ENSAYO PONENCIAS

Durante muchos años las actividades humanas y el desarrollo económico, político

y social han deteriorado el ambiente y sus recursos naturales tales como el agua,
el suelo, la tierra, el bosque, los minerales, las bellezas escénicas etc. Situación
que preocupa a la población, ya que estas acciones han dado paso al detrimento
de la capa de ozono, el efecto invernadero, cambio climático, entre otros. Es por
ello que se ha buscado alternativas para mitigar, corregir y compensar, mediante
normas Leyes y decretos que cada vez son más exigentes, como también han
recurrido a la creación de una Educación Ambiental que contribuye a la reducción
de los efectos causados a la naturaleza.

La educación ambiental, se fundamenta principalmente en formación de valores y

principios ambientales que están enfocados en la armonización de la relación
entre el ser humano y la naturaleza, la cual se orienta en la adopción de actitudes
nuevas, hábitos y comportamientos que estén comprometidos a preservar,
proteger y conservar todos los recursos naturales renovables a partir de una
reflexión crítica con enfoque socio-cultural, económico-político y biofísico.
Asimismo, se la considera como un proceso permanente en el cual los individuos y
las comunidades adquieren conciencia de su ambiente y buscan de forma
individual o conjunta la resolución de los problemas ambientales presentes y
futuros.

Es por esto que es importante que La educación ambiental se aplique como una
materia más en los centros educativos, en especial en la primaria, ya que para los
niños en sus primeros años de edad se les facilita más el aprendizaje y lo van a
tomar como parte de la vida cotidiana. En los niños es recomendable que la
educación ambiental se enfoque en el conocimiento de la naturaleza con
experiencias vivenciales, en espacios naturales que los hagan sentir parte del
medio en el que se desarrollan, creando empatía con los seres vivos que les
rodean, despertando así el deseo de preservarlos. Y que cada uno reflexione
acerca de cómo nuestros hábitos y acciones diarias impactan de manera positiva
o negativa en el ambiente, generando la toma de responsabilidad y conciencia.

Por otro lado, en tiempos antiguos la naturaleza era visto como algo superior que
merecía respeto y cuidado, ya que era la fuente de vida, pero esto se empezó a
perder al llegar los asentamientos e industrializaciones que solo se interesan por
su bienestar económico.

Un buen ejemplo del que no ha cambiado las costumbres de cuidado del ambiente
son las comunidades indígenas ya que han participado desde la antigüedad en la
protección y conservación de la naturaleza, son conscientes de que si no se les
hace un uso adecuado a todos sus recursos muy pronto se verán limitados, es por
ello que usualmente la mayoría de los pueblos originarios cuentan con una con
una infinidad de fiestas durante todo el año relacionadas con el cuidado de la
naturaleza, una de ellas es la celebración de al ciclo agrícola de las estaciones,
que relaciona el cultivo de la tierra lo que establece los ritmos indígenas, pues ahí
en donde se germina la vida, la naturaleza, el alimento y, a través de todo esto, se
alcanza la abundancia.

Estos pueblos se sienten conectados con la naturaleza y se sienten parte del

sistema en el que viven. Los recursos naturales son considerados como una
propiedad compartida y son respetados como tal. Mediante la protección de los
bosques y ríos, muchas comunidades indígenas ayudan a mitigar los efectos del
cambio climático. Para estas comunidades la conservación de la biodiversidad es
esencial para la seguridad alimentaria y la nutrición. Al vivir una vida natural
sostenible, los pueblos indígenas preservan estos ambientes, lo que ayuda a
mantener la biodiversidad de las plantas y los animales en la naturaleza.

En este sentido, hoy más que nunca con todos los problemas ambientales
existentes en la tierra, se deben aplicar en todos los países las normativas
ambientales vigentes, sobre todo en las grandes potencias mundiales, además
trabajar conjuntamente con las comunidades indígenas para lograr un desarrollo
sostenible, y asimismo educar para buscar un nuevo cambio de conducta o
comportamiento. En función de convertir ciudadanos equilibrados con su entorno y
recursos naturales. Es decir, la humanidad ahora mismo debe sembrar los valores
ambientales para lograr una relación de convivencia armónica entre el hombre y
su hábitat natural.