Cuando se siente, no hace falta entender... (El Bordo)
Al escuchar el relato de un partido de fútbol, rápidamente aparecen
términos relacionados con la Matemática: promedios, porcentajes, es- tadı́sticas. Estas últimas son incluso utilizadas por los jugadores para aumentar las probabilidades de convertir un penal en gol. El segundo tiempo es llamado “tiempo complementario”, ya que es el tiempo que falta jugar para llegar a los 90 minutos, al igual que ocurre con los “ángulos complementarios” que suman 90 grados. Y, hablando de esto, “la metió en el ángulo” es otra expresión frecuente. En el diseño de la cancha aparecen figuras geométricas, como rec- tángulos y circunferencias. Lo mismo ocurre en el diseño de la pelota, cuya superficie se compone de pentágonos y hexágonos regulares. En muchos torneos, como en la Copa del Mundo, compiten 32 equi- pos, de los cuales 16 llegan a octavos de final, 8 pasan a cuartos, 4 a la semifinal y solo 2 a la final, de la cual sale el único campeón. Todos estos números son potencias de 2. En todos los torneos que se definan mediante “llaves”, la cantidad de equipos que continúen participando al comenzar cada una debe ser de esta forma. Como veremos a lo largo del libro, estos y muchos otros concep- tos matemáticos están estrechamente relacionados con el fútbol. Por supuesto, estos no son necesarios para comprender un partido ni para jugarlo. Sin embargo, la analogı́a con el fútbol puede ayudar a verlos con mayor claridad y con mayor entusiasmo. Para muchas personas la matemática resulta una disciplina “lejana”, debido a su lenguaje, simbologı́a y abstracción. Poder realizar una tra- ducción en términos matemáticos de problemas que involucran expresio- nes frecuentes del lenguaje futbolı́stico, resolver lo obtenido y traducir el resultado nuevamente al lenguaje coloquial, ayuda a cargar de sentidos concretos los conceptos trabajados. El material es un complemento para el docente que desee motivar o aplicar diversos conceptos matemáticos a través de este deporte.