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La idea en este primer encuentro es ver de qué se trata la lógica del pensamiento
occidental, su base lógica, y cuáles son las consecuencias en las lecturas, en las formas
de dar sentido, de adjudicar sentido, significación: formas de jerarquía, de poder.
Son varios temas los que van a estar ahí incluidos. Pero, en principio, entender
un poco que sería esto del pensamiento binario, de dónde viene, porque yo escucho
mucho en esta época que se repiten ciertas palabras como “deconstruir”, “pensamiento
binario”; y no se sabe mucho de qué se trata eso.
Entonces, ir un poco más despacio, no para cuestionar los usos, pero sí para
poder pensar con qué categorías nosotros nos sentimos mejor, mismo para pensar un
caso clínico. Porque la lógica del pensamiento binario también está en cómo pensamos
la clínica. En el consultorio, uno, como analista no está exento tampoco de caer en esos
lugares binarios. Entonces, no sé si vamos a poder salir de lo binario porque es parte de
la lógica de Occidente, pero sí, intentar estar anoticiados de que ahí hay algo ligado al
poder, en principio, por decirlo de una manera muy general. Ahora vamos a
profundizar.
Estos dos historiadores y filósofos, sobre todo Châtelet, es uno de los que arma
Paris 8, universidad experimental creada en Paris, después de Mayo del ´68, gracias a
una mujer no muy conocida que se llama Hélène Cixous y es muy amiga de Derrida, de
Foucault, de Deleuze, de Lacan; entonces el director de La Sorbona le dice: „mirá, tengo
un predio allá, casi llegando al borde de las afueras de París, ¿querés hacer algo?‟ Y se
inventó una universidad con un montón de increíbles intelectuales de la época, que
vengo de nombrar, siendo uno de ellos Châtelet. Châtelet se encarga de pensar el
concepto de razón al interior del discurso de Occidente, siendo él un filósofo occidental,
y esto es lo interesante, piensa sus propias categorías de pensamiento. Para este primer
encuentro, básicamente van a ser estos dos autores los que voy a tomar de referencia.
Por su parte, Mairet escribe un texto que se llama “El mito de occidente”. Dice,
Occidente ante todo es un nombre, que funciona de referencia, por eso este lugar del
Uno. Funciona como modelo. Sin embargo, Occidente es una versión más del mundo,
dentro de un montón de versiones posibles, otras en potencia, otras que ni siquiera
pueden expresarse. Sin embargo, Occidente como nombre se impuso -ahora vamos a ver
cómo fue que se impuso- como única versión verdadera, el resto es falso. Es decir, se
propone ese mismo discurso como el modelo del resto de los discursos. Esto es lo que
Mairet llama vocación de universalidad.
Pero volvamos. Esa forma tan propia de Occidente, está basada en este esquema
de creer que hay una verdad y el resto es una falsa copia de ese modelo, o “está en vías
de desarrollo”, que son otras formas de decirlo. En este punto de verdad trascendental,
podemos poner al consumo como ideal, acá puede ir el capitalismo, porque esto en sí es
una estructura.
Ahora bien, según con qué nombre uno rellene esa estructura va a tener
diferentes sentidos. Puede ser el Amo, puede ser el Profesor, puede ser el analista
también. Porque no es que uno entra al consultorio y se olvida de la ideología. Ojalá
uno pudiera hacer eso. Uno está todo el tiempo escuchando desde una ideología,
también. Entonces, por lo menos estemos anoticiados que eso se trata de una estructura
de poder, que no necesariamente es mala. La estructura de poder, no es ni mala ni
buena. La estructura de poder existe. Esto es otra idea generalizada que también hay: el
poder es malo. Eso es una idiotez. El tema es el uso de esas formas.
Intervención: Como discursos e historias que valen y otras que no, como que no
es una sola línea, hay múltiples líneas.
Renacimiento es una nominación que se adquiere a partir del siglo XIX con la aparición de la
ciencia como historia. Se llama Renacimiento al período post descubrimiento de América, porque renace
el espíritu griego, pero no él presocrático, sino el platónico.
SAUBIDET: Claro, pero en principio, esto parece como una suerte de referencia
absoluta. Nadie cuestionaría que hoy estamos en el 2020. Acá pongámosle que está el
Renacimiento, el comienzo de la modernidad, entre el descubrimiento de América y la
consolidación con la Revolución Francesa. Pero en el medio está el Medioevo, la Edad
Media, que vamos a ver que no es una época olvidada, ni que tenga que olvidarse. Pero,
cuando nosotros decimos la cuna del pensamiento Occidental está en los griegos,
estamos parándonos como modernos, blancos, occidentales. No sé de dónde viene la
cuna del pensamiento africano. Pero, en principio, sí digo que la cuna de mi
pensamiento está en Grecia, y no en cualquier Grecia, y eso que soy argentina, tan
griega como africana.
Las apariencias, que es lo que está acá abajo, es móvil, es falso, se transforma;
en contraposición al mundo de las esencias que, como dijimos, es eterno, es irreductible,
es verdadero.
SAUBIDET. Es distinto. Hay que ver qué se repite y qué cambia. Son otras
subjetividades. ¿Todo tiempo pasado fue mejor? No sé, fue diferente, que sé yo.
Alguien se la ingenió para ser feliz en el Medioevo, seguramente.
En fin, lo que quiero decir es que cambia de nombre, y con esto, trae aparejados
otras consecuencias, claramente; pero en sí, es la misma lógica: hay dos mundos, uno
que es verdadero y otro que es falso. El que es falso está en el plano terrenal, y el
verdadero está siempre más allá. La verdad está más allá. Siempre es eternamente igual,
en cambio el mundo terrenal es aparente, cambia, por eso es falso. Para Platón todo lo
que cambia no es verdadero.
Intervención: Los que eran encausados se tenían que defender solos, por eso les
pagaban a los sofistas para que los preparen en la defensa.
Platón divide en dos planos: el mundo de las ideas versus el mudo de las
apariencias. El mundo de las apariencias estaba ligado a lo terrenal, a lo móvil, a la
opinión; y para él, los sofistas son un conjunto de opinólogos que no saben nada de la
verdad. Ahora, a la idea en sí, no se llega nunca, porque la idea no mora en la Tierra,
entonces es como el túnel de Michetti: va a llegar, va a llegar, igual que Dios. Es el
esquema de Occidente. Esto es lo que les quiero decir, que se maneja por esa zanahoria
inútil, pero eficaz. Pero cuando estás anoticiado de esto no te creés ningún túnel,
ninguna luz, porque lo que menos hay es túnel y luz. Pero fíjense que son todas
metáforas de lo mismo: „al final del camino será feliz‟. Lo que les decían a los pobres en
el Medioevo: „cuando te mueras vas a estar al lado de Dios‟; la promesa de que la
felicidad estará después de que te mueras, y para eso, para ganarte el reino de la
felicidad, debes someterte a Dios. Es el mismo cuentito, dicho con más amor, menos
amor, más delirio, menos delirio. Bueno, esta idea, de que las ideas son un punto de
llegada al que no se llega pero que marca una dirección, está en Platón, por eso
Occidente es un punto en el horizonte como referencia. ¿Vieron cuando yo les decía que
Occidente funciona como referencia? Es un punto externo que funciona. ¿Cuál es el
norte? En el capitalismo: ganar más plata. Con lo cual despotentiza y se menosprecia
un montón de otras formas conectivas y, cuando digo esto, no estoy diciendo cualquier
cosa.
SAUBIDET: La base de calendario que usamos nosotros es esa, pero antes hubo
otros, la forma de medir el tiempo era otra. Los romanos tomaron todo el pensamiento
griego, lo tradujeron a ellos y después se hicieron cristianos y ahí mataron el politeísmo
que había en Roma, y que también había en Grecia. Después, al ser un solo Dios, todo
cambia, empieza a tener otras características. Ahora vamos a pasar un poco a ver qué
pasó en el Medioevo.
SAUBIDET: También hay que pensar que acá lo que importa es el interés
político, es como Lutero. Me parece que hay que poder pensar que no hay una cuestión
de bondad. Occidente, como discurso, genera significaciones del tipo bueno o malo y,
en realidad, se trata siempre de tensiones políticas que van mutando. Platón se las ve
negras cuando ve que los sofistas cada vez tienen más dinero y más poder. Dice
Nietzsche en “El crepúsculo de los ídolos” en relación a Platón: „hay que inventar un
contratirano que venza la razón‟, y Platón inventa el logos, ubicando a la mentira en el
cuerpo. Fíjense dónde ubica Platón la mentira, en el cuerpo. A partir de Platón, el
cuerpo va a ser un lugar absolutamente relegado.
SAUBIDET: Porque, por mucho tiempo, se creyó que lo simbólico era sólo la
palabra y donde todo lo que pasaba en el cuerpo era producto de lo simbólico. Hay
veces en que no todo lo que le pasa a un cuerpo es producto de lo simbólico.
Como ya les había dicho, los modernos toman su modelo de Platón, del ser, de la
ontología, de la metafísica, pero en el Medioevo pasaron un par de cositas importantes,
y con esto vamos cerrando.
SAUBIDET: Sí. Y hay una sola forma de poner la pieza, en el tangram no.
Ahora, Oriente y Occidente nos habitan a todos. En Lévi-Strauss lo vamos a ver bien
cuando desarrollemos la figura del bricoleur, que podríamos decir sería la de Oriente, y
el ingeniero, su contrafigura, que sería la figura del logos occidental: existe una verdad
para hacer las cosas. El bricoleur se entrega al acontecimiento y con sus retazos va
armando una estructura ad hoc. Yo tengo una biblioteca que armé con una estructura de
canillas. Ese es el bricoleur: agarra un elemento, lo desprende de la significación social
asignada -la canilla sirve para abrir el agua- y el objeto, puesto a jugar con otros
elementos, adquiere otro valor. Se trata en todo caso de hacerle perder a las cosas,
incluso a las palabras, esa función rigidizada, prefijada, para que devenga otra cosa.
Occidente dice: „No, la canilla sirve solo para eso y sólo va a servir para eso‟. En
nosotros habitan ambas lógicas. Oriente no es algo que esté lejos, Oriente está en uno
todo el tiempo, lo que pasa es que también está el discurso de Occidente operando en
nuestra lógica.
El pensamiento binario tiene que ver con eso, con pensar que hay una verdad -y
esto lo vamos a ver bien con Deleuze-, un centro que dice: ´Esto está bien, esto está
mal; esto es opinión, esto es esencia; esto es ser, esto es devenir‟. Esto es lo que se
llama la lógica binaria, que plantea la diferencia como si fuera excluyente.
Son diferentes nombres de lo mismo. Pensar que hay algo también del tiempo
que puede funcionar para inscribir algo, no como excluyente, sino que abrir al espacio
una diferencia, porque lo binario no genera diferencia, porque al poner a uno como
referente universal, ya el otro pasa a ser una copia de, no es algo distinto, es algo que
está en relación a una verdad.
Intervención: Está bien, pero como discurso lo digo. O sea, nosotros nos
pensamos como Occidente porque suponemos que vivimos en ese discurso, y en
realidad, hay por el suelo, digamos, una multiplicidad que tenemos pero que tampoco
nos podemos ubicar en el discurso.
Rita Segato trabaja muy bien esas diferencias cuando contrapone las lógicas de
aldea precoloniales con el encuentro de las formas capitalistas coloniales. Dice: el
encuentro entre la colonización europea, el capitalismo y las formas de intercambios
propias latinoamericanas, reprodujo lo peor de cada sistema, rigidizó las lógicas
jerárquicas. Por ahí cuando lleguemos a Lévi-Strauss podemos retomar algo de esto y
ver qué características encontramos, por ejemplo, acá. Que es interesante para laburar,
sobre todo cuando uno tiene pacientes bolivianos, pacientes peruanos. Porque uno
intenta encontrar al Edipo burgués y no lo va a encontrar y dice „hay algo ahí‟ y por ahí
es otra cosa, pero para eso hay que poderse mover del discurso. Tampoco se trata de que
hay que edipidizarlo, sino ver qué se puede hacer ahí. Porque si no sería pensar que el
analista tiene una verdad y se volvería un nuevo colonizador de subjetividades, como
pensaba el analista de Pizarnik que creía que había que curarla de su “lesbianismo”. Lo
digo porque cuando encontramos ese lugar de incomodidad del no Edipo, tendemos a
decir „es psicosis‟ y ya está. No, ya está no, cambiemos de lugar, la posición desde lo
que estamos escuchando. No impongamos el modelo al fenómeno. No sé. Veamos. No
hay que olvidarse que neurosis, psicosis y perversión no son categorías universales, son
producto de la Modernidad en respuesta al capital, no es que nacieron en los pueblos
andinos, son categorías que fueron creadas de y para la modernidad Europea, lo cual no
quiere decir que con la colonización no se reprodujeran estructuras similares.
¿Alguna pregunta?
Intervención: ¿Por qué se dice que cuando Spinoza, cada vez que habla de Dios,
hay que leer que dice naturaleza?
SAUBIDET: Descartes también usa a Dios, esto lo quiero decir. Primero voy a
decir esto: la frase de Descartes „Pienso, luego existo‟, que todo el mundo repite como
nada; atrás de eso, Descartes dice: „Pienso, luego existo, existo porque Dios‟. En el
momento en donde producen estos señores, no lo podés sacar a Dios.
Spinoza la pasó muy mal, fue echado de la comunidad judía, fue perseguido,
tuvo que exiliarse, justamente por ir en contra de esa figura de Dios. La manera que
tuvo él de poder hacer con ese Dios, es decir „Dios es siempre sus múltiples expresiones
y, en este sentido, es la naturaleza‟. Yo he escuchado la palabra naturaleza, lo he visto
escrito, no siempre naturaleza y Dios está igual. Para dar cuenta de la multiplicidad
necesitaba encontrar una causa que se expresara de manera múltiple. Con el Dios
judeocristiano no tenía esa posibilidad porque siempre estaba a imagen y semejanza de
Dios. Al plantear que todo es producto de Dios, la florcita es producto de Dios, el negro
es producto de Dios, el judío es producto de Dios, la mujer es producto de Dios; de esa
manera podía permitir la multiplicidad. Esto sería. Con Descartes esto no pasaba. Por
eso digo que no hay que olvidar que no es que vino la Modernidad y lo saca a Dios. Acá
hubo un montón de guerras en el medio para sacar a Dios, y mucha crueldad. Pensemos
que el pasaje del Medioevo implicó la muerte de todas las brujas. La caza de brujas,
como bien lo trabaja Federici, estaba ligada a un saber específico de los cuerpos, saber
que fue sustraído por lo que después se va a constituir como ciencia. Decir „Dios no
existe‟ no era tan fácil, se murió mucha gente por eso.
Bibliografía
Mairet
Châtelet
Federici
Derrida
Deleuze
Platón