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MATERIA: METODOLOGIA DE

ACCESO AL CONOCIMIENTO I

ACTIVIDAD N°3: PROCESO DE


ESCRITURA

PROFESOR/ES: PAOLA DENISE PUÑO


CANESTRO

APELLIDO Y NOMBRE DEL


ALUMNO/A: GIMENEZ ALICIA
ROXANA

MATRICULA: 144425
2. Escriban un texto de reflexión sobre la profesión enfermera basado en el video
(extensión máxima 3 carillas, extensión mínima 2 carillas - Hoja A4 – Arial 11 –
interlineado 1.5).

3. Tomando como referencia el material bibliográfico compartido, expliciten cómo


vivenciaron el proceso de composición del texto. Lo que les solicitamos es que puedan
reflexionar sobre el proceso de escritura y dar cuenta de ello. No les solicitamos que
repitan lo que enuncia el material, sino que se basen en él para que puedan poner por
escrito los pasos que siguieron al elaborar el texto solicitado en el punto 2 (extensión
máxima 1 carilla).
2. Este mes de mayo se cumplen 9 años del día en que me recibí de Enfermera
Profesional, tras culminar mis estudios. En aquel entonces no podía ni siquiera
imaginarme las miles de oportunidades gracias a Dios que ofrece cada una de las
áreas de desarrollo de enfermería: atención, docencia, administración e investigación
para la salud y el especial compromiso y misión que adquiríamos con todos quienes
tendríamos contacto en nuestra vida profesional futura: hombres, mujeres y niños,
respetando su vida, integridad y potencialidad desde el momento de la concepción
hasta el momento de su muerte.

“El trabajo de enfermería es brindar a la gente no solo salud y esperanza, sino también
autorrespeto” y como profesionales de enfermería tenemos la oportunidad de
visualizar al cuidado, como algo más que atender las necesidades de los pacientes o
comunidades, ya que en nuestro quehacer profesional compartimos los momentos
más especiales del ser humano, como el de nacer, crecer, desarrollarse físicamente,
reproducirse, sentir sufrimiento físico y emocional, o el difícil momento de morir. La
buena práctica del cuidado de enfermería es fundamental para aliviar las respuestas
humanas ante estas situaciones, constituyéndose como una práctica privilegiada
dentro de la ciencia de la salud.

Cuidar es ayudar a vivir, pero el impacto de nuestra profesión va aún más allá de una
buena práctica del cuidado a los pacientes y comunidades, ya que día con día también
interactuamos con otras personas a nuestro alrededor: compañeros de trabajo,
estudiantes y otros profesionales de la salud.

Nuestro quehacer y actitud en el desempeño cotidiano afecta la función y vida de los


demás, de manera que unos a otros nos incentivamos y ayudamos para adquirir un
bien común. A veces siento que lo que hacemos es apenas una gota en el mar.

No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor y el
saber que al final estaré ayudando a otras personas hará que todo valga la pena.

Reflexionando desde mi experiencia personal cuando empecé a estudiar enfermería


no sabía realmente por qué lo hacía, pero cuando en la facultad empecé las prácticas
hospitalarias ahí fui encontrando el camino y me fue gustando más y más, el
relacionarme con en el enfermo y su familia, poder dale confort durante su
hospitalización y que pueda transitarla lo mejor posible esa era mi satisfacción y mi
misión.

Luego de recibirme  y haber pasado por todas las instancias de cursado y materias,
me atrajo mucho la especialidad en pediatría, me sentía más cercana a los niños y
decidí hacer la residencia en dicha área, ésta especialidad abarcaba neonatología y
pediatría y con mucho estudio logré aprobar los exámenes para ingresar a la
residencia. Empecé mis prácticas primeramente por neonatología, ver a esos recién
nacidos prematuros me impulsó más y me dio el entusiasmo y convicción de seguir
por ese camino, devolver la salud o acompañar a ese recién nacido que luchaba por
vivir por tener un futuro.

Cada día me levantaba e iba con muchas ganas de aprender y cuidar a esos niñitos
tan indefensos que estaban dentro de sus incubadoras y cuando lograban un completo
bienestar y verlos tan hermosos que iban de alta a sus casas con sus papás eso me
devolvía la seguridad de que para nada me arrepentía de haber estudiado enfermería;
luego de un año por la neonatología pasé a la siguiente rotación a otro hospital y ahí
ya empecé las prácticas con los niñitos a partir de un mes de vida hasta adolescentes
de 15 años. Eran otras expectativas otros miedos, algo nuevo me esperaba; tratar con
familias y con pacientes que ya me hablaban, lloraban que no querían estar
internados, para mí un sinfín de posibilidades de aprendizaje y también por qué no,
encontrarse con situaciones más complejas a la hora de cuidados y sociabilización.

Extrañaba estar con mis bebitos tan pequeñitos, pero la especialidad hacía que yo
recorra todas las etapas de la niñez/adolescencia y ahí estuve otro año más
aprendiendo en todas las áreas como ser internación, uti, nefrología, emergencia, área
de quemados, etc. Entre exámenes y practicas mis días eran largos y de mucho
cansancio, pero cada día más me afianzada en qué hacer, en mi elección, con más
experiencia y seguridad sobrellevando los miedos que tenía al comienzo. Hasta que
llegó el día en que culminé mi residencia y recibí mi segundo título el de especialista
en Neo-Pediatría un gran logro, mucho sacrificio y sobre todo gracias al
acompañamiento de mi familia mi gran pilar en mi vida.

Tuve la suerte en que al momento de terminar esta etapa justamente necesitaban


personal en el área de internación donde había hecho mi último año, entonces sin
pensarlo acepté ser enfermera asistencial y desde entonces estoy hace casi 8 años
desempeñándome como enfermera de niños, lo que yo elegí.

Empecé en el turno mañana, realmente con mucho trabajo muy agotador, pero
siempre contenta de haber hecho lo mejor y adquiriendo experiencia y volcando todo
que aprendí con los años de estudio y especialidad. Finalmente pase al turno de la
noche lugar que nadie lo quería tomar, pero para mí era un desafío lo cual realmente
siento que era para mí porque desde ese momento y hace 7 años que trabajo de
noche. No lo niego fue y es en muchas veces muy duro y cansador porque atendemos
muchos pacientes y todas las patologías, pero siempre mi estandarte es el cuidar,
acompañar y satisfacer las necesidades de mis niños, mis pacientes; eso es lo que me
reconforta que ellos vuelvan a su hogar sanos y disfrutar de su niñez porque ellos son
el futuro por eso trabajo y pongo todo de mí para ellos mis niños.

“Estoy orgullosa de ser Enfermera”.   

 
3. Escribir siempre implica decir algo y para ello hay que tener un conocimiento previo
de aquello que queremos decir. Tal vez hasta hoy no sabía que existía algo llamado
proceso de escritura y seguramente no era consciente de su gran importancia. Sin
embargo, el proceso de escritura es la forma más segura, sino también de escribir más
y hacerlo de una manera más consciente.

Primeramente, pude planificar y direccionar la idea en la cual me quise centrar para


realizar mi reflexión, seguidamente inicie mi escrito y una idea llevó a la otra, mi
cabeza no paraba de formular oraciones y recordar sucesos los cuales los plasme en
mi redacción. Por último, me dispuse a realizar la revisión de la ortografía, la gramática
y la sintaxis sobre todo la coherencia del texto para que cualquier persona pudiese
entender lo que yo estoy expresando.

Escribir no es fácil, pero gracias al proceso de escritura podemos realizar documentos


o textos de calidad y sobre todo nos simplifica la tarea de escribir.

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