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El establecimiento del sistema administrativo

La Audiencia de Charcas

“El Virreinato de Perú fundado en 1542, inicialmente tenía sólo a la Audiencia de Lima, con un
vasto territorio para su administración. La creación de la Audiencia de Charcas se dio en 1551,
pero fue hasta 1559 que se emitió la Cédula Real que confirmó su establecimiento; sin
embargo, el tribunal no comenzó a actuar hasta 1561. El nacimiento del tribunal no estuvo
exento de polémica ya que se argumentaba que su creación era innecesaria o peligrosa ante la
existencia previa de la Audiencia de Lima. Posteriormente se definieron sus límites: Al sur,
Tucumán, Juríes y Diaguitas, al norte, Mojos y la provincia de los chunchos, al este, las
gobernaciones que estaban en manos de Andrés Manso y de Ñuflo de Chávez. Se incluyó
también la región de Cusco. Más adelante le fueron quitadas Tucumán, Diaguitas, Juríes y
Cusco. Esta nueva jurisdicción convertía a la Audiencia de Charcas en el punto central entre la
zona alta y las tierras bajas orientadas hacia el Río de la Plata y la zona amazónica” (Bridikhina,
2015). El establecimiento de una audiencia real en La Plata y la creación del obispado de
Charcas fueron discutidos en Madrid casi de manera simultánea (Barnadas, 1973). En ambos
casos, se recurría al argumento de la enorme extensión del territorio del obispado de Cuzco,
creado en 1537, que llegaba hasta Charcas y la necesidad de contar con una nueva unidad
administrativa eclesiástica. En 1552, se le concedió el estatus legal al obispado de La Plata, que
con el tiempo, se convirtió en uno de los más grandes en América hispana (Bridikhina et al,
2015. pág. 133). Sin embargo, la creación de la Audiencia de Charcas tiene su trasfondo en la
administración de las riquezas mineras extraídas de Potosí.

La iglesia

La invasión y conquista del Abya Yala fue una acción compartida entre la Corona española y la
Iglesia Católica, las cuales no sólo de dedicaron a saquear los recursos naturales de los pueblos
originarios, sino también imponer una cultura y una religión. Para lograr este objetivo
acudieron al genocidio y la mutilación de los cuerpos, colocando como pretexto la salvación de
las almas de los nativos. Los primeros conquistadores impusieron una cristianización superficial
a los pueblos originarios. Entre 1535 y 1571, el control se volvió más riguroso por medio del
establecimiento de la Inquisición Episcopal. Se acusó a los nativos de practicar la idolatría, los
sacrificios, la brujería y hasta de antropofagia. En ese contexto, la sobreexplotación, la
propagación de la sífilis, la viruela, entre otras enfermedades; fueron acciones que ejecutó la
inquisición y erosionaron la demografía americana. Darcy Ribeiro calculó la población
originaria en unos 70 millones para 1492, la misma se redujo a sólo 3,5 millones, 150 años
después. Esta reducción causó preocupación para la Corona española, ya que significaba una
caída exponencial de la mano de obra gratuita utilizada para explotar y enajenar las riquezas
americanas. Desde el interior del poder eclesiástico el dominico, Fray Bartolomé de las Casas
criticó la explotación de los indígenas por medio de la encomienda y el trabajo en las minas,
porque era una de las causas para la aniquilación de la población. En 1520 Fray Bartolomé de
las Casas logró el reconocimiento explícito de la libertad de los indígenas. Después de varios
años y una gran campaña, Fray Bartolomé de las Casas logró que las universidades de Alcalá de
Henares y Salamanca se opusieran a la publicación del trabajo de Juan Ginés de Sepúlveda
donde se justificaba el proceso de la colonización, considerando a los indios como “seres de
segundo orden por estar contaminados por los sacrificios humanos y canibalismo”.
Argumentaba que la intervención española se dio para “enseñarles a los indios” modos de vida
más justos y humanos. La cristianización tuvo dificultades como la insuficiente preparación del
clero y su apego a lo material, la incomprensión o rechazo del mensaje cristiano por parte de
los evangelizados. Potosí en un primer momento era considerada como uno de los centros de
propagación de prácticas y creencias paganas. Este hecho fue la excusa para someter con
fuerza a los habitantes de esa región e iniciar la explotación y saqueo de la plata. Sin embargo,
una vez consolidado el trabajo minero, en el Cerro Rico de Potosí, las prácticas culturales de los
originarios fueron toleradas. En la dinámica de traducir el catecismo a idiomas indígenas, fue
Fray Domingo de Santo Tomás quien realizó una de las primeras obras en quechua “Gramática
o arte de la lengua original”. En ella fue difícil traducir la palabra Dios, por lo que deidades
como: Huiracocha, Pachacamac y Thunupa, aparecían traducidos como Dioses, Cristo o uno de
los apóstoles de acuerdo a su jerarquía. Pero en un lugar inferior al Dios único.

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