0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
4 vistas6 páginas
Se trata de un enfoque educativo que pone el énfasis en la construcción de
aprendizajes desde las relaciones sociales en un plano de igualdad. Se hará un breve recorrido por la historia del diálogo como herramienta pedagógica. A continuación, se establecerán los principios básicos de esta propuesta, terminando con una propuesta de ejecución en el aula
Se trata de un enfoque educativo que pone el énfasis en la construcción de
aprendizajes desde las relaciones sociales en un plano de igualdad. Se hará un breve recorrido por la historia del diálogo como herramienta pedagógica. A continuación, se establecerán los principios básicos de esta propuesta, terminando con una propuesta de ejecución en el aula
Se trata de un enfoque educativo que pone el énfasis en la construcción de
aprendizajes desde las relaciones sociales en un plano de igualdad. Se hará un breve recorrido por la historia del diálogo como herramienta pedagógica. A continuación, se establecerán los principios básicos de esta propuesta, terminando con una propuesta de ejecución en el aula
Publicado el 22 octubre, 2014 por MAZMORRAEDUCATIVA
Se trata de un enfoque educativo que pone el énfasis en la construcción de
aprendizajes desde las relaciones sociales en un plano de igualdad. Se hará un breve recorrido por la historia del diálogo como herramienta pedagógica. A continuación, se establecerán los principios básicos de esta propuesta, terminando con una propuesta de ejecución en el aula. 1. El aprendizaje dialógico, de la mayéutica a la teoría de la acción comunicativa y la pedagogía de la liberación. 2. Principios básicos del aprendizaje dialógico. 3. Ejecución del proceso dialógico, la propuesta de Ruf y Gallin. 4. Refrencias.
1. El aprendizaje dialógico, de la mayéutica a la teoría de la acción
comunicativa y la pedagogía de la liberación. Las ciencias educativas han vivido a lo largo de su historia un debate entre dos enfoques pedagógicos. Uno se basa en suministrar conocimientos al educando, como si éste fuera un mero receptor con una mente vacía. El otro, en cambio, considera al educando como una persona con unas capacidades y esquemas cognitivos innatos. Por ello su objetivo es extraer esa capacidad de aprendizaje para que el individuo se desarrolle de forma plena. El primero se ha conocido tradicionalmente con el término latino educare, que significa “conducir” o “introducir”, teniendo una profunda relación con la concepción aristotélica del ser humano. La tabula rasa greco-latina, metáfora de la mente humana vacía, ha sido la base de un planteamiento educativo que estructura el conocimiento en materias que han de ser transmitidas de forma unidireccional desde el profesor al alumno (Sáez, 2013). Frente a esta concepción, frecuentemente relacionada con la llamada “educación tradicional”, se encuentra la propuesta socrática según la cual el conocimiento innato del ser humano debe “extraerse” a través del diálogo, la reflexión y la crítica (Platón, 1988). Esta concepción socrática del aprendizaje es relaciona con el vocablo latino ex – ducere, que significa “extraer” o “sacar afuera” (Sáez, 2013). Sócrates asemeja la labor del educador o educadora al trabajo de las parteras, que ayudan al alumbramiento de la mujer. Cada persona es pues, responsable de parir su propio conocimiento, a través de un proceso reflexivo y dialógico, en el que el docente participa facilitando el aprendizaje, nunca imponiéndolo (Platón, 1988). Desde la pedagogía latinoamericana se rescató el planteamiento dialógico de Sócrates, criticando la relación vertical entre docente y alumnado. Esta relación asimétrica, como base del sistema educativo en la sociedad capitalista, es sobre la cual Freire construye su metáfora de la “educación bancaria”, donde un modelo pedagógico de transmisión e imposición del conocimiento refleja una sociedad donde las relaciones están igualmente verticalizadas (Freire, 1985).
La crítica al modelo educativo imperante en los países capitalistas, también lo ha
señalado como un motor de destrucción de la autonomía, así como la capacidad de análisis y crítica en el individuo, a través de la sustitución de la comunicación interpersonal por la racionalidad tecnológica (Habermas, 1987). Como reacción a este planteamiento “bancario” de la educación, la propuesta del aprendizaje dialógico propone un cambio de enfoque. No debe entenderse este planteamiento educativo solo como una estrategia pedagógica. Se trata de una forma de entender la educación basada en la experimentación y el diálogo como motor del aprendizaje, considerando al educando como un individuo con sus propias destrezas, estrategias, estructuras cognitivas, emociones e ideas (Huber, 2012).
2. Principios básicos del aprendizaje dialógico.
Los principios siete principios básicos del aprendizaje dialógico han sido expuestos en (Elboj, Puigdellivol, Soler, & Valls, 2006), así como en (Aubert, Flecha, García, Flecha, & Racionero, 2009): Diálogo igualitario: el diálogo permite avanzar hacia una democratización de las relaciones sociales. Dejando atrás modelos basados en relaciones de poder desiguales, se logran superar conflictos y desigualdades. Las relaciones humanas se sitúan en un abanico entre dos extremos: “relaciones de poder” y “relaciones dialógicas”. Lógicamente las primeras se basan en la imposición a través de la violencia física, verbal o simbólica, mientras las segundas buscan el consenso a través del diálogo abierto. La utopía de unas relaciones totalmente dialógicas es inalcanzable. Sin embargo, debemos trabajar en esa dirección para minimizar el impacto de la desigualdad y lograr llegar a acuerdos sin imponer ideas desde posiciones de poder. Con estas premisas, el aprendizaje dialógico permite aumentar el nivel de aprendizaje de cualquier persona desde la igualdad y el respeto, independientemente de su género, cultura, nivel académico/socioeconómico y edad. La validez de las propuestas en este modelo recae sobre la argumentación, no sobre la posición de poder ocupada por quien la propone.
Inteligencia cultural. Las relaciones interpersonales son fundamentales para
aumentar los aprendizajes y mejorar la convivencia. Éstas se basan en unos códigos culturales, que conocen las personas que integran la comunidad donde los niños y niñas han crecido y viven. Es imprescindible aprovechar estos conocimientos, unidos a los saberes académicos, para conectar con la diversidad de los niños y niñas en las aulas, y potenciar el aprendizaje. Entender la “inteligencia” como un potencial cognitivo y dúctil nos permite superar el concepto estático de inteligencia definido por el Cociente Intelectual (CI). Se sabe que personas provenientes de entornos desfavorecidos, escasas relaciones académicas y bajas expectativas por parte del profesorado logran una menor puntuación en estas pruebas, a pesar de contar con grandes capacidades y mostrar comportamientos adaptativos y resolutivos. Por ello, desde el aprendizaje dialógico, la inteligencia cultural no solo tiene en cuenta la inteligencia académica, si no que integra además las inteligencias comunicativas y prácticas. Fomenta la comunicación de modo que existan mecanismos de ayuda mutua entre los niños y niñas. Del mismo modo se tiene en mente continuamente que se aprende haciendo, es decir, desde la puesta en práctica del conocimiento teórico.
Transformación: Como elemento que permite trascender teorías reproducionistas
para llegar a procesos continuos de transformación social, a través de la participación en condiciones de igualdad. Además, trabajar desde este planteamiento nos aleja de la idea de adaptación puesto que nos orienta hacia un movimiento transformador. Hay que acompañar al lenguaje de la crítica el de la posibilidad, puesto que es la transformación de desigualdades en posibilidades la que puede producir un cambio social profundo. Para llegar al lenguaje de la posibilidad se debe hablar desde la ilusión, generando actitudes y emociones que conduzcan al cambio, a través de expectativas desde las familias, el profesorado y las amistades de los niños y niñas. Dimensión instrumental. Una educación que enfatice esta dimensión del aprendizaje proporciona herramientas para salir de las situaciones de desigualdad y evita el absentismo, ya que las familias ven el centro educativo como un lugar que prepara a sus hijos e hijas para formar parte con éxito de la sociedad de la información. La curiosidad y ganas de aprender son intrínsecas en todos los niños y niñas, independientemente de su nivel socioeconómico y académico. Esta curiosidad orientada hacia el aprendizaje instrumental, a través de grupos interactivos, potencia el desarrollo de habilidades académicas, prácticas y comunicativas. Bajo dicha forma de trabajo colaborativo se alcanzan metas y conocimientos que los niños y niñas no habrían alcanzado tan pronto en solitario. Además, al tener que explicar conceptos a los compañeros o compañeras, desarrolla en el/la estudiante la empatía, la planificación, la capacidad de selección de información y las estrategias de comunicación, entre otras habilidades.
Creación de sentido. La desconexión de la escuela (debido en gran parte por la
tecnificación y burocratización) con la sociedad y la familia, produce falta de sentido en el alumnado, lo que dificulta su identificación con el centro. Esto se debe a la imposición de un currículo oculto que no parte del diálogo, si no que se define desde una cultura mayoritaria. Por ello, cuando la escuela incorpora de forma igualitaria las diferencias culturales y lingüísticas, tiene lugar un reencuentro con el sentido hacia la educación. Es en este contexto en el que se produce una mejora del aprendizaje, a través de una mayor motivación y una reconexión con la vida cotidiana, donde tienen lugar las interacciones que crean sentido. Este tipo de interacciones construyen el sentido desde una perspectiva intersubjetiva y dialógica.
Solidaridad. Si se contextualiza la solidaridad dentro del barrio y las familias, ésta
tiene su repercusión en las aulas. Al generar un aprendizaje continuo de la solidaridad, como norma general que debe regir las relaciones, se interioriza y se practica. Una forma de empezar con ello es luchar porque todos los/las estudiantes tengan la opción de decidir si van o no a la universidad, ofreciendo a todo el mundo los máximos aprendizajes. La expresión de esta solidaridad se da tanto en el profesorado, que asume un nuevo rol como docente, coordinador y dinamizador con una actitud de servicio, como desde los/as voluntarios/as, ya sean familiares o no. Esta solidaridad generada en el aula la trasciende, extendiéndose por el barrio o el pueblo. Es a través de toda la comunidad como se trabaja para el éxito escolar de cada niño y niña de la zona.
Igualdad de diferencias. Debido a la homogeneidad del profesorado es difícil
conectar con la diversidad de alumnos y alumnas que pueblan las escuelas en la sociedad de la información. Este hecho se agrava cuando el pensamiento generalizado asocia diversidad cultural con problemática social. Desde el aprendizaje dialógico se plantea la igualdad de las diferencias, en lugar de la igualdad homogeneizadora o la defensa de la diversidad sin equidad entre las personas. La diversidad se concibe como una oportunidad para potenciar los aprendizajes, por lo que es necesaria la convivencia de la diversidad, pero teniendo claro que todos los niños y niñas serán educados para lograr los mismos objetivos académicos. Aquí se puede ver un ejemplo breve de lo que ha supuesto la implantación de comunidades de aprendizaje en algunos centros educativos.
3. Ejecución del proceso dialógico, la propuesta de Ruf y Gallin.
El modelo tradicional de enseñanza se aproxima al proceso de enseñanza- aprendizaje intentando simplificar su complejidad, a través de la prescripción de determinados contenidos, tareas, metodologías y metas. De esta forma se evitan las complicaciones de gestionar la incertidumbre y la diversidad que acompañan a un proceso de aprendizaje indagatorio (Huber, 2012). Desde el enfoque dialógico se gestiona la diversidad y la incertidumbre en función de dos procesos comunicativos, el diálogo interpersonal y el intrapersonal. Ruf y Gallin proponen un esquema de ejecución, que recoge (Huber, 2012), y sigue los siguientes pasos. El profesor inicialmente, a través de un diálogo intrapersonal con la materia, define una visión general del contenido a tratar. En este momento es cuando se produce el ajuste curricular buscando la idea central del tema en cuestión. Exposición de la Idea central o nuclear. Se ofrece una visión general del contenido y su conexión con otras áreas de conocimiento. El docente debe motivar la búsqueda de una aproximación personal de cada alumno al tema a desarrollar. De esta forma, a través de un acercamiento subjetivo se gestiona la diversidad y se orienta al educando hacia la construcción de su propio proceso de aprendizaje. Definición de su misión personal. A través de las propias capacidades e intereses el alumno se aproxima a la materia. Esta adaptación a su subjetividad se realiza a través del diálogo intra-personal y reflexivo que se lleva a cabo en esta etapa. Generar el diario de aprendizaje. a través del diálogo intrapersonal que permite construir el conocimiento desde la reflexión sobre sus pensamientos y emociones. estas reflexiones son recogidas en el diario. el proceso es acompañado por el diálogo interpersonal con el profesor. Retroalimentación a través del diálogo interpersonal entre educandos, en el que participa el profesor como facilitador. En este momento se comparten los puntos de vista, enfoques y estrategias personales utilizadas por cada alumno. Se presta especial atención a estas estrategias y no tanto a las respuestas, evaluándose su acierto o error de forma colectiva, a partir del análisis de los mecanismos empleados para llegar a ellas. En este último paso del proceso, “el diálogo intrapersonal resultando de la interacción entre alumno y materia es acompañado permanentemente de otro tipo de diálogo intrapersonal del alumno, a saber sus reflexiones sobre sus propias ideas y emociones” (Huber, 2012). A lo largo de todo el proceso diseñado por Ruf y Gallin, se produce una interacción entre los conocimientos y estructuras mentales del alumno, y la materia novedosa que sobre la que se propone el aprendizaje. Mediante la interacción entre la estructura cognitiva previa, y los nuevos conceptos, ideas o proposiciones, se produce la asimilación y creación de conocimiento estable, dando lugar a un aprendizaje significativo (Moreira, 2008). Referencias Aubert, A., Flecha, A., García, C., Flecha, R., & Racionero, S. (2009). Aprendizaje dialógico en la Sociedad de la Información. Barcelona: Hipatia. Elboj, C., Puigdellivol, I., Soler, M., & Valls, R. (2006). Comunidades de aprendizaje. Transformar la educación. Barcelona: Graó. Freire, P. (1985). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI. Habermas, J. (1987). Teoría de la acción comunicativa. Madrid: Taurus. Huber, G. (2012). El aprendizaje por diálogo como principio general. Aprendizaje activo (págs. 103-107). Costa Rica: Universidad EARTH. Recuperado el 11 de octubre de 2014, de http://metaaccion.com/wp- content/uploads/downloads/2013/01/practico_17_earth_metaaccion_aa_en_grupos_apren dizaje_por_dialogo_huber.pdf Moreira, M. A. (2008). Organizadores previos y aprendizaje significativo. Revista Chilena de Educación Científica, 7(2), 23-30. Recuperado el 11 de octubre de 2014, de http://www.if.ufrgs.br/~moreira/ORGANIZADORESesp.pdf. Platón. (1988). Diálogos. Madrid: Gredos. Sáez, J. (24 de junio de 2013). Ni educare, ni educere, sino todo lo contrario.