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Elena Espeitx la alimentación humana como objeto de estudio para la antropología:

Universidad de Barcelona
posibilidades y limitaciones
Mabel Gracia
Universidad Rovira i Virgili
(Tarragona)

ANTRHOPOLOGICAL RESEARCH ON FOOD:


POSSIBLITIES AND LIMITATIONS

Resumen Abstract

Alimentarse es una necesidad primaria, pero los Feeding is a primary necessity, but food has not
alimentos no tienen una función exclusivamen- only a physiological or psychic function, but
te fisiológica o psíquica, sino también cultural y also a social and cultural one. The complexity
social. La complejidad del hecho alimentario ha of the alimentary act has awaked the interest of
despertado el interés de numerosas disciplinas, a number of disciplines, that study it from dif-
que lo abordan desde sus diferentes enfoques e ferent perspectives and interests. But only the
intereses. La antropología, por su parte, ha articulation of biology, ecology and culture
estudiado la alimentación desde distintos enfo- could explain the multifarious faces of the
ques teóricos. Pero sólo la articulación de la human alimentation and its evolution, and it
biología, la ecología y la cultura pueden dar also could avoid biological, economic or social
cuenta de los múltiples aspectos de la alimenta- determinism. Because of this reason, interdisci-
ción humana y su evolución y evitar determi- plinarity appears to be necessary but difficult,
nismos biológicos, económicos o sociales. Por and today it seems to be more a proposal than
esta razón, la interdisciplinariedad aparece a fertile reality.
necesaria, aunque difícil, y por ahora se reduce
más a una declaración de intenciones que a una
realidad realmente fecunda.

Palabras clave Key words

Alimentación, incorporacwn, consumo ali- Food, incorporation, food consumption, inter-


mentario, interdisciplinariedad. disciplinarity.

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Elena Espeitx La alimentación humana como objeto de estudio para la antropología:
Universidad de Barcelona
posibilidades y limitaciones
Mabel Gracia
Universidad Rovira i Virgili
(Tarragona)

l. La alimentación humana como objeto la vez: genera conflictos, permite la reciprocidad


de estudio y el intercambio, es básica en el establecimiento
y mantenimiento de la sociabilidad, clasifica a
Alimentarse es una necesidad pnmana. Para los individuos y a los grupos sociales, manifies-
sobrevivir, el ser humano debe comer, pero no ta las formas de entender el mundo e incorpora
sólo para subsistir, sino también para mantener un gran poder de evocación simbólica.
un buen estado de salud y alcanzar un desarro- En efecto, la alimentación constituye una vía
llo físico y mental óptimo. Pero los alimentos privilegiada para acceder a las manifestaciones
no tienen una función exclusivamente fisiológi- del pensamiento simbólico. La alimentación
. ca o psíquica, sino también cultural y social. La hace referencia a la intimidad corporal. Consu-
complejidad del hecho alimentario y su poliva- mir un alimento implica que se introduzca en el
lencia ha hecho que numerosas disciplinas interior de nuestro ser. Un alimento es una
hayan convertido la alimentación humana en su substancia que penetra en lo más profundo del
objeto de estudio, siendo abordada desde el cuerpo, se mezcla en nuestro interior y acaba
ámbito médico-sanitario, la biología, la dietéti- formando parte de nosotros mismos. De aquí la
ca, la bromatología, la economía, la sociología, importancia del "principio de incorporación" y
la antropología o la historia. Cada una de las del papel que se otorga a la alimentación en la
disciplinas que se ocupa de la alimentación constitución misma del cuerpo.
humana focaliza su atención en los aspectos que Por esta razón, consideramos los alimentos con
considera prioritarios según sus intereses. Los una cierta prudencia, y los rodeamos de pres-
análisis resultantes son, por tanto, parciales y se cripciones, tabúes y ritos en función de sus
refieren solamente a algunas de las numerosas posibles efectos sobre el organismo, pero tam-
dimensiones de un fe~ómeno tan complejo. bién sobre nuestra personalidad. Porque, de
Alimentarse constituye una necesidad básica alguna manera, creemos que cuando incorpora-
para los individuos, también lo es para las socie- mos un alimento incorporamos también algu-
dades. Cualquier grupo humano, para reprodu- nas de sus características materiales o simbóli-
cirse, debe disponer de mecanismos que garan- cas, y éstas pueden afectarnos, transformándo-
ticen la consecución de este objetivo. Por esta nos, según sea aquello que nos han evocado.
razón, en todas las sociedades, son tan relevan- Así, por ejemplo, es habitual encontrar en cual-
tes las actividades relacionadas con la produc- quier cultura una lista de alimentos, que por su
ción, la distribución y el consumo de alimentos. forma se consideran afrodisíacos, cuya ingesta
Así, pues, el vínculo que los distintos grupos influiría, supuestamente, en nuestro comporta-
humanos establecen con los alimentos, inclu- miento sexual. La creencia en la incorporación
yendo los aspectos relativos al abastecimiento y mágica es una constante que encontramos en
la circulación de productos, las formas de mani- muchas culturas, incluida la sociedad occiden-
pulación (selección de los alimentos, elabora- tal contemporánea. Por ejemplo, en la publici-
ción, técnicas culinarias), las costumbres, la ide- dad alimentaria abundan los símbolos que
ología y las representaciones simbólicas o el hacen referencia a los principios de contagio y
orden y las normas que acompañan este consu- de incorporación: los alimentos naturales por
mo, constituyen aspectos esenciales para el excelencia, como la miel, nos ponen en comu-
estudio sociocultural de la alimentación y, en nión con la naturaleza, la ingestión de determi-
consecuencia, para la antropología. nados productos nos purifica, como el agua
Su carácter central en la supervivencia física y mineral, o nos renueva, como el bifidus activo
mental de los individuos y en la reproducción de los yogures. Pero lo que la publicidad refle-
de las sociedades la convierte en una de las acti- ja a través de los argumentos utilizados en la
vidades humanas más polivalente y expresiva a construcción de los mensajes comerciales es

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toda una forma de pensar y de creer en los prin- hace patente en la preocupación que despiertan !
cipios de contagio y de incorporación. En efec- cuestiones tales como la del uso, tanto en la
to, estos principios aparecen como manifesta- producción como en la elaboración de alimen-
ciones, entre otras, de todo el conjunto simbó- tos, de aditivos químicos (herbicidas, insectici-
lico de representaciones a través de las cuales el das, fungicidas). Problemas como el de las
ser humano interpreta el mundo. "vacas locas" o la utilización indiscriminada de
Esta necesidad de interpretar el mundo, de hormonas de crecimiento en el caso de la gana-
buscar sentido y de poner en orden las cosas se dería intensiva provocan malestar y descon-
manifiesta muy bien a través de la cultura ali- fianza en los consumidores. Por una parte, ali-
mentaria. Creamos categorías de alimento mentarse es una necesidad ineludible y una
-comestibles y no comestibles, saludables y no buena alimentación es condición necesaria para
saludables, convenientes y no convenientes, el bienestar físico; por otra, comer puede ser
ordinarios y festivos, buenos y malos o feme- una fuente de placer, sin embargo, y esto expli-
ninos y masculinos- y, mediante estas clasifi- ca en parte nuestra relación ambivalente con la
caciones, construimos las combinaciones y las alimentación, también puede encerrar riesgos.
normas que rigen la relación de las personas Por otro lado, la producción, la distribución y
con dichas categorías. Esto se traduce en un el consumo de alimentos se insertan en una
proceso constante de pensar la alimentación, serie de complejos procesos ecológicos, econó-
de racionalizarla. Como señala Fischler (1995), micos, políticos y sociales que debemos tener
si analizamos la relación del ser humano con en cuenta para comprender la dinámica y la
los alimentos encontramos siempre nociones lógica de los comportamientos alimentarios. En
de orden y de organización, de regulación. Las efecto, la producción de alimentos está estre-
razones de ello son de carácter biológico chamente vinculada con los procesos adaptati-
(tenemos unos ritmos biológicos y unas nece- vos de las diferentes sociedades, en función de
sidades nutricionales que inciden -no determi- sus particulares condiciones de existencia,
nan- sobre aquello que comemos y cuando lo variables, por otra parte, en el espacio y el tiem-
hacemos), cognitivo (mecanismos para proce- po. En este sentido, la evolución tecnológica
sar la información y para representársela) y experimentada progresivamente en las socieda-
también social (es la vida en sociedad la que des industrializadas nos ilustra acerca de cómo !
genera las reglas, arbitrarias, pero necesaria- se han ido transformando las relaciones entre
mente obligatorias). disponibilidad de alimentos y consumo, de
Este establecimiento de normas y de reglas se forma que cada vez menos las áreas de produc- ',
traduce en el moralismo alimentario, es decir, ción de alimentos coinciden con las áreas en
en la tendencia muy frecuente, por no decir donde éstos son consumidos.
general, de hacer juicios morales en relación a la En general, las prácticas alimentarias reflejan
alimentación. Dichos juicios se manifiestan en un nivel esencial de interacciones y de transfor-
las numerosas prescripciones y prohibiciones maciones dentro de la compleja red de relacio-
en materia alimentaria desde el ámbito de las nes recíprocas entre las sociedades humanas y
diferentes religiones, pero también en la fuerte sus ambientes naturales. Estas relaciones del ser
carga moralizadora de la ciencia y de la medici- humano con la naturaleza son indisociables de
na -y de su difusión mediática- en relación con las que establecen los individuos entre sí, por lo
la alimentación. Relacionado con el principio tanto, a través de la producción y la distribu-
de incorporación aparece el concepto de conta- ción de alimentos se manifiestan múltiples
minación. La contaminación puede hacer que el aspectos de la organización socioeconómica de
acto de comer, necesario para la supervivencia, un determinado grupo humano.
se convierta en una fuente de peligros. Esto se Por esta razón, por la capacidad de transmitir

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información de orden material y simbólico el consumo de alimentos se las hicieron ya


acerca de cada sociedad, el análisis de la ali- antropólogos como Frazer (1906 ), Crawley
(1) Ver una síntesis de sus respectivos mentación, de todos los procesos que incluye y (1902) y Smith (1889).' ¿Nos comemos todo lo
trabajos en Goody ( 1982). de su compleja articulación, constituye un que es comestible? ¿Cuál es la razón de las pre-
objeto de estudio específico para la antropolo- ferencias o las aversiones alimentarias? ¿Por
gía social. qué ciertos alimentos están prohibidos? ¿A qué
se debe que en numerosas culturas hombres y
11. Las principales líneas de investigación mujeres sigan conductas alimentarias diferentes
y, además, no deban o no puedan hacer según
El interés por la alimentación no es nuevo para qué prácticas, como es comer juntos? En la
la antropología. Esta atención por la alimenta- transición secular, el interés de los antropólo-
ción se ha manifestado desde distintas orienta- gos se centra en los aspectos rituales y sobrena-
ciones teóricas, coincidiendo con las corrientes turales del consumo de alimentos, tales como el
más importantes de la antropología social, es tabú, el totemismo, el sacrificio o la comunión.
decir, en primer lugar con el funcionalismo, Se pone atención en las prohibiciones y pres-
después con el estructuralismo y, más reciente- cripciones y en todas las costumbres extrañas e
mente, con el materialismo cultural (Gracia, inexplicables que tienen que ver con la alimen-
1996; 1998). tación, buscando en la evolución de estas insti-
tuciones sociales los argumentos racionales que
11.1. Las primeras aportaciones. les permitieran explicar las supervivencias que
El funcionalismo encontraban en la cultura de su época (Goody,
1982).
Ya sea desde un punto de vista biomédico, El exclusivo énfasis religioso y místico de estos
arqueológico-histórico o socio-cultural, la ali- predecesores es ampliado por el funcionalismo
mentación humana constituye una preocupa- británico. Los artífices del método etnográfico
ción básica para todas las sociedades y la com- y la práctica del terreno van a analizar el estre-
plejidad y la cotidianeidad inherentes a ella nos cho vínculo que existe entre la búsqueda, la
indican que, en cualquier caso, abordar la ali- percepción y el consumo de alimentos y otros
mentación como objeto de estudio supone ana- fenómenos de orden cultural, insistiendo, así,
lizar un hecho que, siendo fisiológico, la nece- en su función eminentemente social. Para los
sidad de alimentarse, se define principalmente antropólogos funcionalistas, la alimentación es
en su proyección sociocultural. Los antropólo- un instrumento básico en la socialización de los
gos no han sido insensibles a la extraordinaria individuos y, en consecuencia, imprescindible
carga comunicativa que todas las sociedades para perpetuar el sistema. Dentro de esta
generan en torno al consumo de alimentos y, corriente teórica, el trabajo más específicamen-
aunque con una dedicación oscilante y diversa te centrado en el estudio de la alimentación es
según el momento, el lugar y las corrientes teó- el de la antropóloga británica Audrey Richards
ricas, podemos remontarnos al siglo pasado (1939). Como parte de su estudio, la autora
para hablar de los primeros autores que abor- hace un exhaustivo examen de todas las relacio-
dan el estudio cultural de la comida o, dicho de nes sociales vinculadas con el intercambio de
una forma más genérica, la cultura alimentaria. alimentos, interesándose en cómo las prácticas
Cuando las ciencias humanas abordan la ali- alimentarias expresan y simbolizan dichas rela-
mentación, a finales del siglo XIX, se interro- ciones. Analizar el contexto social y psicológi-
gan sobre temas diferentes. Muchas de las pre- co en el que se dan la producción, la prepara-
guntas que hoy nos formulamos para dar res- ción y el consumo de alimentos es, según esta
puesta a la diversidad y la lógica que organizan antropóloga, imprescindible para responder a

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problemas de base nutricional. Richards plan- miento alimentario y, en especial, en el desarro-
tea a la comunidad científica que, en cuanto llo psicológico-motivacional de los actores
proceso biológico, la nutrición es más funda- sociales, produciéndose investigaciones sobre
mental que la sexualidad y determina, posible- ansiedad, abstinencia, atracones rituales o frus-
mente más que otra función fisiológica, la natu- traciones alimentarias (Messer, 1984).
raleza de los grupos sociales y sus actividades.' Es otra mujer, Margaret Mead (1971 ), quien (2) Radcliffe-Brown (1948), estudian-
Para ella, la función alimentaria constituye un desde EEUU realiza el esfuerzo más notable en do los habitantes de las Islas Anda-
man, es uno de los primeros en scílalar
todo en tanto que ha de servir para cubrir nece- torno al estudio cultural de la alimentación y de que la actividad más importante, con
sidades biológicas a la vez que sociales y llama la la nutrición. Es la primera antropóloga esta- diferencia, consiste en la búsqueda de
comida y que es alrededor y en fun-
atención a aquellos que, hasta entonces, habían dounidense que insiste en la necesidad de crear
ción de la comida que los sentimientos
separado del consumo alimentario el compo- un lenguaje común y una metodología adecua- sociales se invocan y se practican con
nente biológico y el social. da que permita trabajar conjuntamente a cientí- mayor asiduidad.
De todas formas, este primer paso por recono- ficos biomédicos y sociales, impulsando, junto
cer las mutuas influencias no será reconsidera- con Wilson y Warner, diferentes proyectos y
do hasta al cabo de unas décadas por las cien- estudios. Preocupados por los problemas socia-
cias humanas que, de momento, prefieren dar les del momento, estos antropólogos empiezan
autonomía a lo social (Fischler, 1995). Las pri- los estudios de base aplicada sobre las costum-
meras aproximaciones funcionalistas son criti- bres alimentarias en EEUU y colaboran en
cadas por sus pretensiones de objetividad y por programas de iniciativa gubernamental que
los problemas de finalismo y ahistoricismo que pretenden optimizar los recursos ante la previ-
presentan, cuestiones que van a intentar resol- sión de penurias y racionamientos. El Comité
ver los antropólogos neofuncionalistas de la sobre Hábitos Alimenticios, que se puso en
década de los ochenta, quienes parecen más marcha desde 1941 hasta 1943 bajo la dirección
conscientes de los límites y la validez de sus de Margaret Mead, tuvo la tarea de explicar la
propuestas. En el panorama actual predomina dinámica de los usos alimenticios en ciertas
una orientación imprecisa de corte funcionalis- comunidades norteamericanas. El objetivo era
ta que, a menudo, está sirviendo de base para la aportar una base desde una perspectiva aplica-
colaboración entre antropólogos y nutriólogos. da para incidir sobre la modificación en la dieta
Este modo de investigar empieza a ser más y dar una pauta a seguir en el racionamiento de
común en el ámbito anglosajón, de forma que los alimentos.
los conocimientos de la ciencia nutricional son A estas primeras décadas corresponden, tam-
utilizados para evaluar los resultados de cues- bién, las investigaciones estatales sobre los
tionarios y entrevistas sobre el consumo ali- comportamientos alimentarios de los grupos
mentario (Mennell et alii, 1992). étnicos inmigrados y sus consecuencias nutri-
De forma paralela en el tiempo, la antropología cionales, los cuales se intentan corregir y
norteamericana, en general menos interesada homogeneizar, no siempre con éxito (Levens-
por el estudio sociocultural de la alimentación tein, 1988). De esta época destaca la creación de
y, en un primer momento, formando parte de los conceptos de "hábitos alimentarios" o
trabajos más amplios de Cultura y Personali- "modos de comer" como indicadores de esta-
dad, pone su énfasis en el análisis de las dife- tus, de solidaridad y cambio en los sistemas
rentes actitudes culturales hacia la comida y en socioeconómicos. La gran expansión de la
cómo éstas repercuten en las relaciones socia- investigación centrada en la alimentación y la
les, sobre todo entre parientes y géneros. Mar- aparición de la antropología nutricional no se
cados por las perspectivas psicosociológicas, produce, sin embargo, hasta la década de los
los trabajos realizados antes de la II Guerra años sesenta, junto con el desarrollo de las
Mundial se centran en el estudio del comporta- perspectivas teóricas fundamentales de la eco-

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logía humana, por un lado, y de la antropología ca, cuyos valores diferenciales están más marca-
simbólica, por otro (Pelto, 1988). dos que en la cocina francesa. En una segunda
fase, el antropólogo francés examina la cocina
1
11.2. El planteamiento estructuralista como una transformación de la naturaleza. Par-
tiendo de la doble oposición cultura/naturale-
El estructuralismo, que en el estudio sociocul- za y elaborado/no elaborado, Lévi-Strauss
tural de la alimentación tiene como referentes construye dos triángulos culinarios siguiendo,
principales a Lévi-Strauss, Douglas, Barthes y, de nuevo, el modelo lingüístico triangular de
en según qué aspectos, a Fischler y Bourdieu, las vocales y consonantes. La estructura del pri-
supone un giro importante respecto a la orien- mero reposa en las relaciones que se dan entre
tación teórica funcionalista. La máxima difun- lo crudo, lo cocido y lo podrido. Así, lo cocido
dida por Lévi-Strauss "bueno para pensar, resulta de una transformación cultural de lo
entonces bueno para comer", nos introduce, crudo, mientras que lo podrido es una transfor-
por una parte, en el postulado principal del mación natural de lo crudo o de lo cocido. Por
i estructuralismo simbólico y, por otra, en el su parte, la estructura del segundo triángulo, un
debate central generado en la antropología de la poco más complicado, incluye los medios -aire
alimentación que enfrenta al estructuralismo y agua- y los resultados -rustido, ahumado y
1 con el materialismo cultural. hervido- implicados en las operaciones culina-
Con el estructuralismo de Lévi-Strauss (1992), rias, reposando, igual que el anterior, en la opo-
el énfasis se pone en el descubrimiento de la sición preeminente entre naturaleza y cultura.
estructura profunda del pensamiento humano La interpretación de Lévi-Strauss sobre las
y en la búsqueda de los principios subyacentes dimensiones culturales de la cocina ha dejado
¡ de las instituciones que puedan explicarla. muchos interrogantes por contestar y su inter-
Influido por los avances de la lingüística estruc- pretación ha sido criticada desde diversas pers-
tural, Lévi-Strauss se aproxima, en diferentes pectivas. Una de las revisiones más interesantes
etapas, al estudio de la cocina. Como el lengua- es la de Goody (1982), para quien la formaliza-
je, afirma Lévi-Strauss, la cocina es una activi- ción que conlleva la aplicación de la lingüística
1 dad universal presente en cualquier sociedad y los límites que impone la constante búsqueda
humana y está configurada por un sistema de de la naturaleza humana y de sus estructuras
trazos culinarios que contrastan y se relacionan profundas impiden a Lévi-Strauss dar cuenta
entre sí. Para descubrir los principios subya- de las verdaderas causas que modelan y trans-
centes o leyes generales que determinan la recu- forman la cultura alimentaria. Sin embargo,
rrencia geográfica e histórica de ciertos trazos sienta las bases para las sucesivas aproximacio-
de este sistema hay que analizar las categoriza- nes estructuralistas, las cuales se van a fijar más
ciones culinarias. en la variabilidad de los comportamientos ali-
, Los gustemas o tecnemas son, del mismo modo mentarios y menos en la universalidad, retroce-
que los fonemas en la lengua, las unidades fun- diendo así ante el concepto de naturaleza
cionales mínimas culinarias y adquieren signifi- humana.
cado por oposición o contraste entre ellas. A Es el caso de la antropóloga británica Mary
partir del análisis de las unidades del gusto o Douglas, un exponente importante de esta
gustemas, Lévi-Strauss compara, mediante orientación, en cuyos trabajos muestra la
oposiciones binarias y signos diferenciales, la influencia de la corriente estructuralista y fun-
cocina francesa y la británica, concluyendo que cionalista. Considerando esenciales los aspec-
la primera recurre a productos nacionales pre- tos biológicos del hecho alimentario, Douglas
parados de forma más insípida y se rodea de (1973; 1979) pone el énfasis en el carácter
mayor cantidad de preparaciones de base exóti- expresivo de la alimentación. Coincide con

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Barthes (1961) al plantear que los alimentos y, una guarmClon vegetal) y todo ello aliñado
en particular, las comidas constituyen un siste- con una salsa especial.
ma de comunicación, un protocolo de imágenes Para Douglas (1973), así como para Sahlins
y costumbres, que manifiesta la estructura (1976), es válida la idea según la cual las perso-
social y simboliza las relaciones sociales. Para la nas primero "piensan" los alimentos y, si son
autora, las comidas, definidas cuando se consu- clasificados por su mente y por su código cul-
men alimentos en el marco de una situación tural, los ingieren. Las explicaciones que ambos
estructurada, es decir, cuando se produce un ofrecen sobre las aversiones registradas en
acontecimiento social organizado según unas sociedades tan dispares como la israelita,
reglas que prescriben el tiempo, el lugar y la negándose a comer cerdo, o la inglesa, recha-
sucesión de los actos que lo componen, están zando la carne de caballo, son de orden cultu-
codificadas culturalmente, estructuradas, en ral. Las causas de las preferencias o las abomi-
consecuencia, mediante un conjunto de signos naciones alimentarias responden a la propia
interrelacionados que pueden ser analizados en lógica cultural, unas veces se trata de prescrip-
términos sintácticos y gramaticales. El trabajo ciones religiosas, otras son símbolos o arbitra-
de Nicod (1974), dirigido por ella misma, insis- riedades circunstanciales y hay que explicarlas
te en el carácter estructural y sintáctico de las atendiendo a estas razones. Si nosotros, como
comidas, diferenciando entre los elementos apunta Douglas, clasificamos en un orden
centrales y nucleares, por norma reacios a las jerárquico inferior a los perros y a los vagabun-
innovaciones (el rustido del domingo es un dos que buscan alimentos en la basura es por-
ejemplo), y los periféricos, en donde se intro- que ambos están haciendo lo mismo, ingerir
ducen los cambios más significativos en tanto restos de comida; igualmente, si los norteameri-
que constituyen las partes menos estructuradas canos, a diferencia de los chinos, consideran
del sistema alimentario (desayunos y meriendas una aberración comer carne de perro es porque ,
de los días laborables). para ellos este animal se ha convertido en una 1

A diferencia de Lévi-Strauss, sin embargo, la mascota, tiene nombre propio y es uno más de
antropóloga británica sugiere que no observe- la familia.
mos la comida sólo como un cúmulo de opo- Las principales críticas hechas a los trabajos
siciones binarias, sino situándola en el contex- estructuralistas se resumen en dos ideas: priori-
to diario, semanal o anual en el que se empla- zan el análisis de los elementos estructurales de
zan el resto de comidas. Identificando formal- la cocina y de la comida y otorgan excesiva
mente las fórmulas repetitivas que se dan autonomía a la explicación cultural por encima
durante los acontecimientos estructurados, de fenómenos materiales de orden biológico,
tales como ingredientes, cualidades de gusto, económico o histórico. Poner atención en el
temperatura u horarios, y analizando semánti- pasado como aquello que configura el presente
camente sus combinaciones y contrastes, se es un planteamiento formulado por Bourdieu
puede conocer el significado de cada uno de (1988) en el ámbito de la sociología de la ali-
ellos. Así, en la cocina inglesa, un ejemplo de mentación francesa, una figura intersticial que
correspondencia estructural es la que se esta- se sitúa entre los teóricos estructuralistas y los
blece entre la comida del mediodía del domin- materialistas. La sociología de la alimentación
go y la comida de la noche entre semana. En se ha centrado, principalmente, en el análisis de
estas dos comidas, el primer plato es el princi- los consumos alimentarios y de los gustos.
pal. Siempre está caliente, es de sabor acusado Estos gustos o preferencias alimentarias se
y presenta una estructura de tres elementos: abordan, sobre todo, desde la óptica de la trans-
una ración de patatas, una porción central misión y de la reproducción, de manera que su
(carne, pescado o huevos, acompañados con transformación se explica, antes que por el

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cambio del contenido de los habitus, es decir, razonarla o de racionalizarla y esta necesidad se
del conjunto de prácticas y representaciones de traduce en las nociones de orden, de organiza-
un grupo social determinado, por la movilidad ción, de coherencia y de regulación que esta-
social de los individuos o por la variación de la blece en su relación con los alimentos. Si la ali-
composición social. Para Bourdieu, la imita- mentación humana necesita, para Fischler, estar
ción de los gustos alimentarios es una especie estructurada, es al mismo tiempo estructuran-
de carrera social analizable en términos dialéc- te: desde el punto de vista individual porque
ticos, cuya finalidad consiste en alcanzar la socializa y encultura al nií'ío; desde el punto de
diferencia y afirmar la distinción de las clases en vista colectivo porque simboliza y traduce en
' vías de ascensión. Esto explicaría, por ejemplo, sus reglas el éxito de la cultura sobre la natura-
el distanciamiento de las clases medias respecto leza. Además, la alimentación, como también
de las obreras a través del rechazo del gusto por proponen Bourdieu y Elías, significa y concre-
lo pesado, lo graso y su afán por la cocina lige- ta jerarquías sociales permitiendo eventual-
ra y el cuerpo esbelto. A esta diferencia en el mente a los individuos desplazarse en ellas, al
estilo alimentario se añade la dimensión de la menos de forma imaginaria. En su obra princi-
ostentación: a través del espectáculo de las con- pal, El (h) omnívoro, Fischler hace una inter-
ductas alimentarias se expresa, también, presti- pretación de la transformación del comporta-
gio social, reivindicación estatutaria o preten- miento alimentario tratando de explicar los
sión de distinción. factores biológicos y sociales que dan origen a
Sin embargo, la relación del movimiento jerár- las paradojas que acompaí'ían al "comedor"
quico ascendente no es siempre unidireccional, contemporáneo.
ni constante. Todos los consumos de las élites no
se convierten, de forma automática, en deseos 11.3. Las interpretaciones materialistas
para las otras clases sociales. Según Fischler
(1995), las variaciones alimentarias protagoni- Las respuestas materialistas a la orientación
zadas por los individuos pueden producirse en estructuralista deben agruparse, principalmen-
un sentido horizontal, entre iguales y, por te, en torno a Goody (1982), Mennell (1985),
tanto, no responder únicamente a un orden Mintz (1985) y Harris (1989). Para este último,
jerárquico, sino remitirse a la estructura en su en una posición claramente antiestructuralista
conjunto. La transformación de los gustos, y también unidireccional, la comida tiene que
según este antropólogo, no puede entenderse satisfacer, en primer lugar, el estómago y, des-
sólo como una competición interclasista, ya pués, la mente humana: "Si es bueno para
que esto no explicaría que el modelo de presti- comer, entonces es bueno para pensar". Según
gio simbólico sea tomado de una cultura Harris, las preferencias o aversiones alimenta-
extranjera, por ejemplo de la norteamericana, o rias han de explicarse en términos materialistas
que los imitadores puedan ser categorías bioso- (ecológicos, económicos o nutricionales), de
ciales, como los jóvenes, y no únicamente las forma que los comportamientos que se optimi-
clases o las fracciones de clase. zan son aquellos que se prestan a una relación
El trabajo de Fischler, quien junto con C. Grig- de costes y beneficios prácticos más favorable
non y Ch. Grignon constituyen el núcleo fran- que los comportamientos que se evitan. Al
, cés de la sociología de la alimentación, muestra margen del debate materialista-culturalista y
también una clara influencia estructuralista, desde otras perspectivas, las propuestas de
aunque él mismo sea partícipe de sus críticas. Goody, Mennell y Mintz tienen en común la
También para Fischler comer es pensar. Según misma consideración: el análisis del contexto
el autor, el omnívoro humano tiene una necesi- alimentario. La contextualización se plantea
dad constante de pensar su alimentación, de espacial y temporalmente y nos remite a la con-

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sideración de la delimitación y reconstrucción entre intereses económicos, poderes políticos,
histórica. Este planteamiento contrasta con el necesidades nutricionales y significados cultu-
estructuralista porque no otorga autonomía a rales. El autor plantea llevar a cabo una histo-
las diferentes esferas del sistema alimentario, ria social del uso de nuevos alimentos en los
tales como los ingredientes, las comidas o los países occidentales para así consolidar una
procesos culinarios. Goody (1982) señala que la antropología de la vida moderna, abierta al
alimentación y sus variaciones sólo pueden estudio y la comprensión de culturas no sola-
comprenderse en su interdependencia con el mente "primitivas" o "marginales".
sistema sociocultural. El estudio de las formas
de aprovisionamiento y transformación de los 111. La antropología de la alimentación
alimentos incluye las fases de producción, dis- en España
tribución, preparación y consumo y, a su vez,
se han de relacionar con el orden socioeconó- Los estudios sobre alimentación y cultura
mico para evitar que se dejen de lado factores constituyen un campo de interés incipiente
de tipo jerárquico o subestimar los constreñi- dentro de la antropología española cuyo origen
mientos externos que se imponen en las activi- cabe situarlo en torno a la década de los años
dades sociales. Para él es inconcebible hacer un ochenta, coincidiendo con la mayor implanta-
análisis de la cocina sin vincularlo, necesaria- ción en el ámbito académico de la antropología
mente, con el reparto de poder y autoridad social y coincidiendo, también, con el auge que
dentro de la esfera económica y, en consecuen- esta subdisciplina experimenta en países como
cia, con el sistema de estratificación social y con Francia, EEUU o Gran Bretaña.
la división sexual del trabajo. Ambos aspectos Cabe señalar, de entrada, que son escasos los
condicionan, en efecto, las prácticas alimenta- trabajos que, sin embargo, han tratado el estu-
rias cotidianas. dio sociocultural de la alimentación en base a la
Para analizar cualquier sistema alimentario hay discusión de las orientaciones antes presentadas
que considerar, pues, la dimensión temporal y y, en consecuencia, que han partido de las gene-
espacial, así como la dinámica seguida por los ralizaciones e hipótesis contenidas en el
grupos sociales y las personas en contextos embrionario núcleo teórico desarrollado por
socioeconómicos y culturales específicos esta especialización en el ámbito internacional.
(Mennell, 1985 ). Sólo la contextualización per- Tal como indican Mennell et alii (1992) sería ir i
mite explicar porqué muchas de las relaciones demasiado lejos plantear la sucesión de para-
del sistema alimentario sobrepasan, por ejem- digmas dentro de la antropología de la alimen-
plo, las fronteras espaciales. En la alimentación tación, y aún menos en nuestro país, ya que la
contemporánea, el espacio geográfico de pro- mayor parte de los trabajos sobre diferentes
ducción coincide menos que nunca con el aspectos alimentarios se han ido sucediendo sin
espacio de transformación, preparación y con- ninguna invalidación decisiva de las aproxima-
sumo. Mintz (1985) nos muestra que el estudio ciones, interrogantes o respuestas generadas
histórico y antropológico del consumo del con anterioridad. Más numerosos son los estu-
azúcar revela un mundo más amplio que el dios que, vinculándose a ámbitos de la gastro-
limitado al contexto de producción. La genera- nomía, el folklore y las tradiciones populares, la
lización del consumo de azúcar experimentada literatura, la historia o la geoeconomía, han
durante las últimas décadas en las sociedades abordado el estudio de algún aspecto del siste-
industrializadas no puede explicarse, según ma alimentario o aquellos otros que, realizados .
Mintz, por el gusto innato que el ser humano desde la antropología social, han analizado 1

muestra hacia las substancias dulces, sino por facetas particulares de la producción, transfor-
la interacción que se genera a través del tiempo mación, distribución o consumo de alimentos. ,

145
AREAS 19

Es cierto que la mayor parte de estos trabajos tura Alimentaria, dirigido por A. Garrido
no se han planteado en base a presupuestos for- Aranda. Como en el caso anterior, el equipo
mulados desde este ámbito de estudio, sino res- tiene una base interdisciplinar en la que priman
pondiendo a cuestiones formuladas en otros historiadores, filólogos y antropólogos. La
campos de interés disciplinar, pero nos indican, Universidad de Sevilla cuenta con un primer
también, que estamos ante un hecho social total grupo Sistemas Alimentarios e identidad cultu-
que conviene analizar de una forma específica e ral, dirigido, en primer lugar, por P. Romero de
, interdisciplinar. Solís y actualmente por I. González Turmo.
Así pues, aunque la antropología de la alimen- Cabe destacar, también en Sevilla, los proyectos
tación en España está en una fase incipiente, de trabajo dirigidos por la investigadora A.
dedicando importantes esfuerzos a la delimita- Troncosa sobre el control de calidad de alimen-
ción y definición de su objeto de estudio y a la tos y bebidas, especialmente de vinos y vina-
construcción de un núcleo teórico y metodoló- gres, y el control de riesgo. En Zaragoza, el
gico más sólido, todo parece indicar, sin embar- grupo de investigación y discusión Equipo de
go, que nos hallamos ante una subdisciplina Investigación Multidisciplinar en Alimentación
con fuerte proyección, tanto en el campo edu- Hu mana (EIMAH) está dirigido por A. Millán
cativo como en el terreno aplicado. Algunas de y cuenta con la colaboración de antropólogos,
las razones que vienen contribuyendo al desa- psicólogos e historiadores. Por último, hay que
rrollo de este campo de estudio han sido la destacar los estudios realizados en los Museos
introducción de diversas asignaturas en el de Antropología de las Islas Canarias sobre ali-
ámbito universitario, la elaboración de estudios mentación tradicional canaria y, en particular,
introductorios y específicos y la creación de sobre el gofio, y a los investigadores principa-
grupos de investigación y discusión. A estos les, F. Estévez González y A. García Quesada.
grupos, repartidos irregularmente en el mapa Es demasiado pronto para evaluar cómo ha
académico español, les viene uniendo el interés influido la impartición de los nuevos cursos
por el mismo objeto de estudio, su clara voca- universitarios y la creación de estos grupos en
ción interdisciplinar y el apoyo de instituciones la implantación de la antropología de la alimen-
públicas y privadas de carácter autonómico, tación en España. En cualquier caso, los ejem-
(3) En el Boletín de la sección europea
de la Comisión Internacional de estatal e internacional. Hay que apuntar que, plos que mejor indican la trayectoria de esta
Antropología de la Alimentación no obstante, responden a iniciativas particula- subdisciplina son las publicaciones de base
(I.C.A.F.) correspondiente al volumen
1, n° 1, 1998, l. González Turmo da
res promovidas en cada área por sus respectivos compilatoria, teórica y empírica que se han rea-
cuenta detallada de los diferentes investigadores principales, no disponiendo, de lizado y los trabajos inéditos que, en estos
equipos que están trabajando en Espa- momento, de ningún mecanismo de articula- momentos, están en fase de desarrollo.
ña, por más que sabemos que hay más
personas en otros lugares del estado ¡
ción común.' A pesar de la diversidad temática, estos traba-
compartiendo el mismo interés (Ali- En la Universidad de Barcelona está el Crup jos participan de tres características comunes:
cante, León, Galicia). En relación a d'Estudis Alimentaris (GEA), dirigido por J. están planteados desde una misma curiosidad
estos grupos, aquí sólo vamos a nom-
brar al investigador o investigadores 1
Contreras, A. Riera y M.A. Pérez Samper.' En disciplinar; analizan, parcial o globalmente, los
principales de cada uno de ellos, Andalucía, los principales grupos de trabajo se factores y las variables que, en materia de ali-
haciendo constar, sin embargo, que encuentran en Córdoba y Sevilla, aunque, mentación, marcan las tendencias de la socie-
algunos de éstos cuentan, en general,
con numerosos colaboradores. desde la Universidad de Granada, el profesor J. dad contemporánea; y muestran los aspectos
Mataix, especialista en nutrición, viene promo- diferenciales de las prácticas materiales y sim-
(4) La base de este equipo es, no obs- 1

viendo proyectos sobre el estado de salud de la bólicas de la alimentación, sean éstas de orden
tante interdisciplinar, en tanto que
cuenta con la participación activa de población de diferentes regiones españolas étnico, de clase, de edad o género. Además,
especialistas de otras disciplinas y contando con la colaboración de antropólogos aunque a nivel metodológico se han resuelto de
áreas de conocimiento: geografía,
arqueología, filología y literatura, res-
andaluces. En la Universidad de Córdoba, por maneras diferentes, todos consideran, siguien-
tauración o diseño artístico. su parte, está el Grupo de Investigación de Cul- do las recomendaciones hechas por Mennell et

146
alii (1992), que el análisis etnográfico e históri- humana no pasa de ser una declaración de bue-
co es una vía necesaria para contrastar las gene- nas voluntades. Entendemos que es difícil
ralizaciones obtenidas por los estudios de base remontar ciertas tradiciones, ciertas formas de
exclusivamente cuantitativa. ver las cosas, ciertas metodologías de investiga-
ción. Pero es hora ya de que la situación en la
IV. lnterdisciplinariedad y antropología de la que estamos, básicamente estacionaria, sea
alimentación superada por los diferentes grupos científicos y
que, en lugar de estudiar la alimentación o la
El hecho de que la antropología de la alimenta- nutrición humana teniendo en cuenta exclusi-
ción sea en España un campo de estudio fructí- vamente la propia mirada, se incorpore, cuan-
fero, no implica la ausencia de problemas de do así se requiera, las miradas que sobre el
fondo. Uno de ellos, ya señalado, es el conoci- mismo tema están ofreciendo, de forma parale-
miento insuficiente de los trabajos que se están la, otras disciplinas.
llevando a cabo, la nula articulación entre los Decíamos antes que las ciencias biomédicas, en
proyectos de investigación vigentes y la ausen- su explicación del hecho alimentario, incluyen
cia de propuestas conjuntas. los aspectos socioculturales como una variable
Otro problema a resolver son las incómodas dependiente más que, a menudo, no exige ser
limitaciones que, en el terreno aplicado, impo- precisada; en nuestro país, estas disciplinas no
nen, con frecuencia, las diferentes disciplinas acostumbran a plantearse estudios de los meca-
científicas, tanto las que afectan a las ciencias nismos mediante los cuales interactúan las fun-
sociales y humanas entre sí, como a las estable- ciones biológicas y las socioculturales.
cidas con las ciencias biomédicas. En general, la El trato que se da a los aspectos socioculturales
mayoría de especialistas en el campo de la ali- desde la economía no es muy distinto. Sin
mentación humana asienten en la conveniencia embargo, quizás como en el caso anterior, se
de articular la biología, la ecología y la cultura está empezando a percibir la necesidad de
para dar cuenta de los múltiples aspectos de la ahondar en cuestiones como la del consumo
alimentación humana y su evolución y evitar alimentario desde diferentes enfoques.
determinismos biológicos, genéticos o sociales. La conducta del consumidor con respecto a los
En efecto, después de que las ciencias biomédi- alimentos ha sido estudiada por la economía y '
cas y las sociales han caminado por senderos las ciencias sociales y del comportamiento, es
paralelos, sin apenas establecer puntos de decir, la psicología, la sociología y la antropolo-
encuentro, hoy empieza a reconocerse en nues- gía. Todas ellas han intentado comprender
tro país la necesidad de entendimiento mutuo. quiénes son y cómo actúan los consumidores
Este reconocimiento, sin embargo, se da más en de productos alimentarios.
el terreno de las palabras que en el aplicado. Como observan algunos especialistas en mar-
Son escasos los equipos de base interdisciplinar keting (Meulenberg, Steenkamp), el enfoque
que en estos momentos estén trabajando, por económico viene consistiendo en crear un
ejemplo, en la evaluación del estado de salud de modelo de comportamiento del consumidor
las poblaciones, en la prevención/corrección de sobre la base de supuestos previos y, en su con-
enfermedades o en el establecimiento de reco- traste posterior, ofrecer una interpretación de ,
mendaciones alimentarias, aun apuntándose dicho comportamiento que, sin dejar de ser
siempre que los factores de orden sociocultural útil, resulta demasiado limitada.
condicionan, determinan o invalidan el éxito y Esta limitación del enfoque economicista se
los fracasos de muchos planes de actuación. debe, en parte, a la desconsideración del efecto
Con frecuencia, pues, en España, la interdisci- que tienen sobre el comportamiento alimenta-
plinariedad en los estudios de alimentación rio aspectos como la incidencia del principio de

147
AREAS 19

incorporación o la intensa percepción del ries- "consumidores" todos aquellos que consumen
go, muy vinculados, a su vez, con la idea de bienes y servicios de toda índole, lo que equi-
contaminación. Otras consideraciones, tales vale a decir, en nuestra sociedad, todo el
como la estrecha relación que existe entre la ali- mundo. Es evidente que el concepto no se
mentación y el concepto de constitución del refiere a un grupo homogéneo de personas,
cuerpo o entre las creencias alimentarias y la bien delimitado y con unas características pre-
preocupación por la salud, se convierten en ele- cisas. En este sentido, no sólo se hace indispen-
mentos fundamentales a tener cuenta en el aná- sable destacar la variedad de "tipos" de consu-
lisis del comportamiento de los consumidores, midor, sino el hecho de que un mismo consu-
en tanto que hacen más comprensible porqué el midor puede tener comportamientos muy dife-
consumo de alimentos tiene unas características renciados según el contexto en el que se
tan propias que lo diferencian de otras formas encuentre. Esto se observa claramente en el
de consumo. consumo alimentario. No existe una única lógi-
La disciplina económica propone y contrasta ca rigiendo el consumo de alimentos, ni una
modelos de toma de decisiones del consumidor lógica específica para cada "grupo" de consu-
derivados de axiomas o proposiciones en oca- midores -en caso de poderse establecer una
siones poco contrastados con la realidad, mien- tipología realmente precisa de consumidores-,
tras que la antropología acostumbra a formular sino que en un mismo individuo coexisten lógi-
hipótesis relativas a aspectos concretos del com- cas diferentes y todas ellas tienen su manifesta-
portamiento que han de ser probadas en un ción en el mercado.
contexto socioeconómico y cultural determina- Así, influidos, en parte, por las aportaciones
do. Por ejemplo, según la clásica teoría econó- hechas desde la antropología cultural, los estu-
mica sobre las características de los bienes, la dios de marketing sobre consumo que vienen
utilidad se deriva, básicamente, de los atributos realizándose desde hace una par de décadas han
del producto. Desde esta perspectiva se supone empezado a incorporar en sus hipótesis de tra-
que las características del producto pueden bajo y en su metodología y técnicas de análisis
medirse objetivamente, lo que no es aplicable a elementos que permitan abordar de forma más
otros criterios, como las preferencias o las concreta aquello que se ha definido, pluralmen-
representaciones simbólicas. Se produce, así, un te, como "estilos de vida" y "consumidores", es
desajuste entre las evaluaciones cognitivas de los decir, entendidos, los primeros, como una amal-
consumidores, los factores socioculturales y las gama de creencias, actitudes y gustos propios de
propiedades físicas objetivas de los productos un grupo social resultado de un sistema devalo-
alimentarios, desajuste que, probablemente, se res que debe ser conocido, ya que constituye la
reduciría mediante un enfoque interdisciplinar. base de los comportamientos cotidianos; y seg-
El consumo aparece hoy, en nuestra sociedad, mentados, los segundos, en base a variables
como un fenómeno social central. A través del como la edad, el género, la actividad profesio-
consumo se manifiestan las profundas transfor- nal, el nivel de ingresos o el grupo étnico.
maciones socioeconómicas y culturales que se Así, pues, es posible definir el consumo de
han ido dando a lo largo de estas últimas déca- diversas maneras, según sea el aspecto de éste
das, así como las relaciones desiguales de las que se pretenda enfatizar. Una posibilidad con-
personas con respecto a los bienes y servicios siste en considerarlo como el medio para satis-
producidos. facer una necesidad y conseguir, al mismo tiem-
{5) Esta definición plantea, natural- El término de "consumidor", de amplio uso y po, un placer que va más allá de la resolución de
mente, el problema de definir lo que es abuso, aparece como un instrumento insufi- dicha necesidad.' Pero si partimos de la idea de
la "estricta necesidad", cuestión que
no está en absoluto resuelta en el
ciente para analizar una realidad en constante consumo como medio para obtener un doble
marco de una sociedad de mercado. transformación y cargada de significados. Son objetivo -satisfacción de una necesidad y

148
obtención de placer- conviene no olvidar, relación costes/beneficios óptima. Los aspectos
entonces, que el consumo es básicamente un simbólicos condicionan también las dimensio-
proceso, mediante el cual se satisfacen las nece- nes del intercambio.
sidades, pero también a través del cual se cons- Así, pues, teoría económica y antropología se
truyen y transforman. Es un proceso portador complementan en el estudio de la alimentación
y generador de significados al tiempo que un humana.
lenguaje mediante el cual se expresan valores y La colaboración entre historiadores y antropó-
comportamientos cambiantes. En consecuen- logos aparece, en principio, más fluida. Los his-
cia, otros aspectos centrales vinculables al aná- toriadores y los antropólogos están acostum-
lisis de los consumidores son las diferentes for- brados a observar con una mirada, a menudo
mas que pueden adoptar la circulación y la comparativa y crítica, sus propios objetos de
adquisición de las mercancías, así como los estudio y también la metodología empleada, así
canales de comercialización de los alimentos, como a plantearse qué papel juegan, en tanto
puesto que constituyen una secuencia comple- que científicos, en el ámbito sociocultural.' Aun (6) Esta es una cuestión que probable-
ja, condicionada por factores económicos, sin así, dicha colaboración también puede presen- mente no se plantean con tanta insis-
tencia, por ejemplo, nutriólogos, espe-
duda, pero también por variables culturales y tar problemas. Los métodos y las técnicas de cialistas en marketing o en tecnología
emocionales. estas disciplinas, a veces muy diferentes, pueden alimentaria.
El consumo alimentario, por las especificidades suponer en determinados casos barreras difíci-
(7) "Les produits de terroir en Europe
que presenta, aparece como una vía privilegiada les de franquear. En el caso del estudio de la ali- du Sud. Caractérisation cthnologiquc,
para el estudio del consumo en general. El mentación creemos, no obstante, que ambas sensorielle et socio-économique. Stra-
tégies de valorisation". Este programa
hecho de que los alimentos se conviertan en ciencias pueden y deben complementarse. de investigación sobre las produccio-
mercancías producidas por la agroindustria, a El programa de investigación sobre "productos nes agrícolas y alimentarias locales,
menudo desconectadas de los intereses de los de la tierra" en el que han participado miem- "tradicionales", ha sido financiado
por la Comunidad Europea. En él han
consumidores, de la agricultura y de la ganade- bros del GEA -Universitat de Barcelona,' participado investigadores de Francia,
ría, no es banal; como tampoco lo es el cambio puede ilustrar el interés de la colaboración Italia, Portugal y España y ha tenido
que su pone pasar de constituir básicamente entre historiadores y antropólogos. Conside- un carácter interdisciplinar, puesto
que ha reunido a economistas, histo-
objetos de consumo de masas a ser objeto, rando el destacable papel que se hace jugar a la riadores, antropólogos, veterinarios y
como en el caso de algunos alimentos específi- historia en relación con estos productos tradi- especialistas en análisis sensorial.
cos, de un tipo de consumo sumamente seg- cionales' -en el marco de su protección jurídica
(8) Uno de los principales objetivos de
mentado y especializado. Por otro lado, tenien- y con la intención de objetivar la fuerte vincu- este programa ha consistido en la ela-
do en cuenta la estrecha relación que existe lación de un producto a un lugar específico- se boración de una metodología apropia-
da para caracterizar y valorar los
entre alimentación y salud, el consumo de ali- han integrado en el proyecto tres equipos de
denominados "productos tt·adiciona-
mentos genera también más dudas e incerti- historiadores, que han abordado la cuestión a les". El eje de la reflexión ha girado
dumbres que otras formas de consumo, y esto partir de métodos y prácticas diferentes. El alrededor de las formas de proteger y
de reglamentar dichos productos
se refleja en la preocupación por los efectos de equipo francés (asociado al CNRS) está espe- (mediante denominaciones de origen,
las aplicaciones de la ciencia y de la tecnología cializado en la aproximación histórica de la denominaciones geográficas protegi-
en los productos alimentarios. notoriedad de los "productos de la tierra"; el das, etc.). Se ha tratado de analizar
estos signos de protección, de ver cuá-
Las transformaciones y las permanencias en los equipo de la Universidad de Génova está espe- les son los criterios por los que debe-
modelos de consumo alimentario, los imagina- cializado en la ecología histórica y la historia rían regirse, qué problemas y qué
rios que se asocian a los alimentos y los signifi- medioambiental de los productos; y el equipo carencias presentan y cuáles son sus
efectos -positivos y/o negativos-
cados que adoptan, nos dicen mucho sobre la de la Universidad de Barcelona está especializa- sobre los productores y los consumi-
sociedad en la que se realiza este consumo. Para do en la historia de la alimentación, medieval y dores. A partir de este análisis, el obje-
interpretar toda esta información, no se puede moderna. tivo final de la investigación ha consis-
tido en elaborar propuestas específicas
partir, pues, del presupuesto economicista del Por su parte, los antropólogos han analizado para valorizar dichas producciones.
individuo racional, que sólo busca, en la pro- estos productos en su contexto actual, conside-
ducción y consumo de bienes, la utilidad y una rando aspectos relevantes como las formas de

149
AREAS 19

producción (que incluye cuestiones tales como "de la tierra" también se relacionan de otra
la transmisión, recuperación o pérdida de los forma con el tiempo, concretamente con la
saberes y técnicas asociados a esta producción), noción de duración. Con frecuencia están aso-
las diferentes vías y estrategias de distribución ciados a la conservación, al consumo diferido.
y de comercialización, las múltiples caras del La duración de la elaboración forma parte de
consumo (con las representaciones y valores aquello que caracteriza e identifica al producto,
que incorporan) y teniendo en cuenta la inte- sobre todo por lo que respecta a los procesos de
racción y el papel de los diferentes agentes maduración y de curación. El tiempo es un ele-
implicados en la valoración de estos productos. mento fundamental del proceso de fabricación.
Toda una serie de aspectos que se han observa- Finalmente, el tiempo cíclico, estacional, suele
do sobre el terreno en relación a estas produc- ser un elemento constitutivo de estos produc-
ciones permiten entender el lugar que éstas tos, forma parte de la caracterización de su
ocupan en la comunidad, aquello que determi- especificidad.
na su singularidad y su fragilidad. De estos Relacionado con el tiempo y con la memoria, el
aspectos podemos destacar, entre otros, las concepto de tradición se vincula estrechamente
modalidades de adaptación de una producción con estas producciones. En este caso, la tradi-
doméstica a una artesana, la importancia conce- ción se asocia a los usos locales, a una codifica-
dida a una determinada práctica técnica, el esta- ción de las prácticas, que evoluciona a medida
tus de una actividad de producción o las formas que la sociedad local introduce modificaciones.
de gestión de lo vivo invisible (fermentos, leva- El estudio de estas transformaciones, y sus
duras ... ) que participan en los procesos de fer- límites, que permiten mantener el "núcleo
mentación y de curación. Hemos visto a través d¡_{ro" de su especificidad, es, en este caso, fun-
de estas cuestiones que, a menudo, detrás de un damental. También desde este punto de vista se
producto emerge todo el substrato rico y com- requiere la colaboración de historiadores y
plejo de una cultura. antropólogos.
El estudio de estos productos nos ha llevado a Por otro lado, "los productos de la tierra" ocu-
una reflexión más amplia sobre otras cuestio- pan a menudo un lugar particular, tanto en la
nes, como la de su relación con el espacio y el comunidad en la que han surgido como, de
tiempo. Estas producciones se inscriben en un manera más general, en el conjunto de la socie-
lugar determinado y tienen una historia, condi- dad. Constituyen el objeto de un amplio movi-
ción previa y necesaria de su existencia. El miento de patrimonialización -es decir, de atri-
espacio remite al contenido mismo de la vincu- bución a estos productos de la condición de
lación a un lugar y plantea la cuestión de la patrimonio- que moviliza un número creciente
definición de conceptos que a menudo se utili- de agentes. Para entender este proceso es preci-
zan de manera muy aproximativa, como el de so ver cómo dichos productos se han situado
terruño, territorio o zona de producción. En histórica y actualmente en el conjunto de la
este sentido, el espacio está estrechamente sociedad, cuál ha sido y cuál es su estatus y su
unido a la noción de delimitación y, por tanto, función social.
al concepto de frontera cultural. En este caso, resulta evidente la necesidad de
El tiempo reviste diversas dimensiones. En pri- aunar el enfoque antropológico con el histórico,
mer lugar la de la pervivencia misma de estas tanto desde el punto de vista del contexto socio-
producciones. Esta es una cuestión que intere- económico en el que estas producciones se
sa tanto a historiadores como a antropólogos. insertan a lo largo del tiempo como desde el
El tiempo está, en este caso, asociado a la punto de vista de la construcción de la notorie-
' memoria, a la memoria colectiva, transmitida y, dad. En relación con este objeto de estudio, la
por consiguiente, selectiva. Estos productos perspectiva histórica y la antropológica se com-

150
plementan, permitiendo entender mejor la com-
plejidad de las relaciones entre productos ali-
mentarios, contexto socioeconómico y cultura.
La interdisciplinariedad parece ser la vía más
efectiva para abordar la alimentación humana
como objeto completo e integrado. Los facto-
res ecológicos, los factores psicológicos, los
factores biológicos y médicos, los factores
socioculturales son aspectos que inciden y con-
forman los comportamientos alimentarios y
que son competencia de las ciencias que se ocu-
pan del estudio de la alimentación humana. La '
insistencia en aislar cada uno de estos elemen-
tos, en aras de las competencias e intereses dis-
ciplinares, dificultad, en cualquier caso, una
visión más amplia del hecho alimentario.

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