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LA REPÚBLICA DE MAIRENA”
____________________________________________________________________________
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DEMANDANTE:
REPRESENTANTES DE LA VICTIMA
DEMANDADO:
REPÙBLICA DE MAIRENA.
____________________________________________________________________________
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II
Tribunal Constitucional de Malilupi. TCM.
III
BIBLIOGRAFÍA
3.1 Corte Interamericana de Derechos Humanos.
3.1.1 Casos contenciosos.
• Caso Argüelles y otros Vs. Argentina. Supra Nota 365. Párrafo 146. Véase
también: Corte IDH. Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de enero de 2001. Párrafo 71; Corte IDH.
Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y otros) Vs. Ecuador.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de
agosto de 2013. Párrafo 188.
• Corte IDH. Caso Baldeón García vs. Perú. Fondo, reparaciones y costas.
Sentencia de 6 de abril de 2006. Serie C No. 147, párrs. 82 y 83; Corte IDH.
• Corte IDH. Caso Barbani Duarte y otros vs. Uruguay. Fondo reparaciones y costas.
Sentencia de 13 de octubre de 2011. Párrafo 201.
• Corte IDH. Caso Chocrón Chocrón vs. Venezuela. Excepción preliminar, fondo,
reparaciones y costas. Sentencia de 1 de julio de 2011. Párrafo 128.
• Corte IDH. Caso Comunidad Indígena Yakye Axa vs. Paraguay. Fondo
reparaciones y costas. Sentencia de 17 de junio de 2005. Serie C No. 125,
párr.161;
• Corte IDH. Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri vs. Perú. Fondo,
reparaciones y costas. Sentencia de 8 de julio de 2004. Serie C No. 110, párr. 128;
• Corte IDH. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) vs.
Guatemala. Fondo. Sentencia de 19 de noviembre de 1999. Serie C No. 63, párr.
144.
IV
• Corte IDH. Casos Galindo Cárdenas y Otros Perú, Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y costas Sentencia 02
de Octubre de 2015.
• Corte IDH. Caso Gangaram Panday Vs. Surinam. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 21 de enero de 1994. Serie C No. 16. Párr. 47
• Corte IDH. Caso Genie Lacayo Vs. Nicaragua. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 29 de enero de 1997. Párrafo 77 Véase también: Corte IDH.Caso
García y familiares Vs. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
29 de noviembre del 2012. Párrafo 153.
• Corte IDH. Caso “Instituto de Reeducación del Menor” vs. Paraguay. Excepciones
preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 2 de septiembre de 2004.
Serie C No. 112, párr. 156;
• Corte IDH. Caso Liakat Ali Alibux Vs. Surinam. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de enero de 2014. Párrafo 116.
• Corte IDH. Caso Liakat Ali Alibux Vs. Surinam. Supra nota 21. Párrafo 116.
• Corte IDH, Caso Liakat Ali Alibux vs Suriname, (Cit.), Serie C No. 276, Voto
concurrente del Juez Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot, parr 43, ibídem parr 204;
Cfr. Caso Barbani Duarte y otros vs Uruguay. Sentencia de 13 de octubre de 2011.
Serie C No 234, parr 204.
• Corte IDH. Caso Loayza Tamayo Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia del
27 de noviembre de 1998. Párrafo. 169. Véase también: Corte IDH. Caso Castillo
Paez Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de noviembre de
1998.Párrafo 106.
• Caso de las Masacres de las Dos Erres Vs. Guatemala. Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2009. Serie C
No. 211, párr. 20
• Corte IDH. Caso de la Masacre de Pueblo Bello vs. Colombia. Fondo, reparaciones
y costas. Sentencia de 31 de enero de 2006. Serie C No. 140, párrs. 119 y 120;
• Corte IDH. Caso Masacre Santo Domingo vrs. Colombia. Sentencia de fondo 30
Noviembre de 2012. Párrafo 176.
• Corte IDH. Caso Myrna Mack Chang vs. Guatemala. Fondo, reparaciones y costas.
Sentencia de 25 de noviembre de 2003. Serie C No. 101, párr. 152;
• Corte IDH. Caso Palamara Iribarne Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 22 de noviembre de 2005. Párrafo 146.
• Corte IDH. Caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku vs. Ecuador. Fondo y
reparaciones. Sentencia de 27 de junio de 2012. Párrafo 261.
• Corte IDH. Caso Reverón Trujillo Vs. Venezuela. Excepción preliminar, fondo,
reparaciones y costas. Sentencia del 30 de junio del 2009. Párrafo 146.
VI
• Corte IDH. Caso Suárez Peralta vs. Ecuador. Fondo.Sentencia de 21 de
mayo de 2013. Párrafo 129. Véase también: Corte IDH. Caso Perozo y Otros Vs.
Venezuela. Fondo.Sentencia de 28 de enero de 2009. Párrafo 121.
• Corte IDH. Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 31 de enero de 2001. Párrafo 73.
• Corte IDH. Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y otros) Vs. Ecuador.
Supra nota 36. Párrafo 228.
• Corte IDH. Caso Valle Jaramillo y otros Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 27 de noviembre de 2008. Párrafo 155.
• Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras. Supra nota 165. Párrafo 91.
• Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez. Supra nota 47. Párrafo. 25. Véase
también: Corte IDH. Caso Heliodoro Portugal Vs. Panamá. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 12 de Agosto de 2008
Párrafo 217.
• Corte IDH. Caso Ximenes López vs. Brasil. Fondo, reparaciones y costas.
Sentencia de 4 de julio de 2006. Serie C No. 149, párr. 124;
• Corte IDH, 4 de julio del 2007, Fondo y reparaciones, Zambrano Vélez c. Ecuador.
Serie C, Nº 165, párs. 42-71.
Corte IDH, Caso Brewer Carías vs Venezuela, Voto Conjunto disidente los Jueces
Manuel E. Ventura Robles y Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot, (Cit.), parr 63.
Voto Concurrente Del Juez Sergio García Ramírez A La Sentencia De La Corte
Interamericana De Derechos Humanos Sobre El Caso Valle Jaramillo Y Otros Del
27 De Noviembre De 2008.
Corte IDH, Caso Brewer Carías vs Venezuela, Voto Conjunto disidente los
Jueces Manuel E. Ventura Robles y Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot, (Cit.),
Parr. 65
VII
3.2 Tribunal Europeo de Derechos Humanos
Sagüés, Néstor P. Las relaciones entre los Tribunales Internacionales y los Tribunales
Nacionales en materia de derechos humanos. Experiencias en Latinoamérica. Revista
Ius et Praxis, Universidad de Talca, Chile. Vol 9, núm. 001, 2003, pág. 219.
• Las sentencias emitidas por la Corte IDH son: Caso Velásquez Rodríguez vs.
Honduras; Caso Godínez Cruz vs. Honduras; Caso Aloeboetoe y otros vs. Surinam; Caso
El Amparo vs. Venezuela; Caso Neira Alegría y otros vs. Perú.
• Comisión IDH, 18 de noviembre de 1997, Abella (asunto llamado “La Tablada”) c.
Argentina, asunto Nº 11.137, informe Nº 55/97, párs. 152 y 153.
• No es preciso remontarse mucho en el tiempo para darse cuenta de que la
doctrina, ya en los años setenta, se ocupaba de estas cuestiones, ad. ex., Meyrowitz, H.
Le droit de la guerreet les droits de l’homme. RDP, 5, 1972, p. 1059;
Suter, K. D. An inquiry into the meaning VIII of the phrase of “human rights in
armed conflicts”. Revue de DroitPénalMilitaire et de Droit de la
Guerre, 15(3-4), 1976, p. 393.
• Corte IDH, 30 de mayo de 1999, Fondo y reparaciones, Castillo Petruzzi c. Perú.
Serie C, Nº 52, pár. 109; Corte IDH, 8 de julio del 2004, Fondo y reparaciones, Los
hermanos Gómez Paquiyauri c. Perú. Serie C, Nº 110, pár. 85; Corte IDH, 4 de julio del
2007, Fondo y reparaciones, Zambrano Vélez c. Ecuador. Serie C, Nº 165, párs. 42-71.
• Diccionario clásico del profesor Salmon, J. Dictionnaire de droitinternationalpublic.
Bruxelles : Bruylant, 2001, p. 538 término guerra.
• Se puede encontrar una excelente síntesis de todos los desarrollos normativos y
jurisprudenciales que se refieren al ius in bello en Momtaz, D. Les règles et les institutions
du Droit International Humanitaire à l’épreuve des conflitsarmésrécents. Leiden-Boston :
Centre d’étude et de recherche de droit international et de relationsinternationales 2007,
MartinusNijhoff Publishers, 2008, 227 p.
• El régimen jurídico aplicable a los estados de excepción será analizado en el
marco de la segunda parte de este artículo.
• En efecto, esta disposición excluye de su campo de aplicación las situaciones de
tensiones y de disturbios internos como los motines, los actos aislados y esporádicos de
violencia y otros semejantes. Otros instrumentos internacionales han excluido en términos
similares tales situaciones de su campo de aplicación, así el artículo 2f) del Estatuto de
Roma, que crea la Corte Penal Internacional (CPI) y el artículo 22.2 del segundo protocolo
relativo a la Convención de La Haya de 1954 para la protección de los bienes culturales
en caso de conflicto armado, que excluye en los mismos términos de su campo de
aplicación los disturbios y tensiones internas.
• Observación General No. 6, en la recopilación de Observaciones Generales de las
Naciones Unidas Pag. 39-40.
• Nash Rojas Claudio. Centro de Derechos Humanos. Universidad de Chile. Acceso
a la Justicia Internacional. Asunción, Paraguay. 2007. Pág. 7.
6. Legislación relevante:
Constitución Política de la Republica de Mairena:
Artículo 57: Se establece que el sistema nacional de Seguridad Social beneficio de todos
los ciudadanos de Mairena a fin de protegerlos contra los riesgos de enfermedad,
invalidez, vejes y muerte.
Artículo 167: Atribuciones de la Corte Constitucional
a) Conocer de las cuestiones de Constitucionalidad de las normas de cualquier
naturaleza, salvo los actos jurisdiccionales o los declaratorios de elección.
1. De forma previa por medio de una consulta presentada por el Presidente del
Congresos o de un grupo de por lo menos treinta diputados.
2. A posteriori por medio de la acción de inconstitucionalidad que puede ser
interpuesta.
Si una norma ya fue sometida a un control a priori y fue declarada constitucional
no podrá ser objeto de una cuestión de constitucionalidad salvo cambios y
circunstancias.
b) Conocer los recursos de ampao que tiene por objeto mantener o restablecer el goce a
los derechos fundamentales, consagrados por esta Constitución, a excepción de
aquellos protegidos por el recurso de habeas corpus.
c) Conocer de los recursos de habeas corpus.
Artículo 2.- Alcance: Esta circular busca proteger el interés público de contar con un
documento de identificación idóneo, seguro y confiable. Lo anterior hace necesario que,
en la fotografía, se muestren los rasgos faciales de forma tal que permitan la identificación
de la persona portadora del documento de identidad.
11. 1 de octubre del 2014: llegó un informe de inteligencia en el cual constaba que al día
siguiente por la noche el comandante Yanca se desplazaría a otro lugar con varios de sus
lugartenientes. En consecuencia, el Gobierno decidió adelantar la operación para el día
siguiente en la mañana. Efectivamente el 2 de octubre, a primeras horas de la
mañana, se llevó a cabo la operación 2 “Elgor Dopremio” con un despliegue de
varios integrantes de la Policía Nacional.
15. 10 de diciembre del 2014: los familiares de las presuntas víctimas del ataque
presentaron una demanda en contra de la decisión del archivo ante el Tribunal de Primera
Instancia.
16. 8 de marzo del 2015: el Tribunal avaló los argumentos del fiscal. Se presentó
apelación contra esta decisión y mediante sentencia de 12 de mayo de 2015 el Tribunal
de Segunda Instancia ratifico los argumentos antedichos.
17. 20 de mayo del 2015: los familiares presentaron un amparo contra las sentencias
anteriores, con base en el derecho a la vida, y a la obligación del Estado de sancionar a
los responsables de las muertes de las presuntas víctimas del ataque.
18. 6 de Junio del 2015: el Tribunal Constitucional desechó la demanda, consideró que en
el caso bajo análisis debían aplicarse las normas pertinentes del DIH, indico en particular
que no se había cometido ningún delito en la operación militar, que se habían respetado
los principios del uso de la fuerza y se trataba de daños incidentales que no afectaban el
principio de proporcionalidad.
20. Entre los mandatos del Reglamento de Disciplina Universal y Costumbres Castas
(REDUCA) se encontraba uno específicamente diseñado con la finalidad de evitar que
situaciones de embarazo provocaran algún tipo de impedimento u obstáculo en el
desarrollo normal de las hostilidades, es decir en el que se prohibía que mujeres
combatientes de BONCHI quedaran en estado de gravidez.
21. Así en el artículo 28 del REDUCA literalmente establecía: Todas las mujeres
integrantes de BONCHI deberán usar métodos anticonceptivos eficaces a partir de los 12
años de edad. En caso de desconocer esta obligación, y de comprobarse la situación de
embarazo, de alguna combatiente, la misma deberá de manera interrumpir el embarazo,
de lo contrario, deberá someterse a penas a consideración del Comité Disciplinario, que
podrá determinar la expulsión de a combatiente o su ejecución de proseguir con el
embarazo.
22. No obstante los y las combatientes tenían relaciones sexuales constantemente entre
miembros de la Junsur, o incluso con personas de las poblaciones aledañas a la Junta.
23. 28 de marzo del 2012: Libertad Guerrero, una combatiente del Círculo 1, se percató
que había una alta posibilidad de que se encontrara en estado de embarazo. Se practicó
así misma una prueba desechable que una compañera combatiente le había suministrado
y pudo constatar que tenía un mes de embarazo, había tenido relaciones con la
compañero combatiente, pero había olvidado tomar ordenadamente los anticonceptivos
orales en los días cercanos a la relación sexual, Libertad tenía un amplio conocimiento
sobre las reglas estrictas que regían en torno a los embarazos en el Circulo 1, sin
embargo, y debido a haber sido criada en una familia de 11 hermanos y hermanas,
siempre había soñado con ser madre. De hecho una de las razones por las que se había
unido a BONCHI, porque creía que “si lograba mejorar las condiciones sociales de
Malilupi, podría ofrecer un mundo mejor a su descendencia, en las luchas femeninas y en
el derecho de todas las mujeres a decidir sobre su maternidad”.
24. Libertad comenzó a experimentar las manifestaciones físicas del embarazo de forma
muy temprana. En particular, empezó a tener náuseas y mareos constantes, y los
cambios en su cuerpo eran perceptibles por sus compañeras más cercanas y también por
algunos superiores un mes después de tener conocimiento de su condición y decidir
ocultarlo, libertad fue increpada por la comandante Khaleesi, quien solicito la practica
inmediata de una prueba de embarazo, que de nuevo comprobaría que Libertad
se encontraba en estado de gestación. 4
30. 15 de agosto del 2013: el Tribunal desecho sus argumentos señalando que su
derecho no fue violado, explicando que ella otorgo su consentimiento y por
consiguiente avalo las sentencias 5 anteriores.
32. 6 de septiembre del 2015: los familiares de las presuntas víctimas del ataque
presentaron una petición ante la comisión, por sus respectivas muertes ocurridas durante
la operación “ELGOR Dopremio”.
33. 21 de septiembre del 2015: la Comisión envió una comunicación a los peticionarios de
ambos casos y los agentes de Malilupi, en la que les consulto sobre la posibilidad de
acumular ambas peticiones. En ambos casos tanto el Estado como las partes
manifestaron estar de acuerdo con la acumulación de las causas los representantes
incluso designaron una representación legal conjunta para el trámite ante la comisión y el
eventual trámite ante la Corte. La Comisión, vistas dichas consideraciones procedió a
acumular el caso. Ese mismo día, la Comisión trasladado al Estado ambas peticiones.
36. 29 de febrero del 2016, la Comisión emitió informe de fondo, en el que declaro que el
Estado había violado el artículo 5 de la CADH en relación con el articulo 1.1 y 2 de dicho
tratado y 7 de la Convención Belem do Para en perjuicio de Libertad Guerrero y que el
Estado había violado el artículo 4 de la CADH, en relación con el artículo 1.1 de dicho
tratado, en perjuicio de las presuntas víctimas que murieron en el ataque y el artículo 5 de
dicho instrumento, en relación al artículo 1.1 en perjuicio de las presuntas víctimas del
ataque que resultaron lesionadas en operación.
1
Corte IDH. Caso Comunidad Moiwana Vs. Suriname. Excepciones Preliminares, Fondo,
reparaciones y Costas. Sentencia de 15 de junio de 2005. Párrafo 38.
alcance de las obligaciones del Estado respecto a la alegada violación al artículo 26 de la
CADH.
9. EL ESTADO NO VIOLÓ LOS ARTS. 4 Y 5 EN RELACION AL 1.1 Y 2 DE LA CADH.
Y TAMPOCO VIOLÓ EL ART. 7 DE LA CONVENCIÓN DE BELEM DO PARÁ.
7
40. El Estado de Malilupi, consciente de las obligaciones internacionales que ha adquirido,
en materia de Derechos Humanos, se ha encargado de adecuar el ordenamiento de todo
el aparato estatal para garantizar, el ya reconocido por la Corte IDH, derecho de acceso a
la justicia2, consagrado en el art. 25 de la CADH a todos sus habitantes, y sensato de que
este derecho conlleva, la imperante necesidad de tener recursos a entera disposición de
quien los requiera, contra actos violatorios a sus derechos fundamentales 3 y que estos
recursos tengan serias posibilidades de prosperar4, proporciona una gama de medios
efectivos para las personas que se encuentran dentro de su jurisdicción, y de acuerdo al
caso sub examine, la señora Libertad Guerrero no ha sido la excepción a esta estructura
estatal de impartición de justicia, que se ha desarrollado cumpliendo sus fines a lo largo
del tiempo, siempre con la observancia de las reglas del debido proceso5.
2
Corte IDH. Caso Loayza Tamayo Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia del 27 de noviembre
de 1998. Párrafo. 169. Véase también: Corte IDH. Caso Castillo Paez Vs. Perú. Reparaciones y
Costas. Sentencia de 27 de noviembre de 1998.Párrafo 106.
3
Corte IDH. Caso LiakatAliAlibux Vs. Surinam. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de enero de 2014. Párrafo 116.Véasetambién: Corte
IDH. Caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku vs. Ecuador. Fondo y reparaciones. Sentencia de
27 de junio de 2012. Párrafo 261.
4
Medina Quiroga, Cecilia. La Convención Americana, vida, integridad, libertad personal, debido
proceso y recurso judicial. Santiago de Chile, facultad de Derecho y Centro de Derechos Humanos
de la Universidad de Chile 2003, pág. 327.
5
Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras. Supra nota165. Párrafo 91. Véase también:
Corte IDH. Caso Masacre de Santo Domingo vs. Colombia. Supra Nota 8. Párrafo 155.
41. La metamorfosis de los conflictos y enfrentamientos que se han producido a lo largo
del siglo XX ha sido de tal magnitud que el concepto de guerra, latente en la mayor parte
de los instrumentos internacionales existentes en la época de entre guerras, 6 ha cedido
su protagonismo en favor del concepto, más amplio, de “conflicto armado”. Si el siglo XX
ha sido el escenario de cambios radicales, el XXI confirma la propagación de los
desórdenes geopolíticos. La era de la hegemonía ejercida por los Estados Unidos ha
sucedido al orden bipolar de la Guerra Fría; los conflictos armados internos priman sobre
7
las clásicas guerras entre Estados, hasta el punto de que la política del terror ha
invadido todos los recovecos del “pueblo planetario”,8
42. En el caso de Sebastián Romero y “otros” se puede establecer que no existió violación
de los derechos a los artículos 4 y 5 en relación a los artículos 1.1 y 2 de la CADH, puesto
que se aplicó el Derecho Internacional Humanitario, debido al conflicto armado interno
que existía desde 1982 entre los grupos armados ajenos al Estado. Y tal y como lo
establece el ius ad bellum en casos en los cuales existan conflictos armados, de carácter
prolongado y que puedan poner en riesgo la paz y la seguridad de las persona, legitima el
uso de la fuerza, lo cual es evidente en el presente caso, ya que Maliilupi corría peligro y
específicamente uno inminente puesto que se recibió un informe sobre un atentado que
se realizaría para dañar a los manifestantes por la paz en la plaza de Malilu. A lo cual el
estado respondió actuando con la operación “Elgor dopremio” y al cumplirse con los
presupuestos necesarios para el uso de 8 la fuerza, se consideró una acción de
Derecho Internacional Humanitario, desacreditando así cualquier violación
que fuere provocada durante dicha operación.
44. Es conveniente establecer lo que la doctrina enfatiza acerca de la teoría del delito la
cual se puede definir como la parte de la ciencia del derecho penal que se ocupa de
explicar que es el delito en general y cuáles son sus características, la función de la teoría
6
Por ejemplo, los artículos 11-13, 15-16 del Pacto de la Sociedad de Naciones y el artículo 1º del
Pacto Briand-Kellog.
7
Ver sobre el término guerra las entradas existentes en el diccionario clásico del profesor Salmon, J.
Dictionnaire de droitinternationalpublic. Bruxelles : Bruylant, 2001, p. 538
8
Hasta los rascacielos neoyorquinos: el ataque a las Torres Gemelas ha colocado a los Es
del delito es generar un sistema de análisis, para poder tomar en consideración en forma
lógica, ordenada y garantista de todos estos aspectos. Para determinar si una conducta
concreta es delictiva, hay que ir analizando si se dan cada uno de sus elementos. Así se
logra uniformar los criterios de interpretación de la norma, limitándose el ámbito de
arbitrariedad del juez o fiscal. De esta manera, la aplicación de la teoría del delito
incrementa la seguridad jurídica. 9 45. Abordado este tema se indica que este es el caso
en donde se intenta responsabilizar al estado por los vejámenes sufridos en su contra y
que exige a el estado que determine la culpabilidad del delito el cual deberá entenderse
en un sentido formal como “ aquello que la ley describe como tal, toda conducta que el
legislador sanciona con una pena” en un sentido sustancial debe entenderse el delito
como “ el comportamiento humano que a juicio del legislador compromete las condiciones
de existencia, conservación y desarrollo de la comunidad y exige como respuesta una
sanción penal” así también en una definición dogmática la Honorable Corte debe entender
el delito como “la acción (o conducta) típica, antijurídica y culpable” 10 en el que incurrió la
doctora Concepción Scalia y la Comandante Khaleesi en relación a que ordenó a la
médico mencionada, que practicara un aborto forzoso, como consecuencia de la violación
a la normativa interna de BONCHI que constaba en el REDUCA, el cual se practicó luego
de haberse realizado las pruebas de embarazo correspondientes, dicho proceso es
necesario abordar para desvirtuar la posibilidad de que pueda existir un procedimiento en
contra del estado, debido a que este no era el responsable de brindar la protección
necesaria a la señora Libertad Guerrero porque no tenía en su conocimiento estas
normativas, de ser así se habría solicitado de inmediato un Habeas Corpus mismo dentro
del cual la Honorable Corte ya se ha pronunciado y al respecto se ha manifestado
estableciendo “Haciendo una interpretación integral de la normativa convencional no solo
señala que es procedente el Habeas Corpus respecto a la privación ilegal de la libertad
sino también respecto de actuación arbitrarias.”11 En ese mismo sentido entonces el
Habeas Corpus seria procedente en los siguientes casos a) frente a una privación ilegal o
arbitraria de la libertad; b) ante la permanente limitación a la libertad personal, como por
9
Cuahape-Cazaux Eduardo Gonzales. Apuntes de Derecho Penal Guatemalteco. La Teoría del Delito.
Segunda edición. Pag 27 y 28
10
Cuahape-Cazaux Eduardo Gonzales. Apuntes de Derecho Penal Guatemalteco. La Teoría del Delito.
Segunda edición. Pag 27.
11
Corte IDH. Caso Gangaram Panday, parr 47. Sagues resume esta doctrina señalando “ La corte
Interamericana de Derechos Humanos en gangaram panday vs Surinam, ha advertido que los
arrestos ilegales son los que se han consumado violando los requisitos materiales y formales
exigidos por la ley, mientras que los arbitrarios son los que aunque cubriendo esos requisitos
legales, resultan de todos modos irracionables, imprevisibles o fatos de proporcionalidad.”
ejemplo, retenciones reiteradas para control migratorio; c) en aquellos supuestos donde
se afecte a la integridad personal de personas privadas de libertad; d) cuando se produce
una amenaza cierta contra la libertad personal; e) si hay demora en un proceso judicial,
provocando que una persona este detenida por un plazo mayor al previsto en la ley, y f)
en casos de desaparición forzada. Habiendo entonces establecido los presupuestos para
la invocación de un Habeas corpus y puesto que es hasta después que el estado realiza
el reconocimiento del REDUCA, es preciso abordar que la señora Libertad Guerrero
imploraba que la dejaran ser madre como consta dentro de la plataforma fáctica, pero
dicha imploración se realizó ante personal miembro de BONCHI que era el responsable
de tenerla retenida, del cual el estado nunca tuvo un tipo de conocimiento porque caso
contrario el Estado hubiera intentado una protección efectiva para ella y para su
embarazo, aunque al final el resultado habría terminado siendo el mismo porque la única
responsable de ser víctima es la misma señora Libertad Guerrero, al tener claro el
conocimiento del Reglamento del REDUCA en el cual otorgó su consentimiento a la hora
de dar ingreso al grupo beligerante antes mencionado, haciendo énfasis especifico es
necesario establecer que “en principio para realizar un acto jurídico, se requiere por lo
menos, dos personas, porque la mayoría de los actos jurídicos son convenios, es decir,
acuerdos de voluntades entre diversas personas. En este caso las personas que figuran
en un acto jurídico, como autores del mismo reciben el nombre de partes del acto o
simplemente el de partes. Estando conforme la voluntad de cada uno con la de los
demás, se llama entonces consentimiento, a la similitud de voluntades que concurren a la
forma del acto, entonces es de importancia dejar claro que dentro del presente proceso la
palabra consentimiento se comprende cuando el acto tiene varios autores; pero no es
muy exacto cuando el acto depende de la voluntad de una sola persona.”
46. Por tanto BONCHI y la señora Libertad Guerrero, actuaron en calidad de particulares
por lo que solo a través de una denuncia de alguna de las partes, la Republica de Malilupi
habría tenido la oportunidad de actuar o reglar alguna normativa para manifestar su
posición en contra de la creación de este tipo de reglamentos internos, lo cual nunca
sucedió en virtud de que como ya se ha abordado es hasta después que Malilupi realiza
el reconocimiento del REDUCA.
47. En ese mismo sentido también puede existir la voluntad única y esta se configura
cuando una sola persona actuando por sí misma, realiza un acto jurídico siendo este,
entonces obra de una voluntad única, como sucedió cuando ella decide ingresar al grupo,
brinda entonces ahí su voluntad única y especifica de pertenecer y por lo tanto apagarse a
49. No se debe olvidar que para que se cumpla a cabalidad el principio de “agotamiento
de recursos internos”, el órgano domestico que debe decidir, no puede tener limitaciones
12
Corte IDH, Caso Brewer Carías vs Venezuela, Voto Conjunto disidente los Jueces Manuel E.
Ventura Robles y Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot, (Cit.), parr 63-
13
Corte IDH, Caso Brewer Carías vs Venezuela, Voto Conjunto disidente los Jueces Manuel E.
Ventura Robles y Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot, (Cit.), Parr. 65
de hecho y de derecho que le impiden agotar la cuestión en profundidad. Por ello ha
señalado la Corte IDH que no hay revisión judicial válida si quien debe hacerla esta
impedido de determinar el objeto principal de la controversia como podría suceder en
casos en que se considera limitado por las determinaciones fácticas o jurídicas realizadas
por otro órgano que hubieran sido decisivas en la resolución del caso.14
50. Para ello la señora Libertad Guerrero se encontró ante un estado Garante de
Derechos Constitucionales los cuales trabajaron para en búsqueda de la resolución del
caso entre los cuales se puede mencionar.
51. a) El derecho a ser oído por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial
establecido con anterioridad por la ley, esta es una regla fundamental para garantizar a la
persona la tutela de sus derechos, y en este sentido la Corte IDH, se ha pronunciado en
relación a que pretende “evitar que las personas sean juzgadas por tribunales especiales,
creados para el caso, o ad hoc”15, esta premisa evidencia la importancia de que el Órgano
que conoce sea competente y preestablecido con anterioridad y al direccionarse hacia el
caso concreto los órganos jurisdiccionales que conocieron los procesos de la Señora
Libertad Guerrero, en materia penal, el Tribunal de Primera Instancia, y el Tribunal de
Alzada, el tribunal Constitucional de la República; y en relación al proceso sobre la
solicitud Violencia Contra la Mujer conforme al artículo 2 el Tribunal Penal, el Tribunal de
Apelaciones y así también el Tribunal Constitucional nuevamente, el Estado de Malilupi,
en ningún momento instauró un tribunal especial que conociera el caso de la señora
Libertad Guerrero, ni lo refirió a ninguna jurisdicción privativa, sino que tuvo total
accesibilidad a los Órganos Jurisdiccionales competentes del Estado.
52. Respecto a la independencia del Juez que esta norma alude, la Honorable Corte ha
aclarado que este derecho comprende dos obligaciones, la primera que gira en torno al
Juez, en el deber que tiene de ser independiente, el cual cumple al momento en que es
movido y juzga conforme a Derecho y no podrán actuar de acuerdo a sus propias
preferencias si no que están obligados por el deber de actuar DE CONFORMIDAD CON
LA LEY ¨deberán cumplir sus funciones con imparcialidad, firmeza y prontitud, respetar y
proteger la dignidad humana, y defender los derechos humanos, contribuyendo de esa
14
Corte IDH, Caso Liakat Ali Alibux vs Suriname, (Cit.), Serie C No. 276, Voto concurrente del
Juez Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot, parr 43, ibídem parr 204; Cfr. Caso Barbani Duarte y otros
vs Uruguay. Sentencia de 13 de octubre de 2011. Serie C No 234, parr 204.
15
Corte IDH. Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) vs.
Venezuela. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de agosto de 2008.
Párrafo 50.
13
manera a asegurar el debido proceso y el buen funcionamiento del sistema de justicia
Penal y la segunda que compete al Estado, y consiste en respetar y garantizar este
derecho de contar con un juez independiente16, dicha garantía tiene la separación de los
poderes públicos17. Las dos deberes referidos a la independencia del Juez, han sido
cumplidos por el Estado de Nunca Jamás, en relación al primero porque los Jueces que
conocieron el caso de la presunta víctima, se apegaron siempre a la normativa vigente en
la República, y al segundo porque el Estado divide su poder público dando así, una
autonomía al Poder Judicial frente a los otros poderes, que no se encuentra coaccionada
por ninguna influencia o autoridad; creando el ambiente propicio para que le Juez
específico tenga independencia y actúe conforme a derecho, tal como se ha realizado en
el caso sub examine.
53. Con relación a la imparcialidad la Honorable Corte ha entendido que ésta “exige que
el juez que interviene en una contienda particular se aproxime a los hechos de la causa
careciendo, de manera subjetiva, de todo prejuicio y, asimismo, ofreciendo garantías
suficientes de índole objetiva que permitan desterrar toda duda que el justiciable o la
comunidad puedan albergar respecto de la ausencia de imparcialidad” 18, como un claro
presupuesto de cumplimento por parte del Estado, en relación a la imparcialidad la Corte
considera que es uno de los objetos principales de la separación de poderes públicos, y la
garantía de la independencia de los jueces, 19 y en todo caso, el TEDH, ha expuesto que la
imparcialidad se presume a menos que exista alguna prueba en contrario 20, en este
sentido es procedente resaltar que de la plataforma fáctica del presente caso, no puede
extraerse ningún momento en el que la presunta víctima cuestione de alguna manera la
imparcialidad de los jueces que han conocido sus procesos, por lo que se evidencia que
han Actuado con total imparcialidad, y para complementar este concepto, específicamente
en lo que se refiere a la garantía de la imparcialidad, la Corte IDH ha manifestado que
ésta implica que los integrantes del tribunal no tengan un interés directo, una posición
tomada, una preferencia por alguna de las partes y que no se encuentren involucrados en
16
Corte IDH. Caso Reverón Trujillo Vs. Venezuela. Excepción preliminar, fondo, reparaciones y
costas. Sentencia del 30 de junio del 2009. Párrafo 146
17
Corte IDH. Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 31 de enero de 2001. Párrafo 73.
18
Corte IDH, Caso ApitzBarbera(“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) Vs.
Venezuela. Supra Nota 24. Párrafo56.
19
La corte Interamericana De Derechos Humanos, Un Cuarto Siglo, 1979-2004, pag 131
20
Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Caso Daktaras Vs. Lithuania, Sentencia de 10 de
octubre del 2010. Párrafo 30.
14
la controversia21, cuestiones que pueden descartarse en totalidad por no quedar
expuestas en los hechos del caso sub Litis.
57. Respecto a la complejidad del asunto, es preciso exponer que para conocer el caso
concreto de la solicitud de la presunta víctima en el año 2012, era necesario considerar,
en un primer punto, que el aborto forzado está tipificado dentro del código Penal de
Malilupi específicamente en el artículo 117, en el cual se establece que cualquier persona
que interrumpiere un embarazo sin el consentimiento de la mujer, que se encuentra en
estado de gestación será sancionado con una pena entre 6 y 10 años de prisión. No
obstante Libertad Guerrero era una integrante del Circulo 1 siendo ésta parte de los
grupos armados antagónicos en el estado de Malilupi, por lo que, la cobertura mediática
masiva, para establecer si evidentemente existió un aborto, conlleva un factor complejo a
tomar en cuenta, considerando también el contexto social del Estado, debido a la
existencia de un conflicto armado interno en el que el grupo BONCHI tenía como
ordenamiento interno el Reglamento de Disciplina Universal de Costumbres Castas
(REDUCA) que era aceptada de manera tacita por las personas que se unían a las filas
de BONCHI y cuya aplicación dependía del Comité Disciplinario.
58. Al abordar la actividad procesal del interesado, no consta en la plataforma fáctica del
caso que la Señora Libertad Guerrero se haya presentado en algún momento a cuestionar
cómo iba el procedimiento del amparo, en relación con la conducta de las autoridades
judiciales, como ya ha quedado demostrado, no existió ningún indicio que permitiera
inferir alguna arbitrariedad en su conducta, así también tuvieron independencia por parte
del Estado y en sí mismos, existió imparcialidad en el proceso de la señora Libertad
Guerrero, porque incluso se puede mencionar que la Corte IDH ha precisado que la
16
recusación es un instrumento procesal que permite proteger el derecho a ser juzgado por
un órgano imparcial
59. En relación a las victimas Sebastián Romero y otros el estado le proporcionó a las
presuntas víctimas a través de sus familiares, el esclarecimiento de los hechos ya que
evidentemente se trató de solucionar la problemática frente a estos grupos antagónicos
que de cualquier manera buscaban un punto de conflicto para poder atacar al estado, a
pesar de que otros comandantes de los grupos de ELGOR intentaban lograr un acuerdo
con el Estado, para poner fin a la guerra, no obstante el comandante Yanca tenía
planificado realizar un atentado en la plaza de Malilu, durante una manifestación por la
paz de Malilupi.
17
ello el Estado no es responsable de la violación del artículo dos de la Convención
Americana, habiendo cumplido con darle el acceso a la señora Libertad Guerrero hacia
los órganos internos y principalmente no habiendo ningún retardo injustificado y
garantizando el proceso por disposiciones legislativas, el Estado adopto con arreglo a sus
disposiciones constitucionales haciendo efectivos los derechos.”25,
25
Corte IDH. Casos Galindo Cárdenas y Otros Perú, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y costas Sentencia 02 de Octubre de 2015
Caso Argüelles y otros Vs. Argentina. Supra Nota 365. Párrafo 146. Véase también: Corte IDH.
Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de enero
de 2001. Párrafo 71; Corte IDH. Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y otros) Vs.
Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de agosto de
2013. Párrafo 188.
18
empleados y funcionarios.26 Las autoridades competentes, que amparen a todas las
personas bajo su jurisdicción contra actos que violen sus derechos fundamentales o que
conlleven la determinación de los derechos y obligaciones de éstas y la segunda
obligación es, garantizar los medios para ejecutar las respectivas decisiones y sentencias
definitivas emitidas por tales autoridades competentes y que Por su parte, en este caso
no se configura ninguna de las estructuras de responsabilidad estatal, por lo que la
pretensión de la Comisión y de los representantes no debe ser acogida, puesto que se
encuentra probado que no hubo relación de causalidad en el presente caso.27.
65. En razón de la responsabilidad que confiere esta obligación, el Estado, ha tomado las
correspondientes medidas para su cumplimiento, ya que en primer lugar, ha contemplado
recursos direccionados a tutelar los derechos de las personas dentro de su jurisdicción, y
ha cumplido con la garantía de hacer que se cumplan las decisiones judiciales, de
acuerdo al caso sub Litis, ha puesto a disposición de la señora Libertad Guerrero las vías
de acceso a los Órganos de impartición de justicia competentes del Estado.
66. Los recursos fueron sencillos, ya que no consta en la plataforma fáctica del caso, que
la señora Libertad Guerrero, haya tenido alguna clase de complicación, para su
interposición, por el contrario se evidencia que la víctima interpuso los recursos que con
efectividad fueron resueltos a los pocos día subsiguientes a tener conocimiento de la
resolución recibida, fueron recursos rápidos, porque se diligenciaron en tiempos
adecuados, con la celeridad procesal del caso, incluso ya se han esbozado algunos de
éstos a la luz de las pautas del plazo razonable.
68. Sin embargo, es oportuno enfatizar que la Corte IDH ha señalado que el hecho de que
un recurso sea resuelto en contra del requirente, no constituye per se una violación al
derecho a la protección judicial30, por lo cual, no es posible atribuir responsabilidad
internacional al Estado, por el hecho aislado de haber resuelto recursos en contra de la
presunta víctima, y más cuando, ha posibilitado el acceso a recursos, sencillos, rápidos y
efectivos, que han sido idóneos para la situación de la víctima.
69. podemos citar además casos en los que la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha dictado la no responsabilidad del Estado cuando el estado no tiene
participación directa en las causas o cuando no ha Presentado Retardos Injustificados en
eso se puede citar el caso Quispialaya Vilcapoma Vs. Perú. En el cual la corte considera:
El Estado no es responsable por la violación del deber de adoptar disposiciones de
derecho interno, establecido en el artículo 2 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, en los términos de los párrafos 218 a 239 de la mencionada Sentencia.31
9.1.3 De la efectividad del recurso de amparo, resuelto del 28 de Febrero del 2013
30
Corte IDH. Caso Chocrón Chocrón vs. Venezuela. Excepción preliminar, fondo, reparaciones y
costas. Sentencia de 1 de julio de 2011. Párrafo 128. Véase también: Corte IDH. Caso Barbani
Duarte y otros vs. Uruguay. Fondo reparaciones y costas. Sentencia de 13 de octubre de 2011.
Párrafo 201.
31
Corte IDH. Caso Quispialaya Vilcapoma Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo,
20 de 2015, parte resolutiva.
Reparaciones y Costas. sentencia de 23 de noviembre
71. En la sentencia referida, se hace alusión a una restricción legítima al derecho al
aborto de la señora Libertad Guerrero, anuente a que ella previa disposición dio su
consentimiento previo a ser parte de los Grupos Antagónicos, específicamente al Circulo
1, La convención Americana en su artículo 16.1 hace referencia a que la libertad de
asociarse libremente con fines ideológicos, religiosos, políticos, económicos, laborales,
sociales, culturales y deportivos o de cualquier otra índole. Efectivamente el Estado actuó
conforme a derecho respetando las garantías internas y de carácter internacional que la
señora Libertad Guerrero poseía. A voluntad de la misma desea ser parte de este grupo
en donde el estado no tuvo participación directa o indirecta sobre la práctica de del aborto
forzoso del cual ella figura como consecuentemente a ello, el Estado actuó con debida
diligencia inmediatamente al tener conocimiento de la denuncia aplicando los principios
que rigen el derecho interno le proporciono a la señora Libertad Guerrero el acceso a los
órganos de administración de Justicia sin restricción alguna actuando con diligencia para
la investigación del hecho en controversia, además el Estado dentro de su ordenamiento
jurídico tenia incluida normas penales que evidentemente tipifican los hechos pero que en
los hechos no cumplían con los elementos materiales para encuadrarlo en el aborto
forzado, a pesar de que era evidente que la denuncia se realizaba a un hecho de
violencia contra la mujer misma que no comprendía el aborto si no que está implícito
dentro del código penal, a pesar de ello el Estado realizo las investigaciones pertinentes
del caso pero no existió elementos que concretaran los hechos denunciados por la
Señora Libertad Guerrero y cumpliendo con tres requisitos indispensables en la resolución
se establece: (a) respeto del principio de legalidad, (b) objetivo legítimo; (c) respeto del
principio de proporcionalidad32, los cuales se tratan a continuación:
73. c) respeto del principio de proporcionalidad Se predica del adecuado equilibro entre la
relación penal y sus presupuestos, tanto en el momento de la individualización legal de la
pena cabe precisar que el principio de proporcionalidad erige un elemento definidor de lo
que se ha de ser la intervención penal, desde el momento en que trata de traducir el
32
Nash Rojas Claudio. Centro de Derechos Humanos. Universidad de Chile. Acceso a la Justicia
Internacional. Asunción, Paraguay. 2007. Pág. 7.
21
interés de la sociedad en imponer una medida de carácter penal, necesaria y suficiente,
para la represión y prevención de los conflicto delictivos como evidentemente están
implícitos en la norma interna del Estado de Malilupi.33
74. El Estado de Malilupi cumplió su deber de respeto y garantía del deber de adoptar
disposiciones de Derecho Interno de la presunta víctima, consagrados en los arts. 1.1, 2
respectivamente, poniendo a su disposición recursos efectivos, totalmente admisibles y
capaces de alcanzar sus fines, diligenciando todos sus procesos en total observancia de
las reglas del debido proceso.
76. Se debe referir también a que en este vínculo entre la señora Libertad Guerrero y
BONCHI se estableció un tipo de modelo de contrato como el de adhesión por cuanto un
individuo (la señora Guerrero) solicita el servicio del grupo al cual es perteneciente no
tiene entonces oportunidad alguna de discutir ningún aspecto del contrato con quien ha de
prestárselo (BONCHI), sino que esta limitado a aceptar que las condiciones en que dicho
servicio se la ha le ha ofrecido. Por eso es importante afirmar que en esta clase de
contrato hay voluntad predominante (la de quien ofrece el servicio) y una voluntad
adherente (la que toma el servicio).
77. Así mismo Albadejo, citado por Brenes Cordoba indica “Los contratos de adhesión
han existido siempre y siguen existiendo ahora, aunque, ciertamente, alcanzaran una
difusión cada vez mayor debido a las exigencias de la vida moderna, tales como la
celeridad en la conclusión de los convenios, de evitación de negociaciones ociosas
cuando solo se está dispuesto a contratar en los términos ofrecidos, y de uniformidad
(estandarización) en la redacción de modelos establecidos para la contratación en masa
piense en lo que entorpecería las cosas el que cada cliente que contrata con una gran
empresa suministradora de electricidad o agua o gas, etcétera, o que saca un billete para
entrar en un espectáculo o para utilizar un medio de transporte contratando así con la
empresa que explota aquel o este, pudiese entrar en discusión sobre las clausulas a
pactar o celebrar el contrato con un contenido o estipulaciones diversas a los demás
usuarios”35
78. Así entonces se puede considerar que el contrato de adhesión es aquel en donde
cuyas condiciones son establecidas 23 unilateralmente por una de las partes,
35
Brenes Cordoba, Alberto. Tratado de los contratos, pag. 43.
sin oportunidad alguna para que la otra pueda discutir o modificar el contenido al
momento adherirse, queda entonces establecido como la señora Libertad Guerrero es la
responsable de ser víctima dentro del presente caso y por el cual no se puede
responsabilizar al estado en virtud de haber sido ella quien aceptara las condiciones del
grupo beligerante al cual pertenecía.
79. Es importante resaltar que por victimas debe entenderse por víctimas: “personas que,
individual o colectivamente harán sufrido daños, inclusive lesiones físicas o mentales,
sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo sustancial de los derechos
fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que violen la legislación
penal vigente en los Estados Miembros, incluida la que proscribe el abuso de poder.”36 Y
aunado a que en el presente caso la Comisión ha manifestado que considera victimas a
quienes resultaron fallecidos o lesionados durante la operación ELGOR dopremio, junto a
Sebastián Romero. No obstante que los mismos han sido considerados víctimas, no se
cuenta con pruebas de carácter pericial que demuestren que tipo de lesiones fueron
provocadas, ni cuál fue la causa que dio muerte a las personas, así mismo tal y como
consta en el párrafo 21 de la plataforma fáctica, no se menciona específicamente que los
afectados hayan sufrido violaciones a sus derechos por parte del Estado, en este caso por
agentes de la Policía Nacional, y al no poder determinarse realmente quienes violaron los
derechos, ni la forma en que se perpetraron las violaciones, siendo así que no es posible
responsabilizar al Estado por los agravios causados, a dichas víctimas.
80. En Concordancia con lo anterior cabe resaltar que esta Honorable Corte, se ha
manifestado y ha establecido en su jurisprudencia que las presuntas víctimas deben estar
señaladas en la demanda y debe corresponder con el informe de la Comisión
Interamericana del artículo 50 de la Convención. Además, de conformidad con el artículo
34.1 del Reglamento, corresponde a la Comisión y no a este Tribunal identificar con
precisión y en la debida oportunidad procesal a las presuntas víctimas en un caso ante
esta Corte. La seguridad jurídica exige, como regla general, que todas las presuntas
víctimas estén debidamente identificadas en ambos escritos, no siendo posible añadir
nuevas presuntas víctimas en la demanda. 37 Dicha función que debe cumplir la Comisión
al identificar a las víctimas, no fue realizada, puesto que se denominó simplemente a las
víctimas como Sebastián Romero y otros, y al no haberse identificado a los otros, esta
Honorable Corte no puede considerar que sean víctimas reales en base a
manifestaciones al respecto en casos anteriores.
9.2.1 Malilupi ha cumplido con su deber de adoptar medidas de protección ante la
guerra conforme al ordenamiento interno y a nivel internacional que aseguran la
investigación de los hechos y la punibilidad de los mismos cuando existe
elementos facticos y sustentables de los hechos
24
36
Declaración de la ONU de 1985. Artículo 1.
37
Corte IDH. Caso De la Masacre de las Dos Erres Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2009. Serie C No. 211. Párr. 20.
81. Tal y como ha sido indicado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) Sin
embargo, no se ha enfrentado aún a la compleja tarea de calificar ella misma la
naturaleza de los hechos para determinar si se trata de “simples” disturbios internos (que
quedan, pues, fuera del campo de la aplicación del derecho humanitario) o si, por el
contrario, está ante un conflicto armado de violencia más radical (que entra en el ámbito
de aplicación del ius in bello).38
82. En el mismo sentido la Honorable Corte tuvo ocasión dentro del marco de su función
consultiva primero39 y contenciosa a continuación 40 de trazar las grandes líneas del
régimen jurídico de los estados de excepción.41 A pesar de la existencia de la guerra
interna (conflicto armado interno) era evidente la difícil tarea que tuvo el Estado para
poder esclarecer los hechos que como modo conflicto surgió en el país de Malilupi. El
derecho aplicable: La importancia de la necesidad de distinguir entre la noción de conflicto
armado y los simples “disturbios y tensiones internas” se debe a la determinación del
derecho aplicable a los diferentes tipos de situaciones. La Comisión Interamericana,
siguiendo la evolución del Derecho Internacional actual, 42 ha constatado de forma expresa
las diferencias de régimen aplicables a las dos situaciones y subrayado la importancia de
la diferenciación. Ha concluido así que “los motines, los actos de violencia esporádicos y
las rebeliones no organizadas” –si son de corta duración y no revisten gravedad– están
excluidos, en principio, de la protección del derecho de la guerra, según lo establecido por
el artículo 1.2 del Protocolo Adicional II a las Convenciones de Ginebra. 43 Y en efecto está
38
Comisión IDH, 18 de noviembre de 1997, Abella (asunto llamado “La Tablada”) c. Argentina,
asunto Nº 11.137, informe Nº 55/97, párs. 152 y 153.
39
Corte IDH, 30 de enero de 1987, El hábeas corpus en período de suspensión de garantías. Serie
A, Nº 8; Corte IDH, opinión consultiva del 6 de octubre de 1987, Las garantías judiciales en
período de estado de urgencia. Serie A, Nº 9.
40
Corte IDH, 30 de mayo de 1999, Fondo y reparaciones, Castillo Petruzzi c. Perú. Serie C,
Nº 52, pár. 109; Corte IDH, 8 de julio del 2004, Fondo y reparaciones, Los hermanos Gómez
Paquiyauri c. Perú. Serie C, Nº 110, pár. 85; Corte IDH, 4 de julio del 2007, Fondo y reparaciones,
Zambrano Vélez c. Ecuador. Serie C, Nº 165, párs. 42-71.
41
El régimen jurídico aplicable a los estados de excepción será analizado en el marco de la
segunda parte de este artículo.
42
Se puede encontrar una excelente síntesis de todos los desarrollos normativos y jurisprudenciales
que se refieren al ius in bello en Momtaz, D. Les règles et les institutions du Droit
International Humanitaire à l’épreuve des conflitsarmésrécents. Leiden-Boston : Centre d’étude et
25
de recherche de droitinternational et de relationsinternationales 2007, MartinusNijhoff
Publishers, 2008, 227 p.
43
Segundo Protocoló relativo a la Convención de la Haya de 1954. Artículo 22.2 para la protección
de los bienes culturales en caso de conflicto armado, que excluye en los mismos términos de su
campo de aplicación los disturbios y tensiones internas. Véase también el Estatuto de Roma que
crea la Corte Penal Internacional.
cumplió con todos estos requerimientos para la debida protección de los habitantes ya el
proceso se investigación del caso se realizó sin ningún retardo injustificado.
84. El derecho a la vida que tiene toda persona humana es la condición previa necesaria
para la realización y disfrute de todos los demás derechos 45. El derecho a la vida es uno
de los más desarrollados en la jurisprudencia de la Corte IDH, la cual ha declarado la
44
No es preciso remontarse mucho en el tiempo para darse cuenta de que la doctrina, ya en los años
setenta, se ocupaba de estas cuestiones, ad. ex., Meyrowitz, H. Le droit de la guerre
et les droits de l’homme. RDP, 5, 1972, p. 1059; Suter, K. D. An inquiry into the meaning of
the phrase of “human rights in armed conflicts”. Revue de DroitPénalMilitaire et de Droit de la
Guerre, 15(3-4), 1976, p. 393.
45
Corte IDH. Caso XimenesLopes vs. Brasil. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 4 de julio
de 2006. Serie C No. 149, párr. 124; Corte IDH. Caso Baldeón García vs. Perú. Fondo, reparaciones
y costas. Sentencia de 6 de abril de 2006. Serie C No. 147, párrs. 82 y 83; Corte IDH. Caso
Comunidad Indígena Sawhoyamaxa vs. Paraguay. Fondo, reparaciones y costas, Sentencia de 29 de
marzo de 2006. Serie C No. 146, párrs. 150, 151 y 152; Corte IDH. Caso de la Masacre de Pueblo
Bello vs. Colombia. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 31 de enero de 2006. Serie C No.
140, párrs. 119 y 120; Corte IDH. Caso Comunidad Indígena Yakye Axa vs. Paraguay. Fondo
reparaciones y costas. Sentencia de 17 de junio de 2005. Serie C No. 125, párr.161; Corte IDH.
Caso “Instituto de Reeducación del Menor” vs. Paraguay. Excepciones preliminares, fondo,
reparaciones y costas. Sentencia de 2 de septiembre de 2004. Serie C No. 112, párr. 156; Corte
IDH. Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri vs. Perú. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de
8 de julio de 2004. Serie C No. 110, párr. 128; Corte IDH. Caso Myrna Mack Chang vs. Guatemala.
Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 25 de26noviembre de 2003. Serie C No. 101, párr. 152;
Corte IDH. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) vs. Guatemala. Fondo.
Sentencia de 19 de noviembre de 1999. Serie C No. 63, párr. 144.
violación del artículo 4 de la Convención Americana en 65 de sus 141 sentencias de
fondo46 en base a ello el Estado de Malilupi no violo el derecho a la vida del señor
Sebastián Romero y otros estableciendo que se encontraban en conflicto armado interno.
Tomando como referencia que la misma corte estableció que el conflicto era legal y que
se dieron los medios justificables. Para la aplicación de las medidas de seguridad En el
Caso Juan Humberto Sánchez vs Honduras, la Corte Interamericana estableció que:
“dentro de los mecanismos de prevención de violaciones al derecho a la vida, el Estado
debe establecer procedimientos efectivos para investigar seriamente y a profundidad las
circunstancias en las que podría darse una violación del derecho a la vida.” 47 En este
sentido, el Principio Cuarto de los Principios sobre la Efectiva Prevención e Investigación
de Ejecuciones Extrajudiciales, Arbitrarias y Sumarias de Naciones Unidas dispone que
se deberá garantizar protección efectiva mediante recursos judiciales o de otra índole a
las personas que se encuentren en peligro de ser ejecutados extrajudicial, arbitraria o
sumariamente. El Estado de Malilupi cumplió efectivamente el, con estas disposiciones
consagradas en la convención Americana. Actuando así conforme a derecho y a
disposiciones de derecho internacional pese a que anteriormente se encontraba en
estado de conflicto armado interno y de que las personas que figuran como víctimas son
las personas que en ese momento se encontraban en contra del estado, el Estado
investigó y llevo a cabo el proceso de investigación para llegar a la verdad y cumplir con
sancionar a los culpables. Y reaccionando conforme a derecho en ese momento el estado
actuó en defensa propia contra la amenaza del Comandante Yanca y evidentemente
tratando de prevenir muertes innumerables que el comandante Yanca podía causar por la
inconformidad, a pesar de que el estado quería llegar a una negociación pacifica para
terminar conflicto en el que se encontraba Malilupi.
85. De la plataforma fáctica del caso sub examine, se establece que El artículo 4 de la
Convención claramente prohíbe la privación arbitraria a la vida, lo cual puede
contraponerse a la privación “legal” de la vida, como podrían ser determinados casos
autorizados por el derecho internacional humanitario en situaciones extremas de combate
y ante blancos militares justificados, o como resultado del uso excepcional, necesario,
46
Las sentencias emitidas por la Corte IDH son: Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras; Caso
Godínez Cruz vs. Honduras; Caso Aloeboetoe y otros vs. Surinam; Caso El Amparo vs. Venezuela;
Caso Neira Alegría y otros vs. Perú;
47
Comité de Derechos Humanos, Comentario General No. 6 (Décimo sexta sesión, 1982), párr. 4
Véase también; Corte IDH. Caso Juan Humberto Sánchez Vs. Honduras. Interpretación de la
Sentencia de Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones. Sentencia de 26 de noviembre de
2003. Serie C No. 102.
razonable, proporcional y justificado de la fuerza por los agentes del orden público para
salvar la vida de otras personas. Es evidente entonces que en todos los demás casos y ya
que estamos ante privaciones arbitrarias de la vida, como es el caso de la ejecución
extrajudicial prohibida por la Convención, la cual generara la responsabilidad internacional
del Estado tanto por el incumplimiento de su obligación de no hacer (no ejecutar
arbitrariamente), o por el incumplimiento de sus obligaciones de prevenir, investigar,
sancionar y reparar en caso de existir una ejecución extrajudicial, pero en este caso
particular el estado actuó con forme a Derecho Internacional Humanitario, por lo cual al
apegarse a estas normas Malilupí no debe tener ningún tipo de responsabilidad
internacional.
87. En este punto vale y es de suma importancia exponer que la Honorable Corte ha
manifestado en torno a que un Estado no puede ser responsable de cualquier violación de
Derechos Humanos cometida por particulares dentro de su jurisdicción, y resalta “el
carácter erga omnes de las obligaciones convencionales de garantía a cargo de los
Estados no implica una responsabilidad ilimitada de los mismos frente a cualquier acto o
hecho de particulares, pues, aunque un acto, o hecho de un particular tenga
28
como consecuencia jurídica la violación de determinados derechos
humanos de otro particular, aquel no es automáticamente atribuible al
48
2 Corte IDH. Caso de la Masacre de Mapiripán vs. Colombia. Sentencia de 15 de septiembre de
2005, párr. 149 y CorteIDH. Caso Juan Humberto Sánchez vs. Honduras. Sentencia de 7 de junio de
2003, párrs 127 y 132
estado, sino que corresponden atenderse circunstancias particulares del caso y a la
concreción de dichas obligaciones de garantía”49.
88. Lo anterior evidencia, que para el Estado hubiera sido totalmente imposible, prever
una protección a la víctima frente a estos actos de particulares, en atención a que no
puede tener conocimiento de todas las situaciones que se susciten dentro de su territorio,
y más aun considerando que la magnitud de la noticia se dio en virtud de ser el señor
Sebastián Romero y otros eran algunos de los integrantes de las fuerzas armadas que
estaban figurados como grupos antagónicos que atentaban contra el poder del estado de
Malilupi.
90. El Estado de Malilupi cumplió con su deber y obligación de salvaguardar las vidas de
los civiles que no participaban en las hostilidades, llevando a cabo la operación “ELGOR
dopremio” con fundamento en el Art. 2.2 del Convenio Europeo de Derechos Humanos ;
siendo esta una operación exitosa y llevada a cabo con forme a derecho, para no incurrir
en irregularidades o violentar los derechos humanos de las personas, si bien se sabe que
en la operación “ELGOR dopremio” murieron personas que no participaban directamente
en el ataque armado contra las fuerzas de seguridad del Estado, pero ellos
29
49
Corte IDH. Caso Suárez Peralta vs. Ecuador. Fondo.Sentencia de 21 de mayo de 2013. Párrafo
129. Véase también: Corte IDH. Caso Perozo y Otros Vs. Venezuela. Fondo.Sentencia de 28 de
enero de 2009. Párrafo 121.
50
Acosta López, Juana Inés. 2005. La Protección De Víctimas Indeterminadas En El Sistema Interamericano
De Derechos Humanos. Pontificia Universidad Javeriana Facultad De Ciencias Jurídicas Carrera De Derecho
Bogotá, D.C. Pág. 46
tuvieron una participación indirecta al encontrarse en el área de hostilidad del
campamento debido a que eran trabajadores del mismo.
92. Así también en el párrafo 24 indica que “El 20 de mayo de 2015, los familiares
presentaron un amparo contra las sentencias anteriores, con base en el derecho a la vida,
y a la obligación del Estado de sancionar a los responsables de las muertes de las
presuntas víctimas del ataque. El 6 de junio de 2015, el Tribunal Constitucional desechó la
demanda, consideró que en el caso bajo análisis debían aplicarse las normas pertinentes
del DIH, indicó en particular que no se había cometido ningún delito en la operación
militar, que se habían respetado los principios del uso de la fuerza y que se trataba de
daños incidentales que no afectaban el principio de proporcionalidad”.
93. Los Órganos Jurisdiccionales del Estado de Malilupi resolvieron con forme a derecho
en cuanto a la protección de la población civil véase entonces Honorable Corte que según
el Art. 13 del Segundo Protocolo Adicional de los Convenios de Ginebra de 1949, el
estado de Malilupi no infrigió ninguna norma por la cual se le pueda declarar responsable.
94. El Estado de Malilupi decidió llevar a cabo la operación “ELGOR dopremio” con el
único fin de salvaguardar la vida de los civiles que participarían en una manifestación por
la Paz que se llevaría a cabo en la plaza principal de Malilú, según el Tribunal
Constitucional que seria entonces el encargado de desechar la demanda, consideró que
en el caso bajo análisis debían aplicarse las normas pertinentes del DIH, a lo cual
podemos determinar que “El Derecho Internacional Humanitario (DIH) o ius in bello no
permite ni prohíbe los conflictos armados, tanto internacionales como
internos, sino que, frente a su 30 desencadenamiento, se aboca al fin de
humanizarlos y limitar sus efectos a lo estrictamente necesario. Se trata de
un conjunto de normas, de origen convencional o consuetudinario, cuya finalidad
específica es solucionar los problemas de índole humanitaria directamente derivados de
los conflictos armados y que, por razones humanitarias, restringe la utilización de ciertos
métodos o medios de combate”.
95. En este caso se puede apreciar también la aplicación del margen de apreciación, el
cual es un instrumento interpretativo que parte de la idea de que, un derecho no puede
juzgarse en abstracto, omitiendo los marcos culturales y económicos que lo circundan, por
el contrario existen condicionamientos materiales y sociales cuyo desconocimiento
quitaría realidad o vigencia a un régimen de derechos humanos. 51 Puesto que Malilupi se
encontraba dentro de un conflicto armado interno, por lo cual es necesario establecer que
respetando los límites que el Estado puede establecer al interés particular ante el interés
colectivo, debido a la situación que se vivía, fue necesario priorizar la protección de los
Derechos de la población, frente a los de ciertas personas que como se ha establecido
participaban de las hostilidades de una forma indirecta, lo cual también los escluye de la
protección debida que establecen los Convenios de Ginebra de 1949 en su Artículo 3.
97. Por su parte, el Tribunal Penal para Ruanda ha señalado en al menos dos importantes
casos, Akayesu y Musema, que: El término «conflicto armado» en sí mismo sugiere la
existencia de hostilidades entre fuerzas armadas organizadas en mayor o menor medida.
98. En este orden de ideas y con forme a los que determina el DIH, la Operación ELGOR
dopremio que llevo a cabo el Estado Malilupense estuvo apegado a las reglas de la
buenas Costumbres siempre resguardando la integridad de las personas, ya que según
informes de Inteligencia del Estado de Malilupi tenía información de un atentado que
pretendía llevar acabo el Comandante Yanca en la plaza principal de Malilú, aunque el
uso de armas explosivas en zonas pobladas no se halla expresamente reglamentado en
el DIH, ese uso debe, en toda circunstancia, respetar las normas del derecho
anteriormente mencionado que rigen la conducción de hostilidades, en particular la
prohibición de los ataques directos 31 contra personas civiles o bienes de
51
Sagüés, Néstor P. Las relaciones entre los Tribunales Internacionales y los Tribunales Nacionales
en materia de derechos humanos. Experiencias en Latinoamérica. Revista Ius et Praxis,
Universidad de Talca, Chile. Vol 9, núm. 001, 2003, pág. 219.
carácter civil, la prohibición de efectuar ataques indiscriminados y desproporcionados, y la
obligación de tomar todas las precauciones factibles en los ataques. Se definen como
ataques indiscriminados aquellos que afectan objetivos militares y a personas civiles o
bienes de carácter civil sin distinción, principalmente porque emplean un arma que no
puede dirigirse a un objetivo militar específico o cuyos efectos no pueden limitarse como
lo exige el DIH. Los ataques desproporcionados son aquellos respecto de los cuales
puede preverse que causen la pérdida incidental de vidas o lesiones entre los civiles,
daños a bienes de carácter civil o una combinación de ambos, que sean excesivos en
relación con la ventaja militar concreta y directa prevista .
10. REPARACIONES
102. Así mismo esta honorable Corte anteriormente ha determinado que: “Este Tribunal
se ha visto en la necesidad de efectuar un laborioso examen de la prueba aportada por
las partes orientado a reunir los elementos necesarios para la identificación precisa de las
víctimas teniendo en cuenta que la demanda de la Comisión no contenía información
completa al respecto. La Corte observa que la demanda de la Comisión contiene
referencias generales a las víctimas en relación con algunos grupos de las mismas, tales
como “17 arrieros” o “víctimas de desplazamiento”, sin proveer los detalles necesarios
para la apropiada identificación de presuntas víctimas individuales. La Corte considera
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53
Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez. Supra nota 47. Párrafo. 25. Véase también: Corte IDH.
Caso Heliodoro Portugal Vs. Panamá. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 12 de Agosto de 2008 Párrafo 217.
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Caso de las Masacres de las Dos Erres Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2009. Serie C No. 211, párr. 20
que, de conformidad con el artículo 33.1 del Reglamento de la Corte, corresponde a la
Comisión, y no a este Tribunal, identificar con precisión a las presuntas víctimas en un
caso ante la Corte.”55 Dado que este caso cuenta con estas similitudes, se considera que
la Corte puede abstenerse nuevamente de ordenar las indemnizaciones en cuanto a las
víctimas no identificadas.
11. PETITORIO
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Corte IDH. Caso de las Masacres de Ituango Vs. Colombia. Sentencia de 1 de julio de 2006. Serie C No. 148.
Párr. 98.