaduros en proceso de desarrollo y
los separan de los linfocitos maduros inmunocompetentes que circulan en el torrente
sanguíneo.

lo tanto, las FDC no son APC porque carecen de moléculas MHC II. Arquitectura general del
ganglio linfático El parénquima del ganglio linfático se divide en una corteza y una médula (fig.
14-21). La corteza forma la porción externa del ganglio excepto a la altura del hilio. Consiste en
una masa densa de tejido linfático (armazón reticular, células dendríticas, células dendríticas
foliculares, linfocitos, macrófagos y células plasmáticas) y senos linfáticos que son conductos
para la linfa. La médula es la parte interna del ganglio linfático. Los linfocitos en la corteza
superficial están organizados en nódulos. Como en todos los sitios, los nódulos linfáticos de la
corteza se llaman nódulos primarios si están compuestos principalmente por linfocitos
pequeños, y nódulos secundarios si poseen un centro germinativo. Los nódulos linfáticos se
encuentran en la parte externa de la corteza, denominada corteza superficial (nodular) (lámina
37, pág. 519). La porción de la corteza entre la médula y la corteza superficial está libre de
nódulos

y se denomina corteza profunda (paracorteza). Esta región contiene la mayoría de los linfocitos
T en el ganglio linfático (fig. 14-22a). Debido a su dependencia del timo, la timectomía
perinatal en los animales impide el buen desarrollo de la corteza profunda. Por este motivo, la
corteza profunda también se denomina corteza dependiente del timo. La médula del ganglio
linfático está compuesta por cordones medulares y senos medulares. La médula, la porción
interna del ganglio linfático, está compuesta por cordones de tejido linfático separados por
senos linfáticos denominados senos medulares. Como ya se describió, una red de células
reticulares y fibras atraviesa los cordones medulares y los senos medulares, y sirve como un
armazón del parénquima. Además de las células reticulares, los cordones medulares contienen
linfocitos (en su mayor parte linfocitos B), macrófagos, células dendríticas y células plasmáticas
(fig. 14-22b). Los senos medulares convergen cerca del hilio, donde desembocan en los vasos
linfáticos eferentes. La filtración de la linfa en el ganglio linfático ocurre dentro de una red de
conductos linfáticos interconectados llamados senos. booksmedicos.org

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505

CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

erc tipo I

erc tipo II

erc tipo III

erc tipo IV

erc tipo V

CLP

Selección negativa

erc tipo VI (corpúsculo de Hassall)

Vénula poscapilar

CORTEZA TÍMICA

Cápsula

CD2 CD7

TRC CD3 CD4 CD8 Selección positiva

“intercomunicación”

CD1 CD2 CD7

–CD4

CD4+CD8 +

–CD8

TCR CD3 CD8

TCR CD3 CD4

NO PASA

NO PASA

NO PASA

MÉDULA TÍMICA
PASA LA SELECCIÓN

FIGURA 14-28 ▲ Diagrama esquemático de las etapas principales en la educación tímica. El


proceso de maduración y diferenciación de las células madre linfáticas multipotenciales (CFU-
L) en linfocitos T inmunocompetentes, se logra por la expresión y la desaparición de antígenos
CD superficiales específicos. Las células madre CFU-L entran en la médula del timo a través de
una vénula poscapilar y después migran hacia la periferia del lobulillo tímico. La presencia de
moléculas CD2 y CD7 en la superficie celular, indica una etapa inicial de la diferenciación. A
esto le sigue la expresión de la molécula CD1, que señala la etapa intermedia de la
diferenciación del linfocito T. A medida que la maduración progresa, las células expresan las
moléculas TCR, CD3, CD4 y CD8. Ahora, las células epitelio reticulares (erc) tipo I y tipo III les
presentan a estos linfocitos antígenos propios y extraños. Si el linfocito reconoce las moléculas
MCH propias y los antígenos propios o extraños, entonces sobrevivirá al proceso de selección
(selección positiva); si no lo hace, morirá. Las células que pasan la prueba de selección positiva
abandonan la corteza y entran en la médula. Aquí sufren otro proceso de selección, en el cual
los linfocitos programados para actuar contra antígenos propios presentados por la molécula
MHC propia son eliminados (selección negativa). Las células que sobreviven a esta selección
luego se tornan o linfocitos T CD8+ citotóxicos o linfocitos T CD4+ cooperadores. Estas células
ahora están listas para actuar en la respuesta inmunitaria; abandonan el timo desde la médula
y entran en la circulación sanguínea. Sustancias hormonales secretadas por las células epitelio
reticulares (de Hassall) promueven el proceso de la educación tímica. Obsérvese la distribución
de los seis tipos de células epitelio reticulares.

En el ganglio linfático hay tres tipos de conductos linfáticos llamados senos. Justo debajo de la
cápsula del ganglio linfático hay un seno interpuesto entre la cápsula y los linfocitos corticales
denominado seno subcapsular (cortical) (lámina 38, pág. 521). Los vasos linfáticos aferentes
drenan la linfa hacia este seno. Los senos trabeculares, que se originan a partir de los senos
subcapsulares, se extienden a través de la corteza a lo largo de la trabécula y desembocan en
los senos medulares. Los linfocitos y los macrófagos, o sus evaginaciones, van y vienen con
facilidad entre los senos linfáticos y el parénquima del ganglio. Los senos tienen un
revestimiento de endotelio que es continuo donde está en contigüidad directa con el tejido
conjuntivo de la cápsula o trabécula, pero discontinuo donde enfrenta el parénquima linfático.
Si bien un macrófago puede residir en el parénquima linfático, con frecuencia envía
pseudópodos (evaginaciones citoplasmáticas largas) hacia el seno a través de estas
discontinuidades endoteliales. Estos pseudópodos vigilan la linfa a medida que se filtra a través
del seno.

Los senos linfáticos no son espacios abiertos, como lo son los senos sanguíneos. En particular
en la médula, las evaginaciones de los macrófagos junto con las fibras reticulares rodeadas por
evaginaciones de las células reticulares, atraviesan la luz del seno y forman una malla
entrecruzada que retarda el flujo libre de la linfa y mejora su filtración. El material antigénico y
las células transformadas del cáncer metastásico son atrapados por este filtro mecánico y
después fagocitados por los macrófagos. En el cáncer metastásico, el sistema puede ser
superado en su eficacia por una cantidad excesiva de células cancerosas que fluyen a través de
los senos linfáticos. Como resultado de esto, las células pueden establecer un nuevo foco de
metástasis en el ganglio linfático. Las vénulas de endotelio alto (HEV) especializadas son el sitio
de absorción de líquidos y la entrada de los linfocitos circulantes en el ganglio linfático.
Además de la linfa, los linfocitos también circulan a través de los ganglios linfáticos. Si bien
algunos linfocitos entran a los
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CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

bbbb b

capsule

Trabéculas

capsule ccaappssuullee Cápsula

Trabéculas

Vena trabecular Vena trabecular

Pulpa roja Pulpa roja

Nódulo esplénico Nódulo esplénico

Bazo

Sinusoides esplénicos (pulpa roja)

Cordones esplénicos (pulpa roja)

Vaso linfático

Centro germinativo

Arteria y vena trabeculares

Arteria central

Arteria central

Nódulo esplénico (pulpa blanca)

Vaina linfática periarterial (PALS) a

Zona marginal

FIGURA 14-29 ▲ Diagrama esquemático y fotomicrografía de la estructura esplénica. a. El


parénquima esplénico se divide en pulpa blanca y pulpa roja. La pulpa blanca consiste en una
masa cilíndrica de linfocitos dispuestos alrededor de una arteria central para formar la vaina
linfática periarterial (PALS). Los nódulos esplénicos aparecen en toda la longitud de la PALS.
Cuando se observa un corte transversal de una parte de la vaina que contiene un nódulo, la
arteria central tiene una ubicación excéntrica dentro de la masa linfática. La pulpa roja consiste
en los sinusoides esplénicos rodeados por los cordones esplénicos (cordones de Billroth).
Alrededor del bazo hay una cápsula desde donde parten los cordones que se introducen en el
parénquima del órgano. Tanto la cápsula como los cordones tienen aspecto de tejido
conjuntivo denso infiltrado por numerosos miofibroblastos. Los vasos sanguíneos atraviesan la
cápsula y los cordones en su trayecto hacia y desde el parénquima. Los vasos linfáticos se
originan en la pulpa blanca cerca de los cordones. b. Esta fotomicrografía de bajo aumento del
bazo revela los mismos componentes mostrados en el dibujo previo. Obsérvese la cápsula con
varias trabéculas que se proyectan dentro del parénquima esplénico. En el centro, hay una
trabécula que contiene una vena trabecular a través de la cual la sangre abandona el órgano.
La pulpa roja constituye la mayor parte del tejido esplénico. La pulpa blanca contiene tejido
linfático que sigue a la arteria central y la envuelve (vaina). Las expansiones de la pulpa blanca
originan los nódulos esplénicos. 45 X.

ganglios a través de vasos linfáticos aferentes como componentes de la linfa, la mayor parte
(cerca del 90 %) entra al ganglio a través de las paredes de las vénulas poscapilares ubicadas
en la corteza profunda (v. fig. 14-21 y lámina 38, pág. 521). Dado que las vénulas poscapilares
están revestidas por células endoteliales cubicas o cilíndricas, se las conoce como vénulas de
endotelio alto (HEV; fig. 14-23). Las células de las HEV cumplen una función importante en la
circulación y concentración de la linfa porque transportan directamente hacia el torrente
sanguíneo alrededor del 35 % del líquido y electrolitos que entran a través de los vasos
linfáticos aferentes. Las células de las HEV expresan una alta concentración de conductos
acuosos (moléculas de acuaporina-1 [AQP1]). La reabsorción rápida del líquido intersticial
hacia la sangre a través de los conductos acuosos hace que la linfa que entra a través de los
vasos linfáticos aferentes sea atraída hacia la corteza profunda mediante el mecanismo de
arrastre del disolvente.

Estas células endoteliales especializadas también poseen receptores para linfocitos


estimulados por antígenos. Le envían la señal a los linfocitos para que abandonen la circulación
y migren hacia el ganglio linfático. Tanto los linfocitos B como los linfocitos T abandonan el
torrente sanguíneo a través de las HEV, cuyo endotelio atraviesan por diapédesis, es decir,
mediante la migración entre las células endoteliales, de modo similar al que se describe para
los neutrófilos (v. fig. 10-9, pág. 301). Los linfocitos T permanecen en la corteza profunda
dependiente del timo y los linfocitos B migran a la corteza nodular (v. fig. 14-22). La mayoría de
los linfocitos abandonan el ganglio linfático entrando en los senos linfáticos desde los cuales
fluyen hacia un vaso linfático eferente. En la tabla 14-4 se reseñan las características
específicas de los ganglios linfáticos en comparación con otros órganos linfáticos principales. El
ganglio linfático es un sitio importante para la fagocitosis y el inicio de las respuestas
inmunitarias.

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507

CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

CUADRO 14-4 Correlación clínica: linfadenitis reactiva (inflamatoria)

La linfadenitis reactiva (inflamatoria) hace referencia al agrandamiento de los ganglios


linfáticos que suele ser secundario a infecciones bacterianas y microbianas. Los ganglios
linfáticos aumentan de tamaño debido al edema y la hiperplasia de los nódulos linfáticos y sus
componentes celulares (fig. C14-4.1). Entre ellos se encuentran los linfocitos B, los linfocitos T,
los macrófagos y otras células presentadoras de antígenos. Además, también es prominente la
infiltración de los senos linfáticos por neutrófilos. En las infecciones bacterianas graves, la
linfadenitis puede acompañarse de linfangitis, una inflamación de vasos linfáticos aferentes
que transportan la linfa hacia infectada los ganglios linfáticos regionales. Los vasos linfáticos
inflamados pueden ser visibles como estrías rojas bajo la piel de la región de drenaje linfático
afectada. Los síntomas comunes de la linfadenitis aguda consisten en ganglios linfáticos
inflamados (adenomegalia) que son dolorosos a la palpación, hipertermia, escalofríos, pérdida
de apetito, taquicardia y debilidad general. Los ganglios linfáticos suelen ser palpables y
dolorosos al tacto y la piel que los cubre se presenta eritomatosa (enrojecida). En los casos
graves de necrosis supurada (necrosis con formación de pus), puede desarrollarse una fistula
(abertura artificial) que permite el drenaje del pus desde el nódulo linfático agrandado hacia la
superficie. Los organismos microbianos más comunes causantes de linfadenitis son los
estreptococos y los estafilococos. Otros organismos menos comunes son los virus (como en la
mononucleosis o la rubéola), los protozoos, las rickettsias, los hongos y el bacilo de la
tuberculosis. Las amigdalitis, las infecciones originadas en los dientes y la faringitis bacteriana
(dolor de garganta) son las causas más comunes de linfadeni

GC

FIGURA C14-4.1 ▲ Microfotografía de un ganglio linfático con linfadenitis reactiva. Corte a


través de la corteza superficial de un ganglio linfático que muestra un centro germinativo
hiperplásico (GC), que se proyecta hacia la cápsula de tejido conjuntivo. Las mayor parte de las
células de tinción pálida que ocupan el centro germinativo corresponde a linfocitos B y
macrófagos; la acumulación de linfocitos T forma una región de manto o corona bien definida
que rodea el centro germinativo. 120 X. (Reproducido con autorización de Schwarting R,
McKenzie S, Rubin R. Hematopathology. En: Rubin R, Strayer DS [eds]: Rubin’s Pathology:
Clinicopathologic Foundations of Medicine, 5th ed. Baltimore: Lippincott Williams & Wilkins,
2008.)

tis en la región del cuello. La linfadenopatía generalizada es típica de la artritis reumatoidea y


se detecta como signo precoz de la infección por VIH. En la linfadenitis crónica, los ganglios
linfáticos están agrandados, pero su palpación no es dolorosa.

La fagocitosis de partículas realizada por células fagocíticas dentro de los ganglios linfáticos es
un paso importante en el inicio de una respuesta inmunitaria. Laacumulación física de
microorganismos y partículas transportados por la linfa y la fagocitosis de estos materiales
contribuyen a concentrar el antígeno, lo cual mejora su presentación a los linfocitos. Los
antígenos transportados en la linfa se filtran a través de los senos y penetran los nódulos
linfáticos para iniciar la respuesta inmunitaria. Algunos antígenos quedan atrapados en la
superficie de las células dendríticas foliculares, mientras que otros son procesados por los
macrófagos, las células dendríticas y los linfocitos B, lo que conduce a la activación y la
diferenciación de linfocitos B en células plasmáticas productoras de anticuerpos y linfocitos B
de memoria. Las células plasmáticas migran a continuación hacia los cordones medulares,
donde sintetizan anticuerpos específicos y los liberan en la linfa que fluye a través de los senos.
Las células plasmáticas representan del 1 % al 3 % de las células en los nódulos linfáticos en
reposo. Su cantidad aumenta drásticamente durante una respuesta inmunitaria, con lo cual se
incrementa la cantidad de inmunoglobulinas en circulación. Los linfocitos B de memoria
pueden abandonar los ganglios linfáticos y circular hacia varias regiones a lo largo del orga

nismo, donde pueden proliferar en respuesta a la exposición posterior a su antígeno


específico. La presencia de linfocitos de memoria en varios sitios de todo el cuerpo, asegura
una respuesta más rápida a un antígeno, la respuesta secundaria. Los ganglios linfáticos en los
que los linfocitos se encuentran respondiendo a antígenos, con frecuencia aumentan de
tamaño, lo que es un reflejo de la formación de centros germinativos y de la proliferación de
linfocitos. Este fenómeno se observa con frecuencia en los ganglios linfáticos del cuello en
respuesta a una infección nasal y orofaríngea y en las regiones axilar e inguinal debido a una
infección en las extremidades. La linfadenitis, un agrandamiento reactivo (inflamatorio) del
ganglio linfático, es una complicación común de las infecciones microbianas. Estos ganglios
linfáticos agrandados suelen denominarse glándulas inflamadas (v. cuadro 14-4). Timo El timo
es un órgano linfoepitelial localizado en el mediastino superior. El timo es un órgano
bilobulado localizado en el mediastino superior, anterior al corazón y los grandes vasos. Se
desarrolla bilateralmente a partir de la tercera (algunas veces la cuarta) bolsa faríngea
(orofaríngea). Durante el desarrollo embriona

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

SS

NNNN N NNNNN PPPP P

PPPP P

MMMM M

RRCC RRCC RC

Linfocito Linfocito

Abierta

Cerrada

Macrófago

Neutrófilo

Macrófago

Neutrófilo

FIGURA 14-30 ▲ Estructura del sinusoide esplénico y del cordón esplénico. a. Esta
fotomicrografía electrónica de barrido muestra un corte transversal del sinusoide esplénico
(SS), en el que se ve la estructura reticular de su pared. A través de las múltiples aberturas en
la pared, las evaginaciones de los macrófagos (flechas) se introducen en la luz sinusoidal. En el
resto de la fotomicrografía aparecen las evaginaciones lisas características de las células
reticulares (RC). Los espacios que hay en este armazón de células reticulares contienen
neutrófilos (N), macrófagos (M), y plaquetas (P). 4 400 X. b. Diagrama esquemático de una
reconstrucción de la estructura del sinusoide esplénico. Obsérvese la dirección del flujo
sanguíneo en las circulaciones abiertas y cerradas. c. Microfotografía electrónica de barrido del
sinusoide esplénico, que muestra la arquitectura de la pared sinusoidal vista desde la luz del
vaso. Las células endoteliales bastoniformes transcurren paralelas y se conectan entre sí a
intervalos por evaginaciones laterales. En el ángulo inferior derecho se muestra la tumefacción
nuclear. También son visibles algunos de los extremos aguzados de las células endoteliales
bastoniformes. El macrófago, el neutrófilo y el linfocito están fuera del sinusoide. 5 300 X.
(Reproducido con autorización de Fujita T, Tanaka K, Tokunga J. SEM Atlas of Cells and Tissues.
Tokyo: Igaku-Shoin, 1981).

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509

CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

casquetes corticales sobre porciones de tejido medular interno, muy retorcido pero continuo
(fig. 14-24 y lámina 41, pág. 527). En algunos planos de corte, la disposición “lobular” del
casquete cortical y del tejido medular determina que se vean semejantes a un nódulo linfático
con un centro germinativo, lo cual suele confundir a los estudiantes. Otras características
morfológicas (que se describen más adelante) permiten la identificación positiva del timo en
los cortes histológicos. El parénquima tímico contiene linfocitos T en desarrollo en una malla
extensa formada por células epitelio reticulares. La porción externa del parénquima, corteza
tímica, es muy basófila en los cortes teñidos con hematoxilina y eosina (H&E) debido a que los
linfocitos T en desarrollo están muy juntos con sus núcleos teñidos con intensidad. Estos
linfocitos T, también denominados timocitos, ocupan espacios dentro de una extensa malla de
células epitelio reticulares (fig. 14-25). Entre las células corticales también hay macrófagos
dispersos. Los linfocitos T en desarrollo derivan de las CLP, las que a su vez se originan en la
médula ósea. A medida que progresa el desarrollo en el timo, las células derivadas de las CLP
atraviesan una serie de etapas evolutivas que se distinguen por la expresión de diferentes
moléculas CD. Como su nombre lo indica, las células epitelio reticulares tienen características
tanto de células epiteliales como de células reticulares. Proveen un armazón o estroma para
los linfocitos T en desarrollo; por lo tanto, son los equivalentes de las células reticulares y sus
fibras reticulares asociadas en los otros tejidos y órganos linfáticos. Las células de tejido
conjuntivo reticular y sus fibras, sin embargo, no están presentes en

rio, el epitelio se invagina y el rudimento tímico crece caudalmente como una proyección
tubular del epitelio endodérmico en el mediastino del tórax. El extremo en avance prolifera y
finalmente se desconecta del epitelio branquial. Las células progenitoras linfoides comunes
(CLP) de la médula ósea, cuyo destino es desarrollarse en linfocitos T inmunocompetentes,
invaden el rudimento epitelial y ocupan espacios entre las células epiteliales, de tal modo que
el timo se transforma en un órgano linfoepitelial. El timo está completamente formado y
funcional al momento del nacimiento. Se mantiene como un órgano grande hasta el tiempo de
la pubertad, donde la diferenciación y proliferación de linfocitos T se reduce y la mayor parte
del tejido linfático es reemplazado por tejido adiposo (involución). El órgano puede ser
reestimulado en situaciones que demandan una rápida proliferación de linfocitos T.
Arquitectura general del timo El timo está rodeado por tejido conjuntivo que lo divide en
lobulillos tímicos. El timo posee una delgada cápsula de tejido conjuntivo desde donde se
extienden los cordones hacia el parénquima del órgano. La cápsula y los cordones contienen
vasos sanguíneos, vasos linfáticos eferentes (pero no aferentes) y nervios. Además de las fibras
de colágeno y los fibroblastos, el tejido conjuntivo del timo contiene una cantidad variable de
células plasmáticas, granulocitos, linfocitos, mastocitos, células adiposas y macrófagos. Los
cordones establecen dominios en el timo llamados lobulillos tímicos. En realidad no son
verdaderos lóbulos sino

Arteria trabecular

Vena trabecular

Arteria central

Nódulo esplénico

Arteriolas peniciladas

Capilares envainados

Circulación cerrada

Circulación abiertaPA LS

FIGURA 14-31 ▲ Diagrama esquemático de las circulaciones esplénicas abierta y cerrada. En la


circulación abierta, que ocurre en los seres humanos, las arteriolas peniciladas desembocan
directamente en la malla reticular de los cordones, en lugar de conectarse con los sinusoides
esplénicos revestidos de endotelio. La sangre que entra en la pulpa roja se filtra, entonces, a
través de los cordones y queda expuesta a los macrófagos que se alojan allí. En la circulación
cerrada, que es típica de otras especies, las arteriolas peniciladas desembocan directamente
en los sinusoides esplénicos de la pulpa roja. PALS, vaina linfática periarterial.

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

el parénquima tímico. Las células epitelio reticulares exhiben ciertos rasgos característicos del
epitelio, como las uniones intercelulares y los filamentos intermedios. Se reconocen seis tipos
de células epitelio reticulares según su función: tres tipos en la corteza y tres en la médula.
Cada tipo está designado con un número romano. En la corteza, se reconocen los siguientes
tipos de células. • Células epitelio reticulares tipo I, que están ubicadas en el límite de la
corteza y la cápsula de tejido conjuntivo, así como entre el parénquima cortical y los cordones.
También rodean la adventicia de los vasos sanguíneos cortica

les. En esencia, las células epitelio reticulares tipo I sirven para separar el parénquima tímico
del tejido conjuntivo del órgano. Las uniones oclusivas que hay entre estas células son un
reflejo de su función como barrera que aísla los linfocitos T en desarrollo del tejido conjuntivo
del órgano; es decir, de la cápsula, los cordones y el tejido conjuntivo perivascular. • Células
epitelio reticulares tipo II, que se localizan dentro de la corteza. El microscopio electrónico de
transmisión (MET) permite ver macula adherens (desmosomas) que se unen a las
evaginaciones citoplasmáticas largas de las

Características

Nódulos linfáticos (BALT, GALT, MALT) Ganglios linfáticos Timo Bazo


Función principal Vigilancia inmunológica de las membranas mucosas

Filtran la linfa Generan respuestas inmunitarias a los antígenos en la linfa

Desarrolla linfocitos T inmunocompetentes

Filtra la sangre Elimina eritrocitos viejos Genera respuestas inmunitarias a los antígenos
circulantes

Cápsula de tejido conjuntivo

No Sí Sí Sí; contiene miofibroblastos Corteza No Sí Sí No Médula No Sí Sí No Nódulos linfáticos


Sí Sí; sólo en la corteza superficial No Sí; sólo en la pulpa blanca Vasos linfáticos aferentes No
Sí; atraviesan la cápsula No No Vasos linfáticos eferentes Sí Sí; abandonan el nódulo en el hilio
Sí (pocos); se originan en el tabique y la cápsula del tejido conjuntivo Sí; inconspicuos, se
originan en la pulpa blanca cerca de los cordones Vénulas de endotelio alto (HEV)) Sí; en
nódulos linfáticos bien establecidos (es decir, amígdalas, apéndice, placas de Peyer) Sí;
asociadas con la corteza profunda No No Rasgos característicos Tejido linfático difuso con
nódulos linfáticos distribuidos en forma aleatoria subyacentes a la superficie epitelial Presencia
de sinusoides linfáticos (subcapsular, trabecular y medular) Malla reticular Lobulillos tímicos
Malla de células epitelio reticulares Corpúsculos de Hassall sólo en la médula Pulpa blanca con
nódulos esplénicos a lo largo de la PALS, que contienen la arteria central Pulpa roja que
contiene sinusoides esplénicos, arterias peniciladas, capilares envainados y cordones
esplénicos.

BALT, tejido linfático asociado con los bronquios; GALT, tejido linfático asociado con los
intestinos; MALT, tejido linfático asociado con las mucosas; PALS, vaina linfática periarterial.

TABLA 14-4 Comparación de los órganos linfáticos principales.

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

células adyacentes. El cuerpo celular y las evaginaciones citoplasmáticas contienen abundantes


filamentos intermedios. Debido a sus evaginaciones, estas células tienen forma estrellada.
Poseen un núcleo grande que se tiñe pálidamente con H&E por su abundante eucromatina.
Esta característica nuclear permite la fácil identificación de la célula en los preparados para el
microscopio óptico. Las células tipo II compartimentalizan la corteza en regiones aisladas para
los linfocitos T en desarrollo. A diferencia de lo que ocurre con las células tipo I, las células tipo
II expresan moléculas MHC I y MHC II, que participan en la educación de los timocitos. •
Células epitelio reticulares tipo III, que están ubicadas en el límite entre la corteza y la médula.
El MET permite detectar las uniones oclusivas entre las evaginaciones citoplasmáticas
laminares de las células contiguas. Al igual que las células tipo I, las células epitelio reticulares
tipo III crean una barrera funcional, en este caso, entre la corteza y la médula. Como las células
tipo II, poseen moléculas MHC I y MHC II. • Macrófagos, que están dentro de la corteza tímica
y son responsables de la fagocitosis de los linfocitos T que no cumplen con las exigencias de la
educación tímica. Estos linfocitos T están programados para morir antes de abandonar la
corteza. Alrededor del 98 % de los linfocitos T sufre apoptosis y después es fagocitado por los
macrófagos. Los macrófagos en la corteza son difíciles de identificar en los preparados teñidos
con H&E. Sin embargo, la reacción de ácido periódico-reactivo de Schiff (PAS) los define con
facilidad porque tiñe sus numerosos lisosomas grandes. A causa de esta propiedad tintorial, se
dice que los macrófagos son PAS positivos. Si bien las células epitelio reticulares de la corteza
tímica desempeñan un papel importante en el desarrollo de los linfocitos T
inmunocompetentes, datos recientes indican que los linfocitos T en las diferentes etapas de la
diferenciación, controlan la microarquitectura de las células epitelio reticulares tímicas, un
fenómeno denominado intercomunicación. Por consiguiente, los linfocitos en desarrollo y las
células epitelio reticulares influyen unas sobre otras durante el desarrollo de los linfocitos T.
Los corpúsculos tímicos o de Hassall (que derivan de las células epitelio reticulares tipo IV) son
una característica distintiva de la médula del timo. La médula tímica, la porción interna del
parénquima, contiene gran cantidad de células epitelio reticulares y linfocitos T agrupados en
forma laxa (v. fig. 14-25). La médula se tiñe con menos intensidad que la corteza porque, como
en los centros germinativos de los nódulos linfáticos, contiene principalmente linfocitos
grandes. Estos linfocitos tienen núcleos pálidos y cuantitativamente más citoplasma que los
linfocitos pequeños. Al igual que la corteza, la médula también contiene tres tipos de células
epitelio reticulares: • Células epitelio reticulares tipo IV, que están localizadas entre la corteza
y la médula cerca de las células tipo III. Poseen evaginaciones laminares con uniones oclusivas
entre células adyacentes, así como entre ellas y las células tipo

III.En cooperación con las células tipo III, crean la barrera a la altura de la unión
corticomedular. • Células epitelio reticulares tipo V, que se distribuyen por toda la médula. Al
igual que las células tipo II localizadas en la corteza, las evaginaciones de las células adyacentes
están unidas por desmosomas para proporcionar el armazón celular de la médula y para
compartimentalizar grupos de linfocitos. Sus núcleos presentan un marcado contraste con los
núcleos de linfocitos que se tiñen con gran intensidad. • Células epitelio reticulares tipo VI,
forman el rasgo más característico de la médula tímica, los corpúsculos tímicos (de Hassall)
(fig. 14-26 y lámina 41, pág. 527). Los corpúsculos tímicos son masas aisladas de células
epitelio reticulares tipo VI muy juntas, dispuestas en forma concéntrica, que exhiben núcleos
aplanados. Los estudios de estas células realizados con el MET revelan gránulos de
queratohialina, haces de filamentos intermedios e inclusiones lipídicas en el citoplasma. Las
células están unidas por desmosomas. El centro de un corpúsculo tímico puede presentar
indicios de cornificación, un rasgo que no es una sorpresa dado que estas células derivan del
epitelio orofaríngeo. Los corpúsculos tímicos son componentes multicelulares activos desde el
punto de vista funcional, distintos desde el punto de vista antigénico y exclusivos de la médula.
Si bien su función no se comprende por completo, se cree que los corpúsculos tímicos
producen interleucinas (IL-4 e IL-7) que actúan en la diferenciación y la educación de los
linfocitos T en el timo. Los vasos sanguíneos abandonan los cordones para ingresar en el
parénquima del timo. Normalmente, los vasos sanguíneos entran en la médula desde las
partes más profundas de los cordones y llevan consigo una vaina de tejido conjuntivo. Esta
vaina de tejido conjuntivo perivascular tiene un espesor variable. Es más gruesa alrededor de
los vasos de mayor calibre y se afina gradualmente alrededor de los vasos más pequeños.
Donde es gruesa contiene fibras reticulares, fibroblastos, macrófagos, células plasmáticas y
otras células halladas en el tejido conjuntivo laxo; donde es delgada, puede contener sólo
fibras reticulares y fibroblastos ocasionales. Los rasgos específicos del timo en comparación
con otros órganos linfáticos principales se resumen en la tabla 14-14. Barrera hematotímica y
educación de los linfocitos T La barrera hematotímica protege a los linfocitos en desarrollo en
el timo de la exposición a los antígenos. A los linfocitos que alcanzan la corteza tímica se les
impide el contacto con antígenos por medio de una barrera física denominada barrera
hematotímica (fig. 14-27). Los siguientes componentes constituyen la barrera hematotímica
entre los linfocitos T y la luz de los vasos sanguíneos corticales, desde la luz vascular hacia
afuera: • El endotelio que reviste la pared capilar es del tipo continuo con uniones oclusivas. Es
muy impermeable a las macromoléculas y se considera un componente estructural importante
de la barrera en el parénquima cortical. La lámina basal subbooksmedicos.org
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CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

yacente de las células endoteliales y los pericitos ocasionales son parte de la pared capilar. •
Los macrófagos que están en el tejido conjuntivo perivascular circundante, pueden fagocitar
las moléculas antigénicas que escapan de la luz capilar hacia el parénquima cortical. • Las
células epitelio reticulares tipo I con sus uniones oclusivas proveen protección adicional a los
linfocitos T en desarrollo. Las células epitelio reticulares rodean la pared capilar en la corteza y,
junto con su lámina basal, representan otro componente estructural importante de la barrera
hematotímica. El timo es el sitio de la educación de los linfocitos T. Durante la vida fetal, el
timo está poblado por células madre linfoides multipotenciales que provienen de la médula
ósea y están destinados a convertirse en linfocitos T inmunocompetentes. La maduración y
diferenciación de las células madre en linfocitos T inmunocompetentes se denomina
educación tímica (fig. 14-28). Este proceso se caracteriza por la expresión y la desaparición de
moléculas CD superficiales específicas. La expresión de las moléculas CD2 y CD7 en la
superficie de los linfocitos T indica una etapa inicial (etapa negativa doble) de la diferenciación.
El término negativo doble hace referencia a la falta de moléculas CD4 y CD8. A esta etapa
inicial le sigue la expresión de la molécula CD1, que indica la etapa intermedia de la
diferenciación de los linfocitos T. A medida que la maduración progresa, los linfocitos T
expresan TCR, CD3, y las moléculas CD4 y CD8. Esta es la etapa doble positiva de la
diferenciación de linfocitos T. A continuación, las células epitelio reticulares tipo II y tipo III les
presentan a los linfocitos los antígenos propios y extraños. Si el linfocito reconoce moléculas
MHC propias y antígenos propios y extraños sobrevivirá, un proceso que se conoce como
selección positiva. Si no lo hace, la célula morirá. Las células que pasan la prueba de selección
positiva abandonan la corteza e ingresan en la médula. Aquí, son sometidas a otro proceso de
selección en el cual los linfocitos que reconocen el antígeno propio presentado por las
moléculas MHC son eliminados, un proceso que se denomina selección negativa. Las células
que sobreviven se convierten en linfocitos T CD8+ citotóxicos (al perder CD4 y retener CD8) o
linfocitos T CD4+ cooperadores (al perder CD8 y retener CD4). Esta etapa recibe el nombre de
etapa positiva simple de la diferenciación de los linfocitos T. Ahora los linfocitos abandonan el
timo al pasar desde la médula hacia la circulación sanguínea. El proceso de educación tímica es
promovido por sustancias secretadas por las células epitelio reticulares, entre las que se
encuentran las interleucinas (IL-4 e IL-7), factores estimulantes de colonias e interferón g. Bazo
El bazo tiene el tamaño aproximado de un puño cerrado y es el órgano linfático más grande. Se
ubica en el cuadrante superior izquierdo de la cavidad abdominal y tiene una irrigación
sanguínea abundante. El bazo filtra sangre y reacciona inmunitariamente a los antígenos
transportados por ella.

El bazo posee funciones de filtración morfológica e inmunitaria. Además de una gran cantidad
de linfocitos, contiene espacios o conductos vasculares especializados, una malla de células
reticulares y fibras reticulares, y un suministro abundante de macrófagos y células dendríticas.
Estos componentes permiten que el bazo controle la sangre desde el punto de vista
inmunitario, del mismo modo que los macrófagos y las células dendríticas de los ganglios
linfáticos vigilan la linfa. El bazo está rodeado por una cápsula de tejido conjuntivo denso
desde la cual los cordones se extienden hacia el parénquima del órgano (fig. 14-29). El tejido
conjuntivo de la cápsula y de los cordones contiene miofibroblastos. Estas células contráctiles
también producen las fibras extracelulares del tejido conjuntivo. En muchos mamíferos, el
bazo almacena grandes volúmenes de eritrocitos como reserva. En estas especies, la
contracción en la cápsula y en los cordones contribuye a la liberación de los eritrocitos
almacenados hacia la circulación sistémica. El bazo humano normalmente retiene poca
cantidad de sangre, pero tiene la capacidad de contraerse por acción de las células contráctiles
capsulares y trabeculares. El hilio, ubicado en la superficie medial del bazo, es el sitio por
donde pasan la arteria y la vena esplénicas, los nervios y los vasos linfáticos. Los vasos
linfáticos se originan en la pulpa blanca cerca de los cordones y constituyen una vía por la cual
los linfocitos abandonan el bazo. La mayor parte del bazo consiste en pulpa esplénica. Desde
los puntos de vista funcional y morfológico, la pulpa esplénica puede dividirse en dos regiones:
la pulpa blanca y la pulpa roja, según el color de cada una en el estado fresco. En el corte, la
pulpa blanca aparece como regiones blanco grisáceas circulares o alargadas rodeadas por la
pulpa roja. La pulpa blanca está compuesta por una gruesa acumulación de linfocitos alrededor
de una arteria. La pulpa blanca está compuesta por tejido linfático, en su mayor parte
linfocitos. En los cortes teñidos con H&E, la pulpa blanca aparece basófila debido a la
heterocromatina densa en los núcleos de los numerosos linfocitos (lámina 39, pág. 523). Las
ramas de la arteria esplénica atraviesan la cápsula y los cordones del bazo, para introducirse
en la pulpa blanca. Dentro de la pulpa blanca, la rama de la arteria esplénica se denomina
arteria central. Los linfocitos que se aglomeran alrededor de la arteria central constituyen la
vaina linfática periarterial (PALS). La PALS tiene una configuración más o menos cilíndrica que
se ajusta al trayecto de la arteria central. En los cortes transversales, la PALS presenta un
aspecto circular y puede parecerse a un nódulo linfático. La presencia de la arteria central, sin
embargo, distingue la PALS de los nódulos linfáticos típicos encontrados en otros sitios. En la
PALS, los nódulos aparecen como expansiones focalizadas y desplazan la arteria central, de
manera que ésta ocupa una posición excéntrica en lugar de central. Los nódulos son el
territorio de los linfocitos B; otros linfocitos de la PALS son principalmente linfocitos T que
rodean los nódulos. Por lo tanto, la PALS puede considerarse una región dependiente del timo,
como la corteza profunda del ganglio linfático. Los nódulos suelen contener centros
germinativos que, como en otros tejidos linfáticos, se desarrollan a medida que los linfocitos B
proliferan después de su activación. En los seres humanos, los centros
germinatibooksmedicos.org ERRNVPHGLFRVRUJ

513

CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

vos se desarrollan dentro de las 24 h siguientes a la exposición a un antígeno y pueden


tornarse grandes en extremo y visibles a simple vista. Estos nódulos grandes se denominan
nódulos esplénicos o corpúsculos de Malpighi (pero no deben confundirse con los corpúsculos
renales, que tienen el mismo nombre). La pulpa roja contiene una gran cantidad de eritrocitos,
a los que filtra y degrada. La pulpa roja es de color rojo tanto en el estado fresco como en los
preparados histológicos, debido a que contiene una gran cantidad de eritrocitos (lámina 40,
pág. 525). En esencia, la pulpa roja está compuesta por sinusoides esplénicos separados por los
cordones esplénicos (cordones de Billroth). Los cordones esplénicos están compuestos por la
ya conocida malla laxa de células reticulares y fibras reticulares, que contienen moléculas de
colágeno tipo III y tipo V. Dentro de la malla reticular de los cordones esplénicos, hay
abundancia de eritrocitos, macrófagos, linfocitos, células dendríticas, células plasmáticas y
granulocitos. Los macrófagos esplénicos fagocitan los eritrocitos dañados. El hierro de los
eritrocitos destruidos se utiliza en la formación de nuevos eritrocitos; los macrófagos
esplénicos comienzan el proceso de degradación de hemoglobina y el reciclaje del hierro. Los
megacariocitos también están presentes en ciertas especies, como roedores y gatos, pero no
en seres humanos, excepto durante la vida fetal. Las características específicas del bazo, en
comparación con otros órganos linfáticos importantes, se reseñan en la tabla 14-4. Los senos
esplénicos o venosos son vasos sinusoidales especiales revestidos por células endoteliales con
forma de bastón. Las células endoteliales que revisten los sinusoides esplénicos son muy
largas. Su eje longitudinal corre paralelo a la dirección del vaso (fig. 14-30). Existen pocos
puntos de contacto entre las células adyacentes, por lo que se producen espacios
intercelulares prominentes. Estos espacios permiten que los eritrocitos entren y salgan de los
sinusoides con facilidad. Las evaginaciones de los macrófagos se extienden entre las células
endoteliales y dentro de la luz sinusoidal para detectar antígenos extraños en la sangre
circulante. Los sinusoides carecen de una lámina basal continua. Las bandas anulares de
material de lámina basal se enlazan alrededor de la parte externa del sinusoide como si fueran
los anillos metálicos que sostienen unidas las duelas de un barril. Estas bandas forman ángulos
rectos con respecto a los ejes longitudinales de las células endoteliales. Este material se tiñe
con impregnaciones argénticas o con la reacción de PAS (lámina 40, pág. 525). En la pared de
los sinusoides esplénicos no hay células de músculo liso ni pericitos. Las evaginaciones de las
células reticulares pueden extenderse hacia la superficie basal de las células endoteliales y es
probable que estén asociadas con las fibras reticulares que parecen mezclarse con los anillos
perisinusoidales de la lámina basal. La sangre llena tanto los sinusoides como los cordones de
la pulpa roja y con frecuencia oculta las estructuras subyacentes, lo que dificulta la distinción
entre los cordones y los sinusoides en los cortes histológicos.

La circulación dentro de la pulpa roja permite que los macrófagos detecten antígenos en la
sangre. Las ramas de la arteria esplénica se introducen en la pulpa blanca desde ls cordones. La
arteria central emite ramas hacia la pulpa blanca y hacia los sinusoides de su periferia
denominados sinusoides marginales (v. fig. 14-29). La arteria central continúa hacia la pulpa
roja, donde se ramifica en varias arteriolas bastante rectas llamadas arteriolas peniciladas.
Estas arteriolas terminan por convertirse en capilares arteriales. Algunos capilares arteriales
están rodeados por acumulaciones de macrófagos y, por lo tanto, se denominan capilares
envainados. Los capilares envainados, entonces, terminan directamente en la malla reticular
de los cordones esplénicos en lugar de conectarse con los sinusoides esplénicos revestidos de
endotelio. La sangre que entra en la pulpa roja de esta manera se filtra a través de los
cordones y queda expuesta a sus macrófagos antes de retornar a la circulación, colándose a
través de las paredes de los sinusoides esplénicos (fig. 14-31). Este tipo de circulación se
denomina circulación abierta y es la única vía por la cual la sangre retorna a la circulación
venosa en los seres humanos. En otras especies, como ratas y perros, parte de la sangre de los
capilares envainados pasa directamente a los sinusoides esplénicos de la pulpa roja. Este tipo
de circulación se conoce como circulación cerrada. La circulación abierta expone la sangre en
forma más eficiente a los macrófagos de la pulpa roja. Las fotomicrografías electrónicas de
transmisión y de barrido suelen mostrar eritrocitos en tránsito a través del endotelio sinusoidal
que, según se presume, están reingresando en el sistema vascular desde los cordones de la
pulpa roja. La sangre recogida en los sinusoides drena en las tributarias de las venas
trabeculares, que después convergen en venas más grandes y, finalmente, abandonan el bazo
a través de la vena esplénica. La vena esplénica, a su vez, se une a las venas que drenan el
intestino para formar la vena portal hepática. El bazo lleva a cabo funciones inmunitarias y
hematopoyéticas. Debido a que el bazo filtra la sangre, como los ganglios linfáticos filtran la
linfa, funciona tanto en el sistema inmunitario como en el hematopoyético. Las funciones del
bazo en el sistema inmunitario comprenden: • presentación de antígenos por las APC (sobre
todo células dendríticas y macrófagos) e iniciación de la respuesta inmunitaria, • activación y
proliferación de linfocitos B y T, • producción de anticuerpos contra antígenos presentes en la
sangre circulante, y • eliminación de antígenos macromoleculares de la sangre. La activación y
la proliferación de linfocitos T y la diferenciación de linfocitos B y células plasmáticas, así como
la secreción de anticuerpos, se producen en la pulpa blanca del bazo; en este sentido, la pulpa
blanca es el equivalente de otros órganos linfáticos. Las funciones hematopoyéticas del bazo
comprenden: • captación y destrucción de eritrocitos y plaquetas envejecidos, dañados y
anómalos; booksmedicos.org ERRNVPHGLFRVRUJ

514

CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

• recuperación del hierro de la hemoglobina de los eritrocitos; • formación de eritrocitos


durante la vida fetal inicial y • almacenamiento de sangre, en especial de eritrocitos, en
algunas especies. El papel de la pulpa roja es principalmente la filtración de la sangre (es decir,
la eliminación del material particulado, los antígenos macromoleculares y los eritrocitos y
plaquetas envejecidos, anómalos o dañados de la circulación sanguínea). Estas funciones se
llevan a cabo por los macrófagos incluidos en la malla reticular de la pulpa roja. Los eritrocitos
envejecidos, dañados o anómalos son degradados por los lisosomas de los macrófagos; el
hierro de la hemoglobina se recupera y se almacena en la forma de ferritina o hemosiderina
para su reciclaje futuro. El grupo hemo de la molécula se degrada a bilirrubina, la cual se
transporta hacia el hígado a través del sistema portal y allí se conjuga con ácido glucurónico. La
bilirrubina conjugada se secreta hacia la bilis que adquiere su color característico. Los
macrófagos reconocen los eritrocitos envejecidos o anómalos por varios mecanismos
diferentes:

• Los mecanismos inespecíficos comprenden cambios morfológicos y bioquímicos que ocurren


en los eritrocitos envejecidos; éstos se tornan más rígidos y, por lo tanto, son atrapados con
más facilidad en la malla de la pulpa roja. • Los mecanismos específicos comprenden la
opsonización de la membrana celular con anticuerpos IgG anti-banda 3, lo cual desencadena la
fagocitosis eritrocítica dependiente de receptor de Fc. Además, los cambios específicos en la
glucosilación de las glucoforinas (v. pág. 295) en los eritrocitos que envejecen, actúan como
una señal de reconocimiento que desencadena la eliminación de eritrocitos envejecidos por
los macrófagos. A pesar de estas importantes funciones, el bazo no es indispensable para la
vida humana. Puede extirparse quirúrgicamente (esplenectomía), lo cual se realiza con
frecuencia después de un traumatismo que causa rotura esplénica con hemorragia
incontenible. La captación y la destrucción de los eritrocitos envejecidos se producen,
entonces, en la médula ósea y en el hígado.

514

CAPÍTULO 14 Sistema linfático TEJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS

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CAPÍTULO 14 Sistema linfático HISTOLOGY 101

Puntos esenciales Sistema linfático

GENERALIDADES DEL SISTEMA LINFÁTICO ◗ El sistema linfático consiste en grupos de células,


tejidos y órganos que generan respuestas inmunitarias contra sus propias células
transformadas y los invasores extraños. ◗ Los linfocitos son las células definitivas del sistema
linfático y las células efectoras en las respuestas del sistema inmunitario. ◗ Los tejidos y
órganos del sistema linfático comprenden el tejido linfático difusos, los nódulos linfáticos, los
ganglios linfáticos, el bazo, la médula ósea y el timo. ◗ Las respuestas inmunitarias pueden
dividirse en inmunidad inespecífica (innata) (representa la primera línea de defensa contra la
agresión microbiana) y la inmunidad específica (adaptiva) (se adquiere en forma gradual y se
inicia mediante el contacto con el antígeno y su presentación a varios tipos de linfocitos). ◗ Dos
tipos de respuestas son características de la inmunidad específica: respuesta humoral
(producción de anticuerpos contra antígenos extraños invasores) y respuesta celular (señala
células transformadas e infectadas por virus para su destrucción por medio de linfocitos NK
[asesinos naturales] específicos).

CÉLULAS DEL SISTEMA LINFÁTICO ◗ En el organismo se hallan tres tipos principales de


linfocitos: los linfocitos T, los linfocitos B y los linfocitos NK. ◗ Los linfocitos T (células T) se
diferencian y se tornan inmunocompetentes en el timo y se caracterizan por la presencia de
receptores de linfocitos T (TCR). Constituyen entre el 60 % y el 80 % de los linfocitos circulantes
y se subclasifican según la presencia de diferentes proteínas marcadoras de superficie,
llamadas así por el sistema numerador de moléculas de cúmulo de diferenciación (CD). ◗ Los
linfocitos B (células B) se diferencian en los órganos equivalentes a la bursa y se caracterizan
por la presencia de receptores de linfocitos B (IgM e IgD unidas a membranas celulares).
Participan en la inmunidad humoral y se diferencian en células plasmáticas productoras de
anticuerpos. ◗ Los linfocitos asesinos naturales (células NK) están especializados para destruir
ciertos tipos de células diana mediante la liberación de perforinas y granzimas. ◗ Los linfocitos
sufren diferenciación dependiente de antígeno en los órganos linfáticos primarios. Los
linfocitos sufren activación dependiente de antígeno en los órganos linfáticos secundarios. ◗ La
respuesta inmunitaria primaria hace referencia al primer encuentro del cuerpo con el
antígeno; tiene un período de latencia de varios días y secreta principalmente anticuerpos IgM.
◗ La respuesta inmunitaria secundaria es más rápida e intensa que la respuesta primaria y
secreta anticuerpos IgG.

◗ La inmunidad humoral (mediada por anticuerpos) es mediada por anticuerpos producidos


por los linfocitos B y por las células plasmáticas. ◗ La inmunidad mediada por células es
mediada por linfocitos T específicos. ◗ En la citotoxicidad mediada por células dependientes de
anticuerpos (ADCC), los anticuerpos IgG dirigen los linfocitos NK hacia sus dianas. ◗ Para iniciar
la respuesta inmunitaria, los linfocitos T cooperadores y citotóxicos deben reconocer y unirse a
un antígeno (polipéptido) que se exhibe en las moléculas del complejo mayor de
histocompatibilidad (MHC). ◗ En las células se encuentran dos clases de moléculas MHC: las
MHC I se expresan en la superficie de todas las células nucleadas y de las plaquetas; las MHC II
tienen una distribución limitada y se expresan sólo en la superficie de las células presentadoras
de antígenos (APC). ◗ Los linfocitos CD8+ citotóxicos están restringidos al MHC I y los linfocitos
T CD4+ cooperadores están restringidos al MHC II. ◗ Para que los linfocitos T se activen, es
necesario que el TCR y las moléculas CD4 o CD8 interaccionen con el antígeno exhibido en la
molécula MHC (primera señal) y se requiere la interacción entre las diferentes moléculas CD
(señal coestimuladora). ◗ Los linfocitos T cooperadores activados liberan citocinas
(interleucinas) que estimulan a otros linfocitos T, B y NK para su diferenciación y su
proliferación. Los linfocitos T citotóxicos activados también liberan citocinas que estimulan a
las células para su proliferación y para la destrucción de las células propias anómalas.

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516

CAPÍTULO 14 Sistema linfático HISTOLOGY 101

TÉJIDOS Y ÓRGANOS LINFÁTICOS ◗ El tejido linfático difuso en el tubo digestivo (GALT), en las
vías respiratorias (BALT) y en el sistema genitourinario (MALT), protegen el organismo contra
los agentes patógenos. ◗ El tejido linfático difuso es un sitio para la respuesta inmunitaria
inicial que se caracteriza por la proliferación clonal de los linfocitos B y el posterior desarrollo
de los nódulos linfáticos (o folículos). ◗ El centro germinativo está ubicado en el centro del
nódulo linfático; contiene linfocitos inmaduros grandes y células dendríticas foliculares (FDC)
presentadoras de antígenos. ◗ Los nódulos linfáticos se encuentran en el GALT (amígdalas,
placas de Peyer, nódulos linfáticos solitarios y apéndice vermiforme), en el BALT (árbol
bronquial) y en el MALT (en la mucosa del sistema genitourinario). ◗ Los vasos linfáticos
comienzan como redes de capilares ciegos en el tejido conjuntivo laxo que recogen la linfa
compuesta por líquido extracelular, moléculas grandes (antígenos) y células (sobre todo
linfocitos). Muchos vasos linfáticos se originan en el tejido linfático difuso.

GANGLIOS LINFÁTICOS ◗ A medida que la linfa circula a través de los vasos linfáticos, atraviesa
los ganglios linfáticos, que son órganos pequeños y encapsulados dentro de los cuales las FDC
capturan antígenos y los exponen a los linfocitos para su activación. ◗ Los vasos linfáticos
aferentes atraviesan la cápsula y penetran la corteza del ganglio linfático. La linfa, luego, es
filtrada dentro de una red de senos linfáticos interconectados (subcapsular, trabecular y
medular) y abandona el ganglio linfático a través de un vaso linfático eferente. ◗ La malla
reticular del ganglio linfático contiene células reticulares, células dendríticas, células
dendríticas foliculares y macrófagos. Estas células interactúan con los linfocitos T y B que están
dispersos en la corteza superficial, la corteza profunda y la médula del ganglio linfático. ◗ Los
linfocitos de los vasos sanguíneos ingresan en el ganglio linfático a través de las vénulas del
endotelio alto (HEV) localizadas en la corteza profunda, la que contiene la mayoría de los
linfocitos T. ◗ La mayor parte de los linfocitos B está ubicada en los nódulos linfáticos dentro
de la corteza superficial.

TIMO ◗ El timo es un órgano linfoepitelial ubicado en el mediastino superior que contiene


linfocitos T en desarrollo, dentro de una malla extensa de células epitelio reticulares
interconectadas. El timo está completamente formado al momento del nacimiento y se
mantiene hasta la pubertad. ◗ Las células epitelio reticulares forman compartimentos (corteza
y médula), secretan citocinas, rodean los vasos sanguíneos en la barrera hematotímica y, como
las APC, participan en la intercomunicación con los linfocitos T en desarrollo. ◗ El rasgo
microscópico más característico de la médula tímica es la presencia de corpúsculos tímicos (de
Hassall) formados por células epitelio reticulares tipo VI. ◗ Durante la educación tímica
(caracterizada por la expresión y desaparición de moléculas CD superficiales específicas), los
linfocitos T sufren diferenciación y un proceso de selección de dos etapas (selección positiva y
negativa) que conduce al desarrollo de la tolerancia inmunitaria mediante la eliminación de
todos los linfocitos T dirigidos contra los propios tejidos del cuerpo.

BAZO ◗ El bazo es el órgano linfático más grande y se ubica en la cavidad abdominal. El bazo
filtra la sangre y reacciona inmunitariamente a los antígenos que circulan en ella. Elimina los
eritrocitos envejecidos y defectuosos y recicla el hierro de la hemoglobina degradada. ◗ El
bazo tiene dos regiones desde el punto de vista funcional y morfológico: la pulpa blanca y la
pulpa roja. La pulpa blanca está compuesta por tejido linfático asociado con ramas de la arteria
central. Los linfocitos T que se aglomeran alrededor de la arteria central, constituyen la vaina
linfática periarterial (PALS). ◗ La pulpa roja consiste en sinusoides esplénicos separados por
cordones esplénicos, que contienen grandes cantidades de eritrocitos, macrófagos, y otras
células inmunitarias. Los sinusoides esplénicos están revestidos por células endoteliales
bastoniformes con bandas de lámina basal incompleta, que rodean la parte externa. ◗ La
sangre que ingresa en el bazo fluye en una circulación abierta, donde los capilares se abren
directamente hacia los cordones esplénicos (fuera del sistema circulatorio) o en una
circulación cerrada, donde la sangre circula sin abandonar la red vascular. En los seres
humanos, la circulación abierta es la única vía por la cual la sangre regresa a la circulación
venosa.

◗ La activación de los linfocitos B requiere la interacción con los linfocitos T cooperadores para
producir citocinas específicas y para que se diferencien en células plasmáticas y linfocitos B de
memoria.

◗ Los linfocitos T CD4+CD25+FOXP3+ reguladores (supresores) suprimen las respuestas


inmunitarias de otros linfocitos activados, con lo que previenen las enfermedades
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571

GENERALIDADES DEL SISTEMA DIGESTIVO / 571 CAVIDAD BUCAL / 572 LENGUA / 574 DIENTES
Y SUS TEJIDOS DE SOSTÉN / 579 Esmalte / 585 Cemento / 590 Dentina / 590 Pulpa dental y
cavidad pulpar central (cámara pulpar) / 593 Tejidos de sostén de los dientes / 593
GLÁNDULAS SALIVALES / 595 Adenómeros glandulares / 595

Conductos excretores / 599 Glándulas salivales mayores / 600 Saliva / 600 Cuadro 16-1
Correlación clínica: el fundamento genético del gusto / 580 Cuadro 16-2 Correlación clínica:
clasificación de las denticiones permanente (secundaria) y decidua (primaria) / 583 Cuadro 16-
3 Correlación clínica: caries dentales / 591 Cuadro 16-4 Correlación clínica: tumores de las
glándulas salivales / 598

HISTOLOGÍA 101. Puntos esenciales / 602

GENERALIDADES DEL SISTEMA DIGESTIVO El sistema digestivo está formado por el tubo
digestivo y sus órganos asociados principales, entre ellos, la lengua, los dientes, las glándulas
salivales, el páncreas, el hígado y la vesícula biliar. Las principales funciones del sistema
digestivo comprenden el transporte de agua y alimentos ingeridos a través del tubo digestivo;
la secreción de líquidos, electrolitos y enzimas digestivas; la digestión y la absorción de los
productos digeridos y la excreción de los detritos no digeribles. La luz del tubo digestivo
corresponde física y funcional-mente al exterior del cuerpo. Al pasar por el tubo digestivo, los
alimentos se degradan física y químicamente para que los productos de esa degradación
puedan ser absorbidos por el cuerpo. Los diferentes segmentos del tubo digestivo están
especializados morfológicamente para cumplir aspectos específicos de la digestión y la
absorción.

Cada día se ingieren alrededor de 2 litros de agua y alimentos (fig.16-1). Después de la


maceración, la humidificación y la formación preliminar de un bolo alimenticio por acción de
las estructuras de la cavidad oral y por la secreción de las glándulas salivales, la comida pasa
con rapidez a través de la faringe hasta el esófago. El paso rápido de los alimentos a través de
la faringe la mantiene libre para que pueda pasar el aire. El movimiento de los alimentos a
través del tubo digestivo es más lento y recibe la colaboración de los jugos digestivos
secretados que alcanzan los 7 litros por día o menos. Durante el tránsito de alimentos a través
del estómago y el intestino delgado, se producen las principales modificaciones asociadas con
la digestión, la solubilización y la absorción. La mayoría de estos líquidos y sustancias nutritivas
se absorbe sobre todo a través de la pared del intestino delgado, pero una pequeña parte se
absorbe en el intestino grueso (v. fig.16-1). El alimento no digerido y otras sustancias dentro
del tubo digestivo, como mucosidad, bacterias, células descamadas y pigmentos biliares se
excretan en forma de sólidos (heces). La mucosa digestiva es la superficie a través de la cual la
mayor parte de las sustancias entra en el organismo.

Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas 16 booksmedicos.org

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572

CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas CAVIDAD BUCAL

• Protección inmunitaria. El tejido linfático dentro de la mucosa actúa como la primera línea de
defensa inmunitaria del cuerpo. Las funciones mencionadas en esta lista se comentan al
principio del capítulo siguiente. En esta obra, el tema del sistema digestivo está distribuido en
tres capítulos que se ocupan, respectivamente, de la cavidad oral y faringe (este capítulo); el
esófago y el tubo digestivo (cap. 17) y el hígado, la vesícula biliar y el páncreas (cap. 18).
CAVIDAD BUCAL

La cavidad bucal comprende una serie de estructuras que incluyen la lengua, los dientes y sus
medios de sostén (periodonto), las glándulas salivales mayores y menores y las amígdalas. La
cavidad bucal se divide en un vestíbulo y la cavidad bucal propiamente dicha. El vestíbulo es el
espacio que hay entre los labios, las mejillas y los dientes. La cavidad bucal propiamente dicha
se ubica detrás de los dientes y sus otros límites son: hacia arriba, el paladar duro y el paladar
blando; hacia abajo, la lengua y el piso de la boca y hacia atrás, la entrada a la orofaringe (el
istmo de las fauces). Cada una de las tres glándulas salivales mayores es una estructura par;
estas glándulas son las siguientes: • Glándula parótida, que es la más grande de las tres y está
ubicada en la región infratemporal (parotidomaseterina) de la cabeza. Su conducto excretor, el
conducto parotídeo (de Stensen), desemboca en la papila parótida, una pequeña eminencia de
la mucosa yugal ubicada frente al segundo molar superior. • Glándula submandibular, que está
ubicada en el triángulo submandibular del cuello. Su conducto excretor, el conducto
submandibular (de Wharton), desemboca en una pequeña prominencia carnosa (la carúncula
sublingual) a cada lado del frenillo lingual en el piso de la cavidad bucal. • Glándula sublingual,
que está ubicada bajo la lengua en los pliegues sublinguales del piso de la cavidad bucal. Tiene
varios conductos excretores pequeños; algunos se unen al conducto submandibular y otros
desembocan de forma independiente en la cavidad bucal. Las glándulas parótida y
submandibular tienen conductos relativamente largos que se extienden desde la porción
secretora de la glándula hasta la cavidad bucal. Los conductos de la sublingual son
relativamente cortos. Las glándulas salivales menores se encuentran en la submucosa de la
cavidad bucal. Desembocan directamente en la cavidad a través de conductos cortos y se
denominan así por su ubicación (es decir, glándula bucal, labial, lingual y palatina). Las
amígdalas son acumulaciones de nódulos linfáticos que se congregan alrededor del istmo de
las fauces, en la orofaringe y en la nasofaringe. El tejido linfático está organizado en un anillo
amigdalino (de Waldeyer) de protección inmunitaria, ubicado en la región anatómica inicial
compartida por los sistemas digestivo y

La mucosa digestiva cumple muchas funciones en su papel de interfaz entre el organismo y


medioambiente. Estas funciones son las siguientes: • Secreción. El revestimiento del tubo
digestivo secreta enzimas digestivas, ácido clorhídrico, mucina y anticuerpos, en sitios
específicos. • Absorción. El epitelio de la mucosa absorbe sustratos metabólicos (p. ej., los
productos de degradación de la digestión), así como vitaminas, agua, electrolitos, materiales
reciclables tales como componentes biliares y colesterol y otras sustancias esenciales para las
funciones del organismo. • Barrera. La mucosa sirve como una barrera para impedir la entrada
de sustancias nocivas, antígenos y microorganismos patógenos.

Ingestión 1 200 ml de agua 800 g de alimento

Excretado 100 ml de agua 50 g de sólido

500 ml

Saliva 1 500 ml ` pH 6,8–7,0

Jugos gástricos 2 000 ml pH 1,5–3,0

Secreciones pancreáticas 1 500 ml pH 8,0–8,4

El intestino delgado absorbe 8 500 ml

El intestino grueso absorbe 400 ml

Secreciones intestinales 1 500 ml pH 7,8–8,0

Bilis 500 ml pH 7,8–8

FIGURA 16-1 V El tubo digestivo y su función en la secreción y absorción de líquidos. Este


diagrama esquemático muestra las regiones del tubo digestivo con las glándulas exocrinas
asociadas que contribuyen a la secreción de jugos digestivos. Casi toda la absorción de
líquidos, electrolitos y sustancias nutritivas se produce en el intestino delgado.

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573

CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas CAVIDAD BUCAL

para que actúen como receptores sensoriales, mientras que otros terminan en los corpúsculos
de Meissner. En la parte profunda de la lámina propia hay una capa reticular de tejido
conjuntivo más denso. Al igual que en la piel, la profundidad y la cantidad de papilas de tejido
conjuntivo contribuyen a la inmovilidad relativa de la mucosa masticatoria, lo cual la protege
de las fuerzas de fricción y cizallamiento. En la línea media del paladar duro (rafe palatino) la
mucosa se adhiere firmemente al hueso subyacente. La capa reticular de la lámina propia se
funde con el periostio y, por lo tanto, no hay submucosa. Lo mismo ocurre en la encía. En los
sitios donde hay una submucosa bajo la lámina propia del paladar duro (v. fig. 16-2), ésta
contiene tejido adiposo en la parte anterior (zona adiposa) y glándulas mucosas en la parte
posterior (zona glandular) que se continúan con las del paladar blando. En las regiones de la
submucosa, hay bandas gruesas de fibras de colágeno que se extienden desde la mucosa
hasta el hueso. La mucosa de revestimiento se encuentra en los labios, las mejillas, la
superficie mucosa alveolar, el piso de la boca, la superficie ventral de la lengua y el paladar
blando. En estos sitios, tapiza músculo estriado (labios, mejillas y lengua), hueso (mucosa
alveolar) y glándulas (paladar blando, mejillas, superficie ventral de la lengua). La mucosa de
revestimiento tiene papilas menos abundantes y más cortas, de modo que puede adaptarse al
movimiento de los músculos subyacentes. En general, el epitelio de la mucosa de
revestimiento no está cornificado, si bien en algunos lugares, puede estar paracornificado. El
epitelio del borde bermellón del labio (la porción rojiza entre la mucosa húmeda interna y la
piel facial)

Paladar blando

Zona de tejido glandular

Zona de tejido adiposo

Paladar duro

Rafe

Encía

Papila incisiva

Mucosa masticatoria

FIGURA 16-2 V Techo de la cavidad bucal. El paladar duro, que se compone de hueso, está
dividido en una mitad derecha y una mitad izquierda por un rafe medio. La submucosa del
paladar duro contiene tejido adiposo en la parte anterior, en la zona adiposa; y glándulas
mucosas en la parte posterior, en la zona glandular. El rafe y la encía carecen de submucosa y
allí la mucosa está adherida directamente al hueso. El paladar blando tiene músculo en lugar
de hueso y sus glándulas submucosas son una continuación de las que se hallan en el paladar
duro.

Epitelio paracornificado

Epitelio cornificado

Células con gránulos de queratohialina

FIGURA 16-3 V Epitelio estratificado plano del paladar duro. Esta fotomicrografía muestra una
transición desde un epitelio estratificado plano cornificado (a la derecha) hacia un epitelio
estratificado plano paracornificado (a la izquierda) en la mucosa bucal. Las células superficiales
aplanadas del epitelio cornificado están desprovistas de núcleos. En este tipo de epitelio se ve
bien la capa de células que contienen gránulos de queratohialina. Las células superficiales
aplanadas del epitelio paracornificado muestran las mismas características que las células
queratinizadas, excepto que conservan sus núcleos. Además, cabe destacar la escasez de
gránulos de queratohialina en el estrato celular que está debajo de la capa de células
paraqueratinizadas. 380 X.

respiratorio. Este tejido linfático rodea los orificios posteriores de las cavidades bucal y nasal y
contiene acumulaciones de nódulos linfáticos que comprenden las estructuras siguientes:: •
Amígdalas palatinas, o simplemente amígdalas, que se encuentran a cada lado de la entrada de
la orofaringe, entre los arcos palatogloso y palatofaríngeo. • Amígdalas tubáricas, que se
ubican en las paredes laterales de la nasofaringe, posteriores a la desembocadura de la trompa
de auditiva. • Amígdalas faríngeas o adenoides, que se localizan en el techo de la nasofaringe.
• Amígdalas linguales, que están en la superficie dorsal de la base de la lengua. La cavidad
bucal está tapizada por una mucosa masticatoria, una mucosa de revestimiento y una mucosa
especializada. La mucosa masticatoria se encuentra en las encías y el paladar duro (fig. 16-2).
Posee un epitelio estratificado plano cornificado y en algunas regiones paracornificado (fig.
163). El epitelio paracornificado es similar al epitelio cornificado, salvo que las células
superficiales no pierden sus núcleos y su citoplasma no se tiñe intensamente con eosina
(lámina 48, pág. 604). Los núcleos de las células paraqueratinizadas son picnóticos (muy
condensados) y se mantienen hasta que la célula se exfolia (v. fig. 16-3). El epitelio cornificado
de la mucosa masticatoria se asemeja al de la piel, pero carece de estrato lúcido. La lámina
propia subyacente consiste en una capa papilar gruesa de tejido conjuntivo laxo, que contiene
vasos sanguíneos y nervios; algunos de los nervios envían terminaciones axónicas desnudas
hacia el interior del epitelio

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574

CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas LENGUA

secos (con un punto de inserción fuera de la lengua) como intrínsecos (confinados por
completo dentro del órgano, sin inserción externa). El músculo estriado de la lengua está
organizado en fascículos que, por lo general, se disponen en tres planos más o menos
perpendiculares entre sí. Esta distribución de las fibras musculares permite una enorme
flexibilidad y precisión en los movimientos de la lengua, que son esenciales para el habla
humana, así como para su función en la digestión y la deglución. Esta forma de organización
muscular es exclusiva de la lengua, lo cual permite la fácil identificación de este tejido como
músculo lingual. Entre los grupos de fibras musculares hay cantidades variables de tejido
adiposo. La superficie dorsal de la lengua se divide anatómicamente por una depresión en
forma de V, el surco terminal, en dos terceras partes anteriores y una tercera parte posterior
(fig. 16-4). El vértice de la V apunta hacia atrás y es el sitio donde está el foramen ciego, un
resto embrionario del conducto tirogloso que, en los comienzos del desarrollo intrauterino,
proliferó en profundidad desde el piso de la faringe para formar la glándula tiroides. La
superficie dorsal de la lengua está cubierta de papilas.

está cornificado. El epitelio de revestimiento sin estrato córneo es más grueso que el epitelio
cornificado. Se compone sólo de tres capas: • Estrato basal, que es una sola capa de células
que se apoyan sobre la lámina basal. • Estrato espinoso, que tiene varias células de espesor. •
Estrato superficial, que es la capa de células más superficial y que también se conoce como
capa superficial de la mucosa. Las células del epitelio de la mucosa son similares a los de la
epidermis de la piel y comprenden queratinocitos, células de Langerhans, melanocitos y
células de Merkel. La lámina propia contiene vasos sanguíneos y nervios que envían
terminaciones axónicas desnudas hacia los estratos más profundos del epitelio y hacia
receptores sensoriales encapsulados en algunas papilas. El fuerte contraste entre las papilas
abundantes muy profundas de la mucosa alveolar y las papilas de poca profundidad en el resto
de la mucosa de revestimiento, permite una fácil identificación de las dos regiones diferentes
en un corte histológico. Bajo la mucosa de revestimiento hay una submucosa bien definida,
salvo en la superficie ventral de la lengua. Esta capa contiene bandas amplias de fibras de
colágeno y elásticas que unen la mucosa al músculo subyacente; también contiene las
múltiples glándulas salivales menores de los labios, la lengua y las mejillas. A veces, se
encuentran glándulas sebáceas no asociadas con un folículo piloso en la submucosa justo al
lado de los ángulos labiales y en las mejillas, frente a los molares. Se ven a simple vista y se
llaman gránulos de Fordyce. La submucosa contiene los vasos sanguíneos y linfáticos, y los
nervios de calibre mayor que forman las redes neurovasculares subepiteliales de la lámina
propia en toda la cavidad bucal. La mucosa especializada está asociada con la sensación del
gusto y se halla restringida en la superficie dorsal de la lengua. Contiene papilas y los
corpúsculos gustativos responsables de generar la sensación gustativa por estímulos químicos.
La mucosa bucal forma una barrera protectora importante entre el medio externo de la
cavidad bucal y el medio interno de los tejidos circundantes. Es resistente a los gérmenes
patógenos que entran en la cavidad bucal y a los microorganismos autóctonos que residen allí
en forma de flora microbiana. Las células epiteliales, los neutrófilos migratorios y la saliva
contribuyen a mantener la salud de la cavidad bucal y la protección de la mucosa bucal contra
infecciones por bacterias, hongos y virus. Los mecanismos protectores incluyen varios péptidos
antimicrobianos salivales, las b-defensinas expresadas en el epitelio, las a-defensinas
expresadas en los neutrófilos y la inmunoglobulina A secretora (sIgA). Sin embargo, en las
personas que padecen inmunodeficiencia o que están sometidas a tratamiento con
antibióticos, en quienes el equilibrio entre los microorganismos patógenos y los mecanismos
de protección se encuentra alterado, las infecciones bucales son bastante frecuentes. LENGUA
La lengua es un órgano muscular que se proyecta dentro de la cavidad oral desde su superficie
inferior. Los músculos linguales (es decir, los músculos de la lengua) son tanto extrín

Amígdala lingual

Amígdala palatina Epiglotis

Foramen ciego Papilas caliciformes

Papilas foliadas

Papilas fungiformes

FIGURA 16-4 V Lengua humana. Las papilas caliciformes se disponen en una configuración en
V, que separa las dos terceras partes anteriores de la tercera parte posterior de la lengua. Las
papilas fungiformes y filiformes están en la parte anterior de la superficie dorsal de la lengua.
El contorno irregular de la superficie de la tercera parte posterior de la lengua, se debe a las
amígdalas linguales. Las amígdalas palatinas están en el límite entre la cavidad bucal y la
faringe.

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas LENGUA

Numerosas irregularidades mucosas y sobreelevaciones llamadas papilas linguales cubren la


superficie dorsal de la lengua por delante del surco terminal. Las papilas linguales y sus
corpúsculo gustativos asociados, constituyen la mucosa especializada de la cavidad oral. Se
describen cuatro tipos de papilas: filiformes, fungiformes, caliciformes y foliadas. • Papilas
filiformes son las más pequeñas y más abundantes en los seres humanos. Son proyecciones
cónicas, alargadas de tejido conjuntivo que están tapizadas por un epitelio estratificado plano
muy cornificado (fig. 16-5A y lámina 49, pág. 606). Este epitelio no contiene papilas gustativas.
La función de las papilas es sólo mecánica. Las papilas filiformes se distribuyen sobre toda la
superficie dorsal

anterior de la lengua, con sus extremos apuntando hacia atrás. Parecen formar filas que
divergen hacia la izquierda y derecha de la línea media y que son paralelas a los brazos del
surco terminal. • Papilas fungiformes, como su nombre lo indica, son proyecciones en forma
de hongo situadas en la superficie dorsal de la lengua (fig. 16-5b). Se proyectan más arriba que
las papilas filiformes, entre las que se encuentran dispersas, y se ven a simple vista como
pequeños puntos rojos (v. fig. 16-4 y lámina 50, pág. 608). Tienen la tendencia a ser más
abundantes cerca de la punta de la lengua. En el epitelio estratificado plano de la superficie
dorsal de estas papilas, se hallan los corpúsculos gustativos.

b bbb b

a aa a a c cc c c

dd

Papilas filiformes

Papilas fungiformes

Papilas foliadas

Músculo estriado

Conductos Glándulas serosas

Corpúsculos gustativos

Músculo estriado

Conductos Glándulas serosas

Glándulas serosas Glándulas serosas

Papilas caliciformes Papilas caliciformes

Corpúsculos gustativos

Corpúsculos gustativos

FIGURA 16-5 V Papilas linguales. a. Desde el punto de vista estructural, las papilas filiformes
son proyecciones cónicas del epitelio que están curvadas hacia atrás. Estas papilas no poseen
corpúsculos gustativos y se componen de epitelio estratificado plano cornificado. 45 X. b. Las
papilas fungiformes son estructuras sobreelevadas y un poco redondeadas que se distribuyen
entre las papilas filiformes. Un tejido conjuntivo muy vascularizado forma el centro de la papila
fungiforme y se proyecta contra la base del epitelio superficial. Debido a la penetración
profunda del tejido conjuntivo en el epitelio (flechas) y de la gran delgadez de la superficie
queratinizada, las papilas fungiformes aparecen como pequeños puntos rojos cuando la
superficie dorsal de la lengua se examina a simple vista. 45 X. c. En un corte las papilas foliadas
pueden distinguirse de las papilas fungiformes porque aparecen distribuidas en hileras y
separadas por hendiduras profundas (flechas). Las papilas foliadas están revestidas por un
epitelio plano estratificado sin estrato córneo, que contiene abundantes corpúsculos
gustativos en sus superficies laterales. El epitelio superficial libre de cada papila es grueso y
tiene varias papilas de tejido conjuntivo secundarias, que sobresalen en su superficie inferior.
El tejido conjuntivo que hay dentro y debajo de las papilas foliadas, contiene glándulas serosas
(glándulas de von Ebner) cuyos conductos excretores desembocan en las hendiduras
interpapilares. 45 X. d. Las papilas caliciformes están revestidas por un epitelio estratificado
plano que puede estar un poco cornificado. Cada papila está rodeada por un surco o
hendidura. En las paredes papilares laterales hay muchos corpúsculos gustativos. La superficie
dorsal de la papila es lisa. El surco profundo que rodea las papilas caliciformes y la presencia de
corpúsculos gustativos en las paredes laterales y no en la superficie libre, son características
que las distinguen de las papilas fungiformes. El tejido conjuntivo cercano a las papilas
caliciformes, también contiene muchas glándulas de tipo seroso que desembocan a través de
conductos en el fondo de los surcos. 25 X.

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576

CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas LENGUA

• Las papilas caliciformes son estructuras grandes, en forma de cúpula que se encuentran en la
mucosa justo por delante del surco terminal (v. fig. 16-4). La lengua humana tiene de 8 a 12 de
estas papilas. Cada papila está rodeada por un surco profundo tapizado por epitelio
estratificado plano que contiene numerosos corpúsculos gustativos (fig. 16-5d). Los conductos
de las glándulas salivales linguales (de von Ebner) vacían su secreción serosa en la base del
surco. Se supone que esta secreción expulsa el material acumulado en el surco para que los
corpúsculos gustativos puedan responder con rapidez a los estímulos nuevos. • Las papilas
foliadas consisten en crestas bajas paralelas separadas por hendiduras profundas de la mucosa
(v. fig. 16-5c y lámina 50, pág. 608), que están alineadas en ángulos rectos con respecto al eje
longitudinal de la lengua. Se producen en los bordes laterales de la lengua. En las personas
ancianas, las papilas foliadas pueden no ser reconocibles; en las personas más jóvenes, se
descubren con facilidad en la superficie lateral de la lengua y contienen muchos corpúsculos
gustativos en el epitelio de las paredes enfrentadas de papilas contiguas (fig. 16-4). En las
hendiduras desembocan glándulas serosas pequeñas. En algunos animales, como el conejo, las
papilas foliadas constituyen

el sitio principal de congregación de los corpúsculos gustativos. La superficie dorsal de la base


de la lengua exhibe sobreelevaciones redondeadas que señalan la presencia de las amígdalas
linguales en la lámina propia (v. fig. 16-4). Los corpúsculos gustativos están en las papilas
fungiformes, caliciformes y foliadas. En los cortes histológicos, los corpúsculos gustativos se
ven como estructuras ovaladas pálidas, que se extienden a través de todo el espesor del
epitelio (fig. 16-6). El orificio pequeño en la superficie epitelial a la altura del vértice del
corpúsculo, recibe el nombre de poro gustativo. En los corpúsculos gustativos se encuentran
tres tipos celulares principales: • Células neuroepiteliales (sensoriales), que son las células más
numerosas del receptor del gusto. Estas células alargadas se extienden desde la lámina basal
del epitelio hasta el poro gustativo, a través del cual la superficie apical adelgazada de cada
célula emite microvellosidades (v. fig. 16-6). Cerca de su superficie apical, están unidas a las
células vecinas, ya sean neuroepiteliales o de sostén, a través

bbbb b

Poro gustativo Microvellosidades

Células de sostén

Células sensoriales

Células de sostén

Células sensoriales

Células basales Células basales

Nervio Nervio

Poro gustativo

Células basales

Axones

Células sensoriales

Microvellosidades

Células de sostén

Células del epitelio superficial

FIGURA 16-6 V Diagrama y fotomicrografía de un corpúsculo gustativo. a. Este diagrama de un


corpúsculo gustativo ilustra las células neuroepiteliales (sensoriales), las células de sostén y las
células basales. Una de las células basales está en proceso de mitosis. Hay fibras nerviosas que
establecen sinapsis con las células neuroepiteliales. (Basado en Warwick R, Williams PL, Gray’s
Anatomy. 35th ed. Edimburg: Churchill Livingstone, 1973). b. Esta fotomicrografía muestra con
gran aumento la organización de las células dentro del corpúsculo gustativo. Las células
sensoriales y de sostén se extienden a través de todo el espesor del corpúsculo. La superficie
apical de estas células posee microvellosidades. Las células basales se encuentran en el fondo
del receptor del gusto. Debe notarse que en el vértice del corpúsculo hay un orificio pequeño
denominado poro gustativo. 1 100 X.

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas LENGUA

de uniones herméticas (zonulae occludens). A la altura de su base, forman una sinapsis con la
prolongación aferente de neuronas sensitivas ubicadas en los núcleos encefálicos de los
nervios facial (nervio craneal VII), glosofaríngeo (nervio craneal IX) y vago (nervio craneal X). El
tiempo de recambio de las células neuroepiteliales es de alrededor de 10 días. • Células de
sostén, que son menos abundantes. También son células alargadas que se extienden desde la
lámina basal hasta el poro gustativo. Al igual que las células neuroepiteliales, éstas contienen
microvellosidades en su superficie apical y poseen uniones herméticas, pero no establecen
sinapsis con las células nerviosas. El tiempo de recambio de las células de sostén también es de
unos 10 días. • Células basales, que son células pequeñas situadas en la porción basal del
corpúsculo gustativo, cerca de la lámina basal. Son los citoblastos de los otros dos tipos
celulares. Además de estar asociados con las papilas, los corpúsculos gustativos también están
presentes en el arco palatogloso, en el paladar blando, en la superficie posterior de la epiglo

tis y en la pared posterior de la faringe hasta la altura del cartílago cricoides. El gusto es un tipo
de sensibilidad en la cual diversas sustancias químicas estimulan las células neuroepiteliales de
los corpúsculos gustativos. El gusto se clasifica como una sensibilidad por estímulos químicos
en la que diversas sustancias sápidas (sabor estimulante de sustancias) contenidas en los
alimentos o bebidas interaccionan con los receptores gustativos situados en la superficie apical
de las células neuroepiteliales. Estas células reaccionan a cinco estímulos básicos: dulce,
salado, amargo, agrio y umami (que significa sabroso en japonés). La acción molecular de las
sustancias sápidas puede implicar la apertura y el pasaje a través de los conductos iónicos (es
decir, gustos salados y ácidos), el cierre de los conductos iónicos (gusto agrio) o la estimulación
de un receptor del gusto acoplado a proteínas G específico (es decir, gustos amargo, dulce y
umami). Las sustancias sápidas amargas, dulces y umami interaccionan con receptores del
gusto acoplados a proteínas G que

Conducto de K+

Na+

Na+

Na+

Na+

Ca2+

Ca2+

Salado

Depósitos de Ca2+

Vesículas sinápticas

Fibra nerviosa aferente gustativa

Conducto de Na+ específico del gusto

Receptor del gusto

IP2PLC IP3
Amargo Dulce Umami

T2R

T1R2 T1R3

T1R3 T1R1

Ca2+Ca 2+

Na+ Na+

Ca2+ Na+ H+

Sustancias sápidas

Proteína G

Conductos de H+ específicos del gusto

Conducto de Ca2+ activado por voltaje

Conducto de Na+ sensible a la amilorida

Conducto de Na+ sensible al voltaje

H+

H+H +

H+

Ca2+

Ca2+

Vesículas sinápticas

Vesículas sinápticas

Ácido

abc

FIGURA 16-7 V Diagrama de los receptores del gusto y su mecanismo de transmisión de


señales. a. Este diagrama muestra el mecanismo de transmisión de señales de los receptores
del gusto amargo, dulce y umami en las células neuroepiteliales. Estas células expresan en
forma selectiva sólo una clase de proteínas receptoras; por una cuestión didáctica, los tres
receptores se ilustran en la membrana celular apical. Debe verse el texto para más detalles.
PLC, fosfolipasa C; IP2 inositol-1,4-difosfato; IP3, inositol 1,4,5-trifosfato. b. El mecanismo de
transmisión de señales en el estímulo ácido, es generado por protones H1 que principalmente
bloquean los conductos de K1. Los protones H1 entran en la célula a través de conductos de
Na1 sensibles a la amilorida y a través de conductos de H+ específicos del gusto (PKD1L3 y
PKD2L1), que se expresan en forma exclusiva en las células que intervienen en la transducción
del sabor ácido. c. El gusto salado proviene de los iones Na+ que se introducen en las células
neuroepiteliales a través de conductos de Na1 sensibles a la amilorida. El Na1 intracelular
causa una despolarización de la membrana y la activación de más conductos de Na1 y Ca21
sensibles al voltaje. La liberación mediada por calcio de los neurotransmisores contenidos en la
vesícula sináptica, produce la estimulación de la fibra nerviosa gustativa.

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas LENGUA

señalización hallados en la sinapsis y en las uniones neuromusculares. • El sabor ácido es


generado por los protones H+ que se forman por la hidrólisis de los compuestos ácidos. El H+
primero bloquea los conductos de K+ que se encargan de generar el potencial de membrana
celular que causa su despolarización. Además, los protones H+ entran en la célula a través
conductos de Na+ sensibles a la amilorida y a través de conductos de especificación, llamados
PKD1L3 y PKD2L1, que se encuentran en las células neuroepiteliales dedicadas en forma
exclusiva a la transducción del sabor ácido. La entrada de H+ en la célula receptora activa los
conductos de Ca2+ sensibles al voltaje. La entrada del Ca2+ desencadena la migración de las
vesículas sinápticas, su fusión y la liberación del transmisor, lo cual provoca la generación de
potenciales de acción en fibras nerviosas sensoriales contiguas (fig. 16-7b). • El sabor salado
que es estimulado por la sal de mesa (NaCl), en esencia deriva del gusto de los iones de sodio.
El Na+ entra en las células neuroepiteliales a través de los conductos de Na+ sensibles a la
amilorida específicos (los mismos que están involucrados en la transmisión del sabor ácido).
Estos conductos son diferentes de los conductos de Na+ sensibles al voltaje que generan
potenciales de acción en las células nerviosas o musculares. La entrada de Na+ en la célula
receptora causa una despolarización de su membrana y la activación de más conductos de Na+
sensibles al voltaje y conductos de Ca2+ sensibles al voltaje. Como se describió antes, el
ingreso de Ca2+ desencadena la migración de las vesículas sinápticas y la liberación del
neurotransmisor contenido en ellas, lo que causa la estimulación de las fibras nerviosas
gustativas (fig. 16-7c). Algunas de las regiones de la lengua responden más a ciertos sabores
que otras. En general, los corpúsculos gustativos en la punta de la lengua detectan estímulos
dulces, los que están ubicados justo a los lados y hacia atrás de la punta detectan los estímulos
salados y los que están un poco más atrás y hacia los lados, detectan los estímulos ácidos. Los
corpúsculos gustativos en las papilas caliciformes detectan los estímulos amargos y umami. Sin
embargo, estudios con estimulación térmica de la lengua han demostrado que los mapas
clásicos de sabor, como se ha descrito antes, constituyen una simplificación de la distribución
de los receptores del gusto. En toda la lengua hay sensibilidad para todas las calidades de
sabores, pero algunas regiones efectivamente responden más a ciertos sabores que otras. Las
amígdalas linguales son acumulaciones de tejido linfático que están ubicadas en la base de la
lengua. Las amígdalas linguales están situadas en la lámina propia de la raíz o base de la
lengua. Se ubican detrás del surco terminal (v. fig.16-4). Las amígdalas linguales contienen
tejido linfático difuso con nódulos linfáticos, que contienen centros germinativos. Estas
estructuras se describen en el cap. 14, sistema linfático. Las amígdalas linguales suelen estar
asociadas con invaginaciones epiteliales conocidas como criptas. Sin embargo, la estructura del
epitelio puede ser difícil de distinguir debido a

pertenecen a las familias T1R y T2R de receptores quimiosensoriales. Los sabores amargo,
dulce y umami son detectados por una variedad de proteínas receptoras codificadas por dos
genes de receptores del gusto (T1R y T2R). Sus productos se clasifican como receptores del
gusto acoplados a la proteína G. • El sabor amargo es detectado por unos 30 tipos diferentes
de receptores quimiosensoriales T2R. Cada receptor es una proteína transmembrana
individual acoplada a su propia proteína G. Después de la activación del receptor por la
sustancia sápida, la proteína G estimula la enzima fosfolipasa C, lo que conduce a un aumento
de la producción intracelular de inositol 1,4,5-trifosfato (IP3), una molécula segundo
mensajero. El IP3 a su vez activa conductos de Na+ específicos del gusto que permiten la
entrada de iones Na+ y así se despolariza la célula neuroepitelial. La despolarización de la
membrana plasmática determina la apertura de conductos de Ca2+ activados por voltaje en las
células neuroepiteliales. El aumento de la concentración de Ca2+ intracelular, ya sea por la
entrada en la célula de Ca2+ extracelular (el efecto de la despolarización) o por su liberación
desde los depósitos intracelulares (por estimulación directa del IP3), produce la liberación de
moléculas de neurotransmisores, que generan impulsos nerviosos a lo largo de las fibras
nerviosas aferentes gustativas (fig. 16-7a). • Los receptores del sabor dulce también son
receptores acoplados a proteínas G. En contraste con los receptores del sabor amargo, tienen
dos subunidades de la proteína, T1R2 y T1R3. Las sustancias sápidas dulces unidas a estos
receptores, activan la misma cascada de reacciones del sistema de segundos mensajeros que
los receptores del sabor amargo (v. fig. 16-7a). • El sabor umami está vinculado con ciertos
aminoácidos (p. ej., l-glutamato, aspartato, y compuestos relacionados) y es común a los
espárragos, tomates, queso y carne. Los receptores del sabor umami son muy similares a los
receptores del sabor dulce; también se componen de dos subunidades. Una subunidad, T1R3,
es idéntica a la homónima del receptor del sabor dulce pero la segunda subunidad, formada
por la proteína T1R1, es exclusiva de los receptores de sabor umami (v. fig.16-7a). El proceso
de transducción es idéntico al descrito antes para las vías de sabor amargo. El glutamato
monosódico, que se añade a muchos alimentos para realzar su sabor (y el ingrediente principal
de la salsa de soja), estimula los receptores de sabor umami. El mecanismo de la transducción
puede ser similar en varios sabores (es decir, amargo o dulce); pero es importante recordar
que las células neuroepiteliales sólo expresan selectivamente una clase de proteínas
receptoras. Por lo tanto, los mensajes acerca de lo amargo o lo dulce de los alimentos se
transfieren al SNC a lo largo de diferentes fibras nerviosas. Los iones sodio y los iones
hidrógeno, que son responsables de los sabores salado y ácido, respectivamente, actúan en
forma directa sobre los conductos iónicos. Los mecanismos de transmisión de señales en el
caso de los sabores ácido o salado, son semejantes a otros mecanismos de

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas DIENTES Y SUS


TEJIDOS DE SOSTÉN

la gran cantidad de linfocitos que normalmente la invaden. Entre los nódulos, el epitelio lingual
tiene las características de epitelio de revestimiento. Dentro de estas amígdalas, a veces
aparecen glándulas salivales linguales mucosas que pueden extenderse hacia el interior del
tejido muscular de la base de la lengua. La inervación compleja de la lengua está dada por
nervios craneales y por el sistema nervioso autónomo. • La sensibilidad general de las dos
terceras partes anteriores de la lengua (por delante del surco terminal) es transmitida por la
rama mandibular del nervio trigémino (nervio craneal V). La sensibilidad general la tercera
parte posterior es transmitida por el nervio glosofaríngeo (nervio craneal IX) y el nervio vago
(nervio craneal X). • La sensibilidad gustativa es transmitida por la cuerda del tímpano, una
rama del nervio facial (nervio craneal VII), por delante del surco terminal y por los nervios
glosofaríngeo (nervio craneal IX) y vago (nervio craneal X), por detrás de este surco. • La
inervación motora para los músculos de la lengua está dada por el nervio hipogloso (nervio
craneal XII). • La inervación vascular y glandular está a cargo de los nervios simpático y
parasimpático. Estos nervios inervan los vasos sanguíneos y las glándulas salivales linguales
peque

ñas. En la lengua suelen verse células ganglionares. Éstas son neuronas posganglionares
parasimpáticas que inervan las glándulas salivales menores linguales. Los cuerpos celulares de
las neuronas posganglionares simpáticas se encuentran en el ganglio cervical superior.

DIENTES Y SUS TEJIDOS DE SOSTÉN Los dientes son un componente importante de la cavidad
bucal y son indispensables en el comienzo del proceso digestivo. Los dientes están incluidos y
fijados en los procesos alveolares del maxilar y la mandíbula. Los niños tienen 10 dientes
deciduos (primarios o de leche) distribuidos de la siguiente manera en cada hemiarco dental: •
Un incisivo medial (central), el primer diente que sufre erupción (en general en la mandíbula)
más o menos a los 6 meses de edad (en algunos niños, el primer diente puede no emerger
hasta los 12 o 13 meses de edad). • Un incisivo lateral, que hace erupción alrededor de los 8
meses. • Un canino, cuya erupción no ocurre hasta los 15 meses. • Dos molares. El primero
hace erupción entre los 10 y 19 meses y el segundo entre los 20 y 31 meses.

Foramen apical Cemento celular Conducto radicular

Hueso alveolar con médula ósea

Cemento acelular

Fibras del periodonto

Zona granulosa de Tomes

Cavidad pulpar Epitelio de unión

Límite entre cemento y esmalte Epitelio de la encía Surco gingival

Odontoblastos

Espacios interglobulares Dentina con túbulos dentinales

Estrías de Retzius Esmalte

Corona clínica

Corona anatómica

Corona Raíz

FIGURA 16-8 V Diagrama de un corte de un diente incisivo y de las estructuras óseas y mucosas
circundantes. Los tres componentes mineralizados del diente son la dentina, el esmalte y el
cemento. El núcleo blando central del diente es la pulpa. El ligamento periodontal (membrana)
contiene haces de fibras de colágeno que fijan el diente al hueso alveolar circundante. La
corona clínica del diente es la porción que se proyecta dentro la cavidad bucal. La corona
anatómica es la totalidad de la porción del diente cubierta por el esmalte.

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas DIENTES Y SUS TEJIDOS
DE SOSTÉN

Durante un período de varios años, que suele comenzar más o menos a los 6 años y termina
alrededor de los 12 o 13 años, los dientes deciduos son reemplazados en forma gradual por 16
dientes permanentes (secundarios) (cuadro 16-2) que se distribuyen de la siguiente manera en
cada hemiarco dental: • Un incisivo medial (central), que sufre erupción a las 7 u 8 años. • Un
incisivo lateral, que emerge entre los 8 y 9 años. • Un canino, cuya erupción ocurre entre los
10 y 12 años. • Dos premolares, que erupcionan entre los 10 y 12 años. • Tres molares, que
siguen un cronograma de erupción disímil; el primer molar suele aparecer a los 6 años, el
segundo molar en los primeros años de la adolescencia y el tercer molar (muelas del juicio)
durante la adolescencia o ya pasados los 20 años.

CUADRO 16-1 Correlación clínica: el fundamento genético del gusto

El sentido general del gusto, así como la capacidad de percibir sabores específicos están
determinados genéticamente. Los estudios realizados en grandes poblaciones demuestran que
la variación del sabor es común. Alrededor del 25 % de la población, personas que se conocen
como “hipergéusicas”, tiene más papilas linguales que la cantidad normal y una gran densidad
de corpúsculos gustativos. Los sujetos poco comunes dentro de este grupo, como los
catadores de vino, brandy, café, o té discriminan asombrosamente los sabores y tienen una
memoria gustativa prodigiosa. Estas personas se caracterizan por su extrema sensibilidad a la
sustancia química feniltiocarbamida (PTC) y su derivado, el 6-N-propiltiouracilo (PROP); por lo
general perciben un sabor muy amargo cuando se coloca una gota de solución de PTC/PROP
en la punta de su lengua. En el otro extremo del espectro (alrededor del 25 % de la población)
están las personas conocidas como “hipogéusicas”, que tienen menos papilas linguales que la
cantidad normal y una densidad más baja de corpúsculos gustativos. Cuando se someten a la
prueba con solución de PTC/PROP, estas personas no detectan su sabor amargo. Muchos
trastornos clínicos pueden influir en la percepción del gusto. Estos incluyen lesiones en los
nervios que transmiten la sensibilidad gustativa hacia el sistema nervioso central,

inflamaciones de la cavidad bucal, trastornos de la mucosa (incluida la inflamación de la


mucosa lingual inducida por la radiación), insuficiencias nutricionales, enfermedades
endocrinas (como diabetes mellitus, hipogonadismo y seudohipoparatiroidismo) y
fluctuaciones hormonales durante la menstruación y el embarazo. Algunos trastornos
genéticos infrecuentes también afectan la sensibilidad gustativa. La disautonomía familiar del
tipo I (síndrome de Riley-Day) causa hipogeusia grave (disminución de la capacidad para
detectar el sabor) debido a la ausencia del desarrollo de las papilas fungiformes y de
corpúsculos gustativos. Esta neuropatía sensitiva y autónoma es un trastorno autosómico
recesivo causado por una mutación en el gen DYS (también conocido como el gen IKBKAP)
ubicado en el cromosoma 9. Además de hipogeusia, estas personas presentan otros síntomas
relacionados con defectos embrionarios en los sistemas nerviosos periférico y autónomo,
como lagrimeo disminuido, termorregulación defectuosa, hipotensión ortostática, sudoración
excesiva, pérdida de la sensibilidad al dolor y a la temperatura y ausencia de reflejos. En fecha
reciente, se ha desarrollado una prueba que detecta la mutación causal en el gen DYS para
confirmar el diagnóstico de la disautonomía familiar.
Longitud del prisma 2 000 mm

8 mm

CABEZA COLA

4 mm

FIGURA 16-9 V Diagrama que ilustra la estructura y la organización básicas de los prismas del
esmalte. El prisma del esmalte es una estructura delgada que se extiende desde la unión
amelodentinaria hasta la superficie del esmalte. Donde el esmalte es más grueso que en
cualquier otro sitio, o sea en el vértice de la corona, los prismas son más largos y miden hasta 2
000 mm de longitud. En el corte transversal, los prismas tienen la forma de un ojo de
cerradura. La parte superior y dilatada del prisma, llamada cabeza, está orientada hacia arriba
y la parte inferior, llamada cola, está orientada hacia abajo. Dentro de la cabeza, la mayoría de
los cristales de hidroxiapatita presentan una disposición paralela al eje longitudinal del prisma.
Dentro de la cola, los cristales están orientados en forma más oblicua.

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TEJIDOS DE SOSTÉN

Prisma del esmalte

ab ab ab ab

Prisma del esmalte

Prisma del esmalte Prisma del esmalte

ab FIGURA 16-10 V Estructura del esmalte joven. a. Esta fotomicrografía electrónica muestra
los prismas del esmalte en corte oblicuo. Las flechas indican los límites entre prismas
contiguos. 14 700 X. b. Aquí se ven con más aumento partes de dos prismas contiguos. Las
flechas marcan el límite entre los dos prismas. Las siluetas oscuras que parecen agujas son
cristales de hidroxiapatita jóvenes; la sustancia que hay entre los cristales es la matriz orgánica
del esmalte en desarrollo. Conforme el esmalte madura, los cristales de hidroxiapatita crecen y
la mayor parte de la matriz orgánica se elimina. 60 000 X.

FIGURA 16-11 V Diagrama y fotomicrografía de un diente en desarrollo. a. En esta etapa del


brote, el epitelio bucal prolifera hacia el mesénquima subyacente para dar origen al órgano del
esmalte (primordio del esmalte). Las células mesenquimatosas contiguas al brote dental
comienzan a diferenciarse y forman la papila dental que sobresale en el brote del diente. b.
Germen dental en etapa de casquete. En esta etapa, las células ubicadas en la concavidad de la
estructura en casquete, se diferencian en células cilíndricas altas (ameloblastos) y forman el
epitelio interno del esmalte. El mesénquima condensado empuja el epitelio interno del
esmalte, que se invagina, y la formación de la papila dental da origen a la dentina y la pulpa. c.
En esta etapa de campana, la conexión con el epitelio bucal casi ha desaparecido. El órgano del
esmalte consiste en una capa fina de epitelio externo, un epitelio interno formado por
ameloblastos, varias capas condensadas de células que forman el estrato intermedio y el
retículo estrellado de células muy separados entre sí. La papila dental empuja mucho el órgano
del esmalte, el que se ve muy invaginado. d. En esta etapa de aposición de la dentina con el
esmalte, el germen dental está completamente diferenciado y se ha independizado del epitelio
bucal. Se ve con claridad la relación de los dos tejidos mineralizados de la corona dental, es
decir, el esmalte y la dentina. El mesénquima circundante se está convirtiendo en tejido óseo.
e. En esta etapa de erupción dental, el vértice del diente emerge a través de la superficie del
epitelio bucal. La capa de odontoblastos tapiza la cavidad pulpar. Deben observarse los
ligamentos periodontales desarrollados que fijan la raíz del diente al hueso circundante. El
vértice de la raíz todavía es muy amplio, pero después de la erupción, se hace más estrecho. f.
Etapa de diente funcional. Debe notarse la distribución del esmalte y la dentina. El diente está
incluido en el hueso y la encía circundantes. g. Esta fotomicrografía del diente en desarrollo en
la etapa de casquete (comparable a b) muestra su conexión con el epitelio bucal. El órgano del
esmalte se compone de una capa simple de células cúbicas que forman el epitelio externo del
esmalte; el epitelio interno del esmalte que se ha diferenciado en ameloblastos cilíndricos y la
capa de las células contiguas al epitelio interno del esmalte que forman el estrato intermedio.
El resto de la estructura está ocupada por el retículo estrellado. El mesénquima de la papila
dental ha proliferado y empujado el órgano del esmalte. En esta etapa, el diente en formación
está rodeado por un mesénquima condensado, denominado saco dental, lo que da lugar a
estructuras periodontales. 300 X. h. Esta fotomicrografía muestra la corona en desarrollo de un
incisivo, que está rodeada por el epitelio del esmalte externo y restos del retículo estrellado. Es
comparable a d. La capa de dentina subyacente, que se tiñe con menos intensidad, es un
producto de los odontoblastos. Estos odontoblastos cilíndricos altos se han diferenciado a
partir de células de la papila dental. La cavidad pulpar está ocupada por la pulpa dental y en el
tejido pulpar hay vasos sanguíneos. 40 X.

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas DIENTES Y SUS TEJIDOS
DE SOSTÉN

Epitelio bucal Primordio del esmalte

Primordio de la pulpa

Epitelio interno del esmalte

Papila dental

Retículo estrellado

Papila dental

Esmalte

Dentina

Pulpa dental Hueso

Epitelio bucal

Capa odontoblástica
Periodonto

Esmalte

Dentina

Pulpa dental

Hueso Vasos y nervios

a bd

ef

ggghhh

Estrato intermedio Epitelio interno del esmalte Epitelio externo del esmalte

Encía

Ameloblastos Esmalte Dentina Odontoblastos Epitelio externo del esmalte

Retículo estrellado

Epitelio externo del esmalte Epitelio bucal

Epitelio intermedio

Saco dental

Retículo estrellado

Papila dental

Retículo estrellado

Papila dental

Epitelio interno del esmalte

Papila dental

Epitelio interno del esmalte

Papila dental

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas DIENTES Y SUS


TEJIDOS DE SOSTÉN

Ameloblastos Esmalte

Esmalte
Dentina

Predentina

Ameloblastos en etapa secretora Saco dental

Odontoblastos Estrato intermedio Retículo estrellado Papila dental

Dentina Odontoblastos

Conexión amelodentinaria

ba FIGURA 16-12 V Diagrama y fotomicrografía que ilustran las relaciones celulares durante la
formación de esmalte. a. En la etapa secretora inicial, primero es producida la dentina por los
odontoblastos. Después se deposita la matriz del esmalte directamente sobre la superficie de
la dentina formada antes por los ameloblastos en la etapa secretora. Los ameloblastos de la
etapa secretora continúan produciendo la matriz del esmalte hasta que se adquiere el espesor
definitivo del esmalte futuro. b. Esta fotomicrografía de un corte teñido con H&E de un diente
humano en desarrollo, muestra una etapa temprana de la formación del esmalte
(amelogénesis). Los ameloblastos de la etapa secretora son directamente contiguos al esmalte
en desarrollo, que se deposita sobre la capa de dentina. El comienzo de la deposición de
esmalte se indica por la flecha. A medida que se forma el primer incremento de esmalte, los
ameloblastos se alejan de la superficie de la dentina. Los dominios basales de los ameloblastos
de la etapa secretora son contiguos a las células en el estrato intermedio (una parte del órgano
del esmalte). La dentina es secretada por los odontoblastos. Debe notarse que la capa poco
teñida de la matriz orgánica (predentina) recién secretada, está en estrecha aposición con las
superficies apicales de los odontoblastos. La predentina sufre mineralización adicional para
madurar en dentina (capa teñida de oscuro). La capa de odontoblastos separa el esmalte de la
pulpa dental. 240 X. (Gentileza del Dr. Arthur R. Hand). CUADRO 16-2 Correlación clínica:
clasificación de las denticiones permanente (secundaria) y decidua (primaria)

En la actualidad hay tres sistemas de uso para clasificar los dientes permanentes y deciduos
(fig. C16-2.1): • Sistema de Palmer, que es la notación más usada en todo el mundo. En este
sistema, las letras mayúsculas se utilizan para los dientes deciduos y los números arábigos se
utilizan para los dientes permanentes. Cada cuadrante en este sistema se designa por líneas en
ángulo: para el superior derecho (UR), para el superior izquierdo (UL), para el inferior
derecho (LR) y para el inferior izquierdo (LL). Por ejemplo, los caninos permanentes reciben el
número 3 en cada cuadrante y el cuadrante se designa con su marca en ángulo
correspondiente. • Sistema internacional, que utiliza dos números arábigos para designar el
diente individual. En este sistema, el primer dígito indica la ubicación del diente en un
cuadrante específico. Los cuadrantes de la dentición permanente se designan con los números
1 (superior derecho), 2 (superior izquierdo), 3 (inferior izquierdo) y 4 (inferior derecho); los
cuadrantes de la dentición decidua se designan con los números 5 (superior derecho), 6
(superior izquierdo), 7 (inferior izquierdo) y 8 (inferior derecho). El segundo dígito indica el
diente individual, que se numera empezando desde la línea media. Por ejemplo, en este
sistema, los caninos permanentes reciben los números 13, 23, 33 y 43 y los caninos deciduos
serían 53, 63, 73, y 83.

• Sistema americano (universal), que es la notación más usada en Norteamérica. En este


sistema, la dentición permanente se designa con números arábigos y la dentición decidua se
designa con letras mayúsculas. Para la dentición permanente, la numeración comienza en el
cuadrante superior derecho (UR), donde el tercer molar se designa con el número 1. La
numeración continúa en forma consecutiva en todo el arco dental maxilar hasta el tercer
molar izquierdo, al que se le designa número 16. El diente número 17 es el tercer molar
situado en el cuadrante inferior izquierdo, que es el opuesto al diente número 16. Entonces, la
numeración avanza en el arco dental mandibular y termina con el diente número 32, que es el
tercer molar inferior derecho. En este sistema, la suma de los números de dientes opuestos da
33. Para la dentición decidua, se sigue el mismo modelo, pero se usan las letras A hasta la T
para designar los dientes individuales. Por lo tanto, en este sistema, los caninos permanentes
se designan 6, 11, 22, y 27 y a los caninos deciduos se les asignan las letras, C, H, M, y R.
También debe observarse que en la figura C16-2.1, el esquema de color muestra la relación
entre las denticiones deciduas y permanentes. La inspección de la tabla permite comprobar
que los molares deciduos son reemplazados por los premolares permanentes después de la
exfoliación y que los molares permanentes no tienen precursores deciduos.

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas DIENTES Y SUS TEJIDOS
DE SOSTÉN

CUADRO 16-2 Correlación clínica: clasificación de las denticiones permanente (secundaria) y


decidua (primaria) (continuación)

Segundo molar

Segundo molar

Incisivo lateral

Incisivo lateral

Incisivo medial

Incisivo medial

Primer molar

Primer molarCanino Canino

Segundo molar

Segundo molar

Incisivo lateral

Incisivo lateral

Incisivo medial

Incisivo medial

Primer molar

Primer molarCanino Canino


Segundo premolar

Segundo premolar

Incisivo lateral

Incisivo lateral

Incisivo medial

Incisivo medial

Primer premolar

Primer molar

Segundo molar

Tercer molar

Sistema de Palmer Sistema internacional Sistema americano

Tercer molar

Segundo molar

Primer molar

Primer premolarCanino Canino

Segundo premolar

Segundo premolar

Incisivo lateral

Incisivo lateral

Incisivo medial

Incisivo medial

Primer premolar

Primer molar

Segundo molar

Tercer molar

Tercer molar

Segundo molar

Primer molar

Primer premolarCanino Canino

AC DE F G H I J B

TR QP ONMLKS
EC BAA B C D ED

EC BAA B C D ED

55

5 15

4 14

3 13

2 12

1 11

1 21

10

2 22

11

3 23

12

4 24

13

5 25

14

6 26

15

7 27

16

8 28

6 16
2

7 17

5 432112 3 4 5 6 7 8678

18

45 44 43 42 41 31 32 33 34 35 36 37 38464748 29 28 27 26 25 24 23 22 21 20 19 18 17303132

53 52 51 61 62 63 64 6554

85 83 82 81 71 72 73 74 75 84

Dentición decidua

Dentición permanente

Dentición decidua

Cuadrante superior derecho (UR) Cuadrante superior izquierdo (UL)

Cuadrante inferior derecho (LR)C uadrante inferior izquierdo (LL)

Arcada maxilar Arcada mandibular

FIGURA C16-2.1 V Clasificación de los dientes deciduos y permanentes. Se utilizan tres sistemas
de clasificación de los dientes. El panel central del diagrama muestra los dientes permanentes,
mientras que los paneles superior e inferior muestran los dientes deciduos. La dentadura se
divide en cuatro cuadrantes: superior izquierdo (UL), superior derecho (UR), inferior izquierdo
(LL) e inferior derecho (LR). Cada cuadrante incluye 8 dientes permanentes o 5 dientes
deciduos. En el sistema americano (universal) (en azul), los dientes permanentes se designan
con números arábigos. La numeración comienza desde la muela del juicio en el cuadrante
superior derecho que recibe el número de 1 y continúa a lo largo de todos los dientes en el
maxilar superior hasta el número 16, que es el tercer molar superior izquierdo. La numeración
sigue en la mandíbula, que comienza en el tercer molar inferior izquierdo que recibe el número
17 y termina con el tercer molar derecho designado con el número 32. En el sistema
norteamericano, a los dientes deciduos se les asigna una letra mayúscula para cada uno. El
patrón es el mismo que el usado con los dientes permanentes, por lo que la numeración se
inicia a partir del segundo molar superior derecho y termina con el segundo molar inferior
derecho. En el sistema internacional (en rojo), también conocido como el sistema de dos
dígitos, cada diente se designa con dos números: El primero indica el cuadrante de la
dentadura, que recibe un número del 1 al 4 o del 5 al 8 en sentido horario y se comienza en el
cuadrante superior derecho para los dientes permanentes o deciduos, respectivamente. El
segundo número especifica los dientes individuales en cada cuadrante a partir de la línea
media, donde los incisivos mediales se designan con el número 1 y los terceros molares
reciben el número 8. En el sistema de Palmer (en amarillo), la dentadura se divide en cuatro
cuadrantes con una marca en ángulo recto. La línea vertical de la marca divide la dentadura en
un lado derecho y un lado izquierdo a partir de la línea media. La línea horizontal de la marca
divide la dentadura en las partes superior e inferior para designar los dientes en los maxilares y
la mandíbula. En el sistema de Palmer, los dientes permanentes se designan con números
arábigos a partir de la línea media. A los dientes deciduos se los designa con letras mayúsculas
también a partir de la línea media. Para designar un diente en particular con el sistema de
Palmer, se necesitan dos líneas (vertical y horizontal) y el número correcto o letra correcta.
(Diseño de tabla gentileza del Dr. Wade T. Schultz).

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas DIENTES Y SUS


TEJIDOS DE SOSTÉN

Los incisivos, los caninos y los premolares tienen una raíz única, salvo por el primer premolar
de los maxilares, que tiene una raíz doble. Los molares tienen dos raíces (mandíbula) o tres
(maxilares) y, en raras ocasiones, cuatro raíces. No obstante, todos los dientes tienen la misma
estructura básica. Los dientes están compuestos por varias capas de tejidos especializados. Los
dientes están formados por tres tejidos especializados: • Esmalte, una capa delgada, dura y
translúcida de tejido mineralizado acelular que cubre la corona del diente. • Dentina, el tejido
dental más abundante; está situada debajo del esmalte en la corona y debajo del cemento en
la raíz. Su estructura tubular única y su composición bioquímica sustentan el esmalte, más
rígido, y el cemento que recubre la superficie del diente. • Cemento, una capa delgada,
amarilla pálida de tejido calcificado similar al hueso que cubre la dentina de la raíz de los
dientes. El cemento es más suave y más permeable que la dentina y se elimina con facilidad
por abrasión cuando la superficie de la raíz está expuesta al medio ambiente de la cavidad
bucal.

Esmalte El esmalte es la sustancia más dura de todo el organismo; del 96 % al 98 % de su masa


es hidroxiapatita cálcica.

5 meses en útero

Neonatal 3 meses

6 meses

Proceso de Tomes

Cristales de hidroxiapatita

Complejo de unión

9 meses

Red del extremo distal

Ameloblastos secretores

Prismas del esmalte (eje longitudinal)

b
FIGURA 16-13 V Diagramas esquemáticos de un diente en formación que ilustran los detalles
de la amelogénesis. a. En el esmalte se ilustran los prismas que se extienden desde la conexión
amelodentinaria hasta la superficie del diente. Si bien el esmalte está formado en todo su
espesor, la dentina todavía no tiene su espesor definitivo. Las líneas de contorno en la dentina
indican el grado de desarrollo dentinal alcanzado en un momento determinado, como se
señala en la ilustración. Debe notarse que la cavidad pulpar en el centro del diente se hace
más pequeña a medida que se desarrolla la dentina. (basado en Schour I, Massler M. The
neonatal line in the enamel and dentin of the human deciduous teeth and first permanent
molar. J Am Dent Assoc 1936;23:1948). b. Durante la amelogénesis, la formación del esmalte
es influida por el trayecto de los ameloblastos. El prisma producido por el ameloblasto se
forma tras la célula. Así, en el esmalte maduro, la dirección del prisma del esmalte es un
registro del trayecto seguido antes por el ameloblasto secretor. c. En el polo apical de los
ameloblastos secretores están los procesos de Tomes, rodeados por el esmalte en desarrollo.
También se muestran los complejos de unión en el polo apical y distal del extremo de la red.
Deben notarse las numerosas vesículas secretoras que contiene la matriz en el citoplasma de
los procesos.

OP

DP OD AM EO

BV

PD DE

FIGURA 16-14 V Células del órgano del esmalte y odontoblastos en un diente en desarrollo.
Esta fotomicrografía de un corte teñido con H&E de un diente humano en desarrollo, muestra
los ameloblastos y los odontoblastos conforme comienzan a producir esmalte (E) y dentina (D),
respectivamente. El esmalte es depositado por los ameloblastos secretores (AM) sobre la
dentina formada antes. En esta imagen el esmalte aparece de color púrpura oscuro y es
contiguo a la capa de color púrpura rojizo de la dentina madura (D). Los vasos sanguíneos (BV)
a la derecha pertenecen al órgano del esmalte (EO), que está formado parcialmente por
células del estrato intermedio. Los dominios basales de los odontoblastos (OD) a la izquierda
están en contacto con la pulpa dental (DP). El citoplasma de los odontoblastos es contiguo a la
predentina (PD). En este punto, las evaginaciones citoplasmáticas de los odontoblastos (OP) se
extienden dentro de los túbulos dentinales de la predentina. 280 X. (Gentileza del Dr. Arthur R.
Hand).

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas DIENTES Y SUS TEJIDOS
DE SOSTÉN

El esmalte es un tejido mineralizado acelular que cubre la corona del diente. Una vez formado,
no se puede reemplazar. El esmalte es un tejido singular porque, a diferencia del hueso, que se
forma a partir de tejido conjuntivo, es un material mineralizado derivado de epitelio. El
esmalte está más mineralizado y es más duro que cualquier otro tejido mineralizado en el
cuerpo; consiste en un 96 % a un 98 % de hidroxiapatita cálcica. El esmalte que está expuesto y
es visible por encima de la línea de las encías se llama corona clínica, mientras que la corona
anatómica es toda la parte del diente cubierta por el esmalte y una pequeña porción de la
misma está por debajo de la línea gingival. El espesor del esmalte varía en diferentes partes la
corona y puede alcanzar un máximo de 2,5 mm en las cúspides (superficies de corte y
trituración) de algunos dientes. La capa de esmalte termina en el cuello, o región cervical, del
diente a la altura del límite entre cemento y esmalte (fig. 16-8); así, la raíz del diente está
cubierta por el cemento, un material similar al hueso. El esmalte está compuesto por los
prismas del esmalte, que atraviesan todo el espesor de la capa del esmalte. Los cristales de
hidroxiapatita cálcica carbonatada no estequiométrica, que forman el esmalte, se organizan en
forma de bastoncillos o prismas que miden 4 mm de ancho y 8 mm de alto. Cada prisma se
extiende a través del espesor del esmalte desde la unión amelodentinaria hasta la superficie
del esmalte. Cuando se examinan en un corte transversal con gran aumento, se ven con la
forma de un ojo de cerradura (fig. 16-9); la parte dilatada, o cabeza, se orienta hacia la
superficie y la cola lo hace hacia la profundidad en dirección a la raíz del diente. Los cristales de
esmalte se orientan prin

cipalmente en paralelo al eje longitudinal de los prismas en la región de la cabeza, y en la cola,


su orientación es más oblicua (fig. 16-9 y 16-10). Los espacios limitados entre los prismas,
también están llenos de cristales de esmalte. Las estrías observadas en los prismas del esmalte
(líneas de contorno o estrías de Retzius) serían indicios del crecimiento rítmico del esmalte
durante el desarrollo dental. Una línea más amplia de hipomineralización se observa en el
esmalte de los dientes deciduos. Esta línea, llamada línea neonatal, es producto de los cambios
nutricionales que ocurren entre la vida prenatal y posnatal. Si bien el esmalte de un diente que
ha hecho erupción carece de células y evaginaciones celulares, esto no significa que sea un
tejido estático. Sobre el esmalte actúa sustancias de la saliva, la secreción de las glándulas
salivales que son indispensables para su mantenimiento. Las sustancias en la saliva que afectan
los dientes incluyen enzimas digestivas, anticuerpos secretados y una gran variedad de
componentes inorgánicos (minerales). El esmalte maduro contiene muy poco material
orgánico. A pesar de su dureza, el esmalte se puede descalcificar por bacterias productoras de
ácido que actúan sobre los alimentos atrapados sobre la superficie del esmalte. Éste es el
fundamento para la iniciación de la caries dental. El fluoruro añadido al complejo de
hidroxiapatita torna el esmalte más resistente a la desmineralización por ácido. El uso
generalizado de flúor en el agua potable, pasta dentales, suplementos vitamínicos pediátricos
y enjuagues bucales reduce en forma significativa la incidencia de caries dentales.

ba

BV

CT

DF

BV

AM

PTW

DTW

E
TP

EO

PL

PL

MA

FIGURA 16-15 V Ameloblastos en etapas de secreción y de maduración. a. En esta


fotomicrografía de gran aumento de una muestra teñida con H&E, se ven los ameloblastos
secretores (AM). Deben notarse las proyecciones de Tomes (TP) poco de la parte apical de
ameloblastos teñidas y el esmalte muy teñido justo debajo. Las líneas distintivas de color rosa
están relacionadas con la acumulación de filamentos de actina en los ameloblastos. La primera
línea entre las proyecciones de Tomes y el citoplasma de los ameloblastos, corresponde al
extremo distal de la red (DTW) y la segunda línea en la base de ameloblastos es el extremo
proximal de la red (PTW). El órgano del esmalte (EO) que contiene vasos sanguíneos (BV) es
contiguo a la capa de los ameloblastos. El estroma de los folículos dentales (DF) es visible en la
parte superior de esta imagen. 480 X. (Gentileza del Dr. Arthur R. Hand). b. Fotomicrografía
electrónica de barrido coloreada de un preparado de criofractura de un diente que muestra
una capa de ameloblastos madurativos de superficie lisa (MA, en verde) en la superficie del
esmalte (en naranja). A la altura del polo basal de los ameloblastos están las células de la capa
papilar (PL) que contienen vasos sanguíneos (BV) y tejido conjuntivo laxo (CT). En esta etapa de
maduración de los ameloblastos ya no hay una capa de estrato intermedio. Durante la
preparación de muestras, las superficies apicales de los ameloblastos se separan del esmalte. 1
300 X. (Gentileza de SPL/Photo Researchers, Inc., reproducida con autorización).

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas DIENTES Y SUS


TEJIDOS DE SOSTÉN

yecta en el tejido mesenquimatoso subyacente. Esta proliferación, conocida como etapa de


yema o de brote, representa el órgano del esmalte inicial (fig. 16-11a). Poco a poco, la masa
celular redondeada aumenta de tamaño y luego desarrolla una concavidad en el lado opuesto
al de su origen en la lámina dental. Ahora se dice que el órgano del esmalte está en la etapa de
casquete o de caperuza (fig. 16-11b). Su crecimiento y desarrollo ulteriores lo llevan a la etapa
de campana (fig. 16-11c y d). En esta etapa, el órgano del esmalte posee cuatro capas celulares
identificables: • Epitelio externo del esmalte, compuesto por una capa celular que forma la
superficie convexa. • Epitelio interno del esmalte, compuesto por una capa celular que forma
la superficie cóncava. • Estrato intermedio, una capa celular que aparece por dentro del
epitelio interno del esmalte. • Retículo estrellado, compuesto por células que tienen aspecto
estrellado y ocupan la porción interna del órgano del esmalte. Los preodontoblastos derivados
de la cresta neural, están alineados dentro de la “campana” contiguos a las células del epitelio
interno del esmalte, adoptan una configuración cilíndrica y tienen una apariencia de tipo
epitelial. Se convertirán en los odontoblastos que forman la dentina del diente. Las células del
epitelio interno del esmalte se convertirán en los ameloblastos. Junto con las células del
estrato intermedio, serán responsables de la producción del esmalte. En la pri

El esmalte es producido por los ameoblastos del órgano del esmalte y la dentina por los
odontoblastos derivados de las crestas neurales del mesénquima contiguo. El órgano del
esmalte es una formación epitelial que deriva de células epiteliales ectodérmicas de la cavidad
bucal. El inicio del desarrollo dental está marcado por la proliferación del epitelio oral para
formar una banda de tejido celular en forma de herradura, llamada lámina dental, en el
mesénquima contiguo donde aparecerán los maxilares y la mandíbula. En el sitio de cada
futuro diente, hay una proliferación adicional de las células originada en la lámina dental, que
produce un brote celular redondeado, uno para cada diente, que se pro

Odontoblastos

Dentina

Predentina

Odontoblastos

Dentina

Predentina

Odontoblastos

Dentina

Predentina

Odontoblastos

Dentina

Predentina

Pulpa dental

Vasos sanguíneos

Pulpa dental

Odontoblastos Odontoblastos

Vasos sanguíneos

Dentina Dentina

FIGURA 16-17 V Pulpa dental y estructura de la dentina. En esta fotomicrografía de un diente


descalcificado se ve la pulpa dental ubicada en el centro y rodeada por la dentina en ambos
lados. La pulpa dental es un núcleo de tejido blando del diente que parece tejido conjuntivo
embrionario, incluso en el adulto. Contiene vasos sanguíneos y nervios. La dentina contiene las
evaginaciones citoplasmáticas de los odontoblastos dentro de los túbulos dentinales. Se
extienden hasta la conexión amelodentinaria. Los cuerpos celulares de los odontoblastos son
contiguos a la dentina mineralizada, llamada predentina. 120 X. Recuadro izquierdo. Cortes
longitudinales de los túbulos dentinales. 240X. Recuadro derecho. Corte transversal de los
túbulos dentinales. El contorno oscuro de los túbulos dentinales, como se ve en ambos
detalles, representa la dentina peritubular, que es la parte más mineralizada de la dentina. 240
X.

Fibras de SharpeyCemento

FIGURA 16-16 V Fotomicrografía electrónica de fibras de Sharpey. Las fibras de Sharpey se


extienden desde el ligamento periodontal (derecha) hasta el cemento. Se componen de
fibrillas de colágeno. Las fibras de Sharpey dentro del cemento están mineralizadas mientras
que dentro del ligamento periodontal no lo están. 13 000 X.

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas DIENTES Y SUS TEJIDOS
DE SOSTÉN

eliminación de material orgánico, así como la provisión continua de calcio y fosfato en el


esmalte que madura. Las células que participan en esta segunda etapa de la formación del
esmalte, se llaman ameloblastos madurativos. Los ameloblastos madurativos son producto de
la diferenciación de los ameloblastos secretores y su función primaria es la de un epitelio de
transporte, o sea, regulan la entrada y la salida de sustancias en movimiento del esmalte en
proceso de maduración. Los ameloblastos madurativos sufren modificaciones cíclicas en su
morfología que concuerdan con la entrada cíclica de calcio en el esmalte. Los ameloblastos
secretores son células cilíndricas polarizadas que producen el esmalte. Los ameloblastos
secretores están en contacto directo con el esmalte en desarrollo. En el polo apical de cada
ameloblasto hay una prolongación, llamada proceso de Tomes, que está rodeada por el
esmalte en desarrollo (fig. 16-13). Un cúmulo de mitocondrias y una aglomeración de
filamentos de actina en la red terminal proximal en la base de la célula, es la causa de la
eosinofilia de esta región en los cortes de parafina teñidos con hematoxilina y eosina (H&E)
(fig. 16-14 y 16-15a). Junto a las mitocondrias se halla el núcleo; en la columna citoplasmática
principal se encuentran el RER, el aparato de Golgi, los gránulos de secreción y otros
componentes celulares. Hay complejos de unión en el extremo celular tanto apical como basal.
Estos complejos mantienen la integridad y la orientación de los ameloblastos conforme se
alejan de la unión amelodentinaria. Los filamentos de actina fijados a estos complejos de
unión, participan en el desplazamiento del ameloblasto secretor por el esmalte en desarrollo.
El prisma formado por el ameloblasto le sigue detrás. Así, en el esmalte maduro, la dirección
de los prismas es una copia de la trayectoria seguida antes por ameloblastos secretores.

mera etapa, justo antes de la dentinogénesis y la amelogénesis, se degenera la lámina dental,


lo cual separa el primordio del diente en desarrollo de su sitio de origen. El esmalte dental se
forma por un proceso de biomineralización mediado por matriz que recibe el nombre de
amelogénesis. Las etapas principales de la amelogénesis son: • Producción de la matriz o
etapa secretora. En la formación de los tejidos mineralizados del diente, la dentina se produce
primero. Después, se deposita matriz adamantina (fig. 16-12) directamente sobre la superficie
de la dentina previamente formada. Las células productoras de esta matriz orgánica de
mineralización parcial se llaman ameloblastos secretores. Al igual que los osteoblastos en los
huesos, estas células producen una matriz orgánica proteinácea por la actividad del
retículoendoplásmico rugoso (RER), el aparato de Golgi y los gránulos de secreción. Los
ameloblastos secretores continúan produciendo la matriz del esmalte hasta que se alcanza el
espesor del futuro esmalte. • Maduración de la matriz. La maduración de la matriz adamantina
con mineralización parcial, comprende la

Núcleo

Retículo endoplásmico rugoso

Mitocondrias

Polo apical

Aparato de Golgi

Retículo endoplásmico rugoso

Mitocondrias

Polo apical

Aparato de Golgi

FIGURA 16-18 V Fotomicrografía electrónica de odontoblastos. La membrana plasmática de un


odontoblasto se ha señalado con flechas. La célula contiene una gran cantidad de retículo
endoplásmico rugoso y un gran aparato de Golgi. Las evaginaciones odontoblásticas no
aparecen en esta imagen; una prolongación se extiende desde el polo apical de cada célula
(arriba). Las siluetas negras en la región del aparato Golgi son los cuerpos en ábaco. El tejido se
trató con piroantimonato, que forma un precipitado oscuro con el calcio. 12 000 X.

FIGURA 16-19 V Aparato de Golgi en un odontoblasto. Esta fotomicrografía electrónica


muestra una región del aparato de Golgi que contiene muchas vesículas grandes. Deben
notarse los cuerpos en ábaco (flechas) que contienen filamentos paralelos tachonados de
gránulos. 52 000 X.

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas DIENTES Y SUS


TEJIDOS DE SOSTÉN

La superficie basal de los ameloblastos secretores es contigua a una capa de células del órgano
del esmalte llamada estrato intermedio (v. fig. 16-11b, c, y g y 16-12b). La membrana
plasmática de estas células, en especial en la base de los ameloblastos, contiene fosfatasa
alcalina, una enzima activa en la calcificación. Las células estrelladas del órgano del esmalte
son externas con respecto al estrato intermedio y están separadas de los vasos sanguíneos
contiguos por una lámina basal. Los ameloblastos madurativos transportan las sustancias
necesarias para la maduración del esmalte. La característica histológica que marca los ciclos de
ameloblastos madurativos es su borde estriado o festoneado (fig. 16-15b). Los ameloblastos
madurativos con borde estriado ocupan alrededor del 70 % de un ciclo específico, y los que
tienen la superficie lisa ocupan más o menos un 30 % de un ciclo específico. Durante la
maduración del esmalte no hay estrato intermedio. Las células de estrato intermedio
subyacente, del retículo estrellado y del epitelio dental externo colapsan entre sí y sufren una
reorganización, por lo que es imposible distinguirlos como capas individuales. Finalmente, los
vasos sanguíneos se invaginan en esta capa recién reorganizada para formar la capa papilar
que contiene células papilares estrelladas, que son adyacentes a los ameloblastos
madurativos. Los ameloblastos madurativos y las células papilares contiguas, se caracterizan
por la presencia de mitocondrias abundantes. Esto indica una actividad celular que requiere
grandes cantidades de energía y es un reflejo de la función de los ameloblastos madurativos y
de las células papilares contiguas como epitelio de transporte. Los avances recientes en la
biología molecular de los productos génicos de los ameloblastos, han permitido comprobar
que

Fibras dentogingivales Fibras dentoperiostáticas

Ligamentos periodontales

Cemento

Epitelio de fijación Fibras circulares

Dentina

Margen gingival Surco gingival Encía libre

Surco gingival libre

Encía adherida

Unión mucogingival

Mucosa alveolar

FIGURA 16-21 V Diagrama esquemático de la encía. Este diagrama esquemático de la encía


corresponde a la región rectangular del diagrama de orientación. El epitelio gingival se adhiere
al esmalte del diente. Aquí, la unión entre el epitelio y el tejido conjuntivo es uniforme. En
otros sitios, el epitelio gingival se encuentra indentado por papilas de tejido conjuntivo y la
unión entre los dos es irregular. Las líneas negras representan fibras de colágeno del cemento
del diente y de la cresta del hueso alveolar que se extienden hacia el epitelio gingival. Deben
notarse las papilas poco profundas en la mucosa de revestimiento (mucosa alveolar) que
contrastan con las de la encía.

Prolongaciones odontoblásticas

predentin

predentin

predentin

predentin

predentin

predentin

Predentina

Predentina
Prolongaciones odontoblásticas

Predentina

Predentina

dentin Dentina Dentina

FIGURA 16-20 V Prolongación de un odontoblasto joven. Esta fotomicrografía electrónica


muestra una prolongación odontoblástica que se introduce en un túbulo dentinal. La
prolongación se extiende dentro de la predentina y, después de atravesar el frente de
mineralización (flechas), se introduce en la dentina. Las fibrillas de colágeno de la predentina
son más finas que las fibrillas más gruesas y maduras del frente de mineralización y más allá de
él. 34 000 X.

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas DIENTES Y SUS TEJIDOS
DE SOSTÉN

Las lagunas y canalículos del cemento contienen los cementocitos y sus evaginaciones,
respectivamente. Se asemejan a las estructuras del tejido óseo que contienen los osteocitos y
las evaginaciones osteocíticas. A diferencia del hueso, el cemento es avascular. Además, las
lagunas se distribuyen de manera irregular en todo el cemento y sus canalículos no forman una
red anastomosada. Las fibras de colágeno que se proyectan fuera de la matriz del cemento y
se introducen en la matriz ósea de la pared alveolar, forman la mayor parte del ligamento
periodontal. Estas fibras son otro ejemplo de fibras de Sharpey (fig. 1616). Además, las fibras
elásticas son también un componente del ligamento periodontal. Este modo de fijación del
diente a su alvéolo, permite cierto grado de movimiento dental natural. También constituye la
base de los procedimientos de ortodoncia utilizado para enderezar los dientes y para reducir la
mala oclusión de las superficies dentales de corte y trituración maxilares y mandibulares.
Durante el movimiento dental correctivo, el hueso alveolar se resorbe y se resintetiza, lo cual
no ocurre con el cemento. Dentina La dentina es un material calcificado que forma la mayor
parte de la sustancia del diente. La dentina es profunda con respecto al esmalte y al cemento.
Contiene menos hidroxiapatita que el esmalte (alrededor del 70 %) pero más que la hallada en
el hueso y en el cemento. La dentina es secretada por los odontoblastos que forman una capa
epitelial sobre la superficie dentinal interna, es decir, la superficie que está en contacto con la
pulpa (fig. 16-17). Al igual que los ameloblastos, los odontoblastos son células cilíndricas que
contienen un RER bien desarrollado, un gran

la matriz del esmalte es muy heterogénea. Contiene proteínas codificadas por varios genes
diferentes. A continuación se enumeran las principales proteínas de la matriz extracelular del
esmalte en desarrollo: • Amelogeninas, proteínas importantes para establecer y mantener el
espacio entre los prismas en las etapas iniciales del desarrollo del esmalte. • Ameloblastinas,
proteínas de señalización producidas por ameloblastos desde las etapas secretoras iniciales
hasta las etapas madurativas finales. Su función no se conoce bien; sin embargo, su patrón
evolutivo indica que las ameloblastinas desempeñan un papel mucho más amplio en la
amelogénesis que las otras proteínas. Se cree que las ameloblastinas guían el proceso de
mineralización del esmalte al controlar el alargamiento de los cristales de hidroxiapatita y
forman uniones entre cristales individuales. • Enamelinas, proteínas distribuidas por toda la
capa de esmalte. Estas proteínas sufren escisión proteolítica conforme el esmalte madura.
Productos de esta escisión, de peso molecular bajo, se retienen en el esmalte maduro, a
menudo situados en la superficie de los cristales de hidroxiapatita. • Tuftelinas, las primeras
proteínas detectadas que están cerca de la conexión amelodentinaria. Su índole ácida e
insoluble contribuye a la nucleación de los cristales de hidroxiapatita. Las tuftelinas están
presentes en los penachos adamantinos y son la causa de su hipomineralización, es decir, que
los penachos adamantinos tienen un mayor porcentaje de material orgánico que el resto del
esmalte maduro. La maduración del esmalte en desarrollo produce su mineralización continua
de manera que se convierte en la sustancia más dura del cuerpo. Las amelogeninas y las
ameloblastinas se eliminan durante la maduración del esmalte. Por lo tanto, el esmalte
maduro contiene sólo enamelinas y tuftelinas. Los ameloblastos se degeneran una vez que el
esmalte está completamente formado, más o menos para el momento de la erupción dentaria
a través de la encía. Cemento El cemento cubre la raíz del diente. La raíz es la parte del diente
que está insertada en su fosita o alvéolo en los huesos maxilares y en la mandíbula. El cemento
es una capa delgada de material similar al hueso que cubre las raíces de los dientes y que
comienza en la porción cervical del diente en la conexión cemento-esmalte y continúa hasta el
ápice. El cemento es producido por cementoblastos (células cúbicas grandes que se asemejan
a los osteoblastos de la superficie del hueso en crecimiento). Los cementoblastos secretan una
matriz extracelular llamada cementoide que sufre una mineralización adicional. En la superficie
externa del cemento, contigua al ligamento periodontal hay una capa de cementoblastos.
Durante la cementogénesis, los cementoblastos se incorporan en el cemento y se convierten
en cementocitos, células que se asemejan mucho a los osteocitos del hueso. Al igual que el
hueso, el 65 % del cemento es mineral y contiene la mayor concentración de flúor que
cualquier otro tejido mineralizado.

ParótidaSialona Submandibular Sublingual

Conducto excretorConducto estriado

Longitud de los conductos salivales

Proporción celular

Conducto intercalar

Ácino

FIGURA 16-22 V Diagrama comparativo de los componentes de la sialona en las tres glándulas
salivales mayores. Las cuatro partes principales de la sialona, ácino, conducto intercalar,
conducto estriado y conducto excretor, tienen un código de color. Las tres columnas a la
derecha de la sialona comparan la longitud de los diferentes conductos en las tres glándulas
salivales. Las células de color rojo en el ácino son las células serosas y las células de color
amarillo son las células mucosas. La proporción entre las células serosas y las células mucosas
se ilustra en los ácinos de las diversas glándulas.

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas DIENTES Y SUS
TEJIDOS DE SOSTÉN

aparato de Golgi y otros orgánulos asociados con la síntesis y la secreción de grandes


cantidades de proteína (fig. 16-18). La superficie apical de los odontoblastos está en contacto
con la dentina en formación; complejos de unión entre los odontoblastos a esa altura separan
el compartimento dentinal de la cámara pulpar. La capa de odontoblastos retrocede a medida
que la dentina se deposita, pero deja en esta última las evaginaciones odontoblásticas dentro
de conductos estrechos llamados túbulos dentinales (v. fig. 16-17). Los túbulos y evaginaciones
continúan alargándose conforme la dentina sigue aumentando de espesor por crecimiento
rítmico. El crecimiento rítmico produce ciertas “líneas de crecimiento” en la dentina (líneas
incrementales de von Ebner y líneas de Owen más gruesas) que marcan momentos evolutivos
importantes, como el nacimiento (línea neonatal) y el momento en el que las sustancias no
habituales, como el plomo, se incorporan en el diente en desarrollo. El estudio de las líneas de
crecimiento es de utilidad en la medicina forense.

La predentina es la matriz orgánica recién sintetizada, más cercana al cuerpo del odontoblasto,
que todavía tiene que mineralizarse. Si bien la mayoría de las proteínas en la matriz orgánica
son similares a las del hueso, la predentina contiene dos proteínas exclusivas: • Fosfoproteína
de la dentina (DPP), una proteína fosforilada muy ácida de 45 kDa, que tiene abundancia de
ácido aspártico y fosfoserina y fija una gran cantidad de calcio. La DPP participa en la iniciación
de la mineralización y en el control del tamaño y la forma del mineral. • Sialoproteína de la
dentina (DSP), un proteoglucano de 100 kDa que tiene mucho ácido aspártico, ácido glutámico,
serina, glicina y condroitín 6-sulfato. La DSP también interviene en el proceso de
mineralización. Una característica no habitual de la secreción de colágeno e hidroxiapatita por
los odontoblastos es la presencia, en las vesículas del aparato Golgi, de precursores
filamentosos del colágeno ordenados en forma paralela entre sí. Los gránulos que se suponen
que contienen calcio se unen a estos precursores,

CUADRO 16-3 Correlación clínica: caries dentales

La caries dental es una enfermedad microbiana infecciosa de los dientes, cuya consecuencia es
la destrucción de los tejidos calcificados afectados, o sea, el esmalte, la dentina y el cemento.
Las lesiones de la caries suelen ocurrir bajo masas de colonias bacterianas conocidas como
“placa dental”. La aparición de la caries dental se asocia principalmente con colonias
bacterianas de Streptococcus mutans, mientras que los lactobacilos se asocian con la
progresión activa de la enfermedad. Estas colonias bacterianas metabolizan los hidratos de
carbono y producen un ambiente ácido que desmineraliza la estructura dental subyacente. La
ingestión frecuente de sacarosa tiene asociación estrecha con el desarrollo de estas colonias
bacterianas acidógenas. Cantidades mínimas de flúor, de fuentes tales como el agua potable
(de 0,5 ppm a 1,0 ppm es lo óptimo), las pastas dentales e incluso la dieta, pueden mejorar la
resistencia a los efectos de las bacterias cariogénicas. El fluor mejora la resistencia al ácido de
la estructura dental, actúa como un agente antimicrobiano y promueve la remineralización de
las lesiones cariosas pequeñas. La resistencia a la degradación ácida del esmalte se ve
facilitada por la sustitución de iones hidroxilo por iones fluoruro en los cristales de
hidroxiapatita. Esto disminuye la solubilidad de los cristales adamantinos en el ácido. El
tratamiento de las lesiones cavitadas o “caries dentales” (fig. C16-3.1), incluye la excavación
del tejido dental infectado y su reemplazo con los materiales dentales como amalgamas,
resinas compuestas y cementos de ionómeros vítreos. La invasión microbiana de la estructura
dental puede alcanzar la “pulpa” del diente y provocar una respuesta inflamatoria.
a b ab

EE

EE

CL CL

DD

FIGURA C16-3.1 V Fotomicrografía de caries. a. Fotomicrografía de un diente preparado por el


método de desgaste en el que se ve una lesión de caries (CL) que ha perforado todo el espesor
del esmalte (E) y se ha diseminado lateralmente a la altura de la conexión amelodentinaria. D,
dentina. b. La lesión aquí está más avanzada. El esmalte (E) fue socavado y debilitado, por lo
que se fracturó y se produjo una cavidad. En este momento, las bacterias pueden invadir y
avanzar por los túbulos dentinales expuestos, lo cual genera focos de licuefacción destructiva
en la dentina (D) y, en última instancia, la exposición de la pulpa. 16 X. (Eveson JW, Scully C.
Color Atlas of Oral Pathology. London: Times Mirror International Publishers,1995.)

En este caso, en general se recomienda el tratamiento ortodóncico o “tratamiento de


conducto”, con la posterior colocación de una corona para añadir fuerza a la estructura dental
coronal afectada.

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas DIENTES Y SUS TEJIDOS
DE SOSTÉN

dando lugar a estructuras llamadas cuerpos en ábaco (fig. 16-18 y 16-19). Los cuerpos en
ábaco se van condensando a medida que maduran en gránulos de secreción. La dentina es
producida por los odontoblastos. La dentina es el primer componente mineralizado que
aparece en el diente. La dentina más externa, que se conoce como dentina del manto, está
formada por células subodontoblásticas que producen pequeños haces de fibras de colágeno
(fibras de von Korff). Los odontoblastos se diferencian a partir de células en la periferia de la
papila dental. Las células progenitoras tienen el aspecto de células mesenquimatosas típicas,
es decir, que contienen poco citoplasma. Durante su diferenciación en odontoblastos,
aumenta el volumen citoplasmático y los orgánulos característicos de las células sintetizadoras
de colágeno. Las células forman una capa en la periferia de la papila dental y secretan la matriz
orgánica de la dentina, o predentina, en su polo apical (lejos de la papila dental) (fig. 16-20). A
medida que aumenta el espesor de la predentina, los odontoblastos se mueven o son
desplazados hacia el centro (v. fig. 16-13). Una ola de mineralización sigue a los odontoblastos
en retroceso; este producto mineralizado es la dentina. A medida que las células se mueven
hacia el centro, los eva
Semiluna serosa

Célula serosa

Célula mucosa

FIJACIÓN CONVENCIONAL

CONGELACIÓN RÁPIDA

Conducto intercalar ab

FIGURA 16-23 V Relación entre las células serosas y las células mucosas en el ácino mixto. a.
Este dibujo indica la relación entre las células mucosas y serosas como se observa en el
microscopio electrónico después de aplicar el método de congelación rápida. Las células
serosas se extienden desde la lámina basal hasta la luz del ácino. b. En este dibujo, se
muestran las células serosas que ocupan la periferia del ácino y forman la denominada
semiluna serosa. Esta característica es visible en los preparados de rutina que se fijaron por
inmersión. Las células mucosas tumefactas exprimen las células serosas que dejan pequeños
restos de citoplasma entre las células mucosas.

IV

IV

IV

IV

SV

SV

SV

SV

JC

rER

IC

JC

IV

IV
IV

IV

SV

SV

SV

SV

JC

rER

IC

JC

FIGURA 16-24 V Fotomicrografía electrónica de la porción apical de las células serosas de la


glándula parótida. Como se indica en el recuadro de la fotomicrografía de orientación, sólo las
partes apicales de los ácinos serosos de glándula parótida se muestran en esta fotomicrografía
electrónica. Las células están polarizadas, con su producto dentro de las vesículas secretoras
(SV) cerca de la luz (L) del ácino. Las células muestran retículo endoplásmico rugoso (RER) y
varios dictiosomas del aparato de Golgi (G). Las vesículas secretoras inmaduras (IV) se ven
cerca del aparato de Golgi. En el polo apical de las células hay complejos de unión (JC). El
espacio intercelular (IC) está dilatado, y en él, se ven siluetas de pliegues laterales seccionados.
M, mitocondrias. 15 000 X.

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593

CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas DIENTES Y SUS


TEJIDOS DE SOSTÉN

ginaciones odontoblásticas se alargan; las más largas quedan rodeadas por la dentina
mineralizada. En la dentina recién formada, la pared del túbulo dentinal consiste simplemente
en los bordes de la matriz mineralizada. Con el tiempo, la dentina que delimita el túbulo
dentinal sufre una mineralización mayor; esta vaina más mineralizada se conoce como dentina
peritubular. El resto de la dentina se llama dentina intertubular. Pulpa dental y cavidad pulpar
central (cámara pulpar) La cavidad pulpar del diente es un compartimento de tejido conjuntivo
limitado por la dentina. La cavidad pulpar central es el espacio dentro de un diente que está
ocupado por la pulpa dental, un tejido conjuntivo laxo con una vascularización extensa e
inervado por muchos nervios. La cavidad pulpar adopta la forma general del diente. Los vasos
sanguíneos y los nervios entran en la cavidad pulpar por el extremo o vértice (ápex) de la raíz,
en un sitio llamado foramen apical (las denominaciones ápex y apical en este contexto, se
refieren sólo al extremo angostado de la raíz del diente y no a una superficie luminal [apical],
como se utiliza en la descripción de los epitelios de absorción y secreción). Los vasos
sanguíneos y los nervios se extienden hasta la corona del diente, donde forman redes
vasculares y nerviosas debajo de la capa de odontoblastos y dentro de ella. Algunas fibras
nerviosas desnudas también se introducen en las

porciones proximales de los túbulos de la dentina y entran en contacto con las evaginaciones
odontoblásticas. Se cree que las evaginaciones odontoblásticas tienen una función
transductora al transmitir estímulos de la superficie del diente hasta los nervios de la pulpa
dental. En los dientes con más de una cúspide, los cuernos pulpares que contienen una gran
cantidad de fibras nerviosas se extienden dentro de las cúspides. En los túbulos dentinales se
extiende más cantidad de estas fibras que en otros sitios. Dado que la dentina continúa
secretándose durante toda la vida, la cavidad pulpar disminuye su volumen según pasan los
años. Tejidos de sostén de los dientes Los tejidos de sostén de los dientes comprenden el
hueso alveolar de los procesos alveolares del maxilar y de la mandíbula, el periodonto y la
encía. Los procesos alveolares del maxilar y de la mandíbula contienen las fositas o alvéolos
para las raíces dentales. El hueso alveolar propiamente dicho, una capa delgada de hueso
compacto, forma la pared del alvéolo (v. fig. 16-8) y es el hueso al cual se fija el periodonto. El
resto del proceso alveolar consiste en tejido óseo de sostén. La superficie del hueso alveolar
propiamente dicho suele exhibir regiones de resorción ósea y de depósito de tejido óseo, en
particular cuando un diente está experimentando movimiento (fig. 16-21). La enfermedad
periodontal suele conducir a la destrucción del hueso alveolar, al igual que ocu

MyC

MyC

MyC

MyC

MyC

MyC

FIGURA 16-25 V Fotomicrografía electrónica de un ácino mucoso visto con poco aumento. Las
células mucosas contienen abundantes gránulos de mucinógeno. Muchos de los gránulos han
confluido para formar masas irregulares de un tamaño mayor que, en última instancia, se
vuelca en la luz (L) del ácino. En la periferia del ácino se ven evaginaciones de células
mioepiteliales (MyC). 5 000 X.

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas DIENTES Y SUS TEJIDOS
DE SOSTÉN

ab

Semiluna serosa

Célula serosa

Luz

ab

Semiluna serosa

Célula serosa

Luz

FIGURA 16-26 V Fotomicrografías electrónicas de ácinos mixtos. a. Esta fotomicrografía


electrónica de bajo aumento de la glándula sublingual, preparada por enfriamiento rápido en
un método de congelación-sustitución, muestra la disposición de las células dentro en un solo
ácino. Las células mucosas tienen gránulos de mucinógeno redondos bien conservados. Las
células mucosas y serosas están alineadas para rodear la luz del ácino. No se ven semilunas
serosas. 6 000 X. b. Fotomicrografía electrónica de la glándula sublingual sometida a una
fijación tradicional en formaldehído. Deben notarse la expansión y confluencias considerables
de los gránulos de mucinógeno y la formación de una semiluna serosa. 15 000 X. (Gentileza del
Dr. Shohei Yamashina).

Linfocito Linfocito

Prolongación de célula mioepitelial

Lámina basal

Prolongación de célula mioepitelial

Lámina basal

**

****

**

FIGURA 16-27 V Fotomicrografía electrónica de la porción basal de un ácino. Esta


fotomicrografía electrónica muestra la porción basal de dos células secretoras de una glándula
submandibular. También se ve una prolongación de una célula mioepitelial. Debe notarse que
la prolongación de la célula mioepitelial está ubicada del lado epitelial de la lámina basal. El
citoplasma de la célula mioepitelial contiene filamentos contráctiles y densidades (flechas)
similares a las que se ven en las células musculares lisas. La célula de la izquierda que tiene un
núcleo pequeño es un linfocito. Dado que ha emigrado a través de la lámina basal, también
está dentro del compartimento epitelial. Puntas de flecha, límites celulares; asteriscos,
pliegues basolaterales. 15 000 X.
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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas GLÁNDULAS


SALIVALES

GLÁNDULAS SALIVALES

Las glándulas salivales mayores son órganos pares con conductos extremos largos que
desembocan en la cavidad bucal. Las glándulas salivales mayores, como ya se mencionó, son la
parótida, la submandibular y la sublingual. Las glándulas parótidas y submandibulares en
realidad están ubicadas fuera de la cavidad bucal; sus secreciones alcanzan la cavidad a través
de conductos. La glándula parótida es subcutánea, está situada por debajo y por delante del
oído externo en el espacio entre la rama de la mandíbula y la apófisis estiloides del hueso
temporal. La glándula submandibular se encuentra bajo el piso de la boca, en el triángulo
submandibular del cuello. La glándula sublingual se encuentra en el piso de la boca por delante
de la glándula submandibular. Las glándulas salivales menores se encuentran en la submucosa
de las diferentes partes de la cavidad bucal. Comprenden las glándulas linguales, labiales,
bucales, molares y palatinas. Cada glándula salival se origina del epitelio embrionario de la
cavidad bucal. Al principio, la glándula toma la forma de un cordón celular que prolifera hacia
el interior del mesénquima. La proliferación de las células epiteliales produce al final cordones
muy ramificados con extremos bulbosos. La degeneración de las células más internas de los
cordones y de los extremos bulbosos conduce a su canalización. Los cordones se convierten en
conductos y los extremos bulbosos se convierten en adenómeros glandulares. Adenómeros
glandulares Los adenómeros o porciones secretoras se organizan en lobulillos. Las glándulas
salivales mayores están rodeadas por una cápsula de tejido conjuntivo de densidad moderada,
de la cual parten tabiques que dividen las porciones secretoras de la glándula en lóbulos y
lobulillos. El tabique contiene los vasos sanguíneos de mayor calibre y conductos excretores. El
tejido conjuntivo asociado con los grupos de adenómeros se mezcla imperceptiblemente con
el tejido conjuntivo laxo circundante. Las glándulas salivales menores no tienen cápsula. En el
tejido conjuntivo que rodea los adenómeros de las glándulas salivales mayores y menores hay
una abundancia de linfocitos y plasmocitos. Su importancia en la secreción de anticuerpos
salivales se comenta más adelante. Los adenómeros son de tres tipos: serosos, mucosos y
mixtos. La unidad básica de secreción de las glándulas salivales, la sialona, consiste en el
adenómero llamado ácino, el conducto intercalar y el conducto excretor (fig. 16-22). El ácino
es un saco ciego compuesto por células secretoras. El término ácino (lat, baya o uva) se refiere
a la unidad de secreción de las glándulas salivales. Los ácinos de las glándulas salivales
contienen células serosas (secretoras de proteínas), células mucosas (secretoras de mucina) o
ambas. La frecuencia relativa de los tres tipos de ácinos es una característica importante por la
cual se distinguen las glándulas salivales mayores. Por lo tanto, se describen tres tipos de
ácinos:

rre cuando hay falta de oclusión funcional de un diente con su diente opuesto normal. El
periodonto es el tejido conjuntivo fibroso que une el diente al hueso contiguo. Este ligamento
también es llamado membrana periodóntica, pero ninguno de los términos describe su
estructura y función en forma adecuada. El periodonto interviene en lo siguiente: • Adhesión
(fijación) dental • Sostén dental • Remodelación ósea (durante el movimiento de un diente) •
Propiocepción • Erupción dental Un corte histológico del periodonto permite comprobar que
tiene regiones de tejido conjuntivo denso y laxo. El tejido conjuntivo denso contiene fibras de
colágeno y fibroblastos alargados paralelos al eje longitudinal de las fibras de colágeno. Se cree
que los fibroblastos avanzan y retroceden, dejando una estela de fibras de colágeno. Los
fibroblastos periodónticos también contienen fibrillas de colágeno fagocitadas, que son
digeridas por las enzimas hidrolíticas de los lisosomas citoplasmáticos. Estas observaciones
indican que los fibroblastos no sólo producen fibrillas de colágeno sino que también las
reabsorben, de manera que se ajustan continuamente a las exigencias de la tensión y el
movimiento dental. El tejido conjuntivo laxo en el periodonto contiene vasos sanguíneos y
terminaciones nerviosas. Además de fibroblastos y fibras de colágeno finas, el periodonto
también contiene fibras de oxitalán finas y de disposición longitudinal. Están unidas a los
huesos o al cemento en cada extremo. Algunas parece que están asociadas con la adventicia
de los vasos sanguíneos. La encía es una parte de la mucosa bucal que se adhiere a los dientes
y al hueso alveolar. La encía es una parte especializada de la mucosa bucal que rodea el cuello
de los dientes. Está adherida con firmeza a los dientes y al tejido óseo alveolar subyacente. Un
diagrama idealizado de la encía se presenta en la figura 16-21. La encía se compone de dos
partes: • Mucosa gingival, que es un sinónimo de la mucosa masticatoria ya comentada. •
Epitelio de fijación, o epitelio de unión, que se adhiere firmemente al diente. Este epitelio
secreta un material de tipo lámina basal que se adhiere con firmeza a la superficie del diente.
Después, las células se fijan a este material a través de hemidesmosomas. La lámina basal y los
hemidesmosomas se denominan en conjunto fijación epitelial. En las personas jóvenes, esta
fijación realiza sobre el esmalte; en las personas mayores, en quienes la erupción dental pasiva
y el retroceso gingival exponen las raíces, la fijación ocurre sobre el cemento. Por encima de la
fijación epitelial al diente, una hendidura superficial llamada surco gingival se alinea con el
epitelio crevicular, que es continuo con el epitelio de fijación. El término periodonto se refiere
a todos los tejidos que intervienen en la fijación de un diente a la mandíbula y al maxilar. Estos
comprenden el epitelio crevicular y de fijación, el cemento, el ligamento periodontal y el hueso
alveolar.

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596

CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas GLÁNDULAS SALIVALES

• Ácinos serosos, que contienen sólo células serosas y, en general, son esferoidales. • Ácinos
mucosos, que contienen sólo células mucosas y suelen ser más tubulares. • Ácinos mixtos, que
contienen tanto células serosas como células mucosas. En los preparados de rutina teñidos con
H&E, los ácinos mucosos tienen un casquete de células se

rosas que se cree que secretan su producto hacia el espacio intercelular tortuoso entre las
células mucosas. Debido a su aspecto en los cortes histológicos, estos casquetes reciben el
nombre de semilunas serosas. Las semilunas serosas son artefactos del método de fijación
tradicional.

Adipocitos

Conducto excretor

a
b

Células mucosas

Células serosasConductos

Conductos

**

**

FIGURA 16-28 V Fotomicrografías de las tres glándulas salivales mayores. a. La glándula


parótida en el ser humano está compuesta en su totalidad por ácinos serosos y sus conductos
excretores. Es normal que también haya adipocitos distribuidos a lo largo de la glándula. En la
parte inferior de la imagen se ve un conducto excretor dentro de un tabique de tejido
conjuntivo. 120 X. Recuadro. Más aumento de las células serosas de los ácinos. 320 X. b. Las
glándulas submandibulares poseen ácinos tanto serosos como mucosos. En los seres humanos
predominan los componentes serosos. Los ácinos mucosos se distinguen fácilmente con este
bajo aumento debido a su tinción pálida. El resto del campo se compone, en gran parte, de los
ácinos serosos. Varios conductos, excretores, estriados e intercalares, se ven en el campo. 120
X. Recuadro izquierdo. Más aumento de un ácino con una semiluna serosa que rodea las
células secretoras de mucosa. 360 X. Recuadro derecho. Más aumento de un conducto
estriado. Estos conductos tienen un epitelio cilíndrico con estrías basales visibles. 320 X. c. La
glándula sublingual también tiene elementos serosos y mucosos. Aquí, predominan los ácinos
mucosos. Los ácinos mucosos son visibles debido a su tinción pálida. La inspección minuciosa
de la ácinos mucosos con este aumento relativamente bajo revela que no son estructuras
esferoidales sino, más bien, estructuras alargadas o tubulares con ramificaciones. Así, el ácino
es bastante grande y no suele verse completo en el plano de un solo corte. Los conductos de la
glándula sublingual que aparecen con más frecuencia en un corte son los conductos
interlobulillares. 120 X. Recuadro. El componente seroso de la glándula consiste
principalmente en semilunas (asteriscos), que son artefactos de fijación convencional. 320 X.

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597

CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas GLÁNDULAS


SALIVALES

IgA monomérica (7S)

IgA dimérica (10S)

IgA secretora (11S)

Componente secretor

Cadena J
FIGURA 16-29 V Diagrama de las diferentes formas de la inmunoglobulina A (IgA). Este
diagrama muestra el monómero de IgA (arriba). El dímero de IgA es un producto del
plasmocito y contiene una cadena J (J) que conecta dos monómeros (centro). El componente
secretor (SC), un producto de la escisión proteolítica del pIgR, se añade al dímero para formar
la IgA secretora (sIgA; abajo).

Como ya se mencionó, cada ácino mixto, como los encontrados en la glándula sublingual y
submandibular, contiene células serosas y mucosas. En los preparados de rutina para las
microscopias óptica y electrónica, las células serosas tradicionalmente se consideraron como
las estructuras que forman la semiluna. Estudios recientes de microscopia electrónica,
contradicen ahora esta interpretación clásica de la semiluna. El enfriamiento rápido del tejido
en nitrógeno líquido, como parte de una congelación-sustitución con tetróxido de osmio en
acetona fría, permite comprobar que tanto las células mucosas como las serosas están
alineadas en la misma hilera para rodear la luz de los ácinos secretores. No hay semiluna
serosa. En los cortes de la misma muestra realizados por el método convencional se observan
células mucosas tumefactas con gránulos secretores agrandados. Las células serosas forman
semilunas típicas y están situadas en la región periférica del

Componentes orgánicos Media (mg/ml) Proteína 220,0 Amilasa 38,0 Mucina 2,7 Muramidasa
(lisozima) 22,0 Lactoferrina 0,03 Marcadores de grupo ABO 0,005 EGF 3,4 sIgA 19,0 IgA 1,4 IgM
0,2 Glucosa 1,0 Urea 20,0 Ácido úrico 1,5 Creatinina 0,1 Colesterol 8,0 AMPc 7,0 Componentes
inorgánicos Sodio 15,0 Potasio 80,0 Tiocinato Fumadores No fumadores 9,0 2,0 Calcio 5,8
Fosfato 16,8 Cloro 5,0 Flúor Vestigios (según lo incorporado)

AMPc, monofosfato de adenosina cíclico; EGF, factor de crecimiento epitelial; Ig,


inmunoglobulina; sIgA, IgA secretora. Modificado de Jenkins GN. The Physiology and
Biochemistry of the Mouth, 4th ed. Oxford: Blackwell Scientific Publications, 1978.

TABLA 16-1

Composición de la saliva no estimulada

ácino con delgadas evaginaciones citoplasmáticas interpuestas entre las células mucosas. Estos
hallazgos indican que la semiluna observada con el microscopio óptico o electrónico es un
artefacto del método de fijación convencional (fig. 1623). El proceso de formación las
semilunas se explica por la expansión del mucinógeno, un componente principal de los
gránulos secretores, durante la fijación de rutina. Esta expansión aumenta el volumen de las
células mucosas y desplaza las células serosas de su posición original, con lo cual se crea el
efecto semilunar. Un fenómeno similar se ve a veces en la mucosa intestinal, en el que las
células caliciformes tumefactas desplazan las células absortivas contiguas. Las células serosas
son células secretoras de proteínas. Las células serosas tienen una forma piramidal, con una
superficie basal bastante amplia que está en contacto con la lámina basal y una superficie
apical reducida que da hacia la luz de los ácinos. Contienen una gran cantidad de RER,
ribosomas libres, un aparato de Golgi prominente y muchos gránulos de secreción esferoidales
(fig. 16-24). Como en la mayoría de las células secretoras de proteínas que almacenan sus
secreciones en gránulos de cimógeno, los gránulos se hallan en el citoplasma apical. La mayor
parte de los orgánulos restantes se encuentra en el citoplasma basal o perinuclear. En los
cortes teñidos con H&E, el citoplasma basal de las células serosas se tiñe con hematoxilina
debido al RER y a los ribosomas libres, mientras que la región apical se tiñe con eosina, en gran
parte debido a los gránulos de secreción. booksmedicos.org

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598

CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas GLÁNDULAS SALIVALES

CUADRO 16-4 Correlación clínica: tumores de las glándulas salivales

Los tumores de las glándulas salivales por lo general se producen en las glándulas salivales
mayores (parótida, submandibular y sublingual); sin embargo, un pequeño porcentaje se
produce en las glándulas menores ubicadas dentro de la mucosa bucal, el paladar, la úvula, el
piso de la boca, la lengua, la faringe, la laringe y los senos paranasales. Alrededor del 80 % de
los tumores de las glándulas salivales son benignos. La mayoría se originan en la glándula
parótida (fig. C16-4.1a). El paladar es el sitio más común de tumores de glándulas salivales
menores. El tumor benigno más frecuente es el adenoma pleomorfo, que corresponde al 65 %
de todos los tumores de las glándulas salivales. Se caracteriza por tejido epitelial que contiene
células ductales y mioepiteliales entremezcladas con áreas que tienen el aspecto de la
sustancia fundamental de los tejidos conjuntivos (p. ej., la del cartílago).

Estos tejidos símil conjuntivos son producidos por las células mioepiteliales (fig. C16-4.1b). La
mayoría de los pacientes con tumores benignos presentan una tumefacción indolora de la
glándula afectada. Dado el compromiso nervioso, también aparecen signos como
entumecimiento o debilidad de los músculos inervados. Por ejemplo, la parálisis de los
músculos faciales o el dolor facial persistente pueden estar presente en algunas personas con
tumores parotídeos. El tratamiento más común es la extirpación quirúrgica del tumor. Para los
tumores de la glándula parótida, es necesaria una parotidectomía total (extirpación de la
glándula parótida). Cuando el tumor es cáncer, también se aplica radioterapia posoperatoria.
Las complicaciones del tratamiento quirúrgico de tumores de la glándula parótida,
comprenden la disfunción del nervio facial y el síndrome de Frey (también llamado síndrome
auriculotemporal).

ab

FIGURA C16-4.1 V Adenoma pleomorfo de la glándula parótida. a. Esta fotografía muestra un


paciente con una masa parótida ubicada cerca del ángulo de la mandíbula. b. Esta
fotomicrografía de bajo aumento muestra las características de un adenoma pleomorfo.
(Gentileza del Dr. Kerry D. Olsen). Debe notarse que el tejido normal de la parótida (regiones
basófilas teñidas en la parte inferior) se separa por la cápsula fibrosa de un nódulo que
contiene tejido de aspecto conjuntivo parecido a la matriz extracelular del cartílago. 40 X. El
detalle de más aumento muestra un nido de células neoplásicas separadas por un estroma
menos eosinófilo que se asemeja a la matriz extracelular del cartílago hialino. 200 X. (Gentileza
del Dr. Joaquín J. García).

Cuando se examina con el microscopio electrónico de transmisión (MET), la base de la célula


serosa puede exhibir repliegues de la membrana plasmática basal y pliegues basolaterales en
forma de evaginaciones, que se interdigitan con evaginaciones similares de células contiguas.
Las células serosas se unen cerca de su superficie apical a células vecinas por complejos de
unión del ácino (v. fig. 16-24). Las células mucosas son células secretoras de mucinas.
Al igual que en otros epitelios mucosecretores, las células mucosas de los ácinos salivales
mucosos tienen actividad cíclica. Durante parte del ciclo, la mucosa se sintetiza y se almacena
dentro de la célula en forma de gránulos de mucinógeno. Cuando se elimina el producto,
después de la estimulación hormonal y nerviosa, la célula comienza a resintetizar la mucosa.
Después de que ha eliminado la mayor parte o la totalidad de los gránulos mucinógenos, es
difícil de distinguir la célula mucosa de una célula serosa inactiva. Sin embargo,

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas GLÁNDULAS


SALIVALES

las células mucosas contienen una gran cantidad de gránulos de mucinógeno en su citoplasma
apical y, debido a que el mucinógeno se pierde en los cortes de parafina teñidos con H&E, la
porción apical de la célula suele aparecer vacía. En los preparados para el MET, el RER, las
mitocondrias y otros componentes se ven sobre todo en la porción basal de la célula; esta
porción de la célula también contiene el núcleo, que suele estar aplanado contra la membrana
plasmática basal (fig. 16-25). En los preparados realizados con el método de congelación rápida
(fig. 16-26), las células aparecen redondeadas y con una separación clara entre unas y otras.
Los núcleos son esferoidales y se ubican en el centro de la célula. La porción apical de la célula
mucosa contiene abundantes gránulos de mucinógeno y un gran aparato de Golgi, en el que se
añaden grandes cantidades de hidratos de carbono a una base de proteínas para sintetizar la
glucoproteína de la mucina. Las células mucosas poseen complejos de unión apicales, idénticos
a los que se observan entre las células serosas. Las células mioepiteliales son células
contráctiles que abrazan la región basal de las células secretoras del ácino. Las células
mioepiteliales son células contráctiles con muchas evaginaciones. Están ubicadas entre la
membrana plasmática basal de las células epiteliales y la lámina basal del epitelio (fig. 16-27).
Las células mioepiteliales también están bajo las células de la porción proximal del sistema de
conductos. En ambos sitios, las células mioepiteliales son fundamentales para impulsar
productos de secreción hacia el conducto excretor. Las células mioepiteliales a veces son
difíciles de identificar en los cortes teñidos con H&E. El núcleo de la célula con frecuencia
aparece como una pequeña silueta redondeada cerca de la membrana basal. Los filamentos
contráctiles se tiñen con eosina y a veces se reconocen como una delgada banda eosinófila
contigua a la membrana basal. Conductos excretores La luz del ácino salival es continua con la
del sistema de conductos, que puede tener hasta tres segmentos secuenciales, a saber: •
Conducto intercalar, que parte del ácino. • Conducto estriado, denominado así porque tienen
“estriaciones” que corresponden a repliegues de la membrana plasmática basal de las células
cilíndricas del epitelio que forma el conducto. • Conductos excretores, que son los conductos
mayores que desembocan en la cavidad bucal. El grado de desarrollo de los conductos
intercalares y de los conductos estriados varía según la índole de la secreción acinosa (v. fig.
16-22). Las glándulas serosas tienen conductos intercalares y conductos estriados bien
desarrollados, que modifican la secreción serosa por absorción de componentes específicos y
secreción de componentes adicionales para formar el producto final. Las glándulas mucosas,
en las cuales la secreción no se modifica, poseen conductos intercalares muy poco
desarrollados que pueden no ser reconocibles en los cortes teñidos con H&E. Además, éstas
glándulas no exhiben conductos estriados. Los conductos intercalares están ubicados entre un
ácino y un conducto de mayor calibre.

Los conductos intercalares están revestidos por epitelio simple cúbico que no suele poseer
ninguna característica distintiva indicadora de una función que no sea la de conducir la
secreción. Sin embargo, las células de conductos intercalares poseen actividad de anhidrasa
carbónica. Las glándulas secretoras de serosa y las glándulas mixtas, han demostrado que: •
Secretan HCO32 hacia el producto de los ácinos. • Absorben CI2 del producto de los ácinos.
Como ya se mencionó, los conductos intercalares son más prominentes en las glándulas
salivales que producen una secreción serosa acuosa. En las glándulas salivales mucosas, los
conductos intercalares, cuando están presentes, son cortos y difíciles de identificar. Las células
del conducto estriado tienen muchos repliegues en su membrana plasmática basal. Los
conductos estriados están revestidos por epitelio simple cúbico que se convierte en cilíndrico
conforme se aproxima al conducto excretor. Los repliegues de la membrana plasmática basal
se ven como “estriaciones” en los cortes histológicos. En estos repliegues hay mitocondrias
alargadas que se orientan en sentido perpendicular a la base celular. Los repliegues basales
asociados con mitocondrias alargadas son una especialización morfológica está relacionada
con la reabsorción de líquidos y electrolitos. Las células de los conductos estriados también
tienen abundantes pliegues basolaterales interdigitados con los de las células contiguas. El
núcleo normalmente ocupa una ubicación central (en lugar de basal) en la célula. Los
conductos estriados son los sitios de: • Reabsorción de Na1 desde la secreción primaria. •
Secreción de K1 y HCO32 hacia el producto glandular. Se reabsorbe más Na+ que el K+ que se
secreta, por lo que la secreción se vuelve hipotónica. Cuando la secreción es muy rápida, en la
saliva definitiva aparece más Na+ y menos K+ porque los sistemas de reabsorción y secreción
secundaria no pueden mantener el ritmo de la secreción primaria. Por lo tanto, la saliva puede
llegar a tornarse isotónica o hipertónica. El diámetro de los conductos estriados con frecuencia
supera el de los ácinos secretores. Los conductos estriados están ubicados en el parénquima
de las glándulas (son conductos intralobulillares), pero pueden estar rodeados por una
pequeña cantidad de tejido conjuntivo en la que los vasos sanguíneos y los nervios están
orientados en sentido paralelo al eje longitudinal del conducto. Los conductos excretores
transcurren en el tejido conjuntivo interlobulillar e interlobular. Los conductos excretores
constituyen los principales conductos de cada una de las glándulas de mayor calibre y por
último desembocan en la cavidad bucal. El epitelio de los pequeños conductos excretores es
simple cúbico. Cambia en forma gradual a seudostratificado cilíndrico o estratificado cúbico. A
medida que el diámetro del conducto aumenta, con frecuencia se ve un epitelio cilíndrico
estratificado, y conforme se acerca a la cavidad bucal, puede haber un epitelio estratificado
plano. El conducto parotídeo (conducto de Stensen) y el conducto submandibular (conducto
de Wharton) transcurren en el tejido conjuntivo de la cara y el cuello, booksmedicos.org
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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas GLÁNDULAS SALIVALES

respectivamente, a una cierta distancia de la glándula antes de penetrar en la mucosa bucal.


Glándulas salivales mayores Glándula parótida Las glándulas parótidas son completamente
serosas. Las glándulas parótidas serosas pares son las más grandes de las glándulas salivales
mayores. El conducto parotídeo de la glándula, que se encuentra por debajo y por delante del
oído, desemboca en la cavidad bucal frente al segundo molar superior. Las unidades secretoras
en las parótidas son serosas y rodean muchos conductos intercalares largos y estrechos. Los
conductos estriados son grandes y bien visibles (fig. 16-28a). En la glándula parótida suele
haber una gran cantidad de tejido adiposo; ésta es una de sus características distintivas
(lámina 52, pág. 612). El nervio facial (nervio craneal VII) atraviesa la glándula parótida; los
cortes transversales de este nervio se pueden encontrar en los preparados de rutina teñidos
con H&E de la glándula y son útiles en la identificación de la parótida. Las paperas, una
infección vírica de la glándula parótida, puede dañar el nervio facial. Glándula submandibular
Las submandibulares son glándulas mixtas que en los seres humanos están compuestas
principalmente por ácinos serosos. Las glándulas submandibulares, que son órganos pares más
omenos grandes, están ubicadas debajo de cada lado del piso de la boca, cerca de la
mandíbula. De cada glándula, parte un conducto que describe un trayecto oblicuo hacia
adelante hasta una papila situada en el piso de la boca, justo lateral con respecto al frenillo de
la lengua. Entre los ácinos serosos predominantes, suelen aparecer algunos ácinos mucosos
coronados por semilunas serosas. Los conductos intercalares son menos abundantes que en la
glándula parótida (fig. 16-28b y lámina 51, pág. 610). Glándula sublingual Las glándulas
sublinguales son pequeñas glándulas mixtas, que en los seres humanos, están formadas
principalmente por ácinos mucosos. Las glándulas sublinguales, que son las más pequeñas de
las glándulas salivales mayores pares, se encuentran en el piso de la boca, anteriores con
respecto a las glándulas submandibulares. Sus múltiples conductos sublinguales pequeños
desembocan en el conducto submandibular y también en forma independiente sobre el piso
de la boca. Algunos de los ácinos de predominio mucoso poseen semilunas serosas, pero es
muy raro hallar ácinos serosos puros (fig. 16-28c y lámina 53, pág. 614). Los conductos
intercalares y estriados son cortos, difíciles de localizar y a veces inexistentes. Las unidades
secretoras mucosas serían más tubulares que acinosas. Saliva La saliva comprende las
secreciones combinadas de todas las glándulas salivales mayores y menores.

La mayor parte de la saliva es producida por las glándulas salivales. Una cantidad más pequeña
proviene del surco gingival, de las criptas amigdalinas y de la trasudación general desde el
revestimiento epitelial de la cavidad bucal. Una de las características singulares de la saliva es
el volumen grande y variable que se produce. El volumen de saliva (por peso de tejido
glandular) excede el de otras secreciones digestivas hasta en 40 veces. El gran volumen de
saliva producida, sin duda, está relacionado con sus muchas funciones, de las cuales sólo
algunas tienen que ver con la digestión. La saliva cumple funciones protectoras y digestivas.
Las glándulas salivales producen alrededor de 1 200 ml de saliva por día. La saliva tiene muchas
funciones relacionadas con actividades metabólicas y no metabólicas; entre ellas: •
Humedecer la mucosa bucal. • Humedecer los alimentos secos para contribuir a la deglución. •
Proveer un medio para los alimentos disueltos y en suspensión que estimulan químicamente
los corpúsculos gustativos. • Amortiguar el contenido de la cavidad bucal a causa de su gran
concentración de iones bicarbonato. • Digerir hidratos de carbono por la acción de la enzima
digestiva a-amilasa que rompe los enlaces glucosídicos 1 a 4 y continúa su acción hasta llegar al
estómago. • Controlar la flora bacteriana de la cavidad bucal a través de la acción de la
lisozima (muramidasa), una enzima que degrada el ácido murámico en ciertas bacterias (p. ej.
estafilococos). La composición singular de la saliva se reseña en la tabla 16-1. La saliva es una
fuente de iones calcio y fosfato indispensables para el desarrollo y el mantenimiento normales
de los dientes. El calcio y el fosfato en la saliva son esenciales para la mineralización de los
dientes que recién hacen erupción y para la reparación de las lesiones precursoras de caries en
los dientes erupcionados. Además, la saliva cumple muchas otras funciones en la protección de
los dientes. Las proteínas en la saliva revisten los dientes con una cubierta protectora llamada
la película adquirida. Los anticuerpos y otros agentes antibacterianos retrasan la acción
bacteriana que, de otro modo, provocarían caries. Los pacientes cuyas glándulas salivales son
irradiadas, como puede ocurrir en el tratamiento de tumores de las glándulas salivales, dejan
de producir cantidades normales de saliva; estos pacientes suelen desarrollar caries
generalizadas. Los fármacos anticolinérgicos que se usan para tratar algunas cardiopatías,
también reducen mucho la secreción salival, lo que conduce a la formación de caries dentales.
La saliva tiene funciones inmunitarias. Como ya se mencionó, la saliva contiene anticuerpos, la
inmunoglobulina A (IgA) salival. La IgA es sintetizada por las células plasmáticas en el tejido
conjuntivo que rodea los ácinos secretores de las glándulas salivales y se libera en su forma
tanto dimérica como monomérica hacia la matriz conjuntiva (fig. 16-29). Las células de las
glándulas salivales sintetizan booksmedicos.org ERRNVPHGLFRVRUJ

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas GLÁNDULAS


SALIVALES

una proteína del receptor de inmunoglobulina polimérica (pIgR) que se inserta en la


membrana plasmática basal, donde actúa como un receptor para la IgA dimérica. Cuando la
IgA dimérica se une al receptor, el complejo pIgR-dIgA sufre endocitosis mediada por
receptores y se transporta a través de la célula acinosa hacia la membrana plasmática apical.
Aquí, el pIgR se escinde proteolíticamente y la porción extracelular del receptor que está unida
a la dIgA se libera hacia la luz en forma de IgA secretora (sIgA). Este proceso de síntesis y
secreción de IgA es, en esencia, idéntico al que se produce en las partes más distales del tubo
digestivo,

donde la sIgA se transporta a través del epitelio cilíndrico absortivo del intestino delgado y del
colon (v. pág. 643). La saliva contiene agua, proteínas diversas y electrolitos. La saliva contiene
sobre todo agua, proteínas y glucoproteínas (enzimas y anticuerpos) y electrolitos. Tiene una
alta concentración de potasio, que es alrededor de siete veces mayor que la de la sangre; una
concentración de sodio de aproximadamente la décima parte de la sangre; una concentración
de bicarbonato casi tres veces mayor que la de la sangre y cantidades importantes de calcio,
fósforo, cloro, tiocianato y urea. Sus principales enzimas son la lisozima y la a-amilasa (v. tabla
16-1). booksmedicos.org

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CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas HISTOLOGÍA 101

Puntos esenciales Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas

GENERALIDADES DEL SISTEMA DIGESTIVO ◗ El sistema digestivo está formado por el tubo
digestivo, sus órganos asociados (lengua, dientes) y las glándulas exocrinas (glándulas salivales,
hígado, páncreas). ◗ Las principales funciones del sistema digestivo son el transporte de agua y
alimentos ingeridos a través del tubo digestivo; secreción de líquidos, electrolitos y enzimas
digestivas; digestión y absorción de productos digeridos y excreción de los restos no digeridos.
◗ Debido a que la luz del tubo digestivo corresponde al exterior del cuerpo, desde los puntos
de vista físico y funcional, la mucosa digestiva (revestimiento del sistema digestivo) es
responsable de proveer protección inmunitaria y actúa como una barrera entre la luz y el
medio ambiente interno del cuerpo.
CAVIDAD BUCAL ◗ La cavidad bucal comprende la boca, que incluye la lengua, los dientes y sus
estructuras de soporte; las glándulas salivales mayores y menores y las amígdalas. ◗ La mucosa
bucal tapiza la cavidad bucal. Según su ubicación, se divide en mucosa masticatoria (encía y el
paladar duro), que es un epitelio estratificado plano cornificado o paracornificado; mucosa de
revestimiento (partes de la cavidad bucal, con excepción del dorso de la lengua), que es un
epitelio plano estratificado sin estrato córneo y mucosa especializada (superficie dorsal de la
lengua), que contiene papilas linguales.

LENGUA ◗ La mucosa especializada en la superficie dorsal de la lengua tiene cuatro tipos de de


papilas linguales que se proyectan: filiformes (formadas por epitelio estratificado plano
cornificado), foliadas, fungiformes y caliciformes (revestidas por epitelio plano estratificado sin
estrato córneo). ◗ Las papilas foliadas, fungiformes y caliciformes contienen corpúsculos
gustativos en su superficie con células neuroepiteliales (sensoriales) para la detección de cinco
sabores básicos: dulce, salado, amargo, ácido y umami. ◗ Los sabores dulce, amargo y umami
son detectados por los receptores del gusto acoplados a proteínas G, y los sabores ácidos y
dulces actúan sobre los conductos Na+ y K+.

DIENTES ◗ Los seres humanos tienen 32 dientes permanentes; cada diente tiene una raíz
incrustada en el hueso alveolar y una corona clínica que se proyecta en la cavidad bucal. La
cavidad pulpar céntrica contiene tejido conjuntivo laxo, vasos y nervios. ◗ El diente tiene tres
tejidos especializados: esmalte visible que cubre su corona anatómica; cemento, que se
encuentra en la raíz del periodonto y dentina, que se encuentra por debajo del esmalte y del
cemento. ◗ El esmalte es producido por los ameloblastos (durante el desarrollo embrionario
del órgano del esmalte de los dientes) y se compone de prismas de esmalte paralelos.
Proteínas específicas (p. ej., amelogeninas, ameloblastinas, enamelinas) ejercen influencia en
la producción de esmalte. ◗ El cemento es una estructura similar al hueso que cubre la raíz del
diente. Las fibras de colágeno se proyectan hacia fuera del cemento y forman el ligamento
periodontal que fija el diente al alvéolo (fosita). ◗ La dentina se deposita inicialmente a través
de los odontoblastos como predentina, que, bajo la influencia de la fosfoproteína dentina
(DPP) y la dentina sialoproteína (DSP), se mineraliza en dentina. Tiene túbulos que contienen
evaginaciones alargadas de odontoblastos.

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603

CAPÍTULO 16 Sistema digestivo I: cavidad bucal y estructuras asociadas HISTOLOGÍA 101

GLÁNDULAS SALIVALES ◗ La sialona es la unidad secretora básica de cualquier glándula salival


y consiste en el ácino, el conducto intercalar y el conducto excretor. ◗ El ácino es la porción
secretora de la sialona. Los ácinos son esferoidales, contienen células serosas (proteínas
secretoras); tubulares, que contienen células mucosas (secretoras de mucina) o mixtos, con
ambos tipos de células. Los ácinos mixtos en los preparados de rutina muestran semilunas
serosas (artefactos de fijación). Las células mioepiteliales están presentes en la región basal de
las células secretoras. ◗ La secreción de los ácinos es conducida por el conducto intercalar
(revestido por epitelio cúbico simple) que se fusiona con el conducto estriado (epitelio
cilíndrico simple con estrías basales distintivas) y continúa en el conducto excretor (epitelio
estratificado cúbico o cilíndrico), que está rodeado por tejido conjuntivo. ◗ Las células de los
conductos estriados tienen muchos repliegues en su membrana plasmática basal que
contienen mitocondrias. Los repliegues están especializados para la reabsorción de los
electrolitos de la secreción. ◗ Las glándulas salivales mayores son las glándulas parótidas pares,
las submandibulares y las sublinguales. ◗ Las glándulas parótidas contienen sólo ácinos serosos
con adipocitos distribuidos en toda la glándula. ◗ Las glándulas submandibulares contienen
ácinos de predominio seroso pero también mucoso. ◗ Las glándulas sublinguales también son
mixtas, pero principalmente contienen ácinos mucosos alargados. El componente seroso se ve
en forma de semiluna. GENERALIDADES DEL ESÓFAGO Y DEL TUBO DIGESTIVO / 617 Mucosa /
617 Submucosa / 619 Muscular externa / 620 Serosa y adventicia / 620 ESÓFAGO / 620
ESTÓMAGO/ 622 Mucosa gástrica / 623 Renovación celular epitelial en el estómago / 632
Lámina propia y muscular de la mucosa / 633 Submucosa gástrica / 634 Muscular externa
gástrica / 634 Serosa gástrica / 634 INTESTINO DELGADO / 634 Submucosa / 643 Muscular
externa / 644 Serosa / 644 Renovación celular epitelial en el intestino delgado / 645 INTESTINO
GRUESO / 645 Mucosa / 646 Renovación celular epitelial en el intestino grueso / 647

Lámina propia / 647 Muscular externa / 648 Submucosa y Serosa / 648 Ciego y apéndice / 648
Recto y conducto anal / 648 Cuadro 17-1 Correlación clínica: anemia perniciosa y enfermedad
ulcerosa péptica / 626 Cuadro 17-2 Correlación clínica: síndrome de Zollinger-Ellison / 628
Cuadro 17-3 Consideraciones funcionales: sistema endocrino gastrointestinal / 629 Cuadro 17-
4 Consideraciones funcionales: funciones digestivas y absortivas de los enterocitos / 635
Cuadro 17-5 Consideraciones funcionales: funciones inmunitarias del tubo digestivo / 643
Cuadro 17-6 Correlación clínica: patrón de distribución de los vasos linfáticos y enfermedades
del intestino grueso / 649 Cuadro 17-7 Correlación clínica: cáncer colorrectal / 650
HISTOLOGÍA 101. Puntos esenciales / 652

GENERALIDADES DEL ESÓFAGO Y DEL TUBO DIGESTIVO La porción del tubo digestivo que se
extiende desde el extremo proximal del esófago hasta el extremo distal del conducto anal, es
un tubo hueco de diámetro variable. Este tubo presenta la misma organización estructural
básica en toda su longitud. Su pared está formada por cuatro capas distintivas. Desde a luz
hacia fuera (fi g. 17-1), las capas son las siguientes: • La mucosa, que está compuesta por un
epitelio de revestimiento, un tejido conjuntivo subyacente denominado lámina propia y la
muscular de la mucosa, compuesta por músculo liso. Y

• La submucosa, que está compuesta por tejido conjuntivo denso irregular • La muscular
externa, que está compuesta en la mayor parte de sus porciones por dos capas de músculo •
La serosa, una membrana que consiste en epitelio plano simple y una pequeña cantidad de
tejido conjuntivo subyacente. Donde la pared del tubo se une o se fi ja directamente a las
estructuras contiguas (p. ej., pared del cuerpo y ciertos órganos retroperitoneales), se
encuentra una adventicia compuesta sólo por tejido conjuntivo. Mucosa La estructura del
esófago y del tubo digestivo varía considerablemente de una región a otra; la mayor variación
ocurre

Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo 17 booksmedicos.org

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo GENERALIDADES

esenciales, como el agua, a través de la célula y hacia el espacio extracelular que está por
debajo de las uniones herméticas. La función absortiva de la mucosa permite el movimiento de
los alimentos digeridos, el agua y los electrolitos hacia los vasos sanguíneos y linfáticos. La
absorción de los alimentos digeridos, el agua y los electrolitos es posible debido a las
evaginaciones de la mucosa y la submucosa hacia la luz del tubo digestivo. Estas evaginaciones
superfi ciales incrementan mucho la superfi cie disponible para la absorción y varían en
tamaño y orientación. Están compuestas por las siguientes especializaciones estructurales (v. fi
g. 17-1): • Los pliegues circulares, que son pliegues submucosos orientados en forma
circunferencial a lo largo de casi toda la longitud del intestino delgado. • Las vellosidades, que
son evaginaciones mucosas que cubren toda la superfi cie del intestino delgado, el sitio
principal de absorción de los productos de la digestión. • Las microvellosidades, que son
evaginaciones microscópicas muy juntas en la superfi cie apical de las células

dentro de la mucosa. El epitelio difi ere a lo largo del tubo digestivo y se adapta a la función
específi ca de cada parte del tubo. La mucosa tiene tres funciones principales: protección,
absorción y secreción. Las características histológicas de estas capas y sus funciones se
describen más adelante en relación con las regiones específi cas del tubo digestivo. El epitelio
de la mucosa sirve como una barrera que separa la luz del tubo digestivo del resto del
organismo. La barrera epitelial separa el medio luminal del tubo, que es equivalente al exterior
del organismo, de los tejidos y los órganos del cuerpo. La barrera colabora en la protección de
la persona contra la entrada de antígenos, gérmenes patógenos y otras sustancias nocivas. En
el esófago, un epitelio estratifi cado plano proporciona protección contra la abrasión física
causada por los alimentos ingeridos. En la porción gastrointestinal del tubo digestivo, las
uniones herméticas (zonulae occludens) entre las células epiteliales cilíndricas de la mucosa,
forman una barrera de permeabilidad selectiva. La mayoría de las células epiteliales
transportan productos de la digestión y otras sustancias

Diafragma ESÓFAGO

ESÓFAGO

Submucosa

Mucosa

Epitelio Lámina propia Muscular de la mucosa Submucosa

Muscular externa

Serosa

Mesenterio

Vellosidades

Nódulo linfático

Tenia del colon

INTESTINO DELGADO

INTESTINO GRUESO

ESTÓMAGO

ESTÓMAGO
Hígado Páncreas

Glándulas extramurales

Adventicia

FIGURA 17-1 ▲ Diagrama de la organización general del tubo digestivo. Este diagrama
combinado muestra la estructura de la pared del tubo digestivo en cuatro órganos
representativos: esófago, estómago, intestino delgado e intestino grueso. Cabe notar que las
vellosidades, un rasgo característico del intestino delgado, faltan en otras partes del tubo
digestivo. Las glándulas mucosas están presentes en toda la longitud del tubo digestivo pero
son escasas en el esófago y en la cavidad bucal. En el esófago y en el duodeno hay glándulas
submucosas. Las glándulas extramurales (hígado y páncreas) vierten sus secreciones en el
duodeno (primera porción del intestino delgado). Los tejidos linfáticos difusos y los nódulos se
hallan en la lámina propia en toda la longitud del tubo digestivo (aquí se muestra sólo en el
intestino grueso). Los nervios, los vasos sanguíneos y los vasos linfáticos alcanzan el tubo
digestivo a través del mesenterio o a través del tejido conjuntivo contiguo (túnica adventicia
en los órganos retroperitoneales).

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo GENERALIDADES

Los tejidos linfáticos en la lámina propia funcionan como una barrera inmunitaria integrada
que protege contra agentes patógenos y otras sustancias antigénicas que podrían atravesar la
mucosa desde la luz del tubo digestivo. El tejido linfático está representado por tejido linfático
difuso, que consiste en numerosos linfocitos y plasmocitos localizados en la lámina propia y los
linfocitos que transitoriamente se hallan en los espacios intercelulares del epitelio; • nódulos
linfáticos, con centros germinativos bien desarrollados y • eosinófi los, macrófagos y, a veces,
neutrófi los. El tejido linfático difuso y los nódulos linfáticos en conjunto se conocen como
tejido linfático asociado con el intestino (GALT). En el intestino delgado distal, el íleon, gran
parte de la lámina propia y de la submucosa está ocupada por aglomeraciones extensas de
nódulos, llamadas placas de Peyer. Tienen la tendencia a ubicarse en el borde antimesentérico
del intestino, es decir, el lado opuesto al de la inserción del mesenterio. En el apéndice
vermiforme también hay acumulaciones de nódulos linfáticos. La muscular de la mucosa forma
el límite entre la mucosa y la submucosa. La muscular de la mucosa (muscularis mucosae), la
porción más profunda de la mucosa, está compuesta por células musculares lisas dispuestas en
una capa interna circular y una capa externa longitudinal. La contracción de este músculo
produce el movimiento de la mucosa para formar crestas y valles que facilitan la absorción y la
secreción. Este movimiento localizado de la mucosa es independiente del movimiento
peristáltico de toda la pared del tubo digestivo. Submucosa La submucosa está compuesta por
una capa de tejido conjuntivo denso irregular que contiene vasos sanguíneos y linfáticos, un
plexo nervioso y glándulas ocasionales. La submucosa contiene vasos sanguíneos de gran
calibre que envían ramas hacia la mucosa, la muscular externa y la serosa. En la submucosa
también hay vasos linfáticos y un plexo nervioso. La extensa red nerviosa de la submucosa
contiene fi bras sensoriales viscerales de origen principalmente simpático, ganglios
parasimpáticos (terminales) y fi bras nerviosas parasimpáticas preganglionares y
posganglionares. Los somas neuronales de los ganglios parasimpáticos y sus fi bras nerviosas
posganglionares forman el sistema nervioso entérico, la tercera división del sistema nervioso
autónomo. Este sistema es responsable sobre todo de la inervación de las capas musculares
lisas del tubo digestivo y puede funcionar en forma independiente por completo del sistema
nervioso central. En la submucosa, la red de fi bras nerviosas amielínicas y las células
ganglionares constituyen el plexo submucoso (también llamado plexo de Meissner). Como ya
se mencionó, en algunos sitios de la submucosa aparecen glándulas en forma ocasional. Por
ejemplo, están presentes en el esófago y en la porción inicial del duodeno. En los cortes
histológicos, la presencia de estas glándulas con frecuencia contribuye a identifi car una región
o un segmento específi co del tubo digestivo.

absortivas intestinales. Estas evaginaciones aumentan aún más la superfi cie disponible para la
absorción. Además, el glucocáliz consiste en glucoproteínas que se proyectan desde la
membrana plasmática apical de las células epiteliales absortivas. Provee superfi cie adicional
para la adsorción y contiene enzimas secretadas por las células absortivas que son
indispensables para las etapas fi nales de la digestión de proteínas y sacáridos. El epitelio
absorbe en forma selectiva los productos de la digestión tanto para sus propias células como
para ser transportados hacia el sistema vascular, para su distribución hacia otros tejidos. La
función secretora de la mucosa provee lubricación y entrega enzimas digestivas, hormonas y
anticuerpos a la luz del tubo digestivo. La secreción es realizada principalmente por las
glándulas distribuidas en toda la longitud del tubo digestivo. Los diversos productos de
secreción proporcionan moco para la lubricación protectora, así como para la amortiguación
del revestimiento del tubo, además de sustancias que contribuyen a la digestión, como
enzimas, ácido clorhídrico, hormonas peptídicas y agua (v. fi g. 17-1). El epitelio mucoso
también secreta anticuerpos que recibe desde el tejido conjuntivo subyacente. Las glándulas
del tubo digestivo (v. fi g. 17-1) derivan de invaginaciones del epitelio luminal y comprenden: •
glándulas mucosas, que se extienden dentro de la lámina propia; • glándulas submucosas, que
entregan sus secreciones directamente a la luz de las glándulas mucosas o a través de
conductos que atraviesan la mucosa hacia la superfi cie luminal y • glándulas extramurales,
que yacen fuera del tubo digestivo y entregan sus secreciones a través de conductos que
atraviesan la pared del intestino para desembocar en la luz. El hígado y el páncreas son
glándulas digestivas extramurales (v. cap. 18) que incrementan en gran medida la capacidad
secretora del sistema digestivo. Envían sus secreciones hacia el duodeno, la primera parte del
intestino delgado.

La lámina propia contiene glándulas, vasos que transportan sustancias absorbidas y


componentes del sistema inmunitario. Como ya se mencionó, las glándulas mucosas se
extienden dentro de la lámina propia en toda la longitud del tubo digestivo. Además, en varias
partes del tubo digestivo (p. ej., el esófago y el conducto anal), la lámina propia contiene
aglomeraciones de glándulas secretoras de moco. En general, lubrican la superfi cie epitelial
para proteger la mucosa de agresiones mecánicas y químicas. Estas glándulas se describen más
adelante en relación con las regiones específi cas del tubo digestivo. En los segmentos del tubo
digestivo donde ocurre la absorción, sobre todo en los intestinos grueso y delgado, los
productos absorbidos de la digestión se difunden hacia los vasos sanguíneos y linfáticos de la
lámina propia para su distribución. Normalmente, los capilares sanguíneos son del tipo
fenestrado y recolectan la mayoría de los metabolitos absorbidos. En el intestino delgado, los
capilares linfáticos son abundantes y reciben algunos lípidos y proteínas absorbidas.

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo ESÓFAGO

refl ujo gastroesofágico (GERD, gastroesophageal refl ux disease), que se caracteriza por la infl
amación de la mucosa esofágica (esofagitis por refl ujo), constricciones y difi cultad para
deglutir (disfagia) con dolor torácico asociado. • Esfínter pilórico. Localizado a la altura de la
unión del píloro del estómago y el duodeno (esfínter gastroduodenal), controla la liberación
del quimo, que es el contenido gástrico con digestión parcial, hacia el duodeno. • Válvula
ileocecal. Ubicada en el límite entre el intestino delgado y el intestino grueso, impide el refl ujo
de contenidos del colon con su abundancia de bacterias en el íleon distal, que normalmente
contiene poca cantidad de bacterias. • Esfínter interno anal. Este esfínter, el más distal de
todos, rodea el conducto anal e impide el paso de la materia fecal hacia el conducto anal desde
el recto no distendido. Serosa y adventicia La capa más externa del tubo digestivo es la serosa
o adventicia. La serosa es una membrana compuesta por una capa de epitelio plano simple
que se denomina mesotelio y una pequeña cantidad de tejido conjuntivo subyacente. Es
equivalente al peritoneo visceral que se describe en la anatomía macroscópica. La serosa es la
capa más superfi cial de aquellas partes del tubo digestivo que están suspendidos en la cavidad
peritoneal. Como tal, la serosa es continua con el mesenterio y el revestimiento de la cavidad
abdominal. Los vasos sanguíneos y linfáticos de gran calibre y los troncos nerviosos atraviesan
la serosa (desde y hacia el mesenterio) hasta alcanzar la pared del tubo digestivo. En el tejido
conjuntivo de la serosa (y del mesenterio) puede aparecer una gran cantidad de tejido
adiposo. Hay partes del tubo digestivo que no poseen una serosa. Estas partes comprenden la
porción torácica del esófago y porciones de estructuras abdominales y pelvianas que están fi
jadas a la pared de la cavidad (duodeno, colon ascendente y descendente, recto y conducto
anal. Estas estructuras están adheridas a la pared del abdomen y de pelvis por un tejido
conjuntivo, la adventicia, que se mezcla con el tejido conjuntivo propio de la pared de la
cavidad correspondiente.

ESÓFAGO El esófago es un tubo muscular fi jo que conduce alimentos y líquido desde la faringe
hacia el estómago. El esófago atraviesa el cuello y el mediastino, sitios en los que está fi jado a
las estructuras por medio de tejido conjuntivo. A medida que ingresa en la cavidad abdominal,
queda libre por una corta distancia, alrededor de 1 cm a 2 cm. La longitud total del esófago es
de unos 25 cm. En un corte transversal (fi g. 17-2), la luz en su estado normal colapsado
presenta un aspecto ramifi cado debido a los pliegues longitudinales de la mucosa. Cuando un
bolo alimenticio atraviesa el esófago, la luz se expande sin lesionar la mucosa. La mucosa que
tapiza el esófago en toda su longitud, tiene un epitelio plano estratifi cado sin estrato córneo
(fi g. 17-3 y lámina 54, pág. 654). En muchos animales, no

Muscular externa En la mayor parte del tubo digestivo, la muscular externa está compuesta
por dos capas concéntricas de músculo liso relativamente gruesas. Las células en la capa
interna forman una espiral apretada, que se describe como una capa con orientación circular;
mientras que la células de la capa externa forman una espiral laxa que se denomina capa con
orientación longitudinal. Entre las dos capas musculares se encuentra una delgada lámina de
tejido conjuntivo. Dentro de este tejido conjuntivo se apoya el plexo mientérico (también
denominado plexo de Auerbach), que contiene somas de neuronas parasimpáticas
posganglionares y neuronas del sistema nervioso entérico (células ganglionares), así como
vasos sanguíneos y vasos linfáticos. Las contracciones de la muscular externa mezclan e
impulsan el contenido del tubo digestivo. La contracción de la capa interna circular de la
muscular externa comprime y mezcla el contenido del tubo digestivo por constricción luminal;
la contracción de la capa externa longitudinal impulsa el contenido por acortamiento del tubo.
La contracción rítmica, lenta de estas capas musculares bajo el control del sistema nervioso
entérico, produce la peristalsis (es decir, ondas contráctiles). La peristalsis se caracteriza por la
constricción y el acortamiento de los distintos órganos, lo cual impulsa su contenido a lo largo
del tubo digestivo. Unos pocos sitios del tubo digestivo exhiben variaciones en la muscular
externa. Por ejemplo, en la pared de la porción proximal del esófago (el esfínter
faringoesofágico) y alrededor del conducto anal (esfínter anal externo), el músculo estriado
forma parte de la muscular externa. En el estómago aparece una tercera capa de músculo liso
con orientación oblicua, profunda con respecto a la capa circular. Por último, en el intestino
grueso, parte de la capa muscular lisa longitudinal está engrosada para formar tres bandas
longitudinales bien defi nidas y equidistantes, denominadas tenias del colon. Durante la
contracción, las tenias del colon facilitan el acortamiento del tubo para mover su contenido. La
capa de músculo liso circular forma esfínteres en sitios específi cos a lo largo del tubo
digestivo. En varios puntos a lo largo del tubo digestivo, la capa muscular circular está
engrosada para formar esfínteres o válvulas. Desde la orofaringe hasta el extremo distal del
tubo, estas estructuras son las siguientes: • Esfínter faringoesofágico. En realidad, la parte
inferior del músculo cricofaríngeo se conoce en fi siología como esfínter esofágico superior.
Éste impide la entrada de aire en el esófago. • Esfínter esofágico inferior. Como su nombre lo
implica, este esfínter está localizado en el extremo inferior del esófago y su acción es reforzada
por el diafragma que rodea esta parte del esófago, a medida que pasa a la cavidad abdominal.
Crea una diferencia de presión entre el esófago y el estómago que evita el refl ujo de
contenidos gástricos hacia el esófago. La relajación anómala de este esfínter, permite que el
contenido ácido del estómago regrese al esófago (refl ujo). Si no se trata, este trastorno puede
avanzar hasta convertirse en la enfermedad por

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo ESÓFAGO

lar externa de la tercera parte distal está compuesta sólo por músculo liso, como en el resto
del tubo digestivo. Un plexo nervioso, el plexo mientérico (plexo de Auerbach), se halla entre
las capas musculares interna y externa. Al igual que en el plexo submucoso (plexo de
Meissner), aquí hay fi bras nerviosas y células ganglionares. Este plexo inerva la muscular
externa y estimula la actividad peristáltica. Como ya se mencionó, el esófago está fi jado a las
estructuras contiguas en casi toda su longitud y, por lo tanto, su capa externa está compuesta
por adventicia. Después de introducirse en la cavidad abdominal, el resto más corto del tubo
está cubierto por serosa, el peritoneo visceral. Las glándulas mucosas y submucosas del
esófago secretan moco para lubricar y proteger la pared luminal. Las glándulas están presentes
en la pared del esófago y son de dos tipos. Ambas secretan moco, pero difi eren en sus
ubicaciones. • Las glándulas esofágicas propiamente dichas están en la submucosa. Estas
glándulas están dispersas en toda la longitud del esófago, pero un poco más concentradas en
la mitad superior. Son pequeñas glándulas tubuloacinosas compuestas (fi g. 17-4). Su conducto
excretor está compuesto por epitelio estratifi cado plano y suele ser visible cuando aparece en
un corte porque tiene un aspecto dilatado. • Las glándulas esofágicas cardiales se denominan
así por su similitud con las glándulas cardiales del estómago y se encuentran en la lámina
propia de la mucosa. Están presentes en la parte terminal del esófago y con frecuencia,
aunque no siempre, en la porción inicial del esófago.

obstante, el epitelio está cornifi cado, lo cual es un refl ejo de la dieta consistente en alimentos
toscos. En los seres humanos, las células superfi ciales pueden exhibir algunos gránulos de
queratohialina, pero normalmente la queratinización no se produce. La lámina propia
subyacente es semejante a la del resto del tubo digestivo; el tejido linfático difuso está
distribuido en toda su extensión y los nódulos linfáticos se presentan, con frecuencia, en la
proximidad de los conductos de las glándulas mucosas esofágicas (v. pág. 623). La capa
profunda de la mucosa, la muscular de la mucosa, está compuesta por músculo liso organizado
en forma longitudinal que comienza aproximadamente a la altura del cartílago cricoides. Es
extraordinariamente gruesa en la porción proximal del esófago y se supone que contribuye al
acto de la deglución. La submucosa consiste en tejido conjuntivo denso irregular que contiene
vasos sanguíneos y linfáticos de gran calibre, fi bras nerviosas y células ganglionares. Las fi bras
nerviosas y las células ganglionares forman el plexo submucoso (plexo de Meissner). Aquí
también hay glándulas (v. pág. 619). Además, el tejido linfático difuso y los nódulos linfáticos
están presentes sobre todo en las porciones superior e inferior del esófago, donde las
glándulas submucosas son más predominantes. La muscular externa se divide en dos estratos
musculares, una capa circular interna y una capa longitudinal externa (lámina 54, pág. 654).
Esta capa es diferente de la muscular externa del resto del tubo digestivo porque la tercera
parte superior está compuesto por músculo estriado, una continuación del músculo de la
faringe. En la muscular externa de la tercera parte media del esófago, se mezclan y se
entretejen fascículos de músculo estriado y de músculo liso La muscu

Glándula Glándula mucosa mucosa

Mucosa Mucosa

Submucosa Submucosa

Nódulo Nódulo linfático linfático

Muscular externa Muscular externa

Adventitia Adventitia

Mucosa

Submucosa

Nódulo linfático

Muscular externa

Adventicia

Glándula mucosa

FIGURA 17-2 ▲ Fotomicrografía del esófago. Esta fotomicrografía muestra con poco aumento
un corte del esófago teñido con H&E, en el que se ve el plegamiento característico de su pared
que le imparte un aspecto irregular a la luz. La mucosa está compuesta por un epitelio estratifi
cado plano relativamente grueso, una delgada capa de lámina propia que contiene nódulos
linfáticos ocasionales y una muscular de la mucosa. En la submucosa hay glándulas mucosas;
sus conductos excretores, que desembocan en la luz del esófago, no se observan en este corte.
Por fuera de la submucosa en esta parte del esófago, se encuentra una muscular externa
gruesa compuesta por una capa interna de músculo liso de disposición circular y una capa
externa de músculo liso organizadas en sentido longitudinal. La adventicia se observa justo por
fuera de la muscular externa. 8 !.

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo ESTÓMAGO

cleo motor dorsal). Estas neuronas motoras establecen sinapsis con las neuronas posinápticas,
cuyos somas están ubicados en la pared del esófago. ESTÓMAGO El estómago es una región
dilatada del tubo digestivo que se ubica justo debajo del diafragma. Recibe el bolo de alimento
macerado desde el esófago. La mezcla y la digestión parcial del alimento en el estómago por la
acción de sus secreciones gástricas, producen una mezcla líquida pulposa denominada quimo.
El quimo entonces pasa al intestino delgado para continuar el proceso de digestión y
absorción. Desde el punto de vista histológico, el estómago se divide en tres regiones según el
tipo de glándula que contiene cada una. Los anatomistas macroscópicos subdividen el
estómago en cuatro regiones. El cardias, que rodea el orifi cio esofágico; el fundus, que se
extiende por encima de un plano horizontal que atraviesa el orifi cio esofágico (cardial); el
cuerpo, que se ubica debajo de ese plano y la porción pilórica, que es la región con forma de
embudo que desemboca en el píloro, la región estrecha distal del esfínter entre el estómago y
el duodeno. Los histólogos también subdividen el estómago, pero sólo en tres regiones (fi g.
17-5). Estas subdivisiones no se basan en la ubicación sino en los tipos de glándulas que
aparecen en la mucosa gástrica. Las regiones histológicas son las siguientes:

El moco producido por las glándulas esofágicas propiamente dichas es levemente ácido y sirve
como lubricante de la pared luminal. Debido a que la secreción es relativamente viscosa, en los
conductos se producen quistes temporales. Las glándulas esofágicas cardiales producen moco
neutro. Las glándulas ubicadas cerca del estómago protegen el esófago del refl ujo del
contenido gástrico. Sin embargo, en ciertas situaciones, su efi cacia no es completa y el refl ujo
excesivo produce pirosis, un trastorno más conocido como acidez. Este trastorno puede
evolucionar hasta convertirse en una enfermedad por refl ujo gastroesofágico (GERD) bien
establecida. El músculo de la pared esofágica está inervado por los sistemas nerviosos
autónomo y somático. La musculatura estriada en la parte superior del esófago está inervada
por neuronas motoras somáticas del nervio vago, el nervio craneal X (ubicadas en el núcleo
ambiguo). El músculo liso de la parte inferior del esófago está inervado por neuronas motoras
viscerales del vago (ubicadas en el nú

Epitelio Epitelio

Vasos Vasos sanguíneos sanguíneos

Lámina Lámina propria propria

Epitelio

Vasos sanguíneos
Lámina propria

Muscular Muscular de la mucosa de la mucosa Muscular de la mucosa

FIGURA 17-3 ▲ Fotomicrografía de la mucosa del esófago. Esta fotomicrografía muestra con
más aumento la mucosa de la pared del esófago en un corte teñido con H&E. Se compone de
un epitelio estratifi cado plano, una lámina propia y una muscular de la mucosa. El límite entre
el epitelio y la lámina propia es nítido aunque irregular debido a las papilas del tejido
conjuntivo. El estrato basal del epitelio se tiñe con intensidad y aparece como una banda
oscura porque las células basales son más pequeñas y tienen una relación núcleo a citoplasma
elevada. Cabe notar que el tejido conjuntivo de la lámina propia es muy celular y contiene
muchos linfocitos. La parte más profunda de la mucosa es la muscular de la mucosa, que se
distribuye en dos capas (una interna circular y una externa longitudinal) con una orientación
similar a las de la muscular externa. 240 !.

Mucosa Mucosa Mucosa

Muscular de Muscular de la mucosa la mucosa Muscular de la mucosa

Submucosa Submucosa SubmucosaConducto Conducto Conducto

Muscular Muscular externa externa Muscular externa

FIGURA 17-4 ▲ Fotomicrografía de una glándula esofágica submucosa. Esta fotomicrografía


muestra un corte del esófago teñido con mucicarmín. En la submucosa se observan una
glándula esofágica, teñida de rojo intenso por el carmín, y un conducto excretor contiguo.
Estas pequeñas glándulas tubuloalveolares compuestas producen moco que lubrica la superfi
cie epitelial del esófago. Nótese el moco teñido dentro del conducto excretor. La submucosa
restante está compuesta por tejido conjuntivo denso irregular. La capa interna de la muscular
externa (abajo) está compuesta por músculo liso de disposición circular. 110 !.

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623

CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo ESTÓMAGO

el estómago se distiende por completo, la rugae, compuesta por la mucosa y la submucosa


subyacente, casi desaparece. La rugae no modifi ca la extensión de la superfi cie total, sino que
sirve para adaptar las capas luminales a la expansión y el llenado del estómago. Al observar la
superfi cie del estómago con una lupa, se detecta que regiones más pequeñas de la mucosa
están formadas por surcos o hendiduras poco profundas que dividen la mucosa en regiones
sobresalientes irregulares denominadas regiones mamiladas o sólo mamilones. Estos surcos
acrecientan un poco la extensión de la superfi cie de la mucosa para la secreción. Con un
mayor aumento, pueden observarse muchos orifi cios en la superfi cie de la mucosa. Éstos son
las fositas gástricas o fovéolas, que se ven muy bien con el microscopio electrónico de barrido
(fi g. 17-7). Las glándulas gástricas desembocan en el fondo de las fovéolas. Células mucosas
superfi ciales tapizan la superfi cie interna del estómago y de las fositas gástricas. El epitelio
que reviste la superfi cie y las fositas gástricas del estómago es cilíndrico simple. Las células
cilíndricas se denominan células mucosas superfi ciales. Cada célula posee una gran dilatación
apical llena de gránulos de mucinó
Cardias

Fondo

Píloro

Pliegues

Duodeno

Esófago

FIGURA 17-5 ▲ Fotografía de un estómago humano hemiseccionado. Esta fotografía muestra


la superfi cie mucosa de la pared posterior de estómago. Se observan abundantes pliegues
longitudinales. Estos pliegues o rugae permiten que el estómago se distienda a medida que se
va llenando. Las divisiones histológicas del estómago son diferentes de las anatómicas. Las
primeras están basadas en los tipos de glándulas que se encuentran en la mucosa. Desde el
punto de vista histológico, la porción del estómago contigua a la desembocadura del esófago
es la región cardial (cardias) en la que se localizan las glándulas cardiales. Una línea de puntos
señala su límite aproximado. Una región un poco más grande que conduce hacia el esfínter
pilórico, la región pilórica (píloro), contiene las glándulas pilóricas. Otra línea de puntos indica
su límite aproximado. El resto del estómago, la región fúndica (fondo), se ubica entre las dos
líneas de puntos y contiene las glándulas fúndicas (gástricas).

• La región cardial (cardias), la parte cercana al orifi cio esofágico, que contiene las glándulas
cardiales (fi g. 17-6 y lámina 55, pág. 656) • La región pilórica (píloro), la parte proximal con
respecto al esfínter pilórico, que contiene las glándulas pilóricas • La región fúndica (fundus), la
parte más grande del estómago que está situada entre el cardias y el píloro y contiene las
glándulas gástricas o fúndicas (v. fi g. 17-6)

Mucosa gástrica Los pliegues longitudinales rugosos de la submucosa permiten que el


estómago se distienda cuando se llena. El estómago presenta el mismo modelo estructural
general en toda su extensión, que consiste en una mucosa, una submucosa, una muscular
externa y una serosa. La exploración de la superfi cie interna del estómago vacío permite
descubrir varios pliegues longitudinales o rugosidades denominados rugae (arrugas gástricas).
Estos pliegues son prominentes en las regiones más estrechas del estómago, pero están poco
desarrollados en la porción superior (v. fi g. 17-5). Cuando

Estómago Esófago

Glándulas Glándulas cardiales cardiales Glándulas cardiales

Glándulas fúndicas Glándulas fúndicas (gástricas) (gástricas)

Muscular Muscular externa externa Muscular externa

Glándulas fúndicas (gástricas)

FIGURA 17-6 ▲ Fotomicrografía de la transición esofagogástrica. Esta fotomicrografía con


poco aumento muestra la transición entre el esófago y el estómago. En la transición
esofagogástrica, termina de manera súbita el epitelio estratifi cado plano del esófago y
comienza el epitelio cilíndrico simple de la mucosa del estómago. La superfi cie del estómago
contiene muchas depresiones bastante profundas, denominadas fovéolas o fositas gástricas,
que están formadas por el epitelio superfi cial. Las glándulas cercanas al esófago, o sea las
glándulas cardiales, se extienden desde el fondo de estas fositas. Las glándulas fúndicas
(gástricas) también se originan en la base de las fositas gástricas y pueden verse en el resto de
la mucosa. Obsérvese la muscular externa bastante gruesa. 40 !.

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo ESTÓMAGO

Esta acción mejora el suministro de sustancias nutritivas a cualquier región lesionada de la


mucosa gástrica, lo cual torna óptimas las condiciones para la reparación del tejido. El
revestimiento del estómago no cumple una función absortiva importante. No obstante, la
mucosa gástrica puede absorber algunas sales, agua y compuestos químicos liposolubles. Por
ejemplo, el alcohol y ciertos fármacos, como la aspirina y los antiinfl amatorios no esteroides
(AINE), ingresan a la lámina propia mediante la lesión del epitelio superfi cial. Aún las
pequeñas dosis de aspirina suprimen la producción de prostaglandinas protectoras por la
mucosa gástrica. Además, el contacto directo de la aspirina con la pared del estómago, interfi
ere con las propiedades hidrófobas de la mucosa gástrica. Glándulas fúndicas de la mucosa
gástrica Las glándulas fúndicas producen el jugo gástrico del estómago. Las glándulas fúndicas,
también llamadas glándulas gástricas, están presentes en toda la mucosa gástrica, excepto en
las regiones relativamente pequeñas ocupadas por las glándulas cardiales y pilóricas. Las
glándulas fúndicas son glándulas tubulares simples ramifi cadas que se extienden desde el
fondo de las fositas gástricas hasta la muscular de la mucosa (v. fi g. 17-8). Entre la fovéola y la
glándula que está debajo, se encuentra un segmento corto conocido como istmo. El istmo de
la glándula fúndica es un sitio de ubicación de células madre (nicho de células madre) en el
cual estas células se replican y se diferencian. Las células destinadas a convertirse en células
mucosas superfi ciales migran hacia arriba en la fositas gástricas en dirección a la superfi cie de
la mucosa del estómago. Otras células migran hacia abajo para mantener la población del
epitelio de la glándula fún

geno, que crean una lámina glandular de células (fi g. 17-8). La dilatación por el cúmulo de
gránulos ocupa la mayor parte del volumen de la célula. Normalmente aparece vacío en los
cortes teñidos con hematoxilina y eosina (H&E) de rutina porque el mucinógeno se pierde
durante la fi jación y la deshidratación. Sin embargo, cuando el mucinógeno se conserva por
una fi jación adecuada, los gránulos se tiñen en forma intensa con azul de toluidina y con la
técnica de PAS (ácido peryódico-reactivo de Schiff ). La tinción con azul de toluidina indica la
presencia de muchos grupos aniónicos fuertes en la glucoproteína de la mucina, entre los
cuales se destaca el bicarbonato. El núcleo y el aparato de Golgi de las células mucosas superfi
ciales están ubicados debajo de la acumulación de gránulos de mucinógeno. La región basal de
la células contiene pequeñas cantidades de retículo endoplásmico rugoso (RER), que puede
impartir una basofi lia leve al citoplasma cuando se observa en especímenes bien preservados.
La secreción mucosa de las células mucosas superfi ciales se describe como moco visible dado
su aspecto turbio. Forma una gruesa cubierta viscosa gelifi cada que se adhiere a la superfi cie
epitelial y la protege contra la abrasión de los componentes más ásperos del quimo. Además,
su concentración alta de bicarbonato y potasio protege el epitelio del contenido ácido de los
jugos gástricos. El bicarbonato que torna alcalino el moco, es secretado por las células superfi
ciales pero su restricción dentro de la cubierta mucosa impide que se mezcle con los
contenidos de la luz gástrica. Por último, parece que las prostaglandinas (PGE2) desempeñan
un papel importante en la protección de la mucosa gástrica. Estimulan la secreción de
bicarbonatos e incrementan el espesor de la capa mucosa con vasodilatación asociada en la
lámina propia.

ab ab

FIGURA 17-7 ▲ Superfi cie mucosa del estómago. a. Fotomicrografía electrónica de barrido de
la superfi cie mucosa del estómago. Las fositas gástricas contienen material de secreción, en su
mayor parte moco (fl echas). El moco de la superfi cie se ha eliminado para que se vean las
células mucosas superfi ciales. 1 000 !. b. Una imagen con más aumento muestra la superfi cie
apical de las células mucosas superfi ciales que tapizan el estómago y las fositas gástricas. Cabe
destacar la forma alargada poligonal de las células. 3 000 !.

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo ESTÓMAGO

mente cerca de la muscular de la mucosa. Las células de las glándulas gástricas producen jugo
gástrico (cerca de 2 l/día), que contiene gran variedad de sustancias. Además de agua y de
electrolitos, el jugo gástrico contiene cuatro componentes principales:

dica. Normalmente, varias glándulas desembocan en una sola fosita gástrica. Cada glándula
posee un segmento de cuello estrecho y relativamente largo y una base o segmento fúndico
más corto y más amplio. La base de la glándula suele dividirse en dos y, a veces, en tres ramas
que se enrollan leve

Submucosa Submucosa

Cuello Cuello

Istmo Istmo

Fondo Fondo

Submucosa

Cuello

Istmo

Fondo

Fosita gástrica

ab

FOSITA GÁSTRICA

ISTMO

CUELLO

Célula parietal
Células principales

Célula enteroendocrina

Células mucosas del cuello

Lámina basal

Células mucosas superficiales

LUZ

GLÁNDULA GÁSTRICA

Célula enteroendocrina

FONDO

FIGURA 17-8 ▲ Glándulas gástricas. a. En esta fotomicrografía se ve la mucosa fúndica en un


preparado teñido con azul Alcian/PAS para detectar mucinas. Nótese que el epitelio superfi
cial se invagina para formar las fositas gástricas. Las células de la mucosa superfi cial y las
células que tapizan las fositas gástricas se identifi can con facilidad en este preparado porque
el moco neutro que hay dentro de estas células se tiñe en forma intensa. Una de las fositas
gástricas y sus glándulas fúndicas asociadas están delimitadas por las líneas de puntos. Esta
glándula es tubular simple ramifi cada (las fl echas indican el patrón de ramifi cación). Se
extiende desde el fondo de la fosita gástrica hasta la muscular de la mucosa. Nótense los
segmentos de la glándula: el istmo corto, el sitio de las divisiones celulares; el cuello bastante
largo y un fondo más corto y más amplio. La secreción mucosa de las células del cuello es
diferente de la producida por las células mucosas superfi ciales, como lo demuestra la tinción
púrpura más clara en esta región de la glándula. 320 !. b. Diagrama esquemático de una
glándula gástrica, que ilustra la relación de la glándula con la fosita gástrica. Nótese que la
región del istmo contiene células en división y células indiferenciadas; la región del cuello
contiene células mucosas del cuello, células parietales y células enteroendocrinas, incluso
células captadoras y descarboxiladoras de precursores amínicos (APUD). Las células parietales
son células acidófi las grandes con forma de pera (piramidales o piriformes) que están en toda
la glándula. El fondo de la glándula contiene sobre todo células principales, algunas células
parietales y varios tipos de células enteroendocrinas.

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo ESTÓMAGO

adicionalmente hasta sus aminoácidos constitutivos por las enzimas que hay en el intestino
delgado. • Moco, una cubierta protectora ácida para el estómago secretada por varios tipos de
células mucoproductoras. El moco y los bicarbonatos atrapados dentro de la cubierta mucosa
mantienen un pH neutro y contribuyen a la llamada barrera fi siológica de la mucosa gástrica.
Además, el moco actúa como una barrera física entre las células de la mucosa gástrica y el
material ingerido que está dentro de la luz del estómago. • Factor intrínseco, una
glucoproteína secretada por las células parietales que se fi ja a la vitamina B12. Es
indispensable para la absorción de esta vitamina, lo cual se produce en la porción distal del
íleon. La falta de factor intrínseco conduce a la anemia perniciosa y a la insufi ciencia de
vitamina B12 (v. cuadro 17-1). Además, la gastrina y otras hormonas y secreciones de tipo
hormonal son producidas por las células enteroendocrinas en las glándulas fúndicas y son
secretadas hacia la lámina propia, donde ingresan a la circulación o actúan localmente sobre
otras células epiteliales gástricas.

• Ácido clorhídrico (HCl) en una concentración que oscila entre 150 mmol/l y 160 mmol/l, lo
que le imparte al jugo gástrico un pH bajo ("1 a 2). Lo producen las células parietales e inicia la
digestión de la proteína de la dieta (promueve la hidrólisis ácida de sustratos). También
convierte el pepsinógeno inactivo en la enzima activa pepsina. Dado que el HCl es
bacteriostático, la mayoría de las bacterias que entran al estómago con el alimento ingerido se
destruye. Sin embargo, algunas bacterias pueden adaptarse al pH bajo de los contenidos
gástricos. La helicobacter pylori contiene una gran cantidad de ureasa, la enzima que hidroliza
la urea, en su citoplasma y en su membrana plasmática. La enzima altamente activa crea una
“nube de amoníaco” básica protectora alrededor de la bacteria, que le permite sobrevivir en el
medio ácido del estómago (cuadro 17-1). • Pepsina, una poderosa enzima proteolítica. Se
forma a partir del pepsinógeno proveniente de las células principales por acción del HCl a un
pH inferior a 5. La pepsina hidroliza proteínas a pequeños péptidos al escindir los enlaces
peptídicos internos. Los péptidos son digeridos

CUADRO 17-1 Correlación clínica: anemia perniciosa y enfermedad ulcerosa péptica

La aclorhidria es una enfermedad autoinmunitaria crónica que se caracteriza por la destrucción


de la mucosa gástrica. Por consiguiente, ante la falta de células parietales, no se secreta factor
intrínseco, lo cual conduce a la aparición de la anemia perniciosa. La carencia de factor
intrínseco es la causa más común de la insufi ciencia de vitamina B12. Sin embargo, otros
factores como la proliferación excesiva de las bacterias anaeróbicas gramnegativas en el
intestino delgado, se asocian con la insufi ciencia de la vitamina B12.Estas bacterias se fi jan al
complejo vitamina B12–factor intrínseco e impiden su absorción. Las infestaciones por
platelmintos parásitos también producen síntomas clínicos de anemia perniciosa. Debido a que
el hígado tiene grandes reservas de vitamina B12, la enfermedad suele pasar inadvertida hasta
mucho después de que han ocurrido alteraciones importantes en la mucosa gástrica. Otra
causa de secreción reducida del factor intrínseco y la ulerior anemia perniciosa es la pérdida de
epitelio gástrico en la gastrectomía parcial o total. La pérdida del epitelio gástrico funcional
también ocurre en la enfermedad ulcerosa péptica (PUD) crónica o recidivante. Con
frecuencia, aún las regiones ulceradas curadas producen factor intrínseco insufi ciente. La
pérdida repetida del epitelio y la cicatrización posterior de la mucosa gástrica pueden reducir
en forma signifi ca la cantidad de mucosa funcional. Los fármacos antagonistas de los
receptores histamínicos H2, como la ranitidina (Zantac) y la cimetidina (Tagamet), que
bloquean la unión de la histamina a sus receptores en la mucosa gástrica, suprimen la
producción de ácido y de factor intrínseco y se han utilizado mucho en el tratamiento de las
úlceras pépticas. Estos fármacos evitan una mayor erosión de la mucosa y promueven la
curación de la superfi cie previamente erosionada. Sin embargo, su uso prolongado puede
causar insufi ciencia de vitamina B12. En fecha reciente, se han

diseñado nuevos inhibidores de bomba protónicas (p. ej., el omeprazol y el lansoprazol) que
inhiben la acción de la ATPasa H#/K#. Estos fármacos suprimen la producción ácida en las
células parietales sin afectar la secreción del factor intrínseco. Si bien en general se creía que
las células parietales eran la diana directa de los fármacos antagonistas de los receptores H2,
estudios recientes con una combinación de hibridación in situ, histoquímica y tinción con
anticuerpos han permitido comprobar inesperadamente que los plasmocitos secretores de
inmunoglobulina A (IgA) y algunos de los macrófagos en la lámina propia exhiben una reacción
positiva para el ARNm del receptor de gastrina y no las células parietales. Estos hallazgos
indican que los fármacos utilizados para tratar las úlceras pépticas actuarían directamente
sobre los plasmocitos o los macrófagos y que estas células, entonces, transmitirían sus efectos
a las células parietales para inhibir la secreción de HCl. El factor que media la interacción entre
las células del tejido conjuntivo y las células epiteliales aún no se ha identifi cado. No obstante,
datos recientes indican que la mayor parte de las úlceras pépticas (95 %) en realidad es
causada por una infección crónica de la mucosa gástrica producida por la bacteria helicobacter
pylori. En su superfi cie se expresan antígenos lipopolisacáridos que imitan a los de las células
epiteliales gástricas humanas. Esta simulación parece causar una tolerancia inicial al patógeno
por parte del sistema inmunitario del hospedador, lo que contribuye a acrecentar la infección y
fi nalmente estimula la producción de anticuerpos. Estos anticuerpos contra la H. pylori se fi
jan a la mucosa gástrica y lesionan las células epiteliales. El tratamiento incluye la erradicación
de la bacteria con el uso de antibióticos. Estos tratamientos para la enfermedad ulcerosa han
tornado infrecuentes las intervenciones quirúrgicas comunes del pasado.

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627

CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo ESTÓMAGO

Las glándulas fúndicas están compuestas por cuatro tipos celulares con funciones diferentes.
Las células que componen las glándulas fúndicas pertenecen a cuatro tipos funcionales. Cada
una tiene un aspecto distintivo. Además, también están presentes las células indiferenciadas
que dan origen a los tipos celulares maduros. Las diversas células que constituyen la glándula
son las siguientes: • Células mucosas del cuello • Células principales o adelomorfas • Células
parietales o delomorfas, también llamadas células oxínticas • Células enteroendocrinas •
Células madre adultos indiferenciados Las células mucosas del cuello están localizadas en la
región del cuello de la glándula y se entremezclan con las células parietales. Como su nombre
lo indica, las células mucosas del cuello están localizadas en la región del cuello de la glándula
fúndica. Entre los grupos de estas células suele haber células parietales entremezcladas. La
célula mucosa del cuello es mucho más corta que la célula mucosa superfi cial y contiene
bastante menos mucinógeno en el citoplasma apical. En consecuencia, estas células no
exhiben una dilatación apical prominente. Además, el núcleo tiene la tendencia a ser
esferoidal en comparación con el núcleo alargado más prominente de la célula mucosa superfi
cial. Las células mucosas del cuello secretan un moco soluble menos alcalino en comparación
con el moco turbio o insoluble muy alcalino producido por la célula mucosa superfi cial. La
liberación de gránulos de mucinógeno es inducida por la estimulación vagal y, por lo tanto, la
secreción desde estas células no se produce en el estómago en reposo. Estas células mucosas
del cuello se diferencian a partir de los células madre que se localizan en la región del cuello de
la glándula fúndica. Se consideran precursores inmaduros de las células mucosas superfi ciales.
Las células principales están ubicadas en la parte profunda de las glándulas fúndicas. Las
células principales o adelomorfas son típicas células secretoras de proteínas (fi g. 17-9 y lámina
57, pág. 660). El RER abundante en el citoplasma basal le imparte a esta región de la célula un
aspecto basófi lo, mientras que el citoplasma apical es eosinófi lo debido a la presencia de las
vesículas secretoras, también denominadas gránulos de cimógeno por su contenido de
precursores enzimáticos. La basofi lia, en particular, permite una fácil identifi cación de estas
células en cortes teñidos con H&E. La eosinofi lia puede ser débil o estar ausente cuando las
vesículas secretoras no están preservadas en forma adecuada. Las células principales secretan
pepsinógeno y una lipasa débil. En contacto con el jugo gástrico ácido, el pepsinógeno se
convierte en pepsina, una enzima proteolítica. Las células parietales secretan HCl y factor
intrínseco. Las células parietales, delomorfas u oxínticas, se encuentran en el cuello de las
glándulas fúndicas entre las células mucosas del cuello y en la parte profunda de la glándula.
Estas células tienen la tendencia a ser más abundantes en los

Aparato de Golgi

Complejo de unión

Luz

CÉLULA PRINCIPAL

Lámina basal

RER

Gránulos de cimógeno

FIGURA 17-9▲Diagrama de una célula principal. La gran cantidad de RER en la porción basal
de la intensa tinción basófi la en esta región. Las vesículas secretoras (gránulos de cimógeno),
que contienen pepsinógeno y una lipasa débil, no siempre se conservan en forma adecuada y,
por lo tanto, la tinción en la región apical de la célula es un tanto variable. Esta célula produce
y secreta la enzima precursora de la secreción gástrica.

segmentos superior y medio del cuello. Son células grandes, a veces binucleadas, y en algunos
cortes aparecen triangulares con el vértice dirigido hacia la luz de la glándula y la base apoyada
sobre la lámina basal. El núcleo es esferoidal y el citoplasma se tiñe con eosina y otros
colorantes ácidos. Su tamaño y sus propiedades tintoriales distintivas, permiten distinguirlas
con facilidad de las demás células de las glándulas fúndicas. Al examinarlas con el microscopio
electrónico de transmisión (MET), se observa que las células parietales (fi g. 17-10) poseen un
extenso sistema de canalículos intracelulares que se comunican con la luz de la glándula.
Desde la superfi cie de los canalículos se proyecta una gran cantidad de microvellosidades y en
el citoplasma contiguo a ellos hay un sistema membranoso tubulovesicular complejo. En una
célula en proceso de secreción activa aumenta la cantidad de microvellosidades en los
canalículos y el sistema tubulovesicular se reduce mucho o desaparece. Las membranas del
sistema tubulovesicular sirven como un reservorio de membrana plasmática que contiene
bombas protónicas activas. Este material membranoso puede insertarse en la membrana
plasmática de los canalículos para incrementar la extensión de su superfi cie y la cantidad de
bombas protónicas disponibles para la producción de ácido. Mitocondrias abundantes con
crestas complejas y muchos gránulos en la matriz proveen la gran cantidad de energía
necesaria para la secreción de ácido. El HCl se produce en la luz de los canalículos
intracelulares. Las células parietales presentan tres tipos diferentes de receptores de
membrana para sustancias que activan la secreción de HCl: receptores de gastrina, receptores
histamínicos H2 y receptores acetilcolínicos M3. La activación del receptor de gastrina por la
gastrina, una horbooksmedicos.org

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628

CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo ESTÓMAGO

se transporta K# desde los canalículos hasta el citoplasma celular en intercambio por los iones
H#. • Transporte de iones K! y Cl" desde el citoplasma de la célula parietal hacia la luz de los
canalículos a través de la activación de los conductos de K# y Cl$ (uniportadores) en la
membrana plasmática. • Formación de HCl a partir del H# y del Cl$ que se transportaron hacia
la luz de los canalículos. En los seres humanos, el factor intrínseco es secretado por las células
parietales (en otras especies las encargadas de hacerlo son las células principales). Su
secreción es estimulada por los mismos receptores que desencadenan la secreción del ácido
gástrico. El factor intrínseco es una glucoproteína de 44 kDa que forma un complejo con la
vitamina B12 en el estómago y en el duodeno, un paso necesario para la absorción posterior
de la vitamina en el íleon. Los autoanticuerpos dirigidos contra el factor intrínseco o las células
parietales mismas conducen a la insufi ciencia del factor, lo que genera la malabsorción de la
vitamina B12 y la anemia perniciosa (v. cuadro 17-1). Las células enteroendocrinas secretan
sus productos hacia la lámina propia o hacia los vasos sanguíneos subyacentes. Las células
enteroendocrinas se encuentran en todos los niveles de la glándula fúndica, aunque tienden a
ser más prevalentes en la base (cuadro 17-3). En general, pueden distinguirse dos tipos de
células enteroendocrinas a lo largo del tubo digestivo. La mayor parte son células pequeñas
que se apoyan sobre la lámina basal y no siempre alcanzan la luz; estas células se conocen
como células enteroendocrinas “cerradas” (fi g. 17-12a y b y lámina 57, pág. 660). Sin
embargo, algunas poseen una extensión citoplasmática delgada con microvellosidades que
están expuestas a la luz glandular (fi g. 17-12c); estas células se denominan células
enteroendocrinas “abiertas”. En la actualidad, se sabe que las células abiertas son
quimiorreceptores primarios que toman muestras de los contenidos de la luz glandular y
liberan hormonas según la información obtenida en ese proceso. Los receptores del gusto,
semejantes a los encontrados en los corpúsculos gustativos de la mucosa bucal especializada
(pág. 576-577), detectan los sabores dulce, amargo y umami y ahora se han identifi cado en la
superfi cie libre de las células enteroendocrinas abiertas. Pertenecen a las familias T1R y

mona péptida gastrointestinal, es el mecanismo principal para la estimulación de células


parietales (cuadro 17-2). Después de la estimulación, ocurren varios fenómenos que conducen
a la producción de HCl (fi g. 17-11): • Producción de iones H! en el citoplasma de la célula
parietal por acción de la enzima anhidrasa carbónica. Esta enzima hidroliza ácido carbónico
(H2CO3) a H# y HCO3$. El dióxido de carbono (CO2), necesario para la síntesis del ácido
carbónico, se difunde hacia la célula a través de la membrana basal desde los capilares
sanguíneos de la lámina propia. • Transporte de iones H! desde el citoplasma a través de la
membrana hacia la luz de los canalículos por acción de la bomba protónica ATPasa H#/K#. Al
mismo tiempo,

Lisosomas

Golgi

Canalículo intracelular

Sistema tubulovesicular

Complejo de uniónLuz

CÉLULA PARIETAL
Lámina basal

FIGURA 17-10 ▲ Diagrama de la célula parietal. El citoplasma de la célula parietal se tiñe


mucho con la eosina por la abundancia de membrana que forma los canalículos intracelulares,
el sistema tubulovesicular y las mitocondrias y por la escasez de ribosomas. Esta célula
produce HCl y factor intrínseco.

CUADRO 17-2 Correlación clínica: síndrome de Zollinger-Ellison

La secreción excesiva de gastrina suele tener su origen en un tumor de las células


enteroendocrinas que producen la hormona y se localiza en el duodeno o en los islotes
pancreáticos. Este trastorno, conocido como síndrome de Zollinger-Ellison o gastrinoma, se
caracteriza por la secreción excesiva de ácido clorhídrico (HCl) por las células parietales que
son estimuladas en forma continua. El exceso de ácido no puede neutralizarse en forma
adecuada en el duodeno, por lo que conduce a la formación de úlceras gástricas y duodenales.
Las úlceras gástricas están presentes en el 95 % de los pacientes con este síndrome y son seis
veces más prevalentes que las ulceras duodenales. Los pacientes con Zollinger-Ellison pueden
experimentar dolor abdominal

intermitente, diarrea, y esteatorrea (deposiciones con gran cantidad de grasa). En los


pacientes asintomáticos que sufren una ulceración grave del estómago y del intestino delgado,
en especial si no responden al tratamiento convencional, también debe sospecharse la
presencia de un tumor que produce el exceso de gastrina. El tratamiento del síndrome de
Zollinger-Ellison antes comprendía el bloqueo de los receptores de membrana de la célula
parietal que estimulan la producción de HCL. En la actualidad, los inhibidores de la bomba de
protones se han convertido en el tratamiento de elección para el control de la hipersecreción
de HCl. Además, la extirpación quirúrgica del tumor, siempre que sea posible, remueve la
fuente de producción de gastrina y alivia los síntomas.

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629

CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo ESTÓMAGO

Na!/K!ATPasa

Canal antiportador de aniones

Acción de anhidrasa carbónica

HCl

HCl

HCl

HCl

LUZH 2O

H2O

CO2
CO2

Cl"

Cl"

Cl"

Cl"

OH"

HCO3 "

HCO3 "

Canal uniportador de Cl"

Canal uniportador de K!

H! H!H !

K!

K!

K!

K!

K!

Na!

Na!

H!/K!ATPasa

FIGURA 17-11▲Diagrama de la síntesis de HCL por la célula parietal. Después de la


estimulación de la célula parietal, la producción de HCL ocurre en varias etapas. El dióxido de
carbono (CO2) de la sangre se difunde hacia la célula a través de la membrana basal para
formar H2CO3. El H2CO3 se disocia en H# y HCO3$. La reacción es catalizada por la anhidrasa
carbónica, que conduce a la producción de iones H# en el citoplasma, los que después son
transportados a través de la membrana hacia la luz del canalículo intracelular por la bomba
protónica ATPasa H#/K#. Al mismo tiempo, el K#que hay dentro del canalículo se transporta
hacia la célula en intercambio con los iones H#. Los iones Cl$también son transportados desde
el citoplasma de la célula parietal hacia la luz del canalículo mediante los conductos de Cl$ que
hay en la membrana. Después se forma el HCl a partir del H# y el Cl$. Los conductos aniónicos
de HCO3$/Cl$ mantienen la concentración normal de ambos iones en la célula, al igual que la
ATPasa Na#/K# en la membrana celular basolateral.

CUADRO 17-3 Consideraciones funcionales: sistema endocrino gastrointestinal

Las células enteroendocrinas son células especializadas que se hallan en la mucosa del tubo
digestivo. Comprenden menos del 1 % de todas las células epiteliales en el tubo digestivo, pero
como un todo forman el “órgano” endocrino más grande del organismo. Las células
enteroendocrinas también se encuentran en los conductos del páncreas, del hígado y del
sistema respiratorio, otro derivado endodérmico que se origina por invaginación del epitelio
del intestino anterior embrionario. Puesto que se parecen mucho a las células neurosecretoras
del sistema nervioso central (SNC) que secretan muchas de las mismas hormonas, moléculas
de señalización y agentes reguladores, las células enteroendocrinas también se denominan
células neuroendocrinas. La mayoría de estas células no se agrupa en cúmulos en ninguna
parte específi ca del tubo digestivo. En cambio, se distribuyen en forma aislada por todo el
epitelio gastrointestinal. Por esta razón, se describen como parte constitutiva de un sistema
neuroendocrino difuso (DNES). La fi gura 17-13 muestra las partes del tubo digestivo desde las
cuales se producen los péptidos gastrointestinales. Una excepción notable a este patrón de
distribución se encuentra en el páncreas. Aquí, las células enteroendocrinas, derivadas de los
brotes pancreáticos que también se originan del intestino anterior embrionario, forman
acumulaciones especializadas que se conocen como islotes endocrinos de Langerhans (v. pág.
700). Según la opinión actual, el DNES comprende tanto neuronas como células endocrinas
que comparten características comunes, como la expresión de marcadores específi cos (p. ej.,
neuropéptidos, cromograninas y enzimas procesadoras de neuropéptidos) y la presencia de
gránulos de secreción de centro denso. Los productos de secreción de las células
enteroendocrinas derivan de una variedad de genes; se expresan de diferentes formas a causa
del empalme y el procesamiento di

ferencial alternativos. La secreción de células enteroendocrinas es regulada por los receptores


acoplados a proteína G y por la actividad de la tirosina cinasa. Existen indicios de que la
cromogranina A regula la biosíntesis de los gránulos de secreción de centro denso, mientras
que la cromogranina B controla la clasifi cación y el envasado de los péptidos producidos en las
vesículas secretoras. La tabla 17-1 enumera hormonas gastrointestinales importantes, sus
sitios de origen y sus funciones principales. Las transformaciones neoplásicas de las células del
DNES son responsables por el desarrollo de tumores neuroendocrinos gastroenteropancráticos
(GEP). Estos tumores son neoplasmas raros del tubo digestivo y del páncreas que a menudo
secretan agentes con actividad hormonal, lo que produce síndromes clínicos bien defi nidos. El
apéndice es el sitio gastrointestinal más común donde se originan tumores neuroendocrinos.
El ejemplo clásico es el síndrome carcinoide causado por la liberación de una variedad de
sustancias con actividad hormonal por células tumorales. Los síntomas incluyen diarrea
(debida a la serotonina), episodios de enrojecimiento, broncoconstricción y valvulopatía
cardiaca derecha. Algunas células enteroendocrinas pueden clasifi carse, desde el punto de
vista funcional, como células que captan y descarboxilan precursores amínicos (APUD). Sin
embargo, no deben confundirse con las células APUD derivadas de la cresta neural
embrionaria y que migran hacia otros sitios en el organismo. Las células APUD secretan una
variedad de sustancias reguladoras en tejidos y órganos, entre los cuales se incluyen el epitelio
respiratorio, la médula suprarrenal, los islotes de Langerhans, la glándula tiroides (células
parafoliculares) y la hipófi sis (glándula pituitaria). Las células enteroendocrinas se diferencian
a partir de la progenie de las mismas células madre de las que derivan todas las demás células
epiteliales del tubo digestivo. El hecho (continúa en página 630)

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630

CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo ESTÓMAGO

Célula enteroendocrina Célula enteroendocrina Célula enteroendocrina


CT BL

CT

BL

RER RER

REL REL

CT BL

CT

BL

CT BL

CT

BL

CT BL

CT

BL

CT BL
G

CT

En En

BL

RER

REL

Luz

Lámina basal

Golgi

CÉLULA “CERRADA”

CÉLULA “ABIERTA”

Capilar

Gránulos de secreción

ca FIGURA 17-12 ▲ Fotomicrografía electrónica y diagramas de las células enteroendocrinas.


a. Esta fotomicrografía electrónica muestra un ejemplo de luna célula enteroendocrina
“cerrada”. Las puntas de fl echa marcan el límite entre la célula enteroendocrina y las células
epiteliales contiguas. La base de la célula enteroendocrina se apoya en la lámina basal (BL).
Esta célula no se extiende a la superfi cie epitelial o luminal. Los abundantes gránulos de
secreción (G) de la base celular se secretan hacia el tejido conjuntivo (CT) a través de la lámina
basal, en el sentido que señalan las fl echas. En, endotelio del capilar; M, mitocondria; RER,
retículo endoplásmico rugoso; REL, retículo endoplásmico liso. b. Este diagrama de una célula
enteroendocrina “cerrada” muestra que la célula no llega a la superfi cie epitelial. Los gránulos
de secreción suelen desaparecer durante el preparado histológico de rutina. Debido a que la
célula no posee otros orgánulos con propiedades tintoriales distintivas, los núcleos aparecen
rodeados por una pequeña cantidad de citoplasma claro, en los cortes teñidos con H&E. c. La
célula enteroendocrina “abierta” se extiende hasta la superfi cie epitelial. Las
microvellosidades en la superfi cie apical de estas células poseen receptores del gusto y son
capaces de detectar estímulos dulces, amargos y umami. Estas células actúan como células
quimiorreceptoras que vigilan el medio en la superfi cie del epitelio y participan en la
regulación de la secreción de las hormonas gastrointestinales

CUADRO 17-3 Consideraciones funcionales: sistema endocrino gastrointestinal (cont.)

de que dos células diferentes puedan producir productos similares no implica que tengan el
mismo origen. Las células enteroendocrinas no sólo producen hormonas gastrointestinales
como la gastrina, la grelina, la secretina, la colecistocinina (CCK), los péptidos inhibidores
gástricos (GIP) y la motilina, sino que también producen hormonas paracrinas. Una hormona
paracrina se diferencia de las hormonas endocrinas porque se difunde localmente hacia su
célula diana en lugar de ser transportada por el torrente sanguíneo hacia la misma. Una
sustancia bien conocida que parece actuar como una hormona paracrina dentro del tubo
digestivo y el páncreas es la somatostatina, la cual inhibe otras células endocrinas
gastrointestinales y de los islotes pancreáticos. Además de las hormonas gastrointestinales
establecidas, varios péptidos gastrointestinales aún no se han clasifi cado en forma defi nitiva
como hormonas u hormonas paracrinas. Estos

péptidos se denominan candidatos hormonales u hormonas presuntas. Otros agentes con


actividad local que se han aislado de la mucosa gastrointestinal son los neurotransmisores.
Estos agentes se liberan de las terminaciones nerviosas cercanas a la célula diana, a menudo el
músculo liso de la muscular de la mucosa, la muscular externa o la túnica media de un vaso
sanguíneo. Las células enteroendocrinas también pueden secretar neurotransmisores que
activan neuronas aferentes y enviar señales al SNC y a la división entérica del sistema nervioso
autónomo. Además de la acetilcolina (que no es un péptido), los péptidos que se encuentran
en las fi bras nerviosas del tubo digestivo son péptidos intestinales vasoactivos (VIP),
bombesina y encefalinas. Por lo tanto, un péptido particular puede ser producido por las
células endocrinas y paracrinas y también pueden localizarse en las fi bras nerviosas.
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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo ESTÓMAGO

T2R de receptores acoplados a proteína G que se describen en el capítulo 16. La secreción


desde las células cerradas, sin embargo, es regulada por el contenido luminal en forma
indirecta a través de mecanismos nerviosos y paracrinos. Las microfotografías electrónicas
permiten observar pequeños gránulos de secreción limitados por membrana en todo el
citoplasma; sin embargo, en los cortes teñidos con H&E es normal que los gránulos hayan
desaparecido y el citoplasma se vea claro debido a la falta de sufi ciente material tingible. Si
bien estas células suelen ser difíciles de identifi car debido a su pequeño tamaño y a la falta de
tinción distintiva, el citoplasma celular claro a veces se destaca en contraste con las células
principales o parietales contiguas, lo cual permite su fácil reconocimiento. Los nombres dados
a las células enteroendocrinas en la bibliografía hacía referencia a su capacidad de tinción con
sales de plata y cromo (es decir, células enterocromafi nes, células argentafi nes y células
argirófi las). En la actualidad, estas células se identifi can y se caracterizan por métodos
inmunoquímicos de tinción que detectan los más de 20 agentes reguladores peptídicos y
polipeptídicos de tipo hormonal que secretan (en la fi g. 17-13 y en las tablas 17-1 y 17-2 se
mencionan muchos de estos agentes y se describen sus acciones). Con la ayuda del MET, se
han identifi cado al menos 17 tipos diferentes de células enteroendocrinas, según el tamaño, la
forma y la densidad de sus gránulos de secreción. Glándulas cardiales de la mucosa gástrica Las
glándulas cardiales están compuestas por células secretoras de moco. Las glándulas cardiales
están limitadas en una región estrecha del estómago (el cardias) que rodea el orifi cio
esofágico. Su secreción, en combinación con la de las glándulas cardiales

Colon
Íleon

Yeyuno

Duodeno

Antro

Fondo

CCK Secretina VIP GIP Motilina Grelina Somatostatina Gastrina

FIGURA 17-13 ▲Hormonas gastrointestinales. Este diagrama esquemático muestra la


distribución de las hormonas peptídicas gastrointestinales producidas por las células
enteroendocrinas en el tubo digestivo. CCK, colecistocinina; VIP, péptido intestinal vasoactivo;
GIP, péptido inhibidor gástrico.

Acción principal Hormona Sitio de síntesis Estimula Inhibe Gastrina Células G del estómago
Secreción ácida gástrica Grelina Células G del estómago Secreción de GH Apetito y percepción
de hambre Metabolismo de los lípidos Utilización de grasa en el tejido adiposo Colecistocinina
(CCK) Células I del duodeno y el yeyuno Contracción de la vesícula biliar Secreción de enzimas
pancreáticas Secreción del ión bicarbonato por el páncreas Crecimiento pancreático
Vaciamiento gástrico Secretina Células S del duodeno Secreción de enzimas pancreáticas
Secreción del ión bicarbonato por el páncreas Crecimiento pancreático Secreción ácida
gástrica Péptido inhibidor gástrico (GIP) Células K del duodeno y el yeyuno Liberación de
insulina Secreción ácida gástrica Motilina Células Mo del duodeno y el yeyuno Motilidad
gástrica Motilidad intestinal

GH, hormona de crecimiento. Modifi cado de Johnson LR, ed. Essential Medical Physiology.
Philadelphia: Lippincott-Raven, 1998.

TABLA 17-1 Acciones fi siológicas de algunas hormonas gastrointestinales

esofágicas, contribuye al jugo gástrico y ayuda a proteger el epitelio esofágico contra el refl ujo
gástrico. Las glándulas son tubulares, algo tortuosas y a veces ramifi cadas (fi g. 17-14 y lámina
56, pág. 658). Están compuestas principalmente por células secretoras de moco, con
ocasionales células enteroendocrinas entremezcladas. Las células mucusecretoras son de
aspecto semejante al de las células de las glándulas cardiales

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo ESTÓMAGO

Fositas Fositas gástricas gástricas

Glándulas Glándulas cardiales cardiales

Fositas gástricas

Glándulas cardiales
FIGURA 17-14▲Fotomicrografía de glándulas cardiales. Esta fotomicrografía muestra la
transición esofagogástrica. Nótese la presencia del epitelio estratifi cado plano del esófago en
el ángulo superior derecho de la fotomicrografía. Las glándulas cardiales son tubulares, un
poco tortuosas y a veces ramifi cadas. Están compuestas principalmente por células
mucosecretoras de aspecto similar al de las células de las glándulas esofágicas. La secreción
mucosa alcanza la luz de la fosita gástrica a través de un conducto breve que contiene células
cilíndricas. 240 !.

esofágicas. Poseen un núcleo basal aplanado y el citoplasma apical normalmente está repleto
de gránulos de mucinógeno. Un segmento corto del conducto formado por células cilíndricas
con núcleos alargados, se interpone entre la porción secretora de la glándula y las fositas poco
profundas hacia las cuales secretan las glándulas. El conducto es el sitio en el cual se producen
las células mucosas superfi ciales y las células glandulares. Glándulas pilóricas de la mucosa
gástrica Las células de las glándulas pilóricas son similares a las células mucosas superfi ciales y
contribuyen a proteger la mucosa pilórica. Las glándulas pilóricas están ubicadas en el antro
pilórico (la parte del estómago entre el fundus y el píloro). Son glándulas tubulares, enrolladas
y ramifi cadas (lámina 58, pág. 662). La luz es relativamente amplia y las células secretoras
presentan un aspecto similar al de las células mucosas superfi ciales, lo cual señala una
secreción bastante viscosa. Las células enteroendocrinas se encuentran intercaladas dentro del
epitelio glandular junto con células parietales ocasionales. Las glándulas se vacían dentro de
las fositas gástricas profundas que ocupan cerca de la mitad del espesor de la mucosa (fi g. 17-
15). Renovación celular epitelial en el estómago Las células mucosas superfi ciales se renuevan
aproximadamente cada 3 a 5 días. La vida media relativamente corta de las células mucosas
superfi ciales, de 3 a 5 días, está compensada por la activi

Acción principal Hormona Sitio de síntesis Estimula Inhibe Candidatos hormonales Polipéptido
pancreático Células PP del páncreas Vaciamiento gástrico y movilidad intestinal Secreción de
enzimas pancreáticas Secreción de bicarbonato por el páncreas Péptido YY Células L del íleon y
el colon Absorción de electrolitos y agua en el colon Secreción ácida gástrica Vaciamiento
gástrico Ingesta de alimentos Péptido símil glucagón 1 (GLP-1) Células L del íleon y el colon
Liberación de insulina Secreción ácida gástrica Vaciamiento gástrico Hormonas paracrinas
Somatostatina Células D de la mucosa de todo el tubo digestivo Liberación de gastrina
Secreción ácida gástrica Liberación de otras hormonas GI Histamina Mucosa de todo el tubo
digestivo Secreción ácida gástrica Hormonas neuroendocrinas Bombesina Estómago Liberación
de gastrina Encefalinas Mucosa y músculo liso de todo el tubo digestivo Contracción del
músculo liso Secreción intestinal Péptido inhibidor vasoactivo (VIP) Mucosa y músculo liso de
todo el tubo digestivo Secreción de enzimas pancreáticas Secreción intestinal Smooth muscle
contraction Contracción del músculo liso Contracción de esfínteres

GI, gastrointestinal. Modifi cado de Johnson LR, ed. Essential Medical Physiology. Philadelphia:
Lippincott-Raven, 1998.

TABLA 17-2 Acciones fi siológicas de otras hormonas gastrointestinales booksmedicos.org

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633

CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo ESTÓMAGO


dad mitótica en el istmo, que es el segmento estrecho que hay entre la fosita gástrica y la
glándula fúndica (fi g. 17-16). El istmo de la glándula fúndica contiene una reserva de células
madre hísticos que sufren actividad mitótica y permiten la renovación celular continua. La
mayoría de las células recién producidas en este sitio, se convierten en células mucosas superfi
ciales. Estas células migran hacia arriba a lo largo de la pared de la fosita hasta la superfi cie
luminal del estómago y fi nalmente se exfolian hacia la luz del estómago. Las células de las
glándulas fúndicas poseen una vida media bastante prolongada. Otras células del istmo migran
hacia abajo hasta las glándulas gástricas para dar origen a las células parietales, principales,
mucosas glandulares y enteroendocrinas que constituyen el epitelio glandular. Estas células
poseen una vida media relativamente larga. Las células parietales poseen la vida media más
larga, alrededor de 150 a 200 días. Si bien estas células evolucionan a partir de los mismos
células madre indiferenciados, su vida media es muy diferente. En fecha reciente se ha
planteado la hipótesis de que las células parietales pueden originarse a partir de un hongo
llamado neurospora crassa que antiguamente vivía en relación simbiótica con las células del
estómago humano. El fundamento de esta hipótesis es que la bomba protónica humana
(ATPasa H#/K#) que se encuentra en las células parietales guarda una semejanza genética
notable con las bombas protónicas de este organismo. Se cree que el ADN fúngico fue
translocado y posteriormente

Fositas Fositas gástricas gástricas

Glándulas Glándulas pilóricas pilóricas

Muscular Muscular de la mucosa de la mucosa Submucosa Submucosa

Glándulas pilóricas

Fositas gástricas

Muscular de la mucosa Submucosa

FIGURA 17-15 ▲ Fotomicrografía de las glándulas pilóricas. En esta fotomicrografía se ve un


corte de la pared del píloro. Las glándulas pilóricas son bastante rectas en la mayor parte de su
longitud pero se enrollan cerca de la muscular de la mucosa. La luz es relativamente amplia y
las células secretoras presentan un aspecto similar al de las células de la mucosa superfi cial,
que indica una secreción bastante viscosa. Estas células están restringidas en la mucosa y
vierten su secreción en las fositas gástricas. Pero el límite entre las fositas y las glándulas es
difícil de determinar en los preparados de rutina teñidos con H&E. 120 !.

Lámina Lámina propria propria Lámina propria

FIGURA 17-16 ▲ Fotomicrografía de una célula en división en el istmo de una glándula


pilórica. Las fositas gástricas en esta fotomicrografía se seccionaron en un plano oblicuo al eje
de la fosita. Cabe notar que en este corte, las fositas gástricas (fl echas) pueden reconocerse
como invaginaciones del epitelio superfi cial que están rodeadas por la lámina propia. La
lámina propia es muy celular debido a la presencia de gran cantidad de linfocitos. 240 !.
Recuadro. Con este aumento mayor de la región indicada por el rectángulo se puede ver una
célula en división en el istmo. 580 !.

incorporado al núcleo de los células madre, quizás con la colaboración de un virus. Se estima
que las células principales y las células enteroendocrinas viven entre 60 y 90 días antes de ser
reemplazadas por nuevas células que migran hacia abajo desde el istmo. La célula mucosa del
cuello, en cambio, posee una vida media mucho más corta, de unos 6 días. Lámina propia y
muscular de la mucosa (muscularis mucosae) La lámina propia del estómago es relativamente
escasa y está restringida en los espacios estrechos que rodean las fositas gástricas y las
glándulas. La estroma está compuesta en gran parte por fi bras reticulares con células
musculares lisas y fi broblastos asociados. Otros componentes incluyen células del sistema
inmunitario, es decir, linfocitos, plasmocitos, macrófagos y algunos eosinófi los. Cuando se
produce una infl amación, como suele ser el caso, los neutrófi los también pueden ser
prominentes. Además se encuentran nódulos linfáticos ocasionales, que a menudo se
introducen en forma parcial en la muscular de la mucosa. La muscular de la mucosa está
compuesta por dos capas bastante delgadas, que en general están dispuestas como una capa
circular interna y una capa longitudinal externa. En algunas regiones, existe una tercera capa;
su orienta

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634

CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO DELGADO

testino delgado. Termina en la válvula ileocecal, la unión del íleon distal y el ciego (lámina 61,
pág. 668).

El intestino delgado es el sitio principal para la digestión de alimentos y para la absorción de


los productos de la digestión. El quimo del estómago ingresa en el duodeno, hacia donde
también se envían las enzimas del páncreas y la secreción biliar hepática para continuar con el
proceso de solubilización y de digestión. Las enzimas, en particular las disacaridasas y las
dipeptidasas, también se localizan en el glucocáliz de las microvellosidades de los enterocitos,
que son las células absortivas intestinales. Estas enzimas contribuyen al proceso digestivo al
completar la degradación de la mayoría de los sacáridos y proteínas en monosacáridos y
aminoácidos, que después se absorben (cuadro 17-4). El agua y los electrolitos que llegan al
intestino delgado con el quimo y las secreciones pancreáticas y hepáticas también se
reabsorben en el intestino delgado, en particular en la porción distal. Los pliegues circulares,
las vellosidades y las microvellosidades incrementan la extensión de la superfi cie absortiva del
intestino delgado. La superfi cie absortiva del intestino delgado está amplifi cada por el tejido y
las especializaciones celulares de la mucosa y de la submucosa. • Los pliegues circulares,
también conocidos como válvulas de Kerckring, son repliegues transversales permanentes que
contienen un centro de submucosa. Cada pliegue circular rodea entre la mitad y las dos
terceras partes de la circunferencia de la luz (fi g. 17-17). Los pliegues comienzan a aparecer a
unos 5 cm a 6 cm después del píloro. Son más abundantes en la porción distal del duodeno y
en el comienzo del yeyuno y su tamaño y frecuencia se reducen desde la mitad del íleon. • Las
vellosidades son evaginaciones digitiformes o foliáceas singulares de la mucosa, que se
extienden dentro de la luz intestinal en una distancia de 0,5 mm a 1,5 mm desde la superfi cie
mucosa teórica (fi g. 17-18). Las vellosidades cubren por completo la superfi cie del intestino
delgado, lo que le imparte un aspecto aterciopelado cuando se examina a simple vista. • Las
microvellosidades de los enterocitos proporcionan la principal ampliación de la superfi cie
luminal. Cada célula posee varios miles de microvellosidades muy juntas que son visibles con el
microscopio óptico y le imparten a la región apical de la célula un aspecto estriado, el así
llamado borde estriado. Los enterocitos y sus microvellosidades se describen más adelante.
Las vellosidades y las glándulas intestinales, junto con la lámina propia, el GALT asociado y la
muscular de la mucosa, constituyen los rasgos esenciales de la mucosa del intestino delgado.
Las vellosidades, como se mencionó, son proyecciones o evaginaciones de la mucosa. Están
compuestas por un centro de tejido conjuntivo laxo cubierto por un epitelio cilíndrico simple.
El centro de la vellosidad es una extensión de la lámina propia, que contiene una abundancia
de fi broblastos, células musculares lisas, linfocitos, plasmocitos, eosinófi los, macrófagos y una
red de capilares sanguíneos fenestrados,

ción tiende a ser en un patrón circular. Finos haces de células musculares lisas, se extienden
hacia la superfi cie a través de la lámina propia desde la capa interna de la muscular de la
mucosa. Se cree que estas células musculares lisas en la lámina propia contribuyen a la
expulsión de las secreciones de las glándulas gástricas. Submucosa gástrica La submucosa está
compuesta por tejido conjuntivo denso que contiene cantidades variables de tejido adiposo y
vasos sanguíneos, así como fi bras nerviosas y células ganglionares que componen el plexo
submucoso (plexo de Meissner). Este último inerva los vasos de la submucosa y el músculo liso
de la muscular de la mucosa. Muscular externa gástrica La muscular externa del estómago
tradicionalmente se describe como compuesta por una capa longitudinal externa, una capa
circular media y una capa oblicua interna. Esta descripción puede ser engañosa, ya que
discernir las capas bien defi nidas no resulta fácil. Al igual que con otros órganos huecos
esferoidales (p. ej., la vesícula biliar, la vejiga urinaria y el útero), el músculo liso de la muscular
externa del estómago está orientado en una forma más aleatoria que lo que el término capa
implica. Además, la capa longitudinal está ausente en gran parte de las superfi cies gástricas
anterior y posterior y la capa circular está poco desarrollada en la región periesofágica. Desde
el punto de vista funcional, la disposición de las capas musculares es importante, ya que está
relacionada con su papel en el mezclado del quimo durante el proceso digestivo, así como con
su capacidad para desplazar el contenido con digestión parcial hacia el intestino delgado. Entre
las capas musculares se encuentran grupos de células ganglionares y haces de fi bras nerviosas
amielínicas. En conjunto forman el plexo mientérico (de Auerbach), que inerva las capas
musculares. Serosa gástrica La serosa del estómago es como la que ya se describió para el tubo
digestivo en general. Es continua con el peritoneo parietal de la cavidad abdominal a través del
omento mayor y con el peritoneo visceral del hígado a través del omento menor. Aparte de
eso, no exhibe características especiales. INTESTINO DELGADO

El intestino delgado es el componente más largo del tubo digestivo; mide más de 6 m y se
divide en tres porciones anatómicas: • El duodeno (!25 cm de longitud) es la primera porción y
la más corta y ancha del intestino delgado. Comienza a la altura del píloro del estómago y
termina en el ángulo duodenoyeyunal (lámina 59, pág. 664). • El yeyuno (!2,5 m de longitud)
comienza en el ángulo duodenoyeyunal y constituye las dos quintas partes proximales del
intestino delgado. Cambia sus características morfológicas en forma gradual hasta convertirse
en el íleon (lámina 60, pág. 666). • El íleon (!3,5 m de longitud) es una continuación del yeyuno
y constituye las tres quintas partes distales del in

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635

CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO DELGADO

CUADRO 17-4 Consideraciones funcionales: funciones digestivas y absortivas de los enterocitos


La membrana plasmática de las microvellosidades del enterocito participa tanto en la digestión
como en la absorción. Las enzimas digestivas están ancladas en la membrana plasmática y sus
grupos funcionales se extienden hacia fuera para formar el glucocáliz. Esta disposición acerca
los productos fi nales de la digestión a su sitio de absorción. Entre las enzimas se encuentran
las peptidasas y las disacaridasas. La membrana plasmática de las microvellosidades apicales
también contienen la enzima enteropeptidasa (enterocinasa), la cual reviste particular
importancia en el duodeno, donde convierte tripsinógeno en tripsina. La tripsina puede
continuar, entonces, la conversión adicional de tripsinógeno en tripsina y la tripsina convierte
otros varios cimógenos pancreáticos en sus enzimas activas (fi g. C17-4.1). en los párrafos que
siguen, se reseña digestión y la absorción de los tres tipos principales de sustancias nutritivas.
La digestión fi nal de los hidratos de carbono la realizan las enzimas unidas a las
microvellosidades de los enterocitos (fi g. C17-4.2). La galactosa, la glucosa y la fructosa son
absorbidas directamente por los capilares venosos y son transportadas al hígado a través de
los vasos del sistema hepático portal. Algunos infantes y un gran porcentaje de los adultos

no pueden tolerar la leche ni los productos lácteos no fermentada debido a la ausencia de


lactasa, la disacaridasa que divide la lactosa en galactosa y glucosa. Si estas personas ingieren
leche, sufren distensión abdominal por gas producido por la digestión bacteriana de la lactosa
no procesada y padecen diarrea. El trastorno se alivia por completo si se elimina la lactosa
(disácarido lácteo) de la dieta. En algunas personas, la intolerancia a la leche también se puede
aliviar en forma parcial o total mediante el uso de productos lácteos reducidos en lactosa o de
tabletas de lactasa (enzima que digiere la lactosa), que se expenden en el comercio como
fármacos de venta libre. Los triglicéridos se degradan a glicerol, monoacilgliceroles y ácidos
grasos de cadenas corta, mediana y larga. Estas sustancias son emulsionadas por las sales
biliares y se in

FIGURA C17-4-1 ▲ Diagrama que ilustra los fenómenos en la activación de las enzimas
proteolíticas del páncreas. La mayoría de las enzimas pancreáticas (proteasas) se secretan
como proenzimas inactivas. Su activación se desencadena por la llegada del quimo al duodeno.
Esto estimula las células mucosas para que liberen y activen la enterocinasa (en azul) dentro
del glucocáliz. La enterocinasa activa el tripsinógeno y lo convierte en su forma activa, la
tripsina (en verde). A su vez, la tripsina activa otras proenzimas pancreáticas (en rojo) en sus
formas activas (en púrpura). Las proteasas activas hidrolizan enlaces peptídicos de proteínas y
polipéptidos y los reducen a péptidos pequeños y aminoácidos.

Cimógenos pancreáticos (proenzimas inactivas)

Cimógeno pancreático

Enzimas activas

Enzima activa

Enterocinasa

TripsinaTripsinógeno

Quimiotripsinógeno Proelastasa Procarboxipeptidasa A Procarboxipeptidasa B Fosfofolipasa A2

Tripsina Quimiotripsina Elastasa Carboxipeptidasa A Carboxipeptidasa B Fosfofolipasa A2

Enterocito
(continúa en página 636)

Sacarosa

SacarosaMaltasa

FructosaGlucosaGalactosa

Capilar

G Na! G Na! G Na! G G F G2

G2G 2G 2

Na! Na!

Lactasa #-dextrinasa

Lactosa Glucógeno Almidón Amilasas salivales y pancreáticas #-dextrinas Maltotriosas


Maltosas

Chapa estriada

~70%

~25%~5%

Enterocito

FIGURA C17-4.2 ▲ Diagrama que ilustra la digestión y la absorción de hidratos de carbono por
el enterocito. Los hidratos de carbono llegan al tubo digestivo como monosacáridos (p. ej.,
glucosa, fructosa y galactosa), disacáridos (p. ej., sacarosa, lactosa y maltosa) y polisacáridos
(p. ej., glucógeno y almidón). Las enzimas que participan en la digestión de hidratos de
carbono se clasifi can como amilasas salivales y pancreáticas. La digestión adicional se realiza
en la chapa estriada de los enterocitos por la acción de enzimas que degradan oligosacáridos y
polisacáridos en tres monosacáridos básicos (glucosa, galactosa y fructosa). La glucosa y la
galactosa son absorbidas por el enterocito mediante un transporte activo que utiliza
transportadores de glucosa dependientes de Na# (SGLT1). Estos transportadores se localizan
en la membrana celular apical (círculos pardos con rótulos G y Na!). La fructosa se introduce en
la célula a través del transporte facilitado independiente de Na# que utiliza GLUT5 (círculo gris
con rótulo F) y transportadores de glucosa GLUT2 (octágono naranja con rótulo G2). Los tres
monosacáridos absorbidos entonces atraviesan la membrana basal del enterocito, para lo que
utilizan transportadores de glucosa GLUT2, y pasan a los capilares subyacentes de la
circulación portal que los conducen hacia su destino fi nal en el hígado.

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO DELGADO

CUADRO 17-4 Consideraciones funcionales: funciones digestivas y absortivas de los enterocitos


(cont.)
troducen en la región apical del enterocito. Aquí, el glicerol y los ácidos grasos de cadena larga
se resintetizan para formar triglicéridos. Los triglicéridos resintetizados aparecen primero en
las vesículas apicales del REL (v. fi g. 17-21), después en el aparato de Golgi (donde se
convierten en quilomicrones, pequeñas gotas de grasa neutra) y por último en vesículas que
transportan los quilomicrones hacia el espacio intercelular. En lugar de ser absorbidos
directamente por los capilares venosos, los quilomicrones se alejan del intestino a través de los
vasos linfáticos (quilíferos) que penetran en cada vellosidad. La linfa con quilomicrones
abundantes entonces drena en el conducto torácico, que desemboca en el sistema venoso
sanguíneo. Cuando entran en la circulación sanguínea, los quilomicrones se desintegran con
rapidez y sus lípidos constituyentes son utilizados en todo el cuerpo. Los ácidos grados de
cadenas corta y mediana y el glicerol atraviesan la membrana celular apical y entran y salen del
enterocito exclusivamente a través de capilares tributarios de la vena porta que llega al
hígado. La digestión y absorción de proteínas se ilustran en la fi gura C17-4.3. Los principales
productos fi nales de la digestión proteica son los aminoácidos (cerca del 30 %) y los
oligopéptidos (cerca del 70 %), que son absorbidos por los enterocitos. El mecanismo de
absorción de aminoácidos es conceptualmente idéntico al de los hidratos de carbono. La
membrana plasmática apical de los enterocitos contiene al menos cuatro cotransportadores
de aminoácidos dependientes de Na+. Los dipéptidos y los tripéptidos son transportados a
través de la membrana apical hacia el citoplasma celular por el cotransportador oligopéptido-
H+ (PepT1). La mayoría de los dipéptidos y tripéptidos son degradados entonces por las
peptidasas citoplasmáticas a aminoácidos libres, los que posteriormente son transportados a
través de la membrana basal (sin la necesidad de un cotransportador) hacia los capilares
subyacentes de la circulación portal. En un trastorno de absorción de aminoácidos
(enfermedad de Hartnup), aparecen aminoácidos libres en la sangre cuando a los pacientes se
les administra dipéptidos pero no cuando reciben aminoácidos libres. Esto sustenta la
conclusión de que los dipéptidos de ciertos aminoácidos se absorben a través del
cotransportador PepT1, que participa en mecanismos diferentes de los utilizados por los
aminoácidos libres.

FIGURA C17-4.3 ▲ Diagrama que ilustra la digestión y la absorción de proteínas por el


enterocito. Las proteínas que ingresan en el tubo digestivo son digeridas completamente hasta
aminoácidos libres (aa) y pequeños fragmentos de dipéptidos y tripéptidos. La digestión
proteica comienza en el estómago con la pepsina, la cual hidroliza proteínas en polipéptidos
grandes. La siguiente etapa ocurre en el intestino delgado por la acción de las enzimas
proteolíticas pancreáticas. El proceso de activación se ilustra en la fi gura C17-4.1. Los
aminoácidos libres son transportados por cuatro cotransportadores de aminoácidos Na#
diferentes. Los dipéptidos y los tripéptidos son transportados a través de la membrana apical
hacia la célula por los cotransportadores de oligopéptido H# (PepT1). La mayor parte de los
dipéptidos y tripéptidos son degradados por peptidasas citoplasmáticas, y los aminoácidos
libres son transportados a través de la membrana basal hacia los capilares subyacentes de la
circulación portal.

Aminoácidos libres

Neutros Básicos Ácidos

Na!H ! Na! Na! Na!

Aminoácidos

Capilar
Proteínas

Pepsina

Proteasas pancreáticas

Oligopéptidos 2-3 aa

Polipéptidos grandes

Oligopéptidos 2-3 aa

Transportadores de polipéptidos

Aminoácido neutro

Transportador de aminoácidos

Aminoácido básico

Aminoácido ácido

Iminoácido/ glicina

Aminoácido neutro

Aminoácido básico

Aminoácido ácido

Iminoácido/ glicina

Peptidasa citoplasmática

Enterocito

Oligopéptido cotransportadorPepT1

Chapa estriada

~75%

~25%

Imino y glicina

a la altura de la base de la vellosidad (v. fi g. 17-18). Las glándulas están compuestas por un
epitelio cilíndrico simple que es continuo con el epitelio de las vellosidades. Al igual que en el
estómago, la lámina propia rodea las glándulas intestinales y contiene abundantes células del
sistema inmunitario (linfocitos, plasmocitos, mastocitos, macrófagos y eosinófi los), en
particular en las vellosidades. La lámina propia también contiene muchos nódulos de tejido
linfático que son uno de los componentes principales del GALT. Los nódulos son
particularmente grandes y abundantes en el íleon, donde se localizan de manera preferencial
en el lado del intestino opuesto a la fi jación mesentérica, es decir, en el borde
antimesentérico del intestino (fi g. 17-20). Estas aglomeraciones nodulares se conocen como
conglo

ubicados justo debajo de la lámina epitelial basal. Además, la lámina propia de la vellosidad
contiene un capilar linfático central de fondo ciego, el vaso quilífero central (fi g. 17-19 y
lámina 60, pág. 666). Las células musculares lisas derivadas de la muscular de la mucosa se
extienden hacia la vellosidad y acompañan al vaso quilífero. Estas células musculares lisas
podrían ser la causa de la contracción y el acortamiento intermitente de las vellosidades, una
acción que impulsaría la linfa desde el vaso quilífero hacia la red de vasos linfáticos que rodean
a la muscular de la mucosa. Las glándulas intestinales o criptas de Lieberkühn, son estructuras
simples tubulares que se extienden desde la muscular de la mucosa a través del espesor de la
lámina propia, donde desembocan en la superfi cie luminal del intestino,

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO DELGADO

FIGURA 17-17 ▲ Fotografía de la superfi cie mucosa del intestino delgado. Esta fotografía de
un segmento de un yeyuno humano muestra la superfi cie mucosa. Los pliegues circulares
(válvulas conniventes) aparecen como una serie de crestas orientadas en forma transversal
que se extienden parcialmente alrededor de la luz. En consecuencia, algunos pliegues
circulares parecen terminar (o comenzar) en varios sitios a lo largo de la superfi cie luminal (fl
echas). Toda la mucosa presenta un aspecto aterciopelado debido a la presencia de
vellosidades.

ab

Vellosidades intestinales

Membrana basal

Glándula intestinal Arteria VenaMuscular de la mucosa

Vaso quilífero central

FIGURA 17-18 ▲ Vellosidades de la mucosa del intestino delgado. a. Fotomicrografía


electrónica de barrido de la mucosa intestinal en la que se ven sus vellosidades. Nótese los orifi
cios (fl echas) ubicados entre las bases de las vellosidades que comunican con las glándulas
intestinales (criptas de Lieberkühn). 800 !. b. Este diagrama tridimensional de las vellosidades
intestinales muestra la continuidad del epitelio que las tapiza con el epitelio que tapiza las
glándulas intestinales. Nótense los vasos sanguíneos y el capilar linfático de terminación ciega,
denominado vaso quilífero central, en el centro de la vellosidad. Entre las bases de las
vellosidades, se pueden ver los orifi cios de las glándulas intestinales (fl echas). Además, los
orifi cios pequeños que aparecen en la superfi cie de las vellosidades indican la ubicación de las
células caliciformes que han liberado sus gránulos.

merados linfonodulares ileales o placas de Peyer. En la anatomía macroscópica, aparecen


como conjuntos de motas blanquecinas en la mucosa. La muscular de la mucosa está
compuesta por dos capas delgadas de células musculares lisas, una capa circular interna y una
capa longitudinal externa. Como ya se mencionó, las haces fi nos de células musculares lisas se
extienden desde la muscular de la mucosa hacia la lámina propia de las vellosidades. En el
epitelio de la mucosa intestinal se encuentran al menos cinco tipos de células. Las células
maduras del epitelio intestinal se encuentran en las glándulas intestinales y en la superfi cie de
las vellosidades. Estas células consisten en: • Enterocitos, cuya función primaria es la absorción
• Células caliciformes, que son glándulas unicelulares secretoras de mucina • Células de
Paneth, cuya función principal es mantener la inmunidad innata de la mucosa mediante la
secreción de sustancias antimicrobianas. • Células enteroendocrinas, que producen varias
hormonas endocrinas y paracrinas. • Células M (células con micropliegues), que son células
especializadas (enterocitos) en el epitelio que cubren los nódulos linfáticos en la lámina propia.

Los enterocitos son células absortivas especializadas para el transporte de sustancias desde la
luz del intestino hacia el sistema circulatorio. Los enterocitos son células cilíndricas altas con
un núcleo posicionado en forma basal (v. fi g. 17-18 y 17-21). Las microvellosidades
incrementan la superfi cie apical hasta 600 veces;

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO DELGADO

en los cortes para la microscopia óptica se reconocen en su conjunto como un borde o chapa
estriada en la superfi cie luminal. Cada microvellosidad tiene un centro de microfi lamentos de
actina orientados en forma vertical, que están anclados a la villina ubicada en la punta de la
microvellosidad y también están adheridos a la membrana plasmática de toda la estructura
por moléculas de miosina I. Los microfi lamentos de actina se extienden dentro del citoplasma
apical y se insertan en el velo terminal, una red de microfi lamentos contráctiles orientados en
forma horizontal que forman una capa en el citoplasma más apical y se unen a la densidad
intracelular asociada con la zonula adherens. La contracción del velo terminal determina que
las microvellosidades se separen, lo cual aumenta el espacio entre ellas para permitir una
mayor superfi cie de exposición para que ocurra la absorción. Además, la contracción del velo
terminal contribuiría a “cerrar” las brechas dejadas en la lámina epitelial por la exfoliación de
las células envejecidas. Los enterocitos están unidos entre sí y a las células caliciformes, a las
células enteroendocrinas y a otras células del epitelio por complejos de unión. Las uniones
herméticas establecen una barrera entre la luz intestinal y el compartimento intercelular
epitelial. Las uniones herméticas entre la luz intestinal y el compartimento de tejido conjuntivo
del organismo permiten la re

Vaso quilífero central

Células de músculo liso

FIGURA 17-19 ▲ Fotomicrografía de una vellosidad intestinal. La superfi cie de la vellosidad


consiste en células epiteliales cilíndricas, sobre todo enterocitos que están provistos de chapa
estriada apical. También hay células caliciformes que pueden identifi carse con facilidad por la
acumulación apical de gránulos de mucinógeno. Debajo del epitelio se encuentra la lámina
propia que consiste en tejido conjuntivo laxo muy celular. La lámina propia contiene grandes
cantidades de células redondeadas, en su mayoría linfocitos. Además, pueden identifi carse
células musculares lisas. Un capilar linfático denominado vaso quilífero central ocupa el centro
de la vellosidad. Cuando el vaso quilífero está dilatado, como en esta muestra, se identifi ca
con facilidad. 160 !.

tención selectiva de sustancias absorbidas por los enterocitos. Como se mencionó en la


sección sobre uniones ocluyentes, el “hermetismo” de estas uniones puede variar. En las
uniones herméticas (zonulae occludens) bastante impermeables, como son las del íleon y el
colon, para mover solutos a través de la barrera se requiere el transporte activo. En términos
simples, los sistemas de transporte activos, por ejemplo, las bombas de sodio (ATPAsa Na#/K#)
localizadas en la membrana plasmática lateral, reducen en forma transitoria la concentración
citoplasmática de Na#, al transportarlo a través de esta membrana hacia el espacio
extracelular por debajo del nivel de la zonulae occludens. Este transporte de

Nódulos linfáticos

Pliegue circular

Submucosa Submucosa Submucosa

Mucosa Mucosa Mucosa

Muscular Muscular externa externa Muscular externa

FIGURA 17-20 ▲ Fotomicrografía de placas de Peyer. Esta fotomicrografía muestra un corte


longitudinal a través de la pared de un íleon humano. Cabe notar la gran cantidad de nódulos
linfáticos localizados en la mucosa y el corte de un pliegue circular que se proyecta hacia la luz
del íleon. Los nódulos linfáticos de la placa de Peyer se ubican principalmente dentro de la
lámina propia, aunque muchos se extienden dentro de la submucosa. Están cubiertos por el
epitelio intestinal que contiene enterocitos, células caliciformes ocasionales y células M
transportadoras de antígeno especializadas. 40 !.

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639

CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO DELGADO

Otros mecanismos de transporte también aumentan las concentraciones de sustancias específi


cas, como monosacáridos, aminoácidos y otros solutos, en el espacio intercelular. Estas
sustancias luego se difunden o fl uyen a favor de sus gradientes de concentración dentro del
espacio intercelular, para cruzar la lámina basal epitelial e ingresar a los capilares fenestrados
en la lámina propia, ubicados justo debajo del epitelio. Las sustancias que son demasiado
grandes para entrar en los vasos sanguíneos, como las partículas lipoproteicas, ingresan en el
vaso quilífero linfático. La superfi cie celular lateral de los enterocitos exhiben evaginaciones
citoplasmáticas complejas aplanadas (pliegues) que se interdigitan con las evaginaciones de las
células contiguas (v. fi g. 5-24). Estos pliegues incrementan la extensión de superfi cie lateral
de la célula, con lo que aumentan la cantidad de membrana plasmática que contiene enzimas
de transporte. Durante la absorción activa, en especial de solutos, agua y lípidos, estos
pliegues laterales se separan y agrandan el compartimento intercelular. El aumento de la
presión hidrostática de los solventes y los solutos acumulados causa un fl ujo

Aparato de Golgi

Quilomicrones

CÉLULAS ABSORTIVAS

RER
REL

Complejos de unión

Velo terminal

Microvellosidades

ab

FIGURA 17-21 ▲ Diagramas de un enterocito en diferentes fases de absorción. a. Esta célula


tiene una chapa estriada (borde estriado) en su superfi cie apical y complejos de unión que
aíslan la luz del intestino del espacio intercelular lateral. En el diagrama se observa el
complemento de orgánulos característico. b. Esta célula muestra la distribución de lípidos
durante la absorción de grasas, tal como se observa con el MET. Al principio, los lípidos
aparecen en asociación con las microvellosidades de la chapa estriada. Son captados,
entonces, por la célula y se ven dentro de las vesículas del retículo endoplásmico liso (REL), en
la región apical del citplasma. Los lípidos limitados por membrana pueden rastrearse hasta el
centro de la célula, donde se fusionan muchas de las vesículas que los contienen. Después se
expulsan hacia el espacio intercelular. Los lípidos extracelulares, que se conocen como
quilomicrones, atraviesan la lámina basal para ser transportados hacia los vasos linfáticos
(verdes), los vasos sanguíneos (rojos) o ambos.

Na# crea una concentración intercelular alta del catión, lo cual determina que el agua de la
célula salga hacia el espacio intercelular y se reduzcan así las concentraciones de agua y Na#
en la célula. En consecuencia, el agua y el Na# ingresan a la célula por su superfi cie apical, la
atraviesan y salen por su membrana plasmática lateral siempre que la bomba de sodio
continúe funcionando. El aumento de la osmolaridad en el espacio intercelular atrae el agua
hacia este espacio y esto crea una presión hidrostática que impulsa el Na# y el agua a través de
la lámina basal hacia el tejido conjuntivo. En los epitelios con uniones herméticas más
permeables, como las que se encuentran en el duodeno y en el yeyuno, una bomba de sodio
también crea una baja concentración de Na# intracelular. Sin embargo, cuando el contenido
que pasa hacia el duodeno y el yeyuno es hipotónico, se produce una absorción considerable
de agua junto con Na# adicional y otros pequeños solutos, directamente a través de las
uniones herméticas de los enterocitos en los espacios intercelulares. Este mecanismo de
absorción se conoce como arrastre del solvente.

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640

CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO DELGADO

de los gránulos de mucinógeno recién formados, que es contigua a la porción basal de la célula
(v. fi g. 17-22a). Las microvellosidades de las células caliciformes están restringidas en el
reborde delgado de citoplasma (la teca) que rodea la porción apicolateral de la acumulación de
gránulos de mucinógeno. Las microvellosidades son más obvias en las células caliciformes
inmaduras que hay en la mitad profunda de las glándulas intestinales. Las células de Paneth
cumplen una función en la regulación de la fl ora bacteriana normal del intestino delgado. Las
células de Paneth se ubican en las bases de las glándulas intestinales. (A veces, también se
encuentran en pequeñas cantidades en el colon normal; su cantidad puede incrementarse en
ciertos estados patológicos). Estas células tienen un citoplasma basal basófi lo, un aparato de
Golgi supranuclear y grandes gránulos de secreción apicales que son muy acidófi los y
refráctiles. Estos gránulos permiten su fácil identifi cación en los cortes histológicos de rutina
(fi g. 17-23). Los gránulos de secreción contienen la enzima antibacteriana lisozima, %-
defensinas, otras glucoproteínas, una proteína con abundancia de arginina (que puede ser la
causa de la acidofi lia intensa) y cinc. La lisozima digiere las paredes celulares de ciertos grupos
de bacterias. Las #-defensinas son homólogas de los péptidos que funcionan como mediadores
en los linfocitos T CD8# citotóxicos. Su acción antibacteriana y su capacidad para fagocitar
ciertas bacterias y protozoos indican que las células de Paneth desempeñan un papel en la
regulación de la fl ora bacteriana normal del intestino delgado. Las células enteroendocrinas
en el intestino delgado producen casi todas las mismas hormonas peptídicas que en el
estómago. Las células enteroendocrinas en el intestino delgado se parecen a las que se
encuentran en el estómago (v. fi g. 17-12). Las “células cerradas” se concentran en la porción
basal de la glándula intestinal, mientras que las “células abiertas” pueden encontrarse en
todos los niveles de cada vellosidad. La activación de los receptores de gusto que hay en la
membrana celular apical de las “células abiertas”, activan la cascada de señalización iniciada
por proteínas G, que produce la liberación de péptidos que regulan una gran variedad de
funciones gastrointestinales. Estas funciones comprenden la regulación de la secreción
pancreática, la inducción de la digestión y de la absorción y el control de la homeostasis
energética al actuar sobre mecanismos nerviosos del eje encefaloenteroadiposo. Casi todas las
mismas hormonas peptídicas identifi cadas en este tipo celular en el estómago, pueden
detectarse en las células enteroendocrinas del intestino (v. tabla 17-1). La colecistocinina
(CCK), la secretina, el polipéptido inhibidor gástrico (GIP) y la motilina son los reguladores más
activos de la fi siología gastrointestinal que se liberan en esta porción del intestino (v. fi g. 17-
13). La CCK y la secretina incrementan la actividad del páncreas y de la vesícula biliar e inhiben
la función secretora y la motilidad gástricas. El GIP estimula la liberación de insulina por el
páncreas y la motilina induce la motilidad gástrica e intestinal. Si bien se han aislado otros
péptidos producidos por las células enteroendocrinas, todavía no se consideran hormonas y,
por lo tanto, se los denomina candidatos hormonales (pág. 632). Las células enteroendocrinas
también producen al menos dos hormonas, la somatostatina y la histamina, que actúan como
hormonas

direccionado a través de la lámina basal del epitelio hacia la lámina propia (v. fi g. 5-1). Además
de las especializaciones de membrana asociadas con la absorción y el transporte, el citoplasma
del enterocito también está especializado en estas funciones. Las mitocondrias alargadas que
suministran energía están concentradas en el citoplasma apical entre el velo terminal y el
núcleo. Los túbulos y las cisternas del retículo endoplásmico liso (REL), que participa en la
absorción de ácidos grasos y glicerol y en la resíntesis de las grasas neutras, se encuentran en
el citoplasma apical debajo del velo terminal. Los enterocitos también son células secretoras
que producen las enzimas necesarias para la digestión terminal y la absorción, así como para la
secreción de agua y electrolitos. La función secretora de los enterocitos, que consiste
principalmente en la síntesis de enzimas glucoproteicas que se insertarán en la membrana
plasmática apical, tiene como correlato morfológico los rimeros de cisternas del Golgi en la
región supranuclear inmediata y los ribosomas libres y el RER a los lados del aparato de Golgi
(v. fi g. 17-21). En el citoplasma apical, justo debajo del velo terminal y a lo largo de la
membrana plasmática lateral, hay pequeñas vesículas de secreción que contienen
glucoproteínas destinadas a la superfi cie celular. Sin embargo, para distinguir estas vesículas
de secreción de vesículas endocíticas o de lisosomas pequeños, es necesario utilizar métodos
histoquímicos o autorradiográfi cos. El intestino delgado también secreta agua y electrolitos.
Esta actividad ocurre principalmente en las células dentro de las glándulas intestinales. Se cree
que esta secreción que ocurre en estas glándulas contribuye al proceso de digestión y de
absorción al mantener un estado líquido adecuado del quimo intestinal. En situaciones
normales, la absorción de líquidos por el enterocito de una vellosidad está equilibrada con la
secreción de líquido por el enterocito de una glándula intestinal. Las células caliciformes
representan glándulas unicelulares dispersas entre las otras células del epitelio intestinal. Al
igual que en otros epitelios, las células caliciformes producen moco. En el intestino delgado, las
células caliciformes incrementan su cantidad desde el duodeno hasta la porción terminal del
íleon. Además, como en otros epitelios, dado que el mucinógeno hidrosoluble se pierde
durante la preparación de cortes teñidos con H&E de rutina, la parte de la célula que
normalmente contiene gránulos de mucinógeno aparece vacía. El examen con el MET permite
observar una gran acumulación de gránulos de mucinógeno en el citoplasma apical que
distiende esa región de la célula y distorsiona la forma de las células vecinas (fi g. 17-22). Con
la región celular apical repleta de gránulos de mucinógeno, la porción basal de la célula parece
una columna delgada. Esta porción basal es muy basófi la en los preparados histológicos
debido a que está ocupada por un núcleo heterocromático, un RER extenso y ribosomas libres.
Las mitocondrias también están concentradas en el citoplasma basal. La forma característica
de esta célula, con su dilatación apical por la acumulación de gránulos y su región basal muy
estrecha, es la causa del nombre “caliciforme”, por su semejanza con un cáliz. Una estructura
extensa de cisternas de Golgi aplanadas forma una concavidad amplia alrededor

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO DELGADO

tan micropliegues en lugar de microvellosidades y una capa delgada de glucocáliz. La superfi


cie apical expresa abundancia de receptores de la glucoproteína 2 (GP2) que fi jan
macromoléculas específi cas y bacterias gramnegativas (p. ej., escherichia coli). Las sustancias
unidas a los receptores GP2 son captadas por las vesículas endocíticas y transportadas a la
superfi cie celular basolateral del receso con forma de bolsillo. Dentro del receso, el contenido
liberado se transfi ere de inmediato a las células inmunitarias que están en este espacio. Por lo
tanto, las células M funcionan como células transportadoras de antígeno altamente
especializadas que relocalizan antígenos intactos desde la luz intestinal a través de la barrera
epitelial. Los antígenos que alcanzan las células inmunitarias de este modo, estimulan una
respuesta en el GALT que se describe más adelante. Las células intermediarias constituyen el
compartimento de amplifi cación del nicho de células madre intestinales. Las células
intermediarias constituyen la mayoría de las células del nicho de células madre intestinales
que se localiza en la mitad basal de la glándula intestinal. Estas células componen el
compartimento de amplifi cación de las células que mantienen la capacidad de dividirse y que
suelen sufrir una

paracrinas (v. pág. 632) (es decir, hormonas que tienen un efecto local y no circulan en el
torrente sanguíneo). Además, varios péptidos son secretados por las células nerviosas
localizadas en la submucosa y la muscular externa. Estos péptidos, denominados hormonas
neurocrinas, están representados por el péptido intestinal vasoactivo (VIP, vasoactive
intestinal peptide), la bombesina y las encefalinas. Las funciones de estos péptidos se reseñan
en la tabla 17-2. Las células M transportan microorganismos y otras macromoléculas desde la
luz intestinal hacia las placas de Peyer. Las células M son células epiteliales que cubren las
placas de Peyer y otros nódulos linfáticos grandes; son muy diferentes de las células epiteliales
intestinales circundantes (cuadro 17-5). Las células M tienen una forma muy interesante
debido a que cada célula desarrolla un receso profundo con forma de bolsillo conectado al
espacio extracelular. Las células dendríticas, los macrófagos y los linfocitos T y B se localizan en
este espacio. Debido a esta forma única, la superfi cie celular basolateral de la célula M se
ubica a unos pocos micrones de su superfi cie apical, con lo que se reduce mucho la distancia
que las vesículas endocíticas deben recorrer para cruzar la barrera epitelial. En su superfi cie
apical, las células M presen

Gránulos de mucinógeno

Aparato de Golgi

Núcleo

Retículo Retículo endoplásmico endoplásmico rugoso rugoso

**

Lámina basal a

Gránulos de mucinógeno

Aparato de Golgi

Núcleo

Retículo endoplásmico rugoso

Retículo Retículo endoplásmico endoplásmico rugoso rugoso Retículo endoplásmico rugoso

**

Lámina basal CÉLULA CALICIFORME

Microvellosidad

ba FIGURA 17-22 ▲ Fotomicrografía electrónica y diagrama de una célula caliciforme. a. Esta


fotomicrografía electrónica muestra la región basal de una célula caliciforme que se ilustra en
el diagrama contiguo. La célula está apoyada en la lámina basal. La región basal de la célula
contiene el núcleo, el retículo endoplásmico rugoso y las mitocondrias. Justo encima del
núcleo se observa una cantidad abundante de dictiosomas del aparato de Golgi. A medida que
el producto mucoso se acumula en las cisternas de Golgi, éstas se dilatan (asteriscos). Los
gránulos de mucinógeno grandes ocupan casi toda la región apical de la célula y en conjunto
constituyen el “cáliz mucoso” que se observa con el microscopio óptico. 15 000 !. b. Este
diagrama muestra una célula caliciforme completa. La región incluida en el cuadro de este
diagrama corresponde a la región de la que probablemente se obtuvo la fotomicrografía
electrónica contigua. El núcleo está ubicado en la porción basal de la célula. La mayor parte de
la célula está llena de gránulos de mucinógeno que le imparten la forma de copa o cáliz
mucoso que se observa con el microscopio electrónico. En la base y en la parte inferior de los
lados del cáliz mucoso, se encuentran los sáculos aplanados del gran aparato de Golgi. Los
otros orgánulos se distribuyen en el resto del citoplasma, en especial en el citoplasma
perinuclear en la base de la célula.
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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO DELGADO

una capa de organización laxa que contiene nódulos linfáticos, linfocitos, macrófagos,
plasmocitos y eosinófi los en la lámina propia (lámina 55, pág. 656). Los linfocitos también se
localizan entre las células epiteliales. Este GALT actúa como una barrera inmunitaria en toda la
extensión del tubo digestivo. En cooperación con las células epiteliales subyacentes, en
particular las células M, el tejido linfático toma muestras de los antígenos que hay en los
espacios intercelulares del epitelio. Los linfocitos, los macrófagos y otras células presentadoras
de antígenos procesan los antígenos y migran hacia los nódulos linfáticos de la lámina propia
donde sufren activación (v. pág. 491), lo cual conduce a la secreción de anticuerpos por los
plasmocitos recién diferenciados. La superfi cie mucosa está protegida por respuestas
mediadas por inmunoglobulina. La superfi cie mucosa del tubo intestinal se encuentra en
desafío constante por la presencia de microorganismos (p. ej., virus, bacterias, parásitos) y
toxinas ingeridas, los que después de afectar la barrera epitelial pueden causar infecciones o
enfermedades. Un ejemplo de un mecanismo de defensa específi co es la respuesta mediada
por inmunoglobulinas en la que participan anticuerpos IgA, igM e IgE. La mayoría de los
plasmocitos de la lámina propia del intestino secretan anticuerpos dIgA diméricos en lugar de
IgG que son más comunes. Otros plasmocitos producen IgM pentamérica e IgE (v. pág. 600). La
dIgA dimérica está compuesta por dos subunidades de IgA monoméricas y una cadena J de
polipéptidos (v. fi g. 16-28). Las moléculas dIgA secretadas se unen al receptor de
inmunoglobulina polimérica (pIgR) localizado en el dominio basal de las células epiteliales (fi g.
17-24). El receptor pIgR es una glucoproteína transmembrana (75 kDa) sintetizada por
enterocitos y expresada en la membrana plasmática basal. El complejo pIgR–dIgA luego sufre
endocitosis y se transporta a través del epitelio hasta la superfi cie apical del enterocito (este
tipo de transporte se conoce como transcitosis). Después de que el complejo pIgR–dIgA
alcanza la superfi cie apical, la pIgR se escinde proteolíticamente y la porción extracelular del
receptor que está unida a la dIgA se libera en la luz intestinal (v. fi g. 17-24). Este dominio
extracelular de unión escindido del receptor es conocido como componente secretor (SC); la
dIgA secretada en asociación con el SC se denomina IgA secretora (sIgA). La liberación de
inmunoglobulinas sIgA es decisiva para la vigilancia inmunitaria adecuada por el sistema
inmunitario de la mucosa. En la luz, la sIgA se une a antígenos, toxinas y microorganismos. La
IgA secretora impide la adherencia y la invasión de virus y bacterias a la mucosa ya sea por
inhibir su motilidad, causar aglomeración microbiana o enmascarar los sitios de adhesión de
los agentes patógenos en la superfi cie epitelial. Por ejemplo, la sIgA se une a una
glucoproteína situada en la envoltura del virus VIH (virus de inmunodefi ciencia humana) e
impide su adherencia, su incorporación y su replicación ulterior en la célula. La IgA secretora es
la principal molécula inmunitaria de la mucosa. Sin embargo, las moléculas IgM utilizan
mecanismos similares de transcitosis mediada por receptores para alcanzar la superfi cie de la
mucosa. Algunas IgE se fi jan a las membranas plasmáticas de los mastocitos de la lámina
propia (v. pág. 215-217), lo cual sensibiliza en forma selectiva a antígenos específi cos
provenientes de la luz intestinal.

o dos mitosis antes de comprometerse a la diferenciación en células absortivas o caliciformes.


Estas células tienen microvellosidades irregulares cortas con fi lamentos centrales largos que
se extienden en profundidad hacia el citoplasma apical y establecen muchas uniones
maculares (desmosomas) con las células contiguas. Pequeños gránulos secretores similares a la
mucina forman una columna en el centro del citoplasma supranuclear. Las células intermedias
que están predestinadas a convertirse en células caliciformes desarrollan una pequeña
colección redondeada de gránulos secretores justo debajo de la membrana plasmática apical;
en tanto que las células predestinadas a convertirse en células absortivas pierden los gránulos
secretores y comienzan a acumular mitocondrias, RER y ribosomas en el citoplasma apical. El
GALT es prominente en la lámina propia del intestino delgado. Como ya se mencionó, la lámina
propia del tubo digestivo está superpoblada por elementos del sistema inmunitario; alrededor
de una cuarta parte de la mucosa está compuesta por

Muscular Muscular de la mucosa de la mucosa Muscular de la mucosa

FIGURA 17-23 ▲ Fotomicrografía de las glándulas intestinales en las que se ven las células de
Paneth. Esta fotomicrografía muestra la base de las glándulas intestinales (yeyunales) en un
preparado teñido con H&E. La glándula de la derecha aparece en corte longitudinal; a la
izquierda de la fotografía hay otra glándula seccionada en sentido transversal que aparece
como una silueta circular. Las células de Paneth normalmente se ubican en la base de las
glándulas intestinales y se ven bien con el microscopio óptico debido a la intensa tinción con
eosina de sus gránulos. La lámina propia contiene abundantes plasmocitos, linfocitos y otras
células del tejido conjuntivo. Cabe notar que hay varios linfocitos en el epitelio de la glándula
(fl echas). 240 !. Recuadro. Este aumento mayor de la región contenida en el rectángulo
muestra el citoplasma basófi lo característico de la porción basal de las células y las grandes
acumulaciones de gránulos de secreción refráctiles muy eosinófi los en la porción apical de la
célula. Es probable que una proteína rica en arginina que se encuentra en los gránulos sea la
causa de la intensa reacción eosinófi la. 680 !.

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO DELGADO

CUADRO 17-5 Consideraciones funcionales: funciones inmunitarias del tubo digestivo

Los inmunólogos han demostrado que el GALT (tejido linfático asociado con el intestino) no
sólo responde a estímulos antigénicos sino que también posee capacidad de vigilancia
inmunitaria. Esta función se ha esclarecido en forma parcial para los nódulos linfáticos del tubo
digestivo. Las células M que cubren las placas de Peyer y los nódulos linfáticos poseen
micropliegues superfi ciales distintivos que podrían confundirse con microvellosidades gruesas
en los cortes. Las células se identifi can con facilidad con el microscopio electrónico de barrido
porque los micropliegues de su superfi cie contrastan mucho con las microvellosidades que
componen la chapa estriada de los enterocitos contiguos. Se ha demostrado con la
glucoproteína GP2 (que se utiliza como marcador molecular para las células M) que las células
M captan proteínas y bacterias por endocitosis desde la luz intestinal, las transportan en
vesículas a través de la célula y expulsan su contenido por exocitosis hacia recesos profundos
que son continuos con el espacio extracelular (fi g. C175.1). Las células dendríticas y los
linfocitos que hay dentro de los recesos del espacio extracelular toman muestras de las
proteínas, incluso antígenos, provenientes de la luz intestinal y así tienen la oportunidad de
estimular el desarrollo de anticuerpos específi cos contra los antígenos. El destino de estos
linfocitos expuestos aún no se ha determinado con certeza. Algunos se mantienen dentro del
tejido linfático local, pero otros pueden estar destinados a otros sitios del organismo, como las
glándulas salivales y mamarias. Se debe recordar que en las glándulas salivales, las células del
sistema inmunitario (plasmocitos) secretan IgA, que el epitelio glandular después convierte en
sIgA. Algunos estudios experimentales señalan que el contacto con el antígeno necesario para
la producción de IgA por los plasmocitos, ocurre en los nódulos linfáticos de los intestinos. Los
hallazgos recientes de estudios que utilizaron ratones carentes de GP2 muestran que la
interacción de la GP2 con la bacteria cumple un papel importante en las respuestas
inmunitarias específi cas contra antígeno en las placas de Peyer. Esto puede conducir al
desarrollo no sólo de nuevas vacunas orales para enfermedades infecciosas sino también del
tratamiento innovador de tumores y enfermedades infl amatorias del intestino.

bb

Célula M

Linfocitos

Células absortivas

Lámina basal a Célula dendrítica Macrófago FIGURA C17-5.1 ▲ Diagrama de células M que
cubren un nódulo linfático del intestino. a. Este diagrama muestra la relación de las células M
(células con micropliegues) y las células absortivas en el epitelio que cubre un nódulo linfático.
La célula M es una célula epitelial que muestra micropliegues en lugar de microvellosidades en
su superfi cie apical. Tiene recesos profundos dentro de los cuales, los linfocitos, los
macrófagos y las evaginaciones de las células dendríticas se acercan a la luz del intestino
delgado. Un antígeno intacto proveniente de la luz intestinal se transfi ere a través de la capa
delgada del citoplasma apical de la célula M a los linfocitos y a otras células presentadoras de
antígenos que ocupan los recesos. b. Fotomicrografía electrónica de barrido de un nódulo
linfático de una placa de Peyer que sobresale en la luz del íleon. Cabe notar que el área del
folículo cubierta por células M está rodeada por proyecciones digitiformes de la vellosidad
intestinal. La superfi cie de las células M tiene un aspecto liso. La falta de células absortivas y
células caliciformes productoras de moco en la región cubierta por células M, facilitan las
reacciones inmunitarias ante los antígenos. 80 !. (Reproducido con autorización de Owen RL,
Johns AL. Epithelial cell specialization within human Peyer’s patches: an ultrastructural study of
intestinal lymphoid follicles. Gastroenterology 1974;66:189-203).

glándulas submucosas, también denominadas glándulas de Brunner. Las glándulas submucosas


tubulares ramifi cadas del duodeno, poseen células secretoras con características tanto de
células productoras de cimógeno como de células productoras de moco (fi g. 17-25).

Submucosa Una característica distintiva del duodeno es la presencia de glándulas submucosas.


La submucosa está compuesta por tejido conjuntivo denso y sitios localizados que contienen
acumulaciones de adipocitos. Una característica obvia en el duodeno es la presencia de

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO DELGADO

FIGURA 17-24 ▲ Diagrama de la secreción y el transporte de la inmunoglobulina A (IgA). El


plasmocito sintetiza una forma monomérica de la inmunoglobulina A (IgA). La IgA se secreta
hacia la lámina propia en la forma dimérica dlgA. La dIgA está compuesta por dos subunidades
IgA monoméricas y una cadena J de polipéptidos, también sintetizada por el plasmocito. En la
lámina propia, la dIgA se une al receptor de la inmunoglobulina polimérica (pIgR) situado en la
membrana celular basal del enterocito. El complejo pIgR-IgA ingresa en la célula por
endocitosis y se transporta dentro de las vesículas endocíticas hasta el compartimento
endosómico temprano y después hasta la superfi cie apical (un proceso llamado transcitosis).
Las vesículas endocíticas se fusionan con la membrana plasmática apical, el pIgR se escinde en
forma proteolítica y la dIgA se libera con la porción extracelular del receptor pIgR. Esta porción
del pIgR permanece con el dímero IgA y se convierte en el componente secretor (SC) de la IgA
secretora (sIgA).

LUZ INTESTINAL

LÁMINA PROPIA

Cadena J

plgR

Endosoma temprano

Plasmocito

Lámina basal

dIgA

IgA

sIgA Componente secretor (SC)

La secreción de estas glándulas tiene un pH entre 8,1 y 9,3 y contiene glucoproteínas neutras y
alcalinas e iones bicarbonato. Es probable que esta secreción muy alcalina sirva para proteger
el intestino delgado proximal al neutralizar el quimo ácido proveniente del estómago. También
acerca el pH del contenido intestinal a valores casi óptimos para la acción de las enzimas
pancreáticas que también llegan al duodeno.

Glándulas Glándulas de Brunner de Brunner Glándulas de Brunner

Submucosa Submucosa Submucosa

Muscular Muscular de la mucosa de la mucosa Muscular de la mucosa

FIGURA 17-25▲Fotomicrografía de las glándulas de Brunner en el duodeno. Esta


fotomicrografía muestra parte de la pared duodenal en un preparado teñido con H&E. Una
característica distintiva del duodeno es la presencia de las glándulas de Brunner. La línea de
puntos marca el límite entre las vellosidades y las glándulas intestinales típicas (criptas de
Lieberkühn). Estas últimas se extienden hacia la muscular de la mucosa. Debajo de la mucosa
se encuentra la submucosa, que contiene las glándulas de Brunner. Éstas son glándulas
tubulares ramifi cadas cuyos componentes secretores están formados por células cilíndricas. El
conducto de las glándulas de Brunner se abre en la luz de la glándula intestinal (fl echas). 120 !.
Muscular externa La muscular externa está compuesta por una capa interna de células
musculares lisas dispuestas en forma circular y una capa externa de células musculares lisas
dispuestas en forma longitudinal. Los componentes principales del plexo mientérico (plexo de
Auerbach) se localizan entre estas dos capas musculares (fi g. 17-26). En el intestino delgado se
producen dos clases de contracción muscular. Las contracciones locales desplazan el contenido
intestinal en forma tanto proximal como distal y reciben el nombre de contracciones de
segmentación. Estas contracciones son causadas sobre todo por la capa muscular circular.
Sirven para movilizar el quimo en forma local al mezclarlo con los jugos digestivos y hacer que
entre en contacto con la mucosa para la absorción. La peristalsis, la segunda clase de
contracción, comprende la acción coordinada de las capas musculares circular y longitudinal y
desplaza el contenido intestinal en forma distal. Serosa La serosa de las partes del intestino
delgado que están cubiertas por peritoneo dentro de la cavidad abdominal, se
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645

CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO GRUESO

rresponde con la descripción general presentada al comienzo de este capítulo. Renovación


celular epitelial en el intestino delgado Todas las células maduras del epitelio intestinal
provienen de una sola población de células madre. Las células madre están situadas en la base
de la glándula intestinal. Este nicho de células madre intestinales (zona de replicación celular)
está restringido en la mitad basal de la glándula y contiene células intermedias muy
proliferativas (como ya se explicó) y células en diversas etapas de diferenciación. Una célula
destinada a convertirse en una célula caliciforme o absortiva suele sufrir varias mitosis
adicionales después de abandonar el reservorio de células madre. Las células epiteliales
migran hacia arriba en la glándula intestinal y ascienden por la vellosidad hasta que sufren
apoptosis y se exfolian hacia la luz. Los estudios autorradiográfi cos han mostrado que el
tiempo de renovación para las células absortivas y las células caliciformes en el intestino
delgado humano es de 4 a 6 días. Las células enteroendocrinas y las células de Paneth también
derivan de los células madre de la base de la glándula intestinal. Al parecer, las células
enteroendocrinas se dividen sólo una vez antes de sufrir diferenciación. Migran junto con las
células absortivas y las células caliciformes pero con un ritmo más lento. Las células de Paneth
migran hacia abajo y permanecen en la base de la glándula intestinal. Viven alrededor de 4
semanas y después son reemplazadas por diferenciación de una célula “predestinada” cercana
en la glándula intestinal. Las células que se reconocen como células de Pa

CB

SM

SM

CB

BV

SC
CB

SM

SM

CB

BV

SC

CB

SM

SM

CB

BV

SC

CB

SM

SM

CB

BV

SC

CB

SM

SM

CB

BV

SC

FIGURA 17-26▲Fotomicrografía electrónica del plexo mientérico (de Auerbach). El plexo está
ubicado entre las dos capas de músculo liso (SM) de la muscular externa. Está compuesto por
somas neuronales (CB) y una gran red de fi bras nerviosas (N). Junto a los somas neuronales se
observa una célula satélite (SC), también conocida como célula neuróglica entérica. Estas
células tienen características estructurales y químicas en común con las células gliales del
sistema nervioso central. BV, vaso sanguíneo. 3 800 !.

neth no se dividen más. Como ya se mencionó en el capítulo sobre tejido epitelial (pág. 171), la
expresión del factor de transcripción Math1 parece determinar el destino de las células en
diferenciación en el nicho de células madre intestinales. Las células destinadas al linaje
secretor (es decir, las células que se diferenciarán en células caliciformes, enteroendocrinas y
de Paneth) sufren un aumento de la expresión de Math1. La inhibición de la expresión de
Math1 caracteriza el mecanismo de desarrollo por defecto que da origen a las células
intestinales absortivas (enterocitos). INTESTINO GRUESO El intestino grueso comprende el
ciego con su apéndice vermiforme, el colon, el recto y el conducto anal. El colon a su vez se
subdivide según su ubicación anatómica en colon ascendente, colon transverso, colon
descendente y colon sigmoide. Las cuatro capas características del tubo digestivo también
aparecen en todo el intestino grueso. Sin embargo, en el nivel macroscópico se comprueban
varios rasgos distintivos (fi g. 17-27): • Tenias del colon, que representan tres bandas
equidistantes, estrechas y gruesas formadas por la capa longitudinal externa de la muscular
externa. Se ven sobre todo en el ciego y en el colon y están ausentes en el recto, el conducto
anal y el apéndice vermiforme. • Haustras colónicas, que son saculaciones visibles entre las
tenias del colon en la superfi cie externa del ciego y del colon. • Apéndices omentales, que son
pequeñas proyecciones adiposas de la serosa que se observan en la capa externa del colon.
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646

CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO GRUESO

Mucosa La mucosa del intestino grueso presenta una superfi cie “lisa”, sin pliegues circulares
ni vellosidades. Contiene abundantes glándulas intestinales (criptas de Lieberkühn) tubulares
rectas, que se extienden en todo su espesor (fi g. 17-28a). Las glándulas consisten en el mismo
epitelio cilíndrico simple que posee la superfi cie intestinal desde la que se invaginan. La
exploración de la superfi cie luminal del intestino grueso con el microscopio permite ver los
orifi cios de las glándulas, que se distribuyen según un patrón ordenado (fi g. 17-28b). Las
funciones principales del intestino grueso son la reabsorción de agua y electrolitos y la
eliminación de alimentos no digeridos y de desechos. La función primaria de las células
absortivas cilíndricas es la reabsorción de agua y electrolitos. La morfología de las células
absortivas es, en esencia, idéntica a la de los enterocitos del intestino delgado. La reabsorción
se logra mediante el mismo sistema de transporte impulsado por la ATPasa activada por
Na#/K# descrito para el intestino delgado. La eliminación de los materiales de desecho sólidos
o semisólidos es facilitada por la gran cantidad de moco secretado por las abundantes células
caliciformes de las glándulas intestinales. Las células caliciformes son más numerosas en el
intestino grueso que en el intestino delgado (v. fi g. 17-28a y lámina 62, pág. 670). Estas células
producen mucina que es secretada en forma continua para lubricar el intestino, lo cual facilita
el paso del contenido cada vez más sólido. El epitelio mucoso del intestino grueso contiene los
mismos tipos celulares que el intestino delgado excepto las células de Paneth, que
normalmente faltan en los seres humanos. Las células absortivas cilíndricas predominan sobre
las células caliciformes (4:1) en casi todo el colon, aunque esto no siem

TTCC TTCC TC
HHCC HHCC HC

OA

FIGURA 17-27 ▲ Fotografía del intestino grueso. Esta fotografía muestra la superfi cie externa
(serosa) (a la izquierda) y la superfi cie interna (mucosa) (a la derecha) del colon transverso. En
la superfi cie externa, se deben notar las características distintivas del intestino grueso: una
banda de musculo liso bien defi nida que corresponde a una de las tres tenias del colon (TC);
las haustras colónicas (HC) o saculaciones del colon ubicadas entre las tenias y los apéndices
omentales (OA), que son pequeñas proyecciones peritoneales repletas de tejido adiposo. La
superfi cie mucosa lisa exhibe pliegues semilunares (fl echas) formados como respuesta a las
contracciones de la muscular externa. Compárese la superfi cie mucosa que se muestra aquí
con la del intestino delgado (fi g. 17.17).

Muscular Muscular de la mucosa de la mucosa Muscular de la mucosa

Lámina propia Lámina propia Lámina propia

Mucosa Mucosa Mucosa

ab ab ab ab ab

Epitelio

FIGURA 17-28▲Mucosa del intestino grueso. a. Esta fotomicrografía de un corte teñido con
H&E muestra la mucosa y parte de la submucosa. El epitelio superfi cial es continuo con las
glándulas intestinales (criptas de Lieberkühn) que son tubulares, rectas y no ramifi cadas. Las fl
echas indican los orifi cios de las glándulas en la superfi cie intestinal. Las células epiteliales
consisten principalmente en células absortivas y células caliciformes. Conforme se sigue el
epitelio hacia la profundidad de la glándula, la cantidad de células absortivas se reduce,
mientras que las células caliciformes se tornan cada vez más abundantes. La lámina propia
muy celular contiene muchos linfocitos y otras células del sistema inmunitario. b.
Fotomicrografía electrónica de barrido de la superfi cie mucosa del intestino grueso humano.
La superfi cie se divide en territorios por surcos (fl echas). Cada territorio contiene de 25 a 100
orifi cios glandulares. 140 !. (Reproducido con autorización de Fenoglio CM, Richart RM, Kaye
GI. Comparative electron-microscopic features of normal, hyperplastic, and adenomatous
human colonic epithelium. II. Variations in surface architecture found by scanning electron
microscopy. Gastroenterology 1975;69:100–109.)

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO GRUESO

pre se observa en los cortes histológicos (v. fi g. 17-28a). Sin embargo, esta proporción
disminuye para aproximarse a 1:1 cerca del recto, donde la cantidad de células caliciformes se
incrementa. Si bien las células absortivas secretan glucocáliz a un ritmo rápido (el tiempo de
recambio en los seres humanos es de 16 h a 24 h), no se ha comprobado que esta capa
contenga enzimas digestivas en el colon. Al igual que en el intestino delgado, sin embargo, la
ATPasa Na#/K# es abundante y está localizada en las membranas plasmáticas laterales de las
células absortivas. El espacio intercelular con frecuencia está dilatado, lo que indica el
transporte activo de líquido. Las células caliciformes madurarían en la porción profunda de la
glándula intestinal, aún en la zona de replicación (fi g. 17-29). Secretan moco en forma
continua, incluso hasta el momento que alcanzan la superfi cie luminal. Aquí, en la superfi cie,
el ritmo de secreción excede al de síntesis y en el epitelio aparecen células caliciformes
“agotadas”. Estas células son altas y delgadas y presentan una pequeña cantidad de gránulos
de mucinógeno en el citoplasma centroapical. En el epitelio colónico también se ha descripto
un tipo celular que no se observa con mucha frecuencia, la célula “con fl ecos” caveolada; sin
embargo, este tipo celular puede ser una forma de célula caliciforme agotada. Renovación
celular epitelial en el intestino grueso Todas las células epiteliales intestinales en el intestino
grueso derivan de una sola población de células madre. Al igual que en el intestino delgado,
todas las células epiteliales mucosas del intestino grueso se originan a partir de células madre
localizados en la base de la glándula intestinal. La tercera parte basal de la glándula constituye
el nicho de células madre intestinales, donde las células recién generadas sufren dos o tres
divisiones adicionales a medida que comienzan a migrar hacia la superfi cie luminal para
exfoliarse unos 5 días más tarde. Los tipos de células intermedias que se encuentran en la
tercera parte basal de la glándula intestinal, son idénticos a los del intestino delgado. Los
tiempos de recambio de las células epiteliales del intestino grueso son similares a los del
intestino delgado (es decir, cerca de 6 días para las células absortivas y caliciformes y 4
semanas para las células enteroendocrinas). Las células epiteliales seniles que alcanzan la
superfi cie de la mucosa sufren apoptosis y se exfolian hacia la luz en el punto medio entre dos
glándulas intestinales contiguas. Lámina Propia Si bien la lámina propia del intestino grueso
contiene los mismos componentes básicos que el resto del tubo digestivo, demuestra algunas
características estructurales adicionales y un mayor desarrollo de algunas otras, a saber: •
Meseta colágena, que es una gruesa capa de colágeno y proteoglucanos que se ubica entre la
lámina basal del epitelio y la de los capilares venosos absortivos fenestrados. Esta capa tiene
alrededor de 5 &m de espesor en el colon humano normal y puede ser hasta tres veces más
gruesa en los pólipos colónicos hiperplásicos. La meseta colágena participa en la regulación del
transporte de agua y electrolitos desde el compartimento intercelular del epitelio hacia el
compartimento vascular.

GC

CT E

GC

C
L

GC

CT E

GC

GC

CT E

GC

GC

N
CT E

GC

GC

CT E

GC

FIGURA 17-29 ▲ Fotomicrografía electrónica de células caliciformes en proceso de división.


Esta fotomicrografía electrónica demuestra que ciertas células del intestino continúan su
división aún después de haberse diferenciado. Aquí aparecen dos células caliciformes (GC) en
proceso de división. Normalmente, las células en división se alejan de la lámina basal y se
acercan a la luz. Una de las células caliciformes contiene gránulos de mucinógeno (M) en su
citoplasma apical. Los cromosomas (C) de las células en división no están rodeados por una
envoltura nuclear. Compárese con los núcleos (N) de las células epiteliales intestinales que no
están en proceso de división. La luz de la glándula (L) está en el ángulo superior derecho de la
fotografía. CT, tejido conjuntivo; E, eosinófi lo. 5 000 !. • Vaina fi broblástica pericríptica, que
constituye una población de fi broblastos bien desarrollada cuyas células se replican con
regularidad. Los fi broblastos se dividen justo debajo de la base de la glándula intestinal, junto
a los células madre del epitelio (tanto en el intestino delgado como en el intestino grueso). Los
fi broblastos pueden diferenciarse y migrar hacia arriba en forma paralela y sin

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO GRUESO

crónica con las células epiteliales. Aunque el destino fi nal del fi broblasto pericríptico es
desconocido, la mayoría de estas células, después de alcanzar el nivel de la superfi cie luminal,
adoptan las características morfológicas e histoquímicas de los macrófagos. Algunos datos
indican que los macrófagos del centro de la lámina propia del intestino grueso se originarían
como una diferenciación terminal de los fi broblastos pericrípticos. • GALT, que es continuo
con el íleon terminal. En el intestino grueso, el GALT está más desarrollado; nódulos linfáticos
grandes distorsionan el espaciado regular de las glándulas intestinales y se extienden hacia la
submucosa. Es probable que el desarrollo extenso del sistema inmunitario en el colon sea un
refl ejo de la cantidad y variedad de microorganismos y productos fi nales del metabolismo
nocivos que hay en la luz colónica normal. • Vasos linfáticos. En general, no hay vasos linfáticos
en el centro de la lámina propia entre las glándulas intestinales y ninguno se extiende hacia la
superfi cie luminal del intestino grueso. Sólo en fecha reciente y mediante el uso de nuevos
marcadores muy selectivos para el epitelio linfático, los investigadores han encontrado vasos
linfáticos de pequeño calibre ocasionales a la altura de las bases de las glándulas intestinales.
Estos vasos drenan hacia la red linfática de la muscular de la mucosa. El siguiente paso en el
drenaje linfático ocurre en los plexos linfáticos de la submucosa y la muscular externa antes de
que la linfa abandone la pared del intestino grueso y drene en los nódulos linfáticos regionales.
Para comprender la importancia clínica del patrón linfático en el intestino grueso, véase el
cuadro 17-6.

Muscular externa Como ya se mencionó, en el ciego y en el colon (ascendente, transverso,


descendente y sigmoide) la capa externa de la muscular externa está parcialmente condensada
en bandas musculares longitudinales prominentes, denominadas tenias del colon, que pueden
observarse a simple vista (v. fi g. 17-27). Entre estas bandas, la capa longitudinal forma una
lámina muy delgada. En el recto, en el conducto anal y en el apéndice vermiforme, la capa
longitudinal externa de músculo liso presenta un espesor grueso y uniforme, como en el
intestino delgado. Los haces musculares de las tenias del colon penetran la capa muscular
interna circular con intervalos irregulares en toda la longitud y circunferencia del colon. Estas
discontinuidades visibles en la muscular externa permiten que diferentes segmentos del colon
se contraigan en forma independiente, lo cual conduce a la formación de las haustras del
colon, que son saculaciones en la pared colónica. La muscular externa del intestino grueso
produce dos tipos principales de contracciones: de segmentación y peristálticas. Las
contracciones de segmentación son locales y no propulsan el contenido intestinal. La
peristalsis causa el movimiento masivo distal del contenido colónico. Los movimientos
peristálticos masivos son infrecuentes. En las personas sanas suelen ocurrir una vez al día para
vaciar el colon distal. Submucosa y serosa La submucosa del intestino grueso se corresponde
con la descripción general ya brindada. En los sitios en que el in

testino grueso está en contacto directo con otras estructuras (como sucede en gran parte de
su superfi cie posterior), su capa externa es una adventicia; en el resto del órgano, la capa
externa es una serosa típica. Ciego y apéndice El ciego forma una bolsa ciega justo distal a la
válvula ileocecal. El apéndice es una evaginación digitiforme delgada de esa bolsa. La histología
del ciego es muy similar a la del resto del colon; el apéndice difi ere del colon porque tiene una
capa uniforme de músculo longitudinal en la muscular externa (fi g. 17-30 y lámina 63, pág.
672). El rasgo más obvio del apéndice es la gran cantidad de nódulos linfáticos que se
extienden dentro de la submucosa. En muchos adultos, la estructura normal del apéndice
desaparece y el órgano se llena con tejido cicatrizal fi broso. La obstrucción del orifi cio de
comunicación entre el apéndice y el ciego, en general debido a cicatrices, produce
acumulación de moco viscoso o materia fecal que se introduce en la luz del apéndice
proveniente del ciego y puede causar apendicitis (infl amación del apéndice). El apéndice
también es un sitio común de aparición de carcinoide, un tipo de tumor que se origina a partir
de las células enteroendocrinas de la mucosa de revestimiento (v. cuadro 17-3). Recto y
conducto anal El recto es la porción distal dilatada del tubo digestivo. Su parte superior se
distingue del resto del intestino grueso por la presencia de pliegues denominados pliegues
rectales transversos. La mucosa del recto es similar a la del resto del colon distal y posee
glándulas intestinales tubulares rectas con muchas células caliciformes. La porción más distal
del tubo digestivo es el conducto anal. Tiene una longitud media de 4 cm y se extiende desde
la cara superior del diafragma pélvico hasta el orifi cio anal (fi g. 17-31). La porción superior del
conducto anal presenta pliegues longitudinales denominados columnas anales. Las
depresiones que hay entre estas columnas reciben el nombre de senos anales. El conducto
anal está dividido en tres zonas de acuerdo con las características del revestimiento epitelial: •
Zona colorrectal, que se encuentra en la tercera parte superior del conducto anal y contiene
epitelio cilíndrico simple con características idénticas a las del epitelio del recto. • Zona de
transición anal (ATZ), que ocupa la tercera parte del medio del conducto anal. Constituye la
transición entre el epitelio cilíndrico simple de la mucosa rectal y el epitelio estratifi cado plano
de la piel perianal. La ATZ posee un epitelio cilíndrico estratifi cado interpuesto entre el
epitelio cilíndrico simple y el epitelio estratifi cado plano, que se extiende hacia la zona
cutánea del conducto anal (fi g. 17-32 y lámina 64, pág. 674). • Zona escamosa, que se
encuentra en la tercera parte inferior del conducto anal. Esta zona está revestida con epitelio
estratifi cado plano (escamoso) que es continuo con el de la piel perianal. En el conducto anal,
las glándulas anales se extienden dentro de la submucosa e incluso dentro de la muscular
externa. Estas glándulas tubulares rectas ramifi cadas secretan booksmedicos.org
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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO GRUESO

venoso rectal. La dilatación de estas venas de la submucosa constituye las hemorroides


internas, que están relacionadas con el aumento de la presión venosa en el circuito de la vena
porta (hipertensión portal). No hay tenias colónicas en el recto; la capa longitudinal de la
muscular externa forma una lámina de espesor uniforme. La muscular de la mucosa
desaparece más o menos a la altura de la ATZ, donde la capa circular de la muscular externa se
engrosa para formar el esfínter anal interno. El esfínter anal externo está formado por músculo
estriado del periné.

moco en la superfi cie anal a través de conductos revestidos por un epitelio cilíndrico estratifi
cado. A veces, las glándulas anales están rodeadas por tejido linfático difuso. Con frecuencia
conducen a la formación de fístulas patológicas (un orifi co de comunicación falso entre el
conducto anal y la piel perianal). La piel que rodea el orifi cio anal contiene glándulas apocrinas
grandes llamadas glándulas circumanales. En algunos animales, la secreción de estas glándulas
actúa como una sustancia de atracción sexual. En este sitio también se encuentran folículos
pilosos y glándulas sebáceas. La submucosa de las columnas anales contiene las ramifi caciones
terminales de la arteria rectal superior y el plexo

CUADRO 17-6 Correlación clínica: patrón de distribución de los vasos linfáticos y enfermedades
del intestino grueso.

La ausencia de drenaje linfático desde la lámina propia del intestino grueso, se descubrió
inicialmente con el uso de técnicas estándar para el análisis de muestras de tejido obtenidas
de biopsias con los microscopios óptico y electrónico. Recientemente, los anticuerpos D2-40
monoclonales específi cos que reaccionan con una sialoglucoproteína ligada a O de 40 kDa que
se expresa en el endotelio linfático, están disponibles para el estudio de la distribución de los
vasos linfáticos. Este estudio se tornó importante para verifi car la integridad morfológica de la
lámina propia en el intestino grueso, que está asociada con la ausencia de vasos linfáticos. Por
ejemplo, en la infl amación superfi cial crónica del colon y el recto conocida como colitis
ulcerosa, la formación de tejido granuloso está asociada con la proliferación de vasos
sanguíneos y linfáticos dentro de la lámina propia. La linfangiogénesis (formación de vasos
linfáticos) de esta enfermedad, está vinculada con la expresión del factor de crecimiento del
endotelio vascular (VEGF). El progreso del tratamiento de la colitis ulcerosa se puede verifi car
por biopsias, que muestran la desaparición de vasos linfáticos de la lámina propia. Por otro
lado, la mayor cantidad de vasos linfáticos en la lámina propia señala la presencia de una infl
amación activa.

El descubrimiento de la distribución de los vasos linfáticos en el intestino grueso estableció la


base para el tratamiento actual de los adenomas (pólipos adenomatosos del intestino grueso).
Éstos son neoplasias intraepiteliales localizadas en la masa de tejido que sobresale en la luz del
intestino grueso (fi g. C17-6.1). La ausencia de vasos linfáticos en la lámina propia fue
importante para entender el ritmo lento de metástasis de ciertos tipos de cáncer de colon. Los
cánceres que forman grandes pólipos adenomatosos en el colon, pueden crecer
excesivamente dentro del epitelio y la lámina propia antes de tener acceso a los vasos
linfáticos que hay a la altura de la muscular de la mucosa. Dado que casi el 50 % de todos los
pólipos adenomatosos del intestino grueso se localizan en el recto y en el colon sigmoide, su
presencia se puede detectar por medio de una rectosigmoideoscopía. Mientras la lesión esté
confi nada a la mucosa, la remoción endoscópica de tales pólipos se considera un tratamiento
clínico adecuado. Sin embargo, la decisión terapéutica fi nal debe ser confi rmada después de
un examen microscópico cuidadoso del espécimen extirpado.

a a b FIGURA C17-6.1 ▲ Pólipo adenomatoso del intestino grueso. a. Esta imagen muestra una
vista macroscópica del pólipo (cerca de 2 cm de diámetro) que fue extirpado quirúrgicamente
del intestino grueso durante una colonoscopía endoscópica. Tiene una superfi cie abollonada
característica (con tumefacciones redondeadas) y un pedículo mediante el cual se une a la
pared del colon. b. Esta fotomicrografía se obtuvo del centro del pólipo. En el extremo del
pólipo, se nota un patrón repetitivo de túbulos cubiertos con células epiteliales neoplásicas
que han migrado y se han acumulado en la superfi cie intestinal. El pedículo en el centro es
continuo con la submucosa del colon. Cabe notar también la presencia de un epitelio cilíndrico
simple normal del intestino grueso en la base del pedículo. (Reproducido de Mitros FA, Rubin
E. The Gastrointestinal Tract. In: Rubin R, Strayer DS (eds): Rubin’s Pathology: Clinicopathologic
Foundations of Medicine, 5th ed. Baltimore: Lippincott Williams & Wilkins, 2008).

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650

CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO GRUESO

Submucosa Submucosa Submucosa

Muscular Muscular externa externa Muscular externa

Mucosa Mucosa Mucosa


Nódulos linfáticos Nódulos linfáticos Nódulos linfáticos

FIGURA 17-30 ▲ Fotomicrografía de un corte transversal a través del apéndice vermiforme. El


apéndice vermiforme posee las mismas cuatro capas que el intestino grueso pero su diámetro
es menor. Normalmente, los nódulos linfáticos se observan dentro de la mucosa entera y con
frecuencia se extienden hacia la submucosa. Se deben observar los centros germinativos bien
delimitados dentro de los nódulos linfáticos. La muscular externa está compuesta por una capa
circular bastante gruesa y una capa longitudinal externa mucho más fi na. El apéndice está
cubierto por una capa serosa que es continua con el mesoapéndice (abajo, a la derechar). 10 !.

CUADRO 17-7 Correlación clínica: cáncer colorrectal

Piel

Esfínter anal interno

Columnas anales

Esfínter anal externo

Pliegues rectales transversos

Ampolla rectal Pliegues mucosos

Recto Conducto anal Piel perianal Zona colorrectal Zona de transición anal Zona escamosa
Senos anales FIGURA 17-31 ▲ Ilustración del recto y del conducto anal. El recto y el conducto
anal son las porciones terminales del intestino grueso. Están revestidos por la mucosa
colorrectal que posee un epitelio cilíndrico simple formado en su mayor parte por células
caliciformes y una gran cantidad de glándulas anales. En el conducto anal, el epitelio cilíndrico
simple sufre una transición a epitelio cilíndrico estratifi cado (o cubico) y después a epitelio
estratifi cado plano. Esta transición se produce en la región conocida como zona de transición
anal, que ocupa la tercera parte media del conducto anal, entre la zona colorrectal y la zona
escamosa de la piel perianal.

El cáncer colorrectal (cáncer de colon o recto) es una de las principales causas de muerte
relacionadas con cáncer en Estados Unidos. En 2013, se diagnosticaron más de 100 000
cánceres de colon y 40 000 cánceres rectales, que condujeron a más de 50 000 muertes en el
año. El cáncer colorrectal suele presentarse entre los 60 y los 79 años en personas con dietas
bajas en fi bras y altas en grasas. La mayoría de los cánceres colorrectales (cerca del 98 %) son
adenocarcinomas y comienzan como pequeñas masas de células benignas que se originan en
el epitelio glandular. Estas masas forman pólipos adenomatosos, que normalmente se pueden
detectar con una colonoscopía o una sigmoidoscopía. En los exámenes microscópicos, las
glándulas intestinales irregulares están revestidas por una capa o más de células neoplásicas
que se tiñen de oscuro, con producción de moco o sin ella (fi g. C17-7.1). El cáncer de colon
varía en su distribución a lo largo del intestino grueso. Alrededor del 38 % de los cánceres se
localiza en el ciego y en el colon ascendente, el 38 % en el colon transverso, el 18 % en el colon
descendente y el 8 % en el colon sigmoide.

En la actualidad, se cree que la inestabilidad cromosómica asociada con la acumulación


escalonada de las mutaciones en los protooncogenes y los genes supresores, desempeña un
papel decisivo en el desarrollo del cáncer colorrectal. Inicialmente, cuando las células
epiteliales pierden el gen supresor de tumores APC, desarrollan pequeños pólipos. A
continuación, la mutación en el protooncogen K-Ras transforma el pólipo en un adenoma
benigno. Estas células sufren una mutación y/o supresión adicional por el gen supresor de
tumores p53 y el gen DCC, lo que conduce al desarrollo de una forma invasiva de
adenocarcinoma. El segundo mecanismo que conduce al desarrollo del cáncer colorrectal es
causado por lesiones genéticas en el gen de reparación de incompatibilidad de ADN en las
células epiteliales del colon. El cáncer colorrectal en esta etapa temprana suele producir
síntomas generales como cambios en el movimiento intestinal, constipación o diarrea
persistentes, calambres rectales o sangrado rectal, lo que puede ser un indicador de una
malignidad en desarrollo. Con una detección temprana, la cirugía, la radiación y/o la
quimioterapia pueden ser tratamientos efectivos. booksmedicos.org

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CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo INTESTINO GRUESO

CUADRO 17-7 Correlación clínica: cáncer colorrectal (cont.) Adenocarcinoma

ab ab Submucosa Submucosa Submucosa

Mucosa Mucosa Mucosa

Muscular Muscular de la mucosa de la mucosa Muscular de la mucosa

Muscular Muscular externa externa Muscular externa

FIGURA C17-7.1 ▲ Características macroscópicas y microscópicas del adenocarcinoma de


colon. a. Esta fotografía muestra una masa elevada y centralmente ulcerada que fue extirpada
quirúrgicamente del colon. b. Esta fotomicrografía con poco aumento exhibe un sector de un
tumor que fue tomada desde un borde libre de la lesión para mostrar tanto la mucosa normal
del intestino grueso (izquierda) como un adenocarcinoma invasivo (arriba, a la izquierda). La
transición abrupta al adenocarcinoma está marcada por la línea de puntos. Las glándulas
intestinales en la parte normal del epitelio están revestidas por una capa simple de células
caliciformes y absortivas y ocupa todo el espesor de la mucosa. En cambio, el tejido invadido
por el adenocarcinoma muestra un patrón irregular de glándulas sin presencia de producción
de moco. Las células y sus núcleos se tiñen intensamente con hematoxilina (hipercromáticos).
Nótese que las fi bras musculares derivadas de la muscular de la mucosa transcurren entre las
glándulas colónicas. 120 !. (Ambas imágenes, gentileza del Dr. Thomas C. Smyrk.)

ab ab ab ab ab

Esfínter Esfínter anal anal interno interno

Esfínter Esfínter anal anal externo externo

Esfínter anal interno

Esfínter anal externo

Epitelio simple cilíndrico Epitelio estratificado cúbico

Glándula Glándula anal anal Glándula anal

Lámina Lámina propia propia Lámina propia

Válvula Válvula anal anal Válvula anal


CRZ

ATZ

SQZ

FIGURA 17-32▲Microfotografías del conducto anal. a. Esta fotomicrografía muestra un corte


longitudinal a través de la pared del conducto anal. Se deben notar las tres zonas del conducto
anal: la zona escamosa (SQZ) que contiene un epitelio estratifi cado plano; la zona de
transición anal (ATZ) que contiene un epitelio estratifi cado plano, un epitelio estratifi cado
cúbico o cilíndrico y el epitelio cilíndrico simple de la mucosa rectal y la zona colorrectal (CRZ)
que contiene sólo un epitelio cilíndrico simple como el resto del colon. Nótese la válvula anal
que señala la transición entre la ATZ y la SQZ. El esfínter interno del ano es producto del
engrosamiento de la capa circular de la muscular externa. En el tejido subcutáneo se ve una
pequeña porción del esfínter externo del ano. 10 !. b. En este gran aumento de la región
dentro del rectángulo en a se ve con más detalle la zona de transición del conducto anal. Se
debe notar la transición brusca entre el epitelio estratifi cado cúbico y el epitelio cilíndrico
simple. El epitelio cilíndrico simple de las glándulas anales se extiende hacia la submucosa.
Estas glándulas tubulares rectas que secretan moco están rodeadas por tejido linfático difuso.
200 !.

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652

CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo HISTOLOGÍA 101

ESTÓMAGO ◗ El estómago presenta tres regiones histológicas: la región cardial que rodea el
orifi cio esofágico, la región pilórica cerca de la unión gastroduodenal y la región fúndica
(anatómicamente ocupada por el fondo y el cuerpo). ◗ La mucosa de la región fúndica forma
varios pliegues longitudinales (rugae). Las células mucosas superfi ciales tapizan la superfi cie
interna del estómago y las fositas o fovéolas gástricas, que son los orifi cios en las glándulas
fúndicas ramifi cadas. Las células mucosas superfi ciales producen una cubierta viscosa
(insoluble) gelifi cada, que contiene iones de bicarbonato, para proteger la superfi cie epitelial
contra agresiones físicas y químicas. ◗ Las glándulas fúndicas producen jugo gástrico que
contiene cuatro componentes principales: ácido clorhídrico (HCl), pepsina (enzima
proteolítica), factor intrínseco (para la absorción de vitamina B12) y moco (protector contra el
ácido gástrico). ◗ El epitelio de la glándula fúndica tiene cuatro tipos celulares principales: las
células mucosas del cuello, que producen secreciones mucosas solubles y poco alcalinas; las
células parietales, responsables de la producción de HCl en la luz de su sistema de canalículos
intracelulares; las células principales, que secretan la proteína pepsinógeno; las células
enteroendocrinas, que producen pequeñas hormonas paracrinas y reguladoras
gastrointestinales y las células madre, que son precursores de todas las células de la glándula
fúndica. ◗ Las células mucosas del cuello producen secreciones mucosas solubles y poco
alcalinas. ◗ Las células parietales son grandes células en el medio de la glándula que se
encargan de la producción de HCl dentro de la luz del sistema de canalículos intracelulares.
Estas células también secretan factor intrínseco. ◗ Las células principales se localizan en la
parte profunda de la glándula fúndica y secretan la proteína pepsinógeno. Al contacto con el
pH bajo del jugo gástrico, el pepsinógeno se convierte en pepsina, una enzima proteolítica
activa.

ESÓFAGO ◗ La mucosa del esófago posee un epitelio plano estratifi cado sin estrato córneo. La
submucosa contiene glándulas esofágicas propias que lubrican y protegen la superfi cie de la
mucosa. La muscular externa es estriada en su parte superior y es reemplazada en forma
gradual por la capa de músculo liso en la parte inferior. ◗ En la transición esofagogástrica, el
epitelio plano estratifi cado sin estrato córneo cambia en forma súbita al epitelio cilíndrico
simple de la mucosa gástrica. Las glándulas cardiales esofágicas están presentes en la lámina
propia en esta transición.

GENERALIDADES DEL ESÓFAGO Y DEL TUBO DIGESTIVO ◗ El tubo digestivo que se extiende
desde el esófago hasta el conducto anal, es un tubo hueco compuesto por cuatro capas bien
defi nidas (desde la luz hacia afuera): mucosa, submucosa, muscular externa y serosa (cuando
el órgano está cubierto por peritoneo) o adventicia (cuando el órgano está rodeado por tejido
conjuntivo). ◗ La mucosa siempre se asocia con la lámina propia subyacente (tejido conjuntivo
laxo) y la muscular de la mucosa (capa muscular lisa). El tipo de epitelio mucoso varía de una
región a otra, al igual que el espesor de la lámina propia y la muscular de la mucosa ◗ La
submucosa está compuesta por tejido conjuntivo denso irregular que contiene vasos
sanguíneos y linfáticos, un plexo nervioso y a veces glándulas. ◗ La muscular externa mezcla e
impulsa el contenido del tubo digestivo. Consiste en dos capas de músculo liso: la capa interna
es circular y la capa externa tiene una orientación longitudinal y entre ellas se halla el plexo
nervioso mientérico. ◗ La serosa o adventicia es la capa más externa del tubo digestivo.

Puntos esenciales Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo booksmedicos.org

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653

CAPÍTULO 17 Sistema digestivo II: esófago y tubo digestivo HISTOLOGÍA 101

◗ Las células enteroendocrinas se encuentran en todos los niveles de la glándula fúndica.


Producen pequeñas hormonas reguladoras gastrointestinales y paracrinas. ◗ Las células madre
son precursores de todas las células de la glándula fúndica y se localizan en la región del cuello
de la glándula. ◗ Las glándulas cardiales están compuestas en su totalidad por células
secretoras de moco con ocasionales células enteroendocrinas entremezcladas. ◗ Las glándulas
pilóricas son ramifi cadas y están tapizadas por células que tienen un aspecto semejante al de
las células mucosas superfi ciales y células enteroendocrinas ocasionales.

INTESTINO GRUESO ◗ El intestino grueso está compuesto por el ciego (con su apéndice
vermiforme), el colon, el recto y el conducto anal. El apéndice tiene una gran cantidad de
nódulos linfáticos que se extienden hacia la submucosa. ◗ La mucosa del intestino grueso
contiene abundantes glándulas intestinales (criptas de Lieberkühn) tubulares rectas, que se
extienden en todo su espesor. Las glándulas están cubiertas por enterocitos (para la
reabsorción de agua) y células caliciformes ( para lubricación) ◗ La muscular externa del colon
presenta su capa externa condensada en tres bandas longitudinales prominentes, las tenias
colónicas, que conducen a la formación de saculaciones en la pared del intestino grueso
(haustras colónicas) ◗ En el conducto anal, el epitelio cilíndrico simple se torna estratifi cado en
la zona de transición anal (tercera parte media del conducto anal). La parte inferior del
conducto anal está cubierta por epitelio estratifi cado plano que es continuo con la piel
perineal.

INTESTINO DELGADO ◗ El intestino delgado es el componente más largo del tubo digestivo y
está dividido en tres regiones anatómicas: el duodeno (con glándulas de Brunner secretoras de
moco en la submucosa), el yeyuno y el íleon (con placas de Peyer en la submucosa). ◗ La
mucosa del intestino delgado está revestida por epitelio cilíndrico simple y su superfi cie
absortiva está incrementada por los pliegues circulares y las vellosidades. Las glándulas
intestinales tubulares simples (o criptas) se extienden desde la muscular de la mucosa y
desembocan en la luz de la base de la vellosidad. ◗ El epitelio mucoso intestinal presenta al
menos cinco tipos celulares: enterocitos, que son células absortivas especializadas para el
transporte de sustancias desde la luz hacia los vasos sanguíneos o linfáticos; las células
caliciformes, que son glándulas unicelulares mucosecretoras entremezcladas con otras células
del epitelio intestinal; las células de Paneth, que secretan sustancias antimicrobianas (p. ej.,
lisozima, %-defensinas); las células enteroendocrinas, que producen diversas hormonas
endocrinas y paracrinas gastrointestinales y las células M, que están especializadas como
células transportadoras de antígeno y cubren los nódulos linfáticos de la lámina propia. ◗ Las
células del epitelio mucoso intestinal se hallan tanto en las glándulas intestinales como en la
superfi cie de las vellosidades, y sus proporciones cambian según la región. ◗ Los enterocitos
son células absortivas especializadas en el transporte de sustancias desde la luz hacia los vasos
sanguíneos olinfáticos. ◗ Las células caliciformes son glándulas unicelulares secretoras de
mucina dispersas entre otras células del epitelio intestinal. ◗ Las células de Paneth se
encuentran en la base de las glándulas intestinales, y su función primaria es secretar sustancias
antimicrobianas (p. ej.,lisozima, %-defensinas) ◗ Las células enteroendocrinas producen
diversas hormonas endocrinas y paracrinas gastrointestinales. Las células M (que poseen
micropliegues) están especializadas como células transportadoras de antígenos. Cubren los
nódulos linfáticos de la lámina propia. ◗ Los células madre son precursores de todas las células
de las glándulas intestinales y se localizan cerca del fondo de la glándula. ◗ La muscular externa
coordina las contracciones de las capas interna circular y externa longitudinal para producir
peristalsis que desplaza el contenido intestinal en dirección distal. El plexo mientérico (plexo
de Auerbach) autónomo inerva la muscular externa.

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En el embrión, el hígado se desarrolla como una evaginación endodérmica desde la pared del
intestino anterior (específi camente, a la altura de la porción que se convertirá en el duodeno)
para formar el divertículo hepático. El divertículo prolifera y da origen a los hepatocitos, que se
organizan en cordones celulares (hepatocitos) para formar el parénquima hepático. El pedículo
original del divertículo hepático se convierte en el colédoco (conducto biliar común). Un brote
de este conducto forma el divertículo cístico que da origen a la vesícula biliar y al conducto
cístico. Fisiología hepática Muchas proteinas plasmáticas en circulación son producidas y
secretadas por el hígado. El hígado desempeña un papel importante en la captación,
almacenamiento y distribución de sustancias nutritivas y vitaminas que circulan el torrente
sanguíneo. También mantiene la concentración sanguínea de glucosa y regula las
concentraciones circulantes de lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL). Además, el hígado
degrada o conjuga muchos fármacos y sustancias tóxicas, pero puede ser abrumado por estar
sustancias y sufrir lesiones. El hígado también es un órgano exocrino; pro

HÍGADO Generalidades El hígado es la masa de tejido glandular más grande del organismo y el
órgano interno más voluminoso; tiene un peso aproximado 1 500 g que corresponde más o
menos al 2,5 % del peso corporal de un adulto. Se localiza en el cuadrante superior derecho y
en parte del cuadrante superior izquierdo de la cavidad abdominal, protegido por la parrilla
costal. El hígado está encerrado en una cápsula de tejido conjuntivo fi broso (cápsula de
Glisson); una cubierta serosa (peritoneo visceral) que rodea la cápsula, excepto donde el
hígado se adhiere directamente al diafragma o a los otros órganos. El hígado está
anatómicamente dividido por surcos profundos en dos grandes lobulillos (los lobulillos
derecho e izquierdo) y dos lobulillos pequeños (el lobulillo cuadrado y el lobulillo caudado; fi g.
18-1). Esta división anatómica sólo tiene importancia topográfi ca porque relaciona los
lobulillos hepáticos con otros órganos abdominales. La división en segmentos funcionales o
quirúrgicos que corresponden a la irrigación sanguínea y al drenaje biliar tiene una importancia
clínica mayor.

HÍGADO / 677 Generalidades / 677 Fisiología hepática / 677 Irrigación hepática / 680
Organización estructural del hígado / 681 Vía linfática / 687 Hepatocitos / 687 Árbol biliar / 690
VESÍCULA BILIAR / 693 PÁNCREAS / 696 Generalidades / 696 Páncreas exocrino / 696

Sistema de conductos del páncreas exocrino / 697 Páncreas endocrino / 700 Cuadro 18-1
Correlación clínica: lipoproteínas / 679 Cuadro 18-2 Correlación clínica: insufi ciencia cardíaca
congestiva y necrosis hepática / 686 Cuadro 18-3 Correlación clínica: producción de insulina y
enfermedad de Alzheimer / 703 Cuadro 18- 4 Consideraciones funcionales: síntesis de insulina,
un ejemplo de procesamiento postraduccional / 705 HISTOLOGÍA 101. Puntos esenciales / 706

18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas HÍGADO

diante el mantenimiento de la presión coloidosmótica del plasma. • Lipoproteínas, en


particular, VLDL. El hígado sintetiza la mayor parte de las VLDL, que participan en el transporte
de triglicéridos desde el hígado hacia otros órganos. El hígado también produce pequeñas
cantidades de otras lipoproteínas plasmáticas, como las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y
las lipoproteínas de alta densidad (HDL). Las LDL transportan ésteres de colesterol desde el
hígado hacia otros tejidos. Las HDL extraen el colesterol desde los tejidos periféricos y lo
transportan hacia el hígado (v. cuadro 18-1). • Glucoproteínas, que incluyen proteinas que
participan en el transporte de hierro como la haptoglobina, la transferrina y la hemopexina. •
Protrombina y fi brinógeno, componentes importantes de la cascada de coagulación de la
sangre. • Globulinas no inmunitarias ! y ", que también ayudan a mantener la presión
coloidosmótica y sirven como proteínas transportadoras para varias sustancias (v. cap.10).

El hígado almacena y convierte varias vitaminas y hierro. Varias vitaminas se captan desde la
sangre y después se almacenan o se modifi can bioquímicamente por el hígado. Estas
vitaminas comprenden: • Vitamina A (retinol), es importante para la visión. La vitamina A es el
precursor del retinal, que es necesario para la síntesis de rodopsina en la retina del ojo. El
hígado desempeña un papel importante en la captación, el almacenamiento y el
mantenimiento de concentraciones circulantes adecuadas de vitamina A. Cuando la
concentración sanguínea de vitamina A disminuye, el hígado moviliza sus depósitos en las
células hepáticas estrelladas (ver pág. 685-686). Entonces la vitamina A se libera hacia la
circulación en la forma de retinol unido a la proteína fi jadora de retinol (RBP). El hígado
también sintetiza RBP; la síntesis de RBP es regulada por la concentración plasmática de
vitamina A. La ceguera nocturna y múltiples trastornos de la piel están relacionados con la
insufi ciencia de vitamina A. • Vitamina D (colecalciferol), es importante en el metabolismo del
calcio y del fosfato. La vitamina D se adquiere de la vitamina dietética D3 y también se produce
en la piel durante la exposición a la luz ultravioleta por la conversión de 7-dehidrocolesterol. A
diferencia de la vitamina A, la vitamina D no se almacena en el hígado sino que se distribuye en
el músculo esquelético y en el tejido adiposo. El hígado desempeña un importante papel en el
metabolismo de la vitamina D al convertir la vitamina D3 en 25-hidroxicolecalciferol, la forma
predominante de vitamina D en la circulación. En los riñones tiene lugar la conversión adicional
de la vitamina D3 en 1,25-hidroxicolecalciferol (calcitriol), que es 10 veces más activo que la
vitamina D3. La vitamina D es indispensable para el desarrollo y el crecimiento del esqueleto y
de los dientes. La insufi ciencia de vitamina D se asocia con el raquitismo y los trastornos de la
mineralización ósea. • Vitamina K, es importante para la síntesis hepática de la protrombina y
varios otros factores de coagulación.

duce la bilis que contiene sales biliares, fosfolípidos y colesterol. Por último, el hígado
desempeña funciones de tipo endocrino importantes. El hígado produce la mayor parte de las
proteínas plasmáticas que circulan en el organismo. Las proteínas plasmáticas circulantes
producidas por el hígado comprenden: • Albúminas, que participan en la regulación del
volumen plasmático y del equilibrio líquido de los tejidos me

Vesícula biliar

Vesícula biliar

Tríadas portales

Ligamento redondo

Ligamento redondo

Vénula hepática terminal (vena central)

Ligamento falciforme

Ligamento falciforme

Lobulillo derecho

Lobulillo izquierdo

Vena cava inferior

Superficie desnuda

SUPERFICIE VISCERAL

SUPERFICIE DIAFRAGMÁTICA
FIGURA 18-1 ▲ Estructura anatómica del hígado. Este diagrama ilustra una vista macroscópica
de las superfi cies diafragmática y visceral del hígado, con puntos de referencia anatómicos
marcados en ambas superfi cies. El corte transversal del hígado visto con un aumento mayor
(abajo) muestra la organización microscópica general del hígado en lobulillos. Cabe notar la
presencia de tríadas portales hepáticas en la periferia de cada lobulillo, con la vénula hepática
terminal (vena central) en el centro del lobulillo.

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas HÍGADO

sanguíneas múltiples) puede conducir a la hemocromatosis, una forma de lesión hepática que
se caracteriza por la presencia de cantidades excesivas de hemosiderina en los hepatocitos. El
hígado degrada fármacos y toxinas. Los hepatocitos están involucrados en la degradación de
fármacos, toxinas y otras proteínas extrañas al organismo (xenobióticos). Muchos fármacos y
toxinas no son hidrófi los y, por lo tanto, los riñones no pueden eliminarlos con efi cacia de la
circulación. El hígado convierte estas sustancias en formas más hidrosolubles. Este proceso es
realizado por los hepatocitos en dos fases: • Fase I (oxidación) comprende la hidroxilación
(adición de un grupo !OH) y la carboxilación (adición de un grupo !COOH) en un compuesto
extraño. Esta fase ocurre en el retículo endoplásmico liso (REL) y las mitocondrias del
hepatocito. El mecanismo incluye una serie de reacciones bioquímicas con proteínas que en
conjunto se denominan citocromo P450. • Fase II (conjugación) comprende la conjugación
(asociación) de la sustancia extraña con ácido glucurónico, glicina o taurina. Este proceso torna
el producto de la fase I

Al igual que la vitamina D, la vitamina K deriva de dos fuentes: la dieta y la síntesis por la fl ora
bacteriana del intestino delgado. La vitamina K se transporta con los quilomicrones hacia el
hígado, donde se absorbe con rapidez, se utiliza en forma parcial y después se secreta en parte
con la fracción de VLDL. La insufi ciencia de vitamina K se asocia con la hipoprotrombinemia y
los trastornos hemorrágicos. Además, el hígado participa en el almacenamiento, el
metabolismo y la homeostasis del hierro. Sintetiza casi todas las proteínas que intervienen en
el metabolismo y transporte de hierro, como la transferrina, la haptoglobina y la hemopexina.
La transferrina es una proteína plasmática transportadora de hierro. La haptoglobina se une a
la hemoglobina libre en el plasma, desde donde todo el complejo es captado por el hígado
para conservar el hierro. La hemopexina participa en el transporte del grupo hemo libre en la
sangre. El hierro se almacena en el citoplasma de los hepatocitos en la forma de ferritina o
puede convertirse en gránulos de hemosiderina. Estudios recientes indican que los hepatocitos
son los sitios principales de almacenamiento prolongado de hierro. La sobrecarga de hierro
(como ocurre en las transfusiones

Las VLDL (very low density lipoproteins = lipoproteínas de muy baja densidad) son más densas
y más pequeñas que los quilomicrones; se sintetizan predominantemente en el hígado y en
menor medida en el intestino delgado. Las VLDL contienen triglicéridos abundantes. Su función
es transportar la mayoría de los triglicéridos desde el hígado hacia otros órganos. Las VLDL
hepáticas están asociadas con la apolipoproteína B-100 circulante, también sintetizada en el
hígado, que contribuye a su secreción. En las enfermedades hepáticas congénitas, como la
abetalipoproteinemia, y en menor grado en los trastornos agudos y crónicos, el hígado es
incapaz de producir apolipoproteína B-100, lo cual conduce al bloqueo de la secreción de VLDL.
En las biopsias hepáticas de estos pacientes, se comprueba que la mayor parte del citoplasma
de los hepatocitos está ocupada por grandes inclusiones lipídicas. Las LDL (low density
lipoproteins = lipoproteínas de baja densidad) y las HDL (high density lipoproteins =
lipoproteínas de alta densidad) se producen en el plasma; sin embargo, una pequeña cantidad
de estas fracciones es producida por el hígado. Las LDL son más densas que las VLDL y las HDL
son más densas que las LDL. La función de las LDL es transportar ésteres de colesterol desde el
hígado hacia los órganos periféricos. Las HDL participan en el transporte de colesterol desde
los tejidos periféricos hacia el hígado. Las concentraciones altas de LDL se correlacionan
directamente con un aumento del riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular, mientras
que las concentraciones altas de HDL o las concentraciones bajas de LDL se asocian con una
disminución de ese riesgo. CUADRO 18-1 Correlación clínica: lipoproteínas Las lipoproteínas
son complejos multicomponentes de proteínas y lípidos que intervienen en el transporte de
colesterol y triglicéridos en la sangre. El colesterol y los triglicéridos no circulan libremente en
el plasma porque los lípidos por sí mismos, serían incapaces de permanecer en suspensión. La
asociación de la proteína con el centro de lípidos torna el complejo lo sufi cientemente hidrófi
lo como para quedar suspendido en el plasma. Las lipoproteínas cumplen varias funciones en
las membranas celulares y en el transporte y metabolismo de lípidos. Los precursores de las
lipoproteínas se producen en el hígado. El componente lipídico se sintetiza en el REL y el
componente proteico en el RER de los hepatocitos. Los complejos de lipoproteínas pasan al
aparato de Golgi, donde brotan vesículas de secreción con partículas lipoproteicas
electrodensas, que después se liberan desde la superfi cie celular que limita el espacio
perisinusoidal para entrar en la circulación sanguínea. Varias hormonas, como el estrógeno y
las hormonas tiroideas, regulan la secreción de lipoproteínas. En general, se han defi nido
cuatro clases de lipoproteínas según sus características de densidad, peso molecular, tamaño y
composición química: quilomicrones, VLDL, LDL y HDL. Estas lipoproteínas difi eren en la
composición química y pueden ser aisladas del plasma de acuerdo con sus propiedades de fl
otación, desde la más grande y menos densa hasta la más pequeña y más densa. Los
quilomicrones, que son las más livianas de todas las lipoproteínas, sólo se producen en el
intestino delgado. Su función principal es el transporte de grandes cantidades de grasa
absorbida hacia la sangre. booksmedicos.org

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas HÍGADO

metabolitos en el intestino para colaborar con su absorción (tabla 18-1). La bilis es


transportada desde el parénquima del hígado a través de los conductos biliares que se
fusionan para formar el conducto hepático. Entonces, el conducto cístico transporta la bilis
hacia la vesícula biliar, donde se concentra. La bilis regresa por el conducto cístico hacia el
colédoco, que la lleva hasta el duodeno junto con la que proviene directamente del hígado (v.
fi g. 18-14). Las funciones de tipo endocrino del hígado están representadas por su capacidad
para modifi car la estructura y la función de muchas hormonas. El hígado modifi ca la acción de
las hormonas liberadas por otros órganos. Las acciones de tipo endocrino del hígado
comprenden las modifi caciones de los siguientes compuestos: • Vitamina D, que es convertida
por el hígado en 25-hidroxicolecalciferol, la forma predominante de vitamina D circulante (pág.
678) • Tiroxina, una hormona secretada por la glándula tiroides como tetrayodotironina (T4),
que en el hígado se convierte a su forma biológicamente activa, la triyodotironina (T3), por
desyodación • Hormona del crecimiento (GH), una hormona secretada por la hipófi sis. La
acción de la GH es estimulada por el factor de crecimiento símil insulina 1 (IGF-1) producido
por el hígado e inhibida por la somatostatina, que es secretada por las células
enteroendocrinas del tubo digestivo • Insulina y glucagón, ambas son hormonas pancreáticas.
Estas hormonas se degradan en muchos órganos, pero el hígado y los riñones son los sitios
más importantes para su degradación. Irrigación hepática Para apreciar las múltiples funciones
del hígado que se acaban de mencionar, primero se debe entender su irrigación

aún más hidrosoluble, de modo que pueda ser eliminado con mayor facilidad por los riñones.

El hígado participa en muchos otros mecanismos metabólicos importantes. El hígado es


importante en el metabolismo de los hidratos de carbono porque mantiene un suministro
adecuado de sustancias nutritivas para los procesos celulares. En el metabolismo de glucosa, el
hígado fosforila la glucosa absorbida desde el tubo digestivo a glucosa-6-fosfato. Según las
necesidades energéticas, la glucosa-6-fosfato se almacena en el hígado en la forma de
glucógeno o se utiliza en mecanismos glucolíticos. Durante el ayuno, el glucógeno se degrada
por el proceso de glucogenólisis y la glucosa se libera en la sangre. Además, el hígado participa
en el metabolismo lipídico. Los ácidos grasos provenientes del plasma son consumidos por los
hepatocitos en la !–oxidación para proveer energía. El hígado también produce cuerpos
cetónicos que son utilizados como combustible por otros órganos (el hígado no puede usarlos
como fuente de energía). La participación en el metabolismo del colesterol (síntesis y
captación desde la sangre) también es una función importante del hígado. El colesterol se
utiliza en la formación de sales biliares, en la síntesis de VLDL y en la biosíntesis de orgánulos.
El hígado sintetiza la mayor parte de la urea que se produce en el organismo a partir de iones
de amoníaco derivados de la degradación de proteínas y ácidos nucleicos. Por último, el hígado
participa en la síntesis y la conversión de aminoácidos no esenciales. La producción de bilis es
una función exocrina del hígado. El hígado está involucrado en numerosas conversiones
metabólicas en las que participan sustratos transportados por la sangre desde el tubo
digestivo, el páncreas y el bazo. Algunos de estos productos intervienen en la producción de la
bilis, una secreción exocrina del hígado. La bilis contiene productos de desecho y degradados
que se devuelven al intestino para su eliminación, así como sustancias que se unen a

Componente Función Agua Actúa como soluto en el que se transportan otros componentes
Fosfolípidos (p. ej., lecitina) y colesterol Son sustratos metabólicos para otras células del
organismo; actúan como precursores de los componentes de membrana y de esteroides; en su
mayoría se reabsorben en el intestino y se reciclan Sales biliares (también llamadas ácidos
biliares): primarias (secretadas por el hígado): ácido cólico, ácido quenodesoxicólico;
secundarias (convertidas por la fl ora bacteriana en el intestino):ácido desoxicólico, ácido
litocólico Actúan como agentes emulsionantes que colaboran con la digestión y la absorción de
lípidos en el intestino y ayudan a mantener el colesterol y los fosfolípidos de la bilis en
solución; en su mayoría se reciclan y participan en la circulación enterohepática Pigmentos
biliares, sobre todo los glucorónidos de la bilirrubina producida en el bazo, la médula ósea y el
hígado por la degradación de la hemoglobina Desintoxican la bilirrubina, el producto fi nal de
la degradación de la hemoglobina y la transportan hasta el intestino para su eliminación
Electrolitos: Na", K", Ca2", Mg2", Cl! y HCO3! Establecen y mantienen la bilis como un líquido
isotónico; también se reabsorben casi por completo en el intestino

TABLA 18-1 Composición de la bilis

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas HÍGADO

órgano en recibir sustratos metabólicos y sustancias nutritivas, también es el primero que se


expone a los compuestos tóxicos que se han absorbido. La arteria hepática, que es una rama
del tronco celíaco, transporta sangre oxigenada al hígado y provee el 25 % restante de su
irrigación. Dado que la sangre de las dos fuentes se mezcla justo antes de irrigar los
hepatocitos del parénquima hepático, éstos nunca quedan expuestos a una sangre totalmente
oxigenada. Dentro del hígado, las ramas de distribución de la vena porta y de la arteria
hepática, que llevan sangre a los capilares sinusoidales (sinusoides) que irrigan los hepatocitos,
y las ramas de drenaje de la vía biliar, que desembocan en el conducto hepático común,
transcurren juntas en una relación que recibe el nombre de tríada portal. Si bien es un término
conveniente, no es una denominación correcta ya que siempre hay uno o más vasos del
sistema de drenaje linfático del hígado que transcurren con la vena, la arteria y el conducto
biliar (fi g. 18-2). Los sinusoides están en contacto estrecho con los hepatocitos y colaboran
con el intercambio de sustancias entre la sangre y las células hepáticas. Estos sinusoides
desembocan en la vénula hepática terminal (vena central) que a su vez drena en las venas
sublobulillares. La sangre abandona el hígado a través de las venas hepáticas, que desembocan
en la vena cava inferior. Organización estructural del hígado Como ya se mencionó, los
componentes estructurales del hígado comprenden:

singular y el modo en que la sangre se distribuye a los hepatocitos. El hígado presenta un doble
suministro sanguíneo compuesto por una irrigación venosa (portal) a través de la vena porta
hepática y una irrigación arterial a través de la arteria hepática. Ambos vasos ingresan en el
hígado por el hilio o porta hepatis, el mismo sitio por el que salen el conducto biliar común que
transporta la bilis secretada por el hígado y los vasos linfáticos. Por lo tanto, la bilis fl uye en
dirección opuesta a la de la sangre. El hígado recibe la sangre que primero irrigó los intestinos,
el páncreas y el bazo. El hígado es único entre los órganos ya que recibe su irrigación principal
(alrededor del 75 %) de la vena porta hepática, que transporta sangre venosa con poca
concentración de oxígeno. La sangre que llega al hígado con la vena porta hepática proviene
del tubo digestivo y de los principales órganos abdominales, como el páncreas y el bazo. La
sangre portal que entra en el hígado contiene: • Sustancias nutritivas y materiales tóxicos
absorbidos en el intestino. • Eritrocitos y productos de degradación de los eritrocitos del bazo.
• Secreciones endocrinas del páncreas y de las células enteroendocrinas del tubo digestivo. De
ese modo, el hígado se interpone directamente en el trayecto de los vasos sanguíneos que
transportan las sustancias absorbidas en el tubo digestivo. Si bien el hígado es el primer

Vénula hepática terminal (vena central) Sinusoide hepático

Conducto biliar

Rama arteriosinusoidal

Vaso linfático

Vena sublobulillar

Rama terminal de la vena porta Rama terminal de la arteria hepática Capilar

Espacio periportal (espacio de Mall)


Vénula de entrada

Espacio portal

FIGURA 18-2 ▲ Irrigación sanguínea del hígado: la tríada portal. La tríada portal está
compuesta por ramas de la arteria hepática y de la vena porta y por el conducto biliar. La
sangre de las ramas terminales de la arteria hepática y de la vena porta ingresa en los
sinusoides hepáticos. La mezcla de sangre venosa y arterial es conducida por los sinusoides
hasta la vénula hepática terminal (vena central). Desde allí, la sangre drena hacia las venas
sublobulillares que son tributarias de la vena hepática. Cabe observar la red de capilares y
vasos pequeños en el tejido conjuntivo perivascular que rodea cada tríada hepática dentro del
conducto portal. También se debe observar el espacio periportal de Mall que se localiza entre
el espacio portal y los hepatocitos más periféricos. Este espacio también contiene una
pequeña cantidad de tejido conjuntivo en la que se inicia el drenaje linfático. Desde allí, los
capilares linfáticos ciegos forman vasos linfáticos de mayor calibre que acompañan las ramas
de la arteria hepática.

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas HÍGADO

• Parénquima, que consiste en cordones de hepatocitos bien organizadas, que en el adulto


normalmente tienen una sola célula de espesor y están separadas por capilares sinusoidales.
En los niños de hasta 6 años de edad, los hepatocitos se distribuyen en cordones de dos células
de espesor. • Estroma de tejido conjuntivo que se continúa con la cápsula fi brosa de Glisson.
Los vasos sanguíneos, nervios, vasos linfáticos y conductos biliares transcurren dentro del
estroma de tejido conjuntivo. • Capilares sinusoidales (sinusoides), conforman el conducto
vascular entre los cordones de hepatocitos. • Espacios perisinusoidales (espacios de Disse),
que se encuentran entre el endotelio sinusoidal y los hepatocitos. Con esta información como
base, ahora se pueden considerar varios formas de describir la organización de estos
elementos estructurales para entender las funciones principales del hígado. Lobulillos
hepáticos Existen tres maneras de describir la estructura del hígado en términos de una unidad
funcional: el lobulillo clásico, el lobulillo portal y el ácino hepático. El lobulillo clásico es la
manera tradicional de describir la organización del parénquima hepático y es relativamente
fácil de visualizar. Se fundamenta en la distribución de las ramas de la vena porta y la arteria
hepática dentro del órgano y en el trayecto que sigue la sangre proveniente de estos vasos
para irrigar fi nalmente los hepatocitos. El lobulillo hepático clásico es una masa de tejido más
o menos hexagonal. El lobulillo clásico (fi g. 18-3 y lámina 65, pág. 708) está compuesto por
pilas de cordones anastomosadas de hepatocitos, de una sola célula de espesor, separadas por
el sistema interconectado de sinusoides que irriga las células con una mezcla de sangre portal
(venosa) y arterial. Cada lobulillo mide alrededor de 2 mm # 0,7 mm. En el centro del lobulillo
se encuentra una vénula relativamente grande, la vénula hepática terminal (vena central), en
la cual desembocan los sinusoides. Los cordones de hepatocitos adoptan una disposición radial
desde la vena central hacia la periferia del lobulillo, como lo hacen los sinusoides. En los
ángulos del hexágono se encuentran las áreas portales (conductos portales), que consisten en
tejido conjuntivo laxo del estroma caracterizado por la presencia de las tríadas portales. Este
tejido conjuntivo fi nalmente se continúa con la cápsula fi brosa que rodea el hígado. El espacio
portal está bordeado por los hepatocitos más periféricos del lobulillo. En los bordes del
espacio portal, entre el tejido conjuntivo del estroma y los hepatocitos, existe un pequeño
espacio denominado espacio periportal (espacio de Mall). Se cree que este espacio es uno de
los sitios donde se origina la linfa en el hígado. En algunas especies (p. ej., el cerdo; fi g. 18-4a),
el lobulillo clásico se identifi ca con facilidad porque los espacios portales están conectados
entre sí por capas bastante gruesas de tejido conjuntivo. En cambio en los seres humanos, lo
normal es que haya muy poco tejido conjuntivo interlobulillar y, cuando se examinan cortes
histológicos hepáticos, es necesario trazar lí

neas imaginarias entre los espacios portales que rodean a una vena central para tener alguna
idea del tamaño del lobulillo clásico (fi g. 18-4b). El lobulillo portal enfatiza las funciones
exocrinas del hígado. La función exocrina principal del hígado es la secreción de bilis. Por lo
tanto, el eje morfológico del lobulillo portal es el conducto biliar interlobulillar de la tríada
portal del lobulillo clásico. Sus bordes externos son líneas imaginarias trazadas entre las tres
venas centrales que se encuentran más cercanas a la tríada portal (fi g. 18-5a). Estas líneas defi
nen un bloque de tejido más o menos triangular que incluye esas porciones de los tres
lobulillos clásicos que secretan la bilis que drena en su conducto biliar axial. Este concepto
permite una descripción de la estructura del parénquima hepático comparable a la de otras
glándulas exocrinas. El ácino hepático es la unidad estructural que proporciona la mejor
correlación entre la perfusión sanguínea, la actividad metabólica y la patología hepática. El
ácino hepático tiene forma romboidal y es la unidad funcional más pequeña del parénquima
hepático. El eje menor del ácino está defi nido por las ramas terminales de la tríada portal que
siguen el límite entre dos lobulillos clásicos. El eje mayor del ácino es una línea trazada entre
las dos venas centrales más cercanas al eje menor.

Sinusoides hepáticos

Vénula hepática terminal (vena central)

Conducto biliar

Vena porta

Arteria hepática

FIGURA 18-3 ▲ Diagrama de un lobulillo hepático clásico. Un lobulillo hepático clásico puede
ser diagramado en forma esquemática como un prisma poliédrico de seis caras con tríadas
portales (arteria hepática, vena porta y conducto biliar) en cada ángulo. Los vasos sanguíneos
de las tríadas portales envían ramas de distribución a lo largo de las caras del lobulillo y estas
ramas desembocan en los sinusoides hepáticos. Por el eje longitudinal del lobulillo transcurre
la vénula hepática terminal (vena central) que recibe la sangre desde los sinusoides hepáticos.
Obsérvese que se ha retirado una cuña de tejido lobulillar para una mejor visualización de la
vénula hepática terminal. Las láminas o cordones anastomosadas de hepatocitos adoptan una
disposición radial desde la vénula hepática terminal hacia la periferia del lobulillo.

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas HÍGADO


Vena central Vena central Vena centralVena central Vena central

Espacios portales Espacios portales

Vena central

Espacios portales

ab ab ab ab abEspacio portal Espacio portal Espacio portal FIGURA 18-4 ▲ Microfotografías de


hígado de cerdo y de hígado humano. a. Esta fotomicrografía muestra el corte transversal de
un lobulillo hepático porcino teñido con el método de Mallory- Azan para que se destaquen los
componentes del tejido conjuntivo. Se debe observar el tejido conjuntivo interlobulillar
bastante grueso (teñido de azul) que rodea el lobulillo. La vénula hepática terminal (vena
central) se ve en el centro del lobulillo. 65 #. b. Fotomicrografía de un preparado de hígado
humano teñido con H&E de rutina. Se debe observar que, a diferencia del hígado porcino, los
lobulillos del hígado humano carecen de tabiques de tejido conjuntivo. Las cordones de
hepatocitos de un lobulillo se confunden con las de los lobulillos vecinos. No obstante, los
límites de un lobulillo pueden determinarse si se traza una línea (línea de puntos) desde un
espacio portal hasta el siguiente para circunscribir, de ese modo, el lobulillo. 65 #.

Lobulillo clásico

Lobulillo portal

Ácino hepático

Espacios portales

Vena central ab

Eje mayor

Eje menor

Zonas

112 2 33

Tríada

Vena central

FIGURA 18-5 ▲ Comparación de tres modelos de organización y función hepática. a. En este


corte de tejido hepático son visibles los contornos de un lobulillo hepático clásico, un lobulillo
portal y un ácino hepático. Nótese que el lobulillo clásico con forma hexagonal (rojo) presenta
la vénula hepática terminal (vena central) en el centro del lobulillo y los espacios portales que
contienen las tríadas portales en los ángulos periféricos del lobulillo. El lobulillo portal
triangular (verde) posee un espacio portal en su centro y vénulas hepáticas terminales (venas
centrales) en sus ángulos periféricos. El ácino hepático con forma romboidal (multicolor) posee
vasos de distribución en su ecuador y vénulas hepáticas terminales (venas centrales) en cada
polo. b. El ácino hepático es una interpretación funcional de la organización hepática. Consiste
en sectores contiguos de campos hexagonales vecinos de lobulillos clásicos parcialmente
separados mediante vasos sanguíneos de distribución. Las zonas marcadas 1, 2 y 3, son
irrigadas con sangre que tiene más cantidad de sustancias nutritivas y oxígeno en la zona 1 y
menos en la zona 3. Las vénulas hepáticas terminales (venas centrales) en esta interpretación
se hallan en los extremos señalados del ácino en lugar de estar en el centro, como en el
lobulillo clásico. Las tríadas portales (ramas terminales de la vena porta y de la arteria
hepática) y los conductos biliares de menor calibre se muestran en los ángulos del hexágono
que contornea el perfi l seccionado en forma transversal del lobulillo clásico.

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venas hepáticas más grandes que desembocan en la vena cava inferior. La estructura de la
vena porta y sus ramas dentro del hígado es la típica de las venas en general. La luz de esta
vena es mucho más grande que la de la arteria asociada con ella. La estructura de la arteria
hepática es igual a la de otras arterias (es decir, tiene una pared muscular gruesa). Además de
suministrar sangre arterial directamente a los sinusoides, la arteria hepática suministra sangre
oxigenada al tejido conjuntivo y otras estructuras en los espacios portales más grandes. Los
capilares en estos espacios portales más grandes devuelven la sangre a las venas
interlobulillares antes de que las mismas se vacíen en el sinusoide. La vena central (vena
centrolobulillar) es un vaso de paredes delgadas que recibe sangre desde los sinusoides
hepáticos. Su revestimiento endotelial está rodeado por pequeñas cantidades de fi bras de
tejido conjuntivo dispuestas en espiral. La vena central, llamada así debido a su posición
central en el lobulillo clásico, es en realidad la vénula terminal del sistema de venas hepáticas
y, por lo tanto, es más apropiado llamarla vénula hepática terminal. La vena sublobulillar, que
es el vaso que recibe sangre desde las vénulas hepáticas terminales, posee una capa bien defi
nida de fi bras de tejido conjuntivo, tanto colágenas como elásticas, justo por fuera del
endotelio. Las venas sublobulillares, así como las venas hepáticas en las que desembocan,
transcurren solas. Dado que son vasos solitarios, se pueden distinguir con facilidad en los
cortes histológicos de las ramas de la vena porta que son miembros de la tríada. En las venas
hepáticas no hay válvulas.

Vena central

Flujo sanguíneo

Célula de Kupffer

Vena porta Arteria hepática

Flujo biliar

Tríada portal

Conducto biliar

FIGURA 18-6 ▲ Diagrama del fl ujo sanguíneo y biliar en el hígado. Este diagrama esquemático
de una parte de un lobulillo clásico muestra los componentes de las tríadas portales, los senos
hepáticos, la vénula terminal hepática (vena central) y las cordones de hepatocitos asociadas.
Las fl echas indican la dirección del fl ujo sanguíneo en los sinusoides. Se debe notar que la
dirección del fl ujo biliar (fl echas verdes) es opuesta a la del fl ujo sanguíneo.
Por lo tanto, en una vista bidimensional (fi g. 18-5b), el ácino hepático ocupa parte de los
lobulillos clásicos contiguos. Este concepto permite una descripción de la función secretora
exocrina del hígado comparable con la del lobulillo portal. Los hepatocitos en cada ácino
hepático se describen dispuestos en tres zonas elípticas concéntricas que rodean el eje menor
(v. fi g. 18-5b). • Zona 1 es la más cercana al eje menor y a la irrigación proveniente de las
ramas penetrantes de la vena porta y de la arteria hepática. Esta zona corresponde a la
periferia de los lobulillos clásicos. • Zona 3 es la más lejana al eje menor y la más cercana a la
vena hepática terminal (vena central). Esta zona corresponde al centro del lobulillo clásico que
rodea la vena hepática terminal. • Zona 2 se encuentra entre las zonas 1 y 3 pero no presenta
límites nítidos. La división en zonas es importante en la descripción e interpretación de
patrones de degeneración, regeneración y efectos tóxicos específi cos del parénquima
hepático en relación con el grado o la calidad de la perfusión vascular de los hepatocitos. Como
resultado del fl ujo sanguíneo sinusoidal, el gradiente de oxígeno, la actividad metabólica de
los hepatocitos y la distribución de enzimas hepáticas varían a lo largo de las tres zonas. La
distribución de las lesiones hepáticas por isquemia y exposición a sustancias tóxicas puede
explicarse con el uso de esta interpretación en zonas. Las células en la zona 1 son las primeras
en recibir oxígeno, nutrimentos y toxinas desde la sangre sinusoidal y las primeras en mostrar
cambios morfológicos después de la oclusión del conducto biliar (estasis biliar). Estas células
también son las últimas en morir si la circulación se ve afectada y las primeras en regenerarse.
En cambio, las células en la zona 3 son las primeras en sufrir necrosis isquémica (necrosis
centrolobulillar) en situaciones de perfusión reducida y las primeras en acumular lípidos. Estas
células son las ultimas en responder a las sustancias tóxicas y a la estasis biliar. Entre las zonas
1 y 3 también se observan las variaciones normales de la actividad enzimáticas, la cantidad y
las dimensiones de los orgánulos citoplasmáticos y el tamaño de los depósitos celulares de
glucógeno. Las células de la zona 2 presentan características morfológicas y funcionales y
respuestas intermedias entre las de las células de las zonas 1 y 3. Vasos sanguíneos del
parénquima Los vasos sanguíneos que ocupan los espacios portales se denominan vasos
interlobulillares. Sólo los vasos interlobulillares que forman las tríadas portales más pequeñas
envían sangre hacia los sinusoides. Los vasos interlobulillares mayores se ramifi can en los
vasos de distribución que se ubican en la periferia del lobulillo. Estos vasos de distribución
emiten vasos de entrada hacia los sinusoides (fi g. 18-6). En los sinusoides, la sangre fl uye en
forma centrípeta hacia la vena central. La vena central transcurre a lo largo del eje central del
lobulillo hepático clásico, aumenta su calibre a medida que avanza a través del lobulillo y
desemboca en una vena sublobulillar. Varias venas sublobulillares convergen para formar las

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas HÍGADO

perisinusoidal; todas las secreciones hepáticas siguen este mecanismo, excepto la bilis. En el
hígado fetal, el espacio entre los vasos sanguíneos y los hepatocitos contiene islotes de células
hematopoyéticas. En los casos de anemia crónica en el adulto, pueden reaparecer células
hematopoyéticas en el espacio perisinusoidal. Las células hepáticas estrelladas (células de Ito)
almacenan vitamina A; sin embargo, en algunas patologías, se diferencian en miofi broblastos
y sintetizan colágeno. El otro tipo celular encontrado en el espacio perisinusoidal es la célula
estrellada hepática (comúnmente llamada
Los sinusoides hepáticos están revestidos con un endotelio discontinuo delgado. El endotelio
sinusoidal discontinuo presenta una lámina basal discontinua que falta en muchos sitios. La
discontinuidad del endotelio es obvia por dos razones: • Hay fenestraciones grandes, sin
diafragma en las células endoteliales. • Hay brechas amplias entre las células endoteliales
contiguas. Los sinusoides hepáticos difi eren de otros sinusoides porque un segundo tipo
celular, el llamado macrófago sinusoidal estrellado o célula de Kupffer (fi g. 18-7 y lámina 66,
pág. 710), es un componente habitual del revestimiento del vaso. Las células de Kupff er
pertenecen al sistema fagocítico mononuclear. Al igual que otros miembros del sistema
fagocítico mononuclear, las células de Kupffer derivan de los monocitos. La microscopia
electrónica de barrido (MEB) y la microscopia electrónica de transmisión (MET) muestran con
claridad que las células de Kupff er forman parte del revestimiento del sinusoide. Antes se
consideraban como revestimiento de la superfi cie luminal de las células endoteliales. Es
probable que esta concepción histológica antigua tuviera su origen en el hecho de que las
evaginaciones de las células de Kupff er a veces se superponen con las evaginaciones
endoteliales en el lado luminal del vaso. Las células de Kupff er no están unidas a las células
endoteliales vecinas. Las evaginaciones de las células de Kupff er con frecuencia parece que
atraviesan la luz sinusoidal e incluso pueden hasta ocluirla parcialmente. La presencia de
fragmentos de eritrocitos y de hierro en la forma de ferritina en el citoplasma de las células de
Kupff er indica que participarían en la degradación fi nal de algunos eritrocitos dañados o
envejecidos que llegan al hígado desde el bazo. Parte del hierro ferritínico puede convertirse
en gránulos de hemosiderina y almacenarse en estas células. Esta función aumenta mucho
después de una esplenectomía y entonces se torna esencial para la eliminación de los
eritrocitos desgastados. Espacio perisinusoidal (Espacio de Disse) El espacio perisinusoidal es el
sito de intercambio de materiales entre la sangre y los hepatocitos. El espacio perisinusoidal
(espacio de Disse) se encuentra entre las superfi cies basales de los hepatocitos y las superfi
cies basales de las células endoteliales y de las células de Kupff er que tapizan los sinusoides.
Desde la superfi cie basal de los hepatocitos, se proyectan pequeñas microvellosidades
irregulares hacia este espacio (fi g. 18-8). Las microvellosidades incrementan hasta seis veces la
extensión de la superfi cie disponible para el intercambio de sustancias entre los hepatocitos y
el plasma. Debido a las grandes brechas en la capa endotelial y a la falta de una lámina basal
continua, no existe una barrera importante entre la sangre plasmática en el sinusoide y la
membrana plasmática de los hepatocitos. Las proteínas y las lipoproteínas sintetizadas por el
hepatocito, se transfi eren a la sangre a través del espacio

Espacio Espacio de de Disse Disse

Microvellosidades Microvellosidades hepatocíticas hepatocíticas

Célula de Kupffer Célula de Kupffer

Núcleo Núcleo

Célula hepática Célula hepática estrellada estrellada (célula de Ito) (célula de Ito) Célula
hepática estrellada (célula de Ito)

Sinusoide Sinusoide hepático hepático

Sinusoide Sinusoide hepático hepático

Sinusoide hepático

Sinusoide hepático
Espacio de Disse

Microvellosidades hepatocíticas

Célula de Kupffer

Núcleo

FIGURA 18-7 ▲ Fotomicrografía electrónica de dos sinusoides hepáticos. En uno de los


sinusoides hepáticos (arriba) aparece un macrófago sinusoidal estrellado (célula de Kupff er). El
resto de este sinusoide, lo mismo que el otro, está revestido por el citoplasma delgado de las
células endoteliales. Alrededor de cada sinusoide se encuentra el espacio perisinusoidal
(espacio de Disse), que contiene microvellosidades abundantes de hepatocitos. En el espacio
perisinusoidal también hay una célula hepática estrellada (célula de Ito) con una inclusión
lipídica grande y varias más pequeñas. Su núcleo se adapta a la curva de la inclusión lipídica. 6
600 #.

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas HÍGADO

célula de Ito). Estas células de origen mesenquimatoso son el sitio principal de depósito de la
vitamina A hepática en la forma de ésteres retinílicos dentro de las inclusiones lipídicas
citoplasmáticas (v. fi g. 18-7). La vitamina A se libera de la célula estrellada hepática como
retinol (la forma alcohólica) unido a la proteína fi jadora de retinol (RBP). Después se
transporta desde el hígado hasta la retina, donde su estereoisómero 11-cisretinal se une a la
proteína opsina para formar rodopsina, el pigmento visual de los bastones y conos de la retina.
Durante muchos años, los aceites de hígado de pescado (p. ej., aceite de hígado de bacalao)
fueron importantes fuentes alimenticias de vitamina A, tanto desde el punto de vista médico
como económico.

En algunas patologías hepáticas, como la infl amación crónica o la cirrosis, las células
estrelladas hepáticas pierden su capacidad de almacenar vitamina A y lípidos y se diferencian
en células con las características de miofi broblastos. Estas células parecen desempeñar un
papel importante en la fi brogénesis hepática; sintetizan y depositan colágeno tipo I y tipo III
dentro del espacio perisinusoidal, con lo que aparece la fi brosis hepática. Este colágeno es
continuo con el tejido conjuntivo del espacio portal y con el tejido conjuntivo que rodea la
vena central. Un incremento de la cantidad de estroma fi broso perisinusoidal es un signo
temprano de respuesta hepática a las sustancias tóxicas. El citoplasma de las células
estrelladas hepáticas contiene elementos contráctiles,

CUADRO 18-2 Correlación clínica: insufi ciencia cardíaca congestiva y necrosis hepática La
lesión hepática puede desencadenarse por alteraciones hemodinámicas en el sistema
circulatorio. En la insufi ciencia cardíaca congestiva, el corazón ha perdido la capacidad de
impulsar sufi ciente sangre oxigenada para cumplir con los requerimientos metabólicos de
muchos tejidos y órganos, incluso el hígado, el cual es afectado con facilidad por la
hipoperfusión y la hipoxia (bajo contenido de oxígeno en sangre). La zona 3 del ácino hepático
es la primera en ser afectada por este trastorno. Los hepatocitos en esta zona son los últimos
en recibir la sangre que pasa por los sinusoides; en consecuencia, estas células reciben una
sangre cuyo oxígeno ya está agotado. El examen de la biopsia hepática de un paciente con
insufi ciencia cardíaca congestiva permite comprobar un patrón de necrosis hepática bien defi
nido. Los hepatocitos en la zona 3, que está ubicada alrededor de la vena central, sufren
necrosis isquémica. Normalmente, no se observan cambios notorios en las zonas 1 y 2, que
están en la periferia del lobulillo clásico. La necrosis de este tipo se denomina necrosis
centrolobulillar. La fi gura 18-2.1 muestra la porción centrolobulillar de un lobulillo clásico. Las
múltiples vacuolas redondeadas son el producto de la acumulación de lípidos y las alteraciones
atrófi cas son causadas por la muerte de hepatocitos que se autodigieren. La necrosis
centrolobulillar producida por hipoxia recibe el nombre de cirrosis cardíaca; sin embargo, a
diferencia de la cirrosis verdadera, la regeneración nodular de los hepatocitos es mínima.

FIGURA C18-2.1 ▲ Fotomicrografía de un hígado humano con necrosis centrolobulillar. Esta


fotomicrografía es de una muestra de biopsia hepática teñida con H&E de un paciente con
insufi ciencia cardíaca congestiva. Las alteraciones patológicas (que se conocen como necrosis
isquémica) son más graves en los hepatocitos de la zona 3. Esta zona rodea la vénula hepática
terminal (vena central). Este tipo de necrosis es llamada necrosis centrolobulillar. Se debe
notar la presencia de imágenes redondeadas múltiples, que indican una gran acumulación de
lípidos. No se observan cambios en la periferia del lobulillo, es decir, en la zona 1 y en gran
parte de la zona 2. 320 #.

Espacio portal

Vena central

ZONA 1

ZONA 2

ZONA 3

Espacio portal

Vena central

ZONA 1

ZONA 2

ZONA 3

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• Los depósitos de glucógeno que se tiñen con la técnica de Pas (ácido peryódico-reactivo de
Schiff ). No obstante, en un corte teñido con hematoxilina y eosina (H&E) de muestras bien
conservadas, el glucógeno también se ve como espacios irregulares, que suelen impartirle un
aspecto vacuolado fi no al citoplasma. • Las inclusiones lipídicas de diversos tamaños que se
observan después de una fi jación apropiada y de la tinción con azul de toluidina o Sudanes
(lámina 66, pág. 710). En los preparados histológicos de rutina, a veces se ven espacios
redondeados que corresponden a los sitios donde estaban las inclusiones lipídicas antes de
disolverse durante

como la desmina y los fi lamentos de actina a de músculo liso. Durante la contracción celular,
aumenta la resistencia vascular en los sinusoides por la reducción luminal de estos vasos, lo
cual conduce a la hipertensión portal. Además, las células estrelladas hepáticas intervienen en
la remodelación de la matriz extracelular durante la restauración de una lesión hepática. Vía
linfática La linfa hepática se origina en el espacio perisinusoidal. El plasma que persiste en el
espacio perisinusoidal drena en el tejido conjuntivo periportal, donde se describe un intersticio
pequeño, el espacio periportal (espacio de Mall) (fi g. 18-9) entre el estroma del espacio portal
y los hepatocitos más periféricos. Desde este sitio de recolección, el líquido entra entonces en
los capilares linfáticos que transcurren con los otros componentes de la tríada portal. La linfa
avanza por los vasos de mayor calibre, en la misma dirección que la bilis (es decir, desde los
hepatocitos hacia los espacios portales y fi nalmente hacia el hilio hepático). Alrededor del
80% de la linfa hepática sigue esta vía y desemboca en el conducto torácico, donde forma la
porción principal del conducto linfático torácico. Hepatocitos Los hepatocitos forman los
cordones celulares anastomosadas del lobulillo hepático. Los hepatocitos son células
poligonales, grandes que miden entre 20 $m y 30 $m en cada dimensión. Constituyen
alrededor del 80% de la población celular del hígado. El núcleo de los hepatocitos es grande y
esferoidal y ocupa el centro de la célula. Muchas células en el hígado del adulto son
binucleadas; la mayor parte de los hepatocitos del adulto son tetraploides (es decir, contienen
el doble [4d] de la cantidad de ADN normal). La heterocromatina aparece en grumos dispersos
en el nucleoplasma y como una banda bien defi nida bajo la envoltura nuclear. En cada núcleo
hay dos o más nucléolos bien desarrollados. Los hepatocitos son las células asociadas con el
sistema digestivo que viven un bastante prolongado; su vida media es de alrededor de 5
meses. Además, los hepatocitos tienen una capacidad de regeneración considerable cuando la
sustancia hepática se pierde por procesos tóxicos, enfermedades o cirugía. El citoplasma
hepatocítico en general es acidófi lo. Los componentes citoplasmáticos específi cos pueden
identifi carse por técnicas comunes y especiales de tinción; estos componentes comprenden: •
Las regiones basófi las, que corresponden al retículo endoplásmico rugoso (RER) y a ribosomas
libres. • Las mitocondrias abundantes; con colorantes vitales o con histoquímica enzimática se
pueden detectar entre 800 y 1 000 mitocondrias por célula. • Los múltiples complejos de Golgi
pequeños en cada célula, que se ven con tinciones especifi cas. • La gran cantidad de
peroxisomas, que se detectan con técnicas inmunocitoquímicas.

RBC

En

RBC

En

RBC
En

RBC

En

RBC

En

FIGURA 18-8 ▲ Fotomicrografía electrónica que muestra el espacio perisinusoidal (de Disse).
El espacio perisinusoidal (D) está localizado entre los hepatocitos (H) y el sinusoide. Una
brecha (fl echa grande) separa las células endoteliales (En) que revisten el sinusoide. Estas
brechas permiten el paso fácil de sustancias pequeñas entre el sinusoide y el espacio
perisinusoidal. Muchas microvellosidades se extienden desde los hepatocitos hacia el espacio
perisinusoidal. Estas evaginaciones son largas y con frecuencia están ramifi cadas (fl echa
pequeña). Dentro del sinusoide hay un eritrocito (RBC). 18 000 #.

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas HÍGADO

biliares equivalen a las superfi cies lateral y apical, respectivamente, de otras células
epiteliales. Los peroxisomas son abundantes en los hepatocitos. Los hepatocitos pueden
presentar entre 200 y 300 peroxisomas por célula. Son relativamente grandes y su diámetro
varía de 0,2 $m a 1,0 $m (fi g. 18-11a). Los peroxisomas son un sitio importante de consumo
de oxígeno y de esta manera desempeñan una función similar a la de las mitocondrias.
Contienen una gran cantidad de oxidasa que genera peróxido de hidrógeno, H2O2. La enzima
catalasa, que también se localiza dentro de los peroxisomas, degrada el peróxido de hidrógeno
a oxígeno y agua. Estos tipos de reacciones intervienen en muchos procesos de desintoxicación
que se producen en el hígado (p. ej. la desintoxicación del alcohol). En efecto, cerca de la mitad
del etanol que se ingiere es convertido en acetaldehído por la acción de enzimas contenidas en
los peroxisomas hepáticos. En los seres humanos, los peroxisomas también contienen catalasa
y D-aminoácido

la técnica empleada. La cantidad de inclusiones lipídicas se incrementa después de la inyección


o ingestión de ciertas hepatotoxinas, entre las que se encuentra el etanol. • El pigmento
lipofuscina dentro de los lisosomas, que se observa en los cortes tenidos con H&E en
cantidades variables. Con la técnica de PAS, también se puede visualizar como gránulos pardos
bien delineados. Como ya se mencionó, el hepatocito es poliédrico; por conveniencia, se
describe con seis superfi cies, aunque podrían ser más. En la fi gura 18-10 se muestra un
esquema del corte transversal de un hepatocito cuboide. Dos de sus superfi cies enfrentan el
espacio perisinusoidal. La membrana plasmática de otras dos superfi cies está enfrentada a un
hepatocito vecino y a un canalículo biliar. Si asumimos que la célula es cuboide, las dos superfi
cies restantes, que no aparecen en el diagrama, también darían a hepatocitos contiguos y a
canalículos biliares. Las superfi cies enfrentadas al espacio perisinusoidal son el equivalente de
la superfi cie basal de otras células epiteliales; las superfi cies que dan a hepatocitos vecinos y
canalículos

Vena Vena porta porta

CH

CH

CH

BL

ab

***

Vena porta

Conducto biliar Conducto biliar intrahepático intrahepático

Conducto de Hering Conducto de Hering

Conducto biliar intrahepático

CH

CH

CH

BL

ab

***

Conducto de Hering

Espacio Espacio periportal periportal (de Mall) (de Mall) Espacio periportal (de Mall)

FIGURA 18-9 ▲ Conductos de Hering y conductillo biliar intrahepático. a. Fotomicrografía que


muestra una región cercana a un espacio portal. Las fl echas señalan los sitios en donde los
canalículos biliares desembocan en conductos de Hering. Se debe observar que el conducto de
Hering está revestido en parte por hepatocitos y en parte por colangiocitos. El conducto de
Hering drena en el conductillo biliar intrahepático que está rodeado por hepatocitos, a
diferencia de lo que ocurre con el conducto biliar interlobulillar, que se encuentra incluido en
el tejido conjuntivo del espacio portal. Se observan una rama terminal de la vena porta (abajo,
a la derecha) acompañada por un conductillo biliar pequeño. 800 #. b. Fotomicrografía
electrónica de un conductillo biliar intrahepático (colangiolo). El conductillo recoge la bilis de
los conductos de Hering. Se encuentra cerca de los hepatocitos, pero la comunicación real
entre los canalículos biliares y el conductillo intrahepático no se ve en este plano de corte. El
conductillo está compuesto por colangiocitos (CH) rodeados por una lámina basal completa
(BL). El espacio estrecho (asteriscos) hacia el cual se proyectan las microvellosidades de los
hepatocitos es el espacio periportal (de Mall) y no el espacio perisinusoidal (de Disse). 6 000 #.

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689

CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas HÍGADO

LUZ DEL SINUSOIDE HEPÁTICO

LUZ DEL SINUSOIDE HEPÁTICO

Célula de ItoCélula de Kupffer

Glucógeno

Fibras colágenas

Aparato de Golgi

Espacio de Disse

Zonula occludens

Canalículos biliares

Mitocondrias

Célula endotelial REL

RER Inclusiones lipídicas

FIGURA 18-10 ▲ Diagrama esquemático de una trabécula hepatocítica interpuesta entre


sinusoides hepáticos. Este diagrama muestra una trabécula hepatocítica de una célula de
espesor interpuesta entre dos sinusoides. Si se supone que las células son cúbicas, dos caras
de cada célula (ilustradas) enfrentarían a los sinusoides hepáticos, dos caras de cada célula
(ilustradas) enfrentarían a los canalículos biliares y las otras dos caras (no ilustradas) también
enfrentarían a los canalículos biliares. Se debe observar la ubicación y las características de la
célula hepática estrellada (célula de Ito) llena de inclusiones citoplasmáticas que contienen
vitamina A. Las fi bras colágenas escasas que hay en el espacio perisinusoidal (de Disse) son
producidas por las células hepáticas estrelladas (células de Ito). En ciertas situaciones
patológicas, estas células pierden sus inclusiones de almacenamiento y se diferencian en miofi
broblastos que sintetizan fi bras colágenas y conducen a la fi brosis hepática. Cabe notar que el
macrófago sinusoidal estrellado (célula de Kupff er) forma una parte integral del revestimiento
sinusoidal.

ab RER RER

REL REL

REL REL

Gl

RER RER

Gl

Gl

ab

Gl

Gl

Gl

ab

L
C

Gl

Gl

Gl

ab

Gl

Gl

Gl

ab RER

REL

REL

N
M

Gl

RER

Gl

Gl

FIGURA 18-11 ▲ Microfotografías electrónicas de un hepatocito. a. En esta fotomicrografía


electrónica se ven orgánulos y otras estructuras citoplasmáticas cerca del núcleo (N). Entre
estas estructuras hay un peroxisoma (P), mitocondrias (M), inclusiones de glucógeno (Gl),
retículo endoplásmico liso (REL) y retículo endoplásmico rugoso (RER). Abajo, a la izquierda, las
membranas del RER se han cortado en un plano tangencial que permite ver los ribosomas
(circunscritos por una línea de puntos) en la cara citoplasmática de la membrana. 12 000 #. b.
Esta fotomicrografía muestra una región del citoplasma cercana a un canalículo biliar (C).
Incluye un lisosoma (L), mitocondrias (M), así como REL y RER. Obsérvense las
microvellosidades en el canalículo biliar. 18 000 #.

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690

CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas HÍGADO

Los lisosomas hepatocíticos también pueden ser un sitio de almacenamiento normal de hierro
(en la forma de un complejo de ferritina) y un sitio de acumulación de hierro en ciertas
enfermedades por depósito excesivo. La cantidad de lisosomas se incrementa en una gran
variedad de situaciones patológicas, que oscilan desde la estasis biliar obstructiva simple hasta
la hepatitis por virus y la anemia. Sin embargo, si bien el espectro de la función hepática
normal, en particular el ritmo de secreción biliar, es bastante amplio, no se producen cambios
morfológicos de importancia estadística en el aparato de Golgi o en los lisosomas del
citoplasma peribiliar que concuerden con el ritmo de la secreción biliar. Árbol biliar El árbol
biliar es el sistema tridimensional de conductos de diámetro creciente por el que atraviesa la
bilis desde los hepatocitos hacia la vesícula biliar y desde allí hasta el intestino. En el hígado de
un ser humano adulto, existen más de 2 km de conductos y conductillos biliares
interconectados de diferentes tamaños y formas. Estas estructuras no son sólo conductos
pasivos, sino que también son capaces de modifi car el fl ujo biliar y cambiar su composición
como respuesta a la estimulación hormonal y nerviosa. El árbol biliar tiene un revestimiento de
colangiocitos, que vigilan el fl ujo biliar y regulan su contenido. Los colangiocitos son células
epiteliales que forman el revestimiento interno del árbol biliar. Cuando se examinan con el
MET, los colangiocitos se identifi can por su citoplasma con orgánulos escasos, las uniones
herméticas que hay entre las células contiguas y la presencia de una lámina basal completa. La
región apical de los colangiocitos tiene un aspecto semejante a la región apical de los
hepatocitos por las microvellosidades que se proyectan en la luz. Además, cada colangiocito

oxidasa, así como alcohol deshidrogenasa. Además, los peroxisomas también participan en la
degradación de ácidos grasos (%-oxidación), así como en la glucogénesis y en el metabolismo
de las purinas. El REL puede ser extenso en los hepatocitos. En los hepatocitos, el REL en puede
ser extenso pero varía según la actividad metabólica (fi g. 18-11b). El REL contiene enzimas que
intervienen en la degradación y la conjugación de toxinas y fármacos, así como enzimas que se
encargan de la síntesis del colesterol y del componente lipídico de las lipoproteínas. En
situaciones en las que un hepatocito se sobrecarga de fármacos, toxinas o estimulantes
metabólicos, el REL puede convertirse en el orgánulo predominante en la célula. Además de
estimular la actividad del REL, ciertos fármacos y hormonas inducen la síntesis de nuevas
membranas de REL y de sus enzimas asociadas. El REL sufre hipertrofi a después de la
administración de alcohol, fármacos (p. ej., fenobarbital, esteroides anabólicos y progesterona)
y ciertos agentes quimioterapéuticos utilizados para tratar el cáncer. La estimulación del REL
por el etanol aumenta su capacidad para desintoxicar otros fármacos, ciertos carcinógenos y
algunos pesticidas. Por otro lado, el metabolismo que ocurre en el REL, en realidad puede
acrecentar los efectos lesivos sobre el hepatocito que ejercen algunos compuestos tóxicos,
como el tetracloruro carbónico (CCl4) y el 3,4-benzopireno. El gran aparato de Golgi de los
hepatocitos puede contener hasta 50 unidades (dictiosomas) de Golgi. La exploración de los
hepatocitos con el MET permite observar que el aparato de Golgi es mucho más complejo que
los que se ven en los cortes histológicos de rutina. Las tinciones con metales pesados (tinción
de Golgi) de cortes hepáticos gruesos provee indicios de la extensión de la red de Golgi. En los
hepatocitos se encuentran hasta 50 dictiosomas de Golgi, cada una compuesto por tres a cinco
cisternas muy apiladas, además de muchas vesículas grandes y pequeñas. Estas “unidades” en
realidad son ramas del aparato de Golgi tortuoso que se observa en los preparados teñidos
con metales pesados. Se cree que los elementos del aparato de Golgi concentrados cerca del
canalículo biliar están asociados con la secreción exocrina de bilis. En cambio, las cisternas y las
vesículas del Golgi cercanas a las superfi cies sinusoidales de la célula, contienen gránulos
electrodensos de 25 nm a 80 nm de diámetro que se cree que corresponden a precursores de
VLDL y otras lipoproteínas. En última instancia, estas sustancias se liberan en la sangre como
parte de la función secretora endocrina de los hepatocitos. En las porciones dilatadas del REL
y, a veces, en los extremos distendidos de las cisternas del RER donde se sintetizan, se
observan glóbulos electrodensos similares. Los lisosomas concentrados cerca del canalículo
biliar corresponden a los cuerpos densos peribiliares que se ven en los cortes histológicos. Los
lisosomas hepatocíticos son tan heterogéneos que sólo pueden identifi carse con certeza,
incluso con el MET, por medios histoquímicos. Además de las enzimas lisosómicas normales,
con el MET se identifi can otros componentes: • Gránulos de pigmentos (lipofuscina) •
Orgánulos citoplasmáticos con digestión parcial • Figuras de mielina

FIGURA 18-12 ▲ Fotomicrografía electrónica de barrido de la superfi cie luminal del conducto
biliar. El conducto biliar está cubierto por células de revestimiento epitelial denominadas
colangiocitos. Sus superfi cies apicales exhiben abundantes microvellosidades cortas que se
proyectan hacia la luz del conducto biliar. Cada colangiocito posee un cilio primario largo, que
detecta los cambios del fl ujo luminal de la bilis. Se debe notar que todos los cilios están
inclinados en la misma dirección del fl ujo biliar. 3 600 # (gentileza de la Dra. Tetyana V.
Masyuk).

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas HÍGADO


células del conducto biliar. Recientemente, la reconstrucción tridimensional de las reacciones
canaliculares en la necrosis hepática, indica que los colangiocitos pequeños que revisten los
conductos de Hering proliferan profusamente y migran hacia el parénquima hepático. En las
técnicas de tinción inmunocitoquímicas, estas células expresan marcadores duales de
antígenos tanto biliares como hepatocíticos y según parece participan en la reparación del
tejido hepático lesionado por los procesos patológicos crónicos. Por lo tanto, se ha llegado a la
conclusión de que el conducto de Hering está compuesto por citoblastos hepáticos específi cos
o los alberga. Los estudios de laboratorio indican que en el futuro, los citoblastos hepáticos
podrían fi nalmente ser de utilidad en el tratamiento de las enfermedades del hígado. El
conductillo biliar corresponde a la parte del árbol biliar que está revestida por colangiocitos en
su totalidad. La bilis del conducto de Hering continúa su fl ujo hacia el conductillo biliar
intrahepático (v. fi g. 18-9), el cual está revestido completamente por colangiocitos. El análisis
tridimensional de cortes seriales del hígado teñidos con técnicas inmunocitoquímicas permite
observar que el conducto de Hering suele cruzar el límite del lobulillo y convertirse en un
conductillo biliar en el espacio periportal (de Mall)

contiene cilios primarios que detectan los cambios en el fl ujo biliar que producen alteraciones
en su secreción (fi g. 18-12). Los pequeños conductillos biliares tienen un revestimiento de
colangiocitos pequeños, sobre de forma cúbica, pero a medida que el diámetro del conducto
biliar aumenta, los colangiocitos se tornan cada vez más grandes y adquieren una forma más
cilíndrica. El canalículo biliar es un conducto pequeño formado por surcos yuxtapuestos en la
superfi cie de los hepatocitos contiguos. Las ramas más pequeñas del árbol biliar son
canalículos biliares hacia los cuales los hepatocitos secretan la bilis. Los canalículos biliares
forman un anillo completo alrededor de las cuatro caras de los hepatocitos hexaédricos
idealizados (fi g. 18-13 y lámina 66, pág. 710). Tienen un diámetro luminal aproximado de 0,5
m y están aislados del resto del compartimento intercelular por uniones herméticas, que son
parte de los complejos de unión que también comprenden zonulae adherentes y desmosomas.
Las microvellosidades de dos hepatocitos contiguos se extienden hacia la luz canalicular. En las
membranas plasmáticas de los canalículos se detecta adenosina trifosfatasa (ATPasa) y otras
fosfatasas alcalinas, lo cual indica que la secreción biliar hacia este espacio es un proceso
activo. El fl ujo biliar es centrífugo, es decir, desde la región de la vénula hepática terminal
(vena central) hacia el espacio portal (en sentido opuesto al fl ujo sanguíneo). Cerca del
espacio portal, pero aún dentro del lobulillo, los canalículos biliares se transforman en
conductos de Hering de trayecto corto. Una característica distintiva del conducto de Hering es
su revestimiento formado por dos tipos de células: hepatocitos y colangiocitos. El conducto de
Hering está revestido en parte por hepatocitos y en parte por colangiocitos de forma cúbica. Al
igual que otros colangiocitos, los hepatocitos poseen microvellosidades en su superfi cie apical
y uniones herméticas y su dominio basal se localiza sobre una lámina basal, como el resto del
epitelio biliar distal. Desde el punto de vista funcional, según se ha demostrado mediante
videomicroscopia, el conducto de Hering tiene una actividad contráctil que contribuye al fl ujo
biliar unidireccional hacia el espacio portal. Debido a que el conducto de Hering es el tributario
más pequeño y más proximal del árbol biliar que contiene colangiocitos, con frecuencia
interviene en las mismas enfermedades que afectan la vía biliar pequeña. El trastorno
funcional en la actividad contráctil, así como la lesión o la destrucción de los conductos de
Hering podría contribuir a la colestasis intrahepática (obstrucción del fl ujo biliar). El conducto
de Hering actúa como un reservorio de células progenitoras hepáticas. Debido a su ubicación
en la interfaz decisiva entre los hepatocitos y los colangiocitos, se ha postulado que el nicho de
citoblastos hepáticos se encuentra en los conductos de Hering o en sus cercanías. Esta
hipótesis fue sustentada por la aparición de precursores de células hepáticas cerca de los
conductos de Hering en algunos trastornos patológicos caracterizados por un daño extenso a
los hepatocitos. Estas células podrían migrar y diferenciarse en hepatocitos o en

FIGURA 18-13 ▲ Fotomicrografía de canalículos biliares. En esta fotomicrografía se ven con


gran aumento varios cordones hepatocíticas de una célula de espesor separadas por
sinusoides hepáticos. El plano de corte en ciertas regiones es paralelo a los canalículos biliares.
En este plano, los canalículos revelan su distribución en las cuatro caras de los hepatocitos (fl
echas). Las puntas de fl echa señalan los canalículos biliares que aparecen sólo en corte
transversal. 1 240 #.

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692

CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas HÍGADO

ticos derecho e izquierdo, los que, a su vez, se unen para formar el conducto hepático común a
la altura del hilio (fi g. 18-14). En algunas personas, en el tejido conjuntivo que hay entre el
hígado y la vesícula biliar, cerca del cuello vesicular, se hallan los conductos de Luschka. Estos
conductos se conectan con el conducto cístico y no con la luz de la vesícula biliar. desde el
punto de vista histológico son similares a los conductos biliares intrahepáticos y podrían ser
restos de conductos biliares embrionarios aberrantes. Los conductos biliares extrahepáticos
llevan la bilis hacia la vesícula biliar y el duodeno. El conducto hepático común tiene unos 3 cm
de longitud y está revestido por células epiteliales cilíndricas altas que son muy parecidas a las
de la vesícula biliar. En este conducto están representadas todas las capas del tubo digestivo
(v. pág. 618), excepto la muscular de la mucosa. El conducto cístico conecta el conducto
hepático común con la vesícula biliar y transporta bilis desde la vesícula biliar y hacia ella.
Cuando el conducto cístico se une con conducto hepático común, el conducto fusionado se
denomina colédoco o conducto biliar común y se extiende por unos 7 cm hacia la pared del
duodeno para terminar en la ampolla de Vater. Un engrosamiento de la muscular externa
duodenal en la ampolla constituye el esfínter de Oddi, que rodea los orifi cios del conducto
biliar común y el conducto pancreático y actúa como válvula para regular el fl ujo biliar y el
jugo pancreático hacia el duodeno. El hígado del ser humano adulto secreta, en promedio,
cerca de 1 l de bilis por día. La bilis cumple dos funciones principales. Interviene en la
absorción de grasa y es utilizada por el hígado como un vehículo para la excreción de
colesterol, bilirrubina, hierro y cobre. La composición de la bilis y las funciones específi cas de
la mayoría de sus componentes se reseñan en la tabla 18-1. Como se menciona en la tabla,
muchos componentes de la bilis se reciclan a través de la circulación portal. • Alrededor del 90
% de las sales biliares, un componente de la bilis, se reabsorbe en el intestino y regresa al
hígado con la sangre de la vena porta. Luego, los hepatocitos reabsorben las sales biliares y
vuelven a secretarlas. Los hepatocitos también sintetizan nuevas sales biliares para reemplazar
a las que se pierden. • El colesterol y el fosfolípido lecitina, así como la mayoría de los
electrolitos y el agua que llegan al intestino con la bilis, también se reabsorben y se reciclan. El
glucurónido de bilirrubina, el producto desintoxicado fi nal de la degradación de la
hemoglobina, no se recicla. Se excreta con las heces, a las que les confi ere su color. Una falla
en la absorción de la bilirrubina o la incapacidad de conjugarla o de secretar glucurónido
puede causar ictericia. El fl ujo biliar desde el hígado es regulado por mecanismos hormonales
y nerviosos. La velocidad del fl ujo sanguíneo hacia el hígado y la concentración de sales
biliares en la sangre ejercen efectos reguladores sobre el fl ujo biliar. El fl ujo biliar se
incrementa cuando las hormonas como la colecistocinina (CCK), la gastrina y la motilina son
liberadas por las células enteroendocrinas durante la digestión. Las hormonas

(v. fi g. 18-9). La diferencia principal entre el conducto de Hering y el conductillo biliar no es su


ubicación dentro del lobulillo sino si la estructura está parcial o completamente revestida por
colangiocitos. Los conductillos biliares intrahepáticos llevan la bilis hacia los conductos
hepáticos. Los conductillos poseen un diámetro aproximado de 1,0 $m a 1,5 $m y conducen la
bilis hacia los conductos biliares interlobulillares que forman parte de la tríada portal. El
diámetro de estos conductos oscila entre 15 $m y 40 $m y los colangiocitos que los forman son
cúbicos cerca de los lobulillos y se tornan cada vez más cilíndricos a medida que los conductos
se acercan al hilio hepático. Las células cilíndricas presentan microvellosidades bien
desarrolladas, como las de los conductos biliares extrahepáticos y la vesícula biliar. A medida
que los conductos biliares adquieren un tamaño mayor, se rodean en forma progresiva de una
cubierta de tejido conjuntivo denso con fi bras elásticas abundantes. Conforme los conductos
se aproximan al hilio, en este tejido conjuntivo aparecen células musculares lisas. Los
conductos interlobulillares se unen para formar los conductos hepá

Conducto pancreático accesorio (de Santorini)

Papila duodenal menor Esfínter del colédoco (de Boyden)

Conducto cístico

Válvula espiral (de Heister) Conducto hepático común Conducto biliar común (colédoco)

Conducto pancreático principal (de Wirsung) Esfínter del conducto pancreático principal

Esfínter de la ampolla hepatopancreática (de Oddi)

Vesícula biliar

Papila duodenal mayor

Ampolla hepatopancreática (de Vater)

FIGURA 18-14 ▲ Diagrama que muestra la relación entre los conductos del hígado, del
páncreas y de la vesícula biliar. La vesícula biliar es un saco ciego unido a un solo conducto
cístico en el cual numerosos pliegues mucosos forman la válvula espiral (de Heister). El
conducto cístico se une con el conducto hepático común y juntos forman el conducto biliar
común (colédoco) que conduce al duodeno. En se desembocadura en el duodeno, el colédoco
se une con el conducto pancreático principal para formar la ampolla hepatopancreática (de
Vater), y juntos ingresan en la segunda porción del duodeno. En la región distal de estos
conductos hay esfínteres. Los esfínteres del colédoco (de Boyden), del conducto pancreático
principal y de la ampolla hepatopancreática (de Oddi) controlan el fl ujo de la bilis y de la
secreción pancreática hacia el duodeno. Cuando el esfínter del colédoco se contrae, la bilis no
puede pasar al duodeno, y entonces retrocede y fl uye hacia la vesícula biliar, donde se
concentra y se almacena.

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas VESÍCULA BILIAR

mueve la captación de glucosa y su utilización. Cerca del hilio suelen hallarse los somas de las
neuronas parasimpáticas. VESÍCULA BILIAR La vesícula biliar un saco distensible con forma de
pera que en los seres humanos contiene un volumen de alrededor de 50 ml de bilis (v. fi g. 18-
14). Está adherida a la superfi cie visceral del hígado. La vesícula biliar es un derivado
secundario del intestino embrionario, porque se origina como una evaginación del conducto
biliar primitivo que comunica el hígado embrionario con el intestino en desarrollo. La vesícula
biliar concentra y almacena la bilis. La vesícula biliar es un saco ciego se continúa, desde su
región denominada cuello, con el conducto cístico. A través de este conducto, recibe bilis
diluida desde el conducto hepático. La vesícula biliar puede almacenar la bilis entrante y
extraerle cerca del 90 % del agua que contiene, lo cual produce un incremento de hasta 10
veces en la concentración de sales biliares, colesterol y bilirrubina. Las hormonas secretadas
por las células enteroendócrinas del intestino delgado, en respuesta V

esteroides (p. ej., estrógeno durante el embarazo) disminuyen la secreción biliar hepática.
Además, la estimulación parasimpática aumenta el fl ujo biliar al estimular la contracción de la
vesícula biliar y la relajación del esfínter de Oddi. La bilis que abandona el hígado a través del
conducto hepático común fl uye a hacia la vesícula biliar través del conducto cístico. Después
de su estimulación, la vesícula biliar se contrae en forma constante y envía la bilis hacia el
duodeno a través del colédoco El hígado posee inervación simpática y parasimpática. El hígado
(y la vesícula biliar) recibe nervios desde las divisiones simpática y parasimpática del sistema
nervioso autónomo. Los nervios ingresan por el hilio y se ramifi can por todo el hígado
siguiendo los espacios portales, junto con los miembros de la tríada portal. Las fi bras
simpáticas inervan los vasos sanguíneos y el incremento de la estimulación de este sistema
produce un aumento de la resistencia vascular, una disminución del volumen sanguíneo
hepático y un rápido incremento de las concentraciones séricas de glucosa (glucemia). Se cree
que las fi bras parasimpáticas inervan los conductos de gran calibre (los que contienen
músculo liso en sus paredes) y quizás también los vasos sanguíneos; su estimulación pro

Adventicia Adventicia Adventicia

Muscular Muscular externa externa Muscular externa

Mucosa

FIGURA 18-15 ▲ Fotomicrografía de la pared de la vesicular biliar. La mucosa de la vesícula


biliar consiste un revestimiento de células epiteliales simples cilíndricas y una lámina propia de
tejido conjuntivo laxo, que normalmente contiene abundantes invaginaciones o recesos
profundos en la mucosa. Debajo de esta capa hay un estrato bastante grueso, la muscular
externa. No hay muscular de la mucosa ni submucosa. Los haces de músculo liso de la
muscular externa están orientados en forma aleatoria. Por fuera del músculo se encuentra una
adventicia que contiene tejido adiposo y vasos sanguíneos. La porción de la vesícula biliar que
no está adherida al hígado tiene una capa serosa típica en lugar de adventicia. 175 #.

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas VESÍCULA BILIAR

ab CT CT ab CT CT ab CT CT ab CT CT ab CT CT

Complejos de unión

FIGURA 18-16 ▲ Fotomicrografía electrónica del epitelio de la vesícula biliar. a. Las células
cilíndricas altas muestran las características típicas de las células absortivas, con
microvellosidades en su superfi cie apical, un complejo de unión apical que separa la luz
vesicular del espacio intercelular lateral y abundantes mitocondrias en la región apical de la
célula. 3 000 #. b. Durante el transporte activo de líquidos, se bombea sal desde el citoplasma
hacia el espacio intercelular y la sal es seguida por el agua. Entonces, desde la luz se difunden
la sal y el agua hacia la célula. A medida que este proceso continúa, el espacio intercelular se
distiende mucho (fl echas). El líquido se desplaza desde el espacio intercelular dilatado (fl
echas) a través de la lámina basal hacia el tejido conjuntivo subyacente (CT) y después hacia
los vasos sanguíneos. El aumento del tamaño del espacio intercelular lateral durante el
transporte activo de líquidos se ve con el microscopio óptico. 3 000 #.

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas VESÍCULA BILIAR

hepático, se conoce como adventicia. La superfi cie no adherida está cubierta por una serosa o
peritoneo visceral, que consiste en una capa de mesotelio y una capa delgada de tejido
conectivo laxo. Además, los divertículos profundos de la mucosa, denominados senos de
Rokitansky-Aschoff, a veces se extienden a través de la muscular externa (fi g. 18-17 y lámina
67, pág. 712). Se cree que son un presagio de alteraciones patológicas y que se desarrollan
como resultado de la hiperplasia (crecimiento excesivo de las células) y la herniación de las
células epiteliales a través de la muscular externa. Asimismo, en estos senos pueden
acumularse bacterias causantes de infl amación crónica, lo cual es un factor de riesgo para la
formación de cálculos biliares. La concentración de la bilis requiere el transporte acoplado de
sales y agua. Las células epiteliales de la vesícula biliar transportan activamente Na+, Cl" y
HCO3" desde el citoplasma hacia el compartimento intercelular del epitelio. La ATPasa se
localiza en las membranas plasmáticas laterales de las células epiteliales. Este mecanismo de
transporte activo en esencia es idéntico al descrito en el capítulo 17 para los enterocitos del
intestino delgado y las células absortivas del colon. Las

a la presencia de grasa en el duodeno proximal, estimula las contracciones de músculo liso de


la vesícula biliar. Como consecuencia de estas contracciones, la bilis concentrada se expulsa
hacia el colédoco, que la conduce hasta el duodeno. La mucosa de la vesícula biliar presenta
varias características distintivas. La vesícula biliar vacía o con llenado parcial posee muchos
pliegues de la mucosa profundos (fi g. 18-15). La superfi cie de la mucosa está compuesta por
epitelio cilíndrico simple (fi g. 18-16). Las células epiteliales altas (colangiocitos) exhiben las
siguientes características: • Numerosas microvellosidades apicales cortas y poco desarrolladas
• Complejos de unión apicales que unen células contiguas y forman una barrera entre la luz y
el compartimento intercelular • Concentraciones de mitocondrias localizadas en el citoplasma
apical y basal • Pliegues laterales complejos. Estas células se parecen mucho a las células
absortivas del intestino. Ambas células comparten las características mencionadas, así como la
ubicación de la ATPasa activada por Na"/K" en sus membranas plasmáticas laterales y en las
vesículas de secreción con contenido de glucoproteínas en su citoplasma apical. La lámina
propia de la mucosa está particularmente bien provista de capilares fenestrados y pequeñas
vénulas, pero no posee vasos linfáticos. Esta capa también es muy celular y contiene una gran
cantidad de linfocitos y plasmocitos. Las características de la lámina propia son semejantes a
las del colon, otro órgano especializado en la absorción de electrolitos y agua. En la lámina
propia de la vesícula biliar humana normal a veces hay glándulas mucosecretoras, en especial
cerca del cuello del órgano, pero son más comunes en las vesículas biliares infl amadas. En
estas glándulas también hay células de aspecto idéntico a las células enteroendocrinas del
intestino. La pared de la vesícula biliar carece de muscular de la mucosa y de submucosa. Por
fuera de la lamina propia se encuentra una muscular externa que presenta abundantes fi bras
colágenas y elásticas entre los haces de células musculares lisas. A pesar de su origen en un
divertículo derivado del intestino anterior, la vesícula biliar no presenta una muscular de la
mucosa o una submucosa. Los haces musculares lisos están orientados de algún modo
aleatorio, a diferencia de la organización en capas el intestino. La contracción del músculo liso
reduce el volumen vesicular, que fuerza la salida de su contenido hacia el conducto cístico. Por
fuera de la muscular externa hay una capa gruesa de tejido conjuntivo denso (v. fi g. 18-15).
Esta capa contiene vasos sanguíneos de gran calibre, una red linfática extensa y nervios
autónomos que inervan la muscular externa y los vasos sanguíneos (en la pared del conducto
cístico se encuentran somas de las neuronas parasimpáticas). El tejido conjuntivo también
contiene abundantes fi bras elásticas y tejido adiposo. La capa de tejido donde la vesícula biliar
se adhiere al parénquima

Senos de Senos de Rokitansky-Aschoff Rokitansky-Aschoff Senos de Rokitansky-Aschoff

FIGURA 18-17 ▲ Fotomicrografía de los senos de Rokitansky-Aschoff en la pared de la vesícula


biliar. Esta fotomicrografía muestra las invaginaciones profundas de la mucosa que se
extienden hacia la muscular externa. Estas invaginaciones reciben el nombre de senos de
Rokitansky-Aschoff . 120 #.

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas PÁNCREAS

sepitelial de un líquido isotónico desde la luz hacia los vasos. Por lo tanto, la modifi cación fi nal
de la bilis es principalmente el resultado del transporte activo de Na", Cl! y HCO3! y del
transporte pasivo de agua, mediado por acuaporina, a través de la membrana plasmática de
las células epiteliales de la vesícula biliar. PÁNCREAS Generalidades El páncreas es una
glándula alargada en la que se describe una cabeza, un cuerpo y una cola. La cabeza es una
porción expandida que se ubica en la curva con forma de C del duodeno (fi g. 18-18). Está
unida al duodeno mediante tejido conjuntivo. El cuerpo del páncreas, de ubicación central,
atraviesa la línea media del cuerpo humano y la cola se extiende hacia el hilio del bazo. El
conducto pancreático (de Wirsung) recorre toda la longitud de la glándula y desemboca en el
duodeno a la altura de la ampolla hepatopancreática (de Vater), a través de la cual también se
introducen en el duodeno el colédoco y la vesícula biliar. El esfínter hepatopancreático (de
Oddi) rodea a la ampolla y no sólo regula el fl ujo de la bilis y del jugo pancreático hacia el
duodeno sino que también impide el refl ujo de los contenidos intestinales hacia el conducto
pancreático. En algunas personas, está presente un conducto pancreático accesorio (de
Santorini), que es un vestigio del origen del páncreas a partir de dos primordios endodérmicos
embrionarios que se evaginan del intestino anterior Una capa delgada de tejido conjuntivo
laxo forma una cápsula alrededor de la glándula. Desde esta cápsula, el tabique se extiende
hacia la glándula, dividiéndola en lobulillos mal defi nidos. Dentro de los lobulillos, un estroma
de tejido conjuntivo laxo rodea las unidades parenquimáticas. Entre los lobulillos, cantidades
abundantes de tejido conjuntivo rodean los grandes conductos, vasos sanguíneos y nervios.
Además, en el tejido conjuntivo que rodea el conducto pancreático, existen glándulas mucosas
pequeñas que drenan en el conducto. El páncreas es una glándula exocrina y endocrina. A
diferencia del hígado, en el cual las funciones exocrinas y secretoras (endocrinas) se realizan
en la misma célula, la función doble del páncreas está repartida en dos componentes
estructuralmente distintos. • El componente exocrino sintetiza y secreta enzimas hacia el
duodeno que son indispensables para la digestión en el intestino. • El componente endocrino
sintetiza las hormonas insulina y glucagón y las secreta hacia la sangre. Estas hormonas regulan
el metabolismo de la glucosa, los lípidos y las proteínas en el organismo. El componente
exocrino se encuentra en toda la glándula; dentro del páncreas exocrino, se encuentran
dispersos cúmulos celulares bien defi nidos denominados islotes de Langerhans que
constituyen el componente endocrino. Páncreas exocrino El páncreas exocrino es una glándula
serosa. El páncreas exocrino es muy parecido a la glándula parótida, con la que puede ser
confundido. Las unidades de se

células epiteliales de la vesícula biliar también expresan dos tipos de conductos acuosos de
acuaporina (AQP1 y AQP8), proteínas integrales de la membrana que facilitan el movimiento
pasivo rápido del agua (v. cap. 20, cuadro 20-5). La presencia de conductos acuosos en las
membranas plasmáticas apical y basolateral de las células epiteliales de la vesícula biliar indica
que podrían intervenir en la absorción y secreción del agua. El transporte activo de Na", Cl! y
HCO3! a través de la membrana plasmática lateral hacia el compartimiento intercelular
(paracelular) hace que aumente la concentración de electrolitos en el espacio intercelular. El
incremento de la concentración de electrolitos crea un gradiente osmótico entre el espacio
intercelular y el citoplasma, y entre el espacio intercelular y la luz del órgano. El agua se
desplaza desde el citoplasma y desde la luz hacia el espacio intercelular debido al gradiente
osmótico (es decir se desplaza a favor de su gradiente de concentración; v. fi g. 18-16b). Si bien
el espacio intercelular puede distenderse hasta un grado que con frecuencia es visible con el
microscopio óptico, esta capacidad es limitada. El desplazamiento de electrolitos y agua hacia
el espacio crea una presión hidrostática, que fuerza la salida de un líquido casi isotónico del
compartimento intercelular hacia el tejido conjuntivo subepitelial (lámina propia). El líquido
que ingresa en la lámina propia pasa con rapidez hacia los abundantes capilares fenestrados y
las vénulas que subyacen muy cerca del epitelio. Los estudios de transporte de líquido en la
vesícula biliar fueron los primeros en demostrar el papel esencial del compartimento
intercelular en el transporte tran

Conducto cístico

Conducto hepático común

Colédoco

Conducto pancreático principal (de Wirsung)

Duodeno
Conducto pancreático accesorio (de Santorini)

Páncreas

Vesícula biliar

Papila duodenal mayor

Papila duodenal menor

Ampolla hepatopancreática (de Vater) FIGURA 18-18 ▲ Diagrama del páncreas, el duodeno y
los conductos excretores asociados. El conducto pancreático principal (of Wirsung) atraviesa
toda la longitud del páncreas y entra en el duodeno después de unirse al colédoco.
Normalmente hay un conducto pancreático accesorio (de Santorini), como se ilustra aquí, que
desemboca en el duodeno a la altura de la papila duodenal menor separada. El sitio donde
desembocan el colédoco y el conducto pancreático principal normalmente está marcado por la
papila duodenal mayor, que es visible sobre la superfi cie interna del duodeno.

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas PÁNCREAS

centroacinosas planas carecen de ergatoplasma y de gránulos de secreción (v. fi g. 18-20); por


lo que se tiñen muy pálidamente con la eosina. Esta tinción débil sirve para identifi carlas en
los cortes histológicos de rutina. Los gránulos de cimógeno contienen una gran variedad de
enzimas digestivas en una forma inactiva. Las enzimas pancreáticas pueden digerir la mayor
parte de las sustancias alimenticias. A continuación se enumeran las enzimas inactivas, o
proenzimas, contenidas en los gránulos de cimógeno pancreático, junto con las sustancias
especifi cas que digieren una vez activadas. • Endopeptidasas proteolíticas (tripsinógeno,
quimiotripsinógeno) y exopeptidasas proteolíticas (procarboxipeptidasa, proaminopeptidasa)
que digieren proteínas por escisión de sus enlaces peptídicos internos (endopeptidasas) o de
los aminoácidos de los extremos carboxiloterminal o aminoterminal del péptido.

creción (adenómeros) son de forma acinosa o tubuloacinosa y están formadas por un epitelio
simple de células serosas piramidales (fi g. 18-19a y lámina 68, pág. 714). Las células poseen
una superfi cie libre (luminal) angosta y una superfi cie basal ancha. El tejido conjuntivo
periacinoso es mínimo. Las células secretoras serosas del ácino producen precursores
enzimáticos digestivos secretados por el páncreas. Los ácinos pancreáticos son singulares entre
los ácinos glandulares porque el conducto inicial que parte desde el ácino, el conducto
intercalar, en realidad comienza dentro del adenómero mismo (fi g. 18-19b y 18-20). Las
células del conducto ubicadas dentro del ácino son conocidas como células centroacinosas. Las
células acinosas se caracterizan por presentar una basofi lia bien defi nida en el citoplasma
basal y gránulos de cimógeno acidófi los en el citoplasma apical (v. fi g. 18-19a y 18-20). Los
gránulos de cimógeno son más abundantes en el páncreas de las personas que están en ayuno.
Las células

Vaso sanguíneo Vaso sanguíneo

Células Células centroacinosas centroacinosas Conducto intercalar Conducto intercalar


Células acinosas Células acinosas

Vaso sanguíneo

Células centroacinosas Conducto intercalar

Células acinosas

Células acinosas

Célula centroacinosa

Gránulos de cimógeno

Conducto intercalar

Conducto colector intralobulillar

Capilar

aa

FIGURA 18-19 ▲ El ácino pancreático y su sistema de conductos excretores. a. En esta


fotomicrografía de un corte fi no de material incluido en plástico y teñido con H&E, puede
observarse el inicio de un conducto intercalar dentro de un ácino pancreático. Las células que
forman el conducto dentro del ácino son las células centroacinosas. En el citoplasma apical de
las células parenquimáticas se pueden observar claramente gránulos de cimógeno eosinófilo.
860 #. b. En este diagrama esquemático se observa el comienzo del conducto intercalar.
Nótese la ubicación y las formas de las células centroacinosas dentro del ácino. Constituyen el
revestimiento epitelial inicial del conducto intercalar, que drena en un conducto colector
intralobulillar.

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas PÁNCREAS

grado de actividad de síntesis proteica de las células acinosas (fi g. 18-21). En el citoplasma
apical hay un aparato de Golgi bien desarrollado, que participa en la concentración y en el
envasado de los productos de secreción. Las mitocondrias son pequeñas y, si bien están en
toda la célula, se ven concentradas entre las cisternas del RER. Las células acinosas están
unidas entre sí por complejos de unión en sus polos apicales y de esta manera forman una luz
aislada hacia la cual se extienden microvellosidades pequeñas desde la superfi cie celular
apical y se liberan los gránulos de cimógeno por exocitosis. Sistema de conductos del páncreas
exocrino Las células centroacinosas (v. fi g. 18-19a y 18-20) están en el inicio del sistema de
conductos del páncreas exocrino. Presentan un núcleo central aplanado y un citoplasma
adelgazado, característico de las células escamosas. Las células centroacinosas son células del
conducto intercalar situadas dentro del ácino. Las células centroacinosas se continúan con las
células del conducto intercalar corto que se ubica por fuera del ácino. La unidad estructural del
ácino y las células centroacinosas se parecen a un pequeño globo (el ácino) contra el cual se
hubiese empujado un tubo (el conducto intercalar). Los conductos intercalares son cortos y
drenan en conductos colectores intralobulillares. En el páncreas no hay conductos estriados
(secretores). La compleja red ramifi cada de conductos intralobulillares desembocan en los
grandes conductos interlobulillares, que están revestidos de epitelio cilíndrico bajo en el cual
pueden encontrarse células enteroendocrinas y, a veces, células caliciformes. Los conductos
interlobulillares, a su vez, desembocan directamente en el conducto pancreático principal, que
atraviesa toda la glándula en forma paralela a su eje longitudinal y le otorga a esta porción del
sistema de conductos un aspecto de espinazo de pescado (v. fi g. 18-18). En la cabeza del
páncreas se origina un segundo conducto grande, el conducto pancreático accesorio. Los
conductos intercalares añaden bicarbonato y agua a la secreción exocrina. El páncreas secreta
cerca de 1l de líquido por día, casi el mismo volumen inicial de la secreción hepática biliar.
Mientras que la bilis se concentra en la vesícula biliar, todo el volumen de la secreción
pancreática se entrega al duodeno. Si bien los ácinos secretan un pequeño volumen de líquido
con proteínas abundantes, las células del conducto intercalar secretan un gran volumen de
líquido rico en sodio y bicarbonato. El bicarbonato sirve para neutralizar la acidez del quimo
que entra en el duodeno desde el estómago y para establecer el pH óptimo para la actividad
de las principales enzimas pancreáticas. La secreción exocrina pancreática está sometida a un
control hormonal y nervioso. Dos hormonas secretadas por las células enteroendocrinas del
duodeno, la secretina y la colecistocinina (CCK), son los reguladores principales del páncreas
exocrino (v. tabla 17-1,

• Enzimas amiolíticas (&-amilasa) que digieren los hidratos de carbono al romper los enlaces
glucosídicos de los polímeros de la glucosa. • Lipasas que digieren lípidos por escisión de los
enlaces éster de los triglicéridos para producir ácidos grasos libres. • Enzimas nucleolíticas
(desoxirribonucleasa y ribonucleasa) que digieren ácidos nucleicos para producir
mononucleótidos. Las enzimas digestivas pancreáticas se activan sólo después de alcanzar la
luz del intestino delgado. Al principio, la actividad proteolítica de las enzimas enterocinasas en
el glucocáliz de las microvellosidades de las células absortivas intestinales, convierte el
tripsinógeno en tripsina, una enzima proteolítica poderosa. La tripsina luego cataliza la
conversión de otras enzimas inactivas así como la digestión de proteinas en el quimo. Con el
MET, se observa que la basofi lia citoplasmática de las células acinosas pancreáticas
corresponde a un extenso conjunto ordenado de RER y ribosomas libres. La presencia de estos
numerosos orgánulos concuerda con el alto

Conducto intercalar Conducto intercalar

Capilar Capilar

Células Células acinosas acinosas

Células Células centroacinosas centroacinosas

Conducto intercalar

Capilar

Células acinosas

Células centroacinosas

FIGURA 18-20 ▲ Fotomicrografía electrónica del ácino pancreático y del conducto intercalar.
Obsérvese que el ácino pancreático está formado por células acinosas de forma piramidal. Su
región basal contiene el núcleo rodeado por un RER extenso y el aparato de Golgi. La región
apical exhibe gránulos de cimógeno bien conservados. En esta fotomicrografía electrónica se
ve el origen del conducto intercalar revestido por células centroacinosas. 5 800 # (gentileza del
Dr. Holger Jastrow).

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas PÁNCREAS

concentración de HCO3! pero sin ningún contenido enzimático o con muy pocas enzimas. • La
colecistocinina (CCK) es una hormona polipeptídica (33 residuos de aminoácidos) que
determina que las células acinosas secreten sus proenzimas.

pág. 631). La entrada del quimo ácido en el duodeno estimula la liberación de estas hormonas
en la sangre: • La secretina es una hormona polipeptídica (27 residuos de aminoácidos) que
estimula las células de los conductos para secretar un gran volumen de líquido con una alta

JC

NNMMM

RER RER

RER RER

Z
Z

JC

NNMMM

JC

NNMMM

JC

NNMMM

G
G

JC

NNMMM

RER

RER

FIGURA 18-21 ▲ Fotomicrografía electrónica del citoplasma apical de varias células


pancreáticas acinosas. Una célula pancreática acinosa está circunscrita por la línea de puntos.
Los núcleos (N) de las células contiguas se ven abajo a la izquierda y a la derecha de la
fotomicrografía electrónica. El citoplasma apical contiene un extenso retículo endoplásmico
rugoso (RER), mitocondrias (M), gránulos secretores con contenido de cimógeno (Z) y siluetas
de Golgi (G). La superfi cie apical da a una luz (L) en la cual se liberan los gránulos de cimógeno.
Se señala un complejo de unión (JC) cerca de la luz. 20 000 #.

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas PÁNCREAS

nes irregulares cortos, que están rodeados con una red profusa de capilares fenestrados. Las
células endocrinas defi nitivas de los islotes se desarrollan entre la novena y la duodécima
semanas de gestación. En los cortes teñidos con H&E, los islotes de Langerhans aparecen como
cúmulos de células pálidas rodeados por ácinos pancreáticos que se tiñen con más intensidad.
En los preparados de rutina, no es práctico intentar la identifi cación de los diversos tipos de
células que hay en los islotes (fi g. 18-23). Sin embargo, después de la fi jación en Zenker-
formol y de la tinción con el método de Mallory-Azan, es posible identifi car tres tipos celulares
principales, designados células A (alfa), B (beta) y D (delta) (tabla 18-2). Con este método, las
células A se tiñen de rojo, las células B de pardo anaranjado y las células D de azul. Alrededor
del 5 % de las células parece que no se tiñen con este procedimiento. El MET permite la identifi
cación de los principales tipos celulares por el tamaño y la densidad de sus gránulos de
secreción. La diferente disposición de las células en los islotes de Langerhans también puede
demostrarse con el uso del método de inmunofl uorescencia (fi g. 18-24). Las células de los
islotes, salvo las B, son equivalentes de las células enteroendocrinas de la mucosa
gastrointestinal. Además de los tres principales tipos de células insulares, se han identifi cado
tres tipos de células insulares menores mediante el uso del MET en combinación con la
inmunocitoquímica (tabla 18-3). Cada tipo celular puede correlacionarse con una hormona
específi ca, y cada uno tiene una ubicación determinada en el islote. Las células B constituyen
entre el 60 % y el 70 % del total de células insulares en los seres humanos y, en general, se
localizan en su porción central. Estas células secretan insulina (v. tabla 18-2). Las células B
contienen abundantes gránulos de secreción de unos 300 nm de diámetro con un centro
poliédrico denso y una matriz pálida. Se cree que el centro poliédrico es insulina cristalizada.
Las células A constituyen entre el 15% y el 20% de la población insular en los seres humanos y,
en general, se localizan en la periferia de los islotes. Estas células secretan glucagón (v.
tabla18-2). Las células A contienen gránulos de secreción de unos 250 nm de diámetro que son
más uniformes en tamaño y se encuentran más juntos en el citoplasma que los gránulos de las
células B. El gránulo es el sitio del glucagón almacenado (fi g. 18-25). Las células D constituyen
entre el 5 % y el 10 % del tejido pancreático endocrino total y también se localizan en la
periferia en los islotes. Las células D secretan somatostatina, la cual está contenida en los
gránulos de secreción que son más grandes que los de las células A y B (de 300 nm a 350 nm) y
contienen material de densidad electrónica baja o mediana (v. fi g. 18-25). Las células insulares
menores constituyen cerca del 5 % del tejido tisular y pueden corresponder a las células
pálidas observadas después de la tinción con Mallory- Azan. Sus características y funciones se
resumen en la tabla 18-3. Ciertos datos indican que algunas células pueden secretar más de
una hormona. La tinción inmunocitoquímica ha permitido verifi car la presencia de varias
hormonas, además del glucagón, en el citoplasma de las células A. Éstas incluyen

La acción coordinada de las dos hormonas causa la secreción de un gran volumen de líquido
alcalino con enzimas abundantes hacia el duodeno. Además de las infl uencias hormonales, el
páncreas también recibe inervación autónoma. Las fi bras nerviosas simpáticas intervienen en
la regulación del fl ujo sanguíneo pancreático. Las fi bras parasimpáticas estimulan la actividad
de las células acinosas y de las células centroacinosas. Los somas neuronales que a veces se
observan en el páncreas, pertenecen a las neuronas posganglionares parasimpáticas. Páncreas
endocrino El páncreas endocrino es un órgano difuso que secreta hormonas que regulan la
concentración de glucosa en la sangre. Los islotes de Langerhans, el componente endocrino
del páncreas, están dispersos por todo el órgano en la forma de grupos celulares de tamaño
variable (fi g. 18-22). Se estima que entre 1 y 3 millones de islotes constituyen entre el 1% y el
2 % del volumen del páncreas humano y que son más abundantes en la cola. Los islotes
individuales pueden contener sólo unas pocas células o varios centenares de ellas (lámina 68,
pág. 714). Sus células poligonales están dispuestas en cordo

FIGURA 18-22 ▲ Fotomicrografía del páncreas. En este corte teñido con H&E se ven varios
lobulillos pancreáticos separados por tabiques de tejido conjuntivo que son continuos con la
cápsula delgada que rodea la glándula. Los lobulillos pancreáticos consisten principalmente en
ácinos exocrinos y sus sistemas de conductos intralobulillares. La mayoría de los lobulillos
muestran pequeñas siluetas redondeadas pálidas, que corresponden a los islotes de
Langerhans (fl echas). Junto a los lobulillos, abajo a la izquierda, hay un conducto interlobulillar
grande que pertenece al páncreas exocrino. 25 #.

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas PÁNCREAS

La insulina, que es la principal hormona que secreta el tejido insular, disminuye la


concentración de glucosa en la sangre. La insulina es la secreción endocrina más abundante.
Sus efectos principales se producen sobre el hígado, el músculo esquelético y el tejido adiposo.
La insulina tiene múltiples acciones individuales en cada uno de estos tejidos. En general, la
insulina estimula: • La captación de glucosa de la circulación. Los transportadores específi cos
de glucosa en la membrana celular (GLUT4) son estimulados e insertados en la membrana
celular de las células osteomusculares y de los adipocitos.

péptido inhibidor gástrico (GIP), CCK y hormona adrenocorticotrópica (ACTH)-endorfi na. Si


bien no existe evidencia morfológica clara sobre la presencia de células G (células de gastrina)
en los islotes, la gastrina también podría ser secretada por una o más células insulares. Ciertos
tumores de las células insulares pancreáticas secretan grandes cantidades de gastrina, por lo
que producen una secreción excesiva de ácido en el estómago (síndrome de Zollinger-Ellison).
Funciones de las hormonas pancreáticas Todas las hormonas secretadas por el páncreas
endocrino regulan funciones metabólicas en forma sistémica, regional (en el tubo digestivo) o
local (en el mismo islote).

ab ab ab ab ab

Células A Células A Células A

FIGURA 18-23 ▲ Microfotografías de los islotes de Langerhans. a. En este preparado de rutina


teñido con H&E, es difícil identifi car los tipos celulares específi cos de los islotes sin colorantes
especiales. En el mejor de los casos, se puede suponer que las pequeñas células (fl echas)
ubicadas en la periferia del islote probablemente sean células A. 360 #. b. Esta fotomicrografía
muestra un islote de Langerhans obtenido del páncreas de una rata que fue sometido a una
impregnación argéntica con la técnica de Grimelius, la cual tiñe las células secretoras de
glucagón. Las células A impregnadas con plata en el páncreas de la rata están distribuidas
alrededor de la periferia del islote, lo que no ocurre en el páncreas humano. 360 #.

Tipo celular Porcentaje Tinción del citoplasma con Mallory-Azan Producto Gránulos (MET) A
15–20 Rojo Glucagón Alrededor de 250 nm; núcleo denso, excéntrico rodeado por una
sustancia clara B 60–70 Pardo anaranjado Insulina Alrededor de 300 nm; muchos con núcleo
denso cristalino (anguloso) rodeado por unas sustancia clara D 5–10 Azul Somatostatina
Alrededor de 325 nm; matriz homogénea

MET, microscopio electrónico de transmisión.

TABLA 18-2 Tipos celulares principales de los islotes pancreáticos

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas PÁNCREAS

deshidrogenasa y la fosfofructosinasa en las células osteomusculares y el hígado. • La


degradación de quilomicrones y otras LDL en ácidos grasos libres por activación de la
lipoproteína lipasa (LPL). El aumento de la concentración de ácidos grasos libres incrementa los
triglicéridos, lo que conduce a la formación de inclusiones lipídicas (lipogénesis). • La síntesis
de proteinas en células osteomusculares y hepatocitos por el aumento de la captación celular
de aminoácidos y la activación de la vía del blanco de rapamicina en mamíferos (mTOR '
mammalian target of rapamycin), que es responsable del aumento de la producción de
ribosomas y la disminución de la proteólisis celular. La falta o las cantidades insufi cientes de
insulina conducen al aumento de la concentración de glucosa en la sangre (hiperglucemia) y a
la presencia de glucosa en la orina (glucosauria), signos de un trastorno conocido como
diabetes mellitus. La diabetes mellitus es una crisis de salud pública en todo el mundo y afecta
a cerca del 8,3 % de la población de Estados Unidos. Las complicaciones de la diabetes mellitus
pueden ser cardiovasculares (disfunción de las células endoteliales con lesión a su membrana
basal; por ej., hipertensión, cardiopatía y derrame cerebral), renales, retinopáticas o
neuropáticas. La expresión reducida de insulina y de factores de crecimiento simil insulina en
el sistema nervioso central (SNC) se ha vinculado recientemente con la enfermedad de
Alzheimer (cuadro 18-3). El glucagón, que se secreta en cantidades casi tan altas como las de
insulina, aumenta la concentración de glucosa en la sangre. En esencia, las acciones del
glucagón son las recíprocas de las de la insulina. El glucagón estimula la liberación de glucosa
hacia la sangre y estimula la glucogénesis (síntesis de glucosa a partir de metabolitos de
aminoácidos) y la glucogenólisis (degradación de glucógeno) en el hígado. El glucagón tam

• El almacenamiento de glucosa por la activación de la glucógeno sintasa y la inhibición de la


glucógeno fosforilasa en las células musculares y el hígado. Estas acciones conducen a la
síntesis ulterior de glucógeno (glucogénesis). • La utilización de glucosa al promover su
glucólisis dentro de las células. Esto se logra al activar la piruvato

Tipo celular Secreción Ubicación (además del islote) Acciones Célula PP (célula F)a Polipéptido
pancreático Estimula las células principales gástricas, inhibe la secreción biliar y la motilidad
intestinal, inhibe la secreción de HCO3! y de enzimas pancreáticas Célula D1 Péptido intestinal
vasoactivo (VIP) También en los ácinos exocrinos y en el epitelio de los conductosb Similares a
las del glucagón (hiperglucémica y glucogenolítica); también afecta la actividad secretora y la
motilidad en el intestino; estimula la secreción exocrina pancreática ECélula ECa Secretina,
motilina, sustancia P También en los ácinos exocrinos y en el epitelio de los conductosb
Secretina: actúa localmente para estimular la secreción de HCO3! en el jugo pancreático y la
secreción enzimática del páncreas Motilina: incrementa la motilidad gástrica e intestinal
Sustancia P: posee propiedades neurotransmisoras Célula épsilon Ghrelina Epitelio que tapiza
el fondo gástricoc Estimula el apetito

aPP, polipéptido pancreático; EC, enterocromafín. bEsta ubicación pone de relieve la


ontogénesis del páncreas como derivado del intestino embrionario. cLa ghrelina es producida
en el estómago por las células P/D1 (Gr).

TABLA 18-3 Tipos celulares menores de los islotes pancreáticos


FIGURA 18-24 ▲ Islote de Langerhans en el páncreas humano adulto. Esta imagen de inmunofl
uorescencia muestra el islote de Langerhans y la distribución de las células A que secretan
glucagón (verde) y células B que secretan insulina (rojo) en el páncreas adulto. Las células se
sometieron a coloración de contraste con 4´,6- diamidino-2-fenilindol (DAPI) que tiñe el ADN
nuclear y muestra una fl uorescencia azul sobre los núcleos. Obsérvese que las células B
comprenden la mayoría de las células del islote y las células A están dispersas en todo el islote.
280 #. (De Scharfmann R, Xiao X, Heimberg H, Mallet J, Ravassard P. Beta cells within single
human islets originate from multiple progenitors. PLoS ONE 2008;2:e3559.)

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CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas PÁNCREAS

que regula la liberación de somatotrofi na (hormona de crecimiento) desde la adenohipófi sis.


Si bien el papel preciso de la somatostatina en los islotes no está claro, se ha demostrado que
inhibe la secreción de insulina y glucagón. También suprime la secreción exocrina del páncreas.
Las características moleculares de las hormonas principales y algunas de las hormonas
menores sintetizadas por los islotes de Langerhans, se reseñan en la tabla 18-4.

bién estimula la proteólisis para promover la gluconeogénesis, moviliza las grasas desde los
adipocitos (lipólisis) y estimula la lipasa hepática. La somatostatina inhibe la secreción de
insulina y de glucagón. La somatostatina es secretada por las células D de los islotes. Es
idéntica a la hormona secretada por el hipotálamo

Célula D

Célula A Célula A

Tejido conjuntivo Tejido conjuntivo

Aparato de Golgi

Célula D

Célula A

Tejido conjuntivo

Aparato de Golgi

FIGURA 18-25 ▲ Fotomicrografía electrónica de células del islote pancreático. La porción de la


célula en la parte superior de la fotomicrografía es una célula A. Contiene gránulos
característicos (fl echas) que muestran un centro esferoidal denso rodeado por un espacio
claro y después una membrana. Esta célula también tiene un aparato de Golgi
característicamente bien desarrollado. La célula que se observa en la parte inferior de la
fotomicrografía es una célula D, que contiene una gran cantidad de gránulos limitados por
membrana de una densidad moderadamente baja (puntas de fl echa). 15 000 #.

CUADRO 18-3 Correlación clínica: producción de insulina y enfermedad de Alzheimer


Recientemente, algunos investigadores han identifi cado la expresión de insulina y factores de
crecimiento símil insulina (IGF I e IGF II) en las neuronas de varias regiones del encéfalo. Se
sabe que la resistencia a la insulina característica de la diabetes mellitus está vinculada con la
degeneración nerviosa, la disfunción cognitiva y la demencia. El ritmo lento de producción de
insulina y de IGF en el encéfalo contribuye a la degeneración de las neuronas, un síntoma
inicial de la enfermedad de Alzheimer (AD). El examen post mórtem del tejido encefálico de
pacientes con diagnóstico de AD confi rmó que las concentraciones de insulina y de IGF
estaban muy reducidas en el hipocampo (la región del encéfalo responsable de la memoria),
los lóbulos frontales y el hipotálamo. En cambio, en el cerebelo (que, en general, no se ve
afectado por la AD), los investigadores encontraron concentraciones normales de estas
hormonas. Las anomalías de la producción de insulina en el encéfalo no presentan síntomas
típicos de la diabetes mellitus tipo 1 o tipo 2, pero indicarían que la AD podría ser una
manifestación de la diabetes tipo 3. Si estas nuevas observaciones son confi rmadas en el
futuro, podría ser posible desarrollar un tratamiento orientado para la AD que no se encuentra
disponible en la actualidad.

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704

CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas PÁNCREAS

didura (nexos) bien desarrolladas. Los fenómenos iónicos desencadenados por los
transmisores sinápticos en las terminaciones nerviosas, se transmiten de una célula a otra a
través de estas uniones. Los nervios autónomos pueden tener efectos directos sobre la
secreción hormonal de las células A y de las células B. La estimulación parasimpática
(colinérgica) incrementa la secreción de insulina y glucagón; la estimulación simpática
(adrenérgica) incrementa la liberación de glucagón pero inhibe la liberación de insulina. Este
control nervioso de la insulina y el glucagón contribuiría a la disponibilidad de la glucosa
circulantes en las reacciones de estrés. La irrigación sanguínea del páncreas provee una
perfusión en cascada de los islotes y los ácinos. Como ya se mencionó, los islotes de
Langerhans comprenden sólo entre el 1 % y el 2 % de la masa total del páncreas; sin embargo,
reciben cerca del 10 % al 15 % del fl ujo sanguíneo pancreático. Existen dos patrones
predominantes de fl ujo sanguíneo en los islotes de Langerhans. El patrón más común es el
ingreso de sangre en el centro del islote, al que irriga en primer lugar y después se esparce
hacia la periferia. En el segundo patrón, varias arteriolas ingresan a la periferia de los islotes y
se ramifi can en capilares fenestrados para irrigar el centro del islote. En los seres humanos, es
más probable que los capilares primero irriguen las células A y D en la periferia antes de que la
sangre alcance las células B centrales. Los vasos de mayor calibre en los tabiques que penetran
la porción central del islote, también se acompañan de células A y D, de modo que la sangre
que llega a las células B siempre ha irrigado primero las células A y D. Estudios recientes de
imágenes de fl uorescencia in vivo muestran las diferentes dinámicas de fl ujo sanguíneo en los
islotes de Langerhans. Estos estudios indican que el fl ujo sanguíneo está regulado por la
concentración de glucosa en la sangre además de las interacción compleja entre los
vasodilatadores y vasoconstrictores, los péptidos gastrointestinales y el sistema nervioso
autónomo. Los capilares eferentes grandes abandonan el islote y se ramifi can en redes de
capilares que rodean los ácinos del páncreas exocrino. Este fl ujo en cascada es parecido a los
sistemas porta de otras glándulas endocrinas (hipófi sis, suprarrenal). Las secreciones de las
células de los islotes poseen efectos reguladores sobre las células acinosas: • La insulina, el
péptido intestinal vasoactivo (VIP) y la CCK estimulan la secreción exocrina. • El glucagón, el
polipéptido pancreático (PP) y la somatostatina inhiben la secreción exocrina.

Regulación de la actividad del islote. Una glucemia superior a la normal de 70 mg/100 ml (70
mg/dl) estimula la liberación de insulina desde las células beta, que conduce a la captación y el
almacenamiento de la glucosa por parte del hígado y del músculo. La disminución de la
glucemia resultante detiene la secreción de insulina. Algunos aminoácidos también estimulan
la secreción de insulina, sola o en conjunto con una hiperglucemia. El aumento de la
concentración de ácidos grasos también estimula la liberación de insulina, como lo hacen la
gastrina, la CCK y la secretina circulantes. La CCK y el glucagón, liberados en el islote por las
células A, actúan como un mecanismo paracrino para estimular la secreción de insulina por las
células B. La glucemia inferior a 70 mg/100 ml estimula la liberación de glucagón; la glucemia
muy superior a 70 mg/100 ml inhibe la secreción de glucagón. El glucagón también se libera en
respuesta a una concentración baja de ácidos grasos en la sangre. La insulina inhibe la
liberación de glucagón por las células A, pero debido a la circulación en cascada del islote (v.
más adelante), esta inhibición está afectada por una acción hormonal de la insulina
transportada en la circulación general. Los islotes poseen inervación simpática y parasimpática.
Cerca del 10 % de las células insulares poseen terminaciones nerviosas en contacto directo con
su membrana plasmática. Entre las células insulares hay uniones de hen

Hormona

Peso molecular (Da) Estructura Insulina 5 700-6 000 Dos cadenas proteicas ligadas por puentes
disulfuro: cadena %, 21 aminoácidos; cadena %, 30 aminoácidos Glucagón 3 500 Polipéptido
lineal: 29 aminoácidos Somatostatina 1 638 Polipéptido cíclico: 14 aminoácidos VIP 3 300
Polipéptido lineal: 28 aminoácidos Polipéptido pancreático 4 200 Polipéptido lineal: 36
aminoácidos

VIP, péptido intestinal vasoactivo.

TABLA 18-4

Características de las hormonas pancreáticas booksmedicos.org

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705

CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas PÁNCREAS

CUADRO 18-4 Consideraciones funcionales: síntesis de insulina, un ejemplo de procesamiento


postraduccional

G como una cadena A de 21 aminoácidos unida transversalmente por puentes disulfuro a la


parte superior del asa, que se convierte en la cadena B de 30 aminoácidos. El péptido de 35
aminoácidos eliminado del asa se denomina péptido C (péptido de conexión). Este péptido se
almacena en las vesículas de secreción y se libera con la insulina en cantidades
equimoleculares. No se ha identifi cado ninguna función fi siológica para el péptido C. Dado
que el péptido C posee una vida media más larga que la insulina, se detectan mayores
concentraciones de péptidos C en la sangre periférica. Por estas razones, la cuantifi cación de
péptidos C circulantes, provee información clínica importante acerca de la actividad secretora
de las células B. Puesto que el péptido C es eliminado del organismo por los riñones, la cuantifi
cación de su excreción urinaria proporciona información útil acerca de la secreción de insulina
por las células B. Con frecuencia, la cuantifi cación del péptido C se utiliza para determinar la
función de las células B residuales en pacientes tratados con insulina, para distinguir entre la
diabetes tipo 1 y tipo 2 y para diagnosticar y valorar el tratamiento del insulinoma (tumor de
las células B). El péptido C también puede utilizarse para verifi car la evolución del trasplante
de páncreas o de células insulares.

La insulina se sintetiza dentro de las células B del páncreas. Es una pequeña proteína formada
por dos cadenas polipeptídicas unidas por puentes disulfuro. Su biosíntesis presenta un claro
ejemplo de la importancia del procesamiento postraduccional en el logro de la estructura fi nal
activa de una proteína. La insulina se sintetiza en principio como una cadena polipéptidica
simple de 110 aminoácidos, con un peso molecular de alrededor de 12 000 Da. Este
polipéptido se denomina preproinsulina. La preproinsulina contiene una secuencia de señal
aminoterminal (de 24 aminoácidos de longitud) que es necesaria para que la hormona
precursora ingrese en el RER. A medida que la molécula se inserta en la cisterna del RER, la
secuencia de señal preproinsulínica se escinde proteolíticamente para formar proinsulina. El
procesamiento postraduccional reduce la preproinsulina a un polipéptido con un peso
molecular de alrededor de 9000 Da. La proinsulina es una sola cadena polipeptídica de 81 a 86
aminoácidos que tiene la forma aproximada de la letra G (fi g. C18-4.1). Dos puentes disulfuro
conectan la barra de la G a la parte alta del asa. Durante el envasado y el almacenamiento de
la proinsulina en el aparato de Golgi, una enzima símil catepsina escinde la mayor parte del
asa, lo que deja a la barra de la

Señal de secuencia

Cadena B

Cadena A

Cadena C

H2N

Péptido C Preproinsulina Proinsulina Insulina

COOH

H2N H2N

H2N

COOH COOH COOH

S SS S S

Cadena B

Cadena A

Cadena C

S S SS S S

Cadena B
Cadena A

S S SS S S

FIGURA C18-4.1 ▲ Procesamiento postraduccional de la insulina. La insulina se sintetiza como


preproinsulina, una cadena polipeptídica simple que sufre modifi caciones postraduccionales.
Primero se elimina la secuencia de señal dentro de las cisternas del RER. La cadena
polipeptídica resultante más corta, conocida como proinsulina, se transporta al aparato de
Golgi donde es modifi cada por la formación de puentes disulfuro internos y la eliminación de
la cadena C que produce insulina biológicamente activa.

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706

CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas HISTOLOGÍA 101

GENERALIDADES DEL HÍGADO ◗ El hígado es el órgano interno más voluminoso y la masa de


tejido glandular más grande del organismo. ◗ El hígado desempeña un papel importante en la
captación, almacenamiento y distribución de sustancias nutritivas. Produce la mayoría de las
proteinas plasmáticas circulantes (p. ej., albúminas), almacena hierro, convierte vitaminas y
degrada fármacos y toxinas. ◗ El hígado también actúa como un órgano exocrino (produce
bilis) y desempeña funciones del tipo endócrinas. ◗ El hígado posee una irrigación doble: un
suministro venoso a través de la vena porta hepática y un suministro arterial a través de la
arteria hepática.

ESTRUCTURA DEL HÍGADO ◗ Los componentes estructurales del hígado comprenden el


parénquima (cordones de hepatocitos), el estroma de tejido conjuntivo, los capilares
sinusoidales (sinusoides hepáticos) y los espacios perisinusoidales (de Disse). ◗ Existen tres
formas de describir la estructura del hígado en términos de una unidad funcional: el lobulillo
clásico (de forma hexagonal), el lobulillo portal (de forma triangular) y el ácino hepático (una
unidad estructural de forma romboidal que tiene tres zonas y provee la mejor concordancia
entre perfusión sanguínea, actividad metabólica y patología hepática). ◗ Los hepatocitos
(como se observa en los lobulillos clásicos) están organizados en cordones anastomosados
irregulares que ser irradian hacia la vena central. Los ángulos del lobulillo clásico poligonal
están ocupados por la tríada portal, la cual contiene ramas de la vena porta, la arteria
hepática, los conductos biliares y los vasos linfáticos de pequeño calibre. ◗ Los sinusoides
hepáticos forman canalículos vasculares irregulares que transcurren paralelos y entre los
cordones hepatocíticas. Reciben sangre mixta: (! 75 %) de sangre venosa de la circulación
portal y (! 25 %) de sangre arterial de la circulación sistémica. ◗ Los sinusoides hepáticos están
revestidos por un delgado endotelio discontinuo. El espacio perisinusoidal (espacio de Disse)
se encuentra entre los hepatocitos y el endotelio; es el sitio de intercambio de materiales
entre la sangre y los hepatocitos. ◗ El endotelio sinusoidal está compuesto por macrófagos
sinusoidales estrellados (células de Kupff er) especializados, que eliminan los eritrocitos
envejecidos y reciclan moléculas de hierro. ◗ Las células estrelladas hepáticas (células de Ito)
se localizan en los espacios perisinusoidales y contienen inclusiones lipídicas para el
almacenamiento de vitamina A. En trastornos patológicos, las células de Ito tienen la
capacidad de diferenciarse en miofi broblastos.
HEPATOCITOS ◗ Los hepatocitos (constituyen el 80 % de las células hepáticas) son células
poliédricas grandes con núcleos esferoidales (con frecuencia binucleados) y citoplasma acidófi
lo que contiene REL, RER, abundantes mitocondrias y peroxisomas y múltiples complejos de
Golgi pequeños. ◗ La superfi cie basal de los hepatocitos está en contacto con el espacio
perisinusoidal (de Disse), mientras que la superfi cie apical se comunica con el hepatocito
contiguo para formar un canalículo biliar. ◗ Los canalículos biliares desembocan en los
conductos de Hering de trayecto corto, que están cubiertos en parte por hepatocitos y en
parte por colangiocitos de forma cúbica (células que revisten el árbol biliar). Los conductos de
Hering albergan citoblastos hepáticos específi cos.

Puntos esenciales Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas booksmedicos.org

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707

CAPÍTULO 18 Sistema digestivo III: hígado, vesícula biliar y páncreas HISTOLOGÍA 101

ÁRBOL BILIAR ◗ El árbol biliar tiene un revestimiento de células epiteliales cúbicas o cilíndricas
denominadas colangiocitos, que verifi can el fl ujo biliar y regulan su contenido. ◗ La bilis
(producida por hepatocitos) es recogida por los canalículos biliares y drena hacia los conductos
de Hering. Desde allí, continúa su fl ujo hacia los conductillos biliares intrahepáticos y más
adelante en los conductos biliares interlobulillares (que forman parte de la tríada portal). Los
conductos interlobulillares fi nalmente se mezclan para formar los conductos hepáticos
izquierdo y derecho que abandonan el hígado a la altura del hilio. ◗ Los conductos biliares
extrahepáticos transportan la bilis hacia la vesícula biliar y el duodeno.

GENERALIDADES DE LA VESÍCULA BILIAR ◗ La vesícula biliar es un saco distensible, con forma


de pera, que concentra (elimina el 90 % del agua) y almacena bilis. ◗ La mucosa de la vesícula
biliar presenta muchos pliegues profundos (para incrementar la extensión de la superfi cie),
una lámina propia provista de vasos sanguíneos y una muscular externa bien desarrollada
(carece de muscular de la mucosa y de submucosa). ◗ Los colangiocitos cilíndricos altos están
especializados en la captación de agua desde la bilis. Expresan acuaporinas (proteínas del
conducto acuoso) que facilitan el desplazamiento pasivo rápido del agua. ◗ Los divertículos
profundos de la mucosa, denominados senos de Rokitansky-Aschoff , con frecuencia se
extienden a través de todo el espesor de la muscular externa. ◗ La contracción de la muscular
externa reduce el volumen de la vesícula biliar y fuerza la expulsión de la bilis a través del
conducto cístico y del conducto biliar común hacia el duodeno.

GENERALIDADES DEL PÁNCREAS ◗ El páncreas es una glándula exocrina y endocrina localizada


en el espacio retroperitoneal del abdomen. ◗ El componente exocrino sintetiza y secreta
enzimas digestivas hidrolíticas hacia el duodeno que son indispensables para la digestión en el
intestino. Este componente contiene ácinos (adenómeros) serosos, que conforman la mayor
parte de la masa del páncreas. ◗ Los ácinos pancreáticos son únicos singulares porque sus
conductos intercalares comienzan dentro del adenómero mismo; por consiguiente, las células
del conducto que están dentro del ácino se conocen como células centroacinosas (una
característica distintiva del páncreas). ◗ La célula acinosa pancreática tiene forma piramidal
con gránulos de secreción (cimógeno) localizados en su citoplasma apical. En su región basal
hay aparatos de Golgi, RER y un núcleo grande. Los conductos intercalares secretan una gran
cantidad de sodio y bicarbonato para neutralizar la acidez del quimo que ingresa en el
duodeno desde el estómago. ◗ Los conductos intercalares drenan ácinos pancreáticos en los
conductos intralobulillares, grandes conductos interlobulillares, y por último en el conducto
pancreático, que desemboca en el duodeno. El componente endocrino (islotes de Langerhans)
sintetiza y secreta hormonas que regulan el metabolismo de glucosa, lípidos y proteínas en la
sangre. ◗ Los islotes de Langerhans están dispersos en el páncreas y contienen tres tipos
principales de células: células A (producen glucagón), células B (producen insulina) y células D
(producen somatostatina). Sistema respiratorio 19

La porción inferior del sistema respiratorio que contiene la laringe, la tráquea, los bronquios
con sus divisiones y los pulmones se desarrolla en el embrión como una evaginación ventral
del intestino anterior llamada divertículo laringotraqueal (respiratorio). Por lo tanto, el epitelio
de las vías respiratorias es de origen endodérmico. Este divertículo inicial se convierte en el
mesénquima torácico esplácnico que rodea el intestino anterior. Conforme su extremo distal
se agranda, el divertículo forma un corpúsculo pulmonar en forma de bulbo. Éste se divide en
corpúsculo bronquial izquierdo y derecho, que aumentan de tamaño para formar el primordio
de los bronquios primarios izquierdo y derecho. Los corpúsculos bronquiales junto con el
mesénquima torácico circundante se diferencian en bronquios lobares con divisiones
ulteriores progresivas en bronquios segmentarios. Cada bronquio segmentario con sus
mesénquima circundante, se diferencia y se divide para formar los segmentos
broncopulmonares del pulmón. Los cartílagos bronquiales, el músculo liso y otros elementos
del tejido conjuntivo derivan del mesénquima torácico. Las vías aéreas del sistema respiratorio
se dividen en una porción conductora y una porción respiratoria. La porción conductora está
formada por las vías aéreas que conducen a los sitios de respiración dentro de los pulmones
donde ocurre el intercambio de gases. Las vías de conducción comprenden tanto las que están
fuera como las que están den

GENERALIDADES DEL SISTEMA RESPIRATORIO El sistema respiratorio está compuesto por dos
pulmones y una serie de vías aéreas que los comunican con el exterior. Dentro del pulmón, las
vías aéreas se ramifi can en tubos cada vez menores hasta alcanzar los espacios aéreos más
pequeños, llamados alvéolos (fi g. 19-1). Este sistema cumple tres funciones principales:
conducción del aire, fi ltración del aire e intercambio de gases (respiración). Esto último ocurre
en los alvéolos. Además, el aire que atraviesa la laringe sirve para generar los sonidos del habla
y el aire que pasa sobre la mucosa olfatoria en las cavidades nasales transporta estímulos para
el sentido del olfato. El sistema respiratorio también cumple, en menor grado, funciones
endocrinas (producción y secreción de hormonas) y participa en la regulación de las respuestas
inmunitarias a los antígenos inhalados. Los pulmones se desarrollan a partir del divertículo
laringotraqueal del endodermo del intestino anterior y del mesénquima torácico esplánico
circundante. El desarrollo de la porción superior del sistema respiratorio que contiene
cavidades nasales, senos paranasales, nasofaringe y orofaringe se asocia con el desarrollo de la
cavidad bucal.

GENERALIDADES DEL SISTEMA RESPIRATORIO / 717 CAVIDADES NASALES / 718 Vestíbulo de la


cavidad nasal / 719 Región respiratoria de la cavidad nasal / 719 Región olfatoria de la cavidad
nasal / 719 Senos paranasales / 723 FARINGE / 723 LARINGE / 723 TRÁQUEA / 725 Epitelio
traqueal / 725 Membrana basal, lámina propia y submucosa / 728 BRONQUIOS / 729

BRONQUÍOLOS / 729 Estructura bronquiolar / 729 Función bronquiolar / 732 ALVÉOLOS / 732
IRRIGACIÓN / 737 VASOS LINFÁTICOS / 737 INERVACIÓN / 737 Cuadro 19-1 Correlación clínica:
metaplasia escamosa en las vías respiratorias / 723 Cuadro 19-2 Correlación clínica: asma / 731
Cuadro 19-3 Correlación clínica: fi brosis quística / 738 Cuadro 19-4 Correlación clínica: enfi
sema y neumonía / 739 HISTOLOGÍA 101. Puntos esenciales / 741
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718

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio CAVIDADES NASALES

• Bronquíolos respiratorios, que participan tanto en la conducción del aire como en el


intercambio gaseoso. • Conductos alveolares, que corresponden a vías aéreas alargadas cuya
pared está formada exclusivamente por alvéolos. • Sacos alveolares, que son espacios
formados por cúmulos de alvéolos. • Alvéolos, que constituyen los sitios primarios de
intercambio gaseoso. Los vasos sanguíneos entran en los pulmones junto con los bronquios.
Las arterias se ramifi can en vasos más pequeños mientras siguen el árbol bronquial dentro del
parénquima pulmonar. Los capilares establecen un contacto estrecho con las unidades
respiratorias terminales, o sea los alvéolos. Esta relación intima entre los espacios aéreos
alveolares y los capilares pulmonares es el fundamento estructural para el intercambio de
gases dentro del parénquima pulmonar. Las características esenciales de la irrigación
sanguínea pulmonar se describen en las páginas 734-736. El aire que pasa a través de las vías
aéreas tiene que ser acondicionado antes de que alcance las unidades respiratorias terminales.
El acondicionamiento del aire se produce en la porción conductora del sistema respiratorio e
incluye el calentamiento, la humectación y la eliminación de partículas. Las secreciones
mucosas y serosas desempeñan un papel importante en el proceso de acondicionamiento.
Estas secreciones humedecen el aire y también atrapan las partículas que han conseguido
eludir los gruesos pelos cortos especiales, llamados vibrisas, que hay en las cavidades nasales.
El moco, aumentado por estas secreciones serosas, también impide la deshidratación del
epitelio subyacente por el aire en movimiento. Casi toda la superfi cie luminal de las vías de
conducción está cubierta por moco que es producido por las células caliciformes y las
glándulas mucosecretoras de las paredes de estas vías. El moco y las demás secreciones son
desplazados hacia la faringe mediante movimientos de barrido coordinados de los cilios y
después normalmente se degluten. CAVIDADES NASALES Las cavidades nasales son cámaras
pares separadas por un tabique óseo y cartilaginoso. Son espacios alargados con una base
amplia que se localiza sobre los paladares duro y blando y un vértice estrecho que apunta
hacia la fosa craneal anterior. El esqueleto de las cavidades nasales está formado por huesos y
cartílagos; la mayor parte se encuentra dentro del cráneo a excepción de aquellos de la
pequeña región anterior que están encerrados dentro de la nariz. Cada cavidad se comunica
por delante con el exterior a través de las narinas (fosas nasales); por detrás con la nasofaringe
a través de las coanas y lateralmente con los senos paranasales y el conducto nasolagrimal,
que drena las lágrimas del ojo dentro de la cavidad nasal (fi g. 19-2). Las cavidades se dividen
en tres regiones: • Vestíbulo nasal, que es un espacio dilatado de la cavidad nasal justo en el
interior de las narinas y está tapizado por piel • Región respiratoria, que es la parte más
extensa (dos terceras partes inferiores) de las cavidades nasales y está tapizada por la mucosa
respiratoria

tro de los pulmones. Las partes de la vía aérea que están fuera de los pulmones son las
siguientes: • Cavidades nasales, que corresponden a dos espacios grandes llenos de aire
ubicados en la región más proximal del sistema respiratorio (y, durante la respiración forzada,
la cavidad bucal que se halla ubicada debajo de las cavidades nasales). • Nasofaringe, que se
encuentra por detrás de las cavidades nasales y por arriba del nivel del paladar blando y se
comunica, por debajo, con la orofaringe, la cual está por detrás de la cavidad bucal. • Laringe,
que es un órgano tubular hueco provisto de una armazón cartilaginosa y que tiene a su cargo
la generación de sonidos. • Tráquea, que consiste en un tubo fl exible que se extiende desde la
laringe hasta el tórax. Sirve como un conducto para el aire y en el mediastino se bifurca en un
par de bronquios principales. • Bronquios principales (primarios), que se introducen en ambos
pulmones a través del hilio. Dentro de los pulmones, los bronquios principales sufren una
ramifi cación extensa para fi nalmente dar origen a los bronquíolos de distribución. Los
bronquíolos son la parte fi nal de la porción conductora. En conjunto, los bronquios
intrapulmonares y los bronquíolos forman el árbol bronquial. La porción respiratoria es la
parte de la vía aérea en la cual se produce el intercambio gaseoso. En forma secuencial
comprende las siguientes estructuras:

Cavidad nasal Nasofaringe Orofaringe Laringe Tráquea

Bronquíolos

Diafragma

Pulmón

Bronquios

Bronquíolos respiratorios Conducto alveolar

Alvéolos

Sacos alveolares FIGURA 19-1 ▲ Diagrama de las vías respiratorias. Las cavidades nasales, la
nasofaringe, la orofaringe, la laringe, la tráquea, los bronquios y los bronquíolos constituyen la
porción conductora del sistema respiratorio. La porción respiratoria del sistema, donde se
produce el intercambio de gases, está compuesta por los bronquíolos respiratorios, los
conductos alveolares, los sacos alveolares y los alvéolos.

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719

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio CAVIDADES NASALES

cornetes nasales. Los cornetes dividen cada cavidad nasal en espacios aéreos separados y
desempeñan una función doble. Aumentan la extensión de la superfi cie y causan turbulencia
en el fl ujo de aire para permitir un acondicionamiento más efi caz del aire inspirado. El epitelio
seudocilíndrico estratifi cado ciliado de la mucosa respiratoria está compuesto por cinco tipos
celulares: • Células ciliadas, que son células cilíndricas altas con cilios que se proyectan dentro
del moco que cubre la superfi cie del epitelio. • Células caliciformes, que sintetizan y secretan
moco. • Células en cepillo, que es una designación general para las células de las vías
respiratorias que poseen microvellosidades romas cortas. • Células de gránulos pequeños
(células de Kulchitsky), que se parecen a las células basales pero tienen gránulos de secreción.
Son células endocrinas del sistema APUD (v. cuadro 17-3). • Células basales, que son células
madres de las que derivan los otros tipos celulares. El epitelio de la región respiratoria de la
cavidad nasal es, en esencia, el mismo que el epitelio que tapiza la mayoría de las partes que
siguen en el sistema de conducción. Debido a que el epitelio respiratorio de la tráquea se
estudia y se examina en preferencia al de la cavidad nasal, los tipos de células que se acaban
de mencionar se comentan en la sección sobre la tráquea (pág. 735).
• Región olfatoria, que se encuentra en el vértice (tercera parte superior) de cada cavidad
nasal y está tapizada por una mucosa olfatoria especializada

Vestíbulo de la cavidad nasal El vestíbulo nasal forma una parte de la nariz y se comunica por
delante con el exterior. Posee un revestimiento de epitelio estratifi cado plano que es una
continuación de la piel de la cara y contiene una gran cantidad variable de vibrisas que atrapan
partículas grandes antes de que sean transportadas por la corriente de aire al resto de la
cavidad. También hay glándulas sebáceas y sus secreciones ayudan a atrapar partículas. Hacia
atrás, donde termina el vestíbulo, el epitelio estratifi cado plano se adelgaza y sufre una
transición hasta convertirse en el epitelio seudoestratifi cado ciloíndrico que caracteriza la
región respiratoria. En este sitio, no hay glándulas sebáceas. Región respiratoria de la cavidad
nasal La región respiratoria constituye la mayor parte del volumen de las cavidades nasales.
Está tapizada por la mucosa respiratoria que contiene el epitelio seudostratifi cado cilíndrico
ciliado en su superfi cie. La lámina propia subyacente se adhiere con fi rmeza al periostio y al
pericondrio del hueso o cartílago contiguo. La pared medial de la región respiratoria, el tabique
nasal, es lisa, pero las paredes laterales son irregulares porque tienen repliegues en forma de
crestas llamados cornetes o

Tráquea Cartílago cricoides Cartílago tiroides Laringe Epiglotis Hueso hioides

Cavidad bucal Paladar blando Paladar duro Vestíbulo nasal Mucosa nasal Cornetes

Mucosa olfatoria

Coanas Orificio de la trompa auditiva

Nasofaringe

Orofaringe

Pliegue ventricular

Pliegue vocal Esófago

Laringofaringe

FIGURA 19-2 ▲ Diagrama de la faringe con los sistemas respiratorio y digestivo. La faringe se
divide en tres partes: la nasofaringe, la orofaringe y la laringofaringe. Se encuentra detrás de
las cavidades nasales y de la cavidad bucal y se extiende caudalmente más allá de la laringe. La
faringe es compartida por los sistemas respiratorio y digestivo. Este corte sagital también
hemisecciona los cartílagos que forman el esqueleto de la laringe (es decir, la epiglotis y los
cartílagos tiroides y cricoides). Se deben observar los pliegues ventricular y vocal en la región
media de la laringe, más o menos a la altura del cartílago tiroides. Esta parte de la laringe
corresponde a la porción más estrecha del sistema respiratorio y es responsable de generar
sonidos por la vibración audible de los pliegues vocales.

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720

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio CAVIDADES NASALES


Las partículas atrapadas en esta capa de moco son transportadas hacia la faringe por medio de
los movimientos de barrido coordinados de los cilios y después se degluten. Región olfatoria
de la cavidad nasal La región olfatoria se encuentra en parte del techo de cada cavidad nasal y,
en una extensión variable, en las paredes lateral y medial contiguas. Está tapizada por una
mucosa olfatoria especializada. En los tejidos vivos, esta mucosa se distingue por su color
pardo amarillento leve causado por pigmento en el epitelio olfatorio y las glándulas olfatorias
asociadas. En los seres humanos, la extensión total de la mucosa olfatoria es de sólo unos 10
cm2; en los animales con un sentido del olfato agudo, la superfi cie total de la mucosa olfatoria
es mucho más extensa. Por ejemplo, ciertas razas de perro tienen más de 150 cm2. La lámina
propia de la mucosa olfatoria está en contigüidad directa con el periostio del hueso
subyacente (lámina 69, pág. 743). Este tejido conjuntivo contiene una abundancia de vasos
sanguíneos y linfáticos, nervios olfatorios amielínicos, nervios mielínicos y glándulas olfatorias.
El epitelio olfatorio, al igual que el epitelio de la región respiratoria, también es seudoestratifi
cado, pero contiene tipos celulares muy diferentes. Además, carece de células caliciformes (fi
g. 19-3 y lámina 69, pág. 743). El epitelio olfatorio está compuesto por los siguientes tipos
celulares:

La mucosa de la región respiratoria calienta, humedece y fi ltra el aire inspirado. La lámina


propia de la mucosa respiratoria posee una red vascular extensa que incluye un juego
complejo de asas capilares. La disposición de los vasos permite que el aire inhalado se caliente
por la sangre que fl uye a través de la parte del asa más cercana a la superfi cie. Los capilares
ubicados cerca de la superfi cie están dispuestos en hileras; la sangre fl uye perpendicular al fl
ujo de aire, de modo semejante a como se encontraría en un sistema mecánico de intercambio
de calor. Estos mismos vasos pueden dilatarse y trasudar líquido durante las reacciones
alérgicas o las infecciones víricas como el resfriado común. La lámina propia, entonces, se
distiende por acumulación de líquido y la membrana mucosa adquiere una tumefacción
pronunciada con la consiguiente restricción en el paso del aire, lo cual difi culta la respiración.
La lámina propia también contiene glándulas mucosas, muchas con semilunas serosas. Sus
secreciones suplementan las de las células caliciformes que hay en el epitelio respiratorio. Al
aumentar la extensión de la superfi cie de la mucosa, los cornetes (cornetes nasales) aumentan
la efi cacia con la que se calienta el aire inspirado. Los cornetes también aumentan la efi cacia
de fi ltración del aire inspirado a través del proceso de precipitación turbulenta. La corriente
de aire es dividida en remolinos por los cornetes. Las partículas en suspensión en la corriente
de aire son expulsadas del chorro y se adhieren a la pared cubierta de moco de la cavidad
nasal.

bbbb b

Epitelio Epitelio olfatorio olfatorio Epitelio olfatorio

Nervios Nervios olfatorios olfatorios Nervios olfatorios

Conducto Conducto excretor excretor Conducto excretor

Conducto Conducto excretor excretor Conducto excretor

Glándulas Glándulas olfatorias olfatorias Glándulas olfatorias

Cilios Célula sustentacular

Axón
Célula basal

Glándula olfatoria (de Bowman)

Lámina basal

Complejo de uniónVesícula olfatoriaMicrovellosidades

Células olfatorias

FIGURA 19-3 ▲ Mucosa olfatoria de la cavidad nasal. a. Este diagrama muestra los tres tipos
principales de células ubicadas en el epitelio olfatorio: la célula olfatoria, la célula de sostén
(sustentacular) y la célula basal. La célula olfatoria es la célula receptora; posee una expansión
apical, la vesícula olfatoria, desde la cual se extienden los cilios largos inmóviles. Desde su
superfi cie basal, se extiende un axón hacia el tejido conjuntivo que se reúne con los axones de
otras células olfatorias para formar un nervio olfatorio. Las células basales son pequeñas y
cúbicas. Están restringidas en la parte basal del epitelio. En cambio, las células de sostén, son
cilíndricas y se extienden por todo el espesor del epitelio; sus núcleos se encuentran en la
región apical de la célula. Debe observarse la glándula olfatoria (de Bowman) y su conducto
excretor que se abre en la superfi cie de la mucosa. b. Fotomicrografía de la mucosa olfatoria.
El epitelio olfatorio exhibe núcleos en la mayor parte de su espesor, pero los tipos celulares
individuales a los que pertenecen no son discernibles. El tejido conjuntivo subyacente está
ocupado en gran parte por numerosas glándulas olfatorias (de Bowman), nervios olfatorios y
vasos sanguíneos. Debe notarse que los conductos excretores de las glándulas olfatorias se
extienden desde el adenómero glandular hasta la superfi cie epitelial. 240 !.

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721

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio CAVIDADES NASALES

portan las sustancias odoríferas y las entregan a los receptores olfatorios (OR) ubicados en la
membrana plasmática de los cilios. Los receptores olfatorios son específi cos de las células
receptoras olfatorias y pertenecen a la familia de receptores acoplados a proteínas G (que se
conocen como Golf). Cuando son estimulados por sustancias odoríferas, los Golf OR activan la
enzima adenilil ciclasa e inician la cascada de fenómenos mediados por adenosina
monofosfato cíclico (cAMP) (v. fi g. 19-4). Estos fenómenos comprenden la unión del cAMP a
conductos proteicos de Na" y Ca2" y la entrada de Na" y Ca2", la cual es responsable de la
despolarización de la membrana plasmática que genera el potencial de acción. Para detectar
con precisión los varios miles de moléculas odoríferas conocidas a través de los sólo 350 OR
diferentes que se conocen en el ser humano, se requiere un sistema de codifi cación especial
para los diferentes impulsos. Esto se logra mediante un plan de codifi cación poblacional, en el
que cada proteína OR se une a distintas sustancias odoríferas con una sensibilidad diferente.
Por lo tanto, el sistema olfatorio debe decodifi car los impulsos olfatorios provenientes no sólo
de una célula individual, sino de toda la población de células que hay en el epitelio olfatorio.
Las células sustentaculares proveen sostén mecánico y metabólico a las células receptoras
olfatorias. Las células de sostén son las células más abundantes del epitelio olfatorio. Los
núcleos de estas células cilíndricas altas, o células sustentaculares, ocupan una posición más
apical en el epitelio que los de los otros tipos celulares, lo cual contribuye a su identifi cación
en la microscopia óptica (v. fi g. 19-3 y lámina 69, pág. 743). Estas células poseen
microvellosidades abundantes en su superfi cie apical y muchas mitocondrias. En el citoplasma
hay una gran cantidad de cisternas del retículo endoplásmico liso (REL) y, en un grado más
limitado, retículo endoplásmico rugoso (RER). También poseen gránulos de lipofuscina. Entre
estas células y las células receptoras olfatorias hay uniones adherentes pero faltan las uniones
de hendidura y las uniones herméticas. Las células sustentaculares funcionan de una manera
comparable a la de las células gliales, porque proveen sostén metabólico (secreción de
moléculas OBP) y físico a las células receptoras olfatorias. Las células en cepillo son células
cilíndricas especializadas para la transducción de la percepción general. El epitelio olfatorio
también contiene células que están en una cantidad mucho menor, llamadas células en cepillo.
Como ya se mencionó, estas células están presentes en el epitelio de otras partes de las vías
aéreas de conducción. Con el microscopio electrónico (ME), las células en cepillo exhiben
grandes microvellosidades romas en su superfi cie apical, una característica que les da su
nombre. La superfi cie basal de una célula en cepillo establece contacto sináptico con fi bras
nerviosas que perforan la lámina basal. Las fi bras nerviosas son ramifi caciones terminales del
nervio trigémino (nervio craneal V) que funcionan en la sensibilidad general en lugar de la
olfacción. Las células en cepillo parece que participan en la transducción de la estimulación
sensitiva general de la mucosa. Además, la presencia de una superfi cie con microvellosidades,
vesículas cerca de la membrana celular apical, y un aparato de Golgi bien desarrollado indican
que las células en cepillo pueden podrían cumplir funciones tanto de absorción como de
secreción.

• Células receptoras olfatorias, que son neuronas olfatorias bipolares que ocupan todo el
espesor del epitelio y entran en el sistema nervioso central. • Células de sostén, también
llamadas células sustentaculares, que son células cilíndricas semejantes a las células gliales y
proveen sostén mecánico y metabólico a las células receptoras olfatorias. Sintetizan y secretan
proteínas fi jadoras de sustancias odoríferas. • Células basales, que son células madres a partir
de las cuales se diferencian las nuevas células receptoras olfatorias y las células
sustentaculares. • Células en cepillo, que corresponden al mismo tipo celular que aparece en
el epitelio de otras partes de la vía aérea.

Las células receptoras olfatorias son neuronas bipolares que poseen una prolongación apical
con cilios. El polo apical de cada célula receptora olfatoria tiene una sola prolongación
dendrítica que se proyecta por arriba de la superfi cie epitelial como una estructura bulbosa
llamada vesícula olfatoria. Varios cilios largos y delgados (10 a 23) con cuerpos basales típicos
surgen de la vesícula olfatoria y se extienden radialmente en un plano paralelo al de la superfi
cie epitelial (v. fi g. 19-3). Los cilios suelen medir hasta 200 #m de longitud y pueden
superponerse con los cilios de las células receptoras olfatorias contiguas. Los cilios son
considerados inmóviles, si bien algunas investigaciones indican que tendrían una movilidad
limitada. El polo basal de la célula da origen a una prolongación axónica amielínica que
abandona el compartimento epitelial. Los conjuntos de axones de las células receptoras
olfatorias no se reúnen para formar un solo nervio, sino que se agrupan en fascículos que
atraviesan la delgada lámina cribosa del hueso etmoides y cruzan la duramadre, la aracnoides
y, por último, la piamadre para introducirse en el bulbo olfatorio del encéfalo. Los conjuntos
de axones de las células receptoras olfatorias forman el nervio olfatorio (nervio craneal I). Los
axones olfatorios son muy frágiles y pueden lesionarse durante los traumatismos cefálicos.
Pueden cortarse en forma permanente, lo que produce anosmia (pérdida del sentido del
olfato). Estudios autorradiográfi cos han demostrado que las células receptoras olfatorias
tienen una vida útil de alrededor de 1 mes. Si se lesionan, se reemplazan con rapidez. Las
células receptoras olfatorias (y algunas neuronas de la división entérica del sistema nervioso
autónomo) parecen ser las únicas neuronas en el sistema nervioso que se reemplazan con
facilidad durante la vida postnatal. Mecanismos completos de transducción olfatoria ocurren
en los cilios de las células receptoras olfatorias. Todas las moléculas que participan en la
transducción olfatoria se encuentran dentro de los cilios largos que surgen de la vesícula
olfatoria. Las señales químicas (las sustancias odoríferas) se detectan y se unen en forma
selectiva a las proteínas fi jadoras de sustancias odoríferas (OBP, odorant-binding proteins)
que están concentradas en el moco olfatorio (fi g. 19-4). Las OBP son proteínas hidrosolubles
pequeñas (de 10 kDa a 30 kDa), que son sintetizadas y secretadas por las células de sostén. En
primer lugar, las moléculas de sustancias odoríferas entrantes se solubilizan en el moco y
después las OBP actúan como transportadores moleculares que trans

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722

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio CAVIDADES NASALES

Las células basales son las progenitoras de los otros tipos celulares maduros. Las células
basales son células redondeadas pequeñas, situadas cerca de la lámina basal. Sus núcleos con
frecuencia están invaginados y se sitúan a un nivel por debajo de los núcleos de las células
receptoras olfatorias. El citoplasma contiene pocos orgánulos, una característica concordante
con su función de célula de reserva o citoblasto. Una característica permanente en su
diferenciación en células de sostén es la aparición en algunas células basales de evaginaciones
que envainan parcialmente la primera porción del axón de la célula receptora olfatoria. De
este modo, mantienen una relación con la célula receptora olfatoria incluso en su estado
indiferenciado. Las glándulas olfatorias son una característica distintiva de la mucosa olfatoria.
Las glándulas olfatorias (glándulas de Bowman), una característica distintiva de la mucosa, son
glándulas tubuloalveolares serosas ramifi cadas que envían sus secreciones proteicas hacia la
superfi cie olfatoria a través de conductos

(v. fi g. 19-3 y lámina 69, pág. 743). Los gránulos de lipofuscina prevalecen en las células
glandulares, y en combinación con los gránulos de lipofuscina de las células sustentaculares
delepitelio olfatorio, le imparten a la mucosa su coloración natural pardo amarillenta.
Conductos excretores cortos compuestos por células cúbicas parten de los adenómeros
glandulares y atraviesan la lámina basal hacia el epitelio olfatorio, para seguir hasta la superfi
cie epitelial donde vierten su contenido. La secreción serosa de las glándulas olfatorias actúa
como trampa y solvente para las sustancias odoríferas. El fl ujo constante desde las glándulas
libra la mucosa de los restos de las sustancias odoríferas detectados, de modo que los nuevos
olores se pueden percibir de forma continua a medida que aparecen. La característica de
diagnóstico de la región olfatoria de la mucosa nasal en un preparado histológico es la
presencia de los nervios olfatorios en combinación con glándulas olfatorias en la lámina
propia. Los nervios son particularmente conspicuos debido al diámetro relativamente grande
de las fi bras amielínicas individuales que contienen (v. fi gs. 19-3 y 19-4).

Las sustancias odoríferas se unen a las proteínas fijadoras de sustancias odoríferas

Canales iónicos
Bulbo olfatorio

Hueso etmoides Duramadre Aracnoides Piamadre Epitelio olfatorio

Células receptoras olfatorias

Aire

aire

Señal débilMoco

Señal fuerte

Señal muy débil

Adenilil

Moléculas

Proteínas fijadoras de sustancias odoríferas sintetizadas por las células sustentaculares

Receptor

cAMP

cAMP cAMPProteína G Ca2+ Na+

+++++

AMP

FIGURA 19-4 ▲ Diagrama del mecanismo de transducción olfatorio. Este diagrama muestra las
interacciones entre las moléculas odoríferas y las proteínas asociadas con la célula receptora
olfatoria. Las moléculas odoríferas que llegan con el aire inspirado se solubilizan en el moco de
la mucosa olfatoria y se unen a las proteínas fi jadoras de sustancias odoríferas, que las
entregana los receptores olfatorios.Debe notarse que distintas moléculas odoríferas se unen
con afi nidad diferente a los receptores olfatorios. La unión de gran afi nidad, en la cual la
molécula odorífera (en verde) coincide a la perfección con el sitio de unión que tiene el
receptor, produce una señal fuerte (v. el receptor olfatorio acoplado a proteínas G verde).
Otros receptores olfatorios (en amarillo y rosa) establecen una unión de menos afi nidad, lo
que produce señales más débiles. Cuando son estimulados por moléculas odoríferas, los
receptores olfatorios activan las enzima adenilil ciclasa e inician la cascada de fenómenos
desencadenada por cAMP que conduce a la apertura de conductos de Na" y Ca2" específi
cos.La entrada deNa" y Ca2" es responsable de la despolarización de la célula. El potencial de
acción generado se transmite por los axones de las células receptoras olfatorias, desde la
cavidad nasal hasta el bulbo olfatorio del encéfalo después de atravesar el hueso etmoides y
las meninges circundantes.

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723

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio LARINGE


lar complejo del sistema respiratorio está formado por placas irregulares de cartílago hialino y
elástico (la epiglotis y las apófi sis vocales de los cartílagos aritenoides). Además de servir como
un conducto para el paso del aire, la laringe es el órgano de la fonación. Los pliegues vocales
controlan el fl ujo de aire a través de la laringe y vibran para producir sonido. Los pliegues
vocales, también conocidos como cuerdas vocales, son dos repliegues de la mucosa que se
proyectan dentro la luz de la laringe (fi g. 19-5 y lámina 70, pág. 745). Están orientados en una
dirección anteroposterior y defi nen los límites laterales de la abertura de la laringe, el orifi cio
glótico. Dentro de cada pliegue vocal hay un ligamento de sostén y un tejido osteomuscular.
Los ligamentos y los músculos intrínsecos de la laringe unen las placas cartilaginosas contiguas
y generan la tensión en los pliegues vocales para abrir y cerrar la glotis. Los músculos
extrínsecos de la laringe se insertan en los cartílagos de la laringe, pero se originan en
estructuras extralaríngeas. Estos músculos mueven la laringe durante la deglución. El aire
expulsado de los pulmones que pasa a través de la glotis (rima glottidis), un espacio estrecho,
causa la vibración de los pliegues vocales. Las vibraciones cambian al modifi carse la tensión
aplicada en los pliegues vocales y el diámetro del orifi cio glótico. Esta modifi cación de las
vibraciones produce sonidos de diferentes tonos. Los sonidos generados en la laringe durante
el proceso de fonación se modifi can en las porciones superiores del sistema respiratorio
(nasofaringe, cavidades nasales y senos paranasales), en la cavidad bucal (paladares blando y
duro, lengua, dientes, labios, etc.), y en la orofaringe para producir los sonidos individuales del
lenguaje (vocales y consonantes diferentes). Los pliegues ventriculares ubicados por arriba de
los pliegues vocales son las “cuerdas vocales falsas”. Por arriba de los pliegues vocales hay un
receso alargado en la laringe llamado ventrículo. Justo más arriba hay otro par de

Senos paranasales Los senos paranasales son espacios llenos de aire en los huesos de las
paredes de la cavidad nasal. Los senos paranasales son extensiones de la región respiratoria de
la cavidad nasal y están tapizados por epitelio respiratorio. Los senos reciben su nombre según
el hueso en el que se encuentran (es decir, hueso etmoidal, frontal, esfenoides y maxilar). Los
senos se comunican con las cavidades nasales a través de orifi cios estrechos en la mucosa
respiratoria. La superfi cie de la mucosa de los senos es un epitelio delgado ciliado
seudocilíndrico estratifi cado que contiene abundantes células caliciformes. El moco producido
en los senos es barrido hacia las cavidades nasales por los movimientos ciliares coordinados.
Con frecuencia, los senos paranasales están sujetos al desarrollo de la infl amación aguda por
la infección vírica de las vías aéreas superiores. Las infecciones graves pueden necesitar
drenaje físico. FARINGE La faringe comunica las cavidades nasales y bucal con la laringe y el
esófago. Permite el paso de aire y alimentos y actúa como cámara de resonancia para la
fonación. La faringe está situada por detrás de las cavidades nasales y bucal y se divide
regionalmente en nasofaringe y orofaringe, respectivamente (v. fi g. 19-2). Las trompas
auditivas (de Eustaquio) comunican la nasofaringe con ambos oídos medios. En la pared de la
nasofaringe hay tejido linfático difuso y nódulos linfáticos. La concentración de los nódulos
linfáticos en el límite entre las paredes superior y posterior de la faringe se llama amígdala
faríngea. LARINGE La parte de la vía aérea que se encuentra entre la orofaringe y la tráquea es
la laringe (v. fi g. 19-2). Este segmento tubuL

estratifi cado plano. El epitelio modifi cado es más resistente al estrés físico y a las agresiones,
pero es menos efi caz desde el punto de vista funcional. En los fumadores, ocurre un cambio
epitelial semejante. En un primer momento, los cilios en las células ciliadas pierden su patrón
de batido sincrónico a causa de los elementos nocivos en el humo. Como resultado, se altera la
eliminación de la mucosidad. Para compensar, la persona comienza a toser, lo que facilita la
expulsión del moco acumulado en las vías respiratorias, en particular en la tráquea. Con el
tiempo, la cantidad de células ciliadas disminuye a causa de la tos crónica. Esta reducción de la
cantidad de células ciliadas perjudica aún más el epitelio normal y conduce al reemplazo por
un epitelio estratifi cado plano en los sitios afectados de la vía aérea. Si los factores (es decir, el
consumo de tabaco) que predisponen a la metaplasia escamosa no se eliminan, el epitelio
metaplásico pueden sufrir una transformación maligna. Por lo tanto, una de las dos formas
más comunes de cáncer en las vías respiratorias, el carcinoma de células escamosas, tiene su
origen en las células metaplásicas escamosas. CUADRO 19-1 Correlación clínica: metaplasia
escamosa en las vías respiratorias En la mucosa respiratoria humana, el epitelio seudocilíndrico
estratifi cado ciliado puede cambiar a epitelio estratifi cado plano. Este cambio de epitelio
cilíndrico a epitelio plano, se conoce como metaplasia columnoescamosa o simplemente,
metaplasia escamosa. Las alteraciones epiteliales de esta clase son reversibles y se
caracterizan por el cambio desde un tipo de célula madura bien diferenciada a un tipo
diferente de célula adulta. Una célula madura dado no se transforma en otro tipo de célula
madura; más bien, la proliferación de las células basales da origen al nuevo tipo de célula
diferenciada. Se considera que estos cambios celulares están controlados y son adaptativos. La
metaplasia escamosa es normal en las porciones más expuestas y redondeadas de los cornetes
nasales, en los pliegues vocales y en algunas otras regiones. No obstante, los cambios en el
carácter del epitelio de la vía aérea pueden ocurrir en otros sitios cuando el patrón del fl ujo de
aire se altera o cuando el aire es impulsado con fuerza, como en la tos crónica. Por lo general,
en la bronquitis crónica y en las bronquiectasias, es típico que el epitelio normal de las vías
respiratorias en ciertas regiones cambie a

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724

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio LARINGE

ca

ca

ca

ca

Pliegue ventricular Pliegue ventricular Pliegue ventricular Pliegue ventricular

Ventrículos
Pliegue vocal Pliegue vocal Pliegue vocal Pliegue vocal

Músculo vocal Músculo vocal

Cavidad infraglótica

Glándulas mucosas Glándulas mucosas Vestíbulo de la laringe Vestíbulo de la laringe

Músculo vocal Músculo vocal

Tejido conjuntivo denso Tejido conjuntivo denso

Ligamento vocal Ligamento vocal

Epitelio estratificado plano Epitelio estratificado plano

Epitelio estratificado plano Epitelio estratificado plano

FIGURA 19-5 ▲ Fotomicrografía de un corte frontal de la laringe. a. Esta fotomicrografía


muestra tres partes de la laringe: el vestíbulo, por arriba de los pliegues ventriculares; los
ventrículos entre los pliegues vestibulares y por arriba de los pliegues vocales y la cavidad
infraglótica, que se extiende desde los pliegues vocales hasta el cartílago cricoides. Cabe notar
que las glándulas mucosas son prominentes en los pliegues ventriculares y que éstos están
revestidos por epitelio seudoestratifi cado ciliado típico. El pliegue vocal está compuesto por el
epitelio, el ligamento vocal y el músculo vocal subyacente. Dentro de la mucosa de la laringe
también hay nódulos linfáticos abundantes (fl echas). 10 !. b. Gran aumento de la región del
pliegue ventricular indicado por el rectángulo superior en a, que a la izquierda permite ver el
epitelio seudoestratifi cado ciliado que tapiza la mayor parte de la laringe. Muchos adultos no
fumadores y prácticamente todos los fumadores tienen placas de epitelio estratifi cado plano,
como se ve a la derecha de la fotomicrografía. 240 !. c. El aumento mayor de la superfi cie del
pliegue vocal indicado por el rectángulo inferior en a, permite ver el epitelio estratifi cado
plano normal en este sitio. Justo debajo del epitelio está el tejido conjuntivo conocido como
espacio de Reinke. Este sitio de importancia clínica carece de vasos linfáticos y está poco
vascularizado. El ligamento vocal, delimitado por la línea de puntos, se ve en la parte inferior
de la fotomicrografía. 240 !.

repliegues de la mucosa llamados pliegues ventriculares o cuerdas vocales falsas (v. fi g. 19-5 y
lámina 70, pág. 745). Estos pliegues no tienen tejido muscular intrínseco como las cuerdas
vocales verdaderas y, por lo tanto, no modulan en la fonación. Sin embargo, los pliegues
ventriculares y el ventrículo laríngeo son importantes para crear resonancia. La infl amación y
la tumefacción de la laringe causadas por virus (como el virus del resfriado común) y otros
agentes microbianos recibe el nombre de laringitis aguda. Los síntomas de la laringitis aguda
pueden comprender disfonía (ronquera) o, en casos más graves, afonía (pérdida total de la
voz), tos y difi cultad deglutoria y respiratoria. La laringitis crónicasuele

ser causada por la exposición prolongada a agentes irritantes como el humo del tabaco, el
polvo o el aire contaminado. La laringe tiene un revestimiento de epitelio seudocilíndrico
estratifi cado ciliado y epitelio estratifi cado plano. La superfi cie luminal de las cuerdas vocales
verdaderas está cubierta por epitelio estratifi cado plano, como lo está la mayor parte de la
epiglotis (lámina 70, pág. 745). El epitelio sirve para proteger la mucosa de la abrasión causada
por la corriente de aire en movimiento rápido. El resto de la laringe se alinea con el epitelio
seudocilíndrico estratifi cado ciliado que caracteriza la vía respiratoria (v. fi g. 19-5 y lámina 70,
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725

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio TRÁQUEA

uno encima de otro, para formar una estructura de sostén (fi g. 19-6). Estos cartílagos, que
podrían describirse como un armazón esquelético, impiden el colapso de la luz traqueal sobre
todo durante la espiración. El tejido fi broelástico y el músculo liso, el músculo traqueal,
cierran la brecha entre los extremos libres de los cartílagos con forma de C en la cara posterior
de la tráquea, contigua al esófago. Epitelio traqueal El epitelio traqueal es semejante al epitelio
seudoestratifi cado de otras partes de la vía aérea de conducción. Los tipos celulares
principales del epitelio traqueal son las células cilíndricas ciliadas, las células mucosas
(caliciformes) y las células basales (fi gs. 19-7 y 19-8). También hay células en cepillo, pero en
pequeñas cantidades, así como células granulares pequeñas. • Las células ciliadas, que son el
tipo celular traqueal más abundante, se extienden a través de todo el espesor del epitelio. En
los cortes histológicos, los cilios se ven como pelos cortos que se proyectan desde la superfi cie
celular apical (lámina 71, pág. 747). Cada célula tiene unos 250 cilios. Justo debajo se ve una
línea oscura que está formada por los cuerpos basales de cilios dispuestos uno al lado del otro
(fi g. 19-9). Los cilios proveen un movimiento de barrido coordinado de la cubierta mucosa
desde las partes más distales de las vías aéreas hacia la faringe. En efecto, las células

pág. 745). El tejido conjuntivo de la laringe contiene glándulas mucoserosas mixtas que
secretan a través de conductos hacia la superfi cie mucosa de la laringe. TRÁQUEA La tráquea
es un tubo corto y fl exible de unos 2,5 cm de diámetro y unos 10 cm de longitud. Sirve como
un conducto para el paso del aire; además, su pared contribuye al acondicionamiento del aire
inspirado. La tráquea se extiende desde la laringe hasta aproximadamente la mitad del tórax,
donde se divide en dos bronquios principales (primarios). La luz de la tráquea permanece
abierta debido a la disposición de sus anillos cartilaginosos. La pared de la tráquea está
compuesta por cuatro capas bien defi nidas: • Mucosa, compuesta por un epitelio
seudocilíndrico estratifi cado ciliado y una lámina propia con fi bras elásticas abundantes. •
Submucosa, compuesta por un tejido conjuntivo apenas más denso que el de la lámina propia.
• Cartílago, compuesta por cartílagos hialinos con forma de C. • Adventicia, compuesta por
tejido conjuntivo que adhiere la tráquea a las estructuras contiguas. Una característica singular
de la tráquea es la presencia de una serie de cartílagos hialinos con forma de C, apilados T

ab

esophagus

trachea

cartilage bone tissue

cartilage

bone tissue

ab

esophagus
trachea

cartilage bone tissue

cartilage

bone tissue

ab

esophagus

trachea

cartilage bone tissue

cartilage

bone tissue

ab

esophagus

trachea

cartilage bone tissue

cartilage

bone tissue

ab

Esófago

Tráquea

Cartílago Tejido óseo

Cartílago

Tejido óseo

Membrana fibroelástica

Médula ósea Médula ósea Médula ósea

Tejido Tejido óseo óseo Tejido óseo

Cartílago Cartílago Cartílago

Cartílago Cartílago Cartílago

Mucosa Mucosa Mucosa

Submucosa Submucosa Submucosa

FIGURA 19-6 ▲ Fotomicrografía de un corte transversal de la tráquea y el esófago. a. Esta


muestra, obtenida de una persona de edad avanzada, permite ver la relación entre la tráquea
y el esófago en la base del cuello. Los anillos cartilaginosos traqueales, que mantienen
permeable la tráquea, tienen forma de C. La brecha en el cartílago, donde la tráquea es
contigua a la pared del esófago, es cerrada por una membrana fi broelástica. Esta membrana
contiene el músculo traqueal y glándulas seromucosas abundantes. En esta muestra, el anillo
traqueal se ha transformado, en parte, en tejido óseo, un proceso que ocurre en la vejez. El
material basófi lo es cartílago, mientras que el material eosinófi lo es tejido óseo. Las regiones
muy pálidas (fl echas) corresponden a espacios medulares. 3,25 !. b. Esta fotomicrografía de
gran aumento muestra una región del anillo traqueal que se ha transformado parcialmente en
hueso. La parte superior de la imagen muestra la mucosa y la submucosa traqueal. Por debajo
hay una parte del anillo traqueal. En esta región particular, una porción sustancial del cartílago
ha sido reemplazada por tejido óseo y médula ósea. El tejido óseo presenta laminillas típicas y
osteocitos. En cambio, en el tejido cartilaginoso, se ven nidos (grupos) de condrocitos. 100 !.

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726

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio TRÁQUEA

Células Células caliciforme caliciformes s Células caliciformes

Células basales Células basales Células basales

Tejido conjuntivo Tejido conjuntivo Tejido conjuntivo

Células ciliadas Células ciliadas Células ciliadas

FIGURA 19-7 ▲ Fotomicrografía electrónica de una tráquea humana. Esta fotomicrografía


electrónica muestra los tres tipos celulares principales de este epitelio respiratorio. Están
representados por células epiteliales ciliadas que se extienden hasta la superfi cie, donde
tienen los cilios; células caliciformes con gránulos de mucinógenos y células basales, que se
limitan a la porción basal de la capa epitelial cerca del tejido conjuntivo. 1 800 ! (gentileza del
Dr. Johannes A. G. Rhodin). ciliadas actúan como una “barredora mucociliar” que sirve como
un mecanismo protector importante para la eliminación de pequeñas partículas inhaladas de
los pulmones. • Las células mucosas tienen un aspecto similar al de las células caliciformes
intestinales y por ello a menudo se designan con el mismo nombre. Están dispersas entre las
células ciliadas y también se extienden a través de todo el espesor del epitelio (v. fi g. 19-9). Se
identifi can con facilidad en la microscopia óptica después de que han acumulado gránulos de
mucinógeno en su citoplasma. Si bien es típico que el mucinógeno haya desaparecido en los
preparados teñidos con hematoxilina y eosina (H&E), la identidad de la célula se torna
evidente por la región clara restante en el citoplasma y la falta de los cilios en la superfi cie
apical. A diferencia de lo que ocurre con las células ciliadas, la cantidad de las células mucosas
aumenta en la irritación crónica de las vías aéreas. • Las células en cepillo poseen las mismas
características generales que las descritas para el epitelio respiratorio de la cavidad nasal (fi g.
19-10). Son células cilíndricas con microvellosidades romas. La superfi cie basal de las células
está en contacto sináptico con una terminación nerviosa aferente (sinapsis epiteliodendrítica).
Por lo tanto, la célula en cepillo se considera una célula receptora. • Las células granulares
pequeñas (células de Kulchitsky) son los equivalentes respiratorios de la clase general de
células enteroendocrinas del intestino y sus derivados (v. fi g. 19-10). Su presencia se explica
por el desarrollo de las vías respiratorias y los pulmones a partir de una evaginación del
intestino primitivo. Las células granulares pequeñas suelen aparecer individualmente en
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727

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio TRÁQUEA

la tráquea y están dispersas en muy poca cantidad entre los otros tipos de células. Con el
microscopio óptico son difíciles de distinguir de las células basales a menos que se utilicen
técnicas especiales, como la impregnación argéntica, en la que la plata reacciona con los
gránulos. El núcleo está situado cerca de la membrana basal; el citoplasma es un poco más
extenso que el de las células basales más pequeñas. Con el microscopio electrónico de
transmisión (MET), a veces se ve una prolongación citoplasmática con su extremo adelgazado,
que se extiende hacia la luz. Además, con el MET, también se comprueba que en el citoplasma
hay muchos gránulos de centro denso limitado por membrana. En un tipo de célula de
gránulos pequeños, la secreción es una catecolamina. Un segundo tipo de célula produce
hormonas polipeptídicas como la serotonina, la calcitonina y el péptido liberador de
gastrina(bombesina). Algunas células granulares pequeñas

GG

GG

GG

GG

G
G

GG

FIGURA 19-8 ▲ Fotomicrografía electrónica de barrido de la superfi cie luminal de un


bronquio. Las células no ciliadas son las células caliciformes (G). Su superfi cie se caracteriza
por pequeñas microvellosidades romas que le dan un aspecto punteado a la célula con este
poco aumento. En el resto de la fotomicrografía aparecen los cilios de las numerosas células
ciliadas. Se debe notar su disposición “sincrónica” (es decir, inclinándose de manera uniforme
en la misma dirección) en esta imagen, como estaban cuando se fi jaron en un momento
específi co durante su movimiento de onda. 1 200 !.

parecen estar inervadas. La función de estas células no se conoce bien. Algunas se reúnen en
grupos en asociación con fi bras nerviosas y forman corpúsculos neuroepiteliales, que se cree
que participan en los refl ejos que regulan el calibre de la vía aérea o de los vasos sanguíneos.
• Las células basales sirven como una población celular de reserva que mantiene el reemplazo
de células individuales en el epitelio. Las células basales tienen la tendencia a ser prominentes
porque sus núcleos forman una hilera muy cerca de la lámina basal. Si bien en este mismo
nivel general dentro del epitelio hay núcleos de otras células, son relativamente escasos. Por lo
tanto, la mayor parte de los núcleos cercanos a la membrana basal pertenecen a las células
basales.

Ep EEpp EEpp Ep

GGGG G

LLPP LLPP LP

SSMM SSMM SM

BBMM BBMM BM

FIGURA 19-9▲Fotomicrografía del epitelio traqueal. Hay tres tipos de células principales en el
epitelio traqueal (Ep): células cilíndricas ciliadas; células caliciformes(G) mucosecretoras
dispersasentre las células ciliadasy célulasbasales, que están cerca de la membranabasal (BM).
Las células cilíndricas ciliadas se extienden desde la membrana basal hasta la superfi cie. En su
superfi cie libre, tienen cilios abundantes que, en conjunto, parecen las cerdas de un cepillo. En
la base de los cilios se ve una líneaeosinófi la densa.Esto se debea la acumulaciónlineal
deestructuras denominadas cuerpos basales, situadas en el extremo proximal de cada cilio. Si
bien en los preparados teñidos con H&E no es habitual que se vean las membranas basales,
una estructura identifi cada como tal se ve con regularidad debajo del epiteliodela
tráqueahumana. La lámina propia (LP) subyacente consiste en tejidoconjuntivo laxo.
Lasubmucosa(SM) que está más abajo contiene tejido conjuntivo denso irregular con vasos
sanguíneos ylinfáticos, nervios y abundantes glándulas traqueales mucosecretoras. 400 !.

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728

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio TRÁQUEA

Membrana basal, lámina propia y submucosa El epitelio traqueal se caracteriza por una
“membrana basal” gruesa. Situada bajo del epitelio traqueal, hay una capa bien defi nida que
normalmente recibe el nombre de membrana basal (v. fi g. 19-9). Suele aparecer como un
estrato poco teñido, vítreo u homogéneo, de entre 25 #m y 40 #m de espesor. La microscopia
electrónica permite observar que consiste en fi bras colágenas muy juntas ubicadas justo
debajo de la lámina basal epitelial. Desde el punto de vista estructural, puede considerarse una
lámina reticular muy gruesa y densa y, como tal, es una parte de la lámina propia. En los
fumadores, en particular en los que padecen tos crónica, esta capa puede ser bastante más
gruesa, lo cual es una respuesta a la irritación de la mucosa. En las personas con asma, la
membrana basal también es más gruesa y más pronunciada, sobre todo a la altura de los
bronquíolos. El límite entre la mucosa y la submucosa está defi nido por una membrana
elástica. La lámina propia, con exclusión de la parte designada como membrana basal, aparece
como un tejido conjuntivo laxo típico. Es muy celular y contiene linfocitos abundantes, muchos
de los cuales infi ltran el epitelio. Los otros tipos celulares que se ven en esta capa son
plasmocitos, mastocitos, eosinófi los y fi broblastos. En la lámina propia y en la submucosa de
la pared traqueal siempre hay tejido linfático en las formas difusa y nodular. También se
encuentra en otras partes del sistema respiratorio que intervienen principalmente en la
conducción

Glucógeno

Agente tensioactivo Mitocondria

Microvellosidades romas

Aparato de Golgi

Lisosoma

Membrana basal

Célula en cepillo

Célula de Clara

Célula ciliada

Complejo de unión

Terminación nerviosa

RER

Célula de gránulos pequeños FIGURA 19-10▲Diagrama de un epitelio bronquiolar terminal.


Este diagrama muestravariascélulas que se encuentranen el epiteliorespiratorio.La célula de
Clara, como se ilustra aquí, se interponeentre la célula en cepilloy la
céluladegránulospequeños. La célula de Clara es una célula no ciliada quetiene una superfi cie
apical redondeada, un RER basalbien desarrolladoy un aparato de Golgiy contienevesículas de
secreciónrepletas de agente tensioactivo.Contigua a ésta se encuentra la célula en cepillo que
contienemicrovellosidadesromas, que son características distintivas de esta célula. El
citoplasma de la célula en cepillo muestra un aparato de Golgi, lisosomas, mitocondrias e
inclusiones de glucógeno. Entre la célula de Clara y las célulasciliadas se ve una célula de
gránulospequeños. Esta célulacontiene pequeñasvesículas de secreción, la mayoría de los
cualesestán enla porciónbasalde la célula.Además de lasvesículas, losorgánulosmás
conspicuosde esta célulason el RER, el aparato deGolgiy las mitocondrias. En el epitelio se ve
una terminación nerviosa.

del aire. Este tejido linfático es el equivalente, en cuanto a desarrollo y función, del tejido
linfático asociado con los bronquios (BALT). Dispersas entre las fi bras colágenas hay una gran
cantidad de fi bras elásticas. Donde termina la lámina propia, el material elástico es más
abundante, y en las muestras teñidas para detectar estas fi bras, se ve una banda bien defi
nida de material elástico. Esta banda o membrana elástica marca el límite entre la lámina
propia y la submucosa. Sin embargo, en los preparados teñidos con H&E, este límite no es
obvio. La submucosa es diferente de la submucosa de la mayoría de los demás órganos, donde
este tejido conjuntivo es característicamente denso. En la tráquea, la submucosa es un tejido
conjuntivo bastante laxo, similar en aspecto al de la lámina propia, lo cual difi culta la
determinación del sitio donde comienza. Es característico que desde la lámina propia se
extiendan tejido linfático difuso y nódulos linfáticos dentro de esta capa. La submucosa
contiene los vasos sanguíneos de distribución y los vasos linfáticos mayores de la pared
traqueal. En la submucosa también hay glándulas compuestas por ácinos mucosecretores con
semilunas serosas. Sus conductos consisten en un epitelio simple cúbico y se extienden a
través de la lámina propia para llevar el producto de secreción, en su mayor parte
glucoproteínas, hacia la superfi cie epitelial. Las glándulas son especialmente abundantes en el
espacio sin cartílago que hay en la parte posterior de la tráquea. Algunas penetran la capa
muscular en este sitio y, por lo tanto, también ocupan la adventicia. La capa submucosa
termina cuando sus fi bras de tejido conjuntivo se mezclan con el pericondrio del cartílago.
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729

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio BRONQUÍOLOS

Los bronquios pueden identifi carse por sus placas de cartílago y una capa circular del músculo
liso. El segundo cambio observado en la pared del bronquio intrapulmonar es la adición de
músculo liso para formar una capa circunferencial completa. El músculo liso se convierte en
una capa cada vez más obvia conforme disminuye la cantidad de cartílago. Al principio, el
músculo liso se organiza en haces entrelazados que forman una capa continua. En los
bronquios más pequeños, el músculo liso puede aparecer discontinuo. Dado que el músculo
liso forma un estrato separado, o sea, una verdadera capa muscular, puede considerarse que
la pared del bronquio tiene cinco capas: • Mucosa, que está compuesta por un epitelio
seudoestratifi cado con la misma composición celular que la tráquea. La altura de las células
disminuye a medida que los bronquios reducen su calibre. En las muestras teñidas con H&E, la
“membrana basal” es conspicua en los bronquios primarios pero rápidamente disminuye su
espesor y desaparece como estructura defi nida en los bronquios secundarios. La lámina
propia es semejante a la de la tráquea, pero su cantidad disminuye en proporción al diámetro
de los bronquios. • Muscular, que es una capa continua de músculo liso en los bronquios
mayores. En los bronquios menores está más adelgazada y menos organizada, y puede
aparecer discontinua debido a su trayectoria en espiral. La contracción del músculo regula el
diámetro adecuado de la vía aérea. • Submucosa, que permanece como un tejido conjuntivo
bastante laxo. En los bronquios mayores hay glándulas, así como tejido adiposo. • Cartílago,
que consiste en placas cartilaginosas discontinuas que se tornan cada vez más pequeñas
conforme se reduce el diámetro bronquial. • Adventicia, que es un tejido conjuntivo de
densidad moderada que se continúa con el conjuntivo de las estructuras contiguas, como las
ramas de la arteria pulmonar y el parénquima pulmonar. BRONQUÍOLOS Los segmentos
broncopulmonares se subdividen en lobulillos pulmonares; a cada lobulillo le llega un
bronquíolo. Los delicados tabiques de tejido conjuntivo que separan parcialmente los lobulillos
contiguos, pueden verse en la superfi cie del pulmón como regiones poligonales apenas
delineadas. Los ácinos pulmonares son unidades estructurales más pequeñas que forman los
lobulillos. Cada ácino consta de un bronquíolo terminal y los bronquíolos respiratorios y
alvéolos que reciben el aire de él (fi g. 19-11). Así, la unidad funcional más pequeña de la
estructura pulmonar es la unidad bronquiolar respiratoria. Se compone de un único bronquiolo
respiratorio y los alvéolos a los que envía el aire. Estructura bronquiolar Los bronquíolos son
vías aéreas de conducción que miden 1 mm de diámetro o menos. Los bronquíolos más
grandes son ramas de bronquios segmentarios. Estos conductos sufren ramifi caciones
consecutivas para dar origen a bronquíolos terminales más pequeños que también se ramifi
can. Los bronquíolos terminales fi nalmente dan origen a los bronquíolos respiratorios.

Los cartílagos traqueales y el músculo traqueal separan la submucosa de la adventicia. Los


cartílagos traqueales, que son alrededor de 16 a 20 en los seres humanos, constituyen la
siguiente capa de la pared traqueal. Como ya se mencionó, los cartílagos tienen forma de C. A
veces se anastomosan con cartílagos vecinos, pero su disposición provee fl exibilidad al tubo
traqueal y también mantiene la permeabilidad de la luz. Con la edad, el cartílago hialino puede
ser reemplazado en parte por tejido óseo (v. fi g. 19-6), lo cual hace que se pierda gran parte
de su fl exibilidad. La adventicia, que es la capa más externa, está ubicada por fuera de los
anillos cartilaginosos y del músculo traqueal. Fija la tráquea a las estructuras contiguas en el
cuello y el mediastino y contiene los vasos sanguíneos y los nervios más grandes que irrigan e
inervan la pared traqueal, así como los vasos linfáticos mayores que la drenan. BRONQUIOS La
tráquea se divide en dos ramas que forman los bronquios principales (primarios). Desde el
punto de vista anatómico, estas divisiones con frecuencia se designan simplemente bronquios
principales derecho e izquierdo, terminología que es más útil a causa de la diferencia física
entre los dos. El bronquio derecho es más amplio y mucho más corto que el izquierdo. Al
entrar en el hilio pulmonar, cada bronquio principal se divide en bronquios lobares (bronquios
secundarios). El pulmón izquierdo se divide en dos lóbulos; el pulmón derecho se divide en tres
lóbulos. Así, el bronquio derecho se divide en tres ramas bronquiales lobulares y el izquierdo
en dos ramas bronquiales lobulares, una rama para cada lóbulo. El pulmón izquierdo se
subdivide en 8 segmentos broncopulmonares y el pulmón derecho en 10 de estos segmentos.
Por lo tanto, en el pulmón derecho, los bronquios lobares dan origen a 10 bronquios
segmentarios (bronquios terciarios); los bronquios lobares del pulmón izquierdo dan origen a 8
bronquios segmentarios. Un bronquio segmentario y el parénquima pulmonar que depende de
él, constituyen un segmento broncopulmonar. La importancia del segmento broncopulmonar
en el pulmón humano se hace evidente cuando se considera la necesidad de una extirpación
quirúrgica, que puede estar indicada en algunas enfermedades. Los segmentos, cada uno con
su irrigación sanguínea y sus tabiques de tejido conjuntivo, son subunidades convenientes que
facilitan el procedimiento quirúrgico. Al principio, los bronquios tienen la misma estructura
histológica general que la tráquea. En el sitio donde los bronquios entran en los pulmones para
convertirse en bronquios intrapulmonares, la estructura de la pared bronquial cambia. Los
anillos de cartílago se reemplazan por placas cartilaginosas de forma irregular. Las placas se
distribuyen con una organización lineal alrededor de toda la circunferencia de la pared, lo cual
imparte a los bronquios una forma circular o cilíndrica, a diferencia de la forma ovoide con el
polo posterior aplanado de la tráquea. A medida que los bronquios disminuyen de tamaño a
causa de su ramifi cación, las placas de cartílago se hacen más pequeñas y menos abundantes.
Las placas por fi n desaparecen, en el sitio donde la vía aérea alcanza un diámetro de alrededor
de 1 mm, y a partir de aquí comienza a llamarse bronquíolo.

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CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio BRONQUÍOLOS

TB

RB

RB

AD

AS

FIGURA 19-11 ▲ Fotomicrografía en la que se ve la porción respiratoria del árbol bronquial. En


esta fotomicrografía, aparece un corte longitudinal de un bronquíolo terminal (TB) que se
ramifi ca en dos bronquíolos respiratorios (RB). El bronquíolo terminal es la porción más distal
de la vía aérea de conducción del sistema respiratorio y no interviene en el intercambio
gaseoso. El bronquiolo respiratorio sí participa en el intercambio gaseoso y es el primer
segmento de la porción respiratoria del árbol bronquial. Los bronquíolos respiratorios dan
origen a los conductos alveolares (AD), que son las vías aéreas alargadas que casi no tienen
pared, sino sólo alvéolos alrededor de su espacio central. Los sacos alveolares (AS) son
espacios al fi nal de los conductos alveolares que también están rodeados por alvéolos. 120 !.

En los bronquíolos no hay placas cartilaginosas ni glándulas. Los bronquíolos de mayor


diámetro al principio tienen un epitelio seudocilíndrico estratifi cado ciliado, que se transforma
gradualmente en un epitelio cilíndrico simple ciliado conforme el conducto se estrecha. Las
células caliciformes todavía están presentes en los bronquíolos más grandes pero faltan por
completo en los bronquíolos terminales. Una excepción se comprueba en los fumadores y en
otras personas expuestas a sustancias irritantes en el aire. No hay glándulas subepiteliales en
los bronquíolos. Las placas cartilaginosas, características de los bronquios, están ausentes en
los bronquíolos. En lugar de ello, pueden estar presentes pequeños restos de cartílago,
especialmente en los puntos de ramifi cación. Una capa bastante gruesa de músculo liso se
halla en la pared de todos los bronquíolos. Los bronquíolos pequeños tienen un epitelio simple
cúbico. Los bronquíolos de conducción más pequeños, los bronquíolos terminales, están
revestidos por un epitelio simple cúbico en el cual hay dispersas células de Clara entre las
células ciliadas (fi g. 19-12). Las células de Clara aumentan en cantidad mientras que las células
ciliadas disminuyen a lo largo del bronquíolo. Ocasionalmente, también aparecen células en
cepillo y células de gránulos pequeños. Bajo el epitelio hay una pequeña cantidad de tejido
conjuntivo,

A
A

FIGURA 19-12 ▲ Fotomicrografía electrónica de barrido de un bronquíolo terminal. En esta


fotomicrografía de barrido aparece un corte longitudinal de un bronquíolo terminal y se ven
los alvéolos (A) vecinos. Debe notarse que la superfi cie apical de la célula de Clara no es ciliada
y tiene un aspecto en forma de cúpula característico. 150 !. El recuadro muestra algunas de las
células de Clara con más aumento y los cilios de una célula ciliada vecina, que a esta altura son
muy escasos. Debe notarse la poca cantidad relativa de cilios en estas células pequeñas. 1
200 !.

Complejo de unión

Proteína de célula de Clara (CC16)Vesículas de secreción

Aparato de Golgi

REL

RER

Mitocondrias

Lámina basal

Núcleo

FIGURA 19-13▲Diagrama de una célula de Clara entre células epiteliales bronquiales ciliadas.
El núcleoes de ubicación basal.El retículoendoplásmico rugoso(RER), el aparato deGolgi y las
mitocondrias sonprincipalmente basalesyparanucleares. El retículoendoplásmicoliso, (REL) y
las vesículas de secreciónestán sobre todo en el citoplasmaapical. Un par de vesículas de
secreción están vaciando su contenido sobre la superfi cie de la célula.

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CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio BRONQUÍOLOS

teína de 16 kDa conocida como proteína de secreción de la célula de Clara (CC16), que es un
componente abundante de la secreción de la vía aérea. Las patologías pulmonares crónicas
como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el asma se asocian con cambios en
la abundancia de la CC16 en el líquido de la vía aérea y en el suero. La CC16 se utiliza como un
marcador pulmonar mensurable en el líquido de lavado bronquioalveolar y en el suero. La
secreción de CC16 hacia el árbol bronquial disminuye durante la lesión pulmonar (debido al
daño de las células de Clara), mientras que la concentración sérica de CC16 puede aumentar
por fi ltración a través de la barrera hematogaseosa.

y debajo de éste, en las porciones conductoras, se halla una capa circunferencial de músculo
liso. Las células de Clara son células no ciliadas que tienen una prominencia característica
redondeada o en forma de cúpula en la superfi cie apical. Con el MET se ve que tienen las
características de células secretoras de proteínas (fi g. 19-13). Poseen un RER basal bien
desarrollado, un aparato de Golgi supranuclear o lateral, gránulos de secreción que contienen
proteínas,y muchas cisternas del REL en el citoplasma apical. Las células de Clara secretan un
agente tensioactivo, una lipoproteína que impide la adhesión luminal si la pared de la vía aérea
se colapsa sobre sí misma, en particular durante la espiración. Además, las células de Clara
producen una pro

produce más mucosa) y tiene una membrana basal gruesa debido a un aumento en el depósito
de fi bras colágenas en la lámina reticular (fi g. C19-2.1). La capa de músculo liso también es
más pronunciada y contiene varias capas de células musculares lisas hiperplásicas.
Tradicionalmente, los fármacos utilizados para tratar los pacientes con asma fueron clasifi
cados como broncodilatadores (causan la relajación del músculo liso) o antiinfl amatorios
(suprimen las reacciones infl amatorias). Los fármacos más nuevos (p. ej., modifi cadores de
leucotrienos) tienen efectos duales. En la actualidad, los fármacos para el asma se clasifi can
según su tiempo de acción en la gestión global de esta enfermedad. O bien son fármacos de
alivio rápido, como los broncodilatadores agonistas $ adrenérgicos para revertir la constricción
del músculo liso, o fármacos de control a largo plazo, como los corticosteroides inhalados, los
broncodilatadores agonista $ de acción prolongada y los modifi cadores de leucotrienos.
CUADRO 19-2 Correlación clínica: asma El asma es una enfermedad infl amatoria crónica que
afecta las vías aéreas de los pulmones y es causada por una combinación de factores genéticos
y ambientales. La enfermedad afecta a personas de todas las edades, procedencias y grupos
étnicos en todo el mundo. Se caracteriza por la obstrucción del fl ujo de aire recurrente
causada por una combinación de infl amación de los bronquíolos y constricción de sus
músculos lisos (broncoespasmo). La obstrucción de las vías aéreas difi culta el ingreso y la
salida de aire de los alvéolos pulmonares, lo que causa síntomas como respiración sibilante,
tos, difi cultad para respirar y opresión torácica. En los pacientes con asma se observa infl
amación de la mucosa respiratoria, del tejido conjuntivo contiguo y de los músculos lisos de los
bronquiolos. Se caracteriza por la infi ltración de la pared bronquiolar por los eosinófi los (en
algunos casos), neutrófi los, linfocitos (principalmente linfocitos T cooperadores activados) y
mastocitos. El epitelio bronquiolar es grueso, contiene un gran número de células caliciformes
(por lo tanto Membrana basal

BV

BV ab ab

Moco Moco Moco

Músculo liso Músculo liso Músculo liso

FIGURA C19-2.1 ▲ Fotomicrografía del pulmón de un paciente con asma. a. Este corte del
pulmón de un paciente con asma muestra un bronquíolo en el centro con alvéolos
circundantes. La pared bronquiolar es gruesa, está infl amada y tiene vasos sanguíneos
agrandados. 100 !. b. Esta fotomicrografía muestra con gran aumento la estructura de un
epitelio seudocilíndrico estratifi cado bronquiolar que contiene una gran cantidad de células
caliciformes. El moco en la luz es un producto de las células caliciformes. Debe observarse la
presencia de un gran número de eosinófi los (células con citoplasma rojo), linfocitos y otras
células del tejido conjuntivo que infi ltraron la lámina propia y la submucosa del bronquíolo. La
membrana basal es gruesa y está bien defi nida. La capa de músculo liso también es gruesa y la
adventicia subyacente contiene vasos sanguíneos agrandados. 680 ! (gentileza del Dr. Joseph
P. Grande).
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732

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio ALVÉOLOS

dimensiones de una cancha de tenis. Cada alvéolo es una cavidad poliédrica de paredes
delgadas que mide unos 0,2 mm de diámetro y confl uye en un saco alveolar (fi g. 19-14). • Los
conductos alveolares son vías aéreas alargadas que casi no tienen paredes, sólo alvéolos, como
sus límites periféricos. En los tabiques interalveolares con aspecto de rodetes, hay anillos de
músculo liso (v. más adelante). • Los sacos alveolares son espacios rodeados por cúmulos de
alvéolos. Los alvéolos circundantes se abren hacia estos espacios. Los sacos alveolares suelen
estar al fi nal de un conducto alveolar, pero pueden aparecer en cualquier punto de su
longitud. Los alvéolos están rodeados y separados unos de otros por una fi nísima capa de
tejido conjuntivo que contiene capilares sanguíneos. El tejido entre espacios aéreos alveolares
contiguos se denomina tabique alveolar o pared septal (fi g. 19-15). El epitelio alveolar está
compuesto por células alveolares tipo I y tipo II y alguna que otra célula en cepillo. La superfi
cie alveolar forma una interfaz biológica vulnerable que está sometida a muchas fuerzas
superfi ciales desestabilizantes y a la exposición continua a las partículas, los agentes
patógenos y las toxinas que se han inhalado. El epitelio alveolar se compone de varias células
especializadas y sus productos, algunos de los cuales desempeñan funciones defensivas y
protectoras: • Las células alveolares tipo I, también conocidos como neumocitos tipo I,
comprenden sólo el 40 % de la totalidad de las células del revestimiento alveolar. Son células
planas muy delgadas que revisten la mayor parte de la superfi cie (95 %) de los alvéolos (v. fi g.
19-15). Estas células están unidas entre sí y a las otras células del epitelio alveolar por uniones
ocluyentes (fi g. 19-16). Las uniones forman una barrera efi caz entre el espacio aéreo y los
componentes de la pared septal. Las células alveolares tipo I no son capaces de dividirse. • Las
células alveolares tipo II, también llamadas neumocitos tipo II o células de los tabiques, son
células secretoras. Estas células cúbicas están dispersas entre las células tipo I, pero tienen la
tendencia a congregarse en las uniones septales. Las células tipo II constituyen el 60 % de las
células del revestimiento alveolar, pero debido a su forma diferente, cubren sólo el 5 % de la
superfi cie alveolar. Al igual que las células de Clara, las células tipo II sobresalen dentro del
espacio aéreo (v. fi g. 19-16). Su citoplasma apical está repleto de gránulos que con el MET (fi
g. 19-17) se ven como rimeros de laminillas membranosas paralelas, cuerpos laminares. Tienen
una gran cantidad de una mezcla de fosfolípidos, lípidos neutros y proteínas que se secreta por
exocitosis para formar una cubierta alveolar del agente tensioactivo llamado surfactante.
Además de secretar el agente tensioactivo, las células alveolares tipo II son las progenitoras de
las células alveolares tipo I. Después de la lesión pulmonar, proliferan y restauran ambos tipos
de células alveolares dentro del alvéolo. La hiperplasia de las células alveolares tipo II es un
importante marcador de lesión alveolar y reparación de los alvéolos. • Las células en cepillo
también están en la pared alveolar pero en una cantidad escasa. Servirían como receptores
que verifi can la calidad del aire en los pulmones.

Función bronquiolar Los bronquíolos respiratorios son la primera parte del árbol bronquial que
permite el intercambio gaseoso. Los bronquíolos respiratorios forman una zona de transición
en el sistema respiratorio; participan tanto en la conducción del aire como en el intercambio
gaseoso. Tienen un diámetro reducido y están tapizados por un epitelio cúbico. El epitelio de
los segmentos iniciales de los bronquíolos respiratorios contiene células ciliadas y células de
Clara (v. fi g. 19-12). Hacia la parte distal predominan las células de Clara. A lo largo del
bronquíolo respiratorio también aparecen de vez en cuando células en cepillo y células con
gránulos de centro denso. La pared del bronquíolo respiratorio presenta evaginaciones de
paredes delgadas, los alvéolos, que están diseminadas en toda su longitud (v. fi g. 19-11). En
los alvéolos se produce el intercambio de gases entre el aire y la sangre. ALVÉOLOS

Los alvéolos son el sitio donde ocurre el intercambio gaseoso. La extensión de la superfi cie
disponible para el intercambio gaseoso se incrementa por los alvéolos pulmonares. Los
alvéolos son los espacios aéreos terminales del sistema respiratorio y en estas estructuras
ocurre el intercambio gaseoso entre el aire y la sangre. Cada alvéolo está rodeado por una red
de capilares que ponen la sangre en estrecha proximidad al aire inhalado en el interior del
alvéolo. En cada pulmón adulto hay entre 150 y 250 millones de alvéolos; su superfi cie interna
combinada es de alrededor de 75 m2, más o menos las A

AS

FIGURA 19-14 ▲ Fotomicrografía en la que se ve un saco alveolar con sus alvéolos contiguos.
Esta fotomicrografía muestra los componentes terminalesdel sistema respiratorio, es decir, el
saco alveolar (AS) ylos alvéolos circundantes(A).Los alvéolosestán rodeadosyseparados unos
de otrospor fi nas láminas de tejido conjuntivo, los tabiques interalveolares, que
contienencapilares sanguíneos. A la derecha aparecela superfi cie del pulmón, que está
cubierta porla pleuravisceralque contiene epitelio plano simple yuna capa subyacente detejido
conjuntivo.360 !.

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733

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio ALVÉOLOS

Las proteínas del surfactante contribuyen a organizar la capa de esta sustancia y modulan las
respuestas inmunitarias alveolares. Además de los fosfolípidos, para la estructura y la función
del surfactante son necesarias proteínas hidrófobas. Estas proteínas son las siguientes: •
Proteína surfactante A (SP-A), la proteína más abundante del surfactante. La SP-A es
responsable de la homeostasis del surfactante (regula su síntesis y secreción por las células
alveolares tipo II). También modula las respuestas inmunitarias contra virus, bacterias y
hongos. • Proteína surfactante B (SP-B), una proteína importante para la transformación del
cuerpo laminar en la delgada película superfi cial del surfactante. La SP-B es una proteína
organizadora de surfactante decisiva que es responsable de la adsorción y la diseminación del
surfactante sobre la superfi cie del epitelio alveolar. • Proteína surfactante C (SP-C), que
constituye sólo el 1% de la masa total de proteína surfactante. Junto con la SP-B, la SP-C
contribuye a la orientación de la DPPC dentro del surfactante y al mantenimiento de la película
delgada dentro de los alvéolos.
El surfactante disminuye la tensión superfi cial alveolar y participa activamente en la
eliminación del material extraño. La capa de surfactante producido por las células alveolares
tipo II reduce la tensión superfi cial en la interfaz aire-epitelio. El agente más decisivo para la
estabilidad del espacio aéreo es un fosfolípido específi co llamado dipalmitoilfosfatidilcolina
(DPPC), que es la causa de casi todas propiedades reductoras de la tensión superfi cial del
surfactante. La síntesis de surfactante en el feto se produce después de la trigésimo quinta
semana de gestación y es modulada por varias hormonas, como el cortisol, la insulina, la
prolactina y la tiroxina. Sin la secreción adecuada de surfactante, los alvéolos se colapsarían en
cada espiración sucesiva. Este colapso ocurre en los lactantes prematuros cuyos pulmones no
se han desarrollado lo sufi ciente como para producir surfactante, lo cual causa el síndrome de
difi cultad respiratoria (RDS) neonatal. La administración profi láctica de surfactante exógeno
en el momento del nacimiento de los neonatos muy prematuros y la administración a los
neonatos sintomáticos reducen el riesgo de RDS. Además, la administración de cortisol a las
madres con amenaza de parto prematuro disminuye la mortalidad neonatal.

Porción delgada

Porción delgada

Porción delgada

Porción gruesa

Capilar

Alvéolo

Alvéolo

FIGURA 19-15 ▲ Fotomicrografía electrónica de alvéolos pulmonares. Esta fotomicrografía


electrónica muestra dos espacios alveolares separados por un tabique alveolar que contiene
capilares, algunos de ellos contienen eritrocitos. Deben notarse las regiones de porciones
delgadas y gruesas del tabique alveolar. Éstas se ven con un aumento mayor en la fi gura 19-
19. 5 800 !. Recuadro. Fotomicrografía de un alvéolo para comparar con la pared alveolar
como se la ve aquí. Las fl echas señalan capilares alveolares que contienen eritrocitos. 480 !.

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734

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio ALVÉOLOS

GG

Célula alveolar tipo I

Célula alveolar tipo II

BBLL BBLL BL FIGURA 19-16 ▲ Fotomicrografía electrónica de una célula alveolar tipo II. La
célula alveolar tipo II tiene una superfi cie apical en forma de cúpula con algunas
microvellosidades cortas en su periferia y un centro apical bastante liso. Las superfi cies
laterales de las células están cubiertas en grado variable por extensiones de las células
alveolares tipo I que se unen a las células tipo II mediante las uniones ocluyentes. Ambos tipos
de células están apoyados sobre la lámina basal (BL). En esta muestra, el contenido de la
mayor parte de las vesículas de secreción (G) se ha disuelto, pero su carácter laminar se ve
bien en la fi gura 19-17b. 4 000 !. • Proteína surfactante D (SP-D), una proteína primaria que
participa en la defensa del hospedador. Se une a diversos microorganismos (p. ej. bacterias
gramnegativas) y a linfocitos. La SP-D participa en una respuesta infl amatoria local como
consecuencia de una lesión pulmonar aguda y con la SP-A modula una respuesta alérgica a
diversos antígenos inhalados.

El tabique alveolar es el sitio donde está la barrera hematogaseosa. La barrera hematogaseosa


está formada por las células y los productos celulares a través de los cuales tienen que
difundirse los gases entre los compartimentos alveolar y capilar. La barrera hematogaseosa
más delgada consiste en una fi na capa de sustancia tensioactiva, una célula epitelial tipo I y su
lámina basal, y una célula endotelial capilar y su lámina basal. A menudo, estos dos láminas
basales se fusionan (fi g. 19-18). Las células y las fi bras del tejido conjuntivo que pueden estar
entre las dos láminas basales ensanchan la barrera hematogaseosa. Estas dos disposiciones
producen una porción delgada y una porción gruesa de la barrera (fi g. 19-19). Se cree que la
mayor parte del intercambio gaseoso ocurre a través de la porción delgada de la barrera. Se
considera que la porción gruesa es un sitio donde se puede acumular líquido

tisular e incluso cruzar hacia los alvéolos. Los vasos linfáticos en el tejido conjuntivo de los
bronquíolos terminales, drenan el líquido que se acumula en la porción gruesa del tabique. Los
macrófagos alveolares eliminan partículas inhaladas de los espacios aéreos y eritrocitos del
tabique. Los macrófagos alveolares son singulares porque funcionan tanto en el tejido
conjuntivo del tabique como en el espacio aéreo del alvéolo (fi g. 19-20). En los espacios
aéreos barren la superfi cie para eliminar las partículas inhaladas (p. ej., polvo y polen), lo que
les da uno de sus nombres alternativos, células del polvo. Los macrófagos alveolares derivan
de monocitos de la sangre y pertenecen al sistema fagocítico mononuclear (v. pág. 194). Éstos
fagocitan los eritrocitos que pueden introducirse en los alvéolos en la insufi ciencia cardíaca (v.
fi g. 19-20). Algunos macrófagos distendidos pasan por el árbol bronquial en el moco y se
eliminan por deglución o expectoración al llegar a la faringe. Otros macrófagos retornan al
tejido conjuntivo del tabique o se quedan en él, donde repletos de material de fagocitosis
acumulado, pueden permanecer durante una gran parte de la vida de una persona (fi g. 19-
21). Por lo tanto, en la autopsia, los pulmones de los habitantes de las ciudades y de los
fumadores suelen exhibir muchos macrófagos alveolares y septales repletos de partícu

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CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio ALVÉOLOS

bbbb b

Cuerpos laminares

Agente tensioactivo vertido en la luz alveolar Célula alveolar tipo II Célula alveolar tipo I
a

Glucosa Glucosa Glucosa Colina Colina Colina Aminoácidos Aminoácidos AminoácidosÁcidos


grasos Ácidos grasos Ácidos grasos

FIGURA 19-17 ▲ Diagrama de una célula alveolar tipo II y fotomicrografía electrónica de


cuerpos laminares. a. El surfactante es una mezcla oleosa de proteínas, fosfolípidos y lípidos
neutros que se sintetiza en el RER a partir de precursores que hay en la sangre. Estos
precursores son la glucosa, los ácidos grasos, la colina y los aminoácidos. Los componentes
proteicos del agente tensioactivo se producen en el RER y se almacenan en el citoplasma
dentro de los cuerpos laminares, que se vacían en la luz del alvéolo. Con la ayuda de la
proteína surfactante, el agente tensioactivo se distribuye sobre la superfi cie de las células
epiteliales que revisten los alvéolos en forma de una película delgada que reduce la tensión
superfi cial. b. Fotomicrografía electrónica de gran aumento que muestra el patrón laminar
típico de las vesículas de secreción de las células alveolares tipo II. Estas vesículas contienen las
proteínas precursoras del agents tensioactivo pulmonar. 38 000 ! (gentileza del Dr. A. Mercuri).

Agente tensioactivoFibroblasto

Luz capilar

CO C C CO2 CO2

EritrocitoCélulas endoteliales

Célula alveolar tipo II

Célula alveolar tipo I

Lámina basal

Macrófago

Luz alveolar

O2

FIGURA 19-18 ▲ Diagrama del tabique interalveolar. Este diagrama muestra las porciones
gruesas y delgadas de tabique interalveolar. La porción delgada forma la barrera
hematogaseosa y es responsable de la mayor parte del intercambio gaseoso que se produce en
el pulmón. Las fl echas indican la dirección del intercambio de CO2 y O2 entre el espacio aéreo
alveolar y la sangre. La porción gruesa del tabique interalveolar desempeña un papel
importante en la distribución de los líquidos y su dinámica. Contiene células del tejido
conjuntivo. Deben notarse los macrófagos en la porción gruesa que extiende sus evaginaciones
hacia la luz de los alvéolos.

las de carbono, pigmento antracótico y partículas aciculares birrefringentes de sílice. Los


macrófagos alveolares también fagocitan los organismos infecciosos como mycobacterium
tuberculosis, que puede identifi carse dentro de las células en las muestras teñidas en forma
adecuada. Estos bacilos no son digeridos por los macrófagos; sin embargo, otras infecciones o
trastornos que dañan los macrófagos alveolares pueden causar la liberación de las bacterias y
a una tuberculosis recidivante. Además, los datos recientes indican que la apoptosis de los
macrófagos septales contribuye al desarrollo del enfi sema. La circulación aérea colateral a
través de los poros alveolares, permite el paso del aire entre los alvéolos. Los estudios de la
estructura alveolar con el microscopio electrónico de barrido demuestran la existencia de orifi
cios en los tabiques interalveolares que permiten la circulación de aire desde un alvéolo hacia
otro. Estos poros alveolares (de Kohn) pueden ser de gran importancia en algunos estados
patológicos en los cuales la enfermedad pulmonar obstructiva bloquea el paso normal de aire
a los alvéolos. Los alvéolos distales con respecto al sitio de bloqueo pueden continuar
recibiendo aire, a través de los poros, desde un ácino o lobulillo contiguo. En la fi gura 19-22 se
presenta una reseña básica de la información relacionada con el sistema respiratorio.

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CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio ALVÉOLOS

Lámina basal

Luz capilar

Espacio alveolar

Endotelio

Célula alveolar tipo I

Colágeno Colágeno Colágeno

Fibra elástica Fibra elástica Fibra elástica

FIGURA 19-19 ▲ Fotomicrografía electrónica del tabique alveolar.Esta fotomicrografíade gran


aumentomuestrala porción delgadade la barrerahematogaseosa donde está formada por
células alveolares tipo I, endotelio capilaryla lámina basalfusionadacompartidapor ambos tipos
celulares. En la porcióngruesa, la célula alveolar tipo I(fl echas) se localiza sobre unalámina
basalydel lado opuesto hay tejidoconjuntivoen el quese destacan fi brillas colágenasyfi bras
elásticas.33 000 !.

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737

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio INERVACIÓN

IRRIGACIÓN

Los pulmones tienen circulación tanto pulmonar como bronquial. La circulación pulmonar
irriga los capilares del tabique alveolar y deriva de la arteria pulmonar que sale del ventrículo
derecho del corazón. Las ramas de la arteria pulmonar transcurren con los bronquios y los
bronquíolos y llevan la sangre hasta los lechos capilares de los alvéolos. Esta sangre se oxigena
y es recogida por capilares venosos pulmonares que se unen para formar vénulas. Al fi nal
forman las cuatro venas pulmonares que devuelven la sangre a la aurícula izquierda del
corazón. El sistema venoso pulmonar se encuentra a cierta distancia de las vías respiratorias en
la periferia de los segmentos broncopulmonares. La circulación bronquial, a través de las
arterias bronquiales que son ramas de la aorta, irriga todo el tejido pulmonar, excepto los
alvéolos (es decir, las paredes de los bronquios y los bronquíolos y el tejido conjuntivo
pulmonar salvo el de los tabiques alveolares). Las ramas más fi nas del árbol arterial bronquial
también desembocan en los capilares pulmonares. Por lo tanto, las circulaciones bronquial y
pulmonar se anastomosan más o menos a la altura de la transición entre la porción conductora
y la porción respiratoria. Las venas bronquiales drenan sólo el tejido conjuntivo de la región
hiliar de los pulmones. La mayor parte de la sangre que llega a los pulmones

a través de las arterias bronquiales, los abandona través de las venas pulmonares. VASOS
LINFÁTICOS Un drenaje linfático pulmonar doble establece un paralelismo con la irrigación
sanguínea doble. Un conjunto de vasos linfáticos drena el parénquima pulmonar y sigue las
vías aéreas hasta el hilio. Los ganglios linfáticos se encuentran a lo largo del trayecto de los
vasos linfáticos de mayor calibre. Un segundo conjunto de vasos linfáticos drena la superfi cie
pulmonar y transcurre en el tejido conjuntivo de la pleura visceral, que es una membrana
serosa compuesta por un mesotelio superfi cial y el tejido conjuntivo subyacente. INERVACIÓN
La mayor parte de los nervios que inervan el pulmón no se ven con el microscopio óptico. Son
componentes de las divisiones simpática y parasimpática del sistema nervioso autónomo y
median refl ejos que modifi can las dimensiones de las vías aéreas (y los vasos sanguíneos) por
contracción del músculo liso que hay en sus paredes. Además, el sistema nervioso autónomo
controla la secreción glandular de la mucosa respiratoria. V

Macrófago alveolar

Célula alveolar tipo II

Célula alveolar tipo I

Célula Célula alveolar tipo II alveolar tipo II Célula alveolar tipo II FIGURA 19-20 ▲
Fotomicrografía de macrófagos alveolares. Esta fotomicrografía muestra con gran aumento la
estructura del tabique alveolar y la luz de un alvéolo que tiene macrófagos alveolares y
eritrocitos. El citoplasma de los macrófagos alveolares, si está en cantidad sufi ciente, a
menudo contiene el pigmento pardo de hemosiderina que deriva de eritrocitos fagocitados.
Estos macrófagos repletos de hemosiderina (a menudo llamados “células de insufi ciencia
cardíaca”) son típicos de las enfermedades cardíacas, en su mayor parte insufi ciencias
ventriculares izquierdas que causan congestión pulmonar y edema. Esto produce una
dilatación de los capilares alveolares y hemorragias pequeñas en los alvéolos. 560 !.

Macrófagos alveolares

Macrófagos septales

BV

Linfocitos Linfocitos Linfocitos

FIGURA 19-21 ▲ Fotomicrografía de macrófagos alveolares y septales. Esta fotomicrografía


muestra con gran aumento tabiques alveolares que rodean el espacio aéreo alveolar (A). El
tabique en el medio contieneun vaso sanguíneo(BV) grande. Los macrófagosque fagocitaron
detritos celulares y contaminantes ambientales inhalados (p. ej., partículas de polvo, sílice,
alquitrán delos cigarrillosy microorganismos) en la luz alveolar, vuelven a migrar hacia los
tabiques alveolares, donde permanecen durante toda la vida. Aquí, estos macrófagos septales
se ven como células grandes, de forma irregular cargadas con inclusiones
citoplasmáticasnegrasque oscurecenla visióndel núcleo.Debe notarse quelosmacrófagos
septales están rodeados por linfocitos, un signo de la respuesta infl amatoria. Los macrófagos
alveolaresque contienenel pigmento pardo de hemosiderina de los eritrocitos fagocitados,
también están presentes en la luz alveolar. 560 !.

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738

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio INERVACIÓN

Tráquea

Bronquio principal Bronquio lobar Bronquio segmentario Bronquíolo terminal

Bronquíolo respiratorio Bronquíolo Conducto alveolar Sacos alveolares Alvéolos

Epitelio

Células caliciformes

Células ciliadas Glándulas

Cartílago hialino

Músculo liso

Fibras elásticas

Porción respiratoriaProción conductora

FIGURA 19-22 ▲ Divisiones del árbol bronquial y reseña de sus características histológicas.

los pulmones son normales. Sin embargo, la proteína del conducto de Cl% defectuosa en el
epitelio bronquial hace que disminuya la secreción de Cl% y aumente la reabsorción de Na" y
agua desde la luz (fi g. C19-3.1). Como resultado, la “barredora mucociliar” deja de funcionar
en forma correcta y se acumula una secreción mucosa singularmente espesa. Es probable que
la lesión pulmonar se inicie por la obstrucción de los bronquíolos. La obstrucción bronquiolar
bloquea las vías aéreas y conduce a un engrosamiento de las paredes bronquiolares y a otras
alteraciones degenerativas en los alvéolos. Debido a que los líquidos permanecen atrapados
en los pulmones, las personas con fi brosis quística sufren infecciones frecuentes de las vías
respiratorias. La clonación del gen CFTR permitiría el uso de terapia génica en un futuro
cercano. CUADRO 19-3 Correlación clínica: fi brosis quística La fi brosis quística (CF,
mucoviscidosis) es una enfermedad pulmonar obstructiva crónica de los niños y los adultos
jóvenes. Es un trastorno autosómico recesivo causado por una mutación en un gen llamado
CFTR (cystic fi brosis transmembrane regulator & regulador de la conductancia transmembrana
de la fi brosis quística) ubicado en el cromosoma 7. El producto de este gen, la proteína del
conducto de Cl, participa en la alteración fi nal del moco y las secreciones digestivas, el sudor y
las lágrimas. Todas las mutaciones del gen CFTR conducen al transporte epitelial anómalo de Cl
% que afecta la viscosidad de la secreción de las glándulas exocrinas. Casi todas las glándulas
exocrinas secretan un moco de viscosidad anómala que obstruye las glándulas y sus conductos
excretores. La evolución de la enfermedad está determinada, en gran medida, por el grado de
afectación pulmonar. Al nacimiento, (cont. en pág. 739)

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739

CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio INERVACIÓN

exógenas como polvo de carbón, fi bras textiles y polvillo de la construcción. No obstante, la


causa más común, es el humo del tabaco. La destrucción de la pared alveolar puede asociarse
con un exceso de lisis de elastina y otras proteínas estructurales en los tabiques alveolares. La
elastasa y otras proteasas derivan de neutrófi los, macrófagos y monocitos pulmonares. Una
enfermedad genética específi ca, la insufi ciencia de !1-antitripsina, causa en pacientes tanto
heterocigotos como homocigotos una forma particularmente grave de enfi sema o la
enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). En los homocigotos suele ser mortal si no se
trata, pero su gravedad se puede disminuir con la administración del inhibidor exógeno de la
enzima. CUADRO 19-4 Correlación clínica: enfi sema y neumonía El enfi sema es un trastorno
pulmonar que se caracteriza por el agrandamiento permanente de los espacios aéreos distales
con respecto al bronquíolo terminal. Este agrandamiento es causado por la obstrucción crónica
del fl ujo aéreo, con más frecuencia debido a un estrechamiento de los bronquíolos, y se
acompaña de una destrucción de la pared alveolar (fi g. C19-4.1). En consecuencia, en esta
enfermedad se reduce mucho la superfi cie para el intercambio gaseoso. El enfi sema es
bastante frecuente; se descubre en alrededor de la mitad de todas las autopsias y se reconoce
con facilidad. Los patólogos identifi can varios tipos de enfi sema. Sin embargo, en la clínica es
más importante la gravedad de la enfermedad que el reconocimiento del tipo específi co. El
enfi sema, con frecuencia, es causado por la inhalación crónica de partículas

CUADRO 19-3 Correlación clínica: fi brosis quística (cont.)

Moco viscoso deshidratado

Canal de Cl! defectuoso

Moco normal

CÉLULA CALICIFORME

CÉLULA ABSORTIVA NORMAL

CÉLULA ABSORTIVA EN LA FIBROSIS QUÍSTICA

Na+

Na+ Na+

Na+Cl ! Cl!

Cl!
Cl!

H2O

H2O

H2O

H2OCanal de Cl! ATPasa ATPasa

FIGURA C19-3.1 ▲ Diagrama esquemático de la patología en la fi brosis quística. En la fi brosis


quística, la secreción de aniones Cl% hacia la luz del árbol bronquial está muy disminuida
debido a la falta o el mal funcionamiento de una proteína del conducto de cloro. La
reabsorción de Na" desde la luz del árbol bronquial aumenta y produce la entrada de agua en
la célula. Como resultado, la capa mucosa en el árbol bronquial se deshidrata y se torna muy
viscosa. Este moco espeso es difícil de mover por el mecanismo de barredora mucociliar y
obstruye la luz del árbol bronquial, lo cual obstaculiza el fl ujo de aire.

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CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio INERVACIÓN

CUADRO 19-4 Correlación clínica: enfi sema y neumonía (cont.)

aaaa a bbbbb FIGURA C19-4.1 ▲ Fotomicrografías de enfi sema y neumonía. a. Esta


fotomicrografía de un corte del pulmón de una persona con enfi sema, muestra la destrucción
parcial de tabiques interalveolares, que conduce al agrandamiento permanente de los espacios
aéreos. Debe notarse que los cambios en el parénquima pulmonar se acompañan del
engrosamiento de la pared de los vasos pulmonares (fl echas) y de la presencia de una
abundancia de células dentro de los espacios aéreos. Estas células son los macrófagos
alveolares que se ven con más aumento en la fi gura 19-20. 240 !. b. Esta fotomicrografía de un
corte de pulmón muestra la etapa inicial de una neumonía (infl amación del pulmón) aguda.
Debe observarse que los espacios aéreos están llenos de un exudado compuesto que contiene
leucocitos (sobre todo neutrófi los), eritrocitos y fi brina. Los capilares en el tabique alveolar
están dilatados y congestionados de eritrocitos. Los patólogos llaman estado de hepatización
roja a esta etapa de la neumonía. En esta etapa, en el examen macroscópico, la porción
afectada del pulmón aparece roja (por los capilares dilatados), fi rme (por la falta de espacios
aéreos) y pesada (por el exudado dentro de los alvéolos); el término hepatización deriva de la
semejanza del tejido pulmonar afectado con el del hígado. 240 !. Recuadro. Parte de un
alvéolo visto con más aumento. Debe notarse el capilar congestivo y dilatado dentro del
tabique alveolar. El espacio aéreo está repleto de neutrófi los y eritrocitos. En el ángulo
inferior derecho se ve la organización inicial del exudado intraalveolar; nótese que la red de fi
brina en desarrollo contiene neutrófi los y varios eritrocitos que han quedado atrapados. 420 !.

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CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio HISTOLOGÍA 101


Puntos esenciales Sistema respiratorio

GENERALIDADES DEL SISTEMA RESPIRATORIO ◗ El sistema respiratorio está compuesto por dos
pulmones y una serie de vías aéreas que conducen el aire hacia los pulmones y desde ellos. ◗
Las tres funciones principales del sistema respiratorio son la conducción del aire, la fi ltración
del aire y el intercambio gaseoso (respiración). ◗ La porción superior del sistema respiratorio
(cavidades nasales, senos paranasales, nasofaringe y orofaringe) se desarrolla a partir de la
cavidad bucal primitiva. ◗ La porción inferior del sistema respiratorio (laringe, tráquea,
bronquios con sus divisiones y pulmones) se desarrolla desde la evaginación ventral del
endodermo del intestino anterior. ◗ La porción conductora del sistema respiratorio incluye la
porción superior del sistema respiratorio, la laringe, la tráquea, los bronquios y la mayoría de
los bronquíolos (hasta los bronquíolos terminales). ◗ La porción respiratoria contiene los
bronquíolos respiratorios, los conductos alveolares, los sacos alveolares y los alvéolos.

CAVIDADES NASALES ◗ Las cámaras pares de las cavidades nasales se dividen en vestíbulos
(entrada a las cavidades nasales), regiones respiratorias y regiones olfatorias. ◗ La región
respiratoria está tapizada por la mucosa respiratoria que contiene epitelio seudocilíndrico
estratifi cado ciliado. ◗ El epitelio respiratorio se compone de células ciliadas (que son células
cilíndricas altas con cilios para el movimiento de la secreción y otras partículas en la superfi cie
de la mucosa), células caliciformes (mucosecretoras), células en cepillo (para la inervación
sensorial), células de gránulos pequeños (células enteroendocrinas para la secreción de
hormonas y citocinas) y células basales (células madres). ◗ La mucosa respiratoria calienta,
humedece y fi ltra el aire inspirado. Posee una red vascular extensa en la lámina propia, así
como abundantes glándulas secretoras de mucosa y serosa. ◗ La región olfatoria ubicada en el
techo de la cavidad nasal está tapizada por un epitelio olfatorio seudostratifi cado sin células
caliciformes. ◗ El epitelio olfatorio se compone de células receptoras olfatorias (neuronas
bipolares), células de sostén, células en cepillo y células basales. ◗ Las células receptoras
olfatorias poseen cilios apicales inmóviles, que contienen los receptores acoplados a la
proteína G que participan en la vía de transducción olfatoria. ◗ Las glándulas olfatorias
(glándulas de Bowman) son una característica distintiva de la mucosa olfatoria.

FARINGE Y LARINGE ◗ La faringe es una continuación posterior de las cavidades bucal y nasal.
Es el paso del alimento hacia el esófago y del aire hacia la laringe. ◗ La laringe es una conexión
entre la faringe y la tráquea. Contiene pliegues vocales que controlan el fl ujo de aire a través
de la laringe y vibran para producir sonido. ◗ La laringe está tapizada por la mucosa
respiratoria, a excepción de la superfi cie luminal de las cuerdas vocales, que están cubiertas
por un epitelio estratifi cado plano.

TRÁQUEA ◗ La tráquea se extiende desde la laringe hasta el mediastino, donde se divide en


dos bronquios principales (primarios). ◗ La pared de la tráquea consiste en cuatro capas:
mucosa (compuesta por un epitelio seudostratifi cado ciliado que se localiza sobre una
membrana basal gruesa), submucosa (tejido conjuntivo denso irregular), cartílago (compuesta
por cartílagos hialinos con forma de C) y adventicia (adhiere la tráquea a las estructuras
contiguas).

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742
CAPÍTULO 19 Sistema respiratorio HISTOLOGÍA 101

BRONQUIOS Y BRONQUÍOLOS ◗ La tráquea se divide en bronquios principales (primarios)


derecho e izquierdo que se introducen en los pulmones y sufren repetidas divisiones que
terminan en los bronquíolos. ◗ Los bronquios están tapizados por mucosa respiratoria con la
misma composición celular que la tráquea. Poseen placas cartilaginosas y una capa circular de
músculo liso. ◗ Los bronquíolos son ramas de los bronquios segmentarios que tienen un
diámetro de 1 mm o menos y no poseen placas cartilaginosas ni glándulas. ◗ Los bronquíolos
terminales conductores más pequeños están revestidos por un epitelio simple cúbico que
contiene células de Clara. Estas células producen un agente tensioactivo que previene el
colapso de las vías respiratorias. ◗ Los bronquíolos respiratorios son la primera parte del árbol
bronquial que permite el intercambio gaseoso.

ALVÉOLOS ◗ El bronquíolo respiratorio se divide en conductos alveolares que conducen a los


sacos alveolares que están rodeados por cúmulos de alvéolos. ◗ Los alvéolos son los espacios
aéreos terminales del sistema respiratorio. ◗ Sus tabiques son el sitio donde ocurre el
intercambio gaseoso entre el aire y la sangre. ◗ El epitelio alveolar se compone de células
alveolares tipo I y II (neumocitos) con células en cepillo ocasionales. ◗ Las células alveolares
tipo I son células planas muy delgadas que recubren el 95% de la superfi cie alveolar y forman
la barrera entre el espacio aéreo y la pared septal. ◗ Las células alveolares tipo II son células
secretoras que producen y secretan surfactante, el cual disminuye la tensión superfi cial
alveolar. Tienen cuerpos laminares característicos que se ven con el microscopio electrónico. ◗
El tabique alveolar es el sitio donde está la barrera hematogaseosa. Se compone de una capa
delgada de agente tensioactivo, una célula epitelial tipo I con su lámina basal y una célula
endotelial capilar con su lámina basal. A menudo, estas dos láminas basales se fusionan. ◗ Los
macrófagos alveolares y septales están presentes en los espacios aéreos alveolares y en el
tejido conjuntivo septal, respectivamente.

IRRIGACIÓN, INERVACIÓN Y DRENAJE LINFÁTICO ◗ El pulmón tiene circulación tanto pulmonar


como bronquial. ◗ La circulación pulmonar lleva sangre a través de las ramas de la arteria
pulmonar hasta la red de capilares que rodean los alvéolos para su oxigenación. La sangre es
recogida por capilares venosos pulmonares que normalmente forman las venas pulmonares. ◗
La circulación bronquial, a través de las arterias bronquiales, irriga las paredes de los
bronquios, los bronquíolos y el resto del tejido conjuntivo pulmonar. ◗ Los nervios autónomos
siguen las ramas de las arterias pulmonares e inervan el músculo liso de los vasos sanguíneos,
el árbol bronquial y la mucosa respiratoria. ◗ El drenaje linfático pulmonar doble establece un
paralelismo con la irrigación sanguínea doble. Cerca de los bronquios suele haber acumulación
de tejido linfático asociado a los bronquios (BALT) y ganglios linfáticos.

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