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Bia 072 173 185
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F orster
Alberto Hidalgo:
Vanguardismo, Simplismo y poesía visual
gos. Para com prenderlo, uno tiene que meditar, y el lector de nuestra
época huye de la meditación. A un para lectores inteligentes, la prim era
lectura será difícil masticar.» Hidalgo describe el lenguaje del simplismo
en estos térm inos sumamente egocéntricos: «El lenguaje debe ser
personal en lo posible. Q ue no se escriba en francés, ni en español, ni
en italiano, sino en Hidalgo, por ejemplo.»
Resum iendo este prim er aspecto de nuestro com entario, entonces,
podem os afirm ar que en las décadas claves del vanguardismo Hidalgo
se portaba com o un joven vanguardista típico. Era agresivo, experimen
tador incansable, m ostraba lo que podemos llamar un complejo de
superioridad y tom aba un placer casi perverso en sacar de quicio en
todo lo posible a la gente que le circundaba.
Conviene ahora considerar en más detalle la teoría elaborada por
Hidalgo. M encionó el térm ino por prim era vez en el epílogo a Q uím i
ca del espíritu; al hablar de los propósitos de ese poem ario Hidalgo
describe una expresión personal e independiente: «Intento aquí un arte
mía, un arte personal, incatalogable, po r la briosa independencia que
la distingue, en las escuelas poéticas antiguas o modernas, aunque haya
tom ado elementos del ‘cubism o’ de Apollinaire, del ‘creacionism o’ de
Reverdy, de otros ‘ism os’. Voy en busca de un ‘sim plismo’ -h e ahí un
título para mi m anera- artístico, libre de toda atadura, ayuno de
retórica, huérfano de sonoridad, horro de giros sólitos y sobre todo de
lugar común.» El hilo central del simplismo se ve claramente aquí: una
independencia innovativa que rom pe con las formas del pasado sin ser
im itación de otras expresiones contemporáneas.
La form ulación completa de la teoría vino en 1925 con el libro
titulado Simplismo. En «Invitación a la vida poética», un prólogo que
ocupa unas treinta páginas, Hidalgo considera la abolición de meca
nismos tradicionales y la liberación consecuente de las formas contem
poráneas. Su línea principal es la negación de los valores musicales y
retóricos que han sido tradicionales en la poesía, particularm ente en el
estilo m odernista inm ediatam ente anterior. Asevera categóricamente
que «la música y la poesía son antagónicas. N o pueden estar juntas sin
hacerse daño la una a la otra». Niega tam bién la eficacia del discurso
poético convencional: «El simplismo equivale al desnudo porque se
despoja de los vestidos: la retórica.» El simplismo no es descriptivo,
según Hidalgo, pero sí intenta ser espontáneo en su modernidad. U n
176 M erlin H . F orster
Y o m e s u b iré a m i vez,
a u n q u e m e r o m p a el p e n s a m ie n to c o n tr a el cielo
y se m e salgan las ideas.
¡A l m e n o s h a b rá así
u n o s c u a n to s m illo n e s m ás de estrellas!
agresividad con que Hidalgo apoyaba sus propias ideas acentuaba una
separación evidente de sus contem poráneos, tanto en el Perú com o en
la Argentina. Ya hemos com entado la reacción violenta de Clem ente
Palma en Lima; en Buenos Aires el distanciamiento se ve claramente
en varias referencias a Hidalgo en las páginas de Martín Fierro, la más
im portante revista de vanguardia en la Argentina. P o r ejemplo, Fran
cisco Luis Bernárdez publica en el núm ero para el 5 de agosto de 1925
una fantasía quijotesca burlona que titula «El Hidalgo don A lberto de
Arequipa». Reconoce la originalidad de las ideas de Hidalgo, pero al
m ismo tiem po ve a su colega peruano como excéntrico y exagerado.
«Confío -dice B ernárdez- en que la señorita Alfonsina Storni no
pondría reparo alguno en oficiar de Dulcinea, y en que don Calixto
O yuela se brindaría amablemente a servir de Panza. El Hidalgo Alber
to Hidalgo perdería el juicio, no debido a la lectura del Esplandián o
del Amadís, sino merced a una autointoxicación metafórica.» Varios de
los famosos epitafios burlescos de Martín Fierro tam bién hacen
referencia a Hidalgo. Esta contribución anónim a al «Parnaso satírico»
en el núm ero del 10 de septiembre de 1925, por ejemplo, tom a como
m otivo de chiste las modalidades flamantes del peruano im portado:
A q u í y ace M are c h a l:
se m u r ió sin q u e re rlo él.
L a c u lp a la tu v o aq u el
H id a lg o de carn av a l.
sabiduría
180 M erlin H . Forster
choque de trenes
O
n
u
a
suicidio “
O
al norte |
al sur, ^
al este,
al oeste, "
U
siempre la cara de la vulgaridad.
mas, un día, r
con pasaporte de sm ith wesson, £
O tra vez, com o hemos observado en los dos poemas anteriores, hay
una obvia relación de lo horizontal con lo vertical. Aquí, sin embargo,
esa relación empieza con una estrofa para ser leída de manera conven
cional, en versos horizontales de izquierda a derecha y de arriba hacia
abajo. La idea central del poem a es la impaciencia con la vulgaridad
y lo ordinario del m undo circundante, com o se ve en los prim eros
renglones de la estrofa: «al n o rte / al su r,/ al este,/ al oeste,/ siempre la
A lberto Hidalgo 183
el corazón de la noche
POR LOS CIELOS DEL BOHIO
andando al compás del m ío
IBA LA LUNA EN SU COCHE
sin hacerle ni un reproche
DE AMOR LA BESABA EL RÍO
tenía m iedo del frío
EN UN INM ENSO DERROCHE.
a m í la noche me amaba
YO LA QUERÍA A LA LUNA
que el amor es cosa bruna
LO PRUEBA EL QUE ME ENGAÑABA.
a. h.
184 M erlin H . Forster
Bibliografía