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FICHA CATALOGRÁFICA
340.01
V. 14
Impreso en Bolivia
“No esta permi da la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informá co, ni la transmisión de
ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos,
sin el permiso previo del autor o de la autoridad competente de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra”.
I
Presentación de la Segunda Edición
II
páginas, esas palabras pequeñitas que parecen cortarlo todo en el
punto que a veces resulta más interesante. Por lo que al igual que en la
primera edición, me he limitado a dejarlas para el fi nal de cada tema,
pero esta vez con el aditamento de algunas aclaraciones o explicaciones
breves que he considerado necesarias y ú les para el estudioso; tratando
de no hacer más extenso el libro, pero tampoco pecar de brevedad y
frugalidad de ideas. Ésa ha sido mi intención, guiada por mi percepción
de maestra, porque sabemos que actualmente, no somos muy apegados
a la lectura, por muchas razones.
III
3.- Mi agradecimiento, algo tardío al Dr. Alvaro Cedeño Barahona de
quien no he sabido más, pero que después de la publicación de la obra
“Filoso a del Derecho” me hizo llegar desde Panamá, varias obras suyas,
entre ellas “La Magia del Derecho” que yo conocía y de la cual extraje el
siguiente pensamiento extraordinario que encabeza la primera edición
de esta obra, que dice…
Honorable Dra.
María CrisƟ na Valdivia
Limpias Santa Cruz-Bolivia
Doctora:
Si la jusƟ cia exige equidad y la equidad obliga a dar a cada quien, según su
capacidad y a cada capacidad, según sus obras; es jusƟ cia equitaƟ va reconocer a la
Dra. María CrisƟ na Valdivia Limpias, sus ejecutorias: prosa limpia, sencilla, fl uida ,
acepta y didácƟ ca, sin quitar profundidad ni altura a la idea, en su obra Filosoİ a del
Derecho.
Es diİ cil escribir sencillo; pero es más diİ cil compendiar en una presentación
esquemáƟ ca, el contenido de una obra como la que se nos presenta. Usted ha
logrado ambos extremos Doctora.
Felicitaciones.
ALVARO CEDEÑO BARAHONA
IV
Santa Cruz de la Sierra, Julio del 2012
V
Prólogo
VI
Lauren Müller de Pacheco
Rectora de la UPSA
VII
UNIDAD 1
FILOSOFIA Y FILOSOFIA
DEL DERECHO.
UNIDAD 1. FILOSOFIA Y FILOSOFIA DEL
DERECHO
1.1.- La Filoso a.
1. 2.- Problemas fundamentales del pensamiento fi losófi co.
1.2. 1.- Problema del ser.
1.2.1. 1.- La Meta sica.
1.2.1.2.- La Ontología.
1.2.1.2.1.- Clasifi cación de los entes o
regiones de seres.
1.2.1.2.2.- Clasifi cación de Carlos Cossio.
1.2.2.- Problema del conocer.
1.2.3.- Problema del hacer.
1. 3.- El punto de vista de Manuel Kant.
1.3.1.- El problema antropológico.
1.4.- Defi niciones y conceptos de Filoso a.
1.5.- Filoso a y Derecho.
Génesis de la voz “fi loso a”.- Alrededor del siglo VI A.C. los
primeros sabios o “fi lósofos” se denominaron así por las voces
griegas “philo”(amante) y “sophos” sabiduría o ciencia. Otros
atribuyen origen hebreo o semí co a la palabra fi loso a, que
provendría del vocablo “sophos” que en hebreo signifi ca:
“contemplar”, de donde se entendería por fi loso a al “amor a la
contemplación”. Posteriormente el romano Cicerón, el fi lósofo
africano Agus n de Hipona y el italiano Tomás de Aquino,
reconocen a Pitágoras ( del siglo VI a.c.) como el primer sabio
griego en haber u lizado la palabra “fi lósofo”. La historia dice que
Pitágoras en la escuela fundada por él, se dedicaba a estudiar y
enseñar acerca de Dios, el hombre, la naturaleza, los valores
morales, intelectuales y ar s cos, a las matemá cas abstractas y
aplicadas, y hasta a la organización social y polí ca (1)
Los fi nes que persigue la Filoso a son además, dis ntos a los de las otras
ciencias, el fi lósofo desea conocer “el por qué” de las cosas, su raíz úl
ma y su origen; más aún, el sen do primordial de la propia existencia.
Cuando estudia al ser humano, busca entender quién es, por qué está
sobre la erra y por qué es dis nto de los demás seres; para qué ha sido
creado y cuál es su des no fi nal. Quiere en defi ni va, encontrar la
respuesta a estos problemas por su propia cuenta, usando
principalmente su razón: “Todos los hombres enen naturalmente el
deseo de saber”, escribe Aristóteles al principio de su Meta sica, más
adelante con núa “ Los que primeramente fi losofaron, fue por el
asombro, que fue el principio del fi losofar; asombrándose primero de
las cosas extrañas que tenían más a mano, para luego avanzar poco a
poco haciéndose cues ón de las cosas más graves, como el movimiento
de los astros y la generación del Todo. pero el que encuentra difi
cultades y se asombra, cae en cuenta de que ignora”; y por eso, el mito
es, en cierto modo, fi loso a, y si los humanos fi losofaron para huir de la
Sin embargo, los tres grandes problemas, forman una unidad del
pensamiento fi losófi co, es decir, todos ellos se relacionan
estrechamente y examinarlos por separado implica directa o
indirectamente a los demás, porque la fi loso a es un saber unitario y
universal, a diferencia de las ciencias que son saberes par culares, de
determinados sectores de la realidad y desde determinados puntos de
vista. No en vano, M. García Morente, al iniciar su curso básico de Filoso
a, se refi ere a ella como “el conjunto de la Filoso a”, señalando que esta
ciencia es un conjunto de “saberes” y “ haceres” ; es decir, que no
puede haber fi loso a sin tener vivencias interiores y externas o manifi
estas de los contenidos y cues ones fi losófi cas.
1.2. 1.- El problema del Ser.- Las disciplinas fi losófi cas que se ocupan
son: La Meta sica y la Ontología.
según sus palabras, la Meta sica era una ciencia que estudiaba “el
Ser en tanto que es Ser y los accidentes propios del Ser”(3).
Pero, ¿cómo se nos dan los entes? Los entes, no se nos dan como
una unidad uniforme, sino como individuos agrupados en dis ntos
géneros, capas o estratos de la realidad que presentan caracterís
cas generales que los dis nguen de los demás entes u objetos.
1.2.1.2.1.- Clasifi cación de los entes.- Las Regiones del Ser.- Estos
estratos o regiones de los entes u objetos se dividen en: (6)
géneros o variedades del discurso actual, desde una visión más holís ca
o integradora que parte de la ciencia en sus orígenes para ar cularse en
las ciencias socio jurídicas y polí cas del presente.
La disciplina jurídica que forma parte del ámbito del saber fi losófi co es
la Filoso a Jurídica o Filoso a del Derecho, porque se ocupa del
conocimiento y de la valoración de lo jurídico como una noción
universal, presente en las normas de convivencia humana. Gracias a la
voluntad de abstracción de nuestra ciencia, se establecerá la unidad y se
proporcionará una visión sinóp ca y crí ca de la realidad que inves ga, en
este caso, del Derecho y demás ciencias jurídico sociales. En el caso del
Derecho, a través de sinnúmero de manifestaciones que éste ha tenido
en todos los empos, la Filoso a buscará lo común y lo permanente, por
sobre lo que es par cular, aparente y pasajero, para llegar al “ser” del
Derecho, es decir, al conocimiento fi losófi co del Derecho: su esencia y
los valores que persiguen las normas jurídicas
2.- Aristóteles. Meta sica. Libro I°. Extraído de Marias, Julián y Laín Entralgo, Pedro.
“Historia de la Filoso a y de la Ciencia” Ed. Guadarrama S.A. Madrid- España.
(1968) pp. 379 y ss….- Para la Meta sica tradicional “el ser” es lo primero que la
mente percibe al enfrentarse con el mundo.
Esta noción es intui va e inmediata, y como es una idea o “conocimiento” más simple
y general, su división o descomposición para el análisis es imposible, por lo tanto,
indefi nible. Solo se pueden intuir las manifestaciones del ser, es decir, los
modos cómo alcanzamos al “ser”.
3.- Castex, Alberto. (1965) Curso de Filoso a” Ed. Carlos Lohle, Bs. As. Argen na. p. 3.
4.- Ibid. pp 22-23
5.- Hessen Johannes. (1976) “Teoría del Conocimiento” Ed. Espasa-Calpe S. Madrid
España. p. 29 ss
6.- Castex Alberto (1965) ob. cit. p. 20.
7.- Portela, Mario. (1976) “Teoría general del Derecho” Ed. De Palma. Argen na pp. 5-6.
8.- Fatone, Vicente “Lógica e Introducción a la Filoso a” (1965) Ed. Heliasta. Argen na.
p.266 y ss
9.- Canedo Ch., Juvenal (1988) “Lógica Formal y Simbólica”, Ed. Don Bosco, La
PazBolivia. pp. 9 y ss.
Sócrates y Marco Aurelio ( fi lósofo y emperador cris ano) coinciden en que para
encontrar la esencia del ser humano, hay que remover de él todo lo que hay de
accidental y externo, ya que su esencia no depende de las circunstancias sino
depende del valor que se presta a sí mismo: riqueza, rango, posición social y
económica, belleza sica etc., son accidentales. Lo único que importa es la
tendencia o ac tud interna propia del alma, que se examina interiormente
buscando el sen do de la propia vida en razón de valores o virtudes morales, la
principal: La Sabiduría. Es conocida la afi rmación de Sócrates en el diálogo
platónico “Apología “ donde expresa que …“Una vida no examinada, no vale la
pena de vivirla”.
10.- Hessen, Johannes (1962) “Tratado de Filoso a” Tomo III. Ed. Sudamericana, Argen
na. p. 259 ss.
11.- Hubner Gallo, Jorge (1992) “Introducción al Derecho” Ed. Jurídica de Chile. San ago-
Chile, p. 59.
12.- Cabanellas, Guillermo (1979) “Diccionario de Derecho Usual” Tomo III°
Ed.Heliasta . Argen na. p.379.
13.- Fatone, Vicente (1969), ob.cit. p. 247.
14.- Conde O, Ramón (1961) “Enciclopedia de la Filoso a” Ed. Gasso Hnos.Barcelona
-España. p.100.
15.- Fatone, Vicente (1965) ob. cit. p. 247.
16.- Ibid. p. 230.
17.- Conde O., Ramon (1961) ob. cit. p. 230.
18.- Canedo Ch., Juvenal (1988) ob.cit.. p. 18.
Si par mos de la idea de que toda noción del Derecho se funda en una fi
loso a, y que todo sistema fi losófi co ha desembocado casi siempre en
un concepto de lo que es el Derecho, resulta que los problemas que
habitualmente se agrupan bajo la expresión Filosoİ a del Derecho o
Filosoİ a Jurídica, son objeto de estudio de los juristas y iusfi lósofos,
cuya preocupación se centra en descubrir y establecer el fundamento y
valor de las variadas expresiones de los derechos posi vos en diferentes
empos y lugares, para indagar acerca del por qué de esa constante
inclinación del Derecho hacia la Jus cia y la Equidad, teniendo en cuenta
que los estudios del Derecho Posi vo no son sufi cientes para “ explicar y
dar fundamento a una concepción unitaria de la vida y del desarrollo
concreto de las ramas del Derecho, por lo que la generalidad o
Según Giorgio del Vecchio, “el estudio del Derecho en sus ingredientes
universales cons tuye el objeto de la Filosoİ a Jurídica; y el estudio del
Derecho en sus aspectos par culares, con la descripción de las normas
jurídicas que se dan en una comunidad localizada temporal y
espacialmente, será objeto de la Ciencia Jurídica” (3); de manera que la
diferencia entre ambas radica en el punto de vista -sea universal o par
cular- que consideren al Derecho.
El profesor Giorgio del Vecchio afi rma que, “La Filoso a Jurídica es
una disciplina que defi ne al Derecho en su universalidad lógica,
inves ga los orígenes y los caracteres generales de su desarrollo
histórico y lo valora según el ideal de la jus cia trazado por la pura
razón”(4).
La Filoso a del Derecho nace como “Ius Naturale”, como teoría fi losófi
ca con una tradición de 25 siglos, dentro del Derecho clásico griego y
romano; porque fueron los escritores del Derecho Natural quienes
iniciaron la ciencia que hoy se conoce como Filoso a del Derecho o
Filoso a Jurídica, que desde sus primeros pasos trató de dar
fundamento, unidad y armonía a todas las demás ciencias jurídicas: “y
es que el Derecho Natural consiste en el estudio y la formulación de los
principios supremos que han de informar la vida social en virtud de la
naturaleza misma del hombre; por lo que es pues, una disciplina fi
losófi ca”(14); sin embargo, en la actualidad Derecho Natural y Filoso a
del Derecho no se confunden, sino que el primero es una parte
fundamental de la segunda.
tener todos nosotros, naturaleza espiritual, que está por encima del
mundo sico-natural. Para otros la doctrina iusnaturalista actual se
podría redefi nir como una teoría de los “bienes humanos genuinos”
que según John Finnis en su obra “Natural law and natural rights”
defi ende la existencia de ciertos bienes humanos básicos como la
vida, el conocimiento, la experiencia esté ca, la sociabilidad, la
razonabilidad y la religión como una cues ón de interés primario que
proporciona sen do a la vida humana (22)
1.- Terán, Juan M. (1998) “Filoso a del Derecho” Edición XIV°. Ed. Porrúa. México 1998.
p. 15
2.- Como cualquier otra disciplina fi losófi ca, la fi loso a del derecho ene por objeto
el estudio y análisis racional y refl exivo del Derecho sus problemas y sus valores,
frente a las ciencias posi vas incluyendo el derecho posi vo y sus ramas, que son
saberes par culares y concretos; de ahí surge la difi cultad aparente de que la
Filoso a Jurídica es una ciencia di cil, por lo general y abstracto de su ac tud de
estudio frente al Derecho…sin embargo, podemos decir, que desde el momento
en el que el estudiante se coloque al frente del objeto “derecho” zambulléndose
en él y considerándolo en su expresión más general y universal, además de u
lizar inicialmente el análisis refl exivo y la deducción como métodos, eliminaría
la aparente difi cultad.
3.- Del Vecchio, Giorgio (1974) “Filoso a del Derecho” Ed. Bosch Barcelona- España, p.
276.
4.- Ibid. p. 279.
5.- Man lla P., Benigno (1996) “Filoso a del Derecho” Ed. Temis S.A. Bogota -Colombia
p. 18.
6.- Díaz, Elías (1981) “Sociología y Filoso a del Derecho” Ed. Taurus S.A. MadridEspaña,
pp. 238 239.
7.- Naranjo V., Abel (1992) “Filoso a del Derecho” Ed. Temis, Bogota-Colombia, p. 9
8.- Villoro T., Miguel (1994) “Introducción al estudio del Derecho” Ed. Porrúa, México,
p. 143.
9.- Man lla P., Benigno ( cita a Stammler) ob. cit. p. 19.
10.- Del Vecchio, Giorgio (1974) ob. cit. pp. 275-282.
11.- García M., Eduardo (1997) “Filoso a del Derecho” Ed. Porrúa. Mexico p. 17.
12.- Lo que caracteriza al derecho es su des no como orden norma vo dirigido a
regular conductas ciudadanas, su grado de obligatoriedad, su origen
consuetudinario y su especial vinculación con la É ca, como ciencia norma va, por
lo que es concebido como una relación estrecha de norma-conducta en sociedad.
El análisis racional , metódico y crí co del fenómeno jurídico, vendrá después,
desde el momento en que se aborda el conocimiento sistemá co del Derecho
como una ciencia de carácter norma vo con una fi nalidad axiológica.
13.- Rodríguez A., Lino (1961) “Filoso a del Derecho” Ed. Claridad. Bs. As.-Argen na, p.
227.
14.- Rodríguez A., Lino (1961) “Filoso a del Derecho” Ed. Claridad. Bs. As.-Argen na, p.
227.
15.- Hegel, Guillermo (1987) “Filoso a del Derecho” Ed. Claridad, Bs.As.-Argen na, p
39.
16.- Hubner G., Jorge (1994) ob. cit. p.269
17.- García M., Eduardo (1996) “Posi vismo jurídico, Realismo sociológico y
Iusnaturalismo” Ed. Coyoacán S.A. México, p. 130.
18.- Villoro T., Miguel (1992) ob. cit. p. 8.
19.- Hubner G., Iván, cita a Catrhein (1994) ob. cit. pp. 273-274.
20.- Pacheco, Máximo (1984) “Teoría del Derecho” Ed. Jurídica de Chile-San ago, p.
473.
3.2.1.- Clasifi cación de las ciencias.- Las ciencias han sido clasifi
cadas de diversas maneras, y de acuerdo a determinados criterios o
puntos de vista. A lo largo de la Historia de la Filoso a, se
propusieron muchas clasifi caciones concordantes con el sistema o
doctrina fi losófi ca de su autor.
Una de las clasifi caciones más generales es la que toma como punto
de referencia: - a la estructura de todas las ciencias y, - a las
diferentes maneras que éstas Ɵ enen de aprehender sus objetos;
teniendo en cuenta que el conocimiento cien fi co completo de un
objeto responde a dos interrogantes: La primera dice : ¿Cómo es el
objeto?; a esta pregunta, la ciencia responderá describiendo los
objetos y fenómenos inves gados. La segunda pregunta dice: ¿Por
qué es así el objeto?. A esta pregunta, cada ciencia responderá
mediante la explicación y la comprensión de los objetos inves gados.
Lo anterior signifi ca que “toda ciencia para ser tal Ɵ ene que
describir y explicar los objetos que estudia”. (12).
1. Castex, Alberto, (1965) ob. cit. p. 158. …El conocer, cuyo producto es el
conocimiento, es una operación mental en la que intervienen nuestras facultades
psicológicas y cogni vas como la memoria, la afec vidad, la imaginación, intuiciones
sensibles, intelectuales y/o espirituales, etc. ; cuyo resultados es un “juicio o
proposición” sobre algún objeto o grupo de ellos, proposición que ene la pretensión
de “verdad ” acerca de algo, estableciendo interrelaciones mentales ; dicha “verdad”
la pensamos y la podemos expresar mediante lenguaje, sea hablado escrito, ges cular
y/o simbólico. A la interrelación mental de todas esas capacidades, el análisis y la refl
exión sobre los datos proporcionados por el objeto o realidad, llamamos capacidad
intelectual o cognosci va ; por lo que “conocer”, es el acto mental de aprehender la
realidad o sea, la fase ac va ,y, conocimiento, será el resultado de dicho acto; lo cual
no implica necesariamente que nuestro conocimiento sea verdadero o concordante
con el (los) objeto (s) o falso y equivocado, cuando no hay concordancia completa o
es totalmente discordante. Mario Bunge , sos ene que la mayoría de nuestro
conocimiento en la vida diaria y profesional es conjetural o solamente verdadero a
medias ( Diccionario de Filoso a ). El conocimiento verdadero es un caso especial y
muy di cil para su análisis fi losófi co; puesto que al igual que la Meta sica ( estudio
del ser), la Teoría del Conocimiento o Gnoseología es una de las más abstractas y
problemá cas disciplinas fi losófi cas, que se subdivide en otras disciplinas derivadas,
entre ellas la Epistemología o Teoría del Conocimiento Cien fi co, vale decir, del
conocimiento verdadero, probable y demostrable, con todos las cues ones
relacionadas con la verdad cien fi ca.
2. Hartmann, Nicolai (1957) “Meta sica del conocimiento”. Ed. Losada S.A. Bs. As.Argen
na, p. 66.
3. Castex, Alberto, (1965) ob. cit. p. 222.
31. Carnelu , Francesco. ( 1997) “Cómo nace el Derecho” Ed. Temis. Bogotá-
Colombia pp. 9-13
Los conceptos que integran la Economía indican siempre saƟ sfacción de las
necesidades humanas, distribución y producción de bienes y riqueza. En este sen
do, la lucha diaria del ser humano tanto personal como social, puede llevar a una
sociedad al caos y la descomposición, situación que solo se logrará superar a
través del Derecho. Está demostrado que Economía y Derecho se complementan,
ya que la Economía por sí sola es incapaz de imponer el orden necesario en ese
constante afán humano de sa sfacción de necesidades, que en un momento dado
se podría conver r en lucha, en delito, y hasta en guerra entre Estados.
Es así que cuando nos referimos a “ la propiedad”, por ejemplo, estamos dentro del
campo jurídico, además del económico. La vieja frase de Thomas Hobbes : “
homo homini lupus” : “ el hombre es lobo del hombre”, cobra nueva vigencia en
la cues ón de sa sfacción de necesidades y de ambiciones humanas; es decir, el
tema es económico y jurídico; ya que la lucha por obtener lo necesario para la
vida, incluyendo lo innecesario, se puede transformar en caos que solo el
Derecho será capaz de hacerle frente, a través de las leyes, cuyo concurso es
imprescindible para armonizar y ordenar ese combate que puede derivar en
violencia, porque la Economía no basta para poner orden en una sociedad en
cuanto a la sa sfacción de necesidades y la ambición de riqueza; razón por la cual
interviene o nace el Derecho con el propósito de implantar normas que regulen la
convivencia humana y garanƟ cen los derechos a la saƟ sfacción de las
necesidades de cada uno de sus integrantes.
Concluimos que Economía y Derecho se involucran recíprocamente y se deberán
analizar en conjunto. Muchos actos que son vistos solo bajo el lente de lo
jurídico enen su origen y su explicación concreta inmersa en el campo
económico.
TEMA Nro. 4. EL METODO EN EL CONOCIMIENTO
DEL DERECHO
La palabra método viene del griego “meta” que quiere decir “mas allá
de”, y “hodós”, que quiere decir “camino”. El profesor A. Castex, defi ne
al método como “el conjunto de procedimientos adecuados, aplicables
a un grupo de objetos, para obtener un fi n determinado” (3).
suponer que la naturaleza está regida por leyes que siempre son las
mismas (13). Este principio es indemostrable; sin embargo, si no admi
mos que la naturaleza está regida por leyes constantes, no se puede
intentar conocerla cien fi camente, porque la ciencia busca
precisamente aquellas relaciones invariables traducidas a leyes
generales.
M. García Morente la defi ne como “un acto único del espíritu que de
pronto, súbitamente, se lanza sobre el objeto, lo aprehende, lo fi ja,
lo determina por una sola visión del alma. Intuición, viene por eso,
del la n ver”(17).
Rudolf Stammler sos ene que para inves gar el Derecho en forma
metódica y sistemá ca, es necesario acudir a un método en que se
den las caracterís cas siguientes:
1. Díaz, Esther y otros (1997) ob. cit. p. 68. ..No puede haber conocimiento
cien fi co adquirido sin un método.
2. Lastra, José Manuel (1994) ob. cit. p. 21. (cita a Carnelu ) 3. Castex,
Alberto (1965) ob. cit. p. 237.
4. Fatone, Vicente (1969) op.cit. p. 160.
5. Lastra, José Manuel (1994) ob. cit. p. 20.
6. Muñoz, Carlos (1996) ob. cit. p. 98.
7. Castex, Alberto ( 1965) ob.cit. p. 237. Cita a Pascal. En esta defi nición cabe
resaltar que se toma en cuenta que el método ene dos aspectos: - como invesƟ
gación para pasar de lo desconocido a lo conocido, y - como exposición, para
clasifi car, organizar y explicar sistemá camente los conocimientos ya adquiridos
y demostrados.
8. Ibid. p. 238. La experimentación, para muchos metodólogos es considerada
como otro método general e infalible para llegar a la verdad cien fi ca. Uno de los
primeros cien fi cos que la aplicó fue el astrónomo del siglo XVI Galileo Galilei,
quien enlazó una estructura metodológica que iba de la observación a la
hipótesis y de ahí, al experimento concreto.
9. Muñoz, Carlos (1996) ob. cit. p. 121.
10. Castex, Alberto (1965) ob. cit. p. 128. …No obstante de que el método deduc vo
es u lizado en todas las ciencias, es más apropiado para las ciencias formales
como las matemá cas, la lógica y la sica teórica, cuyas reglas básicas de
deducción son llamadas meta lógicas, tal es el caso de los principios lógicos
supremos y los axiomas del ser.
11. Muñoz, Carlos (1996) ob. cit. p. 122.
12. Bunge, Mario. (2007). “Diccionario de Filoso a”. V° edición . Ed. Siglo 21 . Argen
na . p.108-109. La inducción ordinaria y la cien fi ca siempre son problemá cas
porque suponen hipótesis que sobrepasan la observación; en cambio si se trata
de inducciones matemá cas, la conclusión es siempre demostrable
13. Fatone, Vicente (1969) ob. cit. p. 76.
14. Castex, Alberto. Ob.cit. pp 277-278
15. Del Vecchio, Giorgio (1974) ob. cit. p. 293. Los métodos gené co y compara vo,
se relacionan y confunden con el método histórico, que busca reconstruir lo
pico, lo propio de cada época y /o personaje histórico, pero sin perder la visión
del conjunto o totalidad dentro del proceso histórico inves gado; para lo que el
historiador se basará en las huellas que esta realidad o fenómeno dejó, como
ser: tes monios, documentos, monumentos., tradiciones y usos , que le permi rán
reconstruir e interpretar el hecho histórico de forma precisa y veraz. El momento
creador de la ciencia histórica está en la reconstrucción de los hechos pasados
par endo de las conclusiones que exigen hones dad e imparcialidad del
historiador, ya que en ello radica la mayor difi cultad de las ciencias históricas.
16. Ibid. p. 295.
17. García Morente, Manuel, (1964) “Lecciones preliminares de Filoso a” Ed. Diana
S.A. México, p. 34.
18. Ibid. p. 37.
19. Bascuñan Valdes, A. (1960) ob. cit. p. 126.
20. Ibid. pp. 126-127.
21. Bunge, Mario. ( 2007) Ob.cit. p. 99 … - El enfoque holís co de la realidad aplicado
como método de conocimiento, en la actualidad está de moda; y se ha extendido
a casi todos los campos del saber humano, especialmente de las ciencias
sociales, aunque ene detractores por ir expresamente en contra de las reglas del
método propugnadas por grandes fi lósofos como Descartes en su obra “El
discurso del Método” y otros. …- Mientras que el uso formal del término “holís
co” se ha u lizado en la inves gación en las úl mas décadas, el principio básico de
lo que es “holismo” ene alrededor de 200 años. Las primeras ideas sobre el
método holís co se pueden ver en los escritos de muchos teóricos, entre ellos
Rousseau, Emerson, Thoreau, Steiner , Jung y Maslow.
22. Man lla P. Benigno (1996) ob. cit. p. 35.
23. Lastra, José M. ( 1994) id. p. 21.
24. Peródomo, Rómulo (1983) “Metodología de la Inves gación jurídica” Ed.
Universidad de los Andes, Mérida-Venezuela, p. 34.
25. Castex, Alberto (1965) ob. cit. p. 230. El Derecho Natural es, ante todo, la afi
rmación de que las creencias morales enen un fundamento natural y éƟ co , que
siempre es jus fi cable y aprehendible por deducciones . El Derecho Natural
pretende ser el derecho original, genuino, correcto, propio de la naturaleza
humana, y desde luego, siempre vigente. Lo signifi ca vo del iusnaturalismo es su
preferencia por destacar básicamente la realización de valores humanos; es
pues, una concepción axiológica del derecho, antes que histórica o cultural, que
no requiere atender sólo a las formas y pasos de su elaboración, sino más bien a
sus contenidos valiosos. Por este mo vo, siempre se le contrapone al derecho
posi vo, cuya validez radica en su elaboración, aplicación y reconocimiento por
parte del Estado, donde hay predominio de los órganos del poder y en el que la
legalidad está por encima de los valores que fundamentan aquél, inclusive de la
jus cia.( N. de la A).
26. Diáz, Esther y otros (1997) ob. cit. p. 161.
27. Aguilera B. Bruno (1996) “Introducción jurídica a la Historia del Derecho”. Ed.
Civiles S.A., Madrid-España, p. 82.
28. Rodríguez A., Lino (1961) ob. cit. p. 165….
29. Muñoz, Carlos (1997) ob. cit. p. 64. En relación a lo anterior, señalamos que el
llamado “Movimiento del derecho libre” cuyo precursor fue el alemán von Bulow
en su obra “Ley y Judicatura” (1885), donde sos ene que la sola ley no puede
crear inmediatamente el Derecho, sino que es una preparación y prueba para
conseguir un orden jurídico, porque bajo el engañoso velo de una palabra legal
pueden haber varias interpretaciones, de manera que el juez deberá buscar la
interpretación más adecuada y ecuánime, según criterios propios o subje vos
como pueden ser sus sen mientos e inclinaciones, su concepción de los principios
jurídicos, y hasta las explicaciones teleológicas que como consecuencia llevarán
Julián Marías afi rma que “la Filoso a es inseparable de su historia, que
consiste en eso que han hecho los fi lósofos del pasado y que llega a
nosotros hasta hoy; en otros términos, de que la Filoso a es histórica, y
la historia de la Filoso a, es fi loso a estricta: porque es una
interpretación creadora del pasado fi losófi co, desde una fi loso a
plenamente actual”(2).
La Grecia del siglo VI a.C., estaba compuesta por una serie de ciudades
amuralladas e independientes, que formaban “Estados”. Estos
pequeños “Estados” a los que ellos llamaron “Polis”, se extendían en la
Península Helénica, en la costa de Asia Menor y al sur de Italia;
formando lo que se conocía con el nombre de Magna Grecia.
5.4. 1.- Los Sofi stas.- Vivieron alrededor del siglo V a.C., en
Atenas, ciudad principal de la Grecia clásica. Fue el primer grupo de
fi lósofos griegos que se ocuparon del problema humano, de la polí
ca y de la moral. U lizando la dialéc ca y aprovechando la facultad
racional, se ejercitaron en el lenguaje y la argumentación con fi nes
polí cos más que fi losófi cos.
Los sofi stas, con sus ideas propiciaron las siguientes enseñanzas
jurídicas que cobrarían largo alcance gracias a Platón y Aristóteles,
y en la posterior historia del pensamiento jurídico; así tenemos:
Estas leyes pueden ser escritas, porque rigen las relaciones de los
ciudadanos; y no escritas, las que proceden de un legislador
superior, y se nos dan a través de la capacidad racional (21).
Proclamó la obediencia incondicional a las leyes del Estado,
inspirándose en que las leyes humanas o Derecho posi vo y la
organización polí ca o Estado, eran indispensables para la
existencia y perfeccionamiento del ser humano. Según Sócrates
el hombre debe someterse a las leyes aunque sean injustas,
porque el Estado es una realidad é ca fundada en el orden
superior de las cosas, y dicha legi midad que lo unge, jamás queda
anulada y disminuida por errores e injus cias accidentales y
personales.(22)
21. Villoro T., Miguel (1994) ob. cit. p. 26..- ..Sócrates fue prác camente el primer fi
lósofo griego que estableció las bases de la Escuela del Derecho Natural o
Iusnaturalismo; que de una u otra forma ha seguido una tradición jurídica hasta
nuestros días.
22. Todo pensamiento fi losófi co se germina dentro del complicado tejido del “Ethos”
del fi lósofo; es decir, la totalidad de circunstancias que le rodean en el más amplio
sen do como ser: Herencia biológica y psicológica; carácter y personalidad;
costumbres y tradiciones; medio ambiente natural , social y cultural; todas ellas
cons tuyen el entramado de circunstancias y relaciones donde el pensador se
encuentra inmerso en un determinado hito histórico. (N. d.A)
Platón, (427- 347 a.C.), fue el discípulo más brillante de Sócrates, sus
obras fueron escritas bajo la forma de diálogos entre los cuales tenemos
los principales: “La República”, obra maestra del genio universal, que
trata de “lo justo” en el Estado ideal; ya que la injus cia come da con su
maestro Sócrates, afectó mucho a Platón, quien creía que solamente a
la luz de una verdadera Filoso a (ciencia) podría alcanzarse la Jus cia en
las relaciones sociales y polí cas. Para Platón, los males sociales
terminarían cuando los fi lósofos o sabios lleguen al poder, porque la
Polis o Ciudad deberá ser fundada en el conocimiento verdadero que es
estrictamente racional. Otras grandes obras platónicas fueron “Las
Leyes”, “El Banquete”, “El Sofi sta”, “El Polí co” “ El Critón”y “Apología
de Sócrates”.
6.3.1.- La Jus cia.- La Jus cia, no designa una virtud par cular en
relación con las demás virtudes, sino, que abraza a todas ellas: La
prudencia, la sabiduría, la fortaleza, la valen a, la templanza, etc. Por
lo tanto, la JusƟ cia consiste en la “armonía o equilibrio que debe
exis r entre los diversos estamentos, grupos o clases que componen el
Estado” (La República) (4). El hombre justo, es pues aquél que realiza
la integridad de los valores y de las virtudes.
Para Platón la función del gobierno debe quedar manos de los mejores.
La base de este ideal ene su raíz úl ma en el análisis de la naturaleza
humana, porque para él, la República humana no era mas que un
agregado de individuos: “En La República nos habla de cinco formas de
gobierno. Solo una es justa y legí ma: la del gobierno de los sabios, o
sea, la aristocracia del espíritu”(8).
6.5.- Comentarios.-
los libros sobre “Retórica” y “Poé ca”, “ La Gran É ca” y la “Cons tución
de los atenienses”.
parte más noble del ser humano”, su parte racional. (19). Para
Aristóteles la razón debe gobernar la conducta humana y
establecerla en un “justo medio”.
6.7.2.- La Jus cia.- Para Aristóteles, la Jus cia es sobre todo, una
virtud social, que obliga a todos a respetar el bien ajeno. Es llamada
a regir las relaciones entre los miembros de una comunidad: …“La
Jus cia es cosa de la Ciudad, ya que la Jus cia es el orden de la
comunidad civil, que consiste en el discernimiento de lo que es justo”
(Aristóteles) (22).
6.7.2.1.- Clases de Jus cia.- Comienza por dis nguir una JusƟ cia
universal, considerándola como el conjunto de todas las virtudes
que se refi eren a la comunicación y relación social. Al lado de
ella, coloca a la JusƟ cia parƟ cular, cuya observación es exigida
por la ley, porque sin las leyes no podría exis r el orden dentro de
toda sociedad. La JusƟ cia parƟ cular se manifi esta bajo las
siguientes formas:
Las leyes son generales, pero en los hechos existen casos que no
están comprendidos en la ley escrita, y dan lugar a ciertos vacíos o
“lagunas” de la ley, que serán llenados precisamente gracias a la
equidad. Dice Aristóteles: “De hecho, ésta es la razón por la cual
no todas las cosas están determinadas por la ley, es decir, que
sobre ciertas cosas no es posible formular una ley, y, por tanto,
cuando se plantean deben ser resueltas por medio de un fallo
singular”(E ca a Nicómaco) (24).
Las leyes posi vas, enen su origen en la voluntad del legislador, son
variadas y mudables, según los diversos pueblos y épocas. Su idea y fi
nalidad es siempre el principio de Jus cia, propio de la ley natural.
corrige y rec fi ca las imperfecciones del Derecho Posi vo. …“La idea
inmutable del Derecho y de la Jus cia, vive en la ley posi va, que cambia.
Toda ley posi va es un ensayo más o menos feliz, de realización de la ley
natural”(25).
La ley posi va en una colec vidad polí ca es la máxima autoridad, por eso
Aristóteles la conceptúa como “la razón desprovista de pasión o ape
to”(27).
6.10.- Comentarios.-
Por lo que se refi ere a los conceptos de justo o de injusto, tanto Platón
como Aristóteles coinciden en que para ambos, la Jus cia es uno de los
aspectos de la virtud, porque no dis nguieron todavía “lo justo” de “lo
honesto”, es decir, no dis nguieron el Derecho de la Moral, aunque
posteriormente cada cual irá por caminos diferentes para llegar a la Jus
cia.
Los dos, son considerados como los fundadores de la ciencia polí ca.
Platón dio a la ciencia del Estado, un fundamento psicológico y meta
sico; Aristóteles, recogió de la observación de los hechos, las leyes
universales que gobiernan la vida de los Estados. Sin olvidar que son
“hijos de su empo” ambos, -maestro y discípulo-, dejaron un inmenso
legado intelectual a la humanidad en materia polí ca y jurídica; buscaron
el principio unifi cador de las sociedades humanas, y supieron encontrar
Mutabilidad de la Jus cia legal o posi va, lo que no impide que sea
obligatoria.
1. Las ideas son realidades espirituales accesibles a la pura razón que no es engañosa
como el conocimiento sensible que nos lleva a conocer los fenómenos de la realidad
sico-temporal, y que por supuesto conduce a errores y falsedades, al ser un
conocimiento par cular y errado porque está inmerso en lugares y épocas. En el
sabios y justos; que son las virtudes que deben prac car especialmente las
autoridades de gobierno y los magistrados que son los encargados de que aplicar Jus
cia
22. Recaséns S., Luis (1980) “Nueva Filoso a de la interpretación del Derecho”, Ed.
Porrúa S.A., México, p. 261. Es decir, la interpretación sería:.. el discernimiento
sobre lo que debe ser y cómo debe ser.
23. Ibid. p. 262. Cita a Aristóteles
24. Pacheco, Máximo (1984) ob. cit. p. 440. Cita a Aristóteles25. Villoro T., Miguel
(1994), ob. cit. p. 35. Cita a Aristóteles 26. Ibid. p. 34.
27. Conde O., Ramón (1961) ob. cit. p. 109.
28. Vallespín, Fernando y otros, (1993) ob. cit. p. 161… “-Esta es también ley general
que debe regir entre los hombres…que cuando es uno inferior a sus semejantes…
tanto como lo son el cuerpo respecto del alma y el bruto ( animal) respecto del
hombre, y tal es la condición de todos aquéllos en quienes el empleo de las
fuerzas corporales, es el mejor y único parƟ do que puede sacarse de todo su
ser…entonces, se es esclavo por naturaleza.” ( Aristóteles) Extraído de “La Polí
ca” La nas Ed. Oruro-Bolivia. 2001. p.23
29. Villoro T., Miguel (1994) ob. cit. p. 33.
30. Conde O., Ramón (1961) ob. cit. p. 109.
31. Fischl, Johann (1968) ob. cit. p. 93.
32. 32. Ibid. pp. 93 y ss
.atural.
7.5.- Comentarios.
Cuando Grecia perdió sus an guas ins tuciones civiles, primero por la
dominación macedónica, y luego, por la romana, como también debido
a la corrupción de sus costumbres; los elementos de la tradicional vida
y espíritu griego comenzaron a descomponerse. La polis ideal tan
buscada por la fi loso a clásica, tomó caminos diferentes, especialmente
por obra de Epicuro y de Zenón alrededor del siglo III a.C.
7.3.- Comentarios.-
7.5.- Comentarios.-
Tanto los Epicúreos como los Estoicos, inves garon la Ley Natural
para deducir de ella una norma vidad que guíe al sabio en la prác
ca de su vida. Ambos tuvieron un concepto elevadísimo de la
naturaleza, aunque cada escuela la comprendería de modo
diferente, llegando a conclusiones opuestas.
Roma fue un pueblo que tanto en la vida familiar como pública, se some
a a una disciplina con ntes militares, con una rigidez y severidad que se
fue plasmando lentamente en su legislación. La vastedad de su Imperio
y las conquistas romanas de otros pueblos, necesitaron de la evolución
de una voluntad poderosa y persistente, bajo la sujeción obligatoria de
las leyes.
En su obra sobre “La Vida del Derecho”, G. Carlé refl eja con propiedad
los aspectos polí co sociales y jurídicos de la época y del pueblo
romano :“...El pueblo romano trató de extenderse por todo el mundo
Roma era una agrupación pequeña de pueblos diferentes, con una vida
esencialmente agrícola. La Ley de las Doce Tablas, tenía un carácter
tradicional y consuetudinario cons tuyendo una especie de
Jurisprudencia resultante de la observación de fórmulas y ritos de
La Jus cia era una virtud que signifi caba fuerza, energía espiritual y moral
inherente a la voluntad, y no así, un ideal como la concibieron los griegos.
La Ciencia del Derecho, se convierte para los romanos en Jurisprudencia
que se con a a los Jurisconsultos, como representantes e intérpretes de la
voluntad individual y social. (4)
Escribió los diálogos “De República”, “De Legibus” y “De Offi ciis”, donde
trató de fundamentar fi losófi camente a la legislación romana. No
elaboró una fi loso a propia, sino estudió a los fi lósofos griegos
demostrando una gran infl uencia de la escuela estoica, aunque su
pensamiento fue más bien ecléc co. Las obras de Cicerón, muestran
que el helenismo que había penetrado en la literatura y la oratoria
romanas, también comenzó a penetrar en su vida jurídica.
“La Jus cia -decía Cicerón-, es reina y señora de todas las virtudes” (7).
Su obje vo principal es el de “no causar daño a nadie”. Para él, la
disposición hacia la Jus cia es connatural al hombre como ser
racional. El verdadero Derecho o Derecho Natural; no está fundado
sobre la opinión arbitraria, sino en lo justo natural, inmutable y
necesario, del que da tes monio, la conciencia misma del hombre ”(8).
En su diálogo “De Offi ciis”, señala como injus cia, el no dejar a los
extranjeros que habiten en ciudades romanas, o prohibirles el
comercio pacífi co. También hace alusión al carácter irracional de la
violencia como recurso para resolver las disputas entre los hombres,
además de condenar la guerra que no fuese impuesta por la legí ma
defensa. El fi n primordial de toda sociedad polí ca para Cicerón debe
ser, la realización de la Jus cia en una convivencia pacífi ca y
ordenada.
8.4. 1.- La Jus cia.- La Jus cia defi nida como la “constante y
perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho” (9), será la primera
cualidad y virtud del hombre justo. La Jus cia es pues una virtud
moral, que prescribe normas de vida en las relaciones entre los
hombres. La concepción de la Jus cia hecha por Ulpiano ene dos
elementos destacables.
El vivir honestamente.
No dañar al otro, y
dar a cada uno lo suyo. (12).
El segundo y el tercero son preceptos del Derecho, mientras que el
primero -vivir honestamente-, es una regla moral, cuya sanción se
da solamente en la conciencia humana.
Durante los tres primeros siglos de la Era cris ana, se opera en el mundo
an guo una profunda transformación que afecta directamente al
pensamiento de la época. El Imperio romano se desmorona y con su
decadencia, se funden la cultura y la civilización greco-romana.
9.3.- Caracterís cas del pensamiento cris ano que infl uyeron en las ideas
jurídicas posteriores.-
Carácter universal.- En las an guas Ciudades-Estado, el individuo
encontraba una protección incues onable y casi ingenua de parte de
quienes ostentaban el poder. La posterior aparición de un Imperio
universal dirigido por un soberano remoto con poder absoluto,
unido a la insa sfacción religiosa, al idolatrar al Emperador como a
un dios, había hecho nacer una honda necesidad de religiosidad y
espiritualidad personal, apareciéndose entonces la Comunidad Cris
ana ins tuida por Dios y que comprendía a la humanidad entera, sin
dis nción de raza, sexo, nacionalidad y privilegios; porque el reino
de Dios que estableció Jesús excluía fronteras geográfi cas,
etnológicas, temporales y culturales.
La condenación de la usura.
La obra de San Pablo había dado confi guración a las doctrinas cris anas
como una religión, pero fueron los Padres de la Iglesia quienes tuvieron
a su cargo la elaboración de los cimientos de una nueva fi loso a, surgida
en el período de transición de la época an gua a la Edad Media.
Para San Agus n, una ley injusta no puede ser tal, y todo
gobernante para ser el mejor, necesariamente deberá ser cris ano:
“...Sin jus cia los reinos no son otra cosa que grandes
latrocinios...”. (San Agus n) (7).
El jusfi lósofo italiano G. Carlé, refl eja estas caracterís cas de manera
muy clara en las siguientes expresiones: “... A mi juicio, el verdadero
carácter de la Edad media, es común con todos aquellos períodos en que
se ponen los orígenes de un nuevo orden de la humanidad, o sea, de un
nuevo curso de las cosas sociales y humanas. Este consiste
esencialmente que en el hombre de la Edad Media se representan
nuevamente confundidos e indis ntos los conceptos y las ins tuciones
sobre los que se apoya la sociedad humana. Para el hombre de la Edad
Media, Dios, la Humanidad y la Naturaleza; la Religión, la Ciencia y el
Derecho; la fuerza, el consen miento y la razón; el individuo, la familia y
el Estado; el derecho de defensa, de propiedad y de libertad; la vida
religiosa, polí ca y militar; todos aquellos conceptos e ins tuciones en
suma, que para los griegos y romanos se fueron dis nguiendo y
actualizando, vuelven a confundirse e iden fi carse, unos con otros,
produciendo en la mente de la época una confusión casi primi va, de la
cual le era imposible salir, sin tener que rehacer gradualmente y en
breve lapso, la vida ya hecha en períodos anteriores de civilización…”(9).
Sus obras fueron tres: la “Summa Teológica”, la “Summa contra los GenƟ
les” y la “Summa Filosófi ca” que demuestran el caudal de una erudición
enciclopédica asombrosa, que sinte zaba las tradiciones culturales que
habían informado el mundo espiritual de la Edad Media. Santo Tomás
construyó un edifi cio dialéc co que ha resis do muchos ataques y se ha
mantenido inconmovible hasta nuestros días, ya que los escolás cos
modernos dan por aceptado que las tres “Summa” son el compendio más
acabado de la Filoso a cris ana y de la fi loso a de la Iglesia católica. Desde
el Concilio de Trento, su obra ha sido considerada como la exposición cien
fi ca insuperable de los dogmas religiosos.
Santo Tomás estudió la Jus cia desde el punto de vista del sujeto,
esto es, como virtud y como hábito, considerando así al Derecho,
como el contenido objeƟ vo de la JusƟ cia.
La JusƟ cia general o JusƟ cia legal, es aquella que según Santo
Tomás ordena todas las virtudes para la consecución del Bien
Común, y es propia de las leyes.
Santo Tomás prefería referirse a la Jus cia como “lo justo”, más
concretamente, como “lo que es justo”, o también “la cosa justa”
(res iusta). Para él, el Derecho Natural, “es antes que nada, la
exigencia ontológica concreta que es debida a alguien de acuerdo
con un orden o armonía de relaciones que todas las criaturas
deben alcanzar entre sí y respecto a Dios” (16). Por lo tanto, el
Derecho no es un ideal abstracto, sino, lo justo concreto, las
exigencias posibles e inmediatas que deben fraguarse en
relaciones concretas entre las personas.
10.5.- Comentarios.-
A la altura de La Patrís ca, la única Jus cia verdadera es la que dicta la ley
eterna o voluntad divina. El derecho posi vo es pues producto del
pecado, que ha sido ins tuido por la autoridad terrenal como un mal
irremediable; lo que se debe principalmente a la imagen de las cosas
públicas que tuvieron los primeros pensadores cris anos, quienes
vivieron una época de total decadencia de las ins tuciones del Imperio
romano, por lo que esta concepción tan pesimista del Derecho y de la
Sociedad es explicable, y de aquí también procede la idea de evadirse de
este mundo terrenal pecaminoso, para buscar la salvación en el
desprecio por todo lo mundano.
DEL RENACIMIENTO
En una cita de su obra “El Príncipe” afi rma: “A los hombres, hay que
adularlos o destruirlos. Pues de una pequeña injus cia, siempre podrán
vengarse. Pero desde la tumba, ya no se venga nadie. Así pues, si se
comete una injus cia contra alguien, debe hacerse de tal modo que él no
pueda vengarse más”(8).
2. Topasio F., Aldo (1996) “Historia del Derecho” Ed. Edeval. Valparaíso-Chile, p. 75.
3. Cabanellas, Guillermo, (1979) “Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual”. Ed.
Heliasta. Bs.As.-Argen na Tomo II, p. 359.
4. Botella, Juan y otros (1994) ob. cit. p. 122.
5. Ibid. pp. 121-122.
6. Störig, Hans (1995) ob. cit. p. 335.
7. Villoro T., Miguel (1994) ob. cit. p. 67
8. Störig, Hans (1995) ob. cit. p. 334S.
9. El Príncipe debe solo confi ar y basarse en si mismo, con la ley por un lado, pero
por el otro, la astucia, la fuerza, la violencia. La polí ca es el reino de las
apariencias, “…ya que todos ven como apareces, pero pocos palpan lo que eres” .
Sin embargo para conservar el Estado bajo su mando, el Príncipe deberá siempre
echar mano de las pasiones humanas que abundan en el pueblo: la envidia, el
odio, la codicia y ambiciones, la ingra tud y volubilidad y otros. Pero siempre
procurará no ser odiado por su pueblo : “…La mejor fortaleza es no ser odiado
por el pueblo, porque por muchas fortalezas que tengas, si el pueblo te odia, no
te salvarán”.Citas extraídas de la obra “El Príncipe”( Maquiavelo)
10. Conde O, Ramón (1961) ob. cit. p. 166.
11. Vallespín, Fernando (1995) ob. cit. p. 172.
12. Störig, Hans (1995) ob. cit. p. 330.
13. Vallespín, Fernando, (1995) ob. cit. pp. 176-177.
14. Rojas A., Víctor (1991) “Filoso a del Derecho”. Ed. Harla S.A., México, p. 231.
Dios es la autoridad.
Esta condición natural del hombre, sin leyes posi vas, no es un estado
de carencia absoluta, pues existe una ley (natural), que es propia del
género humano, que juntamente con su naturaleza social, lo
conducirá a formar la comunidad polí ca, dotándola de la fuerza coac
va que le dan las leyes, para lograr el Bien Común y la preservación
de ella misma.
Al mismo empo emergen teorías polí co-sociales, que jus fi can las polí
cas regidas únicamente por la idea del poder, sin otras consideraciones
de orden moral y religioso, que determinen e infl uyan en la conducta
de los gobernantes. Aparecen doctrinas como la del “Estado de
Violencia” de Maquiavelo; la del “Estado Comunista” de Tomás Moro;
la del “Estado Técnico” de Francisco Bacon y la del “Estado Totalitario”
de Tomás Campanella.
El siglo XVII fue llamado siglo de los grandes sistemas fi losófi cos con
pensadores inmortales como Descartes, Locke, Hobbes, Spinoza y
Leibnitz; todos ellos infl uidos por el pres gio que habían adquirido las
ciencias sicomatemá cas y las ciencias naturales en general. Sin
embargo, la mayoría de los historiadores coincide en que la Filoso a
Moderna empieza con dos grandes fi guras que iniciaron dos grandes
corrientes de pensamiento, cuya infl uencia posterior es enorme; ellos
fueron: Renné Descartes (1596-1650), de nacionalidad francesa,
fundador del Racionalismo, y Francis Bacon (1561-1626), inglés,
fundador del Empirismo.
ín mamente ligada a las matemá cas, que en aquella época era el ideal
de conocimiento universal, verdadero, perfecto y acabado.
El hombre, es defi nido por Descartes como una “res pensante” (cosa
pensante), y a par r de allí, se construirá todo su sistema fi losófi co
racionalista, que guardará una estrecha relación con el conocimiento
matemá co y el método deduc vo-racional, al extremo de que la historia
de la Filoso a moderna y todos los fi lósofos occidentales “han tenido
que depender de él (Descartes), en alguna manera, ya sea intentando
resolver los problemas que dejó planteados, o tratando de esquivar los
callejones sin salida de su sistema”(4).
Nacido en Inglaterra en 1588, más que jurista fue fi lósofo, sin embargo,
sus teorías jurídico-polí cas ofrecen gran interés histórico por la infl
uencia que ejercieron en ciertos gobernantes. Su obra “El Leviathán”
fue escrita en la época de terribles desórdenes polí cos, sociales y
bélicos de Inglaterra, ya que Hobbes vivió en uno de los períodos
cruciales de su país natal. Otra obra importante fue “Sobre la Libertad
y la Necesidad”.
La Ley Natural es una con nuación de las propias leyes sicas, por
tanto, el Derecho Natural desciende del ins nto del hombre por la
supervivencia y la conservación de sí mismo.
Por lo anterior, solo son leyes buenas, las necesarias para el bien y la
paz del pueblo, aunque limiten la libertad original de los individuos:
“La libertad de los súbditos, les es así asegurada, por el silencio
-deseable- de la ley”(13).
Además, para Locke, las normas del Derecho Natural, son garan a y
condición de paz entre los hombres que al exis r en la mente humana
como parte de su naturaleza, son independientes y anteriores a
cualquier ordenamiento posi vo. Estos derechos innatos son:
Derecho a la vida, a la libertad y a la posesión de bienes; los que a
la vez, serán fundamento de los mandatos morales de: no matar, no
violar y no robar.
14.4.- Comentarios.-
En la teoría social y polí ca de Spinoza, hay de notable el hecho de que
no obstante haber par do de una descripción del estado de naturaleza
semejante al de Hobbes, llegó a consecuencias opuestas. El mo vo de la
es bueno para todos es ley, de manera que cualquier doctrina que se oponga o
cues one este poder , será considerada como sediciosa ( extraído del Leviathán).
9. Chevalier, J. Jacques (1981) “Los Grandes Textos Polí cos”, Ed. Aguilar Ediciones,
Madrid-España, p. 61.
Sabemos que la soberanía como categoría lógico-jurídica es la potestad de
mando o de imperio que ene la autoridad para hacer cumplir la ley . En el caso
de Hobbes, la soberanía es atributo del gobernante absoluto sin discusión; pero
este concepto en el Derecho actual ene una connotación rela va. El concepto
clásico de soberanía ha sido superado ya que nadie ene el poder absoluto en sus
manos, por lo que sería mejor referirnos a la soberanía propia de los órganos de
poder estatal, dentro de sus potestades y atribuciones legales; por lo que ene
sen do hablar de soberanía en sen do clásico solo desde el punto de vista del
interés polí co en cuanto a los fi nes perseguidos por una sociedad; pero sin
pretender universalizar el concepto porque en la experiencia vemos que los
intereses polí cos son casi siempre sectarios; sin embargo, en el Derecho
Internacional, el concepto clásico de soberanía se man ene.
10. Carle, Giusseppe (1912), ob. cit. p. 271.
11. Rojas A., Victor (1991) ob. cit. p. 236.
12. Chevalier, J. Jacques (1981) ob. cit. p. 61.
13. Ibid. p. 61.
14. Del Vecchio, Giorgio (1974) ob. cit. p. 59.
15. Vallespín, Fernando y otros (1995) ob. cit. 17-18 .
Locke fue un liberal inclinado hacia una forma de gobierno democrá ca y
tolerante, lo que en la actualidad se llama : el Pluralismo Democrá co, aunque
con Locke solo se refería a las controversiales cues ones religiosas de la Reforma
Protestante. Fue el primer teórico de la libertad de cultos como punto de par da
para lograr una paz social.
16. Ibid. p. 21
17. Romero, Francisco (1967) “Historia de la Filoso a Moderna”, Ed. Fondo de Cultura
Económica, México, p. 160
18. Del Vecchio, Giorgio, (1974) ob. cit. p. 68
La idea de Locke acerca de la sociedad toma la forma de un “Contrato” mediante
el cual los individuos se reservan únicamente los derechos naturales que limitan
de una forma natural el poder soberano de la comunidad.
19. Conde O. Ramón. Cita a Locke. Ob. Cit. Pp 179-180.
20. Villoro T., Miguel (1996) ob. cit. p. 180
21. Romero, Francisco (1967) ob. cit. p. 160
22. Muñoz, Carlos (1996) ob. cit. p. 197
23. Vallespín, Fernando y otros (1995) ob. cit. pp. 34-35 24. Romero, Francisco (1967)
ob. cit. p. 162.
25. Carle, Giusseppe, (1912) ob. cit. p. 280
26. Ibid. p. 281
27. González Díaz, L. (1994) ob. cit. p. 196
28. Carle, Giusseppe, (1912) ob. cit. p. 281
15.1.- La Ilustración.-
Nacido en Francia, fue uno de los pensadores polí co-jurídicos que más
infl uirían en el pensamiento contemporáneo tanto polí co como fi losófi
co y social. Su obra “El Espíritu de las Leyes”, versa sobre el problema
de la ley en sus aspectos naturales e históricos, además de ser famosa
porque con ene su célebre teoría de la división del Poder del Estado.
Por otra parte, las ideas de separación del poder y del mantenimiento
de autonomías locales en manos de una nobleza que contrapese el
poder real, son indispensable para Montesquieu, porque él creía en
la razón y en el progreso: “dejados en libertad, los hombres enden a
hacer aquello que deben hacer”(13). Para él la libertad polí ca, no
consiste en hacer lo que uno quiera, sino hacer lo que se debe hacer
y lo que las leyes permitan. Los anteriores elementos caracterizan lo
que Montesquieu denominó, gobierno moderado, que será aquél que
asegura y garan za las libertades ciudadanas.
15.5.- Comentarios.-
Como sabemos, sus teorías del contrato social infl uirían decisivamente
en los postulados de la posterior Revolución Francesa que adoptó el
lema “Igualdad, Libertad y Fraternidad”.
Entre las obras kan anas que interesan a nuestro estudio tenemos los
escritos tulados “Para la Paz Perpetua” y “Principios Metaİ sicos de la
Doctrina del Derecho”.
Para que pueda haber conocimiento cien fi co, deberá concurrir tanto el
elemento “experimental” que es obje vo, con ngente e individual; como
el elemento formal o “a priori” que es universal y es además netamente
subje vo.
Para Kant, “la libertad es una noción meta sica que teóricamente no
puede demostrarse, porque sería conocer lo absoluto” (8); sin
embargo, en la prácƟ ca somos libres, porque si no lo fuésemos, no
se explicaría la conciencia del deber. La libertad no precede al
deber, sino más bien, es una consecuencia de él, porque sin libertad
el imperaƟ vo categórico sería un absurdo. La existencia de tal
impera vo en nosotros, solo ene sen do, cuando tenemos la
posibilidad de sa sfacerlo, es decir, cuando somos libres para
seguirlo: “Tú puedes, pues tú debes”, dice Kant, por lo que su
doctrina moral se defi ne como una “éƟ ca del deber”(9).
El Derecho no se refi ere a las reglas que nos conducen al bien absoluto,
como lo persigue la moral; sino al bien relaƟ vo del hombre; es decir,
lo considerará en sus relaciones externas y recíprocas con los demás,
porque el Derecho se manifi esta en los actos externos del hombre.
Según afi rmación de Kant, el Derecho se resume en: “El respeto mutuo
de la libertad de todos los hombres que viven en la sociedad civil”(11).
Libertad y Derecho están pues en directa relación; un acto será legal,
cuando respeta la libertad de los demás permi endo que la libertad
personal coexista con la libertad del otro.
cambio, solo impera en los actos externos del hombre, porque solo
éstos pueden impedir la coexistencia de la libertad recíproca.
16.6.- El Estado.-
Kant defi ne al Estado como “una mulƟ tud de hombres bajo leyes
jurídicas”(22), la cual deberá también ser entendida como “asociación
en virtud de un contrato en el que interviene la voluntad de todos”, (infl
uencia de Rousseau)(23). El contrato social es por tanto, el presupuesto
ideal del Estado, que se debe organizar como una síntesis de la libertad
humana.
1. Urdanoz, Teófi lo (1975) “Historia de la Filoso a” Tomo IV. Ed. La Católica S.A.
Madrid-España. p. 9.
2. Verneaux, R. (1978) “Immanuel Kant” Ed. Magisterio Español, Madrid-España. p.
64.
3. Carle, Giusseppe (1912) ob. cit. p. 282.
4. Ibid. p. 282.
5. Del Vecchio, Giorgio (1974) ob. cit. p. 96.
En otras palabras: Que lo que tu hagas, puedan hacerlo todos y no perjudique a
nadie; o que tu conducta al no perjudicar ni hacer daño, pueda servir de modelo
o ejemplo para la conducta de los otros.
6. Fischl, Johan (1968) ob. cit. p. 315.
7. Urdanoz, Teófi lo (1975) ob. cit. p. 78.
8. Gonzalez Díaz, L.F. (1994) ob. cit. p. 221.
9. Urdanoz, Teófi lo (1975) ob. cit. p. 79.
10. Villoro T., Miguel (1996) ob. cit. p. 113.
11. Carle, Giusseppe, (1912) ob. cit. p. 283.
El Derecho pertenece al reino del “ser”, se ocupa solo del mundo sico, del efecto
extrínseco del obrar ( G. del Vecchio), en cambio, la Moral pertenece al “deber
que le corresponde por Jus cia en sus relaciones con los demás,
como parte de la vida comunitaria.
Considera al Derecho como una rama más del saber humano. Busca el
conocimiento metódico y ordenado de los diversos sistemas jurídicos de
los pueblos, con la fi nalidad de alcanzar la esencia o concepto de “lo
justo”, valiéndose de deducciones, análisis, refl exiones, asociaciones,
abstracciones, observaciones, comparaciones e inducciones.
En la an güedad clásica, los dis ntos conceptos que inspiraron estas tres
escuelas están a su vez representados por tres civilizaciones: Los
griegos, que se inclinaron hacia el desarrollo de la idea del Derecho,
valiéndose de la refl exión y del razonamiento. Los romanos en
cambio, aplicaron la comparación entre normas, costumbres y usos de
los diferentes pueblos incorporados a su Imperio, interesándose
principalmente en el aspecto histórico del Derecho, y los primiƟ vos
Las cues ones delicadas y controver das del Derecho, como ser:
La pena de muerte, la eutanasia y el aborto, deberán siempre
defi nirse en base a aquellos principios de razón que le sirven
de cimiento.
El supuesto tácito de esta escuela es, que existe un orden que rige los
fenómenos del Universo, sin el cual la ciencia posi va sería imposible.
La tarea del cien fi co será la de descubrir esas leyes naturales,
avanzando desde las más simples hasta llegar a las leyes supremas
que rigen los fenómenos naturales; lo que trasladado al campo social
y humano, también se traducirá en leyes que rigen el
comportamiento social.
Para el Posi vismo, los hechos sociales son considerados como una
producción natural que se va manifestando junto con la evolución
del hombre. El Derecho, viene a ser el fruto natural de una fuerza y
necesidad que reside en la sociedad y la impulsa hacia una
transformación y desarrollo constantes.
“La Escuela posi va, por su parte, inves gando con preferencia, el
mundo sico y natural, encontró en él, las huellas de una fuerza
persistente; descubrió una ley universal que es la de la evolución, e
intentó explicar, sobre todo, los orígenes del Universo, del hombre y
de la sociedad ”.
huellas de una voluntad absoluta, ora llamada Hado o Des no, ora
Providencia; que le impulsa, -aún a su pesar-, por el camino de la
civilización; procuró determinar las constantes históricas que sigue el
género humano, para encaminarse desde los humildes orígenes que
la Escuela Posi va le asigna, hasta la noble y al sima meta, que la
Escuela ideal (racional) le señala”(4).
En la Época Moderna, se aprecia una mayor dis nción entre Polí ca,
Derecho y Moral, sin embargo, la Escuela racional, con su principal
exponente Manuel Kant, quien no obstante haber señalado las
diferencias entre Derecho y Moral, redujo el Derecho a una moral
provista de coacción, que según su propia expresión, es “aquélla que
gobierna las relaciones exteriores entre los seres humanos, y cuyo fi n
es la coexistencia de las libertades recíprocas”(6).
17.4.1.1.- Comentarios.- Henri Ba fol (12) afi rma que “la tradición
más destacada, al menos, por la fi rmeza de su orientación, es la
llamada individualista, que asigna al Derecho, como úl mo obje vo,
Con núa Burke, que los hombres que nacen y viven en el seno de
una sociedad civil, tácitamente aceptan esa sujeción a la misma,
porque se ha ido afi anzando gracias a la tradición y a las
costumbres.
Los únicos derechos humanos autén cos son los que se disfrutan
dentro de una sociedad civil, y no son naturales o innatos, sino
heredados y recibidos por tradición.
Los par darios de la Escuela histórica tuvieron pues que reconocer, que
el estudio de los hechos sería estéril si la razón no interviniera para
ordenarlos y para formular las leyes que los rigen, pero los ideales
jurídicos, no pueden ser resultado de una mera especulación racional
construida en los gabinetes de los juristas y fi lósofos, porque todo ideal
Son:
El hombre es esencialmente un ser histórico y social, surgido en la
naturaleza, que evoluciona y se desarrolla formando primero
grupos sociales y posteriormente pueblos y Estados.
18.4.- Comentarios.-
19.3.- Comentarios.-
La divinización del Estado hecha por Hegel, no ene ningún jus fi ca vo. El
Estado tendría que ser el medio o instrumento del que se sirven los
hombres para mejorar, y para la consecución de fi nes propios comunes,
no es por lo tanto, un fi n en sí mismo, como lo es el individuo. Ya en la
época de Hegel, el argumento “razón de Estado” se conver ría en
argumento polí co valedero para los déspotas que no reconocían freno
moral a sus decisiones y a sus actuaciones.
Además de sus infl uencias sobre Marx, Hegel infl uyó también en el
nazismo posterior, no solamente por la divinización que hizo del Estado,
sino también por sus teorías acerca de las guerras como “purifi cadoras” de
la humanidad. Sus ideas acerca de los “héroes”, como “agentes des nados
a la realización de la voluntad del Espíritu universal” (15), parecen haber
inspirado a Hitler en cuanto a sus tan cues onadas actuaciones históricas.
Por otro lado, y en cuanto al Derecho, “la deifi cación del Estado es
incompa ble con un régimen de verdadero Derecho, ya que esto implica
el some miento al orden jurídico, no sólo de los par culares, sino
también de las autoridades”(16). Al divinizar Hegel al Estado, hará caer
las obligaciones de todo el orden jurídico solamente sobre los
ciudadanos, quedando las autoridades que representan al Estado en
libertad de efectuar decisiones arbitrarias e ilegales. La noción del
Derecho propuesta por Hegel, fuera de su sistema idealista pierde su
sen do, puesto que el Derecho, no es la libertad, sino más bien, el
Derecho presupone la libertad, y existe como tal para regular la libertad
de los individuos dentro de un Estado.
Hegel fue un fi lósofo prolífi co, no hay área del conocimiento sobre la
que no hubiese escrito; también ha sido objeto de grandes alabanzas y
Esta ley, no es otra más que la Ley Jurídica, cuyo estudio no forma
una parte de la moral, sino lo establece una ciencia puramente
teórica, que determina el “mecanismo natural” por medio del cual
los seres libres pueden gobernar sus acciones. La producción de
este orden jurídico, para Schelling, es obra de la necesidad natural de
los hombres, que los obliga a sustraerse de la violencia
universalmente ejercida en contra de ellos.
del idealismo y del roman cismo alemán, que se habían olvidado casi
completamente del mundo real y concreto.
20.2.2.- Signifi cados del concepto “posi vo”.- El vocablo “posi vo”
ene varias acepciones que son: “posi vo”, es todo aquello que es real,
en oposición de lo nega vo que indica ausencia o irrealidad.
Entendemos también como “posi vo”, a aquello que ene sen do y u
lidad prác ca, en contraste con lo inú l o lo que no ene sen do. Por úl
mo, “posi vo” será aquello que está ahí, que no se puede negar,
rechazar, ni ignorar, como sucede con el Derecho Posi vo, como
sistema de leyes válidas en un Estado, en contraposición del Derecho
Natural. (1).
El Posi vismo iniciado por Comte, adopta prác camente los tres signifi
cados anteriores, al limitarse sólo a los hechos proporcionados en la
realidad natural y social, como también se remite a todo lo que se
reconoce como ú l de una u otra manera, o que también se puede
determinar con seguridad y precisión; esto signifi cará un franco y
abierto rechazo a las interminables y nada fruc feras disquisiciones
meta sicas de la Filoso a.
Los posi vistas, enseñados por los grandes errores en que incurrieron
los an guos, sobre todo, los que se ocuparon de las ciencias
siconaturales, los que según los seguidores de la Escuela posi va, se
habían dejado guiar -unos-, por la fantasía, -y otros-, por la excesiva
confi anza en la razón; pretendieron llegar a verdades universales y
necesarias, completamente alejadas de los hechos reales. Pero, en
general, los par darios de esta escuela, rechazan todos los
argumentos a priori-racionales, desechan también cualquier idea
innata y parecen repe r con Aristóteles que “Nada hay en el
entendimiento que antes no hubiese pasado por los sen dos” (2). Esta
Una vez determinadas las leyes que rigen los fenómenos, se buscará
como “preverlos” para orientarse y concluir en afi rmaciones cien fi
cas acerca del futuro comportamiento natural y social. Así, para
Comte, el conocimiento cien fi co debe tener una meta: “La previsión
del futuro comportamiento de la naturaleza y de la sociedad”(4).
Para el Posi vismo jurídico, la validez de las normas legales se debe única
y exclusivamente, al hecho de haber sido emi das por órganos
competentes mediante normas de procedimientos legalmente
reglamentados. Es mérito de esta corriente, el haber destacado el
valor de la seguridad jurídica que puede alcanzarse en la medida que el
legislador formula normas de signifi cación inequívoca; y por la
subordinación absoluta de aquél, a la voluntad de la ley, que se podría
compendiar en la fórmula “la ley es la ley”(18).
El profesor argen no M.A. Portela escribe que, para fi liar a un autor como
“iusposi vista”, bastará que afi rme.
Una separación entre Derecho y Moral, o entre “el ser” y “el deber
ser”.
El Posi vismo Jurídico ene mucha razón al enseñar que la ciencia del
Derecho ene que par r del Derecho Posi vo, sin embargo, sus errores
estarían en:
18. García Máynez, Eduardo (1996) “Posi vismo jurídico, Realismo sociológico y
Iusnaturalismo” Ed. Coyoacán, México, p. 14.
19. Radbruch, Gustavo (1998) “Introducción a la Filoso a del Derecho” Ed. Fondo de
Cultura Económica. México, p. 178.
20. Portela, Mario (1980) ob. cit. p. 91.
21. A alión y Vilanova (1992) ob. cit. p. 267.
22. Ibid. p. 268.
23. Muñoz, Carlos (1996) ob. cit. p. 67.
24. González Díaz, L.F. (1994) ob. cit. pp. 277-278.
25. Villoro T., Miguel (1994) ob. cit. p. 154.
26. Ibid. p. 167.
27. Ibid. p. 167.
Los rasgos comunes y caracterís cos del Posi vismo inglés son:
sino y sobre todo, por fuerzas de orden moral, que están por encima
de las estrictamente naturales.
Par endo del cálculo al que siempre se sujetarán los hombres en sus
determinaciones, Bentham estableció una clasifi cación de los
placeres y dolores, incluyendo sus gradaciones. Dicha clasifi cación a
la que concibe como una “aritméƟ ca moral”(11), servirá como guía a
cada individuo en sus actos par culares, y al legislador le servirá como
guía para la elaboración de las leyes, con una meta máxima: el
interés de la comunidad.
Proveer a la subsistencia.
Aspirar a la abundancia.
Fomentar la igualdad de oportunidades.
Mantener la seguridad de los ciudadanos, que es la más
importante. La seguridad, es el obje vo de las leyes que implica la
protección de: la persona y su “status”, el honor, y la propiedad
privada.
La existencia y efec vidad del Derecho Posi vo, se basa en la coacción,
que también es inferida del principio de u lidad social. (18).
J. Stuart Mill sos ene que la felicidad solo puede ser aquello que es
universalmente reconocido como bien; “la felicidad de cada persona es
un bien para esa persona y la felicidad general, por tanto, un bien para
el conjunto de todas las personas”(21).
Por lo tanto, para la moral u litaria, las virtudes son aquellos sen
mientos y conductas altruistas, que por fuerza del hábito, han
llegado a afi rmarse dentro del espíritu humano hasta conver rnos
en personas “benévolas para con los demás”(S. Mill)(24).
Al igual que Bentham, sos ene que los principios de la Jus cia y del
Derecho son extraídos de la experiencia, que es variable y cambiante
con la evolución de los empos.
Para Stuart Mill, lo único que podrá autorizar a los hombres, -ya sea
individual o colec vamente-, a turbar o coartar la libertad de acción
de alguno de sus semejantes, es la protección de la persona misma o
de la sociedad en su conjunto; y la única razón legí ma que puede
tener una comunidad para proceder en contra de uno de sus
miembros, es la de impedir que perjudique a los demás, porque por
encima de la protección del bien y de los intereses individuales, la
autoridad deberá proteger el bien y el interés de todos.
“La auto-conservación.
La conservación de la descendencia, y La
conservación del prójimo”(37).
Estos obje vos en conjunto vienen a ser el supremo valor de la
evolución social, que se da cuando en las relaciones de los individuos,
el altruismo ha superado al egoísmo; por lo que podemos deducir
que la vida humana es el valor principal que Spencer propone en su
fi loso a moral y polí co-jurídica
En su obra “La Jus cia”, el autor hace una exposición de sus teorías
acerca de la Jus cia, valiéndose también del método posi vo. Según
Spencer, la conducta é ca ya existe en el reino animal, porque entre
los animales se pueden observar claramente formas de conducta
Sin embargo, hay que destacar que la dirección posi vista en general,
introdujo el espíritu de observación en las ciencias humanas y sociales,
algo que antes había sido privilegio casi exclusivo de los sicos y de los
naturalistas, impulsando el progreso de estas ciencias, sobre todo en lo
referente a los orígenes de la sociedad y sus ins tuciones. También
enriqueció su lenguaje cien fi co con un gran número de términos que
hasta entonces habían sido propios de las ciencias sico-naturales.
Una de las obras que iniciaron este movimiento fue “Sobre la circulación
de la vida”, del alemán J. Molescho , en la cual se establecía el principio
materialista que dice: “No hay fuerza sin materia, ni materia sin
fuerza”(1). Otro materialista fue el profesor Haeckel, quien difundió las
teorías del inglés Charles Darwin, acerca del origen del hombre.
que son los procesos económicos los que determinan los cambios
históricos.
Marx al igual que Hegel, creía que la Historia era una eterna lucha de
fuerzas contrapuestas en proceso dialéc co de Tesis, An tesis y
Síntesis”; solo que para Hegel, eran las fuerzas espirituales y las ideas
las que determinaban la Historia; para Marx, son las fuerzas
materiales (económicas) las que la impulsan y determinan.
soledad (9), donde además, se refl eja una religiosidad cris ana
profunda y controver da.
Esta corriente tuvo el gran apoyo del Papa León XIII, con su Encíclica
“Rerum Novarum”. León XIII fue un hombre conocedor del
movimiento espiritual de su empo, que se encontraba bajo la
profunda y radical infl uencia de las ciencias modernas. Su intención
principal fue la de dar un impulso nuevo al pensamiento católico de
su empo que se había estancado, principalmente en lo que se refería
a la formación de futuros sacerdotes, es mulando además, el cul vo
de la Teología, juntamente con la Filoso a.
Como escribe H. Störig (1), cuanto más hubo avanzado nuestro siglo,
más claramente se ve que presenta una crisis de muchos valores
tradicionales y de las soluciones fi losófi cas aceptadas históricamente;
siendo quizás la más su l, aquella que proviene de la desconfi anza del
hombre post-moderno o actual, en relación a la propia capacidad para
ofrecer soluciones; toma de conciencia que se hizo más patente a par r
de la Segunda Guerra Mundial.
Al respecto, el Papa Juan Pablo II, en una de las úl mas Encíclicas de este
siglo tulada “Razón y Fe”, hace una refl exión sobre la lucha entre el
conocimiento cien fi co y las verdades de fe. Para Juan Pablo II, la
búsqueda del sen do de la vida, se hace más necesaria que nunca, por la
amenaza de la tecnología y el sen do u litario que ésta le da a la vida del
hombre, obligando a la humanidad a replantearse las preguntas más
trascendentes respecto a la existencia y al des no fi nal del ser humano
(2). Al empo que la humanidad está a punto de entrar en el Tercer
milenio, el Papa afi rma la vital importancia del compromiso de aquélla
para una honesta colaboración, y un diálogo urgente acerca de la
ecología, la paz, y la coexistencia pacifi ca de todas las razas y culturas,
dentro del marco de la fe en las enseñanzas del Evangelio.
El espíritu del fi lósofo y del cien fi co del siglo XX y comienzo del XXI es
otro que el del siglo XIX.
La Física del siglo XIX, y toda la Filoso a basada en ella, descansaba sobre
dos supuestos: la unidad e irreduc bilidad del átomo y el determinismo
o cadena causal de todos los procesos naturales, que nunca se rompía
(3), por lo que el sueño de la unidad cien fi ca propio del siglo XIX,
basado en estos supuestos, con los nuevos descubrimientos y teorías, se
ha ido perdiendo.
En el año 1900, Max Plank introdujo el concepto de “quantum” en la Física,
iniciando la marcha de las ciencias naturales a su desarrollo actual. Gracias
a esta teoría se llegará a las más profundas y remotas capas de la realidad,
donde las ciencias clásicas no alcanzaron a llegar. Además, los cien fi cos
del presente siglo se han dado cuenta de que hacer ciencia no es
solamente registrar hechos y ordenarlos en leyes, como enseñaba el Posi
vismo, ya que lo más importante es la selección de los datos, selección que
lleva en sí, una manera de elaborar el futuro, y también, una manera de
describir el pasado; lo que quiere decir que en la construcción del
conocimiento cien fi co entra no solo lo obje vo, sino también la subje
vidad del inves gador.
24.3.- La Tecnología.-
Como afi rma Ferrater Mora (10), la sociedad actual, viene a ser un
conjunto de sociedades muy diversas, porque existen sociedades
capitalistas y sociedades socialistas, también hay diferencias entre
sociedades desarrolladas y sociedades subdesarrolladas, con tradiciones
nacionales y culturas diversas. Sin embargo, haciendo abstracción de
todas las diferencias, las sociedades contemporáneas exhiben ciertos
rasgos comunes que son:
8. Frossini, Vi orio (1982) “Ciberné ca, Derecho y Sociedad” Ed. Tecnos S.A.
MadridEspaña p. 169.
9. Nicol, Eduardo (1972) “El porvenir de la Filoso a”, Ed. Fondo de Cultura
económica, México, p. 306.
10. Ferrater Mora, José (1995) “La Filoso a Actual” Ed. Alianza, Madrid-España, pp.
172-178.
11. Ibid. p. 178.
12. Bunge, Mario (1997) “E ca, Ciencia y Técnica” Ed. Sudamericana. Buenos
AiresArgen na, p. 47.
13. Bobbio, Norberto (1997) ob. cit. p. 508.
14. Jonas Hans (1995) “El Principio de Responsabilidad ó Ensayo para una E ca para
la Civilización Tecnológica” Ed. Herder, Barcelona-España. p. 174.
15. Ibid. p. 359.
16. Störig, Hans (1997) ob. cit. pp. 770-776.
17. Andorno, Roberto (1998) “Bioé ca y dignidad de la persona”. Ed. Tecnos.
MadridEspaña, p. 47.
18. Bobbio, Norberto (1997) ob. cit. p. 511.
19. Reale, Miguel (1997) “Teoría Tridimensional del Derecho” Ed. Tecnos,
MadridEspaña. p. 32.
20. Bobbio, Norberto (1997) ob. cit. p. 512.
21. Barylko, Jaime (1997) “La Filoso a” Ed. Planeta. Buenos Aires-Argen na, p. 237.
22. “Comité Internacional de la Cruz Roja”. Conferencia dictada por el delegado para
América del Sur, Sr. Jean Luc Blondel; Buenos Aires-Argen na, 1994.
A diferencia de la Filoso a del fi nal del siglo XIX que era más materialista
y posi vista, todos coinciden en que el pensamiento del presente es más
espiritualista, antropológico y meta sico.
La Axiología.
Para Bergson, la visión del mundo que nos proporciona el Posi vismo, es
sólo el aspecto superfi cial de las cosas, sacrifi cando la interioridad del
hombre, “la conciencia, la espontaneidad y la libertad” (3), porque las
ciencias sólo se refi eren al espacio, a la extensión y al empo exterior de
“los relojes” y de la Física. Sin embargo, para él, hay otro empo, “el
empo interior, heterogéneo e irreversible” (4), que es el verdadero
empo, al que Bergson llama “duración”, y que solamente lo podemos
intuir.
Entre los fi lósofos del Derecho más destacados en este tema tenemos,
al mexicano Luis Recaséns Sichés y al argen no Carlos Cossio.
Desde este punto de vista, la Jus cia se presenta como una forma
antropológica de coexistencia. Como un modo de coexisƟ r
humanamente, de estar junto con otros en el mundo, porque
siempre que los seres humanos se relacionan entre sí y viven
comunitariamente, buscan llegar a cierta rec tud que implica un
acuerdo; de otra forma, no podría exis r la relación social
armoniosa. En este sen do, “Jus cia es coordinación reglada y
Derecho es, lo justo obje vo” (38).
La fi loso a del Círculo de Viena, al igual que el posi vismo del siglo XIX,
se basa en un empirismo llevado hasta sus úl mas consecuencias, sin
embargo, difi ere del posi vismo anterior, porque atribuye importancia
fundamental a la elaboración lógica de todo dato proporcionado por la
experiencia, pero, al igual que el posi vismo, rechaza de un modo
radical, a la Meta sica como disciplina fundamental de la Filoso a. Con el
Círculo Neoposi vista de Viena, la lógica es la única manera posible de fi
losofar, porque es la única que sa sface los anhelos de una fi loso a cien
fi ca.
Para los neoposi vistas, las proposiciones metaİ sicas carecen de sen do,
porque no son verifi cables empíricamente, así como las proposiciones
de valor y las normaƟ vas son solo expresión de los sen mientos. La
única misión que se atribuye a la Filoso a, es la de analizar la estructura
y los conceptos fundamentales de las ciencias, cuya tarea queda
restringida a “describir fi able y precisamente, con el menor número
posible de contradicciones, los fenómenos observados”(40).
25.7.3.- La É ca Aplicada.- Desde fi nales del siglo XX, los temas é cos
han sigo acogidos con entusiasmo como parte de la Filoso a Actual en
cues ones prác cas tanto de la vida co diana como dentro del campo
de las ciencias y de las profesiones u ocupaciones. La éƟ ca, en el
presente, esta en todas las situaciones que suponen acƟ vidad
humana. Su desarrollo sistemá co comienza con el trabajo del fi
lósofo alemán Nicolai Hartmann con su “E ca”, y con D.D. Raphael
con su obra “Filoso a Moral”. En general, la E ca Aplicada podrá
Para Rawls, la Jus cia “es la primera virtud de las ins tuciones
sociales”(50), y ocupa en el ámbito social, un puesto similar al de la
verdad en el plano cien fi co. Así como el inves gador-cien fi co,
cuando piensa, busca la verdad; cuando el legislador y el jurista
plantean el problema de la organización social, buscan la Jus cia.
25. Jolivet, Regis (1950) “Las Doctrinas Existencialistas”. Ed. Gredos. Madrid-España,
p. 7.
26. Castex, Alberto (1965) ob. cit. p. 188.
Esa preocupación por el sen do de la vida, y el fatalismo que presentan algunos fi
lósofos existencialistas se alcanza a comprender por las circunstancias históricas
de las dos guerras que sufrió Europa; que pusieron en evidencia la endeble cons
tución humana, su fragilidad e inseguridad en cuanto a la conservación de la vida
y de la dignidad como persona, la vola lidad de los conceptos de libertad,
propiedad, igualdad que tanto se habían exaltado antes, la facilidad con que se
atropellan las leyes y los derechos, la incer dumbre del mañana; he ahí la
inquietud fundamental del existencialismo por la vida, la muerte y el sen do que
ambas puedan tener.
27. Fatone, Vicente (1977) ob. cit. p. 284.
28. Ferrater Mora, José (1997) cita a Copleston ob. cit. p. 61.
29. Störig, Hans (1997) ob. cit. p. 657.
30. Castex, Alberto (1965) ob. cit. p. 189.
31. Marías, Julian (1965) ob. cit. p. 422.
32. Barylko, Jaime (1997) ob. cit. p. 227.
33. Fischl Johann (1968) ob. cit. p. 512.
34. Conde O., Ramón (1965) ob. cit. p. 234.
35. Fischl, Johann (1968) ob. cit. p. 514.
36. Ibid.
El mundo y la sociedad que Sartre presenta al igual que otros existencialistas, es
pues, un panorama desolador y aba do. Sartre busca desesperadamente un
soporte que jus fi que nuestra existencia. La libertad humana es una condena,
revelando una antropología cuyos puntos capitales son: todo lo que llena el
mundo está en acto, nada es en sí mismo, somos meros soportes de una
existencia que nos lleva hacia la Nada ( como desaparición y negación del ser y
de la existencia), de una manera inexorable y sin escapatoria. Al estar el ser
humano condenado a ser libre, Sartre afi rma: “El hombre es una pasión inú l”…
porque la vida es un sinsen do dirigido a la muerte o aniquilación , sin alterna va
ni solución posible.
37. Verneaux, Roger (1997) ob. cit. p. 244.
38. Jolivet, Regis (1950) ob. cit. p. 304.
39. Enciclopedia Jurídica Omeba, Apéndice T. IV. ob. cit. p. 230.
40. Hartnack, Justus (1996) “Breve historia de la Filoso a”. Ed. Cátedra.
MadridEspaña, p. 260.
41. Störig, Hans (1997) ob. cit. p. 727.
42. Brugger, Walter (1995) “Diccionario de Filoso a”. Ed. Herder, Barcelona-España,
p. 252.
43. Delfgaauw, Bernard (1965) ob. cit. p. 172.
44. Ibid. p. 173.
45. Correas, Oscar (1997) “Metodología Jurídica-Introducción Filosófi ca”. Ed.
Coyoacán, México, p. 139.
26.2. 1.- La Teoría Pura del Derecho.- Cons tuye una de las mas
grandiosas y coherentes doctrinas jurídicas. El objeto primordial del
tratadista austriaco al elaborar su Teoría Pura, fue “ante todo, el de
Para Kelsen, -al igual que para Kant-, lo Absoluto está más allá de la
capacidad racional del hombre. La historia del pensamiento nos
muestra que la razón humana sólo puede acceder a valores rela vos,
ya que “un nivel de conducta humana justa, no excluye la posibilidad
de considerar que el sistema opuesto pueda ser justo también (23); de
manera que la Jus cia absoluta es “una ilusión, una de las ilusiones
eternas del hombre....Desde el punto de vista del conocimiento
racional, no existen mas que intereses humanos y, por tanto, confl
ictos de intereses. (Kelsen)(24).
26.2.4. 1.- Valor legal y Valor de jus cia.- Kelsen dis ngue entre
dos clases de valores: valores legales o jurídicos, que se limitan a
decir si una conducta es legal o ilegal; es decir, si está conforme o
no a lo es pulado por un determinado Derecho Posi vo. Pueden
ser probados por hechos y enen cabida en la Ciencia del Derecho.
En cambio, los valores de jus cia, afi rman que algo es justo o
injusto, son juicios de valor moral o polí co y presuponen una
norma que pretende ser obje vamente válida; pero, la existencia
y el contenido de dicha norma, no puede ser comprobada con
hechos, ya que se determina sólo por el deseo del sujeto que
formula el juicio; “por eso, su valor es subje vo, y toda la fi loso a
fundada sobre lo que Kelsen llama, deseo, no puede ser mas que
subje va”(28).
7. Ibid.
8. Reale G. y An seli D. ( 2002) O. cit. Pp.79 y ss 9. Kelsen, Hans (1986) ob. cit. p. 34.
10. Reale g. An sieri D. Ob. Cit. Tomo III. Pp.798-799
El nexo entre el ilícito y la sanción, no es un nexo causal entre fenómenos naturales,
que el pensamiento se limite a constatar, sino que se trata de la imputación o la
atribución, efectuada por la voluntad de alguien, de una consecuencia a un
hecho que no la causa por si mismo sino que es condición de aquélla; y lo es
porque una voluntad así lo ha dispuesto. Desde este momento se nota que “la
voluntad que quiere la consecuencia” es pues, el Estado; por lo tanto, el Derecho
se iden fi ca con el Estado, que emplea la fuerza, para impedir que en la sociedad
se emplee la fuerza. En este sen do, el Derecho es una técnica social y una
organización ( legal) de la fuerza..
11. Villoro T., Miguel (1996) ob. cit. p. 410.
12. Perez Luño, Antonio (1997) ob. cit. p. 85.
13. Ibid.
14. Kelsen, Hans (1986) ob. cit. p. 34.
15. Smith, Juan Carlos (1982) Enciclopedia Jurídica Omeba, ob. cit. Tomo XIV (Historia
del Derecho) p. 252.
16. Rojas A., Victor M. (1991) ob. cit. p. 269.
17. Ibid.
18. Pero ¿ qué es esta norma fundamental?. Para Kelsen no se trata de una norme que
se impone, sino que se presupone. Esta norma lógicamente presupuesta es la Cons
tución, porque es la “productora de derecho”. “ Es la Asamblea o el grupo de
individuos con tal potestad que han aprobado la cons tución sobre la cual se basa el
ordenamiento jurídico porque son consideradas como una autoridad productora de
derecho” ( Kelsen). Pero, si nos preguntamos, ¿ por qué es válida la cons tución?,
nos remontamos más atrás, hasta “llegar a una cons tución que es la primera que
fue dictada por un individuo usurpador o por una determinada asamblea” ( Kelsen).
La validez de esta primera norma cons tucional, resulta ser el “supuesto úl mo”
( Kelsen) del cual depende la validez de todo nuestro ordenamiento jurídico.-
Extraído de Reale, y A sieri ( 2002) ob cit. Tomo III, pp 800801. – De todo lo anterior
podemos decir que la “norma hipoté ca fundamental” de Kelsen no es otra cosa que
el conjunto de valores y principios de jus cia ( del llamado Derecho Natural) que son
“se quiera o no”, el conjunto axiológico que sustenta y fundamenta todo
ordenamiento jurídico. Kelsen, al igual que Aristóteles con relación a su maestro
Platón, pero en otro contexto cultural y cien fi co, no logró salir del “callejón
axiológico” que demuestra que los valores son creación racional e espiritual
humana, y que así, sencillamente, por más lógica-cien fi ca que sea una inves gación
no podrá alejarse y refutar lo esencialmente humano y espiritual en el Derecho
como los son la Jus cia y demás valores de naturaleza moral y también jurídica,
como el fi n primordial del derecho y la necesidad para la convivencia armónica de
los humanos; “Lo Justo”, es pues, un ideal buscado desde el nacimiento de las
primeras y rudimentarias normas jurídicas por más “injustas”, toscas y crueles que
hubieren sido, ya que allí radica también la esencia humana, y lo que nos diferencia
de los demás seres vivos. ( N. de la A.)
19.
20. Perez Luño, Antonio E. (1997) ob. cit. p. 85.
21. Smith, Juan Carlos (1982) ob. cit. p. 252.
22. Ibid.
23. Kelsen, Hans (1986) ob. cit. p. 62.
24. Kelsen, Hans (1993) “¿Qué es la Jus cia?” Ed. Planeta-De Agos ni,
BarcelonaEspaña, p. 59.
25. Ibid.
26. Ibid.
27. Ibid. p. 63.
28. Terán, Juan Manuel (1998) ob. cit. p. 351.
29. Villoro T., Miguel (1996) ob. cit. p. 416.
30. Man lla P., Benigno (1996) ob. cit. p. 106.
31. Alvarez, Mario (1995) ob. cit. p. 91.
32. VilloroT., Miguel (1996) ob. cit. p. 429.
33. VilloroT., Miguel (1996) ob. cit. p. 431.
34. Ibid.
35. Ibid. p. 428.
36. Man lla P., Benigno (1996) ob. cit. p. 106.
37. Perez Luño, Antonio E. (1997) ob. cit. p. 86.
Manifi esta su Rela vismo Jurídico al afi rmar que el orden jerárquico
de los de valores que informan al Derecho no se puede determinar
Los Fines organizados son los que existen en masa compacta, -según
el autor-, y para demostrar su inmensa variedad, basta dar algunos
ejemplos como, las asociaciones, las sociedades, los contratos, etc. La
expresión más completa de los fi nes organizados está en el Estado
que se caracteriza por el amplio uso que hace del Derecho. (14) El
Estado es la ins tución que ene el monopolio del derecho a obligar.
Derecho y Estado son inseparables: “ El Derecho es la suma total de
principios con arreglo a los cuales funciona el Estado como disciplina
de coacción”… “Una norma legal sin coacción es un fuego que no
llamea, una luz que no brilla”( Ihering) (15)
Las causas que impulsan las acciones humanas son los intereses
propios, que crean la convivencia y la sociedad.
obra del jurista alemán Eugenio Ehrlich (1862-1922), quien par a del
principio de la libre inves gación del Derecho, considerando al juez como
personalidad esencial en el proceso de su creación, ya que “es utópico
representarse al juez como un simple aparato registrador, como un
verdadero autómata jurídico, instrumento servidor del Derecho posi
vo”(22), quien además, está imposibilitado de valorar y de manejar la
equidad, en favor de la seguridad jurídica, concepción propia del
formalismo jurídico. Este movimiento tuvo como representantes
principales al nombrado jurista Francisco Geny (18711938) y al alemán
Hermann Kantorowicz (1877-1940).
Entre sus aspectos nega vos, que son muchos, a pesar del idealismo
de la mayoría de sus seguidores, hay que señalar el peligro de
disolver la necesaria obje vidad imparcial del Derecho, en una subje
vidad que pueda conducir al juez a la imposición de sus propias
convicciones personales, polí cas, o sociales, en el momento de
decidir cuáles sean los sen mientos de Jus cia predominantes en la
comunidad social; y “como una lógica derivación del riesgo anterior,
ha de subrayarse también, el riesgo de inseguridad jurídica, que
podría representar para los ciudadanos, al conver rse las sentencias
judiciales en manifestaciones de arbitrariedad en algunos casos” (26).
Jurista francés (1856-1930); entre sus obras más conocidas están: “La
Teoría de la Ins tución y de la Fundación”, “Principios de Derecho
Público” y otras.
Holmes, en su obra “The Common Law” escribe: “La vida del Derecho
no ha sido la lógica, sino la experiencia; las necesidades sen das de la
época, las teorías polí cas y morales predominantes, las intuiciones
acerca del interés público -confesadas o inconscientes-, incluso, los
prejuicios que los jueces comparten con los ciudadanos...” “El
Derecho encarna la historia del desarrollo de una nación, a lo largo
de muchos siglos, y no puede tratársele como si contuviera
únicamente los axiomas y corolarios de un libro de matemá cas.
Para saber lo que es el Derecho, es preciso saber lo que fue y lo que
ende a devenir...” “…Sólo un juez jurista, que conozca los aspectos
más remotos y generales (del Derecho), estará en situación de llenar
adecuadamente, las funciones sociales que le competen”(32).
modo conducta jurídica, por lo que se puede afi rmar que en este
sen do los valores de conducta bilateral son valores jurídicos.
Hay que destacar que Cossio puntualizó que las ideas de igualdad y
proporcionalidad son contenido básico de la Jus cia; y que todo
objeto cultural, como lo es el Derecho, es siempre suscep ble de
valoración Para ilustrar, diremos que según Cossio, las leyes no
enden a la Jus cia ya que ellas mismas encarnan o se proponen
encarnar esa Jus cia.
5. Ibid. p. 138.
6. Man lla P., Benigno (1996) ob. cit. p. 84.
7. Recaséns S., Luis (1944) ob. cit. p. 30.
8. Ibid. ob. cit. p. 382.
9. Ibid. p. 462.
10. Recaséns S., Luis (1997) “Introducción al Estudio del Derecho” Ed. Porrúa,
México. p. 283.
11. Recaséns S., Luis (1980) ob. cit. p. 284.
12. Recaséns S., Luis (1997) ob. cit. p. 278.
13. Ibid. p. 290.
14. Ibid. p. 291.
15. Ibid.
16. Ibid. p. 295.
17. Ibid. p. 297.
A nuestro modo de entender, Recaséns plantea en su “logos de lo razonable” la idea
de que el juez, al interpretar y aplicar el derecho al momento de emi r una
sentencia, estaría aplicando un nivel de conocimiento o enfoque holís co del caso
y de la norma jurídica aplicable. Porque primeramente procesará la información
de las circunstancias, mo vos, móviles y otros de importancia crucial, como las
pruebas documentales, tes fi cales, y de más datos que hubieren. Todo ello le
permi rá obtener conocimiento claro y preciso del caso para dictar sentencia
justa. Sin embargo, según Recaséns, la sentencia judicial no puede agotarse en
un silogismo resultante de la abstracción y síntesis de los datos del proceso, para
introducirlos dentro de la norma general y aplicarlos al caso concreto; puesto
que ahí no deberá limitarse la labor judicial, sino que debe ir más allá, y en
cierta forma, debe imbuirse y adentrarse mediante intuiciones valora vas ( la es
ma va jurídica ) en el conocimiento de la confi guración total del caso, lo que le
servirá como guía para la captación integral y completa del hecho an - jurídico y
del proceso a resolver o sentenciar ubicándolo dentro de un contexto más
amplio de valoraciones colec vas que están insertas en el momento histórico,
social y cultural y se relacionan interactuando dentro de un marco que no se
reduce al simple acopio de datos y pruebas. N. de la A.
18. Recaséns S., Luis (1980) ob. cit. pp. 131-ss.
19. Pacheco, Máximo (1984) ob. cit. p. 779.
20. Man lla P., Benigno (1996) ob. cit. p. 86.
21. Reale, Miguel (1984) “Introducción al Derecho”. Ed. Pirámide S.A. España. p. 69
22. Ibid. Pp. 71y ss
23. Bodenheimer, Edgar (1986) ob. cit. p. 26.
24. Kelsen, Hans (1986) ob. cit. p. 44.
25. Del Vecchio, Giorgio (1974) ob. cit. p. 327.
26. García Maynez, Eduardo (1997) ob. cit. p. 135.
27. Reale, Miguel (1997) ob. cit. p. 34.
28. Herrendorf, Daniel. (1989) “ Las Corrientes actuales de la Filoso a del Derecho”.
Ed. EDIAR. Bs. As. Argen na. Pp. 270 y ss.
29. Cossio, Carlos (1987) “Radiogra a de la Teoría Egológica del Derecho”. Ed.
Depalma, Bs.As.-Argen na, pp. 94-96.
30. Herrendorf, Daniel. (1989) Ob. cit. p. 277
31. Rodríguez Arias, Lino (1961) ob. cit. p. 184. ( cita a Cossio).
La esencia humana, radica en la libertad para actuar , es por eso que Cossio sostenía
que el Derecho es una ciencia de realidades, porque es ciencia de conductas
humanas; en palabras del autor, el hombre para el derecho es una “conducta
viviente”, y es libre en el sen do que es llevada a cabo por el “ego”, de ahí el
nombre de “Teoría Egológica del Derecho.”
32. Pacheco, Máximo (1984) ob. cit. p. 780. ( cita a Cossio)
33. Ibid. p. 781. ( cita a Cossio)
La concepción del hombre planteada por Cossio es de naturaleza fi losófi ca y
antropológica , más que jurídica. El autor elabora una clasifi cación ontológica de
índole fenomenológica. ( Se encuentra en el tema Nº 1 de la presente obra ) en
objetos o entes de la realidad que presentan sendas caracterís cas en base a tres
criterios: la existencia, la experiencia y la valoración.
33. Cossio., Carlos (1963) “La teoría Egológica del derecho: su problema y sus
problemas” Bs-As. Argen na . Ed. Abeledo Perrot ..121 y ss .- Se nota la infl uencia
de Heidegger. Cada acto humano se encuentra en dependencia recíproca y
existencial, porque es una estructura vital, en la cual aparecen cambios cuan ta
vos y cualita vos
34. Pacheco Máximo. Ob.cit. p. 87. Cita a Cossio.
35. Recaséns S., Luis (1980) ob. cit. p. 114.
36. Entre las observaciones que hace Cossio a su mentor Hans Kelsen , hay que
resaltar la que se refi ere a la estructura de la norma jurídica de Kelsen, y también,
al papel que la Teoría Pura asignaba al Derecho: como un mero instrumento
estatal sancionador, mientras que la Teoría Egológica de Cossio dis ngue en el
Derecho cuatro modos de ser: - La Facultad – La Prestación - El Entuerto ( vocablo
u lizado con frecuencia por los argen nos) y, - La Sanción . Solo en los citados
modos de ser del Derecho se puede enfocar a la conducta humana en su
coexistencia societaria. ( Extraido de Herrendorf Daniel, ( 1989) Ob. cit. pp 62-63
37. Herrendorf, Daniel. (1989) Ob. cit. p. 276 y ss.
38. Ibid
39. Cossio, Carlos (1987) ob. cit. p. 162.
40. Man lla P., Benigno (1996) ob. cit. pp. 289-291 y 329-339.
Comentarios : Los valores que pertenecen a la existencia individual o valores de
autonomía son: la seguridad, la paz y la solidaridad; los valores que
corresponden a la existencia social, son fundados por los anteriores y son: el
orden, el poder y la cooperación. Cossio toma siempre como punto de par da del
derecho y el valor, -que para él se iden fi can-, en el concepto de coexistencia;
así, - la coexistencia en cuanto a circunstancia, conduce a los valores de la
seguridad ( valor fundante) y el orden ( valor fundado). - La co-existencia en
cuanto a las personas nos conduce a los valores de la paz ( fundante) y el poder
( fundado) . – La coexistencia en cuanto a sociedad , nos remite al valor de la
solidaridad que es un valor fundante, y al valor de la cooperación, que es valor
El Prof. José F. Lorca (3), escribe que, la misión de los inves gadores
del Derecho Natural en la actualidad deberá abocarse a los temas
siguientes:
El Iusnaturalismo católico.
El Iusnaturalismo protestante, y
a. Principio de Respeto:
• Una voluntad no debe quedar nunca a merced de lo
que otro arbitrariamente disponga.
• Toda exigencia jurídica deberá ser de tal modo, que en
el obligado se siga viendo al prójimo.
b. Principio de Solidaridad:
Para Del Vecchio, los componentes del Derecho son, por una
parte, inmutables, pero por la otra, variables e históricos; sin
embargo, la infl uencia de Kant queda manifi esta cuando
escribe:“Debemos, pues, admiƟ r que el senƟ miento jurídico,
inherente a nuestra naturaleza, es una fuerza viva, originaria y
autónoma, y la fuente primera del desarrollo del Derecho” (18),
que va incorporando las exigencias de la naturaleza humana de
carácter universal, en los diversos ordenamientos posi vos. Para
Del Vecchio, el Derecho Natural y el Derecho Posi vo no son
contradictorios, sino que ambos se integran para promover el
progreso jurídico y para colmar las lagunas del Derecho PosiƟ vo.
(19)
Otro mérito del Prof. Del Vecchio, fue el de haber sido el primero
en indagar sobre “el derecho a la soledad” que actualmente es
muy discu do y discu ble bajo el concepto de“ derecho a la inƟ
midad o privacidad”. Aparentemente, pareciera contradecir la
caracterís ca sociabilidad natural que dis ngue al ser humano. Sin
embargo el autor parte de un “derecho primario a la soledad”, afi
rmando que la propia vida ene su individualidad que puede
considerarse extrasocial y extra-jurídica, que sustenta el valor
primario y absoluto de la persona humana., porque la persona no
se agota en una sociabilidad fenoménica u litaria ( para el mundo);
añadiendo que la más profunda socialidad es “la del espíritu”,
porque solo en ella la persona humana se reconoce como igual en
valores y en derechos.
(20)
un intelectual (A. Finkielkraut) sirven para “llenar los ojos y vaciar la cabeza”, convir
endo la información en un “show” con fi nes comerciales y lucra vos antes que ser
medios de información de la verdad y de difusión de valores humanos y culturales.
En la pos modernidad, el ser humano se siente cada vez más lejos de poder incidir
con sus acciones en el curso de la historia, con la convicción de que poco o nada
puede hacer para cambiar “el mundo” con su intervención, ya que la polí ca mundial
y local y los intereses económicos de los “grandes” mandan, a través de esa “cultura
de los medios” que se han conver do en otro poder mundial ante el cual las
personas se sienten y se encuentran inermes y aisladas. N. de la A
7. Varsi, Enrique ( 2001) “ Derecho Genè co”. Ed. Jur. Grijley. Lima Perú. Pp. 51 y ss
8. Beuchamp. T.L “ La razón de la Bioé ca” (1998) Milano, pp. 51 y ss.- Citado y
traducido por el Dr. Gonzalo Miranda. Publicación virtual tulada “ Problemas del
desarrollo de la BioéƟ ca” . Otra referencia: publicaciones virtuales como la tulada
“ Fundamentos fi losófi cos de la BioéƟ ca Contemporánea”.- Dra. M.Liliana Lukak.
(2007). Es un dossier de varias conferencias académicas de médicos y fi lósofos
efectuadas en Argen na por la Academia Nacional de Ciencias Morales y Polí cas.
( ver pág. Web: www.ancmyp.org.ar )
La afi rmación : “ El absurdo del rechazo de la razón: jusƟ fi cación racional de la
sinrazón” citada por el Dr. Miranda, describe crí camente a la Bioé ca como una
éƟ ca casuísƟ ca, emoƟ va e intuiƟ va, más que racional y refl exiva, donde no
prevalece el principio kan ano de que la dignidad de la persona humana radica en
la de ser un fi n en si misma. Estas situaciones actuales de nte é co y moral, que
prevalecen en las ciencias médicas y han dado origen a los temas de Bioé ca con
sus contradicciones y confl ictos morales y humanos, en gran parte se deben a la
mercan lización de la medicina y otras ciencias afi nes, donde el médico y el cien
fi co se encuentran presionados por fuerzas ajenas a su profesión como son:
intereses económicos de grandes empresas , intereses polí cos, hospitalarios, y
hasta necesidades económicas de los propios profesionales de la medicina.- Por
otra parte, la Pág. Web de la “Comisión Nacional para la Protección de los
Sujetos Humanos” en el campo de la inves gación médica ha desarrollado un
esquema de principios é cos básicos relacionados que se resumen en : 1) Respeto
a las personas
con sus derechos. 2) Benefi cencia, que siempre debe equipararse o colocarse
por encima del perjuicio; considerando además el costo- riesgo-benefi cio y 3)
Jus cia, aplicada a la selección de los sujetos para la experimentación cien fi ca.
9. El fi lósofo belga Paul Schotsmans, representante de la corriente personalista de la
Bioé ca , en un ar culo publicado como “ Acta Bioé ca XI , Nº 1 , 2005”, y
consciente de los desacuerdos en lo que se en ende por “dignidad humana”
tratando el tema del modo kan ano: “ el ser humano es un fi n en si mismo”, en lo
que respecta a las cues ones bioé cas más graves, en las que la persona ya no Ɵ ene
autonomía como es el caso del embrión, de los discapacitados, de los enfermos en
estado vegeta vos, de los enfermos mentales y otros, resume el contenido sustancial
de los problemas de esta disciplina, vale decir, de “la dignidad humana” en los
siguientes puntos : 1) Reconocimiento del otro ( paciente o embrión ) en una
relación inter-subje va. 2) Reconocimiento del valor intrínseco y la responsabilidad
va cambiará el postulado del Derecho Natural que dice: Jus cia es dar
a cada cual lo que le corresponde, por el de JusƟ cia es dar a cada
uno sus derechos. El valor de la igualdad contenido básico de la jus
cia tendrá su manifestación más evidente en la labor judicial, ya que
si la igualdad es conculcada se corre el peligro de caer en la
desigualdad y poner en peligro la vigencia de los propios derechos
como también de todos los demás derechos (7)
Toda la obra de Posner está escrita bajo la infl uencia del análisis
económico del Derecho, intentando entender o explicar las
relaciones sociales-económico-jurídicas, especialmente en otra de
sus obras:“Análisis Económico del Derecho”. En ella defi ne la efi
ciencia, como la explotación de los recursos económicos para que sa
sfagan las necesidades humanas, al considerar que la economía es
algo más que un simple instrumento; porque también al lograr la
maximización de la riqueza, ofrece un fundamento seguro y válido
para sentar las bases é cas y el desarrollo de las ins tuciones sociales.
vas; ya que desde una perspec va jurídica, esta teoría sos ene que el
mérito ocupa la idea central para la realización de la Jus cia en la
sociedad; teoría que se basa en la confi anza y la idea de que hay que
recompensar a las personas de acuerdo con los trabajos realizados, lo
cual, supone reconocer que la u lidad, la proclamación de la igualdad y
de la libertad; la búsqueda de la imparcialidad, la neutralidad, como
principios sostenidos por las anteriores tendencias, carecen de la
importancia que aquéllas les asignan, ya que para construir una teoría
de la Jus cia basada en “el mérito”, también se toman en cuenta
criterios morales resumidos en la afi rmación de que: “…Hay que tratar
a las personas como sujetos responsables de sus conductas y sus
acciones”.
Por lo anterior, la Jus cia implica que se trata a las personas como
responsables de sus acciones. Por lo tanto, se deberán
El gran aporte de todos ellos que ene en común ser juristas más que fi
lósofos, es concretamente referido al problema de distribución de
recursos y cargas, y sus discusiones y soluciones no son necesariamente
ideas abstractas y generales; son, por lo tanto, más prácƟ cas,
concretas y realistas, donde los bienes materiales entendidos en el sen
do de todo aquello necesario para alcanzar una vida digna “adquieren
la condición de instrumentos y de medios necesarios para la verdadera
perfección del ser humano”, sin los cuáles, es imposible la realización de
sus condiciones espirituales más elevadas. Además, casi todos ellos
resaltan que la alteridad de la actuación humana dentro de una
sociedad, es el substrato sobre el que se levanta o sobre el que recae
todo orden jurídico. (20)
20. Massini, Carlos L. (1980) “Polí ca, Derecho y Equidad” Ed. Jurídica de Chile, San
ago p. 20.
21. Ibid. p. 39.
22. Rodríguez A., Lino (1986) “Abogacia y Derecho” Ed. Reus, Madrid-España, p. 79.
CONCLUSIONES
I.- Algunas consideraciones previas.-
Las realidades comprobadas día a día en los úl mos empos, como son y
fueron, entre otras, las dos guerras mundiales con el exterminio de
millones de personas por prejuicios racistas, las irracionales luchas
actuales en muchos lugares del planeta; el desarrollo de la ciencia con
mo vos bélicos, la mercan lización del mundo, que lo ha conver do en un
gigantesco supermercado de propiedad de unos cuantos, donde se
vende y compra “de todo”; el consumismo y la superfi cialidad
fomentada por los medios, la pornogra a como arte y como comercio,
el trabajo indiscriminado de niños en lugares insalubres y en
condiciones aberrantes, el homosexualismo visto como un derecho sin
considerar a terceros afectados por el ejercicio de este nuevo derecho
de libertad; el eterno problema del aborto y los nuevos an concep vos
como la píldora del día después, el maltrato legal a los inmigrantes de
países pobres; el uso “ voluntario” de seres humanos en la inves gación,
el desarrollo incontrolado de la ingeniería gené ca y de la tecno-
medicina con sus ramas afi nes; anuncian la manipulación más in ma
del ser del hombre, en su pensar, en su actuar y los más sagrado que
posee: su dignidad como persona, tan defendida y preconizada por el
Derecho Natural.
Es así que nada queda asegurado y que las ins tuciones jurídico-sociales
por más bienintencionadas que fueren como también, las ins tuciones
polí cas con su ideal de jus cia y bienestar para todos, a nivel mundial y
dentro de los propios Estados, avizoran un horizonte de impotencia
En este sen do, afi rmamos que la Filoso a Jurídica nos enseña:
que razona y refl exiona, un corazón que siente y una mano que
obra.”
Desde una posición meta sica, todo lo que existe proviene de Él, de
uno u otro modo; sin embargo solo el ser humano toma conciencia
de Él, como su Creador, como su Principio y su Finalidad, lo que lo
determina como un ser que posee religión, sea cual fuere el
contenido de las creencias que sustente; gracias a la fe el ser humano
accede de manera libre y consciente a la aceptación y conocimiento
de lo inexplicable e indemostrable racionalmente: Dios, como
Creador y Principio sustentador de la existencia humana en sen do
meta sico y ontológico Esta dimensión humana, permite que el
hombre trascienda su propia naturaleza temporal y fác ca,
encontrando así el verdadero sen do a la propia vida. Por lo que
completamos nuestra afi rmación del primer punto : “… el Hombre
es una mente que razona y refl exiona, un corazón que siente, una
mano que obra, y un espíritu que trasciende hacia lo eterno.”
La Jus cia ha sido vivida mucho antes de haber sido razonada, formulada
y defi nida, porque es un aspecto de nuestra condición ontológica: la
dimensión moral de los seres humanos. Sin embargo, el modo el cómo
se ha entendido y concretado el concepto de Jus cia es pues diferente,
debido a la concurrencia de muchos factores como son las diferencias
personales, religiosas, culturales y circunstanciales de los pueblos.
Podemos notar que se dan dos sen dos primordiales de la Jus cia.
Primeramente, se la conoce como una virtud, tal como la defi ne el
romano Ulpiano: “La constante y perpetua voluntad de dar a cada uno
los suyo”, en este sen do la jus cia hace referencia inmediata al agente
humano, además de ser un hábito bueno ( virtud), que inclina la
voluntad de dar a cada cual lo que le corresponde, según el criterio de
igualdad esencial de todos los seres humanos.
Aunque el Derecho lleva consigo una serie de exigencias posi vas que
nada enen que ver con el amor y la caridad, no puede, sin embargo,
eludir la carga axiológica o de valores jurídico sociales que
ontológicamente le sirve como soporte.
( Georges Renard)
“ El Derecho, La JusƟ cia y la Libertad”
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INDICE
Dedicatorias I
Presentación de la Segunda Edición III
Prólogo VII
UNIDAD 1.-
FILOSOFIA Y FILOSOFIA DEL DERECHO 1
TEMA No. 1.- CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA FILOSOFIA 3
1.1.- La Filoso a.- 3
1.2.- Problemas fundamentales del pensamiento fi losófi co.- 6
1.3.- El punto de vista de Manuel Kant.- 12
1.4.- Defi niciones de Filoso a.- 13
1. 5.- La Filoso a y el Derecho.- 14
Notas bibliográfi cas y complementarias. 16
TEMA No. 2.- LA FILOSOFIA DEL DERECHO 17
2. 1.- La Filoso a del Derecho o Filoso a Jurídica.- 17
2.2.- Defi niciones de Filoso a del Derecho.- 19
2.3.- Partes de la Filoso a del Derecho.- 20
2.4.- Filoso a del Derecho y Derecho Natural.- 21
2. 5.- Filoso a y Filoso a Jurídica.- 27
Notas bibliográfi cas y complementarias 28
TEMA Nro. 3.- DERECHO Y CONOCIMIENTO 31
3. 1.- La Gnoseología o Teoría del Conocimiento.- 32
9. 3.- Caracterís cas del pensamiento cris ano que infl uyeron en las
ideas jurídicas posteriores.- 122 9.4.- Doctrina cris ana del
Derecho Natural.- 124 Notas bibliográfi cas y complementarias
126
UNIDAD 10.-
CONCLUSIONES 475
CONCLUSIONES 477
I.- Algunas consideraciones previas.- 477 II.- Principales conclusiones fi
nales.- 480
BIBLIOGRAFIA 497