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Persona y Humanismo Mtra.

Astrid Martín del Campo

Cada ser humano durante su vida tiene ciertas metas y sueños que desea alcanzar. En nuestro
personaje principal, se planteó ser pintor, hizo lo imposible para lograrlo, buscó expertos, mejoró
su técnica y aguanto las peores críticas para retroalimentarse de ellas y formar su propio estilo. Sin
duda han sido los mejores consejos que le han dado y han formado al Vincent que es en este
momento de la historia.
Consejo número uno: No debes de imitar.
Consejo número dos: No te rindas y busca tu esencia.
Consejo número tres: Tienes que salir de la zona de confort e identificarte con tu espíritu.
Consejo número cuatro: Si eres feliz, aprovecha tu locura y festéjalo.
Consejo número cinco: Nunca dejes tus ideales y sentimientos de lado, pues puedes llegar a ser
admirado por ello.
Y por mi parte, también me llevo estos consejos y los aplicaré durante mi carrera y mi vida
profesional e incluso mi vida en general.
Otro tema que es importante mencionar, es la amistad. Tema que no se había mencionado antes
pues Vincent siempre era el “lobo solitario.” Pero recién llegado a París, hizo conexiones
impresionantes con artistas los cuales pasaron de ser maestro-alumno a grandes amigos. Paul
Cézanne se abrió por completo con Vincent y le decía las cosas como eran. George Seurat le abrió
las puertas de su estudio y le enseñó como vender sus obras a la burguesía. Paul Gauguin le
enseñó su técnica de color. Emile Zola y su admiración por el mismo Van Gogh al igual que su
enseñanza de moralidad. ¡El L´Ecole y su nombramiento para el culto de la fealdad, logrando con
ello un manifiesto y un club comunista de arte! Y, por si fuera poco, el apoyo incondicional de mi
personaje favorito: Theo.
Y, en lo personal, apoyo por completo el manifiesto de este movimiento ya que aceptan la vida tal
y como es, sin juicios morales, en donde todos valen lo mismo y cada cual encaja en el patrón de la
naturaleza y forma parte de la trama de la vida, pues así es la “cruda” realidad.
A pesar de que el proyecto no se llevó a cabo, se dieron cuenta de lo capaces que eran y que, con
esfuerzo y dedicación, podrían lograr llegar a ser quiénes querían ser. Eso es algo digno de admirar
y me lo llevó como enseñanza para el futuro incierto.
Se cierra este capítulo con el típico Van Gogh abandonando todo y dando un giro inesperado
(esperado por mí) de 180 grados, buscando de nuevo esa tranquilidad que tanto apreciaba. Tomar
esa energía nerviosa acumulada de años y convertirla en trabajo. Claro que iba a extrañar esa
comodidad de París, pues su vida estaba asegurada, no le faltaba cariño y siempre tendría un
hogar bajo el techo de Theo, pero, “muy por debajo de la manga”, Vincent extrañaba las penurias
y el desafío de estar al borde de la muerte.
A pesar de no desarrollar una independencia, Van Gogh lo era, pues no dependía
emocionalmente de nadie y tomaba decisiones asertivas con base en sus propios ideales e
intereses. Adiós París. Hola Arles y su maravilloso sol. Una nueva etapa se aproxima y no se sabe
que vendrá con ello. ¿Yo? Emocionada e intrigada.

Reflexión: Libro Quinto, Anhelo de Tania Alejandra Hernández


Vivir de Irving Stone Palomino

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