El padre de la teoría de la asociación es Edwin H. Sutherland. Este sociólogo
estadounidense, uno de los más influyentes del siglo XX, utilizó esta teoría para explicar cómo los delincuentes aprenden las motivaciones y conocimientos técnicos necesarios para delinquir, al igual que puede aprenderse cualquier otra habilidad. En su obra de 1939, Principios de Criminología, Sutherland establece el principio de asociación diferencial y afirma que el patrón de delincuencia nace de la relación entre delincuentes. Su teoría inicialmente subrayaba, además, elementos estructurales para apuntalar esa conducta criminal: la delincuencia se produce en contextos de conflicto y desorganización social, y estos son factores determinantes del carácter que define a las personas que delinquen. Casi una década después, en la revisión de su obra de 1947, eliminó este elemento, pero el autor sostenía aún que la clase social era relevante para el aprendizaje de la conducta delictiva. Una de las claves de la teoría de Sutherland es que no aborda el origen o motivación que llevan a una persona a delinquir, sino cómo aprende a hacerlo. Y ese aprendizaje se ve condicionado por la percepción que su entorno directo—amigos, familiares, colegio, televisión, medios de comunicación, etc.—tenga de las leyes: si justifica según qué conductas, la intensidad a la que una persona se ve expuesta a este tipo de mensajes y la cercanía o intimidad que comparte con personas que expresan esas interpretaciones positivas de la vulneración de la ley. Sutherland ha afirmado que los seres humanos aprenden a delinquir de los demás; cada persona asimila, forzosamente, la cultura del medio, siempre y cuando no existan a la par otros modelos culturales que se opongan. Los comportamientos humanos no se heredan, sino que se asimilan socialmente, esto quiere decir que de la misma forma que se aprenden comportamientos neutros se aprenden las conductas antisociales. Aprendidas a través de interacciones con otras personas que son las que conducen el proceso general de la socialización. Por lo tanto, la conducta criminal forma parte del proceso de aprendizaje continuo donde el delincuente aprende estrategias de supervivencia, códigos y técnicas para desarrollar su cometido. Este aprendizaje en una sociedad plural se produce de manera concomitante al aprendizaje que otros individuos hacen hacia el cumplimiento de las normas.
Los 9 principios de la teoría de la asociación diferencial
La teoría de la asociación diferencial quedaba resumida en nueve postulados: 1. El comportamiento criminal se aprende: no hereditaria, del mismo modo se puede aprender una conducta virtuosa. 2. Ese aprendizaje se realiza a través de la interacción con otros, es un proceso de comunicación: Es decir no basta el mero ejemplo, ni su consiguiente imitación. 3. El aprendizaje del comportamiento delictivo se produce en grupo y la intimidad de esas relaciones determinará la capacidad de influencia: pueden ser grupos familiares o pandillas, etc. 4. Además de aprender la conducta delictiva, la persona interioriza las razones que le llevarán a justificar la actividad ilícita y la manera de enseñar u orientar a otro hacia esa actividad delictiva: El aprendizaje incluye técnicas de ejecución del crimen, orientación de los móviles, actitudes, código de secrecía, lenguaje; calo, argot, jerga: racionalización o mecanismos de justificación o neutralización de la culpa. 5. Los motivos e impulsos que llevan hacia la conducta delictiva se aprenden a través de la interpretación favorable o desfavorable de las normas vigentes. 6. Cuando una persona tiene más interpretaciones o justificaciones favorables que desfavorables sobre la violación de la ley, se convierte en delincuente. 7. Todas las asociaciones diferenciales no son iguales, varían en intensidad, frecuencia, duración y prioridad: Se trata de procesos complejos de interacción y comunicación, por lo cual, lógicamente los contactos duraderos y frecuentes tienen mayor influencia pedagógica que otros fugaces u ocasionales. Cuanto más temprana sea la edad del socializado y más fuerte el prestigio de los agentes de socialización, más significativo es el aprendizaje. 8. El proceso del aprendizaje de comportamiento criminal a través de interacciones con otros funciona como aprender sobre cualquier otro tipo de comportamiento: Es decir que El proceso de aprendizaje de la conducta delictiva supone la asimilación de todos los mecanismos inherentes a otros procesos de aprendizaje. 9. La conducta delictiva puede ser una expresión de necesidades y valores generalizados, pero no es una concreción de ellos: El génesis de la conducta delictiva no puede ser explicada como consecuencia de las necesidades y motivaciones de los miembros de las subculturas criminales, pues también los actos virtuosos son expresión de esas mismas necesidades y motivaciones Ejemplos Repasemos un ejemplo para explicar cómo funciona la teoría de asociación diferencial. Imagine que un niño tiene padres que son ladrones de arte profesionales. Según la teoría de la asociación diferencial, es probable que el niño aprenda a robar arte. Además, aprenderán técnicas para el robo de arte de los padres y desarrollarán una actitud de aceptación hacia el robo. Veamos otro ejemplo. Digamos que otro niño crece en una región muy desfavorecida. Este niño se asocia con miembros de pandillas y aprende peleas callejeras y crimen, por lo que desarrolla técnicas para el crimen y acepta el estilo de vida después de salir con los miembros de la pandilla.
Los delitos de cuello blanco y la asociación diferencial
La teoría de Sutherland sirve como modelo para explicar la criminalidad en personas que pertenecen a clases medias y privilegiadas y que, a priori, no estarían empujadas por una necesidad socioeconómica hacia la conducta criminal. Si bien el comportamiento delictivo estaba vinculado a situaciones de desestructuración social o problemas mentales, Sutherland acuña el término “delito de cuello blanco” para definir aquellas conductas ilícitas que comete alguien aprovechando su situación de poder que le otorga su situación socioeconómica. A través de su teoría de la asociación diferencial, el sociólogo sostiene que las conductas delictivas se aprenden, que el individuo está condicionado por su entorno y aprende de él la manera de cometer delitos, sus ventajas y justificaciones. Las teorías criminológicas abordan las circunstancias en que se comete un delito para dar respuesta a las motivaciones del infractor y ofrecer medidas restaurativas, acciones preventivas y tratamientos resocializadores. La teoría de la asociación diferencial y otras que han sido clave a lo largo del último siglo son parte de la materia que se estudia en el grado en criminología. El conocimiento de estas bases teóricas ayudará al futuro criminólogo a desarrollar su labor de investigación con diligencia y profesionalidad. Refiriéndose a esta expresión los ilícitos cometidos por sujetos de elevada condición social con relación a su actividad profesional, es así como por primera vez se afronta un aspecto de la “otra” criminalidad, relacionada con las violaciones penales efectuadas por sujetos como Empresarios, Profesionales o Administradores, los cuales pertenecen a clases sociales privilegiadas con acceso a un nivel educativo alto; lo que lleva a estudiar una nueva área de investigación criminológica basada en el conjunto de comportamiento económicos definido por las normas penales como delincuentes ,constituyendo así un aspecto de la fenomenología criminal de aquellos que detentan el poder.
Oposiciones y críticas a la teoría de asociación diferencial
A pesar de la innovación de sus postulados la teoría de la asociación diferencial presenta críticas y vacíos como los expuestos en la obra de Carlos Mario Molina Arrubla los cuales se pueden resumir en: En primer lugar, Carlos Mario Arrubla considera que la teoría no explica a cabalidad lo que debe entenderse como proceso de aprendizaje del cual se habla constantemente de manera superflua, dejando así varias lagunas en el momento de su interpretación. En segundo lugar, no atiende las diferentes aptitudes individuales para el aprendizaje, ya que insiste en una explicación meramente social de la conducta delictiva, resultando insuficiente debido a que no esclarece cómo de unas condiciones iguales se pueden obtener resultados diferentes. De igual forma el autor considera que no explica las conductas criminales primigenias, es decir, los comportamientos desajustados observados por los primeros criminales, de los que se desconoce el origen de su conocimiento, puesto que estos no contaban con un marco referencial de conductas irreverentes ante la ley. Debido a los postulados expuestos por Carlos Mario Arrubla se puede reprochar la visión determinista del actuar humano que propone este autor, ya que el criminal, no es aquel que es llevado al delito porque esta biológica y psicológicamente necesitado, sino porque ha aprendido las técnicas, las motivaciones y los valores del ambiente en el cual se desarrolla y lo que lo lleva a violar la ley, atendiendo a la asociación a la cual pertenece, y frente a la cual no tiene ninguna posibilidad de elección, ubicándolo en el determinismo. Finalmente, como lo expone León Dadzinowics la principal desventaja de la teoría de la asociación diferencial, es que resulta indemostrable, ya que mientras más elaborada ha sido y al ampliar sus explicaciones, más difícil ha resultado poder verificarla.