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Entorno a Galileo.

(Esquema de la crisis)

Lección XI, El Hombre del siglo XV.


Como indica el nombre del capitulo Ortega nos va a hablar sobre la concepción y
circunstancias que rodean al hombre del siglo XV.
Ortega para comenzar nos puntualiza una de la capacidad fundamental que hay para él
en el hombre (actual y pasado), la capacidad del vaticinio. Al mismo tiempo que
remarca la influencia que sufrimos de esta capacidad, la cual es la moldeadora de
nuestra propia direccionalidad vital. Dirección que se forma a través de las decisiones o
de los conceptos que negamos cuando escogemos. Negaciones que al mismo tiempo da
lugar al ser.
Es decir el hombre se encuentra inmerso entre la capacidad de imaginar o vaticinio y un
modelo que quiere, él, auto-formarse.

Ortega menciona también el concepto de “existencia autentica”, que tiene una


resonancia a nivel religioso, político, científico… Encontrando su sentido en esta misma
resonancia.

Seguidamente este prosigue con la temática inicial, catalogando el siglo XV como una
época de crisis (sin olvidar la distinción que ortega hace entre revolución y crisis
histórica1). Afirmando al mismo tiempo, que como en cualquier época de crisis (según
ortega tres), nos encontramos presentamos ante una dualidad en la existencia del
hombre. Donde este se parte entre un sistema de creencia que abandona parcialmente y
un sistema nuevo que desafortunadamente desconoce. En el siglo XV esta dualidad se
encuentra entre el mundo del medievo que se desvanece y el nuevo mundo que presenta
el nuevo paradigma histórico. Es por eso que también define los pensamientos de este
siglo, como “pensamientos embrionarios” que no acabaran de formarse hasta que los
modelos de Galileo y Descartes empiezan a imponerse.

1
Ortega y Gasset. Renacimiento, humanismo y reforma. 1947.
Este estado de crisis en el que vive el hombre de este siglo en particular (siglo XV),
también se ve reflejado en al actitud que se tiene de la fe en dicho siglo. En la que por
un lado nos encostramos una institución religiosa, que ha tenido el monopolio teológico
y administra por su vía la sagrada escritura; Y por otro lado un pueblo que no entiende.
Esto dio lugar a un transito, el hombre se fue desprendiendo de Dios, ya que esa fe; se
aísla, lo divino no se puede conocer. Es por eso que vuelve su mira hacia si mismo. En
palabras de Ortega: “Ya no podemos llenar nuestra vida ocupándonos con Dios, por que
hemos llegado a la creencia de que Dios es inasequible directamente”.
Es por eso que la esencia de la religión de este siglo es la de la imitación de cristo. La
religión sufre un proceso de humanización, donde la teología clásica se abandona,
tornando hacia la discusión moral. El mundo humano es absorbido por el mundo
religión.

Otro de los grandes determinantes en la ideología del siglo XV, fue la gran división que
existía ente los dos mundos: el celeste y el terrenal. Uno perfecto, absoluto, impoluto y
el otro caduco, temporal… Hecho que invade todos los ámbitos del hombre, desde la
estructura social hasta su concepción cósmica

Ortega habla de dos periodos en dicha crisis: Por un lado el goticismo. Que Ortega nos
lo define como si imaginásemos el mundo medieval pero solo quedándonos con el
elemento profano de Dios. Inspirado en el occamismo. Movimiento que se va
trasformando y acomodando en lo voluptuoso. Que da lugar más tarde a la modernidad
propiamente dicha, en la cual el hombre como tal, es capaz de transformar su propia
realidad, reformulando lo antiguo. Es por eso que la modernidad se define como una
renovación.
Ortega: “La renovación no es innovación sino, al revés, volver a ser con toda
prudencia lo que al principio se fue”.
Ortega y Gasset
Entorno a Galileo (esquema de la crisis)
Moderna I
Eduardo Ruiz Daniels

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