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El colonialismo ha sido un factor muy significativo en el desarrollo de la ciencia;

aunque la expansión europea no fue algo planeado, su influencia resultó algo


irreversible.
En esta época los ingleses buscaban metales preciosos, pescado, niños y
artículos navales, dándose cuenta que tierras americanas cubrían con ese
requerimiento. La educación superior mejoró notablemente, enseñando
lenguas modernas, ciencia (destacando la medicina), historia y gramática
inglesa.
Una parte de la ciencia colonial fue el producto de la labor de sabios españoles
instalados en América. En esta época, durante varias expediciones promovidas
por La Corona y realizados mayormente por discípulos criollos, podemos
destacar en Ecuador a: Pedro Vicente Maldonado, gran científico, físico,
matemático, astrónomo, topógrafo y geógrafo; ecuatoriano que colaboró con
los miembros de la Misión Geodésica Francesa. Esta misión fue una de las
primeras expediciones científicas teniendo como objetivo definir la forma exacta
de nuestro planeta, corroboran postulados de grandes científicos como:
Newton, Einstein y Copérnico, además sus mediciones permitieron establecer
el Sistema Métrico Decimal que se utiliza en el mundo entero hasta la presente
fecha. Además, comenzaron a darle el nombre que nuestro país adoptaría
posteriormente al empezar a llamarle “Tierras del Ecuador”.

Pedro Vicente Maldonado también fue el creador del primer proyecto de


ingeniería civil en la construcción del camino de Quito a Esmeraldas.
Destacamos también a Eugenio de Santa Cruz y Espejo, médico y científico
sobresaliente. Su obra científica, incluye dos informes a favor de la utilización
de la quina como remedio y su estudio epidemiológico elaborado a raíz de dos
epidemias consecutivas de sarampión y viruela. Se podría decir que los
estudios que Espejo realizó sobre las viruelas presentes en el Ecuador colonial
serían los primeros estudios en el campo de la microbiología.

Durante dos siglos la quina era administrada en polvo, en píldoras, en infusión


o en extracto. Pero hubo un perfeccionamiento técnico: los indios la maceraban
en chicha de maíz, los españoles preferían el aguardiente o el vino.
Hasta que un día, por el 1820, los franceses Caveton y Pelletier descubrieron el
sulfato de quinina. Y después, la química sintética la desplazó para siempre del
mercado mundial. Hoy, la planta es una reliquia histórica de la flora andina.

De esta manera, el desarrollo de la ciencia se debió mucho a la conquista


española dada en nuestro país, un acontecimiento importante fue la misión
geodésica realizada en nuestro país, dando un “boom” para la ciencia en
nuestro país. Gracias a la llegada de los españoles y con ello, la llegada de
epidemias, se abrieron las puertas a las diferencias ciencias como la química,
medicina y la microbiología.

reparación original de quinina por Pelletier y Caveton, 1820.

En 1820, Pierre Joseph Pelletier (1788-1842), un químico francés, y Joseph


Caventou (1795-1877), un farmacéutico francés, aislaron la quinina y la
extrajeron de la corteza de la cinchona. Cinchona se había utilizado durante
mucho tiempo para tratar la fiebre, sobre todo la malaria. La quinina es lo que
hace que la corteza sea tan eficaz como tratamiento para la enfermedad. Esta
preparación fue hecha por Pelletier y Caventou y fue recogida por el capitán
Peter Johnston-Saint, uno de los agentes de Henry Wellcome, en 1934. Se
muestra aquí con ejemplos similares (A182555 y A182556).

EUGENIO ESPEJO

 Imperaba entonces una medicina mezcla de empirismo y


escolasticismo, y eran muchos los médicos improvisados e
incompetentes En 1772 Espejo empezó a ejercer la medicina en Quito, e
inició su sátira y crítica a los responsables de los males imperantes en la
ciudad. Años más tarde, en 1785, el Cabildo de Quito le solicitó la
redacción de un método para prevenir las viruelas. En el informe que
realizó al respecto atribuyó el problema a causas sociales y culturales;
afirmó que los responsables de las epidemias contagiosas eran la
ignorancia en cuestiones de higiene, las deficientes condiciones
sanitarias de la ciudad y hasta la mala formación médica y los propios
sacerdotes betlemitas que, sin criterio, dirigían el hospital de Quito.

Pedro viente Maldonado


Colaboró con la Misión Geodésica francesa cuando estuvo en nuestras tierras para medir un
arco de meridiano. Su sapiencia fue reconocida a nivel internacional cuando fue aceptado
como miembro de la Academia de Ciencias de París.

Nicolás Copérnico (1473-1543), astrónomo polaco, es conocido por su teoría


Heliocéntrica que había sido descrita ya por Aristarco de Samos, según la cual el Sol
se encontraba en el centro del Universo y la Tierra, que giraba una vez al día sobre su
eje, completaba cada año una vuelta alrededor de él.

La teoría elaborada por Isaac Newton afirma que esa fuerza de atracción,
denominada gravedad, es la responsable de la caída de los cuerpos en la Tierra y de
los movimientos a gran escala que se observan en el Universo: la órbita de la Luna
alrededor de la Tierra y la órbita de los planetas alrededor del Sol.

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