Pio E.

Ricci Bitti/Santa Cortesi

Comportamiento no verbal
y Comunicación
Colección Punto y Línea

Editorial Gustavo Gili, S. A.

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:ao Paulo Editora Técnica J. Catalán, S. A.
G
 índice

Presentación 9

l. Comportamiento interpersonal y comportamiento

no verbal 13

Título original l. El comportamiento social 13

Comportamento non verbaie e comunicazione 1.1. El comportamiento como disposición in-
dividual. 14
Versión castellana de Carmen Artal, Licenciada en Filología 1.2. El comportamiento como función del am-
Románica biente 15
1.3. La postura interactiva . 16
Revisión bibliográfica por Joaquim Romaguera Ramió
2. Consideraciones metodológicas 18

3. Los procesos de influencia en la interacción

binaria 20
3.1. La imitación 21
3.2. El refuerzo 21
3.3. El equilibrio 22
3.4. La pragmática de la comunicación 22

4. El comportamiento no verbal . 24
© Societa Editrice Il Mulino, Bolonia, 1977
y para la edición castellana
Editorial Gustavo Gili, S. A., Barcelona, 1980 II. Elementos no verbales del comportamiento in-
terpersonal . 26
Printed in Spain
ISBN 84 - 252 - 0961 - 7 l. In traducción . 26
Depósito Legal: B. 43193 -1979
Gráficas Diamante, Zamora, 83, Barcelona - 18 2. El comportamiento espacial 28
I. Comportamiento interpersonal y comportamiento
no verbal

l. El comportamiento social

El rasgo distintivo más importante de la vida humana

es su carácter social. El individuo no es una mónada, sino un
animal social: por eso el estudio del hombre es fundamental-
mente un estudio de su comportamiento social, esto es de las
relaciones recíprocas entre seres humanos.
Las actividades que desarrollamos cotidianamente nos
hacen relacionarnos con los demás: y así los escuchamos, ha-
blamos con ellos, permanecemos en su compañía, bien por elec-
ción o por necesidad.
Las reacciones de los demás frente a nosotros, los jui-
cios que les merecemos tienen una enorme importancia de cara
a nuestro sentido de seguridad o inseguridad, de culpa, de satis-
facción o frustración, e influyen muchísimo en nuestra propia
estimación.
Toda nuestra vida discurre a través de un ambiente
social y es probable que ninguna de nuestras experiencias y acti-
vidades carezca de significado social; por este motivo nuestros
principales problemas son de naturaleza social.
El análisis del comportamiento de individuos impli-
cados en una relación de interacción puede llevarse a cabo ba-
sándose en diferentes sistemas conceptuales y en perspectivas
distintas, pero el problema más importante e inquietante que
se plantea a propósito del comportamiento es el que Secord y
Backman enunciaron así: «En cada determinada situación, o
serie de situaciones, ¿cuáles son los factores que determinan la
forma en la que un individuo va a comportarse, y cuál es la
importancia respectiva de estos diferentes factores determinan-
tes?» (1964, ed. 1971, p. 917).

13
 Esta pregunta ha recibido diferentes respuestas, que
constituyen otros tantos esquemas de referencia metodológica.
1.1. El comportamiento como disposición individual
Desde esta perspectiva el comportamiento humano es
considerado como epifenómeno de una dinámica interior de la
persona que sigue sus propias leyes; básicamente propone el
modelo físico de la causalidad lineal cuyo mundo conceptual ha
dominado tradicionalmente el pensamiento y la investigación
de muchos psicólogos y psiquiatras. La utilización de este mo-.
delo corresponde a la epistemología dominante en el momento
en que eran formulados los principios del modelo en cuestión:
«... Se parte del postuls.do de que el comportamiento es en pri-
mer lugar la consecuencia de una hipotética acción recíproca de
fuerzas intrapsíquicas que se considera que siguen estrictamente
las leyes de la física sobre la conservación y transformación de
la energía [ ... ]. En líneas generales el psicoanálisis era sobre
todo una teoría de los procesos intrapsíquicos que consideraba
de importancia secundaria la interacción con las fuerzas exter-
nas incluso cuando dicha interacción era evidente» (Watzlawick
et alt., 1967, ed. 1971, p. 22).
Esta ingenua concepción del comportamiento ha sido
eficazmente descrita por Heider (1958) que sostiene que los
individuos son contemplados como los orígenes de sus acciones;
de hecho, resulta más fácil concebir un comportamiento hostil
como expresión de malevolencia natural que interpretarlo a la
luz de los factores situacionales y contingentes. Pero algunos
investigadores del comportamiento individual también suscriben
esta interpretación. Murphy, sintetizando el punto de vista de
todos ellos, dice que muchos «psicólogos clínicos y experimen-
tales conciben al individuo como un sistema de eventos y de
tendencias que se originan en él mismo, y parten del supuesto de
que sus acciones delictivas o sus éxitos, sus intereses o sus
inadaptaciones nerviosas, proceden total y simplemente de la
estructura de sus disposiciones» (1947, p. 867).
A su vez Miller expresó así esta postura: «Tradicional-
mente los psicólogos se han limitado a considerar a un individuo
en particular, buscando rasgos «genotípicos» sobre los que po-
der adelantar previsiones sobre el comportamiento de un indi-
viduo concreto respecto a una multiplicidad de otros individuos,
en múltiples situaciones. La predisposición a la angustia, por
ejemplo, ha sido considerada un rasgo común y extendido. Los
resultados obtenidos a través de la medición de dicho rasgo han
14
sido utilizados para pre\:er la capaciJad de éxiLo escolar, de rela-
ción social y de con trol de los movimientos físicos» (1963, p. 641).
1.2. El comportanúento como función del ambiente
Otra tendencia acude al ambiente para explicar el com-
portamiento del individuo. Este punto de vista diametralmente
opuesto al precedente desarrollado por sociólogos, antropólogos
y numerosos psicólogos sociales sostiene que el comportamiento
individual es en gran parte reflejo de la situación en la que se
halla inmerso el individuo. Las fuerzas sociales que condicionan
y determinan el comportamiento del individuo son inherentes a
la situación, incluso si su anterior experiencia de dichas situa-
ciones le ha predis:¡:mesto a reaccionar de cierta manera en cir-
cunstancias particulares. Brim sostiene sianificativamente este
. d o
tipo e enfoque: « ... cuando el individuo contempla cuanto
sucede a su alrededor, descubre una gran variedad de compor-
tamientos individuales según las diferentes situaciones cotidia-
nas: un individuo alterna, por ejemplo, su papel profesional con
los diferentes papeles familiares, su papel como vecino con ei
de miembro de la comunidad, etc. Lo que tendría que llamar
la atención del investigador de la personalidad no es por tanto
la uniformidad de las diferencias individuales puestas de mani-
fiesto por el análisis del comportamiento, sino al contrario la
enorme capacidad de adaptación y la extraordinaria variedad
de respuestas a las demandas de la situación que caracteriza al
individuo en su paso de una situación a otra» (1960, p. 137).
Dicha postura, por ejemplo, atribuye la aparición de
eventuales síntomas de inadaptación social al «defecto» del
ambiente familiar y social en sentido determinista.
Clark afirma que la teoría de la privación cultural deri-
vada de la teoría ambientalista contemporánea, que parece do-
minar en el campo de las ciencias sociales, debería ser rigurosa-
mente revisada. De hecho, afirma: « ... ¿hasta qué punto todas
estas teorías no se limitan a sustituir los conceptos de inmuta-
bilidad ambiental por las precedentes nociones de la no modi-
ficabilidad educativa determinada por factores biológicos? [ ... ].
Del mismo modo que los que en un pasado propusieron las
teo:ías de l~ inferioridad racial pertenecían todos a grupos
raciales dommantes [ ... ] los que actualmente proponen la teoría
de la privación cultural pertenecen, efectivamente, al grupo
privilegiado que asocia inevitablemente su propia condición
de privilegio a sus propias facultades intelectuales. Dicha aso-
ciación ni confirma ni contradice la teoría en sí, pero en esta
fl¡-
15
polémica los factores de casta y de clase no pueden ser igno-
rados» (1965, ed. 1967, p. 177).
1.3. La postura interactiva
El tercer esquema de referencia metodológica surgido
de las nuevas orientaciones de la ciencia social. utilizado por el
investigador del comportamiento interpersonal y de la comuni-
cación, es completamente distinto: más que al análisis causal
del comportamiento, presta atención al contexto comunicativo
que lo comprende y a las reglas que definen el funcionamiento
de este último en una situación de interacción; estudia por lo
tanto, las relaciones que se establecen entre los diferentes com-
portamientos asumidos como dato último.
El investigador de la comunicación, más que interesarse
por las hipotéticas causas de los fenómenos comportamentales,
afronta el análisis del comportamiento dentro del contexto
relacional que permite su realización y que de alguna manera
lo convierte en significativo. La investigación psicosocial con-
temporánea ha concedido finalmente la merecida importancia al
contexto en el que se produce cualquier proceso interpersonal:
palabras, frases, constataciones, comportamientos, todo se hace
significativo en relación a la situación desde la que son obser-
v;dos. Un contexto se constituye a partir de una situación con-
creta que comporta un objetivo determinado. Muchas veces se
constata cómo el contexto comunicativo es vivido por los parti-
cipantes como un contexto distinto: se habla entonces de meta-
c¿;ntexto, para indicar las experiencias subjetivas del contexto
que pueden implicar una distorsión de la comunicación con
confusión de significados (Watzlawick, et alt., 1967). Situaciones
de deslizamiento del contexto se dan con relativa frecuencia;
por ejemplo, en un grupo de discusión los maestros reunidos
para discutir las dificultades escolares de un niño pueden per-
cibir al psicólogo como a un juez. por lo que el metacontexto
es judicial, mientras el contexto es de colaboración.
Comparando esta postura con las anteriores puede afir-
marse que intenta llevar a cabo una mediación entre las dos
primeras, centrando su atención en las relaciones entre los
individuos más que en el comportamiento de cada individuo en
particular, y tomando en consideración tanto las disposiciones
individuales como la situación en sí.
Dentro de esta postura cabe señalar la enorme impor-
tancia de la hipótesis de trabajo de Lewin, uno de los máximos
exponentes de la escuela psicológica de Berlín que, entre 1910
16
y 1930, elaboró las líneas esenciales de la teoría de la forma
( Gestalttheorie), y que abrió el camino a la investigación expe-
rimental en el campo de la psicología de la voluntad. de la deci-
sión y de las acciones. La hipótesis de Lewin puede enunciarse
así: todos los actos realizados por una persona están determi-
nados por ciertas condiciones que hay que descubrir; dichas con-
diciones habrá que buscarlas, en parte en el estado de la per-
sona en el momento considerado, y en parte en las caracterís-
ticas del ambiente psicológico en el que la persona se halla in-
mersa: es decir, el comportamiento está en fu1ZCÍÓ1Z de la per-
sona y del ambie1Zte: C = f (P ,A).
Y ahora hay que preguntarse qué es para Lewin el am-
biente; el ambiente psicológico es el conjunto de objetos, de
personas, de actividades e incluso de situaciones presentes o
futuras. con las que el individuo, en un momento determinado
y de una forma más o menos consciente, se halla en relación
(Lewin, 1936).
Un ambiente físicamente idéntico puede entonces ser
psicológicamente distinto para el mismo sujeto en condiciones
diferentes; o bien, la situación psicológica de dos sujetos pre-
sentes en el mismo momento en idéntico ambiente físico puede
ser radicalmente distinta. Por tanto, el ambiente físico forma
pz.rte del ambiente psicológico de la persona sólo en la medida
en que «es real» para el propio sujeto, en la medida en que
le influencia. Y sin embargo no son los datos físicos los únicos
elementos constitutivos del ambiente: la máxima importancia
en su caracterización habrá que atribuírsela a las personas: por
ejemplo, para un niño la presencia de la madre. la presencia
amenazadora de una persona desconocida, la amistad de otro
niño. son datos de una enorme importancia. Es decir, hay que
tomar en consideración los hechos sociales. teniendo en cuenta
su influencia sobre el individuo en concreto que se está exami-
nando. También hay que incluir en el ambiente psicológico la
dimensión temporal, en el sentido de que situaciones y activi-
dades que no pertenecen al presente, por ejemplo la esperanza
de una recompensa o el temor a un castigo. también pueden
incidir sobre el comportamiento; y lo mismo puede decirse de
la dimensión realidad-irrealidad, expresada por datos concretos,
por hechos agradables y desagradables, por dificultades, por
esperanzas, por sueños, por fantasías.
Es por tanto posible estudiar la existencia de relaciones
directas entre el estado momentáneo del individuo y la estruc-
tura de su ambiente psicológico. Y ahora podemos afirmar que
el psicólogo adopta un punto de vista interactivo, al focalizar
su interés en la interacción que se realiza entre dos personas
"/S.....
17
o en el seno de grupos más amplios. Quedan sin resolver varios
problemas a los que la investigación psicológica se está dedi-
cando, como. por ejemplo, el representado por una eventual
uniformidad y continuidad del comportamiento individual a
través de diferentes situaciones y del tiempo.
2. Consideraciones metodológicas
Desde un punto de vista metodológico, podemos afirmar
que el objetivo principal de la investigación psicológica consis-
tió durante mucho tiempo en el intento de establecer relaciones
causales en el comportamiento humano, es decir, en buscar las
causas del comportamiento según la tesis epistemológica, ahora
parcialmente superada, del modelo mecanicista de hombre y de
la concepción de causa procedente de la filosofía de Hume. Los
psicólogos, como los demás científicos, tendían pues a formular
sus enunciados en términos de causa a efecto, o de antecedente.
consecuente. Pero para poder afirmar que A es causa de B, o
que B es consecuencia de A, hay que estar en condiciones de
demostrar que las variantes tomadas en consideración varían
recíprocamente de forma sistemática, que existen elementos su-
ficientes para poder deducir que lo que concebimos como con-
secuente no precede a lo que concebimos com.o anteceden.te, que
hay elementos suficientes como para excluir otros factores de-
terminantes. Por ejemplo, la altura y el peso de las personas
varían proporcionalmente, en el sentido de que cuanto más
alta es una persona mayor es su peso. Así enunciada, esta cova-
riación es inexacta porque las personas más altas no pesan más
que todas las más bajas, sino sólo que una gran parte de ellas.
Por otra parte, al detectar personalidades semejantes entre
muchas personas casadas, se puede explicar esta característica
con la tendencia a la unión de personas con un carácter afín;
pero también puede ser explicada por la posibilidad de modi-
ficación de la personalidad debido a la prolongada convivencia
de una pareja; por lo tanto, sobre la base de la constatación de
una covariación, no se puede establecer cuál de las dos va-
riantes es la antecedente y cuál la consecuente. Las relaciones
de causa a efecto no siempre son unívocas, en el sentido de que
sea posible demostrar que A es antecedente de B y B conse-
cuente de A. Por ejemplo, algunos elementos comunes de la
personalidad de dos personas pueden determinar que se elijan,
y la consiguiente relación de convivencia puede a su vez promo-
ver ulteriores características afines.
18
Fina~m~nt~ ,hay que señalar que, aunque fuese posible
una neta dehm1tac10n del antecedente y de la consecuencia, de
esta constatación no se puede deducir la necesidad de una rela-
ción de causa a efecto si no se puede excluir la presencia de
otros factores determinantes; por ejemplo, está comprobada
estadísticamente la existencia de una relación entre humo v
cáncer pulmonar y ha sido localizada en el humo la variant~
antecedente, pero para demostrar que el humo es la causa del
cáncer habría que excluir la presencia de otros factores que
pudieran determinar la conexión.
Los tres criterios expuestos dan cuerpo a los principales
métodos de investigación utilizados por la psicología; la utiliza-
ción del método causal llevó a descuidar parcialmente algunos
de los fenómenos más típicos de la interacción social. como la
capacidad de iniciativa y la elección de comunicar a otros las
propias intenciones. Durante mucho tiempo no se prestó la
debida atención a las consecuencias dinámicas derivadas del
hecho más importante de la vida social del hombre. es decir
de la mediación de toda la acción y la interacción humana por
parte del lenguaje.
Además, la psicología dispone de una tradición expe-
rimental constituida por los estudios en laboratorio en condi-
ciones muy artificiosas y distanciadas de la realidad; estos estu-
dios presentan un elev2.do grado de manipulación y de simplifi-
cación ele la situación estudiada en base a los deseos del inves-
tigador y a las expectativas de los sujetos, a la reducción del
número de las variantes. Por todo ello los resultados obtenidos
no siempre son reproducibles en condiciones más reales, y por
lo mismo a veces están dotzdos de un cierto grado de exagera-
ción o, en algunos casos. llegan a ser falsos.
· De la constatación ele los límites. de las insuficiencias, de los
problemas todavía no resueltos por las opciones metodológicas
tradicionales. han surgido las nuevas tendencias ele la investi-
gación psicológica actual.
Ha surgido así la necesidad ele estudiar de manera más
detallada el funcionamiento de los distintos aspectos del com-
portamiento social humano, de individuar el significado atri-
buido a la acción en sus aspectos dinámicos, y de analizar la
fenomenología detallada del comportamiento cotidiano. Se in-
tenta fundamentar una base epistemológica diferente para cons-
truir un modelo antropomórfico de hombre, basado en los si-
guientes elementos específicos: el uso del lenguaje distingue
al hombre de los animales; el hombre es capaz de actuar a
partir de reglas; es consciente de la existencia de cosas fuera
de él; es capaz de comunicación a propósito de sí mismo y de
?6-19
sus propias acciones; y está do~ado d~ un punto ~e vista en
el espacio y existe en un determmado tiempo (Harre y Secord,
1972)~ Además se ha creado la necesidad de disponer de con-
ceptos adecuados para analizar al hombre como tal hombre,
es decir considerándolo no ya como objeto de la investigación,
sino como sujeto que se sitúa en activa interacción con la rea-
lidad. Ya hemos apuntado la necesidad de elaborar formas
adecuadas para explorar las relaciones reales entre sujeto y
ambiente y los procesos que explican los fenómenos de influen-
cia que se producen en las relaciones interpersonales. Por ello,
sin abandonar los métodos experimentales, hay un intento de
proyectar investigaciones, definir hipótesis, situar los análisis
en el marco de contextos reales, por ejemplo los de la vida
cotidiana o susceptibles de llevar incorporadas las cualidades
esenciales de las situaciones sociales reales. También se siente
la necesidad de disponer de métodos de análisis que den im-
portancia a la capacidad humana de comunicar el sentido de
sus propias experiencias; señalamos así la importancia de una
nueva interpretación de las relaciones entre personalidad y
comportamiento social de un individuo, que teniendo en cuenta
a todos los factores simultáneamente presentes, supere la me-
cánica y la relación inmediata, dada por descontado durante
tanto tiempo, entre las características personales de un sujeto
y sus elecciones comportamentales.
3. Los procesos ele influencia en la interacción binaria
Desde una perspectiva metodológica que concede espe-
cial importancia a un punto de vista interactivo en el estudio
de los fenómenos comportamentales, surge la necesidad de un
conocimiento más preciso del funcionamiento del comportamien-
to interpersonal. En este sentido se han desarrollado sobre todo
nuevas tendencias de investigación que intentan explicar los
fenómenos de influencia recíproca que tienen lugar en la inter-
acción entre dos personas; estos trabajos han puesto de mani-
fiesto alaunas secuencias comportamentales recurrentes que
muestran"' cómo un determinado comportamiento del sujeto A
determina ciertos efectos en el comportamiento del otro su-
jeto B (Ricci Bitti et alt., 1974 a, 1974 b).
Alaunos de los modelos teóricos utilizados con mayor
frecuencia"' para explicar, a veces de forma restrictiva, dichos
procesos, son: la imitación, el refuerzo, el equilibrio y la prag-
mática de la comunicación.
20
3.1. La inútación
Los estudios sobre la imitación en la interacción han de-
mostrado que algunas modalidades y características comporta-
mentales del sujeto B pueden atribuirse al hecho de que éste se
adecúa y hace suyos algunos comportamientos del sujeto A.
Dicha observación se ha comprobado a propósito de algunos
elementos comportamentales: la duración de la expresión ver-
bal; el uso de las pausas y de los silencios; el tipo de expresiones
verbales empleadas; las palabras utilizadas, los gestos, la pos-
tura, etc.
Otros trabajos demostraron que hay mayores probabi-
lidades de imitación si se dan determinadas condiciones. es decir
cuando el sujeto que imita es «premiado» por este comporta-
miento, cw:.ndo el sujeto imitado ocupa una posición de poder
respecto al otro o aparece gratificado por la imitación. cuando
el sujeto que imita se halla más bien inseguro sobre qué com-
portamiento adoptar (Argyle. 1969).
3.2. El refuerz.o
El efecto del refuerzo ha sido evidenciado a nivel expe-
rimental en numerosos trabajos, especialmente en los rel<:ttivos
al comportamiento durante entrevistas. Se ha podido compro-
bar así que si un determinado acto o comportamiento dd sujeto
entrevistado es seguido ele un refuerzo o «premio» por parte del
entrevistador, el primero producirá aquel determinado tipo de
comportamiento con mayor intensidad y frccucnci::t. Los pri-
meros estudios sobre el condicion::tmiento verbal utiliz::tron tipos
de refuerzo verbal consistentes en ::tfirmaciones de asentimiento
o en paráfrasis de las p::tlabras dichas por el sujeto entrevis-
tado (Verpianck, 1955).
Posteriormente fueron ampliamente utilizados refuerzos
no verbales: sonrisa, gestos de asentimiento con la cabeza, mi-
rada atenta e interesada, etc. De este modo fue posible influen-
ciar numerosos aspectos del comportamiento del interlocutor:
duración del discurso. tipo de opiniones expresad::is, verbaliza-
ción de determinados temas, respuestas de movimiento, etc.
(Krasner, 1958; Williams, 1964).
Los experimentos realizados hasta aquí han demostrado
(Argyle, 1969) que el efecto del refuerzo es más importante en
función del tipo de refuerzo usado (las señales no verbales son
más eficaces que las verbales), al status del entrevistador, al
sexo del entrevistador (el efecto obtenido es mayor cuando
"" -21
sujeto y entrevistador son de sexo upuc~lo) y a la p~rsonalidad
de los sujetos (el efecto es mayor en sujetos angustiados y con
gran necesidad de aprobación social).
3.3. El equilibrio
Posteriormente, varios autores aplicaron al proceso de
interacción entre dos personas la teoría del equilibrio, según la
cual toda relación interpersonal posee un punto de equilibrio
resultante de la integración armónica de todos los componen-
tes que intervienen en el proceso (Newcomb, 1953; Heider,
1958; Lennard y Bernstein, 1960; Siegman y Pope, 1970). La mo-
dificación de uno o más componentes altera el equilibrio y
crea una condición de inestabilidad acompañada de un estado
de tensión que la persona tiende a reducir restableciendo un
nuevo y diferente punto de equilibrio. Si, por ejemplo, supo-
nemos la existencia de un equilibrio general a propósito del
grado de intimidad existente entre dos personas, resulta que
cuando uno de los distintos componentes de la intimidad
(proximidad física, contacto visual, sonrisa, tema de la conver-
sación, tono de la voz, etc.) es modificado o alterado, se pro-
ducirán transformaciones complementarias en los demás com-
ponentes a fin de recuperar el equilibrio. Se ha constatado así
que una mayor proximidad física, temas muy personales, dan
lugar a una comunicación visual menor (Argyle y Dean, 1965;
Exline et alt., 1965): otros autores han demostrado que existe
una estrecha relación entre el acuerdo existente entre entre-
vistador y entrevistado y Ja cantidad de discurso emitida por
este último (Siegman et alt., 1971).
3.4. La pragmática de la comunicación
Un planteamiento teórico y metodológico que, teniendo
en cuenta los precedentes modelos de interpretación, intenta
una elaboración más compleja y exhaustiva de los fenómenos
típicos de las secuencias de interacción binaria, está represen-
tado por la pragmática de la comunicación (Watzlawick et
alt., 1967).
Según esta tendencia el individuo debe ser conside-
rado como miembro de uno o más sistemas relacionales, en
cuyo interior las personas que se relacionan entre sí se hallan
vinculadas de tal forma que un cambio de estado en una de
ellas irá seguido de un cambio de estado en la otra, y dicho
22
cambio irá seguido a su vez por un cambio de estado en la
unidad precedentemente modificada y así sucesivamen.te (Par-
sons y Bales, 1952). En la definición de si~tema relac10nal se
halla implícita la afirmación de que las. umdades que lo co.m-
ponen pueden informar a la~ demás u~1dad~s. de :~s camb10:5
de estado y por lo tanto, a mvel general, esta imphcita la pos:-
biiidad de comunicar o de recibir comunicación: lo cual eqm-
vale a decir que el estudio de una secuencia de interacción
coincide con el de una secuencia comunicativa, o que todo
cambio de estado puede ser considerado en términos de comu-
nicación y de efectos de la comunicación sobre el comporta-
miento. Así pues se define como comunicación todo pase de
informaciones que tenga lugar dentro del sistema, con inde-
pendencia del medio utilizado para co~un~car y del hecho de
que los interlocutores tengan o no con_ci.encia de ello. .
Trabajar dentro de la pragmatica de la comun:cac:~n
humana significa pues estudiar los efectos de la comumcacio~
sobre el comportamiento. Para comprender adecuadament~ di-
chos efectos es especialmente importante el concepto de circu-
laridad de Ja comunicación. Si desde un punto de vista des-
criptivo puede ser útil la distinción entre comunicaci~n Y res-
puesta o reacción a la comunicación, n~ hay que ol.vida,r que
la comunicación en el interior de un sistema relac10na1 con-
siste de todas formas en una ininterrumpida secuencia de in-
tercambios.
A través del concepto de feedback (información re-
troactiva o de retorno) es posible pasar de la concepción deter-
minista de las secuencias lineales de fenómenos en la que el
fenómeno "ª" causa el «b», éste el «C», a un sistema circular en
el que «C» vuelve a vincularse mediante feedback a "ª"· y en el
que "ª" y «b» se hallan entre sí en una relación biunívoca ..
Como un poco más arriba hemos hablado de cambios
de estado de una unidad que provocan cambios de estado en
la otra, ahora ya podemos hablar de informaciones que van
de una unidad a otra y de informaciones retroactivas o de
retorno (feedback) dirigidas al emisor del primer mensaje. Es
fácil comprender que semejante proceso es esencial p~ra el
mantenimiento de las condiciones de equilibrio del sistema
relacional considerado.
En una relación binaria (como la representada por la
interacción médico-paciente, o entrevistador-entrevistado) ambas
unidades se influencian entre sí enviando informaciones sobre
su propio comportamiento, y todo comportamiento perceptible
se halla en condiciones de influenciar el comportamiento de la
otra unidad; lo que equivale a decir que cada comportamiento
98·23
es un vehículo de informé\ción y que no exi~tc dentro del sis-
tema la posibilidad de no comunicar, tanto si la comunicación
es intencional o no, o si cada una de las unidades es o no cons-
ciente de ello (inevitabilidad de la comunicación).
Haley escribe: «Habría que clarificar la cuestión de la
inevitc:.bilidad de la comunicación, una vez conseguido que el
observador acepte este punto de vista. Si consideramos un
sistema interaccional, está claro efectivamente que sus miem-
bros no pueden de ninguna manera sustraerse a la comunica-
ción, tanto en el caso de que sea voluntaria, como en el de que
ellos se den cuenta o no» (1967, p. 251).
Cancrini (1974) comenta la afirmación de Haley pre-
sentando un ejemplo: todo lo que ha sido hecho por dos o más
personas que se encuentran en una habitación puede ser consi-
derado como comunicación: en la práctica esto significa que
los componentes de un grupo no pueden dejar de interactuar,
comunicar y responder recíprocamente. De hecho, también
cuando alguien no responde a los que le hablan, intenta ale-
jarse o aislarse respecto al grupo, estas acciones son respuestas
y pueden ser analizadas como comunicación.
Por tanto, según este investigador de la pragmática de
la comunicación, todo comportamiento humano en un contexto
interactivo es siempre un comportamiento significativo.
¡·.,,.,-·-'::) .,..,.
4. El comportamiento no verbal
En situaciones de interacción cada interagente envía
diferentes tipos de comportamiento no verbal (CNV) de los que
únicamente vamos a indicar las principales características: el
CNV está basado en los movimientos del cuerpo. de la cara,
de las manos, en la disposición espacial que asumen los cuerpos
de los interagentes, en la entonación de la voz, en el ritmo y las
inflexiones del discurso. Existe también toda una serie de CNV
implícita en cada contexto interacciona!: nos referimos al con-
junto de reglas implícitas que ofrecen la clave comunicativa de
cada situación interaccionaL En este sentido, un ejemplo pro-
puesto por Watzlawick et alt. (1967), proporciona la demostra-
ción de los efectos pragmáticos de este tipo de comunicación
no verbal: si un hombre se lava los dientes en una calle llena
de gente en lugar de en su cuarto de baño, es, muy fácil que se
acabe viendo en una comisaría de policía o en un manicomio.
Este ejemplo ilustra muy claramente el principio del contexto
por el que frases, constataciones y comportamiento asumen
24
significado en relación a la situación, es decir, a aquellas
determinadas circunstancias que, en un momento dado, rodean
a una persona (o a más personas) e influencian su comporta-
miento. Estas circunstancias pueden ser más o menos eviden-
tes y compartidas, pero en cualquier caso ofrecen, generalmente
en términos no verbales, pero de todas formas verbalizables
una red de comunicación fundamental para las personas qu~
se hallan en aquel contexto.
Podemos hacer notar ahora que las diferentes tenden-
cias que acabamos de describir coinciden todas ellas en señalar
la importancia de los aspectos no verbales del comportamiento
en los procesos de interacción: sin embargo, hay que observar
que la atención de los investigadores que se han dedicado al
estudio del comportamiento estuvo durante mucho tiempo cen-
trada sobre todo en la comunicación verbal. Pero sobre la base
de los datos suministrados por la práctica cotidiana se está
evidenciando cada vez más la necesidad del estudio del CNV
como instrumento significativo de expresión de las emociones,
de las actitudes y de los conflictos, tanto conscientes como in-
conscientes. Por ejemplo, las señales no verbales que denotan
amistad-hostilidad, superioridad-inferioridad, tienen un peso mu-
cho mayor que sus equivalentes verbales.
La relación entre dos o más personas es apoyada, esta-
blecida y acordada sobre todo a través de señales no verbales
y de forma espontánea: en general los interagentes no prestan
atención a este proceso, del cual son apenas conscientes. A pesar
de ello las señales no verbales son usadas con gran habilidad
y las relaciones sociales son acordadas mediante pequeños mo-
vimientos estratégicos de tanteo, incipientes, ambiguos, que, si
es necesario, pueden llegar a ser imperceptibles. Por ejemplo.
para establecer una relación de dominio se puede elevar leve-
mente el tono de la voz e inclinar al mismo. tiempo la cabeza
hacia atrás. Normalmente los comportamientos de este tipo no
son el resultado de una intención consciente, pero pueden ser
conscientemente controlad,2_5 por los que conocen los efectos
de las señales no verbalesJ En el siguiente capítulo presentare-
mos y ofreceremos una clasificación esquemática de los distin-
tos aspectos del CNV ilustrando la importancia que asumen en
la comunicación.
25
U. Elementos no verbales del comportamiento inter·
personal
l. Introducción
Hasta hace pocas décad2.s la comunicación verbal sus-
citaba el máximo, si no incluso el único, interés de los investi-
gadores. Pero la comunicación verbal es sólo una de las tantas
formas de comunicación y no siempre la más completa y la
más correcta. Es el comporte.miento no verbal, por ejemplo,
el que nos proporciona informaciones más precisas cuando no
podemos utilizar las palabras, tanto en el caso de que el que
habla pretenda intencionalmente engañarnos, como en el caso
de que haya bloquee.do o reprimido .las inforrr:aciones que no~
interesan. El descubrimiento de la importancia de la comurn-
cación no verbal ha transformado profundamente el estudio del
comportamiento social humano; la investigación a este nuevo
nivel de análisis se remonta :. principios de los años 60. La
psicología social, entorpecida por los I?ª~ices y la c~mplejidad
de la interacción social. a menudo se 1Im1taba a analizar aspec-
tos no demasiado significativos, buscando por ejemplo cuánto
habí2.n durado los encuentros a quién había hablado con más
frecuencia. Se llegó a admitir que los hombres (análogamente a
lo que los etólogos señalaban respecto al comportamiento . so-
cial de los animales) disponen del canal verbal de comurnca-
ción, pero que como acompañamiento del lenguaje subsiste
todo un conjunto de señales no verbales, vocales y gestuales que
inciden sobre el significado, sobre el énfasis y sobre otros as-
pectos del acto lingüístico. . .
Así pues, ha aparecido un nuevo campo de. mvest1ga-
ción y un nuevo nivel de análisis: el del comportai:n1ento espa-
cial del hombre, del movimiento y de la gestualldad, de los
cambios en la mirada, en la expresión de la cara, en el aspecto
externo y en los aspectos no estrictamente lingüísticos del dis-
26
curso; este conjunto de ::icñ::iles no verbales tiene, según Argyle
(1972 b), 1!!!ª-..!ct.P-le función_Q~ control de la situación ;;acial
inmediata, de apoyodelacomunl.cacfoª-~~~rbal_y~ er:i_ ocasiones,
de sustitución del discurso.
Subsíste el proble~a de la interpretación del compor-
tamiento no verbal, que puede plantear dificultades, quizá casi
tantas como el comportamiento verbal: por eso, para algunos
tipos de CNV se postula una facilidad de control, y para otros
en cambio se prevén inexactitudes y errores de desciframiento
e interpretación.
En el sector de la psicología contemporánea que estu-
dia el comportamiento interpersonal, y a la luz de cuanto hemos
dicho más arriba, están asumiendo una gran importancia las
principales señales no verbales.
E_kman y Friesen (1969 y 1972) dieron un gran impulso
a la investigación sobre el CNV, y creemos oportuno citar las
directrices principales de su trabajo. .Su enfogg_~ de. tipo
_globat c.on~iderando no un único aspecto del comporfürmento--
-motriz sino tqg'gs los aspectos en su-conjunto; dicho enfoque
se justifica debido a-que;erlla rriéilldaefcque las actividades
de las distintas partes del cuerpo pueden desarrollar funciones
equivalentes o sustitutivas, los estudios efectuados sobre un
único tipo de actividad ofrecerían un cuadro incompleto de
cuanto sucede; además, dada la extensión del área de interés
relativo a las impresiones que una persona recibe de otra, es
preciso considerar toda la gama de CNV. Antes de empezar a
analizar gestos específicos y detallados, queremos insistir en
la naturaleza global del CNV del hombre, y en la necesidad por
lo tanto de no perderla de vista en el detalle analítico de las
clasificaciones.
Ekman y Friesen estudiaron principalmente el desarro-
llo de los métodos para el estudio del CNV, guiados por un do-
ble interés: la comprensión de cada individuo en particular con
sus actitudes, sentimientos, rasgos, características de su perso-
nalidad, y la comprensión de la interacción social, de su natu-
raleza, de las condiciones y características de la comunicación,
de las impresiones que sacan de ello los interagentes, del estilo
y de las habilidades interpersonales que se manifiestan en su
seno.
Obsérvese (véase cuadro 1) la clasificación de los ele-
mentos no verbales esbozada por Argyle (1972 a, 1972 b) que
establece diez tipos de señales, y la clasificación de Cook (1971)
que presenta doce señales, dividiéndolas en estáticas y diná-
micas. j(fl() ...
27
Cuadro l. Clasificación de las señales 110 verbales en un dato generalmente aceptado. La misma complejidad de
según Cook y Argyle dichas relaciones implica un métoúo de análisis interdiscipli-
nario, que incluye a todas aquellas disciplinas que, como la
Cook (1971) Argyle (1972 a) Psicología, la Antropología, la Sociología, la Etología, el Urba-
nismo y la Arquitectura, estudian e intervienen directamente
l. Aspectos estáticos 1. Con tacto físico
sobre el «ambiente» para modificarlo (véase capítulo III).
a. Cara 2. Proximidad Se puede estudiar la relación entre 12.ex_sona v espacio,
b. Configuración física 3. Orientación . rara determinar el sümificado que un ambiente~n
c. Voz _individuo a través de percepciones, sentiI!lJentQS_,__'{~lo_r:_c:_u~I.?_<.?~ .-
d. Ropa, maquillaje, peinado ... 4. Aspecto exterior _nales; se pueden analizar las relaciones de correspondencia en-
5. Postura tre espacio y hombre a nivel de las unidades sociales másH- am~­
2. Aspectos dinámicos P._lias de las que el individuo forma parte, a través de las normas --
6. Gestos con la cabeza y de los valores relac10nados con la forma de vida y la cultura~
a. Orientación
b. Distancia 7. Expresión del rostro del propio grupo; pueden ser examinadas las -rclaclünes de
c. Postura. gestos y movimientos
8. Gestos correspondencia entre hombre y__ e_?P-ª--cio_pgr analog-ía~ -las
del cuerpo relaciones entre animales y el. mismo espacio. Muy interesantes
d. Expresión del rostro 9. Mirada son los estudios etológicos sobre los efectos patológicos de la
e. Dirección de la mirada superpoblación en los animales, y sobre las implicaciones que
f. Tono de voz 10. Aspectos no lingüísticos del
g. Ritmo y velocidad del discurso discurso este mismo fenómeno puede tener para el hombre; y muy im-
portante es la aportación hecha por la etología al estudio de h
vida urbana. ~lgunos trabajos_presentan la hirótesis de la
inad~C::_1:1~ció_n de la vida urbana, en Iamedida -e-n que el hombre -
En el análisis de las señales no verbales que presen- é-staría filogenét1camente adaptado a íavida en pequeños gr_!:!:~­
tamos aquí hemos establecido seis grupos: a medida que pase- po--s--c·a111Tría mteracc1ón menos intensa y cargada que la que se
mos revista a cada una de las señales, intentaremos explicar las "produce en la ciudad. ----- ------ --
razones de dicha clasificación; ello nos permite situar señales Un interesante estudio sobre el espacio y sobre el com-
individuales y específicas en un marco más global, a saber, P.~iento e~pacial humano (desde un punto de vista antropo-
el comportamiento espacial, el comportamiento motriz-gestual, el lógico) está representado por la «prosémica» de Hall (véase ca-
comportamiento mímico, el comportamiento visual, el conjunto pítulo III). L..Qs estudio~ psicología expenmentalde Sommer
de las señales que constituyen el aspecto exterior, el conjun- (1967) observaron la disposición espacial de diferente5"pers--omrs·
to de aspectos que acompañan al comportamiento locutivo sip E~pectlf~a:-=1a naturaleza cfe-~1acíones i_nte~re~s9nales:--
ser de naturaleza estrictamente lingüística. La elección de los seis Territorid e.·-ierrfrorialita negli--anim_"alÍ,--de De Rosa
grupos nos ha parecido oportuna a pesar de reconocer su arbi- (1974), examina dos conceptos inherentes al comportamiento
trariedad; de hecho son posibles otros tipos de clasificación: espacial: el concepto de territorio ue, tomado de la ornitolo-
muchos investigadores por ejemplo tienen serias dudas a la gía, indica el área defendT a r un animal o por un grupo de
hora de situar el contacto físico dentro del comportamiento es- ellos contra las posibles intrusiones de miembros de su misma
pacial y sitúan a la postura en la esfera del movimiento. especie; se identifican como territorio la cueva, el nido o, más
en general, el área dentro de la cual el animal limita sus movi-
mientos habituales, y que a su vez se diversifica en lugares espe-
cializados: lugares para las crías, para beber, para bañarse, etc.
2. El comportamiento espacial Además del territorio existe un área más restringida, que rodea
al animal, que no tiene límites visibles y que se configura como
La existencia de complejas relaciones de corresponden- una esfera irregular y una distancia que los animales mantienen
cia entre hombre y ambiente físico constituye el resultado co- entre sí y los demás. Así tenemos una distancia de fuga y una
mún de distintas investigaciones, y actualmente se ha convertido distancia crítica características del encuentro entre animales
_/(j.1-
28 29
de especies diferentes; una distancia personal y social entre
animales de la misma especTe-.-------·--·----·- ---- - - -·--
El concepto de territorialidad define el característico
comportamiento de defensa del territorio. Según Hediger (1955)
la territorialidad tiene importancia porque asegura la propa-
gación de la especie regulando su densidad, desarrolla respues-
tas reflejas en relación a las características del terreno que per-
miten actuar al animal a la vista de un peligro, mantiene a
los animales a una distancia de comunicación justa para que
puedan advertirse la presencia de la comida o del enemigo.
!erritorialidad y espacio personal en el h~. Las
investigaciones empíricas que han estudiado la utilización hu-
mana del espacio parecen indicar que el comportamiento espa-
cial está estrechamente condicionado por factores culturales,
por factores socio-emocionales, por la estructura física del am-
biente.
Según Hediger (1955) el término territorio indica un
área que es defendida y representada por su propietario; el
término espacío personal indica la zona que rodea de forma
inmediata al individuo y es considerada como proyección del yo.
Luego existen territorios de carácter colectivo consti-
tuidos por la acumulación de unidades territoriales relacionadas
entre sí, y que pueden ser caracterizados en sentido formal (pro-
fesional) e informal (social), y sustentar una representación
topológica caracterizada por la definición de determinados lu-
gares físicos como la casa, el despacho, el barrio, la ciudad.
Otros estudios analizan las correlaciones existentes en-
tre el comportamiento territorial y las características egocén-
tricas y sociocéntricas del individuo, en particular entre terri-
torialidad y dominación. Se trata de estudios realizados en si-
tuación de aislamiento y de confinamiento de los sujetos (De
Rosa, 1974). Se ha comparado, por ejemplo, el comportamiento
espacial de parejas de marineros mantenidas aisladas en una
habitación durante 10 días, con el de parejas no mantenidas
aisladas. Se querían estudiar dos factores: la manifestación de
un comportamiento territorial en relación a las distintas partes
de la habitación y a los objetos que en ella había (cama, mesa,
sillas) y las distancias sociales mantenidas por las parejas du-
rante el desarrollo de determinadas actividades, partiendo de la
hipótesis de que las parejas formadas a partir de características
de personalidad diferentes tendrían un comportamiento espacial
diferente. Los resultados de las observaciones en el arco de
10 días respecto a la territorialidad revelaron que l_ªLllª-rejas.
mantenidas en aislamiento habían mo~trnclo inmediatamente
__________
_1:!.na preferencia por la elección de la~~amas con una fiitrusióU-
. -----
30
relativ~mente escasa ,en el espacio-nQ_che_~ti_ compañero; entre
~to Y el sexto_ dia_10~s_uJ~tos demostraron-preferencia por
u:n ~;:r~!c_uJ>~E _ex!remo. de la mesa, que terminaron por ocupar
de f()~IT1~ estaOie; lo mismo sucedió, aunque con mayor lentitud,
r~~!?~-~t()_ a_l_.:1~?__d~ las sillas. LQULll.P.Q:l ge coptrol no aislados
demostrarg_~__:in cr~ci~n.te compo::tamiento territorial respecto
a ~as ca:nas y un~~nc1E_!:t::nt_e _rnª:n!!estación de dicho comporta-
~ento m~luso ha~:a_~_esE-_)"_ __sill~s, gue sin embargo fue _dismi-
nuy~fiV'1:f!1<:n~e_ con el pasoae los días. De las obser-
vac10nes sob:e eLtipo_de__acliVidades._d~s-ªr_r_Qlladas se evidenció
un~ tep,_de~dual a pasar el tiem120 sol.OS~_:-_g:~-~JJ~rrnitió
supo~er la creac1on en torno a los individu~ aislados. de una
--~~1:e_di; «capullo» ps.icológu:;.Q_J_espacial. En- cuant-o a la
relac10n entre territor~ali~ad.1: c~racterísticas de la personali-
d~,d, los resultados mas s1gmflcat1vos se refieren a la domina-
C10f1: Y ~ ~a necesidad de asociación: Jos m_ás....altos_ niveles de
terr!t_<?riahda~_r_?-_!!_ªJ~.?PZªg_p_s_por:_nª~s__c;p_n_ un elevactogract0-
d~)ic:i.~geneidad (consideradas _por la misma razón-como~hipo~: _
_tet1camen~~...:?~petit1vas y por lo tanto mcompatilifes) 0 con
1:1~~sc~()- mvef ÜeéYsocia-dO-rry-cle-Ooriiinacion;Tü"te"I-ritorialldad .
,re~1!TE9~e110s·evidenté, ~e~ -~.a~~iü. entre parejas compatibles,
es decir, compuestas ~~terogeneainente, entre las que podía
desarrollarse una relac10n complementaria.
. ?tros ~studios abordan el problema de la elaboración
de cnteno: objetivos par~ descri~ir ~~ ~~rt~_m_ie_nto espacial
~~~~<:~E-~_s__c:lt:_ho_spitales ps1qu1atncos, y para analizar la
relac10n e?tre comp~rtamiento territoriál y categoría ocupada
por el pac1ei:te en la ~erarquía del grupo (De Rosa, 1974). A toda
una~ . ona de ac1entes u~f!_esempeñab~ t~reas dentro del
hospital no se .les planteaba el problema de a om1nació~-p;;_
que ~ran cons1?eradOSiideres y,_ª__pesa_r_]~Uf<CV6seer lugares
!l~an ocup_~~~Jquier lugar expulsando_ a
19,.s~ pa~1ente.s, Esto~ últimos, caracte-rízaéi6s- por-un bajo- -
~uv~l. d~_ ~-:p-~tiend_o_ d~ t.!riacategorfa-·:na--muy bien
ª~fm~c!~__dentro_ del _grgp~~ ·rendían a crearse territorios propios.
A t:aves del exa.m.en de los distintos lugares ocupados por el
paciente, las actividades desarrolladas, las posturas asumidas,
las pe~sonas c?,n las que interactuaba, el ritmo y la duración
?e. !ª .mteracc1~n, cuál era el paciente que había tomado la
m1c~at1~a en la mter~cción, llegó a definirse el comportamiento
ter~it?,nal de los y~c1entes y la relación entre comportamiento y
pos1c10n de domm10. ,La_s_Qhs_erv_ª-~_ÍQnes hechas a partir del exa-
llle?_de l~ relación entre agre~}_'.'idad, escafa-jeiárquica y terri-
ton_g,_~an suponer que µ-na_J~:esJ.?l:iiJidao··en la posición de
domm10 lleva a la manifestación de agresividad hasta alcanzar
--------- ./tJt-
31
un alto grado de do~~nación o la clara definic_~~-~e un
territorio. . bº,
---Las situaciones examinadas contribuyen tar:n :~na com-
prender el porqué de la búsqueda ,Y de la. apropiaci?n de :in
· Podemos afirmar que, segun las circunstancias, el in-
~~;~~~- b;s~~-:La-soTe-ctaCf~~~mo_-a~laIJ'lie-~to de~ ser observado
· - 1 d ma's la intimidad de las relac10J::l_e-s interpersonales,
por os e , . - .- - - - f t
---.----1 0 -4'a--m·--·i.-li:--a·r-es el anonimato en ambientes uertemen e
por eJemp ,_ ' . · 1
instltucíonalizados. El concepto de privacy sintetiza todos os
óbjeffvosmása_r_rTba indicados; se pued~ afirmar, pues, que el
comportamiento territorial tiene valor instrumental para __c:_on-
--
espacio. ---
segmrlina autonomía -e_ersona1 a traves del _con_t..!:_~--~e un
- - Goffman (1971), al analizar las relac10ne: _entre ,am-
. ·
biente y"Comportamiento del homb_re, pone de mamf_iesto co_mo
la configuración espacial de los mismos c~mport~mientos t:en-
de a definirse de manera detallada y precisa, segun deterr:nma-
das recrlas; de este modo Goffman localiza aspectos particula-
res de los «territorios de sí mismo», donde se ~~pre:~ el com-
0
portamiento, y presenta una hipótesis d~ clasiflcac10n. ::-orna
de otros autores conceptos como «espac10 perso::ial» e intro-
duce además toda una serie de otros concei:tos. mherentes al
comportamiento espacial como ¿~s terntona_le~, contrase-
ñas esp_a!ii!l~s,__ violacjones terntonales, tran~gr_estQ1J_e§___espa-
ci7i~ -
2.1. Contacto físico
Esta señal es particularmente interesante porque cons-
tituye la forma más primitiva de acción social y es~te
en todos lüsanimales. Además afecta a múl~ partes del
~ formas muy dist_intas: existen, de hecho,
contactos sexuales, agresivos, de empujones, de c~oque, mano-
tazos en los hombros, diversas y múltiples modalidades de es-
trechar la mano. . . . cultura. Por esto esta señal, como la precedente (contacto físico)
Se observan importantes dtferen.c.rn.s._mtex:.c.ulturales en
relación al uso y al Sí~ esta señal no. verbal y.ª la
frecuencia con la que es utilizada. En ~ld@_JJlglesa_~-}-ªP-Q~
nesa su utilización es muy escasa 1 -mientras que en la afnca:ia
' ' behallamos un empleo mucho más extendi9-.9· Ademas,
~i~ascuiiuras-ocClaentaiesei1gei;ieral. esta señal estt
reservada a determinadas ocasiones como situac10nes de d9.
0
de despedida en los ambientes, públi~os, ,en-~ª~ culturas ~fn­
cana y árabe se emplea en las mas variadas ocasiones c~n gran
32
frecuencia;_ la frecuencia d~Lc:;_Qnta~tq_ fuifo transmite, en gene-
- ral, sentido de intimidad. En Gran Bretaña y en Estados Unidos
una mayor recurrencia al cohtacto físico, exper1n;_eritado en eÍ.-
marco de situaciones muy concretas como, por ejemplo, los
«grupos de sensibilización», fue hallado excitante v molesto a
l; yez; lo que puede explicarse por el h;c:ho de q~e los partí----
cipantes en los encuentros habían interiorizado las fuertes res-
tricciones al contacto físico propias de las culturas en las que
habían sido socializados.
En general, en la mayor parte de las culturas el con-
tacto físico es particularmente usado en las efusiones-arecú10sas
~ntre mando y mujer:..__ padres e hijos, es decir, dentro de la
institución farmliar. También en este marco se levantan rícridas
restricciones en base a las cuales se establ~ce qué part_e~Cier
cuerpo se pueden tocar y qmenes lasyueden tocar: --Jourard j
(f966) puso de man_ihesto que los estuaiantes amertcanos blan- l ·\Al
cos de se~o masculmo eran tocados por sus padres sólo en las \ l)
ma;:ios, mientras eran tocados con mayor generosidad por sus ¡
amigas.
0
2.2. Proximidad-distancia
En toda relación interpersonal la recíproca posic10n
asumida por los in terlocu tQres._en._eLe.s.12acio ~resen ta=:e_s_:t~
senal. Estudios experimentales han puesto de maniÜesto qué
}ª persona prefiere la proximidad de indi_'{.iduo_L_g_l!~_k_gust_en_.
gue sean sus amigos, y 9.!!~I!.'? dirij_an__ su_mirada _sobre ella
(manteniéndola baja o cerrando los ojos). Estas tendencias pué-
éien ser explicadas por el hecho de que una fuerte proximidad
física constituye fundamentalmer_ite una forma de invasión del
«_territorio» :eersonal del individuo, deCqüe-tienden a- ser ex-
cluidas las personas consideradas hostiles, antipáticas, o con
las que se han establecido relaciones puramente formales.
La proximidad física parece seguir reglas determina-
das, que varían en relación a la situación, al ambiente, a la
está caracterizada por evidentes diferencias in terculturales: por
ejemplo, los árabes y los latinoamericanos son mucho más
amantes de la proximidad física que los pueblos nórdicos, tipo
Suecia, Escocia o Inglaterra (Lott, Clark y Altman, 1969). Exis-
ten también diferencias individuales a propósito del uso de esta
_ señal no verbal: Lott, Clark y Altman (1969) descubrieron de
hecho que el mantenerse a distancia es una tendencia típica de
las personas con perturbaciones del compor1:amieñto:-Kendon
--------- --- - .-103-
33
2. - RIC::I B!IT!
(1973) afirma que ::.: tipo de relación existente entFe los miem-
bros de un grup0 puede deducirse, con cierta aproximación,
de la recíproca prrJximidad o distancia física de los componen-
tes del grupo. Los c~ios de distancia también r>1le.9~~.!:!!!Ü­
nis trar información sobre la intención d~JnLda_r9_p9p.er punto
fiñal a un encuent~o, por parte de un interagente respecto a
otro. No obstante, respecto al conjunto de estudios y experi-
mentaciones realizados los resultados son más bien escasos: de
hecho, ~{!a proximidad física en sí no___ pro~pna
i~fici_entes, por ejemplo, ~obre las caractensti~as
.~s: y así, entre personas que élegían sen~arse ~ dife-
rentes distancias (2, 4, 8 pies) no se apreciaban diferencias de
personalidad (Porter, Argyle y Salter, 1969).
Podemos __c!ecir gue en general la proxim.~_9.ac1 ~ísica es
i~te en relacic)_n a la intimidad y a la_ c:.Iomill.ac::fó~Su
significado varía según las circunstancias físicas exter~_o_r.
ejemplo, la proximidad en un ascensor, al ser forzaaa;Ilo ~sume
ñingún significado asociativo, o__Ekn la_P-roximidad tendrá sig~
'ñfticado si un indívíáuo eliae colocarse cerca de otra persona
t;:;~Jendo _a disposición otro; lÜgares. ~i,!andci_]~_p~o~~-i_?§d se
hª-.ce más estrecha entran en juego otras modalidades senso-
~~_?c_t()_y oíor (Argyie,T972 a).
2.3. Orientación
Así se d~fine el ángulo segL!._n__~l cualJ_<).S __perso~as se
siruan efí el espacio;·aepfo :<:}~senfadas,_ unas_n:specto ~ otras;·
coñstrtuye·urtelemcnto "d.e comunlcación de las adifodes inter-
personales. Las dos orientaciones principales que dos personas
~uelen asumir en el curso de una interacción son las de <;.~-­
cap» y «ladQ_Uª-cl02'_._ Parece que esta señal indica las relaciones
-de colaboración, intimidad o de jerarquía (superioridad-inferio-
ridad) que pueden establecerse entre dos personas interagentes.
Dos amigos íntimos o dos personas con una relación de cola-
boración, asumen la posición de lado a lado. En otras situa-
ciones, la orientación asumida es la de 90º (Sommer, 1965;
Cook, 1970). En cambio, en una relación jerárquica el superior
se colocará en frente del dependiente-inferior.
A partir de las recíprocas orientaciones asumidas por
los miembros de un grupo pueden extraerse informaciones so-
bre los papeles desempeñados por los componentes del grupo.
Una persona situada a mayor altura respecto a otra (por ser
más alta o por hallarse sobre una tarima o un estrado) asume
una posición dominante; algunos atribuyen el origen de este
3~
fenómeno al hecho de que en la infancia se hace coincidir la
altura de los padres y de los adultos en general (<dos mayores»)
con su poder. Es también una convención cultural el que las
personas jerárquicamente superiores permanezcan sentadas
mientras los demás están en pie. Burns (1964) presentó a alo-u-
nos sujetos unas filmaciones en las que podían verse a alau;os
eje~utivos empresari~les entrar en los despachos de otro~ eje-
c:it:vos;. ~ara los. ?uJetos que vieron la filmación resultó muy
facil. adivmar qmenes eran los ejecutivos de más categoría a
partir de sus comportamientos espaciales de orientación.
Respecto a la orientación también existen variantes
interculturales: los árabes, por ejemplo, prefieren la posición
c~~a a cara (Watson y Graves, 1966); los suecos evitan la posi-
c10n a 90º (Ingham, 1971). En un encuentro focalizado los parti-
cipantes orientarán sus cuerpos de forma que puedan girar la
cabeza uno hacia otro recorriendo un ángulo inferior a 90° del
plano sagital de orientación (Kendon, 1973). Muchas son las
variantes ~osibles en este campo; la orientación, por ejemplo,
puede vanar sobre todo en relación al grado con que cabeza,
hombros y caderas se alinean respecto a los de otra persona en
una relación c2.ra a cara. Si los participantes, en cambio, están
uno al lado del otro, la interacción se oroducirá entre cada uno
y .un centro de interés común (por eJemplo, como cuando se
asiste a una representación teatral).
La orir,ntación vis-a-vis en el encuentro focalizado entre
dos persona: es probablemente proporcional a la distancia re-
cíproca y 8 la intensidad recíproca de la implicación (Scheflen,
1964; Argyle y Dean, 1965).
Mehrabian (1971) ha facilitado muchas observaciones
sobre la relación entre la orientación del cuerpo en la interac-
ción y las actitudes o las diferencias de status entre los inter-
agentes. Dichos experimentos fueron realizados con destinata-
rios i:Uaginarios (se pedía a los sujetos que actuasen como si
estu,v1es~n en presen.~ia de interlocutores): en sujetos de pie no
habia mnguna relac10n entre orientación más o menos directa
del cuerp? hacia el interlocutor imaginario, y la actitud asumida
frente a el. Las mujeres sentadas asumían en cambio una acti-
tud más positiva cuanto más directa era la orientación del cuer-
F'.º hac~a el destinatario imaginario, excepto en el caso de des-
~matanos :nuy queridos, en cuyo caso la orientación perdía toda
importancia. En los hombres se daba una orientación menos
directa ún~ca:nente frente a destinatarios muy queridos; en el
caso de re1ac10nes con personas no queridas no existía ninauna
relación entre orientación y actitud. No obstante sería ~ece­
sario ratificar estos resultados en situaciones reaÍes; Sommer
/(J(¡-
35
(1965) estudió las orientaciones asumidas por estudiantes en
una mesa rectangular de un bar. y observó que las parejas de
estudiantes elegían para sentarse las esquinas de la mesa: es
decir. sus bustos se hallaban en ángulo recto: si uno de ellos
quería darse vuelta hacia el otro tenía que girar 45°; en dicha
situación hay una gran posibilidad de variaciones en la direc-
ción de la miradz.: para mirar al otro basta con girar la cabeza
sin mover el cuerpo. y lo mismo para apartar la mirada. En
lugar de una orientación cara a cara, al hallarse los interagentes
intensamente implicados. para reducir la implicación tienen
que girar cabeza y cuerpo, con movimientos por lo tanto mucho
más evidentes. En grupos de más personas el fenómeno de la
orientación se hace más complejo: Scheflen (1964) observó que
se puede fraccionar la orientación en el sentido de que un
participante puede orientar parte del cuerpo hacia uno y parte
hacia otro simultáneamente. Los cambios en la orientación del
cuerpo (caderas, hombros. articulaciones) son más lentos que
los de la cabeza y ojos, por lo que asumen especial importancia
en la interacción.
2.-L Postura
~a-~ en gr§-_~_E.9-E!~_jgy_oluntaria que
puede participar en el proceso de comunicación. En cada cultura
cXísten InliC:nasfürillas posibles y-distintas . de estar echados,
sentados o de pie. Existen, pues (Kendon, 1973), varios tipos de
postura, aunque algunas se realicen con escasa frecuencia de-
bido a las dificultades objetivas que comportan; de hecho
existen determinadas posturas vinculadas a situaciones espe-
cíficas de interacción: por ejemplo, arrodillarse en una cere-
monia religiosa. Hewes (1955) hizo un estudio sobre los cam-
bios de postura según el rol y la actitud interpersonal en rela-
ción a la variante cultural: se detectan, por ejemplo, variaciones
entre las posturas del hombre y la mujer. Sin embargo, Hewes
no pretendió establecer los contenidos sociales en los que se
daban cierto tipo de posturas, mientras seguramente existe una
relación directa entre postura y contexto social: de hecho, en
ciertos contextos existen reglas muy precisas para definir qué
posturas son correctas y cuáles no.
Goffman (1961) analizó las reglas posicionales a lo largo
de encuentros entre el personal de un hospital sig_:uiátrico:
para los mierñ ros us mas alto las reglas eran menos
.fígloas; de hecho presentaban una gama de ostura_~---º-ªstante
mas amp11á·qu-e-ra e os miembros de status inferior. _Existen
36
P?Sturas ~antes-s:1periores e i.~riores-so:netidas: por
ejemplo, el porte erguido, la cabeza ecnada hacia--crIT~'Cs y las
manos sobre las caderas pueden indicar deseo de dominación.
Hay posturas distintas que corresponden a situaciones de amis-
tad. y hos~ilid~d, posturas que indican un estado o posición
soc:a~:, quien tiene un cargo importante se sienta erguido y en
pos1c1on central respecto a los demás. Hay posturas convencio-
nales para diferentes situaciones públicas. La postura varía con
el estado emotivo, sobre todo a través de la dimensión reiaia-
miento-tensión: en este sentido los estudios de Mehrabian (1971)
son muy reveladores, y los de Ekman y Friesen (1969) demues-
tran que la postura es menos contrQ@ble que el rostro o el
tono de voz, ~o~ ello~ la reI':l-_C:!ón_entre-~estadO-~Cie-aiiifrio__ y_
-r.ustura,esra-trltirrra-pueae desvelar un~_ ~psi~dad secreta que
)a mascara-deirostrcrno-dejattrrsJucii~ Además, a través de la
postilrauna:-persena puede-mós. trar a los demás presentes su
actitud: por ejemplo, sentándose de forma distinta a los demás,
con mayor o menor compostura. La forma de caminar. de estar
de pie o de sentarse también revela estilos de comportamiento
que son expresión de los roles vividos; además del estado de
á_nimo l~2ostur~S!-iuQjs:_9-r:._la-conE~anza que una persona
-~JS!ne_.en-.SÍ....IQ_i~gia, o la propia imagen que se ha creado de sí
misma. ----------------.
- - - - Mehrabian (1971) analizó la comunicación de actitudes
(valoración y agrado) y status social (poder y control social) a
través de indicios posicionales; observó que la proximidad física,
un contacto visual más intenso, una inclinación hacia delante,
son todas ellas señales encaminadas a comunicar una actitud
positiva hacia el destinatario. La posición asimétrica de las ar-
ticulaciones, la inclinación oblicua o recostada, modalidades es-
pecíficas de relajación de las manos o del cuello constituven
un campo de indicios que denotan «relajación posicional». Ello
puede relacionarse con diferencias de status social entre seña-
lador y receptor: si el receptor es de status inferior, el señala-
dor se mostrará más relajado; y, al contrario, con un receptor
de status superior al suyo se mostrará más tenso y ansioso.
Mehrabian observó también que frente a personas de status
inferior, los sujetos ocupaban una posición «lateral» interpre-
tándola como señal del status de la otra persona.
Estudió también la posición en situaciones duales remi-
tiéndola al grado de ace.pt~ción (agradable-desagradable) rela-
tiva al receptor, al status del receptor (superior-inferior) y al
sexo de los interlocutores. El análisis de las señales de relaja-
ción ofreció dos resultados: los sujetos se mostraban más rela-
jados con interlocutores de status inferior al suyo y menos rela-
.ICID'.-
37
 jados con los de status superior; también se encontraban más
relajados frente a interlocutores del sexo femenino. Una expe-
rimentación análoga en la que los interlocutores permanecieron
sentados dio resultados semejantes; además se pudo ·observar
que los sujetos de sexo femenino eran más directos que los
sujetos de sexo masculino hacia su interlocutor; no fue obser-
vado ningún efecto significativo en relación al sexo del recep-
tor, cuando el status del indicador era inferior al del receptor.
Los resultados de los estudios de Mehrabian indican
pues de forma concluyente la existencia de una directa rela-
ción lineal entre postura y actitud hacia el receptor; y en parti-
cular, que el relajamiento es una función lineal decreciente de
una actitud positiva hacia el receptor, y que el relajamiento
c..umenta linealmente con el aumento del poco agrado producido
por el receptor, excepto en el caso de «indicadores» varones
que, al dirigirse a otro varón sumamente poco grato mostraron
1
el nivel más bajo de relajación; el fenómeno fue interpretado
como resultado de la vigilancia motivada por la intimidación
ejercida. por el otro.
'----- Mehrabian (1971) también es autor de una serie de tra-
bajos sobre la postura en situaciones __E.ill2Jicgs. Ofrece los re-
sultados del estudio ef~ ambientes: una calle, un
espacio para un picnic y el campus de una universidad. De
dichos estudios se desprende claramente la relación entre pos-
tura y actividad desarrollada, existiendo importantes diferen-
cias según las distintas situaciones. Por ejemplo, en lugare~_
púb~úblicos las personas que ~~ s~ -~-~llan i~tere­
saaas en ninaún c::~troJ:mrt1cUiarere-atenc10n permanecen ae
pl~~oqefe~e~~n:ente sobre una pierna _r:rás qu~:en·-.
ambas, y sin orient-ª:C: Ia caoeza y el busto en la misma dir~5-'.~~
·~Laspersonas qÜe--senallán al margen de la situación,
fiinr0 a nivel espacial como a nivel de interés, asumen la pos-
tura de la mano sobre las caderas con más frecuencia que las
que participan activamente en la interacción o las que se hallan
físicamente en el lugar del encuentro; las personas que, al
margen de la situación, la están sondeando, tienden a mantener
la cabeza levemente echada hacia atrás o en posición erguida,
mientras que los que participan directam~nte en el e:icu~ntro
tienden más bien a mantener la cabeza ligeramente mclmada
\ hacia delante.
Scheflen (1964) demostró que la postura depende de
otros aspectos de la relación entre los miembros de un grupo.
Por tanto, la forma en la que un miembro remite ~u postura
a la de su interlocutor puede constituir un aspecto mte.resante
del comportamiento comunicativo. También ha estudiado la
38
congruencia entre las posturas de dos interlocutores: los J?icm-
bros de un mismo grupo pueden adoptar posturas semejantes
o diferentes.
Los interesantes estudios de Charny (1966) considera-
ron la relación entre congruencia posicional y otros parámetros
interpersonales (por ejemplo, en el terreno del coloquio psi-
quiátrico); puso de manifiesto así las relaciones entre congruen-
cia posiciom:l y producción verbal, y entre incongruencia po-
sicional y activación emocional. La incongruencia posicional
dependería de la «distancia psicológica» entre los interlocutores
o de las diferencias de roles en el seno de la relación.
2.5. Configuraciones y disposiciones espaciales
Las señales de comunicación no verbal presentadas has-
ta el momento (contacto físico, proximidad, orientación y pos-
tura) tienen en común la característica de ser elementos espa-
ciales, de cuya interacción e integración nace como resultado
la configuración espacial (Kendon, 1973) de los distintos tipos
de interacción social; constituyen pues importantes fuentes de
información sobre cómo los individuos se relacionan entre sí
y con el encuentro como un todo: por ejemplo, podemos afir-
mar con toda seguridad que existe una relación entre configu-
ración espacial de la interacción y diferencia de roles. También
podemos observar que el tipo de interacción iniciada por un
grupo estará en relación con la disposición espacial adoptada.
HalL{l 966 )_ es tal:üg_G_~_CJ.If.itr.9__clifS!r:~IltS!_S _distancias o zo-
nas para-Ía interacción humana: íntima, personal, social y pú-
blica;--Ilü-lodos -se comportiñ con idéntica seguridad en las
-cÜafro- sifiúiC:fones: algunos se sienten incómodos en la pública
(por ejemplo, -sobre un escenario) 9 __en la social (una comida
con muchos comensales); o~ no soportan estar en contac_tQ_
con los demás, incluyendo a aguello_s_que._cp_mQ~el _c:_?nyuge, .
tienen derechoa contar_ CDILS.emej..ante contactoc -----
Sommer (1965) estudió la disposición espacial con parejas
implicadas en diferentes modalidades de encuentro: competi-
tivo, cooperativo, de autonomía, de trabajo: la tendencia de las
parejas en competición era sentarse una frente a otra, la de
las parejas en cooperación sentarse una al lado de otra o, con
mayor frecuencia, en diagonal.
S~gún -la distancia, los sentidos ops!_r_¡:¡..Il___Q~__forma dis-
tinta: a un~-1!!tiroª..s_alo_!:,_Qg~t_()__ y_j_'!._C~~ ri_uede~_t_rans-_
mitir informaciones; a m~isj:ancia se usan vista y_ofüé¿,_y_
su eficacia disminuye al aumentar la d.IStanc;g~~nt®f:ts_~gtr::i~--
- ./&~-
39
~n juego modelos de lenguaje formal, mientras disminuye la
_i~~or_!~rassenaresno-v-erbales jcomo gestos c.óU:..::la
cabeza, cambios en la expresión del rostro). Hall no suministra
fodicacioñes___soor-efüssituacio-nes-en las-que se adoptan dife-
rentes distancias; Sommer (1961) y Little (1965) subrayan en
cambio la importancia de esta situación. Por ejemplo, la comu-
nicación en ambiente público tendrá lugar a menor _distancia~
que la que- se .Pr9dué~eg-}Jii-airióieiite pri~ -de hecho la
menor distancia en público Oemuestra -~J énfª,5_ÍS del hallarse
Jurifos~- hecho-- que no hay por qué evíd.enciar en el interior de
un des-pacho o de una habitación. La distancia expresa aquí la
relación entre el encuentro y otras actividades que pueden des-
arrollarse en el mismo lugar.
Además, el mantenimiento de la misma disposición es-
pacial dentro de un grupo indicará una concordancia a nivel
de intimidad, de dominación y de otras dimensiones de la inter-
acción, mientras los cambios de la disposición espacial habrá
que interpretarlos como cambios del consenso en el :;eno de la
interacción.
3. Los movimientos del cuerpo
Uno de los aspectos más interesantes del comporta-
miento no verbal y, en este sentido, uno de los temas más
frecuentes de investigación, es el representado por la ges-
tualidad.
Ekman y Friesen (1969 y 1972) se cuentan entre los
principales- autores que han conferido un fuerte impulso a la
investigación en el terreno de la gestualidad. En sus investiga-
ciones han aplicado un método de tipo global, considerando en
su conjunto, y no a cada uno por separado, los elementos del
comportamiento motriz, como la expresión del rostro, los movi-
mientos de la cara, de las manos, de las extremidades, a ser
posible en el mismo sujeto y en la misma situación.
Dicho enfoque ilustra claramente cómo en toda la gama
del CNV la realidad del movimiento, es decir, del comporta-
miento motriz de una persona, posee una expresividad globa(
aunque puedan ser diferenciados y sometidos a análisis deta-
llado cada uno de los movimientos y los gestos relativos a cáda
parte del cuerpo. Entre los diferentes movimientos algunos re-
sultan ser particularmente expresivos, como los gestos con las
manos y con la cabeza.
40
3.1. Los gestos
El movimiento de las manos es enormemente expre-
sivo: sobre este tipo de señales no verbales se han hecho estu-
dios sistemáticos que se han planteado como principal objetivo
establecer una relación entre los gestos y los estados emotivos,
atribuirles un particular significado, o analizar sus funciones en
relación a la comunicación verbal; estos estudios permitieron a
numerosos investigadores establecer diferentes clasificaciones
de los gestos (véase Cuadro 2).
Ekman Friese 1969 19_]].l estab~~ie.IQQ__ cinco cate-
gorías de señales no verbal~s, _que,..si. bien-se-re-figren_ a los moví-
- mientas de todas las partes ,\;!el cuer]2..QJ__d_efinen_e.sp_ecialmente
los gestos de las manos. \Al2:unas-de ellas son señales «emblemá-
hcas» (emblems)' o bien" s~ñales emitidas intencÍOnalITiente con
un significado específico que puede ser traducido directamente
por palabras; gestos típicamente emblemáticos son por ejemplo
el acto de ~ar la mano en señal de saludo, el llamar a alguien
mediante gestos de la cabeza, el acto de indicar; dichos gestos
pueden repetir o_...s.u_@i:__el con teni.d_Q_d.e la CQ!!1U_f1.i~ª-.QQQ_verbal.
rpueden ser utilizados cuando la comunicación verbal tenga al-
gún impedimento, pueden dar mayor énfasis a los aspectos más
rituales del intercambio verbal (saludo, despedida). Los gestos
«~tivos» (illust!.QJ_Qr_s) se hallan representados por todos
aquellos movimientos que la mayoría de los individuos realiza
durante la comunicación \·erbal y que ilustran lo que se va
diciendo. Algunos de ellos se..~raf!Jas partes sucesirns del dis-
_cy_r_?_Q, y en último extremq podrían ser considerados como un
sisJ:~IIlª- de-pj_¡nt_l-l_iclc)n,, otro,5 amplían o completan el contenido
de lá ~_c:>municación indicando- relaciones espaciales, delineando
formas de objetos o movimientos. Se trata de gestos emitidos
conseientemente y en algunos casos incluso intencionalmente
(al igual, por otra parte, que los gestos emblemáticos) y varían
en relación al background étnico y cultural del individuo. Otras
señales no verbales son «indica.dores.del estado emotivo» de la
persona que los emite (a{feC{ displays); -~i:in~al prin:
_Sipal__para la «ostentación>~~JQ.s estadg_~_ge__ánimo est~e­
sentado por la cara, tamOién los gestos cumplen una función
en este sentido: de hecho, la ansiedad y la tensión emotiva
originan transformaciones reconocibles en los movimientos de
un individuo; un gesto típico perteneciente a esta categoría es
el representado por el acto de agitar un puño en señal de rabia.
l1 Movimientos y gest~ucidos tarñmerr--porparte-de
quien habla o quien escucha con objeto de regular la sincro-
nización de las intervenciones a lo largo del diálogo: son las
.;&'J-.-
41
señales «reguladoras» (regulators) que ti~E_ci~n ~an~ener e!
flujo de :ra-cxmversaé10n y que pueden__ _ip.c:hc:ar a q~1en esta__
hablañdo- si su TnterTócufor'-esfájntere.~'!_dO_ e_ri_lo_que dice o no.
si -aesea- hablar,--si --ae-s-ea-· iiiterrumpir la comunicación, etc.;
además de unos cuantos gestos muy típicos de las manos,
pueden utilizarse con este objeto los movimientos co~ la ca~eza,
el arquear las cejas, el cambiar de postura, etc. Existen !~nal­
mente algunos gestos no intencionales que las personas utilizan
sistemáticamente, al haber aprendido precedentemen~e a rec?""
nacer su utilidad, y que pasan a formar parte del mventano
comoortamental del individuo que los utiliza con fines de
auto~recrulación en las distintas situaciones de la vida cotidiana;
son los gestos de «_~daptación» (adap_fQ1:.f), que repr~sen~an una
0
forma de satisfacer y controlar necesidades, motivac10nes Y
emociones relacionadas con situaciones concretas en las que el
individuo se halla inmerso; aprendidas generalmente durante la
infancia como parte de un modelo global de comportamiento
adaptivo, representan, en el adulto, señales ~abitua_les _general-
mente inconscientes, no dirigidas a comumcar nmgun men-
saje específico. Ekman y Friesen, dentro de esta última cate-
goría, distinguen tres tipos de señales no_ verbales: ~os t~e~tos
«auto-adaptivos» (self-adaptors), cuy~s . ejemplos ma~ .1pi~?s
los constituyen toda esa serie de mov1m1entos de mampulac10n
del propio cuerpo que los individuos re~l~zan en el transcurso
de la interacción; los gestos de «adaptac10n centrados sobre el
otro» (alter-adaptors) y los gestos de «ad~ptación dirigid~s a
objetos» (ob jec-adaptors). Lg_s__au.tore_s_senalan-.que_l8:s.. _cm~o
categorías de gestos ~or _t=!llos _J?re~en~ad_as n_o_ ¡:ios~~n un c~r~c­
fer a~siv.i~fad~_en el sentido áe que un gest~ no .esta m-
cluido nt&esariamente en una S()l,a de las categonas, smo que
puede pertene~_una:_ j
------=
Cuadro 2. Clasificación comparada de los gestos
Rosenfeld ( 1966) :
l. gesticulación
2. manipulación de sí mismo
Freedman y Hoffman (1967):
l. movimientos centrados en opjetos y relacionados con el
discurso
2. movimientos centrados en el cuerpo y sin relación con el
discurso
42
Mahl (1968):
l. gestos comunicativos
2. gestos autistas
Ekman y Friesen (1969):
l. gestos emblemáticos
2. gestos ilustrativos
3. gestos que expresan estados emotivos
4. gestos reguladores de la interacción
S. gestos de adaptación
Argyle (1975):
l. gestos ilustrativos y otras señales vinculadas al lenguaje
2. señales convencionales y lenguaje de signos
3. movimientos que expresan estados emotivos y actitudes inter-
personales
4. movimientos que expresan la personalidad
S. movimientos utilizados en los rituales y en las ceremonias
Rosenfeld (1966) subdivide el comportamiento gestual
de los inCiívÍCÍÜos en dos grandes categorías: gesticulación pro-
~nte dich(;l, y manipulación de sí mismo~ a la pnmera
categ~necen ..foooslos gestos aeTosorazos, de las ma-
nos o de los dedos que, al moverse, no entran en contacto con
las demás partes del cuerpo y que parecen indicar, en el trans-
curso de la interacción, una forma positiva de atención y de
implicación y son considerados por Rosenfeld como caracterís-
ticos de todos aquellos que buscan la aprobación y el consenso
del interlocutor; a la otra categoría pertenecen los gestos que
implican el movimiento de una parte del cuerpo en contacto
con otra: por ejemplo, rascarse o darse golpecitos sobre una
pierna o un brazo; dichos gestos parecerían indicar embarazo
y serían característicos, según Rosenfeld, de quienes evitan la
aprobación.
Freedman y Hoffrnan (1967) distinguieron los gestos en
base a que estuvieran o no orientados _s_obre el CUer po-cte-1 mdI-
yiduo, y a que estuvierar1o-noviiiculados a faC:Omuri.ícación
verba : e es e mo erencian los «movimientos-centraaós
.eñuñ objeto y vinculados al discurso» (object-focussed ami
speech-related) de los «movimientos centrados en el cuerpo y no
vinculados al discurso» (body-focussed and non speech-related);
los primeros, a consecuencia de su estrecha relación con el
discurso, parecen funcionar claramente como modificadores del
proceso de comunicación verbal; el grado de integración entre
/08-
43
éstos y la comunicación verbal en cu~so refleja: según los auto-
las manos que se realizan en el marco de las distintas moda-
res, el grado de organización del prop10 pensam1en~o. Los gestos
lidades de saludo; también en el caso de gestos que poseen una
pertenecientes al segundo grupo, al carecer de vmculo con la
específica traducción verbal, _?ay que señalar que muy_ _<l_ me:
~omunicación verbal, son considerados como gestos que ~es­
nudo las p~labr5!~ __ng Jra,Q_s_miteilla mtensidad emotiva que po-
ponden a procesos internos, físicos o. psicológicos; su func1~n.
en cuanto movimientos que implican un contacto sensorial
seen-las senales .na---verbales. J,os lenguajes basados en señales
convencionales son característicos de ciertas culturas (indios de
directo, es probablemente la de modificar la experien~i,a sen-
América, aborígenes de Australia) o de categorías de personas
sorial; pueden llegar a inf~uenci~~ ~1 estado de tens10n del
con algún déficit sensorial (sordomudos). Los aestos que ex-
cuerpo, disminuyéndola o mtens1flcandola. En cuan~o. a lo_~
crestos-vinculados--aL-discurso,_ Freedman y Hoffm~_!Ilguen presan estl_!_c!º~'l!-º~ivo_s_ no tienen como finalid~ncipal Ta
:é-stos que asumen la función de enfatizar todo fo que se die~, aecomu:rucar con los demás, tanto si son interpretados como
reflejo de tensiones emocionales o como expresión de actitucks
movimientos qirigidosy___rt:producir cierta~_f~I.!Pª-.S__ Q_~ des.c~1-
hacia uno mismo; se trata de gestos, por lo general. dirigidos
bir un concreto referen_t~ físic_g, gestos que i:g.~entan descnbir
-ª')Eü0e1ogile -un..__concr.et.Q_referente físico carece,_ como el a sí mismo (como los gestos de manipulación de sí mi;mo).
realizados en privado o en situaciones interpersonales caracte-
flu~idea. . . . rizadas por un alto grado de intimidad y a menudo reprimidos
También Mahl (1968) clasifica los mov1m1entos de 1,as
~ , . en situaciones públicas. También pertenecen a este grupo los
manos de acuerdo a dos categonas generales: gestos ~COn;!!:!lli:
gestos que expresan actitudes interpersonales. Por último, exis-
cativos» (communicative) y gestos «autistas» (autistic). LO'S pri-
ten los gestos que, al organizarse en un específico estilo expre-
meros son considerados como sustitutos de expresiones verba-
sivo, gestual [!presentan la especificidad de la perso+i~
les, que poseen el mismo significa~o para to~os los individuos
~er, hasta el punto de permitir, por ejemplo, su recono-
implicados en la interacción (por eJe_mplo, se:ia~ar con el ~ed~.
cimiento a distáncia; es decir, toda persona, aunque modifique
dar un puñetazo sobre la mesa, realizar movimientos explicati-
su moda~idad expresiva a tenor de las diferentes situaciones y
vos de la verbalización); los del otro grupo son gesto~ espon-
de los diferentes estados de ánimo, mantiene un estilo global
táneos, aparentemente carentes de cuali~ades comumca~1vas,
de comportamiento típico y original que la distingue de los de-
que en general no suelen considerars~ sustltu~os_ de expres10nes
verbales (por ejemplo, rascarse, mampular dist.mtas partes del más individuos. Por último Argyle cita los .gestos utilÍ2í/.dos en_
cuerpo o el propio vestido, juguetear con amllos. collares u el marco de ritoS-l:e]j_gj_QJ_os, de_cern_nz_onjq~, de representaciones
dramáticas. ~e asumen s~g_:gjfic-ªdº por asociación o por analo-
otros objetos). . . . . g1a, convirtiendose muy a menudo en reales y verdaderas señales
Argyle (1975), finalmente, _di.gingu~ cmco tipos dife- convencionales.
rentes de-señales no verbales: ~.!_g_~_d_e_tlus_tny:.:19ny-otra~
-se;1aze5~1iCil"ladas al discurso, s~g_nos co_l'}:i:__e!!:E~~es, movi-
mien,tos_q~~ expresan estaao5-_irrlO_l~1!_0S, rnOY._~1!-_!!_l_!!OS que eX- 3.2. Gestos con Za cabeza
presarz_E:_Garáaer, movomentos utihzados en zc:s_ ntuafe~. Per-
tenecen al pnmer grupo de gesto~toaos aque11?s. movimientos
que en relación al discurso contr~buyen a ~xphcitar la e:truc- Se trata de una de las señales no verbales_más veloces·
~-----·
,~e apa~~ntemer:te msign[ficante~_'.__~s!_~_ st:fí.<l_!~~_?ü_Il__ en__c:_am."
.
tura de la emisión verbal y defmen el ntmo, proporcionan
_!zjQ_ÜnPQCTnntes IQ~ca-dores respecto al desarrollo de la inter-
énfasis transmiten ulteriores informaciones e ilustran figura- acción. ----- ----------- ----
tivame~te lo que es expresado a nivel verbal, permiter:_ al oyei:te
enviar informaciones de retorno al que habla (f eed-back) e m- --~ Yn gesto con-1.Lca~~?- por el oyente es perci-
bido por el que habla como signo de atención o de asentimiento,
dicar el grado de atención, facilitan la. sincronización entre am-
desarrolla pues en este caso una función de «refuerzo» en el
bos interlocutores. Son gestos convenc10nale.s los que poseen un
sentido de recompensar el comportamiento precedente y de
significado universarffiente a·ceptado dentro de una cultura; el
estimularlo; también puede desarrollar una importante función
significado específico de dichos gestos puede o no ser tradu-
en el control de la sincronización del discurso entre dos inter-
cido directamente por palabras: los ejemplos típicos de dichos
gestos están representados por los diferentes movimientos de locut<;>r~s. ~ue en.ln_glat_e_rr_ª__un_ gesto de
asentimiento es la señal enviada al que habla para comunicarle
44 .,/(tJ c¡ .....
45
que prosiga su discu_rsg!._!lli~_n tr_5!,s;--q1c~e_t.!_n8: r;:'tpi~::t2ll_Cesj§_fl:_9e
crestas de asentimiento sirve par~nd_i_c::a_!"_g_t:~ qm~~lg~_fec!ua
€.sm--cte-seandoasuvez iomarla palabra. Es decir, que el líder
de un crrupo 6 el que lleva-un-a--co-ñveisadón puede regular la
sucesió~ de las intervenciones a partir de los gestos co11: la
cabeza. En general, los gestos con la cabeza se ~allan coordma-
dos con otros movimientos físicos en los dos mteragente.s, de
forma que parece desarrollarse entre los dos una especie de
«danza gestual» (Argyle, 1972 b).
4. La expresión de la cara
Esta señal se limita a los cambios de posición de los
ojos, de la boca, de las cejas, de los músculos faciales, a la
sudación frontal, etc.gs~!:'l-·_ p9r ta::it~, puede ~e~ contemplada
como «zona de comunicación especializada» _!J.tlliz9_g_ª_2ara co-
muri.1caremücíoneu actitudes.
·...___ __ -- Ekmaii-y-Friesen (1969) llaman «exhibidoras de afectos>~
(affect-displays) a estas señales no verbales que ~xpr~san un
estado emotivo, y consideran la cara como sede pnmana de la
expresión de las emociones.
Mientras entre los animales no existen problema~ de
percepción nL de interpretación de las emociones v!ncu_ladas al
-e:onTroraefa expresión facial, dichos problemas s_1 existen_ en
car=ñ5lo en treTos -~nos,J.os cualeS-pueden_c_o_ntr~_l te~ar
susproj:na-s emociones (por ejemplo, sonr~~n una situaci,ón
emotiva-ae1=abia o de ofensa). Podernos_afu::J:Ilar,_pues, ql1e ias
e~resiQ!!~~~pontá~eas :2~E_f!l~n~c~n~f!~s yece_s o_<=:l!!~as _de-
bido a las importantes restriccion~~-~_élS que s~halla so~~tida
la expresión de actifw:Tes y-e_D:1-9~i()!l~s consideradas nega~1~a.s.
No obstante,-en-a1gan1Js-a-spectos_~l_coI1trgl se hace muy ~ihcil,
como en el caso -m~·-ra-ttañ~_i_ración en est_éld~s d_e ans_i~dad,
la dITatacíón de -fas _pupilas en esfaao-deexcitacióri~--e1-micro­
·movimiento--en relaciÓ-n a_?eDJ:imientos_ reprimJc:l_o_s.
----- Gr1dis--71929f-fotografió a sujetos que asistían a la
decapitación de un ratón. Muchos sujetos sonreían al ver al
ratón decapitado; lo cual no indica necesariamente alegre c~r;11-
placencia, pero sí revela un aspecto int~res_ar:te de la expre~1on
emotiva· es decir, el hecho de que los md1v1duos no dan libre
expresiÓn a sus sentimientos, siiÍO ·!:le los controlan mostrand9
una « achada». una¿12resentación de sí mismos;>. . .. ,
Lazarus (1969) estudió estas «reglas~.l.CJ.On» en
un estudio hecho sobre sujetos -~~~E_~japoneses. Mien-
46
tras asistían a la proyecc10n de una mala película SW' c.,~-.
reflejaron distintas actitudes de desagrado. Luego, cuancu :~, --
ron interrogados a propósito de la p~_lí<:_l1_l_?__ por: los expe-_ i¡-; -~>
tadores, los su3etos amencanos manifestaron las mismas ex-
-pres-iones, mientras los japoneses permanecieron -- i~PZt.Sibles.
_Ekman y Friesen (1969) afirman que existen reglas de
exhibición de las expres10nes del rostro y gue de12ende de -~J9_~
~ que una expresión se~~tada abiertamente. modificada_
o bien totalmente reprimida: Haggard e Isaacs (1966) consi-
gmeron diferenciar expresiones de brevísima duración al pro-
yectar material filmado en cámara lenta.
Las reglas de exhibición de las expresiones faciales, se-
gún Ekman y Friesen, actuarían de la misma__fm:mª_en__cª-clª
!ndividuo durante su desarrollo. Por ejemplo, ]E_s__e_xhibiciope~
de cóler odrían desarrollarse a partir de los movimientos
mus~nlares en 1ª,s zonas de la boca y e los ojos; la liifeli~i__c!_a_C!_
podna desarrollarse a partir de un estado de agotamiento,
'-'quizá con algTJnas de las características asociadas a un-largo
período de resistencia
--- -----..__
al dolor físico; las exhibiciones· de tris-
- - ___, - - ~---- - ----!
~z~ postdan_Jene1::::::s:rr12t±gen::::en=c1ei:tas-constantes--vinculadas a
contracciones..dolor:osa._s_y a un estado d~_ªgotami~nto; el miedo
podría proceder..de-una_combi~n-del reflajo de espanto con.
las contraccio~ dolorosas.. ---
Tomkins (1962) sostiene que el adiestramiento social
enseña al individuo un cierto número de asociacionesentre ·
·acont_~~i_IT!ieDJQ~~--¿~~i~~Q_s;_}jEyfsforii~ y_-emo~ioI1~s.PCú: ejeri1=
plo, la fisonomía facial de una persona que tiene hambre mos-
trará una cierta conformación, pero lo que suscita hambre se
halla determinado, al menos en parte, por el aprendizaje social.
con variantes interculturales. En consecueru;;_ia, las reglas de
exhibición serían socialmente <mrendi.Q_as, probablemente du-
rante los primeros años de vida, y de ellas dependerá el que
una emoción sea expresada tal cual, modificada o totalmente
reprimida. ~kman _y_friesen (1969) distinguieron cuatro impor-
tantes reglas de exhibición:
l. des-intensifiC-ar el indicio visual de una cierta emo-
cwn: por ejemplo mostrar un ligero temor cuando se experi-
menta un tremendo miedo;
2. aumentar Za intensidad: tener un miedo moderado
y simularlo enorme;
3. aparentar indiferencia: mostrar una expresión neu-
tra mientras se experimenta emoción;
4. disimular la emoción experimentada: tener miedo
//IJ-
47
y ostentar seguridad, disimular por tanto. la emoción realmente
experimentada simulando una no experimentada.
Seaún ambos autores existen precisas normas sociales,·
frutQ ggfürendiz--ªje, y qu~-Y.~ªI! segú? la cultura. a p_ro~to
de cuaj_es..1a-Xe.g_~_q_~1~Dtªc!Q_n_apLo~ara cada eU1,°C:~~E:_
Estas displays rules tienen en cuenta las caractenst~~as
de la personalidad de cada individuo que expresa la emoc10n,
las de· los que observan la exhibi~ión de. la e~oción, y el con-
texto social. Para hacer este estud10 los mves t.Iga~ores ~e basa-
ron en expresiones faciales, generalmente a partir de rotogra-
fías, para muchas de las cuales posaron actores. ~n otros casos
las fotografías procedían de situaciones de la vida real o de
laboratorio. . r::.ropias. emo.c~one~: Muchosrrabajos se propusieron como obje-
La utilización de fotografías tiene el incor;i~emen~e. de
presentar al que hará de juez una única expres1?n ~st,at1~a.
mientras en la realidad se observaría una secuencia dmam1ca
de cambios en la expresión facial. , .
Los límites y la artificiosidad de esta.s tec.mcas han
sido superados en cambio por la utiliza~ión de hlmac10.nes muy
breves y por la observación de emoc10nes y expres10nes en
situaciones reales.
Los criterios de valoración empleados son, según Cook
(1971), poco satisfactorios: una limitación de los juicios d~ reco-
nocimiento reside en el hecho de que son formulados por Jueces
que no interactúan con los sujetos; se trata de. jueces verbales,
mientras muchos tipos de juicios de las emoc10nes no pueden
ser conscientemente formulados.
~8) afirma qu~l~~ción de fotograf~~s
está fuertemente uffiuenciada por_ su mserc10n _<=:n__un __~9.ntexto,
y _que__lJ-ll!:<:~~ente él-~-~l2~~~@~- t~~~~d~~~~~s~-~mism~ ~-s-~~paz
d_~:e_~porc~oiiar· i~f?rm_aci()~es. ~egun i::agmn (1969) los mves-
tiaadores que utilizaron fotograhas realizadas en contextos so-
ci~les naturales lleaan a resultados menos precisos que los que
emplearon fotografías con sujetos __en pose, debido a que los
sujetos del primer tipo de fotogranas ~~-~11_do muestra!,1 ex-:.
presione_? in~speradas. . . . .
- ---~-- Los ~o.s.__:t¿_tihzados han sido criticado~. de. ;odas
i
maneras'"~ pQLSJ.Lartificiosidad como por la utihzac10n de
·criterios de individuación insatisfactorios. Tal vez los resulta-
dos obtenidos de los trabajos sobre el reconocimiento de las
emociones indican simplemente que los jueces pueden tener
ciertas imáaenes estereotipadas de expresiones del rostro y no
demuestranº su capacidad de identificar expre~iones re~les. ,
Según algunos trabajos, ciertas emoc10nes senan mas
-'-----
48
~cil y direc_t_am_ente identificables que otras: Thompson y Melt-
zerTr904) observan ~or, miedo, soiiinás facil-
. mente reconocibles --9.!l~_cii;;@~to, desprecio, dolor. Da-1,~itz (1964 )-
,a partir del examen de las expresiones vocales de las emociones
o_?s~!0'-~_CJ.l1e es más difícil identificar emociones seIT1e)~nt~~-q_-~~
fas que no lo son. -- ------------------------------ - ·
En torno al problema del reconocimiento de las emo-
ciones existe una extensa bibliografía experimental.
~s__pr.~r:@-ª.0s de investigac;ión. _sobre-las_ex-
presiones v sobre el reconodmien-tocie----¡;_5 emociones se r~:_-
rñüm~n a Darwi~~Z2) ,_qg~_s-~ proponía compro ar por via
expe:imental .~ona evolucionista sobre la expresión de las
tivo la identihcacion de ciertas expresiones de la cara asociadas
a las diferent~s emociones. _parwiE_i_l~I2Lsostiene-que_el origen
d~ las ~del rostro está en relación con las respuestas
da_slit2..._P_9I.~_rganismo-erfcieterniíiiadas ·situaciones. Cook
(1971) ~firma ~ue -la--Teoría-danviiiiaiia-asociJ:cimj:Jlícitamente
determmadas situaciones específicas a conformaciones del ros-
tro. ~os primeros estudios intentaban comprobar si algunas
emoci~n~s ~ran mejor expresadas por la parte superior o por la
parte mtenor de la cara, sin que se lleaase a resultados de-
finitivos. "'
Pollack, Rubinstein y Horowitz (1960) realizaron estu-
dios experimentales sobre la expresión vocal de las emociones,
de. los que se desprende que, incluso en una situación muy
rmdosa, es posible identificar las emociones. Este dato es sia-
nificativo porque }mplica ue la expresión em _th:a_e_Lmás bie~
[~ante. y que en condiciones norma es el juez. al disponer
de un muestrario de elementos más amplio, podrá desempeñar
su tarea con mayores probabilidades de formular un juicio
exacto.
Ekman y Friesen están de acuerdo__con_J¿~li;::win (1872)
en admitirlaexistencia de movimientos de músculos -faciales
!!QICOLpara _C9_cl_9,_~?_ta~o ~.Il1QCiQnaL prÍmarÍo: se-trataría de·
~~vimient~s_ in-!;-~~<?_5 _t_r:_~n5_~bles_por vía here.Qlliiiii. El pro=.-
blem~ de la defmicú:ín específica de los «afectos primarios» (o
emociones fundamentales) ha levantado más de una polémica.
A P.esar de las diferencias metodológicas, teóricas, ambientales,
soc10-culturales que han presidido estos estudios, se ha llegado
a ?istinguir .siete afecl~s__p~~-f~licid~si,J~Q!JJre~~-el_
.~Ja__n~oler~s_agr:_éidJLY~Linterés_
Woodworth (1938) fue el primero en proponer las siete
emociones primarias; más tarde Schlosberg (1954) propuso un
esquema circular de las emociones, y llegó a establecer una
_,,//,/-
49
 . 1 el reconocimiento de las expre- subir las comis.JJras de los labios en señal de satisfacción, hasta
estructura tridimens10na p~ra d calma-tensión, atención- bajarlas en señal de desagrado. ----·- .
siones del rost~o: agrado- t:~:g~;~nsiones se puede valorar ··-·- Las expresiones delrostro, afirma Cook (1971). además
rechazo. A par~ir. de ~stas en este espacio tridimensional, a de transmitir emociones, pueden facilitar también otr:Q_fl~
cualquier sentimiento. y, d sentimientos distintos. Se con- inforrnac10nes. Birdwhistell (1968) suministró algunos datos
puntos distintos correspon d~n d la valoración de sentimientos sobre las transformaciones en los rasgos de la cara de una
sidera útil desplazar el estu ~? ~es indicios no verbales, a una persona que habla, en relación a lo gue dice~ª.sL.í:;_omo por -
aislados y de sus corresp~n i~n generales del comportamien- parte del interlocutor, corno respuesta a lo_gue escl1~hª, Elaboró
caracterización de los «re erer: e~> dimensiones limitadas. Con un sistema «quinésico» segun el cual, en el espacio cultural
to no verbal sobre .u.n esra~~o nt~icación de grandes clases de norteamericano, se pueden diferenciar 53- variantes significati-
ello se esperaba facilltar a i e , ~ llamadas «qumemas» por analogía con los fonemas. Bird-
. b 1 relacionadas entre si.
comportami~nto no ver a ubsisten en torno a ella_ num':: whistell sostiene que ~l g_ue babia utiliza «subrayados gJJ.iné-
Esta por demostrar Y s .----tmovimientos ca- ~» como arquear las cejas mientras subraya vocalmente )as
, . 1 t rmación de que ex1s en - palabras (los subrayados pueden con§.!~t.!:r. tam];>i~n~é!í_g~~tos) .
!'()SaS po~em1cas, ~ al OS. roúsculosfaei~l~~_Q.ªr_a-;-c;ad_~ up.ª
.r~_!:en~!I_co~-.~~-encial~s --~~-!___tkman y-Friesen sC?_st~_~nen . 9.t1:. - Análogas señales transrriifeel interlocutor como res-
de las emoc1ones-pnmar~as. íl.--s--..r.::r-;er·-ostr. 0 provocados.- puesta: según Condon y Ogston (1966) existe una sincronía entre
·-. · · f muscu are uca . . , . ,-·
m~smuvnmen os aa:··------;·e-·m· p-re·1·0-·s inismos a traves las señales y los movimientos del que habla. Naturalmente se
______ -~~ d t na a son s1 · ···•
por una emoc1on_: ~ e!m1 . __ ,__ .•. · ·· - - - - · riar notablemente trata de material inicial, haciéndose necesarios estudios más
.~ lt ras en cambio puede~ ..!'<l ---- - . . . d .. - sistemáticos y precisos.
~e-~~rer~ntes cu u ' .... ·);· de.las . emociones, las «reglas e
los «e5t1mulos evocadores_.-.--- - -------··p· ·5- ,.-- Uno de los problemas planteados y afrontados por la
·-'- . . . , --· - ~ encias comportamenLate . .
exñ:1brc1on» Y tas co~~ec_i:__~---:--i...·a·n·-···p· fop-ofciónado ulteriores investigación es el del universalismo o relativismo a propósito
.· a.
.t..stu 10
s muy recientes l l
. . , de los «referentes» del com- de las expresiones de las emociones: es decir, si las expresiones
elementos para la caracterl1zac~~n inos de una zona de dimen- emotivas son de tipo universal o peculiares de determinadas
portamiento no verbal en os erro culturas. También se ha planteado el problema de eventuales
siones limitadas. . , d 1 rostro con todas sus posibles trans- diferencias interculturales en la interpretación de las emociones
· .
. J,.,a. ~re_~;.~n e ién en estrecha combmación__ ~on y de las características generales interculturales de la percep-
formaciones es utilizada !ambd. i·· ue habla come» del que es- ción de las emociones.
· t nto por parte e q . · · ·· · ·· . ~=-'t";· .En este sentido_p.uede...ser...interesante_citar los estudios
el 1enguaJe, a . compafi~ sus expresiones verua1es
cucf!.a'._Qe hecho e.l pnmer~ a ue le sirven para enmarcar, interculturales realizados por EkI!l_ap_ (1971) y por sus colabo-
·de ciertas expres1011:e~ faci.al;s q tar lo que dice; el oyente raciores. ·--- ..
atribuir valor, n::od1ficar, I~ e~~eescucha con leves movimien- Tras una detenida selección, fueron examinadas más
expresa sus re~cc1ones ante .º q de la frente, para indicar des- de 3.000 fotografías y secuencias filmadas, adoptando la técnica
tos de los lab10s, de las ceJaS,f facción perplejidad, indiferen- del FAST (esquema de decodificación de los movimientos fa-
a~uerdo o ~cuerdo, sor p r e;~)s~f~~cen un' comentano continuado
cm. ~as ceps (Argyle, . 1 97 . -~
ciales asociados a cada uno de los afectos primarios). Se des-
cartaron las expresiones faciales más complejas, es decir, las
y puntual según la sigmente escala. que presentaban indicios de varios estados de ánimo: se ais-
laron así las expresiones «puras» que expresaban un único
incredulidad estado de ánimo. Se llegó a u_n_imLentar:io_finaLde 34 fotos de
cejas completamente arqueadas:
cejas semi-arqueadas:
sorpresa ~ente~E2resiQPE:seacte hombres sea de mujeres (muchos
indiferencia adultos, algunos niños, artistas de cine y algunos enfermos
cejas normales: perplejidad
cejas semi-inclinadas: mentales). Las fotos· así seleccionadas fueron mostradas a un
cejas completamente .inclinadas: cólera grupo de estudiantes de un college norteamericano: de entre
una lista de 8 estados de ánimo tenían que escoger el que me-
., rticipa la zona que jor correspondiese a la expresión facial que mostraba la foto.
En el comenta io gestua1 tamb ien P~ . , --;cresae··· . Se repitió el experimento con un grupo de estudiantes de la
está alre. edor de la~· con un arco de v@ac1on que va ..-- .. 1 .,//;t-
51
50
 ·1· En i .... mavoría de los casos rimental los sujetos que recibían esta señal se sentían eviden-
Universidad Nac10na
· 1 de Bras1 ia '"' -
, imo fU:eron asociados a las m1srr:as
· temente fo.cómodos s1 el experimentador era una pers_ona eX-
los mismos estados de an d las fotos Las diferencias traña, y nada rncomodos si existía una relación de familiaridad·
tro indica as por · L con el experimentador. .------
expresiones d e1 ros , cticamente insianificantes. ~
de valoración resultaron pra. . d res de la existencia de Eibl-Eibesfeldt observa también que esta parte de la
. , · ~e los mvest1ga o ·z cara tiene para la mujer especiaJj_mpQrtancia: de hecho muy
avalaba la híp~s_w - ·mientas de los muscu os
~;r11llt 1rales en los movt ' a menudo el párpado. su~rillc se halla destacadamente ma-
seme¡anzas mtercu __!:__--- . arios Sin embargo, surg1a
';:'..'.-:..;:..::.~_:._-::-:-:::-~:;:;-;:;:;-;san afecto~· · · s quillado y "cOioreaéfo--para hacer más evidente este tipo -dé
faciales, 9.!:1e ex~----ª u-os de observaóores, estud~n~e-~ e -
U
n problema: los dos r P. ten~1a-n backarowúis cultura- .. senal.
~· 1 ·
tadoumae11::,c:~--~--fundamentalmente a una
encanas ---º- - - Las conclusiones extr.aícias__de m1meros.o.s_trabajos....de--
. -----d~f·-- tes pero pertenecian
les muy . i ~~ - - - - - en-Ios-mass--m~c:li<!-__12a:a a tra:is -
.. ------ -1 mi ~pvestigación no han resuelto los problemas precedentemente
rñ1sÍnacIVihzac10n ba~~cl:~l- .- - 1- r-es cult-urales. Esta pod1ª ser indicados, ~que pueden ser invocadas tanto en apo_y_Q__g~f__
-1--rr de os va o - . . punto de vista relativista como del universalista sobre las ex-
S 1on y la esumu ª~~º.!!.....- lt~ntes de la investigación, y no
l~ las a m1~ d 1
----r · d d s resu a ~ ·
movimientos expresivos - e
- d 1 pr~s10nes de las emo.c.io.nes .. Lo~ trabaj~~ -de -\/i~acke (1949)_y_
" laSliPuesta universalidad e os Vinacke v Fong 0955) presentan resultados a favor de la tesis
rostro. r , otros trabajos en el South de la universalidad intercultural en el reconocimiento de las
-- Entonces Ekman re~ izo dores fueron elegidos sobre emociones, mientras los estudios de Fong (1965) documentan
Fore de Nueva Guinea. Los o s~~~a nte· alaunos alfabetizados la influencia del aprendizaje social.
la base de un nivel de cultura irerel s .del e Gobierno y en las Vista la incoherencia de los resultados, Ekman (1971)
dºd en las escue a . volvió a enfrentarse ~Lp_!oblema y propuso~l__ punto de. vista
que habían apren i o, 1 ostumbres occidentales, ot~o~
misiones, ciertas elem~nta t~sni~o ninauna relación con la c1v1- relativista y universáiista presentañd.üfinalmente su teoría in-
analfabetos _que no hab1an. econ';cían la_~ expre5-ion~~--del. tegradora y las frivestigacfones exE_~~L~~!lj"ales- ..a que :ha dado
Jugar. --- -------- ·---------------
,lización occidental. Los , de los casos a las mismas
. , d 1 s en la mavona bl .. de
l rostro asoc1~~----~ n importante pro ema
emociones. Se plant_eaba en~ondc~s l~ lengua creaba dificultades
~t. . la 1anorancia e se
Dicha teoría llamada «neurocultural» postula la exis-
tencia de determinantes de las expresiones emotivas sea de_t_iP-Q __ _
universal sea peculiaI"es de determinagas _cu!_t:p._r_as_.
tipo lmgi:1s ico. "' alizados que. para expresarse,
1
1 a los sujetos menos cu:tur latos sobre lo que estaba suce- Los aspectos corr1unes d~__to_dasJas _c_µlturas se hallan
,
1 veian o
bl.iga dos 'a r'''Curnr ~ . a 1re sianificado emoc10na . 1 d e la ex, - resumidos en la noción de fq~{al affect p_rg_g_r_am que. :relacionaría
\ diendo, si querían explicar e e las emociones primarias con configuraciones de impulsos neu-
! presión mostra_da en la fo(;~'ÍO) tiende a confirmar la hip~~esis rales corres pon di en tesºiiaeterÍninados muscufos faeiales cuyas
\' Eibl-Eibesfeldt . . t s emociones. Estud10 un secuencias serfaneri-ampha · medída-Iiatürales.· Los resultados
L r d d pres1va de c1er a . .. del aprendizaje social se cle-tectiiían··e·n Ia:s determinantes cuI--
de la univers~ ~ a ex te olvidado: el l<!Ya11tar las cep_: vm-
movimiento mJustamen eza a u'."na sonrisa. como _~~f!ª-l__c:le turales de las expresiones emotivas que Ekman clasifica en
culada a un aesto con la cab . avenidas. Se trata de una tres categorías generales: estímulos que provocan emociones,
sa udo e~nas . mu;m~l~~ a TaQUe el j_ndiv_iduo res- .. - reglas que rigen las expresiones faciales de las emociones,
Sefíal utilizada mconsc1enL D . . un cresta con la cabeza, consecuencias comportamentales determinadas por una deter-
" . d. nte con una sonrisa, ~--- . minada expresión del rostro. El aprendizaje social modela las
pond~~~e de ~e. as. En las culturas europeas y pn-
Un11ger()_ moy1~1ent~ e~t~años o entre_p_~r§onas _que--?1ªn- respuestas a las emociones expresadas, los e~!ímul<2~_q_ld.E!. Ja.?.___ _
mitivas no aparece entre , L 1 A;r;::e·m· a'·s--de en las situac10nes provocan y las reglas que presiden su manifestación.
-- ·, f 'a y forma. uc · Una orientación teórica distinta, inspirada en los tra-
tie_I1en una_r__~laq_op.;:;- __!:!_ --.-~a también entre dos personas.
de saludo esta senal es ut1hza
. , te una conversac1on,
. , cuando un interagente
. f ldt
bajos de Osgood (1955) y Schlosberg (1954), que hace hincapié
que «flirtean» uran ., aprobación. Eibl-E1bes e en la función de las actitudes generales y en los modelos de
quiere senalár a ot~o su aten~1~~0~ fundam.enta~-1JIL~~~~-ª-l_ comportamiento y los objetivos del reconocimiento de las emo-
afirma que e_l comUJ1;:;-deno:r:m d ~ra solicitar dicho contacto ciones (Frijda y Philipszoon, 1963), también identificó posibles
contacto social: la senal ut1~za d: ~ontacto. En situación expe- factores comunes a todas las culturas en la percepción de las
o para aprobar una deman a ~/3-
53
52
emociones. El punto común entre las dos tendencias es la con-
vicción de que existe una semejanza intercultural 9!: Ja expe-
riencia emotiva, consider_g_rn:Ie>_Jél p_ercep-cíon y -fa expresión de
las emociones como un proceso en el que interactúan factores
innaros-·-ya:a-qulríao.s:----------- - --
5. La mirada
Los movimientos de los ojos desarrollan una función
de extraÓrdinaria importancia en el transcurso de la interacción
SOCial.
En cuanto a la terminología, Cook (1973) habla de «di-
rección de la mirada»; Argyle (1972 b), de «movimientos de los
ojos», entre los que distingue la «mirada» (durante la interac-
ción A mira a B en la región de los ojos de manera intermi-
tente y durante breves períodos) del «contacto visual» (mien-
tras A mira a B, B mira también a A en la región de los ojos).
La mirada forma parte integrante de J.a___ex~la
cara y es enormemente expresiva.
Muchas son las funciones de la interacción visual: la
mirada cumple una función importante a la hora de comunicar
actitudes interpersonales y de instaurar relaciones; ~s-se
halla estrechamente ligada a la comunicación verbal, a lo largo
de la cual es utilizad__ci_-_r)ai-á -obfener _lnfor__rp_cic!ones d_e retorno
reiat1vás-alasreacciones--del interlocutor mien-fras se está ha-
blando, o para obtener ulteriores elementos de información
respecto a lo que se está diciendo mientras se escucha; nume-
rosas modalidades de interacción visual son utilizadas también
para regular la sincronización en el marco de un diálogo; la
mirada, finalmente, es utilizada co~o señal .Qª-!'3___ p[QQicié!L
encuentros, al sal~~~1:-~~~j_car que -~~-ll-ª capt::_~o_ una idea
expresada por el otro._
- Se trata de funciones distintas, por lo que el estudio
de la mirada resulta especialmente complejo debido a la difi-
cultad de distinguir la función específica desarrollada por la
propia mirada en cada momento determinado.
Sobre esta cuestión existen numerosos trabajos expe-
rimentales (Argyle, 1972 b; Exline, 1971). Pero ya anteriormente,
entre lo que podríamos calificar de especulación no científica,
era posible hallar referencias extraordinariamente interesantes
sobre la importancia del comportamiento visual. Los trabajos
realizados en el campo de las relaciones sociales han centrado
su atención de forma particular sobre la relación existente entre
54
modelos de interacción visual y actitud interpersonal
cada (por ejemplo, interés, preferencia o dominio).
!-c:s~~~ose en observaciones experimentales, -~ _ __
.(1971) ~~rmula laliij?otests d_~_g;ue-eroyente que no mira dá una
~~pres10n de rechazo_g~ in@er~l)ci_a_hacia_el otro interagente; -
p_or otra PªX:!~__el que mira demasiado intensamente al otro
_.per~~neciendo en-SITenclo~C!afa impresión de ser una person~
extrana, anómala·.--------
-- - -Se-----i1aaedicado un especial interés al estudio de la
~nteracc~ón visual en relación a la competitividad, al sexo, a
ia necesidad de asociación. Los resultados de los estudios reali-
zados (Exline, 1971; Argyle, 1972 b) han demostrado una correla-
ción estadí~ticamente _significativa entre la tendencia a impli-
carse en miradas reciprocas y los factores más arriba indica-
dos: L~s ~sonas con una fuerte tendencia a la asociacic)n_ y_Jas
?1UJeres se muestran decididamente má_?__actL\:'.as_ a la hora de
-~--II!!_r:§l;Cla~p_J:'_QCas y no recíprocas.
. Otro aspecto particufarmente- interesante es el consti-
tm~o por las .J2.?.ses motivacionales de la mirada por las moti-
vaciones que se hallan en la base de la búsqueda de la mirada
Y de la huida de__l~ que se revelan como bastante com--_
plej.as. En es.te sentido _Argyle (1972 b) afirma que los recién
nacidos se s:enten at.raidos por los ojos desde las primeras
semanas de vid~; la mirada _ruede tener un valor de recompensa -
Y se halla a.socrada a recompensas de otro tipo (por ejempfo
la cara ~onnente, el contacto físico, la comida). Quizá por ~llo
el ser m:rado posee un valor de recompensa; también es fuente
~e emociones sobre todo en el caso de miqi.das más largas (las
breves .forman parte del proceso de señalización y a0quisición
de las mformac10nes) que significan un interés más vivo por Ja
otra persona en sentido asociativo o sexual o agresivo-com-
petitivo.
Cuando el contacto visual es excesivamente intenso v
está consfítmdo po; mir~s rec1procasoemasiado largas, pued€
pr?v?car mcomod1aacr;- moléSflaysensaCiúnesaesagrada5Ies,
qmza porque_ ~l resultado es una excesiva excit_ª--cjón fisiológica,
<:> __por el s1g_mfic<!do concreto implícito_~_g __las largas miradas~o·
P.9-r ef?iecho de 9.l.!__~Jª.J:.OmUJ}i_c;~ción visual é!úá relaciOnada con'
c:_o~ponentes de alejamiento (avoidance)." - - --- - - --------
Así pues, ~J por una parte ex1iten_Juerzas gue tienden
a establecer Y por ot_ra__a__~y_ita_r_J__a comunicación visual eso sio--
1:ifi~a gµe en ~a misma comu:q!c-ª~j_Qg~~!ii~ -lin~riúnl:9~l:i_e~~q~Í--_
l:bno de las mmi.g_é!S_G__Uy_a._~_sta_brn_~~d puede ser puesta _de mani~­
~· Además de la proximidad fís1ca,--eftono-cfeia voz -fa -
expresión sonriente del rostro, el carácter personal del t~ma
//t¡-
55
 de conversación, la comunicac10n visual es un cDm onente d,e
la intimidad. Partiendo e a ipo es1s de un equilibrio glo?,ªl
de la intimidad, se puede comprobar que,_ e;:i caso de_ alterac10n
de akuno de sus componentes, se producira11: ~lt~rnc10nes coI?-
plem~ntarias tendientes a restablecer el equ1hbno. Un trabaJ?
de Arn:vle v Dean 0965) demostró que ~ aumentar la pro~i:
midacÍ ,física disminuve _la_c_Q_municación visual.
, Pasemos ahora o. considerar el otro. tema fun:J.amental
afrontado por los trabajos que _han estud1a.~o la mirada. es
decir, el tema del poder comunicado a tra\ es__ ~é:_l_s:omporta-
miento~ . tendría su origen en el hecho de convertirse en objeto de la
----Tmbaut y Kelley (1959) definen el poder social ~orno
el control ejercido por una persona sobre las Tespu~stas mt.~r­
activas de otra. Surge así la hipótesis de que en un~ mterac~10n
vis-a-vis, el interap:ente menos podero~o tiene mas necesidad
de controÍar el comportamiento expresivo del otro para darse
cuenta de sus reacciones frente a~ reh1e~e?
y no pc,ra mdicar a fa-persona más p~de~osala acept°:~ion d~l
propio papel dependiente y de la consigmente _adecuaci~n a di-
cha función de su comportamiento. Los ~rª?ªJ?S expenmenta-
les de Exline parecen confirmar dicha, hipo tesis. E1 tem~ del
poder interpersonal expresado a t.raves del comportaI?iento
visual, en base a los estudios de Exlme, pare~e estar particular-
mente relacionado con la fuga del contacto ~S.~~__ las per:_sonas
socialmente poderosas no co~_~rol~!1- yis,~~lmente ··ª las perso-
nas meno.s poderosas; las :eer:;on.as dSJI?mªr: tes pªn=:c::en. él~usar
la-fuerza personal de guien escucha sm. mlr_él_::;__ el _lnter.~"'ente
quepe~cibe el pgder ·del otro com_<:) jlegítlmo tiende a evitar el
con tacto visual. . . . .
Argylc (1972 b) estudió la expenencw de sentirse n:i-.
rada. Dich; experienéia, sí se produce duran te un breve esp~c10
detiempo, es agradable y posee ~n valor de recompensa, s1 se
prolonrra crea incomodidad y ansiedad. En es~c aspec~o pueden
aparec~r tendencias contradictorias en el !11ismo su~eto entre
desear ser mirado (exhibicionismo) y el evitar ser .mirado (an-
siedad frente a un público). Probablemente,. la ans1e:J.°:d fr~nte
a un público procede de experiencias infantiles .~e vigilanci.a y
observación por parte de los padres. La sensa.c10n de sentirse
juzgados y valorados, al notarse observados, t1en~ como ;esul-
tado la imposición de comportar:e bien, es decir, de orrecer
una cierta presentación de uno mismo.. . . .
Exline (1971) demostró que la mtlm1da_:l rod~
el contacto v1sua es mcompati e con el engan~ ~.-ª-et.!:!.ª. en ~l
sentido de mfübirreveiaciOñes em6arazo:>as. ~:'1:.s.ne.?!9. e~ph­
carfa el que las situaciones sociales y la experiencia de sentirse
56
mirados sean fuente de t~~él_l~~ _p~E~onas que intentan
ocultar algunos aspectos Qe_SJl_jmagen_y_pª-i:iJos enfermo~
mentales. ·
. A este resp~cto Laing (1959 y 1961) propone dos hipó-
tesis: 1. que los pacientes expuestos a miradas de contrariedad
se sienten dominados por un sentimiento de rechazo a raíz de
experiencias anteriores con los padres o con otras personas. por
lo que pueden suponer que van a ser rechazados o percibir ex-
presiones negativas en el rostro del interagente; 2. la turbación
percepción de otra persona, por lo que algunos po.cien tes se
sienten controlados y pierden su espontaneidad.
Otro aspecto importante de los estudios sobre la mi-
rada es el. de las variantes individuals¿s_~s_p.ect.o__a_las_ mod_ali-
dades habituales de utili?.Q!2Lón de la miradq. Existen diferencias
in~!~i~uales
na i a .
en la mirada relativas ·ª_lQs ~-é!.~Qs___d~ Ja p~r:_~-
. Las per~onas.~xtrovertidas utilizan más la mirada y~
_miradas son mas largas que en el caso de las personas intro-
yertidas. Las personas que tienen mayor necesidad de asocia-
ción usan en mayor medida la mirada en situaciones amistosas·
o de colaboración, mientras en una situación competitn·q. utili-
zan más la mirada las personas dominan.tes. Este efecto es
especialmente destacable~tre las_mJüeres;_aQe~ás utilizan la
mirada bastante más que los hombr~s ..... ~specialme~-te.hablando­
entre ellas; y emplean __ J<t_mirada de forma distinta a cómo la
usan ios hombr:.es: _si experimentan simpatía hacia una persona
~a miran mi~_f'.-!E~~J:i_a~!~,_111ier::.!_r~s los hombres hacen lo propio
cuanaoesclJc.rum._ -- ·-·····-
- Y finalmente, las p_e_Is_cmas que piensan de forma abs-
tracta utilizan la mirada más a menudo que las que piens::inc:re·
forma concreta, en cuanto se distraen menos con los aspectos
visuales. Los niños con síndromes autistas y algunos pacientes
psicóticos apenas utilizan la mirada o no la utilizan en abso-
luto, debido quizás a una larga experiencia de rechazo, o a una
carencia en la dependencia inicial de la madre.
6. El aspecto exterior
E:n el c_ampo del comportamiento no verbal que abarca
una amplia variedad de elementos, pueden distinguirse siguien-
d? ~ C?ok (1971) dos grupos de señales, algunas estáticas y otras
dmam1cas, basandose en el hecho de que las primeras, a dife-
//;J---
57
rencia de las segundas, no cambian en el transcurso de la (1968) la existencia de estereoti .
interacción. espera que las personas pos a partir de los cual .
· aruesas sean b h
Pertenecen al primer grupo la cara 1 y la configuración nerviosas y las musculos~s 'r . onac º1:~s, las delgadas
física, el vestido, el maquillaje, el peinado, el estado de la ración física han sido co ten~d.grcas. En relac10n a la confiau-
ns ru1 as varias tip ¡ ,
1as cuales incluyen opinion ¡ º
piel, etc. Todos estos elementos en su conjunto constituyen los .l . o ogras, a gunas de
componentes del aspecto exterior. los ~asgos de personalidad e~s~~i~d parcialmen_te válidas sobre
La cara transmite diferentes informaciones, de las cua- mac10nes. De hecho l~ . . ?s ~ !as diferentes canfor·
les la más importante es la identidad de la persona, y otras nistra informaciones' ú;il~~~figurac10n fis:ca_ difí_cilmente sumi-
más superficiales como la raza a la que pertenece el sujeto, la personalidad. obre caractensticas importantes de
dentro de ciertos límites y con la ayuda de ulteriores indicios, Otros .elementos del as ec . .
edad y sexo. Parece ser que el rostro apenas revela casi nada control voluntario de '1 p to exterior se hallan bajo el
a persona y por t t d
sobre dimensiones y aspectos más importantes del sujeto. (por que sea parcialmente, modificad . an o pue en ser, aun-
ejemplo, sobre la personalidad y la inteligencia). Se ha avan- e! maquillaje, el estado y el t os. ~ichos comp?nentes serían
zado la hipótesis según la cual si un individuo asume habitual- y el vestido. ratamiento de la piel, el peinado
mente determinada expresión facial, dicha expresión terminará . El hecho de que el indi\"iduo e 1 , .
dejándole huellas identificables en músculos y piel, sin que ello y dmero para controlar el p . mp ee energ1as, tiempo
se haya confirmado a nivel empírico. que la principal finalidc..d de r~p~a~~pe~to. -:ios ayi.:da .ª explicar
Cook (1971) afirma que la cara parece tener escaso de proporcionar una cierta aut pu ac1~r;i de s1 mismo es la
valor como señal, si bien es de la cara de donde la mayoría de ofrecer la imagen que él p dopr,ese~tac10n, es decir, la de
~ osee e s1 mismo y la . .
personas extraen muchas inferencias a propósito de los demás que quiere presentar a los de . (A l propia imagen
individuos. Pueden resultar interesantes algunas experiencias De hecho, a través de~~~ . rgy e, 1 972 b;_ ,Cook, 1971).
llevadas a cabo por Secord (1958) sobre este aspecto: el inves- son enviados mensajes relativ . ~Ipo de sen~lac10n no verbal
tigador ha solicitado de algunos sujetos que le fueran descritas de ánimo (por ejemplo un . ~~ -~ ª personalr~ad Y al estado
las personalidades de unos individuos de los que había mos- se pondrá un traje osc~ro c~: I~ l uo extrovertido eufórico no
trado fotografías que los reproducían en situaciones de inmo- a las actitudes, a las opiniones , na corbata. negra), a la edad,
bilidad. La rapidez de la descripción y la frecuente uniformidad actividades, al grupo, al status] : \ªs 7eencias_ del sujeto, a las
de las inferencias extraídas llevaron a la conclusión de la exis- tenece (por ejemplo un hippy , ~. c ase social a la que per-
tencia de estereotipos faciales, es decir, de reglas de identifica- tirán de la misma f~rma). y un rrector de banco no se ves-
ción ampliamente compartidas mediante las cuales el aspecto El problema de la relaci , ,, .
exterior es relacionado con la personalidad: por ejemplo, a los status social al que se pert on ~ntre CNV y clase social o
. enece es muy interes t
individuos de piel oscura se les atribuían características in- comp le10. Se puede afirmar 1 . an e, aunque
deseables. una persona son ciertame~t~u~ti~~a~10dahdades e~presivas de
Brunswick y Reiter (1937) realizaron uno de los pri- que de ellas inferirán inform . as por los ooservadores
meros estudios sobre este aspecto que reveló la existencia de decir, que descifran descodTac10~es, elementos de juicio (es
estereotipos a la hora de analizar rostros considerados inteligen- indicios de pertene~ci~ a u I icaln os comportamientos), como
tes y poco inteligentes. Dichos estereotipos parecen no respon- Pero también hª na c ase . social '. o d e s t a t us social.·
der a ninguna base cierta; sin embargo puede intervenir un la inferencia de informa¿;oque decir que mientras es innegable
efecto de autoconfirmación en el sentido de que las personas del comportamiento de 1 nes por parte de los jueces a partir
a oersona much , · .
consideradas de cara desagradable terminan por serlo efectiva- plejo se presenta el proble~a d : . o mas mc1erto y com-
mente, al acusar el hecho de ser percibidas como impopulares. específicas entre la pertenenc· e s1 ex1s~en realmente relaciones
Durante el reposo la cara puede suministrar muy po- cierto status v el compo t I~ a una cierta clase social o a un
r amiento global es d . . l
e~ir, SI a emi-
J
cas informaciones útiles, en la medida en que la persona tiene s10n, la realización de dete . d '
sobre ella muy escaso control, por lo que la cara no puede de relación con el status socia~~na os comportamientos está en
ninguna manera reflejar· la personalidad. En cuanto a la con- nece, y por lo tanto si uede con la clase a la que se perte-
figuración física ha sido demostrada por Strongman y Hart CNV para cada clase so~ial. hablarse de una especificidad de

58 //,--
59
 en estar a la pagc debido a la extraordinaria rapidez de los cam-
Es importante observar que ~n lo~ trabajos hasta aho~~ bios en la moda.
, f , en situac10nes muy a menu
realizados soore ~stc: cues 11on acial y estatus han sido utili- En cuanto a los estudios realizados sobre otras fuentes
artificiosa:, los ~er~m<"?s _e=~: ~ imprecisa: dicha imprecisión de información los trabajos realizados sobre estas señales son
zados de rorma _rnd1scrim:n etros específicos como poder, pres- escasos, probablemente por considerar que vestidos, maqui-
no permite refe~irse a i:ar~~ de todos estos indicios. llaje, peinado, etc., son aspectos efímeros, al hallarse sujetos
tigio, riqueza, m al conJu; ilustrar brevemente dos estudios e~- a las variaciones de la moda. Por ejemplo, un trabajo de
Pasemos ahora E . (1969) hizo un expen- Thornton (1944) suministró el dato de que las personas que
. b dicho tema. x1me ,
penmentales so re . d ntemente aleccionado, pedia llevan lentes son consideradas más inteligentes; pero el autor
mento in situ; un sujeto, pbrece de ecroc1·os La pregunta era no se manifestó sobre la corrección o no de dicho juicio per-
. , br a hom res e n ,,, · .
conseJO en pu_ ic0 studiante vestido con un traje ceptivo. Argyle y McHenry (1971) demostraron que este efecto
hech_a. alternativament~_por u~l eresultado fueron significativas no se produce si el juez dispone de un muestrario más amplio
trad1c10nal Y por un_ :fPJ· . respondía en relación a los
diferencias en la a~titu ¿·fe qu~:~ de quien les dirigía la pre-
del comportamiento del sujeto. Este hecho podría indicar la
sobrevaloración de los resultados de aquellos trabajos que
dos aspectos exteriores i eren infieren características de la persona, proporcionando un único
gunta. s· on (1971) examinó el papel de l~ clase social tipo de información: si el juez posee elementos más amplios
Mary is: ( artes públicos, tienda, campo de juicio no se dejará influenciar únicamente por el elemento de
en un encuent~o mfor~al \~~~~os ertenecientes a distintas la apariencia externa del sujeto.
de deportes, eme) entLe mb . . stapúltima influía en la natu- McKeachie (1952) observó que las mujeres que utilizan
clases sociales, para descu nr si e
lápiz de labios son consideradas distintas de las que no lo
raleza de las interaccion~:· . t1'a en hacer representar a un usan, es decir, más frívolas y ansiosas. Gibbins (1969) puso de
L erimentac10n cons1s . d
a exp un individuo de clase media, otro e manifiesto que los adolescentes no sólo se forman ideas preci-
actor dos papeles, uno dd'e . f ación a personas de diferente sas sobre las personas basándose en la forma de vestir, sino
obrero: el actor pe ia m orm . . .
un . , 4 cateaorías de rnteracc10nes. que incluso llegan a prever en todos sus pormenores su com-
clase social: aparecian º
portamiento.

Actor El que responde

clase media clase media
clase media obrero
obrero clase media 7. Los aspectos no lingüísticos del discurso
obrero obrero
El estudio de los aspectos no lingüísticos del comporta-
miento verbal durante la interacción constituye un terreno de
lt, ue todos los que fueron interrogados, ~n lo
investigación particularmente interesante.
R~su o lq duración de la cunversación, se entretuvieron
qu,e s~ refiere a ª1 actor de clase media que con el obrero, p~: Los interlocutores, durante una interacción, al estar
mas tiempo con e . ue eran interrogados no parec10 implicados en el comportamiento lingüístico, se comunican
lo que la' clase soc_ial de los q b·o s1' lo era la del que interro- recíprocamente, interactúan mediante mensajes verbales: desde
. ·f· t. mientras en cam i . . un punto de vista estrictamente lingüístico el comportamiento
ser sigm ica iva, . b 1 valorados (sonrisa, mi-
b L ortamientos no ver a es ,
ga a. os ~oi;npt de la cabeza) resultaron diferentes segun la verbal se halla determinado por dos factores: el código, común
rada, movim1en o , a ambos interlocutores, y la intención de comunicar un deter-
· 1 la que se pertenecia.
c l ase socia a ral or obvias diferencias intercultur.ales, minado mensaje a través de ese código. Sin embargo, estos dos
Como e~ nat;i ' p 1 ·a ificativo dentro de un cierto factores estrictamente lingüísticos no determinan totalmente el
el aspecto exterior solo resu t~ s;;;_~nte se advierte el significado comportamiento verbal de los interlocutores: las mismas pala-
contexto social en el :iuedcomduln ti.do En las culturas actuales bras pueden ser pronunciadas de formas completamente dife-
· del perna o e ves
d e1 maqm-11aJ7, . d. , .
· .
s del aspecto exterior consiste rentes y transmitir así diferentes estados de ánimo o distintos
una de las prmc1pales imens1one ¿./jZ.-
61
60
significados (como, por ejemplo, cuando se pronuncia un «SÍ»
para decir de forma educada un «DO»). l. Cualidad de la voz y entonaciones retóricas
2. Ritmo .
En el lenguaje existen por una parte variaciones lingüís-
3. Continuidad
ticas que comprenden la elección de la lengua, la utilización de
un lenguaje simple y elaborado, la elección de las formas, de
los tiempos, y, sobre todo, existen diferentes variaciones no lin- a) Pausas de silencio
güísticas: estas últimas comprenden las variaciones inherentes b) Falta de fluidez
a la cualidad de la voz, el ritmo, la continuidad del discurso y c) Intrusiones, manierismos del discurso
otras características temporales.
4. Ritmo de la elocución
Un último aspecto a considerar es el representado por
el hecho de que, además de la inmediata intención de comuni- 5. Otros fenómenos temporales
car, otras condiciones y procesos psicológicos están operando
simultáneamente, contribuyendo a determinar el comportamien- a) Duración de las elocuciones
to verbal en sus aspectos lingüísticos y no lingüísticos. b) Ritmos de interacción
c) Latencia
Los aspectos no lingüísticos del comportamiento verbal
han sido analizados y definidos de muy distintas maneras por
sus investigadores: Trager (1958) fue el primero que se interesó 6. Emisión verbal y productividad.
por estos fenómenos y los clasificó según el esquema siguiente.
. ~yons (1~72, ed. 197~, p. 121) a su vez, tras haber puesto
A. Tipo de voz: depende del sexo. de la edad. del lugar de mamfiesto la mcoherencia y la imprecisión con la que gene-
de origen (en este aspecto se estudian los diferentes tipos de ralmente .s~. traza la lín~a d_ivisoria entre lo verbal y lo no verbal,
voz utilizados por la misma persona en diferentes circuns- Y. la_ ª1'.1_b1guedad del termmo paralingüístico, prefiere hacer la
tancias). d1stmc1on entre comunicación vocal y no vocal según el esque-
B. Paralenguaje: se divide en: ma siguiente:

a) Cualidad de voz: tono, resonancia. tiempo, control de

articulación.
b) Vocalizaciones Reflejos (estornudar. toser, etc.)
l. Caracterizadores vocales: risa, llanto, bostezo, sus- Vocal
piro, etc. Cualidad de la voz (específica de

<z
personas, de grupos, etc.)
2.Cualificadores vocales: intensidad (tenue, fuerte),
tono (alto, bajo), extensión (arrastrada, incisiva). . . . <Verbal
Lmgúíst1ca
3. Segregados vocales: «humm» y variantes, sonidos
de acompañamiento como nasalizaciones, inspiraciones, gruñi- Locutiva Prosó.~ica (por ejemplo, en-
tonac1on, acento, en relación
dos, pausas de silencio, sonidos extraños, un cierto farfullar, etc.
a la estructura gramatical).
Mahl y Schulze (1964) proponen otra clasificación de No-segmenta! . .. , .
Paralmgu1st1ca (por ejemplo,
los aspectos no estrictamente lingüísticos del discurso, inclu- gestos y movimientos secun-
yéndolos en la zona extralingüística según el esquema que mos- dando la comunicación ver-
tramos a continuación. bal).
A. Estilo del lenguaje No-vocal
Gestos y movimientos que
B. Selección y variedad del léxico no secundan la comunicación
C. Pronunciación y acento (dialecto) verbal.
D. Dinámica de la voz:

62 .//IJ-
63
 ciones de fluidez d
Otros autores han afrontado dichos fenómenos desde de Ja elocución. y e los fenómenos de vacilació .
diferentes perspectivas: los psicólogos y los psiquiatras se han Las ob . n, Y del ntmo
h an Puesto de maservaciones l' .
dedicado sobre todo a analizar las relaciones existentes entre . . c micas y los d
determinadas clases de fenómenos paralingüísticos (o extra- bora; Ia relación niflesto toda una serie de a¡os experimentales
lingüísticos o supralingüísticos) y la personalidad de los pa- pondiente: en est:ntre la falta de fluidez l:cton~s que corro-
cientes o aspectos de la misma (por ejemplo. el grado de an- atenuación del d" aspecto parece impo Yt ansiedad corres-
.
fl. reto iscurso re 1. r ante ""l
siedad) o las variantes situacionales. entre hablar a izado para consea . ~ proceso de
En las últimas décadas la metodología aplicada en este aentes. las pertu by _callar; exceptuando al .,mr superar el con-
tipo de investigaciones ha alcanzado niveles de precisión parti- ría fuera de la ,...r a~10n~s del discurso se pgundos casos más evi-
.f. ~onc1encra d 1 1 ro ucen e
cularmente eficaces: oasta citar aquí el método cronográfico m rea que difícilme e ocutor o del o n su mayo-
de interacción elaborado por Chapple (1956) para estudiar las controI deliberado nte pueden representar e/ente, lo que sig-
características temporales de la interacción verbal. o el método Ot . resultado de un
· ros autores (B
para la medición de los fenómenos de vacilación (falta de flui- Interesantes entre las . oomer, 1963) hallaron .
dez o speech disturbances); dichas metodologías han tenido una tos del cuerpo. .. h ID terrupciones de fl .d relac10nes muy
. . aic a rel · , ur ez y los .
influencia importante sobre las ulteriores orientaciones asumi- cativo de una co . acion representarí , _mov1mien-
das por la investigación en este sector. ansiedad. mpieJa Y pluridimensio ~ un Indice signifi-
na estructura de la
Las primeras investigaciones estudiaron predominante-
mente las relaciones existentes entre fenómenos no estrictamen-
te lingüísticos y aspectos o características de los sujetos estu-
diados (diagnosis de personalidad; respuestas a los test de
performance; QI). Posteriormente. y con un mayor rigor meto-
dológico. se estudió la relación funcional existente entre esta-
dos emocionales transitorios y aparición de los fenómenos para-
lingüís ticos. Davitz (1964) valoró la posibilidad de reconocer el
estado emocional del locutor basándose únicamente en distintos
aspectos de la cualidad de la voz (timbre. tono, ritmo) y no en
el contenido verbal, el autor utilizó posteriormente este método
como medio de adiestramiento a la sensibilidad perceptiva. El
conjunto de estos estudios coinciden en la existencia de una
estrecha relación entre estado emocional del locutor y mani-
festaciones paralingüísticas: una persona con ansiedad, por
ejemplo. tiende a hablar más de prisa y en un tono de voz más
alto, mientras una persona deprimida tiende a hablar lenta-
mente y con un tono de voz más bajo.
Otros trabajos han intentado analizar la relación entre
situaciones de stress y aparición de aspectos no lingüísticos del
comportamiento verbal. y en especial los fenómenos de vacila-
ción: para ello se ha recurrido en algunos casos a la manipu-
lación de la situación interpersonal con objeto de crear situa-
ciones de stress de diferente tipo (introduciendo pausas, in-
terrumpiendo al sujeto). En los estudios en los que la manipu-
lación del stress fue realizada con intención de aumentar el
grado de ansiedad se obtuvo un efecto significativo en el sentido
de una elevación del tono de voz, del número de las interrup-
, A
 · métodos de estudio mente a poner de relieve los significados transmitidos mediante
UI. Enfoques disciplinarios Y el comportamiento verbal y a menudo adquiere un valor comu-
del comportamiento no verbal nicativo autónomo; b) el terreno-de las .entorn~ciones, de las
inflexiones de voz, de los énfasis emotivos que pueden modifi-
car notablemente el significado de las expresiones verbales.
~ístic~- dej~_i?_~~_l__~?!_l!~~o --·~~~- pri1Ilc:r tipo de
fenóIIle;p._c:i~--ª-.J-~.-~~pglogt~ cult_µ_ral, que intentaba descubrir
todas las formas de comportamiento institucionalizado en el
seno de las diferentes culturas, y a la medicina y_.P.!?i.9.-l!i.C!.tría
que utilizan con fines diagnósticos el CNVde sus pacientes; y
consideraba que el segundo tipo de fenóme_nos «expre?iVQ~_~_enm
naturales, no convencionalizados. Pero actualme.nte... las disci-
·ptinas que estari alcanzando altos riiveles-d~f~~~alización son
la guinésica, que estudia el primer tipo de fenómenos, y la para-
d estudio del comportamiento no lingüística, que estudia el segundo. ---
l. Interdisciplinarie d a Y
verbal
D la presentación y clasificación de la.s señales n?
e . . un ue sea en una primera aprox1- Por tanto, el estudio de la comunicac10n a través de
verbales es pos1bl~. colegirÍ ª ffplicidad de los aspectos y de postu_~~~-f_o.r:por~les :::_na '"f!ailadouna·:·ubíc::adón. científíca 'y. una
mación, la compleJI?ªd Y ª ~~ \a hemos visto que ha sido elaooración orgánica en_.~Lterreno .. de investigación_defipido
los problemas relativos ald. . investicraciones interdisciplina- ·ac:"tüafffieñte-cürñü·-;c¡ülñésica.». · ·· -
objeto de numeroso_s ,estu ws e. 'locros lingüistas, antropólogos Eco y Volli definen con el término de quJ!:J_é_§i_cp (kine-
rías por parte de p~ico~~-gos, so~;~e;do 'de una visión global del sics) «el universo de las posturas corporales, de las expresiones
y etólogos. Esto.s c1entl i~os, do as ectos determinados en base faciales. de Jos. comportamientos gestuales, de todos aquellos
problema, han ido enfatiza n P espe"ífico de investigación; feriómenos- que ?scil_~g en~~_e___ <::_lcomportamiento y la coil1ur;l:...
· intereses y a 1 camp 0 .... . , ·cáción»· (1970, p: Sj. Las investigacíoñes so6re quinésica podrán
a sus prop10s f d d de datos y observac10nes, mas
en algunos. c~sos la gra'~u~~n
que constitmr un. cap1
det CNV, ha dado origen a nuevos
la constitución y determinación de
pues contribuir a echar nueva luz sobre aquellos comporta-
mientos expresivos que son los rasgos suprasegmentales y que
campos ?e . es.tud1.o hast~ e la delimitación del terreno de es- poseen muchas cosas en común no sólo con las expresiones sino
nuevas d1sc1plmas, ademas.bd·•·t do una coordinación de todos también con los gestos. Un tono de rabia, ¿está más cerca de
tudio, también se ha posi lll ª un fonema o de un brusco.-movimiento del brazo? No es por
los trabajos. d vienen a continuación vamos a azarºqúe en este libro .. quinésica y paralingüística son presenta-
E.n l?s ~~arta os q~~1ca al nas alusiones a título das una a continuación de otra como objeto de un mismo
dar . una m.~1ca~ondi~~';~e~iscipli~as, ~ubdisciplinas o filon~s debate en el campo de la lingüística.
de ilustrac10n . e . ., se han desarrollado a partir Si bien el estudio de la comunicación a través de pos-
sectoriales de mvestigac10n que turas corporales nace con Darwin (1872) y se desarrolla con los
de ellas. trabajos de Mauss (1969) sobre las técnicas del cuerpo alcanza
bases estructurales debido a la obra de Efron (1941) y sobre
todo de Birdwhistell (1952 y 1970).
1.1. Lingiiística: paralingüística y quinésica Birdwhistell elaboró un sistema parª..-r~R.!"Oducir los
Hasta hace pocos años la Lingüística reconocía ~a e~is- !_~1-!<?roe11qs___q_tg~e.~i..c,o?: .~!L .4~s:Lr:!_J9.? . po_':'.i,i:;t~t:n~o?._ JíslcoS,-po.:
d f , enos a los que no consegma « ar an~~?g_~ª--~º-~º~--:rpétoi<?..~-~~~~~!iP..~~<?,g__-µ_tjli_~g_<;l9s__~p._Jg]]é7
tencia de dos clases ~ ~~º~stos de las posiciones del cuerpo, . tica._ ~clieflen (1965). fQIJI1llJó__ <:;Oil_l,Q hip_ó_t{:!s_is _eLqu~_.ej_~NV.. tu-
forma»: a) ~l ~err~no_ · t:!---,-~---' 1 al contribuye indu9.able- viera una estructura jerárquica a tres niveles correspondientes
de las comumcac10nes mumcas, e cu --·-----..-----------··- .__., .__, _ --.;..z,?J-
67
66

a frases, a párrafos y a secuencias hablad~s más la,rgas. Am_bos
científicos utilizan la técnica de reproducir en pehcula o _cmta
magnética un muestrario más bien breve de comportamiento,
arráiizfil':i..do--defalladamertte cáda fenómeno.
Los principios fundamentales de la 'f-"L!_i_nési_~.ª son, se~~n
Birdwhistell, los siguientes: 1) ningún mov1m1entb o expres10n
del c~¡rpo___carece de significado en el contexto en que aparece;
2) la postura del cuerpo, el movimiento Y_ la expresión, ~e.la ~ara
se hallan tipificados y por. tanto sometidos a un anahsis s:ste-
mático; 3) el movimiento sistemático del cuerpo entr~_los miei:i-
bros de una comunidad es considerado como func10n del sis-
tema social al que pertenece el grupo (incluso_ r~c~nociendo lo;;
posibles límites impuestos por substrat~s b10lo~ico;; det~r!11i­
nados); 4) la actividad visible del cuerpo mfluencia sistematica-
mente el comportamiento de los demás miembros de un grupo
determinado; 5) dicho comportamiento será considerado como
portador de una función comunicativa analizable, hasta que no
se demuestre lo contrario; 6) los significados procedentes de
dicho comportamiento son función tanto del comportamiento
como de las operaciones mediante las cuales es analizado; 7) el
particular sistema biológico y la específica experiencia vital de
cada individuo contribuirán con elementos idiosincrásicos a su
sistema quinésico; pero la cantidad' individual o sintomática
de dichos elementos sólo podrá ser determinada tras el análi-
sis del sistema más amplio del que forma parte el sistema
particular.
Birdwhistell ha utilizado una relación analógica entre
lingüístic~y-quinésica, cuando habla del <~gt,lil}e» como de la
más pequeña unida_d de acción perceptible análoga al «fono»;
de quinerria análÜgo a fonema (es decir, una secuencia de varios
«quine» que pueden ser intercambiados sin modificar el orden
de la interacción); de «aloquine», parte de quinema, análogo a
«alófono»; de quinemorfo, conjunto de partículas de movimien-
to abstractas procedentes de más de una zona del cuerpo; de
«quinemorfema», clase de quinemorfos recíprocamente susti-
tuibles; de paraquinésico, material que interactúa, transforma
y da particular valor a la corriente quinésica.
Los movimientos físicos se hallan relacionados con el
lenguaje. véi"b"af-eii·er sentido de que Uriá. ·unidad verbal más o
menos larga púede ir acompañada de las correspondientes pos-
tura.s··de··1asmanos .6. de·· 1a· cabez~C Según Con don y Ogston
se
"(1966)" podrfa: dasificar 13.··e:cfordinación por unidades jerár-
quicas del nivel verbal y no verbal, de la siguiente forma:
Unidades verbales y No verbales equivalentes
l. párrafo o unidad posición postura!
larga de discurso
2. frase posición de la cabeza o de los brazos.
3. palabras. sintagmas mo:'imientos de las manos, expresiones
faciales, desplazamientos de la mirada,
etcétera.
. . _Ken?_on (1970 y 1972) examinó minuciosamente leves
mov_imientos de··1as·manos, de la· cabeza, de los ojos, en relación
al ~iscurso, Y ~btuvo la demostración de un «sincronismo inter-
activo»,
d----··· · es decir de la-- coordin~
······---····'··--·- ·, d e l OS movimientos
- - · ecClOil · · ' ·
frsicos ·
el l~cutor Y del oyente en el arco de períodos de tiempo corres-
Pº1:~:~:ites_~_!;~~C:5..X. _!1_~st~ a palabras. La función de estos
m~~im1entos _sigue apareciendo problemática: Kendon (1972) ·
suºiere que sirven para convertir al que habla en más intere-
sante Y para manter:er la atención del que escucha, y anuncian
por ad~lantado el tipo de emisión verbal que está a punto de·
producirse.
Uno de los p_roblemas abiertos en la quinésica (La
~arre, 1964) es_ el _de~ «}ímite exacto entre movimientos, expre-
~!-~!-~___y_actos mstmtlvos respecto a los numerosos códiaos qui-
n~sicos basados en _la ci.:ltura, y que por tanto deben se; apren-
didos como cualqmer sistema simbólico arbitrario inventado».
E,n el actual estado de los conocimientos el problema está toda-
vi~ por resolver. Por ejemplo. es evidente que muchos movi-
mientos del cuerpo, como la respiración y el latido del corazón.
s~:m fundam~r:tal_m_ente estructurales-funcionales, aunque moda-
lr~ades no frs10logicas. (psic?lógicas y culturales) puedan deter-
mmar en ambos modifrcac10nes de ritmo.
. . . _F'.l acto de c~minar p1:ede constituir un ejemplo sig-
mfrcativo en este sentido: efectivamente, entre los hombres no
pare~e ser puramente _instintivo (niños pequeños sacados del
ambiente de adultos biped?s pueden convertirse en cuadrúpe-
d?s) · Por otra parte, en sociedades distintas las personas tienen
d_iferentes formas de caminar: existen estilos de caminar indu-
crdo: ~or la: ~u.lturas, que poseen indudablemente funciones
semantico-qumesicas; en los films del oeste es fácil reconocer
al b_ueno o al ma~o por la posición de la pelvis al caminar, por
el nti:no de~ movimiento y por la utilización de la cabeza y de
l~s OJOS: Dichos estilos cambian también históricamente: las
difer~ncias entre el paso ordinario de las tropas inglesas norte-
americanas o alemanas describibles según los distintos 'grados
/J/-
69
 de flexión de la rodilla, son evidentes; dicha flexión es inexis-
tente en el paso de ganso alemán, mínima en los ingleses y más
marcada en los americanos.
J¿e especial interés etológico son la risa y el llanto:
Montagu (1959) formuló una brillante y estimulante teoría se-
gún la':'. cual la secreción lacrimal sería un gesto adaptivo espe-
cífico de lá especie, en cuanto al recién nacido, a causa de la
·necesidad infantil de ayuda, le es imprescindible el llamar a
adultos distantes durante mucho rato y en voz alta.
------Tiúramos- en-el terreno cültural con los sememas mo-
tores o las partículas quinésicas, como la acción -ae indicar, o
los movimientos con la cabeza para indicar sí y no: la acción
de señáfai'cüii eliñ2lfoe mantenieiiaolos ·aemas dedüs doblados
hacia-ra-·páfma de la-!TI~~o, es ~ulturalmente limitada. origina-
ria del -~~~j~Contin~9te. Lo: indi~~,__}()s_amer~canos, los shan y
otros pueblos mongoles senalan con los lab10s; otros grupos
indican con el movimiento de los ójos, nariz, barbilla, cabeza.
También los quinemas de saludo cambian enormemente de cul-
tura a cultura: el beso es germánico, grecorromano y semítico.
pero no celta; mostrar la lengua es un quinema con diferentes
sianificados seaún las distintas culturas.
"' Existe~ modalidades de gesticular que deben ser inter-
pretadas en base a diferencias culturales y étnicas: sobre este
tema v en términos racistas, se han dicho muchas tonterías;
sin e:nbargo, en épocas y en lugares distintos los grupos sociales
muestran quinemas que varían notablemente.
En el campo de la quinésica han sido realizados exce-
lentes estudios; Efron (1941) hizo un estudio comparativo sobre
los gestos de los judíos e italianos emigrados a Nueva York. El
radio de los gestos del judí9 del ghetto parece ser mucho más
limitado que el del italiano del sur; gran parte de su actividad
gestual parece t~p_e__r_Jugar enJa z_ona más próxima del pecho
y de la cara:·Mientras entre_!C?_s_)_taJianos el arco gestual coincide
a menudo con la lonaÜud b
del brazo, entre los J"udíos
•
rara vez
va más allá de la cabeza o las caderas; entre los judíos del
ghetto la parte superior del brazo casi nunca participa en el
movimiento y a menudo permanece pegada con mayor o menor
riaidez
b
a ambos lados del cuerpo; el-
eje del movimiento
'
gestual
suele centrarse en el codo.
- A propósito de las relaciones entre quinésica y len-.. -
guaje, u'iia antigua teoría (Demócrito, Lucrecio, Rousseau, Vico),
·según la cual la palabra deriva. del. gesto, ha sido reformulada
'[:ior el antropólogo La __Barre .. (1964}. Sugiere que .Ja_ palabra
'pudo tener ·su origen -en los _gestos vocales de la comunicación
«fática» de los primates superiores, es decir, en vocalizaciones -
70
rela~ioi:a_9as_~_!1 la jn_ciic;ación .de peligro, con b afirm2.ciór
terntono, con el combate, con el cortejo._
Otros estudios (Paget, 1944; Johannesson. 1948) sostie-
nen. una posición semejante y consideran a las ideas como
c.on1untos neurológicos o probablemente como motores energé-
ticos de pensamiento operacional, mediante los cwJes se re~Ü­
~an las funciones necesarias de la vida de un organismo. Las
ideas serían p_ues unos complejos motores antes de ser expre-
sadas. o verbahzadas, y en cambio serían una especie de lenauaje
emotivo al ser formuladas abiertamente. "'
, . Tambi.én ~on interesantes los sistemas quinésico-se-
~ant~cos _que implican un simbolismo más elaborado v comu-
I1!5~_<;_i_?..11~_s1_ . ~á-~ .':f.~!.~13!a~as: por ejemplo, los lenguajesJ de per~
cus10n y os silbados. · -- ·--- ·· · -- ··· ·
La quiñesiología podría ser fácilmente puesta en ri-
dículo como un estudio abstruso, pedante e inútil, pero La
Barre (1964) afirma que es uno de los mejores medios para
llegar a una comprensión entre personas de diferentes cultu-
ras~ de hecho el malentendido del CNV puede ser una fuente
de_i9comprensión. Por ejemplo, Krushev, cuyo gesto de enlazar
las dos mano~ por encima de la cabeza fue interpretado por
lc:_s__::_c:>r~_::a~e~:_ca~o~ como un arrogante gesto de triunfo, quizá
solo pretendia realizar un gesto de hermandad internacional.
También Secord y Backman (1964) señalan cómo una diferente
procedench, cultural y social de individuos o grupos interagen-
tes puede ser la _causa de distintas definiciones de los propios
actos Y de los a1enos. y -en consecuencia- de distintas ma-
n~ras de entender los significados de los respectivos comporta-
mientos 9-ue provocan recíprocas expectativas, que no siempre
van seguidas de las respuestas esperadas o previstas.
. . . En el campo de la lingüística, la paralingiiística ha sido
individuada como zona propia de una subdisciplina.
. En el comportamiento no lingüístico asociado al com-
~ort~miento locutivo del individuo pueden observarse modi-
frcac10nes no lingüísticas que comprenden las modificaciones
de I_a velocidad de elocución, la intensidad general de la voz,
el mvel del tono, el carraspeo. Dentro de dichas modificaciones
del comportamiento no lingüístico del locutor el tono de voz
el acento, l~ c1:1.~Ii~ad de la voz constituyen el ~bjeto de estudi~
de la paralmgurstica. Esta nueva sección de la linciiística sos-
tiene que dichos aspectos paralingüísticos, denomi;;ados prece-
?ent~n:ente por .los lingüistas rasgos suprasegmentales, son
1dentif1cab!es a mvel de inventario, organizables en sistema, y
que ~ste sistema . depen~e ~e convenciones culturales muy de-
termmadas. El mismo termmo de paralingüística, sin embargo,
./.J.!-
71
 ccialmente confuso; también Crystal
afirma Lyons (1972). es esp '" toda la producción al respecto
(1969) afirma que se observa ~n una tendencia general a ~m­ La definición del concepto de territorialidad fue acu-
una discordancia fundam,ent~ y hasta el punto de convertirlo ñada para describir el comportamiento de algunos animales que
pliar el significad? ?~l termmf or su parte concibe los. ~as~o.s se instalan en territorios fijos que a continuación son defen-
P rácticamente en mut11. Crybs~a ~iones de parámetros, fls10log1- didos encarnizadamente frente a los intrusos. El primer estudio
aralmgu1s~:_cos como «com rnala altura, la mtens~
.I?~e·n-re-rúndados,
. .. , . . 'd a d . .la. dura-
.. para comprobar empíricamente las formulaciones de Hall fue
en los que 1 . , con su ident1flcac10n el de Watson y Graves (1966). Estos autores utilizaron algunas
cc..m . h llan en re ac10n ,, l"
ción y el silencio :e . a "normal .. se diferencia del "teatra de las variantes de Hall para comparar la interacción entre una
(por ejemplo, el b1sb1seo. sidad) "· A propósito de los rasgos pareja de estudiantes árabes y otra de estudiantes norteame-
por un distinto grado de mten un hecho importante. a saber, ricanos. Entre las dos parejas se hallaron importantes diferen-
paralino-üísticos hay que observarprosódicos (que forman parte
rasgo~te
cias de comportamiento relativas a todas las variantes: de
que se ºdistinguen de los. lingüísticos del discurso) en. hecho los árabes viven mucho más intensamente la interacción.
de los elementos no estr~ctame t i'nt~o-rados con la estructura Las zonas de distancia en la interacción formuladas por Hall
cuanto no es tan, tan ..estnctamen
, , ea ítulo
o
II). . fueron confirmadas por una investigación de Willis (1966) cen-
o-ramatical de la em1s10n (vease ~ ~ propuesto clasificac10nes trada en la distancia al principio de una conversación entre dos
º Entre los autores .que a (1958) que incluye en personas que permanecen de pie. Altman y Haythorn (1967)
del paralengua1e vamos ~
. citar a Trager · .
cualidades vocales y las voca 1iz_a- estudiaron el comportamiento en relación al espacio preorde-
el campo del paralenguaJe las 1 ntos que abarcan un amplio nado y semideterminado, pero no al informal. Hutt y Vaizey
dones; se trata de numeroso: :aeu~:za de los sonidos ~ la lige- (1966) analizaron los efectos de la diferente densidad sobre el
arco de fenómenos, de?de .1. ~ la risa-llanto. grito, rmdos con comportamiento de niños hospitalizados y de niños normales:
reza-pesa dez 'de
" la •resprrac10n.
. todos los sujetos estudiados demostraron un deterioro de los
la lengua y con los labios.
comportamientos proporcional al aumento de densidad, espe-
cialmente en el caso de niños con lesiones cerebrales y de niños
autistas.
1.2. Antropología: prosémica
Las implicaciones de la prosémica son de tal enverga-
dura que de ella se han beneficiado y continúan beneficiándose
, . puede ser cons1. de rada como .una . sección
., d l no sóloy sociólogos
La prosemica
, .
objeto d e es t u dio es la ut1lizac10n te nistas políticos. y psicólogos, sino también arquitectos, urba-
de la antropologia;
espacio su. 1 y la percepción del mismo por par e
personal y socia
del hombre. . observado la utilización del
Numer?sos es~1:1d10s d~a~tras variantes ~is~utidas l?ºr 1.3. Sociología: ínteraccionísmo simbólico y etnometodología
espacio
Hall en la mteracc~~n y ortamiento prosem1co en d:fe-
'r1966)·. Hall
- - estud10
l el comp .
orteamencan os estableció cuatro, drfe-
. La sociología estudia las reglas del comportamiento no
rentes culturas. Para os n l interacción humana: mt1ma, verbal a nivel macroscópico, es decir, las reglas que, en situa-
rentes distancias o ~oi::as. par:a ~na de ellas tiene una ~ase de c10nes y contextos determinados, rigen los estilos de compor-
personal, social y pubhca,le~~miento. Hall discute las d1v~rsas •táñiieñto ·y las secuencias de acontecimientos hasta reconocer
acercamiento y otra l~~ ~ Je la comunicación hu.mana. (qumes- -Ia-exiStencia de c.ontexú)s coinporiamentales diferentes en dife-
rentes-contextos - sociales.
funciones de la moda 1 a d't' a) a dichas distancias.
·
tésica olfativa, · ual.' oral , au it. rvos de oro-anizac1on
vis ., espa c1'al·. - Barker Y Wright (1954) realizaron un estudio sobre una
, b', d' t1ncrue tres ip o . . "bl s pequeña ciudad del Medio Oeste que les llevó al reconocimiento
Tam ien is o - .- .-. - -· f". visibles e mv1s1 e ,
espacio preordena d o (c on limites . osición de las ciudades,_ h. ~ b"t
lJOS,
i a- de 884 contextos comportamentales. Goffman (1963) analizó
c-cimo líneas de fronteras, ~llsp 'determinado (dispos1c10n de minuciosamente algunas reglas del CNV en Ia sociedad de clase
)
dones en las casas ,· espac10 . . f semi1 (distancia mantem·d a en los media americana, ~descubriendo que sobre la base de estas
objetos muebles); ~spac1? m orma reglas se puede explicar la mayor parte del CNV; la formación
encuentros con los demas). de estas reglas es el resultado de un lento desarrollo histórico
en el seno de una cultura; el criterio básico sería el de su uti-
72
/.JJ-
lidad: por eso las reglas se demostrarán válidas respecto a
-determinadas situaciones en las que se habrían revelado útiles,
sin que por lo tanto existan reglas de validez universal. -~xisJ:_e
sin embargo otro enfoque que admite la posibilidad de leyes
uníveisale;Tnffuendactas por los ·aspectos dimensionales de las
situaciones: número de presentes, grado de formalidad existente
entre ellos, etc.
Los estudios de tipo sociológico han revelado también
la ~ubjetividad de los significados asignados a las señales no
verbales por ciertas culturas y grupos concretos. Goffman (1971)
puso de manifiesto el diferente significadQ_ que el mismo acto
puede asumir en diferentes- contextos sociales; y en su tesis de
la «presentacióñ-de sí mismo» afirma que el individuo mani-
pula la imacren de sí mismo que quiere comunicar a los demás
mediante er°aspecto externo y las señales que indican las moti-
vaciones de su comportamiento.
El interaccionismo simbólico puede considerarse como
una ejemplificación específica del enfoque sociológico. Su ob-
jeto de estudio es la descripción de las reglas culturales y de
los roles que guían el comportamiento interact~vo en un deter-
minado contexto. El individuo, según sus necesidades y su sub-
jetiva «definición de la situación,» asume un cierto rol y sigue
sus reglas. Frecuentemente el comportamiento es contemplado
·como una «representación» parecida al play-acting y al game-
playing.
Como afirma Capecchi (1972) interaccionismo simbó-
lico es un término general, elegido y utilizado para indicar un
coñjunto heterogéneo de enfoques. aunque todos consideren
como punto de partida las obras de B~rbert Mead (1966).
Lichtman (1970) resume los principales temas del in-
teraccio;;fsrri(; simbólico de la sigui en te forma.: a) las personas
actúan respecto a los objetos basándose en los significados que
para ellas poseen y esto es el resultado de la interacción social
que cada individuo tiene con los demás, de manera que el sig-
nificado de un objeto será mayor para una persona en la me-
dida en que otras personas interactúen en relación al objeto en
cuestión, definiéndolo con sus acciones; b) el «mundo» que
posee significado para las personas, por lo tanto, está com-
puesto de objetos y estos objetos son el producto de interac-
ciones simbólicas, por lo que puede afirmarse que los hombres
son en gran parte lo que piensan ser y las distintas unidades
sociales como las sociedades son lo que son en gran parte en
74
relación al conjunto de los significados que acaban ¡: .. -.
e)e~ mundo de .la vida cotidiana produce en las persc .
s~m1~n.tos Y acc10.nes; este conjunto de elementos (ObJ · .
s1mbohcos) co:is.tituye la «realidad» para cada individuo, d~
forrr:a que la l?gic.a d~ las instituciones no puede ser explicada
anahz~n.d? las msti~uc~o.nes en sí o sus funciones, sino partiendo
del anahsis de los sigmfrcados que influencian a las modalidades
con las que son utilizados.
Por lo. tanto resulta evidente, como afirma Capecchi
(19!2), ~l I_!:l_t~raccionismo simbólico se Presenta cºomo un
<:~~iml1!? a afron~ar la di~otomía objetivo-;ubjetivo; de esta
.:_x1~.r:c:~_I-l~n nacido esencialmente dos orientaciones de inves-
~!~~i~n,: u~a de tipo más estrictamente psicoloaista y otra
c.on d1n:ensi~f'.es más explícitamente aplicables a la problemá-
tica soc10pohtica.
· ~a sír:tesis elaborada por ºenzin (1971) individúa en
.clave ps1~ologista los principales temas metodológicos del in-
~eracci_o~1s1?0 en l~s siguientes cinco puntos: a) La metodología
mteracc10msta sugiere que un análisis de los comportamientos
es por sí solo ~nsuficiente para llegar a una explicación válida
sobre el po:q~e. de las acciones humanas, en cuanto la relación
entre l~s sigmfrcados simbólicos que los actores atribuyen a
s:is acc10nes no es tan sencilla como podría parecer a primera
v_ista; por eso los aspectos notorios y ocultos de las acciones
tienen que ser examinados durante el proceso de análisis; y por
eso hay que. efectuar las investigaciones en tales condiciones
que sea posib~e llevar a cabo una operación de identificación
durante est~ tipo de proceso. b) En líneas generales el investi-
gado~ debena tender a examinar el comportamiento del sujeto
considerado _desde el punto de vista de él mismo y, aunque en
al?unas ocas10nes'. como. e.n ciertos trabajos de grupo o en deter-
mma~~s. ceremonias rehg10sas, el análisis podría convertirse en
e! anahsis de la. ~stru~tura, relacional, Denzin aconseja centrar
siempre la atenc10n soore s1 mismo para poder medir así cuáles
son !ºs
aspectos específicos y cuál es la problemática de los
demas o de las estructuras interagentes. e) El investigador aue
parte d~l punto. de vista de~ sujeto sometido a examen tiene que
co~segmr. relac10nar los s!mbolos con los significados que el
su3eto a~nbuye a ~us rela~10nes y a su círculo social (potencial-
mente s1emp~e mas ampl10); la perspectiva sin embargo debe
permanecer siempre a nivel psicológico, aunque haya qi:i°e tener
e~ cuenta dos mveles, e~ estrictamente individual y el interac-
c10nal. d) Hay. que .~xammar ~a posibilidad de que el sujeto se
halle er: una s1tuac10n en e~p1ral, en el sentido de que el com-
portamiento en una determinada situación depende de la situa-
/-29'--
75
 acontecimientos de la vida cotidiana en sus aspectos regulados
c10n que influencia a su vez el sucesivo comportamiento y así
"':( re?ula.dores visibles, pero no observados, esperados y con
indefinidamente. Tampoco en este caso el punto de vista tiene
imphcac10nes subyacentes».
que ser la situación, y el análisis del sí mismo tendrá lugar de
. ~ns;r_de_xt!lit::!Y_~Jª~-~itt.ia~~or:i.e_~ «CO!Il_tmes» y «ob-
forma dinámica, pudiéndose aferrar los componentes de la
.:'.ias», o_ ?~-ª--_lo_s ..condicionamientos_ de la vida cotidiana, Gar-
situación y los diferentes estadios de interacción y de percep-
r:E.!c~l presenta toda una serie de experimentaciones en una
ción simbólica de las mismas. e) El nivel debe por tanto ha-
interesante escalation. De hecho comienza solicitando de unos
llarse siempre próximo al psicológico en la medida en que el
estudiantes que graben fragmentos de conversaciones entre
interaccionÍsmo. no es una teoría. sino únicamente un concep-
ellos anotando al margen todo lo que no se ha explicitado
tual frameivork. verbalmente. Posteriormente invita a estos estudiantes a ob-
La perspectiva psicologista, a nivel metodológico, se
servar la vida que se desarrolla en su propia casa considerán-
orienta hacia la descripción de situaciones muy específicas; su
d?la desde el p:into de vista de un extraño, es decir, prescin-
utilización con una perspectiva de vinculación a las estructuras
diendo del propio bagaje de conocimientos ya adquiridos; des-
sociopolíticas o a las diferentes instituciones, no pasa todavía
pués de lo cual hace que estos estudiantes se comporten en
de ser una posibilidad: en este sentido cabe citar a Lichtman
su casa actuando como extraños, es decir, ostentando una
(1970) que intenta llevar a cabo un análisis de las relaciones
actitud de «amable reserva» y rechazando (como si se tratara
entre interaccionismo simbólico y marxismo. de gente de fuera) el asumir las habituales relaciones con pa-
Dentro del interaccionismo simbólico se sitúa también
dres, hermanos, etc. Finalmente pide a l0s estudiantes que se
la posición de Goffman que a través del matizado análisis de
comporten de forma agresiva, de manera, por ejemplo, que
las instituciones totaTes- ha asumido una función de ruptura.
hablando con alguien se le acerquen a la cara hasta rozarle la
Capecchi (1972) insiste en poner en evidencia los límites de un
nariz. o le irriten al cambiar las reglas de un juego de familia.
tipo de análisis que no intenta establecer ninguna vinculación
Los r_esi:l~ados son efectivamente interesantes, en cuanto ponen
entre sistema social e instituciones totales, mientras reconoce
que el análisis «fuera» de las instituciones totales, para descu-
?e mam~1esto hasta qué punto la fuerza de los ritos y de los
ceremomales latentes en la vida cotidiana es verdaderamente
brir las causas sociales de la enfermedad mental, se convierte
importante - y cómo el conformismo de los diferentes actores
en una tendencia que no es únicamente una propuesta de una
se halla estabilizado en una apretada trama de relaciones.
investigación «científica» diferente. - -~- - Est?s últimos enfoques tienen álgunos puntos en co-
Contra las posibles involuciones del interaccionismo
mu_n:_ por e3emplo, el énfasis atribuido a los aspectos de la vida
simbólico se sitúa la postura de la llamada psiquiatría radical,
cot1d1ana en general dados por supuestos (mecanismos internos
cuyo representante ~ás significativo es probablemente Laing.
de la familia, de las instituciones, etc.) para, a través de los
Los exponentes de esta orientación intentan no ser víctimas de
n;ecanismos de interacción (y la atribución de significados y
involuciones de abstracción formal o de intransigencia inten-
sin; bolos que los actores confieren a esta interacción), poner de
tando vincular, aunque la referencia política no sea siempre
relieve los procesos de mixtificación y los condicionamientos
concreta, reflexión teórica, investigación empírica y praxis psi-
recíprocos que podrían ser útiles para comprender los mecanis-
quiátrica. mos de control y de equilibrio del sistema a un nivel más
«macro».

Otro enfoque sociológico distinto es el representado por ¡

1l
;,I 1.4. Etología
la etno-metodología. Según Garfinkel (1967) la etnometodología
se propone poner de manifiesto las situaciones de sentido ,;¡
·¡. \Yon Crana5:_g (1973) afirma que en los últimos diez años
común. Garfinkel escribe que «los sociólogos acaban por no I¡' los biólogos fían empezado a aplicar los principios metodolóo'i-
tener en cuenta ... nada más que la estructura familiar o el
puesto de trabajo, y se preguntan sobre las diferentes variantes
1 cos Y teóricos de la etología animal al comportamiento human~·
estos científicos han trabajado basándose en la hipótesis d~
que influencian estos aspectos estables. Y así sucede que se
que el comportamiento más o menos, depende de las predis-
descuidan toda una serie de consideraciones respecto a los
/J/J--
77
76
posiciones filogenéticamente heredadas y de la adaptación. ~?r
eso han estudiado el comportamiento como una representac_10n
total en su ambiente natural. Por tanto, al tomar en conside-
ración factores ecológicos, han analizado estructura y fun-
ciones por analogía con especies de animales puestas en re-
lación.
Un problema importante en este c~mpo de in:vestiga-
ción es el de la autogenia de los comportamientos. Mediante ~a
observación natural y las experimentaciones _sobre el pr~p~o
terreno se efectúa la recogida de datos con º?Jeto ~e describir
unidades de comportamiento que en su ~on3unto mc~uyen un
etnograma humano; al material así obtemdo se le aplican P?S-
teriormente métodos comparativos generale~ .. Estos ~raba3os
1 tección de la intemperie, la cría de la prole. la búsqueda de la
son interpretados en términos de teoría etologi~~· pomendo el
énfasis en los aspectos funcionales y de adaptacion del c?mp.~r­
tf
tamiento comunicativo. No obstante, en la fase de aphcac10n
de métodos comparativos generales surgen prob_le_mas como,
por ejemplo, la ausencia de directos antepasados. ;1v1entes. de la
~specie humana; y una fundamental transforma~10n aca~cida en
el sistema comportan:en~a~ simbólico_ .c?nsegmda ~e?ia;:it_e el
lenguaje, que implica mcmir en el anahsis factores dsiologicos,
sociales y culturales. . . ..
Recientemente han sido realizados, por una parte, esLu-
dios interculturales y estudios sobre el comportamiento en cul-
turas aisladas (Eibl-Eibesfeldt, 1968; Ekman, 1971); Y po: otra,
estudios sobre el desarrollo (Blurton Jones, 1972) Y estud10s del
comportamiento anormal (Grant, ~968) para demostrar l~ «pro-
blemática» existencia de modelos mnatos de comportam1e~to _Y
de un substrato biológico como fundamento del aprendiza3e
cultural.
Por consigµiente, la consideración de~ ?ombre como
ser biolÓgíco; base específica del método etolog1co, pued~ ~~r _
un criterio útil para futuros estudios que emprendan un anahs1s
funcional plena'i:nen~e e.tológico y comparativo( . a fin de conseguir un conocimiento más preci~o del hombre,
Numerosos- autores han destacado las semepnzas entre
el comportamiento social humano y el an~mal; ~ntre ellos cabe
ciertamente citar a Morris (1967). Sin olv1_dar, sm emba~g?, las
profundas diferencias: el hombre, en pnm_er lugar,. ut.1hza. el
ienguaje y la mayor parte de su comportamiento social implica
su uso; de hecho gran parte del CNV humano se emplea estre-
chamente- relacionado con la emisión, recepción, y control de
mensajes lingüísticos: por ejemplo, el :iso que hace el. h~mb]J:!_
"de lq_s __ gesfos coñ-:Tá' cabeza, con. l~s OJOS, de _los mov1m1entos
de }as manos es esencialmente distmto del ammal.. , .
Finalmente, muchas señales no verbales estan mfluen-
78
ciadas por la experiencia, siendo observables importantes dife-
rencias culturales entre los distintos aspectos del CNV. El punto
de vista etológico considera como comportamiento social de los
animales situados en los últimos eslabones de la escala evolu-
tiva, el expresado por un conjunto de respuestas estereotipadas;
en los mamíferos y en los primates más próximos al hombre el
sistema aparece más articulado y enriquecido por experiencias
de socialización. En cualquier caso el comportamiento social
consiste en la emisión de señales a través de partes del cuerpo
especializadas de forma adaptiva en tareas de valor biológico
fundamental. como la defensa colectiva del territorio. la pro-
comida, etc.
Se-.puede_supone.r_que__eLmo__Qtlo cqmpleto del compor-
tamiento soc~l y de la señalación no verbal_ s_~_ ha~ iao------COñs--
fituyenao alo -"largo d~ )a__ eyolucióri contribt.Iyendo a-rasupé-r:-~
-;{_í~~~c!~ ~d~ íiict-ív1d10s y _ae__gr:upos. Está __~owgrobacio g~~Ia_:~
mamfestac10nes de diferentes estados emotivos son seme3antes
en todas las sociedades humanas, y están presentes incluso en
los niños ciegos, por lo que probablemente se hallan muy poco
influenciadas por la experiencia. Seguramente también esto es
válido para la señalación de actitudes interpersonales.
A pesar de la semejanza entre el comportamiento so-
cial del hombre y el de los animales, el punto de vista impul-
-sado- por la antropología rebaja el entusiasmo del etólogo, al
revelar que, por ejemplo, a pesar de la semejanza en -la mani- ·
festación de las emociones entre distintas culturas, muchos
aspetfos del CNV evidencian: grandes diferencias.
El enfoque etológico, por consiguiente, al poner el
acento en la necesidad de disponer de un modelo del desarrollo
social específico de la especie y de utilizar correctamente los
recientes estudios sobre el desarrollo social de los primates,
revela su utilidad al proponer la confrontación hombre-animal
debido a la_jmpor.tancia que la .. etología _confiere a .Jas. bases__ ,
bÍOlógicas del comportamiento human.Q_.en eLmarco de_ la._teoría......
ev6Tücfonista darwiniana, frecuente e injustamente olvidada por
ros-pskOiogos::. ·---·- -·· --- - ·- - . -- . . . '
- - - - Por lo tanto si, por una parte, hay que evitar una no
correcta dependencía de la etología humana de los temas y
modelos propuestos por la etología animal, por el hecho de
que el modelo animal no agota toda la base (biológica) del
desarrollo social humano, por otra parte es import~nte utilizar
su aportación a l~L posibilidad_de. afrontar-er estudio de Jas
tei1aeñcras··--~~~en_t~-1~~~~_::_~~~-_:I_:__1~_:~)?_e._~~~ _Im!.11~.n.~: / .36 _
79
 Ésta es la mayor aportación de la etología en relación
a la posibilidad de estudiar las tendencias comportamentales
innatas de la especie humana en el marco de la teoría evolucio-
nista. Dicha aportación se revela especialmente provechosa, ya
que la psicología social, dejadas de lado teorias ingenuas ca-
rentes de bases empíricas adecuadas como la de los instintos
sociales de McDougall (1908), no tiene gran cosa que decir a
propósito de la determinación biológica del comportamiento
social humano, mientras es precisamente en este campo donde
la etología está suministrando sus resultados más interesantes.
A título de ejemplo podemos citar la superación de la
contraposición entre «social» y «biológico» enraizada en la
filosofía y en las ciencias humanas, ya que más allá de la cultura
y del aprendizaje hay que tener en cuenta el valor adaptivo, en
sentido biológico, del ser social. En este sentido es posible pen-
sar en bases biológicas del comportamiento social humano
como--los_e_sque-mas perceptivos de la cara y de la VOZ humana:
la tendencia a la dependencia durante el primer año de vida,
lasfases--del desarrollo comunicativo prelingüístico y lingüístico
(véase capítulo VI).
Naturalmente la_ confrontación etolc.igía humana-animal
posee. un--valor puramente .metodológico en el sentido de que
la -dé-scrfi>dón del compo!'!<}_~!~;rit()_social de una especie como
-ia lmrmrlía----saTeenriqúeclda al disponer de descripciones seme- -
jantes para otras especies. Parisi, Castelfranchi y Benigni (1976), ·
a ·propósito de la aportación metodológica de la etología, afir-
man que a los etólogos hay que reconocerles por lo menos el
mérito de haber llamado _lª-ª_ten~!c)n de los que estudian _el
comportamiento sobreelmétodo de observadón del comporta-
miento natural. Los etólogos humanos están demostrando la
utilidad de élícho enfoque con trabajos sobre la interacción
madre-bebé, adulto-niño, entre coetáneos, sobre comportamien-
tos de dominio-sumisión, sobre el juego, y sobre comportamien-
tbs ___ de cómuniéá.dón expresiva y lingüística (Blurton Janes,
1972; McGrew, 1972; Richards, 1974). Otros (Kendon, 1973;
Duncan, 1972) estudian aspectos del co_r11portamient()_<!Q!:!_lJ()L
como el co.mpór..t.aJni~PJ.9_4~---s~ludo, _~inJ€!_r:_~Eció:r:i___ c:!_t!_rante
la conversación, la comunicación expresiv<::.
1.5. Psicología
Entre las señales del comportamiento no verbal se ha-
llan incluidos factores psicológicos y culturales de distinto tipo,
por lo que el propósito de cada disciplina específica es el con-
80
seguir, a través de la coordinación de estos trabajos, una
comprensión y un análisis cada vez más completos de los
aspectos tomados en consideración.
La psicología ha tomado en consideración la utilidad
y las aportaciones de estos diferentes terrenos de estudio sin
renunciar a pesar de ello a su propia dimensión específica: de
este modo, del enfoque biológico-etológico ha asumido la exis-
tencia no aprendida de la expresión de las emociones, de un
equipamiento psicológico básico del que dependen las señali-
zaciones no verbales; también ha reconocido la aportación de la
lingüística y en particular de la paralingüística: de hecho, la
mayor parte del CNV es utilizada acompañada del lenguaje, y el
CNV puede depender de estructuras análogas a las del lenguaje,
o bien puede haber sido aprendido como parte de la capacidad
global de producir comunicación verbal; posteriormente tomó
en consideración la aportación antropológica y sociológica reco-
nociendo la existencia de variaciones interculturales en muchos
aspectos del CNV y admitiendo que la misma señal puede asu-
mir, en situaciones y contextos distintos, diferentes significados.
Sin dejar de aportar su original contribución al interesarse por
el significado y los efectos del CNV en la interacción social.
Los objetivos de la investigación psicológica pueden
enumerarseasí: Í) estúdiar y describir ·de forma detallada los
elementos qúe_ constituy(;!nlgs procesos de_ interacción social;
2) ·refacfonar..el comportamiento social del hombre con las bases
biológicas y socioculturales sobre las que se apoya; 3) estudiar
yaéscr'ibfr 1os significados del comportamiento social humano
en sus aspectos de emisión y de recepción, de percepción y de
interpretació~.
Cook (1971) es autor de una interesante exposición que
toma en· consideración los trabajos experimentales más signifi-
cativos sobre los diferentes aspectos de la percepción interper-
sonal, con objeto de individuar los elementos básicos que inter-
vienen en los procesos-ae···valotación interpersonal y de -descu-
brrr·tas-concretas modalidades de su «funcionamiento».
---- Una- especial a tendón· es dedicada a las ,b-ª~~_bJológicas
y socioculturales de la interacción humana; los investigaaóre-s
estan poniendo el máximo interés en estudiar el comportamien-
to en su verdadero ambiente social, ·para poner de manifiesto
secuencias de interacción producidas en condiciones de vida
real.
Probablemente, una aproximación al estudio del com-
portamiento social así concebido, no tiene ningún aspecto «re-
volucionario», ni desconoce aportaciones anteriores, pero en
cambio se propone afrontar con especial rigor un campo de
./JJ-
81
 investigación a la vez difícil y fascinante. Por ahora, procedien-
do como._ se ha dicho, este enfoque renunCia a una teoría gene-
ral del comportamiento interpersonal, considerando todavía
füsiiffcientese-Iñs-atisfac.torios IÜs elementos adquiridos ·para
semejante operación. Los autores que representan este plan-
teamiento consideran necesario en primer lugar la observación
y el análisis de los fenómenos fundamentales constitutivos del
comportamiento para descubrir los objetivos perseguidos por
las personas en diferentes situaciones sociales, las modalidades
con las qué son utilizados los canales de comunicación, el papel
desempeñado por las señales verbales y no verbales, el efecto
determinado por las reglas que rigen las distintas situaciones
sociales. En este sentido ha adquirido particular importancia
el avance del estudio de la interacción binaria, mientras todavía
queda mucho por hacer en cuanto a los fenómenos de interac-
ción en los grupos y en las organizaciones ..
2. Métodos de estudio del comportamiento no verbal
Puede afirmarse que el iter metodológico de las inves-
tigaciones sobre el CNV ha pasado por diferentes y sucesivas
fases de actuación: 1) diferenciación de los comportamientos
--a --rravés de un sistema ·ae descripción-anotación-transcripción;
2) búsqueda de una estructura interna de los comportamientos ·
(metodo estructural); 3) búsqueda de relaciones entre emisión
de señalés no verbales y otras variantes como las características
persoí:iáles;· fas situaciones, el juicio del observador (método de
las variantes externas o indicativo o «encoding»); 4) descifra-
miento de los significados de las señales no verbales realizado
por observ~Úiores (método decoding o comunicativo).
- Vamos a ilustrar brevemente los enfoques metodológi-
cos más arriba indicados.
2.1. Método transcripcional ( descriptivo-anotativo)
Las primeras aproximaciones al estudio del comporta-
miento no verbal estudiaban los datos específicos y anotaban
y transcribían el comportamiento evidente asociado a ciertos
sentimientos. A principios de los años 50 se realizaron intentos
comunes por parte de lingüistas, antropólogos y psiquiatras
para definir y diferenciar todo ese conjunto de comportamien-
tos vocales que hoy se definen como paralenguaje, según el es-
82
quema de Trager (1958). Birdwhistell (1952) desarrolló extensos
y detallados sistemas de transcripción del movimiento del cuer-
po. En su sistema de transcripción está previsto un símbolo
para cada posible movimiento humano, por analogía a la trans-
cripción fonética para el lenguaje. Dicho sistema de reproduc-
ción microcinésica consiste generalmente en una serie de pic-
tógrafos para las diferentes partes del cuerpo y de símbolos
para los transformadores del movimiento y de las posturas.
Existe también un segundo sistema (reproducción macrociné-
sica) a un nivel superior, que corresponde a un sistema de
lingüística fonémica.
Hall (1963) ha elaborado en el terreno de la prosémica
un sistema de anotación para los comportamientos cinésicos,
con escalas para ocho dimensiones distintas.
__[-;:i_.?_Jirr_iitaciones de los sistemas transcripcionales con-
sisten en la ausencia de un análisis sistemático de las estruc-
füras en los comportamientos transcritos -o de las relaciones
entre estos comportamientos y las variantes externas.
- Otra importante aportación para una clasificación es
la presentada por Mehrabian (1971). Ha elaborado un espacio
semántico multidimensional con el que caracterizar los datos
de la comunicación implícita, como variaciones en la valoración,
en el status y en la disponibilidad para comunicar. De esta
forma los paradigmas codificados pueden ser asumidos para
identificar un gran número de comportamientos asociados con
cada una de estas dimensiones referenciales. La desventaja con-
siste en el hecho de que este enfoque no permite la identifica-
ción de sentimientos específicos que puedan indicar los distin-
tos grados de cada dimensión referencial en sí misma. Esta red
«tridimensional» de Mehrabian es sin embargo importante por-
que proporciona un esquema general simple con el que identi-
ficar y estudiar distintos tipos de comportamiento. Los estudios
de dimensiones referenciales aisladas son igualmente impor-
tantes para identificar los comportamientos específicos que
transmiten sutiles matices de sentimientos, si se sitúan en este
espacio semántico tridimensional.
Los intentos de clasificación realizados tienen gran im-
portancia porque intentan resolver un aspecto complejo en un
campo de investigación relativamente nuevo como es el CNV:
es decir, la determinación de categorías y de dimensiones que
lo caracterizan. Las metodologías de investigación que indica-
mos a continuación se sitúan a este nivel de superación del en-
foque puramente descriptivo.
/.-27-
83
2.2. Método estructural
El enfoque metodológico_de tipo estructural concibe la
comunicaEioñ--como -üñ--sisteÍna estrictamente organizativo--y--
cerrado en sí mismo que funciona según un esquema de re- -
glas. Puede describirse como una aplicación al CNV del método
y dé los modelos utilizados por los lingüistas que evidencian la
construcción de un sistema a partir de niveles de subunidades -
hasta la construcción. según una escala jerárquica, de estruc-
turas más complejas. · cion~~-~~P-~.rim~I!.t.él!e.~ que, al suscitar actitudes interpersonales
Un ejemplo lo constituye el _mé~odo de Birdwhistel_l
para la cinésica (véase apartado 1.1.). Estudia detalladamente
la' estructura interna de las unidades de comunicación emitidas
por un solo individuo. §_c:h%l~I.!.l1966 y 1969) en cambio se cen-
tra en las estructuras interpersonales de la comunicación social
y, como todos los _t;!structur9.Us_t<1:;~,, está menos interesado, por
ejemplo, por la person.aHdad de Ios interlocutores que por la
estructura del comportamiento social en sí, en un contexto
determinado.
El método estructural pretende resolver algunos pro-
biemas que enumeramos acto seguido:
a) ¿qué comportamiento, de entre todos los posibles,
es el que se realiza en una comunicación, en una determinada
situación, dentro de una determinada cultura?
b) estos determinados comportamientos comunicati-
vos, ¿tienen lugar en secuencias características junto a otros
comportamientos. de forma constante o variable?
e) ¿cuáles son las reglas de la comunicación que con-
trolan la realización de un comportamiento en un determinado
contexto?
Dicho método, que, como hemos dicho, sigue paso a
paso las huellas de la lingüística estructural aplicada a la antro-
pología cultural, es utilizado sobre todo por antropólogos so-
ciales como La Barre (1947 y 1964) y Birdwhistell (1952 y 1971),
y por psiquiatras, como Scheflen (1966 y 1969).
2.3. Método de las variantes externas (o indicativo
o «encoding»)
Este enfoque consiste en el estudio de las relacione~
entre variantes--e)Úernas y señales no verbales de la emisión;
utiliza sobre todo la estadística. Dicho método púede.ser usado
84
de forma complementaria con el método estructurz.
cada-unci-ue·ellos suministra tipos de información q L:
no recoge. Por ejemplo, en el estudio de las interacciont - .:~
relación binaria es posible considerar a los interagentes como
un sistema particular de comunicación con sus propiedades
estructurales (como hace Scheflen), o bien estudiar la relación
estadística entre los comportamientos comunicativos de un
interagente hacia otro (como hacen Duncan, Rice y Butler,
1968). En e!__m_~to@_encoding los sujetos son puesto_s en situa-
"y e-stados emotivos, determinan la aparición de diferentes moda-
lidades de CNV. Los mé~odos encoding típicos utilizan el «juego
del papel» en el que se le pide al sujeto que asuma un cierto
papel o una actitud frente a un interlocutor (presente o no).
Por tanto la estrategia de base de este método consiste en el
intento de inferir la función o el significado de actos comuni-
cativos de su vinculación con variantes que no tienen nada que
ver con la comunicación (por ejemplo, Duncan, 1969; Argyle,
1969; Ekman y Friesen, 1969).
Dicho método es utilizado sobre todo por los psicólo-
gos sociales que centran su atención en los procedimientos de
observación, en los análisis del comportamiento, en la utilidad
del proyecto experimental y de la estadística. Dice en efecto
Argyle:
el enfoque que aquí se recomienda, es el de realizar experimenta-
ciones rigurosamente preparadas, que planteen hipótesis, pero lleva-
das a cabo en situaciones realistas con claros significados y conven-
ciones, y que contengan todos los componentes principales del
normal comportamiento social (i972 a, ed. 1974, p. 244).
El método encoding, según Von Cranach (1973).._P.resen-
ta dos puntos débiles: 1) dado que las estrategias experimenfü::-
les conveñCiüñales tienden a estar basadas en premisas molecu-
lares y no sistemáticas, es difícil integrar los resultados de este
enfoque en una estructura sistemática. Cuando se hace este
intento, es a través de interpretaciones secundarias y síntesis
de descubrimientos aislados. 2) dicho método utiliza paradig-
mas standard de investigación que, al limitar el arco de los
posibles comportamientos de los sujetos, provocan reacciones
artificiales en situaciones no naturales; lo que hace dudar de la
importancia externa de los descubrimientos.
El enfoque de las variantes externas es el que sin em-
~bargo ha :maiói-
of!g!!i_ac!_~_ Ta parte .de los ctescubrim!~n~os espe-
cíficos relativos a la comunicación y al movimiento. Probable-
,/.30-
85
mente se dará un importante paso adelante desarrollando las
técnicas de experimentación y de análisis y tomando en consi-
deración los nuevos criterios proclamados por Argyle (1969) de
cara a la realización de experimentaciones sobre el terreno y
en laboratorio en condiciones de naturalidad y verosimilitud.
Ekman v Friesen (1968) llaman al método de las va-
rían tes externas Jcon el nombre de método indicativo y lo ana-
lizan detalladamente. Sostienen que el estudio indicativo sirve
para establecer una relación entre algunos aspectos preestable-
cidos del CNV y otra clase de acontecimientos. Uno o más tipos
de actividades no verbales son valorados en relación a situa-
ciones, función, comunicación, características personales. Una
vez establecida esta relación, la acción no verbal posee un sig-
nificado psicológico, en cuanto no puede ser tomada en consi-
deración para obtener indicaciones sobre cualquier otra varia-
ble correlativa.
Los estudios indicativos no establecen si el CNV anali-
zado posee algún valor comunicativo para los que lo observan.
Muchos indicadores podrían no tener ningún valor comunica-
tivo hasta que no se adquiere conciencia de que son indicadores.
Por ejemplo, se puede establecer que un movimiento del cuerpo
como el de dar golpecitos en el suelo con el pie se produce en
situaciones de represión de la cólera, sin embargo si el obser-
vador no tiene conciencia de esto, los golpecitos con el pie po-
drían no comunicarle ninguna información. Los autores distin-
guen posteriormente dentro del método indicativo cinco tipos
de análisis:
l. valoración de la relación entre comportamientos
específicos no verbales y características del emisor, o de gru-
pos de emisores que posean ciertas características comunes;
2. valoración de la relación entre específicos compor-
tamientos no verbales y aspectos de la situación en la que se
produce el CNV;
3. valoración de la relación entre determinados com-
portamientos no verbales y características o comportamientos
del otro miembro de la interacción;
4. valoración de la relación entre determinados com-
portamientos no verbales y otros elementos no verbales simul-
táneos, precedentes o subsiguientes;
5. valoración de las relaciones entre determinados
comportamientos no verbales y comportamiento verbal con-
comitante.
86
Por ejemplo, la acc1on no verbal de taparse los ojos
puede producirse con mayor frecuencia entre pacientes que
tienen en común ciertas características étnicas y sociales (tipo
de método indicativo n.º 1); o puede producirse si hay una luz
fuerte (tipo n.º 2); o bien cuando el otro miembro de la inter-
acción expresa desaprobación o desplaza la mirada hacia el
rostro del emisor (tipo n.º 3); o bien puede ir acompañada de
otro gesto o seguida de llanto (tipo n.º 4); o, por último, puede
ir acompañada de temas verbales de desagrado. de pausas, de
tonos dulces de la voz (tipo n.º 5).
2.4. Método «decoding» (o comunicativo)
Dicho método de interpretación consiste en mostrar un
inventar-io -de -comportamientos ·a efectos de estímulo a indi-
vfduosci'lfe--dél)eián deducir de los mismos sentimientos, acti:
hides· u· afros estados psicológicos. Dicho método es útil en
cuanto permffe-una confrontación de los efectos de un cierto
numero de rasgos no verbales (aislados o en combinación con
otros) sobre las actitudes inferidas. Además permite estudiar
los·efectos relativos de estos rasgos entre los comunicadores y
entre los grupos de interlocutores, distintos en cuanto a sexo
y características personales. Un_ método decoding permite el
control sistemático de múltiples variantes (personalidad, situa-
dón social, instrucción dada al sujeto) y por lo tanto es sus-
~ceP..til?~S!___ de proporcionar- importantes informaciones.
· Ekmári y Friesen (1968) llaman al método decoding «co-
municat!vo)); ·en· cuanto valora los juicios de los observadores.
determinando el significado que el CNV comunica a los demás.
Por consiguiente, un estudio comunicativo establece si los ob-
servadores están de acuerdo con la interpretación del CNV.
Un inventario completo de CNV, o una parte limitada
del inventario (por ejemplo, unidades arbitrarias de tiempo o
una única parte del cuerpo), o una determinada acción no ver-
bal es mostrada a los jueces de quienes se solicita que descri-
ban sus propias impresiones sobre la postura, la función, la
comunicación verbal o las características personales del sujeto
observado.
El emplf!9. _del término «Comunicativo» no implica que
la persona -que haya expresado el CNV, o sea, el emisor, tenga
necesariamente intención de comunicar, sino que entre los que
observan su CNV. existe un acuerdo; el acuerdo de los obser-
~dores sObre ~ sig!!!fica;-to _c!~-~--q~".' !1º.gªEª~!i,z_~ po¡- otr;:¡ pa~­
te la exachtua del s1gmr1cado mfendo, es más, puede llegar a
·--· ---- .. /,-JI -
87
contradecirlo en el caso de una unánime interpretación errónea.
-- --·-Los estudios comunicativos por tanto, al valorar-el
dictamen de los observadores, dejan de lado los problemas de
la valoración del CNV en sí mismo. . . , permite en sí mismo controlar sistemáticamente las interac-
Por otra parte, el investigador debe decidir que aspec-
tos no verbales son los que va a mostrar a los observadores Y
qué juicios va a solicitar de ellos; ello puede lle"'.ª~ ~ o~tener
resultados negativos a causa de la demanda de JUICIOS irrele-
vantes 0 debido a la inadecuación del inventario comportamen-
tal pr~sentado, excesivamente breve y artificioso, º. po_rque el
comportamiento observado carezca ~e. valor comun_i~ativo.
Ekman y Friesen (1968) _distmguen, ~a.mbien, dentro
del método- comunicativo, cuatro tipos de anahsis:
l. el primero establece si un ejemplo con~reto de ~NV,
una filmación completa o parte de ella, comunic~ mfor~ac10:i~s
sobre las características del emisor o sobre el tipo de situacion
en la que se encuentra: pue~e p~~irse a l?s observa~ores que
describan, por ejemplo, la situac10n ~fectiva, ~as a_ctitudes, la
personalidad del sujeto observado; o s1 s: halla imphcado en un
encuentro con un amigo o con un extrano; . . . comunicación de los concretos referentes que está estudiando,
2. el segundo valora comunicaciones distmtas denya-
das de diferentes fuentes de sugerencias no verbales: _vanos
grupos de observadores pueden ver o sólo. la ca~a, o .s?lo las
manos, o sólo los pies a lo largo. de la m17ma f1lmac10n, Y a
continuación se les pide que describan al sujeto observado o la
situación en la que se hallaba; en este caso _el análisis se .~entra
en las comunicaciones diferenciales extra1das en func10n de
los diferentes tipos de sugerencias. no verb~les observ_a~as;
3. el tercero analiza las mformac10nes summ1stra~as
por una única acción o postura; la acción -~e taparse los, o~os
podría ser estudiada comparando la val<;>rac10n sob~e esta umca
acción con la valoración sobre otros tipos de acc10nes con la
mano, o bien comparando juicios de la acc~ón d~, taparse los
ojos con juicios de una nueva versió~ de la filmac10n de la ~u:
hayan sido eliminadas todas las acc10nes de tc::par~e los ºJ?S,
4. el cuarto compara el valor comumcat1v? _d~ dife-
rentes canales de comunicación: correlaciones entre JUICIOS so-
bre el CNV y el contenido verbal o la comunicación voc~l p~e­
den establecer diferencias entre estos canales de comumcac10n
a nivel de experiencias, personas o situaciones determinadas.
88
2.5. Uso combinado de los métodos «encoding» y «dec::< ·
Como hemos indicado más arriba, el método '-: .· . 0
ciones entre los diferentes indicios de comunicación, estudián-
dolos mediante hipótesis experimentales que tienen en cuenta
distintos factores. Por consiguiente el número de indicios que
pueden ser investigados deberá ser forzosamente limitado. Por
el contrario el método encoding, aunque estudie los efectos
interactivos de un único indicio cada vez, no comporta ninguna
limitación en cuanto al número de los indicios de comunica-
ción que pueden ser investigados e interpretados.
Mehrabian (1971) puso en práctica un uso combinado
de ambos métodos, que sale beneficiado de sus mayores ven-
tajas. En esta técnica encoding-decoding los estímulos son pre-
paradós utilizando la técnica del encoding; después son pre-
sentados a los sujetos para que ·indiquen su preferencia por el
uscf~de-·dichos- estímulos --en-diferentes situaciones sociales. Las
ventajas· de esta técnica combinada son importantes: si el expe-
rimentador prepara una serie de estímulos no apropiados a la
los sujeto;:;,_señalarán de forma característica su menor prefe-
ren"C:ia por~! _llS()_de dichos estímulos. Ello suministra al expe-
rimentador una información insustituible: una inferencia de este
tipo es imposible con el uso exclusivo del método decoding.
Esta técnica _permite además controlar sistemáticamen-
te los indicios de comunicación empleados:. la valoración de los
efectos independientes e interactivos de varios indicios de co-
municación, a la hora de determinar un referente, se hace en
base a criterios factoriales; dicha ventaja no existiría de utilizar
únicamente el método encoding. D_e__ estaJ:orma no .es imprescin-
dible qu~~L~ll~IÜIHmtªgor. corio.zca _a_ fQndq_ el .fenómeno. que
esra.-mvestigando, lo que sí es necesario en cambio para la
-preparáeion·ae-Ün adecuado conjunto de estímulos cuando se
utiliza un método decoding.
Mientras los métodos,.encoding. resultan adecuados .para
las prim"'eras-·fa~~¡-~(íe,-TQ'~_'trabajos sobre comunicación, el mé- -
~-todo encoµiij.g':decoding ·es útiJ_paq1,_Jcis __fases intermedia~; el
aecoding es el má~-~~Pr9füido· pªra lcts_ fa~es altamente desarro-
--Iladasa:e-d1chainvestigación.
'·--·-·--·-··par~Cla·reálizaciori de experimentaciones han sido adop-
tados diferentes procedimientos. De la recogida de fotos y pelí-
culas de comportamientos de sujetos en la vida cotidiana du-
rante diferentes situaciones y ambientes culturales, se ha pa-
sado en un segundo momento a la reconstrucción de situaciones
./3J-
89
reales en laboratorio (una técnica muy usada es la de la sala
de espera en la que el sujeto es colocado en posición coopera-
tiva o competitiva con un «Confederado»). Otras experimenta-
ciones de laboratorio prevén la interpretación por parte del
sujeto de conductas típicas de una función o el juicio sobre
actitudes o estados emotivos reproducidos por otros sujetos,
o bien observados a través de un espejo unidireccional en una
habitación para experimentaciones.
Al igual que Mehrabian (1971) también _Ekman y Frie-.
sen (1968) sostienen.la complementariedad de los métodos indi-
'catívo y comunicativo y de los específicos procedimientos ana- _
1ífü::os: Los estudios basados en el método comunicativo pueden
ser utilizados como pruebas preliminares para tener una im-
presión sobre las info.rmaciones que pueden hallarse contenidas
en un ejemplo de CNV, sugiriendo lo que posteriormente puede
ser aislado· mediante estudios basados en métodos indicativos.
Estos últimos pueden iluminar algunas acciones no verbales
sobresalientes que pueden luego ser examinadas selectivamente
por su valor comunicativo. Si lo que se desea es obtener infor-
maciones sobre el significado de acciones y posiciones especí-
ficas, o especificar los diferentes tipos de CNV significativos
para extraer cierto tipo de informaciones, entonces tanto el
método indicativo como el comunicativo deberían ser aplicados
al mismo material. Para establecer el significado de una acción
o de una posición, para valorar lo que ésta púéda expresar a
nivel psicológico, para poder establecer en qué determinadas
circunstancias se manifiesta o es generalmente interpretada, ~e
hace impresCiñdible fa áplicación de más de uno de los méto-=---
dos descritos precedentemente.
3. Conclusiones
Actualmente, las investigaciones realizadas en diferen-
tes campos disciplinarios presentadas a lo largo de este capítulo
tienen planteadas los siguientes problemas relativos a la comu-
nicación no verbal humana:
l. una profunda comprens1on del funcionamiento de
las diferentes señales no verbales y de la forma en que son
percibidas;
2. la clarificación del tipo de CNV utilizado para apo-
yar e integrar la comunicación verbal, de la forma exacta en
la que éste se coordina con el lenguaje, del problema de si
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existe algún tipo de gramática global (de hecho, el CNV parece
formar parte de un sistema global de comunicación dotado de
complejas reglas de sucesión y de estructura);
3. un ulterior análisis de las diferencias y de las se-
mejanzas entre culturas y de las condiciones de aprendizaje
del CNV;
4. un mayor conocimiento de los procesos a partir de
los que se desarrollan nuevos sistemas de CNV en un grupo o
en una cultura.
De lo dicho hasta este momento a propósito de los
aspectos del CNV puede deducirse su importancia en el terreno
de la comunicación entendida como actividad que transmite
informaciones en situaciones de interacción. El estudio de las
relaciones interpersonales ha tendido a valorar más el aspecto
verbal de la comunicación y expresión. C9mo hemos visto en
los capít11l()S_ precedentes, el CNV puedé asumir mayor iiiipor- .
tandá que el comportamiento verbal en cuanto «comunica» de·
forma más directa y no sometida a censura los verdaderos sen-
timfori tos del.iridivíduó.
En el capítulo siguiente vamos a presentar los proble-
mas derivados de la relación entre CNV y comunicación, recon-
siderando el problema del significado semiótico y del signifi-
cado perceptivo. Percibir, de hecho, significa conferir un sen-
tido a los datos informes de la experiencia, operar el recono-
cimiento de un comportamiento ajeno, a través de cuyo proceso
la gestualidad nos desvela sus intenciones. Pero no siempre el
significado perceptivo coincide con el semiótico; porque per-
siste la diferencia entre un significado que el destinatario in-
troduce en los datos de la experiencia sin que estos últimos
hayan sido predispuestos a comunicar, y un significado que el
destinatario halla en algunos datos de experiencia que se le
presentan como formas tendientes a la significación.
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