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LAS CATEGORÍAS DE LA
INEFICACIA EN EL DERECHO CIVIL
SUMARIO:1. Introducción. 11. La invalidez y la ineficacia. 111. Los efectos del acto o
negocio. IV. Clasificación de las ineficacias. V. Ineficacias estructurales. VI. Inefica-
cias funcionales.
nes equiparan los términos, otros los distinguen y además existen muy diversas
formas de denominar y analizar estas figuras. Así encontramos autores que utili-
zan la palabra ineficacia para referirse al fenómeno de las n~lidades,~ distin-
guiendo entre ineficacia inicial e ineficacia sobrevenida, como términos aplica-
bles a la nulidad absoluta y a la anulabilidad,3 otros autores4abordan el fenóme-
no de la ineficacia contractual refiriéndose a la fenómenos de la rescisión y del
mutuo disenso; por otro lado encontramos autores5 que sin tomar partido se re-
fieren al tema de las nulidades bajo el rubro de invalidez, dando pauta con ello
a que se considere que admiten la distinción entre invalidez e ineficacia, y en
otras latitudes hay quienes se esfuerzan por ordenar y distinguir los conceptos6
argumentando la necesidad de aclarar por lo menos la terminología a utilizar en
tan obscuros terrenos. A final de cuentas podemos señalar que existen casi tan-
tas posturas como autores se han ocupado del tema y desgraciadamente tanto en
nuestro país como en otros, el legislador ha contribuido no escasamente a las
confusiones a las que nos enfrentamos;' por si fuera poco, es menester tener
presente que al lado de la teoría de la invalidez propia del derecho de las obli-
gaciones se han desarrollado reglas especiales para los actos de familia8 y para
los actos mortis causa.9
Que son la gran mayoría de las autores consultados; entre ellos, destacan DÍEz-PICAZO, Luis
y GULLÓN,Antonio, Sistema de derecho civil, volumen 11, Tecnos, Madrid, 1998, pp. 102 y SS.
LETEDEL Río, José M., Derecho de las obligaciones, volumen 11, Tecnos, Madrid, 1998,
pp. 113 y SS.
LASARTE, Carlos: Principios de derecho civil, volumen 111, Marcial Pons, Madrid, 2003,
pp. 164 y SS.
GALGANO, Francesco, El negocio jurídico, Tirant lo Blanch, Valencia, España, 1992.
ZANONNI, Eduardo, Ineficacia y nulidad de los actos jurídicos y procesales, Astrea, Bue-
nos Aires, 2004.
' Tal y como lo dice LACRUZ BERDEJO (Elementos de derecho civil, tomo 1, volumen 3, Ma-
drid, 1999, p. 25 l): "el propio código no ayuda en exceso, pues utiliza la palabra nulidad para de-
signar en general las deficiencias del negocio jurídico en sus diversas sedes, sin entrar a puntuali-
zar a qué clase de invalidez se esta refiriendo".
El caso de mayor importancia es el relativo a la ineficacia del matrimonio; el legislador ha
adoptado un sistema diverso al de la teoría de las obligaciones; para el caso del matrimonio no se
ha previsto la inexistencia, el legislador hace referencia exclusivamente a la nulidad del matrimo-
nio delimitando sus causas y luego se ha dado a la tarea de regular los efectos provocados por
cada uno de dichos supuestos. Las excepciones acogidas por el legislador son tantas y con un grado
de intensidad tan elevado; que finalmente derogan los principios más importantes de la teoría de
las obligaciones, por lo que decididamente vemos en materia de familia una nulidad especial,
de alcance y naturaleza diversa a la nulidad absoluta y a la relativa. En sentido contrario puede
verse a RICO,Fausto, GARZA,Patricio y HERNÁNDEZ, Claudio: De la Persona y de la Familia En
el Código Civil para el Distrito Federal, Ed. Porrúa; México, 2006, para quienes las nulidades del
matrimonio son nulidades absolutas, pues se trata de normas de orden publico.
En materia sucesoria existen principios y normas exclusivas de caducidad que serán anali-
zadas más adelante, pero igualmente encontramos situaciones de inexistencia por falta de forma a
Dentro del enorme y muy confuso territorio en el que nos adentramos es in-
dispensable, aunque bien sólo sea para efectos didácticos y expositivos, adoptar
una postura con relación a los términos que se van a utilizar, pues es cierto que
la confusión nace a propósito del significado jurídico que a cada vocablo la le-
gislación y la doctrina le han conferido; en este sentido a pesar de las diversas
posturas que se han adoptado podemos decir que los autores se encuentran agm-
pados en dos grandes vertientes, los que sostienen que la invalidez designa una
figura semejante pero no igual a la ineficacia, y de otro lado hay quien sostiene
que ambas palabras, si bien semánticamente son diversas, en el mundo del dere-
cho se refieren a categorías idénticas, de donde su distinción es incorrecta y por
ello innecesaria. En este tenor nos parece que lo acertado es la distinción de los
vocablos, pues como se demostrará a continuación la ineficacia no obedece ne-
cesariamente a supuestos de fi-ustración del negocio jurídico, sino que por el
contrario bien puede ser supuesto y destino de la voluntad de los sujetos.
propósito del testamento público abierto, normas de revocabilidad absoluta de testamento y por
supuesto disposiciones especiales sobre nulidades. Todo ello en conjunto nos hace ver que se trata
en verdad de una teoría especial sobre la eficacia de los actos de sucesión que desgraciadamente
exceden por mucho los limites naturales del presente trabajo; baste para ilustrar tener presente los
casos en lo que el legislador sanciona con una verdadera inexistencia alguna clausula o disposi-
ción testamentaria indicando que por ser contraria a derecho se tendrá "por no puesta" en este su-
puesto encontramos entre otros el articulo 1301.-"Las disposiciones hechas a titulo universal o
particular no tienen ningún efecto cuando se funden en una causa expresa, que resulte errónea, si
ha sido la única que determinó la voluntad del testador"; y un caso de mayor claridad lo encon-
tramos en el artículo 1478.-"La nulidad de la substitución fideicomisaria no importa la de la
institución, ni la del legado, teniéndose únicamente por no escrita la cláusula fideicomisaria"; esta
sanción, especie de nulidad de pleno derecho o inexistencia resulta impensable en la mayoría de
los contratos o convenio, pero es muy explicable a propósito de las sucesiones.
'O Lo que puede fácilmente ser acreditado con la revisión de cualquier trabajo literario sobre
la materia de las obligaciones del siglo xrx y de principios del siglo anterior, pues no existían en
esa época aún los elementos necesarios para poder siquiera distinguir completamente todas las fi-
guras que serán analizadas.
neo," quien bajo el rubro de "vicisitudes del contrato" distingue entre la invali-
dez y la ineficacia del contrato por sus causas y tiempo de presentación; así se
indica que la nulidad se genera por causa del mismo contrato y en forma conco-
mitante a su formación, mientras que la ineficacia supone la validez del contrato
y se presenta en momento posterior a la celebración del mismo. Se considera
que la invalidez tiene un origen intrínseco mientras que Ia ineficacia obedece a
cuestiones extrínsecas. Los conceptos de Messineo han sido fundamentales en
el desarrollo de la teoría a la que nosotros nos adherimos y que distingue a la
ineficacia de la invalidez del negocio jurídico. Sin embargo, según hemos ya
apuntado, existen opiniones en contra que sostienen la igualdad de los térmi-
nos1*considerando que todo acto inválido es ineficaz y que todo acto ineficaz
" MESSINEO, Francesco, Manual de derecho civil y comercial, tomo IV, pp. 516 y SS., EJEA,
Buenos Aires, 1971, señala: "Se recogen aquí, bajo el genérico nombre de "vicisitudes del contra-
to", aquellas circunstancias y aquellos eventos que pueden influir sobre la suerte del mismo. En un
primer grupo, se comprenden la invalidez en sus dos formas (nulidad y anulabilidad), la ineficacia
y la rescindibilidad, que presuponen un contrato que sea, en algún modo, viciado, o no suceptible
de producir efectos, por razones coetáneas a su nacimiento. En un segundo grupo, se comprenden
aquellos efectos que, presupuesto un contrato válidamente constituido y eficaz, sobrevengan para
alterar, de diversos modos, las relaciones entre los contratantes".
l 2 En este sentido encontramos a Casanueva Sánchez quien fundándose en la opinión de
Dkz-PICAZOseñala "En términos específicos legales, vemos que la diferenciación sustancial se
basa en la procedencia del defecto: intrínseca o extrínseca. Pero como acertadamente indica
D~Ez-PICAZO, la distinción terminológica entre ambos conceptos carece de sentido al referirnos al
negocio jurídico, puesto que el negocio inválido es siempre ineficaz; y el ineficaz es realmente in-
válido, puesto que el acuerdo que no puede alcanzar los resultados buscados con él, con lo que no
sirve para lo que se pretendía. Así que consecuentemente no es válido por que se produce un fallo
en la causa, en el porqué de su creación, fallando y faltando con ello uno de los requisitos esencia-
les de todo negocio jurídico. Pretender lo contrario es rebuscar más allá de la lógica fundamental y
de la claridad que debe rodear los conceptos del Derecho. Inválido e ineficaz son por ello concep-
tos sinónimos en cuanto se refieran a la ausencia de validez o de obtención de efectos del negocio,
se refieren exactamente a la misma hipótesis. Así realmente la gran mayoría de la doctrina los usa
como términos sinónimos o, si no es así, utilizan uno de ellos para referirse a la cuestión, ignoran-
do el otro, dando a entender con ello que no aceptan la dualidad terminológica derivada de la atri-
bución de diferentes significados a los dos términos. Además, ni el Código civil ni las leyes espe-
ciales conocen de tal distinción, la cual no ha pasado tampoco a la jurisprudencia, puesto que
tanto el uno como la otra utilizan los dos términos de modo indistinto.
"De cualquier modo esta polémica surge únicamente en cuanto al uso de los términos invali-
dez e ineficacia, y no al contenido de la teoría general a la que se refieren, el cual es el tema de
todo el resto del presente estudio. Esto es, los dos nos sirven indistintamente para designar el mis-
mo fenómeno: el choque entre lo provisto en el negocio y la legalidad. Así vemos que hacer la
pretendida diferenciación entre ambos términos no trae ninguna claridad en el orden de cosas al
que nos refiriendo aquí, sino confusión, puesto que incluso entre los autores que la aceptan no es-
tán de acuerdo en qué categorías deben caer dentro de uno u otro concepto. Con todo ello, lo más
clarificador resulta ser que ambos vocablos entren a denominar los mismos sucesos jurídicos den-
tro de esta teoría que aquí tratamos. Por ello no nos extenderemos más en esta cuestión, puramen-
te terminológica y teórica, puesto que no tiene ninguna relevancia práctica": op. cit.,pp. 18 y SS.
debe ser considerado inválido; para tomar partido al respecto, basta tener pre-
sente que en todo caso la nulidad del acto requiere la declaración judicial y
mientras ésta no sea emitida, el acto es perfectamente válido; aún más, según
veremos adelante, universalmente ha sido reconocido que el acto anulable, o
como dijéramos entre nosotros, afectado de nulidad relativa, no necesariamente
llegará a ser ineficaz pues, la acción de nulidad está sujeta a prescripción.
Por ello nosotros consideramos que la invalidez y la ineficacia son concep-
tos que aunque de alguna manera se implican entre sí, son distintos.
Como expondremos a continuación el legislador establece los requisitos
para que una manifestación de voluntad pueda ser considerada como acto o ne-
gocio jurídico; la ausencia de alguno de estos elementos ocasiona su invalidez.
Existe pues una inadecuación del supuesto fáctico con el normativo, por lo que
los efectos causados serán discordantes con los previstos en la ley. Encontramos
el primer supuesto de ineficacia: la ineficacia por invalidez del acto, a lo que la
doctrina ha llamado ineficacia por sanción, porque siendo que la manifesta-
ción de la voluntad no se adecua a las normas legales respecto de la configu-
ración del acto o contrato, el mismo orden legal reprueba o sanciona esta situa-
ción, privando de efectos en mayor o menor grado a la voluntad negocial.
Efectivamente el acto inválido será en principio ineficaz. Sin embargo, no
existe una regla de fatalidad al respecto y es muy posible que al amparo de la
misma ley el acto inválido sea eficaz, ya temporal, ya definitivamente.
En otro sentido es de reconocer que por voluntad de las partes o incluso por
naturaleza del negocio jurídico, se puede presentar una ineficacia por lo menos
de orden temporal; nos encontraremos frente actos jurídicos perfectamente váli-
dos que no despliegan efectos jurídicos; tal caso de ineficacia se presenta por
ejemplo con motivo de la condición suspensiva pues, el acto sujeto a esta moda-
lidad a pesar de ser perfectamente válido no despliega sus efectos hasta el cum-
plimiento del acontecimiento condicionante, siendo hasta ese momento un acto
jurídico completamente ineficaz.
De acuerdo con lo antes expuesto, la invalidez en el acto jurídico es causada
por la inobservancia o carencia de algún requisito previsto por la norma para la
integración del negocio, es decir una discordancia entre la voluntad y el supues-
to normativo referente a la conformación del acto o contrato; esta inobservancia
supone desde luego una violación al régimen legal por lo que es sancionada con
alguna ineficacia, misma que podrá resultar, dependiendo del elemento faltante,
nulidad (o inexistencia y nulidad absoluta), o anulabilidad (o nulidad relativa).
Precisamente esta diferenciación de nulidades, nos da pauta para recalcar la po-
sibilidad de que el acto inválido sea plenamente eficaz. Al respecto, tomando
como supuesto el caso de la falta de forma, por ejemplo en un contrato de com-
ros los efectos propios del mismo; en este sentido Lasarte14agrupa las causas de
ineficacia en los siguientes términos:
A) Invalidez: motivada por la existencia de circunstancias intrínsecas a
cualquiera de los elementos esenciales de contrato que no resultan admisibles
por el ordenamiento jurídico.
Dentro de la invalidez, según la gravedad de tales circunstancias, resulta ne-
cesario distinguir entre:
1. Nulidad o supuestos de contratos nulos;
2. Anulabilidad o supuestos de contratos anulables.
B) Ineficacia en sentido estricto: en la que deberían incluirse aquellos casos
en que por ciertos defectos o carencias extrínsecos al contrato en sí mismo con-
siderado, como acuerdo de voluntades, conllevan su falta de efectos.
Tales casos serían, al menos, los siguientes:
1. Mutuo disenso.
2. Desistimiento unilateral.
3. Resolución por incumplimiento.
4. Rescisión.
5. Revocación.
6. Acaecimiento de la condición resolutoria.
7. Falta de acaecimiento de la condición suspensiva.
La distinción realizada por el maestro nos parece puntual y si bien es cierto
encontramos más casos o supuestos de ineficacia, se trata de una clasificación
que en sí misma aporta elementos en la defensa de la diferenciación entre inva-
lidez e ineficacia; antes de entrar al análisis de cada uno de los motivos de ine-
ficacia conviene analizar, auque sea someramente, el tema correspondiente a los
efectos que puede provocar el negocio jurídico.
efectos del contrato entendemos que igualmente se hace referencia a los efectos
del acto o negocio jurídico; sin embargo, vale la pena destacar que los efectos a
los que el legislador se refiere, son exclusivamente los causados entre las partes
de la relación jurídica pero siendo que los actos o contratos surten efectos ade-
más con relación a terceros, conviene analizar ambas esferas de eficacia.
l5 Si bien es cierto que la cesión de derechos abarca tanto derechos reales como personales,
ello no aplica a la figura contraria, es decir a la cesión de deudas cuyo objeto necesariamente son
derechos crediticios en su aspecto pasivo (deuda).
cios una forma que aunque no sea la exigida por la ley permita contar con los
elementos para hacer exigibles las prestaciones del convenio; este espíritu es el
mismo que mueve la certificación o confirmación de actos o situaciones jurídi-
cas. Se trata de supuestos en los que no se crean, ni transmiten, modifican o ex-
tinguen derechos y obligaciones pero al certificar un hecho se le reviste de ma-
yor seguridad y se presenta sin lugar a dudas un cambio en la situación jurídica,
que debe ser reconocido como un efecto del acto de certificación o constata-
ción. Es lo que en el derecho italiano se ha denominado negozio d'accertamento
y que tiene precisamente por principal efecto la certificación o fijación de una
situación jurídica.
Vamos a exponer dos ejemplos para ilustrar de la mejor manera la situación
a al que nos referimos.
El llamado reconocimiento de deuda se trata de un acto jurídico unilateral,
mediante el cual el deudor acepta la existencia y validez de una deuda en contra
suya y a favor de un tercero; se entiende que el adeudo reconocido tiene su ori-
gen en un acto o hecho distinto y anterior al reconocimiento y que dicho acto de
reconocimiento no produce una alteración en las condiciones y características
del negocio; en todo lo caso lo único que acontece es que se dota al adeudo de
una formalidad que antes no tenía: se determina con certeza la existencia y al-
cance del negocio en cuestión y sin alterar el acto, se modifica la situación jurí-
dica de las partes; esta es la típica situación a la que nos referimos al hablar de
actos de certificación o confirmación.
En materia de derecho familiar, el cc (Art. 98 Frac. V) exige que al mo-
mento de celebrarse el matrimonio se cuente con las capitulaciones matrimonia-
les, es decir, con el convenio por el que los cónyuges determinan la situación
relativa a la propiedad y administración de sus bienes. Como se sabe, en nuestro
derecho existe la alternativa de la sociedad conyugal o de la separación de bie-
nes; esta última es la que nos interesa por ser un acto jurídico, contrato o conve-
nio, de los que constatan o certifican una situación sin crear, modificar extinguir
o transmitir derechos y obligaciones.
Sin lugar a dudas el convenio por el que se constituye la sociedad conyugal
crea y transmite derechos y obligaciones a la vez que modifica el estatuto de
cada uno de los contrayentes al establecer la coparticipación relativa a los bie-
nes que se adquieran en el futuro; sin embargo la separación de bienes no crea
entre los cónyuges derecho u obligación alguna, ni los transmite o modifica por-
que el efecto de este convenio es confirmar que cada uno de los esposos man-
tendrá la exclusiva propiedad de los bienes que a cada uno corresponde, que es
la misma situación en la que se encontraban antes de la celebración del matri-
monio. En este sentido el convenio por el que se adopta la separación de bienes
l 6 DIEZ-PICAZO: Validez e invalidez.. . -Los autores: que son los emitentes (sic) de las decla-
raciones de voluntad y los titulares de los intereses en juego, los cuales no tiene porqué coincidir
(por ejemplo, si están en representación). -Los destinatarios: que son los beneficiarios de las dis-
posiciones contenidas en el mismo o a quienes están dirigidas o tienen que recibir las declaracio-
nes formuladas. -Los cointeresados en la formación del negocio. -Los totalmente extraños o
ajenos a él; p. 30.
l 7 En este sentido véase CASANUEVA SANCHÉZ:"La eficacia sobre terceros lo que no puede
es ser de la misma trascendencia que para las partes, y de hecho no lo es. Para estos últimos se
produce de forma directa, mientras que para los primeros es relativa o indirecta. Unicamente será
directa sobre terceros, y de una forma excepcional, cuando una norma jurídica lo preceptúe, y sólo
en la medida en que lo hace; no pudiéndose por ello, construirse una figura jurídica de carácter ge-
neral de donde resulte una eficacia directa para terceros, debido a tal excepcionalidad. Pero lo que
sí puede producir es una indirecta sobre el tercero, desarrollada a través de situaciones creadas o
modificadas por él: ésta puede ser una "eficacia refleja ", cuando un negocio jurídico repercute en
la esfera ajena en virtud de fenómeno de conexión entre diversas relaciones jurídicas, la cual se da
cuando varias de ella se encuentran o coexisten y se condicionan o bien deriva y descansa una o
unas sobre otra u otras. Si ha sido realizado por los sujetos de cualquiera de estas relaciones, de-
termina una eficacia directa en la relación entre las partes, y una refleja sobre los terceros. La que
recae en éstos puede también ser una "eficacia provocada" cuando es utilizado como fundamento
de una toma de actitud o de una pretensión por iniciativa de cualquiera de los titulares de los inte-
reses en juego. bien porque las partes funden en él una pretensión dirigida contra un tercero u
opongan su celebración a ésta última mantenida por uno de éstos frente a ellas, bien por que sea él
quien se sirva de la celebración de éste como fundamento de su demanda hacia las partes o de su
contestación a una pretensión de ellas"; op. cit., p. 3 1.
Artículo 25 del cc.
l9 Entre otros puede verse el artículo 2688 que define a la sociedad civil precisamente como
un contrato.
A pesar de los diversos criterios relativos a los tipos de ineficacia que existen,
una distinción se ha hecho paso para ser definitivamente aceptada por la litera-
tura jurídica. Se trata de la clasificación que toma como punto de partida el ori-
gen de la ineficacia, para entender la distinta finalidad que en cada caso se tiene:
así, se habla de la ineficacia estructural y de la ineficacia funcional; la primera
comprende los casos o fenómenos de invalidez en el acto, es decir la falta de in-
tegración de los elementos exigidos por la ley; la segunda se refiere a diversos
supuestos por los que un acto debidamente integrado deja de surtir efectos o de
plano no los produce. Para cada caso encontramos supuestos distintos, especial-
mente tratándose de la ineficacia funcional, según veremos a continuación.
Ineficacia estructural. Cuando la no producción de efectos jurídicos es cau-
sada por la indebida integración de los elementos o requisitos del acto jurídico,
se presenta la ineficacia estructural, es decir el acto en su conformación, inte-
gración o estructuración es deficiente para la producción de efectos de derecho;
la ineficacia en este caso obedece a la no conformación del acto; en sentido es-
tricto, siendo que los elementos del acto no están presentes, no se pudo confor-
mar el acto, por lo que no existe fuente de consecuencias jurídicas, o en todo
caso, la fuente que existe se encuentra afectada de un vicio que impide la pro-
ducción de efectos y los causados deberán ser destruidos.
Una opinión muy difundida sostiene que los casos de ineficacia estructural
(nulidades e inexistencia) operan como sanción impuesta por el legislador por el
incumplimiento de las normas relativas a la conformación de los negocios jurí-
dicos; de donde se le denomina ineficacia como sanción; frente a esta opinión
se ha elaborado la tesis que considera la falta de integración de elementos como
la causal directa de la nulidad, como si se tratara de una relación directa de
causa a efecto, de manera que la ausencia de algún requisito provoca la invali-
dez y la ineficacia de manera natural y ya no como sanción o castigo impuesto
por la ley.
No es interés nuestro debatir al respecto, entre otros motivos, porque nos
parece que ambas posturas tienen fuertes puntos de soporte, cuya conjugación
explica los motivos de la invalidez.
Es importante reiterar que el acto inválido, no es de por sí ineficaz: el acto
nulo o incluso inexistente produce sus efectos en tanto no sea declarado inválido
y en consecuencia es eficaz, aunque sea sólo temporalmente; este ha sido uno
de los más importantes argumentos para sostener que la ineficacia estructural
opera como sanción, pues finalmente es menester el reconocimiento judicial de
la no integración de elementos en el acto.20
Ineficacia funcional. Según hemos expuesto no sólo la invalidez es causal
de ineficacia, sino que existen supuestos en los que el acto válido no surte efec-
tos o bien cesa de producirlos; esta ineficacia, que ha sido denominada también
sobrevenida (en contra posición de la ineficacia estructural a la que se ha Ilama-
do inicial) ocurre por diversas causas, que van desde el incumplimiento del con-
trato hasta la defensa o protección de los derechos de tercero; además en esta
categoría encontramos igualmente actos que por virtud de la voluntad de sus au-
tores no producen efectos o dejan de producirlos en alguna circunstancia, como
ocurre en la simulación, por ejemplo.
La ineficacia funcional no es necesariamente una sanción o castigo, puesto
que puede ser incluso un elemento del acto, como ocurre por ejemplo con el
testamento, que siendo un acto mortis causa, no produce efectos en el momento
en que se integran sus elementos; los efectos se generan hasta que ha fallecido
el testador, antes de ello el testamento si bien es existente y válido es totalmente
ineficaz.
La ineficacia funcional por otro lado puede tener su origen en un acto de
voluntad que extingue los efectos de otro negocio, ese es le caso de la revoca-
ción, el mutuo disenso y otros actos que más adelante examinaremos.
V. INEFICACIAS ESTRUCTURALES
20 Igualmente este argumento ha sido utilizado para desconocer a la inexistencia, que sólo se
explicaría como un figura dogmática.
Será menester tomar como punto de partida el derecho romano, toda vez
que fue éste donde se perfilaron las figuras que nos ocupan en este apartado.
anulabilidad, es decir una ineficacia que opera ipso iure y otra que lo hace ope
exceptionis.
En este sentido, el Code determina como elementos esenciales del contrato
al consentimiento de las partes, la capacidad de contratar; el objeto y la causa 1í-
cita del contrato:
ART. 1 108.-Quatre conditions sont essentielles pour la validité d 'une con-
vention:
Le consentement de la partie qui s'oblige;
Sa capacité de contracter;
Un objet certain qui forme la matiere de l'engagernent;
Une cause licite dans l'obligation.
(ART. 1108.-Cuatro condiciones son esenciales para la validez de una con-
vención:
El consentimiento de la parte que se obliga;
Su capacidad para contratar;
Un objeto cierto que forme materia del convenio;
Una causa licita en el obligación)
Además de esta disposición se encuentran otras que se refieren a cada uno
de los requisitos antes expuestos; de manera general podemos decir que el legis-
lador francés ha dispuesto la falta de consentimiento, la falta de asistencia o re-
presentante para los incapaces, la falta de individualización de la cosas y la ili-
citud del objeto como causales de nulidad; es decir la falta de alguno de estos
requisitos hace que el acto esté viciado de manera que irremediablemente y en
cualquier momento pueda ser declarado nulo.
Además se presentan supuestos en los que se puede atacar un acto, a pesar
de cumplir con los requisitos señalados; casos como la lesión o los vicios del
consentimiento permiten que el acto sea declarado nulo a petición de parte; para
estos casos se ha reservado el término anulabilidad: se trata de una situación
muy parecida a las acciones y excepciones conferidas por el derecho pretorio en
la época clásica, o sea el otorgamiento de un acción para desestimar la exigibili-
dad de un acto que a pesar de cumplir con los requisitos legales debe ser consi-
derado como antijurídico por el daño ocasionado a una de las partes.
En el caso del derecho alemán encontramos un sistema más acabado pero
algo confuso, pues no existe un orden general que indique los requisitos de vali-
dez que se han exigido, por el contrario nos encontramos con diversos artículos
en los que de manera casuística se determinan las causales de nulidad; el BGB
confiere enorme importancia al consentimiento viciado por error, dolo o violen-
cia y en diversos supuestos se refiere a la nulidad causada por este motivo.
Es por demás conocido que el legislador italiano formuló el Codice de 1942
inexistente una vez que la nulidad sea declarada judicialmente, de donde es in-
teresante determinar el origen de esta figura que a diferencia de los códigos de
más influencia quedó regulada en nuestro cc de 1928. A continuación vamos a
proceder a la revisión de las disposiciones de nuestro cc sobre la inexistencia,
la nulidad absoluta y la nulidad relativa.
3. NULIDADABSOLUTA
pero siendo que nuestro cc ha establecido dos tipos de nulidad debió establecer-
se el tipo de nulidad a que se refiere el legislador.?'
No obstante las deficiencias indicadas, la violación de leyes de interés pú-
blico produce la nulidad absoluta del acto según se desprende de los siguientes
argumentos:
En términos de la exposición de motivos del cc la sanción por la ilicitud es
precisamente la nulidad absoluta;
Desde el derecho romano, según hemos tenido oportunidad de exponer, la
nulidad de pleno derecho, que se identifica con nuestra nulidad absoluta, proce-
de precisamente por la ilicitud;
En el derecho comparado la ilicitud junto con la falta de algún elemento
esencial provoca la nulidad absoluta; y
Finalmente hay que destacar que nuestro cc se refiere a todos los casos en
los que el acto es carente de algún requisito de validez, sancionando esta falta
con la nulidad relativa; el único supuesto no contemplado es precisamente la ili-
citud, de manera que incluso por vía de exclusión podemos afirmar que la nuli-
dad absoluta es la sanción ocasionada por la ilicitud del acto.
En nuestro derecho la nulidad absoluta no impide que el acto produzca
efectos, mismos que serán destruidos retroactivamente una vez que la nulidad
sea declarada, cualquier persona puede prevalerse de este tipo de nulidad, resul-
tando además que no se convalida por ningún acto y no prescribe.
4. NULIDADRELATIVA
La anulabilidad o nulidad relativa del acto es consecuencia de la falta de al-
gún requisito de validez en el acto jurídico, distinto de su licitud (Art.2228); es-
tamos en presencia de la misma acción conferida en el derecho romano por los
pretores para la protección de situaciones de desventaja; la nulidad relativa pro-
cede por la existencia de vicios del consentimiento, falta de capacidad para con-
tratar y falta de forma, salvo que se trate de actos solemnes.
A diferencia de la inexistencia y de la nulidad absoluta, la nulidad relativa
sólo puede ser intentada por el interesado (Art. 2229 y 2230), es decir el afecta-
do por el vicio del consentimiento, la falta de capacidad o la falta de forma; la
acción proveniente de esta nulidad es prescriptible (Art. 2236 y 2237) y el acto
2 1 Tal y como lo hace el Código Civil de Tlaxcala (Art.1251) y el de Puebla (Art. 1923), dis-
poniendo que por regla general la ilicitud del acto produce la nulidad absoluta del acto, salvo que
la ley disponga que sea la nulidad relativa; en el mismo sentido el Código de Chihuahua dispone
(Art.7) que los actos celebrados por los particulares contra las leyes prohibitivas serán nulos de
forma absoluta, salvo que la ley disponga lo contrario.
puede ser convalidado o confirmado, purgando con ello los vicios que lo afecta-
ban (Art. 2232 y 2233).
A la luz de estas ideas resulta que la invalidez, es decir la nulidad absoluta
o relativa permite que el acto surta efectos; sin embargo, en el primer caso se
trata de un acto que está destinado a ser destruido, pues la nulidad no prescribe
y puede en consecuencia ser intentada en cualquier caso, de forma que en algún
momento será destruido; por lo que hace a la nulidad relativa, el acto inválido
es eficaz y puede permanecer como tal, salvo que la acción de nulidad sea in-
tentada por el interesado dentro de los plazos de ley.
el Código Civil vigente, pasa de la inexistencia a la nulidad sin puente alguno al referir-
se precisamente al artículo 1802: "Cuando una persona, dice (Teoría de las obligacio-
nes, tomo 1, páginas 361 y 362, primera edición), celebra un contrato a nombre de otra
sin ser su representante, a ese contrato le falta uno de los elementos esenciales: el con-
sentimiento del representado. No hay hasta entonces la oferta del otro contratante; no
existe aun contrato por falta de consentimiento. Esta es, pues, la naturaleza de la nuli-
dad a que se refieren los artículos citados en el número anterior". Ahora bien, según los
artículos 2162, 2163 y 2164 del Código Civil del Estado de Hidalgo (iguales a los nu-
meros 2 180, 2 181 y 2 182 del Código del Distrito), es simulado el acto en que las partes
declaran o confiesan falsamente lo que en realidad no ha pasado o no se ha convenido
entre ellas, siendo la simulación absoluta cuando el acto simulado nada tiene de real, y
relativa cuando a un acto jurídico se le da una falsa apariencia que oculta su verdadero
carácter, no produciendo ningún efecto jurídico la simulación absoluta, mientras que en
tratándose de la relativa descubierto el acto real que la oculta, ese acto no será nulo si
no hay ley que así lo declare. Si la simulación planteada es absoluta, naturalmente que
también se plantea como herida de nulidad absoluta, según el texto legal correspondien-
te antes citado, pero que dentro del más riguroso logicismo de la teoría tripartita de la
invalidez podría ser un caso de inexistencia, por lo que tomando en cuenta que conforme
al citado artículo 2206 y el 2208 del Código Civil, bien que se trate de un caso de inexis-
tencia o bien de nulidad, la acción correspondiente es imprescriptible.
Amparo directo 8286163. Concretos Premezclados, S. A. 24 de junio de 1965. Unanimidad
de cuatro votos. Ponente: Rafael Rojina Villegas.
Sexta Época, Cuarta Parte:
Volumen XI, pagina 130. Amparo directo 2596157. Federico Baños Islas. 8 de mayo de
1958. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: Gabriel Garcia Rojas.
Nota: En el Volumen XI, página 130, la tesis aparece bajo el rubro "NULIDAD E INEXIS-
TENCIA. PRESCRIPCION
DE LA ACCION DE, POR SIMULACIÓN(LEGISLACION
DE HIDALGO).".
Véase: Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1965, Cuarta Parte, Tercera
Sala, tesis 238, página 751, bajo el rubro "MINUTA FUERZA LEGAL DE LAS.".
es el caso del Código Civil de Jalisco que en su título sexto regula a "la nulidad
y otras formas de ineficacia" disponiendo que:
ART. 1759.-La nulidad hace ineficaces los actos jurídicos, y puede ser absoluta
o relativa.
ART. 1760.-Se considera que el acto jurídico es afectado con nulidad absoluta
por falta de consentimiento, de objeto que pueda ser materia de el, o de las solem-
nidades prescritas por la ley.
6. HOMOLOGACI~N
DEL ACTO INEXISTENTE
CON UN HECHO JUR~DICO
22 ART. 1921.-E1 acto jurídico es inexistente cuando falte alguno de los elementos esencia-
les del mismo.
ART. 1922.-Son aplicables al acto juridico inexistente las siguientes disposiciones:
1. No produce efecto legal como acto jurídico;
11. Es susceptible de producir efectos únicamente como hecho jurídico;
111. No es susceptible de valer por confirmación ni por prescripción;
IV. La inexistencia puede invocarse en juicio por todo interesado; y
V. La sentencia sobre la inexistencia es declarativa.
23 ART. 73.-E1 acto juridico inexistente no producirá, como tal acto jurídico, efecto alguno;
pero si como hecho jurídico, cuando concurran los elementos necesarios a fin de que se produzca
tal supuesto.
1. MUTUODISENSO
24 En el mismo sentido Albaladejo "el desligarse por mutuo disenso supone que el contrato
aún no se consumó puesto que una vez consumado no les liga ya. Ciertamente que incluso des-
uués de consumado. cabe. mediante un nuevo contrato inverso. restablecer el estado de cosas ante-
rior al primero. Pero tal cosa no es desligarse de este primer contrato por mutuo disenso, sino sim-
plemente celebrar un segundo contrato"; ALBALADEJO, Manuel: Derecho Civil,Derecho de las
Obligaciones, volumen 1, Bosch, Barcelona, 1997, p. 469.
25 En el mismo sentido LASARTE, op. cit., p. 163.
2. DESISTIMIENTO
UNILATERAL
Sin embargo, se suele utilizar junto con una pena o cláusula indemnizatoria, de
forma que si alguna de las partes decide concluir el contrato deberá cubrir a la
otra el monto de la indemnización o pena determinada.
Este tipo de pactos si bien no son tan frecuentes, no son ilícitos. Ciertamen-
te, debe tenerse presente que la pena convencional es pactada por la partes pre-
cisamente para el caso de incumplimiento del contrato, de manera que es a to-
das luces admisible convenir desde el principio una suma para el caso del
desistimiento, incluso considerándolo un incumplimiento total del contrato.
3. RESOLUCI~NPOR INCUMPLIMIENTO
Si el tema de las ineficacias es oscuro y confuso, la resolución presenta mu-
chas más dificultades aún. Por principio de cuentas, los mismos términos reso-
lución y rescisión son utilizados algunas veces como sinónimos, mientras que
en otras ocasiones se pretende incluir algún otro término como resciliación lo
que sólo ocasiona mayor confusión a la hora de definir la naturaleza y el alcan-
ce de esta figura.
Nosotros vamos a utilizarlos en su forma más conservadora, aunque no ne-
cesariamente sea la utilizada por nuestro legislador. Reservamos, consecuente-
mente, el término resolución para la terminación del contrato, normalmente con
efecto retroactivo, en virtud del incumplimiento de alguna de las partes, o por el
acaecimiento de una condición resolutoria.
La resolución por incumplimiento es característica de los contratos bilatera-
les,26en los que las obligaciones de las partes son recíprocas, y desde la época
de la precodifícación se ha reconocido en la obligación de una parte la causa de
la otra, de tal manera que el incumplimiento equivale a la ausencia de causa en
la obligación propia. Es por ello que se ha conferido acción para extinguir el
contrato, esto es, darlo por terminado como si éste no hubiera existido, lo que
vale tanto como resolverlo.
La facultad para resolver un contrato es consecuencia natural del contrato
bilateral y se le conoce como pacto comisorio, previsto en nuestro cc en el muy
conocido artículo 1949 que señala que se trata de una facultad implícita en los
contratos bilaterales, dando opción para que se exija el cumplimiento forzado o
la resolución del contrato.
26 Tal y como lo reconoce el Código Civil del Estado de Jalisco: "ART. 1783.-Hay resolu-
ción en un contrato sinalagmático, cuando una de las partes que ha cumplido en su totalidad las
obligaciones que derivan a su cargo, da por concluida la relación contractual en virtud del mani-
fiesto incumplimiento del otro contratante. En virtud de la resolución queda privado el acto de
toda eficacia y concluidas las relaciones jurídicas existentes entre las partes".
En todo caso, es menester que quien pretenda hacer valer el pacto comisorio
haya cumplido antes con la obligación que a su vez le corresponde, pues de lo
contrario no se encontraría legitimado para exigir ninguna conducta a su contra-
parte, y podría oponerle la excepción de contrato no cumplido que se funda pre-
cisamente en el mismo artículo 1949. Por ello, el legislador se refiere "al perju-
dicado", es decir quien ya cumplió con su parte del contrato pero a quien no se
le ha cumplido. Tal es la causa por la que esta figura no es un desistimiento uni-
lateral, ya que la resolución supone el cumplimiento de la obligación, mientras
que el desistimiento -según lo hemos dicho- puede incluso ser visto como
una forma de incumplimiento de contrato.
La resolución derivada del incumplimiento provoca que el contrato deje de
surtir sus efectos. Es en este sentido, una fuente de ineficacia, destruyendo re-
troactivamente los que se hubieran presentado, tal y como si el contrato no hu-
biera existido: claro que tratándose de contratos cuya naturaleza impida retro-
traer la destrucción al momento de la celebración del contrato, la destrucción
operará sólo a futuro (es lo que algunos autores llaman resciliación, y tradicio-
nalmente, efecto ex nunc). Sin embargo, la causa de la ineficacia del contrato es
la misma.
Nuestro legislador ha incluido el llamado pacto comisorio en el capítulo de
las condiciones, siguiendo en esto nuevamente al legislador francés. En este
sentido, no debemos olvidar que algunos autores precursores de la codifica
~ión,~ '
veían en la resolución por incumplimiento la existencia de una condi-
ción resolutoria negativa, natural e implícita en los contratos bilaterales, deri-
vada de la función causal que le daban a las obligaciones de las partes. Por
ello consideraban que el incumplimiento hacía desaparecer la obligatoriedad
del contrato.
Sin embargo, actualmente no parece admisible esta postura, con todo y haber
sido la base de la elaboración del derecho de resolución por incumplimiento: en
efecto, la objeción insuperable que se presenta consiste en la facultad alternativa
conferida por el legislador, es decir, frente al incumplimiento el afectado tiene
la alternativa de optar por la ejecución forzosa del contrato o por la resolución
por incumplimiento, con lo que se advierte que la resolución no se presenta de
manera absoluta e @so iure, como ocurriría tratándose de una condición; por el
contrario, deberá ser exigida por el perjudicado y hasta se momento se rescindi-
rá el contrato.
Toca ahora referirse a la rescisión tal y como se regula en otros países, pues
en nuestro cc se confunde con la resolución por incumplimiento de contrato, de
manera que si aceptáramos esta posición, lo que hemos dicho en el punto ante-
rior sobre la resolución por incumplimiento sería perfectamente aplicable a la
rescisión. Sin embargo, la rescisión tiene un significado y desarrollo en el dere-
cho comparado diverso, pues se trata de un recurso para dejar sin efecto alguno
el contrato en el que se ha causado perjuicio a una de las partes, abusando de su
particular condición de desventaja. El típico caso de rescisión es la lesión, que
en nuestro cc da derecho a pedir la nulidad del contrato, pero tradicionalmente
es atacada mediante la acción de rescisión.
El artículo 1305 del Code dispone:
La simple lésion dome lieu a la rescision en faveur du mineur non émancipé, con-
tre toutes sortes de conventions (la lesión da lugar a la rescisión a favor del menor
no emancipado en todos los contratos).
En el mismo sentido, en el derecho español se establece como causal de res-
cisión la lesión contra el menor, siempre que exista una diferencia en las contra-
prestaciones de más de una cuarta parte (Art. 1.291). Cabe desatacar que los ac-
tos celebrados en fraude de acreedores son en el derecho español rescindibles,
mientras que como veremos nuestro cc indebidamente utilizó para este caso el
termino "nulidad". En realidad se trata de una ineficacia especial establecida a
favor de tercero de forma que no puede ser una nulidad ni una rescisión porque
la nota característica de la rescisión es el daño ocasionado a una de las partes y
no el prejuicio o engaño a terceros.
El cc confunde desafortunadamente a veces la rescisión con la nulidad o
con otras figuras: así, encontramos el supuesto en el que el vendedor por acervo
ofrezca el acervo como de especie homogénea, siendo en realidad que hay obje-
tos ocultos de especie inferior. En tal caso, estamos en presencia de un error
provocado por dolo que daría lugar a la nulidad del contrato. Sin embargo, el
cc dispone que el comprador podrá pedir la rescisión del contrato (Art.2260).
Otras ocasionas utiliza el término como sinónimo de revocación (Art.2369);
igualmente es procedente la rescisión con motivo de vicios ocultos (Art.2142).
En la mayor parte de las veces se confunde como la resolución, por ejemplo
en el supuesto de la falta de pago del precio de la cosa vendida (Art. 2300); o
para supuestos de incumplimiento en el contrato de arrendamiento (Art. 2420).
Parece que la rescisión debe proceder por vicios o lesión, es decir, en caso
de que se ocasione un perjuicio a una de las partes, pero sin que ello implique la
afectación de la validez del contrato.
testamento, observando para ello las mismas formalidades que para el otorga-
miento del testamento.
En estricto sentido la revocación del testamento, ya sea tácita o expresa, no
es un acto que produzca ineficacia, porque siendo que el supuesto fáctico para
que el testamento surta efectos es la muerte del testador, antes de la muerte, el
testamento es un acto jurídico válido pero ineficaz, de forma que la revocación
en este caso no hace cesar los efectos del acto, sino mas bien extingue totalmen-
te el anterior testamento, dejándolo sin validez para que en el momento del fa-
llecimiento se apliquen otras disposiciones.
ii) El segundo caso de la revocación, se presenta en la donación: encontra-
mos diversos supuestos, todos ellos difieren de la revocación del testamento. La
revocación es una forma de extinción de un acto o negocio que opera a futuro;
al ser una forma de extinción del acto, es de suponer que el negocio objeto de la
revocación deba estar surtiendo efectos; sin embargo, la donación es un contrato
traslativo de dominio, y surte efectos por la mera convención de las partes, de
suerte que una vez realizada la misma no existen más efectos que se continúen
en el tiempo, es decir el donatario adquiere la propiedad de la cosa donada y al
ser entregada la misma, el contrato se extingue, por lo que la revocación de la
donación se verifica respecto de un acto que ha producido ya sus efectos.
Consecuentemente, la revocación de la donación es un acto que retransmite
la propiedad y no un acto que deje sin efectos la transmisión de propiedad, pues
la primera traslación de dominio, es decir, la realizada a favor del donatario, ha
quedado totalmente agotada, y el contrato de donación quedó extinguido, la re-
vocación en tal virtud solamente se puede entender como un acto que retransmi-
te la propiedad al donante.
Además de las anteriores consideraciones resulta que a propósito de la do-
nación encontramos otra norma o situación excepcional, pues existe una supues-
ta revocación que no requiere de la declaración de voluntad del donante, y que
opera por ministerio de ley, lo cual es en sí mismo suficiente para afirmar que
en realidad no se trata de una revocación, según explicaremos adelante.
El primer supuesto de revocación procede por superveniencia de hijos. Al
respecto el CC dispone que "las donaciones legalmente hechas por una persona
que al tiempo de otorgarlas no tenía hijos pueden ser revocadas por el donante
cuando le hayan sobrevenido hijos que hayan nacido con todas las condiciones
que sobre viabilidad exige el articulo 337.. ." (Art. 2359). Se trata de un verda-
dero supuesto de revocación, es decir, una facultad para dejar sin efectos un
acto jurídico mediante la declaración de voluntad del causante de dicho acto.
El segundo supuesto de revocación es en realidad una forma de extinción
que no requiere de la voluntad del donante, puesto que se trata más bien de una
que sea un acto ineficaz frente a unos y válido y perfecto frente a otros; el acto
será carente de efectos de forma absoluta, pero el provecho económico será solo
para los acreedores que lo impugnaron.
El legislador ha impuesto un escalón más en el grado de dificultad que se
tiene para acceder a esta acción: tratándose de actos onerosos3' además de lo ya
expuesto, se requiere que ambas partes actúen de mala fe (Art. 2164), con lo
que hace prácticamente imposible el ejercicio de la pauliana. Tratándose de
actos gratuitos, la acción procede a pesar de la buena fe de los contratantes
(Art. 2165)
ii) La simulación supone la intención de engañar. En el acto simulado las
partes manifiestan falsamente su voluntad negocial, con el exclusivo objeto de
engañar a los terceros; existen dos tipos de simulación: absoluta y relativa. En
el primer caso, las partes en realidad no celebran acto alguno y todo lo declara-
do o convenido entre ellos es falso, mientras que en el caso de la simulación re-
lativa, las partes ocultan bajo el acto simulado otro acto que en realidad han
convenido (llamado disimulado por la doctrina).
En el caso de la simulación, no se requiere que el sujeto pretenda incurrir en
insolvencia, o en realidad incurra en ella en virtud del acto oculto; en cualquier
caso, todo acreedor que sufra un perjuicio por la simulación puede pedir la de-
claración de simulación; declaración que es reconocida en el derecho italiano
como un Negozio d 'accevtamiento
La simulación absoluta declarada judicialmente, hace que el acto sea total-
mente ineficaz, pues se trata en realidad de la nada: es la verdadera inexistencia
por falta de voluntad y de objeto; en cambio, la declaración de simulación rela-
tiva hace que el acto oculto (o disimulado) sea conocido y oponible, y no existe
motivo para que fuera declarado ineficaz (Art. 2182).
3 1 Parece imposible que la insolvencia se pudiera causar respecto de actos onerosos, pues fi-
nalmente el deudor a cambio del bien enajenado recibo dinero. de forma que mantiene en princi-
pio, el mismo valor patrimonial; sin embargo, no debemos perder de vista que la disposición a que
nos referimos aparece por primera vez en el Código Napoleón, es decir en un época en la que con
enorme facilidad el dinero podía ser ocultado.
32 Para el testamento privado: ART. 1571.-El testamento privado sólo surtirá sus efectos si
el testador fallece de la enfermedad o en el peligro en que se hallaba, o dentro de un mes de desa-
parecida la causa que lo autorizó.
Para el testamento militar: ART. 1582.-Si el testamento hubiere sido otorgado de palabra,
los testigos instruirán de él desde luego al jefe de la corporación, quien dará parte en el acto al Se-
cretario de la Defensa Nacional, y éste a la autoridad judicial competente, a fin de que proceda, te-
niendo en cuenta lo dispuesto en los artículos del 1571 al 1578.
Y para el caso del testamento marítimo: ART. 159 1.-E1 testamento marítimo solamente pro-
ducirá efectos legales falleciendo el testador en el mar, o dentro de un mes contado desde su de-
sembarque en algún lugar donde conforme a la ley mexicana o extranjera, haya podido ratificar u
otorgar de nuevo su última disposición.
surtido efectos, pues jamás hubo transmisión a favor de ese heredero premuerto
o repudiante. Evidentemente en este caso, las demás disposiciones del testamen-
to surten plenos efectos, de manera que nos encontramos con una especie de ca-
ducidad parcial del acto jurídico.
iii) Igualmente puede presentarse un caso de caducidad de disposición testa-
mentaria tratándose de legados, cuando el legado queda sin materia, es decir la
cosa legada se extingue o enajena,33supuesto de caducidad, que como puede
verse no tiene relación alguna con el transcurso del tiempo como ocurre en la
prescripción.
iv) Otro caso de caducidad se presenta a propósito de las condiciones, en
especial tratándose de la condición suspensiva sujeta a plazo, caso en el que la
obligación caduca si el plazo fijado transcurre sin que la condición se hubiera
cumplido.
El Código Civil de G ~ e r r e r oa ~diferencia
~ de lo expuesto, se refiere a la ca-
ducidad como una forma de extinción de derechos o acciones por su no ejerci-
cio en el transcurso del tiempo, es decir como si se tratara de la prescripción,
pero la distingue de ella por algunas características accesorias, tales como la no
necesidad de declaración judicial, y la imposibilidad de ser interrumpida o sus-
pendida.
Sin embargo y en franca contradicción con el principio adoptado, regula los
mismos casos de caducidad antes expuestos, es decir supuestos de ineficacia y
no de extinción de obligaciones.
9. ACAECIMIENTO
DE LA CONDICIÓN RESOLUTORIA
E INCUMPLIMIENTO DE LA CONDICIÓN SUSPENSIVA
33 Entre otras encontramos las siguientes disposiciones: "ART. 1412.-E1 legado queda sin
efecto si la cosa legada perece viviendo el testador, si se pierde por evicción, fuera del caso pre-
visto en el artículo 1459, o si perece después de la muerte del testador, sin culpa del heredero".
"ART. 1413.- Queda también sin efecto el legado, si el testador enajena la cosa legada; pero
vale si la recobra por un titulo legal."
34 "ART. 2136.-La caducidad sera el medio de perder derechos por el solo transcurso del
tiempo fijado al respecto por la ley, si dentro de ese término o plazo el interesado no lleva a cabo
el hecho o hechos legalmente señalados, como necesarios para mantener vivo y no perder, un de-
recho sustantivo o uno procesal. según sea el caso". La caducidad, contrariamente a la prescrip-
ción: 1. Extinguirá derechos sin necesidad de declaración judicial; 11. Deberá ser tomada en cuenta
de oficio por el juez, ya que la no caducidad será condición necesaria e imprescindible para el
ejercicio de la acción; y 111. No admitirá la interrupción ni tampoco la suspensión, a menos que
con relación a esta última haya disposición legal expresa en contrario.
dico puede provocar efectos de diversa naturaleza y por eso se hace necesario
analizar su efecto con relación a otro tipo de convenios. El legislador al referir-
se a esta modalidad se limita a relacionarla con obligaciones y no respecto de
las demás categorías de eficacia contractual, pero ello no debe ser la pauta en
nuestro estudio, pues evidentemente se trata de una imprecisión de nuestro
legislador.
Siendo que la condición puede afectar contratos que tengan efectos de di-
versa índole, es conveniente precisar el efecto causado por la condición en otra
categoría que no sea la creación de obligaciones, que es precisamente el tema a
discusión. El caso más relevante nos parece que es le relativo a la transmisión
de propiedad; según hemos expuesto, por regla general en nuestro derecho la
transmisión dominical opera por mero efecto del contrato, de manera que la in-
troducción de una condición suspensiva en el contrato de compraventa hace de-
pender la existencia de la totalidad de los efectos del contrato al cumplimiento
del acontecimiento condicionante, es decir, no existe traslación de dominio has-
ta que la condición se cumpla. La postura que sostiene que la obligación ya
existe y que sólo se ha diferido su exigibilidad deberá sostener, por mera con-
gruencia en su argumentación, que para los contratos traslativos de dominio su-
jetos a condición suspensiva, la transmisión de propiedad se verifica desde el
principio del contrato y que solamente se difiere la exigibilidad de la entrega de
la cosa y para el caso de que la condición no quede cumplida se verifica un nue-
va transmisión a favor del que en un principio fue vendedor.
Es claro que el efecto de la condición suspensiva es impedir el nacimiento
de los efectos del contrato hasta que tenga verificativo la condición, de manera
que estando pendiente, el contrato es perfectamente existente y válido, y a su
vez totalmente ineficaz. Así, si se trata de un contrato traslativo de dominio, la
propiedad se transmite a partir del momento en que se cumpla la condición; en
el caso de los actos extintivos de obligaciones, las obligaciones seguirán siendo
existentes y válidas hasta que tenga verificativo el acto extintivo.
Por último rechazamos la teoría que considera que la obligación existe pero
no es exigible porque tal situación jurídica es exactamente la misma que se pre-
senta en el caso del plazo; debemos tener presente que el plazo suspensivo afec-
ta precisamente la exigibilidad de una prestación existente y válida; de forma
que en esta postura se confunden la condición suspensiva con el plazo incierto;
entre ellos no habría diferencia alguna.
Respecto de la condición resolutoria, la literatura es unánime por cuanto
hace a los efectos ocasionados sobre el contrato: durante el tiempo en que la
condición se encuentre pendiente, el negocio jurídico surte sus efectos de forma
plena, pues se trata de un negocio existente, válido y totalmente eficaz; en caso