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2021-2 COMU3 SEM6 RdeA La Prostitución en Lima
2021-2 COMU3 SEM6 RdeA La Prostitución en Lima
Boquitas pintadas
En estos lugares, paredes de triplay o cortinas de plástico sirven de divisiones entre los
pequeños cuartos. Además, en varios casos, el lecho es un colchón despanzurrado
sobre el suelo.
La atención, que incluye un lavado genital con agua fría, debe durar como máximo 15
minutos. Pasado este tiempo, el usuario es proclive a recibir reproches y procaces
órdenes para apurarse.
Las damas, en buena parte, son señoras con visibles arrugas, descuidadas, maquilladas
excesivamente y perfumadas con productos de dudosa calidad. El precio fluctúa de 15
a 20 soles.
Por teléfono
Decidimos llamar a una docena de números que habíamos reunido para contactarnos
con el servicio de masajistas para hombres de negocios. Así, telefoneamos al American
Club (566-1703), Beautiful Sandra (990-7276), Moulin Rouge (451-7453), Nena (241-
5148) y Ornella (476- 8043), entre otros.
En todos, el precio mínimo es 100 soles. La tarifa puede ascender a 200 soles o más,
siempre que se exija una extranjera naturalmente rubia y de ojos claros, o servicios
adicionales.
Resolvimos probar suerte con la voz más sensual que oímos.
—¿Cuánto cobran el servicio de masajes? —preguntó uno de nosotros.
—Ciento veinte la hora, bebé —contestó una dama—. Atendemos todo el día, mi
amor. —Mmm, ¿no tendrán sida?
—Todas las chicas somos limpias. Nos sometemos a la prueba de Elisa cada tres meses.
—Me estás animando, pero ¿cómo nos encontramos?
—Me das la dirección de tu departamento o del hostal donde te alojes y salgo lo más
pronto posible en taxi.
—¿Qué tal si no me gustas?
—No te arrepentirás. ¿Qué tipo de mujer te agrada?
El cronista expresó sus preferencias físicas y se hospedó en un hostal del jirón de la
Unión. Antes pagó 20 soles, firmó en la recepción y recogió una llave, que lo condujo a
una habitación donde entró. Minutos después, una mujer telefoneaba a este albergue
para confirmar su estadía.
Casi media hora después recibió en su cuarto a una muchacha blanca, de ojos y
cabellos oscuros, bastante bonita. Indeciso, la vio desnudarse y lanzarle unas sonrisas.
—Apúrate —le dijo ella—. El tiempo ya está corriendo. Luego de una hora y media,
nuestro cronista se atrevió a salir. Estaba solo, tal como había entrado, pero con unos
soles menos. En colaboración con Juan Carlos Bondy, inédito.