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Sánchez.

“Ontología del accidente”: el operar negativo de la forma

“ONTOLOGÍA DEL ACCIDENTE”:


EL OPERAR NEGATIVO DE LA FORMA
Reseña

Lucas Sánchez - Pólvora Editorial

Lucas Sánchez A.
Psicólogo
Magister © Psicología Clínica Psicoanalítica, Universidad Diego Portales
Miembro de Grupo Psicoanalítico Plus
Editor en Pólvora Editorial

Correspondencia
Lucas Sánchez
lucas.sanchez.anwandter@gmail.com

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Revista Sul Americana de Psicologia, v6, n2, 2018
Sánchez. “Ontología del accidente”: el operar negativo de la forma

Esta nueva publicación de Pólvora Editorial, “Ontología del accidente. Ensayo

sobre la plasticidad destructiva” (Malabou, 2009), es la tercera traducción en lengua

española de Catherine Malabou a cargo del académico Cristóbal Durán. Anteriormente,

fueron publicados “El provenir en Hegel: plasticidad, temporalidad, dialéctica” (Malabou,

2013), y “La plasticidad en espera” (Malabou, 2010). Catherine Malabou es profesora de la

Kingston University y de la Universidad de California-Irvine. Habiendo obtenido su

doctorado en 1995, bajo la supervisión de Jacques Derrida, hoy en día se ha transformado

en una de las voces más creativas tanto por su revalorización de la filosofía especulativa

como por su novedosa lectura de la deconstrucción. Tomando elementos de la filosofía

moderna y contemporánea, así como de las neurociencias, el psicoanálisis y las teorías de la

diferencia sexual, Malabou ha desarrollado un pensamiento impulsado por el concepto de

plasticidad. De reciente paso por nuestro país, en el marco del ciclo de conferencias “La

filosofía y el afuera”, esbozo aquí un pequeño comentario sobre su más reciente libro

traducido en español, el que podría ser de gran utilidad para aquellos que trabajamos en las

disciplina denominadas psi.

“Ontología del accidente” es un ensayo que toma por tarea pensar la implicación

entre esencia y accidente, en un intento manifiesto por desplazar el significado tanto de la

transformación como de la metamorfosis, entendiendo por estos algo más que meros

cambios de “forma”, piel o vestimenta. Las mutaciones o transformaciones que ocurren en

el desarrollo vital comprometerían más bien cambios en la forma y en el ser, implicando de

esta manera, que un cambio de forma puede significar también una transformación en el

ser. Malabou, intenta pensar una metamorfosis radical, esto es, precisamente, una

fabricación de una nueva persona, de una forma inédita de vida, que no tenga punto en

común con la identidad que la precede. En otras palabras, se trata de un arriesgado intento

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por cuestionar el presupuesto sustancialista que ha sido el compañero de ruta predilecto

para el concepto de metamorfosis en occidente, contraviniendo así la fórmula clásica que

reza: la forma se transforma, pero la sustancia permanece.

Para Malabou, el imaginario occidental raramente ha presentado la metamorfosis

como una desviación, real o total, del ser. Desde las transmutaciones de Ovidio, hasta la

figura mitológica de Metis, diosa de las artimañas, y sin dejar de pasar, por supuesto, por el

querido Gregorio Samsa en “La metamorfosis” de Kafka, Malabou nos recordará cómo en

este lado del mundo nos ha sido más fácil concebir un “travestismo” exclusivamente de

piel, pero que en sí mismo sería incapaz de formar un nuevo individuo. Estaríamos, al

parecer, condenados a concebir cualquier mutación o transformación sólo como una

redención de la forma donde, empero, se conservaría, preservaría y salvaría el ser

“auténtico”, la “identidad” o la “esencia”. Malabou propone, en cambio, que: “Existen

metamorfosis que alteran la bola de nieve que se forma con uno mismo en la duración, esa

gran montonera circular completamente llena, colmada y completa. Extrañas figuras que

surgen de la herida, o de nada, de una especie de desconexión con el antes, figuras que no

son el resultado de un conflicto infantil no regulado ni de la presión de lo reprimido, ni del

retorno súbito de un fantasma” (Malabou, 2018, p. 11). La “plasticidad destructiva” que

conceptualiza Malabou es un fenómeno similar al trauma, se trata de un daño o un corte

que produce una deserción subjetiva, un alejamiento de sí, que tiene por efecto convertir al

individuo en un extranjero para sí mismo.

Uno de los méritos de Malabou es que, lejos de postular ejemplos rebuscados o

refugiarse en una retórica solipsista, señala como expresiones de esta “plasticidad

destructiva” a las identidades escindidas o interrumpidas repentinamente, a las identidades

desertadas de los enfermos de Alzheimer, a la indiferencia afectiva de quienes han sufrido

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daño cerebral, a los traumatismos de guerra, a las víctimas de catástrofes, naturales o

políticas. Para la autora es de vital importancia que podamos constatar y reconocer que

algún día todos podemos convertirnos en otra persona, en alguien absolutamente distinto,

en alguien incapaz incluso de reconciliarse consigo mismo, sin redención ni salvación

posible. Al final, en Malabou, y desde la psicología, podríamos decir que la “plasticidad

destructiva” consiste en una conceptualización que nos permite llevar más allá el concepto

del psiquismo, entendiendo por este el de un organismo plástico, capaz de cambiar logra

pero que, al final, por medio del equilibrio o la homeostasis, lograría mantenerse siempre el

mismo. Más allá también, de una concepción de identidad como exclusivamente marcada

por el par porvenir/memoria. Para Malabou se trata de concebir la identidad bajo cierto

poder de explosión y destrucción ontológico, que permita pensar así la “forma” más allá de

una dimensión puramente positiva.

Finalmente, y quizás esto sólo responda a un desvío debido a la disciplina que

practico, abro algunas preguntas: ¿será el concepto de “plasticidad destructiva” una nueva

forma de pensar la pulsión de muerte freudiana? O, como dice la propia Malabou, ¿se trata

de una nueva lectura para dar visibilidad a la pulsión de muerte, más allá de los ejemplos

usualmente adoptados por Freud, a saber: sadismo y masoquismo?, ¿crueldad,

aniquilamiento y dominio soberano? ¿Asistimos con Malabou, y si es así, en qué medida, a

un “arte plástico muy particular [que] está en juego, que se asemeja mucho a la pulsión de

muerte” (Malabou, 2018, p. 22)?

Dejo entonces precavido y también invitado el lector a internarse en estas páginas

para descubrir qué posibilidades le entrega este operar negativo de la forma, de su

destrucción, para que pueda así juzgar qué es lo que el concepto de plasticidad destructiva

le permitirá pensar y hacer al enfrentarse en su quehacer clínico a pacientes que se

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encuentran al final de su vida o que han vivido acontecimientos que revisten un carácter

traumático.

Referencia

Malabou, C. (2009) Ontologie de l'accident. Essai sur la plasticite destructrice. París: Léo

Scheer.

Malabou, C. (2010) La plasticidad en espera. Santiago de Chile: Palinodia.

Malabou, C. (2013) El provenir en Hegel: plasticidad, temporalidad, dialéctica. Santiago

de Chile: Palinodia & La Cebra.

Malabou, C. (2018) Ontología del accidente. Ensayo sobre la plasticidad destructiva.

(Durán, C, Trad.). Santiago de Chile: Pólvora Editorial.

Recepción: 29 de octubre 2018


Última Revisión: 19 de noviembre 2018
Aceptación Final: 9 de diciembre 2018

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