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Procesos Económicos Contemporáneos.

Impacto de las reformas neoliberales en la economía


El neoliberalismo es una propuesta ideológica con niveles de globalidad, según Raúl Prebisch al inicio de los ochenta,
se transformó en el pensamiento único.
A las propuestas económicas, que configuran la lógica y la práctica de los ajustes neoliberales, se las conoce como el
Consenso de Washington' a principios de los años noventa.
Son medidas que forman parte de una estrategia global para la reestructuración de la economía, dentro de la
racionalidad del propio sistema capitalista, y no sólo medidas monetaristas de corto plazo. Con este recetario se buscaba
establecer un entorno apropiado» para garantizar la participación de los países subdesarrollados en la nueva división
internacional del trabajo: la globalización»
Por consenso democrático la negociación de la deuda es una eficaz palanca para imponer el Consenso
La estabilización y el ajuste no están dirigidos simplemente a reducir la inflación o a asegurar el crecimiento económico
de largo plazo de los países periféricos, son mecanismos que apuntan a transformar la economía mundial y que, en una
primera instancia, han asegurado los mercados para los productos de los países centrales.
El Ecuador se alineó al funcionamiento de la economía internacional dentro de un esquema pasivo que precipita y
consolida la transnacionalización.
se consolidaron actividades con bajo perfil tecnológico y, por ende, con muy escasa o ninguna incidencia internacional.
Así también se avanzó en el dogmático desmantelamiento del Estado enarbolando la muletilla de su ineficiencia
estructural
 El ajuste neoliberal
Ecuador tuvo que enfrentar distintos problemas que afectaron su economía como la caída del precio del petróleo y las
intmdaciones durante el invierno de los años 1982 a 1983 -el Fenómeno de El Niño-, que afectaron gravemente la
producción agrícola y la economía en general. A partir de entonces, el Ecuador, que hasta 1981 había sorteado con
aparente facilidad el impacto de los problemas económicos internacionales, comenzó a sentir de lleno sus síntomas;
pero no exclusivamente por los problemas mencionados, sino también por razones estructurales externas e internas de
larga data.
El poder del FMI no radica tanto en el monto de sus créditos, sino en la atención prioritaria que se le daba a sus
exigencias; en sus condiciones crediticias determinantes en el manejo económico de los países deudores, y en su
capacidad para movilizar recursos de otras fuentes en el caso de los buenos discípulos de sus políticas.
Es a partir de este período cuando el país empezó una tortuosa marcha de ajustes y desajustes interminables. El proceso
de ajuste, visto desde la política institucional, muestra un tímido inicio de reformas en el gobierno de Osvaldo Hurtado
(1981-1984), sobre todo en el campo de la estabilización macroeconómica, desatada por los efectos de la crisis de la
deuda externa.
Durante el régimen socialcristiano de León Febres Cordero (1984- 1988) el ajuste experimentó una transición
discontinua y confusa, pese a sus declaraciones y acciones a favor de una mayor apertura y liberalización
-«neoliberalismo en gramática populista>> diría posteriormente el politólogo César Montúfar-. La economía concluyó
en medio de un desorden generalizado y con un creciente malestar ciudadano en contra de un gobierno autoritario.
Las expectativas provocadas por el socialdemócrata Rodrigo Borja (1988-1992) -públicamente contrario a las tesis
neoliberales- duraron poco, ya que su gobierno tuvo ajustes y tramitó una serie de transformaciones (por ejemplo en el
campo laboral y de la apertura comercial) que facilitaron posteriormente la profundización del esquema neoliberal. En
su gobierno se introdujeron algunas reformas en el campo de la contratación compartida, la maquila y las zonas francas,
con claras limitaciones al sindicalismo, y desde entonces no faltaron las presiones para ahondar cada vez más en la
flexibilización laboral.
En el período del conservador Sixto Duran Ballén (1992-1996) el discurso neoliberal coincidió en gran medida con la
práctica: el ajuste dio pasos acelerados, algunos de los cuales, sin embargo, se vieron truncados tanto por la protesta
social, la derrota de las reformas neoliberales que el régimen pretendió introducir vía consulta popular a fines de 1995,
como por los casos de corrupción en torno al proyecto de privatizaciones.
El populista Abdalá Bucaram (1996-1997), que llegó a la Presidencia presentándose como el presidente de los pobres,
intentó llevar la economía ecuatoriana a un estado superior del neoliberalismo con su programa de convertibilidad, con
el cual forzaría la aprobación de una larga lista de reformas neoliberales, la aceleración de las privatizaciones, así como
la radicalización de la flexibilidad laboral.
Mediante un acuerdo para sortear la crisis política desatada en 1997 se instauró un gobierno interino, liderado por el
conservador populista Fabián Alarcón (1997-1998). A pesar de lo caótica que resultó su gestión, se mantuvo en rl
ajuste, en medio de una crisis que se generalizaba aceleradamente, al tiempo que se desperdiciaba una oportunidad
histórica para procesar una profunda reforma política, tan reclamada por la sociedad luego del derrocamiento de
Bucaram.
Con Jamil Mahuad (1998-2000), demócrata cristiano estrechamente vinculado a las altas filas del sector bancario, el
país enfrentó una de las peores crisis económicas de su historia, agravada por la imposición de un esquema de
dolarización oficial de la economía desde principios del 2000. Dolarización que fue ratificada por Gustavo Bejarano
(2000- 2003), quien llegó a la Presidencia cuando fracasó el intento de tomar el poder por parte de relevantes actores
sociales, sobre todo indígenas, acompañados por un grupo de oficiales de la fuerza terrestre.
 Dificultades Exógenas
Entre las primeras se puede destacar: inundaciones (1982-83, 1997-98), sequías, terremoto (1987), caída de los precios
del petróleo (1982-83, 1986, 1997-98), conflicto
bélico (1981, 1995), crisis financiera internacional (1997-98). Los problemas estructurales existentes, propios del
capitalismo dependiente, las condiciones previas al ajuste no eran óptimas ni estables, y menos aún que solo las
políticas de inspiración neoliberal son las causantes de los problemas.
Esto se explica por el carácter rentista de los grupos dominantes, interesados en privatizar y aumentar sus prebendas,
mas no en una verdadera modernización del Estado o en reformas que hagan funcionar realmente un mercado
competitivo, y que den paso a la construcción de verdaderas ciudadanías, se avanzó en un proceso de modernización
que oculta grandes ineficiencias y una marcada ausencia de la responsabilidad social de las empresas; dando
continuidad histórica a prácticas empresariales de los terratenientes de la Sierra y de la Costa.
Las medidas adoptadas inicialmente tenían que ser respaldadas por otras más adelante, pues las presiones empresariales
y las protestas sociales hacían muy difícil el mantenimiento del ritmo del ajuste. Y sin haber llegado a los extremos
autoritarios del Cono Sur, en Ecuador el ajuste vino acompañado de un creciente déficit democrático, mientras que con
un discurso de tinte progresista» se trató de conseguir respaldo para los socialmente costosos esquemas de ajuste.
Causas y características de la crisis de fin de siglo
Ecuador pueden encontrarse en problemas exógenos derivados de fenómenos de la naturaleza y de la economía
mundial.
Las causas coyunturales de origen exógeno pueden resumirse en los estragos del Fenómeno de El Niño; los efectos
provocados por la crisis financiera internacional, que ocasionó un deterioro de la balanza de pagos, tanto por el lado
comercial como por el lado de la cuenta de capitales; la estrepitosa, caída del precios del petróleo en el mercado
mundial en 1998, y el pago por servicio de deuda, en tanto impidió financiar el desarrollo, ya que obligó a nuevos
endeudamientos para sostener su servicio'.
Factores endógenos.
Sobre todo, la propia política económica aplicada entre 1992 y 1999. Evidencia de esto fueron las desacertadas y
costosas políticas de salvamento de la banca privada, las diversas aberraciones fiscales, la improvisada e inconsulta
dolarización de la economía, que contribuyó a exacerbar las presiones inflacionarias y la inestabilidad política en el
país.
Grandes problemas estructurales: La debilidad y fragilidad del mercado interno, a causa de las enormes desigualdades
en la distribución de la riqueza, del bajo poder adquisitivo de las masas (pobreza) y de una creciente concentración del
ingreso y los activos en pocas manos.
La presencia de sistemas de producción atrasados (con baja productividad de la fuerza de trabajo; pero con elevada
productividad del capital) caracteriza la heterogeneidad estructural del aparato productivo; la poca capacidad de
absorción de la fuerza de trabajo
y la desigualdad en la distribución del ingreso y activos.
Los elevados niveles de desempleo (abierto y oculto) y de subempleo, así como la ausencia de políticas para generar
empleos estables y de calidad.
La carencia de una adecuada integración entre las diversas regiones del país y el débil desarrollo de las ciudades
intermedias y pequeñas, agobiadas por diversas manifestaciones de centralismo gubernamental y de concentración de la
riqueza.
Los escasos encadenamientos fiscales, productivos y de consumo; a lo cual se suma la escasa vinculación sectorial, en
particular de la agricultura con la industria y de las actividades de exportación con el resto de la economía.
La elevada propensión marginal a importar, no solo maquinaria y equipo, tambien materias primas y bienes de consumo
duradero y no duradero; consecuencia de la consuetudinaria dependencia externa, en especial tecnológica y cultural
El mal manejo administrativo del Estado, una marcada arbitrariedad burocrática y una gran cantidad de ineficiencias
acumuladas a lo largo de la historia.
El irrespeto casi permanente a la institucionalidad democrática y a la misma Constitución, que ha aumentado la
inestabilidad política y que deterioran la imagen internacional del país.
Las masivas ineficiencias del sector privado, así como la falta de empuje y capacidad innovadora del segmento
empresarial, infectado por la inercia de los rentismos y clientelismos de antaño.
La existencia de estructuras oligopólicas y aun monopólicas que caracterizan los mercados.
La corrupción generalizada en toda la sociedad, no solo en el sector público.
La heterogeneidad productiva y de comportamientos, con relaciones de producción diversas (donde no han sido
superadas formas semifeudales o no capitalistas) que conduce a que los sectores marginales, que tienen una mayor
productividad del capital que los modernos no puedan acumular porque no tienen los recursos para invertir, y los
sectores modernos, en donde la productividad de la mano de obra es más alta, no invierten porque no tienen mercados
internos.
El Ecuador no puede ser visto simplemente como víctima de los problemas exógenos, sino también como un país que
internamente también genera y reproduce sus propios problemas en un proceso de «causación circular acumulativa»
La crisis a la luz de los indicadores económicos
Se produjo una masiva emigración de ecuatorianos al exterior, estimada en unas 300 mil personas
Principales resultados del ajuste
Ecuador ha sido considerado como un país reacio al ajuste, incluso las instituciones financieras internacionales lo han
incluido en su lista de países rezagados, basándose en un manejo propagandístico y una visión combinada de
inevitabilidad y de atraso que tendría el país en relación con los otros países latinoamericanos, y negando la existencia
de alternativas.
El ajuste en el Ecuador, si bien no ha cosechado aplausos internacionales, no puede ser simplemente catalogado como
un experimento fallido por incompleto, menos aún inexistente. Si se confronta la realidad del ajuste en el Ecuador con
los planteamientos del Consenso de Washington, se pueden sintetizan algunos aspectos en función de los objetivos
explícitos e implícito& del ajuste:
a) ·Liberalización comercial
La evolución de la apertura comercial en el Ecuador ha ido a la par con la latinoamericana, e incluso llegando a superar
el promedio regional. Este «avance» es explicable por la histórica aperh1ra de la economía del país, así como por los
limitados esfuerzos experimentados para construir un mercado interno durante el período en el cual
se impulsó la industrialización vía sustitución de importaciones.
En 1995 se llegó a un índice de apertura comercial de 0,953, superior al promedio regional de 0,946.
b) Desregulación del mercado financiero
En la década de los noventa, en Ecuador se profundizó un proceso de liberalización y flexibilización del sistema
financiero, al tiempo que se eliminaron las estructuras preferenciales de las tasas de interés y la acción de fomento de la
banca estatal. El Banco Central asumió exclusivamente funciones monetarias y cambiarias y los bancos estatales de
desarrollo facilitaron el libre accionar de la banca comercial. Si bien el país se encontraba «atrasado» con respecto al
promedio latinoamericano en el campo de la flexibilización financiera doméstica, en los noventa no solo que igualó el
promedio, sino que lo sobrepasó, ubicándose casi al mismo nivel que Chile, considerado como «modelo>> del ajuste
neoliberal el punto de partida para una masiva liberalización financiera fueron las reformas introducidas en el gobierno
de Duran Ballén, mediante la aprobación de la Ley General de Instituciones del Sistema Financiero" en 1994 , que
permitió a los banqueros ampliar sus actividades y diversificar sus negocios, al tiempo que amplió la posibilidad de
aumentar los créditos para sus propias empresas, es decir los créditos vinculados
c) Apertura de la cuenta de capitales
El «avance>> ecuatoriano en este campo es notable, ya que desde 1980 Ecuador superó ampliamente el promedio
regional". Entre 1993 y 1994, tal como sucedía en otros países latinoamericanos, la economía ecuatoriana se benefició,
aunque en menor medida, del
reflujo neto de recursos externos.
d) Privatizaciones
Las privatizaciones de empresas estatales es un tema controvertido, ya que los supuestos «escasos avances» registrados
en esta área, alimentan los argumentos que afirman que en Ecuador no se habrían registrado ajustes. Sin embargo, para
viabilizar una mayor presencia de las fuerzas del mercado sobre la gestión estatal -como reza la ideología dominante-, al
Estado ecuatoriano se lo ha minimizado en forma sistemática. Esto es posible observar en la decreciente presencia
relativa del Estado en la economía, tanto en el consumo de las administraciones públicas como en la participación de la
inversión
en el sector público dentro de la formación bruta de capital fijo.
Desde 1984", en el campo de las privatizaciones, el Ecuador ha estado por debajo del promedio regional de 0,782. En
1995, el Ecuador tenía un fndice de 0,663, este fndice refleja una relación de las empresas públicas con el PIB no
agrícola, que experimentó
en estos años un decrecimiento, con lo cual habría aumentado relativamente la participación del sector público. Esto
significa, que la variación en los indicadores no es precisamente el reflejo de un proceso de reestatización .
e) Reforma Tributaria
La Reforma Tributaria empezó como un esfuerzo casi permanente para superar los desequilibrios fiscales, provocados
por la presión que representaba el elevado servicio de la deuda externa. Sin embargo, esta realidad no ha sido
reconocida como causa primordial
del desajuste fiscal. Por el contrario, los problemas fiscales han sido atribuidos a un excesivo tamaño del Estado y del
gasto público, provocado por la burocracia, los sindicatos, los contratos colectivos, etc.
La sostenida búsqueda de equilibrios de las cuentas públicas se centró casi exclusivamente en la eliminación de
subsidios, así como en el incremento de tributos, particularmente el IVA
Por las mencionadas presiones fiscales, especialmente a partir del gobierno de Durán Ballén, los precios y tarifas de
varios bienes y servicios públicos llegaron a niveles superiores a los existentes en el exterior.
El indice" con respecto a la Reforma Tributaria muestra que a pesar de las limitaciones y contradicciones, el Ecuador se
ha mantenido durante el período apenas bajo la medida en América Latina. Sin embargo, los espacios para procesar una
reforma tributaria integral
deben considerar los siguientes elementos importantes:
l. En términos de la carga tributaria el Ecuador ocupa un puesto intermedio en la región".
3. Los impuestos apenas representan un 40% del total del ingreso, el peso de los impuestos indirectos (regresivos, como
el IVA) ha subido aceleradamente en desmedro de los tributos directos (progresivos, como el impuesto a la renta). Una
mayor carga tributaria, dentro de la propuesta neoliberal, se lograría a través de tributos indirectos.
Reformas de la política cambiada y monetaria
Luego de experimentar diversos esquemas, que partieron de un sistema de tipo de cambio fijo y con incautación de
divisas a principios de los ochenta, se dieron sucesivos sistemas cambiados, desde liberalizar el mercado en 1986 y en
1999, hasta la claudicación
monetaria y cambiaría total en enero del 2000, con la dolarización
La deuda externa
A lo largo de este período el Ecuador realizó grandes esfuerzos para sostener una relación armónica con el sistema
financiero internacional. Los programas de estabilización y de ajuste han estado orientados a garantizar el servicio de la
deuda. Junto a este objetivo explícito de dichos programas aparece el pretendido reordenamiento de la economía, en el
marco del Consenso de Washington
Consecuencias del ajuste estructural en el Ecuador
A partir de la década de los 80 Ecuador implementó un modelo económico cuyo principal objetivo era realizar un ajuste
estructural de su economía, proceso que resultó ser un camino tortuoso que derivó en la mayor crisis económica de la
historia del país.
En la actualidad se habla de reformas de primera generación (sobre todo liberalización de los mercados internos
apertura externa de la economía privatizaciones y flexibilización laboral), segunda generación (políticas sociales
focalizadas) y tercera generación (concesiones de los servicios públicos, autonomía del poder judicial y
descentralización).
El ajuste, en sus tendencias de largo plazo, impulsa la consolidación del mercado en el manejo de la economía, con la
menor cantidad posible de interferencias de parte del Estado. En la práctica se impuso la lógica internacional sobre la
nacional y se transformó la política social en un esfuerzo complementario del manejo económico.
El ajuste enraizó en amplios sectores de la población la ideología neoliberal.
Alentó aún más la producción primaria (con poco valor agregado) con ventajas naturales y dirigida al exterior, dando
paso a un proceso de reprimarización, como objetivo básico o consecuencia automática del ajuste y vino acompañada
con un deterioro relativo de la industria manufacturera -desindustrialización- y de los sectores dirigidos a satisfacer
demanda interna, con capacidad de generar empleos, pagar remuneraciones decentes y reducir consistentemente la
pobreza.
Por otro lado, la reprimarización ha ocasionado el deterioro del medioambiente y prioriza los rendimientos
cortoplacistas.
La estrategia orientada a la exportación primaria agudizó las tendencias excluyentes y concentradoras, en un contexto
donde anteriormente se propiciaba relativamente mejores niveles de distribución del ingreso dirigió los ingresos a favor
de las elites. El sector privado, aislado y sin el apoyo del estatal, no ha tenido el mismo dinamismo que en décadas
anteriores.
En todo este período se registró una marcada reconcentración del ingreso y la riqueza, como opción buscada por la
lógica del ajuste, para poder financiar nuevas inversiones, (en especial al concluir la bonanza petrolera) y revertirse el
flujo masivo de créditos externos, desde 1982. Como contrapartida el país ha sufrido un grave aumento del desempleo,
una pobreza creciente y la exclusión casi estructural de la mayoría de la población.
El deterioro cualitativo de las actividades e inversiones sociales, con la educación a la cabeza, son causa de las menores
disponibilidades fiscales. Situación que se explica por los crecientes requerimientos para el pago de la deuda externa,
que condujeron a una reducción de los gastos sociales, los cuales, dentro del Presupuesto del Estado, cayeron de casi el
50% en 1980 a un 15% en el2000; mientras que el servicio de la deuda, en el mismo período, se incrementó del 18% a
más del 50%. Con el objetivo de compensar esta situación se implementaron políticas sociales focalizadas orientadas a
afrontar el tema de la pobreza extrema, tal fue el caso de la creación el bono solidario o de pobreza. Otra consecuencia
fue el deterioro de las condiciones y la calidad de los servicios públicos.
La estabilización es uno de los temas que más le ha costado resolver al Ecuador. El país alcanzó 107,9% la más alta
inflación de América Latina en el año 2000, exacerbada por la propia adopción de la dolarización, en todo ·este período
el crecimiento de la economía ha sido inestable y débil.
El fracaso del ajuste para lograr una mejora en las condiciones de vida.
La gravedad del ajuste hay que entenderlo también como resultado y parte de una institucionalidad sustentada en el
paternalismo, el rentismo, la corrupción y la impunidad.
El ajuste torhwso y su continuidad dolarizada tiene otra característica en común: el autoritarismo. El discurso de los
consensos se ha demostrado como un argumento propagandístico-comunicacional y no como la opción para construir
un orden democrático.
Finalmente, un aspecto importante para la comprensión del ajuste es la respuesta que han tenido diversos grupos de la
sociedad, en particular por el surgimíento y consolidación de nuevos actores sociales y políticos que viabilizan lo que
podría ser un renovado bloque histórico portador de la resistencia y potencial gestor de propuestas alternativas.
La dolarización y sus consecuencias
La decisión de adoptar la dolarización se dio en un contexto en el cual el país atravesaba la mayor crisis económica de
su historia, con su sistema financiero quebrado y en situación de moratoria de la deuda externa. Sin desconocer la
gravedad de la crisis económica ecuatoriana, la dolarización resultó una medida extrema, mas no necesariamente
conveniente, ni tampoco era la única solución, como se la presentó y se la sigue defendiendo.
Con el dólar se sustituyó la moneda nacional, el sucre, que perdió sus tres funciones esenciales: reserva, unidad de
cuenta y medio de pago, y como consecuencia de la pérdida de la moneda nacional, se sacrificó la política monetaria y
cambiaria.
Esta medida monetaria constituyó no sólo un golpe a la institucionalidad democrática (ya que violó la Constitución
-artículos 261 y 264-), sino que se la presentó como la única opción para combatir el ritmo inflacionario existente en el
Ecuador. Sin embargo, cabe aclarar que en enero del 2000 no había hiperinflación ni tampoco las condiciones
socioeconómicas para que ésta se desatara.
la renuncia a la política monetaria y cambiaria es producto de la incapacidad de las elites para diseñar y aplicar políticas
económicas relativamente autónomas, así como por su desesperación para neoliberalizar totalmente la economía
ecuatoriana. No es un triunfo, es una gran derrota. En este contexto son acertadas las apreciaciones del economista
brasileño Paúl Nogueira Batista al considerar la dolarización como “Suicidio monetario consecuencia de la incapacidad
de un gobernante de enfrentar una seria crisis económica y que optó por humillar a su país, desistiendo de uno de los
elementos centrales de soberanía".
Riesgos de la dolarización
Estabilidad macroeconómica ficticia
La dolarización no asegura los equilibrios macroeconómicos, pues aun cuando con la rigidez cambiada se consiga la
estabilidad de precios, ésta por sí sola no representa una real estabilidad macroeconómíca.
Pérdida de competitividad
La dolarización, pese a su potencial estabilizador para lograr una reducción de la inflación y ampliar la previsibilidad en
las decisiones de inversión y consumo, conlleva, por su rigidez, graves riesgos del aparato productivo, además de los
múltiples costos sociales
que esto implica. Con el objetivo de asegurar la estabilidad, se dejan más vulnerables la producción y el empleo, con lo
que las condiciones de ajustes son más duras en casos de impactos externos y elementos exógenos, como desastres
naturales, ya que sus repercusiones no pueden ser canalizadas por la vía inflacionaria, en la medida en que los cambios
de precios son mínimos, por lo que los ajustes se trasladarían a los salarios, el empleo y la producción.
Ecuador ha visto limitada su capacidad de ajustar los precios de productos que comparativamente son más altos que los
de otros países, mediante una modificación del valor de su moneda.
Para una economía pequeña y productora de bienes primarios como la ecuatoriana -dependiente en gran medida de las
exportaciones de petróleo-, la vigencia de un tipo de cambio extremadamente rígido trae como consecuencia una
economía vulnerable y más dependiente a los precios internacionales de sus productos de exportación, como sería el
caso frente a una caída de los precios del crudo.

Relaciones internacionales asimétricas

Mayor heterogeneidad estructural

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