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ACCESO AL CONOCIMIENTO I
MATRICULA: 144425
2. Escriban un texto de reflexión sobre la profesión enfermera basado en el video
(extensión máxima 3 carillas, extensión mínima 2 carillas - Hoja A4 – Arial 11 –
interlineado 1.5).
“El trabajo de enfermería es brindar a la gente no solo salud y esperanza, sino también
autorrespeto” y como profesionales de enfermería tenemos la oportunidad de
visualizar al cuidado, como algo más que atender las necesidades de los pacientes o
comunidades, ya que en nuestro quehacer profesional compartimos los momentos
más especiales del ser humano, como el de nacer, crecer, desarrollarse físicamente,
reproducirse, sentir sufrimiento físico y emocional, o el difícil momento de morir. La
buena práctica del cuidado de enfermería es fundamental para aliviar las respuestas
humanas ante estas situaciones, constituyéndose como una práctica privilegiada
dentro de la ciencia de la salud.
Cuidar es ayudar a vivir, pero el impacto de nuestra profesión va aún más allá de una
buena práctica del cuidado a los pacientes y comunidades, ya que día con día también
interactuamos con otras personas a nuestro alrededor: compañeros de trabajo,
estudiantes y otros profesionales de la salud.
No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor y el
saber que al final estaré ayudando a otras personas hará que todo valga la pena.
Luego de recibirme y haber pasado por todas las instancias de cursado y materias,
me atrajo mucho la especialidad en pediatría, me sentía más cercana a los niños y
decidí hacer la residencia en dicha área, ésta especialidad abarcaba neonatología y
pediatría y con mucho estudio logré aprobar los exámenes para ingresar a la
residencia. Empecé mis prácticas primeramente por neonatología, ver a esos recién
nacidos prematuros me impulsó más y me dio el entusiasmo y convicción de seguir
por ese camino, devolver la salud o acompañar a ese recién nacido que luchaba por
vivir por tener un futuro.
Cada día me levantaba e iba con muchas ganas de aprender y cuidar a esos niñitos
tan indefensos que estaban dentro de sus incubadoras y cuando lograban un completo
bienestar y verlos tan hermosos que iban de alta a sus casas con sus papás eso me
devolvía la seguridad de que para nada me arrepentía de haber estudiado enfermería;
luego de un año por la neonatología pasé a la siguiente rotación a otro hospital y ahí
ya empecé las prácticas con los niñitos a partir de un mes de vida hasta adolescentes
de 15 años. Eran otras expectativas otros miedos, algo nuevo me esperaba; tratar con
familias y con pacientes que ya me hablaban, lloraban que no querían estar
internados, para mí un sinfín de posibilidades de aprendizaje y también por qué no,
encontrarse con situaciones más complejas a la hora de cuidados y sociabilización.
Extrañaba estar con mis bebitos tan pequeñitos, pero la especialidad hacía que yo
recorra todas las etapas de la niñez/adolescencia y ahí estuve otro año más
aprendiendo en todas las áreas como ser internación, uti, nefrología, emergencia, área
de quemados, etc. Entre exámenes y practicas mis días eran largos y de mucho
cansancio, pero cada día más me afianzada en qué hacer, en mi elección, con más
experiencia y seguridad sobrellevando los miedos que tenía al comienzo. Hasta que
llegó el día en que culminé mi residencia y recibí mi segundo título el de especialista
en Neo-Pediatría un gran logro, mucho sacrificio y sobre todo gracias al
acompañamiento de mi familia mi gran pilar en mi vida.
Empecé en el turno mañana, realmente con mucho trabajo muy agotador, pero
siempre contenta de haber hecho lo mejor y adquiriendo experiencia y volcando todo
que aprendí con los años de estudio y especialidad. Finalmente pase al turno de la
noche lugar que nadie lo quería tomar, pero para mí era un desafío lo cual realmente
siento que era para mí porque desde ese momento y hace 7 años que trabajo de
noche. No lo niego fue y es en muchas veces muy duro y cansador porque atendemos
muchos pacientes y todas las patologías, pero siempre mi estandarte es el cuidar,
acompañar y satisfacer las necesidades de mis niños, mis pacientes; eso es lo que me
reconforta que ellos vuelvan a su hogar sanos y disfrutar de su niñez porque ellos son
el futuro por eso trabajo y pongo todo de mí para ellos mis niños.
3. Escribir siempre implica decir algo y para ello hay que tener un conocimiento previo
de aquello que queremos decir. Tal vez hasta hoy no sabía que existía algo llamado
proceso de escritura y seguramente no era consciente de su gran importancia. Sin
embargo, el proceso de escritura es la forma más segura, sino también de escribir más
y hacerlo de una manera más consciente.