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EN SÓLO 77 METROS CUADRADOS LESLIE LISBOA

LEVANTÓ SU EMPRENDIMIENTO DE HORTALIZAS


HIDROPÓNICAS
Leslie Lisboa García (37) dice que desde siempre ha estado ligada a la tierra y al trabajo agrícola. Nació
en Rengo, luego vivió en Rancagua y Mostazal y al final su familia se afincó en Olivar, todas comunas
de la Región de O’Higgins. Su padre era carpintero, pero también un hombre que sabía de cultivos, lo
que la motivó a convertirse en emprendedora campesina y, ante la escasez hídrica que afecta a la zona,
dedicarse a la hidroponía.
Leslie Lisboa García (37) dice que desde siempre ha estado ligada a la tierra y al trabajo agrícola. Nació
en Rengo, luego vivió en Rancagua y Mostazal y al final su familia se afincó en Olivar, todas comunas
de la Región de O’Higgins. Su padre era carpintero, pero también un hombre que sabía de cultivos, lo
que la motivó a convertirse en emprendedora campesina y, ante la escasez hídrica que afecta a la zona,
dedicarse a la hidroponía.
Lo que más la motiva es producir alimentos sanos para su familia y la comunidad: “Soy una mujer muy
feliz con lo que hago. Está en mi sangre, en mi ADN, cultivar productos frescos”, comenta con orgullo
la agricultora, quien en Olivar estudió, creció, formó su familia -se casó con Yoany y es madre de
Damián (16) y Octavio (12)- y hoy se abre paso con su negocio HIDROPONÍA HOJAS VERDES.
En 2010 ingresó al Programa de Desarrollo Local (Prodesal) de INDAP, ejecutado en conjunto con el
municipio local, y a partir de las orientaciones y asesorías otorgadas por el equipo técnico logró
implementar su primer invernado, de apenas 20 metros cuadrados. En su interior instaló mesas de agua
construidas por su esposo e inició sus primeros cultivos de hortalizas de raíz flotante.
Tres años más tarde, Leslie debió decidir si mantener la tradicional práctica de siembras en suelo o
dedicarse exclusivamente a la hidroponía. Alentada por los profesionales del Prodesal y viendo que los
efectos de la sequía ya se dejaban sentir con fuerza, optó por el segundo camino. “Vamos con todo”, fue
la frase que acuñó para avanzar en sus desafíos.
En julio de este año hizo realidad uno de sus sueños: Se adjudicó un proyecto de INDAP y levantó su
empresa: Un invernadero de escasos 77 metros cuadrados, pero que le permite cosechar 1.500 plantas de
lechugas de variedades Roble Verde, Quenti, Lollo Bionda, Mantecosa y Gallantine cada cinco semanas,
a lo que también ha sumado la producción de mizuna, berros y ciboulette.
En ese breve espacio Leslie cuenta con cuatro camas de agua para sus cultivos de raíz flotante y la
preparación de plantines. Cada cama requiere de 900 metros cúbicos de agua que obtiene de la red
pública y no pierde ni una gota. “Con este sistema de producción se optimiza tiempo y, lo más
importante, agua. Cada lechuga requiere de un total de 3 litros para su desarrollo”, cuenta.
“En este desafío nunca me he sentido sola, porque es un emprendimiento familiar. Cuando se me ocurre
una idea, mi marido Yoani la lleva a la práctica: Arma estructuras nuevas y hace ajustes al modelo de
algo que vi en internet; ahí está él. Mis hijos ayudan a cosechar y cuando alguien viene a comprar, ellos
se encargan”, relata con orgullo Leslie.
Su producción la comercializa en su casa, hasta donde llegan vecinos y quienes se enteran de su trabajo a
través de redes sociales (Facebook e Instagram). También participa en ferias de INDAP, en el Mercadito
Prodesal de Olivar -que ella coordina- y en iniciativas como HortiCrece, que busca posicionar a la
Región de O’Higgins como referente nacional en la producción de hortalizas.
En cuanto al futuro, Leslie comenta que le gustaría ampliar su invernadero, porque siente que ya le está
quedando pequeño. “Quiero crecer un poco más y estar preparada para las temporadas que vienen,
además de incorporar energía solar”.
Teléfono:+56 9 9198 1788.

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