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- “Los niños que a los dos años dicen menos de 50 palabras y/o no utilizan frases de dos
elementos son considerados hablantes tardíos. Entre un 13% y un 19% de los niños de 24
meses presentan esta condición”.
- Este término se utiliza para referirse a aquellos niños que a los 2 años presentan un
desfase de vocabulario sin existir alteraciones reconocidas así como déficits sensoriales,
neurológicos, cognitivos o trastornos del espectro autista. Una de las características
principales de los hablantes tardíos es el desfase en el componente léxico, pues presentan
un retraso de adquisición del vocabulario expresivo, siendo la cantidad de palabras que el
niño utiliza limitada.
- Otra de las características viene dada por la intención comunicativa, pues el lenguaje se ve
influido por la motivación que tiene el niño por interactuar con los demás, en este sentido
los niños que tienen una baja estimulación en el lenguaje tendrán, en consecuencia,
menor número de intercambios comunicativos, lo que redunda en menos posibilidades de
afianzar su lenguaje.
SIGNOS DE ALERTA
¿CÓMO INTERVENIMOS?
- Durante muchos años, existió la creencia de que lo mejor era esperar a que el lenguaje
evolucione de manera natural. Esto sucede principalmente por el miedo a estigmatizar a
los niños categorizándolos con un retraso.
- Lo importante en el inicio tardío es la detección temprana y por lo tanto una temprana
intervención.
- Dos aspectos importantes: detección e intervención temprana (Fonoaudiólogos,
educadoras de párvulos, técnicos en párvulos) e intervención con los padres.
- Por qué no esperar:
1. Porque los niños avanzan, sin embargo, no avanzan como podrían realizarlo, por lo tanto,
el retraso en el lenguaje se mantiene de forma constante. Además, podría existir un
detrimento en otras áreas, como memoria y habilidades lingüísticas más complejas.
2. El inicio tardío del lenguaje es un factor de riesgo para los trastornos del desarrollo del
lenguaje. Esto, además, impacta en las interacciones futuras, disminuyéndolas en cantidad
y calidad.
3. No existen predictores concretos que diferencien entre IT y TDL, por lo que, la
intervención marca la diferencia.
Ventajas de la intervención con los padres: Ocurre en el entorno natural del niño. Está dirigido
al niño y basado en rutinas. Sigue el liderazgo y el interés del niño para promover turnos.
Ocurre durante las interacciones sociales y las rutinas diarias con los cuidadores. Alienta a los
cuidadores a "esperar" y "observar" al niño. Permite que el niño inicie la comunicación verbal
y gestual. Alienta a los cuidadores a responder a la comunicación verbal y no verbal. Alienta a
los cuidadores a modelar un lenguaje.
Uno de los debates respecto a este tema es la capacidad de recuperación de los hablantes tardíos.
Además, no todas las capacidades lingüísticas se desarrollan igual en los hablantes tardíos durante
la escolaridad, pues existen diferencias en la evolución de vocabulario, en la longitud media de los
enunciados (LME) y en marcadores gramaticales como es el caso del pasado (Rice et al., 2008).
Esto nos lleva a pensar que no siempre los hablantes tardíos consiguen situarse en el mismo nivel
de desarrollo lingüístico que sus iguales en todas las dimensiones del lenguaje, pudiendo seguir un
desarrollo típico en algunos aspectos del mismo y desfases en otros. Por ello, autores como
Scarborough y Dobrich (1990) afirman que la recuperación de los hablantes tardíos es más ilusoria
que real. Además, defienden que los retrasos del lenguaje en niños hablantes tardíos no se deben
específicamente a problemas en aspectos lingüísticos concretos, sino que es más una
consecuencia de la falta de recursos o la limitación de estos para el aprendizaje del lenguaje. Por lo
22 tanto, los especialistas deben dirigir la intervención a proporcionar al alumno un repertorio de
recursos que facilite el aprendizaje, trabajando aspectos como la memoria, la percepción auditiva
o la organización del discurso. Cuando nos encontramos ante un hablante tardío debemos hacer
una evaluación exhaustiva para determinar el diagnóstico y su posterior intervención, centrada
principalmente en la intervención específica en lenguaje oral. Antes de que surgieran estudios
sobre el lenguaje, los especialistas optaban por otorgar un período de tiempo antes de llevar a
cabo la intervención para observar la evolución del sujeto. Hoy en día, gracias a todas las
investigaciones en materia de lenguaje, hemos llegado a la conclusión de la importancia y los
beneficios de una detección precoz de dificultades en el lenguaje. Además, dadas las dificultades
de comprensión que presenta un sector de esta población de hablantes tardíos no es conveniente
esperar sino actuar de forma inmediata, ya que si no aumentaría el riesgo de que el niño pueda
encontrar dificultades en los aprendizajes escolares.